Les decisions judi cia ls preses en el cas V inader són o bjecte d' anà lisi per part de Mercedes García Ara n, professora de Dret Penal de la Universitat de Barce lona. En completa el dossier una crono logia completa dels fets que han envoltat el judici i condemna del periodista Xavier Vinader. Notas sobre el proceso a Xavier Vinader La decisión judicial recaída en el proceso seguido contra el periodista Xavier Vinader ha planteado una serie de cuestiones suficientemente comentadas ya por juristas, editorialistas o, simplemente, int eresados en la materia. Lo cierto es que el razonamiento mantenido en las distintas resoluciones (sentencias de la Audiencia Nacional, del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional) apuntan hacia un amplísimo ambito de responsabilidad para los que se dedic<1n a la información: cualquier resultado previsible para quien la emita y que pueda ser vinculado causa lmente a ésta, puede serie imputado como delito imprudente. Ello ha motivado una amplia reacción de distintos sectores sociales solicitando la concesión de una medida de gracia para el condenado, que en estos momentos se encuentra a disposic ión judicial en espera de que se produzca. Por lo tanto es quizas una buena ocasión para reflexionar sobre los distintos hitos de todo el proceso y para analizar los 29 30 datos que se presentan en la situación actual. 1.- Las sentencias de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo. Lo que motivó en su momento mayor número de com entarios fue la sentencia de la Audiencia Nacional en la que se condenaba a Xavier Vinader como responsab le en concepto de autor de un delito de imprudenc ia temeraria profesiona l con resultada de dos asesinatos y graves daños a un grupo de personas y familias, a la pena de siete años de prisión mayor, a las de suspensió n de todo cargo público, profesión, oficio, y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, así como a satisfacer en concepto de responsab ilidad civil derivada de dicho delito, la cantidad de veinte millones de pesetas; por insolvenci a del procesado se condenaba a Ediciones Zeta como responsab le civil subsidiaria a satisfacer la menciona da suma. El razonamie nto seguido por el Tribunal sentencia dor se fundamen tó en los siguientes hechos probados que figuran como tales en la sentencia: el también procesado Ros Frutos proporcion ó a Vinader datos e informacio nes sobre personas residentes en el País Vasco, alegando que estaban implicadas en acciones terroristas e integradas en grupos de extrema de_recha. Se añade que Vinader, "que en ning.ún momento tuvo cabal conocimie nto de la veracidad o incerteza de las informacio nes que Ros le surninistra ba" no se preocupó de indagar dichos extremos y "conscien te de que su publicació n podia suponer gran riesgo contra la identidad de las personas a que se referían e indiferente ante el mal o males que pudieran sufri r" plasmó dichas informacio nes por escrito, apareciend o en la revista " lnteNiu". Entre los hechos probados figuran los datos publicado s y se afirma que "como consecuen cia directa e inmediata de la publicidad dada a los hechos ya referidos... , personas no identificad as pero pertenecie ntes a ETA dieron muerte a Jesús Garcia Garcia y Alfredo Ramos Vazquez. Para la Audiencia Nacional los hechos son constitutiv os de un delito de imprudenc ia profesiona l temeraria, 0 regulado en el artículo 565, 1.0 y 5. la de reza del Código Penal que siguiente forma: "El que por imprudenc ia temeraria ejecutare un hecho que, si mediare malicia, constituiri a delito, sera castigada con la pena de prisión menor". "Cuando se produjere muerte o lesiones graves a consecuen cia de imperícia o negligenc ia profesiona l, se impondra en su grado maximo las penas señaladas en este articulo. Dichas penas se podran elevar en uno o dos grados a juicio del Tribunal cuando el mal causado fuere de extrema gravedad" . Ese aumento a la pena superior fue utilizado por el Tribunal puesto que el maximo de la pena de prisión menor es de seis años, pero sin mencionar se la fundamen tación en la extrema gravedad del mal. Veamos cuales son los argumento s necesarios para establecer la responsab