`Papa caliente` en Cecyte

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Editorial
Viernes
13 de marzo de 2009
‘Papa caliente’ en Cecyte
Quebranto patrimonial
Muchas lecturas ha traído el tema
del presunto peculado en el Cecyte en donde uno de los funcionarios, que gozaba de cierto “prestigio” e
imagen en el medio educativo como lo era
su director José Carlos Jiménez Payán,
está hoy sujeto a proceso por posibles quebrantos patrimoniales superiores a los 43
millones de pesos tanto durante su gestión
de 2007 como de 2008.
Un primer dato es que es una señal interesante de parte de la actual administración estatal para los funcionarios de su
estructura, sean o no panistas, y en el caso
de Jiménez Payán, de militancia blanquiazul, debe haber calado hondo en las filas
de dicho partido.
Hay que precisar que las pesquisas de
este caso datan desde 2006 en donde se
detectaron ya algunos manejos de recursos que trajeron consigo la negación de la
cuenta pública patrimonial del Cecyte de
ese año, pero por parte de la actual Legislatura, ya que de ello los habían prevenido
los auditores del Órgano de Fiscalización
Superior (Orfis) en la revisión del 2007
cuando se fueron directo al bulto y empezaron a salir las irregularidades en el ejercicio
del gasto de dos partidas: La de recursos
materiales y suministros y la de servicios
generales, que sumaron en ese año más de
55 millones de pesos de los cuales casi 15
millones no se pudieron comprobar.
Alertados ante este dato, el Orfis y el
Congreso pasaron el dato a la Contraloría
del Estado ya en la actual administración
de José Guadalupe Osuna, quien rápidamente se puso a investigar las cuentas
del Cecyte en el 2008 donde se siguieron
detectando otros 28 millones de pesos que
habían seguido el mismo caminito que la
lana no comprobada en el 2007.
Ahora la Procuraduría de Justicia a cargo de Rommel Moreno, actuó rápido en
hacer las indagaciones de rigor y deslindar
responsabilidades en que pudieron a ver in-
currido tanto Jiménez Payán como algunos
de sus funcionarios más allegados encargados del área administrativa del Cecyte,
a quienes de comprobarse su culpabilidad
enfrentarían un rosario de cargos de índole
penal entre los que destacan el peculado,
abuso de autoridad, cohecho, concusión y
coalición de servidores, además de robo y
eso sin contar las sanciones administrativas como la inhabilitación para ejercer
cargos públicos y las multas.
Y aún falta entonces que acaben de hundir a Jiménez Payán los integrantes de la
Legislatura en una segunda demanda de
hechos, pero del 2007. La pregunta en el
aire: ¿A quién salpicará el panista Jiménez
Payán?
Consejeros y su convocatoria
Lo que mal empieza, mal acaba, señala un viejo refrán popular, y parece que esto es lo que
ya empezó a ocurrir en el procedimiento
de selección de los jueces de garantías del
nuevo sistema de justicia penal.
Apenas ayer fue lanzada la convocatoria
por medio del Boletín Judicial del Estado,
cuando los comentarios entre el gremio de
los abogados empezaron a generalizarse en
el sentido de una convocatoria errónea. Y
es que de un plumazo, o mejor dicho de
un “borradorazo”, excluyeron de la convocatoria a abogados con años de prestigio,
carreras consolidadas y honorables.
A menos que los señores consejeros de la
Judicatura no se hayan leído o no conozcan
bien la Constitución de Baja California,
porque de otra manera no se entiende para
qué dejaron fuera 18 palabras del Artículo
62 del texto constitucional.
La convocatoria para los aspirantes a juez
de garantías del nuevo sistema de justicia
penal señala una serie de requisitos que
deben reunir los participantes, remitiéndose
a transcribir, dice: “La parte conducente del
Artículo 62 de la Constitución local”.
Hasta ahí todo va bien, porque empiezan
con los requisitos sobre la ciudadanía mexicana, edad, escolaridad, entre otros.
Pero al llegar al final de la convocatoria,
viene el detalle sustancial: “Las designaciones de jueces serán hechas preferentemente
de entre aquellas personas que presten o
hubieren prestado sus servicios con eficacia y probidad en la administración de
justicia...”.
Ahí acaban los requisitos señalados por
el Consejo de la Judicatura, con lo que de un
“borradorazo” dejan fuera a abogados del
mismo Poder Judicial del Estado que están
fuera del área jurisdiccional y a quienes están
fuera del Poder Judicial y nunca han prestado
sus servicios en el mismo.
Lo que no dicen en la convocatoria los
consejeros de la Judicatura son 18 palabras
que le siguen a los puntos suspensivos, que
son las siguientes: “... o que, sin haber laborado en el Poder Judicial, lo merezcan por su
honorabilidad, competencia y antecedentes
profesionales”.
Ese “pequeño” detalle se les pasó a los
consejeros, intencionalmente o por descuido, pero que está causando revuelo en los
círculos de los abogados.
Por cierto, si los que elaboraron la convocatoria leyeron bien, el Artículo 62 precisamente enseguida del numeral, indica
claramente que “los jueces serán designados
en los términos de esta Constitución y la ley”,
así, tan claro como el agua.
Porque si apenas van a dar inicio a la selección de los jueces de garantías y la convocatoria ya está viciada de origen, ignorando los
consejeros de la Judicatura la Constitución,
no se puede esperar nada bueno con lo que
venga después.
O sólo que quieran hacer un Poder Judicial del Estado al gusto de los consejeros
de la Judicatura o que les hayan mandado
la convocatoria con “lineazo” sobre cómo
escoger a los jueces.
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