Papel de la radiologıa intervencionista en el diagno´ stico y

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Med Clin (Barc). 2013;140(10):458–465
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Revisión
Papel de la radiologı́a intervencionista en el diagnóstico y tratamiento de la
columna vertebral dolorosa
Fernando Ruiz Santiago a,*, Marı́a del Mar Castellano Garcı́a a y Francisco Aparisi Rodrı́guez b
a
b
Servicio de Radiodiagnóstico, Centro de Traumatologı´a, Hospital Universitario Virgen de las Nieves, Granada, España
Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital La Fe, Valencia, España
I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O
R E S U M E N
Historia del artı´culo:
Recibido el 12 de abril de 2012
Aceptado el 6 de septiembre de 2012
On-line el 21 de noviembre de 2012
En este artı́culo se realiza una revisión general de los diferentes procedimientos intervencionistas
percutáneos, guiados mediante técnicas de imagen, y utilizados para el diagnóstico y tratamiento de las
diversas causas responsables del dolor de raquis. Estos procedimientos pueden ser meramente
diagnósticos, como la discografı́a y la biopsia, diagnósticos y terapéuticos, como las infiltraciones, o
puramente terapéuticos, como la vertebroplastia, las técnicas descompresivas del disco intervertebral o
la ablación tumoral. Se revisan las indicaciones, ventajas y complicaciones de las diferentes técnicas.
ß 2012 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
Palabras clave:
Columna
Inyecciones epidurales
Vertebroplastia
Cifoplastia
Biopsia ósea
Ablación tumoral
Role of interventional radiology in diagnosis and management of the painful
spine
A B S T R A C T
Keywords:
Spine
Epidural injections
Vertebroplasty
Kyphoplasty
Bone biopsy
Tumour ablation
The aim of this article is to perform a general review of the different radiological percutaneous
procedures used to diagnose and treat the many causes of back pain. These procedures can be merely
diagnostic, such as discography and biopsy, diagnostic and therapeutic, such as epidural and facets
injections, or only therapeutic, such as vertebroplasty, decompressive techniques of the intervertebral
disk and tumour ablation. We review the indications, advantages and complications of these techniques.
ß 2012 Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Introducción
Las causas de dolor vertebral pueden clasificarse en mecánicas e
inflamatorias. El dolor mecánico supone el 97% de las causas de
dolor vertebral, incluyendo diagnósticos como el esguince, la
degeneración discal y facetaria, la estenosis de canal, espondilolistesis y las fracturas osteoporóticas. Las causas no mecánicas
suponen el 1%, incluyendo la patologı́a inflamatoria, infecciosa y
tumoral1.
Este artı́culo describe los principales procedimientos intervencionistas guiados mediante técnicas de imagen para el diagnóstico
y tratamiento de las diferentes causas de dolor originado en el
raquis. Nos basamos en nuestra experiencia y en la evidencia
cientı́fica publicada. Los grados de recomendación a favor o en
* Autor para correspondencia.
Correo electrónico: [email protected] (F. Ruiz Santiago).
contra de su uso, en base a la evidencia2–5, se recogen en las tablas
1 y 2.
Preparación del paciente
La ley de autonomı́a del paciente regula que el consentimiento
informado para cualquier procedimiento intervencionista debe
obtenerse con antelación a la prueba, de modo que el paciente
tenga tiempo suficiente para reflexionar o consultar6.
De los parámetros analı́ticos es especialmente importante la
coagulación. Los procedimientos percutáneos están contraindicados con el recuento plaquetario menor de 100.000/mm3, actividad
de protrombina menor del 70% y una international normalized ratio
(INR) superior a 1,4. En los pacientes que toman acenocumarol
debe reemplazarse entre 5-7 dı́as antes por heparina de bajo peso
molecular, 40-60 mg/dı́a por vı́a subcutánea. Los pacientes que
toman antiagregantes plaquetarios deben de suspenderlos entre 710 dı́as antes7.
