Título: Lengua materna y diversidad cultural: ¿marginalidad o

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Título: LENGUA MATERNA Y DIVERSIDAD CULTURAL: ¿INTEGRACIÓN O
MARGINALIDAD?
Autora: Prof. MARÍA PUGLIESE (Docente de Nivel Terciario y Universitario.
Tiene a su cargo las asignaturas de Didáctica de la Lengua en la Educación inicial de
la -Universidad Nacional de Luján- y Lengua y Literatura y su enseñanza I, II y III en
I.S.F.D.)
e-mail:
[email protected]
Resumen:
El dominio de la lengua sustenta y vertebra los procesos de enseñanza y aprendizaje en la
educación formal, sin embargo es necesario considerar otras formas de apropiación de
competencias que contemplen diferentes lenguajes, a partir de los cuales cada niño/a
construye su lengua materna desde antes de nacer. Los códigos utilizados tanto en
vínculos interpersonales como en relación con el “mundo “ circundante, se definen por
referencia a sus propiedades semánticas producidas en un contexto de situación. A través
de la utilización del lenguaje en diferentes contextos de situaciones y de la decodificación
de la diversidad de códigos, se amplían las potencialidades de su significado.
La institución escolar –en esta propuesta, la educación inicial que abarca desde el jardín
maternal hasta el jardín de infantes -, es un contexto de situación específico donde el
docente necesita que el niño pueda utilizar el lenguaje de manera determinada para enseñar
y aprender. El eje del presente trabajo se traza a partir del reconocimiento de variables
emergentes en contextos socioculturales vulnerables y de cómo las mismas dificultan la
interacción de las prácticas con el lenguaje, en contextos de situaciones áulicas que
difieren enormemente de los contextos situacionales en los que se construyó la lengua
materna.
Lengua materna y educación inicial
Cada sujeto construye lenguajes en un ámbito inmediato y concreto del que recibe
respuestas a necesidades específicas aún antes de nacer; los gestos, las caricias, los tonos
de voz o los objetos, la palabra que acompaña y anticipa las acciones, son sólo algunos
ejemplos de señales cuya intención es comunicar y que combinadas de manera organizada
constituyen un código. Los signos utilizados y sus significados como instrumento de
mediación adquieren una mayor o menor relevancia en cada contexto sociocultural: qué se
hace o se dice durante las situaciones formato –alimentación, sueño, juego, higiene-, cómo
y con qué intención son pautas que encuadrarán en principio, el reclamo y la satisfacción
del niño, y construirán a largo plazo, la propia identidad en el núcleo familiar. En este
continuo trabajo que se da en forma espontánea, se transmiten creencias, tradiciones,
expectativas, miedos, esperanzas, cosmovisiones, experiencias comunitarias y se adquiere
la lengua materna. Esta lengua es el aporte sustancial con el que el niño/a ingresa a nuevas
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situaciones comunicativas y específicamente, a la escuela infantil. Por ende, el docente se
enfrentará a una gran variedad de códigos lingüísticos y no lingüísticos ya constituidos
como lenguaje familiar, que al convivir en un mismo espacio y con pautas generalizadas
favorecerán o entorpecerán la interacción.
La atención y el reconocimiento de las características de la lengua materna es
esencial en este nivel de escolaridad cualquiera sea el contexto sociocultural y económico
ya que:
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cada código se define por referencia a sus propiedades semánticas, es decir qué
significa, qué sentido tiene: cómo pedir, demostrar, explorar, informar, qué espacio
se le otorga a la palabra , el nombre, la mirada, quién y cómo atribuye sentidos a
las palabras, qué se dice y qué se calla
las propiedades semánticas de los códigos se producen en una determinada
estructura social
el significado de los signos y las palabras no es permanente, evoluciona con el
desarrollo del niño/a y en cada práctica concreta; es una formación dinámica al
igual que los procesos de desarrollo del pensamiento.
la lengua materna no sólo es portadora de “palabras”, sino también de saberes que
involucran percepciones sensoriales, emotivas, experimentales.
