TÍTULO I. FALTAS CONTRA LAS PERSONAS

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TÍTULO I. FALTAS CONTRA LAS PERSONAS
Artículo 617
1. El que, por cualquier medio o procedimiento, causara a otro una lesión no definida como delito en este
Código será castigado con la pena de localización permanente de seis a doce días o multa de uno a dos meses.
2. El que golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle lesión será castigado con la pena de localización permanente de dos a seis días o multa de diez a treinta días.
Precepto redactado por el artículo único centésimo sexagésimo noveno de la LO
15/2003, de 25 noviembre.
CONCORDANCIAS: artículo 582 del CP de 1973.
COMENTARIO.
El Título I del Libro III del CP (“Faltas contra las personas”) se inicia con la tipificación en su artículo 617 de aquellas conductas constitutivas bien de faltas de lesiones bien
de faltas de maltrato de obra, infracciones penales éstas que, causadas a título doloso y
junto con las contempladas en el artículo 621 del CP a título imprudente, concentran
mucha de la casuística existente en Juzgados y Tribunales y suponen en el sentir social y
popular la protección por antonomasia de la persona individual en lo que a su integridad
física hace referencia.
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Comentarios al Código Penal
El artículo 617 del CP ha sido objeto de varias reformas legislativas en los últimos
años y desde que entrara en vigor el CP vigente. De tal modo, el inicial artículo 617 del
CP asumió prácticamente en su integridad la redacción obrante al respecto en el artículo
583 del CP de 1973 y así, salvedad hecha de determinadas novedades relativas a la penología y al grupo de posibles sujetos pasivos u ofendidos de las conductas tipificadas en el
artículo 617 del CP, tal precepto contemplaba como constitutivas de faltas determinados
comportamientos lesivos dirigidos contra el cónyuge o persona a quien el sujeto activo se
hallare ligado de forma estable por análoga relación de afectividad, o los hijos propios, o
del cónyuge o conviviente, pupilos, o ascendientes, siempre que con él convivieran. Posteriormente y a tenor de la LO 11/1999 de 30 abril, manteniéndose la redacción de tal
artículo 617 del CP, se introdujo la posibilidad de Jueces y Tribunales de acordar en sus
sentencias y a petición de la víctima la prohibición de que el reo se aproximara al ofendido
o se comunicara con él o con su familia, así como la prohibición de que el reo volviera al
lugar en que se hubiere cometido la falta o acudiera a aquel en que residiera la víctima o su
familia, constituyendo ello el antecedente de la actual orden de protección para las víctimas
de violencia doméstica del artículo 544 ter de la LECri. Más adelante y coincidiendo con la
introducción del tipo penal delictivo contemplado en el artículo 153 del CP, a cuyo estudio
en la presente obra ahora apelamos, la LO 14/1999 de 9 junio introdujo en el artículo 617
del CP una remisión a dicho artículo 153 del CP, estableciendo de tal modo que, cuando el
ofendido de las conductas tipificadas en tal precepto fuera alguna de las personas contempladas en el calendado artículo 153 del CP (“cónyuge o persona a quien el sujeto activo se
hallare o hubiere estado ligado de forma estable por análoga relación de afectividad, hijos
propios o del cónyuge o conviviente, pupilos, ascendientes o incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho
de uno u otro“), se tomaría en cuenta por Juzgados y Tribunales a la hora de determinar
la pena a imponer la posible repercusión económica que la misma pudiera tener sobre la
propia víctima o sobre el conjunto de los integrantes de la unidad familiar de que se tratare.
Especificación ésta que, junto con la relativa a los comportamientos lesivos de referencia
verificados contra el grupo de ofendidos en cuestión, fue derogada por la LO 11/2003 de
29 septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e integración social de los extranjeros, en cuya virtud pasó a considerarse como delictivo todo el elenco de posibles agresiones contra la integridad física de las personas con las
que el agente tuviere la especial vinculación personal y/o familiar mencionada, incluidas
pues las que antaño y según lo expuesto se tipificaban como faltas. Además y también por
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Eva Mimbrera Torres
mor de esta última reforma legislativa, la reiteración en la comisión de cuatro conductas
constitutivas de la falta tipificada en el artículo 617 del CP de referencia en el plazo de un
año pasó a configurarse como constitutiva de un delito de lesiones del artículo 147 del
CP, intentándose con ello dar una respuesta penal más adecuada y contudente a dicha
delincuencia si bien, como ya se dijo, ello no vino acompañado de las reformas legislativas
necesarias en orden a garantizar o permitir un adecuado registro y cómputo de las ilícitas y
reincidentes conductas en cuestión. En todo caso, la final redacción del artículo 617 del CP
que acaba de citarse, amén de haber sufrido pequeñas variaciones en orden a la introducción de nuevos tipos de penas por la LO 15/2003, de 25 de noviembre, ha permanecido
intacta hasta ahora y en el Proyecto de LO por la que se modifica la LO 10/1005, de 23 de
noviembre, del CP (BOCG número 119-1, de 15 de enero de 2007).
Hay que decir que, pese constituir un denominador común de las reformas legislativas
que acaban de exponerse el intento del Estado de erradicar o cuanto menos minimizar las
agresiones en el ámbito familiar a la par que otorgar una mayor y mejor protección a las
víctimas de tan deplorables conductas (así se recoge en las Exposiciones de Motivos de
tales normas), un abordaje quizás excesivamente cercano en el tiempo de tales sucesivas
modificaciones normativas ha generado cierta confusión social y jurídica en detrimento de
dicha finalidad, desembocando en un sentir generalizado de que dichos cambios se acometían con cierta irreflexión y falta de criterio claro de actuación. No deja de sorprender,
por ejemplo, que, aún y tal interés público constante de dotar al ordenamiento jurídico con
unos mecanismos de defensa y reprobación más contundentes y apropiados en el ámbito
del que tratamos, con el dictado de hasta cinco reformas según lo expuesto en el plazo relativamente escaso de poco más de cuatro años, no es sino hasta los últimos tiempos cuando
se eleva a la categoría de tipo delictivo cualquier tipo de agresión física o psíquica verificada
en el seno familiar, no habiéndose planteado hasta dicho momento y pese a las mencionadas modificaciones legislativas ningún endurecimiento en cuanto a las penas previstas en
su día para las conductas de referencia inicialmente constitutivas de falta.
