héctor eduardo lázzaro

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HÉCTOR EDUARDO LÁZZARO
PROFESOR DE DERECHO ROMANO
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA. UNIVERSIDAD CATÓLICA
ARGENTINA.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PAMPA. UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.
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“XVI CONGRESO LATINOAMERICANO
DE DERECHO ROMANO”
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TEMA VIII
“LA ENSEÑANZA DEL DERECHO ROMANO
EN LAS UNIVERSIDADES ARGENTINAS DE
CÓRDOBA, BUENOS AIRES Y LA PLATA”
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS
SOCIALES
UNIVERSIDAD DE BUENOS
AIRES
Buenos Aires, 15 al 17 de agosto de
2004
INDICE
CAPÍTULO I: La Recepción del Derecho Romano
I.- La Universidad de Córdoba
II.- Creación de la cátedra de “Instituta”
III.- La Universidad de Córdoba y su influencia
sobre Vélez Sársfield y los Romanistas Argentinos
1
1
2
CAPÍTULO II: La Enseñanza del Derecho Romano
en las Universidades de Buenos Aires y La Plata
I.- La Universidad de Buenos Aires
1.- Creación de la cátedra de Derecho Romano
II.- Fundación de la Universidad de La Plata
CAPÍTULO III: La crisis en la enseñanza
del Derecho Romano
CAPÍTULO IV: La enseñanza y la investigación
Romanista en el siglo XXI
BIBLIOGRAFÍA
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5
6
8
10
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NNNNN
PONENCIA: TEMA VIII
”LA ENSEÑANZA DEL DERECHO ROMANO EN LAS UNIVERSIDADES
ARGENTINAS DE CÓRDOBA, BUENOS AIRES Y LA PLATA”
Por HÉCTOR EDUARDO LÁZZARO
Profesor de Derecho Romano
Universidad Nacional de La Plata. Universidad Nacional de La Pampa
Universidad Católica Argentina. Universidad de Buenos Aires
CAPÍTULO PRIMERO
LA RECEPCIÓN DEL DERECHO ROMANO
El “Derecho Romano” se introduce en nuestro país por vía de la recepción
junto con el “Derecho Hispano”, y tiene desde sus orígenes un profundo contenido
académico.
I.- LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA.
En el actual territorio argentino los estudios superiores se inician en el año
1614, cuando se funda la “Universidad Mayor de San Carlos”, en Córdoba, sobre la
base del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús, creado en 1613, gracias al tesón
de uno de los prelados que gobernó la diócesis de Tucumán, fray Fernando de Trejo y
Sanabria. Destinada a la formación del clero y sin facultad para conferir grados, sólo
pudo otorgarlos alcanzando en 1664, por un breve del Papa Gregorio XV.
La enseñanza se dividía en dos ramas: las Artes o Filosofía (incluía el
estudio de lógica, física y metafísica), y Teología, donde se enseñaban los cánones,
moral, las escrituras e historia sagrada. Para ingresar, se debía acreditar haber
cursado latín durante dos años, para manejar la lengua con habilidad.. Al ser
expulsados los jesuitas en 1767, los franciscanos se hicieron cargo de la Universidad,
introduciéndose algunas modificaciones en el régimen funcional existente.
II.- CREACIÓN DE LA CÁTEDRA “INSTITUTA DE JUSTINIANO”
Hasta el siglo XVIII la Universidad de Córdoba carecía de estudios jurídicos.
Por iniciativa del gobernador intendente de Córdoba, el marqués de Sobremonte, el
virrey Nicolás de Arredondo, erigió el 26 de febrero de 1791 la cátedra de “Instituta”,
designándose a Victorino Rodríguez, siendo primer pasante José Dámaso Gigena. La
primera clase se dictó el 22 de agosto y el primer examen el 17 de noviembre de
1791
-1Tres asignaturas integran el plan de estudios de la Escuela de Leyes:
Instituciones de Derecho Romano, Derecho Canónico y Moral.(1)
Se disponía que el término lectivo se iniciaba el 1º de marzo y terminaba el 15
de noviembre, debiendo los estudiantes
asistir a dos clases diarias de Derecho
Romano, la primera de 8 a 8,45 y la segunda de 15 a 15,45; al mes los alumnos
concurrían a 56 clases, durante el año a 448 clases, y en los años que duraba el curso,
llegaban al número de 952 clases, lo que permite advertir con la elocuencia de las
cifras cuánto se profundizaba el estudio del texto justinianeo.(2).
