Fuente de La Cibeles Plaza de La Cibeles, Madrid Por Ana González En la segunda mitad del siglo XVIII surge en Europa la Ilustración un movimiento que incluye renovación ideológica, política y artística, primando el neoclasicismo como una revisión de los cánones y de la mitología griega y romana. Carlos III llega de Italia fuertemente influenciado por la Ilustración, emprendiendo una serie de reformas urbanísticas en Madrid (alumbrado público, adoquinado de calles, etc.). Ventura Rodríguez Tizón, Maestro Mayor de la Villa, realizó el proyecto, por encargo del Consejo de Castilla, entre 1777 y 1782 utilizando mármol toledano. Quiso compaginar la función ornamental con la práctica, creando una figura infantil con una jarra de la que brotaba un surtidor de agua potable para el uso público. La figura principal es la diosa Cibeles. Está montada en su carro dispuesto sobre una roca que se eleva en medio del pilón y representa un escollo rocoso con algunas plantas y animales. La diosa, sentada con los pies cruzados en un trono neoclásico, lleva una túnica, el chitón, al estilo griego cubierta por un himatión, una especie de abrigo que se llevaba encima de la túnica. En sus manos lleva un cetro, como monarca que reina la Tierra, y una llave que simboliza su poder como madre de todos los dioses. En el pedestal se esculpió un mascarón que escupe agua por encima de los leones, y en el pilón se pueden ver una rana y una culebra. El mascarón que escupe agua por encima de los leones se encuentra a los pies de la diosa. Se puede ver la figura de la rana debajo de la rueda trasera del carro. Y la figura de la culebra en la parte inferior derecha de la imagen. El escultor Francisco Gutiérrez Arribas esculpió la figura de la Diosa Cibeles y las ruedas del carro. Las ruedas traseras son de mayor tamaño. En 1791, el nuevo Maestro Mayor de Madrid, Juan de Villanueva, propuso disponer en los costados de la fuente dos esculturas de piedra de un dragón y un oso (imágenes que hacían referencia al escudo de la Villa) que arrojaban agua por unos caños de bronce insertos en su boca. El dragón se destinó para uso público, mientras que el oso llenaba los barriles de 50 aguadores asignados a la fuente. La obra la realizó Alfonso Giraldo Bergaz. En 1862, ambos, fueron retirados. Actualmente se les puede ver en el patio renacentista que se encuentra en el interior del Museo de los Orígenes situado en la Plaza de San Andrés. Los leones fueron realizados por el francés Roberto de Michel (1720-1786), que tras realizar unas maquetas de cera terminó su obra en 1781. Son dos regios machos, de foscas melenas y majestuoso porte que, con la zarpa izquierda levantada, parecen dispuestos a proseguir su marcha. Cuenta una leyenda griega que, hace mucho tiempo, vivió una mujer extraordinariamente veloz llamada Atalanta que tenía por costumbre correr entre los árboles del bosque persiguiendo animales. Con el paso del tiempo, una serie de muchachos empezaron a pretender el corazón de la joven. Para librarse de ellos, Atalanta les proponía una prueba: vencerla en una carrera. Quien ganara se casaría con la joven, si, por el contrario, perdía el castigo infligido sería terrible. Nadie lograba conseguirlo, hasta que llegó Hipómenes que con la ayuda de Afrodita y tres manzanas de oro que fue tirando al suelo en la carrera consiguió vencer a Atalanta y enamorarla. Cuando se unieron en un templo de Cibeles, Zeus se enfureció y les convirtió en leones, condenándoles eternamente a tirar del carro de la diosa. En 1891, al reordenar la zona, el arquitecto municipal Director de Vías Públicas, José López Sallaberry, propuso desplazar la fuente de su primera ubicación (el comienzo del paseo de Recoletos, la llamada huerta de Juan Fernández) al centro de la nueva plaza elíptica –denominada primero de Madrid, luego de Castelar y en la actualidad de Cibeles– . En diciembre de 1894, tras el pertinente concurso anónimo de bocetos, se añadió un grupo de niños, elaborados con mármol de Carrara, en la parte posterior de la fuente. Son dos niños desnudos con un flotante manto sobre sus hombros. El de la izquierda, realizado por Miguel Ángel Trilles, se arrodilla sujetando un ánfora tumbada de la que mana un surtidor de agua. El de la derecha está de pie, con las piernas abiertas, y estira sus brazos sobre el primero sosteniendo una caracola. Éste fue realizado por Antonio Parera Saurina. Miguel Jiménez cobró 8.400 reales por labrar las cenefas decorativas del carro. La afición del Real Madrid la ha convertido en el centro de celebración de sus victorias desde el 18 de junio de 1986, cuando Butragueño, delantero del Real Madrid, marcó cuatro goles, en la Copa Mundial de Fútbol de 1986 celebrada en México, en la eliminatoria de octavos de final entre España y Dinamarca La diosa, además, es la guardiana del oro español. En caso de que las alarmas de la Cámara de Oro del Banco de España saltasen por intento de robo, todas las habitaciones de la sala se inundarían, en cuestión de segundos, con el agua de la fuente. Es posible gracias a la canalización de las aguas que van desde el subsuelo, donde se encuentran los leones, hasta la sala acorazada, que protege los lingotes y monedas, a 35 m de profundidad. La Cibeles no sólo es icono en la ciudad de Madrid, sino que hay una copia exacta en la ciudad de México, donada por la comunidad de residentes españoles en México y se erige como hermanamiento de ambas metrópolis. Se inauguró el 5 de septiembre de 1980 por el presidente mexicano José López Portillo y por el alcalde de Madrid, Tierno Galván. La Plaza de Cibeles nos invita a seguir recorriendo Madrid.