El oriente cubano. Entre rezagos y avances Luisa Íñiguez Rojas Se conoce que dentro de los graves problemas económicos y sociales enfrentados por el gobierno cubano a partir de 1959, están los desequilibrios regionales, en particular los de oriente-occidente. El Departamento Oriental dividido en ocho jurisdicciones, pasó en 1897 a ser la provincia de Oriente dividida en 22 términos municipales.1 Esta división permaneció hasta los primeros años de la década del sesenta del pasado siglo, cuando surgió una instancia intermedia denominada región (en esta provincia se crearon 18 de las 58 del país, subdividida en municipios que llegaron a 149, de un total de 407). La nueva división político-administrativa implementada en 1976 y vigente hasta la actualidad, fragmentó en cinco provincias la anterior provincia oriental, con la totalidad del área antigua y la parte este de la antigua provincia de Camagüey, con un total de 54 municipios. La región oriental se destacaba en numerosos libros de Geografía de la primera mitad del siglo xx, como la más rica.2 De forma consecuente y nada paradójica, Oriente era a finales de la década del cincuenta, la región de mayor atraso social. En el ámbito académico, político y hasta en el popular, el retraso relativo de las provincias 1 2 Las jurisdicciones constituyeron la primera división regional de la Cuba, para extremar el rigor colonial en 1827 fueron creados tres departamentos: Occidental, Central y Oriental, y en la división territorial implantada en 1879 fueron establecidas seis provincias divididas internamente en términos municipales. Ver L. Marrero: Elementos de Geografía de Cuba, 1944 y Geografía de Cuba, 1957; A. Núñez Jiménez: Geografía de Cuba, 1954; O. E. Rodríguez y J. L. De Lázaro: Curso de Ciencias Sociales, 1955. Luisa Íñiguez Rojas orientales del país es dado por aceptado. Pero poco nos preguntamos, a qué atraso nos referimos, poco también se intenta contextualizarlo, y mucho menos asociarlo a la permanencia de las inequidades prerrevolucionarias; a las desigualdades construidas durante el proceso de implementación de un nuevo modo de producción y de las políticas de construcción de una nueva sociedad y sus procesos de planificación económica y física; o a las creadas por los efectos primarios y secundarios derivados de la crisis enfrentada desde inicios de la década del noventa del pasado siglo y de los procesos de recuperación en las últimas dos décadas. Este trabajo toma como sustrato algunos argumentos históricos e indicadores económicos y poblacionales del oriente del país, para debatir la complejidad de los contextos de retrasos y avances de este territorio. De manera indirecta es también un ejercicio de exploración de desigualdades espaciales y de cómo ellas intervienen en el escabroso análisis del desarrollo territorial. Avance económico y atraso social. El oriente rico y pobre antes de 1959 Si comparásemos las regiones geográficas en que, usualmente, ha sido dividido el archipiélago cubano, podemos constatar que la región oriental es la de mayor diversidad natural y mejor dotada de condiciones y recursos naturales. Oriente a finales de la década del cincuenta poseía gran diversificación de producciones agrícolas. En las llanuras de suelos fértiles se extendían plantaciones cañeras como las del Cauto, Banes, Niquero, y sus más de 40 centrales colocaban a la provincia cada año, entre las primeras en la producción de azúcar. Era también la principal productora de café, cacao y plátanos (producciones que se distribuían en sus extensas áreas montañosas); contaba con una elevada proporción de la masa ganadera del país, en especial en la extensa llanura del Cauto; exhibía productivas áreas de granos y otros cultivos (como en el extenso término municipal de Holguín llamado entones, “el granero de Cuba”) de arroz en la llanura del Cauto, con un moderno proceso de mecanización en el término municipal de Manzanillo. Asimismo, se destacaba por su provisión y explotación de recursos minerales, entre ellos manganeso, hierro y las lateritas del noreste de la provincia; un elevado número de fábricas de procesamiento de alimentos y otros bienes de consumo. Era centro de atracción turística internacional y nacional; la segunda provincia mejor dotada de puertos, con un considerable número de embarcaderos; e inscrita su costa y plataforma sur del Golfo de Guacanayabo y la desembocadura del Río Cauto, entre las zonas pesqueras más valoradas de Cuba. A este pródigo retrato se oponía un nada elogioso proceso histórico de construcción de sus espacios económicos y sociales durante finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo xx. La explotación de sus recursos, retrasada y lenta en comparación con el resto de Cuba, se vuelve intensiva a partir de la proclamación de la República, como ocurrió también en la parte centro-oriental, que se corresponde con las actuales provincias de Ciego de Ávila y Camagüey. Cuando una prolongada historia agrícola, en especial azucarera, se había desarrollado en la parte occidental y central de la isla, a inicios de siglo xx, extensas áreas de la región oriental mantenían sus bosques y demás formaciones vegetales prácticamente vírgenes, y se distribuían reducidas plantaciones de caña, con unos pocos centrales azucareros construidos en el siglo XIX; algunas compañías atraídas por las grandes extensiones de recursos forestales que exportaban a los Estados Unidos maderas para la construcción, como en las áreas de Manzanillo y Gibara y; plantaciones de café en sus montañas promovidas por colonos franceses, que abrieron una base económica nueva en estos territorios, para languidecer por motivos comerciales poco después.3 Así al comienzo del siglo xx, las provincias de Oriente y Camagüey recibieron un notable flujo inversionista, activado por los precios a pagar por caballerías de tierras, muy inferiores a los del resto del país, en un “atractivo” proceso en el que se daban las condiciones ideales para el desarrollo de redes ferroviarias y de control de los cultivadores. La concentración y centralización de la económica azucarera era privilegiada en estas provincias, con la localización de ingenios llamados “colosos” de muy elevada capacidad de producción de azúcar, que respondieron con eficiencia al “boom” azucarero de 1915 a 1926. 3 - 144 - R. Funes: De los bosques a los cañaverales. Una historia ambiental de Cuba (1492-1926), 2008, p.349. El oriente cubano. Entre rezagos y avances En el primer cuarto de siglo xx, los recursos forestales de las llanuras del Cauto, Manzanillo, Sagua de Tánamo, Nipe, así como llanuras onduladas y altura de Báguanos fueron prácticamente desbastados, para abrir el recurso tierra a las plantaciones de caña de azúcar, y en consecuencia fue decidido inducir la migración de antillanos como mano de obra. Estos procesos marcaron importantes cambios económicos, sociales y ambientales en el territorio oriental, con una distribución espacial desigual. Las consecuencias principales de la expansión del latifundio azucarero, identificadas por Ramiro Guerra, fueron: compra progresiva de tierras con la concentración de la propiedad en manos de un reducido número de compañías; aparición de una nueva clase de colonos ahora dependientes; creación de un proletariado rural con la importación de braceros antillanos; restricción de los ferrocarriles públicos y el auge de los privados; y desaparición de pequeñas y medianas propiedades dedicadas a los cultivos de subsistencia inexistentes en las áreas cañeras.4 Mientras, a finales de la década del veinte del pasado siglo crecía la población que se “refugiaba” en las montañas como esperanza de sobrevivencia, la mayoría víctima de la expansión de los latifundios5 y, un proceso similar era visible en algunas ciudades de la provincia. El peso de la producción azucarera oriental pasó del 17,2 % en 1904, al 24 % en 1914 y al 34 % en 1935; para a partir de entonces oscilar entre un 25 y un 30 % de la producción nacional hasta finales de la década de los cincuentas. En 1955 a pesar de que el 62 % de los centrales ya eran de propiedad cubana, la capacidad de molida de los centrales de propiedad norteamericana superaba el 50 % de la producción total de