Venta de inmueble sin autorizacion de la mujer. Vicio de nulidad

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Corte Suprema, 16/12/2010, 4312-2009
Tipo: Recurso de Casación en el Fondo Resultado: Rechazado
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Doctrina
En el régimen de sociedad conyugal –que es el régimen patrimonial normal de la familia,
que se forma entre los cónyuges por el solo hecho del matrimonio a falta de pacto en
contrario– le corresponde al marido, en su calidad de jefe de la misma, la administración
de los bienes sociales y los de su mujer, sujeto, no obstante, a las obligaciones y
limitaciones que le imponen la ley y las contraídas en las capitulaciones matrimoniales.
Entre aquellas restricciones, el marido no podrá gravar o enajenar voluntariamente ni
prometer gravar o enajenar los bienes sociales ni los derechos hereditarios de la mujer sin
la autorización de ésta, la cual deberá, ser específica y otorgada por escrito o por
escritura pública si el acto exigiere tal solemnidad o interviniendo expresa y directamente
en él (considerando 8º, sentencia Corte Suprema)
El artículo 1757 incisos 1º y 2º del Código Civil sanciona los actos jurídicos en que el
marido debió contar con la autorización de la mujer, prescindiendo de ella, con la nulidad
relativa de los actos jurídicos en que incidiere dicha omisión. Esta disposición guarda
consonancia con el concepto de nulidad relativa que se extrae de lo preceptuado en los
artículos 1681 y 1682 inciso final del Código precitado, de acuerdo a cuyos enunciados
esa especie de ineficacia jurídica se produce, entre otras hipótesis, cuando en la
celebración de determinados actos jurídicos se han omitido las formalidades exigidas por
la ley en atención al estado o calidad de las personas. Por lo expuesto, no incurren en
error de derecho los sentenciadores al determinar que el contrato de compraventa del
bien raíz de la sociedad conyugal celebrado entre el padre de la actora –vendedor– y la
demandada –compradora–, sin la autorización de su mujer, adolece de nulidad relativa
(considerandos 9º y 10º, sentencia Corte Suprema).
Rol Nº 2.600–2006. Corte Suprema, 16/12/2010, 4312-2009
Texto Sentencia Corte Suprema:
Santiago, dieciséis de diciembre de dos mil diez.
Vistos:
En estos autos Rol Nº 266–05, seguidos ante el Octavo Juzgado Civil de Santiago, en
procedimiento ordinario de nulidad de contrato, iniciado por demanda presentada por M.A.
en contra de S.O., por sentencia escrita a fojas 109 y siguientes, de fecha veintisiete de
enero de dos mil seis, se acogió la demanda y se declaró la nulidad absoluta del contrato
de compraventa celebrado entre don E.A. y doña S.O. con fecha 24 abril 1998 mediante
escritura pública otorgada la notaría de Santiago de don Jaime Moran de Orrego, inscrito
favor de la demandada a fojas 55.627 Nº 58.472 del Registro de Propiedad del año 1999
del Conservador de Bienes Raíces de Santiago, debiendo cancelarse la mencionada
inscripción.
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La parte demandada interpuso recursos de casación en la forma y de apelación en
contra del fallo de primer grado y una Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, por
resolución de ocho de mayo de dos mil nueve, que se lee a fojas 168, luego de
desestimar la nulidad impetrada lo confirmó, con declaración que el contrato de
compraventa objeto de la litis adolece de nulidad relativa, debiendo precederse a las
restituciones mutuas en conformidad a la ley.
En contra de esta última decisión, a fojas 172, la actora deduce recurso de casación en
el fondo.
Se trajeron los autos en relación.
Y teniendo en consideración:
Primero: Que al formular el recurso de nulidad sustancial la recurrente sostiene que la
sentencia impugnada ha infringido los artículos 1467, 1682, 1687 y 1468 del Código Civil.
Señala que la sentencia impugnada ha contravenido los dos primeros preceptos citados al
dejar de aplicarlos en un caso para el cual fueron dictados. Lo anterior, al decidir que el
contrato de compraventa objeto de la litis adolece de nulidad relativa en circunstancias
que dichas disposiciones mandan que se entiende por causa ilícita la que es contraria a
las buenas costumbres, y que la nulidad producida por una causa ilícita, es la nulidad
absoluta.
