TÍTULO: AMBIENTE DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA ¿El pueblo francés se acostó monárquico el día 13 de julio y se levanto revolucionario el 14 de julio? Al día siguiente ¿qué pasó?1 Acuarela sobre la Toma de la Bastilla, pintada en 1789 por Jean-Pierre Houël. En el centro se observa la detención del alcaide, el marqués de Launay Con ocasión de los actos de preparación para la conmemoración del bicentenerario de la Revolución Francesa, el Primer Ministro francés Michel Rocard, socialista, manifestó: “la revolución es peligrosa y si puede evitarse, tanto mejor”2. Los tiempos en que la gente corriente desea que haya una revolución, y no digamos hacerla, son poco frecuentes por definición, y uno de ellos fue 1789. Rocard debía haber pensado, antes de hacer esas declaraciones, que los pueblos han dado muestras de querer conseguir Libertad, Igualdad y Fraternidad3. A partir de 1787 el reino de Francia es una sociedad sin Estado. Luís XVI sigue reuniendo entorno a su persona el consenso de sus súbditos, pero detrás de esta fechada de tradición se produce una desbandada dentro de su propio poder. El rey no estaba en posición de gobernar, por el rechazo de los privilegiados a hacer cualquier sacrificio que el poder monárquico les exigiera, con lo cual provocaron que la monarquía convocara los Estados Generales4. La documentación de la época nos habla “del buen rey y de los malos ministros”, comentarios típicos de las monarquías absolutistas. Siempre que sucede un acontecimiento relevante hay una personalidad que lo ha anticipado, aunque sus escritos no se tuvieran en cuenta en su momento, en este caso fue el Abad Sieyés (vicario general de Chartres) en su folleto / panfleto “Qu´estce que le Tiers Etat”, redactada a finales de 1788 y publicada a principios de 17895: “¿Por qué no enviar a los bosques de Franconia a todas aquellas familias que conservan la delirante pretensión de provenir de la estirpe de los conquistadores y de 1 Entendiendo “día” como periodo anterior y posterior a la toma de La Bastilla, un arco que va de 1877 a 1794. 2 Publicado en Le Monde, el 11 de enero de 1988. 3 HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Editorial Crítica, Barcelona 1992, pág.10. 4 HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit., 134 y 135. 5 FURET, F. Pensar la Revolución Francesa. Ediciones Petrel, S.A., Barcelona, pág. 12, 1 haber heredado sus prerrogativas? Pienso que la nación, así depurada, se consolará de estar obligada a creerse compuesta únicamente por descendientes de galos y romanos”. La Revolución Francesa de 1789, no es una transición y su interés histórico reside en lo “único” que llega a ser universal: la primera experiencia de la democracia6. La Revolución no se produce por una sólo causa, sino por una concatenación de hechos y circunstancias, que pueden explicar por qué se produjo en ese momento y se desarrolló en un corto espacio de tiempo, y no de forma gradual como en otros países. ¿Qué sucedió antes del revolucionario 14 de julio de 1789?: • • • • • • • • Una de las causas fue el poder de la burguesía que había alcanzado su la madurez y su consagración como clase social. Una crisis financiera excepcional debida al apoyo a la Guerra de Independencia norteamericana. En 1787, la mitad de los ingresos del Estado eran para pagar la deuda contraída por Francia en apoyo de la Guerra (1776–1783), anunciando la monarquía su bancarrota. Una crisis de desempleo debido al Tratado Comercial Anglo – Francés de 1786 o Tratado de Edén de 1786, no resolvió el problema de los viticultores, y produjo el malestar de los afectados. Los años 60 del siglo marcaron un apogeo pero durante el reinado de Luís XVI pasó por un periodo de regresión económica, que precedió a la crisis de subsistencia del 1788 – 89, que desembocó en la Revolución e implicación del pueblo, que había visto en sus propias carnes las consecuencias del paro especialmente en el ámbito rural. Edicto de 1787 que autorizaba la exportación de cereales y que produjo el vacío de los graneros. Luís XVI explora los cambios en la nobleza, en 1787, que supone el fin del privilegio fiscal, que da lugar a la llamada “revuelta nobiliaria” que condujo a la Revolución. Esta actitud levantisca