azúcar. A inicios de esa década, la parte sudeste y este de Oriente era destacada como la región cafetalera más importante de Cuba, y en seis términos municipales6 se concentraba del 85 al 90 % de la producción nacional de café. 7 Pero, sin duda el retrato más lastimoso del oriente del país a finales de esa década era el social. La estructura latifundista y las formas de organización productiva de compañías norteamericanas, pero también cubanas, no 4 5 6 7 R. Guerra: Azúcar y población en la Antillas, 1976,1927, pp. 87-92. A. Nuñez Jiménez: Geografía de Cuba. Alto Songo, Yateras, El Cobre, Jiguaní, Guantánamo y Bayamo. A. Truslow: International Bank for... habían creado alguna opción al “tiempo muerto”; no se incrementaban las fuentes de empleo, seguían reducidas las opciones de escolarización y de acceso a los servicios de salud. Crecían los desalojos de las viviendas, en especial en las áreas rurales; mientras un elevado porcentaje de tierras se conservaba “en reserva”, y en el caso de una de las principales compañías monopolistas radicadas en el territorio, la United Fruit Company, mantenía aproximadamente el 50 % de sus tierras sin uso.8 Según el censo de 1953, Oriente era la provincia más poblada de Cuba, lugar que mantenía desde el censo de 1919. Con 1 797 606 habitantes concentraba el 30,84 % de la población del país, había tenido el mayor crecimiento en el último decenio (1943-1953), y era la segunda provincia con menor porcentaje de población rural con solo el 39,8 %. En ello intervenía la ciudad de Santiago de Cuba, la tercera de más cantidad de población, cuyo pequeño término municipal del mismo nombre, poseía solo el 1,9 % de población rural y, si no consideráramos la población de este término, el porcentaje de población rural de Oriente se elevaba al 68 % de la población total. Dos provincias superaban las densidades medias de Cuba, Oriente la más densamente poblada, a expensas del ritmo de su crecimiento natural y, La Habana por su atracción migratoria histórica. Era esta provincia la de mayor porcentaje de desocupados con el 74,01 %, y la única del país donde el analfabetismo superaba la mitad de la población con un 52,53 %. El porcentaje de analfabetos de la población infantil en áreas urbana era del 81,2 % y en las áreas rurales de un 89,5 %, también los más elevados del país, como su población no blanca (negra y mestiza) que alcanzaba el 38,14 % del total, cuando en Cuba apenas se superaba el 25 %.9 8 9 - 145 - Colectivo de autores: United Fruit Company: Un caso del dominio imperialista en Cuba, 1976. Censo de Población y Viviendas de 1953. Luisa Íñiguez Rojas La prosperidad económica del territorio oriental, incluida en libros de textos de diferentes niveles escolares y otros más generales, destacaba poco su costo social, en el relato de la modernidad de sus grandes ciudades no se aludía a los múltiples barrios de precarias condiciones de vida y, las amplias desigualdades sociales y espaciales eran escondidas o de forma tenue mencionadas, con excepciones entre las que cabe destacar la Geografía de Cuba del Dr. Antonio Nuñez Jiménez publicada en 1955.10 Territorio predominantemente rico y población en su mayoría pobre, eran resultado de una larga historia colonial-capitalista en esta región de Cuba, que combinaba la explotación intensiva o extensiva del recurso tierra, de los recursos forestales y mineros, con grandes extensiones sin uso, “guardadas” para cuando sus dueños lo decidieran, y un predominio de población abandonada a su suerte, obreros mal pagados, agricultores de subsistencia, desempleados y sin oportunidades de instrucción. Oriente a partir de 1959. Efectos de la revolución económica, social y espacial A partir de 1959, la región oriental comenzó a experimentar transformaciones en sus estructuras espaciales productivas, donde la nacionalización y las reformas agrarias desempeñaron de inicio un papel esencial. La revolución económica y social emprendida por el gobierno cubano, también significaba una revolución espacial que de forma sintética enfrentaba los siguientes desafíos: • Elevada ruralidad en áreas de llanuras y de montañas, donde era necesario localizar importantes volúmenes de inversiones en infraestructura de vivienda, de saneamiento básico, de viales, de servicios educacionales, de salud y otros. • Deterioro de condiciones y recursos naturales entre los cuales se identificaba la urgencia de un desarrollo hidráulico, que elevara la disponibilidad de recursos hídricos en algunos territorios. 10 Este libro considerado una geografía patriótica fue quemado por el gobierno en la imprenta donde se reproducía, por sus efectos nocivos sobre el estudiantado cubano, pues ponía al descubierto los resultados del modelo de desarrollo desigual capitalista imperante en el país. Fueron salvados algunos ejemplares. • Elevado analfabetismo, baja escolaridad e insuficiente número de profesionales y técnicos para asumir los procesos de dirección de los nuevos proyectos económicos y sociales. • Necesidad de crear una cultura del trabajo, en correspondencia con nuevas estructuras de propiedad y nuevos proyectos. Los esfuerzos desplegados por el gobierno cubano para corregir las inequidades en el territorio oriental fueron logrando de forma progresiva, la igualdad de acceso de su población a servicios esenciales como la salud y la educación, más difíciles aún en asentamientos poblacionales rurales llanos y de montañas, que en algunos casos requirieron de su relocalización, en especial los dispersos, para que su concentración facilitase los procesos en marcha. Cambios en las condiciones materiales de vida resultaban de los avances de las políticas encaminadas a la disminución de su rezago regional, y a partir de la década del setenta en el contexto del proceso de industrialización del país, la planificación física localizaba zonas de nueva asimilación industrial o de activación de las existentes basadas, sobre todo, en los recursos naturales, como el desarrollo minero-metalúrgico de Moa; o con el fin preciso de acelerar el desarrollo territorial, por ejemplo, las industrias del vidrio y laminadores de acero de Las Tunas, la Megatextilera de Santiago de Cuba o de la Gráfica en Guantánamo. Las posibilidades de irradiación del beneficio de la mayor parte de estas industrias eran muy limitadas, pues no contemplaban encadenamientos productivos dentro del territorio provincial y estaban muy comprometidas con importaciones de materias primas y otros insumos. Enfrentaban también factores socioculturales, como las fricciones que producía a nivel familiar la necesaria incorporación de la mujer al trabajo. Continuaba la producción de sus 42 complejos agroindustriales azucareros, y en lo fundamental por carencias de la base alimentaria no avanzaba el desarrollo ganadero al ritmo deseado; mientras de forma modesta e inestable marchaba la producción de café y cacao, estas últimas con requerimientos de atención a los cultivos, en ocasiones escasos. El incremento de la significación relativa de la población provincial en la total del país, entre los censos de 1953 y - 146 - El oriente cubano. Entre rezagos y avances 1970 se registró solo en dos provincias, en Pinar del Río con un 0,1 % y en Oriente, que pasó de un 31,6 % en 1953 a un 35, 1 % en 1970, seguía manteniéndose como la más poblada del país.11 La fragmentación de la provincia oriental en 1976 ponía en evidencia la diversidad natural y la heterogeneidad de los procesos de construcción socioespacial de este territorio. Al interior de ellas la heterogeneidad multiplicada, hacía más palpable las diferentes líneas de base para enfrentar el desarrollo. Las provincias quedaban con desigual distribución de recursos naturales y productivos, así como de cantidad de población: Las Tunas y Guantánamo con las poblaciones más pequeñas y similares, Holguín y Santiago de Cuba también similares y más elevadas, Granma ocupaba una posición intermedia. Según la extensión, Holguín y Granma concentraban el 48 % de la superficie total, mientras el resto poseía alrededor de 6 000 km2 (Cuadro 1). Cuadro 1. Distribución de población y extensión de las provincias orientales en 1976. Provincia Población (habitantes) Área km2 Las Tunas