ilidad por imP.rudencia en nuestro derecho. El delito imprudent e se caracteriza por el hecho de que el autor no quiere producir el resultada, como ocurre en los delitos dolorosos ; sin embargo, infringe una norma de cuidado, y se comporta negligente mente, sin obseNar las precaucion es que son exigibles en su actuación y como consecuen cia de esta inobseNan cia, produce el ·- .. resultado; por ejemplo, quien conduce a velocidad excesiva por un centro urbano y sin respetar las señales de trafico, atropellan do y matando a una persona, si no ha querido causar su muerte, pero si su conducta se considera contraria al cuidado debido y causante del resultado puede ser castigado como responsab le de un homicidio imprudent e, siéndole de aplicación lo dispuesto en el primer parrafo del artícu lo 565 ya transcrito, puesto en relación con el artículo 407 del Código penal en el que se establece que "El que matare a otro sera castigado como homicida" . Ello quiere decir que la tipificació n -descripc ión legal- del delito imprudent e en nuestro Código supone poner en relación el concepto de 'ïmpruden cia" en sus distintas formas, del artículo 565 con la descripció n de la conducta dolosa correspon diente; en nuestro ejemplo, con el artícul o 407. Dicho en otras palabras, el homicidio imprudent e supone ejecutar una muerte (matar en el artículo 407), sin quererlo directame nte, sino por haber infringido una norma de cuidado. Pero vayamos por partes: la imputació n de un delito de imprudenc ia al procesado en el caso que nos ocupa, supondría evidentem ente demostrar esos dos ejes fundamen tales de la responsab ilidad por imprudenc ia: la inobservan cia del cuidado debido y la causación de l resultado producida por esa inobseNan cia. a) La infracción de la norma de cuida do. Este es un concepto fundamen tal para decidir si una conducta es o no "impruden te" en el sentido en que utiliza este término el artículo 565, puesto que su contenido no queda ahí definido sino que debe concretars e a partir de lo que socialmen te se considera "im prudente" . La norma de cuidado supone en primer lugar que quien actúa debe prever el peligro de su acción y por lo tanto, el resultado debe ser previsible; en segundo lugar, la norma de cuidado obliga a comportar se adecuadam ente respecto a ese peligro que se advierte y a actuar prudentem ente. Sin embargo, a la hora de· formular estos juicios hay que tener presente que la vida social actual admite unos ciertos marge11es de riesgo de determinad as actividades, dentro de los cuales es "prudente " actuar, es decir, se admiten ciertas acciones peligrosas . Este concepte de "riesgo permitido" juega como límite para la valoración del cuidado (1 ). Trasladan do estas considera ciones a la conducta de Vinader habría que establecer que el resultado era previsible, que debió preverlo y consecuen temente omitir la reacción peligrosa. A este respecto, el séptimo motivo de recurso presentad o por la defensa de Vinader ante el Tribunal Supremo aduce que el resultado no era previsible objetivam ente puesto que ni siquiera lo fue para las autoridade s gubernativ as ni judiciales que, de haberlo previsto, habrían proporcion ada protección o procedido al secuestro de la publicació n. Sin entrar aquí en tal hipótes is, lo cierto es que en muchas ocasiones · puede derivarse peligro para personas sobre las que se publican informacio nes en los medios de comunicac ión: desde el conocimie nto de su domicilio hasta su pertenenc ia (1) Mir Puig. 5. Lecciones de Derecho Penal. Barcelona, 1983. p. 79. 31 32 a un determinada ambito de la vida social, pueden ser utilizados por terceros para ocasionar males en su persona o bienes. De no admitirse aquí un cierto margen de riesgo permitido cabría atribuir a los medios de comunicación responsabilida d por todos los perjuicios ocasionados por quienes obtuvieran información a través de los mismos. Sin embargo, donde el razonamiento mantenido por la sentencia nos parece mas confusa es allí donde hace referencia a la falta de pruebas acerca de la veracidad de las informaciones publicadas sobre las mis mas. Se menc iona en primer lugar que Vinader no "tuvo conocimiento de la veracidad o