Todo niño/a domina un uso del lenguaje tanto para establecer relaciones
interpersonales como para explorar su medio, pero el tipo de significados que espera está
asociado a un contexto particular que generalmente es su propia vivencia. Por lo tanto es
importante indagar las formas expresivas con las que tuvo contacto, a continuación se
sugieren algunos procedimientos en la sala:
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Observación directa en diferentes situaciones áulicas para atender a los modos en
que se establecen las relaciones entre pares, si se tiende a establecer contactos
corporales –por ej. tocar al compañero en lugar de llamarlo por el nombre, o mirarlo
fijamente en reclamo de atención o se utilizan palabras- , si se anticipa la acción
“en voz alta” o si se reacciona en forma individual sin tener en cuenta a los otros.
Registro grabado de conversaciones espontáneas. Al escucharlas se podrá percibir
las entonaciones, la dicción, el vocabulario, la fluidez o inhibición. En general
cuando las formas expresivas de un niño difieren mucho de las utilizadas por los
adultos o compañeros, se inhibe y esquiva el diálogo. Por lo tanto es necesario que
ellos mismos escuchen y comenten estos registros con el fin de reconocer las
interferencias: ruidos, gritos, superposiciones, malos entendidos, silencios.
Reflexión de los docentes acerca de sus propias prácticas con el lenguaje, cómo
formulan las consignas, qué formatos discursivos implementa, con qué recursos.
Pero además es necesario ampliar las fuentes de información, por ejemplo si en la
zona donde está ubicada la escuela se producen movimientos migratorios o
inmigratorios , así como tener en cuenta quién está a cargo del niño/a la mayor
cantidad de horas y preguntar si en el ámbito familiar se utilizan dialectos o
segundas lenguas.
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Los usos de la lengua materna representan la ductilidad y evolución en el desarrollo
de la competencia lingüística y su efecto inmediato se reflejará en contextos de escolaridad.
Una institución escolar es una red de comunicación social: hay convivencia de espacio,
materiales y experiencias, toma de decisiones y proyección a acciones futuras, formas de
regulación verbal en la transmisión de consignas y contenidos, relaciones jerárquicas. Es
decir que la estructura de la institución se perfila con rasgos de lenguaje, en los diferentes
tipos de interacción que se generan y en los registros lingüísticos asociados a ellos: quién
dice, cómo, a quién se otorga o se priva la palabra. Esto no se limita al uso del lenguaje
personal de los adultos, sino también a las expectativas que estos tienen acerca del lenguaje
“esperable” de los alumnos. El niño/a fuera del hogar está expuesto a la lengua dominante
de su comunidad, en este caso el Jardín de infantes, y es muy frecuente en zonas de
menores recursos económicos observar que asistir al mismo es la primera experiencia
“fuera de casa”, es decir con extraños, dado que su cotidianidad transcurre con familiares y
vecinos cercanos. Por lo tanto la lengua de la comunidad está en ventaja y la lengua
materna en desventaja y cuanto mayor es la brecha diferencial mayor será la incidencia en
el rendimiento escolar.
¿Integración o marginalidad?
Durante cinco años llevé a cabo un seguimiento en diferentes secciones de Jardines
de infantes estatales y privados ubicados en el AMBA –Área metropolitana de la provincia
de Buenos Aires- de la zona oeste y norte con el fin de indagar acerca de las diversidades
lingüísticas y su incidencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En una primera fase del mismo, la metodología utilizada fue la del rastreo de datos,
su clasificación, confrontación y análisis, a partir de observaciones directas y registro
grabado. En la segunda, la construcción de un marco teórico de referencia que contemple
la diversidad cultural y la heterogeneidad lingüística, previo trabajo con docentes y
directivos en actividad a través de ateneos, jornadas y talleres cuya coordinación estuvo a
mi cargo. Y en la tercera, aún vigente, la resignificación de las estrategias didácticas
implementadas en las salas para la elaboración de propuestas que contemplen las variables
en función de integrar y no excluir.