0025-7753/$ – see front matter ß 2012 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2012.09.016
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Tabla 1
Grado de recomendación, a favor o en contra de una técnica diagnóstica y/o terapéutica, en base a los niveles de evidencia cientı́fica
Grado de recomendación
Nivel de estudio
Tipo de estudio diagnóstico o terapéutico
Fuerte (buena evidencia)
I
Ensayo clı́nico aleatorizado ciego
Revisión sistemática de estudios de nivel I
Estudio de exactitud diagnóstica con criterios diagnósticos establecidos y estándar
de referencia de aceptación universal
Moderada (evidencia moderada)
II
Ensayo clı́nico de baja calidad (menos del 80% de seguimiento, no ciego o aleatorización inadecuada)
Estudios prospectivos comparativos
Revisión sistemática de estudios de nivel II, o de nivel I con resultados inconsistentes
Estudio de exactitud diagnóstica que introduce nuevos criterios diagnósticos con estándar de
referencia de aceptación universal
III
Estudios de casos y controles
Estudios comparativos retrospectivos
Revisiones sistemáticas de estudios de nivel III
Estudios diagnósticos sin estándar de referencia consistente
Débil (pobre evidencia)
IV
Series de casos
Ausencia de estándar de referencia
Muy débil (evidencia insuficiente)
V
Opiniones de expertos
Hallazgos inconsistentes o ausencia
de investigación
Para la infiltración local de anestesia se recomienda un
anestésico de acción media del grupo de las amidas (mepivacaı́na).
La dosis máxima permisible es de unos 7 mg/kg. La sedación se
puede realizar con benzodiacepinas (midazolam), pudiéndose
administrar entre 1-5 mg según el grado de ansiedad del paciente.
Si el procedimiento se supone muy doloroso, se puede recurrir a
opiáceos como el Fentanest1, administrando entre 0,02 y 0,15 mg.
Consideraciones técnicas
Los métodos de imagen más utilizados en el intervencionismo
de columna son la radioscopia y la tomografı́a computarizada (TC).
La aguja utilizada para la aplicación de anestesia local puede
servir de guı́a para calcular el ángulo de punción, la dirección y la
distancia a la diana. Otros autores prefieren el uso de rejillas
metálicas para la localización más precisa del abordaje.
Es importante optimizar la dosis de radiación, dependiente
fundamentalmente de la complejidad y duración del procedimiento. El principal problema de las intervenciones guiadas con TC
es la repetición de imágenes sobre la misma área anatómica,
pudiendo irradiar al paciente con dosis absorbidas tan elevadas
como 1,6 Gy8.
Complicaciones
Las complicaciones (fig. 1) comunes a cualquier procedimiento
percutáneo incluyen las debidas a la técnica empleada y las
secundarias a la medicación usada. Entre las primeras hay que
reseñar la infección (espondilodiscitis, absceso epidural o meningitis), lesión vascular con hematoma, neumotórax, etc.9.
Entre las debidas a la medicación, destacaremos las reacciones
alérgicas. Los glucocorticoides pueden producir enrojecimiento
cutáneo. La aracnoiditis suele ser secundaria a la infiltración
intratecal. La reacción alérgica a los anestésicos puede manifestarse con hipotensión, broncoespasmo, edema y náuseas, y, en muy
raras ocasiones, puede poner en riesgo la vida del paciente. Como
regla fundamental, se debe evitar la inyección intravascular del
anestésico7.
