Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación CAMARA CIVIL - SALA H “Alonso, Fernando Oscar C/ Franza, Oscar Vicente y otros S/ daños y perjuicios - ordinario” (Expediente No. 3299/2013) – Juzgado No. 13. En Buenos Aires, a días del mes de setiembre del año 2016, hallándose reunidos los señores jueces integrantes de la Sala “H” de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, a los efectos de dictar sentencia en los autos: “Alonso, Fernando Oscar C/ Franza, Oscar Vicente y otros S/ daños y perjuicios - ordinario”, y habiendo acordado seguir en la deliberación y votado el orden de sorteo de estudio, el Dr. Fajre dijo: I.- La sentencia de fs. 509/525 desestimó la excepción de prescripción deducida por los accionados, admitió la demanda entablada por Fernando Oscar Alonso, en su carácter de apoderado de Blanca Rosa Pérez, contra Oscar Vicente Franza y Rubén Oscar Lettera, a quienes condenó a abonar las sumas indicadas en el considerado VI, apartados a) y c), con más los intereses y las costas del proceso y la rechazó respecto del codemandado Diego Sebastián Quintana. Contra dicho pronunciamiento apeló la parte actora, quien expresó agravios a fs. 536/537, los que fueron respondidos por el codemandado Franza a fs. 564/567. A fs. 539/548 hizo lo propio Rubén Oscar Lettera, cuyo traslado fue respondido por la parte actora a fs. 574/577. Las críticas de Oscar Vicente Franza lucen a fs. 549/562, y fueron respondidas por la parte actora a fs. 569/573. II.- Ante todo cabe señalar que, en cuanto al encuadre jurídico que habrá de regir esta litis, atendiendo a la fecha en que tuvieron lugar los hechos que la generaron, entiendo que resulta de aplicación al caso lo dispuesto en la normativa contenida en el Código Civil, hoy derogado, por aplicación de lo dispuesto en el art. 7 del Código Civil y Comercial de la Nación, actualmente vigente. III.- Se origina este proceso en el reclamo impetrado por la parte actora contra Oscar Vicente Franza en su calidad de vendedor, Rubén Oscar Lettera, arquitecto y constructor y Diego Sebastián Quintana, como constructor y fiduciario, por cumplimiento de la obligación de garantía a su cargo por vicios redhibitorios que presentaba el inmueble ubicado en la Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 avenida Maipú 3895, piso 10°, departamento B, de la localidad de La Lucila, Provincia de Buenos Aires. Según sostiene el actor, adquirió el referido inmueble a estrenar el día 7 de octubre de 2011, y que a los pocos días de tomar posesión fue encontrando graves fallas de construcción, tales como, caída de revoque del techo, goteras, imposibilidad de instalación del aire acondicionado, pérdida de llave de agua del lavadero, balcón sin la correspondiente inclinación, lo que provoca que se inunde, humedad y fisuras en paredes y cielo raso. Conforme ya dijera, la sentencia hizo lugar a la demanda entablada contra Oscar Vicente Franza y Rubén Oscar Lettera y desestimó la excepción de prescripción. Para un mejor orden metodológico, comenzaré por tratar los agravios referidos a la defensa de prescripción. Al desestimar esta defensa, el Sr. juez a quo, consideró que el caso de autos, a tenor de lo que resulta de los escritos de demanda y contestación, corresponde encuadrar la relación que vincula a las partes, en una relación de consumo en los términos de los arts, 1, 10 bis, 40 y ccs. de la ley 24.240 (texto según ley 24.499. B.O. 30/7/98), por lo que arribó a la mentada conclusión con fundamento en lo dispuesto por el art. 50. Los codemandados Rubén Oscar Lettera y Oscar Vicente Franza se agravian, pues consideran que no resulta de aplicación al caso la mencionada normativa. El primero sostiene que de acuerdo con lo dispuesto por el art. 2, párrafo segundo de la ley 24.240, texto según ley 24.499, en tanto dispone: “No están comprendidos en esta ley los servicios de profesionales liberales que requieran para su ejercicio título universitario y matrícula otorgada por colegios profesionales reconocidos oficialmente o autoridad facultada para ello, pero sí la publicidad que se haga de su ofrecimiento”, no lo alcanza dada su profesión de arquitecto, y como tal fue contratado por el “Fideicomiso Avenida Maipú 3895 y Díaz Vélez, partico de Vicente López”, señalando no haber sido director y mucho menos constructor, sino solo arquitecto proyectista. Refiere además que, en tanto no ha sido vendedor del inmueble ni ha realizado contratación alguna con la actora, la regla “res inter allios acta”, impide se le aplique la responsabilidad pretendida por el actor. Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación CAMARA CIVIL - SALA H Por ello considera que las excepciones de prescripción y falta de legitimación deberán analizarse desde la óptica del Código Civil, vigente al momento de los hechos discutidos. Con relación a la excepción de prescripción, entiende que, tratándose el presente de un reclamo por vicios redhibitorios el plazo es el de tres meses (art. 4041 del CC), el que empezó a correr a los pocos días de tomar posesión del inmueble el actor (según surge de fs. 102 vta. párrafo 2°). Por lo tanto, computado dicho plazo desde la recepción del inmueble 7 de octubre de 2011, la acción habría prescrito el día 7 de enero de 2012. Pero considerando una posición más beneficiosa para el actor, quien, según sus propios dichos, a los pocos días de tomar posesión de su departamento habría encontrado fallas en la construcción, la acción habría prescripto el 31 de enero de ese año. Por las razones expuestas en el ap.- 2° del tercer agravio, a las que me remito brevitatis causae, entiende que el único acto interruptivo del curso de la prescripción es la demanda, que data del mes de febrero de 2013, por lo que entiende que la acción intentada se encuentra prescripta. El codemandado Franza, con invocación de los arts. 1° y 2° de la ley 24.240, texto según ley 24.499, también considera que no le resultan aplicables las previsiones de la Ley del consumidor. Desde esta perspectiva, señala que para que le sean aplicables tales disposiciones, este codemandado debería dedicarse profesionalmente, es decir como medio de vida, a la venta de inmuebles, éste debería haber sido nuevo y ofrecido en oferta pública a personas indeterminadas, extremos que considera no se dan en el caso ni fueron alegados por el actor, y tampoco fueron materia de prueba. Por ello, a su criterio, el Sr. juez a quo, ha hecho un uso abusivo de las facultades que le otorga el principio “iuria novit curia”, en tanto aplicó una norma que exigía la alegación de hechos no realizados por el accionante, privándolo de invocar hechos y producir pruebas en contra de los presupuestos que prevén los arts. 1° y 2° de la ley 24.240 Por ello, al igual que Lettera, considera que la excepción de prescripción y defensas de fondo deberán analizarse desde la óptica del Código Civil, vigente al momento de los hechos discutidos. Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 En cuanto a la defensa de prescripción, expone idénticos argumentos a los del codemandado Lettera. IV.- Sentado ello, diré que de acuerdo con lo dispuesto por el art. 1º de la ley 24.240 texto según ley 24.499, vigente a la época de los hechos aquí debatidos, se consideran consumidores o usuarios las personas físicas o jurídicas que contraten a título oneroso para el consumo final o beneficio propio, o de su grupo familiar o social: a) la adquisición o locación de cosas muebles; b) la prestación de servicios; c) la adquisición de inmuebles nuevos destinados a vivienda, incluso los lotes de terrenos adquiridos con el mismo fin, cuando la oferta sea pública y dirigida a personas indeterminadas. El art. 2° (sustituido por art. 2° de la Ley N° 26.361 B.O. 7/4/2008), dispone: El proveedor “Es la persona física o jurídica de naturaleza pública o privada, que desarrolla de manera profesional, aun ocasionalmente, construcción, actividades transformación, de producción, importación, montaje, concesión creación, de marca, distribución y comercialización de bienes y servicios, destinados a consumidores o usuarios. Todo proveedor está obligado al cumplimiento de la presente ley. No están comprendidos en esta ley los servicios de profesionales liberales que requieran para su ejercicio título universitario y matrícula otorgada por colegios profesionales reconocidos oficialmente o autoridad facultada para ello, pero sí