RELACIÓN EN MÉXICO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y GASTOS E INGRESOS PÚBLICOS Área de investigación: Entorno de las Organizaciones Eduardo Ramírez Cedillo Facultad de contaduría y administración Universidad Nacional Autónoma de México México [email protected] RELACIÓN EN MÉXICO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y GASTOS E INGRESOS PÚBLICOS Introducción De acuerdo con la visión ortodoxa de los modelos de crecimiento endógeno, la Política Fiscal puede generar un proceso de crecimiento de corto y largo plazo si estimula su gasto productivo más que su gasto improductivo, y si además su estructura tributaria está integrada en su mayoría por impuestos indirectos que tienen la virtud de incidir menos en el comportamiento de los agentes económicos1. Sin embargo, dados los hechos ocurridos a finales de la década anterior, y específicamente en 2008, se han priorizado las políticas encaminadas a la austeridad fiscal en contextos de bajo o nulo crecimiento económico pensando que se puede sortear el problema tan sólo con medidas monetarias, ante lo cual diversos economistas han expresado su inconformidad aludiendo a las ideas keynesianas, así Krugman (2012; 236/246), menciona que: “en una economía profundamente deprimida, cuando los tipos de interés que las autoridades monetarias pueden controlar están rozando el cero, necesitamos más gasto público y no menos. La gran depresión se terminó gracias a un aluvión de gasto público” Y si bien al inicio de la crisis se empezaron a utilizar medidas de política fiscal para tratar de sortearla, lo cierto es que en algún momento se apoderó de la discusión el mito de la austeridad, bajo el cual se aseguraba que el estímulo se había dado y la situación no mejoró. Pero es necesario considerar que de no haberse dado el estímulo es posible que el desempleo en buena parte de las economías en problemas hubiera sido peor (Stiglitz, 2012; 391/649). En la actualidad la preponderancia de la operación de política económica sigue estando a cargo de la política monetaria, dejando un mínimo margen a la política fiscal que se restringe al logro de los equilibrios presupuestales 2, 1 En los últimos 40 años a decir de Marrero (2010), se ha dado una evolución en los principales países de la OCDE que tiene que ver con la composición del gasto y los ingresos tributarios. En el caso del gasto la inversión ha perdido importancia, mientras que en materia de recaudación se ha hecho más intensiva en materia de impuestos al ingreso. 2 A tal respecto se puede revisar a Arestis y Sawyer (2002) quienes describen la preponderancia de la política monetaria como un nuevo consenso macroeconómico. También son ilustrativos los planteamientos de Dwyer (1982), Demertzis et al. (2004), Muscatelli et al. (2004) y Bianchi (2014) quienes mencionan que el mantenimiento del valor de la moneda solamente podrá ser efectivo ante la coordinación de las políticas monetaria y fiscal, en donde la segunda debe alinearse con la primera. Es relevante la aportación de Grenier (2014) que menciona que una política de deuda estricta implica un mayor crecimiento de largo plazo con mayor bienestar en el cual la política monetaria puede siendo una carta de presentación ante los mercados financieros, como si el problema que aqueja a la economía global se debiera al manejo vilipendioso de los recursos públicos3. En el caso de México una de las principales fortalezas que ha sido esbozada por los responsables de la política fiscal es el mantenimiento de la disciplina en materia de finanzas públicas. Sin embargo, esta medida que ha sido consistente con las políticas de estabilización monetaria que se han llevado a cabo por más de 30 años, han tenido por resultado un impacto sobre el crecimiento económico que resulta deficiente en relación con las necesidades de la población. Empleando como base la descripción de un modelo de crecimiento endógeno y en la práctica el planteamiento de Engel y Granger el presente documento tiene por objetivo el valorar los efectos de la política fiscal sobre la actividad económica en México para el periodo comprendido entre 1980 y 2013. Si bien es cierto que mucho se ha escrito sobre el particular, la peculiaridad del documento consiste en la descomposición y agrupación que se le da al gasto público en el cual se pasa de la clasificación de gasto corriente y de capital a una que considera al gasto como productivo y no-productivo4. También se valora el impacto de los impuestos sobre la actividad económica mediante la desagregación de los mismos en distorsionadores y no-distorsionadores. Lo que resta del documento se compone: en principio de un apartado (II) en el que se realiza la descripción del modelo de crecimiento endógeno en la valoración de la política fiscal; en segundo término (III) la parte de la metodología empírica en la cual se lleva a cabo la descripción de los datos empleados, las pruebas de raíces unitarias, la descripción del modelo y los resultados; por último se ofrece una conclusión al respecto. compensar a una política fiscal expansiva solo hasta un cierto momento ya que el incremento de la cantidad nominal de dinero tendrá por resultado menor bienestar. 3 En el pasado la crisis de la deuda que vivieron algunos países de Latinoamérica puede encontrar su origen en el abuso del endeudamiento para ampliar el gasto público sin los resultados esperados, en México al menos el crecimiento de la deuda se dio en la década de los setentas y es denotada por Cárdenas (1996; 86-117) como la época del populismo económico, posterior a ello la gran mayoría de los países de Latinoamérica han manejado finanzas relativamente estables. En el caso reciente del colapso de la Unión Europea se ha querido también adjudicar el problema a los abusos fiscales que cometieron ciertos países no siendo cierta la aseveración salvo quizás por el caso de Grecia (Ramírez y Gaona, 2014). 