PIETER BRUEGHEL, EL PINTOR FILMICO JOAQUIN ROA GOMEZ Brueghel se formó dentro de la escuela flamenca. El pintor rompe con sus predecesores y el gusto italiano del siglo XVI. Al conectar la Edad Media y el Renacimiento supera el arte de los primitivos flamencos y desplaza a los italianos. La unidad de sus composiciones, su talento narrativo y su interés por los «géneros menores» hacen de él un artista inclasificable dentro de la historia del arte. Realizó sobre todo cuadros de paisaje, de género y de escenas campesinas, en los que con un estilo inspirado en El Bosco, con el que comparte cierto tratamiento fantástico en determinadas escenas, reflejó la vida cotidiana con realismo, abundancia de detalles y un gran talento narrativo. En el folclore y los refranes populares buscó la inspiración para sus obras más descriptivas y pintorescas, por ello fue un cronista de la vida campesina. Sumergirse en uno de sus lienzos es como ir leyendo la historia y las costumbres a través de la infinidad de personajes que introduce en las telas, todos ellos representando momentos diarios de la sociedad campesina. Los retratados se muestran celebrando los diferentes acontecimientos tan arraigados en el campo mientras que las distintas estaciones desfilan ante nuestros ojos. Este pintor flamenco ha sido utilizado como artista de referencia para contar historias en el cine. Incluso sus lienzos han servido para el comienzo de películas monográficas. Y así por su ironía, su tratamiento fantástico, su manierismo, su gusto por el paisaje como expresión simbólica, Brueghel resultó de interés para creadores tan diversos como Andrei Tarkovsky y Lars Von Trier en el cine, o Wystan Hugh Auden en la literatura. Brueghel es el gran pintor de <<kermesses>> del siglo XVI, y la película de Jaques Feyder La Kermesse Heroica de 1935, convertida en una divertida farsa sobre la dominación española en Flandes ante la inminente llegada a una pequeña ciudad de tropas españolas que provoca el pánico entre los hombres, convierte al flamenco en el principal vehículo expresivo. Uno de los protagonistas es pintor y llamado Julien Breugel, cuya tarea es pintar un retrato grupal de de los regidores. En el ayuntamiento, de él se comenta en la película que tiene talento y que le viene de familia. Se le considera un buen pintor de retratos. También se dice que los comienzos de un artista son difíciles y cuesta salir adelante, no es un oficio muy bien valorado. La <<Kermesse>> que se celebra cuyas escenas están inspiradas en cuadros del pintor, incluyen la perspectiva aérea determinante 1 de sus escenas rurales. Es más, la película se convierte en una serie de planos aéreos de escenas multitudinarias inspirados en cuadros populares del artista flamenco. 1. El director utiliza planos aéreos para la composición de las escenas populares al igual que hacía Brueghel. En general todo el film es una sucesión de <<tableau vivants>> que homenajean a la pintura flamenca y holandesa del siglo XVI y XVII. Escenas de taberna basadas en cuadros de Teniers y Brueghel. Bodegones inspirados en Rubens o Snyders. Paisajes urbanos copiados de lienzos de Vermeer y rurales como los de Ostade y Ruysdael. Fiestas ciudadanas al aire libre tomados de cuadros de Rubens y Teniers. Retratos de corporaciones al estilo de Rembrandt. Las expresiones de satisfacción y buen humor que muestran los milicianos están basadas en los cuadros de Frans Hals. Interiores burgueses como los de Vermeer. E incluso el cuadro “Buey desollado” de Rembrandt aparece en un plano rápido. Es curiosa una escena, en la que los españoles llegan a ver el cuadro que se está pintando y comienzan a discutir sobre su estilo artístico. En otra hablan de un pintamonas: <<ese pintamonas se llama Rubens>> contesta Breugel. Aunque este dice no creer que Rubens aceptara pintar semejante escena. Ante la petición de mano de la hija del burgomaestre, este último comenta: <<Nunca daría la mano de mi hija a un artista, no quiero vagos en mi familia>>. La siguiente referencia cinematográfica al pintor flamenco aparece en la película Solaris. Según la versión cinematográfica de Andrei Tarkovski, el más importante icono artístico visible en la destartalada estación orbital del planeta del mismo nombre, ese extraño espejismo psíquico que imaginariamente emplazó el escritor de ciencia ficción Stanislav Lem en un indeterminado punto intergaláctico, es una reproducción del célebre cuadro de Pieter Bruegel “Cazadores en la nieve”. En la secuencia de la biblioteca, queda patente su estado reflexivo. En el momento en que Sartorius le dice a Hary que ella es tan