Holguín Granma Santiago de Cuba Guantánamo 385 785 772 241 649 708 793 490 416 676 6 373 9 105 8 452 6 343 6 366 tribución poblacional, sobre todo los producidos en la década del setenta, consiguió disminuir los grandes contrastes regionales y en particular, los de la vida rural y urbana; pero no logró reducir la concentración demográfica en las provincias orientales, a expensas, en lo fundamental de su elevada fecundidad, asociada a su mayor ruralidad y atraso relativo.12 Cuando el porcentaje de inactivos en Cuba era de 43,7 %, en la totalidad de las provincias orientales se superaba esta cifra y los más altos índices se registraban en Granma con 53,5 %, seguida de Holguín, Guantánamo y Santiago de Cuba. Estas cifras se elevaban en la población femenina que superaba el 70 %, y en la provincia de Granma llegaba a 77,5 %; mientras para Cuba las mujeres inactivas representaban un 67,2 %.13 Era también significativo en los datos censales, que el grado promedio de escolaridad de la población de 6 y más años en todas las provincias orientales se encontraba por debajo de 6,4 años (promedio alcanzado para el país); Granma y Las Tunas mostraban los más bajos valores de 5,5 años, que descendían aún más en la población rural con 4,8 años promedio. Entre la población activa el país eran trabajadores estatales el 93,4 %, y a excepción de Las Tunas, en el resto de las provincias orientales el porcentaje de trabajadores estatales era ligeramente inferior, con el valor más bajo en Fuente: DPA, División Político-Administrativa, DOR, La Habana, 1976. % 11 CEDEM: La población en Cuba, 1976. 60 50 40 30 20 10 Agrícola Construcción Industrial Servicios Las Tunas Granma Guantánamo Holguín 0 Santiago de Cuba En la distribución de la fuerza de trabajo al crearse las nuevas provincias en 1976, se destacaban Las Tunas y Granma con la mayor vinculación al sector agrícola, y a Santiago de Cuba y Guantánamo con el más alto porcentaje de vinculados al sector industrial (Fig. 1). A finales de la década del setentas, el desarrollo socioeconómico desigual y el atraso relativo de las provincias orientales era señalado, cuando tomando en consideración el PIB, la productividad media y el nivel de vida de la población, se destacaban con la situación más desfavorable. El Censo de Población y Viviendas de 1981 mostraba que las provincias orientales habían incrementado su peso proporcional en la población del país, que representaba ahora el 35,7 %. El cambio del modelo de dis- Fuente: DPA, División Político-Administrativa, DOR, La Habana, 1976. Fig. 1 Distribución de la fuerza de trabajo por sectores en 1976. 12 J. L. Luzón: Economía, población y territorio en Cuba (1899-1983), 1987, p. 165. 13 CEE, 1984. - 147 - Luisa Íñiguez Rojas les esta cifra alcanzaba el 66 %. A pesar de los favorables indicadores de incorporación de las mujeres al trabajo (a finales del 1990), las provincias orientales presentaban los menores porcentajes, que en Holguín alcanzaba el más bajo de todos, con 31,7 % del total en edad económicamente activa. La situación más desfavorable del territorio oriental era también destacada en otros estudios, como el de la evolución regional de la llamada “población en riesgo”, que destacaba que entre 1989 y 1996, aunque todas las regiones % 80,00 60,00 40,00 20,00 Población rural 1970 Las Tunas Holguín Granma Guantánamo Santiago de Cuba 0,00 Población rural 1981 Fuente: DPA. División Político-Administrativa, DOR, La Habana, 1976. Fig. 2 Población rural en porcentajes número de habitantes 500 000 400 000 300 000 200 000 100 000 Población rural 1970 Holguín Granma Santiago de Cuba Guantánamo 0 Las Tunas Guantánamo (86,8 %); provincia que también registraba el porcentaje más elevado de pequeños agricultores del Oriente con el 8 % y de trabajadores por cuenta propia con el 2,6 %. El promedio de población activa con primaria sin terminar, alcanzaba el mayor índice en Las Tunas y Granma con el 29,0 % del total; mientras la primaria terminada era el nivel de escolaridad predominante en todas las provincias orientales. En los años finales de la década del ochenta algunas características del desarrollo económico del país, mostraban la permanencia del retraso relativo del territorio oriental. En un estudio sobre las desproporciones del nivel de vida, los municipios del país se clasificaron mediante un indicador sintético que evidenciaba la reproducción de las distancias económicas y sociales entre el oriente y occidente, así como entre aquellos de mayor proporción de población urbana y rural. En otro estudio posterior se incorporó a esta clasificación la tasa neta de migración en el quinquenio 1981-1985, se estableció una relación entre nivel de vida y condición migratoria. El 73,25 % de los municipios con nivel de vida relativamente bajos y emisores de población, se localizaron en las cinco provincias del extremo oriental del país.14 El peso de la población rural de las provincias orientales en relación con la rural del país se había incrementado de 51,46 % en 1970 a 53,55 % en 1981, aunque en las demás esta población se había reducido en términos absolutos y porcentuales. Las Tunas con el valor más elevado y Santiago de Cuba con el más bajo. La provincia de Holguín continuaba concentrando la mayor cantidad de población rural, pasó de 474 081 habitantes en 1970 a 455 817 en 1981 (Figs. 2 y 3). A inicios de la crisis económica de los noventas del pasado siglo, se llamaba la atención sobre la alta vulnerabilidad del oriente durante el período especial del país, y las menores posibilidades de amortiguar los impactos negativos, en especial en el nivel individual-familiar. No todas sus provincias tenían iguales contextos para acoger los nuevos procesos derivados de la crisis y a mediados de los noventas, la utilización de los recursos laborales disponibles mostraba los menores índices en las provincias orientales con el 58,5 %, mientras que en las occidenta- Población rural 1981 Fuente: DPA. División Político-administrativa, DOR, La Habana, 1976. Fig. 3 Población rural (número de habitantes). 14 L. Iñiguez y B. Morejón: “Desigualdades espaciales en Cuba. Antecedentes…”, 1995. - 148 - El oriente cubano. Entre rezagos y avances incrementaban los porcentajes de población urbana en riesgo, en las orientales se pasaba de un 12 % en 1989 a un 22 % en 1996, cuando el incremento en la región occidental para los mismos años había sido del 4 al 12 %.15 Otro análisis territorial sobre la vulnerabilidad de la población ante los procesos de cambio, que consideraba la insuficiente capacidad para la producción de alimentos, la política industrial y del turismo, así como el empleodesempleo, identificó 14 municipios con muy alta vulnerabilidad (todos localizados en las provincias orientales) y 24 municipios de alta vulnerabilidad, concentrados en las provincias orientales y la parte norte y central de la provincia de Sancti Spíritus.16 El diagnóstico sobre la diferenciación de los impactos negativos del período especial en los municipios del país, identificó 36 municipios más deprimidos o “críticos”, todos localizados en provincias de la región oriental.17 Los actores económicos que emergieron en los procesos de recuperación de la crisis de la década del noventa del pasado siglo, tuvieron en las provincias orientales al igual que en el resto, una localización focal. Los más notables se asociaron a sectores priorizados para reanimar la descalabrada economía del país, como la ampliación del polo minero-metalúrgico del nordeste de la provincia de Holguín y el impulso a la explotación de los recursos turísticos en el centro norte de esta provincia, y de algunos enclaves con valores histórico-culturales y naturales (en el municipio de Santiago de Cuba, en la ciudad de Baracoa y sur de Granma, por ejemplo). Un estudio detallado sobre la vulnerabilidad ante la inseguridad alimentaria realizado a inicios de la presente década, con información fundamental referida a la segunda mitad de la década de 1990, halló que el 61 % de los municipios de las provincias orientales eran muy vulnerables, el 20 % vulnerables y el 18,5 % poco vulnerables; por lo que el 81 % de los municipios y el 85 % de la población contenida en ellas poseían vulnerabilidad alimentaria. 