4 Es justo decir que en diferentes trabajos la descomposición del gasto de gobierno es un elemento crucial. Por ejemplo Carboni y Medda (2010) utilizan tan sólo el gasto de capital, mismo que descomponen en dos categorías que denominan; gasto de capital tradicional y una categoría amplia denominada gasto de capital institucional que comprende todas las actividades diseñadas para el medio ambiente en el que operan las empresas privadas, en ambos casos el gasto público es complementario al privado. II. Modelo de crecimiento endógeno básico De acuerdo con Gemmell (2001) los modelos que tratan de explicar la relación entre el gasto de gobierno, la recaudación impositiva y el crecimiento económico han evolucionado a lo largo del tiempo, dicha evolución es clasificada por el autor en tres generaciones de estudios: La primera de ellas, trataba de estimar el impacto del gobierno sobre el crecimiento, sin embargo, tenía una pobre especificación, datos limitados y técnicas econométricas deficientes, por lo tanto, los resultados no eran robustos ni comparables. La segunda generación de estudios estuvo ampliamente influenciada por la predicción neoclásica y los modelos de crecimiento endógeno que involucraban la PF, esta generación se caracterizaba por modelos econométricos más sofisticados, tratando en algunos casos de arreglar los problemas de endogeneidad, en su mayoría descansaban sobre los métodos de sección cruzada, pero no tenían en cuenta la restricción presupuestal ni el efecto del déficit sobre el crecimiento; por último en los estudios de la tercera generación se reconoce el papel que juega la restricción presupuestal, se involucran a un mismo tiempo los efectos del gasto y la tributación, se incluye la metodología de datos panel y se agrega la determinación de pruebas para valorar la endogeneidad de la Política Fiscal. En dicha tercera generación descrita por Gemmell (2001) se pueden encontrar investigaciones que van adicionando temas como el medio ambiente, tal es el caso de Ray y Ranjan (2010), quienes construyen un modelo de crecimiento endógeno en el cual se relacionan el gasto de gobierno, los ingresos relacionados con el impuesto al ingreso, la congestión del capital privado y la contaminación ambiental relacionada a la producción. En una dinámica similar Nguyen-Van y Cuong (2013), suponiendo un modelo de crecimiento endógeno en el cual los agentes se preocupan por la situación social, el medio ambiente y tienen preferencia por la riqueza, la asignación del gasto gubernamental, que es financiado con impuestos al ingreso, se redistribuye a favor del medio ambiente y menor infraestructura sin que ello impacte en el crecimiento económico dado que es compensado por la existencia de riqueza excesiva. Adicionales a los modelos de crecimiento endógeno que incluyen el tratamiento de la política fiscal con sus debidas precisiones y desglose de sus componentes (Cassou y Lasing 2006, Weber 2006, Denaux 2007, Marrero 2010, Carboni y Medda, 2010, Mich et al. 2013) se han comenzado a estudiar modelos de crecimiento endógeno que integran la parte monetaria tal es el caso de Grenier (2014) en donde se trata el problema de la estabilidad del presupuesto y su efecto sobre el crecimiento económico en función del nivel de deuda que se tiene, en donde el papel de la política monetaria es crucial. Por otra parte Chang et al. (2013) desarrollan un modelo de crecimiento endógeno monetario en el cual conociendo las distorsiones que generan los impuestos al ingreso suponen que el impuesto al consumo y al señoreaje son dos alternativas para sustituirlo por lo que es necesario realizar la valoración de sus efectos macroeconómicos. Uno de los temas esenciales en cuanto a la política fiscal y el crecimiento económico tiene que ver con los efectos en el tiempo, ya que en el corto plazo se conoce la capacidad de la política fiscal para contrarrestar las fluctuaciones sobre la actividad económica y el empleo, el déficit fiscal de carácter temporal de acuerdo con Gale y Orszag (2003) puede estimular la demanda agregada y mejorar el desarrollo económico de corto plazo. En el largo plazo es común pensar que los desequilibrios presupuestales pueden atentar contra la senda de crecimiento. Tagkalakis (2013) realiza una sugerente revisión de literatura al respecto del tema en donde se toca tanto la condición de apertura que pueda tener la economía, como los efectos no keynesianos, la estructura del gasto, etc. En el planteamiento del modelo utilizado en el documento se toma como punto de partida el modelo de Barro (1990) y su subsiguiente ampliación en Barro y Sala-I-Martín (1992), así como el desarrollo presentado en Bleaney et al. (2001) y Gemmell (2001), en los cuales se tiene una economía con “n” productores, donde cada uno elabora un producto “y” de acuerdo a la siguiente función de producción: y Ak 1 g (1) Donde: k= al capital privado (per cápita) y, g = a la contribución pública (per cápita) De acuerdo a la clasificación general del gasto de gobierno, este puede ser de capital o corriente, pero esta clasificación genera algunos inconvenientes por lo que es mejor considerarlo como productivo y no-productivo5. El gasto productivo (gk) es