D.A. 86/2009. QUEJOSO: ****************** MAGISTRADA PONENTE: LIC. NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ. SECRETARIA PROYECTISTA: LIC. MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR. México, Distrito Federal, acuerdo del Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, correspondiente a la sesión del día diecisiete de septiembre de dos mil nueve. V I S T O S; Y R E S U L T A N D O: PRIMERO.- Por escrito presentado el uno de octubre de dos mil ocho, ante la Oficialía de Partes de las Salas Regionales Metropolitanas del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, *********************************, por su propio derecho, compareció a demandar el amparo y protección de la Justicia Federal, en contra de: “III. AUTORIDADES RESPONSABLES: Los C.C. Magistrados de la Décima Sala Regional Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa. IV. LA SENTENCIA DEFINITIVA LAUDO O RESOLUCIÓN QUE PUSO FIN AL JUICIO CONSTITUTIVO DEL ACTO O ACTOS RECLAMADOS: La resolución definitiva del Juicio Contencioso Administrativo ventilado ante dicho Tribunal con número de expediente 5834/0617-10-4 de fecha 19 de agosto del 2008.” 2 SEGUNDO.- La D.A. 86/2009 parte quejosa expresó los antecedentes del caso y los conceptos de violación que estimó pertinentes, con relación a los artículos 14, 16, 113, y 114 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. TERCERO.- Por acuerdo de tres de marzo de dos mil nueve, la Presidencia de este Tribunal Colegiado, admitió la demanda de amparo de que se trata, la cual quedó registrada con el número D.A. 86/2009. Asimismo, se tuvo con el carácter de tercero perjudicado a la autoridad que fue parte en el juicio de origen. Se dio vista con los autos al Agente del Ministerio Público Federal adscrito, quien no formuló pedimento. De igual forma, se ordenó agregar a los autos el oficio OIC/UAJ/00/637/ suscrito por el Titular del Área de Responsabilidades del Órgano Interno de Control en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, mediante el cual formuló alegatos. CUARTO.- Mediante acuerdo de fecha siete de abril de dos mil nueve, se turnó el presente asunto a la Magistrada Norma Lucía Piña Hernández, para que formulara el proyecto de resolución respectivo. QUINTO.- Con fecha veintiuno de agosto de dos mil nueve, se listó el presente asunto, mismo que fue retirado en sesión de veintisiete de agosto de dos mil nueve. 3 D.A. 86/2009 SEXTO.- En fecha ocho de septiembre de dos mil nueve, se listó nuevamente el presente recurso, para ser visto en sesión de diecisiete de septiembre de dos mil nueve. C O N S I D E R A N D O: PRIMERO.- Este Tribunal Colegiado es competente para conocer del presente juicio de amparo directo de conformidad con los artículos 107, fracciones, III, inciso a), y V, de la Constitución Federal, 44, 46 y 158 de la Ley de Amparo y 37, fracción I, inciso b), y 38 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. SEGUNDO.- De igual forma, se precisa que la demanda de que se trata está en tiempo, en virtud de que la sentencia reclamada fue notificada a la parte quejosa, el día diecisiete de septiembre de dos mil ocho (foja 262-264 del expediente del juicio de nulidad), y el escrito de demanda de garantías fue presentado en la oficialía de partes de las Salas Regionales Metropolitanas del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa el uno de octubre siguiente, por lo tanto, está dentro del término de quince días, que establece el artículo 21 de la Ley de Amparo; descontando de dicho cómputo los días inhábiles, de conformidad con los artículos 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. TERCERO.- El acto reclamado de la responsable Décima Sala Regional Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, consistente en la emisión de 4 D.A. 86/2009 la sentencia de diecinueve de agosto de dos mil ocho, pronunciada en el juicio de nulidad 5834/06-17-10-4, es cierto por así aparecer del expediente remitido por vía de informe justificado. CUARTO.- No se transcribe la sentencia reclamada, ni los conceptos de violación, por no ser un requisito de la sentencia, en términos de lo dispuesto en el artículo 77 de la Ley de Amparo; sin embargo, para emitir la presente resolución, se entregaron a los Magistrados de este tribunal copias fotostáticas legibles, en su integridad, del escrito de demanda y de la sentencia reclamada. Así mismo, se ordena agregar copia certificada de la misma a los presentes autos. QUINTO.- Por razón de técnica, este órgano Colegiado analizará, en primer término, el planteamiento del solicitante del amparo en el que hace valer la inconstitucionalidad de la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. Sirve de apoyo, la tesis 2a. CXIX/2002 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XVI, de octubre de dos mil dos, Novena Época, visible en la página trescientos noventa y cinco, que señala: “AMPARO DIRECTO. EL ESTUDIO DEL TEMA PROPIAMENTE CONSTITUCIONAL DEBE REALIZARSE ANTES QUE EL DE 5 D.A. 86/2009 LEGALIDAD. La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido el criterio de que cuando en amparo indirecto se reclaman leyes con motivo de su primer acto de aplicación, el Juez de Distrito, al pronunciarse respecto al fondo, debe analizar primero la constitucionalidad de la norma impugnada y, posteriormente, si es necesario, la legalidad del acto de aplicación, bajo la premisa de preferir los argumentos que conduzcan a mayores beneficios y reservar para un análisis ulterior los planteamientos de menores logros, en aras de tutelar la garantía de acceso a la justicia establecida en el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; sin embargo, el criterio aludido no es de aplicación exclusiva al juicio de amparo indirecto, sino que, por identidad de razón, debe hacerse extensivo al juicio de garantías en la vía directa, a fin de que los Tribunales Colegiados de Circuito ajusten sus sentencias a este orden de análisis de los conceptos de violación propuestos, en términos del artículo 166, fracción IV, de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Federal”. Así como lo dispuesto en la jurisprudencia del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXI, febrero de 2005, página 5, que es del tenor literal siguiente: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN AMPARO DIRECTO. EL ESTUDIO DE LOS QUE DETERMINEN SU CONCESIÓN DEBE ATENDER AL PRINCIPIO DE MAYOR BENEFICIO, PUDIÉNDOSE OMITIR EL DE AQUELLOS QUE AUNQUE RESULTEN FUNDADOS, NO MEJOREN LO YA ALCANZADO POR EL QUEJOSO, INCLUSIVE LOS QUE SE REFIEREN A CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES. De acuerdo con la técnica para resolver los juicios de amparo directo del conocimiento de los Tribunales Colegiados de Circuito, con independencia de la materia de que se trate, el estudio de los conceptos de violación que determinen su concesión debe atender al principio de mayor beneficio, pudiéndose omitir el de aquellos que, aunque resulten fundados, no mejoren lo ya alcanzado por el quejoso, inclusive los que se refieren a constitucionalidad de leyes. Por tanto, deberá quedar al prudente arbitrio del órgano de control constitucional determinar la preeminencia en el estudio de los conceptos de 6 D.A. 86/2009 violación, atendiendo a la consecuencia que para el quejoso tuviera el que se declararan fundados. Con lo anterior se pretende privilegiar el derecho contenido en el artículo 17, segundo párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consistente en garantizar a los ciudadanos el acceso real, completo y efectivo a la administración de justicia, esto es, que en los diversos asuntos sometidos al conocimiento de los tribunales de amparo se diluciden de manera preferente aquellas cuestiones que originen un mayor beneficio jurídico para el gobernado, afectado con un acto de autoridad que al final deberá ser declarado inconstitucional.” Ahora, a fin de establecer si se satisfacen los presupuestos para emprender el estudio del concepto de violación en cuestión, se requiere que la norma que se estima inconstitucional hubiere sido aplicada en el acto que dio origen al juicio, en el procedimiento de éste; o bien, en la resolución