L`amour de loin (El amor de lejos)

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L’amour de loin (El amor de lejos)
Ópera en cinco actos de Kaija Saariaho.
Libreto en francés y en lengua occitana de Amin Maalouf.
Estrenada en el Festival de Salzburg, el 15 de agosto del 2000.
La ópera está dedicada al director teatral Gérard Mortier.
Programa realizado por Fernando Funes.
Introducción
En el año 1984, durante una entrevista radial, la compositora finlandesa Kaija Saariaho,
nacida en Helsinki el 14 de octubre de 1952, declaró que jamás llegaría a componer
una ópera, y señaló además al género sinfónico como obsoleto.
Hasta el presente se ha mantenido fiel a su palabra en cuanto a la composición de una
sinfonía, pero luego de presenciar una representación de la ópera SAINT FRANçOIS D’
ASISSE de Olivier Messiaen en 1995, con puesta en escena de Peter Sellars, cambió
totalmente de parecer.
Por ulteriores sugerencias del director del Festival de Salzburg en ese momento,
Gérard Mortier, llegó, a fines de los años 1990 a componer EL AMOR DE LEJOS, que
será nuestra ópera de esta noche.
Posteriormente, la carrera de Saariaho continuó en el año 2006, con un encargo para
la Ópera de París, que constituiría su segundo trabajo operístico, ADRIANA MATER.
En el año 2010 siguió transitando por el camino del monodrama, ya iniciado antes en
2006 con la ópera-oratorio LA PASSION DE SIMONE, componiendo para la Ópera de
Lyon su cuarta creación teatral, ÉMILIE, basada en la vida de la matemática y física
francesa Émilie du Chatelet (1706-1749). Todas sus óperas cuentan con textos del
poeta y periodista libanés Amin Maalouf, nacido en 1949.
Saariaho obtuvo su formación musical en tres ciudades: Helsinki (con Paavo Heininen),
Freiburg (con Brian Ferneyhough) y París, donde reside desde 1982. Sus estudios en el
IRCAM, instituto francés para la creación de música electrónica, influenciaron
profundamente la creación de sus etéreas y sobrenaturales texturas armónicas,
haciendo un gran énfasis en el timbre y en la elaboración de atmósferas ultraterrenas.
Como antecedentes vocales directos de nuestra ópera, pueden mencionarse EL
CASTILLO DEL ALMA, de 1995, LONH, para soprano y música electrónica, del año
siguiente, y OLTRA MAR, para coro y orquesta, de 1999, compuesta especialmente
para la ciudad de New York.
La ilustre compositora también ha ganado numerosos premios, como el PRIX ITALIA y
el PREMIO ARS ELECTRONICA en 1989, y recibido menciones en el LINCOLN CENTRE de
New York y el IRCAM de París.
Como base para su primera labor lírica juntos, compositora y libretista tomaron como
tema la figura de Jaufré Rudel, famoso trovador de Occitania, príncipe de Blaye y
poeta aquitano, que viviera entre 1113 y 1170. Caballero de la Corte de Leonor de
Aquitania, Rudel participó en la Primera Cruzada organizada por Luis VII de Francia, y
sufrió una muerte de amor temprana, luego de enamorarse perdidamente de la
princesa de Trípoli, Libia, en cuyos brazos falleciera durante la Segunda Cruzada.
Rudel escribió una serie de Chansons d’amor, en su natal lengua occitana, celebrando
el amor imposible o lejano y la esperanza. Por razones materiales y psicológicas, el
amor entre él y la princesa fue imposible, denominado en occitano como Amor de lonh
o Amor Lejano. Los poemas que nos legara, seis en total, poseen notación melódica.
Todo el material musical de L’AMOUR DE LOIN deriva de un acorde básico que
escuchamos al principio de la ópera, creciendo como masa sonora y luego pintando
auténticos paisajes auditivos, como observamos en la introducción orquestal del
primer acto, que describe el cruce de los espíritus de los amantes de un país a otro, la
sensación de hallarse en alta mar, al comienzo del acto cuarto, y la tormenta en el
mismo.