Como texto de enseñanza se proponía el comentario de Arnold Vinnius a la
“Instituta de Justiniano”, permitiendo el estudio directo y orgánico del Derecho Romano
en concordancia con el Derecho Castellano.(3)
Los primeros graduados
-dice Guillermo Rothe- bastarían para hacer a la
escuela acreedora de la gratitud nacional: Pedro Alcántara de Somellera y José
Manuel Luciano de Allende, de Buenos Aires; Pedro Ignacio Acuña de Catamarca;
José Antonio Ortiz del Valle, de Córdoba y Manuel José de Báez, del Paraguay.(4)
III.- LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA Y SU INFLUENCIA SOBRE
VÉLEZ SÁRSFIELD Y LOS ROMANISTAS ARGENTINOS
La Escuela del Derecho de Córdoba puso en el fundamento de las ciencias la
Filosofía, la Historia, el Derecho en general y el Derecho Romano, en particular.
De allí, por una inclinación mental, razonante e inquisitiva, sale hacia la
dogmática la jurisprudencia civil, comercial y penal en las dos formas en que Córdoba
se ha singularizado en el país, la magistratura y el foro, y como ambas provienen de la
Universidad, es ella el alma mater del pensamiento.
A la dirección filosófica y a la acentuada práctica de la exégesis jurídica hecha
sobre el Derecho Romano, se
relacionaba
la consideración
histórica. En
las
“Academias” de la Facultad de Jurisprudencia, según el plan del Deán Funes
(estudiado
por Vélez en la Escuela de Derecho de Córdoba, con las reformas
introducidas por el doctor Castro), se “estudiarían las Antigüedades y la Historia así del
Derecho Romano como del Patrio y del Canónico, sumamente necesarios
para
adquirir una perfecta inteligencia del verdadero espíritu de las Leyes.
La materia jurídica había de ser tratada según un método preciso, no de
comparación sino de análisis, relación y síntesis. Dado el derecho positivo vigente
se
-2iniciaba el análisis de la norma jurídica. Determinados sus elementos se establecía la
relación que existía entre ellos y el Derecho Romano. La relación era el fundamento
doctrinario del principio vigente.
Resulta sumamente interesante el camino seguido por la emblemática figura de
Dalmacio Vélez Sársfield durante la primera época de la Escuela de Derecho de
Córdoba. Es el período del Derecho Romano-Hispano, y funda sobre este
presupuesto, histórica y sociológicamente inconmovibles, la construcción nueva
resultante de la asimilación de la legislación moderna y del derecho científico.
Vélez asimiló, motivado por su talento y vocación jurídica, el plan y el método
propios de la Escuela de Derecho. Tuvo a su lado los grandes tratados de derecho que
la escuela había seleccionado. Todas estas afirmaciones están corroboradas por los
hechos.
Estos elementos son los que definen la formación jurídica romanística
de
nuestro codificador, exponente fidelísimo de dicha Escuela de Derecho. Vélez no fue
un fruto tardío del derecho civil francés, ni tampoco mucho menos, peregrino en el
camino científico de Freitas. Lo esencial de su formación jurídica era lo romanohispano, eso que constituía para él, y constituye para nosotros, el vínculo con el
derecho latino y la concepción latina de la vida o mejor cristiana occidental, la completó
en el ciclo científico con el derecho civil francés y el derecho científico de su época.