incerteza de las informaciones que Ros le suministraba ... sin que aquél (Vinader) se preocupara cumplidamente de indagar dichos extremos" y mas adelante se afirma: " En el presente proceso no se han aportada por las defensas de los acusados y de la declarada responsabilida d civil subsidiaria alguna prueba suficiente tendente a acreditar la veracidad de las actuaciones delictivas q'ue en los artículos citados se imputan a las personas que en ellos se mencionan". Aunque no aparezca expresamente que esa falta de comprobación forma parte de la conducta imprudente, la insistencia en este dato nos obliga a manifestar que, a nuestro juicio, lo cuidadoso o imprudente de la acción de Vinader debe referirse exclusivamente a la publicación de los datos, con independencia de que éstos fueran verdaderos o falsos. De lo contrario, podría pensarse que la veracidad de los mismos hubiera disminuido o anulado el caracter imprudente de la conducta: que publicar las actuaciones delictivas de alguien y producir la intervención vengativa de terceros es algo respetuoso con la norma de cuidada. b). La relación de causalidad. Hemos visto que la decisión acerca del caracter imprudente de la acción de Vinader esta sometida a baremos muy amplios que en su momento entendieron los recurrentes, no estaban justificades suficientement e en su aplicación. Llegados a la comprobación de lo que hemos establecido como segundo eje fundamental de los delitos de imprudencia con resultada -la relación de causalidad entre conducta imprudente y resultada- de lo que se trata es de establecer si la vinculación causal entre uno y otro elemento es suficiente como para establecer la responsabilidad penal. (2). El problema de la atribución de responsabilidad por un resultada no se reduce, sin embargo, a la conexión factica de los hechos sino que requiere ademas la valoración jurídica de esa conexión. No podemos detenernos aquí en los conceptos de causalidad e imputación objetiva de los resultados, tema que hoy ocupa a gran número de penalistas; sin embargo, queremos reseñar que en la responsabilida d por imprudencia es requisito ineludible establecer con certeza que la acción imprudente ha causada el resultada no buscada intencionadam ente: si el paciente en una operación quirúrgica fallece y el anestesista ha actuada imprudentemen te, es necesario probar que la muerte se ha producido por tal actuación y no por causas distintas, para considerar su responsabilida d respecto al resultada causada. (2) Jescheck, H. H. Tratado de Derecho Penal, 11. Traducción Mir Puig-Muñoz Conde. Barcelona, BOSCH. 1981, p. 804. En este punto hay que reconocer que los hechos probados en el proceso a Vinader no proporciona n seguridad al respecto. La sentencia de la Audiencia Nacional considera suficienteme nte probado que "como consecuenc ia directa e inmediata " de la publicidad dada a los hechos ... personas no identificada s, pero pertenecien tes al grupo organizado y armado ETA" produjeron los resultados conocidos. Para establecer esa consecuenc ia "directa e inmediata" sería necesario probar en primer lugar, que sin la publicación de los datos no se hubieran producido las muertes y que los autores de las mismas, actuaron sobre la base de esa información. Sin embargo, el Tribunal reconoce que las personas pertenecien tes a ETA no han sido ni siquiera identificadas y frente a la alegación de la defensa de que los hechos publicados en "Interviu" eran públicos y notorios en Baracaldo y zonas colindantes. recuerda ·que tales extremos no han sido acreditados, pero añade que considera probado que no podían ser datos conocidos "toda vez que la inmensa mayoría de ellos, aun en el supuesto dudoso de su íntegra o parcia l veracidad, son evidenteme nte por su propia esencia Y procedimien tos utilizados para obtenerlos, clandestino s y secretos y lo mas que pudieran conocer de ellos los vecinos de Baraca ldo y sus alrededores sería la afiliación ideológica de alguna de las personas mencionada s en dichos reportajes, o parciales actividades de alguna de elias, meramente sospechada s". El relato factico que acabamos de reproducir originó el primer motivo de recurso de la defensa de Vinader en el