contra la Monarquía por parte de los privilegiados, no respondía sólo a la resistencia a la reforma fiscal sino también un intento de someter a la autoridad regía a la tutela del Estado y Parlamento. El 19 de noviembre de 1787 se somete al Parlamento de París, reunido en Versalles, el plan financiero real, durante la sesión real el duque de Orleans hace un comentario sobre su ilegalidad, a lo que Luís XVI respondió con una frase que ha quedado como el último manifiesto del Absolutismo “Es legal porque yo lo quiero”.7 Una crisis de alimentos y de coste de la vida debido a las malas cosechas de 1788, conocido como el “Complot des farines”. Supuso el encarecimiento medio del 50% respecto a los de 1786. Todo ello desembocó en diciembre de 1788 en una rebelión nacional contra la escasez y aumento de los precios, con saqueos de graneros, ataque a funcionarios fiscales, amotinamiento en panaderías, destrucción de los puestos de cobro de impuestos y que no se interrumpió hasta el estallido de la toma de la Bastilla. A principios de 1789, Sieyés sentó las bases para la cultura política revolucionaria al proponer el rechazo del privilegio nobiliario con un discurso político violento anti-noble, de tipo panfletario; lo que auspició la publicación de panfletos y caricaturas contra los grandes y sus privilegios. 6 FURET, F. Pensar la Revolución Francesa. Op. Cit., 104. CASTELL OLIVAN, Irene. La Revolución Francesa (1789 – 1799). Editorial Síntesis S. A. Madrid, 1997, pág. 48 y 49. 7 2 Prescindiendo de las distintas teorías de la Revolución Francesa, todo el mundo está de acuerdo en que se produjo una crisis en el seno de la antigua monarquía, con un vacío de poder, lo que lleva a la convocatoria de los Estados Generales en septiembre de 1788, por primera vez desde 1614, la Asamblea que representaba a los tres Estados del Reino8: • El Clero: Compuesto por unas 150.000 personas, entre clero secular y regular. El reclutamiento episcopal de la época es nobiliario en el 84%9 de los casos. El Alto Clero estaba compuesto por 10.000 clérigos con grandes diferencias con el resto del Clero. • La Nobleza: Oscila según los historiadores, en un arco bastante flexible, tanto por debajo como por arriba, fijándose una media en 300.000 Una es la “aristocracia de espada, la vieja nobleza” que siente hostilidad frente a la gente de dinero, a los advenedizos, que han accedido a esta clase por dinero. Además la nobleza de la Corte, que es dominada por la “austriaca” María Antonieta (unos 4.000) es el peor enemigo de los demás nobles. En realidad la mayoría de los nobles no lo eran por nacimiento, sino por la compra del cargo – venalidad de oficios – que daba el acceso al estado de noble y se transmitía por herencia. • Y después, el resto… el “Pueblo o el Tercer Estado”, compuesto por 28 millones de franceses: compuesto por burgueses, un mundo heterogéneo (desde grandes comerciante, armadores, banqueros negreros al estar en auge la esclavitud, pasando por profesionales liberales, hasta maestros de taller, artesanos, pequeño comercio… de los que unos 2.300.000 aspiraban a “vivir noblemente”; y por último, campesinos/arrendatarios de tierras y siervos/campesinos proletarizado: 40%10. • El estallido de la Revolución en la primavera de 1789 con la pérdida de control de la monarquía se produce la transformación de los Estados Generales, o más bien del Tercer Estado, en Asamblea Nacional. El Tercer Estado era el menos homogéneo de los Estados, contaba con una élite desigual y con un grupo muy avanzado económicamente pero políticamente moderado. Estos precursores de la revolución son reformadores moderados que elevan mucho la voz pero que en realidad piden poco, la evolución lleva a no sólo defender las reformas corporativas, sino que tiende a concebir la burguesía como el grupo hegemónico de todas las fuerzas populares. Esto se lleva a cabo porque las viejas fuerzas no quieren ceder nada y si ceden algo es para ganar tiempo y preparar una contraofensiva, pero cada grupo actúa en beneficio propio con el fin de eliminar o apartar a su vecino antes de que unirse para rehacer las instituciones nacionales. Hay autores que hablan también de un “Cuarto Estado”: las clases populares urbanas11 y con ellas