Entrando ya sobre el estudio propio del tipo penal de referencia, el apartado 1º del
artículo 617 del CP sanciona con la pena de localización permanente de seis a doce días
o multa de uno a dos meses al que, por cualquier medio o procedimiento, causara a otro
una lesión no definida como delito en este Código. Al respecto y en correlación con lo que
sucediera con el delito de lesiones del artículo 147.1º del CP, serán requisitos necesarios
para la integración del tipo de la referida falta de lesiones los siguientes (sentencias de la
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Comentarios al Código Penal
Audiencia Provincial de Burgos de 28 de julio de 2000 y de la Audiencia Provincial de
Barcelona de 12 de noviembre de 1999, entre otras): a) Un acometimiento inicial del sujeto
activo sobre el pasivo, consistente en la causación de una lesión que menoscabe la integridad corporal o la salud física o mental de éste último. b) La producción de un resultado
lesivo no constitutivo de delito, esto es, que no precise para su curación ni tan sólo de una
primera asistencia facultativa (artículo 147 del CP). c) La existencia de una relación directa
de causalidad entre el acometimiento inicial y el resultado lesivo finalmente producido,
eliminando cualquier circunstancia o intervención externa de tercera persona que pudiera
suponer un agravamiento de las lesiones producidas o una ruptura de dicha relación causo-temporal. d) La existencia de un elemento subjetivo integrado por un dolo genérico de
lesionar, sin que sea preciso que el sujeto quiera producir las lesiones finalmente generadas,
bastando la intención o deseo de causar lesión.
Remitiéndonos ahora a lo que ya tuvo ocasión de reseñarse en esta obra, con ocasión
del análisis del citado artículo 147.1º del CP, respecto a la jurisprudencia existente en materia de tratamiento médico diverso a la primera asistencia facultativa.
En otro sentido y en lo referente a la penología prevista en el artículo 617.1º del CP, la
promulgación de la LO 15/2003, de 25 de noviembre supuso, como antes se ha avanzado,
el destierro de la originaria pena de arresto de fin de semana que se preveía para el castigo
de la infracción penal ahora estudiada y el nacimiento de la localización permanente.
Considerada en el artículo 35 del CP como una pena privativa de libertad, la localización
permanente se aplicará únicamente a las faltas en tanto que pena de carácter leve (artículos
13.3º y 33.4º del CP). Se desarrolla normativamente en el artículo 37 del CP así como en el
Real Decreto 515/2005, de 6 de mayo, pudiendo imponerse bien como pena principal bien
como pena subsidiaria a la de multa para los supuestos de impago, voluntario o forzoso,
por el condenado de la eventual pena de multa que le hubiere sido impuesta judicialmente
a resultas de la infracción penal de que se trate y si así se valorara (artículo 53.1º del CP).
Como antes ya se ha indicado, la localización permanente presenta su antecedente en el
originariamente contemplado en el CP de 1973 arresto domiciliario y, en su virtud, obliga
al sancionado a dicha pena a permanecer en su domicilio o en el lugar determinado que
judicialmente se determine durante un máximo legal de doce días y sin que el CP haya
previsto plazo mínimo de cumplimiento alguno para la sanción de referencia, pudiendo
llevarse a cabo tal cumplimiento de forma continuada, durante los sábados y domingos o de
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Eva Mimbrera Torres
forma no continuada, a petición del reo y según las circunstancias concurrentes. Al respecto y habiendo surgido la pena de localización permanente con la finalidad de potenciar la
aplicación de las nuevas tecnologías y de minimizar los efectos perjudiciales derivados de la
reclusión en establecimientos penitenciarios para el caso de infracciones penales leves (Exposición de Motivos de la LO 15/2003, de 25 de noviembre), lo cierto es que su aplicación
práctica ha planteado numerosos problemas. Así y amén de resultar inconcreta la modificación legislativa que nos ocupa en cuanto al modo de ejecución de la pena de localización
permanente, la misma no se ha visto tampoco dotada de unos adecuados y correlativos
medios materiales y humanos en orden a garantizar su efectividad, cuestión ésta que además debiera haberse regulado por una norma con rango de LO dadas las incidencias que en
los Derechos Fundamentales pudiera tener (artículos 19 y 81 de la CE). De tal modo y no
habiéndose previsto legalmente medios concretos de control electrónico de la localización
del penado (pulseras electrónicas, por ejemplo) y a diferencia de lo que sí acaeció respecto
de la pena de privación del derecho a residir en determinados lugares, de acudir a ellos, de
aproximarse o comunicarse con la víctima o con su familia u otras personas (artículo 48.4º
del CP, en su redacción dada por la LO 15/2003, de 25 de noviembre), lo habitual será que
el seguimiento en el cumplimiento de la pena de la que tratamos se verifique en el domicilio
del penado o en el lugar que se determine judicialmente por los funcionarios de policía
competentes o por vías indirectas tales como el teléfono, con pocas garantías por tanto de
evitar un soslayo por el reo de estos mecanismos de control. En todo caso y en méritos de
lo dispuesto en el Real Decreto 515/2005, de 6 de mayo, será el establecimiento penitenciario del lugar donde el penado tenga fijada su residencia quien realizará las actuaciones
necesarias para hacer efectivo el cumplimiento de la pena de localización permanente, certificando la Administración penitenciaria la finalización y los términos del cumplimiento de
dicha pena (artículos 12 a 15 y 26 a 31 del Real Decreto 515/2005, de 6 de mayo).