Tabla 2
Grados de recomendación de las técnicas intervencionistas en el diagnóstico y tratamiento del dolor de raquis, basados en los niveles de evidencia cientı́fica
Técnica
Indicación
Referencias
Grado de recomendación
Bloqueo nervioso facetario diagnóstico
Bloqueo nervioso facetario terapéutico
Descompresión percutánea del disco
Discectomı́a automática
Discogel
Ozono
Radiofrecuencia
Técnica láser
Dolor facetario
Dolor facetario
Hernia discal contenida
3, 5
3, 4
Moderada/fuerte
Moderada
3, 33
34
34
3
3, 32
Moderada
Débil
Débil
Débil
Moderada
Discografı´a
Inyección epidural
Dolor discógeno
Hernia discal
Radiculopatı́a
Columna operada
Estenosis de canal
Dolor discógeno
Dolor facetario
Dolor facetario
Dolor sacroiliaco
Dolor sacroiliaco
Dolor facetario
Dolor discógeno
Fractura osteoporótica
Fractura tumoral
3, 5, 10
3, 4, 17
Moderada
Moderada/fuerte
3, 4, 17
Débil/moderada
3, 4
3, 4
3, 4, 5, 27
4, 27
4
3, 4, 31
40, 41
40, 41
Moderada/fuerte
Muy débil/débil
Débil/moderada
Débil
Débil/moderada
Débil
Moderada
Muy débil/débil
Inyección facetaria diagnóstica lumbar, dorsal y cervical
Inyección facetaria terapéutica lumbar, dorsal, cervical
Inyección sacroiliaca diagnóstica
Inyección sacroiliaca terapéutica
Rizolisis lumbar
Tratamiento termal intradiscal
Vertebroplastia/cifoplastia
Las técnicas se describen en orden alfabético.
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Figura 1. Complicaciones del intervencionismo percutáneo. Sagital T1 (A) y STIR (B) de una discitis tras punción discal (flecha). C) Tomografı́a computarizada de hematoma
retroperitoneal tras punción discal (flecha).
Procedimientos diagnósticos
En la figura 2 se exponen ejemplos de discografı́a y biopsia.
Discografı´a
La discografı́a se utiliza para el diagnóstico del dolor de origen
discógeno, cuya prevalencia se estima entre el 26-39% de los
pacientes con dolor lumbar crónico sin sı́ntomas radiculares10.
Generalmente se utiliza como técnica previa a la artrodesis
quirúrgica, para determinar aquellos discos intervertebrales que
deben incluirse en la fijación. La aproximación al disco suele
hacerse guiada mediante fluoroscopia, por vı́a posterolateral
derecha a nivel lumbar y anterolateral derecha a nivel cervical,
con agujas 22-23 G. La aguja se debe colocar en el centro del disco,
donde se inyectan entre 1-3 cc de contraste a nivel lumbar y 0,5-1,5
a nivel cervical. El paciente debe relatar si la inyección de contraste
le provoca dolor, su intensidad y si este dolor es similar al que él
padece habitualmente10.
Morfológicamente el disco se evalúa en la fluoroscopia y con
una TC que permite delimitar el grado de degeneración discal, la
presencia de fisuras y su grado de extensión en el anillo fibroso.
Estas alteraciones morfológicas se consideran menos relevantes
que la provocación del dolor en la toma de decisiones. Los criterios
aceptados por la International Association for the Study of Pain para
diagnosticar el dolor discógeno es la reproducción de los sı́ntomas
del paciente con la estimulación del disco, mientras que la
inyección en los 2 discos adyacentes no provoca dolor3.
Biopsia
En los pacientes con tumor conocido la biopsia se puede utilizar
para confirmar la afectación metastásica o para determinar en la
muestra la existencia de marcadores tumorales que orienten hacia
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Figura 2. A) Discografı́a normal. La distribución de contraste se ubica exclusivamente en el núcleo pulposo (flecha). B) Discografı́a. Disco degenerado con contraste en núcleo
pulposo y anillo fibroso. C) Biopsia coaxial en una discitis. D) Biopsia coaxial en un tumor de células gigantes del arco vertebral. E) Biopsia transpedicular en una metástasis de
mama. F) Biopsia coaxial en una leucemia del saco tecal.
un tratamiento especı́fico. En ausencia de tumor primario conocido
la biopsia es importante para el diagnóstico inicial y la
planificación del abordaje terapéutico.
