COMISIÓN EUROPEA DG Mercado Interior INSTITUCIONES FINANCIERAS Seguros MARKT/2056/01–ES Orig. FR Bruselas, 12 de junio de 2001 MARKT/C2/OF D (2001) NOTA A LA ATENCIÓN DEL SUBCOMITÉ DE SOLVENCIA Objeto : Normas bancarias y pertinencia de su adaptación al sector de los seguros Esta nota se inscribe en el proyecto "solvencia 2". Corresponde al trabajo mencionado al apartado 2. 3. de la nota que tiene como referencia MARKT/2027/01 ("Solvencia 2: presentación de los trabajos previstos", trabajo propuesto n°6: estudio del sistema cautelar bancario). Su objetivo consiste en: · presentar brevemente el proyecto de nuevo acuerdo de Basilea, que constituye una reforma importante del sistema cautelar bancario; · discutir de las posibilidades de adaptación al sector del seguro de los nuevos conceptos que introduce este proyecto. Con el fin de preparar el debate de estos temas en una próxima reunión del subcomité, se plantea una serie de preguntas en la tercera parte de la nota. Se agradecería una respuesta escrita de las delegaciones a esas preguntas antes del 1 de octubre de 2001, incluso si esa respuesta sólo corresponde a una reflexión preliminar de las delegaciones. En términos más generales, se invita a los miembros del subcomité de "solvencia" del Comité de Seguros a que comuniquen sus comentarios sobre esta nota o sobre el nuevo acuerdo de Basilea. http://europa.eu.int/comm/internal_market/ E-mail: [email protected] 1. EL NUEVO ACUERDO DE BASILEA: PRESENTACIÓN 1. En 1988, el Comité de Basilea, compuesto por representantes de los bancos centrales y autoridades de control bancarias de 12 países1, publicaba el Acuerdo de Basilea. Este acuerdo establece unas normas de capital mínimo para los bancos activos a nivel internacional. El objetivo de esta normativa, adoptada con posterioridad por más de 100 países, consistía, por una parte, en reforzar la solidez y la estabilidad del sistema bancario internacional y, por otra, en disminuir las fuentes de desigualdad competitiva del sector. 2. Este acuerdo ha sufrido a lo largo del tiempo modificaciones de distinta magnitud (en particular en 1996, con la revisión de los métodos de valoración "del riesgo de mercado"). En 1999, el Comité de Basilea inició un proceso de revisión más profunda, destinado a establecer un sistema cautelar más sensible a los riesgos, más flexible y que incite a una mejor gestión de los grupos bancarios. 3. Este proceso dio lugar en enero de 2001 a un proyecto2 de "Nuevo Acuerdo de Basilea", sometido a consulta hasta mayo de este año. Se espera que este proyecto sea adoptado hacia finales de año y que entre en aplicación en 2004. 4. El proyecto propuesto implica tres categorías de normas, llamadas los tres "pilares" del acuerdo, que son respectivamente: · · · Primer pilar: exigencias mínimas de fondos propios; Segundo pilar: proceso de vigilancia cautelar; Tercer pilar: medidas destinadas a favorecer la disciplina de mercado. 5. El primer pilar (exigencias mínimas de fondos propios) no constituye, en sí mismo, una novedad. Pero el proyecto de nuevo acuerdo introduce en este ámbito varios cambios: en el cálculo de las exigencias mínimas de fondos propios se tiene en cuenta un nuevo riesgo, el riesgo operativo. Por otra parte, los propios métodos de cálculo de los fondos propios mínimos dependerán, en la medida de lo posible, de las características propias de los bancos (y de la capacidad de éstos para modelarlos). 6. Más concretamente, las exigencias mínimas de fondos propios tienen en cuenta tres tipos de riesgos : · · · 1 2 el riesgo de crédito el riesgo de mercado el riesgo operativo Alemania, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza El "paquete" sometido a consulta comprende una nota explicativa (explanatory note), una presentación global del proyecto (overview), el proyecto de acuerdo propiamente dicho, así como 7 documentos adjuntos (supporting documentos) por los que se profundiza en temas particulares: el riesgo de crédito – enfoque estándar, el riesgo de crédito – modelos internos, la titulización, el riesgo operativo, los métodos de control (de las autoridades de control), el riesgo de tipo y la disciplina de mercado. 2 y, para cada uno de estos riesgos, el nuevo acuerdo propone uno o más enfoques estandarizados y uno o más enfoques basándose en los modelos internos bancos. 7. El riesgo de crédito : la exigencia de fondos propios que correspondan al riesgo de crédito se obtiene ponderando cada activo por un coeficiente consustancial al emisor o a una categoría de emisores. Para determinar estos coeficientes, el nuevo acuerdo de Basilea propone un enfoque estandarizado y dos enfoques basados en las notaciones internas establecidas por los bancos (una versión "básica" y una versión avanzada). En el primer enfoque, los coeficientes de ponderación se determinan a partir de las notaciones de organismos exteriores al banco3. En la versión básica del segundo enfoque, el banco proporciona su estimación de las probabilidades de fallo de los emisores y la autoridad de vigilancia determina, a partir de esas probabilidades, los coeficientes que deben aplicarse. En la versión avanzada, el banco está en condiciones de considerar todos los parámetros necesarios para el cálculo de los coeficientes (es decir, no sólo la probabilidad de fallo de un emisor sino también la pérdida probable en caso de fallo de ese emisor). En los enfoques basados en las notaciones internas, cabe resaltar la introducción de otra nueva idea: la de un ajuste4 para concentración de riesgo ante un grupo de prestatarios estrechamente vinculados. 