Y, al hilo de lo anterior, será también la Administración penitenciaria quien comunicará
al Juez o Tribunal sentenciador cualquier circunstancia que implique el incumplimiento de
la pena de localización permanente impuesta. Al respecto, tampoco ha precisado el CP ni
su desarrollo qué consecuencias conllevarán tales eventuales incumplimientos en el seno
del procedimiento del que se haya derivado la imposición de la pena en cuestión y a fin
de garantizar una respuesta penal alternativa a la conducta enjuiciada, para el caso de haberse impuesto la localización permanente como pena principal. Así, el artículo 37.3º del
CP únicamente hace referencia a que, para tales supuestos, se deducirá testimonio por el
Juzgado o Tribunal a fin de proceder contra el reo por la presunta comisión por su parte
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Comentarios al Código Penal
de un delito de quebrantamiento de condena del artículo 468 del CP, siendo tal previsión
innecesaria o superflua en el bien entendido de constituir una obligación de oficio del Juez
o Tribunal en cuestión.
Además y junto con dicha pena de localización permanente, el artículo 617.1º del CP
mantiene la posibilidad judicial de optar con sancionar las conductas de referencia con la
pena de multa.
Regulada con carácter general en los artículos 50 a 53 del CP, la multa constituye la
pena pena por excelencia de las infracciones penales tipificadas como faltas en el CP. Al
respecto señalar únicamente que, estableciendo el artículo 50.5º del CP que en la fijación
del importe de las cuotas dinerarias diarias que se determinen deberán ponderarse por el
Juzgado o Tribunal “la situación económica del reo, deducida de su patrimonio, ingresos,
obligaciones y cargas familiares y demás circunstancias personales del mismo”, en la mayoría de casos, no preveyéndose en el procedimiento para el juicio sobre faltas acto alguno
de investigación judicial previa a la celebración del acto de la vista oral, se suscitarán problemas de prueba de tales circunstancias o indicadores, contando en numerosos supuestos
con las únicas manifestaciones que el denunciado pudiera efectuar al respecto en dicho
acto del juicio de faltas.
Por último y no menos importante, cabrá remitirse a lo ya expuesto anteriormente
respecto de la responsabilidad civil derivada de la infracción penal de referencia (artículos
109, 110 y siguientes del CP y artículo 112 y concordantes de la LECri). Añadiéndose que
resultarán esenciales en este ámbito las pruebas periciales que se hubieran verificado al
efecto en el marco del proceso de que se trate en orden a determinar los conceptos y el
“quantum” indemnizatorio (así, informes forenses respecto del daño corporal, dictámenes
periciales de valoración respecto de daños materiales o de otra índole, …).
En otro orden de cosas y entrando ya sobre el apartado 2º del artículo 617 del CP, dicho
precepto contempla la conducta del que golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle
lesión, previendo para tales supuestos la pena de localización permanente de dos a seis días
o la pena de multa de diez a treinta días.
Tal infracción penal supone una cláusula de cierre o por exclusión del conjunto de posibles acometimientos contra la integridad física de la persona individual, garantizando una
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Eva Mimbrera Torres
protección integral de dicho bien jurídico en el ámbito penal y constituyendo una de sus
principales problemáticas la relativa a la prueba de la existencia de la acción ilícita en cuestión por cuanto, a diferencia de lo que ocurría con el tipo penal contemplado en el artícuo
617.1º del CP, no podrá atenderse para ello a la objetivación de lesión corporal alguna dada
la propia configuración del artículo 617.2º del CP.
En lo demás, resultará de aplicación, además de las disposiciones generales previstas en
el Libro I del CP, lo ya expuesto en esta obra con ocasión del análisis de los artículos 147 y
153 del CP y a cuyo contenido ahora nos remitimos respecto del bien jurídico tutelado con
la tipificación de las conductas de referencia, naturaleza y elementos del tipo,
Artículo 618
1. Serán castigados con la pena de localización permanente de seis a doce días o multa de doce a veinticuatro días los que, encontrando abandonado a un menor de edad o a un incapaz, no lo presenten a la
autoridad o a su familia o no le presten, en su caso, el auxilio que las circunstancias requieran.
2. El que incumpliere obligaciones familiares establecidas en convenio judicialmente aprobado o resolución judicial en los supuestos de separación legal, divorcio, declaración de nulidad del matrimonio, proceso
de filiación o proceso de alimentos a favor de sus hijos, que no constituya delito, será castigado con la pena
de multa de diez días a dos meses o trabajos en beneficio de la comunidad de uno a treinta días.
Precepto redactado por el artículo único centésimo septuagésimo de la LO 15/2003,
de 25 noviembre.
CONCORDANCIAS: artículo 584.5º del CP de 1973.
COMENTARIO.
El artículo 618 del CP contempla varias ofensas de menor entidad contra los derechos
y deberes familiares, debiendo las mismas necesariamente circunscribirse al límite máximo
impuesto por la tipificación de las infracciones penales de tal naturaleza constitutivas de
delito (artículos 223 y siguientes del CP) y al límite mínimo derivado de la aplicación en
el ámbito en el que nos hallamos de los anteriormente citados principios de intervención
mínima del Derecho Penal y de insignificancia social.