18 15 A. M. Ferriol, G. M. Carriazo, O. Echevarría y M. D. Quintana: “Efectos de las políticas sociales sobre los niveles de pobreza…”, 1998, pp. 376-377. 16 M. E. Bermúdez, J. L. Gerharts, N. H. Quintana, C. M. Mendoza and P. M. Roig: “Esquema Nacional de Ordenamiento Territorial…”, 1997. 17 C. A. Guzón: “Estudio de los municipios críticos del país”, 1998. 18 IPF-PMA: Análisis y Cartografía de la Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria en Cuba, 2001. Este documento identificó seis condicionantes básicas que determinaban la vulnerabilidad alimentaria. La primera alude al comportamiento climático, que señala la combinación del riesgo de sequías o por el contrario de inundaciones, a lo cual podemos integrar otra de las condicionantes enunciadas, la de poseer relativamente poca superficie cultivada bajo riego. La distribución de la población aparece también como otra condicionante de la vulnerabilidad, a saber, su concentración en municipios que albergan capitales provinciales y otras ciudades principales de la región con elevadas densidades de población por una parte y, las bajas densidades de esta en zonas montañosas por otra, que podemos relacionar con la condicionante que expresa que la población de las montañas posee una capacidad débil de respuesta ante los riesgos, a pesar de que estos no son elevados. Por último destacamos lo más polémico de las condicionantes expuestas para argumentar la vulnerabilidad alimentaria del oriente del país: “[…] la baja disponibilidad de superficie de cultivos alimentarios per cápita, determinado en parte por la existencia de un uso de la tierra favorable a la caña de azúcar y en menor grado a otros cultivos no alimentarios” y “[…] las bajas categorías de agroproductividad de los suelos prevalecientes en la región”. A propósito, el “uso favorable” fue decidido en las primeras décadas del siglo xx, por los que en general no tenían preocupación por las fuentes de alimentación de la población territorial, aunque pueden hallarse en algunos documentos, citas sobre la necesidad de proteger los territorios cañeros de las carencias alimentarias, entre los cuales destacamos el capítulo XVIII de Problemas de la Nueva Cuba, publicado en el año 1935, en que se expone un Programa de Auxilio Inmediato a la solución de los problemas alimentarios de la población vinculada a la industria y áreas azucareras de Cuba, a causa del desempleo agudizado en el tiempo muerto. Se propone que la población de los centrales pueda abastecerse de alimentos y se incrementen los ingresos familiares mediante huertos o granjas de subsistencia, y aunque se destaca la urgencia de tal plan, se concibe que pudiera quedar establecido de forma permanente. - 149 - Luisa Íñiguez Rojas La comisión que escribió este libro le sugirió al gobierno que dictara una ley que exigiese que cada central y también los colonos, dedicasen una cantidad de sus tierras a la producción de alimentos y al fomento de huertos familiares.19 Después de 1959, las plantaciones de caña de azúcar y de pastos fueron ampliadas hacia las áreas “guardadas” casi vírgenes, y se le dio menor prioridad a la creación de condiciones para otras producciones de alimentos, que incluso podían haberse logrado sin perjudicar la producción de azúcar. La reestructuración de la agroindustria azucarera en el país tuvo menores impactos en la región oriental, donde poco más del 30 % de sus fábricas de azúcar fueron desactivadas; mientras que en el occidente y centro dejaban de producir la mitad o más de la mitad de sus centrales. La disminución del área de caña patrimonial del Ministerio del Azúcar y la orientación de su reconversión a la producción de alimentos para la población, no tendría los efectos que se esperan en el resto del país, en este territorio de mayor vulnerabilidad alimentaria, al ser en estos donde menos desactivaciones de las industrias azucareras fueron propuestas.20 Por otra parte, en un estudio sobre la adaptabilidad de los suelos para la caña de azúcar en el territorio patrimonial de los complejos agroindustriales, dirigido por el Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar del Ministerio del Azúcar, mostró que los menores porcentajes de suelos muy aptos para el cultivo se obtenían, precisamente, en las provincias orientales (Fig. 4). La adaptabilidad de los suelos, factor decisivo en el proceso de reestructuración de la agroindustria azucarera, no explicaría la menor reducción de las industrias en esta región, por 19 Remontados a la época de estas consideraciones, parece evidente que a la preocupación por la miseria de amplias capas de trabajadores azucareros, se sumaban a otras colocadas en segundo lugar, como los gravámenes financieros que pesaban sobre las compañías azucareras, los subsidios a pagar por cocinas económicas, entrega gratuita de alimentos, e incluso el peligro de la agitación obrera y de huelgas radicales como las producidas a inicios de la década, hasta que se haga “insostenible la posición de los capitalistas”. Foreign Policy Association Incorporated: Informe de la comisión de asuntos cubanos. Problemas de la Nueva Cuba, 1935, p. 490. 20 R. R. Castellanos, P. M. C. Medina, T. M. Abreu y B. J. Martínez: “Reestructuración de la agroindustria azucarera”, 2003. Matanzas Cienfuegos La Habana Pinar del Rio Sancti Spíritus Camagüey Ciego de Ávila Villa Clara Guantánamo Santiago de Cuba Las Tunas Granma Holguín 0,00 20,00 40,00 % 60,00 80,00 Fuente: INICA/MINAZ, IPF, 2003. Fig. 4 Adaptabilidad de los suelos para caña por provincias. lo que es posible que el aspecto tecnológico-industrial fuera priorizado, teniendo en cuenta que en la región oriental se concentra un número importante de los ingenios “colosos” del país,21 sin descontar la protección a las fuentes de empleo que ella genera. Como se conoce, los impactos negativos más intensos se esperaron donde las industrias a desactivar se localizaban en asentamientos con categoría de cabeceras municipales, o muy próximos a ellas. En las provincias orientales fueron los casos de Manatí y Jobabo, en Las Tunas; Rafael Freyre y Frank País, en Holguín; y de Río Cauto, Campechuela y Pilón, en Granma. En estos territorios es comprensible que la creación de procesos productivos y los retos de la creación de identidades ocupacionales requieren de mayores esfuerzos. En la década del 90, el oriente reforzó su condición de emisor de población con dos corrientes de diferente origen: una dirigida, formal, organizada, motivada por la necesidad de recursos laborales para asumir tareas, entre ellas, las constructivas, de seguridad, o de dirección administrativa hacia varias provincias (la Ciudad de La Habana con mayor incidencia); y la otra, espontánea, inducida a nivel individual-familiar por varios móviles, por ejemplo se destacan con más frecuencia, la propia percepción de retraso y las aspiraciones de mejoras de 21 IPF: “Restructuración de la agroindustria azucarera...”, 2003, p. 17. - 150 - El oriente cubano. Entre rezagos y avances vida, incluyendo las de autorrealización, no alcanzables en sus lugares de origen o residencia, con intervención de las llamadas cadenas migratorias.22 Se ha comprobado que este componente se frena a partir de 1997 y ha sido interpretado como efecto del Decreto-Ley 217 que regula la migración interna hacia la capital del país al ir disminuyendo de forma general, el movimiento migratorio y en particular, en la parte oriental.23 Cuatro décadas de trabajo para disminuir los desequilibrios territoriales, consiguieron que, en especial en indicadores de educación y salud, y de dotaciones de otros servicios básicos, las provincias orientales se aproximaran al resto de las provincias. Los logros en materia de igualdad de oportunidades son evidentes y han sido profusamente documentados en anuarios estadísticos e investigaciones. Mientras, algunos indicadores económicos y sociodemográficos muestran las brechas inter e intrarregionales. Continúa con baja productividad, como la de más alta natalidad y fecundidad, la menos envejecida, al tiempo que mantiene su condición de emisora de población, sobre todo hacia el occidente, con pocas excepciones como por ejemplo el municipio Moa. Las reconfiguraciones resultantes de las nuevas políticas de la organización productiva y social desplegadas desde 1959 para enfrentar el desequilibrio territorial de este territorio, ha logrado indudables avances, tal vez no tan veloces como los que se esperaba, donde sin duda, ha participado la historia de la construcción social de sus espacios geográficos, los cambios de su estructura económica, social y espacial en las últimas cinco décadas, y componentes culturales, que aunque difíciles de dimensionar, tienen que haber participado en la inercia de sus dinámicas territoriales. 