8. El riesgo de mercado: este término corresponde a una exigencia suplementaria de capital introducida en 1996 para tener en cuenta el riesgo de variación de valor de los activos tenidos para operaciones a corto plazo (cartera de negociación, en inglés "trading book"), del riesgo de cambio y del riesgo debido a posiciones sobre materias primas. Esta exigencia de capital puede calcularse según un método estandarizado o según el modelo interno de la entidad de crédito. El periodo de cálculo de los riesgos es de 10 días. El nuevo acuerdo de Basilea no propone cambio en estos métodos. 9. El riesgo operativo corresponde al riesgo de pérdidas (directas o indirectas) resultante de una insuficiencia o de un fallo de procedimiento, de personas, de sistemas o de un acontecimiento exterior. El proyecto de Acuerdo propone tres pistas para calcular la necesidad de fondos propios correspondiente a este riesgo: un indicador de base único (aumento de un 20% de la exigencia de fondos propios debida a los otros riesgos), un enfoque estandarizado (en el que el cociente aplicable se determinará por categoría de actividad) o un enfoque basado en una medida interna del riesgo. El Comité de Basilea destaca la insuficiencia actual de los datos estadísticos sobre las pérdidas debidas a la realización del riesgo operativo, por lo que se propone proseguir sus trabajos antes de precisar las exigencias de fondos propios que corresponden al riesgo operativo. 3 4 Estos documentos están disponibles en el sitio Internet del BRI, en la siguiente dirección: www.bis.org/publ/index.htm. Este enfoque estandarizado está próximo al Acuerdo inicial de Basilea. El proyecto de nuevo acuerdo conserva el método general, modificando la clasificación de los emisores y dando a los bancos la posibilidad de recurrir a organismos de notación privados. El método de cálculo de este ajuste se fija en el Acuerdo de Basilea y no depende de los modelos internos utilizados. 3 10. Cabe resaltar que el riesgo de tipo de interés (para la cartera bancaria, frente a la cartera de negociación5) no se traduce en una exigencia cuantificada fondos propios, si bien es objeto de un control que forma parte del proceso de vigilancia cautelar (pilar 2). 11. El segundo pilar del nuevo acuerdo de Basilea establece principios de vigilancia cautelar. Estos principios son los siguientes: · · · · los bancos deben disponer de procedimientos de evaluación del nivel de sus fondos propios en función de su perfil de riesgo; deben tener una estrategia que les permite mantener el nivel de capital adecuado; los controladores deben juzgar la calidad de los procedimientos internos de valoración del nivel de los fondos propios y las estrategias que aplican los bancos (así como su capacidad para respetar los cocientes reglamentarios mínimos); los controladores deben poder exigir un nivel de capital superior a las exigencias mínimas del Acuerdo (bien para una entidad determinada, bien para el conjunto del mercado nacional); los controladores deben esforzarse en intervenir en una fase temprana para evitar que los fondos propios desciendan por debajo del nivel reglamentario; y si los fondos propios no se restablecen o mantienen por encima del nivel reglamentario, deben exigir la rápida aprobación de medidas correctoras. 12. Este segundo pilar6 del Acuerdo de Basilea es un complemento necesario del pilar n°1 (exigencias mínimas de fondos propios) por varias razones. En primer lugar, en el nuevo dispositivo, las numerosas posibilidades de recurrir a los modelos internos para calcular la necesidad de fondos propios implican la comprobación detallada, por parte de las autoridades de control, de las hipótesis y el fundamento de los modelos utilizados. En segundo lugar, el Comité de Basilea es consciente de que las exigencias de fondos propios que establece el pilar n° 1 pueden no reflejar completamente el perfil de riesgo de un establecimiento. Por último, la posesión de importantes fondos propios no puede eximir a una entidad de una gestión y un control adecuados de sus riesgos. 13. Así pues, en el nuevo acuerdo se considera que el seguimiento por la entidad de crédito del riesgo de tipo de interés para su cartera bancaria, y el control de ese seguimiento por la autoridad de control forma parte del 2º pilar. 14. El proyecto de acuerdo no pretende armonizar los distintos métodos o tradiciones de control. No obstante, el objetivo de este segundo pilar consiste en favorecer un diálogo más activo entre bancos y autoridades de control, destacándose la importancia de los controles in situ ("on-site examinations") en el proceso de vigilancia cautelar. El acuerdo prevé también algunas medidas destinadas a favorecer la transparencia y la responsabilidad de las autoridades de control (publicación de los criterios utilizados para la valoración de los modelos internos, por ejemplo). 