Marco conceptual del Resultado Institucional del CONAP 1. Conceptualización del resultado Resultado Institucional del CONAP: Asegurar la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica y las áreas protegidas de Guatemala, así como los bienes y servicios naturales que estas proveen a las presentes y futuras generaciones. Condición de interés: Diversidad biológica y áreas protegidas, así como los bienes y servicios naturales que estas proveen. Población objetivo: Es necesario definir (ver siguiente sección). Población elegible: Es necesario definir (ver siguiente sección). Cambio: Mantener (mediante la conservación y el uso sostenible). Tiempo y magnitud: De 2012 a 2015 se mantiene el 32 % del territorio nacional que se encuentra bajo el modelo de áreas protegidas, así como la integridad de la diversidad biológica en sus tres niveles: genes, especies y ecosistemas. Nota. Se coloca de 2012 a 2015 como una referencia al actual período de gobierno. Sin embargo, cabe destacar que las acciones que realiza el CONAP en cumplimiento a su mandato engloban un espectro temporal mucho más amplio. 2. Algunos conceptos para la definición de población objetivo y población elegible Como una primera aproximación, podemos afirmar que la labor institucional que realiza el CONAP va dirigida a la sociedad guatemalteca en su conjunto, ya que al conservar la diversidad biológica y las áreas protegidas del país se mantienen los bienes y servicios naturales que estas proveen a las presentes y futuras generaciones, además de mantener opciones de desarrollo sostenible. Bajo este escenario, la población objetivo sería la sociedad guatemalteca en su conjunto y la población elegible también, ya que los beneficios de las acciones que actualmente realizamos como CONAP en pro de la conservación de la diversidad biológica y las áreas protegidas son para todos los guatemaltecos sin distinción alguna. Otro escenario sería de tomar la población objetivo como la diversidad biológica. La biodiversidad o diversidad biológica se define como “la variabilidad entre los organismos vivientes de todas las fuentes, incluyendo, entre otros, los organismos terrestres, marinos y de otros ecosistemas acuáticos, así como los complejos ecológicos de los que forman parte; esto incluye la diversidad dentro de las especies, entre especies y de ecosistemas” (UNEP, 1992). El término comprende, por tanto, diferentes escalas biológicas: desde la variabilidad en el contenido genético de los individuos y las poblaciones, el conjunto de especies que integran grupos funcionales y comunidades completas, hasta el conjunto de comunidades de un paisaje o región (Halffter & Ezcurra, 1992). Es muy importante recordar que la especie humana constituye un elemento más dentro de la variabilidad de organismos vivientes del planeta, por lo que el ser humano está implícito dentro del concepto diversidad biológica. Bajo esta aproximación, la población objetivo sería la diversidad biológica y la población elegible las especies (incluyendo al ser humano -Homo sapiens-) y los ecosistemas. 3. Seguimiento de resultado a través de indicadores Como hemos visto en las secciones anteriores, el término diversidad biológica es un concepto bastante amplio, abarcando desde la diversidad de genes que se encuentra dentro de una especie hasta la diversidad de todas las especies y de todos los ecosistemas que existen en el planeta. Incluso reduciendo el término a un espacio geográfico delimitado (en este caso el territorio guatemalteco), el alcance del concepto diversidad biológica sigue siendo muy vasto. Sin entrar en consideraciones teológicas, sabemos por evidencia científica que la diversidad de vida que existe en el planeta es resultado del proceso evolutivo. En un sentido estricto, la diversidad (un concepto derivado de la teoría de sistemas) es simplemente una medida de la heterogeneidad de un sistema. En el caso de los sistemas biológicos, la diversidad se refiere a la heterogeneidad biológica, es decir, a la cantidad y proporción de los diferentes elementos biológicos que contenga el sistema (Halffter & Ezcurra, 1992). Basándonos en argumentos científicos, podemos afirmar que la diversidad biológica de un lugar es el resultado de factores históricos y geográficos, y especialmente topográficos y climáticos. En Guatemala todos estos factores son importantes (Schuster & Bonis, 2008) y han provocado la alta biodiversidad que se observa en el país. Los principales hechos que han influido en la distribución y diversidad de organismos en Guatemala incluyen el rompimiento de Gondwana (uno de los dos supercontinentes en que se dividió Pangea y del cual surgieron África, Suramérica, Australia, Madagascar, Antártida y el subcontinente Indio); la caída de un objeto espacial en la región noroeste de Yucatán hace 64.5 millones de años, el cual formó el cráter Chicxulub; el cierre del istmo centroamericano hace 2 a 5 millones de años (actualmente existe una teoría que señala que el cierre fue hace unos 18-20 millones de años); el enfriamiento de la Tierra, que originó las glaciaciones de los últimos 2 millones de años; la entrada del ser humano a América en un período que podría situarse hace 12 mil a 30 mil años; y la llegada de los europeos desde 1492 (Schuster & Bonis, 2008), entre otros. Tomando en consideración todo lo anterior, para el CONAP es extremadamente difícil tener un indicador a nivel de resultado o impacto que nos permita conocer el estado de la diversidad biológica de Guatemala, dada la magnitud del mandato institucional y del concepto en cuestión. Reducir a un solo indicador toda la diversidad biológica del país es actualmente imposible, ya que como vimos el término engloba diversidad genética, diversidad de especies y diversidad de ecosistemas. Además, la poca investigación científica sobre diversidad biológica que se realiza en el país provoca que muchos grupos de organismos que habitan el territorio nacional se encuentren poco estudiados o sean incluso desconocidos, existiendo grandes vacíos de información referente a