una legión de abogados y pequeños funcionarios, con menos acceso a la riqueza. Posibilitaron la consagración política y el acceso a la vida pública de todos los franceses a partir de 25 años, registrados como contribuyentes. Los diputados elegidos para los Estados Generales eran hombres de la continuidad, que unieron la Francia del Antiguo Régimen a una Nueva Francia, pues ellos fueron los que convirtieron los Estados Generales en Asamblea Nacional Constituyente. De los 1.315 diputados presentes en el local del Juego a la Pelota, para 8 CASTELL OLIVAN, Irene. La Revolución Francesa (1789 – 1799). Op. Cit. 28. FURET, F. Pensar la Revolución Francesa. Ediciones Petrel, S. A .Barcelona 1980, pág. 137. 10 BRAUDEL F y LABROUSS .Historie économique et sociale de la France, 1778 - 1880. Eftorial PUf, París 1993. 11 SOBOUL, Albert. La civilisation et la Révolution française. Ed Arthaud, 1970. 9 3 el Juramento, el 20 de junio de 1789 (los diputados se tuvieron que reunión en este salón ya que el Rey mandó cerrar la sala de los Menus Plaisirs): 331 correspondían al clero (de los cuales había 43 obispos); - 311 a la nobleza (que ocupaban la cúspide de la iglesia, el Ejército y la Justicia); - 654 al Tercer Estado (72% eran juristas, un solo 10% eran empresarios, comerciantes y burgueses rurales, y sin ningún representante de los campesinos ni de las clases populares urbanas)), - 19 representantes de las colonias. En los debates constituyentes sólo intervinieron 149 diputados de los 1.315, por lo que los diputados fueron calificados como “hombres de la mediocridad”12. ¿Qué sucedió el revolucionario 14 de julio de 1789?: • La “calle” empezó a sentir la Revolución como “cosa de todos”, el inmenso despertar popular que llevó a acciones que terminaron visiblemente con el Antiguo Régimen como la toma de la Bastilla, la prisión real, el 14 de julio de 1789. La irrupción de las masas populares y su participación activa en el curso de la Revolución, entra en la escena de la Historia como algo nuevo hasta entonces. En esa mañana, varias decenas de miles de personas, en una ciudad de 700.000 habitantes, (5 de cada 6, pertenecían al mundo popular urbano), y con un regimiento de guardias de 3.500 (desafectos al poder y aliados de las masas) para poner orden en las calles, los manifestantes se dirigieron a los Inválidos y a la Bastilla a conseguir armas, las tropas de la Bastilla dispararon y el resultado fue de 98 muertos y 73 heridos. A las cinco de la tarde la Bastilla se había rendido, ya que soldados que defendían las instalaciones, con las armas de artillería, se habían pasado al lado de los manifestantes. En esos momentos, sólo había 7 presos, de los cuales 2 estaban locos. Los soldados defensores leales fueron fusilados en represaría y el gobernador/alcaide de la prisión Launay, fue degollado (ver foto de la detención en la portada). ¿Qué sucedió después del revolucionario 14 de julio de 1789?: • • 12 El 17 de julio, el nuevo Alcalde de París, el astrónomo Bailly impuso al rey el nuevo emblema nacional tricolor, con el rojo y azul de la ciudad que enmarcan el blanco de los Borbones. La revolución campesina ocupa un lugar central en la Revolución Francesa que sin ella no hubiera adquirido probablemente el grado que ésta alcanzó. La revolución campesina que se había iniciado en primavera de 1789 (y que continuó hasta 1794), al unirse con los revolucionarios urbanos a lo largo de julio, dio lugar a unas violentas manifestaciones. Se produjo un paréntesis durante el llamado fenómeno del “Gran Miedo”, a partir del 20 de julio y hasta el 6 de agosto de 1789, un movimiento de pánico colectivo se apoderó de los campesinos, extendiéndose rápidamente el rumor de que tropas militares se habían sublevado y que existía un complot aristocrático, así de la existencia de bandoleros hambrientos. Las consecuencias fueron: 1) La cohesión de las masas, que provocaron la precipitación de las reformas y dieron una dimensión inusitada a la obra reformista de la Asamblea Constituyente. CASTELL OLIVAN, Irene. La Revolución Francesa (1789 – 1799). Op. Cit, 57 y 58. 