Las técnicas percutáneas guiadas por imagen ofrecen grandes
ventajas sobre las técnicas quirúrgicas: posibilidad de obtener
muestras de regiones más profundas, en las áreas no necróticas, el
uso de anestesia local, menor demora en el inicio de la radioterapia,
etc.11.
Generalmente se debe usar una técnica coaxial: a la lesión se
aproxima una cánula gruesa y corta que permita extraer varias
muestras con una trefina más delgada y larga. Bajo control de TC la
vı́a posterolateral es la más utilizada, aunque también es factible la
vı́a transpedicular.
La rentabilidad diagnóstica se incrementa obteniendo un
mı́nimo de 3 muestras en lesiones óseas y 4 en las lesiones de
partes blandas12. La exactitud diagnóstica se define como la
capacidad de hacer un diagnóstico correcto en la muestra y se
determina como el porcentaje entre verdaderos positivos y
negativos con respecto al total de la muestra. En las biopsias
percutáneas de columna es superior al 80%11, mayor en lesiones
Figura 3. A y B) En la infiltración foraminal lumbar contactamos con la aguja el disco intervertebral (flecha superior). Para la infiltración facetaria preferimos la parte inferior
de la articular inferior, donde contacta con la lámina (flechas inferiores). C) Infiltración facetaria cervical. D) infiltración epidural foraminal a nivel cervical. E) Inyección
epidural lumbar interlaminar y facetaria lumbar (F) con control de tomografı́a computarizada.
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Figura 4. A) Rizolisis. Colocación de la aguja en la base de la apófisis transversa donde pasa el ramo dorsal del nervio espinal. B) Ablación termal con radiofrecuencia del disco
L5-S1. C) Reconstrucción multiplanar coronal de osteoma osteoide del arco vertebral (flecha). D) Imagen axial durante la ablación tumoral con radiofrecuencia. E)
Vertebroplastia en un paciente con espondilitis anquilosante. F) Drenaje de absceso prevertebral tuberculoso. G) Drenaje de absceso brucelósico en compartimento del psoas.
osteolı́ticas que en osteoblásticas, y también en metástasis que en
tumores primitivos. En la infección la exactitud suele ser menor
porque muchos casos se puncionan posteriormente al inicio del
tratamiento antibiótico13.
Procedimientos diagnósticos y terapéuticos
Infiltraciones
Las infiltraciones en columna pueden emplearse de forma
diagnóstica o terapéutica. En la figura 3 se exponen algunos
ejemplos de infiltraciones.
Para diagnóstico se inyecta anestésico en el área supuestamente
responsable del dolor y se determina si la duración de la analgesia
es acorde con el tiempo de acción del anestésico inyectado14. La
inyección terapéutica es técnicamente similar, pero al anestésico
se le añade glucocorticoide para prolongar el efecto antiinflamatorio sobre la zona dolorosa. Se inyecta un máximo de 20 mg de
triamcinolona en cada articulación facetaria a tratar, y de 80 mg
para las infiltraciones epidurales.
Las áreas de actuación suelen ser el disco intervertebral, las
estructuras nerviosas y las articulaciones interapofisarias. La
inyección intradiscal de glucocorticoides puede estar indicada
en pacientes con dolor de origen discógeno y puede realizarse en el
mismo procedimiento de la discografı́a, cuando resulta positiva.
Aunque es un procedimiento controvertido, algunos autores lo
consideran eficaz para el alivio temporal de los sı́ntomas cuando
existen signos de degeneración discal con edema óseo vertebral
subcondral (cambios Modic tipo I)15.
En el caso de las estructuras nerviosas se infiltra el espacio
epidural y/o perirradicular. La aproximación epidural se puede
hacer por vı́a caudal, transforaminal o interlaminar. Suele estar
indicada en pacientes con radiculopatı́a y que no han respondido
de forma satisfactoria al tratamiento conservador. En el dolor
espinal no referido se deben considerar otras técnicas.