5 Para la cartera de negociación, el riesgo de tipo de interés forma parte del riesgo de mercado. 4 15. El tercer pilar del nuevo acuerdo de Basilea tiene por objetivo reforzar la disciplina de mercado estableciendo normas de publicación de la información. El dispositivo establecido por el proyecto de Acuerdo incluye tanto exigencias de publicación como "fuertes recomendaciones". Cuando el Comité de Basilea formula una exigencia, se trata de una condición sine qua non para la utilización de los modelos internos. Por lo demás, el Comité de Basilea utiliza el término de "fuerte recomendación", para tener en cuenta que algunas autoridades de control bancarias no pueden dictar normas en este ámbito. 16. El proyecto de acuerdo hace también la distinción entre las informaciones esenciales, que se exigen (o recomiendan) a todos los bancos, y las informaciones adicionales, cuya publicación se recomienda a los bancos cuyas herramientas de medida y gestión de riesgos son más sofisticadas. 17. El proyecto de acuerdo define los grandes ámbitos a los que se refieren sus recomendaciones de publicación: · · · · empresas del grupo tenidas en cuenta, composición de los fondos propios, exposición a los riesgos y procedimiento de gestión, adecuación del capital. 18. El proyecto indica también los criterios de valoración de la pertinencia de una información, enumera las informaciones "recomendadas" sugiriendo estados modelos (anejos al acuerdo) y precisa la frecuencia de publicación deseada (semestral). 2. DEBATE 19. El nuevo acuerdo de Basilea, al igual que el acuerdo inicial, pretende, en la medida de lo posible, adaptarse a las realidades del sector bancario: esta es la razón por la que una lectura, incluso superficial, de este acuerdo, pone de manifiesto en primer lugar las diferencias importantes existentes entre el sector bancario y el sector de los seguros7. Aparte del "nuevo" riesgo operativo, los riesgos que tiene en cuenta el sistema cautelar bancario son fundamentalmente riesgos de activos y no existe, por ejemplo, ningún equivalente a riesgos "clásicos" en el sector de los seguros como el riesgo subprovisión, el riesgo vinculado a la política de suscripción o el riesgo vinculado al reaseguro... 6 Para más detalles, véase el "documento de apoyo" del Comité de Basilea ("supporting document") dedicado especialmente a la descripción del segundo pilar. Las diferencias entre los riesgos del sector de los seguro y de la Banca se destacan también en el proyecto de informe del Grupo de Trabajo n° 3 del Foro Conjunto "Risk Management and Capital" (JF/01/05) y en el informe provisional de KPMG sobre los "mecanismos de evaluación de la situación financiera global de las compañías de seguros". 7 5 20. La diferencia entre los dos sistemas cautelares va más lejos, ya que su mismo objetivo es diferente. El objetivo cautelar del acuerdo de Basilea8 consiste en reforzar la solidez y la estabilidad del sistema bancario internacional. Desde este punto de vista, el acuerdo de Basilea inicial, así como el proyecto de nuevo acuerdo, afecta sobre todo a los bancos activos a nivel internacional. Por otra parte, el proyecto de nuevo acuerdo, concede un lugar importante a los mecanismos autorreguladores de un mercado cuyos protagonistas son dependientes uno de otros. En el ámbito de los seguros, el control cautelar está justificado por la protección de los asegurados9 contra el riesgo de quiebra (aislada) de cada compañía de seguros. El riesgo sistémico, suponiendo que exista en el sector de los seguros, no se ha considerado suficientemente preocupante para justificar una armonización mínima de los sistemas de vigilancia cautelar a nivel internacional; tampoco ha sido el motor de la armonización europea en este ámbito. 21. Conviene pues tener presente estas diferencias fundamentales, tanto sobre los riesgos que deben tenerse en cuenta como sobre los objetivos de los sistemas cautelares. El proyecto de nuevo acuerdo de Basilea puede, no obstante, proporcionar ideas o conceptos útiles al proyecto solvencia 2. En efecto, este proyecto es fruto de la reflexión profunda del mundo bancario enfrentado a un problema similar al nuestro: ¿cómo hacer evolucionar un sistema relativamente simple, para adaptarlo más a los riesgos reales de las empresas y fomentar, por su flexibilidad, una mejor gestión interna de los riesgos? Resulta, pues, interesante examinar las opciones elegidas en este proyecto de nuevo acuerdo. 22. Hagamos, antes de abordar más concretamente cada una de los tres "pilares" del acuerdo, dos observaciones preliminares. 