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Comentarios al Código Penal
El precepto en cuestión contempla en su apartado 1º la conducta del que encontrando
abandonado a un menor de edad o a un incapaz (en su conceptualización dada por el artículo 12 de la CE y en el artículo 25 del CP, respectivamente) no lo presente a la autoridad o
a su familia o no le preste, en su caso, el auxilio que las circunstancias requieran, previendo
para tales supuestos una pena de seis a doce días de localización permanente o una pena
alternativa de doce a veinticuatro días de multa. Tal redacción supuso una asunción prácticamente íntegra de la obrante respecto de la infracción penal de referencia en el CP de 1973, si
bien el artículo 584.5º de dicho último cuerpo legal no contemplaba al incapaz como posible
ofendido o perjudicado por la falta que nos ocupa e imponía la necesidad de que el sujeto
pasivo de la conducta ilícita en cuestión lo fuera un menor de siete años de edad. Respecto
a esto último y pese a haber desaparecido como decimos tal especificación en el CP vigente,
el mayor o menor reproche penal de la conducta ilícita en el ámbito de la falta de la que tratamos supondrá no obstante en la práctica la necesidad de valorar el núcleo de la conducta
típica de abandono enjuiciada y, en íntima conexión con ello, la edad y circunstancias del sujeto pasivo de la misma, antojándose desproporcionado equiparar penalmente por ejemplo
la eventual dejación operada sobre niños de corta edad con la de adolescentes.
En todo caso y ya vigente el CP, el apartado 1º del artículo 618 del mismo ha sido
única y levemente modificado por la LO 15/2003, de 25 de noviembre, en orden a sustituir la pena de arresto de fin de semana contemplada para tales conductas en la redacción
originaria de dicho precepto en el CP, reduciéndose por otro lado la horquilla de la pena
de multa que también ya se preveía entonces con carácter alternativo a la de localización
permanente.
Finalmente es de destacar asimismo que, tipificando el artículo 619 del CP las conductas de desamparo o de no prestación de asistencia verificadas respecto de personas de
edad avanzada o discapacitadas, como luego se verá, las mismas se sancionan con una pena
ligeramente inferior a la prevista en el expuesto artículo 618.1º del CP, pareciendo inferirse
de ello la intención del Estado de hacer mayor hincapié en la protección de los derechos
subjetivos de aquellos sujetos especialmente vulnerables en el sentir jurídico y social.
Por otro lado, el apartado 2º del artículo 618 del CP, bajo la misma perspectiva máxima
y mínima antes expuesta, sanciona con la pena de multa de diez días a dos meses o trabajos
en beneficio de la comunidad de uno a treinta días al que incumpliere obligaciones familiares establecidas en convenio judicialmente aprobado o resolución judicial en los supuestos
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Eva Mimbrera Torres
de separación legal, divorcio, declaración de nulidad del matrimonio, proceso de filiación o
proceso de alimentos a favor de sus hijos, que no constituya delito.
Tal segundo párrafo del precepto analizado fue instaurado por la LO 15/2003, de 25
de noviembre, siendo que, hasta entonces, los incumplimientos de obligaciones familiares
de menor entidad eran reconducidos en la práctica mediante la aplicación genérica de la
falta contra el orden público contemplada en el artículo 634 del CP, del que más adelante se
tratará. De tal modo y según reza la Exposición de Motivos de la calendada LO 15/2003,
de 25 de noviembre, fue voluntad del legislador tipificar penalmente como faltas aquellas
conductas en la materia “de ínfima gravedad, en este último caso incluyendo cualquier
incumplimiento de obligaciones, no sólo aquéllas que tengan contenido económico.” No
obstante, la actual redacción del artículo 618.2º del CP presenta ciertos problemas interpretativos a la hora a determinar cuándo nos hallaremos ante conductas de relevancia tal
que merezcan una indiciaria calificación de las mismas como delito, derivándose de ello la
existencia en Juzgados y Tribunales de una casuística muy variada. Así y mientras en lo relativo a los eventuales incumplimientos de obligaciones familiares de contenido económico
parece buen parámetro diferenciador a los efectos antes mencionados el establecido en el
artículo 227 del CP al configurar como delictivos los impagos de prestaciones económicas
durante dos meses consecutivos o cuatros meses no consecutivos, mayores dudas plantean
los incumplimientos de deberes familiares de otra naturaleza. En esta segunda categoría
se integran por excelencia las denominadas “faltas de incumplimiento del régimen de comunicaciones y visitas judicialmente fijado”, habiéndose abogado por algunos Juzgados
y Tribunales por exigir en tales supuestos que el interesado haya instado previamente la
ejecución forzosa por la vía civil del pronunciamiento de que se trate (entre otras, la sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante de 20 de septiembre de 2005), en tanto que
otros descartan tal apreciación (sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante de 6 de
septiembre de 2005). Ello amén de que la legislación civil vigente ofrece la posibilidad de
que los progenitores y el Ministerio Fiscal promuevan la modificación de aquellas medidas
establecidas judicialmente en materia de obligaciones familiares ante una variación sustancial de las circunstancias que se tomaron en consideración para su adopción (artículo 775
de la LEC y sustantivos concordantes).
Además será también de interés que, por mor de lo dispuesto en el artículo 158 del Cc,
el Juez, de oficio o a instancia del propio hijo, de cualquier pariente o del Ministerio Fiscal
y dentro de cualquier proceso (civil, penal o de jurisdicción voluntaria), dictará “ (…) 1°)
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Comentarios al Código Penal
Las medidas convenientes para asegurar la prestación de alimentos y proveer a las futuras
necesidades del hijo, en caso de incumplimiento de este deber, por sus padres. 2°) Las
disposiciones apropiadas a fin de evitar a los hijos perturbaciones dañosas en los casos de
cambio de titular de la potestad de guarda. 3º Las medidas necesarias para evitar la sustracción de los hijos menores por alguno de los progenitores o por terceras personas y, en
particular, las siguientes: a) Prohibición de salida del territorio nacional, salvo autorización
judicial previa. b) Prohibición de expedición del pasaporte al menor o retirada del mismo si
ya se hubiere expedido. c) Sometimiento a autorización judicial previa de cualquier cambio
de domicilio del menor. 4°) En general, las demás disposiciones que considere oportunas,
a fin de apartar al menor de un peligro o de evitarle perjuicios (…).”
