recensiones bibliográficas Exposiciones temporales: organización, gestión y coordinación Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes Fernando Sáez Lara Dirección General de las Bellas Artes y Bienes Culturales Madrid Fernando Sáez Lara es licenciado en Geografía e Historia y pertenece al Cuerpo Facultativo de Conservadores de Muesos. Durante siete años ha formado parte del equipo del Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid), donde ha desempeñado las tareas de administrador y jefe del Departamento de Investigación, además de colaborar en la redacción, desarrollo y aplicación del Plan Museológico del museo. Actualmente es Jefe de Área de la Unidad de Apoyo de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, en el Ministerio de Cultura. Y es subdirector del Máster on-line de Museología y Museos de la Universidad de Alcalá de Henares y Liceus, así como director o coordinador de otros cursos especializados de esta plataforma digital. Ministerio de Cultura, Madrid, 2006 http://www.mcu.es/promoArte/MC/ExpoTemp/index.html Conservación preventiva y procedimientos en exposiciones temporales Ch. Fernández, F. Arechavala, P. Muñoz-Campos y B. Tapol Grupo Español de IIC y Fundación Duques de Soria, Madrid, 2008 http://ge-iic.com/index.php?option=com_content&task=blogsection&id=1 2&Itemid=40 [email protected] En los últimos dos años, han aparecido oportuna y sucesivamente en el panorama editorial vinculado a los museos sendas publicaciones cuya finalidad es contribuir a sistematizar y ordenar los procedimientos administrativos y técnicos propios de la organización de exposiciones temporales. Precisamente por esta coincidencia y porque entre las dos ponen la base para un corpus metodológico en este sensible ámbito de la gestión y la difusión de las colecciones museísticas, las comentamos aquí conjuntamente. También para, desde estas páginas, sumarnos a la promoción de su existencia, de su consulta y, en definitiva, de su incorporación a la práctica habitual en el terreno de las necesarias pero a veces también excesivas exposiciones temporales. 292 Es esa inflación de temporales que tanto preocupa a los responsables de las colecciones –y el descuido con que en ocasiones se organizan, cuando no ponen a prueba el equilibrio entre conservación y rentabilidad social– la que hace más oportuna la edición de estos manuales. No sobra ninguno de los dos. Es más, se han hecho esperar demasiado, si tenemos en cuenta que no es una situación nueva. Quizás lo que haya precipitado definitivamente su redacción y haya motivado su necesidad sea no tanto el aumento de este tipo de proyectos como la paulatina incorporación a este fenómeno de un sinfín de organismos y entidades sin la experiencia ni la necesaria preparación a la hora de afrontar el reto de llevar a buen puerto, sin con- culcar los principios básicos de conservación ni los valores esenciales de las colecciones y con una rentabilidad social más que dudosa, este tipo de iniciativas. Es, por tanto, fundamental que los organismos –como, en el primer caso, la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Cultura (en adelante SGPBA)– o los técnicos –como, en el segundo caso, los integrantes del equipo multidisciplinar que firma el libro– que sí tienen esa experiencia muestren el camino a quienes se incorporen por primera vez al exigente mundo de la organización de temporales. Bienvenidos sean, pues, estas obras llamadas a constituir –si no la constituyen ya– una referencia fundamental en este contexto. Analicémoslas ahora una a una. El libro de la SGPBA se enmarca dentro del esfuerzo que en los últimos años están realizando las Unidades de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura para definir metodologías comunes y manuales de procedimiento en materia de planificación y organización al servicio de los museos y entidades dependientes del Departamento, tanto para apoyar y facilitar sus tareas de gestión como para fijar un lenguaje compartido que permita un mejor entendimiento entre museos y órganos superiores. Los mejores exponentes de esta política son el sistema Domus y el manual de planificación de museos promovidos por la Subdirección General de Museos Estatales. Un objetivo secundario de estas iniciativas es que puedan servir, con las necesarias adaptaciones, como modelos para otras Administraciones e instituciones implicadas en la gestión de museos y exposiciones. Y así en buena medida está sucediendo, pese a que, como es lógico, cabe achacar a estos manuales el estar muy condicionados por el marco jurídico, administrativo y procesal de la Administración General del Estado y el Ministerio de Cultura, así como por lo que podríamos llamar sus «tradiciones», todas esas reglas y criterios no escritos que sin embargo existen en todas las administraciones públicas. Pero a falta de pan... El libro ha sido redactado por un equipo de la SGPBA dirigido por la entonces subdirectora general, Elena Hernando, y ha contado con el asesoramiento de otros técnicos del Ministerio, e incluso ajenos, aunque se echa en falta una mayor aportación de otros agentes involucrados en la organización de exposiciones, incluso cuando se trata de proyectos promovidos por la propia SGPBA. Si hay un pero que cabría ponerle a este libro es la configuración que se hace en él del equipo productor de las exposiciones, el cual responde a un modelo tradicional y aún dominante que se traduce en la existencia de un comisario científico y un diseñador omnipotentes bajo cuya batuta actúan, con carácter secundario, otros especialistas tales como los expertos en conservación y en comunicación. Y, como consecuencia de ello, también cabría achacarle una cierta falta de énfasis en todo lo relativo a los principios y métodos en materia de conservación implicados en la producción de las exposiciones. Y lo mismo se podría decir de la comunicación, cuando el futuro de este tipo de proyectos, si queremos que cumplan con su función social, pasa Lo que este manual pretende es favorecer una cultura de la prevención en el ámbito de las exposiciones temporales que se entiende como un compromiso necesario e ineludible y como una garantía, pero también como una fórmula para la mejor gestión y planificación de las exposiciones 293 por la constitución de equipos multidisciplinares en los que cada uno aporte su granito de arena para que la exposición funcione como el vehículo de diálogo con segmentos cada vez más amplios de la población que tiene que ser. También se echa de menos, en el mismo sentido, que los procedimientos fijados por este manual no incluyan, como parte esencial e indivisible de los proyectos, la metodología propia de la evaluación de exposiciones. En definitiva, habría sido una gran oportunidad para, además de consolidar, fijar y promover la metodología ya muy rodada en el seno de la SGPBA, dar un paso más –dos en vez de sólo uno- y avanzar los criterios que deberían regir la organización de exposiciones en el futuro más inmediato. Pero, en cualquier caso, es de suponer y desear que en un plazo no muy largo el manual será revisado y actualizado. Precisamente la prueba de que, sobre la base establecida por el libro de la SGPBA, podemos y debemos seguir avanzando, en un esfuerzo colectivo y con aportaciones de otros ámbitos técnicos implicados en la organización de exposiciones, es el otro libro que aquí traemos a colación, publicado sólo dos años después y que pone el énfasis que le faltaba a aquel en la necesidad de encontrar una simbiosis total entre los procedimientos de gestión y los relacionados con la conservación de las colecciones en movimiento. Contenido de Exposiciones temporales: organización, gestión y coordinación Organización - Viabilidad del proyecto - Normas de actuación - Configuración del equipo - Desarrollo del proyecto Convenios de colaboración - Consideraciones generales - Convenios de la SGPBA - Procedimiento Gestión económica - Programación - Gestión financiera - Contratación administrativa Coordinación técnica - Preparación - Exhibición - Clausura y desmontaje Anexos - Gestión económica (7 pliegos de condiciones) - Coordinación técnica (formularios y cuestionarios) 294 Publicado por iniciativa del Grupo Español del Institute for Conservation of Historic and Artistic Works y con el apoyo de ICOM España, sus autores tienen esa diversidad que quizás le faltaba al manual anterior. Cada uno representa a diferentes agentes en el ámbito que nos ocupa: los museos estatales (MuñozCampos), los museos autonómicos (De Tapol) y las empresas que trabajan al servicio de estos proyectos expositivos (Fernández, con una larga experiencia, además, en relación con uno de esos entes públicos de nuevo cuño nacido precisamente al abrigo del fenómeno de grandes dimensionas políticas y económicas de las exposiciones «de prestigio»: la SEACEX, por cuyas manos pasan objetos de las más variada tipología y procedencia camino de todos los rincones del globo). También representan a diferentes culturas metodológicas: la mexicana (Arechavala), con gran influencia de la estadounidense y con gran influencia a su vez sobre otros países de Latinoamérica; y la española (Fernández, MuñozCampos y De Tapol), con gran influencia de la centroeuropea (encarnada a su vez por De Tapol). En este sentido, y en esto va también un paso más allá que el libro de la SGPBA, este segundo manual no nace sólo con vocación nacional, sino también con