Afirma que el tribunal de alzada estableció que es un hecho de la causa que “la
compradora contrató a sabiendas de que el inmueble adquirido pertenecía a la sociedad
conyugal y, ejecutar el acto sobre la base de tal conocimiento lleva en sí el propósito de
perjudicar a quien debió autorizarlo, lo que constituye una causa contraria a las buenas
costumbres porque vulnera la moral que rige en nuestro medio.
Continúa expresando que la sentencia impugnada ha contravenido también los artículos
1687 y 1468 del Código sustantivo, al ordenar que debe procederse a las restituciones
mutuas en conformidad a la ley, en circunstancias que esas disposiciones paralizan el
mecanismo de las restituciones mutuas en el caso de la causa ilícita. Asevera que así, se
premiará a la demandada ordenando que se le devuelva el inexistente precio de la
compraventa, lo que conduciría a una abierta inequidad, sobre todo si se considera que
ella tiene además derechos hereditarios sobre el bien raíz objeto del contrato, toda vez
que se casó con el vendedor prácticamente a la víspera del fallecimiento de éste,
inmediatamente después que enviudar de su primera mujer.
Concluye que de no haberse producido las infracciones indicadas se habría tenido que
llegar necesariamente a la conclusión que el contrato de compraventa objeto de la litis,
además de ser un acto afectado por un vicio de nulidad relativa al haberse celebrado sin
autorización de la mujer del vendedor, era también un acto contrario a las buenas
costumbres por haber tenido como fin burlar los derechos de ésta y de sus herederos y,
consecuentemente el tribunal, en vez de haber resuelto que el contrato adolece de
nulidad relativa habría resuelto que procedía declarar la nulidad absoluta del mismo.
Segundo: Que la actora interpuso la demanda que rola en autos en contra de M.A,
solicitando se declare nulo el contrato de compraventa celebrado entre la demandada y
don E.A, ordenando al Conservador de Bienes Raíces de Santiago que cancele la
transferencia del dominio en favor de la compradora restableciendo la vigencia del título
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del vendedor y negar a aquella el derecho a ser restituida al estado anterior a la
contratación, por haber obrado sabiendo o debiendo saber el vicio que invalidaba el
contrato, con costas.
Funda su pretensión exponiendo que con fecha 29 de diciembre de 1944 sus padres,
E.A. y E.H., contrajeron matrimonio bajo régimen de sociedad conyugal. Agrega que el
matrimonio y la sociedad conyugal, se disolvieron con motivo de la muerte de su madre
ocurrida el 25 de mayo del año 2003. Indica que por escritura pública de 28 de agosto de
1991 su padre, estando casado bajo régimen de sociedad conyugal con su madre, pero
declarando ser soltero, adquirió el departamento Nº 126 del 12º piso de la Torre Doce,
ubicado en calle Marcoleta Nº 77, Santiago, el que se inscribió a su nombre a fojas 41.114
Nº 38.323 del Registro, de Propiedad de dicho año en el Conservador de Bienes Raíces
de Santiago. Agrega que luego, por escritura pública de 24 de abril de 1998, su padre
vendió el inmueble indicado a doña S.O, la demandada, con quien mantenía un
concubinato desde hace largos años, declarando ser soltero nuevamente, pese a seguir
casado con su madre, habiéndose inscrito el título en favor de la compradora a fojas
55.677 Nº 58.472 del Registro de Propiedad de 1999 del Conservador de Bienes Raíces
de Santiago. Finaliza señalando que su padre falleció el 31 de julio de 2004 y se concedió
la posesión efectiva de su herencia, siendo la demandante heredera en su calidad de hija.
Tercero: Que, a su vez, la parte demandada, al contestar, pidió desestimar la demanda
señalando, en primer término, que es falso que haya mantenido un concubinato con el
vendedor al momento de adquirir el inmueble. Añade que a la época del otorgamiento del
referido contrato su parte ignoraba que el vendedor estuviere ligado por vínculo
matrimonial no disuelto y mucho menos podía saber qué régimen patrimonial regía dicho
matrimonio. Seguidamente plantea que el contrato fue cumplido por las partes,
expresando que en este caso se aplica el artículo 1683 del Código Civil, norma que da a
las partes el derecho para ser restituidas al mismo estado en que, en el evento que se
declare la rescisión, se hallarían si no existiera el contrato o acto nulo, de tal manera que
se le deberá hacer devolución del precio pagado por el inmueble, así como todo el valor
correspondiente a las mejoras necesarias, útiles o voluptarias.