solo una copia, una simple reproducción, ella responde: <<Sí, puede ser, pero me estoy 2 convirtiendo en una persona>>. Sartorius abandona la sala y al poco Snawt toma la misma decisión. Tras advertir que se encuentra excesivamente embriagado, Kelvin decide acompañarlo a su habitación dejando sola a Hary en la biblioteca. Cuando vuelve la encuentra mirando absorta el cuadro “Cazadores en la nieve” de Pieter Brueghel. Con un plano frontal de ella, a través del espejo del fondo vemos entrar en la sala a Kelvin. La cámara subjetiva, que son los ojos de Hary, recorre ralentizada el lienzo mostrando hasta el más mínimo detalle. Parece que intente entender lo que nunca conocerá, la magia de la vida cotidiana. Y no sólo la vida cotidiana de cualquier humano, sino la vida que conoció la Hary primigenia. No es casualidad que el cuadro de Brueghel aparezca también en la casa de los padres de Kelvin. Tampoco que las imágenes de la infancia y adolescencia del video que Kelvin muestra a Hary parezcan imitadas de este cuadro. Hay una conexión entre ellas, y de hecho, una imagen del Kelvin niño del video se intercala en el montaje cerrando el recorrido de la cámara por el lienzo. En la navegación por el cuadro vamos oyendo los sonidos naturales que van coincidiendo con lo representado, con la imagen del campanario suena una campana que llenara el espacio sonoro con la música de Artemiev, la campana repicara con la imagen real de la infancia de Kris. El cuadro de Brueghel es el símbolo de aquel entorno natural puro que proporciona la familia durante la infancia. Hary está intentando comprender lo que vivió su otro yo terrestre con Kelvin y lo que éste le transmitió de su vivencia infantil. Los amantes se sientan el uno junto al otro y de repente se produce un estado de ingravidez, del que ya estaban advertidos. Un candelabro se desplaza flotando hacia el techo de la sala rozando suavemente la lámpara que cuelga de él. Los cuerpos de ambos se elevan dulcemente y se funden en un abrazo motivados por la levitación. Una edición ilustrada de “El Quijote” cruza el plano general en el que se aprecia a la pareja y una serie de obras de Brueghel aparecen colgadas en la zona de la derecha del plano, hacia la que se dirigen en su levitación. Una panorámica de 180º sigue su movimiento mostrándonos al fondo cuatro de las cinco piezas de Brueghel colgadas en el muro, encabezadas por “Cazadores en la nieve”. Además de una escena poética, se produce un homenaje al pintor neerlandés. Como vemos durante la conversación en la biblioteca con Snawt y Sartorius, las serie se compone, de izquierda a derecha por: “La torre de Babel “, “El triunfo de la muerte” , parece ser dicha obra por la composición, pero no se aprecia con claridad, “La cosecha “, “Cazadores en la nieve” y “Paisaje con la caída de Ícaro”. No obstante, resulta curioso que pese al perfeccionismo y pasión por los detalles del director ruso, en la escena de la levitación se altere erróneamente el orden de “Cazadores en la nieve”, que 3 aparece en primer lugar, con “Paisaje con la caída de Ícaro”. Aunque éste es tan solo un pequeño detalle sin importancia. 2. “Cazadores en la nieve” se convierte en cuadro-símbolo de las películas de Tarkovsky. Rodada en 1975, Zerkalo de Andrei Tarkovsky, integra las artes y deja de ser solo literatura para convertirse en cine, una obra singular en el medio. Posee fotografía (parte técnica de la película y retratos en la ficción), música (Bach), pintura (Brueghel), literatura (los versos del padre de Tarkovsky) y su propio ritmo poético en el cine. Su conexión con la pintura aparece en el recuerdo que Alexei le cuenta a Ignat ilustrado en la película por la escena de los niños practicando el tiro con rifle calibre 22 y escenas del ejército soviético en el lago Sivach. Después las imágenes en el agua son acompañadas por versos de Tarkovsky padre y continúa con la imagen del niño en la nieve con los patinadores de fondo y una urraca que se posa en un árbol, clara referencia a los cuadros “Paisaje invernal” y “Los Cazadores en la nieve” ambos de Brueghel. Termina la secuencia con los muertos en la guerra y el conflicto chino-soviético. 