JUICIO ADMINISTRATIVO: JA- 0242/2010

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JUICIO
ADMINISTRATIVO:
0242/2010-I
ACTOR: ALEJANDRO
REYNOSO Y OTROS.
DEL
JA-
VALLE
AUTORIDAD
DEMANDADA:
SECRETARÍA
DE
SEGURIDAD
PÚBLICA
DEL
ESTADO
DE
MICHOACÁN Y OTRAS.
MAGISTRADO
PONENTE:
SERGIO FLORES NAVARRO.
LIC.
SECRETARIO
DE
ESTUDIO
Y
CUENTA:
JESÚS
SANTOS
VELÁZQUEZ GUERRERO.
Morelia, Michoacán, veintitrés de agosto de dos mil
once.
VISTOS para dictar sentencia definitiva dentro del
expediente administrativo número JA-0242/2010-I; y
RESULTANDO
PRIMERO. Mediante escrito presentado el cinco de julio
de dos mil diez, ante el Secretario de Acuerdos de la
Segunda Ponencia de este Tribunal de Justicia Administrativa
del Estado de Michoacán, Alejandro del Valle Reynoso,
JA-0242/2010-I
1
Andrés Suárez Madrigal, Gerardo Gómez Cortes, Gisel
Gómez Cendejas, Isabel Bueno García Reyes, Jesús
Toaca Saenz, José María Capri Sánchez, Kitzia González
Simón
(Sinuén),
Melvas
Olivas
Durazno,
Osvaldo
(Oswaldo) Chávez Torres, Cristie Deye y Rosa María Miki
Rivadeneira, por su propio derecho presentaron demanda
administrativa en contra de las autoridades siguientes:
Gobernador Constitucional del Estado, Secretaría de
Seguridad
Pública
y
Secretaría
de
Finanzas
y
Administración, todas del Estado de Michoacán, señaló
como
actos
impugnados
y
acciones
intentadas,
las
siguientes:
Actos impugnados:
De la Secretaría de Seguridad Pública del Estado:
1. Las multas administrativas bajo los números de folio
siguientes: 5566775; 5566785; 5566786, 5566792;
5566790,
5566788;
5566795;5566798;
556776;
5566791;556679 y 5566789, todos de fecha doce de
junio del 2010.
2. Las detenciones administrativas de todos los
promoventes. Si bien es cierto, estas se consumaron en
cuanto a la restitución, no así para los efectos que
permanecen susceptibles de revisión judicial1 para la
determinación de la responsabilidad patrimonial por la
irregularidad de la prestación del servicio público. Con
fundamento en el artículo 292 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, que establece el
principio pro homine, este órgano de control se encuentra
obligado a realizar toda interpretación jurídica en el
1
(Se transcriben datos de localización). IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE
AMPARO. LAS CAUSALES QUE LA PREVÉN DEBEN INTERPRETARSE DE
MANERA ESTRICTA, A FIN DE EVITAR OBSTACULIZAR INJUSTIFICADAMENTE
EL ACCESO DE LOS INDIVIDUOS A DICHO MEDIO DE DEFENSA. (Se transcribe
texto y precedentes)
2
Se transcribe jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos:
Caso del Tribunal Constitucional VS. Perú, sentencia de 24 septiembre de 1999
(Competencia)
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2
sentido que otorgue mayor protección3 a los
administrados, prohibiéndose todo sentido restrictivo
para el pleno ejercicio de los derechos y libertades
fundamentales. El pago de la responsabilidad patrimonial
de la autoridad por las detenciones administrativas.
3. Las declaraciones imprecisas sobre los hechos que
motivan el presente litigio de convencionalidad sobre los
actos y resoluciones administrativos, en la entrevista que
concedió a CBtelevisión de Michoacán, mismas que
fueron difundidas en el Noticiero nocturno del doctor
Ignacio Martínez, el día Lunes catorce de junio de los
corrientes, a efecto que se lleve la rectificación de la
información vertida en el medio de comunicación
referido.
Del Gobernador Constitucional del Estado:
La omisión administrativa: por no haberse cumplido lo
dispuesto en el artículo 2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos de adecuar en el ámbito de su
competencia constitucional y legal, la normatividad para
garantizar las garantías del debido proceso prescripto en
el artículo 8 del citado texto convencional frente a las
detenciones administrativas. Sin que se pretenda se
obligue a legislar, sino se declare la responsabilidad
patrimonial por el incumplimiento convencional que
produjo la irregularidad en la prestación del servicio
público.
De la Secretaría de Finanzas y Administración del
Estado:
El cobro de las multas administrativas, detalladas en el
primer acto impugnado.
Acciones intentadas:
“1. Acción de nulidad lisa y llana de los actos y
resoluciones que se reclaman.
2. Acción de condena.
3. Acción declarativa para la plena restitución del
ejercicio de los derechos y libertades afectados por la
conducta administrativa.
SEGUNDO.
Por
razón
de
turno,
la
Magistrada
Instructora de la Tercera Ponencia se avocó al conocimiento
3
(Se transcriben datos de localización). PRINCIPIO PRO HOMINE. SU APLICACIÓN
OBLIGATORIA. (Se transcribe texto y precedentes)
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3
del asunto y el doce de julio de dos mil diez previno a los
actores a efecto de que completaran y aclararan su
demanda, prevención a la que dieron cumplimiento mediante
escrito presentado en tiempo y forma, ante la Secretaría
General de Acuerdos de este Tribunal Administrativo.
TERCERO. Mediante escrito de trece de julio del dos
mil diez los actores manifestaron a través de su autorizado la
fecha
de
conocimiento
de
los
actos
administrativos
impugnados consistentes: en las multas administrativas; las
detenciones administrativas; el pago de la responsabilidad
patrimonial por incumplimiento convencional en la prestación
del servicio público y el cobro de las multas administrativas.
En virtud de dichas manifestaciones, la Magistrada
Instructor en esa misma fecha desechó la demanda por
considerar extemporánea su presentación, actualizándose la
causal de improcedencia prevista en el artículo 205, fracción
IV, en relación con el precepto 223, del Código de Justicia
Administrativa del Estado.
De
igual
forma,
respecto
al
acto
impugnado,
concerniente a la entrevista atribuida a la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado a CB televisión de Michoacán y
difundida en el Noticiero Nocturno el catorce de junio de dos
mil diez a través del canal seis, se declaró la actualización de
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la causal del improcedencia establecida en el artículo 205,
fracción X en relación con el numeral 6, todos del Código de
Justicia Administrativa del Estado, en virtud de que el acto
impugnado no constituye un acto administrativo.
Razonamientos los anteriores que sirvieron de sustento
a la Instructora para no admitir la demanda en cuestión.
CUARTO. Con fecha dieciséis de julio de dos mil diez el
autorizado de los accionantes solicitó la excusa de la
Magistrada de la Tercera Ponencia de seguir conociendo del
presente controvertido, acordando la Instructora en data dos
de agosto de dos mil diez, remitir los autos del presente juicio
al
Pleno
de
la
Sala
de
este
Tribunal
de
Justicia
Administrativa, para que de proceder la excusa se turnara al
Magistrado
que
correspondiera,
la
cual
se
declaró
procedente. La Sala calificó de procedente la excusa y
ordenó el turno del expediente al Magistrado Instructor de la
Primera Ponencia.
QUINTO. Asimismo, el autorizado de los actores,
presentó recurso de reconsideración en contra del proveído
de trece de julio del año dos mil diez, por el cual se le tuvo
por no admitida la demanda, radicándose bajo el número de
expediente JA-R-0058/2010-I y en data treinta y uno de
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agosto del año dos mil diez, la Sala Colegiada resolvió que
los agravios resultaron fundados para revocar el acuerdo del
trece de julio del dos mil diez, respecto a la no admisión de la
demanda y ordenó al Magistrado Instructor emitir un nuevo
acuerdo donde tenga a los actores por presentando la
demanda dentro del término de los quince días hábiles, tanto
en el acuerdo como en la certificación respectiva, asimismo
omitiera
realizar
consideración
alguna
sobre
si
las
declaraciones de la Secretaría de Seguridad Pública del
Estado, en entrevista al Noticiero nocturno del doctor Ignacio
Martínez del lunes catorce de junio de dos mil diez, a través
de CBtelevisión de Michoacán, es un acto administrativo o
no.
SEXTO. Ahora bien, mediante proveído de fecha
veintiocho de septiembre de dos mil diez, el Magistrado
Instructor de la Primera Ponencia de este Tribunal de Justicia
Administrativa, admitió a trámite la demanda en la vía
ordinaria
administrativa,
ordenó
correr
trasladó
a
las
autoridades demandadas, admitió las probanzas ofertadas
por los actores a excepción de la redactada en idioma
extranjero, por lo que se le requirió a efecto de que la
presentara acompañada de su traducción al castellano, así
como de las copias simples de las credenciales para votar a
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nombre de Snagines Contreras Irma y C Acosta Lafon
Susana; de igual forma precisará el objeto de su exhibición al
no figurar como actores y, por último, se abstuvo de acordar
lo conducente respecto a la medida cautelar solicitada, hasta
estar en posibilidad de hacerlo.
Respecto al cumplimiento del requerimiento de las
pruebas ofertadas, el autorizado de los demandantes se
desistió de la documental presentada en idioma extranjero y
en relación a las copias simples de las credenciales de
elector a nombre de Sangines Contreras Irma y C. Acosta
Lafon Susana, no se admitieron al no tener las citadas
personas el carácter de actoras dentro del presente proceso
administrativo.
SÉPTIMO. A efecto de resolver sobre la medida
cautelar, una vez recibidas las constancias solicitadas a la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Michoacán,
mediante acuerdo de fecha catorce de octubre de dos mil
diez, por una parte se resolvió que no había lugar a conceder
la medida cautelar respecto al resguardo de las fotografías
que les fueron tomadas a los accionantes, al desprenderse
del informe de la autoridad la inexistencia de las mismas; y
por otra parte, se concedió a efecto de que la autoridad
demandada antes mencionada, ordenara la protección de los
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datos, registros, fotografías y cualquier documento que obre
en la dependencia de los datos de los actores en juicio o que
haga referencia a los hechos acontecidos.
OCTAVO. En contra del auto de fecha veintiocho de
septiembre de dos mil diez, mediante el cual se admitió a
trámite la demanda de nulidad, la autoridad demandada
interpuso recurso de reconsideración, y se radicó bajo el
número de expediente JA-R-0073/2010-II, mismo que se
resolvió en data tres de diciembre de dos mil diez, declarando
la Sala infundados los agravios esgrimidos por el recurrente y
confirmando el acuerdo de admisión de la demanda.
NOVENO.
Resuelto
que
fue
el
recurso
de
reconsideración, el Magistrado Instructor emitió diversos
proveídos respecto a las contestaciones que presentaron en
su momento las demandadas, en los que acordó:
En fecha siete de marzo de dos mil once, tuvo por
contestando en tiempo y forma legal a la demandada
Secretario de Finanzas y Administración del Estado de
Michoacán.
En data nueve de marzo de la misma anualidad, acordó
tener al Secretario de Seguridad Pública, por contestando ad
cautelam a la demanda, y admitió las pruebas ofertadas.
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Por último el once del mismo mes y año, tuvo al
representante legal del Gobernador Constitucional del
Estado, por contestando en tiempo y forma a la demanda
interpuesta en contra de su representado, le admitió las
pruebas ofertadas, y el incidente de previo y especial
pronunciamiento por falta de personalidad y personería de los
promoventes y, por consecuencia, de su autorizado, por lo
cual se formó el incidente de falta de personalidad, el que se
resolvió improcedente mediante resolución interlocutoria del
veintiséis de abril de dos mil once, misma que quedó firme al
no haberse impugnado.
DÉCIMO. En razón de la sentencia de mérito, se
resolvió que las diferencias entre los diversos nombres de los
actores no es motivo para considerar que se trataba de
personas distintas a las accionantes.
La anterior resolución debe tomarse en cuenta en la
presente resolución para la valoración de las pruebas
documentales.
UNDÉCIMO. La audiencia de ley, se celebró en data
veintiocho de junio de dos mil once, en la que se hizo constar
la asistencia de la actora y de los apoderados jurídicos de la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado; en dicha
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audiencia se desahogaron las pruebas ofrecidas, y se abrió el
período de alegatos, en el cual únicamente la demandante y
las autoridades Gobernador del Estado de Michoacán de
Ocampo y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado
ejercieron tal derecho, los que se tomarán en consideración
en caso de que sean alegatos de bien probado o si en ellos
se controvierten los argumentos de la contestación de la
demanda o se objetan o refutan las pruebas ofrecidas por la
contraparte.
Una vez agotadas las etapas probatoria y de alegatos,
se turnaron las actuaciones para proyecto de resolución, en
el término de ley.
CONSIDERANDO
PRIMERO. Fundamentación de la competencia del
órgano jurisdiccional. El Tribunal de Justicia Administrativa
del Estado de Michoacán de Ocampo, es competente para
conocer y resolver el presente asunto, en términos de lo
dispuesto por los artículos 143, 144, 154 fracción V, 157, 158,
159 fracción I y 163 fracción I del Código de Justicia
Administrativa de esta Entidad Federativa.
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SEGUNDO. Acreditación de los actos impugnados.
Los actores hicieron consistir varios actos impugnados en
contra de las autoridades demandadas. Los primeros
consistentes en las multas administrativas y su cobro del
doce de junio de dos mil diez, identificadas con los folios
números 5566775, 5566785, 5566786, 5566792, 5566790,
5566788, 5566795, 5566798 (exhibida en copia simple y a
foja 251 existe una original), 556776 (sic) siendo el correcto
el 5566776, 5566791, 556679 (sic) siendo el correcto el
5566779 y 5566789 a nombres de Alejandro Valle Reynoso,
Andrés Suárez Madrigal, Cristie Deye, Gerardo Gómez
Cortes, Gisel Gómez Cendejas, Isabel Bueno García Reyes,
Jesús Toaca Saenz, José María Capri Sánchez, Kitzia
González Sinuén, Melvas Olivas Durazno, Oswaldo Chávez
Torres y Rosa María Miki Rivadeneira, las que obran a fojas
cincuenta y dos a la sesenta y tres y se corroboran con las
exhibidas por las demandadas a fojas doscientos cuarenta a
la doscientos cincuenta y uno, documentales públicas a las
que se les otorga valor probatorio pleno conforme a los
artículos 424 fracción III y 530 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado de Michoacán de Ocampo, al ser de
aplicación supletoria al Código de Justicia Administrativa,
conforme lo establece en su artículo 263, se tiene por tanto
acreditado los actos impugnados.
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De igual forma, señalaron como actos impugnados las
detenciones administrativas que se acreditaron con la
documental denominada REMISIONES del doce de junio de
dos mil diez expedidos a nombre de Alejandro Valle
Reynoso, Oswaldo Chávez Torres, Andrés Suárez Madrigal,
Gerardo Gómez Cortes, Isabel Bueno García, Gisel Gómez
Cendejas, Cristie Deye, Rosa María Miki Rivadeneira, Kitzia
González Simón, Jesús Alberto Toaca Saenz, José María
Capri Sánchez y Melvas Olivas Durazno, las que obran de la
foja doscientos treinta y ocho a la doscientos treinta y nueve,
exhibidas por la codemandada Secretaría de Seguridad
Pública del Estado, documentales públicas a las que se les
otorga valor probatorio pleno conforme a los artículos 424
fracción III y 530 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado de Michoacán de Ocampo, al ser de aplicación
supletoria al Código de Justicia Administrativa, conforme lo
establece en su artículo 263, y con los que se acredita la
detención de los actores por faltas a la moral, por parte de los
elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado
el doce de junio de dos mil diez y su remisión a barandillas.
En razón de lo anterior, se tiene por debidamente
acreditado la existencia de los actos impugnados.
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TERCERO. Determinación de las causales de
improcedencia y sobreseimiento. Con fundamento en el
último párrafo del artículo 205 del Código de Justicia
Administrativa del Estado de Michoacán, una vez realizado el
examen de las constancias que integran el presente juicio, se
procede al estudio de las causales de improcedencia que
hicieron valer las autoridades demandadas.
III.1. Respecto a la primera de las causales de
improcedencia hechas valer por el Secretario de Seguridad
Pública del Estado y la Consejería Jurídica del Ejecutivo del
Estado, en representación del Gobernador del Estado,
consistente en la existencia del consentimiento tácito de los
actos impugnado previsto en el artículo 205, fracción IV, del
Código de Justicia Administrativa del Estado, al considerar
que la presentación de la demanda fue extemporánea, se
estima no actualizada.
La citada causal fue motivo de estudio en el recurso de
reconsideración número JA-R-0058/2010-I interpuesto por
los actores en contra del acuerdo del trece de julio de dos mil
diez emitido por la Magistrada Instructor de la Tercera
Ponencia de este Tribunal de Justicia Administrativa del
Estado, donde determinó desechar la demanda por la citada
causal.
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No obstante, en la resolución del treinta y uno de
agosto de dos mil diez la Sala del Tribunal de Justicia
Administrativa del Estado determinó revocar el acuerdo y se
ordenó tener por presentada la demanda dentro del término
de los quince días a que hace referencia el artículo 223 del
Código de Justicia Administrativa del Estado.
Lo anterior fue refrendado mediante la resolución del
tres de diciembre de dos mil diez, al resolver este órgano
jurisdiccional el recurso de reconsideración número JA-R0073/2010-II promovido por la Consejería Jurídica del
Ejecutivo del Estado en contra del proveído del veintiocho de
septiembre del dos mil diez emitido por el Magistrado
Instructor de la Primera Ponencia de este Tribunal de Justicia
Administrativa del Estado, donde se confirmó el citado
acuerdo ante la inoperancia de los agravios respecto a la
extemporaneidad de la presentación de la demanda de los
actores.
III.2. Una diversa causal de improcedencia que hace
valer la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y la
Consejería
Jurídica
del
Ejecutivo
del
Estado,
en
representación del Gobernador del Estado, consiste en que
los actos se encuentran consumados de forma irreparable al
ser la detención un acto instantáneo y que cesó una vez
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pagada la multa administrativa, con la cual recobraron los
actores su libertad.
Causal de improcedencia que a criterio de este Tribunal
de Justicia Administrativa del Estado no se actualiza en la
presente hipótesis fáctica.
En ese orden de ideas se torna necesario, ante todo,
precisar qué debe entenderse por actos consumados de
modo irreparable y si el Tribunal de Justicia Administrativa del
Estado tiene competencia para conocer de ellos, a efecto de
establecer cuándo opera la causa de improcedencia materia
de estudio, para lo cual se transcriben los artículos 154,
fracción V, 205, fracción II, y el 280 del Código de Justicia
Administrativa del Estado, este último únicamente en la parte
que establece los efectos de la sentencia donde proceda la
nulidad respecto de actos positivos, por compartir el cese esa
naturaleza:
Artículo 155. Además, tendrá competencia para:
...
V. Para conocer de juicios de pago de daños y
perjuicios derivado de actos o resoluciones consumados
de manera irreparable en perjuicio del particular por las
autoridades administrativas.
Artículo 205. El juicio ante el Tribunal es improcedente
contra actos o resoluciones:
...
II. Que se hayan consumado de un modo irreparable;
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15
...
Artículo 280. Las sentencias que declaren fundada la
pretensión del actor, dejarán sin efecto el acto
reclamado y fijarán el sentido de la resolución que deba
dictar la autoridad responsable, para restablecer al actor
en el ejercicio de sus derechos.
...
Conforme al primero de los numerales transcritos es
improcedente
el
juicio
de
nulidad
cuando
los
actos
reclamados deban considerarse consumados de modo
irreparable.
Ahora bien, la interpretación armónica de los artículos
205, fracción II y 280 del Código de Justicia Administrativa
del Estado, lleva a concluir que por actos consumados de
modo irreparable debe entenderse aquellos que han
producido todos sus efectos, de manera tal que no es posible
restablecer al actor en el goce de sus derechos, lo cual lleva
a estimar improcedente la acción de nulidad, dado que para
el caso en que se proceda la nulidad del acto, la sentencia
respectiva carecería de efectos prácticos, al no ser
materialmente posible reparar la violación de que se trate.
Sin embargo, excepción a ello existe la hipótesis
normativa contenida en el artículo 155, fracción V, del Código
de
Justicia
competencia
Administrativa
para
que
del
Estado
este
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que
Tribunal
de
otorga
la
Justicia
16
Administrativa del Estado pueda conocer respecto de la
acción de daños y perjuicios, cuando estos sean causados
por efectos de la consumación de los actos de manera
irreparable.
Cabe señalar que la consumación irreparable de que se
habla es de naturaleza material o física, esto es, aquella que
por haber producido todas sus consecuencias materiales,
hace que el restablecimiento del derecho tutelado quede
fuera del alcance de los instrumentos jurídicos.
Ahora bien, es cierto que la Suprema Corte de Justicia
de la Nación a través de su Segunda Sala ha establecido que
cuando un arresto se ha ejecutado es improcedente el juicio
de amparo por constituir un acto consumado de modo
irreparable, ya que considera que la violación a la libertad
personal
ejecutada
quedó
fuera
del
alcance
de
los
instrumentos jurídicos para restituir al quejoso en el goce de
ese derecho, al ser físicamente imposible reintegrarle la
libertad de la que fue privado, pero aclara que no es factible
que a través del juicio de amparo se pueda reparar los daños
y perjuicios que tal acto pudo ocasionar, al no ser su materia
de estudio, esto lo sostuvo en la jurisprudencia intitulada
ARRESTO. SI YA SE EJECUTÓ, EL JUICIO DE AMPARO
PROMOVIDO EN SU CONTRA, ES IMPROCEDENTE, POR
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CONSTITUIR
UN
ACTO
CONSUMADO
DE
MODO
IRREPARABLE.4
No obstante, la hipótesis estudiada por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en el juicio de amparo no es
aplicable al proceso contencioso administrativo establecido
en el Código de Justicia Administrativa del Estado, ya que
una de las acciones que el actor puede ejercitar ante este
órgano jurisdiccional es precisamente la acción de daños y
perjuicios en contra de los actos de autoridad, en términos
del artículo 193, fracción III, del Código de Justicia
Administrativa del Estado –en relación con el artículo 155,
fracción V, del citado código que otorga la competencia a
éste órgano jurisdiccional para conocer de dicha acción-, que
establece:
4
Registro No. 171537. Localización: Novena Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXVI, Septiembre de 2007. Página:
423. Tesis: 2a./J. 171/2007. Jurisprudencia. Materia(s): Administrativa.
ARRESTO. SI YA SE EJECUTÓ, EL JUICIO DE AMPARO PROMOVIDO EN SU
CONTRA, ES IMPROCEDENTE, POR CONSTITUIR UN ACTO CONSUMADO DE
MODO IRREPARABLE. De los artículos 73, fracción IX y 80 de la Ley de Amparo se
advierte que son actos consumados de modo irreparable los que han producido todos
sus efectos, de manera que no es posible restituir al quejoso en el goce de la garantía
individual violada, lo cual hace improcedente la acción de amparo porque de otorgarse
la protección constitucional, la sentencia carecería de efectos prácticos, por no ser
factible restablecer las cosas al estado que guardaban antes de la violación. En ese
tenor, resulta que esa causa de improcedencia se actualiza cuando se promueve el
juicio de amparo contra un arresto que ya se ejecutó, por haberse consumado
irreversiblemente la violación a la libertad personal, dado que está fuera del alcance
de los instrumentos jurídicos restituir al quejoso en el goce de ese derecho, al ser
físicamente imposible reintegrarle la libertad de la que fue privado, sin que el hecho de
que sea factible reparar los daños y perjuicios que tal acto pudo ocasionar haga
procedente el juicio de garantías, pues al tratarse de un medio de control
constitucional a través del cual se protegen las garantías individuales, la sentencia
que se dicte tiene como único propósito reparar la violación, sin que puedan deducirse
pretensiones de naturaleza distinta a la declaración de inconstitucionalidad de un acto,
como podría ser la responsabilidad patrimonial. Lo anterior no prejuzga en cuanto a la
legalidad de dicho acto o la responsabilidad que, en su caso, pueda atribuirse a las
autoridades que tuvieron participación en el mismo, ni limita el derecho que pudiera
asistir al particular para demandar, a través de las vías correspondientes, la
reparación de los daños que ese acto le pudo ocasionar.
