Colombia: poder político, elecciones y democracia “hereditaria”

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Colombia:
poder
político,
democracia “hereditaria”
elecciones
y
Armando Novoa García
Director - Centro Estudios Constitucionales Plural
“Gente nueva, gente distinta, gente dispuesta a la tarea titánica de reconquistar
la opinión pública para el Congreso y para la Política”.
Fernando Londoño Hoyos
Votos “heredados” y democracia
Se ha dicho que la elección del Congreso 2014-2018 será una oportunidad
histórica para renovar la política, recuperar su legitimidad, abrir espacio al
“relevo generacional” y conformar un cuerpo legislativo que expida las leyes
indispensables para la implementación de los acuerdos de paz.
Como lo señala el portal de la Silla Vacía, un vistazo a las listas inscritas por
los partidos y movimientos políticos permite concluir que tendremos “un
Congreso nuevo, pero no renovado” 1.
Los medios de comunicación recuerdan con insistencia las “herencias políticas”
de varios candidatos, y el favoritismo de quienes “heredan el caudal electoral”
de sus abuelos, padres, madres, hermanos, primos, tíos, esposos, ahijados,
etc.
Existe un fenómeno generalizado y “repotenciado” de presencia de vástagos de
familias con una larga tradición de poder, o de descendientes de líderes de la
parapolítica y del clientelismo tradicional en las listas al Congreso.
¿Qué significado tiene para la democracia colombiana esta práctica? ¿Se
puede hablar de un sistema electoral competitivo cuando grupos familiares
monopolizan las listas al Congreso? ¿Las reformas políticas que se anuncian
podrían contrarrestar esa situación y garantizar la igualdad de los aspirantes en
la competencia electoral?
Genealogía y poder electoral
La lista de candidatos, con antecedentes judiciales o sin ellos, pertenecientes a
familias que controlan la política es larga. Casi inagotable.
1
http://lasillavacia.com/historia/el-nuevo-congreso-sera-nuevo-pero-no-renovado-46807
Se destacan los hijos del fallecido Luis Carlos Galán, Carlos Fernando, cabeza
de lista de Cambio Radical y Juan Manuel “la otra cabeza del Partido Liberal”.
Andrés Cristo, hermano del liberal Juan Fernando, actual presidente del
Congreso, aparece en la lista de Senado por el liberalismo. Fernando Nicolás
Araujo, hijo del ex ministro conservador Fernando Araujo, está en la lista de
Uribe Centro Democrático. Alfredo Ramos, hijo de Luis Alfredo Ramos, ex
presidente del Congreso y ex gobernador de Antioquía, detenido por
parapolítica, se ubica en la lista al Senado por el movimiento de Uribe. Arleth
Casado, senadora desde 2010, que repite por el Partido Liberal, es la esposa
de Juan Manuel López Cabrales, condenado por el Pacto de Ralito. Mauricio
Aguilar, hijo del ex gobernador de Santander, el coronel Aguilar y hermano del
actual gobernador de ese departamento, ocupa un renglón en la lista de Opción
Ciudadana. Paloma Valencia, nieta del ex presidente Guillermo León Valencia,
está en el tercer renglón en la lista del Centro Democrático. La bisnieta del ex
presidente conservador Mariano Ospina Pérez, Ángela Ospina de Nicholls, es
consuegra de Andrés Pastrana, y está en el renglón 100 de la lista de Senado
de ese partido. Tal vez, esa fue la razón por la cual su yerno, Santiago
Pastrana, hijo de Andrés, no fue la cabeza de lista a Cámara por Bogotá.
