Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 9 de noviembre de 2009.- VISTO: La actuación nº 2801/09, iniciada por la M. G. quien en su condición de jubilada, reclama poder continuar como beneficiaria de la Obra Social de los Empleados de Comercio y Actividades Civiles (OSECAC). Y CONSIDERANDO QUE: I.- Hechos. A fs. 1 la interesada relata que “...en la Obra Social OSECAC, siendo yo afiliada activa, dado que hice la opción para ello, resulta que cuando me jubilo concurrí a manifestar mi situación con el fin de continuar con dicha obra social pero en mesa de entrada me comunican que si estaba jubilada no me correspondía...”, agregando luego “...Por otra parte padezco de hepatitis autoinmune y debía continuar con un largo tratamiento (después de una internación) brindado por esta Obra Social. Por tal motivo, seguí concurriendo abonando los bonos de consulta mediante el carnet...”. El día 5 de junio de 2009 esta Defensoría del Pueblo informó por cédula de notificación el reclamo a OSECAC (fs. 2), la que en su respuesta recibida en fecha 9 de junio de 2009 (fs. 3), por un lado hace referencia al sistema de control instaurado en diversas normas sosteniendo “...que en todas las cuestiones vinculadas con problemas de cobertura médico asistencial dentro del sistema nacional de obras sociales, debe intervenir la Superintendencia de Servicios de Salud, entidad que constituye la Autoridad de Aplicación del Sistema (conforme disposiciones de la ley 23.660) y que cuenta con competencia exclusiva en este tipo de cuestiones...”, y por el otro, indica que “...de conformidad con la reglamentación interna de esta Obra Social, para poder ser considerado “jubilado de origen” de OSECAC, el interesado debe registrar una antigüedad de al menos cinco años previos a la iniciación de los trámites jubilatorios...”, intentando de esta manera fundamentar su actitud de negar la continuidad en la afiliación a la señora María C. Guzmán. 1 Dicho responde fue puesto en conocimiento de la Superintendencia de Servicios de Salud (fs. 4) sin que se haya recibido respuesta y/o informe que mencione el accionar que ese organismo desarrollaría respecto del inconveniente planteado. II.- Sistema normativo. A partir de la reforma del año 1994, con la incorporación de los Tratados y Pactos Internacionales (art. 75, inc. 22) en la Constitución Nacional, surge expresamente el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud. Entre esos Pactos cabe citar la Declaración Universal de Derechos Humanos, que en su art. 25 establece que “1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la... asistencia médica...”. Asimismo, el derecho a la salud se consagra en el art. 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, al establecer que los Estados Partes “...reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental...”. En el inc. 2º b) del citado artículo se establece “El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente”. En el inc. 2º c) “La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas... y la lucha contra ellas”. A su vez, el Protocolo de San Salvador indica que “Toda persona tiene derecho a la salud entendida como el disfrute del más alto nivel de bienestar físico, mental y social” (art. 10, inc. 1º). A su vez, la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sostiene en su art. 10 que: “Rigen todos los derechos, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional, las leyes de la Nación y los tratados internacionales ratificados y que se ratifiquen. Estos y la presente Constitución se interpretan de buena fe. Los derechos y garantías no pueden ser negados ni limitados por la omisión o insuficiencia de su reglamentación y ésta no puede cercenarlos”. Luego, agrega en el art. 41 que “La Ciudad garantiza a las personas mayores la igualdad de oportunidades y trato y el pleno goce de sus derechos. Vela por su protección y por su integración económica y sociocultural, y promueve la potencialidad de sus habilidades y experiencias. Para ello desarrolla políticas sociales que atienden sus necesidades específicas y elevan su calidad de vida; las ampara frente a situaciones de desprotección y brinda adecuado apoyo al grupo familiar para su cuidado, protección, seguridad y subsistencia; promueve alternativas a la institucionalización”, y luego en el art. 44 agrega que “...reafirma los principios y derechos de la seguridad social de la Constitución Nacional y puede crear organismos de seguridad social para los empleados públicos. La ley no contempla regímenes de privilegio...”