22 Migrantes asentados con anterioridad en otros territorios que facilitan la llegada a ellos, de otros parientes o vecinos. 23 N. R. Montes, G. G. Lantigua y O. E. San Marful: Exploración sobre las migraciones internas de las provincias y los municipios de Cuba, 2001. Contextos del desarrollo en el oriente del país en el siglo XXI. Heterogeneidad interna de la distribución de recursos naturales y población La región oriental posee el relieve más accidentado de Cuba y contiene dos de sus cuatro sistemas montañosos: las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba tienen más de la mitad de su superficie montañosa y la de Holguín solo un poco menos; mientras en la provincia Granma las áreas montañosas no superan el 30 % y el área de la provincia de Las Tunas presenta relieves llanos y ligeramente ondulados (Fig. 5). Los suelos valorados como muy productivos y productivos apenas alcanzan el 15 % en Guantánamo, aproximadamente el 25 % en Holguín y Granma, y poco más del 30 % en las provincias de las Tunas y Santiago de Cuba; cuando en provincias occidentales como La Habana y Matanzas, superan el 50 %. Por otra parte, más del 70 % de los suelos en la región oriental tienen agroproductividad baja, sin embargo en la occidental apenas llega al 40 %. Los procesos de deterioro del recurso tierra son notables y en ella se concentra el 55 % de la superficie afectada por la salinización en el país, el 42 % de la superficie afectada por erosión y el 65 % de las áreas de muy fuerte y fuerte erosión de Cuba. 24 Los recursos hídricos subterráneos son muy escasos, contrastan con la abundancia de los superficiales; la provincia Granma contiene la mayor área de la cuenca hidrográfica del Cauto, que es a su vez la más extensa de Cuba, y su llanura aluvial tiene numerosas restricciones productivas por los procesos de erosión, salinización y vulnerabilidad a las sequías e inundaciones. En la cuenca de río Toa, el más caudaloso del país, viven menos de 20 000 habitantes y ciudades de importancia regional o nacional se encuentran a relativamente grandes distancias de estas fuentes. Se considera que menos del 40 % de los recursos hídricos disponibles son aprovechables y representan sólo el 25 % del total del país; como consecuencia de ello, el menor volumen de agua disponible por habitante está en este territorio. Los favorables resultados de la regulación hídrica con la construcción de embalses en todas las provincias, se ven afectados por intensas sequías que reducen, periódicamente, los volúmenes disponibles 24 PMA, IPF 2001. - 151 - Luisa Íñiguez Rojas Fuente: Modelo digital de elevación obtenido del SRTM* USGS Servicio Geológico de EEUU 2003, Mapa 1:250000,GEOCUBA. Fig. 5 Mapa de relieve de Cuba. para el abasto de agua a la población y a actividades productivas. El riesgo de sufrir de sequías es alto y muy alto en gran parte de las provincias de Las Tunas y Holguín, norte y extremo este de la provincia Granma y sur de la provincia de Guantánamo reportados como de altos índices de aridez climática. 25 En contraposición, el paso de eventos meteorológicos extremos ha elevado, temporalmente, la disponibilidad de agua y los volúmenes embalsados, y han causado graves daños económicos y sociales, con pérdidas millonarias en infraestructuras productivas, de servicios y en especial en el fondo de viviendas. Como característica de la excelente estructura de respuesta ante desastres es, cuidadosamente atendida la población que es afectada por estos eventos, y salvo contadas excepciones, no se producen pérdidas de vidas humanas. De los 14 eventos que han azotado al país desde 1959, seis de ellos afectaron las provincias orientales, el último, el huracán llamado Ike, transitó por este territorio en el 2008.26 25 Ibídem. 26 G. L. Ramos: Huracanes. Desastres Naturales en Cuba, 2009. El riesgo de sequías y la necesidad de riego resultan de la variabilidad climática del país, y fueron enfrentados con logros demostrados desde1959, con acciones exitosas desde la creación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en 1962, cuando inspirado en un movimiento denominado “voluntad hidráulica” se desarrolló un intenso programa de regulación fluvial; otras acciones no pudieron ser mantenidas por la escasez de recursos como las referidas a la lluvia provocada, mientras las relacionadas con la construcción de acueductos, la mejora del abastecimiento de agua a la población, y la construcción de redes infraestructurales para el riego avanzaron sin conseguir satisfacer las demandas, algunas históricas y otras recientes. Ninguna de estas condicionantes de su contexto geográfico es determinante para el aprovechamiento racional de sus recursos naturales, pero es comprensible que imponen una elevada disponibilidad de recursos humanos preparados e inversiones de montos considerables. La superficie agrícola en relación total con las provincias, muestra notables diferencias asociadas con el relieve. Para el 2008, los valores más elevados se registran en Las Tunas y los más bajos en Guantánamo; mientras Santiago de - 152 - El oriente cubano. Entre rezagos y avances La Tunas Guantánamo Santiago de Cuba Holguín Granma 0% 20% 40% 60% Superficie con cultivos permanentes 80% 100% Superficie con cultivos temporales Fuente: Anuario Estadístico territorial 2008, ONE, 2009. Fig. 7 Distribución de las superficies de cultivos permanentes y temporales por provincia. % 90 80 70 60 50 40 30 20 Superficie con caña de azúcar del total con cultivos permanentes Guantánamo Santiago de Cuba 0 Granma Holguín 10 Las Tunas Cuba y Holguín se destacan por sus mayores porcentajes de superficies cultivadas. A excepción de la provincia de Granma, en el resto predominan las superficies bajo cultivos permanentes y las plantaciones de caña de azúcar tienen notable peso en las provincias de Las Tunas, la más llana y eminentemente azucarera, seguida de Holguín. Por otra parte, en Guantánamo y Santiago de Cuba el peso mayor lo tienen las plantaciones de café (Figs. 6 y 7). Una dramática situación se aprecia en cuanto a las superficies cultivadas bajo riego que representa menos del 5 % de la superficie cultivada en todas las provincias, a excepción de Granma algo superior, pero que no alcanza el 10 %. Es esta la única provincia donde los cultivos temporales sobrepasan a los permanentes, a expensas del cultivo de arroz que es tradicional en estos espacios (Fig. 8). En el presente siglo la población oriental ha experimentado pocas variaciones. Entre el 2000 y el 2008 se observan incrementos de casi 7 000 y hasta 15 000 habitantes a excepción de la provincia de Holguín, que crece en poco más de 20 000 habitantes. Para el año 2008, las provincias de Santiago de Cuba y Holguín con valores muy próximos superaban al millón de habitantes; Granma y Guantánamo poseían poco más de 500 000 y Las Tunas ocupaba una posición intermedia con más de 800 000 habitantes (Fig. 9). Los municipios del territorio (Fi. 10) oriental manifiestan la mayor amplitud en la cantidad de población entre regiones del país. Para el 2008, el municipio de Caimanera registraba poco menos de 11 000 habitantes y Santiago de Cuba el más poblado de Cuba, más de 490 000 habitantes. Superficie con café del total con cultivos permanentes Fuente: Anuario Estadístico territorial 2008, ONE, 2009. Fig. 8 Principales cultivos permanentes por provincia. 