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18
Artículo 193. El actor podrá solicitar:
I. La nulidad del acto administrativo;
II. El reconocimiento de un derecho amparado en una
norma, y la adopción de las medidas adecuadas para
su pleno restablecimiento; y,
III. La indemnización de daños y perjuicios.
En consecuencia, es procedente el juicio de nulidad en
contra de actos consumados de forma irreparable en relación
a los efectos y consecuencias del arresto, como son el pago
de la multa como daño material y los daños inmateriales
causados derivados de la ilegalidad del actuar de las
autoridades demandadas. Por tal motivo, es indispensable
estudiar el acto administrativo para determinar si existe un
actuar irregular o ilegal de la autoridad que tenga como
consecuencia el deber de resarcir el daño sufrido a los
actores con la comisión de los actos impugnados.
Ahora bien, en el presente caso se impugna los
arrestos
administrativos
que
originaron
las
diversas
consecuencias que aducen los actores, entre ellas la
imposición de multas administrativas, sin embargo, la
pretensión de los actores no es el restablecerlos en su
libertad, sino el determinar la ilegalidad de los actos
administrativos,
consiguientemente
la
responsabilidad
patrimonial por la irregularidad de la prestación del servicio
público. Consecuentemente, el restablecimiento del derecho
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19
que pudiera existir en favor de los actores y que hace
referencia
el
artículo
280
del
Código
de
Justicia
Administrativa del Estado es el determinar la ilegalidad de los
actos
primigenios,
tanto
de
los
actos
administrativos
derivados, la causación y la cuantificación de los daños y
perjuicios que pudiera existir, con lo cual debe entenderse
que no se actualiza la causa de improcedencia en análisis.
III.3. Otra causal de improcedencia que se argumenta,
es la consistente en que la detención no fue arbitraria, sino
que esta se encuentra comprendida como una sanción
administrativa prevista por el artículo 21 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y por consiguiente
se aplicaron los requisitos de validez que se señalan en los
artículos 6 y 7, fracciones II y III del Código de Justicia
Administrativa del Estado, dentro de los cuales se encuentra
la facultad sancionadora y por consiguiente también la
facultad de conmutar el arresto administrativo por una multa.
Se desestima la causa de improcedencia invocada, en
razón de que la legalidad o ilegalidad del acto es una
cuestión que trasciende de manera fundamental a los actos
impugnados, por ende, sólo pueden ser materia de estudio
del fondo del asunto y no de la procedencia del mismo.
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20
Tiene aplicación en lo conducente y por identidad
jurídica la jurisprudencia5 del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, cuyo rubro y texto indican:
IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO. SI SE
HACE VALER UNA CAUSAL QUE INVOLUCRA EL
ESTUDIO DE FONDO DEL ASUNTO, DEBERÁ
DESESTIMARSE. Las causales de improcedencia del
juicio de garantías deben ser claras e inobjetables, de lo
que se desprende que si se hace valer una en la que se
involucre una argumentación íntimamente relacionada
con el fondo del negocio, debe desestimarse.
III.4.
De
igual
forma,
la
autoridad
demandada
Secretaría de Seguridad Pública del Estado y la Consejería
Jurídica del Ejecutivo del Estado, en representación del
Gobernador del Estado, argumentaron como causal de
improcedencia la establecida en la fracción VIII del artículo
205 del Código de Justicia Administrativa del Estado.
Causal de improcedencia que se estima no actualizada.
El artículo 205, fracción VIII, del Código de Justicia
Administrativa del Estado regula la causal de improcedencia
consistente en la inexistencia del acto reclamado al
establecer:
Artículo 205. El juicio ante el Tribunal es improcedente
contra actos o resoluciones:
...
5
Novena Época. Registro: 921015. Instancia: Pleno. Jurisprudencia. Fuente: Apéndice
(actualización 2002). Tomo I, Const., Jurisprudencia Suprema Corte de Justicia de la
Nación. Materia(s): Constitucional. Tesis: 15. Página: 27.
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VIII. Cuando de las constancias de autos apareciere
claramente que no existe el acto o resolución
impugnado;
...
De la porción normativa citada, es incuestionable que el
acto reclamado no existe si las autoridades responsables lo
niegan en los términos que se plantean por el actor o éste no
acredita su existencia. Es decir, las violaciones planteadas
por el actor en su demanda de nulidad, tienden a demostrar
la ilegalidad de un acto inexistente, por lo cual resulta
incuestionable, que se actualiza la hipótesis prevista en la
mencionada fracción y, en tal supuesto, debe decretarse el
sobreseimiento en el juicio.
Sin embargo, se desestima la actualización de la
causal de improcedencia porque no se vierte argumento
alguno que desvirtúe la existencia de los actos que como se
estableció en el considerando segundo, han quedado
debidamente acreditados. Máxime de que existe confesión
expresa
por
parte
específicamente
en
de
sus
las
autoridades
escritos
de
demandadas,
contestación
de
demanda en donde reconocen que los actos fueron
ejecutados en términos legales, como se advierte al expresar
causales de improcedencia, así como en la contestación de
los hechos.
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22
Sin embargo, a mayor abundamiento habrá que decir
que de las constancias que integran los autos se desprende
que los accionantes acreditaron debidamente la existencia
de los actos impugnados consistentes en las multas
administrativas, su cobro y las detenciones administrativas,
en los términos que este órgano jurisdiccional se pronunció
en el considerando segundo de esta resolución.
En relación a la responsabilidad administrativa por
omisión reglamentaria atribuible al Gobernador del Estado de
Michoacán de Ocampo, es necesario puntualizar que se trata
de actos de naturaleza omisiva, propiamente dicho, por lo
cual su acreditación difiere de los de naturaleza positiva.
En los actos impugnados de naturaleza positiva, esto
es, los que implican un hacer de la autoridad, la carga de la
prueba respecto de su existencia cierta y actual recae en la
parte actora, ya que es ella quien afirma el perjuicio que le
irrogan los mismos. En cambio, cuando los actos reclamados
son de naturaleza omisiva, esto es, implican un no hacer o
abstención de las autoridades demandadas, en perjuicio de
los
derechos
fundamentales
de
la
parte
actora,
su
acreditamiento queda sujeto a que no obre en autos algún
medio probatorio del que se advierta el hecho positivo que la
desvirtúe, esto es, la carga de la prueba se revierte a las
contrapartes del demandante, a efecto de que demuestren
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que las autoridades demandadas no incurrieron en las
omisiones que se les atribuyen.
Consecuentemente, su existencia o inexistencia es
propia del estudio de fondo de dicho acto, lo cual se realizara
al momento de pronunciarse sobre la litis. Además, es
necesario
establecer
que si este
tipo
de
actos
se
caracterizan porque a la autoridad a quien se atribuyen,
permanece inactiva, resulta insuficiente para tenerlos por
inexistentes que la demandada en su contestación de
demanda los niegue, dado que por su naturaleza negativa
tiene la carga de la prueba al respecto, atento a los artículos
343 y 344 del Código de Procedimientos Civiles del Estado,
de aplicación supletoria al juicio de nulidad y, por tanto,
deberá demostrar que ha dictado las normas que regulan el
actuar de los cuerpos policiacos para proceder a las
detenciones administrativas y su proceder posterior.
En
relación
al
acto
denominado
declaraciones
imprecisas sobre hechos que motivan el presente litigio de
convencionalidad sobre los actos administrativos en la
entrevista que concedió la Secretaría de Seguridad Pública a
CB televisión, ésta se analizara en líneas siguientes.
III.5. En el mismo sentido, la Secretaría de Seguridad
Pública del Estado y la Consejería Jurídica del Ejecutivo del
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Estado, en representación del Gobernador del Estado,
argumentaron como causal de improcedencia la establecida
en la fracción X del artículo 205 del Código de Justicia
Administrativa del Estado.
Causal de improcedencia que no se encuentra
debidamente configurada de forma obvia y objetiva.
Para sustentar lo anterior, es necesario citar el
contenido literal de los artículos 205, 206 y 207 del Código
de Justicia Administrativa del Estado, que disponen:
Artículo 205. El juicio ante el Tribunal es improcedente
contra actos o resoluciones:
I. Que no afecten los intereses jurídicos del actor;
II. Que se hayan consumado de un modo irreparable;
III. Que hayan sido materia de sentencia pronunciada
por el Tribunal, siempre que hubiera identidad de partes
y se trate del mismo acto impugnado, aunque las
violaciones alegadas sean diversas;
IV. Respecto de los cuales hubiere consentimiento
expreso o tácito, entendiendo que se da éste
únicamente cuando no se promovió el juicio ante el
Tribunal en los plazos que señala este Código;
V. Que puedan impugnarse a través de algún recurso o
medio de defensa ordinario, con excepción de aquéllos
cuya interposición sea optativa;
VI. Que sean materia de un recurso o juicio que se
encuentre pendiente de resolución ante una autoridad
administrativa o ante el propio Tribunal;
VII. Que hayan sido impugnados en un procedimiento
jurisdiccional diverso a los establecidos en este Código;
VIII. Cuando de las constancias de autos apareciere
claramente que no existe el acto o resolución
impugnado;
IX. Consistentes en actos administrativos que den
normas o instrucciones de carácter general y abstracto.
Sin embargo, sí es procedente contra actos concretos
de su aplicación; o,
X. En los demás casos en que la improcedencia resulte
de alguna disposición legal.
Las causales a que alude este precepto, serán
examinadas de oficio.
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25
Artículo 206. Procede el sobreseimiento en el juicio
cuando:
I. El actor se desista de la demanda;
II. Durante el juicio apareciere o sobreviniere alguna de
las causas de improcedencia a que se refiere el artículo
anterior;
III. El actor fallezca durante el juicio, si su derecho es
intransmisible o si su muerte deja sin materia el
proceso;
IV. Sea declarada la caducidad de la instancia;
V. Si el juicio queda sin materia; o,
VI. La autoridad demandada haya satisfecho la
pretensión del actor.
Artículo 207. Para dictar resolución en los casos de
sobreseimiento, no será necesario que se hubiere
celebrado audiencia.
De lo dispositivos citados, tenemos que no existe
obligación de este órgano jurisdiccional de estudiar todas las
posibles razones por las cuales la acción intentada por el
actor puede resultar inejercitable, ya que a la única
obligación que tiene este órgano jurisdiccional consiste en
examinar los hechos planteados y demostrados en el curso
de la controversia, a fin de poder determinar si en el caso
emerge
o
no
algún
obstáculo
procesal,
legalmente
reconocido, que impida abordar el fondo del asunto, o puede
realizarse su estudio de oficio.
La facultad oficiosa contenida en el último párrafo del
artículo 205 del Código de Justicia Administrativa del Estado,
de examinar y decretar la improcedencia del juicio, no debe
confundirse con el principio de exhaustividad que rige toda
sentencia y que compele al juzgador a contestar lo pedido,
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26
en los casos en los que la ley lo autorice, ya que si tal
improcedencia se propone por la contraparte del actor,
entonces este órgano jurisdiccional debe atender a los
argumentos que den sustento a la misma y a los hechos
demostrados en la demanda, desarrollando una respuesta
adecuada a la pretensión planteada.
Sin embargo, en el supuesto invocado por la autoridad
demanda para la declaración de sobreseimiento del juicio
fundado en la fracción X del artículo 205 del Código de
Justicia Administrativa del Estado, conllevaría en abstracto a
una gran variedad de estudios de todas las normas
aplicables con relación a los actos administrativos estatales o
municipales, ya que dicha fracción remite a otras causas de
improcedencia que pueden presentarse de otra norma legal y
la precisión de la fuente normativa que prescribe la hipótesis
y su actualización impediría el estudio de fondo del
controvertido, por lo cual para su ponderación se requiere
del desarrollo de mayores razonamientos lógicos por parte
de la autoridad demandada para que prospere la declaración
de improcedencia y, por consecuencia, de sobreseimiento, lo
cual fue omitido por la autoridades.
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Tiene aplicación por analogía la jurisprudencia6 de la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
que señala:
IMPROCEDENCIA
DEL
JUICIO
DE
AMPARO.
CUANDO SE INVOCA COMO CAUSAL ALGUNA DE
LAS FRACCIONES DEL ARTÍCULO 73 DE LA LEY
DE LA MATERIA, SIN EXPRESAR LAS RAZONES
QUE
JUSTIFIQUEN
SU
ACTUALIZACIÓN,
EL
JUZGADOR DEBERÁ ANALIZARLA SÓLO CUANDO
SEA DE OBVIA Y OBJETIVA CONSTATACIÓN. Por
regla general no basta la sola invocación de alguna de
las fracciones del artículo 73 de la Ley de Amparo para
que el juzgador estudie la improcedencia del juicio de
garantías que plantee la autoridad responsable o el
tercero perjudicado, sin embargo, cuando aquélla sea
de obvia y objetiva constatación; es decir, que para su
análisis sólo se requiera la simple verificación de que el
caso se ajusta a la prescripción contenida en la norma,
deberá analizarse aun sin el razonamiento que suele
exigirse para justificar la petición, toda vez que en este
supuesto bastará con que el órgano jurisdiccional revise
si se trata de alguno de los actos contra los cuales no
proceda la acción de amparo, o bien si se está en los
supuestos en los que conforme a ese precepto ésta es
improcedente, debido a la inexistencia de una pluralidad
de significados jurídicos de la norma que pudiera dar
lugar a diversas alternativas de interpretación. Por el
contrario, si las partes hacen valer una causal de
improcedencia del juicio citando sólo la disposición que
estiman aplicable, sin aducir argumento alguno en
justificación de su aserto, no obstante que para su
6
Novena Época. Registro: 174086. Instancia: Segunda Sala. Jurisprudencia. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXIV, Octubre de 2006. Materia(s):
Común. Tesis: 2a./J. 137/2006. Página: 365.
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ponderación se requiera del desarrollo de mayores
razonamientos, el juzgador deberá explicarlo así en la
sentencia correspondiente de manera que motive las
circunstancias que le impiden analizar dicha causal,
ante la variedad de posibles interpretaciones de la
disposición legal invocada a la que se apeló para fundar
la declaración de improcedencia del juicio.
III.6. En otra causal de improcedencia que hace valer la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado, consistente en
la falta de interés de los actores para deducir la acción de
nulidad y de condena.
Causal de improcedencia que no se actualiza dentro
del presente proceso contencioso administrativo.
En primer término, es necesario puntualizar que el
interés
jurídico
corresponde
al
derecho
subjetivo,
entendiendo como tal la facultad o potestad de exigencia,
cuya institución consigna la norma objetiva del derecho, y
supone la conjunción de dos elementos inseparables: a) una
facultad de exigir; y, b) una obligación correlativa traducida
en el deber jurídico de cumplir dicha exigencia. De tal
manera que tendrá legitimación sólo para acudir a juicio
quien tenga interés jurídico y no cuando se tenga una mera
facultad o potestad, o se tenga un interés simple, es decir,
cuando la norma jurídica objetiva no establezca a favor del
individuo alguna facultad de exigir, tal y como lo consagra el
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artículo
191
primer
párrafo
del
Código
de
Justicia
Administrativa del Estado, establece:
Artículo 191. Sólo podrán intervenir en juicio, las
personas que tengan un interés jurídico que funde su
pretensión.
...
Del precepto legal apuntado, se desprende que la
figura
del
interés
jurídico
para
promover
el
juicio
administrativo contra actos o resoluciones de autoridad,
solamente lo tiene el titular del derecho afectado y no
terceras personas, aun cuando éstas resientan de manera
indirecta, mediata o inmediata alguna lesión o afectación por
el acto de autoridad, por grave que éste pudiera parecer.
Esto es, el interés jurídico está en relación directa con
el derecho afectado y el promovente del juicio administrativo
debe ser el titular de tal derecho. La tutela del derecho sólo
comprende bienes jurídicos reales y objetivos; por ello, las
afectaciones
a
ese
derecho
deben
ser
igualmente
susceptibles de apreciarse en forma objetiva para que
puedan constituir un perjuicio, de modo que la naturaleza
intrínseca de ese acto reclamado es la que determina el
perjuicio o afectación en la esfera jurídica del particular, sin
que pueda hablarse entonces de agravio cuando los daños o
perjuicios que una persona pueda sufrir no afecten real y
efectivamente sus bienes legalmente protegidos.
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30
En el presente proceso contencioso administrativo se
desprende que a los actores les fue impuesto un acto
administrativo
traducible
en
una
detención
y
arresto
administrativo, la imposición de una multa, actos que son
impugnados por los propios accionantes al considerar que
les causa un agravio dentro de su esfera jurídica, tanto como
impugna
sus
consecuencias
legales,
materiales
e
inmateriales; por ende, se concluye y contrario a lo sostenido
por las autoridades, que sí les corresponde un interés
jurídico para venir a juicio y obtener una sentencia de fondo
donde se les respete el derecho al acceso a la justicia
administrativa.
III.7. En ese mismo orden la Consejería Jurídica del
Ejecutivo del Estado, en representación del Gobernador del
Estado,
planteo
como
causal
de
improcedencia
la
inexistencia del acto o resolución directa que se imputa al
Gobernador del Estado al no existir conceptos de violación
respecto de algún acto o resolución concreta que se le
atribuya.
Causal de improcedencia que se estima infundada.
Esto es así, toda vez que del escrito inicial de demanda
se observa que los actores señalaron como un acto
impugnado el siguiente:
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31
Del Gobernador Constitucional del Estado:
La omisión administrativa: por no haberse cumplido lo
dispuesto en el artículo 2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos de adecuar en el ámbito de su
competencia constitucional y legal, la normatividad para
garantizar las garantías del debido proceso prescripto en
el artículo 8 del citado texto convencional frente a las
detenciones administrativas. Sin que se pretenda se
obligue a legislar, sino se declare la responsabilidad
patrimonial por el incumplimiento convencional que
produjo la irregularidad en la prestación del servicio
público.
El concepto de violación marcado por el actor con el
número 7.1.4. que relaciona con el anterior acto impugnado
transcrito, para mejor ilustración de las partes es necesario
su transcripción literal, dado que argumentó:
7.1.4.Responsabilidad
patrimonial
por
omisión
reglamentaria del debido proceso en el Derecho
administrativo sancionador. El Estado como ente de Derecho
público se encuentra sujeto a un sistema de
responsabilidades de carácter pecuniario bajo un régimen de
Derecho administrativo, lo que significa su autonomía
regulatoria de las instituciones jurídicas correspondiente al
Derecho de daños, apartándose de las reglas tradicionales
del Derecho Civil, ya que éste regula las relaciones privadas
y toda obligación de ella derivada, por lo que el sentido de
este ámbito es estrictamente de la rama ya mencionada. En
la controversia en estudio podemos apreciar la existencia
expresa de la responsabilidad patrimonial estatal por
detención arbitraria, directa e indirecta, la primera
corresponde a las conductas irregulares de la administración
pública de los cuerpos de seguridad, y la segunda, que nos
ocupa en este apartado, es indirecta, por culpa, por haber
omitido el deber jurídico del artículo 0 fracción VI, ya que la
normatividad de la materia no cumple con los deberes de
adoptar disposiciones de derecho interno del artículo 2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, ya que
los Tratados Internacionales constituyen fuente legal
nacional y a su vez, gozan de una supremacía normativa
como lo ha señalado el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en el siguiente criterio que resulta
aplicable al presente proceso administrativo:
(Se transcriben datos de localización. TRATADOS
INTERNACIONALES. SON PARTE INTEGRANTE DE LA
LEY SUPREMA DE LA UNIÓN Y SE UBICAN
JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA DE LAS LEYES
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32
GENERALES,
FEDERALES
Y
LOCALES,
INTERPRETACIÓN
DEL
ARTÍCULO
133
CONSTITUCIONAL. (Se transcribe texto).
Por lo que el sistema de responsabilidad tiene su sistema de
cierre en estos instrumentos que configuran obligaciones
especiales por violaciones objetivas a los derechos
humanos7, por omisiones reglamentarias que permitan la
reducción de las garantías procesales, produciendo pues,
alteración en la prestación del servicio cuestionado. Por lo
tanto, es menester que este Tribunal de control8 de la
administración pública declare la conducta pecuniaria por
actos de omisión y falta de adecuación a la citada
Convención; no omitió precisar que la conducta ilícita, la
detención arbitraria ha quedado demostrada y en
consecuencia, aún en el supuesto de lagunas legales, el
artículo 14 de nuestra ley fundamental permite acudir a la
jurisprudencia (nacional e internacional), así como a los
principios generales del derecho, en consecuencia
corresponde a esta jurisdicción administrativa la
correspondiente decisión de condena; por lo que resulta
aplicable la jurisprudencia9 de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
En síntesis, se tiene que sí se imputa una omisión
legislativa al Estado que se ubica dentro de los actos de
competencia de este Tribunal de Justicia Administrativa del
Estado en los términos del artículo 154, fracción X, del
Código de Justicia Administrativa del Estado y existen
conceptos de violación y que son atribuibles directamente a
la
autoridad
demandada
Gobernador
del
Estado
de
Michoacán de Ocampo; en consecuencia, es infundada su
causal de improcedencia en los términos invocados.
7
(Se transcriben datos de localización). TRATADOS INTERNACIONALES.
CUANDO LOS CONFLICTOS SE SUSCITEN EN RELACIÓN CON DERECHOS
HUMANOS, DEBEN UBICARSE AL NIVEL DE LA CONSTITUCIÓN. (Se transcribe
texto y precedentes).
8
(Se transcriben datos de localización). CONTROL DE CONVENCIONALIDAD.
DEBE SER EJERCIDO POR LOS JUECES DEL ESTADO MEXICANO EN LOS
ASUNTOS SOMETIDOS A SU CONSIDERACIÓN, A FIN DE VERIFICAR QUE LA
LEGISLACIÓN INTERNA NO CONTRAVENGA EL OBJETO Y FINALIDAD DE LA
CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS. (Se transcribe
texto).
9
Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Sentencia de 21 de julio de 1989
(Reparaciones y Costas). (Se transcribe)
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33
III.8. Por su parte la Consejería Jurídica del Ejecutivo
del Estado, en representación del Gobernador del Estado,
también hizo valer otra causal de improcedencia en la cual
señaló que el acto impugnado precisado como declaraciones
imprecisas sobre los hechos que motivan el presente litigio
de convencionalidad sobre los actos administrativos, en la
entrevista que concedió la Secretaría de Seguridad Pública
del Estado a CB televisión de Michoacán, es improcedente al
considerar que la libre exposición de las ideas no son
punibles y que las deben hacer valer ante las instancias
correspondientes y por no tratarse de actos administrativos.
Esta causal de improcedencia se estima infundada.
En primer término es preciso señalar que el artículo 1°
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
en su texto vigente dispone la obligación de este órgano
jurisdiccional de interpretar las normas de conformidad no
sólo con la Ley Fundamental, sino de los propios tratados
internacionales, al disponer lo siguiente:
Artículo 1°.
...