reclamada; que tal aplicación trascienda en el sentido del fallo a la esfera jurídica del quejoso, le genere alguna afectación y haga valer conceptos de violación al respecto. En el caso, se estima procedente el estudio propuesto por el quejoso respecto de que el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos resulta violatorio de los artículos 113 y 114 de la Carta Magna, en virtud de que dicho precepto legal se aplicó en la sentencia reclamada, en la parte en la que la Sala responsable -derivado del contenido de la fracción II de ese precepto legal-, determinó que la conducta infractora atribuida al hoy quejoso no era cuantificable en dinero por lo que las facultades de la autoridad para sancionarlo no prescribieron, 7 D.A. 86/2009 al no haber trascurrido el plazo de tres años a que alude tal disposición legal. Lo anterior conforme a la jurisprudencia 2a./J. 152/2002, de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página doscientos veinte, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XVII, Enero de dos mil tres, Novena Época, cuyo texto es: “AMPARO DIRECTO. EN LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN PUEDE PLANTEARSE LA INCONSTITUCIONALIDAD DE LAS NORMAS GENERALES APLICADAS EN PERJUICIO DEL QUEJOSO EN EL ACTO O RESOLUCIÓN DE ORIGEN. De la interpretación armónica de los artículos 158 y 166, fracción IV, de la Ley de Amparo, se desprende que cuando se promueva juicio de amparo directo contra sentencias definitivas, laudos o resoluciones que pongan fin al juicio, se podrá plantear, en los conceptos de violación, la inconstitucionalidad de leyes, tratados internacionales o reglamentos que se hubieran aplicado en perjuicio del quejoso en la secuela del procedimiento del juicio natural o en la sentencia, laudo o resolución reclamados; sin embargo, ello no quiere decir que la posibilidad de controvertir tales normas de carácter general en el amparo directo se agote con los supuestos a que se refieren dichos numerales, pues el artículo 73, fracción XII, último párrafo, del citado ordenamiento permite también la impugnación, en ese juicio, de las normas aplicadas en el acto o resolución de origen, cuando se promueva contra la resolución recaída a los recursos o medios de defensa legal que se hubieran hecho valer en contra del primer acto de aplicación de aquéllas, máxime que en la vía ordinaria no puede examinarse la constitucionalidad de una norma de observancia general, pues su conocimiento está reservado a los tribunales del Poder Judicial de la Federación.”. Una vez precisado lo anterior, del contenido del primer concepto de violación se obtiene que el quejoso hace valer que el artículo 78, fracción II, de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, resulta 8 D.A. 86/2009 violatorio de los artículos 113 y 114 de la Constitución Federal. Aduce que acorde a la exposición de motivos de la iniciativa que dio origen a la redacción de tales disposiciones constitucionales, en los procedimientos de responsabilidades de servidores públicos se deben observar, entre otros principios, el de progresividad, referente a que las sanciones deben incrementarse atendiendo a la conducta ilícita cometida; principio que resulta extensivo a la figura de la prescripción. Que la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, no cumple con el principio de proporcionalidad respecto del daño patrimonial ocasionado y de la gravedad de la conducta del servidor público, ya que establece como regla general el término de tres años para que prescriban las facultades sancionadoras de la autoridad; previéndose únicamente como excepción a la regla, el supuesto de la fracción I, que dispone que cuando el beneficio obtenido o el daño causado por el sujeto activo no exceda de diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, tales facultades prescribirán en un término de un año. Precisa que tratándose de conductas respecto de las que no existe daño o lucro alguno ocasionado y que no se considere como grave, se aplicará el término genérico de tres años, lo que resulta violatorio de garantías, en virtud de que el Legislador debió fijar plazos para la prescripción que fueran 9 D.A. 86/2009 acordes con la conducta y el resultado ocasionado, y no limitarse a señalar un término genérico con una sola excepción. Agrega que a partir de la reforma realizada al artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, acaecida el veintiuno de junio de mil novecientos noventa y dos, se excluyó de la fracción I el supuesto relativo a “las faltas cuya responsabilidad no fuese estimable en dinero”, pues en la exposición de motivos de la iniciativa se estableció que podrían existir conductas que no representaran un beneficio económico para el infractor, y que sí podrían ser constitutivas de un acto u omisión que atentara de manera grave contra los principios de legalidad, honradez, lealtad o eficiencia; intención del legislador que no se reflejó en el texto aprobado de la norma, pues la sola derogación de ese señalamiento no fue suficiente para ello, ya que tal hipótesis debió ser insertada expresamente en la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. Sostiene el quejoso que la norma reclamada resulta violatoria de los principios de nullum crimen sine lege; seguridad jurídica; proporcionalidad de exacta la aplicación sanción en de la relación ley; al de daño ocasionado y a la gravedad de la conducta, previstos en la Constitución. Que la actual redacción del artículo 78 en cuestión, implica que se encuentren en el mismo plano los servidores 10 D.A. 86/2009 públicos que no obtuvieron daño patrimonial y no cometieron una conducta grave, con aquellos que sí realizaron una conducta grave y que hicieron un daño patrimonial superior a diez salarios mínimos. Afirma que los plazos de prescripción respecto de las facultades de la autoridad para sancionar a los servidores públicos deben ser acordes también al beneficio obtenido o al daño causado por el infractor, como así lo dispone el artículo 114, último párrafo, de la Constitución Federal, por lo que para determinar el plazo de la prescripción, el legislador debió atender a que éste fuera proporcional con la gravedad de la infracción o falta administrativa cometida por el servidor público, cuyo parámetro de medición evidentemente es el económico. Abunda que no es lógico ni jurídico que se pretenda dar el mismo tratamiento prescriptorio de tres años a aquellas conductas irregulares que no generaron beneficio económico o daño patrimonial a las que sí provocaron ese daño o beneficio, mayor a diez veces el salario mínimo mensual vigente para el Distrito Federal, violentándose el principio de seguridad jurídica y de proporcionalidad de la sanción en relación al daño ocasionado y a la gravedad de la conducta que establece la Constitución. Señala que conforme a dichos principios se debe castigar con mayor rigor a quienes hayan incurrido en una conducta considerada como grave y se deba castigar con mayor rigor a los funcionarios que hayan dañado al 11 D.A. 86/2009 patrimonio del Estado con mayor cantidad y, por lo tanto, no se debe sancionar igual a una persona que ejecutó una conducta grave respecto de otra que su actuar no lo fue, aún cuando ambas estén en el supuesto de que no exista daño patrimonial; cuestión no prevista en el precepto que impugna de inconstitucional, ya que coloca en un mismo plano a las personas que desarrollaron no una obtuvieron conducta daño grave, patrimonial con y aquéllos no que desarrollaron una conducta grave y más aún hicieron un daño patrimonial superior a diez veces el salario mínimo general vigente. De ahí que señale el quejoso que el legislador ordinario desatendió en el precepto cuestionado el mandato del constituyente de fijar la prescripción de la responsabilidad administrativa tomando en cuenta la naturaleza y consecuencias de los actos y omisiones que la generan, porque tratándose de actos que no generan beneficios para el infractor, ni causan un daño estimable en dinero, se prevé una prescripción de tres años, lo cual evidencia que no se atendió a la naturaleza y consecuencias respecto de actos de mayor entidad, como los que prevé la fracción I, que