La ONU también sufre por la crisis económica

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La ONU también sufre por la crisis
económica
Alexis Angulo
01 marzo 2012
La falta de recursos
económicos está
provocando que el
sector privado dé
mayores aportaciones y
su influencia sea más
determinante
CIUDAD DE MÉXICO.El presupuesto que la
Organización de las
Naciones Unidas (ONU)
otorga a sus programas
no es suficiente para sus responsabilidades, por lo que el sector privado ha
aumentado sus operaciones de financiamiento, de acuerdo al último reporte
publicado por World Watch Institute en su publicación online Vital Signs.
En el último año el presupuesto central de la ONU fue de 2.2 mil millones
de dólares, una cantidad que está por debajo del máximo alcanzado en 2005 de
2.5 mil millones en 2009, explicó a Excélsior Supriya Kumar, investigadora de
World Watch Institute.
Las aportaciones del sector privado a Naciones Unidas han sido criticadas por
muchos gobiernos y expertos que fundamentan que esos apoyos privados
introducen influencias externas en los procesos de la organización.
World Watch Institute es una organización de investigación del medio ambiente a
nivel global con sede en Washington, conocida como una de las mejores
organizaciones de investigación de desarrollo sustentable.
El reporte considera esta cantidad “minúscula” en comparación con el
presupuesto tan sólo de la ciudad de Nueva York que es de 66 mil millones de
dólares, es decir, aproximadamente 30 veces más que el que 191 países aportan a
la ONU.
Acorde con el informe, los fondos disponibles de esta organización internacional
clave no han tenido el mismo ritmo de expansión que el de sus deberes desde su
fundación en 1945.
Revela que ha habido un “cambio desconcertante” en las fuentes de financiación
y muestra que, aunque las contribuciones voluntarias de los miembros más ricos
como Estados Unidos, Alemania y Japón está creciendo, los pagos obligatorios de
todos los estados miembro están rezagados.
“En efecto, los estados más ricos usan su influencia financiera para eludir los
procesos regulares de toma de decisiones de la ONU”, enfatiza el informe.
Esta transición de pagos obligatorios a “contribuciones voluntarias”, señala,
refleja la preferencia de los estados ricos por una “agenda-setting” (asuntos
elegidos) a través de presión bilateral, en vez de votaciones democráticas.
De esta manera, las finanzas de Naciones Unidas reflejan cada vez más un mundo
dividido entre países con bastantes diferencias entre recursos, prioridades y
aspiraciones globales.
El informe expone que los pagos de las naciones hacen apenas entre 14 y 18 por
ciento de los fondos que están por debajo de los 20 a 25 por ciento de
financiamiento que solían tener en el periodo de entre 1970 y 1990.
El presupuesto central o normal, que cubre los costos en curso, como sueldos del
personal, gastos de reuniones, viajes, seguridad, mediación de conflictos y
actividades de derechos humanos, entre otras tareas, está financiado en su
totalidad por pagos obligatorios nacionales.
En 1971 este presupuesto era de 157 millones y ha crecido casi 14 veces desde ese
entonces en términos nominales. Sin embargo, en términos reales, –como los
ajustes por la inflación– el presupuesto ha crecido sólo tres veces. Es decir que no
es lo suficiente para mantenerse al día con el aumento de programas y las
complejidades que acompaña una membresía más amplia.
La ONU es la mayor organización internacional que existe actualmente. Se define
como una asociación de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos
como el Derecho internacional y la paz.
Más allá del presupuesto regular, el presupuesto de Naciones Unidas también
incluye los presupuestos de mantenimiento de paz y de agencias especializadas.
Dentro del presupuesto del periodo anual entre 2011 y 2012 el presupuesto de
mantenimiento de paz fue de 7.8 mil millones.
Financiando programas especializados de Naciones Unidas y agencias como la
Organización Mundial de la Salud, el Fondo para la Infancia (UNICEF) y el
programa de desarrollo de la ONU sumaba unos 20 mil millones de dólares en
2011.
En total, el sistema de Naciones Unidas en 2011 sumaba unos 30 mil millones de
dólares.
Gates criticó el plan alimentario de ONU
La semana pasada Bill Gates, el segundo hombre más rico del mundo, calificó el
trabajo de las agencias alimentarias de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) como obsoleto e insuficiente, después de dar a conocer su donación de
200 millones de dólares a la agencia de agricultura de esta organización.
Este reclamo sucedió en el marco del 35 encuentro del Consejo de Gobierno del
Fondo Internacional de Agricultura en Roma al que asistieron representantes de
167 países miembros.
“En un mundo ideal, ustedes colaborarían para hacer un todo más grande que la
suma de sus partes”, sentenció.
“Por el momento el programa mundial de alimentos realiza casi cualquier aspecto
del programa con muy poca ayuda de la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y poco financiamiento del Fondo
Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)”, dijo, explicando desde un cómodo
sillón a altos funcionarios de todo el mundo cómo organizarse y comparando los
resultados con su fundación Bill & Melinda Gates.
El dueño de Microsoft habló de un plan para que las tres agencias alimentarias
mejoraran sus resultados y señaló que los países, las agencias alimentarias y los
donantes no están trabajando de manera coordinada para cubrir los objetivos del
FIDA, que es el de otorgar la ayuda necesaria a los pequeños agricultores.
“El programa mundial de alimentos se enfocaría en lo que sabe hacer mejor que
es la logística y la adquisición, el FIDA lidiaría con el financiamiento y la FAO
proveería asesoramiento a los agricultores sobre los estándares para asegurarse
de la alta producción de alimentos e información para facilitar las negociaciones”,
indicó.
El empresario expuso que hay muchas eficiencias que ganar tan sólo con detallar
una división más clara de las labores entre las tres agencias.
“Haciéndolo ayudaríamos a cada agencia a desarrollar sus principales fortalezas,
eliminar la duplicación y coordinarse más efectivamente con ministros de
agricultura y otros socios importantes”.
“Necesitamos urgentemente una manera de traducir esa necesidad de
coordinación y eficiencia en un plan decisivo de acción”, completó.
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