. Con la Ley 19.032 se funda el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados a la vez 2 que se indica que “A partir de la vigencia de esta ley, los jubilados y pensionados obligatoriamente comprendidos en cualquiera de las obras sociales mencionadas en el artículo 1 de la ley 18.610, modificado por ley 18.980, aportarán únicamente al Instituto creado por la presente, manteniendo sin embargo su afiliación a aquéllas, con todos los derechos y obligaciones que los respectivos estatutos orgánicos y reglamentaciones determinen. En tal supuesto, se aplicarán los montos o porcentajes de aportes que rijan en esas obras sociales, si fueran mayores que los establecidos en el artículo 8. En los casos precedentemente aludidos, el Instituto deberá convenir con las respectivas obras sociales los reintegros que correspondan por los servicios que presten a los jubilados y pensionados. Sin perjuicio de lo dispuesto en los párrafos anteriores, los jubilados y pensionados podrán optar por incorporarse directamente al presente régimen, en cuyo caso cesarán las obligaciones recíprocas de aquellos y de las obras sociales a las que se encontraban afiliados” (art. 16, lo resaltado es propio). Posteriormente, se dicta la Ley 23.660 por la cual se indica que “Quedan obligatoriamente incluidos en calidad de beneficiarios de las obras sociales: a) Los trabajadores que presten servicios en relación de dependencia, sea en el ámbito privado o en el sector público del Poder Ejecutivo o en sus organismos autárquicos y descentralizados; en empresas y sociedades del Estado, en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y en el Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; (Inciso sustituido por Art. 2º de la Ley Nº 23.890 B.O. 30/10/1990). b) Los jubilados y pensionados nacionales y los de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires; c) Los beneficiarios de prestaciones no contributivas nacionales” (art. 8º, lo resaltado es propio). Con la promulgación de la Ley 23.661 se creó el “...Sistema Nacional del Seguro de Salud, con los alcances de un seguro social, a efectos de procurar el pleno goce del derecho a la salud para todos los habitantes del país sin discriminación social, económica, cultural o geográfica. El seguro se organizará dentro del marco de una concepción integradora del sector salud donde la autoridad pública afirme su papel de conducción general del sistema y las sociedades intermedias consoliden su participación en la gestión directa de las acciones, en consonancia con los dictados de una democracia social moderna” (art. 1º); a continuación, la misma indica que “El seguro tendrá como objetivo fundamental proveer el otorgamiento de prestaciones de salud igualitarias, integrales y humanizadas, tendientes a la promoción, protección, recuperación y rehabilitación de la salud, que respondan al mejor nivel de calidad disponible y garanticen a los beneficiarios la obtención del mismo tipo y nivel de prestaciones eliminando toda forma de discriminación en base a un criterio de justicia distributiva. Se consideran agentes del seguro a las obras sociales nacionales, cualquiera sea su naturaleza o denominación, las obras sociales de otras jurisdicciones y demás 3 entidades que adhieran al sistema que se constituye, las que deberán adecuar sus prestaciones de salud a las normas que se dicten y se regirán por lo establecido en la presente ley, su reglamentación y la ley de Obras Sociales, en lo pertinente” (art. 2º); a la vez, establece que “...Se orientarán también a asegurar adecuado control y fiscalización por parte de la comunidad y afianzar los lazos y mecanismos de solidaridad nacional que dan fundamento al desarrollo de un seguro de salud” (art. 3º). Por último, en el capítulo dedicado a los beneficiarios, indica que quedan “...incluidos en el seguro: a) Todos los beneficiarios comprendidos en la Ley de Obras Sociales. b) Todos los trabajadores autónomos comprendidos en el régimen nacional de jubilaciones y pensiones, con las condiciones, modalidades y aportes que fija la reglamentación y el respectivo régimen legal complementario en lo referente a la inclusión de productores agropecuarios...” (art. 5º; en todos los casos, lo resaltado es propio). Por medio del Decreto nº 292/95 de creación del Registro de Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud para la Atención Médica de Jubilados y Pensionados se estableció que “Ningún beneficiario del Sistema Nacional del Seguro de Salud podrá estar afiliado a más de un Agente, ya sea como beneficiario titular o como miembro del grupo familiar primario. En todos los casos éste deberá unificar su afiliación. El ente recaudador dictará las normas necesarias para hacer efectivo el cumplimiento de esta obligación” (art. 8º). Luego en el art. 10 se indica que “...En el Registro de referencia se inscribirán los Agentes del SISTEMA NACIONAL DEL SEGURO DE SALUD que estén dispuestos a recibir como parte integrante de su población atendida a los jubilados y pensionados, debiendo especificar si recibirán sólo a los jubilados y pensionados de origen o a los provenientes de cualquier Agente del SISTEMA NACIONAL DEL SEGURO DE SALUD”. III.