representan un beneficio o causan un daño hasta de diez veces el salario mínimo y tienen una prescripción de tan sólo un año. Sostiene que el constituyente estableció el criterio para poder decidir cuando una conducta es grave, pero al tratar de dar cumplimiento a dicho criterio y regular la prescripción de la facultad sancionadora, el legislador en el 12 D.A. 86/2009 precepto reclamado desvirtuó y en cierta medida corrompió el principio de que, a mayor plazo de prescripción mayora la gravedad de la conducta. En apoyo a sus argumentos, el quejoso invocó la tesis de rubro: “PRESCRIPCIÓN DE LAS FACULTADES SANCIONADORAS. TÉRMINO PARA QUE OPERE TRATÁNDOSE DE AQUELLOS CASOS EN QUE LA INFRACCIÓN COMETIDA POR EL SERVIDOR PÚBLICO NO GENERÓ UN BENEFICIO O UN DAÑO CUANTIFICABLE EN DINERO (ARTÍCULO 78 DE LA LEY FEDERAL DE RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS).” A efecto de resolver lo conducente respecto de tales planteamientos, es necesario hacer las siguientes precisiones. En la sentencia reclamada se desestimó el argumento del demandante en el sentido de que habían prescrito las facultades de la autoridad para sancionarlo, en los siguientes términos: “Esta Juzgadora determina que los conceptos de impugnación en estudio son parcialmente fundados pero insuficientes, de conformidad con los siguientes razonamientos de derecho: Son infundados los argumentos del actor, por lo que respecta al hecho de que las facultades de la autoridad para sancionar al actor se encontraban prescritas a la fecha en que se inició el procedimiento administrativo disciplinario, los Magistrados de esta Sala, determinan que no le asiste la razón. 13 D.A. 86/2009 Lo anterior es así, ya que el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, vigente en la época en que ocurrieron los hechos, expresamente señala lo siguiente: “ARTÍCULO 78.- Las facultades del superior jerárquico y de la Secretaría para imponer las sanciones que esta ley prevé se sujetarán a lo siguiente: I.- Prescribirán en un año si el beneficio obtenido o el daño causado por el infractor no excede de diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, y II.- En los demás casos prescribirán en tres años. El plazo de prescripción se contará a partir del día siguiente a aquél en que se hubiera incurrido en la responsabilidad o a partir del momento en que hubiese cesado, si fue de carácter continuo. En todos los casos la prescripción a que alude este precepto se interrumpirá al iniciarse el procedimiento administrativo previsto por el artículo 64. III.- El derecho de los particulares a solicitar la indemnización de daños y perjuicios, prescribirá en un año, a partir de la notificación de la resolución administrativa que haya declarado cometido la falta administrativa.” De la transcripción que antecede, se desprenden claramente las reglas a las que deben sujetarse las autoridades competentes en relación con las facultades para la imposición de sanciones, señalando que éstas prescribirán en los términos siguientes: • Cuando el beneficio económico obtenido por el servidor público, o en su caso, el daño patrimonial causado no exceda del monto al que ascienda 10 tantos del salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, las facultades de la autoridad prescribirán en un año. 14 D.A. 86/2009 • En cualquier otro caso, es decir, cuando no exista beneficio o daño causado cuantificable en dinero o bien cuando el monto del beneficio causado supere la cifra precisada anteriormente, la prescripción de las facultades de las autoridades operará en tres años. • El inicio del cómputo para la prescripción de las facultades de la autoridad para sancionar, ocurrirá en dos momentos diferentes de acuerdo al tipo de infracción cometida: cuando se trate de infracciones de carácter instantáneo, al día siguiente a aquel en que se hubiera incurrido en la falta; y, cuando se trate de infracciones de carácter continuo, a partir del momento en que hubiese cesado la comisión de la infracción. • En cualquiera que sea el caso, el cómputo de la prescripción se verá interrumpido en la fecha en que se inicie el procedimiento administrativo que prevé la propia ley en el artículo 64. En principio, es de hacerse notar que contrario a lo aseverado por la actora, la conducta infractora que se le atribuye, en su carácter de Jefe de Área del Registro y Control de Asistencia de la Coordinación de Recursos Humanos, adscrito al Hospital Regional “Dr. Valentín Gómez Farías”, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado en Zapopan Jalisco, se ubica en la fracción II, del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, ya que del análisis realizado a la resolución impugnada, se advierte que el daño causado por la irregularidad que cometió el enjuiciante no es cuantificable en dinero; por lo que de conformidad con lo señalado en párrafos anteriores, la facultad de las autoridades demandadas para imponer 15 D.A. 86/2009 sanciones por la irregularidad cometida por dicho servidor público prescribe en tres años. Resulta aplicable en la especie, la tesis número I.6°.A.44 A, sustentada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, Abril de 2004, página 1454, que a la letra dispone lo siguiente: “PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN DE RESPONSABILIDAD DE SERVIDORES PÚBLICOS CUANDO NO EXISTE BENEFICIO O DAÑO ECONÓMICO. SE CONFIGURA EN TÉRMINOS DE LA FRACCIÓN II DEL ARTÍCULO 78 DE LA LEY DE LA MATERIA.” (Se transcribe). Ahora bien, si en la especie, tal y como se advierte de las constancias que obran en autos y de los hechos narrados por el accionante en su escrito de demanda; las infracciones por las que se le sanciona fueron cometidas los días 11, 12, 13 y 14 de febrero de 2002 y mediante oficio citatorio número OIC/AR/00/637/11866/2004, de fecha 03 de septiembre de 2004, se le citó para comparecer a la Audiencia a que se refiere la fracción I del artículo 64 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, que se llevaría a cabo el 29 siguiente, es evidente que en el presente caso no opera la prescripción de las facultades de las autoridades demandadas para sancionar al accionante, ya que no transcurrieron los tres años a que se refiere el artículo 78 transcrito anteriormente.”Jefe de Área del Registro y Control de Asistencia de la Coordinación de Recursos Humanos, adscrito al Hospital Regional “Dr. Valentín Gómez Farias” no llevó a cabo un estricto control de las asistencias de los servidores públicos; conducta que la autoridad no le atribuyó la calificativa de grave, no le atribuyó la obtención de algún beneficio económico, o bien, que con la misma, hubiera causado algún daño estimable en dinero, pues al efecto determinó imponerle la sanción administrativa consistente en suspensión por el término de quince días del empleo, cargo o comisión en el servicio público. Por tanto, este Tribunal considera que la determinación de la Sala Responsable en el sentido de que 16 D.A. 86/2009 en el presente caso no era aplicable la fracción I del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, sino la fracción II del mismo numeral y, en consecuencia, que el plazo de prescripción de las facultades sancionadoras de la autoridad demandada eran de tres años, resulta acorde al criterio sustentado por la Superioridad en la jurisprudencia antes transcrita. Precisado lo anterior, se toma en consideración que el planteamiento de inconstitucionalidad del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, se encuentra encaminado a evidenciar que su contenido infringe el artículo 114 constitucional, concretamente el quejoso señala que el precepto reclamado controvierte el principio de proporcionalidad de la sanción en función del cual el constituyente estableció que tratándose de la prescripción respecto de la responsabilidad de los servidores públicos, la ley debía establecer que cuando los actos u omisiones fuesen graves los plazos para su actualización no podían ser menor de tres años, ello atendiendo a la gravedad de la infracción, de lo que se desprende que el legislador debió atender a dicho principio y determinar el plazo de la prescripción a fin de que éste fuera proporcional con la gravedad de la infracción administrativa cometida por el servidor público; esto es, a mayor gravedad de la conducta mayor el plazo para la prescripción de la sanción. En principio, cabe destacar que si bien el artículo 114 constitucional no está comprendido en el Capítulo I de las 17 D.A. 86/2009 Garantías Individuales de la Constitución, lo cierto es que, tal situación no constituye obstáculo alguno para que este Tribunal examine la regularidad constitucional del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, en función de tal precepto, en virtud de que el análisis de constitucionalidad planteado resulta procedente a través del juicio de amparo aún por violaciones cometidas a disposiciones no incluidas dentro de los primeros 29 artículos de la Constitución, siempre y cuando consignen una explicación, reglamentación, limitación o ampliación de las garantías individuales propiamente dichas. Así, cabe establecer que el Título Cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, relativo al régimen de las responsabilidades administrativas de los servidores públicos, dispone en los artículos 109, 113 y 114, lo siguiente: “Art. 109.