la publicidad que se haga de su ofrecimiento. Ante la presentación de denuncias, que no se vincularen con la publicidad de los servicios, presentadas por los usuarios y consumidores, la autoridad de aplicación de esta ley informará al denunciante sobre el ente que controle la respectiva matrícula a los efectos de su tramitación.” Desde esta perspectiva, y sobre la base de haberse iniciado esta acción por daños y perjuicios provenientes de vicios ocultos o redhibitorios (ver fs. 102), aspecto sobre el que más adelante me explayaré, no habré de coincidir con el encuadre jurídico fijado por el sentenciante, en el sentido que resulta de aplicación al caso la ley 24.240 texto según ley 24.499, y sus modificaciones por Ley N° 26.361 B.O. 7/4/2008, en tanto no se produjo prueba alguna tendiente a acreditar la concurrencia de los requisitos que la norma exige para ello. Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación CAMARA CIVIL - SALA H Con ello me refiero a que, respecto del inmueble motivo de esta litis, en modo alguno ha sido acreditado que ha sido vendido como “a estrenar”, como lo sostiene la parte actora, y mucho menos que lo haya sido mediante oferta pública y dirigida a personas indeterminadas. De hecho, el inmueble fue adquirido por la Sra. Blanca Rosa Pérez por escritura N° 126 del 7 de octubre de 2011, de manos del codemandado Franza, quien lo recibiera al finalizar la construcción del edificio por escritura del 10 de junio del mismo año (ver fs. 51 vta.), expresando su conformidad con la transmisión de dominio efectuada a su favor por ajustarse ello a lo estipulado y normado en el contrato de fideicomiso y que se encuentra en posesión material de la unidad funcional (ver fs. 79). Ello me lleva a presumir que se trató de la venta de un inmueble efectuada por su dueño de modo aislado, sin que se haya probado, además, que la venta de inmuebles haya sido su profesión habitual ni su medio de vida, como lo señala la parte actora al responder los agravios. Además, tal como surge de la declaración testifical de Natalia Sobron, quien fuera la administradora del consorcio en que se sitúa la unidad funcional en cuestión, que en la misma no vivía el actor, porque era una oficina. En el caso de Lettera, su participación le cupo como profesional liberal –arquitecto y director de obra-, circunstancia que también lo excluye de la aplicación de dicho régimen legal, conforme puede advertirse de la suscripción de los planos de fs. 307, 308 y 309 adjuntados al informe de la Municipalidad de Vicente López de fs. 312. Además debe tenerse presente que este codemandado fue condenado en su carácter de constructor, y la presente acción ha sido iniciada por vicios redhibitorios, o, en su caso, quanti minoris, cuya legitimación sólo atañe al comprador y vendedor (arg. del art. 2164 del CC), como seguidamente se expondrá. En síntesis, a mi modo de ver, en el caso, no concurren los presupuestos que prevén los arts. 1° y 2° de la ley 24.240, que tornen viable la aplicación de dicho régimen legal. Por ello, considero que las cuestiones aquí debatidas deben ser tratadas a la luz de las disposiciones del Código Civil, hoy derogado, vigente a la época en que sucedieron los hechos que motivaron esta litis, tal como se adelantara en el considerando II. Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 V.- Sentado ello y entrando al examen de la figura en el Código Civil, diré que cuando una cosa mueble o inmueble que ha sido transmitida a título oneroso presenta defectos graves y ocultos, existentes al tiempo de la adquisición, que la tornan impropia para cumplir su destino, se dice que está afectada por vicios redhibitorios. Así surge de la definición del art. 2164, concebida en los siguientes términos: "Son vicios redhibitorios los defectos ocultos de la cosa, cuyo dominio, uso o goce se transmitió por título oneroso, existentes al tiempo de la adquisición, que la hagan impropia para su destino, si de tal modo disminuyen el uso de ella que al haberlos conocido el adquirente, no la habría adquirido, o habría dado menos por ella". A pesar de que en la nota el codificador cita, además del Derecho Romano, a varios códigos como el chileno, francés, italiano, holandés, de Nápoles y de Luisiana, consideramos que la verdadera fuente es el art. 3581 del Esbozo de Freitas que acabamos de transcribir. En efecto, Freitas dedica específicamente el Capítulo II del Título IV del Esbozo a los vicios redhibitorios, definiéndolos en el art. 3581 como "los defectos ocultos de la cosa, cuyo dominio, uso o goce, se ha transmitido por título oneroso, existentes al tiempo de la adquisición: 1º Si la hicieran inútil para el uso o goce a que fue destinada. 