sentido de que no existió claridad suficiente en los hechos probados para estimar la presencia del nexo causal. Efectivamen te. se considera probado que los datos sobre las víctimas no podían ser conocidos por su esencia clandestina, lo cual hay que reconocer que sólo demuestra la aptitud de los hechos ,:>ara ser conocidos pero no el hecho de que no lo fueran, y a renglón seguido, se admite que là filiación ideológica de las víctimas podía ser conocida en Baraca ldo sin precisarse si ello hubiera podido ser suficiente como para motivar la acción de ETA. En definitiva. el problema se centra en la dificultad probatoria del nexo causal, tal y como en otras ocasiones ha exigido la propia jurisprudenc ia del Tribunal Supremo: demostrand o que la conducta ha sido conditio sine qua non del resultado. Hay que recordar aquí que el artículo 1 del Código Penal define a los delitos como las "acciones u omisiones dolosas o culposas penadas por la l ey". Luego, tant o la acción imprudente como el resultado de muerte tienen que estar presentes y en la relación adecuada como para poder encuadrarse en la "acción culposa penada por la ley" que se recoge en el artículo 565 ya citado y puesto en relación con el tipo delictivo cuyo resultado se ha producido. Luego, la conducta de Vinader debería equivaler a "matar por imprudencia " con todos los requisitos que hemos visto. Pero ese "matar por imprudencia" sólo es imaginable relacionando el art. 565 con el homicidio del artículo 407 en el que simplement e se exige "matar a o tro" . En cambio, la calificación de la Audiencia Nacional es de imprudencia con resultado de dos asesinatos. El tipo de asesinato (art. 406 del C. Penal) incluye una serie de 33 34 circunstanci as. alguna de las cuales debe concurrir: alevosía, precio, inundación, incendio, veneno, explosiva, premeditaci ón o ensañamien to, cuya propia esencia impide la conexión con una conducta imprudente por tratarse de actividades ineludibleme nte dolosas (motivo noveno del recurso de casación). Luego, difícilmente pueden ejecutarse por imprudencia , conforme a la definición que proporciona el articulo 565 y difícilmente puede mantenerse que la imprudencia con resultado de asesinato sea una ··acción culposa penada por la ley". No nos detendremo s en otros motives del recurso presentada ante el Tribunal Supremo, algunes de los cuales requieren mayor precisión procesal, como la predetermin ación del fallo en los hechos probados o la responsabili dad por delito distinto del que era objeto de la acusación y nos limitaremos a comentar alguno de los considerand os de la sentencia del Tribunal Supremo, en la que se desestimó el recurso presentada por la defensa de Vinader. Requiere especial atención el razonamien to por el cual ei'Tribunal Supremo renuncia expresamen te a probar con certeza si la vinculación causal entre la conducta imprudente y los resultades existe: "es una pretensión utópica el pretender establecer la relación de causa lidad entre una determinada conducta y un resultada lesivo con certeza matematica, dado que es improbable por las propias limitaciones humanas, por lo que hay que contentarse con el resultada que se obtenga de la investigació n hecha aplicando las reglas de la experiencia o de las ideas y conviccione s aceptadas por la generalidad de las gentes". Es cierto que en supuestos de procesos causales complejos es difícil establecer con precisión matematica absoluta la relación de causalidad entre una determinada condición y el resultada. Por ello se han propuesto numerosas teorías que confluyen en la combinación del dato factico con el criterio juríd ico de imputación del resultada y que en ocasiones acuden también a esas ··reglas de convivencia " e "ideas y conviccione s aceptadas". Pero lo anterior no supone que no deba probarse la mín ima conexión causal como para fundamenta r la responsabili dad. En el caso que nos ocupa hubiera sido necesario, al menos, demostrar que los autores de las muertes obtuvieron la información de lnteNiu y que sin ella no las hubieran producido. Con independen cia de que ese sólo dato no hubiera bastado para fundamenta r la responsabili dad por imprudencia , era en todo caso, imprescindib le. 2.