4 • • • • • • 13 2) Sin que se resolviera el problema de los campesinos sin tierra, los pequeños propietarios semi-independientes o independientes, aumentaron y consiguieron reforzar su explotación familiar, coexistiendo con los medios y ricos arrendatarios. Los llamados “Decretos de Agosto”, de 1789: La renuncia del clero y de la nobleza a sus derechos feudales, el 4 de agosto, (que fue vetada el 30 de agosto por el Rey), y la a Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el 26 de agosto, con ello se daba pie a construir un nuevo cuerpo político a través de ciudadanos iguales y libres. El veto del Rey produjo los disturbios populares de 5 y 6 de octubre en París y el traslado de la familia real de Versalles al Palacio de las Tullerias de París. Los disturbios fueron organizados prácticamente por mujeres del pueblo: vendedoras y amas de casa, bajo el lema de “trasladar al panadero, la panadera y al pequeño aprendiz” (como llamaban a los monarcas y al delfín)13. Lo que venía a mostrar la secularización de que habían sido los monarcas, asimilándolos a funcionarios públicos que debían asegurar la subsistencia del pueblo. La consecuencia de los disturbios desembocó en la Ley Marcial del 21 de octubre prohibiendo las concentraciones populares, autorizando al ejército a disparar contra los manifestantes y la pena de muerte para los agitadores. El 2 de noviembre de 1789, los bienes del clero se ponen a disposición de la nación. En el último trimestre de 1789 se producen las votaciones del punto sobre el veto real en la nueva Constitución. En el momento de las votaciones se produce confusiones y para evitar el desorden se decidió que la Asamblea se dividiera entre los partidarios de del veto que se colocasen a la “derecha” del Presidente de la Asamblea, y los adversarios al veto a la “izquierda”. Fue esta decisión topográfica parlamentaria la que dio lugar origen a las denominaciones políticas de “derechas e izquierdas”. La Asamblea Constituyente que entre 1789 y 1791 revolucionó la estructura administrativa y la organización del país, introduciendo entre otras innovaciones el sistema métrico en el mundo, y redactó la Primera Constitución de la Francia moderna, definiéndola como una monarquía constitucional liberal, fue obra de la clase media, que en aquellos tiempos era la más fuerte, y que estaba atrapada entre el rey y la aristocracia. La revolución burguesa se hace y se consolida sin ningún tipo de compromiso con la antigua sociedad, abolición de los órdenes y de los restos de las estructuras feudales, la sustitución de la monarquía de carácter divino por el contrato, el nacimiento del “homo democrático” y del régimen representativo. La nobleza ha huido y el rey es nada más que un prisionero. El Club de los Jacobinos funciona, desde 1790 como la imagen simbólica del pueblo, que controla la Asamblea Constituyente y prepara sus decisiones. Las clases populares y sobre todo la inmensa presión campesina del verano de 1789 cumplieron un papel esencial en esa ruptura decisiva con el pasado. A la Asamblea Nacional Constituyente le sucedió el 1 de octubre de 1791 la Asamblea Legislativa, responsable del decreto del 20 de abril de 1792 por el que Francia declaró la guerra al “rey de Hungría y Bohemia”, es decir a Francisco II de Austria, con el objetivo de emancipar al pueblo, bajo el lema de “guerra a los castillos y paz a las chozas”. Este hecho decisivo en la marcha de la Revolución y en la historia europea, muestra la velocidad que los acontecimientos imprimieron a la dinámica revolucionaria, si se tiene en cuenta que el 5 de agosto de 1791, la Asamblea Constituyente había declarado CASTELL OLIVAN, Irene. La Revolución Francesa (1789 – 1799). Op. Cit. 68. 5 • • • 14 15 la “paz al mundo”. La “guerra civil internacional” se convirtió pronto en una guerra de conquista. A la declaración de guerra se oponía Robespierre con los siguientes argumentos:”La Revolución necesita combatir sus enemigos de dentro más que perder su energía contra imaginarios peligros exteriores, y a los pueblos no les gustan los misioneros armados”14. Los conflictos con la monarquía continuaron, ya que el Rey estaba anclado en su programa, en la que limitaba su poder absoluto pero conservando sus privilegios, pero un hecho dio un vuelco a la situación, su fracasada fuga de la familia real a Verennes en la noche del 20 al 21 de junio de 