Por otro lado, la introducción del artículo 618.2º del CP ha supuesto también algunos
problemas hermenéuticos respecto del artículo 622 del CP. Este último precepto fue modificado por la LO 9/2002, de 10 de diciembre, de modificación del CP y del Cc sobre
sustracción de menores, en méritos de la cual y de conformidad con lo dispuesto en su
Exposición de Motivos “en aquellos supuestos donde quien verifica la conducta de sustracción o de negativa a restituir al menor es uno de sus progenitores, cuando las facultades
inherentes a la custodia del menor han sido atribuidas legalmente al otro progenitor o alguna persona o institución en interés del menor, resulta necesario prever una respuesta penal
clara, distinta del delito de desobediencia genérico, así como prever medidas cautelares en
el ámbito civil que eviten las sustracciones o retenciones ilícitas de menores.” Por tanto, el
artículo 622 del CP tipificaría tal concreta modalidad de incumplimiento del régimen de
comunicaciones y visitas judicialmente fijado respecto de menores de edad en tanto que las
restantes inobservancias de dicho régimen (en esencia, no entregar el progenitor que tiene
atribuida la custodia sobre el menor de que se trate al otro progenitor o no devolverlo este
último en el plazo marcado) pasarían a quedar encuadradas en el artículo 618.2º del CP,
siendo pertinente entonces analizar en cada supuesto de incumplimiento que acontezca si
el mismo afecta a la guarda y custodia del menor o al régimen de comunicaciones y visitas
existente y judicializado respecto del mismo.
En suma, será importante que, en la práctica, la calificación de los hechos eventualmente enjuiciados por parte del Ministerio Fiscal o por parte del denunciante sea especialmente
rigurosa a fin de evitar que el órgano jurisdiccional incurra en incongruencia a la hora de
sancionar dichos hechos como constitutivos de un tipo penal erróneo según lo expuesto.
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Además, se añade, una adecuada aplicación del Derecho Penal en el ámbito analizado
y el superior interés de los hijos menores de edad y su normal desarrollo y evolución supondrán también evitar favorecer la instrumentalización por los progenitores de sus hijos
menores de edad, siendo más adecuado reconducir a la vía civil aquellos supuestos en los
que no es posible utilizar la penal como fórmula represiva de solución de conflictos o en
los que no se constata la existencia de un ánimo subjetivo penal relevante en la verificación
de la conducta enjuiciada, entre otros, respondiendo la mayoría de denuncias penales relativas al incumplimiento de regímenes de comunicaciones y visitas judicialmente fijados a
problemas familiares subyacentes en las mismas.
En cualquier caso y en lo relativo ya a la configuración del artículo 618.2º del CP, resaltar que, a diferencia de lo que ocurría con el apartado 1º de dicho precepto, el sujeto activo
o agente de la infracción penal de referencia lo será preceptivamente uno de los progenitores que hubiere sido parte en el proceso matrimonial, de filiación o de alimentos de que se
trate, en tanto que el sujeto pasivo de tales conductas lo serán únicamente sus hijos (para
este caso, menores o mayores de edad), siendo evidente que, con la novedosa creación de
este artículo, el legislador ha pretendido otorgar una protección más completa y específica
para los derechos subjetivos y las necesidades de los hijos en el seno familiar.
En lo demás, resultarán de aplicación, de nuevo, las disposiciones generales previstas
en el Libro I del CP y lo ya expuesto en esta obra con ocasión del análisis de los artículos
224, 225, 225 bis, 226, 227, 229, 230 y 556 del CP, manteniéndose por otro lado sin modificación alguna la analizada redacción del artículo 618 del CP en el Proyecto de LO por
la que se modifica la LO 10/1005, de 23 de noviembre, del CP (BOCG número 119-1, de
15 de enero de 2007).
Artículo 619
Serán castigados con la pena de multa de diez a veinte días los que dejaren de prestar asistencia o, en
su caso, el auxilio que las circunstancias requieran a una persona de edad avanzada o discapacitada que
se encuentre desvalida y dependa de sus cuidados.
CONCORDANCIAS: artículo 584.3º del CP de 1973.
COMENTARIO.
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Comentarios al Código Penal
El artículo 619 del CP, cuya redacción no ha experimentado variación alguna desde que
entrara en vigor el CP y permanece también invariada en el Proyecto de LO por la que se
modifica la LO 10/1005, de 23 de noviembre, del CP (BOCG número 119-1, de 15 de enero de 2007), es reflejo de la obsoleta tipificación contenida en el artículo 584.3º del CP de
1973, precepto éste que contemplaba la conducta de “los encargados de un enajenado que
dejaren de cumplir sus deberes de tutela o guarda o los que dejaren de atender a ancianos
que dependan de su cuidado.”
Así, sancionando el artículo 619 del CP a los que dejaren de prestar la asistencia o el
auxilio que las circunstancias requieran a una persona de edad avanzada o discapacitada
que se encontrara desvalida y dependiera de sus cuidados con la pena de multa de diez a
veinte días (inferior dicha pena, como antes se ha determinado, a la prevista en el artículo
618.1º del CP para las conductas de desamparo o de no prestación de asistencia verificadas
respecto de menores de edad o incapaces), la jurisprudencia de las Audiencias Provinciales
existente en la materia ha venido configurando el tipo penal de referencia como una falta
de omisión propia, de peligro y de mera inactividad, exigiéndose además para su concurrencia que la persona desatendida dependa de los cuidados del sujeto activo de suerte que
pueda establecerse un nexo entre la omisión de los cuidados del agente y el riesgo para la
vida o la salud del sujeto pasivo.
De tal modo, se han determinado como requisitos necesarios para la colmación de la
falta contra las personas del artículo 619 del CP los siguientes (sentencias de la Audiencia
Provincial de Valladolid de 5 de marzo de 2003 y de la Audiencia Provincial de Cantabria
de 29 de abril de 2004, entre otras): a) Que se deje de prestar al sujeto pasivo la asistencia
o auxilio requerido por las circunstancias que aquel requiera en atención a su avanzada
edad o discapacidad. b) Que dicho sujeto pasivo se encuentre desvalido, debiendo tratarse
de una situación de desamparo ante un peligro manifiesto y grave. c) Que el sujeto activo
tenga a su cargo los cuidados del sujeto pasivo.