Por otra parte, las líneas vocales son diatónicas en naturaleza, primando la melodía,
que por momentos se convierte en salmodia y en declamación musical, derivando de
una melodía modal auténtica del verdadero Jaufré Rudel, titulada Lanquan li jorn, de
la que la compositora hace uso repetidas veces. A esto se agregan las fragancias de
oriente y los perfumes de la música trovadoresca del siglo XII.
El carácter onírico, soñador de la obra, nos transporta verdaderamente a otro mundo,
en el que parecemos gozar de una existencia inmaterial, etérea, como si flotáramos en
la atmósfera.
Al personaje del Peregrino, auténtico mediador entre los amantes, se le asignan, por
momentos, microintervalos tonales, mientras que Clémence debe sortear peligrosos
saltos interválicos. La historia, profunda y psicológica a la vez, nos habla de temas
como el amor y la muerte, de encuentros y de imposibilidad.
Hay también algo así como una leve aura religiosa en la obra, particularmente en la
plegaria que Clémence pronuncia al final, pero ésta es de sentido ambiguo: No
sabemos si es a Dios o a su amado fallecido a quien la dirige.
De este modo la ópera se convierte en el viaje personal del obsesionado trovador
Jaufré, anhelando lo transensorial, lo metafísico, y por qué no, a Dios mismo.
Luego de su estreno mundial, EL AMOR DE LEJOS cosechó una victoria sin precedentes
para la ópera contemporánea. Se ha representado en las capitales más importantes
del mundo, y pocos años atrás se realizó una grabación comercial de la ópera.
Argumento
La acción transcurre en Aquitania y en Trípoli, Libia, en el siglo XII. El cuarto acto se
desarrolla en un navío en alta mar, durante la travesía de Blaye a Trípoli.
Los actos primero, segundo y tercero se ejecutan sin interrupción.
Acto primero
En el castillo de Blaye. Harto de los placeres de la carne y de la corte, el poeta Jaufré
Rudel desea un amor puro, distinto y lejano, pero comprende la imposibilidad de
encontrarlo. El trovador afirma haber podido hablar de la felicidad, pero jamás haberla
encontrado.
Sus compañeros le recuerdan cuán fácil la vida le ha sido hasta ahora, pero Jaufré
nada quiere saber de reuniones en tabernas junto a sus amigos ni de pasar de brazo en
brazo con diferentes mujeres. La dama que él añora, y para quien compone sus
canciones se halla lejos.
Es bella, noble y piadosa, pero sin la arrogancia que acompaña a estas cualidades. Sus
compañeros se burlan de él, alegando que no existe tal persona.
Aparece de súbito El Peregrino, informando a Jaufré que tal dama existe, y que él la ha
conocido durante sus viajes a Libia. El poeta se halla extasiado ante las palabras del
Peregrino, pero sabe que ese distante amor nunca será suyo, aunque él le pertenecerá
para siempre.
Acto segundo
El Peregrino ha viajado a Trípoli para entablar coloquio con Clémence, la mujer ideal de
Jaufré. Francesa de origen, ha nacido en Toulouse, y cada nave que se acerca al puerto
despierta en ella los recuerdos de su amada patria, que recuerda apenada y que
declara llevar en su corazón.
Aunque su tierra no la recuerde, sí hay un caballero que piensa en ella, le dice El
Peregrino, un trovador que celebra apasionadamente su belleza desconocida para él,
un verdadero Amor Lejano. Desconcertada, Clémence le pregunta con qué derecho
hace eso.
Cuando El Peregrino cita líneas de las composiciones de Jaufré, la joven se conmueve y
duda a la vez. Se pregunta si pensaría igual luego de conocerla, alegando “Ser bella
sólo en el espejo de su poesía”.
