1 TEORÍA PERFORMATIVA ACERCA DE LO BUENO 1

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TEORÍA PERFORMATIVA ACERCA DE LO BUENO
1. Presentación del argumento.
A lo largo de la historia de la filosofía el análisis de los valores ha sido fuente
de numerosas discusiones y discrepancias filosóficas. Pocos temas filosóficos han
generado tamaño desacuerdo. ¿Qué decimos realmente cuando afirmamos que una
persona o acción es buena? ¿Qué decimos realmente cuando afirmamos que una
película es buena o que un concierto musical ha sido fantástico?
Aparentemente al afirmar
(1) A es bueno (póngase en lugar de A lo que venga al caso),
estamos atribuyendo la propiedad de ser bueno a A, al igual que cuando afirmamos
‘Juan es alto’ atribuimos la propiedad de ser alto a Juan. Si así fuera, por analogía con el
caso-Juan, diríamos que (1) es verdadero si y sólo si A tiene la propiedad de ser bueno.
Aparentemente al afirmar (1) parece que estamos describiendo el objeto A
como bueno. Es decir, entre las diferentes propiedades que tiene A, hay una que
consiste en ser bueno. Pero, ¿qué clase de propiedad es la de ser bueno? Las respuestas
a esa pregunta han sido muchas y el debate, por lo tanto, intenso.
Dentro de la llamada filosofía del lenguaje ordinario, el filósofo oxoniense
R.M. Hare (1919-2002) publicó el libro The Language of Morals (1952) donde pretende
dar un golpe de timón a los debates filosóficos acerca de lo bueno. La idea básica es que
no hay una propiedad de ser bueno, y que al afirmar (1) no estamos describiendo A. En
realidad, al afirmar (1) estamos haciendo otra cosa. Con este golpe de timón, el autor
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pretende haber identificado la causa de todas las controversias habidas acerca de lo
bueno, a la vez que nos muestra por qué esas controversias son estériles: el debate
acerca de lo bueno está mal planteado.
¿Cuál es la propuesta de Hare?
La idea básica es que mediante (1), en contra de las apariencias, no se describe
el objeto A, sino que lo que se hace es recomendarlo. Es decir, estamos ante una acción
que consiste en recomendar A, y no tanto ante una descripción del objeto A. (1) no es
un enunciado que sea verdadero o falso. Se trata, más bien, de una acción que se realiza
y sobre la que no tiene sentido preguntarse si es verdadera o falsa: las acciones no son ni
verdaderas ni falsas, son acciones. Por esta razón la teoría de Hare acerca de lo bueno,
se denomina teoría performativa (‘perfomative’ viene de ‘perform’ que significa realizar
o ejecutar).
2. Razones a favor de la teoría performativa acerca de lo bueno
(i) Parece que es verdad que si los valores (lo bueno) fueran propiedades (como
la propiedad de ser redondo), entonces las controversias y discrepancias habidas no se
habrían producido con tal intensidad. La idea de Hare es, pues, afirmar que en primera
instancia el predicado ‘es bueno’ (o el predicado ‘es un buen N’, donde en lugar de ‘N’
pueden ponerse predicados como ‘automóvil’, ‘cazador’, ‘futbolista’,…), no significa
una propiedad y que, por lo tanto, la controversia acerca de la naturaleza de tal
propiedad no tiene mayor sentido.
(ii) La teoría performativa acerca de lo bueno encaja bien con numerosos
hechos. Imaginemos una conversación como la siguiente:
X: No sé a qué película ir
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Y: A es una buena película
X: Entonces iré a ver A
Parece que la afirmación del individuo Y hay que interpretarla como una
recomendación a X. Dicha recomendación tiene el efecto inmediato de guiar la decisión
de X. Esas dos características (recomendación y guía de decisión) conforman el
significado primero de ‘bueno’.
(iii) Hay contextos en los que, en contra de lo dicho en (ii), parece que ‘bueno’
tiene un carácter descriptivo. Si yo digo ‘este cuchillo es bueno’, parece que estoy
afirmando que ese cuchillo tiene determinadas cualidades (corta bien, no se oxida,…).
Mediante la palabra ‘bueno’ se estarían recogiendo dichas cualidades y, a su vez,
describiendo el cuchillo en cuestión. Parece un hecho innegable acerca de la palabra
‘bueno’ que dicha palabra tiene el uso que acabamos de especificar. La teoría de Hare
pretende recoger esta idea atribuyendo a la palabra ‘bueno’ un significado segundo (o
secundario) que sí tendría naturaleza descriptiva. En cualquier caso, Hare subraya el
carácter secundario o derivado de dicho significado con respecto al significado
performativo de ‘bueno’.
(iv) En definitiva, estamos ante una teoría no-descriptivista acerca de los
valores, donde enunciados como (1) son sinónimos de enunciados como ‘te recomiendo
A’, es decir, enunciados que no son susceptibles de ser calificados como verdaderos o
falsos.
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3. Razones en contra de la teoría performativa acerca de lo bueno
(i) Una buena razón para oponerse a la teoría de Hare fue propuesta por autores
como Geach o Searle. La idea básica es la siguiente. Según la teoría de Hare, los
enunciados evaluativos no son ni verdaderos ni falsos. En realidad, un enunciado
evaluativo como ‘este cuchillo es bueno’ es sinónimo del enunciado ‘recomiendo este
cuchillo’. El problema es que los enunciados evaluativos aparecen naturalmente en los
siguientes contextos:
(2) Me pregunto si este cuchillo es bueno
(3) Si este cuchillo es bueno, me lo compraré
(4) No sé si este cuchillo es bueno
(5) Espero que este cuchillo sea bueno
Si en los enunciados (2)-(5), en lugar de ‘este cuchillo es bueno’ ponemos el
supuesto enunciado sinónimo ‘recomiendo este cuchillo’, los enunciados así obtenidos
no parecen ser prima facie sinónimos de los enunciados (2)-(5). Es decir, Hare aplicó su
prescriptivismo a enunciados atómicos del tipo ‘este cuchillo es bueno’, y en ese
contexto su teoría puede resultar plausible. El problema es que una teoría sobre el
significado de ‘bueno’ debe dar cuenta de todos los usos de ‘bueno’, y ‘bueno’ también
aparece en contextos no-atómicos como, por ejemplo:
si P, entonces Q
no sé si P
espero que P,…
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No cabe ninguna duda de que en estos contextos la teoría prescriptivista no
encaja debidamente. Este es su gran problema. Hare hace un análisis lingüístico de
‘bueno’, muy en la línea de la filosofía del lenguaje ordinario. Sin embargo, dicho
análisis se le vuelve en contra.
4. Bibliografía básica
Texto fundamental:
Hare, R.M. (1952), The Language of Morals. Oxford: Oxford University Press.
Otras referencias:
Geach, P. (1960), Ascriptivism. Philosophical Review 69, 221-225.
Searle, J. (1962), Meaning and Speech Acts. Philosophical Review 71, 423432.
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