- El Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados, dentro de los ámbitos de sus respectivas competencias, expedirán las leyes de responsabilidades de los servidores públicos y las demás normas conducentes a sancionar a quienes, teniendo este carácter, incurran en responsabilidad, de conformidad con las siguientes prevenciones: I.- Se impondrán, mediante juicio político, las sanciones indicadas en el artículo 110 a los servidores públicos señalados en el mismo precepto, cuando en el ejercicio de sus funciones incurran en actos u omisiones que redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho. No procede el juicio político por la mera expresión de ideas. II.- La comisión de delitos por parte de cualquier servidor público será perseguida y sancionada en los términos de la legislación penal; y 18 D.A. 86/2009 III.- Se aplicarán sanciones administrativas a los servidores públicos por los actos u omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban observar en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones. Los procedimientos para la aplicación de las sanciones mencionadas se desarrollarán autónomamente. No podrán imponerse dos veces por una sola conducta sanciones de la misma naturaleza. Las leyes determinarán los casos y las circunstancias en los que se deba sancionar penalmente por causa de enriquecimiento ilícito a los servidores públicos que durante el tiempo de su encargo, o por motivos del mismo, por sí o por interpósita persona, aumenten substancialmente su patrimonio, adquieran bienes o se conduzcan como dueños sobre ellos, cuya procedencia lícita no pudiesen justificar. Las leyes penales sancionarán con el decomiso y con la privación de la propiedad de dichos bienes, además de las otras penas que correspondan. Cualquier ciudadano, bajo su más estricta responsabilidad y mediante la presentación de elementos de prueba, podrá formular denuncia ante la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión respecto de las conductas a las que se refiere el presente artículo.” “Art. 113.- Las leyes sobre responsabilidades administrativas de los servidores públicos, determinarán sus obligaciones a fin de salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad, y eficiencia en el desempeño de sus funciones, empleos, cargos y comisiones; las sanciones aplicables por los actos u omisiones en que incurran, así como los procedimientos y las autoridades para aplicarlas. Dichas sanciones, además de las que señalen las leyes, consistirán en suspensión, destitución e inhabilitación, así como en sanciones económicas, y deberán establecerse de acuerdo con los beneficios económicos obtenidos por el responsable y con los daños y perjuicios patrimoniales causados por sus actos u omisiones a que se refiere la fracción III del artículo 109, pero que no podrán exceder de tres tantos de los beneficios obtenidos o de los daños y perjuicios causados. La responsabilidad del Estado por los daños que, con motivo de su actividad administrativa irregular, cause en los bienes o derechos de los particulares, será objetiva y directa. Los particulares tendrán 19 D.A. 86/2009 derecho a una indemnización conforme a las bases, límites y procedimientos que establezcan las leyes.” “Art. 114.- El Procedimiento de juicio político sólo podrá iniciarse durante el período en el que el servidor público desempeñe su cargo y dentro de un año después. Las sanciones correspondientes se aplicarán en un período no mayor de un año a partir de iniciado el procedimiento. La responsabilidad por delitos cometidos durante el tiempo del encargo por cualquier servidor público, será exigible de acuerdo con los plazos de prescripción consignados en la Ley penal, que nunca serán inferiores a tres años. Los plazos de prescripción se interrumpen en tanto el servidor público desempeña alguno de los encargos a que hace referencia el artículo 111. La ley señalará los casos de prescripción de la responsabilidad administrativa tomando en cuenta la naturaleza y consecuencia de los actos y omisiones a que hace referencia la fracción III del artículo 109. Cuando dichos actos u omisiones fuesen graves los plazos de prescripción no serán inferiores a tres años.” De las disposiciones constitucionales antes transcritas, se obtiene que el Congreso de la Unión y de las Legislaturas de los Estados, se encuentran facultados para expedir las leyes de responsabilidades de los servidores públicos, a fin de sancionar a quienes teniendo ese carácter incurran en responsabilidad, sanciones que se impondrán mediante juicio político, en términos de la legislación penal, o mediante sanciones administrativas. Por su parte, el artículo 114 constitucional, establece las características de los plazos de prescripción para ser exigibles las diversas responsabilidades de los servidores públicos, tanto la derivada del juicio político, como las de carácter penal o administrativo; y se indica que para el cómputo de la prescripción, se tomará en cuenta la 20 D.A. 86/2009 naturaleza y consecuencias de los actos u omisiones atribuidos al servidor público, con la limitante de que en casos graves los plazos no sean inferiores a tres años. Concretamente del último párrafo del artículo 114 constitucional se advierte que el órgano revisor de la Constitución, facultó al legislador ordinario para establecer los plazos para que se actualice la prescripción de la responsabilidad de los servidores públicos, estableciendo como mandato que ésta debe estar en función de la naturaleza y consecuencia de los actos y omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deben observar los servidores públicos en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones, y como única limitante que tratándose de conductas graves, los plazos de prescripción, no deberán ser menor de tres años. Atendiendo al principio consagrado, si la prescripción de la responsabilidad debe tomar en cuenta la naturaleza y consecuencias de los actos y omisiones de los servidores públicos, entonces, dicha figura debe estar relacionada de manera directa con la conducta del servidor público, de forma tal, que ésta debe aumentar o disminuir, atendiendo a la conducta realizada por el infractor o a las consecuencias de dicha conducta, con la limitación temporal establecida tratándose de conductas graves. De las consideraciones que preceden se arriba a la conclusión que por mandato constitucional, la calificación de gravedad de las infracciones previstas en las legislaciones 21 D.A. 86/2009 de responsabilidades de los servidores públicos, debe ser producto de un análisis de identificación de los actos u omisiones en el servicio público que de manera considerable perjudican la buena función de las instituciones públicas, la correcta prestación del servicio público y, en general, que ofenden en mayor grado a la sociedad, ya que el régimen de responsabilidad administrativa, refleja sin duda el propósito loable de encontrar nuevas formas para sancionar al servidor público deshonesto o incompetente a fin de hacer más eficiente la administración pública. Por otra parte, es conveniente referir al análisis de la evolución legislativa del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos -en relación directa con lo dispuesto en el artículo 114 constitucional-, el cual establecía al entrar en vigor (primero de enero de mil novecientos ochenta y tres), en lo conducente, lo siguiente: “ARTÍCULO 78. Las facultades del superior jerárquico y de la Secretaría para imponer las sanciones que esta Ley prevé se sujetarán a lo siguiente: I.