considerado con un alto potencial para generar productividad en las inversiones privadas, mientras el gasto no-productivo (gc) no lo hace. También se considera que ciertos impuestos pueden generar 5 Es necesario hacer la distinción entre gasto corriente/capital y gasto productivo/noproductivo, debido a que en algunos casos de manera contable se clasifica una gran parte de gasto como corriente siendo que tiene repercusiones en la productividad en el largo plazo como si fuera gasto de capital. Ejemplo de lo anterior lo podemos encontrar en el gasto a la educación y salud, donde una buena parte se dedica al pago de sueldos y salarios de profesores, doctores, enfermeras al servicio del Estado, etc. distorsiones en la economía ( y), mientras que otros presentaban este efecto en menor medida (l)6. gk + gc = l + y (2) Si se mantiene la imposibilidad de ejecutar déficit por parte del gobierno la ecuación 2 representa la restricción presupuestal del gobierno. Derivado de Barro y Sala-I-Martín (1992), Bleaney, Et al. (2001) y Gemmell (2001) la tasa de crecimiento de largo plazo ( ) puede escribirse de la siguiente manera: (1 )(1 ) A 1 (1 ) g ( ) (1 ) u y (3) Donde y u son constantes que reflejan parámetros en la función de utilidad, la ecuación (3) bien puede presentarse también como: (1 )(1 ) A 1 (1 ) g l [ ( c )] (1 ) u y (4) De las ecuaciones (3) y (4), se deriva que la tasa de crecimiento puede disminuir por el efecto de los impuestos distorsionadores e incrementar por la influencia del gasto productivo. Mientras que puede ser neutral a los impuestos no-distorsionadores o al gasto de gobierno no-productivo. En el caso de la ecuación (4) un incremento de los gastos improductivos del gobierno que son financiados por impuestos no-distorsionadores, tendrá por resultado que el efecto para la tasa de crecimiento se cancele. La restricción presupuestal de la ecuación (2), considera finanzas públicas sanas, donde el ingreso presupuestal es igual al gasto. Cuando se considera la posibilidad de que el Estado puede ejecutar un déficit, la ecuación (2) puede reescribirse de la siguiente manera: gk + gc = l + y + d (5) Donde: d = al déficit gubernamental 6 Para una explicación más amplia sobre la descripción de los elementos que es comúnmente usada en los modelos decrecimiento endógeno en los cuales se emplea la política fiscal o alguno de sus componentes puede revisarse Ramírez (2008). De la ecuación (5) se tiene que el gasto puede ser elevado tanto como el déficit presupuestal del gobierno pueda incrementarse. La restricción presupuestal del gobierno no está dada por la recaudación tributaria, sino por la capacidad de los Estados Nacionales de incurrir en déficit y esto se posibilita cuando el Estado maneja una moneda soberana7 o bien cuando las economías obtienen ingresos adicionales por la enajenación de bienes como el petróleo. Ahora bien, es importante hacer la distinción y entender que las variables fiscales no son las únicas que determinan el crecimiento, por lo tanto, para tener un modelo más completo y determinarlo es necesario introducir algunas variables de carácter no-fiscal. La especificación ideal sería la siguiente: k m i 1 j 1 y t i Z it j X jt u t (6) Donde el crecimiento en el periodo t está en función de variables no fiscales (Zit) y de variables fiscales (Xjt). En el caso de las variables no-fiscales Fu, et al. (2003)8 toma un par de variables adicionales que son la tasa de los fondos federales y el deflactor del PIB, para un modelo que desarrolla con datos de la economía estadounidense, el autor menciona que tanto las variables fiscales como monetarias tienen cabida en el modelo. En el caso de estudio, si bien se incorpora la tasa de CETES 28 días como una variable no fiscal que intenta ayudar a explicar el crecimiento, no es conveniente incluir el deflactor del PIB ya que, las series fiscales y el PIB son usadas en términos constantes, es decir, ya fueron deflactadas. Quizás para México sería más conveniente incluir como variables no-fiscales explicativas: el PIB de Estados Unidos, la tasa de interés de Estados Unidos y el precio del petróleo, pero para los fines del presente documento no se ampliará el modelo con dichas variables9. Por otra parte, si se supone que todas las variables de PF correspondientes a la restricción presupuestal están incluidas en el modelo, tenemos que la m X j 1 7 jt 0 , situación que seguramente ocasionará problemas de colinialidad Una moneda soberana se debe entender como aquella que no precisa garantizar su convertibilidad ante algún metal precioso o alguna divisa (Wray, 2003). Por tanto Parguez (2004), expone que la soberanía monetaria consiste en que el Estado emita obligaciones denominadas en su moneda para su gasto y éstas sean destruidas por la imposición de contribuciones. 8 En la investigación de Fu, Et al. (2003) es importante mencionar que los autores no hacen la distinción entre gastos e ingresos además de que utilizan como variables de crecimiento el nivel de empleo en lugar del ingreso nacional. 