23. Todo indica claramente que, en el nuevo acuerdo, el sistema cautelar bancario no puede reducirse al cálculo de una o varias necesidades de fondos propios mínimos. A cada riesgo identificable no puede corresponder siempre una necesidad de margen y por eso, el nuevo acuerdo, junto al primero "pilar" tradicional de exigencia de fondos propios, prevé otros dos pilares: los riesgos deben ser administrados por los bancos, debiendo esa gestión ser supervisada por las autoridades de control (segundo pilar) y, como seguridad suplementaria, el mercado debe poder juzgar y, en su caso, sancionar, la calidad de esa gestión de los riesgos (tercer pilar). El ejemplo más claro de esta nueva presentación del sistema cautelar bancario es el del riesgo de tipo de interés, para el cual no se determina necesidad alguna de margen pero que es objeto de vigilancia específica, de conformidad con el "segundo pilar". 8 Véase la introducción al Acuerdo de Basilea de 1988 (disponible en el sitio Internet anteriormente indicado). Los dos objetivos fundamentales citados en esta introducción consisten, en primer lugar, en reforzar la solidez y la estabilidad del sistema bancario internacional y, en segundo lugar, en crear las condiciones de una competencia más sana. Naturalmente, se ha querido también crear unas condiciones de competencia más sanas en las directivas sobre seguros, pero aquí sólo se habla de los objetivos "cautelares". Véase, para la Unión Europea, los considerandos de las primeras directivas y de la Directiva 98/78/CE (grupos de seguros). 9 6 24. Este nuevo enfoque no es ajeno al marco cautelar europeo de los seguros: siguiendo las recomendaciones del informe Müller, la propuesta de Directiva "Solvencia 1" en particular reforzó los poderes de las autoridades de control, cuya acción se considera el complemento necesario de las reglas de mínimo de margen. Este enfoque contrasta en cambio con los sistemas cautelares de tipo Risk-Based Capital (sin embargo inspirados en parte en modelos bancarios) que dan la impresión de querer integrar en una sola necesidad de margen el conjunto de riesgos que pesan sobre una compañía de seguros y que supeditan la acción de las autoridades de control al cruce a la baja de ciertos límites máximos de capitalización. 25. La segunda observación es que los redactores del nuevo acuerdo no han tenido miedo de establecer un sistema complejo. Ya el método de cálculo de la exigencia de margen del primer acuerdo de Basilea podía parecer más complejo que el cálculo del mínimo de margen europeo en el sector de los seguros. Pero el nuevo acuerdo va mucho más lejos en la complejidad, tanto al refinar los métodos de cálculo como al abrir para cada tipo de riesgo cuantificado (riesgo de crédito, riesgo de mercado, riesgo operativo) varias opciones, de complejidad creciente. 2.1. Primer pilar 26. Examinemos brevemente dos cuestiones. ¿Puede el sistema bancario servir de fuente de inspiración para : · · los métodos de "cuantificación" de los riesgos? el recurso a los modelos internos de las empresas? 2.1.1. Riesgos 27. Por lo que se refiere al riesgo de crédito, el nuevo acuerdo de Basilea aporta probablemente pocas ideas nuevas que puedan transponerse a los seguros. El principio de ponderación de las líneas de activos con una probabilidad de fallo existía ya en el primer acuerdo de Basilea. Dicho principio sirvió de inspiración para la cuantificación del riesgo de colocación por el RBC americano. Si bien parece interesante discutir sobre la introducción de una necesidad de margen vinculado al riesgo de activo según este método, quizá sea más útil discutir de ello sobre la base del RBC, sistema ya adaptado a los seguros, que sobre la base del nuevo acuerdo de Basilea. En efecto, el proyecto bancario propone un refinamiento de los métodos de cuantificación que supera ampliamente las preocupaciones de las sociedades de seguros. En principio, las empresas de seguros se preocupan de colocar sus fondos en inversiones poco aventuradas y diversificadas: no tienen una actividad de "prestamista" comparable a la de los bancos y, por lo tanto, no llevan a cabo un análisis interno tan desarrollado del riesgo de fallo de sus contrapartes. Recordemos también que las normas de diversificación por emisor de las directivas sobre seguros limitan las consecuencias del riesgo de contraparte y, por consiguiente, el interés por desarrollar modelos muy sofisticados en este ámbito. 7 28. Cabe, no obstante, mencionar, entre las novedades introducidas en el proyecto de acuerdo, el "ajuste de granulosidad" destinado a tener en cuenta la correlación de los riesgos de contrapartida, cuando las contrapartes están estrechamente vinculadas. Si el método de cálculo de este ajuste parece relativamente complejo, la idea subyacente – tener en cuenta la concentración de las inversiones en un mismo grupo – merece también discutirse en relación con los seguros, ya que actualmente las directivas no dicen nada sobre el tema. 29. El riesgo de mercado, tal como lo define el acuerdo de Basilea es un riesgo consustancial a la actividad bancaria, puesto que sólo se refiere a la cartera de negociación, que no tiene equivalente en el sector de los seguros. El riesgo de variación de valor de los activos que se poseen a largo plazo, que existe también en el sector de los seguros, no es objeto de un cálculo de exigencia de margen. Así ocurre, en particular, con el riesgo que implican para la cartera de activos bancarios las variaciones de tipo de interés. Al no haber podido poner a punto un método satisfactorio y admitido por todos para el cálculo de una necesidad de margen, los redactores del nuevo acuerdo de Basilea decidieron establecer principios10 de gestión y vigilancia de este riesgo, que se inscribe pues en el 2º pilar (proceso de vigilancia cautelar). 