ENTREGA DE LAS INSIGNIAS DE OFICIAL DE LAS PALMAS ACADÉMICAS AL SEÑOR RAMIRO MOLINA, DIRECTOR DEL MUSEF 5 DE JULIO DE 2011 ------------------------------------------- Distinguido Presidente del Banco Central de Bolivia, señor Marcelo Zabalaga, Querido Director del Musef, señor Ramiro Molina, Amigos todos, Tenemos el placer de estar reunidos esta noche en uno de los museos más significativos de La Paz, alrededor de su Director, al que Francia quiso honrar, otorgándole la distinción honorífica más codiciada: las Palmas académicas, en el Grado de Oficial. Las Palmas Académicas es una de las más antiguas distinciones honoríficas francesas. Creadas en 1808 por Napoleón, como un título honorífico reservado a la Universidad (que comprende igualmente los colegios – cabe recordar que el bachillerato es el primer grado universitario), se convierten en una distinción honorífica en 1866. La Orden toma su figura actual en 1955. Esta distinción es entregada por Decreto del Primer Ministro, y propuesta por el Ministro de Educación. Distingue méritos académicos o de servicios prestados a la comunidad educativa o a la difusión del conocimiento. Las ceremonias de entrega de estas condecoraciones tienen lugar habitualmente en la Residencia de Francia, sin embargo, esta se realiza en el MUSEF: porque es en este lugar donde Ramiro Molina desarrolla día a día su trabajo de antropólogo dando a conocer mejor a Bolivia y a sus pueblos indígenas, y además, porque de alguna manera, esta condecoración está también destinada a este museo. Al exponer las razones que llevaron las más altas autoridades francés a otorgar esta condecoración, me encuentro en la situación, un poco incómoda, de hablar de una persona a un público que la conoce mejor que yo: muchos de entre ustedes son compañeros de ruta desde muchos años. Quisiera entonces hacer hincapié sobre tres aspectos: el de catedrático y investigador, el de Director de museo y el amigo de Francia. Es en Estados Unidos donde Ramiro Molina adquiere su formación universitaria y hace sus estudios de post-grado en dos prestigiosas Universidades: Yale y Columbia. Retorna luego a Bolivia y da cursos en la UMSA y la Católica, pero se consagra mayormente a las investigaciones antropológicas, que se concentraron principalmente en el rol de las sociedades indígenas en el Estado y cómo éstas cuestionan la modernidad. Entre 1985 y 1990 realizó diversas investigaciones sobre los indígenas Urus – Muratos del lago Popoo. Nunca pierde de vista la difusión científica, para dar a conocer mejor a los pueblos indígenas de Bolivia. Particularmente destacamos el documental “el Llamero y la Sal”, a solicitud del UNICEF (sobre los Urus). En 1988, fue organizador de un encuentro de campesinos del sur de Oruro, y también co-fundador de la primera federación de Ayllus de esta región, donde culmina sus trabajos de terreno, más específicamente en la Pampa de Aullagas. En los años 90 participó igualmente en el nacimiento de la segunda federación de ayllus, reagrupando esta vez a los pueblos del norte de Potosí. Esta iniciativa, desemboca posteriormente en la creación del CONAMAQ. Este recorrido le valió lógicamente la nominación como Secretario Nacional, con rango de vice-ministro de Asuntos Étnicos, del Ministerio de Desarrollo Humano, de 1993 a 1996. En esta oportunidad hizo varias recomendaciones destinadas al mejoramiento de los derechos de los pueblos indígenas, directamente inspiradas de sus experiencias de terreno. Antes de llegar al MUSEF, en 2006, Ramiro Molina se había involucrado en la problemática de la difusión y promoción de las culturas indígenas como patrimonio nacional. Cabe mencionar su contribución, junto a Verónica Cereceda y varios otros investigadores, a la valorización de los textiles sud-andinos: hablo de la creación en 1987, de la fundación ASUR, que hizo un trabajo excepcional de recuperación de los saberes indígenas, y que la cooperación internacional apoyó con gran entusiasmo. Al Llegar al MUSEF el 2007, Ramiro Molina encuentra un hermoso edificio y colecciones ya constituidas. Su empeño va a ser enriquecer estas colecciones y dar a este establecimiento la museografía tan atractiva que lo hace hoy en día un museo estrella de Bolivia. Hoy en día un museo no es nada si no cuenta con un público y con socios científicos. Para atraer nuevos públicos, Ramiro Molina lanza una serie de exposiciones temporales atrayentes. Abre también el museo a manifestaciones culturales de otros sectores (teatro, artes plásticas). Pero su objetivo principal es atraer a la niñez, a través de acciones pedagógicas. Autor de libros escolares sobre los pueblos indígenas en Bolivia, abre ampliamente el MUSEF a este público de jóvenes, incluyendo también talleres de expresión corporal en favor de los discapacitados. Y como un MUSEF en La Paz no es suficiente, relanza el MUSEF en Sucre, con la colaboración de Ana María Lema. En el transcurso de sus años de investigación, Ramiro Molina es consultor de numerosas cooperaciones internacionales: GTZ, FAO, UNICEF, BID y Países Bajos. Fue también profesor invitado a Francia a la EHESS, donde tuvo durante un año una oficina al lado del gran antropólogo francés especialista en los Urus, Nathan Waechtel. A partir de ese momento, los lazos con Francia serán imperecederos. Ramiro Molina mantiene relaciones sostenidas con Stéphane Martin, Director del Museo Quai Branly y Sergio Gruzinski autor la exposición sobre el mestizaje, la misma que esperamos pueda venir algún día a La Paz. Como Director del museo, ha colaborado estrechamente con esta Embajada para la realización del programa “Universidad de Todos los Saberes” de la Amazonía a los Andes”, de la cual fue uno de los co-fundadores demostrando nuevamente su gusto e interés por la difusión científica. Finalmente, de manera muy lógica, Ramiro Molina se asocia al instrumento principal de la difusión de la lengua y la cultura francesa: la Alianza Francesa, de la cual es uno de los directores. Por todas estas razones que acabamos de exponer, las más altas autoridades quisieron honrar la labor de Ramiro Molina al servicio de la antropología, de la difusión científica y de las relaciones con Francia, con la condecoración de las Palmas Académicas, en el grado de oficial y tengo ahora el placer de entregar a nuestro gran amigo la medalla de su rango.