Afirma que está amparada por el principio de la buena fe y que la mala fe debe probarse.
Luego, en cuanto a la adquisición de la propiedad, afirma que el vendedor declaró recibir
el precio pagado, a su entera conformidad y que su parte puede acreditar que disponía de
dicha suma de dinero.
Concluye expresando que sólo la causa ilícita en el acto o contrato, sancionado con la
nulidad absoluta, no da lugar a las restituciones mutuas, pero en el caso de autos habría,
en el peor de las situaciones, sólo nulidad relativa.
Cuarto: Que por no haberse denunciado la infracción a las leyes ordenadoras de la
prueba, resultan ser presupuestos fácticos inamovibles de; la causa con relevancia
jurídica, consignados por los jueces del fondo, los siguientes:
a) El inmueble materia del contrato objeto de esta litis, ubicado en Santiago, calle
Marcoleta Nº 77 departamento Nº 126 de la Torre Doce, fue adquirido el 28 de agosto de
1991 por don E.A., cuando el matrimonio entre éste y doña E.H., se encontraba vigente;
b) Dicho matrimonio se disolvió por la muerte de doña E.H. ocurrida con fecha 25 de
mayo del año 2003;
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c) La actora es hija de E.A. y doña E.H;
d) Con fecha 24 de abril de 1998 se celebró contrato de compraventa entre don E.A. y
doña S.O., omitiéndose en él la autorización de la cónyuge del vendedor a que se refiere
el artículo 1749 del Código Civil;
e) La demandada S.O. tuvo conocimiento, en el mes de diciembre de 1998, de que el
señor E.A. se encontraba casado bajo régimen de sociedad conyugal, conocimiento que
se confirmó al encontrarse impedida de inscribir la compraventa a través de la medida
precautoria de prohibición de celebrar actos y contratos sobre el departamento objeto de
la compraventa, la que se trabó en el mes de abril del año 1998;
f) La demandada contrató a sabiendas que el inmueble adquirido pertenecía a la
sociedad conyugal.
Quinto: Que los sentenciadores, para decidir rechazar la demanda impetrada han tenido
principalmente en consideración los siguientes argumentos: “encontrándose acreditado el
conocimiento que la demandada tenía del estado civil del vendedor antes de la
celebración del contrato de compraventa, como asimismo, que dicho contrato se celebró
sin la autorización que exige el artículo 1749 del Código Civil, debe concluirse que el
contrato de compraventa celebrado entre el padre de la demandante don E.A. y la
demandaba doña S.O., con fecha 24 de abril de 1998, mediante escritura pública
otorgada en la notaría de Santiago de don Jaime Moran de Orrego, adolece de nulidad
relativa en conformidad a lo dispuesto en el artículo 1757 del mismo Código. (Motivo
noveno del fallo de primer grado)
Agregan los sentenciadores que no resulta aplicable al caso la regla excepcional prevista
en el artículo 1468 del Código Civil, invocada por la parte demandante, por lo que las
restituciones mutuas a que dará origen la nulidad declarada en estos autos han de quedar
regidas por las reglas del artículo 1687 del mismo código.
Sexto: Que sentado lo anterior y correspondiendo a continuación analizar la conculcación
de las restantes normas sustantivas que han sido denunciadas por la recurrente, resulta
que en el caso sub lite la controversia jurídica se ha centrado en dilucidar cuál es la
sanción aplicable en el caso de haberse celebrado un contrato de compraventa por el
cónyuge sin la autorización de su mujer y con conocimiento de la compradora. A entender
de la actora tal conducta debe ser castigada con la nulidad absoluta desde que adolece
de causa ilícita al atentar contra las buenas costumbres y, al tenor de lo que prescriben
los artículos 1467 y 1682 del Código Civil, razón por la cual, además, concluye en la
improcedencia de las restituciones mutuas.
Séptimo: Que, entrañando por naturaleza el recurso de casación en el fondo un
escrutinio sobre la legalidad de la sentencia que por intermedio de él se impugna, su
admisión o rechazo quedan supeditados al análisis que debe practicar el tribunal
encargado de resolverlo, orientado a determinar si los jueces del mérito dieron o no
correcta interpretación y aplicación a la normativa, con arreglo a la cual, correspondía
decidir el asunto litigioso.