2º Si de tal modo disminuyeren ese uso o goce, a haberlos conocido el adquirente, no la hubiera adquirido, o hubiera dado menos por ella". La influencia de esta definición sobre la del art. 2164 del Código Civil es innegable. Circunscripto entonces el objeto preciso de esta pretensión, debo señalar que, como principio general, la existencia de vicios redhibitorios da lugar a dos acciones: a) la acción redhibitoria, para dejar sin efecto el contrato, con restitución de la cosa al enajenante y del precio al adquirente; b) la acción "quanti minoris" o "estimatoria" o de disminución de precio, para que se rebaje el precio, permaneciendo la cosa en poder del adquirente. Las dos acciones responden a las dos consecuencias de los vicios ocultos con las siguientes notas tipificantes: si la cosa es absolutamente impropia para su destino, normalmente el adquirente elegirá la acción Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación CAMARA CIVIL - SALA H redhibitoria, en cambio, si el uso de esa cosa está simplemente disminuido, la acción "quanti minoris" será suficiente. Claro está que este principio sólo rige en la compraventa, ya que entre los demás enajenantes y adquirentes únicamente habrá lugar al ejercicio de la acción redhibitoria, pero no a la acción para pedir que se baje de lo dado el menor valor de la cosa (art. 2172). Ese diferente tratamiento se debe a que en la compraventa el comprador ha tenido por principal objeto la adquisición de la cosa, por lo que debe reconocérsele el derecho de quedarse con ella, previa disminución del precio. En los demás contratos, en cambio, debido a que el fin ha sido extinguir, modificar o garantizar una obligación, el derecho del interesado no debe ser más extenso que lo necesario para la obtención de esos fines (Machado, José Olegario, "Exposición y Comentario del Código Civil Argentino" T. V, pág. 591). En la actualidad, mayoritariamente, se entiende que, como la acción estimatoria brinda al comprador el derecho a obtener una disminución del precio en proporción a la afectación de la cosa, por cuanto no es necesario que los vicios la hagan impropia para su destino, sino sólo que se acredite que tienen la importancia suficiente para inducirlo, si los hubiere conocido, a pagar un precio menor, esa disminución del precio debe coincidir con la diferencia entre el precio abonado y el valor de la cosa en el mercado, considerando para ello el vicio manifestado, ya que no existe modo de saber con certeza cuánto menos hubiera pagado el adquirente de haberlo conocido (Conf. esta cámara, Sala I, 23/11/2006, La Ley Online). Está dirigida a deducir del precio el menor valor de la cosa y no el del costo de la reparación; en tanto éste sí depende de la prueba, especialmente la técnica, a producir durante el trámite del proceso, el menor valor que la compradora estaría dispuesta a pagar por la cosa vendida, de haber conocido el defecto, constituye una circunstancia que sólo la misma adquirente puede estar en condiciones de decidir, sin perjuicio de que la experticia justifique la razonabilidad de su pretensión (Conf. esta cámara, Sala G, Domínguez, Alicia I. c. Alba de Rosso, Martha J.,15/08/2006, La Ley Online). Permite obtener, a través de la rebaja del precio, un reajuste en la equivalencia de las prestaciones del contrato. Es decir que se corrige la Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 alteración en la equivalencia subjetiva que ha producido la presencia de un vicio con el que no contaba el comprador al celebrar el contrato (Conf. Morales Montero, Antonio Manuel, "Comentario del Código Civil", Ministerio de Justicia. Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones, Madrid, 1991, Tomo II, pág. 960). Por lo tanto, a falta de acuerdo entre las partes, deberá recurrirse al avalúo por medio de peritos, pues se trata de una cuestión que exige conocimientos especiales que escapan a la ciencia del juez (Conf. Lafaille, Héctor, "Derecho Civil", T. VIII, Contratos Vol. I, Buenos Aires, 1953, Nº 456, pág. 515; Salvat, ob. cit. Nº 2366, pág. 468). Más allá de la calificación efectuada al enunciar inauguralmente el objeto de la pretensión, está fuera de toda discusión que no se trata aquí de la acción redhibitoria, sino de algo así como una acción “quanti minoris”, en la que, sin embargo, no se persigue la devolución de una parte del precio que se ha entregado oportunamente por la cosa, proporcional a la desvalorización padecida por ella, como consecuencia de la existencia del vicio o defecto. Claramente, el presente caso tuvo su origen en un contrato de compraventa de un inmueble y, más allá de las imprecisiones indicadas en el párrafo que antecede, debe interpretarse que nos encontramos frente a una acción "quanti minoris", para que se rebaje el precio, pues el adquirente ha decidido que el inmueble permanezca en su poder. Debe destacarse también, que la garantía por los defectos ocultos nace después de efectuada la tradición de la cosa, por cuanto la acción redhibitoria deriva del contrato de compraventa que es su causa, y, especialmente, del hecho de la tradición de la cosa. Más concretamente, se exige contar con el título y el modo, porque únicamente así hay transferencia de dominio, de suerte tal que no está legitimado para accionar quien sólo cuenta con un boleto de compraventa, sin perjuicio de que, frente a defectos de la cosa prometida en venta, pueda demandar la resolución por incumplimiento del vendedor (esta cámara, Sala E, 17/12/87, LL 1988-D-214). Esta acción persigue la devolución de una parte del precio que se ha entregado oportunamente por la cosa, que debe ser proporcional a la Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación CAMARA CIVIL - SALA H desvalorización padecida por ella como consecuencia de la existencia del vicio o defecto. Para ejercerla no se exige que los vicios redhibitorios hagan la cosa "impropia para su destino". Cuando el adquirente no reclama la resolución del contrato sino la restitución de una parte del precio, sólo se requiere la demostración de que el defecto tiene relevancia suficiente como para haber inducido a pagar un precio menor, si aquél lo hubiera conocido (esta cámara, Sala E, 6/2/78, JA 1979-II-710). Por ello no habrá lugar a responsabilidad por vicios redhibitorios cuando los defectos, aun siendo ocultos, no vuelvan a la cosa impropia para el uso al que está destinada o disminuyan notablemente ese uso, y sólo provoquen un desagrado al adquirente (Conf. Aubry, C.-Rau, C., "Cours de Droit Civil Français", d'après l'ouvrage allemand de C.S. Zachariae, 3ra. edición, París, 1856, T. III., pág. 274). La parte que alegue el vicio oculto y su preexistencia deberá acreditarlo, por el principio del onus probandi a su cargo. Según el art. 2175 del Cód. Civil, el comprador que encuentre vicios que califiquen para la garantía podrá optar entre las acciones redhibitorias o de quanti minoris. La doctrina y jurisprudencia efectúan una interpretación del ejercicio de la opción, en virtud de la cual sólo procede cuando los vicios fuesen graves. Cuando fuesen de menor entidad no corresponde la resolución, sino solamente el reintegro parcial del precio pagado a través de la acción de quanti minoris (Wayar, Ernesto, "Compraventa y permuta". Astrea, Buenos Aires, 1984, n° 245; Borda, Guillermo, "Tratado de Der. Civil. Contratos" ob. cit., t. I, n° 235; Salvat, Raymundo M. - Acuña Anzorena, Arturo, "Tratado de derecho civil argentino. Fuentes de las obligaciones. Contratos", t. III, n° 2361). Como puede advertirse de la letra del mencionado artículo, se trata de las propias partes celebrantes del contrato, por lo tanto, si, como en el caso, se trató de una compraventa, los legitimados son el comprador y el vendedor. VI.