30. El riesgo de variación de los tipos de interés (y, en general, el riesgo de variación de los mercados) existe en el sector de los seguros. Puede ser de una importancia particular en el sector de los seguros de vida para los productos en los que se dan determinadas garantías de rendimiento mínimo en períodos largos (a veces, con posibilidades de recompra). En este ámbito, por ejemplo, el planteamiento equivalente del acuerdo de Basilea consistiría en establecer principios de sana gestión activo-pasivo para una compañía de seguros y en dar poderes a las autoridades de control para juzgar la calidad efectiva de la gestión activo/pasivo de las empresas, exigir, en su caso, la reducción de los riesgos que se corren o la posesión de capital suplementario. 31. El riesgo operativo es una novedad del nuevo acuerdo de Basilea y la reflexión sobre los métodos que permiten hacer que una necesidad de fondos propios corresponda con ese riesgo parece estar sólo en sus inicios. La "cuantificación" de este riesgo tropieza con un evidente problema de estadística (observaciones insuficientes y dificultad de contabilizar las manifestaciones del "riesgo operativo"). Poco, pues, puede tomarse actualmente de este aspecto del acuerdo de Basilea, si no es la idea que motivó la introducción de este nuevo riesgo: en efecto, el hecho de haber afinado el enfoque de los riesgos explícitamente definidos (riesgo de crédito, riesgo de mercado), ha dado lugar a una exigencia de margen menor que la antigua exigencia de margen, más global. Era pues necesario reintroducir explícitamente una necesidad de margen para los otros riesgos, antes incluidos implícitamente en el cálculo más "global". 10 Hay un documento de apoyo dedicado a estos principios. 8 32. Hasta ahora, en el sector de los seguros, parece que el riesgo operativo nunca ha sido estudiado como tal, aisladamente. Es necesario recordar, al hilo del informe Müller, que el riesgo operativo no es independiente de los otros riesgos, definidos tradicionalmente en el sector de los seguros: "El riesgo de gestión11 puede constituir la causa principal de los riesgos técnicos y riesgos de colocación, o contribuir a la agravación de esos riesgos". Por consiguiente, la introducción de un "riesgo operativo" no es cosa fácil puesto que es necesario tener en cuenta su correlación con los demás riesgos. 33. No obstante, a semejanza del nuevo acuerdo de Basilea, si bien las opciones elegidas en el proyecto "solvencia 2" dan lugar a un enfoque extremadamente preciso de una lista restrictiva de riesgos, el estudio de una necesidad de margen adicional, para "riesgo operativo", es seguramente inevitable. Por ejemplo, si se pretende reflejar aún más, en las exigencias de margen, el fenómeno de mutualización de los riesgos, es necesario reconocer paralelamente el riesgo operativo, que escapa al fenómeno de mutualización. 2.1.2. Modelos internos 34. Si bien no es una novedad12 en realidad, el centro del nuevo proyecto bancario parece ser el recurso a los modelos internos de las empresas. En efecto, la preocupación manifiesta de los redactores del nuevo acuerdo era basar las exigencias de fondos propios en una cuantificación de los riesgos lo más más adaptada posible al perfil de cada empresa, y la solución que aportaron al problema fue el recurso a los modelos internos de los bancos. Como contrapartida a ese poder otorgado a los bancos de influir en las exigencias reglamentarias de margen, el segundo y tercer pilares vienen a reforzar los poderes de control y de regulación de las autoridades de control, por una parte, y del mercado, por otra. 35. El enfoque bancario puede alimentar la reflexión sobre la utilización de los modelos internos con fines cautelares en el sector de los seguros. Aquí nos limitamos a exponer las primeras observaciones surgidas de la lectura del proyecto de acuerdo de Basilea. 11 El informe Müller utiliza el término de "riesgo de gestión" (managementrisiko) y agrupa bajo este término "los riesgos a los que se expone una compañía de seguros a causa de una gestión incompetente o dolosa". El recurso a los modelos internos se había ya introducido con el "riesgo de mercado" (1996). 12 9 36. La introducción de los modelos internos de las empresas se hace en el marco del análisis de los riesgos al parecer comúnmente aceptado: la división en tres (riesgo de crédito, riesgo de mercado, riesgo operativo) de la necesidad de margen es una referencia común, que no puede ponerse en entredicho. Un banco no puede proponer como alternativa un análisis global de sus riesgos que no se base en la cuantificación individual de estos tres riesgos. En el sector de los seguros, donde el desarrollo de los modelos internos está sin duda menos avanzado y donde, sobre todo, este desarrollo no se ha hecho en un marco de análisis común del sector, no está claro que los modelos internos de análisis de riesgo de los grandes grupos se parezcan todos. La búsqueda de puntos comunes a estos modelos o, por el contrario, la posibilidad conceder a las compañías de seguros una latitud mayor aún que la de los bancos en la definición de sus modelos son, pues, temas que deben estudiarse prioritariamente. 