Concepto de adultez - Dirección de Investigaciones y Postgrado

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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN ABIERTA Y A DISTANCIA
ÁREA DE INCUMBENCIA: EL ADULTO EN SITUACIÓN DE
APRENDIZAJE
UNIDAD CURRICULAR ANDRAGOGÍA
CAPÍTULO 2
CONCEPTO DE ADULTEZ
Adam, F (1970) Andragogía Ciencia de la Educación
de Adultos Universidad Nacional Experimental Simón
Rodríguez. Publicaciones de la Presidencia. Caracas,
Venezuela.
(Compilación con fines instruccionales)
II. DEFINCIÓN DE TÉRMINOS
Para precisar el campo de acción y el objeto de estudio de la Andragogía, es
conveniente definir términos y, asimismo, establecer sus relaciones con las ciencias
que la apoyan, derivan y condicionan los hechos, actos y funciones andragógicas.
1.
Concepto de adultez
Nadie niega que la adultez es un fenómeno objetivo. Pero hay que definirlo y
explicar en qué consiste.
Etimológicamente la palabra adulto, de la voz latina “adultus”, significa crecer. El
crecimiento de la especie humana a diferencia de los demás. Se manifiesta de
manera ininterrumpida y permanen te desde el punto de vista psico-social y no
biológico, que finaliza en un momento dada al alcanzar el máximo desarrollo
definir como la plenitud vital al que arriban los seres vivos en un momento dado
de su existencia, (9) siendo variable según las especies biológicas. En muchas,
este estado aparece temprano y, en otras, más tarde. El período de crecimiento y
desarrollo se prolonga considerablemente en la especie humana y, a diferencia de
los demás, se desenvuelve en etapas sucesivas, en forma prelativa, hasta alcanzar
progresivamente la adultez.
EL hombre se hace adulto no por la yuxtaposición de un aspecto de su
personalidad sobre los otros, sino por un proceso de integración de sus diferentes
estados tanto biológicos, psicológicos y mentales, así como ergológicos, sociales y
jurídicos.
2.
¿Qué es un ser humano adulto?
Hemos dicho que adultez es plenitud vital. Al aplicarla al ser humano debe
entenderse como su capacidad de procrear, de participar en el trabajo productivo
y de asumir responsabilidades inherencias a su vida social, para actuar con
independencia y tomar sus propias decisiones con entera libertad. Precisamente, el
tránsito de la dependencia, a la que fatalmente está sometido el niño y el
adolescente a la vida autónoma en lo económico y en lo social, que lo integra en la
sociedad, es lo que da fisonomía y distingue la vida del adulto del período anterior
de su existencia.
Para la Real Académica de la Lengua una persona adulta es aquella que ha
llegado al término de su adolescencia, o que ha logrado su mayor crecimiento o
desarrollo, o que ha alcanzado su mayor grado de perfección.
2
Esta definición genérica no explica el proceso que conduce a la edad adulta. El
crecimiento, siendo integral, no se desenvuelve uniformemente en los diferentes
aspectos de la personalidad del individuo; así, por ejemplo, su desarrollo biológico
culmina antes de finalizar su adolescencia y, aproximadamente alrededor de los 16
años, recién adquiere su adultez psicológica y ergológica.
Asimismo, pensar que el adulto alcanza el más lato grado de perfección, tampoco
precisa el concepto de adultez, por cuanto el ser humano jamás llega a ser
perfecto. Creemos ajustarlo, no obstante la vaguedad de la expresión, considerar
que adulto es aquel que ha alcanzado el mayor crecimiento y desarrollo.
Para Knowles “ser adulto significa estar dirigido por sí mismo”. 10 La diferencia
fundamental entre el niño y el adulto está referida al concepto de sí mismo; la
personalidad de aquél es un apéndice de éste y toda la conducta del niño gira
alrededor de la vida del adulto; sólo cuando es capaz e tomar decisiones y
autodirigirse alcanza adultez.
Esa sencilla definición es incompleta; hace énfasis en el aspecto psicológico, la
autodirección, que es un factor entre otros que conforman la adultez.
