ACEPTANDO DE BUENA GANA EL PLAN SOBERANO DE DIOS Habacuc 3:16-19 Por Paco Jiménez Usado con permiso La soberanía de Dios indica que él es el gobernante único de todo el universo y que todo lo que ocurre en él está dentro de su control, "…en virtud de su obra creativa le pertenecen los cielos, la tierra, y todo lo que ellos contienen. Reviste plena autoridad sobre los ejércitos del cielo y los habitantes de la tierra. Sostiene todas las cosas con su omnipotencia y determina la finalidad que cada uno está destinado a servir. Gobierna como rey en el más absoluto sentido de la palabra y todas las cosas dependen de él y le sirven a él"1. Al respecto encontramos lo siguiente en la palabra de Dios: “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos” (Sal 103:19). “Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho” (Sal 115:3). “Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. Todo lo que Jehová quiere, lo hace en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos” (Sal 135:5-6). Por lo tanto, una definición de la doctrina de la soberanía de Dios, sería: “Dios está en completo control de todas las cosas y él ha permitido todo lo que sucedió, permite todo lo que sucede y permitirá todo lo que sucederá”. ¿Crees en la soberanía de Dios?_____ ¿Aceptas de buena gana la soberanía de Dios?_______ ¿Realmente se puede aceptar la soberanía de Dios?______ Personajes que aceptaron la soberanía de Dios en situaciones difíciles: 1. Job, pudo decir cuando perdió todo, aún a sus hijos: “Jehová dio y Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21b). 2. José pudo decir, cuando sus hermanos pensaban que él los aborrecería y se vengaría de ellos por lo malo que le hicieron: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora pues, no tengáis miedo, yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló y les habló al corazón” (Gn 50:20-21). 3. Habacuc, a pesar de que se conmocionó ante la venida del juicio de Dios, pudo decir: “Si bien estaré quieto en el día de la angustia, cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas”… “Con todo yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación” (Hab 3:16b, 18). 4. Pablo, aunque el Señor no le quitó su aguijón, pero le dijo que le bastara su gracia, pudo decir: “Por tanto de buena gana me gloriaré mas bien en mis debilidades para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Co 12:9b) Y nosotros, ¿aceptamos la soberanía de Dios de buena gana, sin amarguras y con gozo cuando ésta no nos gusta o no le conviene a nuestros intereses egoístas? 1 Louis Berkhof, Teología Sistemática, (Libros Desafío, Grand Rapids, Michigan, 2002), p. 88 Algunos ejemplos: 1. No tienes permiso de tus superiores (papás, maestros, patrón, pastores de la iglesia).________ 2. No llega tu “cristiano” o tu “cristiana”.________ 3. Se baja tu nivel económico._______ 4. Te hicieron alguna injusticia en la iglesia o crees que te la hicieron.______ 5. No hallas amistades cristianas que suplan tu necesidad social.______ 6. Te vienen decepciones familiares o conyugales o una desgracia fuerte a tu vida. ______ 7. Otras: _______________________________________________________. ESTUDIO BÍBLICO Del ejemplo de Habacuc, cuando acepta por fin el plan de Dios, nosotros también, aprendamos a aceptar su plan, con beneplácito, fortaleciéndonos en él. I. No nos quedemos sólo con la reacción emocional ante lo difícil (16a) A. La reacción emocional y física de Habacuc ante la teofanía del juicio de Dios: 1. Conmoción interna, temblor de labios, debilidad en sus huesos. 2. Fue una gran alteración a su sistema nervioso y aún a su cuerpo. B. A pesar de esta fuerte reacción física-emocional, Habacuc no la “anidó” (cf. 16b) C. Tú y yo, ¿ya aprendimos a no “anidar”, ni dejarnos controlar por la reacción físicaemocional ante las cosas fuertes que Dios permite en nuestras vidas? Porque cuando no aprendemos esto, podemos llevar en nuestras vidas “lastres” de amargura terribles que nos dañan a nosotros y también a otros (cf. He 12:15). II. Quedémonos con la reacción espiritual para aceptar el plan de Dios (16b-18). A. La reacción volitiva y espiritual que escogió Habacuc ante el inevitable juicio de Dios: 1. “Si bien, estaré quieto en el día de la angustia”, cuando suba al pueblo, el que lo invadirá con sus tropas”. ¡Qué sorprendente actitud de aceptación y humildad a la soberanía de Dios! (16b) 2. La forma en que Habacuc visualizó la invasión de los caldeos a su pueblo: a. Con la pérdida total de las cosechas. b. Con la pérdida total de la carne. c. Era la desgracia total y la peor hambre para él y para su pueblo (cf. Lam 2:12, 20; 4:4-9,10; 5:17-18). 3. La reacción espiritual de Habacuc no era una mera resignación ante lo inevitable, sino una aceptación profunda con alegría y gozo ante el plan de Dios. Como también Pablo dijo: “… por tanto de buena gana me gloriaré…” ¿recuerdan? B. Dejemos que Dios nos liberte de dejarnos regir por nuestras reacciones emocionales y pidámosle que nos enseñe a regirnos por las reacciones espirituales y maduras. III. Tomemos a Dios como nuestra fortaleza, para aceptar con beneplácito su plan soberano (19) A. La fuente de la fuerza de Habacuc en la aceptación del juicio de Dios no fue humana, sino divina. 1. Pues dijo: “Jehová el Señor” (el Dios auto existente, infinito y poderoso) es mi fortaleza. 2. El salmista, también dijo: “Jehová, roca mía y castillo mío y mi libertador;