1 200 000 Número de personas La Tunas Granma Santiago de Cuba 1 000 000 800 000 600 000 400 000 200 000 Holguín 20,00 Superficie cultivada de la agrícola 40,00 % 60,00 Población total 2008 Superficie agrícola Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, ONE, 2009. Fuente: Anuario Estadístico territorial 2008, ONE, 2009. Fig. 6 Superficie agrícola y cultivada por provincias. Holguín 80,00 Santiago de Cuba 0,00 Granma Guantánamo Las Tunas Guantánamo 0 Fig. 9 Población de las provincias orientales 2008. - 153 - Número de habitantes Luisa Íñiguez Rojas 50% 5 000 000 4 500 000 4 000 000 Población total 2008 3 500 000 3 000 000 2 500 000 2 000 000 1 500 000 1 000 000 500 000 Holguín Bayamo Manzanillo Contramaestre Songo - La Maya San Luis Banes Gibara Yara Bartolomé Masó Rafael Freyre Sagua de Tánamo Río Cauto El Salvador Urbano Noris Niquero Amancio Mella Guamá Colombia Buey Arriba Pilón S. Antonio del Sur Cauto Cristo Yateras Manuel Tames Caimanera 0 Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CPDE/ONE, 2009. Fig. 10 Población de los municipios de las provincias orientales. 27 Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo, Bayamo, Las Tunas, Manzanillo, Palma Soriano, Contramaestre, Mayarí. Las cinco capitales, dos ciudades de Santiago de Cuba, una de Granma y otra de Holguín. % 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Granma Guantánamo Las Tunas % de población rural Holguín % de población urbana Santiago de Cuba Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CEPDE/ONE, 2009. Fig.11 Distribución de la población urbana y rural en las provincias orientales 2008. 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Maisí S. Antonio del Sur Cauto Cristo Guamá Calixto García Jesús Menéndez Báguano Tercer Frente Imías Guisa Frank País Manatí Sagua de Tánamo Baracoa Niquero cacocum Jiguaní San Luis Puerto Padre Manuel Tames Palma Soriano Amancio Bayamo Caimanera Las Tunas Holguín Santiago de Cuba % El 53 % de los municipios tienen menos de 50 000 habitantes, el 30 % entre 50 000 y 94 000 y el 17 % más de 100 000 habitantes, integrado por nueve municipios27 que concentran la mitad de la población total del oriente. Mientras el país registra un 75 % de población urbana, las provincias orientales se mantienen como las más rurales, con diferencias interprovinciales que apenas superan el 10 % y la más urbana Santiago de Cuba en el 2008 (según los últimos datos disponibles alcanzaba el 69,47 %) (Fig. 11). No obstante, como prueba del incremento de la heterogeneidad intraterritorial al descender a unidades subnacionales de segundo nivel (54 municipios), se aprecia una elevada diferenciación de la relación entre población urbana y rural, con municipios que superan el 80 % de población rural o con menos de 20 % (Fig. 12). El 57 % de los municipios del oriente del país tiene sólo uno o dos asentamientos urbanos, y el 41 % entre tres y seis. Los municipios de Yara, en la provincia de Granma y Mayarí, en la de Holguín registran siete asentamientos urbanos. Por el contrario, los asentamientos rurales son muy numerosos, la mayoría de los municipios superan los 50 asentamientos y las diferencias van desde tres en el municipio Caimanera, en la provincia de Guantánamo, a 135 en el municipio de Holguín (Fig. 13). En cifras absolutas, en el 2002 vivían en asentamientos rurales poco más de 1 400 000 personas, y los montos ma- Población urbana Población rural Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CEPDE/ONE, 2009. Fig.12 Distribución de la población urbana y rural en municipios de las provincias orientales. - 154 - Número de asentamientos El oriente cubano. Entre rezagos y avances 160 140 120 Municipios urbanos Municipios rurales 100 80 60 40 20 1409 1114 1410 1408 1406 1407 1202 1302 1007 1110 1405 1304 1008 1308 1004 1005 1112 1201 1109 1408 1006 1212 1208 1207 1402 1001 1210 1209 1205 1309 1401 1208 1108 1104 1205 1211 1113 1303 1301 1404 1306 1307 1107 1305 1213 1102 1105 1008 1101 1103 1002 1204 1111 1106 0 Fuente: Anuario Estadístico Territorial 2008, ONE, 2009. Fig.13 Distribución de asentamientos urbanos y rurales por municipios de las provincias orientales. Holguín Granma Santiago de Cuba La Tunas Guantánamo 0 100 000 200 000 300 000 400 000 Número de habitantes Fuente: Censo de Población y Viviendas 2002, La Habana, ONE. Fig.14 Distribución provincial de la población rural en el 2002. número de habitantes 350 000 300 000 250 000 150 000 50 000 Guantánamo Granma Rural montaña Santiago de Cuba Rural llano Holguín 0 Las Tunas yores de población rural, superiores a los 300 000 hab., se encontraban en las provincias de Holguín, Granma y Santiago de Cuba (Fig. 14). Una característica de particular significado en la distribución interprovincial del poblamiento es la diferencia entre población urbana y rural, según áreas llanas y montañosas. Las provincias de Holguín y Granma en los inicios del presente siglo poseían, relativamente, poca población rural en las montañas; mientras en Santiago de Cuba y Guantánamo superaba la de los asentamientos rurales en llanuras. Aunque Santiago de Cuba poseía la mayor cantidad de población rural montañosa, Guantánamo tenía el más alto porcentaje de este tipo de poblamiento (28 % de la total) y por otra parte, Holguín concentraba la mayor cantidad de población rural llana. Este indicador poco tratado es de suma importancia en el análisis y proyección del desarrollo territorial, en las dotaciones de recursos y, en las oportunidades de desempeño existoso de la gestión municipal (Fig.15). El peso de la capital provincial en el total de la población es también una característica que diferencia el poblamiento de las provincias orientales, así Santiago de Cuba y Guantánamo concentran más del 40 % de la población total en sus capitales; un peso inferior tienen las capitales de las provincias de Las Tunas y Holguín, y en Bayamo, la capital de la provincia Granma sólo reside el 17 % de la población provincial. Esta diferenciación es totalmente dependiente de la existencia de otras ciudades de importan- Fuente. Censo de Población y Viviendas 2002, ONE. Fig.15 Distribución de la población de llanuras y montañas. - 155 - Luisa Íñiguez Rojas determinados aspectos básicos, las aspiraciones se mueven hacia “necesidades” de otros bienes, que se perciben como no alcanzables en los lugares de origen. Entre el 2000 y el 2008, los saldos migratorios totales son negativos en todas las provincias. Las tasas de saldo migratorio interno muestran diferencias notables. Se destacan las más bajas y, relativamente, estables en Las Tunas, caracterizada por los menores volúmenes de migrantes en las últimas décadas, el descenso de los saldos % 45 40 35 30 25 20 15 10 5 Santiago de Cuba Guantánamo Las Tunas Holguín Bayamo 0 Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CEPDE/ONE, 2009. Fig.16 Población en las capitales provinciales, 2008.. 6 Las Tunas Granma Holguín Santiago de Cuba 5 4 Guantánamo Por 1000 habitantes 3 2 1 008 007 006 005 004 003 002 -1 001 0 000 cia en el territorio provincial, que en general, resultan de la historia del poblamiento y de la tendencia de las corrientes migratorias antiguas y más recientes (Fig. 16). Los principales cambios en los patrones espaciales de distribución espacial son el incremento del grado de urbanización, la concentración de población en capitales provinciales, y la relativa recuperación del poblamiento en la montaña, como efecto de una política de estabilización de la población y de atención a la producción y los servicios, cuidadosamente implementada desde los años ochentas del pasado siglo, mediante el Programa denominado “Plan Turquino”, que también ha sufrido los impactos negativos primarios y secundarios de la crisis de los noventas. Mientras, el número de asentamientos rurales de base productiva agropecuaria continúa elevado, para concentrar más del 50 % de los totales del país, al igual que su población dispersa. Ante estos patrones, aunque fuese minimizada la vulnerabilidad alimentaria municipal por autoabastecimiento local, continuaría actuando la complejidad que aporta para el desarrollo económico y social territorial, el necesario incremento de producciones agrícolas o pecuarias destinadas a la comercialización intermunicipal, o incluso intramunicipal, en el caso de extensos municipios, con o sin elaboración industrial previa, a lo que se integran otros necesarios intercambios sociales, para los cuales las redes de comunicaciones y la