- Jurisprudencia. La Cámara Nacional Civil y Comercial Federal en el fallo “T.C.R. c/ Unión Personal Accord Salud s/ amparo” recuerda en el considerando 3º que “...la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha considerado que el derecho a la vida es el primer derecho de la persona humana que resulta reconocido y garantizado por la Constitución Nacional” (conf. Fallos: 302:1284, 324:3569). También ha sostenido que el hombre es eje y centro de todo el sistema jurídico y en tanto fin en sí mismo -más allá de su naturaleza trascendente- su persona es inviolable y constituye valor fundamental con respecto al cual los restantes valores tienen siempre carácter instrumental (conf. Fallos: 316:479). Respecto de la interpretación que debe dársele a la normativa antes citada, la jurisprudencia ha sido clara. En tal sentido, en la causa “Domínguez, Elena E. c. I.O.S. s/amparo” el Juez hizo lugar a la acción promovida por la señora Elena E. 4 Domínguez, condenando a la Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación a restablecer en forma inmediata las prestaciones asistenciales pertinentes y abonar las costas del proceso. La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, Sala II, 2000/02/08 en Fallo 100.586 sostuvo: “...es dable señalar que esta sala ha decidido que una persona que se jubila no pasa automáticamente a pertenecer al P.A.M.I., sino que subsiste en la esfera de la autonomía de la voluntad del ex trabajador el derecho a permanecer en la obra social que podía acudir hasta entonces. Esta conclusión se ve corroborada por el artículo 20 de la ley 23.660 y su reglamentación, en cuanto dispone que los aportes a cargo de los beneficiarios comprendidos en el inciso b) del artículo 8º (jubilados y pensionados) serán deducidos de sus haberes por los organismos que tengan a su cargo la liquidación de dichas prestaciones, debiendo ser transferidos a la respectiva obra social dentro de los quince (15) días posteriores a cada mes vencido (conf. causa 39.356/95, “Quirque Dapena Encarnación Mercedes y otros c. I.O.S. s/ amparo” del 13/2/96, y numerosos precedentes posteriores)... Por las razones expuestas, se resuelve confirmar la sentencia apelada con costas...”. Posteriormente, en el año 2001 la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo “Albónico, Guillermo Rodolfo y otro c/ Instituto Obra Social” indicó que “...la creación del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados no importó un pase automático de los pasivos a ese organismo, pues el art. 16 de la referida ley 19.032 conservó la afiliación obligatoria a la obra social correspondiente al servicio prestado en actividad y los derechos y deberes derivados de esa relación, a menos que aquellos optaran por recibir la atención del instituto, supuesto en que quedarían canceladas las obligaciones recíprocas de las obras sociales a las que pertenecían. 10) Que las leyes nacionales 23.660 y 23.661 -de obras sociales y del seguro de salud- mantuvieron ese principio. Los jubilados y pensionados permanecieron como beneficiarios de las obras sociales integrantes del sistema de salud regulado por dichas leyes, en el que está comprendida la demandada. Con tal finalidad, se dispuso que los aportes destinados a financiarlo debían ser deducidos de los haberes previsionales para ser transferidos, en la forma y plazo que estableciera la reglamentación, a la orden del respectivo prestador asistencial (conf. arts. 1º, 8º inc. b, y 20º; 1º, 2º, 5º y 15º, leyes 23.660 y 23.661 citadas, respectivamente). 11) Que en tanto la decisión de cambiar la cobertura a favor del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados tenía carácter facultativo y requería una manifestación inequívoca de los afiliados que alcanzaran la jubilación para que cesaran los compromisos contraídos por la obra social originaria, cabe concluir que el art. 16 de la ley 19.032 no autoriza a presumir renuncia tácita del jubilado al servicio de salud que lo amparaba y que la ausencia de constancias acerca de esa opción obsta a tener por válida la transferencia producida sin una expresa voluntad en tal sentido”. Luego agrega que “el principio consagrado en el art. 16 de la ley 5 19.032 aparece corroborado, además, con el dictado de sucesivas normas legales y reglamentarias destinadas a ampliar y garantizar paulatinamente la libertad de elección de los prestadores médicos por parte de los beneficiarios, lo que enfatiza la necesidad de evitar soluciones que puedan desvirtuar el ejercicio de ese derecho al entrar en pasividad...”