- La libertad de expresión, de información y la sentencia del Tribunal Constitucion al. Los motives por lo que se interpuso el recurso de amparo ante el Tribunal Constitucion al se refieren a dos bloques de cuestiones: infracción del articulo 24 de la Constitución por haberse producido indefensión y haberse violado la presunción de inocencia, todo lo cual afecta a los derechos de Vinader como procesado y en segundo Jugar, se alega infracción del artículo 20.1 a) y d) de la Constitución , donde se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamiento s. ideas y opiniones mediante cualquier medio (libertad de expresión) y a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión (derecho a la información) , -. '• cuya posible vulneración afecta a derechos fundamentales de los que es titular todo ciudadano. Nos detendremos especialmente en la cuestión de la presunción de inocencia. Este es un derecho fundamental que consiste, a grandes rasgos. en lo siguiente: en el caso de existir una acusac ión contra un ciudadano, el Estado esta obligado a demostrar su culpabilidad sin poder daria por supuesta (presumiria) y obligar al acusado a destruir esa presunción de culpabilidad. Ello se resume diciendo que el Estado soporta la "carga de la prueba" de la culpabilidad y en tanto no lo consigue, el acusado es considerada (se presume) inocente. Tal derecho se completa con el que tienen el acusado a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable (art. 24,2 de la Constitución), precisamente porque la carga de la prueba de la culpabilidad y de los datos que, como la relación de causalidad, la fundamentan, corresponde al Estado. Evidentemente. todo ello esta relacionada con lo que se considera valido como prueba. Al recurrir en amparo, se entendió que el razonamiento por el cual tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo consideraba probada la relación de causalidad era insuficiente como base probatoria. El T. Constitucional entiende aquí que "es común opinión que la determinación del nexo causal ha de inspirarse en la valoración de las circunstancias y condiciones que el buen sentido señale al examinar cada caso como índice de responsabilidad dentro del innumero y multiforme encadenamiento de causas y efectos. En este sentido ... es admisible que una cierta situación de hecho corresponde según la experiencia a un curso causal típico y determinado, pudiéndose considerar que la causa tijada ha producido cierto resultado y que la alegació 1 puede tenerse por proba da". En cualquier caso. el Tribunal Constitucional entiende que se trata de una valoración de las pruebas presentadas que no puede entrar a valorar de nuevo por exceder de sus posibilidades ya que en la solución del recurso de amparo sólo puede atenderse a la violación del derecho o libertad individual de que se trate, sin entrar de nuevo en los hechos que dieron lugar al proceso. es decir, en el fondo del asunto (art. 44,1,b de la Ley Organica del Tribuna l Constitucional). Según esto, por lo tanto, el Tribunal Constitucional sólo concede amparo por violación de la presunción de inocencia cuando se condena sin pruebas, pero no cuando determinados hechos han sido valorados como pruebas por el Tribunal sentenciador. puesto que para considerarlas inexistentes debería entrar en esa valoración. Esta distinción sutil entre prueba y valoración de la prueba es uno de los aspectos difíciles de la efectividad de la presunción de inocencia y se corre el peligro de vaciarla de contenido si no se traza con seguridad la frontera entre el fondo del asunto y la protección del derecho: siempre que existan datos valorados como prueba, en casos en los que realmente no se haya probado la culpabilidad, el T. Constitucional debería denegar el amparo para no entrar en el fondo del asunto. Pero quizas los aspectos que mayor dimensión periodística han tenido son 35 36 lógicamen te los relativos a las libertades de expresión e informació n. El problema esta en que según el articulo 20.4 de la Constituci ón, las libertades de expresión e informació n "tienen su límite en el respeto a los derechos reconocid os en este Título" (el 1: de los derechos y deberes fundamen