El cuadro anexo permite apreciar el alcance de esta práctica en la elección
para Senado:
Candidato
Partido y lugar
en lista
Fernando Cambio Radical, 1
Aspiración
Carlos
Senado
Galán
Juan
Manuel Partido
Liberal, Senado
Galán
100
Andrés Cristo
Partido Liberal, 4
Senado
Arleth Casado
Partido Liberal, 3
Senado
Darío
Angarita
Medellín
Victoria
Vargas
Vives
Juan Luis Castro
Córdoba
Sofía
Gaviria
Correa
María del Rosario
Guerra
De
La
Espriella
Partido Liberal, 80
Senado
Partido Liberal, 90
Senado
Partido Liberal, 33
Senado
Partido Liberal, 15
Senado
Paloma Valencia
Uribe
Centro Senado
Democrático, 3
Uribe
Centro Senado
Democrático, 2
Fernando Nicolás Uribe
Centro Senado
Parentesco
Luis Carlos Galán,
liberal, hijo
Luis Carlos Galán,
liberal, hijo
Juan
Fernando
Cristo, hermano
Juan Manuel López
Cabrales, esposo
Alfonso
Angarita
Baracaldo, padre
Jaime Vargas, padre
Piedad
Córdoba,
madre
Aníbal
Gaviria,
hermano
José Guerra Tulena,
padre
y
Antonio
Guerra
De
la
Espriella,
senador,
hermano
Nieta Guillermo León
Valencia,
prima
Aurelio
Irragori
Valencia
Fernando
Araujo,
Araujo
Alfredo Ramos
Democrático, 8
Uribe
Centro
Democrático, 13
Nhora
García Partido
Burgos
Conservador, 7
Juan
Samy Partido
Merheg
Conservador, 45
Nadya Blel
Partido
Conservador, 21
Luz Stella Cáceres Partido
Conservador, 18
Andrés
Felipe Partido de la U,
García Zuccardi
Opción
Ciudadana, 2
García Opción
Ciudadana,5
Senado
padre
Luis Alfredo Ramos,
padre
Amaury
García
Burgos, padre
Habib
Merheg,
hermano
Vicente Blel, padre
Senado
Javier Cáceres, padre
Senado
Juan José García,
padre
Piedad
Zuccardi, madre
Luis
Alberto
Gil,
esposo
Álvaro
“el
gordo“
García,
hermano,
Piedad
Zuccardi,
cuñada
Fuad Char, padre;
Alex Char, hermano
José Guerra Tulena,
padre; hermano de
Rosario Guerra De la
Espriella, candidata a
Senado por Centro
Democrático
Dionisio
Vélez,
hermano
Senado
Senado
Senado
Doris Vega de Gil
Senado
Teresita
Romero
Senado
Arturo Char
Cambio Radical,2
Senado
Antonio Guerra de Cambio Radical, 3
la Espriella
Senado
Dusan Albin Vélez
Senado
Cambio Radical, 5
Si este mismo ejercicio se adelanta en la Cámara de Representantes se
encuentra un fenómeno similar. Mencionemos solo dos casos: Santiago
Valencia, hijo de Fabio Valencia Cossio, ocupa un renglón en la lista de
Cámara-Antioquía por el Centro Democrático. Juan Felipe Lemos Uribe,
sobrino de Álvaro Uribe, aspira por el Partido de la U en el mismo
departamento.
El vínculo familiar como condición para la aspiración electoral cubre casi todo el
espectro político. Véanse los casos de los hijos de Piedad Córdoba y Lucho
Garzón, ubicados, el uno en la lista a Senado del Partido Liberal y, el otro, en la
lista de Cámara por el Partido Alianza Verde en Bogotá.
“Delfines” victimizados
Algunos analistas señalan que aunque esta realidad no es la mejor expresión
de renovación de los liderazgos, esto “no quiere decir que –estas- personas
sean malas”. “Nadie- dicen ellos- tiene que ser estigmatizado por pertenecer a
determinada familia”.
Valoraciones que ocultan una de las ventajas del “delfinazgo”: los hijos,
herederos o parientes de políticos con cierto nombre o tradición, adquieren una
gran ventaja sobre sus adversarios, con tan solo anunciar sus candidaturas
pues los medios de comunicación, los jefes políticos, y los centros de poder
son funcionales a situaciones de esta naturaleza 2.
Gente “decente” y rotación en las élites de poder
En realidad, lo descrito hasta acá es producto de una larga tradición política
colombiana.
En la investigación “Gente decente: la élite rectora de la capital 1.797-1803” 3, la
historiadora Juana María Marín Leoz describe la intrincada red de relaciones
familiares y sociales, tejidas por 48 familias que lograron constituir en la Santa
Fe virreinal verdaderas dinastías administrativas.
Las castas neogranadinas “monopolizaron los altos empleos burocráticos y los
convirtieron en un instrumento al servicio de sus intereses”. Francisco Vergara
Caicedo, un letrado de la audiencia, había construido un núcleo familiar en el
que todos sus miembros estaban vinculados a los altos órganos políticos,
económicos y sociales de la capital. La gestión de la actividad pública venía
asociada a múltiples intereses familiares agrupados en una selecta “nobleza
criolla” que sobrevivió a la sociedad colonial neogranadina e incorporó las
instituciones de la capital a su patrimonio familiar.