1791 La familia real intentó infructuosamente escapar al extranjero, disfrazada de familia aristócrata rusa. Este acontecimiento provocó una serie de manifestaciones que desembocaron en la del 17 de julio en el Campo de Marte que la Asamblea Constituyente reprimió, siendo la primera vez que la Guardia Nacional, al mando de Lafayette, dispara de manera activa y programada contra el pueblo. El episodio es conocido como “La matanza del Campo de Marte”. Un batallón marsellés de la Guardia Nacional que entró en Paris como refuerzos el 30 de julio de 1792, popularizó el himno cantado por primera vez el 26 de abril del mismo año por Rouget de L`Isle: el Canto de guerra para el ejercito del Rhin, inmortalizado desde entonces como “La Marsellesa”. El episodio incrementó la hostilidad hacia la monarquía como institución, así como contra Luís XVI y María Antonieta en particular. La desconfianza mutua entre los monárquicos y los republicanos tuvo como consecuencias: 1) La revolución del 10 de agosto de 1792, se saldó con 1.000 bajas, entre muertos y heridos, que terminó con la abolición de la Monarquía e instituyó la República, el 21 se septiembre 1792, simbolizada con un nuevo calendario que comenzó en el año I, con nueva denominación de meses, y que llegó a durar 12 años. 2) El 13 de agosto, a la familia real se le encierra como prisioneros en la Torre del Temple 3) La condena a la guillotina de Luís XVI, ejecutado el 21 de enero de 1793, y de María Antonieta, el 16 de octubre de 1793. La intervención de Robespierre ante la Asamblea fue decisiva “Luís debe morir porque es necesario que la patria viva”15 El periodo de la República Jacobina, conocido como el “Periodo del Terror”, se inicia con la formación del Comité de Salud Pública el 6 de abril de 1793 - 1794, y finalizó el 9 de Termidor, ( 27 de julio), fecha del arresto y ejecución de su líder Robespierre, “el Incorruptible”, unió en su persona la virtud y el terror. Él que tanto había manipulado la dialéctica del pueblo y del complot y que había llevado a sus consecuencias de sangre, es víctima del “efecto boomerang”. Él que fue la expresión e interiorización de la Revolución, en él confluían la lucha por el poder con la lucha por los intereses del pueblo, muere en la guillotina (veremos más adelante otras teorías sobre su muerte) como a los que había considerado contrarrevolucionarios. El Periodo del Terror, aprovechó el peligro de invasión de Francia se dictan medidas excepcionales, entre las cuales está la creación del Tribunal Criminal Extraordinarios, ejecutando a unos 1.300 prisiones, de las cárceles de París, en los primeros momentos. Los Jacobinos se oponen a cualquier parada revolucionaria y mandan a la guillotina no sólo a las personas de la vieja sociedad que se resiste a perder sus derechos sino también a los revolucionarios de ayer convertidos hoy en reaccionarios, desde el punto de vista de los Jacobinos. Una sucesión CASTELL OLIVAN, Irene. La Revolución Francesa (1789 – 1799). Op. Cit. 116-117 CASTELL OLIVAN, Irene. La Revolución Francesa (1789 – 1799). Op. Cit. 145. 6 de purgas internas y una extraordinaria y exitosa movilización general del pueblo16, caracteriza a este periodo. No pudiéndose cuantificar los ejecutados, pero se estiman en “unas cuantas decenas de miles”17. La conocida etapa del “Gran Terror”, del 10 de junio al 27 de julio de 1794 fueron guillotinadas, solamente en París, 1.371 personas. El objetivo del terror estaba basado en el principio de aniquilar las fuerzas adversarias, o al menos reducirlas a la impotencia para hacer imposible una contrarrevolución. Los Jacobinos estaban convencidos de la absoluta verdad de las consignas acerca de la “Igualdad, fraternidad y Libertad” y, lo que es más importante, que las masas populares que los Jacobinos suscitaban y a las que llevaban a la lucha también estaban convencidas. Los Girondinos (moderados) trataron de apelar al federalismo para aplastar al París Jacobino, pero las tropas enviadas a París desde las provincias se pasaron a los revolucionarios. Si es verdad que a los Jacobinos “se les fue la mano”18, calculándose las víctimas del Terror en unos 800.000 “sospechosos” entre presos y ejecutados, 19 también es verdad que organizaron un gobierno