Las normas relativas a los derechos humanos se
interpretarán de conformidad con esta Constitución y
con
los
tratados
internacionales
de
la
materia
favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia.
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34
Todas
las
autoridades,
competencias,
tienen
la
en
el
ámbito
obligación
de
de
sus
promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley.
...
En ese sentido tenemos que al ser la Convención
Americana sobre Derechos Humanos un instrumento jurídico
que otorga un derecho humano mayor a los consagrados en
la propia Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, es indispensable que este órgano jurisdiccional
se remita a dicha convención en ejercicio del control
convencional y proceda a su aplicación.
Así, se tiene que el artículo 14 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos otorga el derecho a los
particulares que han sido afectados por una información
inexacta o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de
medios de difusión legalmente reglamentados y que se
dirijan al público en general, tiene derecho a efectuar por el
mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las
condiciones que establezca la ley, al disponer expresamente
lo siguiente:
Artículo 14. Derecho de Rectificación o Respuesta
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35
1. Toda persona afectada por informaciones inexactas o
agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios
de difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al
público en general, tiene derecho a efectuar por el
mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta
en las condiciones que establezca la ley.
2. En ningún caso la rectificación o la respuesta
eximirán de las otras responsabilidades legales en que
se hubiese incurrido.
3. Para la efectiva protección de la honra y la
reputación, toda publicación o empresa periodística,
cinematográfica, de radio o televisión tendrá una
persona responsable que no esté protegida por
inmunidades ni disponga de fuero especial.
Por tanto, al argumentar los actores que las supuestas
declaraciones imprecisas devienen de los hechos que
motivaron
el
administrativas
litigio
sobre
impugnadas
los
actos
–excepción
y
resoluciones
al
derecho
constitucional a la libre expresión-, luego, es indiscutible que
los accionantes tienen el derecho de reclamar como
pretensión la condena sobre el pago de daños causados y
para que se lleve a cabo la rectificación de la información
vertida en el medio de comunicación (refiriéndose al
Noticiero nocturno del doctor Ignacio Martínez el día lunes
catorce de junio de dos mil diez, que se trasmite en Morelia a
través del canal seis de Megacable). Lo anterior, en términos
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36
del artículo 14.1. de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa Rica”.
Consecuentemente, contrario a lo sustentado por la
autoridad demandada, la pretensión de una rectificación de
la información es un derecho humano reconocido a todo
particular y que si deviene de actos o resoluciones
administrativas se ajustan a la competencia de este órgano
jurisdiccional y al ser el Tribunal de Justicia Administrativa
del Estado el órgano jurisdiccional ad hoc para conocer del
resarcimiento en los derechos violados por ser un acto de
naturaleza administrativa, de ahí lo infundada de su causal
de
improcedencia,
manifestaciones
o
ya
que
es
información
indudable
que
las
sustentadas
por
las
autoridades contrarias a la normatividad pueden generar
acciones de responsabilidad ante la causación de perjuicios,
independientemente de otras responsabilidades.
No obstante lo anterior, de oficio este Tribunal de
Justicia Administrativa del Estado advierte la existencia de la
causal de improcedencia prevista en la fracción VIII del
artículo 205 del Código de Justicia Administrativa del Estado,
sobre la inexistencia del acto en relación al denominado
declaraciones imprecisas sobre los hechos que motivan el
presente
litigio
de
convencionalidad
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sobre
los
actos
37
administrativos, en la entrevista que concedió la Secretaría
de Seguridad Pública del Estado a CB televisión de
Michoacán.
Lo anterior es así, ya que los actores no acreditaron la
debida existencia de la entrevista que supuestamente la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado, se difundió en el
noticiero nocturno del doctor Ignacio Martínez.
Ahora,
las
pruebas
ofertadas
para
acreditar
la
existencia del acto atribuido a la Secretaria de Seguridad
Pública en el Estado fueron: a. El archivo de audio FLV
identificado como “minerva bautista”; y, b. El archivo de
audio AM identificado como “minerva bautista”. Pruebas a las
que se les niega valor probatorio.
En razón, de que la primera no tiene contenido y la
segunda, que si bien fue posible describir el contenido
auditivo, sin embargo la parte oferente no acreditó que dicha
entrevista hubiera tenido su origen en CB televisión de
Michoacán, específicamente en el canal seis de Megacable
relativo al noticiero nocturno del doctor Ignacio Martínez.
Aunado al hecho, de que dicha prueba es un audio
grabación atribuible a la entonces Titular de la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado, sin embargo no se acreditó su
autenticidad, en ese sentido, y a criterio de este órgano
jurisdiccional el actor omitió por completo ofertar la prueba
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38
pericial para acreditar que la voz contenida en la audio
grabación correspondiera a la Titular de la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado, como lo es la prueba pericial
en Fonética Forense en reconocimiento de voces.
Consecuentemente, se tiene que la prueba ofertada se
refiere a una acción de almacenamientos de datos de sonido
analógico hacia sonidos digitales en archivos de audio.
Luego, esos archivos se pueden reproducir en cualquier
reproductor multimedia, mas no existe evidencia de que la
información ahí contenida se pueda atribuir directamente a la
citada Titular, lo cual hace que dicho supuesto se encuadre
dentro de la hipótesis jurídica de la inexistencia del acto
atribuible a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en
relación a la entrevista referida, lo cual hace ver que se trata
de una audio grabación de persona incierta.
De los restantes videos sólo hacen alusión a un
programa de entrevistas y con opiniones personales de los
participantes, pero que no hacen referencia a la existencia
del acto citado.
Siendo aplicable al caso, por analogía, las tesis10 del
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, cuyo rubro y
texto es:
10
Tesis número VI.2o.451 K., sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Sexto
Circuito, en materia Común, visible en la Octava época del Semanario Judicial de la
Federación, tomo XV-II, febrero de 1995, páginas 556.
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39
SOBRESEIMIENTO,
ACTOS
RECLAMADOS
INEXISTENTES. Cuando las autoridades responsables
niegan la existencia de los actos reclamados, recae en la
quejosa la carga de demostrar lo contrario; de tal manera
que si no desvirtúa los informes justificados, procede el
sobreseimiento del juicio en términos del artículo 74 fracción
IV de la Ley de Amparo.
Al no desprenderse de autos la actualización de
ninguna otra causal de improcedencia o sobreseimiento, este
órgano de control de legalidad procede al estudio de los
conceptos de violación formulados en el escrito inicial de
demanda.
CUARTO. Fijación de la litis. Previamente al análisis
del planteamiento de fondo formulado por el actor, es preciso
señalar que ha sido criterio reiterado por la Sala de este
Tribunal de Justicia
Administrativa del Estado que los
conceptos de violación aducidos por los enjuiciantes pueden
encontrarse o desprenderse de cualquier parte del escrito
inicial de demanda y no necesariamente del capítulo
particular de conceptos de violación, siempre y cuando en
éstos se expresen con claridad las violaciones que se
consideran fueron cometidas por la autoridad demandada.
JA-0242/2010-I
40
Tiene sustento la jurisprudencia11 sustentada por el
Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, cuyo rubro y texto indican:
SENTENCIAS DEL TRIBUNAL FEDERAL DE
JUSTICIA
FISCAL
Y
ADMINISTRATIVA.
SU
CONTENIDO Y FINALIDAD EN RELACIÓN CON
LA PRETENSIÓN DEDUCIDA. Del contexto de los
artículos 237 y 238 del Código Fiscal de la
Federación, se desprende que las Salas del Tribunal
Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, al dictar
sus fallos, resolverán "sobre la pretensión del actor
que se deduzca de su demanda, en relación con
una resolución impugnada", lo que determina el
contenido y finalidad de las sentencias e implica
considerar: a) el petitum en relación con un bien
jurídico; y, b) la razón de la pretensión o título que
es la causa petendi. Es así que el juzgador, sobre la
base no formalista de un fundamento de hecho,
debe evaluar si la esencia y relevancia de lo
planteado es conforme con el ordenamiento, todo
ello de una manera razonable, integral y no rigorista,
sin desvincularlo de los efectos o consecuencias de
la esencia de la pretensión, privilegiando una
respuesta basada en la verdad fáctica y real por
encima
de
lo
procesal.
Ello
implicará
un
pronunciamiento completo y amplio de la litis
propuesta atendiendo a la solución de fondo, al
problema jurídico y de la controversia, tal y como lo
ordena el artículo 17 constitucional. En abono a lo
anterior, se tiene que el Código Fiscal de la
Federación -especialmente en su artículo 237 y
11
Registro No. 184755. Localización: Novena Época. Instancia: TCC. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XVII, Febrero de 2003. Página: 944.
Tesis: I.4º.A. J/20,. Materia(s): Administrativa.
JA-0242/2010-I
41
demás
relativos-,
así
como
criterios
jurisprudenciales relativos a su reforma, facultan y
conminan a las Salas del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa a pronunciarse sobre
aspectos tales como: a) una litis abierta, b) eventual
sustitución en lo que deban resolver las autoridades
demandadas, c) invocar hechos notorios, d) resolver
el tema de fondo con preferencia a las violaciones
formales, e) corrección de errores en la cita de
preceptos y suplencia de agravios, en el caso de
ciertas causas de ilegalidad, f) examen conjunto de
los
agravios,
causales
de
ilegalidad
y
argumentaciones, g) constatar el derecho que en
realidad asista a las partes y, h) aplicar los criterios
y principios jurisprudenciales dictados y reconocidos
por
los
tribunales
del
Poder
Judicial
de
la
Federación.
De ahí que si el promovente plantea conceptos de
violación contra un determinado acto o expresa hechos a
partir de los cuales es factible deducir claramente aquéllos o
la causa generadora de los mismos, debe reputarse el acto
de referencia como impugnado, al ser la consecuencia lógica
y necesaria de expresar algún tipo de disenso contra el
actuar de la autoridad demandada, que presumiblemente
ocasiona algún tipo de perjuicio contra la parte actora.
Así las cosas, la litis planteada se hace consistir en
determinar la legalidad o ilegalidad de las detenciones
administrativas, multas administrativas y su cobro de doce
de junio del dos mil diez; así como la procedencia o
JA-0242/2010-I
42
improcedencia del pago de daños y perjuicios materiales e
inmateriales
causados
a
consecuencia
de
los
actos
administrativos ilegales.
Además,
la
de
determinar
la
procedencia
o
improcedencia del pago de los daños y perjuicios por la
omisión legislativa atribuible al Gobernador del Estado.
Ahora bien, al no encontrarse este órgano jurisdiccional
obligado a transcribir los conceptos de violación y su
contestación12, es por lo cual se fijan esencialmente los
argumentos bajo las cuales se fija la litis13 consisten
principalmente en lo siguiente:
12
Lo anterior y aplicando de forma analógica la jurisprudencia:
Novena Época. Registro: 164618. Instancia: Segunda Sala. Jurisprudencia. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXXI, Mayo de 2010. Materia(s):
Común. Tesis: 2a./J. 58/2010. Página: 830
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS
PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE
AMPARO ES INNECESARIA SU TRANSCRIPCIÓN. De los preceptos integrantes del
capítulo X "De las sentencias", del título primero "Reglas generales", del libro primero
"Del amparo en general", de la Ley de Amparo, no se advierte como obligación para el
juzgador que transcriba los conceptos de violación o, en su caso, los agravios, para
cumplir con los principios de congruencia y exhaustividad en las sentencias, pues
tales principios se satisfacen cuando precisa los puntos sujetos a debate, derivados
de la demanda de amparo o del escrito de expresión de agravios, los estudia y les da
respuesta, la cual debe estar vinculada y corresponder a los planteamientos de
legalidad o constitucionalidad efectivamente planteados en el pliego correspondiente,
sin introducir aspectos distintos a los que conforman la litis. Sin embargo, no existe
prohibición para hacer tal transcripción, quedando al prudente arbitrio del juzgador
realizarla o no, atendiendo a las características especiales del caso, sin demérito de
que para satisfacer los principios de exhaustividad y congruencia se estudien los
planteamientos de legalidad o inconstitucionalidad que efectivamente se hayan hecho
valer.
13
Sin que el hecho de una incorrecta fijación le cause perjuicios a las partes, siempre
y cuando se resuelva lo planteado, tal y como se establece en los siguientes criterios:
LITIS. SU SOLA DELIMITACION NO CAUSA AGRAVIO. Séptima Época. Registro:
242628. Instancia: Cuarta Sala. Tesis Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación. 205-216 Quinta Parte. Materia(s): Común. Tesis: Página: 35.
Genealogía: Informe 1986, Segunda Parte, Cuarta Sala, tesis 42, página 35.
LITIS, PLANTEAMIENTO INDEBIDO DE LA. NO ES SUFICIENTE PARA
CONCEDER EL AMPARO CUANDO SE ANALIZA DEBIDAMENTE LA CUESTIÓN
CONTROVERTIDA.
JA-0242/2010-I
43
IV.1.
La
administrativos,
parte
actora
controvierte
esencialmente
bajo
los
los
actos
siguientes
conceptos de violación:
a. Que existió violación a la garantía del proceso
administrativo previsto en el artículo 121 del Código de
Justicia Administrativa del Estado, ya que existió una
detención administrativa por parte de la autoridad policiaca
infringiendo su libertad de manera ilegal vulnerando el
artículo 7.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, ya que no se le puede privar sino después de ser
escuchado en audiencia pública, en términos del artículo 8.1
de la citada convención.
b. Que no fueron llevados sin demora alguna ante
autoridad con funciones jurisdiccionales ajeno al órgano
demandado, con lo que se violenta el artículo 7.5 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo XI
de
la
Convención
Interamericana
sobre
Desaparición
Forzada de Personas y el numeral 1115 (sic) fracción II inciso
“a” de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como el artículo 7, fracción IX, del Código de
Justicia Administrativa del Estado al no respetarse el
procedimiento.
Novena Época. Registro: 195883. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.
Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. VIII, Julio
de 1998. Materia(s): Laboral. Tesis: I.7o.T. J/21. Página: 285.
JA-0242/2010-I
44
c. Que existieron violaciones a los artículos 8.1 y 8.5
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos al no
existir la publicidad del procedimiento, ya que no puede
llevarse a cabo en los lugares de detención. Además, no
existió ningún procedimiento administrativo al arrestarlos y
multarlos el mismo día, vulnerándose la garantía de
presunción de inocencia.
d. Que el registro realizado en la lista de arrestados por
el
ingreso
a
Barandillas
de
la
autoridad,
atenta
irracionalmente en contra de la libertad y de las seguridades
personales, infringe el derecho a la privacidad, a su honor y a
la presunción de inocencia, en términos del artículo 11 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, ya que el
hecho de aparecer en dichos registros arroja que cuenten
con antecedentes de faltas administrativas y tener el carácter
de reincidente.
e. Que la autoridad policiaca no emitió resolución
administrativa alguna, por lo que no cumplió con la correcta
fundamentación de la función pública, que conste por escrito,
fundado y motivado, con el nombre y la firma del servidor
público que emita el acto administrativo.
f. Que la aplicación de penas es inusitada, al no existir
tipicidad
administrativa
de
las
supuestas
conductas
antijurídicas de este orden.
JA-0242/2010-I
45
g. Que al existir de forma consumada la detención
administrativa
arbitraria
es
procedente
la
reparación
económica por el daño causado a sus personas en términos
del artículo 9.5 del Pacto Internacional de los Derechos
Civiles y Políticos, ya que estas conductas estatales al
violentar la libertad personal producen severas afectaciones
en el decoro y en el sentimiento de las víctimas, por lo que se
debe cuantificar en su justa dimensión la cantidad señala en
su pretensión.
h. Existe una responsabilidad patrimonial estatal
indirecta, por culpa, por haber omitido el deber jurídico del
artículo 60, fracción VI, al no cumplir la normatividad de la
materia interna los deberes de adoptar disposiciones del
artículo 2° de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en este caso la omisión reglamentaria que
permitiera
la
reducción
de
las
garantías
procesales,
produciendo una alteración en la prestación del servicio
cuestionado.
i. Que la manifestación realizada a través de la marcha
en cuerpos desnudos o semidesnudos, fue con el propósito
de evidenciar los peligros cotidianos que enfrentan los
ciclistas, lo cual no constituye una afectación al orden
público, sino el ejercicio a un derecho de libertad de
JA-0242/2010-I
46
expresión reconocido en el artículo 30 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
IV.2 Por su parte la demandada Secretaría de
Finanzas y Administración sostiene la legalidad de los
actos bajo las siguientes excepciones:
a. Que este Tribunal de Justicia Administrativa del
Estado no es el competente para conocer y resolver sobre la
violación de garantías individuales, al ser competencia de los
tribunales de la federación y las tesis o jurisprudencias no
son obligatorias para este tribunal. De igual forma de las
violaciones a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, se encuentra de igual forma impedido.
b. La sanción administrativa fincada y pagada ante la
Secretaría de Finanzas y Administración se determinó de
conformidad con el artículo 21 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.
c. Que es legal la sanción impuesta a los actores, ya
que
participaban
en
una
manifestación
desnudos
o
semidesnudos, situación que prohíbe la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos al ser un ataque a la moral.
d. Que la manifestación realizada por los actores
representa un ataque a la moral y derechos contra terceros,
lo cual es considerado una falta administrativa por lo que la
JA-0242/2010-I
47
sanción impuesta por la Dirección de Seguridad Pública se
encuentra debidamente aplicada.
e. Que en relación a la responsabilidad patrimonial por
omisión legislativa es improcedente el reclamo, ya que
existen principios de derecho en los cuales se plasma el
derecho de las personas, entre los que se encuentran que
nadie puede ser privado de su libertad física, salvo en los
casos y en las condiciones fijadas de antemano por la
constitución federal o de los estados o por las leyes dictadas
conforme a ellas.
f. En ningún momento se le privó de su libertad de
expresión, ya que su derecho termina donde empieza el
derecho de los demás, y en la sociedad existen normas de
urbanidad que no permiten que se manifiesten semidesnudos
o desnudos.
g. No acreditan haber sufrido un menoscabo en su
patrimonio, ni haber sido privado de una ganancia lícita.
IV.3. En tanto que la Secretaría de Seguridad
Pública del Estado sostiene esencialmente la legalidad
de los actos bajo las siguientes excepciones:
a. Que la detención es una sanción que se encuentra
comprendida en el artículo 21 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, por lo cual no existe violación
JA-0242/2010-I
48
a los artículo 6 y 7, fracciones II y VIII del Código de Justicia
Administrativa del Estado, donde se encuentra su facultad
sancionadora y conmutar el arresto administrativo por una
multa.
b. Se encuentra debidamente fundada y motivada en el
artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como en los artículos 2°, 3°, 99, fracción IX,
de la Ley del Sistema de Seguridad Pública del Estado.
c. La parte actora pretende realizar una interpretación
de la ley subjetiva, sin tomar en cuenta para ello la
supremacía constitucional.
d. En ningún momento el acto de autoridad es violatorio
del
artículo
7°,
fracción
IX,
del
Código
de
Justicia
Administrativa del Estado, del 7° inciso 5, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, toda vez que se trata
de una falta administrativa y el artículo 21 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga la facultad
para sancionar las faltas administrativas.
Además, los actores vulneraron el contenido del artículo
6° de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, ya que transitaban tanto en vehículos como a pie
una gran cantidad de personas, y lo más grave niños, y como
es bien sabido existe un interés preponderante para el
cuidado y protección de los infantes.
JA-0242/2010-I
49
e. Que no se vulneró la garantía de debido proceso y de
legalidad en razón de que en ningún momento se les coartó
la potestad de elegir la sanción en términos del artículo 21 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el
cual señala que compete a la autoridad administrativa aplicar
sanciones por infracciones a los reglamentos gubernativos y
de policía como en el caso, para ejercer esta autoridad la
seguridad pública en el municipio de Morelia, Michoacán.
Además, al no existir juez administrativo o de paz, se
viene aplicando la sanción de arresto o multa en los términos
especificados, más no implica como sanción el listado que
como medio de control de ingresos señalan los actores.
f. Nuestra norma constitucional tiene supremacía en su
observancia y aplicación sobre el conjunto de artículos de la
corte interamericana de derechos humanos o de alguno otro
de corte internacional, el cual haya ratificado el Estado
mexicano.
g. No acreditó, que su presentación ante la autoridad en
el área de barandillas implique una detención arbitraria, y que
con ello se le haya ocasionado un daño irreparable; además,
no existió daño inmaterial al no ser arbitraria la detención.
h. Al no acreditar que la detención fue arbitraria y que
ésta se ajustó a lo estipulado en el artículo 21 constitucional,
luego no existió omisión alguna por falta de adecuación a la
JA-0242/2010-I
50
citada convención interamericana sobre derechos humanos,
ya que sobre ella esta nuestra Carta Magna.
i. En relación a la violación de la libertad de expresión,
estas son apreciaciones subjetivas.
IV.4. En tanto que la Consejería Jurídica del
Ejecutivo del Estado, en representación del Gobernador
del
Estado
de
Michoacán
de
Ocampo,
sostiene
esencialmente en su contestación de demanda que:
•
El Gobernador del Estado de Michoacán no formó
parte de los actos que se impugnan y no tuvo conocimientos
de las violaciones.
Respecto de la omisión legislativa de la Consejería
Jurídica no se excepcionó, tan sólo hizo valer la causal de
improcedencia que fue desestimada en el considerando que
antecede.
QUINTO.
Fijación
del
cuadro
procedimental
administrativo. A fin de estar en condiciones de exponer las
consideraciones y fundamentos legales necesarios para
justificar lo considerado por esta Sala del Tribunal de Justicia
Administrativa del Estado, estima oportuno desarrollar el
cuadro
procedimental
correspondiente
a
los
actos
impugnados y relacionado con la litis formada dentro del
JA-0242/2010-I
51
presente juicio administrativo, el cual se desprende de las
constancias que acompañaron las partes a sus diversos
escritos, a las cuales se les otorga pleno valor probatorio al
ser documentales públicas, en términos de los artículos 424,
fracción III, y 530 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado, de aplicación supletoria al Código de Justicia
Administrativa del Estado; así se tiene:
V.1. El doce de junio de dos mil diez, en esta ciudad de
Morelia,
Michoacán,
los
actores
participaron
en
la
denominada Marcha Mundial Ciclonudista, en la cual sus
participantes se encontraban desnudos o semidesnudos.
V.2. Ese mismo día elementos de la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado realizaron una detención
administrativa en contra de los actores, al considerar que
ésta constituía una falta administrativa al ir en contra de la
moral.
V.3. Una vez hecho lo anterior, se trasladó a los
arrestados al área de barandillas y se les formó el expediente
respectivo, consistente en la toma de fotografía y sus
generales.
V.4. Una vez realizado el pago de la multa impuesta por
las demandadas, los actores obtuvieron su libertad.
JA-0242/2010-I
52
SEXTO. Establecimiento de la carga procesal de las
partes. La carga de la prueba, mejor conocida como onus
probandi, es un término eminentemente procesal con
repercusiones en los derechos que las partes someten a la
consideración de los órganos jurisdiccionales, en el litigio
planteado.
Por tanto, la carga de la prueba o débito procesal es
aquella obligación o deuda que se le atribuye a las partes
para aportar el material probatorio en juicio sobre los hechos
que afirman, son sustento de sus pretensiones; pero, además
es la base sobre la cual el juzgador se guía para resolver las
controversias planteadas en el ámbito de su competencia.
Ahora bien, la principal regla de la carga probatoria en
el proceso contencioso administrativo del Estado, se deriva
de los artículos 343 y 344 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado, de aplicación supletoria conforme lo
disponía el artículo 194, primer párrafo, del Código de
Justicia Administrativa del Estado, que a la letra señalan:
Artículo 343. El que afirma está obligado a probar; en
consecuencia,
el
actor
debe
probar
los
hechos
constitutivos de su acción y el reo los de sus defensas o
excepciones.