Al crearse nuevas universidades en el país, y con ellas la carrera de leyes,
podemos afirmar que sobre los pilares fijados por los maestros cordobeses, entre ellos
Velez Sársfield, quienes han transitado y transitan aún por los senderos del Derecho
Romano, siguieron y deberán seguir los principios trazados.(5)
Como apuntaba Díaz Bialet, “Ninguna Universidad, naturalmente, da toda la
cantidad de saber que un discípulo suyo tiene, al término o en la madurez de una vida
de trabajo, pero una universidad sí da, cuando no sólo instruye sino que forma, las
líneas directivas de la acción científica, orienta respecto a la materia a tratarse y a las
fuentes en las cuales se ha de estudiar”. Ésta es su función monitora, y de ella
proviene el fín práctico científico que consiste en indicar las direcciones capitales de la
investigación, el saber y las fuentes del que ha de provenir éste”(6)
-3CAPÍTULO SEGUNDO
LA ENSEÑANZA DEL DERECHO ROMANO
EN LAS UNIVERSIDADES DE BUENOS AIRES Y LA PLATA
I.- LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
En la segunda mitad del siglo XVIII, el estudio se limitaba a las enseñanzas
impartidas en el “Real Colegio de San Carlos”, fundado en 1783, sin facultad para
conferir grados, donde se dictaban clases de gramática, latinidad, filosofía y teología.
.La necesidad de establecer estudios superiores en Buenos Aires se fue
tornando necesaria ya que eran cada vez más numerosos los jóvenes porteños que
debían abandonar la ciudad para trasladarse a Córdoba o Chuquisaca.
Tal propósito, fue juzgado con severidad por el Conde Aranda -presidente del
Consejo de Indias-, quien en 1769 sostenía que “de la cátedra de leyes no se sacarán
más que mayores enredos pues habiéndolos hoy cuatro abogados, que será con
muchos más”.(6)
Distinto es, en cambio, el parecer que dos años después, en 1771, emiten los
cabildos, eclesiástico y secular, al informar al virrey Juan José de Vértiz. El procurador
general de la ciudad, Manuel Basavilbaso, en vista de los pareceres precedentes,
propone la creación de los “Estudios de Derecho” como parte de los del Colegio de
San Carlos. El Derecho Canónico, el Derecho Romano y el Derecho Indiano integran
el plan de estudios
Todo esto llevó al monarca Carlos III a expedir en 1778, una Real Cédula
autorizando la fundación de la Universidad. La que no llegó a instalarse a pesar de las
sucesivas instancias del cabildo porteño reclamando su erección.
La Revolución de Mayo adopta una nueva óptica en lo que a instrucción pública
se refiere. En 1815 se establece la “Academia de Jurisprudencia”, la que aparece
como predecesora de la Universidad, al considerar que “La instrucción de los
jóvenes jamás será completa si no estudian previamente leyes en la
Universidad”
Es durante la gobernación Martín Rodríguez cuando se concede al presbítero
Antonio Sáenz todas las facultades para fundar la Universidad.
-4El 9 de agosto de 1821 se decreta la creación de la “Universidad Mayor”,
otorgando “a ella y a los individuos que la componían todos los derechos y
prerrogativas de que gozaban las universidades mayores más privilegiadas”.
Al mismo tiempo se erigen el Departamento de Ciencias Sagradas, el
Departamento de Matemáticas, el Departamento de Medicina y el Departamento de
Jurisprudencia”.
En este último se inician las tareas docentes en 1822 con dos
cátedras: una de “Derecho Natural y de Gentes”, a cargo de Antonio Sáenz,
fundador y rector de la Universidad, y otra de “Derecho Civil”, desempeñada por
Pedro Alcántara de Somellera, sin incluir al Derecho Romano como materia autónoma.
Pese a ello no fue extraño su conocimiento a los estudiantes, sobre todo desde que lo
dictó el español Rafael Casagemas, durante veintiocho años, quien en 1833 adoptó
como texto las “INSTITUCIONES DE DERECHO REAL DE CASTILLA Y DE INDIAS”,
de José María Alvarez, con un apéndice escrito por Vélez Sársfield en 1834, sobre
concordancias entre el “DERECHO ROMANO” y el “DERECHO PATRIO”..