37. La introducción de los modelos internos debe ir acompañada de un refuerzo del control cautelar, tanto desde el punto de vista de los poderes (es el segundo pilar del Acuerdo) como desde el de los medios: El Comité de Basilea destaca que las autoridades de control tendrán probablemente que reforzar y redistribuir sus recursos para garantizar la verificación de los modelos internos. Será interesante observar la instauración del control de los modelos internos por las autoridades de control bancarias con el fin de delimitar mejor: · · la posible existencia de dificultades para ejercer, en la práctica, el control de los modelos internos; el coste suplementario de este control para las autoridades de control. 38. En este ámbito, las delegaciones de los Estados miembros – en contacto con sus colegas encargados del control bancario - aportarán sin duda, a corto o medio plazo, la parte fundamental de la información. Según nuestras primeras informaciones, parece que la posibilidad de recurrir a los modelos internos para el riesgo de crédito será utilizada por un número de bancos claramente superior al de los bancos que ya utilizaban un modelo interno para evaluar su riesgo de mercado. Por otra parte, los modelos de riesgo de crédito parecen más variados que los modelos de riesgo de mercado, lo que no facilita la puesta a punto de procedimientos de validación. Algunas autoridades de control parecen prever sensibles aumentos de personal para hacer frente a esta nueva misión. 39. En último caso, la introducción de los modelos internos va a implicar una mayor necesidad de transparencia, con el fin de evitar desigualdades de trato entre bancos. Esta necesidad de transparencia afecta en primer lugar a los propios bancos, por cuanto utilizan modelos internos para calcular sus exigencias de margen: se les pide la publicación de una serie de informaciones detalladas (es una parte del "3º pilar"). Este principio debería también adoptarse en el sector del seguro en caso de que se introdujera la posibilidad de recurrir a los modelos internos. Cabe, no obstante, observar que la cuestión del grado de "estandarización" de los modelos existentes se plantea de nuevo cuando se trata de definir la información que debe publicarse: el nuevo acuerdo de Basilea puede enumerar con precisión las exigencias de información ya que el contexto en el que los pueden utilizarse modelos internos (riesgo de crédito, probabilidades de fallo, riesgo de mercado...) está definido de manera bastante estricta. 10 40. La exigencia de transparencia se aplica también a las autoridades de control encargadas validar los modelos internos. Sobre este último punto, el acuerdo de Basilea es bastante sucinto, enumerando, sin discutirlas realmente, algunas medidas de publicidad de la acción de las autoridades de control. 2.2. Segundo pilar 41. En el nuevo acuerdo de Basilea, con la creación de un "segundo pilar", se hace innegablemente hincapié en el "proceso de vigilancia cautelar", complemento necesario para las exigencias de fondo propios del primer pilar (y para la disciplina de mercado – 3º pilar). 42. El proceso de vigilancia cautelar es naturalmente un concepto que tiene su equivalente en el ámbito del seguro. Cabe incluso observar una cierta "convergencia" de las preocupaciones de las autoridades de control europeas del sector de los seguros y del Comité de Basilea. Así por ejemplo, el informe Müller llegaba a la conclusión de que era necesario reforzar los poderes de las autoridades de control, en particular los poderes de intervención precoz ante compañías de seguros que todavía satisfacen las exigencias de márgenes reglamentarios13. Esta idea ocupa también un lugar importante en el segundo pilar del nuevo acuerdo bancario. Sin embargo, el Comité de Basilea ha ido mucho más lejos, al formalizar el papel de las autoridades de control (tanto en términos de poderes como también de deberes). 43. Este planteamiento sistemático, que da lugar a la construcción de un segundo pilar, puede considerarse interesante por la claridad que aporta al dispositivo cautelar. Probablemente resulte indispensable si se introduce la posibilidad de que las empresas difinan sus exigencias de fondos propios a partir de sus modelos internos. 44. Los principios enunciados en el segundo pilar del acuerdo de Basilea son suficientemente generales como para servir de fuente de inspiración para definir un "proceso de vigilancia cautelar" en el sector de los seguros. Otra cuestión consiste en saber en qué forma (¿Directiva, protocolo entre autoridades de control?), podrían enunciarse esos principios a escala comunitaria. 