- Prescribirán en tres meses si el beneficio obtenido o el daño causado por el infractor no excede de diez veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal, o si la responsabilidad no fuese estimable en dinero. El plazo de prescripción se contará a partir del día siguiente a aquél en que se hubiera incurrido en la responsabilidad o a partir del momento en que hubiese cesado, si fue de carácter contínuo; y II.- En los demás casos prescribirán en tres años.” De la disposición antes transcrita, se obtiene que el legislador previó dos supuestos de plazo de prescripción de la facultad sancionadora: el plazo de tres meses, cuando el beneficio o daño causado por el infractor no exceda de diez 22 D.A. 86/2009 veces el salario mínimo vigente en el Distrito Federal o cuando la responsabilidad no fuese estimable en dinero (fracción I); y tres años en los demás casos. Como se ve, los elementos a considerar para establecer los plazos de prescripción de la facultad sancionadora, fue el impacto económico que generarían las conductas, así la prescripción tendría un plazo corto de tres meses si el impacto económico no fuera mayor de diez veces el salario mínimo vigente, o bien, cuando la responsabilidad no fuese estimable en dinero; en cambio, cuando el monto económico excediera de esa cantidad, debía existir un mayor interés en que la conducta fuera sancionada, motivo por el cual el legislador previó un plazo de prescripción más amplio, de tres años. Consecuentemente el plazo de prescripción de la facultad sancionadora de las conductas no estimables en dinero, tenía una específica respuesta en la fracción I del mencionado artículo Responsabilidades de 78 los de la Ley Servidores Federal Públicos, de pues expresamente se indicó que prescribía en tres meses. Por lo que hace a la obligación constitucional de señalar qué actos u omisiones deberían considerarse graves, implícitamente el legislador dio cumplimiento a este mandato al regular la prescripción de la facultad sancionadora, considerándose el principio de que a mayor plazo de prescripción mayor es la gravedad de la conducta infractora. De esta manera, si en la fracción I del artículo 78 se señaló el 23 D.A. 86/2009 un plazo de tres meses, debe considerarse que el mismo se aplicaría a conductas no graves; en cambio, en el caso de los tres años de prescripción a que hizo referencia en la fracción II, en ella estarían inmersas las conductas graves; previendo el legislador un sistema en el que el criterio de gravedad de la responsabilidad no estimable en dinero estaba determinado a través del mínimo beneficio o daño económico de la conducta infractora, cumpliendo con su obligación constitucional de señalar un plazo de prescripción para los actos y omisiones graves al prever en la fracción II que “en los demás casos”, en donde se ubicaban las conductas que reflejaban un beneficio o daño económico mayor a diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, el plazo de prescripción es de tres años. Sin embargo, por Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de julio de mil novecientos noventa y dos, el artículo en comento fue materia de reforma. En la exposición de motivos de la iniciativa presidencial que dio lugar al mencionado decreto de reformas se dijo: “[…] Por lo que toca a la figura de la prescripción, se ha considerado conveniente proponer que el plazo de tres meses que actualmente prevé la Ley, sea de un año. Se propone además, excluir de la fracción I del artículo 78, el supuesto relativo a las faltas cuya responsabilidad no fuera 24 D.A. 86/2009 estimable en dinero, pues si bien tales infracciones pudieren no representar un beneficio económico para su autor, sí podrían llegar a ser constitutivas de un acto o una omisión que atente, de manera grave, contra los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad o eficiencia que deben observarse en el desempeño de un empleo, cargo o comisión en el servicio público. Se agrega, además, un último párrafo al numeral 78 por el cual quedaría regulada la manera de interrumpir la prescripción […]” De lo antes expuesto, se advierte que la reforma al artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, tuvo por objeto, entre otras cuestiones, determinar que para las infracciones que no fueran estimables en dinero, deberían quedar excluidas de la fracción I, en virtud de que podrían llegar a ser constitutivas de un acto o de una omisión que atentara contra los principios que debe guardar todo servidor público, de manera más grave que las infracciones de contenido económico. Reforma que dio lugar al siguiente texto: “ARTÍCULO 78.- Las facultades del superior jerárquico y de la secretaría para imponer las sanciones que esta ley prevé se sujetarán a lo siguiente: I.- Prescribirán en un año si el beneficio obtenido o el daño causado por el infractor no excede de diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, y II.- En los demás casos prescribirán en tres años. 25 D.A. 86/2009 El plazo de prescripción se contará a partir del día siguiente a aquél en que se hubiera incurrido en la responsabilidad o a partir del momento en que hubiese cesado, si fue de carácter continuo. En todos los casos la prescripción a que alude este precepto se interrumpirá al iniciarse el procedimiento administrativo previsto por el artículo 64.” Así, el plazo de la prescripción a que alude la disposición legal para las facultades de las autoridades administrativas para imponer las sanciones establecidas en el propio ordenamiento legal, prescribirían: a) En un año, cuando el beneficio obtenido o el daño causado por el infractor no exceda de diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal; b) En los demás casos, en tres años; Disponiéndose que el plazo de prescripción se contara a partir del día siguiente a aquél en que se hubiese incurrido en la responsabilidad, o bien, a partir del momento en que hubiesen cesado los efectos de la conducta considerada como continua; y que en todos los casos la prescripción se interrumpe al dar inicio el procedimiento administrativo previsto en el artículo 64 de la propia ley. Las consideraciones que preceden fueron sustentadas por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 9/2004-SS, entre las sustentadas por el Décimo Tercer 26 D.A. 86/2009 Tribunal Colegiado en Materia Administrativa en el Primer Circuito y el Noveno Tribunal Colegiado de la misma materia y circuito. En la referida contradicción de tesis no fue materia de análisis la constitucionalidad del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, sino que el aspecto medular se planteó en el sentido de determinar, con fundamento en el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, cuál debería ser el plazo de prescripción de la facultad sancionadora cuando la misma se ejerce respecto de una conducta infractora no estimable en dinero. Las consideraciones plasmadas en la ejecutoria de la contradicción de tesis 9/2004-SS, son del siguiente tenor: “SEXTO.- Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio que sustenta esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En atención a que se trata de dilucidar cuál debe ser el plazo de prescripción aplicable a la facultad sancionadora en relación con conductas no estimables en dinero, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, resulta conveniente hacer referencia al régimen previsto en la Constitución federal en torno al tema, pues será así como pueda establecerse un parámetro de análisis para dejar sentado cuál debe ser la interpretación de la norma legal conforme con el texto constitucional. 