Verner señala que precisar el término “adulto” obliga a ciertas consideraciones
relativas a la edad, la madurez psicológica y el rol social. Para este autor la edad
cronológica no es un criterio adecuado ni determinante; la edad como indicador
de la adultez es variable y hasta sin sentido. Considera más apropiado aceptar el
criterio de la madurez psicológica si fuese factible medirla con precisión. En su
concepto de rol social, que conlleva responsabilidades desde el punto de vista
económico y cívico, identifica mejor la adultez. Mientras el niño es un sujeto que
no contribuye inmediata y directamente a satisfacer las necesidades de la
sociedad, el adulto, en cambio, y forma parte de la población económicamente
activa y cumple un rol productivo que la capacita para bastarse a sí mismo y
actuar independiente en sus múltiples manifestaciones de vida. Dentro de esta
concepción, Verner define al adulto expresando:
“...es la persona que llega a esa etapa de la vida en la cual asume
responsabilidades propias y generalmente por otro, y quien acepta
concomitantemente un rol, funcionalmente productivo en su
comunidad” 11
Una definición más completa que las anteriores es la que proporciona el profesor
Fernando Nogales, basado en la concepción que Antonio Ballesteros y usano
describe en su obra “Organización y Administración Escolar”, al considerar los
10
11
Knowles, Malcoms. Art. Cit.
Jonsen, Llverlght y Hallenbeccks: “Adult Educatio”. Adult Education Asosation of the USA, 1964, pág. 29.
3
factores que determinan la adultez. Esta definición asoma la idea que sostenemos
del carácter prelativo que tiene lugar en la adultez humana, y dice:
“... Un adulto es aquel individuo (hombre o mujer) que desde el
punto de vista físico ha logrado una estructura corporal
definitiva, biológicamente ha conducido un crecimiento,
psíquicamente ha adquirido una conciencia y ha logrado el
desarrollo de u inteligencia, en lo sexual ha alcanzado la
capacidad genésica; socialmente obtiene derechos y deberes
ciudadanos; económicamente se incorpora a las actividades
productivas y creadoras”. 12
3.
Carácter prelativo de la adultez
Se presentan tropiezos o inconvenientes al querer definir la adultez humana en
igual forma a como se define las demás especies zoológicas y botánicas, tomando
como punto de partida la edad cronológica. Esto es un error. La adultez en el ser
humano es un proceso acumulativo y variado. En las especies botánicas y
zoológicas es fácil distinguir y precisar este hecho, porque en ellas se da sólo la
adultez biológica. En cambio en el ser humano se llega a la plenitud vital en etapas
sucesivas y en diferentes edades.
a)
ADULTEZ BIOLÓGICA
Así podríamos hablar de una adultez biológica caracterizada por el total desarrollo
anatómico y fisiológico de los órganos de su capacidad de funcionamiento. Lo más
significativo, tanto en los seres humanos como en las demás especies, es su
capacidad de reproducción que, en los primeros, se hace presente entre los 11 y
15 años de edad con la aparición de manifestaciones fisiológicas, en el hombre y
en la mujer, de su capacidad genésica.
b) ADULTEZ PSICOLÓGICA
La adultez psicológica se manifiesta posteriormente. Se caracteriza por el
desarrollo de la actividad psíquica
en su máximo grado. Las funciones
intelectuales, emocionales y conativas adquieres mayor intensidad, amplitud y
funcionalidad. Generealmente es aceptado que, entre los 15 y 18 años de edad, el
hombre alcanza ese grado. Therman sostiene que la inteligencia, en la curva de su
desarrollo, llega a su más alto nivel entre los 15 y 16 años de edad. Wesheler lo
extiende hasta los 20, pero, si bien el desarrollo de la inteligencia como aptitud
general es fundamental en la madurez psicológica, lo importante es que el ser
12
Nogales Castro, Fernando: “Educación de Adultos”. Ministerio de Educación y B.A., Dirección Nacional
de Alfabetización y Educación de Adultos, La Paz, Bolivia, 1964, pág. 6. (Mimeografiado).