Las guerras civiles del siglo XIX, el estado centralista de 1886, la “revolución en
marcha” de los años 30 del siglo XX, los profundos cambios de todo orden
ocurridos con la instauración del Frente Nacional, y el proceso Constituyente
del 91, no lograron la desarticulación de esa tradición.
Hoy, luego de ocho años del gobierno de Uribe, se consolida el retorno de las
elites capitalinas que junto con las familias más tradicionales de las regiones,
vuelven a controlar el poder central y tejen nuevos acuerdos para reconfigurar
la estructura del mando institucional.
La “monarquía democrática” empieza en el ejecutivo
Andrés Oppenheimer señala que ningún otro país ha tenido tantos presidentes,
hijos y nietos de presidentes: los Ospina, los Mosquera, los López, los
Pastrana, y los Lleras. “No conozco –dice Oppenheimer- otro país con más
concentración de familias en el poder que Colombia” 4.
2
Omar Yepes, presidente del Partido Conservador, lo dijo sin esguinces, cuando el hijo de
Andrés Pastrana intentó incorporarse a la lista de Cámara por ese Partido: es “una figura de
transcendencia, que viene de una familia de presidentes y tiene todas las calidades para iniciar
el relevo generacional tan necesario para la política y el país”.
3
Marín Leoz, Juana María. Gente Decente. La élite rectora de la capital 1797-1803. Instituto
Colombiano de Antropología. Historia.
4
En López Michelsen, Alfonso. Los Elegidos. Editorial Oveja Negra. 8ª. Edición.
De los 28 presidentes del siglo XX, sin contar la junta militar, nueve tenían
vínculo de consanguinidad con algún antecesor en el cargo y los que no, dieron
lugar a la formación de nuevas castas (Santos, Laureano Gómez, Gustavo
Rojas y Julio Cesar Turbay). Lo más cercano a una “monarquía democrática”,
en la que el poder pasa de unas familias a otras, emparentadas entre sí, pero
siempre a través de procedimientos electorales.
Entre las peculiaridades de esta tradición, se destacan las siguientes:
•
Quien accede al poder presidencial, sin herencias de sangre, estimula
el surgimiento de nuevas “aristocracias” electivas alrededor de sus
vínculos parentales. Ese es el caso de Cesar Gaviria que sin proceder del
notablato tradicional, está logrando instalar una nueva dinastía política familiar
con la presencia de su hijo Simón, primero en la Cámara de Representantes,
luego en la presidencia de esa corporación y, actualmente, en la jefatura del
Partido Liberal, de donde aspira a saltar al ejecutivo nacional.
•
Las élites tradicionales concentradas en la capital, han logrado
garantizar la estabilidad institucional a partir de adaptarse a los
ambientes clientelistas. Como lo señala James Robinson, en el sistema
político-electoral colombiano “hay una relación muy complicada entre las élites
nacionales y las locales: las élites nacionales son felices de delegar el control
de grandes porciones del país a cambio de votos”. Un ejemplo es nuevamente
Carlos Fernando Galán, la cara “decente” de Cambio Radical y cabeza de lista
al Senado del partido con el mayor número de congresistas condenados por la
parapolítica 5.
•
Por regla general, los cargos de mayor rango y jerarquía en el ejecutivo
son monopolizados por los representantes más selectos de las dinastías
capitalinas. Veamos, el caso de la actual canciller Ángela María Holguín: su
bisabuelo, el general Jorge Holguín Mallarino fue dos veces presidente de la
república y era hermano de Carlos Holguín Mallarino y de Manuel María
Mallarino, ambos presidentes. Su bisabuela, doña Cecilia Arboleda Mosquera,
era hija del ex presidente Julio Arboleda. Su padre, Julio Holguín Umaña, es
primo hermano de los padres de los ex ministros Ángela Montoya Holguín y
Miguel Urrutia Montoya. La canciller es prima hermana del director de El
Tiempo Roberto Pombo Holguín y también del Presidente Santos, pues su
madre es prima hermana de Jorge Calderón Umaña, abuelo materno del
presidente Juan Manuel 6.
Democracia endogámica
En el poder Ejecutivo participan también los herederos de familias en altos
cargos del Estado. Con la llegada de Juan Manuel Santos a la presidencia de
la República se nombraron “al menos 30 altos funcionarios que, sin demeritar
5
http://www.verdadabierta.com/component/content/article/63-nacional/4800-de-la-curul-a-lacarcel
6
Vélez,
Sergio
Esteban.