Se considera que las inyecciones transforaminales son más
eficaces que las interlaminares debido a la deposición de mayor
cantidad de medicación en el espacio epidural anterior16, aunque
del análisis de revisiones sistemáticas se concluyó que, a nivel
lumbar, la inyección caudal de corticoides es la forma más efectiva
de infiltración epidural17.
La seguridad de las inyecciones epidurales cervicales transforaminales se ha cuestionado debido a la presentación de
complicaciones graves como infarto cerebral, medular y muerte,
por lo que han sido abandonadas en muchos hospitales18. Estas
complicaciones pueden ser secundarias a vasoespasmo, embolia
por partı́culas de glucocorticoides o lesión directa de una arteria
radicular. A nivel lumbar, aunque más raro, también se han
comunicado complicaciones similares tras la infiltración transforaminal19. Especial precaución debe de tenerse en las inyecciones
altas, ya que la más grande de las arterias radiculares, la arteria de
Adamkiewicz, se origina entre T9 y T12 en el 75% de los casos, y
entre L1 y L2 en un 10%, aunque puede tener un origen tan alto
como T520. Como medidas preventivas se ha recomendado el uso
de glucocorticoides solubles, para disminuir el riesgo de embolia
por partı́culas, y de agujas de punta roma, que minimicen el riesgo
de lesión vascular. Un estudio reciente no ha demostrado
diferencias significativas en la reducción del dolor en las
infiltraciones cervicales con el uso de glucocorticoides solubles
frente a los insolubles21.
Las articulaciones facetarias se consideran responsables del
dolor cervical crónico en el 36-67% de los casos, diagnosticado
mediante infiltración anestésica guiada por imagen. La distribución de los fármacos, intraarticular o periarticular, no influye en el
porcentaje de alivio del dolor22.
Sobre las infiltraciones facetarias dorsales se ha publicado poco,
pero también se consideran útiles cuando el diagnóstico es
apropiado23.
A nivel lumbar las facetas articulares se consideran responsables del dolor crónico en el 15-45% de los pacientes con lumbalgia
crónica. Los resultados del tratamiento son inferiores en las
infiltraciones intraarticulares frente al bloqueo del ramo dorsal que
inerva las facetas4,24. Tampoco se han encontrado diferencias
significativas entre la infiltración con anestésico aislado o asociado
a glucocorticoides25.
En ocasiones la degeneración facetaria viene asociada a la
presencia de quistes sinoviales o gangliones paravertebrales.
Pueden ser sintomáticos por su tamaño o por compresión de
estructuras nerviosas vecinas. De forma percutánea se puede
aspirar su contenido, que, como suele ser gelatinoso, requiere una
aguja de mayor calibre (14 G). Tras el drenaje se infiltra con
glucocorticoides y/o anestésico26.
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Las articulaciones sacroilı́acas se consideran responsables de
lumbalgia crónica en el 10-19% de los casos. La evidencia de la
utilidad de las infiltraciones como técnica diagnóstica es superior a
su uso como método terapéutico27. El efecto terapéutico suele ser
mayor en pacientes sin fusión articular28 y cuando se hace
infiltración conjunta intraarticular y extraarticular29.
Procedimientos terapéuticos
Rizolisis
Cuando la infiltración facetaria produce un alivio sintomático
consistente, aunque temporal, se puede plantear la rizolisis o
denervación facetaria (fig. 4A). Este procedimiento trata de
destruir las raı́ces sensitivas que inervan las facetas con el
objeto de conseguir un alivio sintomático permanente. Estas
raı́ces proceden de las ramas mediales del ramo dorsal del nervio
espinal superior e inferior a cada articulación, por lo que se debe
actuar en los 2 niveles para denervar una articulación facetaria.