Acto tercero
De nuevo en el castillo de Blaye, El Peregrino ha vuelto a ver a Jaufré, quien
ansiosamente quiere saber de su amor lejano. Molesto en principio porque el viajero
ha revelado su identidad a la princesa, y hasta citado de su propia obra, Jaufré se
calma y luego decide visitarla él mismo. Así podrá hacerle escuchar sus estrofas
musicales y poéticas en persona.
La escena cambia a la playa de Trípoli. Clémence canta versos de las composiciones de
Jaufré. Las damas de la corte le dicen que no hay nada bueno en un amor de lejos, sólo
sufrimiento. Pero la muchacha prefiere mantener la distancia entre ambos. Sus
canciones son como caricias poéticas, pero no sabe si amaría al hombre como ama al
poeta.
Acto cuarto
A bordo de una nave, durante el cruce del mediterráneo.
Es el primer viaje marítimo de Jaufré. Por el contrario, El Peregrino que lo acompaña
ha atravesado el mar en muchas oportunidades, y canta una alabanza rapsódica,
apostrofando a la amplitud de los cielos y al arrullador sonido de las olas. Pero en la
mente del trovador hay un sólo pensamiento: El viaje culminará con la presencia de su
amada lejana.
En un sueño, Jaufré contempla a Clémence, quien lo recibe con los brazos abiertos,
pero él no se atreve a acercársele. Tiene miedo de hallarla y de no hallarla, de morir y
de sobrevivir.
Mientras tanto, se desencadena una tempestad. Aún con sentimientos ambiguos, el
poeta desea poner pié en Trípoli, pero a su vez el pánico lo asalta. Debido a la gran
tensión de sus pensamientos, Jaufré cae enfermo, por un momento arrepentido de
haber emprendido el viaje. En su delirio, se compara a Adán, tomando el fruto del
árbol prohibido en su paraíso.
Acto quinto
En el jardín de la ciudadela de Trípoli.
Las mujeres anuncian la llegada de Jaufré. Clémence vacila al comprender que el joven
ha venido allí a verla impulsado por su demencia febril, habiendo perdido la razón por
culpa del amor.
No sabe si permanecer distante o si recibirlo con afecto. Se presenta El Peregrino
anunciando que Jaufré se halla gravemente enfermo, y que sólo Clémence puede
prolongar el momento de su muerte.
Todas las dudas y malos pensamientos se desvanecen cuando Clémence y el
moribundo Jaufré se encuentran. Ambos admiten el amor que reina en sus corazones.
El trovador expira en brazos de su amada proclamando: “En este momento tengo todo
lo que deseo. Qué más pedirle a la vida?”
Desesperada, Clémence dirige su ira hacia Dios, creyendo que en su infinito amor sería
más bondadoso y hubiera salvado la vida a Jaufré. Temiendo el castigo divino, sus
cortesanos tratan de calmarla. Con resolución, decide no pertenecer a ningún otro
hombre e ingresar en un claustro.
Con una plegaria final, quizás dirigida al distante Dios, de acuerdo con la mentalidad
del Medioevo, o tal vez a su propio amado que ya no se halla en el mundo, Clémence
concluye la ópera. Sus palabras valedictorias son: “Si tú eres amor, te adoro a ti, oh
Señor. Perdóname por mis dudas. Señor, tú eres amor…Tú eres el amor lejano.”
Reparto
La versión que transmitiremos es la del estreno mundial en el Festival de Salzburg, el
15 de agosto del año 2000.
Jaufré Rudel ……………………………………………………….barítono Dwayne Croft
Clémence, la princesa de Trípoli ………………………..soprano Dawn Upshaw
El peregrino ……………………………………………………….mezzosoprano Dagmar Pecková.
Coro Arnold Schönberg y Orquesta Sinfónica de Baden Baden y Freiburg, bajo la
dirección del maestro Kent Nagano.
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