burgués, la clase dominante, crearon el Estado burgués, crearon la compacta nación francesa moderna. La detención en la Comuna de París y posterior ¿ejecución? (para unos historiadores se pegó él mismo un tiro y para otros lo hizo un gendarme20) de Robespierre, el 9 Termidor (27 de julio) representa una ruptura, es el fin del tiempo revolucionario en sí, pues ha triunfado la legitimidad representativa sobre la legalidad revolucionaria. Con ello detienen el Terror, lo deshonran como un principio de tipo de poder y lo separan del pueblo. Se hace correr el rumor sobre un Robespierre-rey, acusado de querer casarse con la hija de Luís XVI para restablecer la monarquía. El Tribunal revolucionario fue condenado como instrumento del Terror La relación de Robespierre con el Periodo del Terror (organizado el terror a nivel gubernamental) es que la guillotina se alimentaba gracias a su predicación sobre los “buenos y los malos”, entre patriotas partidarios del Nuevo Régimen y los criminales sospechosos traidores del Antiguo Régimen, que llenan las prisiones. Robespierre es una figura inmortal, no porque haya reinado algunos meses sobre la Revolución, sino porque la Revolución nos da a través suyo el discurso más trágico y más puro21. Robespierre no es ministro sino que está investido de una “función de control”. Thibaudeau22: “El Terror no fue una consecuencia de la Revolución, sino una desviación desdichada, fue mucho más fatal que útil a la República puesto que traspasó todos los limites, fue atroz, inmoló a amigos y a enemigos y nadie tuvo el coraje de reconocerlo”. El terror en su mayor parte consiste en crueldades inútiles perpetradas por personas que están ellos mismos aterrorizados de lo que ven y hacen, y que intentan reafirmarse para sobrevivir. Un régimen de terror es cuando el estado hace de esta práctica su objetivo a no disponer de otras raíces, valores, propuestas que ofrecer al pueblo. 16 HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit., 80. HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit.,22. 18 HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit., 166. 19 CASTELL OLIVAN, Irene. La Revolución Francesa (1789 – 1799). Op. Cit. 187. 20 CASTELL OLIVAN, Irene. La Revolución Francesa (1789 – 1799). Op. Cit. 212 y 213. 21 FURET, F. Pensar la Revolución Francesa. Op. Cit., 82. 22 THIBAUDEAU. Memorias, tomo I, pág. 57-58. 17 7 La Revolución Francesa fue una revolución burguesa aunque nadie pretendiera que lo fuera. ¿Por qué este proceso de continuidad entre el Antiguo Régimen y el nuevo eligió la vía de una Revolución? La burguesía fue lenta al hacer valer sus derechos como clase dirigente, tardó en demostrar lo que Guizot llamó “ese autentico espíritu político que aspira influir, a reformar, a gobernar”23. La Revolución Francesa se contemplaba como un proceso complejo y en absoluto lineal, supuso el punto culminante la ascensión de la clase media que reemplazó al Antiguo Régimen a sus tradiciones, sus conmemoraciones, sus esperanzas y sus hombres, representados por la aristocracia, por la Nueva Francia dirigida por la clase media24. “En el terreno económico, la redistribución de la riqueza se realiza en beneficio del Tercer Estado, dueño de la riqueza mobiliaria, de esto se deriva el parcelamiento y desmembramiento de los dominios nobiliarios”25. Cuando hablamos de burguesía de la época debemos entender sociológicamente como los grupos existentes entre la nobleza y el campesinado: comerciantes, empresarios, y aquellas profesiones basadas en la educación, que si bien no tenían nada en común entre ellos se transforman en una clase única consciente de su poder. La propia Revolución consolidó a este estrato intermedio entre la aristocracia y el pueblo, la conciencia de la clase media o “classe moyenne o bourgeseoisie”. El Tercer Estado se erigió en “Nación” en 1789, gracias a esa burguesía, se vieron los representantes de los intereses de la nación y de la humanidad en general, ya que el fundamento de toda constitución debía ser la libertad y la felicidad del pueblo. Si bien se ha de indicar que el electorado de 1791 se restringía a los ilustrados, que de esta manera controlaban todo el poder e instituciones del Estado, era una élite que se