- Desde esta perspectiva abordaré el tratamiento de los agravios referidos al rechazo de la excepción de prescripción. Sobre el particular, dispone el art. 4041: "Se prescribe por tres meses, la acción redhibitoria para dejar sin efecto el contrato de compra y Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 venta; y la acción para que se baje del precio el menor valor por el vicio redhibitorio" Como puede verse, las dos acciones derivadas de los vicios redhibitorios están sujetas al mismo plazo de prescripción. Se presenta ahora el problema de establecer a partir de qué momento comienza a correr el plazo, es decir, desde cuando hay "actio nata" en los términos del art. 3956. Ahora bien, es un hecho no controvertido en esta instancia que Fernando Oscar Alonso, en nombre y representación de su madre, Blanca Rosa Pérez, adquirió el inmueble sito en Avda. Maipú 3895, piso 10°, departamento B, de la localidad de La Lucila, Provincia de Buenos Aires, el día 7 de octubre de 2011 y tampoco lo es la existencia de deficiencias en la unidad adquirida. Lo que se encuentra controvertido es si el actor las conoció al momento de la adquisición y, si estaban ocultas, en qué momento tomó conocimiento de su existencia. Ya desde antiguo derecho las opiniones estaban divididas. Cujas apoyándose en el Digesto y siguiendo a Papiniano, enseñaba que el plazo corría desde que el comprador conocía el defecto. Pero Ulpiano había decidido que debía correr desde la venta. Cujas trató de conciliar ambos textos, diciendo que Ulpiano hablaba del caso en que el comprador no había ignorado el vicio, pero a ello se podía contestar que, si conocía el vicio desde el día de la venta, no había responsabilidad del vendedor, salvo pacto en contrario. Troplong no intenta conciliar ambos textos, pero sostiene que el de Ulpiano es más conforme con la razón, ya que la doctrina opuesta da lugar a mil facilidades abusivas de escapar a la acción, y hace comenzar la prescripción desde un punto desconocido y arbitrario, pues dependerá siempre de lo que el comprador disimule para prorrogar el tiempo de la prescripción (Troplong, M., "La droit civil expliqué suivant l'ordre des articles du Code, depuis et y compris le titre de la vente-De la Vente", "Commentaire du Titre VI du Livre III Du Code Civil", 3a. edición, París, Charles Hingray, Libraire Editeur, 1837, Tomo 2, Nº 587, pág. 55). La fuente del art. 4041, que es el art. 1412 del Proyecto de García Goyena hacía correr el plazo desde la entrega de la cosa, pero el codificador optó por guardar silencio sobre este tema. Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación CAMARA CIVIL - SALA H Ya desde hace tiempo, nuestra doctrina y jurisprudencia se inclinan por la tesis que hace correr el plazo desde la fecha en que el comprador conoció o pudo conocer la existencia del vicio, pues sólo desde ese momento está habilitado para ejercer su reclamo, es decir, hay "actio nata" (Salvat, Raymundo "Tratado de Derecho Civil Argentino-Obligaciones en General", 6º Edición, actualizada por Enrique V. Galli, Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires, 1956, Tomo III, Nº 2272, pág. 638 y abundante jurisprudencia citada en nota 517; Llerena, Baldomero, "Derecho Civil. Concordancias y Comentarios al Código Civil Argentino", 3º Edición, Editorial La Facultad, Buenos Aires, 1931, T. 10º, pág. 549, aunque aclara que en caso de dolo rige el plazo de dos años del art. 4030). Además, se ha dicho que ese conocimiento debe presumirse desde que el adquirente recibió la cosa, por lo que, si ocurrió con posterioridad, le incumbe la prueba de esa circunstancia (esta cámara, Sala E, 18/8/88, LL 1989-B-65). La jurisprudencia en algunos casos ha exteriorizado cierta plausible flexibilidad en el cómputo del plazo, por ejemplo, si sólo han transcurrido unos pocos días a partir de una fecha imprecisamente determinada. En tales condiciones no debe aplicarse con severidad este instituto, que tiende a dar seguridad a los derechos, impidiendo que se formulen reclamaciones cuando el largo tiempo transcurrido dificulta la defensa del demandado por el olvido por parte de los posibles testigos o la pérdida o destrucción de los comprobantes correspondientes. Con mayor razón debe aplicarse el criterio restrictivo cuando se trata de un lapso liberatorio de sólo tres meses (esta cámara, Sala G, 15/4/93, SAIJ, Sumario: C0010297). Es decir que, ante la dificultar para acreditar el momento en que el vicio se hizo aparente o se manifestó, la duda| debe resolverse a favor de quien invoca el derecho y no para determinar su extinción (esta cámara, Sala A, 5/6/84, LL, 1985-A-534; id. Sala D, 15/9/76, LL, 1977-A-310). En síntesis, si bien el término de prescripción es de tres meses, en el sistema del Código Civil no hay limitación del plazo para advertir el vicio. Ello puede suceder indefinidamente, con la sola exigencia de probar que existía en el momento de la tradición de la cosa, pero una vez advertido, el comprador sólo cuenta con tres meses para demandar (CNComercial, Sala D, 31/7/89, LL 1990-A-38). Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 Resulta que en el caso, la parte actora ha manifestado a fs. 102 vta., segundo párrafo que “… a los pocos días de tomar posesión de su departamento, el actor fue encontrando graves fallas en la construcción del mismo. Es decir vicios ocultos o redhibitorios de su propiedad recientemente adquirida.”. Aun cuando me sitúe en la postura más favorable al actor, es decir, es decir que dentro del mes de adquirido el inmueble advirtió los defectos indicados, la prescripción de la acción habría operado el 31 de enero de 2012. A la misma conclusión se llega, aun cuando haya deducido conjuntamente la acción por daños y perjuicios, ya que en el caso de acumularse a la acción redhibitoria y la de daños y perjuicios, si el vicio debió quedar revelado al entrar en posesión el comprador, es desde ese momento que corre el plazo de prescripción cualquiera sea la fecha de la escritura. Es jurídicamente inaceptable el desdoblamiento entre ambas acciones, de modo que, aun cuando el reclamo se limite sólo a los daños, el plazo de prescripción será siempre de tres meses (esta cámara, Sala K, 16/4/02, SAIJ, Sumario: C0401364). A mayor abundamiento, viene al caso señalar que los daños y perjuicios sólo podrán demandarse en caso de optar por la acción redhibitoria y frente a la mala fe del enajenante, pero no cuando, como en el caso, se demanda la reducción del precio (art. 2176). Concretamente, no procede en este supuesto la acción resarcitoria, por cuanto el art. 2176 parte de considerar que si el comprador acciona por la estimatoria y, de ese modo, decide permanecer con la cosa defectuosa, se debe presumir que la misma le resulta igualmente de utilidad, y que el perjuicio que eventualmente pudo sufrir se ve resarcido con la devolución proporcional del precio oportunamente abonado (Conf. Bueres-Higthon, "Código Civil Comentado", Tomo 4 "D", pág. 753). La jurisprudencia casi unánimemente se inclina por rechazar la acción de daños y perjuicios acumulada a la demanda estimatoria interpuesta por el comprador de un inmueble en virtud de los vicios ocultos que presentaba el bien, dado que ésta acción resarcitoria sólo procede cuando el comprador opta por la acción redhibitoria y no cuando opta por reducir el precio pagado y conservar la cosa, de acuerdo a lo dispuesto por Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación CAMARA CIVIL - SALA H el art. 2176 del Cód. Civil (esta cámara, Sala M, 15/12/2005, elDial AE2186). El texto del art. 2176 del Cód. Civil es claro en cuanto sólo concede la acción de reparación de daños en caso de que se ejerza la acción redhibitoria, por lo que no debe acordarse la reparación en el caso de la "quanti minoris", ya que debe presumirse que si el comprador se queda con la cosa es porque le conviene y no le ha causado daño (esta cámara, Sala B, 06/10/1986, DJ 1987-2, 256, id. id. sala B, 22/05/1996, LL, 1997-E, 1004, (39.766-S; id. id. 3/2004, elDial - AA20C0) Ahora bien, si el objeto del reclamo interpuesto por el adquirente de una vivienda está destinado a pedir una rebaja en el precio o reajuste, y no la resolución del contrato, fue porque no consideró que los vicios redhibitorios hicieran la cosa "impropia para su destino", de modo tal que en estos casos sólo se requiere la demostración de que el defecto tiene relevancia suficiente como para haber inducido a pagar un precio menor, si aquél lo hubiera conocido. Ello es así, por cuanto la ley presume que al haberse inclinado el