Gracias al desprendimiento y amor a dicha enseñanza por parte de Casajemas,
se debió que la Universidad no cerrara no obstante lo dispuesto en la orden del 27 de
abril de 1838, por la cual el gobierno retiraba su apoyo a la Universidad y los alumnos
debían pagar los sueldos del catedrático y del preceptor encargado de las aulas. (7)
CREACIÓN DE LA CÁTEDRA DE DERECHO ROMANO
Juan María Gutiérrez –rector de la Universidad entre 1861 y 1873, incorpora
nuevas materias al plan de estudios de jurisprudencia: Derecho Mercantil y Criminal, a
cargo de Carlos Tejedor y Manuel Obarrio, Derecho Público y Eclesiástico, que
reemplazó al “Derecho Canónico”, Derecho Constitucional y Administrativo, con
Florentino González y José Manuel de Estrada como profesores, “Procedimientos”, con
Antonio E. Malaver, Medicina Legal y dos cursos de
“Derecho Romano”, en los
primeros años de la carrera, cargo de Ezequiel Pereyra (1863-1867 y 1868-1871),
quien probablemente enseñaba con la guía del texto de Ortolán. Se destacaron en ésta
época Aurelio Prado y Rojas (1867-1868), Vicente Fidel López (1872-1873), quien
habiéndose sancionado el Código Civil relacionaba su texto con el romano; Pedro
Goyena (1874-1884).y Carlos Ibarguren qiuen anunciaba que extraería de las Institutas
y del Digesto los “principios sustanciales que han servido de base a las actuales
legislaciones”.(8)
En 1874 el “Departamento de Jurisprudencia se transformó en la “Facultad de
-5Derecho y Ciencias Sociales”. El primer plan de estudios aprobado en 1875,
distribuyó al Derecho Romano” en dos cursos del 1ª y 2ª año de la carrera, como
materia indispensable para obtener el título de Licenciado en Derecho.
En 1947 se redistribuyó la enseñanza de la materia con un nuevo curso de
“Instituciones de Derecho Romano”, siendo su titular el doctor José M. Caramés
Ferro, asignado al primer año del Ciclo Básico de la carrera de abogacía y notariado y
otro de “Derecho Romano Profundizado”, a cargo del doctor Eduardo Rafael
Elguera, que se dictaba en el ciclo de intensificación del sexto año, de carácter
optativo.
En 1952 se dictó un nuevo plan de estudio que redujo la enseñanza del Derecho
Romano a un solo curso en el primer año de la carrera, unificándose los contenidos a
los planes de estudio de las restantes Universidades Nacionales.
Sesde 1986, Derecho Romano integra el Departamento de Derecho Privado, y
es obligatoria para que aquellos alumnos que siguen la orientación en derecho
privado, y optativa respecto de quienes elijan otra orientación y deseen interiorizarse
en esta disciplina. La materia se dicta en forma cuatrimestral y se ubica al final de la
carrera, en lo que ha dado en llamarse “Ciclo Profesional Orientado”. (9)
Entre los profesores que se han distinguido en la enseñanza del Derecho
Romano en la Universidad de Buenos Aires, cabe mencionar a
Carlos Ibarguren,
Gastón Federico Tobal, Guillermo L. Allende, Carlos Ambrosioni, Ángel Lapieza Elli,
Nélida E. Trincavelli, Nina Ponssa de la Vega de Miguens y Nelly Louzán de
Solimano.
II.- FUNDACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE LA PLATA
Sobre la base de un proyecto presentado por el senador Rafael Hernández el
12 de junio de 1889, una ley promulgada el 2 de enero de 1890 creó la tercera
Universidad del País, de carácter provincial, ordenándose su funcionamiento mediante
un decreto de año 1897, dictado por el gobernador, Guillermo Udaondo y suscripto por
los ministros Valentín Alsina, Emilio Frers y Manuel Greco.
El 14 de febrero de 1897, fue designado primer rector el doctor Dardo Rocha,
fundador de la ciudad de La Plata y ex gobernados de la provincia de Buenos Aires,
inaugurándose la Universidad el 18 de abril de 1897.
Cuatro facultades la componen y una de ellas es la “Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales”, cuyo primer decano fue Dalmiro Alsina. Tanto su constitución,
como su plan de estudios responden a los vigentes en la Universidad de Buenos Aires.