distinguía por su capacidad económica o/y por su educación. Esta élite abierta no por el nacimiento sino en el talento, quedaban excluidas las mujeres, “por su constitución física y psicológica”26. A esta clase media o burguesa podían formar parte todos los que se hubieran desarrollado y tenido los requisitos, la máxima era: “los derechos se comparten cuando sean capaces de ganarlos”. La Revolución Francesa fue una revolución desde abajo, y no se hubiera podido realizar sin la intervención del pueblo llano.27 La realidad fue que la burguesía había ganado una libertad y un poder mediante la revolución pero la libertad del pueblo era sólo nominal. Siendo vista la situación resultante de la revolución por algunos historiadores marxistas como la explotación de la nueva clase dirigente burguesa del proletariado, clave principal del capitalismo. Diferentes autores han asociado Bolchevismo y Jacobinismo, la época del Terror junio 93 a julio 94 y la Dictadura Bolchevique del periodo de guerra civil: 1) que ambas son dictaduras de clases nacidas de la guerra civil, y de la guerra extranjera, 2) que recurren al terror y 23 GUIZOT, Francois. Historia de las civilizaciones europeas. Alianza Editorial, Madrid, 1968, pág. 181. 24 TOCQUEVILLE, Alexis de. Recuerdos. Ediciones J.P. Mayer, Nueva York, 1949. 25 FURET, F. Pensar la Revolución Francesa. Op. Cit. 171. 26 HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit., 45. 27 HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit., 48. 8 3) que se proponen la transformación de la sociedad propia y la universal. Comparan a Lenin como el Robespierre de turno, y poco después del mítico Octubre de 1917, Lenin manifiesta: “El nuestro no es el terror revolucionario francés que guillotinaba”28. Los marxistas más que contribuir a la historiografía de la Revolución Francesa se sirvieron de ella, haciendo su propia historiografía de tal manera que un ataque al Marxismo era un ataque a la Revolución Francesa. Hay una cita de Marx: “El Jacobismo y el Terror fueron una manera plebeya de concluir la revolución burguesa y de terminar con los enemigos de los burguesía”29. El poder del pueblo se ve en pocas ocasiones y se ejerce en menos, pero cuando se da y muestra su poder como fue en 1789 es evidentemente efectivo y decisivo. Cuando la gente corriente intervino en julio y agosto de 1879, transformó el conflicto entre élites en algo distinto, aunque sólo fuese porque provocó, en cuestión de semanas el colapso entre el poder y la administración estatales y el poder de la clase rural dirigente. Tanto en el verano de 1789 como en octubre de 1917 en Rusia, lo importante no fue la estructura de la revuelta sino su impacto30. En 1789 nadie, desde el reformista más moderado hasta el agitador más radical, podía adivinar el desarrollo de la Dictadura Jacobina, del Periodo del Terror. Existe el riesgo de que al navegar por los tempestuosos mares y corrientes de la historia, los revolucionarios se encontraran arrastrados hacia direcciones no sólo imprevistas e indeseadas, sino alejadas de su objetivo original. En la época de revolución, de hechos claves para la Historia, el pueblo suele obrar según la máxima de Napoleón “Primero se inicia la batalla, luego se ve lo que hay que hacer”31. El Antiguo Régimen estaba en manos del rey, la Revolución es el gesto del pueblo. La antigua Francia era un reino de súbditos, la nueva una nación de ciudadanos. La antigua sociedad era la del privilegio, la Revolución funda la igualdad, lo que supone una ruptura radical con el pasado. Los franceses inauguran la política democrática como ideología nacional, entendiéndose como el conjunto de reglas destinadas a garantizar, a partir de la consulta electoral de los ciudadanos, el funcionamiento de los poderes públicos, en base a los principios de libertad e igualdad. Y para lo bueno y lo malo… “EL PROTAGONISTA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA FUE EL PUEBLO, EN EL SENTIDO AMPLIO: BURGUESES, CAMPESINOS Y CLASES URBANAS” 28 DALINE. Lénine et le Jacobinismo. Pág. 107. HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit.,1 30. 30 HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit. 159. 31 HOBSBAWM; E.J. Los ecos de la Marsellesa. Op. Cit., 97. 29 9