3. El cuadro “Paisaje invernal” junto con “Cazadores en la nieve” se convierte en el cuadro referencia para contar la infancia de Alexei. Nuevamente el cuadro “Cazadores en la nieve” sirve como punto de conexión entre Lars Von Trier y Tarkovsky. En el prólogo de Melancolía con música de Wagner, Von Trier introduce la imagen ardiendo de 4 “Cazadores en la nieve” de Brueghel. Por su parte Solaris de Tarkovsky también aparece mencionada en dicha película a través del mismo cuadro, pues como hemos visto era obra referente para el director ruso. Von Trier no puede escapar de su antigua relación con la pintura y utiliza conscientemente simbolismos heredados del mundo del arte a lo largo de toda la película. El momento donde esta cuestión es más evidente es en la escena de la biblioteca, en la cual en un momento de explosiva rabia, Justine, nombre de inevitable referencia a Sade, que encarna a la novia oscilante y débil, cambia los libros que muestran reproducciones de obras suprematistas por imágenes de Peter Brueghel, Millais o Caravaggio. Justine rechaza las intelectuales y frías obras de Malevich incapaces de expresar emociones humanas y decide expresar sus sentimientos a través de la “Ofelia” de Millais, que ejemplifica su situación de novia muerta por dentro, de la sensibilidad y desparpajo del “David con la cabeza de Goliat” de Caravaggio y a través de obras de Brueghel como “Cazadores en la nieve” o más simbólicamente “El país de jauja”, donde Brueghel representa un tema muy frecuente en su pintura, la locura de los hombres. Tan imprescindible es la importancia del pintor flamenco en la película que como dicen en la crítica publicada en Libération: <<es como si Von Trier hubiera filmado un cuadro de Brueghel en cámara lenta, un retrato nihilista que celebra la ausencia de futuro>>. 4. El cuadro “El País de Jauja” es aceptado simbólicamente por la protagonista frente a las obras suprematistas de Malevich. La película iraní Noches efímeras, rodada en 2011, comienza con una reproducción del cuadro pintado en 1559 “Los Proverbios flamencos” de Pieter Brueghel y con ello intriga al espectador hasta un cierto límite. Acostumbrado a la poderosa fuerza visual del cine iraní actual, la 5 inteligencia de unos guiones que consiguen traspasar los resquicios de la red de la censura, un absoluto dominio de la metáfora y unas buenas interpretaciones, lo que sorprende al público es la continua pertinencia de su iconografía. Y que mejor ejemplo que este cuadro de la Edad Media, que aparecerá en dos ocasiones más, para ilustrar a la perfección el Irán de hoy: una estructura social sometida por completo a la religión en la que sus individuos se las arreglan, como pueden, para satisfacer sus necesidades y deseos vitales. Brueghel ha conseguido reunir en esta tabla más de cien proverbios utilizados en su tiempo. Al ser los proverbios un importante medio de expresión en la sociedad flamenca de su época, en numerosas ocasiones el autor las representaba visualmente, realizándose incluso grabados que eran vendidos a bajo precio y que circulaban con facilidad entre los amantes de este tipo de trabajos. De los que los más importantes que aparecen representados en el cuadro son los siguientes: <<Vivir bajo la escoba>> que se relaciona con la pareja que vive en pecado al llevar vida marital sin estar casada; en la ventana de la casa observamos a un pillo que defeca sobre la bola del mundo y hace trampas con las cartas mientras que en el interior de la taberna dos hombres se cogen las narices, un claro símbolo de necedad; otra referencia a la necedad la encontramos en el hombre que asa arenques para coger las huevas y el necio que se cae entre dos taburetes al intentar sentarse sobre los dos; un hombre armado hasta los dientes intenta poner el cascabel al dócil y anciano gato; junto a él observamos a un cerdo quitando la espita de un tonel, simbolizando el exceso y la gula. La indecisión se representa con la mujer que lleva el fuego y el agua mientras que la hipocresía se simboliza con el hombre sujetando un pilar, que representa la Iglesia; a las esposas hipócritas también se alude con la mujer que ata un diablo sobre un cojín mientras que un estúpido se da cabezazos contra la pared. Un necio esquilando a un cerdo, mujeres maledicientes, un hombre llenando un pozo una vez ahogado el animal, otro dando margaritas a los cerdos y una esposa adúltera tapando con una capa al marido son las escenas que se representan en la zona central de la tabla. En la derecha encontramos a un hombre con el mundo en sus manos, como símbolo de la sabiduría, dirigiendo un gesto de compasión al hombre que se ha metido en el globo de cristal, un nuevo símbolo de necedad. Los actos más pecaminosos de la composición los encontramos en el monje que pone una barba rubia a la figura de Cristo, el hombre que pone una vela a un demonio y el que se confiesa ante Satanás. En el río observamos al pez grande que se come al chico, un hombre cogiendo la anguila por la cola, indicando que no se puede festejar las cosas hasta