-6Mediante una ley convenio del 12 de agosto de 1905, entre los gobiernos de la
Nación y de la Provincia de Buenos Aires, la Universidad es nacionalizada por iniciativa
del Joaquín V: González, ministro de Justicia e Instrucción Pública, quien el 17 de
marzo de 1906 asumió como primer presidente de la Universidad Nacional de La Plata.
La enseñanza se dividía en dos ciclos: uno de cuatro años, destinado a los
estudios profesionales, acabado el cual se obtenía el título de abogado de la Nación y
de la Provincia de Buenos Aires, y otro de dos años, destinado a profundizar los
estudios, otorgando el título de doctor en ciencias jurídicas. A la enseñanza de
los derechos Civil, Comercial, Penal y Procesal, se dedicaban dos años y otros dos
para el Derecho
Civil Comparado;
el derecho político comprendía cuatro cursos:
Historia Constitucional de la República Argentina, Derecho Constitucional Argentino,
Derecho Público Provincial e Historia de las Instituciones Representativas; finalmente,
integrando los estudios de la carrera figuraba “Historia del Derecho Romano”.(10)
Constituida la Facultad inicia sus actividades el 3 de marzo de 1906, Rodolfo
E. Rivarola es nombrado decano y designa al doctor Salvador de la Colina “para que
examine y clasifique los trabajos escritos que presenten los alumnos de Historia del
Derecho Romano”.
Sobre la importancia de esta materia , Rivarola, luego de reconocer la función
pedagógica que cumple la misma, decía: ”la justa apreciación del derecho actual
arrancará siempre del desenvolvimiento histórico de las instituciones, y el
génesis de las ideas jurídicas está en la forma antigua”.
En 1921 la materia pasa a denominarse “Evolución de las Instituciones
Jurídicas de Roma” y desde 1953 a la fecha “Derecho Romano”, ubicada siempre
en el primer año de la carrera de abogacía, con una duración de cuatro meses.
Entre los profesores catracterizados por su saber en el Derecho Romano, hasta
año 1985 se encuentran Enrique Sagastume (año 1912), Juan A: González Calderón
(1914), Enrique R. Rivarola, Gastón Federico Tobal, Carlos Ambrosioni, Alfredo Di
Pietro, Mario Jorge Ponce de León y Ángel Lapieza Elli.(11)
-7CAPÍTULO TERCERO
LA CRISIS EN LA ENSEÑANZA DEL DERECHO ROMANO
Señalaba en 1979 el profesor Álvaro D`Ors que el verdadero punto de partida
en la formación del jurista se encuentra dentro del Derecho Romano, mediante una
profundización en sus raíces, puede ofrecer la deseada introducción formativa del
jurista.
Esta es también la razón por la cual la enseñanza del Derecho Romano se ha
orientado siempre para servir como introducción al estudio del derecho, concentrada
en las instituciones básicas del derecho privado y en el ejercicio del planteamiento de
resolución de casos.
Cualquier reforma en ésta disposición de la enseñanza del Derecho Romano
causaría un grave perjuicio para la formación total de los estudiantes, dejando al futuro
jurista sin una verdadera educación, haciéndole caer en la atracción del positivismo
jurídico.(12)
El doctor Mario César Russomano escribía en el año 1985: “El Derecho
Romano es de importancia principalísima para la formación de los futuros abogados y
debe ser mantenido como materia fundamental en el primer año de la carrera. Las
dificultades que presenta su enseñanza como medio para transmitir a los alumnos los
conocimientos necesarios, deben referirse a la formación de los docentes y al método
didáctico; no a su ubicación en el plan de estudios”.(13)
El profesor Luis Rodolfo Arguello, en una memorable clase magistral, en el “XV
Encuentro de profesores de Derecho Romano”, celebrado en Mendoza en el año 1999,
decía que “a partir de la década del `80, cuando se produce la virtual eliminación
del Derecho Romano de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la
Universidad de Buenos Aires, se inicia en el país una crisis en la enseñanza de la
disciplina que hoy tiene caracteres alarmantes”.