Artículo 344. El que niega sólo está obligado a probar:
I. Cuando la negación envuelva la afirmación expresa
de un hecho;
II. Cuando por la negación se desconozca la presunción
legal que tenga en su favor el colitigante;
JA-0242/2010-I
53
III. Cuando se desconozca la capacidad; y,
IV. Cuando la negativa fuere elemento constitutivo de la
acción.
En consecuencia, al ser afirmaciones las planteadas
por ambas partes se determina que a cada parte les
corresponde acreditar los extremos planteados. No existiendo
ninguna circunstancia especial que amerite la fijación de un
débito probatorio diverso.
Es de precisar que en relación a la carga probatoria del
acto denominado omisión legislativa atribuible al Gobernador
del Estado de Michoacán, -tal y como se citó en líneas
anteriores- por su naturaleza negativa le corresponde la
carga de la prueba a la autoridad, atento a los artículos 343 y
344 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, de
aplicación supletoria al juicio de nulidad y, por tanto, deberá
demostrar que ha dictado las normas que regulan el actuar
de los cuerpos policiacos para proceder a las detenciones
administrativas y sus actuaciones posteriores.
SÉPTIMO. Determinación de la procedencia de la
suplencia de la queja. En este apartado y antes de abordar
el estudio de la litis, es preciso señalar que dentro del
presente proceso contencioso administrativo es aplicable la
figura de la suplencia de la queja a favor de los actores en
JA-0242/2010-I
54
términos del artículo 277, fracción I, del Código de Justicia
Administrativa del Estado al tratarse de un acto de privación
de la libertad, por tanto, sus conceptos de violación deben ser
suplidos en toda su extensión.
OCTAVO.
Estudio
de
la
litis
planteada.
En
cumplimiento a lo dispuesto en los numerales 274 y 275 del
Código de Justicia Administrativa del Estado, esta Sala del
Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Michoacán
de Ocampo, se avoca al estudio de los conceptos de
violación que hacen valer los actores.
Esta Sala Colegiada de manera primordial procederá al
análisis de los conceptos de violación aplicando el principio
de mayor consecuencia anulatoria del acto impugnado y que
pudieran traer mayor beneficio al actor en concordancia con
los principios de congruencia y exhaustividad que rigen las
sentencias establecidos en los artículos 274 y 276 del Código
de Justicia Administrativa del Estado.
Sin embargo, este Tribunal de Justicia Administrativa
del Estado de Michoacán de Ocampo estima oportuno
pronunciarse, previo al estudio de la litis, respecto de la
competencia
para
la
aplicación
JA-0242/2010-I
de
los
tratados
55
internacionales
que
son
obligatorios
para
el
Estado
Mexicano.
Esto es así, en razón de la obligación que existe para
los órganos jurisdiccionales de atender el contenido de los
derechos reconocidos no sólo en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y en las normas que los rigen,
sino
además
en
los
establecidos
en
Americana sobre Derechos Humanos y
la
Convención
los múltiples
convenios y tratados internacionales que México ha suscrito,
ya que dicho derecho convencional forma parte del sistema
jurídico mexicano al haberlos firmado, atendiendo al principio
pacta sunt servanda14, conforme al cual el Estado Mexicano
contrajo obligaciones frente a la comunidad internacional que
no deben ser desconocidas con sólo invocar normas de
derecho interno.
Lo anterior fue pronunciado por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos en la sentencia del veintitrés de
noviembre de dos mil nueve, en el caso RADILLA PACHECO
VS. ESTADOS UNIDOS MEXICANOS del 23 de noviembre
de 2009,
cuando determinó los aspectos del control
convencional al señalar que (párrafo 338) Para este Tribunal,
no sólo la supresión o expedición de las normas en el
derecho interno garantizan los derechos contenidos en la
14
De acuerdo con el Diccionario de Derecho de Rafael de Pina y Rafael de Pina Vara,
el término pacta sunt servanda es “Expresión latina que afirma la obligatoriedad de
los pactos libremente establecidos”.
JA-0242/2010-I
56
Convención Americana, de conformidad a la obligación
comprendida en el artículo 2 de dicho instrumento. También
se requiere el desarrollo de prácticas estatales conducentes a
la observancia efectiva de los derechos y libertades
consagrados en la misma. En consecuencia, la existencia de
una norma no garantiza por sí misma que su aplicación sea
adecuada. Es necesario que la aplicación de las normas o
su interpretación, en tanto prácticas jurisdiccionales y
manifestación del orden público estatal, se encuentren
ajustadas al mismo fin que persigue el artículo 2 de la
Convención15 . En términos prácticos, la interpretación del
artículo 13 de la Constitución Política mexicana debe ser
coherente
con
los
principios
convencionales
y
constitucionales de debido proceso y acceso a la justicia,
contenidos en el artículo 8.1 de la Convención Americana y
las normas pertinentes de la Constitución mexicana.
Agregó dicho tribunal internacional que (párrafo 339) En
relación con las prácticas judiciales, este Tribunal ha
establecido en su jurisprudencia que es consciente de
que los jueces y tribunales internos están sujetos al
imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las
15
Cfr. Caso Castillo Petruzzi y otros Vs. Perú, supra nota 54, párr. 207; Caso Ximenes
Lopes Vs. Brasil. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2006.
Serie C No. 149, párr. 83, y Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile, supra nota 19,
párr. 118.
JA-0242/2010-I
57
disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico16.
Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado
internacional como la Convención Americana, sus
jueces, como parte del aparato del Estado, también están
sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los
efectos de las disposiciones de la Convención no se
vean mermados por la aplicación de leyes contrarias a su
objeto y fin, que desde un inicio carecen de efectos
jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe
ejercer un “control de convencionalidad” ex officio entre
las
normas
internas
y
la
Convención
Americana,
evidentemente en el marco de sus respectivas competencias
y de las regulaciones procesales correspondientes. En esta
tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el
tratado, sino también la interpretación que del mismo ha
hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la
Convención Americana17.
16
Cfr. Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile, supra nota 19, párr. 124, y Caso La
Cantuta Vs. Perú, supra nota 51, párr. 173.
17
Cfr. Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile, supra nota 19, párr. 124; Caso La
Cantuta Vs. Perú, supra nota 51, párr. 173, y Caso Boyce y otros Vs. Barbados.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de noviembre
de 2007. Serie C No. 169, párr. 78. El Tribunal observa que el control de
convencionalidad ya ha sido ejercido en el ámbito judicial interno de México.
Cfr. Amparo Directo Administrativo 1060/2008, Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito, sentencia de 2
de julio de 2009. En tal decisión se estableció que: “los tribunales locales del
Estado Mexicano no deben limitarse a aplicar sólo las leyes locales sino que
quedan también obligados a aplicar la Constitución, los tratados o
convenciones internacionales y la jurisprudencia emitida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, entre otros organismos, lo cual los
obliga a ejercer un control de convencionalidad entre las normas jurídicas
internas y las supranacionales, como lo consideró la Primera Sala de la
JA-0242/2010-I
58
Lo anterior, ya había sido materia de estudio por parte
del Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y
del Trabajo del Décimo Primer Circuito donde sostuvo que
era facultad del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado
de Michoacán de Ocampo aplicar el control convencional, al
señalar en su ejecutoria del dos de julio de dos mil nueve
que:
Así pues, los tratados celebrados por el Estado
mexicano no pueden desconocer o alterar las garantías
y derechos del hombre, en tanto éstos constituyen la
razón y el objeto de nuestras instituciones, por ello, es
que la Ley Fundamental obliga a las autoridades
mexicanas a respetarlos; de ahí que sea válido
sustentar que bajo ninguna circunstancia pueden ser
ignorados por las autoridades al emitir los actos que les
corresponda de acuerdo a su ámbito competencial;
dado que los principios que conforman el derecho
subjetivo público deberán adecuarse a las diversas
finalidades de esos medios de defensa, y que al margen
de que el Código de Justicia Administrativa de
Michoacán, no obstante haber entrado en vigor el
treinta de noviembre de dos mil siete, esto con excesiva
posterioridad a la concertación del tratado de San José,
no se hubiese adecuado al marco jurídico de ese
instrumento internacional, tan luego fue ratificado por
México, de ninguna manera exonera a la autoridad
responsable, ya que debe atender a él por mandato
expreso del artículo 133 constitucional.
Tanto más que el principio pro homine es un criterio
hermenéutico que coincide con el rasgo fundamental de
Suprema Corte de Justicia de la Nación […]”. (cita integra realizada en la sentencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos)
JA-0242/2010-I
59
los derechos humanos, por virtud del cual debe estarse
siempre a favor del hombre e implica que debe acudirse
a la norma más amplia o a la interpretación extensiva
cuando se trata de derechos protegidos y, por el
contrario, a la norma o a la interpretación más
restringida, cuando se trata de establecer límites a su
ejercicio.
En ese orden, ha de establecerse que los tribunales
locales del Estado mexicano no deben limitarse a
aplicar sólo las leyes locales, sino que quedan también
obligados a aplicar la Constitución, los tratados o
convenciones internacionales y la jurisprudencia emitida
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
entre otros organismos, lo cual los obliga a ejercer un
control de convencionalidad entre las normas jurídicas
internas y las supranacionales, como lo consideró la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación al resolver el amparo directo en revisión
908/2006, promovido por Nahum Ramos Yescas, en
sesión celebrada el dieciocho de abril de dos mil siete. .
.
De lo anterior, derivaron las siguientes tesis18 del propio
Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y del
Trabajo del Décimo Primer Circuito, cuyos rubros y textos son
los siguientes:
CONTROL
DE
CONVENCIONALIDAD
EN
SEDE
INTERNA. LOS TRIBUNALES MEXICANOS ESTÁN
OBLIGADOS A EJERCERLO. Tratándose de los
18
Novena Época. Registro: 164611. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.
Tesis Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXXI, Mayo
de 2010. Materia(s): Común. Tesis: XI.1o.A.T.47 K. Página: 1932.
Novena Época. Registro: 164509. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tesis
Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXXI, Mayo de
2010. Materia(s): Común. Tesis: XI.1o.A.T.45 K. Página: 2079.
Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tesis Aislada. Materia(s):
Común.
JA-0242/2010-I
60
derechos humanos, los tribunales del Estado mexicano
como no deben limitarse a aplicar sólo las leyes locales,
sino
también
convenciones
la
Constitución,
internacionales
los
tratados
conforme
a
o
la
jurisprudencia emitida por cualesquiera de los tribunales
internacionales que realicen la interpretación
de los
tratados, pactos, convenciones o acuerdos celebrados
por México; lo cual obliga a ejercer el control de
convencionalidad entre las normas jurídicas internas y
las supranacionales, porque éste implica acatar y
aplicar en su ámbito competencial, incluyendo las
legislativas, medidas de cualquier orden para asegurar
el respeto de los derechos y garantías, a través de
políticas y leyes que los garanticen.
TRATADOS
INTERNACIONALES.
CUANDO
LOS
CONFLICTOS SE SUSCITEN EN RELACIÓN CON
DERECHOS HUMANOS, DEBEN UBICARSE A NIVEL
DE LA CONSTITUCIÓN. Los tratados o convenciones
suscritos por el Estado mexicano relativos a derechos
humanos, deben ubicarse a nivel de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque
dichos instrumentos internacionales se conciben como
una extensión de lo previsto en esa Ley Fundamental
respecto a los derechos humanos, en tanto que
constituyen la razón y el objeto de las instituciones. Por
lo que los principios que conforman el derecho subjetivo
público, deben adecuarse a las diversas finalidades de
los medios de defensa que prevé la propia Constitución
y de acuerdo con su artículo 133 las autoridades
mexicanas deben respetarlos, por lo que bajo ninguna
circunstancia pueden ser ignorados por ellos al actuar
de acuerdo a su ámbito competencial.
JA-0242/2010-I
61
PRINCIPIO PRO HOMINE. Es un criterio hermenéutico
que coincide con el rasgo fundamental de los derechos
humanos, virtud al cual en cualquier interpretación debe
estar siempre a lo más favorable al hombre, esto es,
debe acudirse a la norma más amplia o la interpretación
extensiva cuando se trata de esos derechos y, por el
contrario, a la norma o la interpretación más restringida,
cuando se trata de establecer límites a su ejercicio.
Por tanto, este Tribunal de Justicia Administrativa del
Estado es competente para conocer de la violación a las
normas de derecho internacional, siempre y cuando entren
dentro de la competencia de este órgano jurisdiccional.
Lo anterior, quedó refrendado el diez de junio de dos
mil once con la publicación de las reformas a la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde se adujó la
obligación de aplicar no sólo dicho norma fundamental, sino
además los tratados internaciones en aras de la protección
más amplia de la persona, al disponer lo siguiente:
Artículo 1°.
...
Las normas relativas a los derechos humanos se
interpretarán de conformidad con esta Constitución y
con
los
tratados
internacionales
de
la
materia
favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia.
Todas
las
autoridades,
competencias,
tienen
la
en
el
ámbito
obligación
de
de
sus
promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
de conformidad con los principios de universalidad,
JA-0242/2010-I
62
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley.
...
En consecuencia, se considera que con las reformas a
la constitución se obliga expresamente -desde la propia
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos- a
este Tribunal de Justicia Administrativa del Estado a la
aplicación de los tratados internacionales siempre y cuando
sea para favorecer en todo tiempo a las personas.
VIII.1. Litis del debido procedimiento administrativo
y fundamentación de la competencia. En ese sentido, se
estudian de forma conjunta los conceptos de violación
señalados por los actores con los números 7.1.1. y 7.1.2.
dada su íntima relación y donde argumentan que existió
violación a la garantía del procedimiento administrativo
previsto
en
el
artículo
121
del
Código
de
Justicia
Administrativa del Estado, ya que existió una detención
administrativa por parte de la autoridad policiaca infringiendo
su libertad de manera ilegal vulnerando el artículo 7.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, ya que no
se le puede privar sino después de ser escuchado en
audiencia pública, en términos del artículo 8.1 de la citada
convención.
JA-0242/2010-I
63
Agrega que no fueron llevados sin demora alguna ante
autoridad con funciones jurisdiccionales ajeno al órgano
administrativo, con lo que se violenta el artículo 7.5 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo XI
de
la
Convención
Interamericana
sobre
Desaparición
Forzada de Personas y el numeral 1115 (sic) fracción II inciso
“a” de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como el artículo 7, fracción IX, del Código de
Justicia Administrativa del Estado al no respetarse el
procedimiento.
Además señala que existieron violaciones a los
artículos 8.1 y 8.5 de la Convención Americana sobre
Derechos
Humanos
al
no
existir
la
publicidad
del
procedimiento, ya que no puede llevarse a cabo en los
lugares
de
detención.
Además,
no
existió
ningún
procedimiento administrativo al arrestarlos y multarlos el
mismo día, vulnerándose la garantía de presunción de
inocencia.
En ese mismo sentido señala que el registro realizado
en la lista de arrestados por el ingreso a Barandillas de la
autoridad, atenta irracionalmente en contra de la libertad y de
las seguridades personales, infringe el derecho a la
privacidad, a su honor y a la presunción de inocencia, en
términos del artículo 11 de la Convención Americana sobre
JA-0242/2010-I
64
Derechos Humanos, ya que el hecho de aparecer en dichos
registros arroja que cuenten con antecedentes de faltas
administrativas, mismo que pueden ser valorados ante
nuevas conductas que los haga tener el carácter de
reincidente.
Además, agregan que la autoridad policiaca no emitió
resolución administrativa alguna, por lo que no cumplió con la
correcta fundamentación de la función pública, que conste
por escrito, fundado y motivado, con el nombre y la firma del
servidor público que emita el acto administrativo.
Concluyen que existen aplicación de penas inusitadas
al no existir tipicidad administrativa de supuestas conductas
antijurídicas de este orden.
Conceptos de violación que se estiman por una parte
esencialmente FUNDADOS y por otra INFUNDADOS.
En primer término es necesario señalar que el arresto
en términos de la Enciclopedia Jurídica Omeba define al
arresto como el acto de autoridad competente de aprehender
a una persona, de someterla a prisión o detención, por breve
tiempo, por causas correccionales o penales y con motivo de
haberse comprobado una infracción o de tener sospechas
fundadas de que se ha cometido una transgresión al orden
jurídico.
JA-0242/2010-I
65
Además el arresto, del latín ad y restare (quedar,
detener, poner preso), implica una corta privación de la
libertad, que se realizará en lugar distinto al destinado al
cumplimiento de las penas de privación de la libertad, y cuya
duración no debe exceder de treinta y seis horas conforme al
artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Puede ser decretado por autoridad administrativa
(arresto administrativo), o bien por autoridad judicial (arresto
judicial), el cual puede imponerse como una medida de
apremio o corrección disciplinaria.
En términos de lo antes expuesto es dable afirmar que
el arresto, en cualquiera de sus variantes, afecta la libertad
del sujeto al que se dirige; dicho en otras palabras, se trata
de una medida restrictiva de la libertad personal. De ahí que
pueda sostenerse que, esencialmente, el derecho sustantivo
que podría resultar afectado con motivo de la ejecución de un
arresto es precisamente la libertad personal.
El arresto, en la forma que aquí nos interesa, es una
sanción administrativa por infracción a los reglamentos
administrativos, es decir, no es otra cosa que una medida
consistente en la privación de la libertad por un tiempo
determinado prevista por la ley, por el incumplimiento a un
reglamento o disposición normativa.
JA-0242/2010-I
66
En ese sentido, al ser el arresto administrativo un acto
de autoridad tiene –entre otros- como requisito esencial y una
obligación de la autoridad fundar en el acto de molestia su
competencia, pues ésta sólo puede hacer lo que la ley le
permite, de ahí que la validez del acto dependerá de que
haya sido realizado por la autoridad facultada legalmente
para ello dentro de su respectivo ámbito de competencia,
regido específicamente por una o varias normas que lo
autoricen.
Luego, en términos de los artículos 14 y 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
tienen el alcance de exigir que todo acto de autoridad, ya sea
de molestia o de privación a los particulares, deba emitirse
por quien tenga facultad expresa para ello, debiendo como
formalidad esencial para que tenga eficacia jurídica, señalar
en el propio acto, el o los dispositivos que legitimen la
competencia de quien lo emita y el carácter con que este
actúa, ya sea por sí mismo, por ausencia del titular de la
dependencia correspondiente o por delegación de facultades.
Tiene aplicación en lo conducente la jurisprudencia19
del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que
señala:
19
Registro No. 205463. Localización: Octava Época. Instancia: Pleno. Fuente: Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación. 77, Mayo de 1994. Página: 12. Tesis: P./J.
10/94. Jurisprudencia. Materia(s): Común.
JA-0242/2010-I
67
COMPETENCIA.
SU
FUNDAMENTACION
ES
REQUISITO ESENCIAL DEL ACTO DE AUTORIDAD.
Haciendo una interpretación armónica de las garantías
individuales de legalidad y seguridad jurídica que
consagran los artículos 14 y 16 constitucionales, se
advierte que los actos de molestia y privación deben,
entre otros requisitos, ser emitidos por autoridad
competente y cumplir las formalidades esenciales que
les den eficacia jurídica, lo que significa que todo acto
de autoridad necesariamente debe emitirse por quien
para ello esté facultado expresándose, como parte de
las formalidades esenciales, el carácter con que se
suscribe y el dispositivo, acuerdo o decreto que otorgue
tal legitimación. De lo contrario, se dejaría al afectado
en estado de indefensión, ya que al no conocer el
apoyo que faculte a la autoridad para emitir el acto, ni el
carácter con que lo emita, es evidente que no se le
otorga la oportunidad de examinar si su actuación se
encuentra o no dentro del ámbito competencial
respectivo, y es conforme o no a la Constitución o a la
ley; para que, en su caso, esté en aptitud de alegar,
además de la ilegalidad del acto, la del apoyo en que se
funde la autoridad para emitirlo, pues bien puede
acontecer que su actuación no se adecúe exactamente
a la norma, acuerdo o decreto que invoque, o que éstos
se hallen en contradicción con la ley fundamental o la
secundaria.
Por otra parte, la detención y el arresto administrativo a
demás de los requisitos de la fundamentación de la
competencia, deben cumplir con los del debido proceso que
JA-0242/2010-I
68
se consignan no sólo en ordenamientos de competencia
nacional, sino también supranacionales.
En ese orden de ideas, se cita primero el contenido del
artículo 7°de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, que regula los aspectos relativos a la libertad
personal, al establecer lo siguiente:
Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal
1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la
seguridad personales.
2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo
por las causas y en las condiciones fijadas de antemano
por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o
por las leyes dictadas conforme a ellas.
3.
Nadie
puede
ser
sometido
a
detención
o
encarcelamiento arbitrarios.
4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada
de las razones de su detención y notificada, sin demora,
del cargo o cargos formulados contra ella.
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada,
sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado
por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá
derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a
ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el
proceso. Su libertad podrá estar condicionada a
garantías que aseguren su comparecencia en el juicio.
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a
recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que
éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su
arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la
detención fueran ilegales. En los Estados Partes cuyas
leyes prevén que toda persona que se viera amenazada
de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a
JA-0242/2010-I
69
un juez o tribunal competente a fin de que éste decida
sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no
puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrán
interponerse por sí o por otra persona.
7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no
limita los mandatos de autoridad judicial competente
dictados por incumplimientos de deberes alimentarios.
En relación al derecho de libertad personal la Corte
Interamericana de Derechos Humanos se ha pronunciado en
el sentido de que El artículo 7 de la Convención tiene dos
tipos de regulaciones bien diferenciadas entre sí: una general
y otra específica. La general se encuentra en el primer
numeral: “[t]oda persona tiene el derecho a la libertad y a la
seguridad personales”. Mientras que la específica está
compuesta por una serie de garantías que protegen el
derecho a no ser privado de la libertad ilegalmente (art. 7.2) o
arbitrariamente (art. 7.3), a conocer las razones de la
detención y los cargos formulados en contra del detenido (art.
7.4), al control judicial de la privación de la libertad y la
razonabilidad del plazo de la prisión preventiva (art. 7.5), a
impugnar la legalidad de la detención (art. 7.6) y a no ser
detenido por deudas (art. 7.7).20
Agregó en relación a este derecho que En sentido
amplio la libertad sería la capacidad de hacer y no hacer todo
20
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. párr. 51.
JA-0242/2010-I
70
lo que esté lícitamente permitido. En otras palabras,
constituye el derecho de toda persona de organizar, con
arreglo a la ley, su vida individual y social conforme a sus
propias opciones y convicciones. La seguridad, por su parte,
sería la ausencia de perturbaciones que restrinjan o limiten la
libertad más allá de lo razonable. La libertad, definida así, es
un derecho humano básico, propio de los atributos de la
persona, que se proyecta en toda la Convención Americana.
En efecto, del Preámbulo se desprende el propósito de los
Estados Americanos de consolidar “un régimen de libertad
personal y de justicia social, fundado en el respeto de los
derechos esenciales del hombre”, y el reconocimiento de que
“sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento
de temor y de la miseria, si se crean condiciones que
permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y
políticos”. De esta forma, cada uno de los derechos humanos
protege un aspecto de la libertad del individuo.21
Además, en relación a la libertad que consigna el
artículo 7° de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos considera que éste protege exclusivamente el
derecho a la libertad física y cubre los comportamientos
corporales que presuponen la presencia física del titular del
21
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. párr. 52.
