lo+positivo#27 opini.n

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comedia gamberra
sobre el SIDA para
todos los públicos
Colours:
argentina, como no. La estupenda Cristina Rota borda este personaje en la escena más hilarante del cortometraje.
es un cortometraje que cuenta la historia
de Davihd, un joven que decide comunicar a su
entorno que vive con VIH y que ha iniciado un
tratamiento con ARV. La película ofrece una
visión muy particular de este complicado momento en la vida del protagonista a partir de un guión
que oscila entre la comedia gamberra y el melodrama ácido. Como es de esperar, Davihd se da
de bruces contra el rechazo, la incomprensión y la exclusión por
parte de su desconcertado círculo afectivo. Y no puede ser de otra
manera porque si no la película perdería parte de su gracia, puesto
que tal y como declararon sus autores a la prensa: «Colours pretende ser una patada visual sobre el problema del SIDA».
Esta patada es el sentido del humor que irrumpe a los dos minutos escasos de inicio del corto y que no desaparecerá hasta dos minutos antes del final. Entre el planteamiento y el desenlace, el público
disfruta de una comedia corrosiva, de ritmo trepidante que incluye
escenas realmente divertidas. La hermana de Davihd, por ejemplo,
interpretada por una alocadísima Isabel Prinz, es la defensora de las
curaciones alternativas y querrá salvar al personaje a través de la fe,
la medicina oriental, la meditación o los brebajes naturistas. Es la que
no quiere aceptar. Los “amigos” de Davihd no se quedan a la zaga.
Encarnan la figura de la exclusión, la gran aliada de la ignorancia. De
perfil psicológico plano, arquetípicos en su memez y cortedad de
miras, faltos de sensibilidad, serían la imagen del miedo. No en vano
dice Davihd: «los amigos son el peor grupo de riesgo al que me he
enfrentado nunca». Definitivamente Davihd es diferente desde que
vive con VIH. Probablemente esté mal de la cabeza, tanto, que él
mismo se provoca la enfermedad. Ésta es la teoría de su psiquiatra,
C
OLOURS
Diamanda Galás
gemidos, susurros, suspiros, aullidos penetrantes, ruidos guturales y tonos bajos. Todo esto
con su magistral acompañamiento al piano y
manipulaciones electrónicas. Sus puestas en
escena han despertado las críticas de los sectores más conservadores pero también la han
encumbrado a ser considerada como una artista de culto no apta para todos los públicos.
Además del SIDA, son temas de su obra la
muerte, la fragilidad de la condición humana y
el psiquismo. En 1992 apareció su disco Vena
cava obra en la que se exploraba la destrucción
mental provocada por la depresión y la demencia causada por el VIH.
a cantante californiana de origen griego
Diamanda
Galás
(1952) ha mantenido
su integridad artística
sin ceder ni un ápice a
los convencionalismos. Antes de dedicarse por completo a su música trabajó
como investigadora en el campo de la
inmunología y la hepatología. Fue militante de Act-Up y como ella dice: "Mi
voz es al mismo tiempo un instrumento
de inspiración y una herramienta de tortura y destrucción". Su rango vocal es de
una impresionante cobertura. Sacude las
conciencias a base de gritos, alaridos,
L
La Serpenta Canta es el título de su último
doble álbum aparecido en 2002.
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la cara culta
LO+POSITIVO
Ussi Tous
INVIERNO 2003-04
Entre tanto gag y disparate, un pusilánime Davihd encuentra la comprensión entre l@s diferentes: una mujer lesbiana,
Esther (Antonia San Juan), que lo invita a abandonar la autocompasión y un tipo extraño, solitario y homosexual, Gael
(Daniel de Levin) que sobrevive a la diferencia a base de conocerse y aceptarse a sí mismo. Dicho y hecho. Davihd termina
viviendo con Gael, aceptando su circunstancia, y construyendo
una nueva vida llena de colores, los colores de las pastillas que
alimentarán la ilusión por un futuro. ¿Por qué no?
La película está bien realizada, su factura es de calidad y la
producción, de 160.000€, es de las más caras del cine español. Se trata de un producto insólito por el tratamiento dado
al tema y es probable que no provoque el mismo impacto en
un/a espectador/a naïve que en un@ ya iniciad@.
El cortometraje ha entrado inmejorablemente en los circuitos de exhibición. La preselección para una posible candidatura a los Oscar, que finalmente no se produjo, o la posterior participación en la Berlinale 2004 prácticamente le aseguran su
presencia en los festivales más importantes.
Cortometraje
Duración: 20 minutos
Dirección y producción:
Fotografía:
Historia original:
Guión:
CARLOS DUEÑAS y BIEL
JOHNY YEBRA
CARLOS DUEÑAS
FRAN A. ZURIAN
y CARLOS DUEÑAS
JAVIER VILLALOBOS
Música:
Interpretes:
Davihd:
Berta:
Esther:
Gael:
Psicoanalista:
BIEL
ISABEL PRINZ
ANTONIA SAN JUAN
DANIEL DeLEVIN
CRISTINA ROTA
Diatriba de dolor
por un hermano que muere
Fernando y Darío compartieron muchachos, aguardiente y
marihuana después de salir milagrosamente indemnes de una
monstruosa familia de 20 hermanos tiranizada por una madre
casi inmóvil por voluntad propia
y un padre fantasma que se sujeta absurdamente a la vida. En
medio de la locura desbarrancada de esta prole trasunto de su
Colombia natal, del microscopio
infecto del Medellín tomado por
el narcotráfico y los sicarios, buena muestra del planeta desquiciado
que habitamos, Darío y Fernando recorren a salto de mata trayectos
temporales maltrechos por la desidia y sólo vivificados por el recuerdo del sexo.
Yendo más allá de La Virgen de los Sicarios (Alfaguara, 1994),
donde la erótica y la ternura surgían con una sencillez pasmosa de la
violencia gratuita y asesina, Vallejo amasa elementos autobiográficos
con el delirio real que le circunda para lanzarnos su esputo más
putrefacto, advirtiéndonos de que esa mezcla viscosa que tanto nos
repugna no es más que el resultado de aspirar y masticar todo lo que
le rodea, todo lo que nos rodea.
n la fotografía de la portada extraída del álbum
personal, Fernando Vallejo abraza por detrás a su
hermano Darío cuando ambos apenas superan
unos pocos años de edad. Fernando mira a la
cámara de su tío Argemiro con la misma expresión descreída que conservará toda su vida. La
misma con la que, claramente endurecida, apenas
contenida en su rabia, posa en la foto interior del
libro, donde Fernando supera aunque no lo confiese la cincuentena.
Darío se muestra en cambio apenas un bebé partidario ya de disfrutar de las cosas tal como son, encantado con la imagen que le
devuelve la lente, ignorante por elección.
Fernando Vallejo, escritor colombiano nacido en Medellín que
vive en México, narra en El desbarrancadero (Alfagura, 2001) con
fruición no morbosa sino ofuscada, la implacable agonía de su hermano Darío enfermo de SIDA en los años en que las enfermedades
oportunistas eran una lista inacabable de misteriosos términos latinos y sus remedios una lucha desesperanzada contra la fatalidad. Y
lo hace con una furia tal, un torrente tan descarnado, que nadie se
salva, ni mujeres, ni hombres, ni negros, ni blancos, ni la Iglesia, ni
los políticos, ni Medellín ni México. Todos reciben su grito culpabilizador, todos son objeto de una diatriba profundamente adolorida
que no admite mesura, que se rebela contra la contención, que sólo
se reconoce en el exceso.
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la cara culta
LO+POSITIVO
María Ràfols
INVIERNO 2003-04
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