13 Esta idea debería recogerse en las directivas con la conclusión del proyecto "solvencia 1". 11 2.3. Tercer pilar 45. El tercer pilar del acuerdo de Basilea titulado "disciplina de mercado" está en realidad dedicado a la información que los bancos deberían hacer pública. La relación entre estos principios de transparencia y la disciplina de mercado no se explica en el documento de apoyo sobre el tercer pilar sino en un documento previo del Comité de Basilea: « enhancing bank transparency14», de septiembre de 1998. La observación inicial de los redactores de este documento es la siguiente: cuanto mejor es la opinión que el mercado tiene de la calidad de la gestión de un banco y de los riesgos que toma, mejores serán las condiciones de las transacciones que este banco podrá realizar. Por ejemplo, podrá refinanciarse con un coste inferior. Los mecanismos de mercado incitan pues a los bancos a adoptar una gestión eficaz y prudente. Al aumentar las exigencias de publicación de la información, los autores de la normativa pretenden hacer funcionar esta "disciplina de mercado" de manera más racional. 46. En el ámbito de los seguros, el concepto de "disciplina de mercado" no incluye, según parece, el concepto de interdependencia entre compañías del mismo sector. En general, cuando se habla de disciplina de mercado en el sector del seguro, uno se refiere únicamente a los mecanismos de control que los accionistas pueden ejercer sobre las sociedades del sector15 que cotizan en Bolsa. 47. El mecanismo de autodisciplina del sector, que constituye la principal justificación del tercer pilar de Basilea, parece, pues, ausente - o al menos muy debilitado - en el sector del seguro. En efecto, las sociedades de seguro no dependen las unas de las otras como en el mercado bancario. La principal fuente de financiación de las sociedades de seguro son los asegurados, cuya mayoría no podría sacar beneficio alguno de la información pública para "vigilar" a su sociedad de seguro. Se puede generalizar al seguro la observación hecha en el documento bancario ya citado: "la información pública tiene probablemente una eficacia limitada para los bancos que dependen esencialmente de los depósitos de los particulares, puesto que los particulares no tienen probablemente la formación necesaria para controlar la situación de un banco por medio de la información que publica16 ". 48. Quizá algunas actividades sean más propicias a la aparición de una disciplina de mercado: el reaseguro (¿porque los reaseguradores son más dependientes los unos de los otros?), los grandes riesgos (¿porque los asegurados están en mejores condiciones para controlar la situación financiera de su asegurador?), algunas actividades próximas al ámbito bancario (¿seguro de productos derivados, crédito ?). Son preguntas en las que hay que profundizar, pero no se puede suponer, de manera general, que la disciplina de mercado puede tener un papel tan importante en sector de los seguros como en el sector bancario. 14 Disponible (versión inglesa) en el sitio Internet del BRI. Este el sentido que da al término "disciplina de mercado" el IAIS en su documento de trabajo "Draft guidance papers on public disclosure by insurers" de abril de 2001. ”Also, public disclosure may have limited effectiveness in relation to banks with heavy reliance on retail deposits, since retail depositors may lack the training to monitor a bank 's condition via its public disclosure”. 15 16 12 49. No obstante, incluso con una disciplina de mercado menos presente que en el sector bancario, pueden existir razones para favorecer la transparencia. En efecto, en el nuevo acuerdo de Basilea, la posibilidad de que las empresas utilicen modelos internos para calcular las exigencias reglamentarias, así como los poderes normativos más "discrecionales" otorgados a las autoridades de control deben tener como contrapartida una mayor exigencia de transparencia. Esta razón suplementaria justificaría, también en el caso del seguro, la introducción de normas más precisas en materia de información pública si se siguiera la opción elegida por el Comité de Basilea de recurrir a los modelos internos y reforzar los poderes de las autoridades de control. 50. A fin de concluir el debate sobre este tema, cabe mencionar algunos problemas17 observados por el Comité de Basilea en materia de información pública y que uno encuentra también en el sector del seguro: · · · · La información a disposición de las empresas (gestión de los riesgos, características de la clientela) puede constituir un factor de competitividad; la obligación de divulgar determinadas informaciones puede reducir considerablemente el interés de la empresa en invertir para obtener estas informaciones. La obligación de publicar determinadas informaciones puede empeorar la situación de empresas ya en dificultad (riesgo de retirada masiva en el caso de los bancos, que también puede existir en el sector del seguro de vida). La obligación de recoger informaciones que ya no están disponibles puede tener un coste no desdeñable. Es necesario coordinar las exigencias de informaciones públicas del sistema cautelar con las exigencias de información decretadas por las autoridades contables, con el fin de hacer más coherentes los distintos dispositivos de comunicación financiera. 