disponibilidad de transporte continúan como factores decisivos. Las provincias orientales comienzan el siglo con tasas de crecimiento poblacional superiores a dos por mil habitantes, que a partir del 2003 se frena para llegar, incluso, a valores de cero o negativos, como en el caso de las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba. De forma similar, el crecimiento natural de la población experimenta un descenso en la totalidad de las provincias, con una cierta recuperación en los dos últimos años analizados (Fig. 17). A pesar de la disminución en las tasas de migración desde finales de la década del noventa, todavía se mantienen negativas y las provincias orientales no revierten su condición de emisoras de población. Aunque la percepción de la población sobre la decadencia o el atraso relativo en sus lugares de residencia, se refiere como uno de los móviles de tal comportamiento, no se descuenta el hecho de que a medida que se eleva el bienestar en Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CEPDE/ONE, 2009. Fig. 17. Crecimiento poblacional 2000-2008 de las provincias orientales. - 156 - El oriente cubano. Entre rezagos y avances 0,0 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Tasa por 1000 habitantes -2 -4 -6 -8 -10 -12 Las Tunas Granma Holguín Guantánamo Santiago de Cuba Fuente: Anuario Estadístico territorial Cuba 2008,ONE, 2009. Fig. 19 Saldos migratorios externos de las provincias orientales 2001-2009. 2 000 1 000 0 1 000 por 1000 habitantes 2 000 3 000 4 000 5 000 6 000 Santiago de Cuba Municipio donde se encuentra la capital provincial Guantánamo Provincia Granma Holguín 7 000 Las Tunas negativos en la provincia Granma desde mediados de la década y, el incremento en las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba. Por otra parte, los saldos migratorios externos mantienen un comportamiento interprovincial más estable y similar entre provincias, a excepción de las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba, que refuerzan su condición de principales emisoras de población en la región oriental del país (Figs. 18 y 19). No obstante, llama la atención que en los municipios donde se localizan las capitales provinciales, los comportamientos migratorios son diferenciados. Pierden población los municipios de Santiago de Cuba y Guantánamo y ganan los de Las Tunas, Holguín y Bayamo (Fig. 20). Algunos indicadores económicos evidencian una elevada heterogeneidad territorial intraprovincial. En el 20022008 se observan incrementos en el monto de inversiones en todas las provincias, en la que sobresale Holguín, privilegiada como hemos planteado por la localización de polos productivos priorizados (en el 2008 se localizaron cerca del 40 % del total de las inversiones de la parte oriental del país y en tres de sus municipios poco más del 90 % de las inversiones medias de la provincia en el período). En el resto, el valor de las inversiones es muy similar en todas las provincias (Fig. 21). En general, las inversiones se focalizan en los municipios donde se localiza la capital provincial, la distribución de las inversiones totales por provincia para el período 2002-2008, destaca a Bayamo con el 70 % del total de las Fuente: Anuario Estadístico territorial Cuba 2008,ONE, 2009. Fig. 20 Saldo migratorio de las provincias orientales y los municipios donde se localizan las capitales provinciales 2008. 2008 -2,0 700 -3,0 600 -4,0 500 -5,0 millones de pesos Tasa por 1000 habitantes -1,0 -6,0 -7,0 -8,0 400 300 200 100 Las Tunas Granma Holguín Santiago de Cuba 0 Guantánamo 2002 Las Tunas Granma 2003 2004 2005 Holguín Santiago de Cuba 2006 2007 2008 Guantánamo Fuente: Anuario Estadístico territorial Cuba 2008, ONE, 2009. Fig.18 Saldo migratorio interno de las provincias orientales 20002008. Fuente: Panorama Territrorial Cuba 2008, ONE, 2009. Fig. 21 Inversiones en las provincias orientales 2002-2008. - 157 - Luisa Íñiguez Rojas GRANMA HOLGUÍN LAS TUNAS Holguín: 563,32 Santiago de Cuba: 243,10 GUANTÁNAMO Guantánamo: 239,19 SANTIAGO DE CUBA Las Tunas: 218,33 Granma: 205,83 Fuente: Panorama Territrorial Cuba 2008. ONE 2009 Fig. 22 Inversiones per cápita (en pesos) en las provincias orientales. Pesos per cápita 16 a 181 306 a 560 200 a 250 1 178 a 4 424 Fuente. Anuario Estadístico Territorial 2008, ONE, 2009. Fig. 23 Inversiones per cápita en los municipios de las provincias orientales 2008. Miles de pesos 4 000 000 3 500 000 3 000 000 2 500 000 2 000 000 1 500 000 1 000 000 500 000 Holguín Santiago de Cuba Granma Las Tunas 0 Guantánamo inversiones de Granma, Santiago de Cuba con el 77 % y Guantánamo con el 66 %. Constituye una excepción, el municipio de Holguín donde se localizó menos del 40 % de las inversiones, valor similar al obtenido por el municipio Moa. En el municipio Las Tunas se concentra el 78,5 % de las inversiones de la provincia para el año 2008. Las inversiones per cápita provinciales en el 2008, muestran valores similares interprovinciales, de entre 200 y 250 pesos per cápita a excepción de Holguín con poco más de 500 pesos (Fig. 22). Como se aprecia en el mapa, la mayoría de los municipios registran menos de 200 pesos per cápita, mientras en el rango en que se encuentran la mayoría de las provincias (entre 200 y 250 pesos), solo aparece el municipio de Imías en la provincia de Guantánamo (Fig. 23). Poseen las mayores inversiones per cápita, las capitales provinciales y los municipios beneficiados por la localización de nuevos actores económicos, implicados en el desarrollo minero-metalúrgico, así como el municipio Niceto Pérez, vecino de la provincia de Guantánamo con una función económica predominante agrícola. Con el 30 % de los trabajadores promedio del país, en el 2008 la producción mercantil en las provincias de la parte oriental representaba el 18 % del total nacional, con distancias interprovinciales que muestran a Guantánamo y Las Tunas con los menores valores, más elevados y muy próximos en las provincias de Granma y Santiago de Cuba, y la provincia de Holguín bien distantes del resto (Fig. 24). El promedio de trabajadores en el período 2001-2008 exhibe incrementos discretos con valores similares a las provincias de Las Tunas y Guantánamo, y en Granma y Holguín; mientras Santiago de Cuba presenta el más elevado número medio de trabajadores por año. A propósito, llama la atención que el porcentaje de población en edad laboral es muy homogéneo, alrededor del 60 % para todas las provincias, con diferencias en el 2008, de menos de un 2 %. La evolución de la estructura del nivel educacional de la población trabajadora 2001-2008, muestra disminución en el porcentaje de los trabajadores con nivel primario terminado o no, de aproximadamente un 10 % (sólo Santiago de Cuba está por debajo del porcentaje medio del país). Coherente con ello, los trabajadores con nivel medio superior y superior se incrementa en todas las provincias, aunque solo Santiago de Cuba se destaca por encima de Fuente. Anuario Estadístico Territorial 2008, ONE, 2009. Fig. 24 Producción mercantil de las provincias orientales 2008. - 158 - El oriente cubano. Entre rezagos y avances la media del país y próxima a esta. Las Tunas y Guantánamo (Fig. 25) son, precisamente, las que presentan los más bajos valores de la productividad del trabajo, calculada sobre la base de la producción mercantil. A excepción de la provincia de Holguín, en el resto se obtienen las más bajas productividades entre las provincias del país. Entre el 2002 y el 2008, se amplía la brecha que separa la productividad del trabajo de Holguín de las demás provincias orientales, que por el contrario, tienen un comportamiento relativamente homogéneo, con incrementos que apenas superan los 100 pesos (Fig. 26). El sector que decide la productividad en la provincia es el de explotación de minas y canteras, asociado a la producción del polo minero-metalúrgico del nordeste de oriente; en el resto de los sectores la productividad se mantiene estable a excepción de la manufacturera con un mantenido y discreto incremento relativo. Por otra parte, en la provincia de Guantánamo, la de más baja productividad, los sectores también manifiestan un comportamiento estable a excepción de incrementos en el sector de industrias manufactureras y de electricidad, gas y agua, con un descenso notable en el sector de explotación de minas y canteras, probablemente, asociado a la extracción de sal. ¿Atraso o avances del oriente del país? Posibilismo versus determinismo geográfico Un componente difícil de dimensionar, pero que con toda probabilidad ha participado en la trama de sus retrasos, es la insuficiente disponibilidad de recursos financieros y laborales en general, y en particular, de los recursos técnicos para asumir la dirección del desarrollo productivo. 