el objetivo de tender puentes en el contexto globalizado de las exposiciones de carácter internacional. Además, el resultado final es el fruto de dos encuentros profesionales mantenidos respectivamente en México (2006) bajo los auspicios del Centro Cultural de España en la capital azteca, entonces dirigido por la actual directora general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Ángeles Albert, y en Madrid (2007), en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, donde a su vez se presentó el libro a finales de 2008, con la intervención de los Duques de Soria, el presidente de la fundación que lleva su nombre, la presidenta del Grupo Español de IIC, el director del museo y el entonces director general, José Jiménez. Un total de treinta y ocho profesionales de los dos países han partici- pado en la revisión de los formularios y documentos incluidos en los anexos. Y el libro cuenta con las aportaciones de varias firmas invitadas, entre las que destacan las de Sofia Rodríguez Bernis, Ángela García Blanco, Carlota Álvarez Basso y Rafael López Guzmán. Tras su publicación, y con el fin de seguir avanzando en los objetivos que se fijó el Grupo Español del IIC, ya ha tenido lugar un tercer encuentro, en octubre de 2008, esta vez en Sao Paulo y dentro del programa ACERCA de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo. En él, se han revisado los anexos técnicos, se han añadido aquellas particularidades derivadas de la realidad brasileña y se ha puesto en marcha una edición en portugués que permitirá tener publicado este trabajo colectivo en los dos idiomas de referencia en Iberoamérica. Tal y como ya hemos apuntado, y pese a lo que pueda sugerir el título, este segundo manual no reúne sólo un conjunto de procedimientos relativos a la conservación de los bienes en movimiento, sino que constituye un guía completa para organizar y gestionar el contenido físico de las exposiciones en la que las necesidades de conservación están presentes en todos los pasos y procedimientos, los conforman y condicionan, no como filtro o freno de esos procedimientos sino más bien como actitud permanente, de modo que esas necesidades no se tengan en cuenta en un segundo plano o de golpe y en una fase demasiado avanzada del proceso, cuando sí constituyen un verdadero problema, provocando el retraso, el aumento del coste o ciertas modificaciones del proyecto, o, lo que sería aún peor, provocando su incorrecta satisfacción, sin garantías y con una clara falta de responsabilidad por parte de los organizadores, tal y como sucede, como todos sabemos y lamentamos, más a menudo de lo que debería. Lo que este manual pretende, en definitiva, es favorecer una cultura de la prevención en el ámbito de las exposiciones temporales, compartida por todos, indiscutible e irreversible. Una cultura que poco a poco se abre paso en el contexto afín pero no siempre coincidente de los museos. Un concepto de la prevención en el que esta se entiende como un compromiso necesario e ineludible y como una garantía, pero también como una fórmula para la mejor gestión y planificación de las exposiciones, con un pequeño, regular y programado aumento de los recursos a ellas asignados que evite asumir riesgos y costes imprevisibles a la hora de la verdad. La forma más inteligente de lograrlo era –es– sin duda mostrar el camino, dar los problemas metodológicos ya resueltos, ayudar a las entidades dispuestas a organizar exposiciones –tantas– y a hacerlo bien –desgraciadamente no tantas– a se- guir esta metodología unificada poniendo en sus manos el bastón en que apoyarse. Y, además, hacerlo sin entrar en contradicciones con los métodos ya existentes y muy rodados aunque incompletos, integrándolos y dándoles una nueva forma, sin crear una fisura insalvable entre lo viejo y lo nuevo, sin añadir obstáculos en el camino de todos los organizadores de exposiciones que decidan mejorar sus métodos. Quizás ahora lo que hace falta es que algún otro equipo se anime a definir, sobre la misma base, la metodología necesaria para desarrollar esa otra parte que echábamos en falta en el manual de la SGPBA: la comunicación en las exposiciones. Contenido de Conservación preventiva y procedimientos en exposiciones temporales Áreas de competencia Diagrama de áreas Descripción de las áreas - Gestión y organización - Comisariado - Comunicación y educación - Conservación y restauración - Diseño y montaje Etapas - Gestación - Organización - Desarrollo Fases y procesos A. Propuesta expositiva B. Gestión de préstamos C. Programación y producción D. Montaje e instalación E. Periodo expositivo F. Desmontaje y dispersión Etapas, fases y procesos Anexos 26 documentos de apoyo y formularios de uso 295