Octavo: Que, de acuerdo con la normativa que, dentro de nuestro ordenamiento regula la
sociedad conyugal –régimen patrimonial normal de la familia, que se forma entre los
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cónyuges por el solo hecho del matrimonio a falta de pacto en contrario– y que se
encuentra establecido en el Título XXII del Libro IV del Código Civil, bajo el sistema de
administración ordinaria de la sociedad, le corresponde al marido, en su calidad de jefe de
la misma, la administración de los bienes sociales –y los de su mujer–, sujeto, no
obstante, a las obligaciones y limitaciones que le imponen la ley y las contraídas en las
capitulaciones matrimoniales (artículo 1749 inciso 1º del Código Civil). En lo que
concierne a la materia sobre que versa el presente recurso, semejantes restricciones,
según el texto legal mencionado –luego de la reforma que le introdujera la ley Nº 18.802
de 9 de junio de 1989– se traducen en que el marido no podrá gravar o enajenar
voluntariamente ni prometer gravar o enajenar los bienes sociales ni los derechos
hereditarios de la mujer sin la autorización de ésta, la cual deberá, ser especifica y
otorgada por escrito o por escritura pública si el acto exigiere tal solemnidad o
interviniendo expresa y directamente en el (incisos 3º y 7º del artículo 1749).
Noveno: Que, en la línea de razonamientos esbozada al inicio de este análisis, es
menester puntualizar que el ordenamiento sanciona los actos jurídicos en que el marido
debió contar con la autorización de la mujer, prescindiendo de ella, con la nulidad relativa
de los actos jurídicos en que incidiere dicha omisión (artículo 1757 incisos 1º y 2º).
La disposición legal que se viene de citar guarda consonancia con el concepto de nulidad
relativa en que es dable extraer de lo preceptuado en los artículos 1681 y 1682 inciso final
del Código Civil, de acuerdo con cuyos enunciados esa especie de ineficacia jurídica se
produce, entre otras hipótesis, cuando en la celebración de determinados actos jurídicos
se han omitido las formalidades exigidas por la ley en atención al estado o calidad de las
personas.
Décimo: Que, siendo un hecho de la causa, según se dejó apuntado en su oportunidad,
que don E.A., padre de la demandante no obtuvo la autorización de su cónyuge, doña
E.H., al pactar celebrar el contrato de compraventa con la demandada sobre el bien raíz
de la sociedad conyugal; palmariamente tal omisión configura una hipótesis de nulidad
relativa del tal acto jurídico, al tenor de las normas legales que se viene de examinar. De
manera que los jueces del mérito no han podido incurrir en infracción legal alguna al
aplicar las normas que regulan la materia y arribar a idéntica conclusión.
Lo anterior conduce a desechar también las transgresiones que se denuncian en relación
con las prestaciones mutuas desde que su improcedencia se la vincula con una causal de
nulidad absoluta, sanción que en el caso de marras ha quedado descartada.
Undécimo: Que en razón de lo expresado en las reflexiones que anteceden, debe
colegirse que los jueces de la instancia no han incurrido en los errores de derecho que se
les atribuyen en el recurso, por haber efectuado una correcta interpretación y aplicación
de las normas atinentes al caso de que se trata, de manera tal que el presente arbitrio de
nulidad sustantiva debe ser desestimado.
De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764 y 767 del Código de
Procedimiento Civil, se rechaza, con costas, el recurso de casación en el fondo
interpuesto por el abogado señor Eduardo Vila Irarrázabal, por la parte demandante, en el
primer otrosí de fojas 172, en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de
Santiago, de fecha ocho de mayo de dos mil nueve, que se lee a fojas 168.
Redacción a cargo del Ministro Sr. Guillermo Silva G.
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Regístrese y devuélvase con sus agregados.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sra. Margarita
Herreros M., Sres. Juan Araya E., Guillermo Silva G. Abogados Integrantes Sr. Nelson
Pozo S y Maricruz Gómez de La Torre V. No firma la Abogada Integrante Sra. Gómez de
La Torre, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar
ausente.
Autorizado por la Ministro de Fe correspondiente.
Rol Nº 4.312–09.
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