75 70 65 60 55 50 45 40 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Las Tunas Granma Guantánamo Holguín Santiago de Cuba Cuba Fuente. Anuario Estadístico Territorial 2008, ONE, 2009. Fig. 25 Trabajadores de las provincias orientales con nivel medio y medio superior. 18 000 Miles de pesos por trabajador 16 000 Variadas tramas de causas en el tiempo explican las distancias económicas y sociales entre el oriente y el resto del país. Sin aceptar la teoría del determinismo geográfico, no es posible dejar de considerar las condicionantes de su geografía física y humana. Oriente fue antes de 1959, la más rica y la más pobre región del país, la que ofrecía las mayores ventajas y las menores restricciones para hacer sus territorios productivos, a costa de un desarrollo desigual económico territorial y en especial, social. Las políticas del gobierno cubano a partir de 1959, consiguieron reducir la pobreza de su población y acercar indicadores sociales de esta provincia y con posterioridad de sus cinco provincias, a los del resto del país; no obstante, las revoluciones económicas, sociales y espaciales en este territorio enfrentaron más amplias restricciones que en otros. 14 000 12 000 8 000 6 000 4 000 2 000 0 2002 2003 2004 2005 2006 Las Tunas Granma Holguín Santiago de Cuba 2007 2008 Guantánamo Fuente: Anuario Estadístico Territorial 2008. ONE, 2009 (Calculado sobre la producción mercantil) Fig. 26 Productividad del trabajo en las provincias orientales (2002-2008). - 159 - Luisa Íñiguez Rojas La escasa posibilidad de irradiación de las ventajas de localización de los actores económicos nuevos o reanimados desde mediados de la década del 90, marcan hasta la actualidad, una disparidad en varios indicadores económicos y demográficos analizados, como la distribución de inversiones, o los saldos migratorios, sin contar con efectos no cuantificables pero visibles, de incremento de la heterogeneidad espacial de dimensiones de vida, aún dentro de provincias como Holguín e incluso al interior de sus municipios. Las iniciativas de desarrollo territorial en el oriente asumen la elevada heterogeneidad interna de la distribución de sus recursos naturales y humanos. En la geografía de sus provincias se alternan extensas montañas y extensas llanuras, intensas lluvias e intensas sequías, abundantes recursos hídricos en algunas llanuras y montañas, y escasez casi total en otras. A lo que se une, la mayor concentración de población en ciudades grandes del país y el porcentaje más alto de población en asentamientos rurales; las plantaciones de caña y la producción azucarera que la acompañó desde su apertura económica, con la explotación de yacimientos minerales de significado mundial de un lado, y de otro, el implacable factor “precio” de ambos en el mercado internacional. Y, asimismo, entre una parte de su población que permanece y se reproduce según sus referenciales de vida, con elevado sentido de pertenencia e identidad y otra, que con esos mismos sentimientos, abandona este territorio, con o sin condiciones para ser acogidos en otros, en espera de mejorar sus vidas. El Plan Especial de apoyo económico a organismos de las provincias orientales implementado por el Ministerio de Economía y Planificación, u otro tipo de ayuda o subvención, tal vez ni a corto ni a mediano plazo podrá ser eliminado para algunos de sus municipios más deprimidos. En consonancia, la colaboración internacional en la última década direccionada con prioridad hacia estas provincias, y que actúa en más de la mitad de sus municipios, probablemente continuará. Otra posibilidad menos destacada y complementaria estaría en, fortalecer la práctica de la horizontalidad espacial, entendida como apoyo y cooperación intra e interterritorial, en la que, entre municipios, asentamientos y, otras estructuras productivas más o menos favorecidas por sus recursos naturales, infraestructurales y hu- manos, vecinos o no, se fomente la complementariedad y se formen agregados territoriales que favorezcan la cohesión y la solidaridad territorial. Repensar el oriente del país exige ir más allá de los límites municipales o provinciales, que como se conoce son recortes territoriales que pueden cambiar, ampliarse, reducirse en área o hasta desparecer para integrarse a otro vecino, y transitar escalas, de forma que se ascienda en algunos casos hasta la escala supranacional, para de nuevo descender al lugar, a los asentamientos poblacionales. Mirar al interior de los municipios y hacia fuera de ellos, procurando identificar posibles regiones geográficas y económicas, ahora con o sin contigüidad, que incluso pueden atravesar las actuales fronteras provinciales. Agregar y no pulverizar acciones, y nunca menospreciar la presencia de múltiples condicionantes históricos y recientes, atrapados en la memoria de sus espacios geográficos, porque están en ellos las fuerzas inquietas o tranquilas que deben levantarse para conseguir avances económicos necesarios, sin lastimar los logros alcanzados en el ámbito social. En el futuro del oriente del país podemos imaginar a la gran llanura del Cauto recuperada con predominio de una organización espacial de elevada productividad ganadera y arrocera; el oeste de la actual provincia de Holguín rescatando su condición de granero del país; reanimadas las áreas cañeras y diversificada y modernizada la economía azucarera en sus llanuras; sus montañas y premontañas convertidas en fuertes regiones cafetaleras o cacaoteras, y con un potente desarrollo de industrias procesadoras asociado a ellas. Visualizaríamos también la reducción de los saldos migratorios negativos y, la estabilización de la población, el incremento de la producción, de la productividad, y el mantenimiento de la calidad de la cobertura de servicios básicos, y muchos más componentes de escenarios de avances, que deberán evitar a toda costa los retrocesos. Tal vez sea esta región la más atrasada de Cuba, como de forma comparativa se señala al sur de Italia, de los Estados Unidos de América y de España, o el norte de Argentina o el nordeste de Brasil; pero de lo que estoy segura es que la parte oriental sufrió, crudamente, los resultados del desarrollo desigual capitalista, cuyas honduras no podían rellenarse en cincuenta años, y, que en su situación social actual no es posible descontar errores en la planificación - 160 - El oriente cubano. Entre rezagos y avances económica del territorio, e incluso deterioros ambientales resultantes de ellos, ni tal vez, la insuficiente atención que se le prestó en esta parte del país a barreras más subjetivas o menos tangibles, que exigían programas o proyectos más detallados que redujeran las diferencias entre intenciones, acciones y resultados. Oriente sin determinismo geográfico ha de anclarse en el posibilismo que aportan sus recursos naturales y humanos para ser de nuevo un territorio rico, productivo; pero esta vez interesado en el progreso social que se ha alcanzado, para aproximarse al verdadero desarrollo a escala humana y territorial. Bibliografía Bermúdez, M. E., J. L. Gerhartz, N. H. Quintana, C. M. Mendoza and P. M. Roig: “Esquema Nacional de Ordenamiento Territorial. Vulnerabilidad de la población en los territorios antes los procesos de cambio”, IPF, Ciudad de La Habana, 1997, 27 pp. Castellanos, R. R., M.C. P., T. M. Medina Abreu y B. J. Martínez: Reestructuración de la Agroindustria Azucarera. Síntesis Nacional del “Estudios Territorial de Apoyo al Programa Estratégico de la Agroindustria Azucarera, IPF, La Habana, 2003. CEDEM: La población de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1976. 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