27 D.A. 86/2009 Con motivo de la reforma constitucional que se produjo al Título Cuarto relativo a la Responsabilidad de los Servidores Públicos, publicada en el Diario Oficial de la Federación de veintiocho de diciembre de mil novecientos ochenta y dos, el régimen de las responsabilidades administrativas de estos servidores quedó establecido, en lo que aquí interesa, en los artículos 109, fracción III, 113, primer párrafo y 114, último párrafo, de la siguiente manera: “Art. 109.- El Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados, dentro de los ámbitos de sus respectivas competencias, expedirán las leyes de responsabilidades de los servidores públicos y las demás normas conducentes a sancionar a quienes, teniendo este carácter, incurran en responsabilidad, de conformidad con las siguientes prevenciones: - - - I.- … II.- … III.- Se aplicarán sanciones administrativas a los servidores públicos por los actos u omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban observar en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones. “Art. 113.- Las leyes sobre responsabilidades administrativas de los servidores públicos, determinarán sus obligaciones a fin de salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad, y eficiencia en el desempeño de sus funciones, empleos, cargos y comisiones; las sanciones aplicables por los actos u omisiones en que incurran, así como los procedimientos y las autoridades para aplicarlas. Dichas sanciones, además de las que señalen las leyes, consistirán en suspensión, destitución e inhabilitación, así como en sanciones económicas, y deberán establecerse de acuerdo con los beneficios económicos obtenidos por el responsable y con los daños y perjuicios patrimoniales causados por sus actos u omisiones a que se refiere la fracción III del artículo 109, pero que 28 D.A. 86/2009 no podrán exceder de tres tantos de los beneficios obtenidos o de los daños y perjuicios causados.” “Art. 114.- … La ley señalará los casos de prescripción de la responsabilidad administrativa tomando en cuenta la naturaleza y consecuencia de los actos y omisiones a que hace referencia la fracción III del artículo 109. Cuando dichos actos u omisiones fuesen graves los plazos de prescripción no serán inferiores a tres años.” El Congreso de la Unión y las legislaturas de los Estados, de acuerdo con la normativa anterior, tienen facultad, y están obligados a ello, para expedir las leyes que regulen la responsabilidad de los servidores públicos que tengan por objeto, aplicar sanciones administrativas cuando realicen actos u omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban observar en el desempeño de sus empleos. El legislador, en consecuencia, tiene libertad de configuración normativa para regular en detalle los casos y las condiciones bajo las cuales los servidores públicos que resulten responsables sean administrativamente sancionados. No obstante lo anterior, el órgano revisor de la Constitución estableció un mandato concreto al legislador en materia de prescripción de la responsabilidad administrativa, de manera tal que en la última parte del artículo 114 dispuso que cuando aquél proceda a expedir el texto legal deberá regular la prescripción tomando en consideración la naturaleza y consecuencia de los actos y omisiones con los cuales el servidor público afectó la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia en el desempeño de su empleo. El legislador está vinculado, por disposición expresa constitucional, a analizar la naturaleza del actuar del servidor 29 D.A. 86/2009 público y las consecuencias que dicho actuar provoque, a efecto de establecer la regulación precisa de la prescripción de las facultades sancionadoras. En consecuencia, la prescripción está en relación directa con la conducta del servidor público de tal forma que su conducta infractora condiciona el plazo de prescripción a aplicar a la facultad sancionadora. Independientemente de lo anterior, que en sí mismo constituye una obligación de difícil concreción para el legislador, el órgano revisor del texto constitucional estableció otro mandato más al legislador en la materia que se analiza, consistente en que cuando los actos u omisiones del servidor público infractor sean “graves”, el plazo de la prescripción no deberá ser menor a tres años. Así, el legislador deberá hacer una categorización de las conductas del infractor para que cuando algunas de ellas se considere grave, se fije un plazo de prescripción no menor a tres años. En resumen, la vinculación constitucional del legislador, producto de la reforma a los artículos 109, fracción III y 114, último párrafo, constitucionales, se traduce en la obligación que tiene para expedir una ley en la que, entre otras cosas, se señalen los actos u omisiones que puedan dar lugar a la responsabilidad administrativa; se establezcan los plazos de prescripción de la facultad sancionadora; se indiquen cuáles actos u omisiones deben considerarse graves y, por último, se señale como plazo de prescripción para los actos y omisiones graves un tiempo no menor a tres años. Ahora bien, el Congreso de la Unión expidió, en desarrollo normativo del Título Cuarto de la Constitución Federal, la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, publicada el treinta y uno de diciembre de mil novecientos ochenta y dos, en la 30 D.A. 86/2009 cual se dio cumplimiento a las anteriores obligaciones constitucionales. En lo que se refiere al señalamiento de los actos u omisiones de las obligaciones que pueden dar lugar a la responsabilidad administrativa, los mismos quedaron previstos en el artículo 47, en donde el legislador enunció una serie de criterios con la intención de que el servidor público desempeñe su empleo con la mayor responsabilidad y ética posible, sin tener una especial preocupación por los aspectos económicos. Son mínimas las conductas enunciadas que tienen relevancia económica, por ejemplo, la obligación de excusarse de intervenir en asuntos en los que tenga interés personal, familiar o de negocios en los que pueda resultar un beneficio para él o sus familiares (fracción XIII); abstenerse de solicitar o recibir dinero por sí o por interpósita persona (fracción XV); desempeñar su empleo sin obtener beneficios adicionales (fracción XVI); y abstenerse de intervenir en movimientos de personal cuando tenga interés personal o pueda derivar un beneficio para él (fracción XVII). En consecuencia, del análisis de los actos u omisiones enunciados en el artículo 47 de la ley de la materia puede concluirse que la mayoría de las conductas reguladas no guardan una especial referencia a la obtención de beneficios o a la generación de daños económicos. Más bien, en las sanciones administrativas encontramos una referencia directa a dichos aspectos económicos, pues se imponen tomando en consideración, entre otros elementos, la gravedad de la responsabilidad en que se incurra y el monto del beneficio, daño o perjuicio económicos derivados del incumplimiento de obligaciones (artículo 54). 31 D.A. 86/2009 Luego, es dable concluir que la facultad sancionadora si bien está en estrecha relación con la gravedad de la conducta, como prescribe el texto constitucional, también guarda relación con los aspectos económicos derivados de dicha conducta. En lo que corresponde a la obligación constitucional de establecer los plazos de prescripción de la facultad sancionadora, aspecto toral en la presente contradicción de tesis, el legislador los concretó en el artículo 78 de la ley en comento, en cuyo texto se establece lo siguiente: “ARTÍCULO 78.- Las facultades del superior jerárquico y de la Secretaría para imponer las sanciones que esta Ley prevé se sujetarán a lo siguiente: - - - I.- Prescribirán en tres meses si el beneficio obtenido o el daño causado por el infractor no excede de diez veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal, o si la responsabilidad no fuese estimable en dinero. El plazo de prescripción se contará a partir del día siguiente a aquél en que se hubiera incurrido en la responsabilidad o a partir del momento en que hubiese cesado, si fue de carácter continuo; y - - - II.