Y agregaba el recordado maestro: “Sin duda vivimos una crisis de la
enseñanza de la legislación romana que una decadente dirigencia universitaria
no se anima a ponerle fin. Si bien el Derecho Romano carece de vigencia
positiva, mantiene su vitalidad, no ha muerto, ni ha desaparecido. Por ello a
medida que se profundiza su estudio, vamos encontrando la riqueza de su
contenido”.(14)
“¿En qué reside la importancia del Derecho Romano en la actualidad?
-8Explica el romanista español Ursicino Álvarez Suárez que la continuidad del
estudio del
Derecho
Romano se justifica,
además de las razones históricas
conocidas, como base indispensable para entender el actual derecho
privado
porque constituye el más valioso instrumento para “la interpretación del derecho
vigente, el ejercicio de la función judicial y las tendencias unificadores del derecho
privado en los distintos países”.(15)
Como acertadamente opinan los profesores Ghirardi y Alba Crespo, “El
Derecho Romano es la base de los sistemas jurídicos occidentales. Entre ellos el
nuestro. Porque la vida humana es un flujo de acontecimientos en el que el
pasado actúa sobre el presente para definir el futuro. Toda vida es devenir,
ninguna cosa surge de la nada. Por esta razón, los doce siglos de historia de
Roma están plasmados en su derecho, lo que ha permitido la continuidad del
desarrollo de sus conceptos básicos. Conceptos que pasaron después a otros
sistemas jurídicos, y de allí fueron adoptados por nuestro país”(16)
Precisamente por ser el Derecho Romano la principal fuente de los
ordenamientos legales de toda América Latina, en el coloquio celebrado entre
profesores universitarios sudamericanos e italianos en Brasilia, en 1980, fue estimado
como el elemento unificador para contribuir a la integración jurídica de los distintos
países, como complemento necesario de la integración económica de los mismos.(17).
Coincidentemente, Bernardo Nespral sostiene que “Ésta importancia del
Derecho Romano ha dado lugar a la formación de una doctrina jurídica común a los
pueblos de Europa continental, y no se debe olvidar cuando en el momento presente
se afianza la recuperación de esa unidad, con la Unión Europea y el MERCOSUR.(18)
La “Asociación de Derecho Romano de la República Argentina”, que agrupa
profesores romanistas de todo el país, se ha constituido en un sólido baluarte frente a
quienes pregonan un positivismo a ultranza, postulando la supresión del Derecho
Romano, manteniendo para ello una fluida relación y reuniéndose en encuentros
bianuales. Los profesores argentinos participan en los Congresos Latinoamericanos e
Iberoamericanos de Derecho Romano, que reúnen periódicamente a estudiosos de
toda Latinoamérica, de Italia, España y otros países.
-9CAPÍTULO CUARTO
LA ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN ROMANISTA EN EL SIGLO XXI
No existe en la historia universal fenómeno más sorprendente ni más admirable
que el de la permanencia y subsistencia de las instituciones jurídicas romanas, fuera
de los límites espaciales y temporales de su vigencia. El doctor Norberto Rinaldi, en su
obra “Lecciones de Derecho Romano”, sintetizó esta cuestión en los siguientes
argumentos:
1º) Valor propedéutico del Derecho Romano
Su enseñanza tiene un innegable papel en la preparación de los estudiantes de
Ciencias Sociales. Su carácter histórico y la comprensión del proceso evolutivo del
derecho, torna a la materia en un vehículo para que quien se inicia en la carrera tenga
una noción amplia de la misma y adquiera una sólida base para su desarrollo.
2º) Valor histórico
Es imprescindible estudiarlo como antecedente del Derecho Argentino. .
3º) Elemento imprescindible para estudiar derecho comparado
Por constituir la base de los códigos modernos, su conocimiento resulta ser
imprescindible para poder efectuar el análisis de instituciones de diversos países.
4º) Origen común de instituciones de derecho público
Muchas instituciones pertenecientes a la rama del derecho público tiene su
raigambre en el derecho romano, talles como el derecho de asilo, el defensor del
pueblo, la acción popular y el derecho procesal.