4
humano tome conciencia de sí mismo, de sí mismo, de su condición humana y del
mundo que le rodea, y está en condiciones de enfrentar lógicamente los problemas
menores de la vida diaria. El hombre se hace autoconsciente; percibe la existencia
de su “yo” a conciencia moral. Asimismo su “inconsciente”, donde se refugian las
experiencias vividas en sus primeros años (inhibiciones, afectos, represiones, etc.),
se dinamiza e influye en su conducta. De esta manera, adultez psicológica supone
la comprensión del hombre como tal. A este respecto Kilpatrick nos dice:
“...la característica resultante del yo consciente es ser capaz de
pensar sobre sí mismo en forma de lo que conoce de otros y pensar
de otros en forma de lo que conoce de sí... El ser adulto normal
humano es un ser tal autoconsciente”13
Precisamente lo que caracteriza la adultez psicológica, es la actuación responsable
de quien sabe lo que hace, por qué lo hace y los efectos que deriva su conducta.
c) ADULTEZ SOCIOLÓGICA
La adultez social se manifiesta en tres sectores: en el trabajo, en la participación
social (política y cívica) y en la responsabilidad jurídica.
Casi todas las normas legales establecen la edad de 16 años como punto de
partida para que el ser humano se incorpore a la fuerza laboral, condicionando la
jornada de trabajo a un horario de seis horas diarias, previa autorización paterna.
En este período, las aptitudes intelectuales y físicas han madurado suficientemente
para las personas subsistan con independencia y capacidad. Su intervención en los
problemas laborales, políticos y ciudadanos, manifiestan su madurez psicológica,
ergológica y además su adultez sociológica propiamente dicha. La propia sociedad,
y al referirnos a ella estamos indicando a la sociedad adulta plena, reguladora del
ordenamiento de la vida comunitaria, confiere a los adultos jóvenes el derecho a
intervenir en los problemas políticos al concederle el derecho de elegir a los
poderes que representan al Estado. A la mujer se le otorga, en muchas
legislaciones, la facultad de contraer, matrimonio sin la autorización de los
mayores, cumplidos los 18 años de edad. La orientación de la vida del hombre, su
organización, su desenvolvimiento y, en general, la construcción de su destino,
dependen de la responsabilidad con que se adopten decisiones propias. Esto
significa madurez social.
La adultez social implica también ideología política. La posesión de ciertos criterios
sobre el orden económico y social encauzan su comportamiento cívico, ajustando
13
Kilpatrick. W.H.et. al.: “Filosofía de la Educación”, Editorial Losada, S.A., Buenos Aires, Argentina, 1958,
págs. 17-18.
5
su conducta a los procedimientos normativos existentes, sin que ello signifique
aceptación o resignación frente a los mismos. El adulto joven que ha alcanzado la
madurez social (adultez social) está en condiciones de promover la renovación. La
inconformidad es característica humana, que incide en el progreso. Cuando el ser
humano actúa de acuerdo a una concepción de la realidad para organizar su
conducta y resolver los variados problemas de su vida en comunidad, podemos
decir que ha alcanzado su madurez social.
Y, por último, nos referimos ala adultez jurídica, que ya nos es protestativa del
hombre como individuo, sino de la sociedad, que la determina y otorga. De esta
manera la carta fundamental, en la mayoría de los países, concede al hombre
derechos y liberales, le impone deberes y le señala responsabilidades entre los 20
y 21 años de edad.
Este enfoque general sobre el adulto, como objeto de estudio de la Andragogía y
los fines que ésta persigue -establecer los métodos, la organización y otros
aspectos destinados a hacer de la educación de adultos una tecnología útil al
desarrollo integral de la especie humana-, no tiene un carácter absoluto sino
relativo. Para la Andragogía, desde el punto de vista de la enseñanza-aprendizaje,
el acto andragógico se caracteriza por un enriquecimiento de la experiencia
humana; los factores jurídicos, políticos y cívicos son secundarios en la formación
del hombre: en cambio, sí son fundamentales los biológicos y sociales. Estos
últimos son indicadores de la toma de conciencia del hombre, de su capacidad de
producir y de sus posibilidades para decidir su destino y el de la sociedad que
integra, a la que pertenece y en la cual vive.
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