Por tanto y de no concurrir tales presupuestos, quedarán al margen de la jurisdicción
penal algunas conductas quizás moral o civilmente relevantes en orden a los cuidados
prestados o ausentes de personas de edad avanzada o discapacitadas.
Por lo demás y dado el parentesco existente entre el artículo 619 del CP y el delito de
omisión del deber de socorro, resultará de aplicación la normativa, doctrina y jurispruden-
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Eva Mimbrera Torres
cia existentes en torno a los artículos 11, 195, 196 y 226 del CP, siempre bajo el punto de
vista de la menor entidad de las conductas constitutivas de falta.
Artículo 620
Serán castigados con la pena de multa de diez a veinte días:
1º Los que de modo leve amenacen a otro con armas u otros instrumentos peligrosos, o los saquen en
riña, como no sea en justa defensa, salvo que el hecho sea constitutivo de delito.
2º Los que causen a otro una amenaza, coacción, injuria o vejación injusta de carácter leve, salvo que
el hecho sea constitutivo de delito.
Los hechos descritos en los dos números anteriores sólo serán perseguibles mediante denuncia de la
persona agraviada o de su representante legal.
En los supuestos del número 2º de este artículo, cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las
que se refiere el artículo 173.2º, la pena será la de localización permanente de cuatro a ocho días, siempre
en domicilio diferente y alejado del de la víctima, o trabajos en beneficio de la comunidad de cinco a diez
días. En estos casos no será exigible la denuncia a que se refiere el párrafo anterior de este artículo, excepto
para la persecución de las injurias.
Precepto redactado por el artículo 41 de la LO 1/2004, de 28 diciembre, de Medidas
de Protección Integral contra la Violencia de Género.
Versiones anteriores.
Vigente desde 1 de octubre de 2004 hasta 28 de junio de 2005.
Artículo 620
Serán castigados con la pena de multa de 10 a 20 días:
1º) Los que, de modo leve, amenacen a otro con armas u otros instrumentos peligrosos, o los saquen en
riña, como no sea en justa defensa, y salvo que el hecho sea constitutivo de delito.
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Comentarios al Código Penal
2º) Los que causen a otro una amenaza, coacción, injuria o vejación injusta de carácter leve.
Los hechos descritos en los dos números anteriores sólo serán perseguibles mediante denuncia de la
persona agraviada o de su representante legal.
En los supuestos del número 2º de este artículo, cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las
que se refiere el artículo 173.2, la pena será la de localización permanente de cuatro a ocho días, siempre
en domicilio diferente y alejado del de la víctima, o trabajos en beneficio de la comunidad de cinco a 10 días.
En estos casos no será exigible la denuncia a que se refiere el párrafo anterior de este artículo, excepto para
la persecución de las injurias.
Precepto redactado por el artículo único centésimo septuagésimo primero de la LO
15/2003 de 25 noviembre.
Vigente desde 10 de junio de 1999 hasta 30 de septiembre de 2004.
Artículo 620
Serán castigados con la pena de multa de diez a veinte días:
1º) Los que, de modo leve, amenacen a otro con armas u otros instrumentos peligrosos, o los saquen en
riña, como no sea en justa defensa, y salvo que el hecho sea constitutivo de delito.
2º) Los que causen a otro una amenaza, coacción injuria o vejación injusta de carácter leve.
Los hechos descritos en los dos números anteriores sólo serán perseguibles mediante denuncia de la
persona agraviada o de su representante legal.
Cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las que se refiere el artículo 153, la pena será la de
arresto de dos a cuatro fines de semana o la de multa de diez a veinte días, teniendo en cuenta la posible
repercusión económica que la pena impuesta pudiera tener sobre la propia víctima o sobre el conjunto de
los integrantes de la unidad familiar. En estos casos no será exigible la denuncia a que se refiere el párrafo
anterior de este artículo, excepto para la persecución de las injurias.
Anterior párrafo final redactado y último párrafo añadido por el artículos segundo 3 de
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Eva Mimbrera Torres
la LO 14/1999 de 9 junio.
Vigente desde 24 de mayo de 1996 hasta 9 de junio de 1999.
Artículo 620
Serán castigados con la pena de multa de diez a veinte días:
1º Los que, de modo leve, amenacen a otro con armas u otros instrumentos peligrosos, o los saquen en
riña, como no sea en justa defensa, y salvo que el hecho sea constitutivo de delito.
2º Los que causen a otro una amenaza, coacción, injuria o vejación injusta de carácter leve.
Los hechos descritos en este artículo sólo serán perseguibles mediante denuncia de la persona agraviada
o de su representante legal.
En este punto nos remitimos a lo comentado ampliamente en el artículo 173 del Código Penal.
Artículo 621
1. Los que por imprudencia grave causaren alguna de las lesiones previstas en el apartado 2 del artículo
147, serán castigados con la pena de multa de uno a dos meses.
2. Los que por imprudencia leve causaren la muerte de otra persona, serán castigados con la pena de
multa de uno a dos meses.
3. Los que por imprudencia leve causaran lesión constitutiva de delito serán castigados con pena de
multa de diez a treinta días.
4. Si el hecho se cometiera con vehículo a motor o ciclomotor, podrá imponerse además la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo de tres meses a un año.
5. Si el hecho se cometiera con arma podrá imponerse, además, la privación del derecho a la tenencia y
porte de armas por tiempo de tres meses a un año.
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Comentarios al Código Penal
6. Las infracciones penadas en este artículo sólo serán perseguibles mediante denuncia de la persona
agraviada o de su representante legal.