5º) Ubicación de la materia en la carrera de abogacía
En el “Primer Encuentro Nacional de Profesores de Derecho Romano”,
celebrado en el año 1977, se estableció que es indispensable que la materia se
desarrolle como básica e inicial en los planes de estudios y que debe dictarse en no
menos de dos cursos que deberán comprender las Instituciones del Derecho Público y
las de Derecho Privado, con especial referencia al Derecho Argentino
Por todo ello, junto al recordado doctor Arguello, digamos que “No nos está
permitido, pues, aceptar que las aulas universitarias cierren sus puertas si
aspiramos a mantener encendido el espíritu de Occidente. Es menester que
aprendamos de Roma a amar el Derecho y a luchar por él y a enseñar que el
Derecho Romano participa de lo eterno de Roma”.(19)
-10BIBLIOGRAFIA
(1)”Los estudios del Derecho en Córdoba”(1791-1991), Córdoba,1991, p.25; SEOANE,
María Isabel:”La Enseñanza del Derecho en la Argentina”, ed,Perrot, Bs.As.,1981,p.41
(2) DÍAZ BIALET, Agustín:“El Derecho Romano en la obra de Vélez Sársfield”,
Córdoba,1952, volumen I, p. 6.
(3) SEOANE, María Isabel: ob. cit., p. 42.
(4) Discurso del Excmo. Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación,
Doctor Guillermo Rhote, en “Sesquicentenario de la Primera Cátedra de Instituta 17911941”, Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales,
1941, p. 23, cit. por SEOANE, María Isabel, ob. cit., p. 43.
(5) DÍAZ BIALET, Agustín: ob. y vol. citds., pp 1,3,6,13 y 15.
(6) DÍAZ BIALET, Agustín: ob. cit., vol. I, p 3, nota nº 3 y p. 5
(7) SEOANE, María Isabel: ob. cit., p 54.COCA, Aldo Armando:”La Primera Escuela de
Leyes”, ed. El Ateneo, Bs.As., 1951, p. 58.; LEVAGGI, Abelardo:”El Romanismo de los
primeros comentaristas del Código Civil Argentino”, Revista de Estudios HustóricoJurídicos de Valparaíso, Chile, año 1991, v. XIV, pp 137-138.
(8) LEVAGGI, Abelardo: ob. cit., pp 138-139.
(9) TAU ANZOÁTEGUI, Víctor:”La codificación en la Argentina”(1810-1870), Bs.
As.,1977, pp. 105,221-222; PESTALARDO, Agustín:”Historia de la enseñanza de las
ciencias jurídicas y sociales en la Universidad de Buenos Aires”, año 1914, p. 124-125
(10) CASTIÑEIRAS, Julio R.:”Historia de la Universidad de La Plata”, Publicación
oficial, La Plata, 1938, t. I, p. 38, cit. por SEOANE, María Isabel, ob. cit., p. 97; ARANO,
Liliana:”Quién fundó la Universidad de La Plata”, revista “TEUCO”, año II, nº 2, p.11-12.
(11) SEOANE, María Isabel, ob. cit., p. 99-100; FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS
Y SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA:”Libro de Actas Nº 1”,
Resolución Nº 22 del 1º de noviembre de 1906, p.13 y sigts.
(12) D´ORS, Álvaro:”Sistemas de las Ciencias”, Pamplona, 1979, pp 53-54
(13) RUSSOMANO, Mario César:”Crisis de la Enseñanza del Derecho Romano”,
Revista “El Derecho”, t. 114,pp 903-907.
(14) ARGUELLO, Luis Rodolfo:”La Crisis del Derecho Romano”, Revista de Drecho
Romano de la república Argentina”, v. I, Córdoba, 2003, pp 29-33.
(15) ÁLVAREZ SUÁREZ, Ursicino:”Curso de Derecho Romano”,Madrid,1955,t.I,p. 71
(16) GHIRARDI, Juan Carlos y ALBA CRESPO, Juan José:”Manual de Derecho
Romano”, ed. EUDECOR, 1ª edición, Córdoba, 2000, p. 22.
(17) UNIVERSIDAD DE BRASILIA: “Direito e Integraçao”, año 1981.
(18) NESPRAL, Bernardo”La Supervivencia del Derecho Romano”, “El Derecho”, diario
del 11 de enero de 2000, p. 1.
(19) ARGUELLO, Luis Rodolfo: ob. cit., p.35.
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