Se puede conseguir mediante la inyección de etanol al 95% o
mediante radiofrecuencia, continua o pulsada. Con el paciente en
decúbito prono se coloca la punta del electrodo en el borde
superior de la parte medial de la apófisis transversa. Si se usa
radiofrecuencia continua, temperaturas superiores a 60 8C durante
90 seg son suficientes. Con radiofrecuencia pulsada la temperatura
es inferior, en torno a 40 8C. Los riesgos son menores, aunque su
eficacia a largo plazo es inferior que con la radiofrecuencia
continua30.
La ablación con radiofrecuencia (fig. 4B) también puede
aplicarse a los ganglios nerviosos a nivel del foramen, al ganglio
estrellado a nivel cervical, a la cadena simpática torácica en
vecindad al cuello de las costillas, o a la cadena simpática lumbar,
anterolateral a los cuerpos vertebrales L1-L5. Sus indicaciones
incluyen la radiculitis, lesiones periféricas nerviosas secundarias a
vasculitis, diabetes, amputación, y el dolor grave en pacientes
oncológicos7.
Técnicas de tratamiento intradiscal
Tratamiento termal intradiscal
Es una técnica indicada para el tratamiento del dolor discógeno
sin compresión radicular, después de 4-6 meses de tratamiento
conservador no efectivo. Se considera una alternativa segura a la
fusión quirúrgica o las prótesis discales, que tienen un pronóstico
similar, pero mayor morbilidad31.
El disco se punciona por vı́a posterolateral o transforaminal y, a
través de la cánula, se introduce un electrodo flexible de
radiofrecuencia con una punta curva cuyo extremo activo debe
colocarse en el anillo fibroso posterior. El objetivo es denervarlo
mediante calentamiento.
Descompresión percutánea del disco intervertebral
Existen varias técnicas que incluyen la descompresión mecánica (discectomı́a automática percutánea), la quı́mica (ozono,
discogel) y la térmica (láser y radiofrecuencia)32. Todas tratan de
reducir la presión del núcleo pulposo para crear un espacio que
permita la reducción del fragmento herniado.
Las indicaciones para la descompresión discal percutánea son la
existencia de una hernia discal contenida, diagnosticada por TC o
resonancia magnética, con signos evidentes de dolor radicular,
mayor que el dolor axial, alteración de la sensibilidad, reflejos y
respuesta motora. Estos sı́ntomas han sido refractarios a un
mı́nimo de 6 semanas de tratamiento conservador y, al menos, a
una inyección selectiva perirradicular33.
En la discectomı́a automática percutánea una sonda neumática
introducida de forma coaxial retira entre 1-3 g de material anterior
463
a la hernia. En la ozonoterapia la reacción del radical hidroxilo con
los hidratos de carbono y aminoácidos da lugar a la rotura del
núcleo pulposo, con desaparición de la hernia. El discogel es un
agente que provoca deshidratación del núcleo pulposo con
retracción de la hernia. La técnica láser consigue altas temperaturas que vaporizan un volumen entre 1,5-2 cm3 de núcleo
pulposo, provocando la descompresión del disco. También provoca
la denervación del anillo fibroso y ligamentos espinales. La
ablación con radiofrecuencia alcanza temperaturas entre 4065 8C que provocan una coagulación del tejido del núcleo
pulposo34.
Vertebroplastia y cifoplastia
La vertebroplastia (fig. 4C) y la cifoplastia son técnicas
ampliamente utilizadas en el tratamiento de las fracturas
osteoporóticas y, en menor medida, en fracturas o lesiones
vertebrales de causa tumoral. La principal diferencia técnica entre
ambas es que la vertebroplastia introduce directamente el
cemento en el hueso trabecular de la vértebra, mientras que la
cifoplastia crea previamente 2 cavidades donde se deposita
el cemento a baja presión. Tienen el objetivo común de aliviar la
clı́nica dolorosa, pero la cifoplastia también trata de recuperar la
altura vertebral.