Apartados 3 y 4 redactados por el artículo único centésimo septuagésimo segundo de
la LO 15/2003, de 25 noviembre.
CONCORDANCIAS: artículo 586 bis del CP de 1973.
COMENTARIO.
Como ha tenido ocasión de avanzarse con objeto del estudio del artículo 617 del CP,
el artículo 621 de este mismo cuerpo legal viene a sancionar la causación imprudente de
muerte o de lesiones a las personas en el ámbito de las infracciones penales constitutivas
de faltas.
Remontándonos a la normativa prevista en la materia en el CP de 1973, su artículo 586
bis determinaba que “Los que, por simple imprudencia o negligencia causaren un mal a las
personas que, de mediar dolo, constituiría delito, serán castigados con la pena de arresto
menor y multa de .-50.000.- a .-100.000.- pesetas, siempre que concurriere infracción de
reglamentos, y, cuanto ésta no concurriere, con la de uno a quince días de arresto menor
o multa de .-50.000.- a .-100.000.- pesetas. Si el hecho se cometiere con vehículo de motor
podrá imponerse, además, la privación del permiso de conducir por tiempo de uno a tres
meses. Las infracciones penadas en este artículo sólo serán perseguibles previa denuncia
del ofendido.” Por lo tanto y ya en vigor el CP, con el abandono del delito de imprudencia
tipificado “sui generis” en el artículo 565 del CP de 1973, el artículo 621 del CP constituye el catálogo de las conductas consideradas como faltas de homicidio y de lesiones a
las personas causadas a título de imprudencia y al hilo de lo previsto en el artículo 12 del
CP (“Las acciones u omisiones imprudentes sólo se castigarán cuando expresamente lo
disponga la Ley”).
Además y a raíz de la aprobación de la LO 15/2003, de 25 noviembre, el citado artículo
621 del CP fue objeto de algunas modificaciones respecto de sus apartados 3º y 4º. De
tal modo y en cuanto al artículo 621.3º del CP, la meritada reforma legislativa supuso una
reducción de la pena inicialmente prevista para los que por imprudencia leve causaran una
lesión constitutiva de delito, pasando la misma de los quince a los treinta días de multa a los
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Eva Mimbrera Torres
diez a treinta días de tal sanción. Y, respecto ya del apartado 4º del artículo 621 del CP, la
redacción de dicho precepto derivada de la antes citada LO 15/2003, de 25 de noviembre,
significó aclarar que la pena accesoria y potestativa de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores prevista para el caso de que la conducta ilícita de referencia
se cometiera con vehículo a motor o ciclomotor lo era con independencia del concreto
objeto, vehículo a motor o ciclomotor, con el que se hubiera llevado a término tal conducta
(versaba la anterior redacción del artículo 621.4º del CP que “Si el hecho se cometiera con
vehículo a motor o ciclomotor, podrá imponerse además, respectivamente, la privación del
derecho a conducirlos por tiempo de tres meses a un año”).
Por otro lado y como ya se ha indicado también con ocasión de la Introducción del presente Libro III del CP y del análisis del artículo 142 del mismo, el Proyecto de LO por la que
se modifica la LO 10/1005, de 23 de noviembre, del CP (BOCG número 119-1, de 15 de
enero de 2007 viene a incriminar como delictivas, en su redacción del artículo 142.1º, todas
las conductas que causen la muerte de otra persona, bien sea por imprudencia grave bien sea
por imprudencia leve, suprimiendo a tales efectos el apartado 2º del artículo 621 del CP.
En cualquier caso y acerca de los requisitos de necesaria concurrencia para la integración
del tipo penal del que tratamos, sentencias como la del Tribunal Supremo de 29 de mayo de
1978, entre otras, han determinado los siguientes: a) Una acción u omisión llevada a cabo
con inobservancia más o menos relevante y cualificada pero clara y manifiesta de reglas o
normas de cautela, diligencia, precaución o cuidado, requeridas por las circunstancias del
hecho, lugar y tiempo determinado y preciso, tendentes a evitar el daño o perjuicio en el
patrimonio jurídico de terceras personas, al extremo de no ser posible encuadrar el resultado
lesivo sin referirlo al suceso imprudente que lo produjo para situarlo dentro de la Ley penal,
que por su naturaleza represiva y restrictiva no permite operar sobre hipótesis, presunciones
o analogías desfavorables al inculpado, por vehementes, lógicas y deducibles que aparezcan,
ya que las conductas generadoras de culpa han de quedar explícitamente constatadas en la
premisa fáctica preceptiva. b) La realidad asimismo acreditada del ocasional evento perjudicial sobrevenido, como consecuencia de la actuación negligente, en las personas o bienes de
los ofendidos o menoscabados en su patrimonio jurídico. c) Que dicha actuación negligente,
arriesgada y carente de previsión y cautela, sea imputable al sujeto físico y determinado a
quien se exija la responsabilidad por su imprudente conducta y consecuencia perjudicial
acaecida, por darse una relación directa y precisa de causalidad, o sea, por aparecer un nexo
causal indubitado entre el acto o hecho ejecutado u omitido y el concreto daño ocasionado.
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Comentarios al Código Penal
Finalmente y en lo atinente ya a la responsabilidad civil derivada de la infracción penal,
al igual que sucediera con las faltas contempladas en el antes analizado artículo 617 del CP,
adquirirán especial relevancia cuantos medios probatorios técnicos se hubieren verificado
en el seno del proceso de que se trate en orden a la fijación de las indemnizaciones que
correspondan a los ofendidos o perjudicados por tal capítulo. Por otro lado y por mor de
lo dispuesto en la Disposición Adicional 3ª del CP, incoado el procedimiento penal por
un hecho posiblemente constitutivo de alguna de las infracciones penales tipificadas en
el artículo 621 del CP de referencia, podrán comparecer y mostrarse parte en tales diligencias penales todos aquellos otros implicados en los mismos hechos que se consideren
perjudicados a resultas de éstos, cualquiera que sea la cuantía de los daños que reclamaren
(así, por ejemplo, las Compañías Aseguradoras por las sumas dinerarias desembolsadas al
perjudicado en un accidente de circulación causado por imprudencia de otro conductor).