JA-0242/2010-I
71
derecho y que se expresan normalmente en el movimiento
físico. La seguridad también debe entenderse como la
protección contra toda interferencia ilegal o arbitraria de la
libertad física. Ahora bien, este derecho puede ejercerse de
múltiples formas. . . Es así como se explica que el artículo 7.1
consagre en términos generales el derecho a la libertad y
seguridad y los demás numerales se encarguen de las
diversas garantías que deben darse a la hora de privar a
alguien de su libertad. De ahí también se explica que la forma
en que la legislación interna afecta al derecho a la libertad es
característicamente negativa, cuando permite que se prive o
restrinja la libertad. Siendo, por ello, la libertad siempre la
regla y la limitación o restricción siempre la excepción.22
Concluye
la
Corte
Interamericana
de
Derechos
Humanos que cualquier violación de los numerales 2 al 7 del
artículo 7 de la Convención acarreará necesariamente la
violación del artículo 7.1 de la misma, puesto que la falta de
respeto a las garantías de la persona privada de la libertad
desemboca, en suma, en la falta de protección del propio
derecho a la libertad de esa persona.23
Por otra parte, la Corte Interamericana ha considerado
que para considerar que una detención no sea arbitraria se le
22
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. párr. 53.
23
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. párr. 53.
JA-0242/2010-I
72
debe otorgar al detenido la información de los “motivos y
razones” de la detención debe darse “cuando ésta se
produce”, lo cual “constituye un mecanismo para evitar
detenciones ilegales o arbitrarias desde el momento mismo
de la privación de libertad y, a su vez, garantiza el derecho de
defensa del individuo”24.
En relación a la información de los motivos y razones,
esta se cumple cuando la autoridad [informa], en primer
lugar, de la detención misma. La persona detenida debe
tener claro que está siendo detenida. En segundo lugar, el
agente que lleva a cabo la detención debe informar en un
lenguaje simple, libre de tecnicismos, los hechos y bases
jurídicas esenciales en los que se basa la detención. No se
satisface el artículo 7.4 de la Convención si sólo se menciona
la base legal.25 Lo anterior, permite al detenido impugnar la
legalidad de la misma, haciendo uso de los mecanismos
legales que todo Estado debe ofrecer, en los términos del
artículo 7.6 de la Convención.26
En suma, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha sostenido en el caso Chaparro Álvarez y Lapo
24
Cfr. Caso Juan Humberto Sánchez Vs. Honduras. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de junio de 2003. Serie C No. 99, párr.
82.
25
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. párr. 71.
26
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. párr. 70.
JA-0242/2010-I
73
Íñiguez vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, sentencia del
veintiuno de noviembre de dos mil siete, párrafo 93, que para
considerar una privación o restricción de la libertad como
legal, aún y cuando se encuentre consagrada en un
ordenamiento jurídico se debe cumplir con los siguiente
requisitos:
En suma, no es suficiente que toda causa de privación o
restricción al derecho a la libertad esté consagrada en la
ley, sino que es necesario que esa ley y su aplicación
respeten los requisitos que a continuación se detallan, a
efectos de que dicha medida no sea arbitraria: i) que la
finalidad de las medidas que priven o restrinjan la
libertad sea compatible con la Convención. Valga
señalar que este Tribunal ha reconocido como fines
legítimos el asegurar que el acusado no impedirá el
desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la
justicia27; ii) que las medidas adoptadas sean las
idóneas para cumplir con el fin perseguido; iii) que sean
necesarias, en el sentido de que sean absolutamente
indispensables para conseguir el fin deseado y que no
exista una medida menos gravosa respecto al derecho
intervenido entre todas aquellas que cuentan con la
misma idoneidad para alcanzar el objetivo propuesto.
Por esta razón el Tribunal ha señalado que el derecho a
la libertad personal supone que toda limitación a éste
deba ser excepcional28, y iv) que sean medidas que
27
Cfr. Caso Servellón García y otros, supra nota 17, párr. 90, y Caso Acosta
Calderón Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de
2005. Serie C No. 129, párr. 111.
28
Cfr. Caso Palamara Iribarne Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 135, párr. 197, y Caso García
Asto y Ramírez Rojas Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137, párr. 106.
JA-0242/2010-I
74
resulten estrictamente proporcionales29, de tal forma
que el sacrificio inherente a la restricción del derecho a
la libertad no resulte exagerado o desmedido frente a
las ventajas que se obtienen mediante tal restricción y el
cumplimiento de la finalidad perseguida. Cualquier
restricción a la libertad que no contenga una motivación
suficiente que permita evaluar si se ajusta a las
condiciones señaladas será arbitraria y, por tanto,
violará el artículo 7.3 de la Convención30.
En relación a las garantías judiciales que los actores
estiman violentadas, la Corte Interamericana de los Derechos
Humanos ha sostenido que El artículo 8.1 de la Convención
establece como uno de los elementos del debido proceso el
que los tribunales decidan los casos sometidos a su
conocimiento en un plazo razonable. La razonabilidad del
plazo se debe apreciar en relación con la duración total del
procedimiento penal. En materia penal este plazo comienza
cuando se presenta el primer acto de procedimiento dirigido
en
contra
de
determinada
persona
como
probable
responsable de cierto delito y termina cuando se dicta
sentencia definitiva y firme31.
29
Cfr. Caso "Instituto de Reeducación del Menor" Vs. Paraguay. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004.
Serie C No. 112, párr. 228.
30
Caso García Asto y Ramírez Rojas Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137,
párr. 128.
31
Cfr. Caso López Álvarez. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie C No. 141,
párr. 129.
JA-0242/2010-I
75
En relación a la presunción de inocencia, la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos ha señalado que el
principio
de
presunción
de
inocencia
constituye
un
fundamento de las garantías judiciales. De lo dispuesto en el
artículo 8.2 de la Convención deriva la obligación estatal de
no restringir la libertad del detenido más allá de los límites
estrictamente necesarios para asegurar que aquél no
impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción
de la justicia. En este sentido, la prisión preventiva es una
medida cautelar, no punitiva.32
Además, el artículo 8.5. de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos regula la obligación de que los
procesos sean públicos, salvo los que sea necesario para
preservar los intereses de la justicia.
Otro ordenamiento a nivel supranacional que hace
regulaciones en relación a las detenciones, que son
aplicables a las administrativas, es el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos33 en su artículo 9°, que cita:
ARTÍCULO 9
32
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. párr. 145.
33
Depositario: ONU. Lugar de adopción: Nueva York, E.U.A. Fecha de adaptación: 16
de diciembre de 1966. Vinculación de México: 23 de marzo de 1976. Adhesión.
Aprobación del Senado: 18 de diciembre de 1980, según decreto publicado en el
Diario Oficial de la Federación el 9 de enero de 1981. Entrada en vigor: 23 de marzo
de 1976, general; 23 de junio de 1981, México. Publicación del decreto de
promulgación en el Diario Oficial de la Federación: miércoles 20 de mayo de 1981. Fe
de erratas: 22 de junio de 1981. Última modificación Diario Oficial: 16 de enero de
2002. Retiro parcial de la reserva que el gobierno de México formuló al artículo 25,
inciso b).
JA-0242/2010-I
76
1. Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la
seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a
detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado
de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con
arreglo al procedimiento establecido en ésta.
2. Toda persona detenida será informada, en el
momento de su detención, de las razones de la misma,
y notificada, sin demora, de la acusación formulada
contra ella.
3. Toda persona detenida o presa a causa de una
infracción penal será llevada sin demora ante un juez u
otro funcionario autorizado por la ley para ejercer
funciones judiciales, y tendrá derecho a ser juzgada
dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad.
La prisión preventiva de las personas que hayan de ser
juzgadas no debe ser la regla general, pero su libertad
podrá estar subordinada a garantías que aseguren la
comparecencia del acusado en el acto del juicio, o en
cualquier otro momento de las diligencias procesales y,
en su caso, para la ejecución del fallo.
4. Toda persona que sea privada de libertad en virtud
de detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante un
tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad posible
sobre la legalidad de su prisión y ordene su libertad si la
prisión fuera ilegal.
5. Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o
presa, tendrá el derecho efectivo a obtener reparación.
Del dispositivo supranacional, tanto como de la
jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
intitulada LAS INFRACCIONES FISCALES SE RIGEN POR
LOS
PRINCIPIOS
DEL
DERECHO
ADMINISTRATIVO
SANCIONADOR Y POR LAS GARANTÍAS DEL DERECHO
PENAL, EN LO QUE RESULTEN APLICABLES34, se puede
establecer que los derechos son igual a las garantías de la
detención por delitos que por faltas administrativos, por tanto,
se tiene que nadie puede ser privado de su libertad, salvo por
34
Registro No. 173256. Localización: Novena Época. Instancia: Primera Sala. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXV, Febrero de 2007. Página: 652.
Tesis: 1a. XXVII/2007. Tesis Aislada. Materia(s): Administrativa.
JA-0242/2010-I
77
las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento
establecido en ésta, para lo cual el particular deberá ser
informado en el momento de su detención de las razones de
la
misma,
y
notificada
sin
demora
la
acusación
o
contravención a los reglamentos que se le atribuyen. Una vez
detenida la persona, ésta debe ser juzgada en un plazo
razonable por autoridad competente, en caso contrario se le
dejará en libertad. Además, al particular se le debe otorgar la
facultad de impugnar la determinación en su contra y en el
caso de que se determine la ilegalidad, tiene el derecho a ser
indemnizada.
Ahora bien, lo aceptado en el artículo 9° del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos es corroborado
en las disposiciones contenidas en el CONJUNTO DE
PRINCIPIOS PARA LA PROTECCIÓN DE TODAS LAS
PERSONAS SOMETIDAS A CUALQUIER FORMA DE
DETENCIÓN O PRISIÓN35, en los siguientes principios del
que disponen:
PRINCIPIO 9
Las autoridades que arresten a una persona, la
mantengan detenida o investiguen el caso sólo podrán
ejercer las atribuciones que les confiera la ley, y el
35
Documento internacional que si bien no posee la naturaleza de tratado
internacional, sin embargo, si tiene el efecto jurídico relevante al momento de aplicar e
interpretar los estándares previstos en estos últimos, así como para la armonización
del derecho interno. Entre el conjunto de instrumentos, que la doctrina identifica con la
noción de soft law internacional. Cfr. Coordinadores GARCÍA Ramírez, Sergio y
LONDOÑO Lázaro, María Carmelina. La jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Universidad Nacional Autónoma de México. Universidad de la
Sabana. Corte Interamericana de Derechos Humanos. México, 2010. p. XVI.
Proclamado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en
su Resolución 43/173. Fecha de adopción: 9 de diciembre de 1988.
JA-0242/2010-I
78
ejercicio de esas atribuciones estará sujeto a recurso
ante un juez u otra autoridad.
PRINCIPIO 10
Toda persona arrestada será informada en el momento
de su arresto de la razón por la que se procede a él y
notificada sin demora de la acusación formulada contra
ella.
PRINCIPIO 11
1. Nadie será mantenido en detención sin tener la
posibilidad real de ser oído sin demora por un juez u
otra autoridad. La persona detenida tendrá el derecho
de defenderse por sí misma o ser asistida por un
abogado según prescriba la ley.
2. Toda persona detenida y su abogado, si lo tiene,
recibirán una comunicación inmediata y completa de la
orden de detención, junto con las razones en que se
funde.
3. Se facultará a un juez o a otra autoridad para
considerar la prolongación de la detención según
corresponda.
PRINCIPIO 12
1. Se harán constar debidamente:
a) Las razones del arresto;
b) La hora del arresto de la persona y la hora de su
traslado al lugar de custodia, así como la hora de su
primera comparecencia ante el juez u otra autoridad;
c) La identidad de los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley que hayan intervenido;
d) Información precisa acerca del lugar de custodia.
2. La constancia de esas actuaciones será puesta en
conocimiento de la persona detenida o de su abogado,
si lo tiene, en la forma prescrita por la ley.
PRINCIPIO 13
Las autoridades responsables del arresto, detención o
prisión de una persona deberán suministrarle, en el
momento del arresto y al comienzo del período de
detención o de prisión o poco después, información y
una explicación sobre sus derechos, así como sobre la
manera de ejercerlos.
PRINCIPIO 14
Toda persona que no comprenda o no hable
adecuadamente el idioma empleado por las autoridades
responsables del arresto, detención o prisión tendrá
derecho a que se le comunique sin demora, en un
idioma que comprenda, la información mencionada en
el principio 10, el párrafo 2 del principio 11, el párrafo 1
JA-0242/2010-I
79
del principio 12 y el principio 13 y a contar con la
asistencia, gratuita si fuese necesario, de un intérprete
en las actuaciones judiciales posteriores a su arresto.
PRINCIPIO 15
A reserva de las excepciones consignadas en el párrafo
4 del principio 16 y el párrafo 3 del principio 18, no se
mantendrá a la persona presa o detenida incomunicada
del mundo exterior, en particular de su familia o su
abogado, por más de algunos días.
PRINCIPIO 16
1. Prontamente después de su arresto y después de
cada traslado de un lugar de detención o prisión a otro,
la persona detenida o presa tendrá derecho a notificar,
o a pedir que la autoridad competente notifique, a su
familia o a otras personas idóneas que él designe, su
arresto, detención o prisión o su traslado y el lugar en
que se encuentra bajo custodia.
2. Si se trata de un extranjero, la persona detenida o
presa será también informada prontamente de su
derecho a ponerse en comunicación por los medios
adecuados con una oficina consular o la misión
diplomática del Estado del que sea nacional o de aquel
al que, por otras razones, competa recibir esa
comunicación, de conformidad con el derecho
internacional o con el representante de la organización
internacional competente, si se trata de un refugiado o
se halla bajo la protección de una organización
intergubernamental por algún otro motivo.
3. Si la persona detenida o presa es un menor o una
persona incapaz de entender cuáles son sus derechos,
la autoridad competente se encargará por iniciativa
propia de efectuar la notificación a que se hace
referencia en este principio. Se velará en especial
porque los padres o tutores sean notificados.
4. La autoridad competente hará o permitirá que se
hagan sin demora las notificaciones a que se hace
referencia en el presente principio. Sin embargo, la
autoridad competente podrá retrasar una notificación
por un período razonable en los casos en que las
necesidades excepcionales de la investigación así lo
requieran.
PRINCIPIO 17
1. Las personas detenidas tendrán derecho a asistencia
de un abogado. La autoridad competente les informará
de ese derecho prontamente después de su arresto y
les facilitará medios adecuados para ejercerlo.
2. La persona detenida que no disponga de asistencia
de un abogado de su elección tendrá derecho a que un
JA-0242/2010-I
80
juez u otra autoridad le designe un abogado en todos
los casos en que el interés de la justicia así lo requiera y
sin costo para él si careciere de medios suficientes para
pagarlo.
PRINCIPIO 18
1. Toda persona detenida o presa tendrá derecho a
comunicarse con su abogado y a consultarlo.
2. Se darán a la persona detenida o presa tiempo y
medios adecuados para consultar con su abogado.
3. El derecho de la persona detenida o presa a ser
visitada por su abogado y a consultarlo y comunicarse
con él, sin demora y sin censura, y en régimen de
absoluta confidencialidad, no podrá suspenderse ni
restringirse, salvo en circunstancias excepcionales que
serán determinadas por la ley o los reglamentos
dictados conforme a derecho, cuando un juez u otra
autoridad lo considere indispensable para mantener la
seguridad y el orden.
4. Las entrevistas entre la persona detenida o presa y
su abogado podrán celebrarse a la vista de un
funcionario encargado de hacer cumplir la ley, pero éste
no podrá hallarse a distancia que le permita oír la
conversación.
5. Las comunicaciones entre una persona detenida o
presa y su abogado mencionadas en el presente
principio no se podrán admitir como prueba en contra de
la persona detenida o presa a menos que se relacionen
con un delito continuo o que se proyecte cometer.
PRINCIPIO 21
1. Estará prohibido abusar de la situación de una
persona detenida o presa para obligarla a confesar o
declarar contra sí misma o contra cualquier otra
persona.
PRINCIPIO 23
1. La duración de todo interrogatorio a que se someta a
una persona detenida o presa y la de los intervalos
entre los interrogatorios, así como la identidad de los
funcionarios que los hayan practicado y la de las demás
personas presentes, serán consignadas en registros y
certificadas en la forma prescrita por ley.
2. La persona detenida o presa, o su abogado, cuando
lo disponga la ley, tendrá acceso a la información
descrita en el párrafo 1 del presente principio.
PRINCIPIO 27
JA-0242/2010-I
81
La inobservancia de los presentes principios en la
obtención de las pruebas se tendrá en cuenta al
determinar la admisibilidad de tales pruebas contra una
persona detenida o presa.
PRINCIPIO 32
1. La persona detenida o su abogado tendrá derecho a
interponer en cualquier momento una acción, con
arreglo al derecho interno, ante un juez u otra autoridad
a fin de impugnar la legalidad de su detención y, si ésta
no fuese legal, obtener su inmediata liberación.
2. El procedimiento previsto en el párrafo 1 del presente
principio, será sencillo y expedito y no entrañará costo
alguno para el detenido, si éste careciere de medios
suficientes. La autoridad que haya procedido a la
detención llevará sin demora injustificada al detenido
ante la autoridad encargada del examen del caso.
PRINCIPIO 33
1. La persona detenida o presa o su abogado tendrá
derecho a presentar a las autoridades encargadas de la
administración del lugar de detención y a las
autoridades superiores y, de ser necesario, a las
autoridades competentes que tengan atribuciones
fiscalizadoras o correctivas una petición o un recurso
por el trato de que haya sido objeto, en particular en
caso de tortura u otros tratos crueles, inhumanos o
degradantes.
2. Los derechos que confiere el párrafo 1 del presente
principio, podrán ser ejercidos por un familiar de la
persona presa o detenida o por otra persona que tenga
conocimiento del caso cuando ni la persona presa o
detenida ni su abogado tengan posibilidades de
ejercerlos.
3. La petición o recurso serán confidenciales si así lo
pidiere el recurrente.
4. Toda petición o recurso serán examinados sin
dilación y contestados sin demora injustificada. Si la
petición o recurso fueren rechazados o hubiere un
retraso excesivo, el recurrente tendrá derecho a
presentar una petición o recurso ante un juez u otra
autoridad. Ni las personas detenidas o presas ni los
recurrentes sufrirán perjuicios por haber presentado una
petición o recurso de conformidad con el párrafo 1 del
presente principio.
PRINCIPIO 35
1. Los daños causados por actos u omisiones de un
funcionario público que sean contrarios a los derechos
previstos
en
los
presentes
principios
serán
indemnizados de conformidad con las normas del
JA-0242/2010-I
82
derecho
interno
aplicables
en
materia
de
responsabilidad.
2. La información de la que se deba dejar constancia en
registros a efectos de los presentes principios estará
disponible, de conformidad con los procedimientos
previstos en el derecho interno, para ser utilizada
cuando se reclame indemnización con arreglo al
presente principio.
PRINCIPIO 36
1. Se presumirá la inocencia de toda persona
sospechosa o acusada de un delito y se la tratará como
tal mientras no haya sido probada su culpabilidad
conforme al derecho en un juicio público en el que haya
gozado de todas las garantías necesarias para su
defensa.
2. Sólo se procederá al arresto o detención de esa
persona en espera de la instrucción y el juicio cuando lo
requieran las necesidades de la administración de
justicia por motivos y según condiciones y
procedimientos determinados por ley. Estará prohibido
imponer a esa persona restricciones que no estén
estrictamente justificadas para los fines de la detención
o para evitar que se entorpezca el proceso de
instrucción o la administración de justicia, o para el
mantenimiento de la seguridad y el orden en el lugar de
detención.
De los dispositivos citados del derecho internacional, se
tiene que además de una garantía de audiencia en beneficio
de los particulares es indispensable que al existir extranjeros
tienen derecho a que se informe a una oficina consular o la
misión diplomática del Estado del que sea nacional o de
aquel al que, por otras razones, competa recibir esa
comunicación de su situación; además, de existir personas
que no comprendan el idioma castellano empleado por las
autoridades responsables del arresto, tienen derecho a que
se le comunique sin demora, en un idioma que comprenda.
JA-0242/2010-I
83
En ese mismo sentido, pero a nivel del derecho interno
del Estado Mexicano, se tiene una garantía indispensable
para los particulares, en relación con la detención, y es la
contenida en el artículo 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, que regula:
ARTÍCULO 16. Nadie puede ser molestado en su
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino
en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento.
Toda persona tiene derecho a la protección de sus
datos personales, al acceso, rectificación y cancelación
de los mismos, así como a manifestar su oposición, en
los términos que fije la ley, la cual establecerá los
supuestos de excepción a los principios que rijan el
tratamiento de datos, por razones de seguridad
nacional, disposiciones de orden público, seguridad y
salud públicas o para proteger los derechos de terceros.
No podrá librarse orden de aprehensión sino por la
autoridad judicial y sin que preceda denuncia o querella
de un hecho que la ley señale como delito, sancionado
con pena privativa de libertad y obren datos que
establezcan que se ha cometido ese hecho y que exista
la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó
en su comisión.
La autoridad que ejecute una orden judicial de
aprehensión, deberá poner al inculpado a disposición
del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta
responsabilidad. La contravención a lo anterior será
sancionada por la ley penal.
Cualquier persona puede detener al indiciado en el
momento en que esté cometiendo un delito o
inmediatamente después de haberlo cometido,
poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad
más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del
Ministerio Público. Existirá un registro inmediato de la
detención.
Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave
así calificado por la ley y ante el riesgo fundado de que
el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia,
siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad
judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia, el
Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad,
ordenar su detención, fundando y expresando los
indicios que motiven su proceder.
JA-0242/2010-I
84
En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la
consignación del detenido deberá inmediatamente
ratificar la detención o decretar la libertad con las
reservas de ley.
La autoridad judicial, a petición del Ministerio Público y
tratándose de delitos de delincuencia organizada, podrá
decretar el arraigo de una persona, con las modalidades
de lugar y tiempo que la ley señale, sin que pueda
exceder de cuarenta días, siempre que sea necesario
para el éxito de la investigación, la protección de
personas o bienes jurídicos, o cuando exista riesgo
fundado de que el inculpado se sustraiga a la acción de
la justicia. Este plazo podrá prorrogarse, siempre y
cuando el Ministerio Público acredite que subsisten las
causas que le dieron origen. En todo caso, la duración
total del arraigo no podrá exceder los ochenta días.
Por delincuencia organizada se entiende una
organización de hecho de tres o más personas, para
cometer delitos en forma permanente o reiterada, en los
términos de la ley de la materia.
Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio
Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que
deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición
de la autoridad judicial; este plazo podrá duplicarse en
aquellos casos que la ley prevea como delincuencia
organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto
será sancionado por la ley penal.
...
Ahora bien, dicha porción normativa contiene garantías
establecidas en la propia Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos para los procesos penales, sin embargo
estas son aplicables a todo procedimiento o proceso
administrativo,
cuando
se
vinculen
a
sanciones
administrativas. Lo anterior, tal y como lo ha sostenido la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
en su tesis36, cuyo rubro y texto indica:
36
Registro No. 173256. Localización: Novena Época. Instancia: Primera Sala. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXV, Febrero de 2007. Página: 652.
Tesis: 1a. XXVII/2007. Tesis Aislada. Materia(s): Administrativa.