Estudios recientes informan de una media de restauración de la
altura vertebral de 4 mm en la columna anterior y media del
cuerpo vertebral con la cifoplastia. Sin embargo, el impacto clı́nico
de esta recuperación de la altura es desconocido. Por otro lado, en
algunos estudios clı́nicos de fracturas osteoporóticas no se
encontraron diferencias estadı́sticamente significativas en la
restauración de altura entre ambas técnicas35,36.
Dos ensayos clı́nicos ciegos aleatorizados recientes37,38, valorados por el editor como la mejor evidencia cientı́fica sobre la
utilidad de la vertebroplastia39, concluyeron que el beneficio de
esta no era mayor que el del procedimiento placebo, que solo
inyectaba anestesia local en el área de la fractura. Sin embargo, los
resultados de estos trabajos han sido ampliamente cuestionados
en la literatura médica40,41, en aspectos como la selección de
pacientes, la falta de seguimiento, el cambio de grupo, aspectos
técnicos de la vertebroplastia, etc.
La proporción de complicaciones de la vertebroplastia y la
cifoplastia es pequeña. Tampoco está demostrado que incremente
el riesgo de nuevas fracturas frente al tratamiento conservador42.
Las complicaciones especı́ficas de esta técnica son la fuga de
cemento al canal espinal, que puede provocar lesiones nerviosas, y
las fugas venosas, con riesgo de tromboembolia pulmonar40.
Ablación tumoral
Los tratamientos percutáneos de lesiones tumorales de la
columna pueden tener una intención paliativa, cuando el objetivo
es el alivio sintomático, o curativa, cuando el objetivo es la
destrucción completa del tumor (fig. 4D y E).
La ablación puede ser termal (láser, radiofrecuencia, crioablación), o quı́mica (inyección de etanol).
Un ejemplo de ablación termal curativa es el uso de la
radiofrecuencia en el tratamiento del osteoma osteoide43. En las
metástasis espinales localizadas la ablación tumoral puede reducir
el dolor de una forma más rápida que la radioterapia. La
combinación con vertebroplastia trata de conseguir la estabilización mecánica del hueso. La necrosis coagulativa de la ablación
termal puede favorecer una distribución más homogénea del
cemento, mientras que el efecto exotérmico de este puede
potenciar la acción antitumoral de la ablación44.
La ablación quı́mica mediante la inyección de etanol está
indicada en los tumores osteolı́ticos, teniendo también un efecto
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analgésico secundario a la neurolisis. El contraste yodado se
necesita para observar la distribución del alcohol, que no siempre
es predecible, existiendo riesgo de fugas con lesión de estructuras
neurológicas45.
Drenaje de abscesos
El drenaje percutáneo de abscesos (fig. 4F y G) bajo control
de TC se considera el procedimiento de elección frente a la
cirugı́a abierta en el tratamiento de las colecciones secundarias a
infecciones piogénicas y tuberculosas en la mayorı́a de las
regiones del cuerpo, incluida la columna y las estructuras
paravertebrales. La evacuación del contenido purulento, junto al
tratamiento antibiótico, acelera generalmente la mejorı́a clı́nica de
los pacientes. El porcentaje de éxito suele ser superior en las
infecciones piogénicas. En los abscesos tuberculosos crónicos las
colecciones pueden presentar cápsulas fibrosas que no se colapsan
perpetuando el acúmulo lı́quido y, por tanto, haciendo necesario el
desbridamiento quirúrgico46.
Conclusiones
En este artı́culo presentamos las amplias posibilidades diagnósticas y terapéuticas que actualmente ofrece la radiologı́a
intervencionista de la columna. Su conocimiento permitirá a los
profesionales interesados participar de una forma más activa en el
abordaje diagnóstico y terapéutico de los pacientes con dolor
originado en la columna vertebral.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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