tal es). Ello quiere decir que la libertad de expresión e informació n no puede ejercerse en detriment o de derechos como la vida. la integridad física, la libertad ajena, el honor, la intimidad y el resto de derechos recogidos en el Título I de la Constituci ón. Consecue ntemente, si mediante la libre expresión o informació n se comete un delito no cabe alegar tal derecho fundamen tal. Por ello, lo importante en el recurso de amparo era rechazar la considera ción de los hechos como delito, mediante la invocación de la presunció n de inocencia, fundamen talmente. Y tras negar ese motivo de recurso. el T. Constitucio na l, niega también la vulneració n de la libertad de expresión e informació n por ent ender que en su ejercicio se han cometido hechos constitutiv os de delito. Si no se acepta esta calificación, aparece evidentem ente, la vulneració n de los derechos menc ionados. Y aquí debemos recordar lo que decíamos al principio: con ~na condena como ésta se crean cortapisas y limitacion es a su ejercicio al desmesur ar la responsab ilidad de quienes se dedican a la informació n. No cabe desconoce r el contexto en el que estas resoluciones se producen: la dramatica situación en el País Vasco y la habitualid ad de ETA en la utilización del terror y la venganza. De hecho. en tales datos se basó el Tribunal Supremo para confirmar la prueba de la relación de causalidad entre las informacio nes y los asesinatos y es realmente difícil sustraerse a tal situación en el momento de analizar objetivam ente los hechos. Pero si con la condena a Vinader resultan recortadas las posibilidad es de expresarse. de informar y de recibir informació n, ETA habréÍ dado un paso adelante mas en sus propósitos liberticida s. Frente a ellos no puede responderse recortando las libertades sino reafirmand olas, como hace pocos días recordaba el ministro de Justícia, Sr. Ledesma, ante la aprobació n de la ley de habeas corpus tras el asesinato del senador Enrique Casas. Y en esa reafirmaci ón de las libertades urge una medida política que, sin entrar de nuevo en la valoración de la conducta de Vinader, clarifique ante todos los ciudadano s que la act uación de unos asesinos no repercute en la limitación de los derechos fundamen tales. 3.- La concesión del indu lto. Llegados a este punto es necesario plantear una serie de considera ciones en dos órdenes fundamen tales: la naturaleza de ta l medida dentro de un orden democrati co y las condicion es para su adopción. Lo primero que cabe preguntars e es en qué medida una decisión de este tipo formulada por el Poder Ejecutivo supone un enfrentam iento con la decisión judicial o una oposición a la interpelac ión de las leyes llevada a cabo tanto por el Tribunal Supremo como por el Tribuna l Constituci onal. Por esta vía, podría llegarse a cuestiona r la oportunida d de la medida para evitar un enfrentam iento con el Tribunal Constituci ona l y el Poder Judicial. En primer Jugar hay que señalar que sería ilusorio, hoy, creer en una separación de poderes aséptica e inmaculada. cuando las relaciones e incluso las interferencias entre unos y otros no sólo son frecuentes sino que se encuentran en ocasiones. institucionalizadas. Baste recordar la figura del Fiscal General del Estado como cargo de nombramiento del Gobierno. Pero ademas. la institución del indulto como medida de gracia del Poder Ejecutivo es algo que ha sido defendido desde una óptica tradicional, formalista y respetuosa con el esquema teóricamente perfecto Y equilibrada de la división de Poderes. La ley española que regula el de rec ho de · gracia, con oc ida como Ley de Indulto, data de 1870, período liberal en el que ya la Ley Organica del Poder Judicial atribuía a los iueces la m isma funci ón que les confiere hoy nuestra Constitución: iuzgar y hacer ejecutar lo juzgado (3) . En la concepción liberal clasica. el Poder Judicial es concebido como la instancia separada y neutral o, en Palabras de Montesquieu, como " la boca que pronuncia las palabras de la ley, seres inanimados que no pueden moderar ni la fuerza ni el rigor de las leyes". Coherente con tal esquema es el artículo 2 del Código Penal español que obliga al Tribunal a dictar sentencia