JA-0242/2010-I
85
LAS INFRACCIONES FISCALES SE RIGEN POR LOS
PRINCIPIOS
DEL
DERECHO
ADMINISTRATIVO
SANCIONADOR Y POR LAS GARANTÍAS DEL
DERECHO
PENAL,
EN
LO
QUE
RESULTEN
APLICABLES. Las infracciones fiscales constituyen la
vulneración del conjunto de normas que regulan el
cumplimiento de las obligaciones fiscales, mientras que
las violaciones fiscales se refieren a los preceptos que
impongan deberes formales o sustanciales, por lo que
su única diferencia se encuentra en la sanción aplicable,
ya sean penas pecuniarias o privativas de libertad, lo
cual determina que se esté en presencia de una
infracción o de un delito. En esta línea de ideas, resulta
evidente que las sanciones establecidas en el Código
Fiscal de la Federación para el incumplimiento de una
obligación formal o sustancial guardan una gran
similitud con las penas, toda vez que ambas tienen
lugar como reacción frente a lo antijurídico; de lo que se
sigue que la infracción fiscal propiamente establecida
por
el
legislador
por
el
incumplimiento
de
las
obligaciones formales debe atender a los principios del
derecho administrativo sancionador y, en la medida que
resulten aplicables a las garantías del derecho penal.
Por
tanto,
los
derechos
fundamentales
que
se
desprenden tanto de los ordenamientos supranacionales
como de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos -indispensables para el particular que es sujeto a
un arresto administrativo o, en su caso, una detención
administrativa-, son las siguientes:
JA-0242/2010-I
86

El
acto
debe
provenir
de
una
autoridad
competente.

No puede ser privado de la libertad sin el debido
procedimiento legal que se tramite en audiencia pública –con
la excepción- y que culmine con una resolución administrativa
fundada y motivada.

No puede ser sujeto de molestias indebidas al
estar detenido, así como tampoco durante el procedimiento,
respetando su privacidad, su honor y presunción de
inocencia.

No debe ser impelido a declarar en su contra.

Queda
prohibida
la
incomunicación
de
los
detenidos, a quienes les serán comunicados todos los datos
que necesiten para su defensa, y podrán nombrar defensores
desde el momento mismo de su aprehensión.

En tratándose de extranjeros se debe hacer la
comunicación correspondiente al consulado o embajada; en
tratándose de aquellas personas que no hablen el castellano,
es
obligatorio
nombrarles
interpretes
dentro
del
procedimiento, para su debida defensa.
Ahora bien, es cierto que varios de esos derechos
garantizados a todos los ciudadanos, están básicamente
orientados a las detenciones y procesos del orden penal,
JA-0242/2010-I
87
pero sería indebido estimar que fuera del proceso penal se
pudiesen
violar
impunemente
esas
garantías
de
los
ciudadanos, o que se podría hacerlo en caso de detenciones
y arrestos administrativos.
A este respecto, un arresto administrativo de treinta y
seis horas o una detención administrativa no son una pena
pequeña e insignificante, que no merezca la protección de las
garantías constitucionales, y ninguna persona podría pensar
que un arresto o detención administrativa en que se violasen
todos los derechos antes mencionados a ella o a alguno de
sus familiares es un mal pequeño e insignificante que no
amerite la protección de esos derechos humanos.
Una detención administrativa o el arresto administrativo
de treinta y seis horas, causan serios y graves daños a una
persona normal que no esté familiarizada con actos ilícitos
mayores, y en esos casos, para privar de la libertad a los
particulares, incluye necesariamente, en el espíritu de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el
respeto a tales derechos en cualquier detención, de cualquier
duración y naturaleza que sea.
JA-0242/2010-I
88
Tiene aplicación en lo conducente la tesis37 del Décimo
Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, cuyo rubro y texto indican:
ARRESTO COMO SANCIÓN ADMINISTRATIVA. POR
NO CONSTITUIR UNA MEDIDA DE APREMIO, SU
IMPOSICIÓN DEBE RESPETAR LA GARANTÍA DE
AUDIENCIA
PREVIA
ARTÍCULO
14
establecido
en
ESTABLECIDA
CONSTITUCIONAL.
normas
generales
EN
El
de
EL
arresto
naturaleza
administrativa constituye un correctivo disciplinario
(sanción) que se impone a quienes infringen las
disposiciones que las conforman; en cambio, el arresto
como medida de apremio es el acto por medio del cual
la autoridad competente constriñe u obliga a un
individuo a comparecer, realizar o abstenerse de hacer
algo. De lo que se sigue que la naturaleza del arresto
como sanción diverge notoriamente del que se impone
a título de apremio, pues mientras el primero implica un
correctivo, el segundo se traduce en un medio para
hacer cumplir determinaciones de autoridad. Por tanto,
si el arresto como sanción es un acto que afecta la
libertad personal por cometer una infracción de carácter
administrativo, resulta incuestionable que previamente a
su imposición, la autoridad debe otorgar al gobernado la
garantía de audiencia a que se refiere el artículo 14
constitucional
esenciales
del
respetando
todas
procedimiento,
es
las
formalidades
decir,
tiene
la
obligación de notificarle el inicio de aquél, su origen y
consecuencias; permitirle ofrecer y desahogar las
pruebas sobre las que edifique su defensa, la
37
Registro No. 166023. Localización: Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados
de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXX,
Noviembre de 2009. Página: 879. Tesis: I.15o.A.139 A. Tesis Aislada. Materia(s):
Administrativa.
JA-0242/2010-I
89
oportunidad de alegar en su defensa y emitir una
resolución en la que resuelva su situación jurídica.
Ahora bien, a nivel estatal se ubica la Ley del Sistema
de Seguridad Pública del Estado que establece que las
instituciones
de
seguridad
pública
deberán
utilizar
procedimientos adecuados para los arrestos administrativos,
al regular lo siguiente:
Artículo 84. Las instituciones de Seguridad Pública, en
el
ejercicio
de
sus
funciones
deberán
utilizar
procedimientos policiales adecuados a la prevención del
delito y arresto por infracciones administrativas, así
como para la persecución y aprehensión por conductas
delictivas.
Sin embargo, en el Estado de Michoacán no existe
ordenamiento alguno que regule como debe realizarse los
arrestos o detenciones administrativas en contra de los
particulares
que
sean
acreedores
a
dicha
sanción
administrativa, cuando no deviene de un medio de apremio
impuesto por alguna autoridad dentro de un proceso o
procedimiento en contra de éste.
Ahora bien, en relación a los actos impugnados
consistentes en las detenciones administrativas en contra de
los actores del doce de junio de dos mil diez por parte de
JA-0242/2010-I
90
elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado
y su remisión a barandillas por faltas a la moral, se estudiara
de oficio y en suplencia de la queja, si la autoridad ejecutora
de la detención cumplió con el requisito de la debida
fundamentación de su competencia para realizar dicho acto.
Para lo anterior, es necesario estudiar la documental
denominada REMISIONES del doce de junio de dos mil diez
expedidos a nombre de Alejandro Valle Reynoso, Oswaldo
Chávez Torres, Andrés Suárez Madrigal, Gerardo Gómez
Cortes, Isabel Bueno García, Gisel Gómez Cendejas, Cristie
Deye, Rosa María Miki Rivadeneira, Kitzia González Simón,
Jesús Alberto Toaca Saenz, José María Capri Sánchez y
Melvas Olivas Durazno, las que obran de la foja doscientos
treinta y ocho a la doscientos treinta y nueve, exhibidas por la
codemandada Secretaría de Seguridad Pública del Estado,
en las que se acredita la detención administrativa realizada
en contra de los demandantes, sin embargo, de la
documental no se desprende fundamento alguno invocado
por la autoridad.
Esto es, la autoridad demandada no fundó su
competencia para realizar la detención administrativa, lo que
a juicio de este órgano jurisdiccional se torna en un acto por
demás ilegal, ya que no se observa que exista competencia
JA-0242/2010-I
91
de los elementos de seguridad pública del Estado para
realizar el arresto.
Lo anterior se observa del propio contenido del artículo
115 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que señala:
ARTÍCULO 115.- Los Estados adoptarán, para su
régimen interior, la forma de gobierno republicano,
representativo, popular, teniendo como base de su
división territorial y de su organización política y
administrativa, el Municipio Libre, conforme a las bases
siguientes:
...
III. Los Municipios tendrán a su cargo las funciones y
servicios públicos siguientes:
...
h) Seguridad pública, en los términos del artículo 21 de
esta
Constitución,
policía
preventiva
municipal
y
tránsito; e
Por tanto, no existe norma que le otorgue la
competencia para realizar el arresto administrativo a la
autoridad demandada, dentro de la jurisdicción del Municipio
de Morelia, Michoacán; pero, además las autoridades
demandadas no se excepcionaron y menos aún acreditaron
la existencia del convenio de trasferencia de funciones
consagradas al municipio de Morelia, Michoacán, tal y como
lo refiere el propio artículo 115, fracción III, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, que dispone:
JA-0242/2010-I
92
ARTÍCULO 115.
...
III. Los Municipios tendrán a su cargo las funciones y
servicios públicos siguientes:
...
Sin perjuicio de su competencia constitucional, en el
desempeño de las funciones o la prestación de los
servicios a su cargo, los Municipios observarán lo
dispuesto por las leyes federales y estatales.
Los
Municipios,
previo
acuerdo
entre
sus
ayuntamientos, podrán coordinarse y asociarse para la
más eficaz prestación de los servicios públicos o el
mejor ejercicio de las funciones que les correspondan.
En este caso y tratándose de la asociación de
Municipios de dos o más Estados, deberán contar con
la aprobación de las legislaturas de los Estados
respectivas.
ayuntamiento
Así
mismo
respectivo
cuando
sea
a
juicio
necesario,
del
podrán
celebrar convenios con el Estado para que éste, de
manera
directa
o
a
través
del
organismo
correspondiente, se haga cargo en forma temporal
de algunos de ellos, o bien se presten o ejerzan
coordinadamente
por
el
Estado
y
el
propio
Municipio;
...
En consecuencia, se tiene que la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado a través de sus elementos de
seguridad pública incumplieron con uno de los elementos
esenciales para la validez de un acto de autoridad que es
fundamentar su la competencia, con lo cual se tiene la
JA-0242/2010-I
93
violación al artículo 7°, fracción I, del Código de Justicia
Administrativa del Estado.
No es óbice señalar, que ante la apreciación de los
hechos motivos de la impugnación, es imposible que los
elementos del cuerpo de seguridad pública puedan dar la
orden de la detención por escrito, en la cual funden su
competencia; sin embargo, si puede cumplirse con dicha
obligación al momento en el cual se tiene la obligación de la
autoridad de notificar, sin demora, del cargo o cargos
formulados contra el detenido, la cual debe darse por escrito.
Lo anterior, tal y como lo ha considerado la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos, cuando señala
que la primera obligación del artículo 7.4 de la Convención
no especifica que la información que el detenido debe recibir
tenga que ser escrita. Para esta Corte, puede satisfacerse
dicha obligación de manera oral, no así la segunda obligación
del artículo 7.4 de la Convención, referente a la notificación,
sin demora, del cargo o cargos formulados contra el detenido,
la cual debe darse por escrito. Sin embargo, en el presente
caso no es necesario entrar a analizar la segunda obligación
del artículo 7.4 convencional, puesto que tal y como fue
JA-0242/2010-I
94
establecido en el párrafo 73 supra, el Estado incuplió (sic)
con la primera obligación del mencionado precepto.38
En relación a las violaciones propias del procedimiento
administrativo, se tiene que de ninguna de las constancias
que se allegaron al proceso contencioso administrativo se
observa que la Secretaría de Seguridad Pública del Estado a
través
de
sus
elementos,
hubiera
cumplido
con
las
formalidades y requisitos en la instauración del procedimiento
administrativo que se tramitó en contra de los actores, lo cual
era indispensable al ser la detención y el arresto –provisionalun acto que afecta la libertad personal y previo a la
imposición de la sanción administrativa, por lo cual la
autoridad debió otorgar al particular el derecho de audiencia
respetando
todas
las
formalidades
esenciales
del
procedimiento, que se traduce en una garantía de audiencia,
en los términos de los artículos 14 y 16 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, 8.1. de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, 9° del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que es
corroborado
con
las
disposiciones
contenidas
en
el
CONJUNTO DE PRINCIPIOS PARA LA PROTECCIÓN DE
38
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. párr. 76.
JA-0242/2010-I
95
TODAS LAS PERSONAS SOMETIDAS A CUALQUIER
FORMA DE DETENCIÓN O PRISIÓN.
Esto es así, ya que el derecho fundamental de
audiencia tiene como parte medular el respeto de las
formalidades esenciales del procedimiento, las que han sido
definidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación como
aquellas etapas o trámites que garantizan una adecuada
defensa. De esta forma, las formalidades esenciales del
procedimiento se traducen en una serie de reglas que
permiten a las partes probar los hechos constitutivos de su
acción o de sus excepciones y defensas, dentro de un justo
equilibrio que, por un lado, no dejen en estado de indefensión
a las partes y, por el otro, aseguren una resolución pronta y
expedita de la controversia.
En esos términos, se ha precisado que las formalidades
esenciales del procedimiento, de manera genérica, se
traducen en los siguientes requisitos:
a.
La notificación del inicio del procedimiento y sus
consecuencias;
b.
La oportunidad de ofrecer y desahogar las
pruebas en que se finque la defensa;
c.
La oportunidad de alegar; y,
d.
El dictado de una resolución que dirima las
cuestiones debatidas.
JA-0242/2010-I
96
Así deriva de la jurisprudencia39 del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación que lleva por rubro y
texto los siguientes:
FORMALIDADES
ESENCIALES
DEL
PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN
UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA
AL ACTO PRIVATIVO. La garantía de audiencia
establecida por el artículo 14 constitucional consiste en
otorgar al gobernado la oportunidad de defensa
previamente al acto privativo de la vida, libertad,
propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto
impone a las autoridades, entre otras obligaciones, la de
que en el juicio que se siga ‘se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento’. Estas son
las que resultan necesarias para garantizar la defensa
adecuada antes del acto de privación y que, de manera
genérica, se traducen en los siguientes requisitos: 1) La
notificación
del
consecuencias;
inicio
2)
La
del
procedimiento
oportunidad
de
y
sus
ofrecer
y
desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3)
La oportunidad de alegar; y 4) El dictado de una
resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no
respetarse estos requisitos, se dejaría de cumplir con el
fin de la garantía de audiencia, que es evitar la
indefensión del afectado.
En tal virtud, debe estimarse que el derecho humano a
una
audiencia
constituye,
una
prerrogativa
para
los
39
Registro No. 200234. Localización: Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. II, Diciembre de 1995. Página: 133.
Tesis: P./J. 47/95. Jurisprudencia. Materia(s): Constitucional, Común.
JA-0242/2010-I
97
particulares y un valladar que impide a la autoridad modificar
en definitiva la esfera jurídica de éstos sin escucharlos
previamente, pero cuyo respeto no lleva al extremo de
impedir el desarrollo de las atribuciones legales, sino
simplemente se vea precedido de una secuela en la que se
permita a éstos expresar sus defensas, incluso, cuando no
existan
disposiciones
procedimentales
que
resulten
directamente aplicables para que antes del desarrollo de un
determinado acto de autoridad se escuche al afectado.
Esto es, no existe impedimento alguno para que la
deficiencia normativa la autoridad competente cumpla con su
deber de otorgar el derecho de audiencia, brindando al actor
una oportunidad de defensa en la que se respeten las
formalidades esenciales a todo procedimiento.
Sirven
de
apoyo
a
la
anterior
conclusión
la
jurisprudencia40 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que llevan por rubro y texto los
siguientes:
AUDIENCIA, GARANTÍA DE. DEBE RESPETARSE
AUNQUE
LA
LEY
EN
QUE
SE
FUNDE
LA
RESOLUCIÓN NO PREVEA EL PROCEDIMIENTO
PARA TAL EFECTO. La circunstancia de que no exista
en la ley aplicable precepto alguno que imponga a la
autoridad responsable la obligación de respetar a
alguno de los interesados la garantía de previa
40
Tesis jurisprudencia visible en la Séptima Época, Segunda Sala, Apéndice de 1995,
Tomo VI, Parte SCJN, tesis 95, página 62.
JA-0242/2010-I
98
audiencia para pronunciar la resolución de un asunto,
cuando los actos reclamados lo perjudican, no exime a
la autoridad de darle oportunidad de oírlo en defensa,
en atención a que, en ausencia de precepto específico,
se halla el mandato imperativo del artículo 14
constitucional que protege dicha garantía a favor de
todos los gobernados, sin excepción.
De igual forma, lo sustenta la siguiente jurisprudencia41
de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, cuyo rubro y texto:
AUDIENCIA. SI SE OTORGA LA PROTECCIÓN
CONSTITUCIONAL RESPECTO DE UNA LEY POR
SER
VIOLATORIA
DE
ESA
GARANTÍA,
LA
AUTORIDAD FACULTADA PARA EMITIR UN ACTO
PRIVATIVO PODRÁ REITERARLO SI LLEVA A CABO
UN PROCEDIMIENTO EN EL QUE CUMPLA LAS
FORMALIDADES
PARA
ELLO
ESENCIALES,
NO
EXISTAN
AUN
CUANDO
DISPOSICIONES
DIRECTAMENTE APLICABLES. Si se toma en cuenta
que el fin que persiguió el Constituyente a través de la
garantía de audiencia fue el de permitir que los
gobernados desplieguen sus defensas antes de que las
autoridades modifiquen en forma definitiva su esfera
jurídica, y no el de impedir que éstas ejerzan las
facultades que les fueron conferidas para cumplir con
los fines que constitucional o legalmente se les
encomendaron, se concluye que cuando se declara la
inconstitucionalidad de una disposición de observancia
general por no prever un procedimiento en el que antes
41
Jurisprudencia número 2a./J. 16/2008 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, visible en la Novena Época, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, tomo XXVII, Febrero de 2008, en Materia(s): Constitucional,
página 497.
JA-0242/2010-I
99
de la emisión de un acto privativo se respeten las
formalidades esenciales a que se refiere el párrafo
segundo del artículo 14 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, en acatamiento del fallo
protector, la respectiva autoridad administrativa o
jurisdiccional
podrá
reiterar
el
sentido
de
su
determinación, siempre y cuando siga un procedimiento
en el que el quejoso pueda ejercer plenamente su
derecho de audiencia. Ello es así, porque el efecto de la
protección constitucional no llega al extremo de impedir
el desarrollo de la respectiva potestad, pues permite a la
autoridad competente purgar ese vicio antes de su
ejercicio, brindando al quejoso la oportunidad de
defensa en la que se acaten las referidas formalidades;
sin que obste a lo anterior la circunstancia de que no
existan disposiciones directamente aplicables para
llevar a cabo el referido procedimiento, pues ante ello, al
tenor del párrafo cuarto del mencionado precepto
constitucional, la autoridad competente deberá aplicar
los principios generales que emanen del ordenamiento
respectivo o de uno diverso que permitan cumplir con
los fines de la garantía citada.
Por tanto, para la realización de un acto privativo
generalmente debe verse precedida de un procedimiento en
el que se apliquen las leyes expedidas con anterioridad al
hecho juzgado, tal como deriva de la jurisprudencia42 del
Pleno de esta Suprema Corte de Justicia
Novena Época,
que lleva por rubro y texto son los siguientes:
42
Jurisprudencial del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia Novena Época, Pleno,
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo IV, julio de 1996, tesis P./J.
40/96, página 5.
JA-0242/2010-I
100
ACTOS PRIVATIVOS Y ACTOS DE MOLESTIA.
ORIGEN Y EFECTOS DE LA DISTINCIÓN. El artículo
14 constitucional establece, en su segundo párrafo, que
nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de
sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio
seguido
ante
los
tribunales
previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho; en tanto, el
artículo 16 de ese mismo Ordenamiento Supremo
determina, en su primer párrafo, que nadie puede ser
molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o
posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la
autoridad competente, que funde y motive la causa
legal
del
procedimiento.
Por
consiguiente,
la
Constitución Federal distingue y regula de manera
diferente los actos privativos respecto de los actos de
molestia, pues a los primeros, que son aquellos que
producen como efecto la disminución, menoscabo o
supresión definitiva de un derecho del gobernado, los
autoriza solamente a través del cumplimiento de
determinados requisitos precisados en el artículo 14,
como son, la existencia de un juicio seguido ante un
tribunal previamente establecido, que cumpla con las
formalidades esenciales del procedimiento y en el que
se apliquen las leyes expedidas con anterioridad al
hecho juzgado. En cambio, a los actos de molestia que,
pese a constituir afectación a la esfera jurídica del
gobernado, no producen los mismos efectos que los
actos privativos, pues sólo restringen de manera
provisional o preventiva un derecho con el objeto de
proteger determinados bienes jurídicos, los autoriza,
según lo dispuesto por el artículo 16, siempre y cuando
preceda mandamiento escrito girado por una autoridad
JA-0242/2010-I
101
con competencia legal para ello, en donde ésta funde y
motive la causa legal del procedimiento. Ahora bien,
para
dilucidar
la
constitucionalidad
o
inconstitucionalidad de un acto de autoridad impugnado
como privativo, es necesario precisar si verdaderamente
lo es y, por ende, requiere del cumplimiento de las
formalidades establecidas por el primero de aquellos
numerales, o si es un acto de molestia y por ello es
suficiente el cumplimiento de los requisitos que el
segundo de ellos exige. Para efectuar esa distinción
debe advertirse la finalidad que con el acto se persigue,
esto es, si la privación de un bien material o inmaterial
es la finalidad connatural perseguida por el acto de
autoridad, o bien, si por su propia índole tiende sólo a
una restricción provisional.
Menos
aún,
consta
en
autos
una
resolución
administrativa fundada y motivada a que hacen referencia los
artículos 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos,
7,
fracción
VIII,
del
Código
de
Justicia
Administrativa del Estado, donde obligan a las autoridades
administrativas a dictar una resolución fundada y motivada
donde justifiquen su actuar.
En tanto, que de los actos administrativos impuestos a
los actores únicamente consta que fueron detenidos y
remitidos a barandillas; una vez que se les registró en los
archivos de la dependencia de la Secretaría de Seguridad
Pública del Estado, se procedió a fijar la multa administrativa
JA-0242/2010-I
102
y una vez pagada ante la Secretaría de Finanzas y
Administración del Estado, se procedió a su liberación.
Consecuentemente, el acto de detención y arresto –
provisional, al haberse impuesto una multa- son ilegales al
haberse realizado por parte de los elementos de la Seguridad
Pública del Estado, sin que se haya fundamentado la
competencia de la autoridad y no haberse respetado su
derecho a una audiencia pública, con las formalidades del
procedimiento
administrativo
que
culminará
con
una
resolución administrativa por escrito fundada y motivada,
emitida por autoridad distinta de la que ejecutó la detención, y
donde se respetaran los derechos a la privacidad, su honor y
la presunción de inocencia, en contravención a las normas
internacionales transcritas y a lo previsto en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Por otra parte, no puede pasar desatendido y estudiado
el concepto de violación alegado por los actores –aún ante lo
fundado de los anteriores- dada su trascendencia en los
actos, en éste argumentan que existió una aplicación de
penas inusitadas al no existir tipicidad administrativa de
supuestas conductas antijurídicas de este orden.
Concepto de violación que resulta INFUNDADO.
JA-0242/2010-I
103
Esto es así, ya que la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha señalado que por "pena inusitada", en su acepción
constitucional, debe entenderse aquella que ha sido abolida
por inhumana, cruel, infamante y excesiva o porque no
corresponde a los fines que persigue la penalidad.
De lo anterior, se advierte que por pena inusitada no
sólo se entiende aquellas que importan un maltrato ejercido
de modo directo sobre el cuerpo y que causan dolor, sino
todas aquellas penas no humanitarias, crueles y excesivas
que al ser desproporcionadas se alejan de los fines de la
penalidad.