. Por otra parte, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, en la causa “Criuzeilles”, sostuvo que el art. 16 de la Ley nº 19.032, en su tercer párrafo prevé que en supuesto que los jubilados y pensionados mantengan su vínculo con las Obras Sociales preexistentes, el PAMI, deberá convenir con éstas los reintegros que correspondan. Este criterio jurisprudencial sigue teniendo vigencia en la actualidad, pudiéndose citar como ejemplo los fallos “Conz Ana c/ Dosuba s/ medidas cautelares” de septiembre de 2008; “Milano Lopez Leliz c/ Unión Personal s/ amparo”; y “Martín Arnaldo Angel c/ Unión Personal s/ amparo” ambos del mes de diciembre de 2008. En el mismo sentido, la doctrina ha sostenido (La Ley - t. 2000 - D - 162 “El derecho del jubilado o pensionado a mantener su afiliación a su anterior obra social”) que: “...es indudable que el derecho judicial en esta materia, ha establecido como doctrina que el trabajador que se jubila, por sí, puede decidir mantener su afiliación a la Obra Social que le proveía la prestación médico asistencial, en virtud del ámbito de comprensión personal y territorial del convenio colectivo que regía la actividad en que desarrolló su tarea o de la resolución del órgano administrativo que dispuso el encuadramiento de la categoría profesional en un determinado agente del seguro de salud...”. “...Al facilitarse a través de varias disposiciones administrativas reglamentarias (entre otros, decs. 292/95,492/95, 504/98 (Adla, LV-D, 4578; LVIII-B, 1757)), la posibilidad de libre elección del agente del seguro (dentro de las prescripciones legales y de las decisiones adoptadas por éstos al respecto), se ha ampliado el ejercicio que confiere el régimen obligatorio del referido seguro de salud, en cuanto se refiere a la elección del prestado con la que se ha pasado de un régimen que no daba esa posibilidad, en cuanto, en función de ciertos parámetros, determinaba quién es este, a uno que establece un razonable marco de opción, aunque sería conveniente que se amplíe más allá de las obras sociales sindicales, del beneficiario...”. “...resulta evidente que el jubilado o pensionado puede mantener su afiliación en la obra social que le correspondía durante su período de actividad, o aquella otra de su preferencia, inscripta en el respectivo Registro abierto al efecto. Por lo tanto ante la decisión de la Obra Social de desafiliarlo puede ejercer la respectiva acción judicial a fin de mantener su anterior status -N. de R.”. IV.- Corolario. 6 Del análisis de las normas que integran el sistema de Obras Sociales, así como de la jurisprudencia y doctrina citadas, es dable llegar a las siguientes conclusiones: 1) La regla general es que el trabajador que obtiene el beneficio de la jubilación permanezca en la Obra Social de la que gozaba estando en actividad salvo que opte por incorporarse al Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI) o a cualquier otra Obra Social que admita jubilados y que se halle debidamente inscripta en el Registro de Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud para la Atención Médica de Jubilados y Pensionados. En efecto, tal como ya se dijera ut supra, el Decreto nº 292/95 que creó el mentado Registro de Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud para la Atención Médica de Jubilados y Pensionados estableció que “...En el Registro de referencia se inscribirán los Agentes del SISTEMA NACIONAL DEL SEGURO DE SALUD que estén dispuestos a recibir como parte integrante de su población atendida a los jubilados y pensionados, debiendo especificar si recibirán sólo a los jubilados y pensionados de origen o a los provenientes de cualquier Agente del SISTEMA NACIONAL DEL SEGURO DE SALUD” (art. 10, lo resaltado es propio). Una correcta interpretación de la norma -bajo el prisma del principio pro homine ya que se encuentra en juego el derecho humano a la salud- permite concluir que en rigor las Obras Sociales DEBEN recibir como mínimo a los jubilados y pensionados de origen y que en su inscripción deben aclarar si extienden las prestaciones asistenciales a otros jubilados provenientes de otros Agentes de Salud. 2) No obstante, en la práctica, se suele dar una situación muy distinta, puesto que en general las Obras Sociales, mediante una restringida interpretación de la normativa vigente, proceden a desafiliar al trabajador jubilado aún cuando éste haya sido beneficiario de la entidad mientras estaba en actividad, bajo el sólo pretexto de no haberse inscripto en el citado Registro para brindar prestaciones a jubilados y pensionados. Como consecuencia de todo lo expuesto, la interesada tiene derecho a ser mantenida en la Obra Social de los Empleados de Comercio y Actividades Civiles (OSECAC) a la que pertenecía al momento de jubilarse; este derecho surge en forma diáfana de la jurisprudencia y de la normativa vigente, hecho que genera la necesidad de emitir un pronunciamiento al respecto. POR TODO ELLO: LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES 7 RESUELVE: 1) Recomendar al señor Presidente de la Obra Social de los Empleados de Comercio y Actividades Civiles (OSECAC), la inmediata reincorporación de la afilada, con su respectivo grupo familiar. 2) Poner la presente Resolución en conocimiento del señor Superintendente de Servicios de Salud, contador Ricardo Ernesto Bellagio, con copia íntegra y fiel de la presente actuación, a los fines que tome la intervención que corresponda. 3) Notificar, registrar, reservar en el Area para su seguimiento, y oportunamente, archivar. Código 441 NFR/DC gv/D/LDS RESOLUCION Nº 4244/09 8