9 La razón para no hacerlo se debe a que la modelación consiste en evaluar la PF, aun cuando se reconoce que puede existir la crítica de variables omitidas. perfecta; para evitar estos problemas deberá omitirse una de las variables fiscales (Kneller, et al 1999)10. Si se tiene que: k m 1 i 1 j 1 k m 1 i 1 j 1 y t i Z it j X jt m X mt u t (7) Entonces: y t i Z it ( j m ) X mt u t (8) La solución no sería quitar muchos elementos de la ecuación (5), de hecho lo recomendable sería eliminar tan sólo uno de ellos, el problema se suscribe a ¿cuál de los elementos debe ser omitido? Bleaney, et al. (2001) menciona que en primera instancia deberán ser omitidas aquellas variables que la teoría establece, es decir, aquellas que se consideran poco trascendentes o neutrales para el crecimiento. De la ecuación (2) se puede deducir que “l” debería de tener un efecto neutral y por lo tanto se podría omitir, pero si derivado de una prueba que se le aplique de manera individual no resulta así, se puede de acuerdo con la teoría omitir la variable “gc” que corresponde al gasto no productivo. Es incluso probable que se lleguen a omitir ambas variables. Al omitir esas variables, se hace la siguiente predicción, de acuerdo con la teoría: 1gk 1> 0, Es decir, que el parámetro de los gastos productivos tiene un efecto positivo en el crecimiento, mientras que: 2 y 2< 0, En otras palabras, que el parámetro de los impuestos distorsionadores tiene un efecto negativo para el crecimiento. m 10 En el caso de México no se cumple X j 1 jt 0 , en virtud de que los ingresos tributarios del gobierno están por debajo de sus ingresos corrientes totales, entre otras cosas y principalmente debido a los ingresos petroleros. En el caso del déficit se supone, por parte de la escuela poskeynesiana, que debe tener un efecto positivo, pero no hay elementos empíricos concluyentes a favor ni en contra, en este sentido e incluso en economías como la mexicana es posible que el déficit no pueda relacionarse con el crecimiento, dado que durante muchos años (1982-1983 a 2008) se ha mantenido un superávit primario. No obstante, es importante recordar que la actividad de PEMEX le genera a México una fuerte cantidad de recursos que no pueden ser considerados como un impuesto. Legalmente de acuerdo con el Código Fiscal los ingresos que por materia de hidrocarburos recibe el Estado son considerados como Derechos, económicamente el punto de importancia radica en la implicación de que el gobierno recibe más ingresos de los que retira vía el cobro de los impuestos, bajo esta lógica el gobierno puede establecer un gasto mayor de las contribuciones que percibe de los agentes privados y por ello se podría establecer que si se descuentan esos ingresos se ha estado operando en una situación de déficit fiscal por algunos puntos porcentuales del PIB. III. Metodología empírica i. Descripción de los datos El conjunto de las variables fiscales básicas a utilizar en una primera aproximación son: las correspondientes al gasto que son diferenciadas en gastos productivos (gk) y no-productivos (gc); las concernientes a los ingresos tributarios que son clasificados como distorsionadores ( y) y nodistorsionadores (l) y por último el balance primario (bp). Los datos son tomados de la Unidad de Planeación Económica de la Hacienda Pública, en lo que corresponde a ingresos y gastos, mientras que los datos del PIB se tomaron de la sección de indicadores económicos y financieros publicados por el Banco de México. Tienen una periodicidad trimestral y van de 1980 a 2013, teniendo una cantidad de 136 observaciones a precios constantes base 2008. Los datos de ingresos y gastos corresponden al Gobierno Federal. Es importante mencionar que, hasta donde se tiene conocimiento, la forma en que se clasifican los datos para el estudio específico que se presenta en estas páginas no se había realizado para el caso de México, por lo tanto a juicio de quien escribe esto podría ser considerado como una aportación novedosa en lo concerniente al tipo de modelo y la manera en que se trabajaron los datos. Variable gk Composición Explicación Ramos presupuestales “09 Comunicaciones y Transportes”, “11 Educación Pública”, “12 Salud”, “18 Energía”, “25 Previsiones y Aportaciones para Educación Básica y Normal”, “33 Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios”, “38 Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología” El gasto productivo es aquella asignación de recursos que propicia o permite el incremento de la productividad de los agentes privados, como es la inversión en capital físico y en capital humano. Podría parecer que la información tomada como gasto productivo es sesgada, pero en comparación con la nueva clasificación del gasto, disponible tan sólo para años recientes, se determinó que puede ser una buena aproximación. Cabe mencionar que el ramo 33 se compone de 8 fondos y nace a partir de 1998. Para los fines de la integración de datos se usaron tan sólo 4 de ellos que corresponden al Fondo de Aportaciones a la Educación Básica, Fondo de Aportaciones a los Servicios de Salud, Fondo de Aportaciones a la Infraestructura Social y el Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos. La ponderación de los fondos está basada en un estudio realizado por Ortega (2004) y en información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Dado el monto de los recursos y su destino es importante considerar su distribución para los fines del gc El gasto restante después de descontar el gasto productivo, además de retirar el costo financiero y ISR L IVA Bp Saldo primario CT CETE 91 modelo. El gasto no productivo tiene la consideración de no generar implicaciones relevantes para el crecimiento en función de su rápida erosión. Sin embargo en los países de bajos ingresos podría apoyar el crecimiento. De acuerdo con la teoría fiscal los impuestos a las empresas y a las personas al atentar contra la formación de capital resultan más distorsionantes que otro tipo de gravamen Los impuestos relacionados con el consumo aun cuando se considera que tienen implicaciones