comprador por la acción "quanti minoris", conserva la cosa porque entiende que todavía le es útil y que el daño causado por el vicio se cubre con la restitución de la parte del precio. Se resolvió que la acción por vicios redhibitorios no se encuentra prescripta si fue entablada por la adquirente del inmueble dentro del plazo previsto por el art. 4041 del Cód. Civil, computado desde el momento en que solicitó los servicios de un arquitecto y tomó conocimiento de los vicios de construcción del bien, pues, si bien la propietaria ya había observado imperfecciones en la unidad, desconocía su magnitud (esta cámara, sala L, Montheil de Vilchez, Andrea V. c. Keyboard S.A., 20/10/2006, DJ 2007-I-1088). Pero esta sala en un caso similar al presente, “Landaluce, Sergio Rodolfo c/ Canteros, Verónica Gabriela y otro s/Daños y Perjuicios”.-Expte. n° 41.963/2008.- Rec. N° 606.184, con voto preopinante del Dr. Kiper, resolvió que esa doctrina no puede ser trasladada al presente caso, pues aquí no se desconocía “la magnitud” de las imperfecciones, si se tiene en cuenta el relato que hizo el propio actor, contenido en el mencionado párrafo de fs. 102 vta., lo que no se condice con lo manifestado luego al contestar el traslado de fs. 196 ap.VI, en cuanto Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 a que “En forma fehaciente se conocieron los vicios ocultos del inmueble mediante el acta de constatación notarial del estado físico del inmueble del actor de fecha 26 de diciembre de 2012. Aún más, se corroboraron los vicios mediante el arquitecto Héctor Maffi, MM 12096en fecha 7 de enero de 2013, quien realizó el presupuesto para el arreglo de los mismos, que se adjuntó oportunamente.” Por el contrario, nótese que antes de la realización de la constatación notarial y de la elaboración del informe técnico, el actor envió las cartas documento que obran en autos en las que exigió la reparación de los desperfectos y convocó a una mediación. Por lo tanto, considerando que la compra y toma de la posesión por parte del actor del inmueble ubicado en la avenida Maipú 3895, piso 10°, departamento B, de la localidad de La Lucila, Provincia de Buenos Aires tuvo lugar 7 de octubre de 2011, que a los pocos días advirtió la presencia de tales defectos, y que la presente acción recién fue iniciada el 7 de febrero de 2013, sin que en dicho lapso hubiese mediado acto interruptivo alguno del curso de la prescripción, no puedo sino concluir que en el caso ha transcurrido holgadamente el plazo previsto en el art. 4041 del Código Civil, por lo que corresponde revocar el pronunciamiento de la instancia de grado y acoger favorablemente la defensa de prescripción, lo que así habré de proponer al acuerdo. VII.- Las costas de ambas instancias se imponen a la parte actora, en virtud del principio objetivo de la derrota (art. 68 del C.P.C.C.). VIII.- Por todas las razones expresadas precedentemente, propongo al acuerdo de mis distinguidos colegas se revoque la sentencia apelada en todas sus partes, declarándose prescripta la presente acción, con costas, en los términos del considerando que antecede. El Dr. Kiper y la Dra. Abreut de Begher, por las consideraciones expuestas por el Dr. Fajre, adhieren al voto que antecede. Con lo que se dio por terminado el acto firmando los señores Jueces por ante mí, que doy fe. FDO. José Benito Fajre, Liliana E. Abreut de Begher y Claudio M. Kiper. Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional Poder Judicial de la Nación CAMARA CIVIL - SALA H ///nos Aires, de setiembre de 2016. Y VISTO, lo deliberado y conclusiones establecidas en el acuerdo transcripto precedentemente por unanimidad de votos, el Tribunal decide revocar la sentencia apelada en todas sus partes, declarándose prescripta la presente acción, con costas, en los términos del considerando VII. Regístrese, comuníquese a la Dirección de Comunicación Pública, dependiente de la CSJN (conf. Ac. 15/13), notifíquese y, oportunamente, devuélvase. FDO. José Benito Fajre, Liliana E. Abreut de Begher y Claudio M. Kiper. Fecha de firma: 15/09/2016 Firmado por: JOSE BENITO FAJRE, LILIANA E. ABREUT DE BEGHER, CLAUDIO M. KIPER, JUECES DE CÁMARA #14805596#162077644#20160914125048376