Alice había vuelto del colegio. Se fue al despacho de su padre a coger un lápiz para empezar a hacer sus deberes. Alice sabía que le tenían prohibido entrar, pero ella necesitaba un lápiz y sabía donde los guardaba su padre. Al coger el que estaba encima de la mesa se fijó en el periódico que estaba a su lado que decía: “LOS CIENTÍFICOS ACORRALAN LA PARTÍCULA DE HIGGS”. Aquello le llamó la atención y empezó a leer el artículo, la verdad es que la física siempre le había parecido una cuestión muy complicada pero quería saber por qué los científicos se empeñaban en buscar esa partícula con gigantescas máquinas en Ginebra. Debía de ser una partícula superimportante pero a la vez tan poquita cosa que era difícil de detectar, ¡Vaya partícula tan modesta!, resulta que es la clave para entender cómo se originó algo tan enorme como es el universo y no hay manera de registrarla, se desintegra rápidamente hacia otro tipo de partículas y todo en cuestión de billonésimas de billonésimas de segundo. Lo dicho, modesta y tímida. Se quedó dormida pensando en todo lo que había leído y empezó a soñar. En su sueño, Alice se había convertido en una partícula diminuta, estaba en el mundo subatómico y no creáis, las cosas allí son muy diferentes a como las vemos en nuestra vida diaria. Se fijó en las zapatillas deportivas de su padre, enooormes..., ni siquiera parecían las mismas, y se dirigió al trozo de velcro que servía para abrocharlas como si fueran cordones. Estaba ya sobre el velcro, en la parte que está cubierta por pequeños ganchos, los que se encargan de atrapar cualquier superficie que tenga una maraña de hilos. Pues resulta que cada uno de esos ganchitos eran bosones de Higgs y todos juntos, todo el velcro, era el campo de Higgs. De repente, vio venir una pelota como las de ping pong que pasó por el velcro a gran velocidad, tan rápido que no se quedó pegada. Un bosón de Higgs muy amable le explicó que era un fotón. A continuación pasó una pelota de tenis como las de la diana de juguete de su hermano, la pelota pasó por la superficie lentamente y con verdaderos problemas, se quedaba atrapada a los ganchitos. Eso que acabas de ver es un quark-top, le dijo su nuevo amigo. La pelota de ping-pong no había dejado ningún rastro, pero la de tenis había dejado una huella profunda en el velcro, lo había llenado de pelillos de colores. El bosón le explicó que cuando las partículas interactúan con ellos se mueven más lentamente, que lo que les pasa es que tienen masa. Y que si no se enganchan nada en ellos es porque van tan rápido que ni dan los buenos días, se dice que son ligeras y que no tienen masa (Alice pensó que además de no tener masa tampoco tenían educación, mira que no pararse a saludar a estos bosones tan simpáticos..). Se dio cuenta que si no fuera por esos pequeños ganchitos-bosones ninguna de esas pelotas tendría masa, un trabajo de gran responsabilidad, pensó. De pronto su padre entró en el despacho y Alice se despertó. Aunque se llevó una buena bronca por entrar allí sin permiso, le contó lo que acababa de soñar: ¡había conocido a un bosón de Higgs!, nunca la había visto tan emocionada, ni siquiera cuando fueron de vacaciones a Eurodisney. Su padre le explicó que sin el campo de Higgs, es decir, la tira de velcro, los quarks y los electrones que forman la materia no tendrían masa y viajarían a la velocidad de la luz, rápido, muy rápido. En ese caso, sería imposible que los quarks acabaran conociéndose y juntándose para crear grupos de tres que formen los protones y los neutrones. No habría átomos, ni moléculas, ni planetas, ni estrellas... Es como si en tu sueño vieras pasar un montón de pelotas de ping-pong, de tenis, de baloncesto, de fútbol, a tanta velocidad que fuera imposible que cogieras alguna y ni tú ni tus amigos pudierais formar equipos para jugar en el recreo. Así que ahí están los científicos, acelerando protones y haciéndoles chocar unos contra otros todo el día en un tubo larguísimo, a ver si en uno de esos, algún bosón sale disparado y lo pillan antes de que se desintegre. Yo sé por qué es casi imposible..¡odian las fotos! Concluyendo, me alegra saber que los bosones están ahí, mi vida sería muy ajetreada yendo y viniendo todo el día a la velocidad de la luz. Aunque bien pensado a ratos no estaría mal, me teletransportaría en un abrir y cerrar de ojos y no llegaría nunca tarde a clase, ¿podríamos también viajar en el tiempo? La dificultad estaría en recomponer de nuevo todas las partículas de mi cuerpo y que volvieran a su sitio…¡se podría liar una buena!, lo quiero investigar papá.