económicas su grado de distorsión es menor El balance primario es el saldo que resulta de la sustracción del gasto público y los ingresos públicas, retirando del primero el costo financiero Se utiliza como variable de control y teóricamente se espera un relación negativa ii. Procedimiento Los datos presentados corresponden a lo que en la literatura econométrica se ha dado a llamar series de tiempo. Las series de datos de variables económicas en el tiempo presentan características específicas y por lo tanto se ha ampliado el uso de metodologías especiales para trabajar con ellas: como son los modelos de corrección de errores o los modelos de vectores autorregresivos. En este sentido el trabajo empírico basado en la econometría de series de tiempo supone que éstas son estacionarias, que la relación entre variables económicas es verdadera y no a causa de las tendencias que ambas presentan. Para fines del análisis econométrico y tomando en cuenta las relaciones teóricas, es de interés que las series, si bien no son estacionarias, tengan un orden de integración I(1), lo que indicará que mediante la aplicación de la primera diferencia se hacen estacionarias, esto es importante porque si las variables son de orden de integración I(1) y cointegran, esto será un buen indicio de que se tiene la presencia de causalidad entre ellas (con lo que se elimina la crítica de regresión espuria). Si esto sucede, el modelo bien puede representarse como el denominado modelo de corrección de errores, es decir, que se puede realizar una formulación dinámica del modelo, logrando el mejor ajuste. Utilizar el modelo de corrección de errores (ECM)11, permite integrar la dinámica de corto plazo con el equilibrio de largo plazo entre las variables económicas, para llevar a cabo esta formulación dinámica en primer lugar se estima la regresión de largo plazo, usando los residuos estimados de la regresión para estimar el modelo de corrección de errores12. Como primer paso se tiene que determinar el orden de integración de las variables resultados que son presentados en el Cuadro 1. Salvo en el caso del balance primario presupuestal (BPY) todas las demás variables se pueden considerar con un orden de integración de 1, es decir I(1). Para BPY la evidencia no es concluyente respecto a su orden de integración y por lo tanto se usará en el análisis con sus debidas reservas. Cuadro 1 Pruebas de Raíces Unitarias LY DLY LGK DLGK LGC DLGC LI DLI LTY DLTY LL DLL BPY DBPY CT DCT a 0.41 -4.45 0.86 -3.10 -0.17 -6.23 -2.25 -6.62 -0.12 -5.20 -0.87 -10.62 -1.70 -4.64 -1.54 -10.47 (9) (8)*** (11) (10)** (4) (6)*** (4) (3)*** (4) (3)*** (1) (1)*** (11) (10)*** (2) (1)*** DFA b -3.95 (8)** -4.52 (8)*** -2.73 (11) -3.73 (10)** -2.87 (7) -6.64 (6)*** -3.63 (4)** -6.80 (3)*** -4.19 (5)*** -5.30 (3)*** -3.32 (1)* -10.58 (1)*** -3.64 (11)** -5.17 (10)*** -3.54 (5)** -10.47 (1)*** c 3.21 -2.84 1.80 -1.60 1.17 -4.89 0.23 -6.64 1.42 -4.98 1.94 -17.29 -1.18 -4.66 -1.20 -10.51 (9) (7)*** (11) (12) (4) (7)*** (4) (3)*** (4) (3)*** (1) (1)*** (11) (10)*** (2) (1)*** a -0.19 -21.76 -1.92 -35.91 -1.41 -23.96 -7.05 -40.35 -1.35 -19.58 -0.89 -18.57 -7.53 -29.02 -1.88 -11.36 *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** PP(4) b -5.11 *** -21.70 *** -7.20 *** -36.40 *** -4.54 *** -24.13 *** -7.78 *** -41.52 *** -6.44 *** -19.71 *** -4.91 *** -18.50 *** -7.79 *** -29.16 *** -3.28 * -11.33 *** c 3.27 -19.01 1.22 -34.42 1.03 -23.62 0.24 -40.40 1.19 -19.27 1.99 -17.74 -6.58 -29.15 -1.36 -11.40 *** *** *** *** *** *** *** *** *** KPSS(10) a 1.34 *** 0.06 1.20 *** 0.10 1.13 *** 0.12 0.37 * 0.11 1.26 *** 0.06 1.30 *** 0.05 0.36 * 0.08 0.84 *** 0.10 Dónde: Y es el PIB, GK es el gasto productivo, GC es el gasto no productivo, I es el gasto dedicado al servicio de la deuda, TY son los impuestos distorsionadores, L corresponde a los impuestos no distorsionadores, DP es el déficit primario y CT es la tasa de CETES a 91 días. Nota: Las dos primeras pruebas estadísticas pretenden rechazar la hipótesis nula. Los valores críticos para un nivel de significancia del 5%, para las 11 El modelo de corrección de errores se puede generalizar de la siguiente forma: Yt 0 1X t 2 (Yt 1 X t 1 ) ut 12 Galindo (2004), menciona que un factor que ha contribuido a la rápida adopción de la teoría de cointegración y el ECM, es la sencillez del procedimiento propuesto por Engel y Granger, basado en dos pasos: (1) aplicar un método de estimación que genere estimadores consistentes de los parámetros de la ecuación de equilibrio, (2) estimar un ECM incluyendo los errores rezagados de las ecuaciones de equilibrio, que se identifican como el ajuste dinámico de corto plazo. Así el análisis empírico se sustenta en un balance entre la hipótesis teórica a comprobar y la información estadística disponible. b 0.12 0.04 0.23 0.04 0.26 0.05 0.09 0.09 0.11 0.04 0.13 0.05 0.22 0.04 0.07 0.07 * *** *** * *** pruebas ADF y PP con un tamaño de 100 son -3.45 incluyendo constante y tendencia (modelo b), -2.89 incluyendo constante (modelo a) y -1.95 sin constante ni tendencia (modelo c) Maddala y Kim (1998: 64). En el caso de la prueba KPSS la hipótesis nula confirma que la serie estacionaria y sus valores críticos al 5% son 0.463 (modelo a) y 0.146 (modelo b). Las letras L y D que anteceden a la nomenclatura de las series de datos se refiere a valores en logaritmos y a la primera diferencia de las series respectivamente. Teniendo la evidencia del orden de integración de las series se podría proceder a validar si las series cointegran entre ellas y así comprobar o