y ejecutarla cuando " de la rigurosa aplicación de las disposiciones de la ley resultare Penada una acción u omisión que a iuicio del Tribunal no debiera serio o la Pena fuere notablemente excesiva" - 13) Linde Pania gua, E. Amnistia e indulto en España. Madrid, TUCAR, 1976, p. 181 . aunque en tal caso puede acudir al Gobierno en solicitud de indulto. Es una consecuencia del principi o liberal de sometimiento a la ley, con el que no se contradice la medida de gracia. Encuadrable en este planteamiento es también la parcela que se reseNa el Poder Ejecutivo, cuya misión no consiste en esa "rigurosa aplicación de la ley", para ca librar los efectos que ésta produce en casos concretos. Por ello, la ley de indulto utiliza los conceptos de "justicia. equidad y utilidad pública" para la concesión de la medida de gracia, situandolos fuera de la literalidad de la ley. Debe quedar claro que el presente razonamiento no esta dirigido a justificar una aplicación formalista de las leyes. en la que aparezcan como conceptos separados la interpretación de las mismas y el "hacer justicia". Por el contrario. la interpretación correcta de la ley es perfectamente posible con consideración de los principios de equidad. conveni encia y atención a la realidad en la que se aplica la ley. Lo que pretendemos afirmar es que no cabe un argumento contrario al indulto, escudado en el pretexto de conseNar escrupulosamente en ese ambito teórico en el que aparece la actual configuración del derecho de gracia. Pero ademas, el procedimiento a seguir para la concesión de un indulto adopta en nuestro país una forma mixta de inteNención tanto del Poder Ejecutivo como del Judicial. El indulto tal y como esta re gulado en la ley de 1870 puede consistir en la remisión t otal o parcia l de la pena y aunque el artículo 112 del Código Penal sitúa a esta institución entre las formas de extinción de la responsabilidad penal. ahí aparece diferenc iada respecto a la amnistía puesto que con el indulto no 37 38 se extingue automaticamente la inscripción registra! de la condena, como ocurre con ésta. La dec isión final sobre la concesión del indu lto corresponde al Gobierno, aunque es sancionada por el Rey puesto que a él corresponde el ejerc icio del derecho de gracia (art. 62.i de la Constitución española) . .En el otorgamiento del indulto. el Gobierno no anula ni rec t ifica la calificación de los hechos enjuiciados: simplemente tiene en cuenta razones de justíc ia o utilidad que aconsejan la aplicación de la medida; las razones por las cuales se han concedida indultos son variadas y abarcan desde las de oportunidad política hasta la atención a la buer: a conducta o el evitar perjuicios a la fami l ia del condenado. En sentencia de 13 de j ulio de 1 956 el Tribunal sentenc iador so licitó el indulto en atención a las circunstancias del caso y al hecho de que el delincuente fuera ext ranjero y hubiera pronunciada encendidas frases de amor a España durante el proceso. Como consideración añadida a esta no int erferencia del Gobierno en la calificación j udicial. hay qúe recordar que en el caso de indulto total, que es el solicitado para Vinader, es imprescindible que el Tribunal sentenciador. que siempre debe emitir informe. considere que existen razones de justícia, equidad o uti l idad pública que lo aconsejen (art. 11 de la Ley de Indu lto). Luego. en este caso. la intervención j udicial es decisiva. Puede parecer contradic torio que el Tribuna l que en su día condenó a Vinader informe ahora favorabl emente la concesión del indulto. pero insistimos en que tanto en su caso como en el de la decisión del Gobierno. no se trata de volver sobre los hechos. ni siquiera de adoptar la medida con tintes de "perdón expiatorio". Se trata de considerar que existen sobradas razones para situar el ejercicio de las libertades en primer plano. Quiza cüando estas líneas vean la luz ya se haya resuelto favorablemente el expediente iniciado, puesto que Vinader. poniéndose a disposic ión judicial ha eliminado el obstaculo legal mas importante. y si no es todavía así, esperemos que lo sea pronto. Mercedes García Aran Profesora de Derecho Penal Facultad de Derecho Universidad de Barcelona