En ese sentido, se pronunció la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en la jurisprudencia43 cuyo rubro y texto
indican:
PENA
INUSITADA.
SU
ACEPCIÓN
CONSTITUCIONAL. Según el espíritu del artículo 22 de
la
Constitución
Política
de
los
Estados
Unidos
Mexicanos, el término inusitado aplicado a una pena no
corresponde exactamente a la acepción gramatical de
ese adjetivo, que significa lo no usado, ya que no podría
concebirse que el Constituyente hubiera pretendido
prohibir la aplicación, además de las penas que enuncia
el citado precepto 22, de todas aquellas que no se
hubiesen
usado
anteriormente;
interpretar
gramaticalmente el concepto, sería tanto como aceptar
43
Novena Época. Registro: 188555. Instancia: Pleno. Jurisprudencia. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XIV, Octubre de 2001. Materia(s):
Constitucional, Penal. Tesis: P./J. 126/2001. Página: 14.
JA-0242/2010-I
104
que dicha disposición constituye un impedimento para
el progreso de la ciencia penal, pues cualquier
innovación en la forma de sancionar los delitos
implicaría la aplicación de una pena inusitada. Así, por
"pena inusitada", en su acepción constitucional, debe
entenderse aquella que ha sido abolida por inhumana,
cruel, infamante y excesiva o porque no corresponde a
los fines que persigue la penalidad.
Consecuentemente, no se puede concluir que un
arresto administrativo en los términos consumados pudiera
considerarse una pena inhumana, cruel, infamante y excesiva
o porque no corresponde a los fines que persigue la
penalidad, ya que la propia Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos en su artículo 21 contempla la
facultad de las autoridades administrativas de llevarla a cabo,
claro con las formalidades ya referidas con anterioridad.
En relación a las excepciones de las autoridades
demandadas, éstas se basaron principalmente en que la
detención es una sanción que se encuentra comprendida en
el artículo 21 de la Constitución Política de los Estados
Unidos
Mexicanos,
dispositivo
de
donde
deviene
la
fundamentación y motivación, así como en los artículos 2°,
JA-0242/2010-I
105
3°, 99, fracción IX, de la Ley del Sistema de Seguridad
Pública del Estado.
Agregan que no existió vulneración de la garantía de
debido proceso y de legalidad en razón de que en ningún
momento se les coartó la potestad de elegir la sanción en
términos del artículo 21 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
Concluyen que al no existir juez administrativo o de paz,
se viene aplicando la sanción de arresto o multa en los
términos especificados, más no implica como sanción el
listado que como medio de control de ingresos señalan los
actores.
Excepciones que se consideran insuficientes para
sostener la legalidad de su actuar.
Efectivamente, el artículo 21 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos regula la facultad de las
autoridades para imponer el arresto administrativo por
infracciones a reglamentos gubernativos y de policía; sin
embargo, dicho dispositivo no es suficiente para sostener la
legalidad del acto, sino que es necesario que se invoquen
también la norma secundaria que los autorice a imponerla.
Ahora bien, de la contestación de demanda la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado señaló como
preceptos adicionales los artículos 2°, 3°, 99, fracción IX, de
JA-0242/2010-I
106
la Ley del Sistema de Seguridad Pública del Estado; sin
embargo, ni éstos y tampoco el artículo 21 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos fueron invocados
al momento de la materialización de los actos analizados.
Motivo por el cual, no es procedente su estudio en
términos
del
artículo
255
del
Código
de
Justicia
Administrativa del Estado que prohíbe a las autoridades a
cambiar los motivos y fundados del acto emitido en su
contestación de demanda.
En
relación
a
que
no
existe
juez
de
paz
o
administrativo, ello no es impedimento para que una vez
realizada la detención –momentánea sólo si existe flagranciael elemento de seguridad tenga que llevar al detenido
inmediatamente ante la autoridad competente (diversas a la
que materializó la detención), quien en su momento
determinará si se demostró su responsabilidad y si es o no
acreedor a una sanción; de manera que si bien se trata de un
derecho
administrativo
sancionador,
es
factible
el
aseguramiento del infractor en flagrancia, ya que a pesar de
tratarse de faltas cívicas –o a la moral- se pueden lesionar
bienes jurídicos, en el entendido de que la imposición o no de
una multa o un arresto siempre debe estar sujeto a un
procedimiento administrativo previo seguido ante autoridad
competente, es decir, la remisión ante éste no implica
JA-0242/2010-I
107
necesariamente la existencia de una responsabilidad, como
lo sostienen las autoridades.
En relación a este aspecto es necesario puntualizar que
la Corte Interamericana de los Derechos Humanos ha
establecido que nadie puede ser sometido a detención o
encarcelamiento por causas y métodos que -aún calificados
de legales- puedan reputarse como incompatibles con el
respeto a los derechos fundamentales del individuo por ser,
entre otras cosas, irrazonables, imprevisibles, o faltos de
proporcionalidad44. Por lo cual, las autoridades deben cumplir
con todos los requisitos y formalidades para realizar la
detención.
Otra excepción que hizo valer la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado consistió en que la norma
constitucional
tiene
supremacía
en
su
observancia
y
aplicación sobre el conjunto de artículos de la corte
interamericana de derechos humanos o de alguno otro de
corte internacional, el cual el Estado mexicano haya
ratificado.
Concluye que la parte actora
pretende realizar una
interpretación de la ley subjetiva, sin tomar en cuenta para
ello la supremacía constitucional.
44
Cfr. Caso Gangaram Panday Vs. Suriname. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de enero de 1994. Serie C No. 16, párr. 47.
JA-0242/2010-I
108
Excepción que se estudia conjuntamente con la
planteada por la Secretaría de Finanzas y Administración por
su íntima vinculación, cuando señala que este Tribunal de
Justicia Administrativa del Estado no es competente para
conocer de violaciones a los derechos contenidos en la
Convención Americana de Derechos Humanos.
Además
agrega
que
este
Tribunal
de
Justicia
Administrativa del Estado no es competente para conocer y
resolver sobre violación a las garantías individuales y que
sólo es materia de los tribunales de la federación.
Excepciones que resultan notoriamente infundadas.
Efectivamente,
como
lo
sostiene
la
demandada
Secretaría de Seguridad Pública del Estado, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en diversos criterios había
sostenido la supremacía de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos sobre los tratados internaciones45
45
Octava Época. Registro: 205596. Instancia: Pleno. Tesis Aislada. Fuente: Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación. 60, Diciembre de 1992. Materia(s):
Constitucional. Tesis: P. C/92. Página: 27.
LEYES FEDERALES Y TRATADOS INTERNACIONALES. TIENEN LA MISMA
JERARQUIA NORMATIVA. De conformidad con el artículo 133 de la Constitución,
tanto las leyes que emanen de ella, como los tratados internacionales, celebrados por
el ejecutivo Federal, aprobados por el Senado de la República y que estén de acuerdo
con la misma, ocupan, ambos, el rango inmediatamente inferior a la Constitución en la
jerarquía de las normas en el orden jurídico mexicano. Ahora bien, teniendo la misma
jerarquía, el tratado internacional no puede ser criterio para determinar la
constitucionalidad de una ley ni viceversa. Por ello, la Ley de las Cámaras de
Comercio y de las de Industria no puede ser considerada inconstitucional por
contrariar lo dispuesto en un tratado internacional.
Registro No. 192867. Localización: Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. X, Noviembre de 1999. Página: 46.
Tesis: P. LXXVII/99. Tesis Aislada. Materia(s): Constitucional.
TRATADOS INTERNACIONALES. SE UBICAN JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA
DE LAS LEYES FEDERALES Y EN UN SEGUNDO PLANO RESPECTO DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL. Persistentemente en la doctrina se ha formulado la
interrogante respecto a la jerarquía de normas en nuestro derecho. Existe unanimidad
respecto de que la Constitución Federal es la norma fundamental y que aunque en
JA-0242/2010-I
109
y su última interpretación fue en el sentido de que dichos
tratados se encontraban por encima de las leyes generales y
federales, pero por debajo de la constitución46.
principio la expresión "... serán la Ley Suprema de toda la Unión ..." parece indicar que
no sólo la Carta Magna es la suprema, la objeción es superada por el hecho de que
las leyes deben emanar de la Constitución y ser aprobadas por un órgano constituido,
como lo es el Congreso de la Unión y de que los tratados deben estar de acuerdo con
la Ley Fundamental, lo que claramente indica que sólo la Constitución es la Ley
Suprema. El problema respecto a la jerarquía de las demás normas del sistema, ha
encontrado en la jurisprudencia y en la doctrina distintas soluciones, entre las que
destacan: supremacía del derecho federal frente al local y misma jerarquía de los dos,
en sus variantes lisa y llana, y con la existencia de "leyes constitucionales", y la de que
será ley suprema la que sea calificada de constitucional. No obstante, esta Suprema
Corte de Justicia considera que los tratados internacionales se encuentran en un
segundo plano inmediatamente debajo de la Ley Fundamental y por encima del
derecho federal y el local. Esta interpretación del artículo 133 constitucional, deriva de
que estos compromisos internacionales son asumidos por el Estado mexicano en su
conjunto y comprometen a todas sus autoridades frente a la comunidad internacional;
por ello se explica que el Constituyente haya facultado al presidente de la República a
suscribir los tratados internacionales en su calidad de jefe de Estado y, de la misma
manera, el Senado interviene como representante de la voluntad de las entidades
federativas y, por medio de su ratificación, obliga a sus autoridades. Otro aspecto
importante para considerar esta jerarquía de los tratados, es la relativa a que en esta
materia no existe limitación competencial entre la Federación y las entidades
federativas, esto es, no se toma en cuenta la competencia federal o local del
contenido del tratado, sino que por mandato expreso del propio artículo 133 el
presidente de la República y el Senado pueden obligar al Estado mexicano en
cualquier materia, independientemente de que para otros efectos ésta sea
competencia de las entidades federativas. Como consecuencia de lo anterior, la
interpretación del artículo 133 lleva a considerar en un tercer lugar al derecho federal y
al local en una misma jerarquía en virtud de lo dispuesto en el artículo 124 de la Ley
Fundamental, el cual ordena que "Las facultades que no están expresamente
concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden
reservadas a los Estados.". No se pierde de vista que en su anterior conformación,
este Máximo Tribunal había adoptado una posición diversa en la tesis P. C/92,
publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Número 60,
correspondiente a diciembre de 1992, página 27, de rubro: "LEYES FEDERALES Y
TRATADOS INTERNACIONALES. TIENEN LA MISMA JERARQUÍA NORMATIVA.";
sin embargo, este Tribunal Pleno considera oportuno abandonar tal criterio y asumir el
que considera la jerarquía superior de los tratados incluso frente al derecho federal.
46
Novena Época. Registro: 172650. Instancia: Pleno. Tesis Aislada. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXV, Abril de 2007. Materia(s):
Constitucional. Tesis: P. IX/2007. Página: 6.
TRATADOS INTERNACIONALES. SON PARTE INTEGRANTE DE LA LEY
SUPREMA DE LA UNIÓN Y SE UBICAN JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA DE
LAS LEYES GENERALES, FEDERALES Y LOCALES. INTERPRETACIÓN DEL
ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL. La interpretación sistemática del artículo 133 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos permite identificar la
existencia de un orden jurídico superior, de carácter nacional, integrado por la
Constitución Federal, los tratados internacionales y las leyes generales. Asimismo, a
partir de dicha interpretación, armonizada con los principios de derecho internacional
dispersos en el texto constitucional, así como con las normas y premisas
fundamentales de esa rama del derecho, se concluye que los tratados internacionales
se ubican jerárquicamente abajo de la Constitución Federal y por encima de las leyes
generales, federales y locales, en la medida en que el Estado Mexicano al suscribirlos,
de conformidad con lo dispuesto en la Convención de Viena Sobre el Derecho de los
Tratados entre los Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones
Internacionales y, además, atendiendo al principio fundamental de derecho
JA-0242/2010-I
110
No obstante, dicha circunstancia no fue impedimento
para que este Tribunal de Justicia Administrativa del Estado
pudiera aplicar el denominado control convencional –
contrario a lo sostenido por la Secretaría de Finanzas y
Administración-, que consiste en una garantía destinada a
obtener la aplicación armónica del derecho vigente –entre
ellos el derecho doméstico y el internacional-, un control
enraizado en la protección de los derechos y garantías
particulares.
La razón es, como se indicó con anterioridad, por la
obligación de los órganos jurisdiccionales de atender el
contenido de los derechos reconocidos no sólo en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en
las normas que los rigen, sino además en los establecidos en
la Convención Americana sobre Derechos Humanos y los
múltiples convenios y tratados internacionales que México ha
suscrito, ya que dicho derecho convencional forma parte del
sistema jurídico mexicano al haberlos firmado, atendiendo al
principio pacta sunt servanda.
Por tanto, es incorrecto sostener que este Tribunal de
Justicia Administrativa del Estado no es competente para
conocer
de
la
violación
a
las
normas
de
derecho
internacional consuetudinario "pacta sunt servanda", contrae libremente obligaciones
frente a la comunidad internacional que no pueden ser desconocidas invocando
normas de derecho interno y cuyo incumplimiento supone, por lo demás, una
responsabilidad de carácter internacional.
JA-0242/2010-I
111
internacional, siempre y cuando entren dentro de la
competencia de este órgano jurisdiccional.
Además, es incorrecto sostener que la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos tiene supremacía
en relación con los tratados internaciones, cuando se traten
de violaciones a derechos humanos, toda vez que desde el
año dos mil diez el Primer Tribunal Colegiado en Materias
Administrativa y del Trabajo del Décimo Primer Circuito
sostuvo –en un asunto de este tribunal- que dichos
ordenamientos se encuentran al mismo nivel cuando se
refiera a conflictos de derechos humanos, esto en su tesis47
siguiente:
TRATADOS
INTERNACIONALES.
CUANDO
LOS
CONFLICTOS SE SUSCITEN EN RELACIÓN CON
DERECHOS HUMANOS, DEBEN UBICARSE A NIVEL
DE LA CONSTITUCIÓN. Los tratados o convenciones
suscritos por el Estado mexicano relativos a derechos
humanos, deben ubicarse a nivel de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque
dichos instrumentos internacionales se conciben como
una extensión de lo previsto en esa Ley Fundamental
respecto a los derechos humanos, en tanto que
constituyen la razón y el objeto de las instituciones. Por
lo que los principios que conforman el derecho subjetivo
público, deben adecuarse a las diversas finalidades de
los medios de defensa que prevé la propia Constitución
y de acuerdo con su artículo 133 las autoridades
47
Registro No. 164509. Localización: Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados
de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXXI, Mayo de
2010. Página: 2079. Tesis: XI.1o.A.T.45 K. Tesis Aislada. Materia(s): Común.
JA-0242/2010-I
112
mexicanas deben respetarlos, por lo que bajo ninguna
circunstancia pueden ser ignorados por ellos al actuar
de acuerdo a su ámbito competencial.
Además, dicha disidencia quedó determinada el diez de
junio de dos mil once con la publicación de las reformas a la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
donde se dejó en claro la jerarquía de los tratados
internacionales
-principalmente
la
de
la
Convención
Americana sobre Derechos Humanos- al disponer:
Artículo 1°.
...
Las normas relativas a los derechos humanos se
interpretarán de conformidad con esta Constitución y
con
los
tratados
internacionales
de
la
materia
favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia.
Todas
las
autoridades,
competencias,
tienen
la
en
el
ámbito
obligación
de
de
sus
promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley.
...
En consecuencia, se considera que con las reformas a
la constitución se obliga a este Tribunal de Justicia
Administrativa del Estado a interpretar los derechos humanos
de conformidad con la Constitución Política de los Estados
JA-0242/2010-I
113
Unidos Mexicanos y con los tratados internacionales de la
materia favoreciendo en todo tiempo a las personas con una
protección más amplia.
Lo anterior, es en términos del artículo 29 de la
Convención Americana de los Derechos Humanos48 que
contienen los lineamientos específicos para realizar dicha
tarea.
Incluso, este Tribunal de Justicia Administrativa del
Estado es también competente para aplicar los artículos de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y
determinar su violación en los actos emitidos por las
autoridades que entren dentro de los supuestos que el propio
Código de Justicia Administrativa del Estado consagra, y que
son propios del conocimiento de este órgano jurisdiccional,
pronunciándose
sobre
la
constitucional,
más
no
ilegalidad
de
la
de
la
infracción
declaración
de
inconstitucionalidad del acto.
48
Artículo 29. Normas de Interpretación
Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido
de:
a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y
ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en
mayor medida que la prevista en ella;
b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de
acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados;
c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se
derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y
d) excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza.
JA-0242/2010-I
114
Es decir, es claro que todas las autoridades, ordinarias
y constitucionales, están obligadas a la aplicación directa de
la regulación constitucional de los derechos fundamentales.
Esto es así, porque todos los órganos jurisdiccionales deben
tutelar los derechos fundamentales en la forma que los ha
delineado la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos –además de los tratados internacionales- y su
aplicación directa corresponde a todos los órganos con el fin
de respetar los principios fundamentales que en ella se
consagran.
Tiene aplicación la tesis49 de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo rubro y texto
indican:
CONSTITUCIÓN
POLÍTICA
DE
LOS
ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS. SU APLICACIÓN DIRECTA
CORRESPONDE INDISTINTAMENTE A TODAS LAS
AUTORIDADES
ORDINARIAS
CONSTITUCIONAL,
SIEMPRE
O
Y
DE
CONTROL
CUANDO
NO
DESAPLIQUEN, PARA ESE EFECTO, UNA LEY
SECUNDARIA.
Los
artículos
40
y
133
de
la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
consagran el principio de supremacía constitucional, en
tanto
disponen
que
la
Constitución
es
la
ley
fundamental o suprema, naturaleza que niega la
posibilidad de que esté sometida a otro cuerpo
normativo superior y, en cambio, requiere que todo le
sea inferior y que cada acto de autoridad esté de
49
Novena Época. Registro: 168177. Instancia: Segunda Sala. Tesis Aislada. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXIX, Enero de 2009. Materia(s):
Constitucional. Tesis: 2a. CLXII/2008. Página: 781.
JA-0242/2010-I
115
acuerdo con ella. Por tanto, en términos generales,
todas
las
autoridades
ordinarias
o
de
control
constitucional, están obligadas a aplicarla directamente,
particularmente cuando se está en presencia de
derechos
fundamentales,
aplicación
que
ya
ha
reconocido la Suprema Corte de Justicia de la Nación
en diversos precedentes. No obstante, las autoridades
distintas a los Jueces Constitucionales del Poder
Judicial de la Federación deben aplicar directamente la
Constitución hasta el límite de lo dispuesto en una ley
formal y material; es decir, sólo deben aplicar e
interpretar los contenidos constitucionales.
En una más de las excepciones exteriorizadas por la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado, argumenta que
los actores vulneraron el contenido del artículo 6° de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya
que al momento de la marcha de los ciclonudistas transitaban
tanto en vehículos como a pie una gran cantidad de
personas, y lo más grave niños, y como es bien sabido existe
un interés preponderante para el cuidado y protección de los
infantes.
Excepción que se considera insuficiente para sustentar
la legalidad del acto.
En efecto, como lo sostiene la autoridad demandada,
existe un interés preponderante para el cuidado y protección
de los infantes, ello en términos de los artículos 4o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 3° de
JA-0242/2010-I
116
la Convención sobre los Derechos del Niño; y 3, 4, 6 y 7 de la
Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes, dispositivos de los cuales se desprende que se
debe atender primordialmente el interés superior del niño lo
cual implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de
sus derechos deben ser considerados como criterios rectores
para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en
todos los órdenes relativos a la vida del niño.
No obstante, también el Estado Mexicano ha pugnado
por la subsistencia del derecho de libertad de expresión
reconocido a nivel de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y en el artículo 30 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, el cual fue ejercido por
los actores.
Además, en términos del artículo 13.2. de dicha
Convención Americana sobre Derechos Humanos el ejercicio
de la libertad de expresión no puede ser sujeto a censura,
sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar
expresamente fijadas por la ley. En relación a este derecho la
Corte Interamericana de los Derechos Humanos ha sostenido
que existe una dimensión individual, la libertad de expresión
no se agota en el reconocimiento teórico del derecho a hablar
o escribir, sino que comprende además, inseparablemente, el
derecho
a
utilizar
medio
apropiado
JA-0242/2010-I
para
difundir
el
117
pensamiento
y
hacerlo
llegar
al
mayor
número
de
destinatarios.50
En ese sentido, nos encontramos bajo un conflicto de
principios el cual se resuelve bajo la ponderación que es el
“procedimiento mediante el cual se establece qué derecho
debe
prevalecer
en
una
colisión
entre
derechos
fundamentales”, ya que éste tipo de interpretación jurídica es
valiosa, no sólo porque permite decisiones más justas y
equilibradas, sino porque requiere de un trabajo profundo,
delicado
y
jurisprudencia
exigente
que
indudablemente
académicamente
y
lleva
a
argumentativamente
nutrida.
Tipo de interpretación que se encuentra sustentada en
el propio artículo 5° del Código de Justicia Administrativa del
Estado, donde autoriza la interpretación a partir de principios,
que es el presente supuesto.
Generalmente, el objeto de la ponderación son
intereses enfrentados que han recibido alguna protección
constitucional, la cual es mayor en el caso de intereses
resguardados por derechos fundamentales. Los intereses
ponderados también se concretan en medidas y fines
estatales. Se pondera, por una parte, las medidas y los fines
50
Cfr. La Colegiación Obligatoria de Periodistas. Opinión Consultiva OC-5/85, párrafo
31.
JA-0242/2010-I
118
estatales y, por otra parte, la afectación de parámetros
formales o materiales consagrados en la Constitución. Existe,
por lo tanto, una clara relación conceptual entre la
proporcionalidad y la ponderación. La primera es establecida
mediante la segunda, puesto que siendo la primera un
concepto relacional, los extremos de dicha relación han de
ser comparados y sopesados, esto es, ponderados con el fin
de establecer si ellos mantienen el equilibrio, el balance o la
medida debida o, por el contrario, se desconocen las
prohibiciones de exceso o defecto.
El ejercicio de ponderación de derechos en colisión, es
necesario realizarlo cuando ambos están en conflicto de
subsistencia
o
jerarquización
axiológica,
esto
es,
la
ponderación exige sacrificar o descartar un derecho para la
subsistencia o aplicación de otro, pero teniendo como
premisa la existencia del conflicto material. En el caso
concreto, no existe la afectación de uno de los derechos
confrontados, como se comprobara en líneas siguientes.
Ahora bien, a criterio de esta Sala la conducta de los
actores realizada en la marcha ciclonudista realizada el doce
de junio de dos mil diez, en ejercicio del derecho a la libertad
de expresión contenida en el 13 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y artículo 6°, primer párrafo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por sí
JA-0242/2010-I
119
sola no puede constituir una falta a la moral –como fue
catalogada por los elementos de la Secretaría de Seguridad
Pública del Estado-, al no haberse acreditado que ésta
tuviera un fin erótico, de morbo, de exhibicionismo y además
no se probó qué existiera alguna seña o manifestación
erótica por parte de los manifestantes dentro del desarrollo
de la misma, que fuera más allá de la propia exhibición de los
cuerpos desnudos o semidesnudos, o en su caso, que
existiera
alguna
manifestación
exterior
que
expresara
afectación en contra de los valores morales de la sociedad.
Por tanto, a juicio de esta Sala la marcha ciclonudista
no rebasó de manera alguna los límites en el ejercicio de su
derecho de libre expresión.