- En los demás casos prescribirán en tres años.” Del anterior contenido legal se desprende que el legislador previó dos supuestos de plazo de prescripción de la facultad sancionadora. El plazo de tres meses, cuando el beneficio o daño causado por el infractor no exceda de diez veces el salario mínimo vigente en el Distrito Federal o cuando la responsabilidad no fuese estimable en dinero, ambos aspectos regulados en la fracción I del artículo 78 reproducido. En cambio, el plazo es de tres años en los demás casos, de acuerdo a lo dispuesto en la fracción II del mencionado precepto. 32 D.A. 86/2009 Ahora bien, si con esta regulación el legislador ofreció una respuesta a la obligación constitucional de establecer los plazos de prescripción de la facultad sancionadora, debe concluirse que la preocupación que tuvo presente al hacerlo fue la de considerar el impacto económico que generaran las conductas, así la prescripción tendría un plazo corto de un año si el impacto económico no fuera mayor de diez veces el salario mínimo vigente. En cambio, cuando el monto económico excediera de esa cantidad, debía existir un mayor interés en que la conducta fuera sancionada, motivo por el cual el legislador previó un plazo de prescripción más amplio, de tres años. Debe llamarse la atención en el hecho de que la cuestión a dilucidar en la presente contradicción de tesis, el plazo de prescripción de la facultad sancionadora de las conductas no estimables en dinero, tenía una específica respuesta en la fracción I del artículo 78 de la ley en la materia vigente hasta el veintiuno de julio de mil novecientos noventa y dos, pues en ella expresamente se indicó que prescribía en un año. Esta circunstancia, a la luz de la intención que subyace en la regulación de este precepto legal, nos lleva a la conclusión de que el legislador consideró que este tipo de conductas no revestían una especial preocupación, ubicándolas junto con las que provocaran un beneficio o daño menor a diez veces el salario mínimo. Por lo que hace a la obligación constitucional de señalar los actos u omisiones que deben considerarse graves, es dable concluir que el legislador no previó una respuesta expresa y concreta. No encontramos en la redacción de la ley ningún precepto que indique en qué casos una conducta infractora debe considerarse grave. No obstante lo anterior, y en atención al mandato constitucional de establecer un criterio para decidir cuando 33 D.A. 86/2009 una conducta es grave, debe considerarse que implícitamente el legislador dio cumplimiento a este mandato al regular la prescripción de la facultad sancionadora, considerándose el principio de que a mayor plazo de prescripción mayor es la gravedad de la conducta infractora. De esta manera, si en la fracción I del artículo 78 se señala un plazo de tres meses, debe considerarse que el mismo se aplica a conductas no graves. En cambio, en el caso de los tres años de prescripción a que hace referencia la fracción II, en ella están inmersas las conductas graves. En resumidas cuentas, el legislador previó un sistema en el que el criterio de gravedad de la responsabilidad no estimable en dinero está determinado a través del mínimo beneficio o daño económico de la conducta infractora. Finalmente y como corolario de lo anterior, el legislador cumplió con su obligación constitucional de señalar un plazo de prescripción para los actos y omisiones graves al prever en la fracción II que “en los demás casos”, en donde quedan las conductas que reflejen un beneficio o daño económico mayor a diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, el plazo de prescripción es de tres años. La regulación legal originaria de las responsabilidades administrativas y el plazo de su prescripción sufrió una modificación sustancial en el tema de la presente contradicción de tesis al reformarse el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, según decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de veintiuno de julio de mil novecientos noventa y dos, regulación que era la vigente al momento de surgir la discrepancia de criterios, por lo que es la aplicable. 34 D.A. 86/2009 En la exposición de motivos a la iniciativa de reformas del Ejecutivo Federal a la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, de veintitrés de junio de mil novecientos noventa y dos, se explicó de manera sucinta los cambios que se introdujeron, párrafos que por su claridad a continuación transcribimos: “…Por lo que toca a la figura de la prescripción, se ha considerado conveniente proponer que el plazo de tres meses que actualmente prevé la Ley, sea de un año.- - - Se propone además, excluir de la fracción I del artículo 78, el supuesto relativo a las faltas cuya responsabilidad no fuera estimable en dinero, pues si bien tales infracciones pudieren no representar un beneficio económico para su autor, sí podrían llegar a ser constitutivas de un acto o una omisión que atente, de manera grave, contra los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad o eficiencia que deben observarse en el desempeño de un empleo, cargo o comisión en el servicio público.- - - Se agrega, además, un último párrafo al numeral 78 por el cual quedaría regulada la manera de interrumpir la prescripción.” La iniciativa de ley tuvo por objeto subir el plazo de prescripción de tres meses a un año respecto de las conductas reguladas en la fracción I y, al mismo tiempo, eliminar la referencia que esta misma fracción hacía a la responsabilidad no estimable en dinero. Queda clara la intención que se tuvo con esta reforma, al menos de lo expuesto en la exposición de motivos: erradicar de la fracción I la referencia a la responsabilidad no estimable en dinero porque podría llegar a ser constitutiva de un acto u omisión grave. En consecuencia, la derogación de esta frase de la fracción I, es una muestra firme de considerar que hay conductas que sin tener repercusiones económicas son igualmente graves que las que 35 D.A. 86/2009 exceden las diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal. Ahora bien, el hecho de haberse derogado de la fracción I del artículo 78 la referencia a la responsabilidad no estimable en dinero, no significa que la facultad sancionadora haya quedado sin plazo de prescripción para su ejercicio. En efecto, debido a la redacción de la fracción II, en especial a la frase “en los demás casos”, debe concluirse que las conductas que no estén contenidas en la fracción I, deben considerarse, por un criterio de exclusión, incluidas en la fracción II. Así, el plazo de prescripción de un año queda restringido para aquellas conductas que arrojen un beneficio o daño que no exceda de diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal. En cambio, en los casos restantes, esto es, cuando las conductas infractoras impliquen un beneficio o daño que supere las diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal o bien se genere una responsabilidad no estimable en dinero, el plazo de prescripción será de tres años. Esta conclusión corrobora el criterio que originalmente prevaleció en el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, y que hemos sostenido, de que la fracción I regulaba los casos de conductas no graves y la fracción II de los graves. Ahora bien, con esta reforma legal queda evidenciado que el legislador empezó a cambiar el sistema que prevalecía en la legislación anterior en el cual el criterio de gravedad de la responsabilidad no estimable en dinero estaba determinado por el poco beneficio o daño económico de la conducta infractora. Ahora se reconoce que la responsabilidad no estimable en dinero puede dar lugar a una conducta igualmente grave que la que haya producido un beneficio o daño superior a diez veces el salario 36 D.A. 86/2009 mínimo mensual vigente en el Distrito Federal. Así, también se advierte en el legislador una clara intención de ampliar los plazos de prescripción de la facultad sancionadora, ya que la fracción primera cambió de tres meses a un año y uno de los supuestos que caían dentro de los tres meses, la responsabilidad no estimable en dinero, pasó a tres años, quedando muy limitado el plazo de prescripción de un año. Por otra parte, no pasa inadvertido a esta Segunda Sala, que el legislador probablemente se percató de que conductas no