Desde diferentes funciones y perspectivas, coincidimos en que los primeros años
constituyen los cimientos para el desempeño social de los niños/as en el ámbito educacional
y observamos vertiginosas transformaciones en los grupos de pertenencia de la población
infantil, como consecuencia de las circunstancias históricas. A continuación se detallan
algunas variables manifiestas como :
- cambios de domicilios en períodos cortos, ya sea por razones laborales (por ejemplo el
que sus padres se desempeñen como “peones golondrinas”), por pauperización
progresiva (los conlleva a una “vuelta a la casa paterna”), desocupación de los padres,
entre otras.
- cohábito de varias familiares en un mismo núcleo habitacional, debido a migraciones e
inmigraciones
- maternidades y paternidades precoces que generan relaciones parentales confusas (los
niños suelen llamar “mamá” a las abuelas, quienes a su vez tienen aún a su cargo a los
hijos/padres)
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incremento notorio de enfermedades infecto contagiosas y psicosomáticas, tales como
las broncoespasmódicas, epidérmicas y gastrointestinales, en su mayoría psicosomáticas
y emergentes de las condiciones de vida.
aspecto abandónico en su apariencia por falta de higiene, vestimenta inapropiada según
el clima y falta de atención primaria básica, -niños/as asistidos por sus hermanos
mayores que a su vez pasan muchas horas del día sin la compañía de un adulto-
Por lo hasta aquí enunciado, se reconoce la constante de inestabilidad en un
período de crianza en el que la estabilidad es esencial para un desarrollo saludable.
A modo de diagnóstico, los docentes debían identificar en su comunidad, “tópicos”
que interfirieran en su labor con el uso del lenguaje como instrumento mediador; en los
informes elaborados argumentaron que sus alumnos/as:1) no comprenden las consignas 2)
no reciben estímulo en sus hogares
3) poseen un vocabulario pobre 4) desconocen códigos convencionales de convivencia –
por ej. No se saludan entre sí, no se llaman por el nombre, prefieren hacerse pis
encima antes de pedir permiso para ir al baño-5 )no conversan entre ellos y optan por
jugar solos 6) se expresan con estructuras tipo “telegrama” 7) tienen problemas
fonológicos 8) utilizan regionalismos o “formas incorrectas” –por ej. Voy a lo de mi tía.
No me ajes el pelo.-1
Es decir que se concibe desde la institución al habla del niño como deficiente, cuando
en verdad es distinta, diferente en implicación de la lengua estándar o normativa que sí
domina la docente. Es decir que en primera instancia existe una diferencia de registro o
variedad sociocultural manifiesta en el léxico y en giros o expresiones locales.
En verdad, el vocabulario o léxico de todo idioma constituye una base de datos que se
adquiere en principio, en forma “pasiva” durante la etapa sígnica del proceso de desarrollo
del lenguaje infantil. En esta etapa el niño requiere del adulto la palabra –el signo- que
represente lo que necesita nominar, por lo general interroga con la mirada y señala el objeto
en presencia con su dedo índice. Su intención de comunicarse a través de la palabra se
evidencia cuando en ausencia del objeto, lo “evoca” y trata de reproducir el sonido de la
misma. De este modo incorpora un número muy importante de vocablos en breve tiempo.
Este proceso se prolonga a lo largo de toda la vida con incremento, modificación y
sustitución de vocabulario, y se alimenta de la interacción con los otros.
El repertorio de palabras que posee cada sujeto tiene relación directa con las
experiencias sociales, por lo tanto no podemos considerar al vocabulario de un niño en
edad preescolar “pobre” o “rico”, ya que se encuentra en pleno proceso de desarrollo del
lenguaje, y es el adulto quien construye a través de la lengua un instrumento de
comunicación.
La lengua se constituye como un sistema de signos, que como parte de un todo, se
relacionan entre sí de manera solidaria. Un signo es una señal convencional; un signo
lingüístico está compuesto por un significado y un significante, y es arbitrario, es decir que
responde a reglas establecidas. Al conjunto de categorías y reglas abstractas que describen
el sistema (la lengua), que permite producir y comprender enunciados, se lo denomina
1
Se transcribió los enunciados tal como fueron propuestos por las docentes.
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gramática; estos enunciados pueden analizarse en diferentes niveles: morfológico,
sintáctico, semántico y pragmático.