el final, un señor que cubre el sol con el abanico, un monje que cuelga los hábitos y un hombre que arroja dinero al río, imagen clara de despilfarro. Lanzar flechas a los pasteles es una clara 6 imagen de optimismo, al igual que el hombre que toca el violín en la picota, el lugar de escarnio público de los delincuentes. El grupo de personajes que se halla a los pies de la torre, presidido por el hombre que abre la ventana con las nalgas, es una representación de los bobos. Dos oportunistas serían el que tiende la capa a favor del viento, en lo alto de la torre, y el que se calienta junto a la casa ardiendo. Al fondo, una procesión de ciegos está a punto de caer al precipicio lo que indica que los estúpidos tienden a seguir a otros, a pesar de su equivocación. La pintura rebosa de referencias y aún pueden identificarse la mayor parte de ellas. 5. La tela “Proverbios flamencos” es utilizada por el director como inicio de la película Noches efímeras. Es Lech Majewski quien más decididamente se sumerge en la obra de Brueghel a través de la película el Molino y La Cruz. El director polaco que había comenzado su andar artístico con la pintura y la poesía quiere rastrear el proceso de creación artística a través del pintor flamenco en su cuadro “Camino del Calvario”. De entre las más de cien figuras que completan el lienzo, el film hace referencia a la vida de alguno de estos personajes, entrelanzando paisaje popular que mezcla gente de pueblo con jinetes de capa roja. 7 6. “Camino de Calvario” se erige como el leitmotiv de la película El Molino y la Cruz. El Molino y la Cruz nos lleva a reconstruir a través de dibujos previos una visión dramática y sumisa de la sociedad de los Países Bajos de la época. Siguiendo los dibujos del pintor, se puede apreciar una historia de coraje, rebeldía, sacrificio y como un detective en un camino de pistas, encontrar el lenguaje de los símbolos. Lech Majewski nos propone una doble interpretación del cuadro de Brueghel: el análisis político e histórico del hecho religioso que plasma el cuadro; el Cristo sufriente estaría representado por los calvinistas y los reformistas, los fariseos, que se valen de la religión para ejercer su poder y mantener su <<status quo>>, serían los españoles, que también encarnan a los soldados romanos, crueles torturadores que se juegan a los dados la túnica del Salvador. La impresión que causa el cuadro de referencia en un primer instante es el del caos más absoluto. Sin embargo, a poco que se estudie se advierte una sutil estructura en zig zag que nos conduce desde el primer plano donde se encuentra María, consolada por San Juan y las santas mujeres, hacia izquierda, derecha, etc. Así podemos seguir el desfile de asistentes a la crucifixión. En el centro exacto del panel está la figura de Cristo bajo la cruz, hacia la cual se inclina la cabeza exánime de su madre. Al fondo, al final de la serpiente formada por la masa humana, un círculo perfecto de curiosos rodea el lugar donde se están levantando las cruces. Allí el cielo se ha oscurecido y las nubes ocultan el sol, los cuervos sobrevuelan el lugar y los perros pelean entre sí. En la procesión, los hombres riñen con sus esposas, los buhoneros se acercan con sus mercancías y los caballeros cabalgan con orgullo sus monturas. Es un ambiente casi de feria, ante el que lloran desconsoladas las santas mujeres, ocultando sus rostros en pañuelos de encaje, como princesas flamencas del siglo XVI. De todo este entramado Lech Majewski sale airoso y crea una sencilla obra de arte introduciendo al 8 espectador en la laboriosa realización del cuadro: la minuciosidad de los bocetos, la elección de los personajes, la importancia del paisaje, la crueldad y el dolor del tema y, a pesar de todo, la sensación de que <<la vida sigue>> para el resto de los habitantes de la obra. Para darle una mayor plasticidad superpone imágenes rodadas que se confunden con decorados y cromas realizados a mano por el propio realizador durante más de cuatro años. No obstante no es su primer reto ya que varias de sus películas tenían pintores entre sus protagonistas, guionista de Basquiat y director de El Jardín de las Delicias basada en la tela de El Bosco. 7. Majewski superpone imágenes reales a decorados brueghelianos para proporcionar mayor plasticidad. 9 ________________________ BIBLIOGRAFIA AUMONT, J. (1997): El ojo interminable. Barcelona. Paidós Ibérica. BARRIENTOS BUENO, M. 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(Traducción de Enrique Banús Irusta de la versión alemana de 1988: original ruso de 1984). Madrid. Ediciones Rialp. 10 . 11