validar la existencia de una relación dinámica de las variables en el largo plazo. Pero, se tiene un problema antes de pasar a realizar los mecanismos de corrección de errores, éste consiste en las rupturas estructurales que pueden tener las series. Por una parte se ha validado que las series son I(1), mediante las pruebas de raíces unitarias presentadas en el Cuadro 1, pero esto no limita la posibilidad de que los resultados sean incorrectos y que se esté rechazando la hipótesis nula cuando se debería aceptar y viceversa. Ante tal disyuntiva, se tiene que proceder a determinar la existencia de rupturas estructurales en las series y establecer si éstas pueden alterar los resultados, para tal labor se podría avanzar en dos direcciones; realizar las pruebas propuestas por Perron (1989) o bien adoptar la metodología de Zivot y Andrews (1992). En ambos casos los autores realizan tres modelos donde intentan encontrar el tipo de ruptura, para poder establecer cómo afecta a la serie y determinar una medida de acción que corrija el problema. Los autores mencionados, con la intención de validar su propuesta toman dos momentos que son considerados como rupturas estructurales: la gran depresión de finales de los 20’s y el choque de precios del petróleo a comienzos de la década de los 80’s. En el primer caso se considera que se da un cambio en el nivel de muchas series económicas, mientras que el segundo tiene que ver con cambios en la pendiente y la tendencia (Perron, 1989). Hasta antes de los primeros estudios realizados por Nelson y Plosser (1982), se pensaba que los choques económicos tan sólo tenían un efecto temporal en la economía y por lo tanto el comportamiento de largo plazo en las series quedaba inalterado por esos choques. El problema consiste en que algunos de estos choques pueden tener efectos permanentes sobre el nivel de la mayoría de los agregados monetarios y financieros, pero también se puede dar una combinación de choques temporales y permanentes o incluso la respuesta de las series a determinados choques dependerá del tamaño y tipo de los mismos, es decir, si corresponden a un cambio en el nivel, la pendiente o ambos (Zivot y Andrews, 1992). Se sabe, entonces, que hay diferentes tipos de choques y que además algunos pueden afectar a determinadas variables pero a otras no, la dificultad consiste en determinar los momentos de choque al que se enfrentan las series que se utilizarán y determinar posibles medidas de solución13. Para encontrar la presencia de rupturas estructurales en las series a utilizar se recurrió al procedimiento propuesto por Zivot y Andrews, los resultados obtenidos fueron que en su mayoría las series no presentan choques que afecten de manera considerable su nivel, pendiente o tendencia, salvo en el caso de la variable LY, todas las demás están libres de este problema. Para la variable LY, correspondiente al PIB, se detectó un choque en el año de 1986 que se da en el tercer trimestre aproximadamente, la propuesta para remediar esta ruptura consiste en considerar una variable dummi que corrija el efecto de dicha eventualidad. iii. Resultados De las primeras estimaciones se tiene que todas las series del Cuadro 1, tienen una relación significativa con el ingreso nacional cuando son estimadas de manera individual, pero de manera conjunta no resultan significativos el pago de intereses, el gasto no productivo y la balanza primaria fiscal, por lo tanto el modelo de largo plazo se expresa de la siguiente manera14: LYt = 9.36 + 0.15LGKt + 0.09LTY+0.21LLt -0.10CTt + Shift + ut (15) (52.64) (10.57) (3.92) (9.86) (-5.34) (6.78) R2= 98% Normalidad: 2 =1.30 [0.52] LM: F (4) = 11.66 [0.00] ARCH: F(4) = 1.27 [0.28] En virtud de que los residuos de la regresión son estacionarios15 se puede decir que las variables cointegran y por lo tanto se puede proponer y desarrollar el modelo en su forma de corrección de errores, obteniendo los siguientes resultados: 13 De hecho una de las críticas que hace Zivot y Andrews a Perrot consiste en la elección de los puntos de rompimiento, ellos argumentan que la elección se realiza basada sobre la observación de los datos y por lo tanto está asociada a problemas de interpretación. 14 Con el fin de determinar qué variables no eran importantes en la ecuación se usó una prueba para validar la redundancia de las variables donde se demuestra que resultaban noimportantes para el modelo. 15 El estadístico t de la prueba Dickey- Fuller aumentada para el caso de los residuales de la regresión fue de (-5.84), por lo tanto se puede argumentar sin ningún problema que los residuales son estacionarios y así poder afirmar que las series cointegran. DLYt = 0.00 – 0.22DLYt-3 0.06DCTt-1 (2.77) + 0.45DLYt-4 (-3.17) (-2.18) (3.37) + 0.03DLGKt - 0.03DCTt - (5.34) (-2.15) – 0.05DCTt-2 – Shift - 0.24 MCEt-1 (16) (-2.56) (-3.11) (-4.90) R2 = 76% Normalidad: 2 =1.66 [0.56] LM: F (4) = 0.49 [0.74] ARCH: F(4) = 1.02 [0.40] De la ecuación (16) tenemos que el gasto del Gobierno Federal productivo tiene efectos positivos y significativos sobre el ingreso nacional mientras que en el corto plazo los impuestos no resultan significativos en la determinación dinámica del ingreso16. Por otro lado la discrepancia entre el valor actual de LY y el de largo plazo o de equilibrio es eliminado o corregido en 24% cada trimestre por lo tanto el ajuste completo se da casi cada año. La tasa de interés tiene el signo teóricamente esperado tanto en su valor corriente como en sus rezago y es que de acuerdo con la teoría el incremento en la tasa de interés incide