3. PREGUNTAS A LAS DELEGACIONES 3.1. Preguntas sobre la primera parte (exposición del nuevo acuerdo). 51. ¿ Tienen las delegaciones preguntas que hacer acerca de la breve presentación del Nuevo Acuerdo de Basilea que se hace en esta nota ? ¿ Hay puntos que aclarar ? 52. ¿ Consideran las delegaciones que se ha omitido algún elementos importante en esta presentación ? ¿ Desean aportar informaciones complementarias o precisiones en algún punto de la presentación ? 53. ¿ Tienen las delegaciones algún comentario general que hacer sobre el proyecto de nuevo acuerdo de Basilea ? 17 Los tres primeros problemas se exponen en el documento "enhancing bank transparency", el último se expone en la Reseña del Nuevo Acuerdo de Basilea. 13 54. ¿ Tienen las delegaciones alguna información sobre la forma en que las autoridades de control bancarias nacionales prevén el nuevo acuerdo de Basilea, en particular: · · hay algún elemento importante de incertidumbre sobre las nuevas normas ? cómo se prevé la aplicación de los nuevos procedimientos de control (aumento de personal, formación...) ? 3.2. Preguntas sobre la segunda parte (pertinencia de la adaptación de algunos conceptos al control de los seguros). 55. ¿ Tienen las delegaciones algún comentario general que hacer sobre el interés de transponer algunos conceptos del nuevo acuerdo de Basilea al control cautelar del sector del seguro ? 56. ¿ Tienen las delegaciones algún comentario que formular sobre las diferencias, puestas de manifiesto en el principio de la segunda parte, entre los sectores de la Banca y el de los seguros (puntos 19 a 21)? 3.2.1. Primer pilar 57. Riesgo de crédito : según la presente nota, los métodos desarrollados por el nuevo acuerdo de Basilea para hacer corresponder una exigencia de capital con el riesgo de contraparte (riesgo de crédito) son demasiado sofisticados para servir de inspiración al sistema cautelar de seguro. Como el riesgo de contraparte no es el principal riesgo que asumen las sociedades de seguro, el proyecto "solvencia 2" podría limitarse a estudiar la posibilidad de definir un enfoque estandarizado de ese "riesgo" (por ejemplo, inspirado en el RBC). ¿ Comparten las delegaciones esta opinión ? 58. Riesgo de mercado : ¿ Comparten las delegaciones la opinión de que el enfoque del "riesgo de mercado" por las normas bancarias no puede transponerse al sector de los seguros? 59. Riesgo operativo : ¿ Consideran las delegaciones: · · · que sería útil definir un riesgo operativo en el sector de los seguros y hacerle corresponder una necesidad de fondo propios específica ? que existen ya datos y metodologías aplicables al sector de los seguros que permiten cuantificar una necesidad de fondos propios específicos del riesgo operativo ? que, por el contrario, conviene tener en cuenta implícitamente ese riesgo al examinar los demás riesgos ? 14 60. Modelos internos: La Comisión redactará posteriormente una nota18 sobre la posibilidad de hacer referencia a los modelos internos de las compañías de seguros, lo que permitirá establecer una comparación más precisa con la situación del sector bancario. La presentación sólo del proyecto bancario puede, no obstante, servir de puesta en marcha de la reflexión. Esta es la razón por la que se invita ya a las delegaciones a comunicar las cuestiones que, según ellas, plantearía la integración de los modelos internos en el sistema cautelar de seguros según un mecanismo inspirado en el proyecto bancario. 3.2.2. Segundo pilar 61. En los dos casos hipotéticos siguientes : · · el sistema cautelar de los seguros sigue basándose en normas cuantitativas estandarizadas (completadas con normas cualitativas); el sistema cautelar de los seguros hace referencia, como el sistema bancario, a modelos internos de las empresas; ¿ consideran las delegaciones que sería útil formalizar a escala de la Unión Europea los principios de un "proceso de vigilancia cautelar" tal como lo define el nuevo acuerdo de Basilea ? ¿ En qué forma ? ¿ Hasta qué punto ? 3.2.3. Tercer pilar 62. ¿ Comparten las delegaciones la opinión expresada en la nota de que uno de los mecanismos que permiten la disciplina de mercado en el sector bancario (i.e.: la interdependencia de los bancos) no existe en el sector de los seguros ? 63. ¿ Consideran las delegaciones que existe una cierta disciplina de mercado en el sector de los seguros (a nivel nacional o internacional) ? ¿ En qué mecanismo les parece que se basa esta disciplina ? 64. En cualquier caso, ¿ consideran las delegaciones que es necesario que la normativa cautelar fomente, o incluso prescriba, la publicación de una mayor cantidad de informaciones ? ¿ Por qué razones ? 65. ¿ Qué problemas pueden plantear unas mayores exigencias de información pública ? 18 Este trabajo está previsto en la nota MARKT/2027/01 ("presentación de los trabajos previstos") y fué aprobado en la última reunión del subcomité de "solvencia" del Comité de los Seguros. 15