María
Ángela
Holguín
de
alta
cuna.
En
http://www.sergioestebanvelez.com/article-maria-angela-holguin-de-alta-cuna-55418940.html
sus calidades profesionales y personales, forman parte de ese árbol
genealógico de la política” 7.
Federico Rengifo, ex ministro y actual embajador en Francia, es hijo del patricio
liberal del Valle del Cauca Marino Rengifo; Mauricio Cárdenas, ministro de
Hacienda, es hijo de Jorge Cárdenas Gutiérrez, gerente por varios años de la
Federación Nacional de Cafeteros; Miguel Samper Strouss, viceministro de
Justicia, es hijo del expresidente Ernesto Samper; Paula Gaviria Betancourt,
directora de la Unidad de Víctimas, es nieta del expresidente Belisario
Betancourt y María Carolina Hoyos Turbay, viceministra de Tecnologías de
Información, es nieta del expresidente Julio Cesar Turbay Ayala; Claudio
Galán, director de Justicia, seguridad y gobierno en el Departamento Nacional
de Planeación es hijo de Luis Carlos Galán y hermano de los otros Galán.
Por supuesto, en la lista no podía faltar el actual ministro del Interior, Aurelio
Irragorri Valencia, hijo de Aurelio Irragorri Hormaza, nieto del ex presidente
conservador Guillermo León Valencia y primo de Paloma Valencia aspirante al
Senado por el Centro Democrático.
Por eso no puede extrañar que Juan Manuel Santos Calderón, cuyo tío-abuelo
era el expresidente Eduardo Santos y Germán Vargas Lleras, nieto del
expresidente Carlos Lleras Restrepo, sea el “binomio” con más opción de llegar
a la Presidencia y a la Vicepresidencia de la República. Al fin y al cabo, los “dos
son bogotanos, delfines y estrato seis”, como lo registro la revista Semana.
Elites que bloquean la rotación democrática en el poder
Todo esto conduce a que el acceso a los más importantes cargos del Estado y
el control de la alta gerencia pública se ejerza por círculos cerrados y por una
élite de poder que, como lo señala André-Noël Roth, impide comprender la
complejidad de la realidad nacional 8.
Este déficit en la representación de la diversidad, conduce a que prevalezcan
los puntos de vista de un sólo sector social y obligan a preguntarse sobre si hay
o no una representación equilibrada de los intereses existentes en la sociedad
colombiana.
Roth señala que el perfil de la alta función pública nacional “es muy poco
representativo del país: se caracteriza por estar adscrita a la élite bogotana”,
educada en las más reconocidas y costosas universidades privadas, casi
siempre con posgrados en el exterior.
Así, los cargos de decisión se encuentran capturados por un alto grado de
elitismo y homogeneidad social.
7
http://www.elespectador.com/noticias/politica/se-hereda-no-se-hurta-articulo-436384.
André-Noël Roth. Élite de poder en Bogotá, eclipsa la diversidad nacional. En UN Periódico.
Octubre, 2013.
8
Existe pues en Colombia una especie de democracia dinástica que se legitima
mediante la presencia de verdaderas dinastías electorales que trasladan votos
y prácticas endogámicas y liderazgos hereditarios.
¿Podrían cambiar en algo estas prácticas la supresión del voto preferente, la
eliminación de la circunscripción nacional, o la supresión de la
Vicepresidencia?
Eliminar el voto preferente, establecer una financiación de las campañas por el
Estado, y estimular la democratización interna de los partidos podría ayudar y
son cambios que resultan inaplazables. Pero, de lo que se trata es también del
“buen nombre” y la “herencia del causal electoral” dejen de ser instrumentos de
favoritismo en la competencia electoral.
Se necesita un cambio de fondo en el régimen electoral, en el sistema
representativo, y en las reglas de acceso a los altos cargos de la administración
pública. En otros países ello se logró más que con cambios normativos, con la
irrupción de nuevos sectores sociales y políticos que abrieron espacio a la
rotación democrática en las élites de poder.
Y tal vez por eso mismo, sea necesario alcanzar una democracia de clases
medias, en que no predomine ni los abolengos, ni la adscripción a unos pocos
apellidos para acceder al poder político.
Votar por quienes no representen esa tradición es punto de apoyo para
lograrlo.
Edición N° 00390 – Semana del 7 al 13 de Marzo – 2014
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