Además, es un hecho notorio que la libertad de
expresión se ha ejercido desde tiempos remotos, donde el
cuerpo desnudo ha sido tema de arte y manifestación, desde
la época de la Grecia socrática y platónica, donde
introdujeron el desnudo en el arte y la perfección del cuerpo
como un ideal humano, hasta el desnudo fotográfico y
pictórico, como puede observarse en la pintura de “El
Nacimiento de Venus” (1485), “Alegoría de La Primavera”
(1478) de Botticelli, “Parsano” (1631) de Poussin, “Venus del
Espejo” (1555) “Venus de Urbiano” (1538) “Venus del Amor”
(1548) de Tiziano, entre otros.
JA-0242/2010-I
120
En consecuencia, se acreditó por parte de los actores
que los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del
Estado, violentaron su derecho a la libertad de pensamiento y
expresión consagrada en el artículo 13 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, y 6°, párrafo primero,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Por otra parte, es incuestionable la existencia de los
derechos
humanos
de
los
menores
y
el
interés
preponderante para el cuidado y protección de los infantes,
en términos de los ordenamientos supranacionales y
nacionales, citados con anterioridad.
No
obstante,
dentro
del
presente
proceso
las
autoridades demandadas en momento alguno acreditaron su
excepción en el sentido de la existencia de tránsito de niños
al momento de la detención administrativa y su posible
afectación, mucho menos que existiera durante el desarrollo
de la marcha una manifestación o señal obscena, erótica o
perturbadora que atentara en contra de la moral, lo que hace
innecesario realizar el estudio planteado, ante la inexistencia
de acreditación
por parte de las autoridades de su
excepción.
Esto es, al no acreditarse la afectación de los derechos
humanos reconocidos a los menores en los ordenamientos
nacionales y supranacionales, ello impide a este órgano
JA-0242/2010-I
121
jurisdiccional a realizar la ponderación y determinar la
subsistencia de un derecho sobre el otro.
Por tal motivo, se declara que a los actores se les
violaron los derechos fundamentales de libertad de expresión
y seguridad jurídica reconocidos por el Estado Mexicano en
el artículo 7°, fracciones I y VIII, Código de Justicia
Administrativa del Estado,
6°, primer párrafo, 14, 115,
fracción IIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 7.1. 7.5. 8.1. 8.5. y 13.1. de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, artículo 9° del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos que es
corroborado
con
las
disposiciones
contenidas
en
el
CONJUNTO DE PRINCIPIOS PARA LA PROTECCIÓN DE
TODAS LAS PERSONAS SOMETIDAS A CUALQUIER
FORMA DE DETENCIÓN O PRISIÓN; consecuentemente, se
declara la ilegalidad de la detención administrativa, que
conllevo a la privación momentánea de la libertad (arresto
administrativo) y el pago de una multa administrativa, en
términos del artículo 275 fracciones I y III del Código de
Justicia Administrativa del Estado.
NOVENO. Conclusión del estudio de la litis principal
y sus efectos. Con base en las anteriores consideraciones,
al
haberse
declarado
la
ilegalidad
JA-0242/2010-I
de
la
detención
122
administrativa, que conllevó a la privación momentánea de la
libertad (arresto administrativo) y el pago de una multa
administrativa, este Tribunal de Justicia Administrativa del
Estado, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 278,
fracción II, del Código de Justicia Administrativa del Estado
declara la nulidad lisa y llana del pago de la multa
administrativa y se ordena a la Secretaría de Finanzas y
Administración del Estado a su devolución, toda vez que
constituye el pago de lo no debido.
El pago de lo no debido se traduce en el resarcimiento
del daño material acreditable, consistente en el menoscabo
del patrimonio al pagar una multa derivada de actos
declarados ilegales.
De este modo, se considera innecesario el análisis de
los restantes argumentos hechos valer en los conceptos de
nulidad planteados por los actores en relación a tales actos,
tomando en consideración que con el presente fallo, se
satisface la pretensión del actor.
Tiene aplicación en lo conducente, la jurisprudencia51
del Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, que en su rubro y texto indica:
AGRAVIOS EN LA REVISIÓN FISCAL. SI UNO DE
ELLOS RESULTA FUNDADO Y SUFICIENTE PARA
51
Jurisprudencia número I.7o.A. J/47, del Séptimo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, consultable en la Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXX, del mes de agosto de dos mil
nueve, página 1244.
JA-0242/2010-I
123
DEJAR SIN EFECTOS EL FALLO IMPUGNADO, ES
INNECESARIO EL ESTUDIO DE LOS RESTANTES.
Si al analizar los agravios invocados en el recurso de
revisión fiscal previsto en el artículo 63 de la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo
(correlativo del precepto 248 del Código Fiscal de la
Federación, vigente hasta el 31 de diciembre de 2005),
uno de ellos resulta fundado y suficiente para dejar sin
efectos el fallo impugnado, es innecesario el estudio de
los restantes motivos de queja, pues con ellos no se
obtendría algún otro efecto diverso al ya determinado.
Con fundamento en el artículo 280 del Código de
Justicia Administrativa del Estado y para lograr el pleno
restablecimiento en los derechos violentados a los actores,
se ordena a la Secretaría de Finanzas y Administración del
Estado devolver a los demandantes la cantidad que erogaron
con motivo del pago de la multa administrativa impuesta por
elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado
y que fue cubierta ante ella por la cantidad de $30.00 (Treinta
pesos 00/100 moneda nacional).
Condena que deberá realizar la demandada dentro del
término de diez días hábiles posteriores a la notificación de la
sentencia o dentro de los tres meses siguientes al siguiente
ejercicio presupuestal, con las actualizaciones y los recargos
establecidos por la legislación fiscal del Estado, desde la
emisión de la sentencia; bajo el apercibimiento que de no
hacerlo en los términos señalados se emplearan los medios
JA-0242/2010-I
124
de apremios previstos en el Código de Justicia Administrativa
del Estado.
Ahora bien, al constar en autos visible a foja doscientos
cincuenta y dos y doscientos cincuenta y tres, que le fue
otorgada la medida cautelar a los actores para los efectos de
la protección de todos los datos, registros, fotografías y
cualquier documento que obre en la Secretaría de Seguridad
Pública del Estado, que contuviera cualquier dato personal de
los actores en juicio o que tenga referencia a los hechos
acontecidos el doce de junio de dos mil diez sobre la Avenida
Solidaridad de esta ciudad capital y que fuera motivo de las
detenciones administrativas y al pago de las multas, cuyos
recibos de esa misma son los números de folio 5566775,
5566785, 5566786, 5566792, 5566790, 5566788, 5566795,
5566798, 5566776, 5566791, 5566779 y 5566789, con el
efecto de que se abstuviera de proporcionar a persona física,
moral o autoridad administrativa cualquier tipo de información
derivada de los mismos en tanto se resolvía el fondo del
litigio; con fundamento en el artículo 280 del Código de
Justicia Administrativa del Estado de Michoacán de Ocampo,
cesa
la
suspensión
dado
su
carácter
provisional
e
instrumental emitida en el proceso, pero se ordena a la
autoridad demandada dejar subsistente lo anterior de forma
definitiva, ya que dicho efecto es propio de la presente
JA-0242/2010-I
125
sentencia para quedar con carácter de definitivo para el
efecto de restablecer a los accionantes en el ejercicio de sus
derechos, por lo que se ordena la eliminación de todos los
datos derivados de su actuación, respecto de los hechos
motivo de la detención.
Condena que deberá realizar la demandada dentro del
término de diez días hábiles posteriores a la notificación de la
sentencia; bajo el apercibimiento que de no hacerlo en los
términos señalados se emplearan los medios de apremios
previstos en el Código de Justicia Administrativa del Estado.
DÉCIMO. Estudio de la litis sobre la reparación del
daño por detención arbitraria. En relación a la reparación
del daño, los actores argumentan que al existir de forma
consumada
la
detención
administrativa
arbitraria
es
procedente la reparación económica por el daño causado a
sus personas en términos del artículo 9.5 del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, ya que este
tipo de violaciones a la libertad personal producen severas
afectaciones en el decoro y en el sentimiento de las víctimas,
por lo que se debe cuantificar en su justa dimensión la
cantidad señalada en su pretensión.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública del
Estado manifestó que al no acreditar que la detención fue
JA-0242/2010-I
126
arbitraria y que ésta se ajustó a lo estipulado en el artículo 21
constitucional, luego no existió omisión alguna por falta de
adecuación a la citada convención interamericana sobre
derechos humanos, ya que sobre ella esta nuestra Carta
Magna.
Concepto de violación que se estima FUNDADO e
inatendible la excepción planteada.
En primer término, como ya se señaló con anterioridad
la detención administrativa que conllevó a un arresto
administrativo provisional y a la imposición de una multa, es
ilegal al haberse emitido sin la debida fundamentación de la
competencia de la autoridad que la realizó y sin la tramitación
del procedimiento administrativo donde se respetará la
garantía de audiencia con las formalidades esenciales del
procedimiento.
Ahora bien, en relación al daño material motivo de la
ejecución del acto administrativo impugnado, se tiene que de
autos únicamente se desprende la evidencia de que los
ahora actores fueron detenidos administrativamente, que
fueron privados momentáneamente de la libertad y que para
obtener su libertad realizaron el pago de la multa para
obtener su libertad; sin embargo, no se ofreció prueba alguna
para acreditar el daño objeto inmediato y directo.
JA-0242/2010-I
127
En ese sentido, se tiene que la indemnización por
daños y perjuicios a que se refiere el artículo 193, fracción III,
del Código de Justicia Administrativa del Estado debe pedirse
en la demanda principal y, excepcionalmente, en la
ampliación de demanda, cuando esta última sea procedente,
y se debe demostrar que los daños y perjuicios efectivamente
se causaron y que fueron consecuencia directa e inmediata
del acto tildados de nulos y el monto al que ascendió la
afectación patrimonial.
Lo anterior es así, toda vez que el artículo 283 del
Código de Justicia Administrativa del Estado obliga a la
autoridad a pagar los daños y perjuicios dentro de los diez
días posteriores a la emisión de la ejecutoria; o en su defecto,
diverso numeral 280 del mismo ordenamiento jurídico
establece la opción para que la autoridad realice el pago de
los daños y perjuicios dentro de los tres primeros meses del
ejercicio presupuestal, con la correspondiente actualización y
recargos establecidos en la legislación fiscal del Estado; lo
anterior, siempre y cuando se hubiera declarado su
procedencia dentro de la sentencia que resuelve el juicio
administrativo.
Así, cabe precisar, en principio, que el Código Civil del
Estado, en sus artículos 1273 y 1274, define al daño como la
pérdida o menoscabo sufrido en el patrimonio por la falta de
JA-0242/2010-I
128
cumplimiento de una obligación, y al perjuicio lo precisa como
la privación de cualquier ganancia lícita, que debiera haberse
obtenido con el cumplimiento de la obligación.
En su artículo 1275 el propio ordenamiento dispone que
los daños y perjuicios deben ser consecuencia inmediata y
directa de la falta de cumplimiento de la obligación, ya sea
que se hayan causado o que necesariamente deban
causarse.
Por su parte, el diverso precepto 1114 del propio
Código Civil del Estado prevé que quien exija el cumplimiento
o resolución de una obligación recíproca tiene derecho al
resarcimiento de los daños y perjuicios.
En relación al daño material, este órgano jurisdiccional
ya estableció la condena en contra de las autoridades,
consistente en la devolución del pago de la multa que
tuvieron que erogar los actores para poder obtener sus
libertad, lo cual se tradujo como daños a su patrimonio.
Sin embargo, en aplicación del control convencional, es
de señalar que el daño inmaterial ha sido definido por la
Corte
Interamericana
de
Derechos
Humanos
en
jurisprudencia52 obligatoria e ilustrativa para este órgano
jurisdiccional en los siguientes términos:
52
Cfr. Caso Anzualdo Castro Vs. Supra nota 30, párr.. 218, y Caso Dacosta Cadogan
Vs. Barbados, supra 446, párr.. 111
JA-0242/2010-I
129
El daño inmaterial puede comprender tanto los
sufrimientos y las aflicciones causados a la víctima
y a sus allegados, el menoscabo de valores muy
significativos para las personas, así como las
alteraciones, de carácter no pecuniario, en las
condiciones de existencia de la víctima o su familia.
Dado que no es posible asignar al daño inmaterial
un equivalente monetario preciso, sólo puede ser
objeto de compensación, mediante el pago de una
cantidad de dinero o la entrega de bienes o
servicios apreciables en dinero, que el Tribunal
determina en términos de equidad, así como
mediante la realización de actos u obras de alcance
o repercusión públicos, que tengan como efecto el
reconocimiento de la dignidad de la víctima y evitar
que vuelva a ocurrir violaciones de los derechos
humanos.
En ese sentido, este órgano jurisdiccional de las
constancias que obran en autos no advierte la existencia de
un daño inmaterial de extensa trascendencia en las personas
de los actores y sus familiares, aún en aplicación de la
suplencia de la queja no existe evidencia que compruebe de
manera alguna los aspectos del daño inmaterial.
Además, al no haberse acreditado en autos una cuantía
sobre el daño inmaterial sufrido en la persona de los actores,
pero partiendo en equidad atendiendo la alteración posible
que toda persona sufre al momento de ser detenida y
JA-0242/2010-I
130
atendiendo que ésta fue realizada de forma ilegal –como ya
fue calificada por este Tribunal de Justicia Administrativa del
Estado-, por tanto, se procede a condenar a la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado al pago de un día de salario
mínimo general vigente en esta zona geográfica en favor de
cada uno de los actores, ello atendiendo al daño inmaterial.
Condena que deberá pagar la demandada dentro del
término de diez días hábiles posteriores a la notificación de la
sentencia o dentro de los tres meses siguientes al siguiente
ejercicio presupuestal, con las actualizaciones y los recargos
establecidos por la legislación fiscal del Estado, desde la
emisión de la sentencia; bajo el apercibimiento que de no
hacerlo en los términos señalados se emplearán los medios
de apremio previstos en el Código de Justicia Administrativa
del Estado.
Además, se tiene que con la emisión de la presente
sentencia donde se estableció que si existió la violación de
los derechos fundamentales de los accionantes, con ello se
constituye en una forma de reparación. Lo anterior, tal y
como lo ha sustentado la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.53
53
Cfr. Caso Noriega Alegría y otros. Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de
19 de septiembre de 1996. Serie C No. 29. Párr.. 56; Caso Anzualdo Castro Vs. Perú,
supra nota 30, párr.. 219, y Caso dacosta Cadogan Vs. Barbados, supra nota 446,
párr. 100.
JA-0242/2010-I
131
UNDÉCIMO.
Estudio
de
la
litis
sobre
responsabilidad patrimonial por omisión reglamentaria.
En el argumento que sostienen los actores arguyen que
existe una responsabilidad patrimonial estatal indirecta, por
culpa, por haber omitido el deber jurídico del artículo 60,
fracción VI, (sic) al no cumplir la normatividad de la materia
interna los deberes de adoptar disposiciones del artículo 2°
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
este caso la omisión reglamentaria que permitiera la
reducción de las garantías procesales, produciendo una
alteración en la prestación del servicio cuestionado.
Por su parte, la Consejería Jurídica del Ejecutivo del
Estado, en representación del Gobernador del Estado,
argumentó que la reclamación de omisión administrativa de
no cumplir con lo dispuesto en el artículo 2° de la
Convención
Americana
sobre
Derechos
Humanos
es
obligación del Congreso de la Unión y que la adecuación de
la normatividad del debido proceso en el artículo 8° de la
citada convención ya que el acto administrativo es por una
conducta de los propios actores que dio origen al arresto
administrativo, siendo falso la violación al convenio.
Pretensión
que
se
considera
FUNDADA,
pero
INOPERANTE.
JA-0242/2010-I
132
Es fundado el concepto de violación en relación a la
omisión en que ha incurrido el Ejecutivo del Estado en
reglamentar el debido proceso en el derecho administrativo
sancionador
en
materia
de
arresto
administrativo,
contraviniendo el deber de adoptar disposiciones de derecho
interno del artículo 2° de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, el cual establece lo siguiente:
Artículo 2. Deber de Adoptar Disposiciones de
Derecho Interno
Si
el
ejercicio
mencionados
en
de
el
los
derechos
artículo
1
no
y
libertades
estuviere
ya
garantizado por disposiciones legislativas o de otro
carácter, los Estados Partes se comprometen a adoptar,
con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a
las disposiciones de esta Convención, las medidas
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias
para hacer efectivos tales derechos y libertades.
En ese sentido, al haber suscrito y ratificado México la
Convención Americana de Derecho Humanos es indudable
que el compromiso internacional asumidos por el Estado
Mexicano lo realiza en su conjunto y comprometen a todas
sus autoridades del Estado parte frente a la comunidad
internacional; sin que exista limitación competencial entre la
federación y las entidades federativas, esto es, no se toma en
cuenta la competencia federal o local del contenido del
tratado, sino que por mandato expreso del propio artículo 133
JA-0242/2010-I
133
el Presidente de la República y el Senado pueden obligar al
Estado mexicano en cualquier materia, independientemente
que para otros efectos ésta sea competencia de las
entidades federativas.
Por tanto, no puede excusarse el Poder Ejecutivo del
Estado de Michoacán de Ocampo, en el sentido de que dicha
facultad era obligación del Congreso del Estado.
Luego, al no haber acreditado el Gobernador del Estado
que ejerció su competencia de crear norma ni obra en autos
que haya externado normativamente voluntad alguna para
hacerlo, mediante alguna iniciativa presentada ante el
Congreso del Estado, tiene como consecuencia la no
acreditación de su excepción planteada.
Lo anterior, se robustece al quedar de manifiesto la
ausencia de desarrollo de norma material que regule el
arresto administrativo; es decir, existe ausencia total de
reglamentación en el actuar de los cuerpos de Seguridad
Estatal para iniciar un procedimiento instituido con garantías
a
los
particulares,
donde
se
respeten
los
derechos
fundamentales reconocidos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y tratados internacionales de los
cuales México es parte, como ya existen en el Distrito
Federal la denominada
Ley de Cultura Cívica del Distrito
Federal, ordenamientos con el que se ha regulado un
JA-0242/2010-I
134
procedimiento administrativo determinado para cumplir con la
garantía de audiencia de los particulares.
No obstante, esta omisión no fue causa directa de los
arrestos y todas sus consecuencias atribuidas a los cuerpos
de seguridad pública, toda vez que ante la ausencia de
norma
específica,
administrativas
el
es
obligación
instruir
un
de
las
autoridades
procedimiento
con
las
formalidades esenciales a favor del particular y la garantía de
audiencia, lo cual no fue cumplido (tan es así que se declaró
ilegal el acto y se condenó a la reparación del daño material e
inmaterial).
En consecuencia, no es procedente la condena al pago
de indemnización por daño por la omisión normativa, al no
ser consecuencia inmediata del daño sobre el cual se
quejaron los actores.
Sin embargo, no se deja de reconocer que pueden
actualizarse otros supuestos que con la simple omisión de
reglamentar los actos de policías en relación a los arrestos
administrativos, puedan tener consecuencias que degraden y
vulneren derechos humanos en perjuicio de los particulares, y
que es necesario en su momento regular dicha situación en
favor de los ciudadanos, garantizando con ello una
adecuación al marco internacional respecto a los derechos
humanos.
JA-0242/2010-I
135
Tiene aplicación en lo conducente la tesis54 del Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que en su
rubro y texto indica:
SEGURIDAD PÚBLICA, FUERZA PÚBLICA Y ACTOS
DE POLICÍA. LAS OMISIONES LEGISLATIVAS EN
ESAS MATERIAS PROPICIAN POR SÍ MISMAS
CONDICIONES
DE
VULNERABILIDAD
DE
LOS
DERECHOS HUMANOS. La existencia de omisiones
legislativas y reglamentarias en materia de actos de
policía, fuerza pública y seguridad pública, propician por
sí mismas condiciones de vulnerabilidad de los
derechos humanos, particularmente del derecho a la
protección de la vida y de la integridad personal (física y
psicológica), pues conforme a estos derechos humanos,
el Estado debe realizar acciones que coadyuven a su
respeto y ejercicio, entre las que se encuentran aquellas
de orden legislativo, reglamentario y protocolario.
Consecuentemente, la ausencia de estas medidas
normativas permite que la fuerza pública se ejerza
irresponsablemente, lastrando el avance hacia una
cultura policial democrática, sin apego a los derechos
reconocidos en el derecho internacional a toda persona,
y particularmente a las que son objeto de una acción
policiaca, y que son recogidos y tutelados por la
Constitución General de la República.
Por
lo
anteriormente
expuesto
y
además
con
fundamento en lo dispuesto en los artículos 272, 273, 274,
275 fracción I y III,
276, 278, fracción II, del Código de
54
Registro No. 162995. Localización: Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXXIII, Enero de 2011. Página: 61.
Tesis: P. LXIX/2010. Tesis Aislada. Materia(s): Constitucional.
JA-0242/2010-I
136
Justicia Administrativa del Estado, 1° de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1°, 2° y 29 de la
Convención
Americana
sobre
Derechos
Humanos,
se
RESUELVE:
PRIMERO. Este órgano jurisdiccional es competente
para conocer y resolver el presente juicio administrativo.
SEGUNDO. Se decreta el sobreseimiento del juicio del
acto denominado declaraciones imprecisas sobre los hechos
que motivan el presente litigio de convencionalidad sobre los
actos administrativos, en la entrevista que la Titular de la
Secretaria de Seguridad Pública del Estado concedió a CB
televisión de Michoacán, al no acreditarse su existencia, con
base a los razonamientos vertidos en el considerado tercero
de la presente resolución.
TERCERO. Se declara la ilegalidad de la detención
administrativa, que conllevó a la privación momentánea de la
libertad (arresto administrativo) y al pago de la multa
administrativa, por la ausencia de la fundamentación de la
competencia de la autoridad demandada y no haberse
respetado la garantía de audiencia con las formalidades
esenciales del procedimiento en favor de los actores, en
JA-0242/2010-I
137
términos de los argumentos vertidos en el considerando
octavo de esta resolución.
En consecuencia, se declara la nulidad lisa y llana de
del pago de la multa administrativa y se ordena a la
Secretaría de Finanzas y Administración del Estado, realizar
en favor de los actores la devolución del pago de lo indebido.
CUARTO.
Se declara procedente la acción de
reparación de daño en contra de la Secretaría de Seguridad
Pública del Estado, en la forma y términos del considerado
décimo y se condena a dicha autoridad a realizar el pago de
un día de salario mínimo general vigente en el Estado a favor
de los accionantes.
QUINTO. En relación a la petición de protección de
datos, se ordena la eliminación de todos los datos personales
y registros que existan en los archivos de la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado, la cual se deberá realizar
dentro del término de diez días siguientes hábiles a que se
notifique la presente sentencia.
En consecuencia, en su oportunidad la autoridad
demandada deberá informar a este órgano jurisdiccional,
sobre el cumplimiento de la sentencia, bajo el apercibimiento
legal que en caso de no hacerlo dentro del término señalado,
JA-0242/2010-I
138
serán sujetos de los medios de apremio establecidos en el
artículo 285 del Código de Justicia Administrativa del Estado.
SEXTO. Se declara improcedente la acción de la
responsabilidad patrimonial por omisión reglamentaria del
Gobernador del Estado de Michoacán de Ocampo, con base
en el undécimo considerando de la presente sentencia.
SÉPTIMO. Notifíquese personalmente a la parte actora
y mediante oficio a las autoridades demandadas.
JA-0242/2010-I
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