Y, por último, todo ello tomando en consideración también lo establecido en materia de
responsabilidad civil subsidiaria en los artículos 120, 121 y concordantes del CP, en el artículo 1903 del Cc y en el resto de normativa existente al respecto.
Por lo demás y habiendo sido ya objeto de análisis en la presente obra el tipo delictivo de
homicidio y de lesiones causadas por imprudencia con ocasión del estudio de los artículos
142 y 152 del CP, resultará de aplicación lo allí tratado así como, de nuevo, la normativa genérica del Libro I del CP y lo ya expuesto a propósito del artículo 617 del mismo cuerpo legal.
Además y constituyendo las faltas de homicidio y de lesiones causadas por conductas
imprudentes verificadas con ocasión de la circulación de vehículos a motor y ciclomotores
la mayor parte de los supuestos de enjuiciamiento por la vía del artículo 621 del CP de
Juzgados y Tribunales, será asimismo de obligado interés un repaso a la normativa vial
vigente, especialmente, al Real Decreto 7/2001, de 12 de enero, por el que se aprueba el
Reglamento sobre la responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor, al Real Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a
motor y al Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, por el que se aprueba el
Texto Articulado de la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial,
así como al “Sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas
en accidentes de circulación”, incorporado por la Ley 30/1995, de 8 de noviembre para la
unificación de los criterios de valoración y cuantificación de la responsabilidad civil derivada de tales infracciones penales, y a las resoluciones de la Dirección General de Seguros
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Eva Mimbrera Torres
y Fondos de Pensiones mediante las que se han hecho públicas las actualizaciones anuales
de tales parámetros.
Y ello añadiéndose ahora que, para el caso de las infracciones penales tipificadas en
el artículo 621 del CP, el apartado 6º del mismo sigue sometiendo aquéllas al requisito de
procedibilidad de la denuncia previa de la persona agraviada o de su representante legal,
respecto de lo cual deberá atenderse también a lo previsto en el artículo 639 del CP en
relación a la legitimación del Ministerio Fiscal para formular tal denuncia, si el ofendido
por la ilícita acción fuera menor de edad, incapaz o persona desvalida, así como en relación a la eficacia del perdón del ofendido o de su representante legal para estas faltas en
cuestión. De igual modo y al hilo de ello, de especial interés resultará lo dispuesto en el
artículo 969.2º de la LECri, precepto éste que, redactado conforme a la LO 38/2002, de
24 de octubre, determina que, siendo preceptiva la asistencia del Ministerio Fiscal a aquellos juicios sobre faltas a los que fuere citado, “ (…) el Fiscal General del Estado impartirá
instrucciones sobre los supuestos en los que, en atención al interés público, los Fiscales
podrían dejar de asistir al juicio, cuando la persecución de la falta exija la denuncia del ofendido o perjudicado (…)”, supuestos éstos en los que “ (…) la declaración del denunciante
en el juicio afirmando los hechos denunciados tendrá valor de acusación, aunque no los
califique ni señale pena.”
Artículo 622
Los padres que sin llegar a incurrir en delito contra las relaciones familiares o, en su caso, de desobediencia infringiesen el régimen de custodia de sus hijos menores establecido por la autoridad judicial o
administrativa serán castigados con la pena de multa de uno a dos meses.
Precepto redactado por el artículo cuarto de la LO 9/2002 de 10 diciembre.
CONCORDANCIAS: artículo 584.1º del CP de 1973.
COMENTARIO.
El artículo 622 del CP cierra el Título I del Libro III del CP con la tipificación como falta contra las personas de la conducta de los padres que, sin llegar a incurrir en delito contra
las relaciones familiares o, en su caso, de desobediencia, infringiesen el régimen de custodia
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Comentarios al Código Penal
de sus hijos menores establecido por la autoridad judicial o administrativa, previendo para
tales supuestos una pena de multa de uno a dos meses, con el alcance establecido respecto
de tal sanción en los artículos 50 a 53 del CP y al que antes se ha hecho ya referencia con
ocasión del estudio del artículo 617 del CP.
Tal infracción penal deriva de la contemplada en el artículo 584.1º del CP de 1973 que
sancionaba a “Los padres de familia que, dejaren de cumplir los deberes de guarda o asistencia inherentes a la patria potestad por motivos que no fueren el abandono malicioso del
domicilio familiar o su conducta desordenada.”
En cualquier caso y como también antes se ha apuntado con objeto del análisis del
artículo 618 del CP, la actual redacción del artículo 622 del mismo cuerpo legal fue introducida por la LO 9/2002, de 10 de diciembre y permanece invariada en el Proyecto de LO
por la que se modifica la LO 10/1005, de 23 de noviembre, del CP (BOCG número 119-1,
de 15 de enero de 2007), versando hasta entonces tal precepto que “Los padres, tutores o
guardadores de un menor que, sin llegar a incurrir, en su caso, en el delito de desobediencia, quebrantaren la resolución adoptada por el Juez o Tribunal, apoderándose del menor,
sacándolo de la guarda establecida en la resolución judicial o por decisión de la entidad
pública que tenga encomendada la tutela, retirándolo del establecimiento, familia, persona
o institución tutelar a quien se le hubiese encomendado, o no restituyéndolo cuando estuvieren obligados, serán castigados con la pena de multa de uno a dos meses.”
Por lo demás, resultará ahora de aplicación lo dispuesto anteriormente con ocasión de
dichos comentarios del artículo 618 del CP a los que ahora nos remitimos, debiendo estar
asimismo a lo ya expuesto en esta obra con objeto del análisis de los artículos 221, 222,
224 y 556 del CP.
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