la biología, ecología y distribución de la mayoría de especies, lo que dificulta la formulación de sistemas de seguimiento y evaluación a nivel de especies y ecosistemas, ni que hablar del nivel genético. No obstante, estas dificultades metodológicas no implican que el accionar del CONAP no pueda ser medido y evaluado, y una forma correcta de hacerlo es utilizando al -SIGAP-. El SIGAP es la principal estrategia con que cuenta el Estado de Guatemala para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica del país. Si las tendencias de transformación y degradación del entorno natural continúan al ritmo que se han dado durante los últimos treinta años, el escenario futuro que nos aguarda es el de grandes extensiones de tierra modificadas por el uso humano, con presencia de algunos pocos parches aislados de bosque natural. Las áreas de bosque y los hábitats que persistan serán aquellos que permanezcan gracias a su status de área protegida (Ortiz Quijano, 1992). En este sentido y como una forma de medir indirectamente nuestro resultado institucional, como CONAP proponemos dos indicadores basados en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas, los cuales que nos dan una idea clara de la cobertura del sistema y de la calidad del mismo. 4. Indicadores propuestos por el CONAP Porcentaje del territorio nacional que se encuentra bajo áreas protegidas Fórmula: Nota. Las 10,888,900 hectáreas corresponden a la extensión territorial terrestre de Guatemala. Justificación del indicador El territorio nacional que se encuentra bajo áreas protegidas busca conservar la biodiversidad de ecosistemas, especies y variabilidad genética, para el mantenimiento del ciclo hidrológico, la estabilidad ambiental y la seguridad alimentaria de la población. El objetivo asociado es el de consolidar la conservación de un conjunto de áreas silvestres prioritarias por su valor natural intrínseco, su viabilidad ecológica, su potencial de conectividad con otras áreas, su aporte al SIGAP en términos de representatividad y/o unicidad de biodiversidad de ecosistemas, especies y/o variabilidad genética, su relevancia para conservar el patrimonio arqueológico, sitios sagrados y/o valores escénicos naturales importantes o por su importancia para el mantenimiento de la integridad del ciclo hídrico y/o la estabilidad ambiental. Efectividad de Manejo del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAPFórmula: x = resultado de la efectividad de manejo del área n P = ponderación del área protegida de acuerdo a su extensión territorial Justificación del indicador Una parte esencial de una correcta administración es el análisis de las fortalezas y debilidades de cada una de las áreas protegidas, así como de la generalidad del SIGAP como unidad nacional de manejo. Este análisis periódico permite observar cambios en el nivel de manejo de las áreas protegidas. El sistema de monitoreo y evaluación del SIGAP se constituye en la herramienta con mayor información sistematizada sobre el manejo de áreas protegidas en Centroamérica. Esta información permite analizar retrospectivamente el manejo de las áreas protegidas en nuestro país y corregir el rumbo en el caso de áreas que no cuentan con un adecuado manejo, para hacer del SIGAP un sistema dinámico y adaptable a los cambios sociales, políticos y ambientales de nuestro país. La evaluación de efectividad evidencia cual es la situación de manejo y conservación de los ecosistemas y recursos naturales de un área protegida determinada. Dicha evaluación provee una calificación ponderada total sobre 1,000 unidades de calidad de gestión (UCG), mediante el análisis de los ámbitos administrativos, sociales, económico-financieros, político-legales, recursos naturales y culturales. Las escalas de gestión de la metodología son: no aceptable (0-200 UCG), poco aceptable (200-400 UCG), regular (400-600 UCG), aceptable (600-800 UCG) y satisfactorio (800-1,000 UCG). 5. Consideraciones finales Para el CONAP es muy importante contar con un resultado institucional que evidencie el mandato, misión y visión por los cuales trabajamos todos en esta entidad gubernamental. La falta de un indicador de resultado y/o impacto se debe principalmente a la amplitud del mandato de “conservación de la diversidad biológica” y su dificultad de medición en un espacio corto de tiempo. Para el CONAP la falta de un indicador de resultado no es justificación para carecer de un resultado institucional. Se proponen indicadores basados en el SIGAP que indirectamente nos permiten medir nuestro resultado institucional. El éxito del accionar del CONAP y de las áreas protegidas del SIGAP podrá evaluarse en unos 20 o 30 años a futuro (por mencionar una cifra). En ese tiempo podemos saber si en verdad el modelo de áreas protegidas y las acciones llevadas a cabo por la institución lograron el objetivo de conservar la diversidad biológica y los bienes y servicios ambientales para las futuras generaciones. 6. Referencias bibliográficas Halffter, G. Y E. Ezcurra. 1992. ¿Qué es la biodiversidad? En: La diversidad biológica de Iberoamérica I. G. Halffter (Comp.). Acta Zoológica Volumen Especial. CYTED-D, Instituto de Ecología, Secretaría de Desarrollo Social, México. pp. 3-24. Ortiz Quijano, R. 1992. Modelos de extinción y fragmentación de hábitats. En: La diversidad biológica de Iberoamérica Volumen I. G. Halffter (Comp.). Acta Zoológica Volumen Especial. CYTED-D, Instituto de Ecología, Secretaría de Desarrollo Social, México. Schuster, J. & S. Bonis. 2008. Biodiversidad de Guatemala en relación con su historia geológica y biogeografía. En: CONAP (Ed.). Guatemala y su biodiversidad: un enfoque histórico, cultural, biológico y económico. Consejo Nacional de Áreas Protegidas. Oficina Técnica de Biodiversidad. Guatemala. 650 p. UNEP, 1992. Text of the Convention on Biological Diversity. United Nations Environmental Program. Documento elaborado por: Licenciado Rony Estuardo Trujillo Sosa - Coordinador Unidad de Seguimiento y Evaluación Departamento de Planificación, Estudios y Proyectos - SECONAP.