Desarrollo del proyecto: OFERTA 30·OUS 2,50 € Esto empezó siendo un proyecto en imágenes sobre la diversidad tipográfica de las calles del barrio de Collblanc en Hospitalet del Llobregat, mi barrio. Se titulaba BlanCH debido a la fotografía de un cartel de un viejo aparcamiento que acabé desechando. En un primer momento estaba encallado en un propósito puramente formal, quería recortar fotografías y relacionar distintas tipografías entre sí bajo el pretexto de explicar el barrio, aunque respondía más bien a fines estéticos. Tardé en darme cuenta de que me estaba quedando con lo superfluo, este proyecto podía dar más de sí lejos de lo anecdótico de un puñado de tipografías. He seleccionado diez fotografías en las que la tipografía, bien sea en forma de cartel, rótulo, señal o grafiti, se relaciona con su entorno inmediato dejando al trasluz matices que describen en menor o mayor grado como es el barrio y la vida de sus residentes. Finalmente he decidido titular el proyecto como “OFERTA 30·OUS 2,50 €” a razón de la fotografía que abre la selección. Al final del dossier hago una reseña de la fotografía en cuestión. En la fase embrionaria del proyecto mi referente era el trabajo de America Sánchez con Barcelona Gráfica pero de cara al proyecto final me he fijado muy mucho en las cosas que hace Wim Wenders, en especial en el libro Written in the West. En el siguiente enlace pueden verse algunas de las fotografías de dicho libro. http://www.wim-wenders.com/art/written_in_the_west.htm En la siguiente página adjunto la reseña al artículo de Fontcuberta Reseña de Por un manifiesto Postfotográfico, de Joan Fontcuberta El artículo de Fontcuberta resulta muy interesante a varios niveles. Para algunos que barajamos la posibilidad de dedicarnos profesionalmente al medio nos plantea un panorama absolutamente desolador. A pesar de esto el discurso es completamente racional. Es curioso que el autor, fotógrafo de profesión, no se aferre como muchos otros al ideal de que la fotografía profesional está reservada al fotógrafo. ¿Es tal vez el caso de los pizzeros hongkoneses un anticipo a lo que pueda pasar aquí? Fontcuberta no duda en señalar que sí, y va más allá; afirma que vivimos en un momento en que la urgencia prima ante la calidad de la imagen. Estamos sumergidos en un mundo saturado de imágenes, en gran parte gracias a la proliferación de dispositivos fotográficos y a la inmediatez de lo digital. Le cito textualmente: “…vivimos en la imagen, y la imagen nos vive y nos hace vivir” y “Hoy todos producimos imágenes espontáneamente como una forma natural de relacionarnos con los demás, la postfotografía se erige en un nuevo lenguaje universal”. Apunta que la postfotografía no es más que la fotografía adaptada a nuestra vida on-line. Además de hablar del presente de la fotografía se aventura a hablar de un futuro próximo. Nos presenta caminos aún por explorar como la captación de imágenes a partir del pensamiento humano. Si esto se hace tangible algún día será apasionante ver por qué derroteros nos lleva y que recorrido puede llegar a tener. El Decálogo postfotográfico que plantea el artículo se puede tomar más o menos en serio pero es valiente y propone una identidad y una postura acorde con la actualidad. Como apunte quiero citar un libro que medita también sobre el pasado y el presente de la fotografía que viene bastante a colación con el artículo. Se trata de un librito de apenas cien hojas titulado: Breve historia de la imagen de Michel Melot (Ediciones Siruela, 2010), quien durante años fue director del departamento de estampas y fotografías de la Biblioteca Nacional de Francia además del director de la Biblioteca Pública de Información del centro Pompidou. David Soriano, B4