Aprender una lengua consiste en parte en aprender a librarla de las restricciones del
entorno inmediato, las palabras “evocan”, llaman en forma indirecta lo que se necesita en
forma inmediata, todo código constituye una “representación”. Lo que distingue el habla
de los adultos del de los niños/as, es la habilidad para utilizar el lenguaje en contextos
abstractos e indirectos. Mediante la utilización del lenguaje en diferentes contextos de
situaciones es como se construye y amplía su potencial de significados. Las prácticas con
el lenguaje se concretan en textos y en discursos, coherentes, cohesivos, adecuados al
registro y en una determinada situación comunicativa.
El discurso se define en la articulación de lo lingüístico y las condiciones sociales
de producción. La noción de discurso supone la existencia de usos sociales de la lengua.
Existe en forma de enunciados concretos producidos por los hablantes. Aprender a hablar
es aprender a construir los enunciados.
Cada ámbito social requiere determinados géneros discursivos que son “envases
comunicativos”, usados por los hablantes para interactuar, ya que determinan los rasgos o
características que deben tener los enunciados que se intercambien en ese ámbito. En una
situación comunicativa, los intervinientes deben conocer las pautas genéricas apropiadas
para que el intercambio sea posible.
Retomamos entonces el eje del presente trabajo, y si consideramos la diversidad
como un problema, una carencia o falta de, las consecuencias inmediatas son la exclusión
y la marginalidad dentro del ámbito de la educación, además de entorpecer el proceso de
desarrollo del lenguaje en el período de mayor potencial. Lo relevante no es el entorno
lingüístico, en el sentido de qué lenguaje o dialecto aprende a hablar el niño/a, sino el
entorno cultural, pues éste queda encerrado en el lenguaje y es transmitido por él. Los
Jardines de infantes y maternales constituyen un marco de referencia contextual en el que
se debe fomentar el desarrollo de la competencia lingüística –hablar, escuchar, leer,
escribir- con el fin de afianzar el dominio de la lengua estándar o escolarizada. Por lo
tanto el rol de la docente/adulto es relevante y protagónico: tomando como base la
diversidad éste debe generar situaciones comunicativas complejas a partir de las cuales
podrá “enseñar sistemáticamente lengua”. 2
Conclusiones: Para la elaboración de las conclusiones que sustentarían un replanteo de las
propuestas didácticas implementadas, se consideraron los siguientes ejes:
1.- Lengua materna y diversidad cultural: La atención y el reconocimiento de las
características de la lengua materna y la diversidad cultural es esencial en este nivel de
escolaridad cualquiera sea el contexto sociocultural y económico, ya que:
- el significado de la palabra no es permanente, evoluciona con el
desarrollo del niño, es una formación dinámica, al igual que las
procesos de desarrollo del pensamiento.
2
Por ejemplo el 70 % de la población infantil que asiste a jardines de infantes del distrito de José C. Paz,
construyó su lengua materna en contextos familiares bilingües (descendientes directos de inmigrantes
europeos y orientales, inmigrantes de países limítrofes –Paraguay, Bolivia, Chile, Brasil), descendientes de
aborígenes y provenientes de provincias del noroeste argentino).
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la lengua materna no sólo es portadora de “palabras”, sino de
cosmovisiones, de saberes previos que constituyen la identidad
personal y cultural.
2.- El rol docente y la construcción de significados: El abordaje del área de lengua desde
una perspectiva comunicativa atraviesa todas las áreas y comprende no sólo el uso y
funciones de la lengua sino además códigos de la delimitación de los espacios y del tiempo
en función de convenciones inherentes al ámbito educativo, etc.3.- Relación niño-adulto, adulto-adulto, niño-niño y el lenguaje como instrumento de
comunicación y transmisión de conocimientos: Se propone la elaboración de propuestas
didácticas que contemplen las diferencias reconocidas y que permitan abordar un
aprendizaje integrador. Las mismas requieren de:
- la elaboración de estrategias que favorezcan la exploración del
lenguaje abarcando todos los dominios específicos del área.
- la elaboración de estrategias que fomenten la producción de
mensajes en diferentes situaciones, con distintos interlocutores
y en códigos diversos.
- una revisión de los criterios de selección de materiales y
recursos que se incorporan en las salas.
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