en la inversión y el consumo por lo cual se desalienta la demanda agregada y con ello la actividad económica. El modelo está libre de no normalidad, de autocorrelación y heterocedasticidad como se puede constatar en los estimadores en líneas arriba, así mismo también presenta estabilidad estructural como lo denota la Gráfica 1, en donde se muestra la prueba CUSUM-Q. 16 Chamley (1981), Barro (1990) y King y Rebelo (1990) destacan el efecto inter-temporal de los impuestos. En el caso de Gemmell (2001) expresa que los impuestos al consumo no tienen efectos en el largo plazo, situación que se descarta en la ecuación (15). Gráfica 1 Prueba de estabilidad estructural CUSUM-Q 1.2 1.0 0.8 0.6 0.4 0.2 0.0 -0.2 88 90 92 94 96 98 00 02 CUSUM of Squares 04 06 08 10 12 5% Significance La bondad de ajuste del modelo se presenta en la Gráfica 2, el ajuste de la ecuación es aceptable, sin embargo no logra captar del todo comportamientos atípicos como son los acontecidos en las diferentes crisis que ha sostenido el país en los últimos treinta años ocurridas en 82-83, 86-87, 95, y 2009. Gráfica 2 Ajuste histórico a partir del modelo de Engel-Granger .10 .05 .00 .06 -.05 .04 .02 -.10 .00 -.02 -.04 -.06 82 84 86 88 90 92 94 Residual 96 98 00 Actual 02 04 06 Fitted 08 10 12 VI. Conclusiones La situación de crisis vivida a finales de la década anterior invitó a la reflexión y pusieron de nueva cuenta la participación del Estado como un elemento central en la resolución de problemas económicos y como garante en situaciones de crisis. Sin embargo, paradójicamente también a raíz de los problemas de deuda de Grecia se cuestionó fuertemente la acción del Estado y se optó por políticas más restrictivas. La vinculación que guarda la actividad del Estado mediante sus disposiciones de gasto e ingreso es un tema no acabado sobre el cual deben de realizarse todos los análisis que sean pertinentes con el objetivo de aportar evidencia que sirva de referencia en la construcción de una visión más amplia y acabada sobre la cual se pueda sustentar la política económica del gobierno fuera de esquemas dogmáticos y sujetos a intereses personales o de grupos, a tal respecto Keynes (2003; 358) mencionaba que: “En el momento actual, la gente está excepcionalmente deseosa de un diagnóstico más fundamental; más particularmente dispuesta a recibirlo; ávida de ensayarlo, con tal de que fuera por lo menos verosímil. Pero fuera de este talante contemporáneo, las ideas de los economistas y de los filósofos políticos, tanto cuando son correctas como cuando están equivocadas, son más poderosas de lo que comúnmente se cree. . . Los hombres prácticos, que se creen exentos por completo de cualquier influencia intelectual, son generalmente esclavos de algún economista muerto. Los maniáticos de la autoridad, que oyen voces en el aíre, destilan su frenesí inspirados en algún mal escritor académico de años atrás. Estoy seguro de que el poder de los intereses creados se exagera mucho comparado con la intrusión gradual de las ideas. . . Pero tarde o temprano, son las ideas y no los intereses creados las que presentan peligros, tanto para bien como para mal” La única forma de no ser esclavos de las ideas es vincularlas con la práctica y la evidencia empírica con la intensión de proponer o validar nuevas opciones de política. Aun cuando pueda ser una tarea compleja dadas las múltiples relaciones que se establecen entre las variables económicas y fiscales tal como lo menciona Alesina (2012). Para el caso estudiado resulta interesante el hecho de que el gasto de gobierno clasificado como no-productivo no resultara significativo en lo que tiene una implicación de política fiscal relevante a la hora de realizar la asignación de los recursos públicos. En este sentido la recomendación sería revisar el gasto que se estableció como no-productivo con la intensión de reasignarlo a partidas de gasto productivo, sin que ello ponga en riesgo la operatividad de las actividades pública a nivel federal o local. En el caso de los impuestos, en la ecuación de largo plazo, nominalmente la contribución más importante la tienen los ingresos provenientes de impuesto no-distorsionadores que para fines del documento están relacionados con la recaudación proveniente del IVA. En relación con la literatura se esperaría, que al igual que los gastos no-productivos, fueran no significativos, es decir que resultaran neutrales. Una interpretación y propuesta atrevida que debe ser tomada con cautela sería que se podrían incrementar las tasas del impuesto al consumo sin tener incidencias negativas sobre el crecimiento, pero eso debe ser estudiado de forma más profunda y abre la puerta para otras investigaciones. Por su parte los impuestos distorsionadores tienen un signo positivo, es decir no son coincidentes con la teoría descrita en el segundo apartado, la explicación tiene que ver con lo que ya se anticipaba en el documento. Al estar altamente petrolizadas las finanzas públicas los efectos de los impuestos sobre la actividad económica no son tan fiables, además de que es posible un efecto feedback entre los impuestos y el crecimiento de la economías como se ha estudiado en Ramirez et al (2012, 2014). Por último es necesario realizar un desglose mayor del gasto público con el afán de establecer de forma más certera cuáles son aquellas actividades que en materia de gasto público pueden resultar más convenientes para estimular la actividad económica y proponer las medidas conducentes en dicho sentido. Referencias Alesina A. (2012) “Fiscal Policy after