ASOCIACIÓN DE GUÍAS Y SCOUTS DE CHILE

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Documento de trabajo. Versión preliminar.
ASOCIACIÓN DE GUÍAS Y SCOUTS DE CHILE
ESTRATEGIA DE DESARROLLO DE LOS ANIMADORES ADULTOS
CURSO INICIAL
Documento de Apoyo 8
CONTINUIDAD DE LA FORMACIÓN.
La formación sistemática en el desarrollo de las competencias para la función
La misión del Movimiento, expresada como contribución al desarrollo de los jóvenes ayudándoles
a alcanzar la plenitud de sus posibilidades, resume también el papel del animador adulto y plantea
la necesidad de su preparación para la tarea educadora.
Para ello la Asociación pone a disposición de sus animadores adultos variadas oportunidades de
formación, entendida como un proceso permanente y continuo que mediante un sistema
personalizado y flexible ofrece a cada dirigente o guiadora la oportunidad de: • Recibir
información general sobre el Movimiento y específica sobre la tarea o función; • Aprender y
desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para el desempeño exitoso en la
tarea o función; • Crecer y desarrollarse como persona.
Considerando que el programa de jóvenes, construido con su participación activa, constituye el
principal instrumento para lograr la misión del Movimiento, la mayor parte del esfuerzo
desplegado en formación se centra en la mejoría continua de las competencias de guiadoras y
dirigentes que acompañan a los jóvenes en la construcción y ejecución de ese programa.
En esta tarea se privilegian los sistemas activos de formación, tal como lo propone el método
scout, de manera que el foco se centre en el aprendizaje más que en la enseñanza, produciendo
una mayor internalización de los procesos educativos. Esto implica utilizar una pluralidad de
métodos prácticos, según los contenidos que se aborden.
No obstante el énfasis señalado en la operación del programa de jóvenes, las actividades de
formación de guiadoras y dirigentes incluyen la formación de carácter institucional, de modo que
el aprendizaje del funcionamiento del Grupo y sus Unidades se articule con sus funciones
habituales y con la animación del programa en los ámbitos territoriales.
Se incorpora también, en la formación de animadores adultos, el análisis del riesgo y de la
responsabilidad en dos aspectos principales: a) el de las diferentes conductas de riesgo a que los
jóvenes se ven expuestos durante su desarrollo, con énfasis en los factores protectores
proporcionados por el Movimiento; y b) el de los riesgos físicos o éticos que se pueden enfrentar
de modo colectivo en el desarrollo de las actividades propias del programa, determinando las
responsabilidades personales que se deben asumir por guiadoras y dirigentes, con énfasis en las
medidas de prevención que es preciso implementar y respetar.
Además, en la línea de crear la cultura de una sociedad docente, en que todos aprendemos y
enseñamos, se integra en las actividades centrales de la formación la preparación para realizar el
acompañamiento y apoyo en la tarea, de manera que los procesos de seguimiento se incorporen
al rol habitual de guiadoras y dirigentes en su interacción con los demás miembros de los equipos
de que forman parte.
La autoeducación para el desarrollo personal
La participación en la formación sistemática es necesaria, pero en modo alguno suficiente para
abordar todos los aspectos correspondientes al papel del animador adulto en el Movimiento.
La persona no cesa nunca de entrar en la vida, de nacer a lo humano, por lo que su existencia es
un proceso de terminación y aprendizaje que nunca concluye. Así, ningún aspecto de la formación
puede ser reducido a la participación en actividades de un determinado sistema o a un período del
desempeño como animador, ya que las personas tienen la necesidad y deben tener la posibilidad
de aprender incesantemente durante toda su existencia.
Continuidad de la formación – documento de apoyo
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Documento de trabajo. Versión preliminar.
Por ello es que se invita al animador adulto a asumir un compromiso de aprendizaje personal, de
autoformación y de superación constante. Esto no debe limitarse a los conocimientos y
habilidades que caracterizan la función que se desempeña, sino que requiere abordar también el
desarrollo de las actitudes, el crecimiento en las competencias de relación con los demás, dando
oportunidad de pleno despliegue a toda la compleja variedad de expresiones de la persona.
El desarrollo personal es por ello una responsabilidad que trasciende a las actividades sistemáticas
de formación y que las complementa y completa. El acompañar a niños y jóvenes en su desarrollo
exige al animador adulto que no sólo sea competente en la tarea sino que también se desarrolle
como persona y pueda así dar testimonio de los valores que el Movimiento propone.
Esquema de formación de guiadoras y dirigentes de jóvenes
Formadores II
Formadores I
Curso Institucional
Nivel Avanzado
(Perfeccionamiento)
Nivel Medio
(Capacitación)
Curso Inicial
(Inducción)
CURSO INICIAL
Propósito
Inducir el desempeño del participante como animador adulto en el Movimiento.
Competencia principal
Al finalizar el Curso, el o la participante posee la información suficiente sobre las características
del Movimiento y de la Asociación, en términos que está en condiciones de iniciar su formación
como guiadora o dirigente de Unidad.
Continuidad de la formación – documento de apoyo
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Documento de trabajo. Versión preliminar.
NIVEL MEDIO
Propósito
Capacitar guiadoras y dirigentes para que se desempeñen satisfactoriamente
como animadores del programa de jóvenes en una Unidad de una Rama.
Competencia principal
Al completar el Nivel, el participante demuestra que posee el conocimiento suficiente del método
en la Rama respectiva, al igual que las habilidades y actitudes necesarias para contribuir a la
aplicación del programa de jóvenes, ya sea como Responsable o Asistente de Unidad.
NIVEL AVANZADO
Propósito
Perfeccionar la formación de guiadoras y dirigentes para que se desempeñen con excelencia en la
animación del programa de jóvenes en una Rama y tengan una visión transversal del
funcionamiento del método y del programa de jóvenes.
Competencia principal
Al completar el Nivel, el participante demuestra que ha realizado una reflexión profunda sobre el
método y el programa de jóvenes en la Rama respectiva y posee el conocimiento y las habilidades
y actitudes necesarias para contribuir de manera significativa a su implementación y desarrollo.
Continuidad de la formación – documento de apoyo
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