the Great Recession”, Atlantic Economic Journal 40 (4): 429-435. Arestis, P. y Sawyer, M. (2002). "New Consensus," New Keynesianism, and the Economics of the "Third Way", Working Paper No. 364, The Levy Economics Institute of Bard College. Barro, R. y Sala-I-Martin, X. (1992). Public Finance in Models of Economic Growth. The Review of Economic Studies (4): 645-661. Barro, R. (1990). Government spending in a Simple Model of endogenous Growth. Journal of Politic Economy 98 (5): S103-S125. Bianchi, F. (2014). Monetary/Fiscal Policy Mix and Agents' Beliefs, Working Paper No. 20194, NBER. Bleaney, M, Et al. (2001). Testing the Endogenous Growth Model: Public Expenditure, Taxation and Growth over the Long-Run. Canadian Journal of Economic 34 (1): 36-57. Carboni, O. y Medda G. (2010) Government spending and growth in a neoclassical model. Mathematics and Financial Economics 4 (4): 269-285. Cárdenas, E. (1996). La política económica en México 1950-1994. México: Fideicomiso Historia de las Américas, Serie Hacienda. Causso, S. y Lasing K. (2006). Tax Reform with Useful Public Expenditures. Journal of Public Economic Theory 8 (4): 631–676. Chang, W. et al. (2013). Consumption tax, seigniorage tax and tax switch in a cash-in-advance economy of endogenous growth. Journal of Economics DOI 10.1007/s00712-013-0382-0. Demertzis, M. Et al., (2004). An independent central bank faced with elected governments. European Journal of Political Economy 20 (4): 907922. Denaux, Z. (2007). Endogenous Growth, Taxes and Government Spending: Theory and Evidence. Review of Development Economics 11(1): 124–138. Dwyer, G. (1982). Inflation and Government Deficits. Economic Inquiry 20 (4): 315-329. Engel, R. y Granger C., (1987). Cointegration and Error Correction: Representation, Estimation and Testing. Econometrica 52 (2), 251276. Gujarati, D. (2003). Econometría, 4ta ed. México: Mc Graw Hill. Fu, D. Et al., (2003). Fiscal Policy and Growth Research Department. Federal Reserve Bank of Dallas. Gale, W. y Orszag P. (2003). Fiscal Policy and Economic Growth: A Simple Framework”, Tax Analysts, Tax Notes 3 febrero: 759-764. Galindo, L. y Catalán H., (2003). Los Premios Nóbel de Economía 2003; Clive W. J. Granger y R.F. Engel. Economía Informa, Facultad de Economía UNAM, No. 321, noviembre: 30-39. Galindo, L. (2004). Wagner Versus Keynes: Further Evidence for Mexico on the Relationships Between Public Expenditure An Output. Mimeo. Gemmell, N. (2001). Fiscal Policy in a Growth Framework, Discussion Paper No. 2001/48, UNU/Wider, World Institute for Development Economics Research. Greiner, A. (2014). Fiscal and Monetary Policy in a Basic Endogenous Growth Model. Computational Economics 10.1007/s10614-0149421-3. Johansen, S. (1991). Estimation and Hypothesis Testing of Cointegration Vectors in Gaussian Vector Autoregressive Models. Econometrica 59 (6): 1551-1580. Keynes J. (2003) “Teoría General de la Ocupación el Interés y el Dinero”, FCE, 4ta edición, México. Kneller, R. Et al. (1999). Growth, Public Policy and Government Budget Constraint: Evidence from OECD Countries, Discussion Papers No. 98/14, School of Economics, University of Nottingham. Krugman, P. (2012). Acabad con esta crisis, epub, Barcelona: Ed. Crítica. Marrero, G. (2010). Tax-mix, public spending composition and growth, ournal of Economics 99 (1): 29-51 Misch, F. Et al. (2013). Growth and Welfare Maximization in Models of Public Finance and Endogenous Growth, Journal of Public Economic Theory 15 (6): 939–967. Muscatelli, A. Et al., (2004). Fiscal and monetary policy interactions: Empirical evidence and optimal policy using a structural NewKeynesian model. Journal of Macroeconomics 26 (2): 257-280. Nguyen-Van, P. y Cuong K. (2013). Endogenous fiscal policies, environmental quality, and status-seeking behavior. Ecological Economics 88 abril: 32-40. Ortega, J. (2004). “Diagnóstico Jurídico y Presupuestario del Ramo 33: Una Etapa en la Evolución del Federalismo en México”, Programa de Presupuesto y Gasto Público, Centro de Investigación y Docencia Económicas. Levine, R. y Renelt D. (1992). A Sensitivity Analysis of Cross-Country Regressions. American Economic Review 82 (4): 942-963. Parguez, A. (2004). A Genuine Full-employment Policy in a fully globalised economy or why globalization is a unique opportunity and not a Strait-Jacket. Written for the Post-Keynesian Conference sponsored by the Center for Full-Employment and Price Stability and the University of Missouri at Kansas-City June 26 – June 29 2004 Pindyck, R. y Rubinfeld D. (2000). Econometría, modelos y pronósticos, 4ta ed. México: Mc Graw Hill. Ramírez, E. y Gaona F. (2014). La Euro-Zona y los problemas de una moneda común. Próximamente Denarius No. 28. Ray, T. y Ranjan M. (2010). Public Expenditure, Environment, and Economic Growth. Journal of Public Economic Theory 12 (6): 1109–1134 Stiglitz, J. (2012). El precio de la desigualdad, ebook, Madrid: Ed. Santillana. Tagkalakis, A. (2013). Discretionary fiscal policy and economic activity in Greece. Empirica 10.1007/s10663-013-9232-0. Weber, C. (2006). Comparative Dynamics and Optimal Fiscal Policy in A Simple Model of Endogenous Growth. Metroeconomica 57 (2): 257283. Wray, R. (2003). Currency Sovereignty and the Possibility of Full Employment. Working Paper No. 28. Center for Full Employment and Price Stability, University of Missouri-Kansas City. Taherizadeh , J. (2011). Study on Relationship between Interest Rate and Economic Growth by Eviews (2004-2010, Iran). Journal of Basic and Applied Scientific Research 1 (11): 2346-2352.