estimables en dinero, pero graves, prescribían fácilmente en un corto plazo de tres meses, pues estaban incluidas en la fracción I. Por ello, ante la situación de que conductas que generen beneficios o daños económicos de poco monto, junto con las que no eran estimables en dinero pero eran graves, prescribían fácilmente por el transcurso del tiempo, el legislador prefirió ampliar el plazo de prescripción de las primeras de tres meses a un año y el de las segundas de tres meses a tres años; en este último caso teniendo presente la eventualidad de que pudieran surgir de conductas graves, incluso ante la circunstancia de que seguía siendo igualmente posible que algunas conductas no estimables en dinero constituyeran conductas no graves. Lo anterior es así, porque de la redacción de las fracciones I y II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos no se advierte que se deje un margen de discrecionalidad a los aplicadores de este texto legal para decidir qué plazo de prescripción debía acompañarse a una conducta, según constataran que era o no grave. Por ello, la regulación de los plazos de prescripción en materia de responsabilidad administrativa debe considerarse estricta, en 37 D.A. 86/2009 cuanto que si la conducta infractora genera un impacto económico no menor a diez veces el salario mínimo mensual vigente la posibilidad de sancionarla prescribe en un año. En cambio, si la conducta produce un daño o beneficio mayor de esas diez veces el salario mínimo mensual o no es cuantificable en dinero, la facultad para sancionarla prescribe en tres años. Esta conclusión encuentra un apoyo adicional, aunque no resulta aplicable al caso por ser otra la norma vigente al momento de darse los supuestos de los que trae origen la presente contradicción de tesis, con la expedición de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos en el Diario Oficial de la Federación de trece de marzo de dos mil dos, que vino a derogar en lo que al ámbito federal corresponde el Título en el que se encuentra el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. Así, el precepto que ahora regula el contenido del anterior artículo 78, es el actual 34, cuya contenido transcribimos: “ARTÍCULO 34.- Las facultades de la Secretaría, del contralor interno o del titular del área de responsabilidades, para imponer las sanciones que la Ley prevé prescribirán en tres años, contados a partir del día siguiente al en que se hubieren cometido las infracciones, o a partir del momento en que hubieren cesado, si fueren de carácter continuo.- - - En tratándose de infracciones graves el plazo de prescripción será de cinco años, que se contará en los términos del párrafo anterior.- - - La prescripción se interrumpirá al iniciarse los procedimientos previstos por la Ley. Si se dejare de actuar en ellos, la prescripción empezará a correr nuevamente desde el día siguiente al en que se hubiere practicado el último acto procedimental o realizado la última promoción.- - - El 38 D.A. 86/2009 derecho de los particulares a solicitar la indemnización de daños o perjuicios prescribirá en dos años, contados a partir de la notificación de la resolución administrativa que haya declarado cometida la falta administrativa.” Del anterior precepto legal se advierte que los plazos de prescripción fueron ampliados, toda vez que tratándose de las infracciones que sean graves es de cinco años mientras que respecto de las demás infracciones, las no graves, es de tres años, por lo que el legislador marca una clara intención de no dejar conductas infractoras sin que sean administrativamente sancionadas. Sobresale el hecho de que la nueva legislación califica expresamente a las infracciones como graves, y si acudimos al artículo 13 de esta Ley advertimos que la misma considera como tales, en todo caso, el incumplimiento a las obligaciones previstas en las fracciones VIII, X a XIV, XVI, XIX, XXII y XXIII del artículo 8 de la misma ley, algunas de las cuales no llevan implícito un beneficio o daño económico, como puede advertirse de la siguiente transcripción: “ARTÍCULO 8.- Todo servidor público tendrá las siguientes obligaciones: … VIII.- Abstenerse de ejercer las funciones de un empleo, cargo o comisión, por haber concluido el período para el cual se le designó, por haber sido cesado o por cualquier otra causa legal que se lo impida; … X.- Abstenerse de autorizar la selección, contratación, nombramiento o designación de quien se encuentre inhabilitado por resolución de autoridad competente para ocupar un empleo, cargo o comisión en el servicio público; - - - XI.- Excusarse de intervenir, por motivo de su encargo, en cualquier forma en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tenga 39 D.A. 86/2009 interés personal, familiar o de negocios, incluyendo aquéllos de los que pueda resultar algún beneficio para él, su cónyuge o parientes consanguíneos o por afinidad hasta el cuarto grado, o parientes civiles, o para terceros con los que tenga relaciones profesionales, laborales o de negocios, o para socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes referidas formen o hayan formado parte.- - - El servidor público deberá informar por escrito al jefe inmediato sobre la atención, trámite o resolución de los asuntos a que hace referencia el párrafo anterior y que sean de su conocimiento, y observar sus instrucciones por escrito sobre su atención, tramitación y resolución, cuando el servidor público no pueda abstenerse de intervenir en ellos; - - - XII.- Abstenerse, durante el ejercicio de sus funciones, de solicitar, aceptar o recibir, por sí o por interpósita persona, dinero, bienes muebles o inmuebles mediante enajenación en precio notoriamente inferior al que tenga en el mercado ordinario, donaciones, servicios, empleos, cargos o comisiones para sí, o para las personas a que se refiere la fracción XI de este artículo, que procedan de cualquier persona física o moral cuyas actividades profesionales, comerciales o industriales se encuentren directamente vinculadas, reguladas o supervisadas por el servidor público de que se trate en el desempeño de su empleo, cargo o comisión y que implique intereses en conflicto. Esta prevención es aplicable hasta un año después de que se haya retirado del empleo, cargo o comisión.- - - Habrá intereses en conflicto cuando los intereses personales, familiares o de negocios del servidor público puedan afectar el desempeño imparcial de su empleo, cargo o comisión.- - - Una vez concluido el empleo, cargo o comisión, el servidor público deberá observar, para evitar incurrir en intereses en conflicto, lo dispuesto en el artículo 9 de la Ley; - - XIII.- Desempeñar su empleo, cargo o comisión sin obtener o 40 D.A. 86/2009 pretender obtener beneficios adicionales a las contraprestaciones comprobables que el Estado le otorga por el desempeño de su función, sean para él o para las personas a las que se refiere la fracción XI; XIV.- Abstenerse de intervenir o participar indebidamente en la selección, nombramiento, designación, contratación, promoción, suspensión, remoción, cese, rescisión del contrato o sanción de cualquier servidor público, cuando tenga interés personal, familiar o de negocios en el caso, o pueda derivar alguna ventaja o beneficio para él o para las personas a las que se refiere la fracción XI; - - XVI.- Atender con diligencia las instrucciones, requerimientos o resoluciones que reciba de la Secretaría, del contralor interno o de los titulares de las áreas de auditoría, de quejas y de responsabilidades, conforme a la competencia de éstos; - - - XIX.Proporcionar en forma oportuna y veraz, toda la información y datos solicitados por la institución a la que legalmente le competa la vigilancia y defensa de los derechos humanos; - - - XXII.Abstenerse de aprovechar la posición que su empleo, cargo o comisión le confiere para inducir a que otro servidor público efectúe, retrase u omita realizar algún acto de su competencia, que le reporte cualquier beneficio, provecho o ventaja para sí o para alguna de las personas a que se refiere la fracción XI; - - - XXIII.Abstenerse de adquirir para sí o para las personas a que se refiere la fracción XI, bienes inmuebles que pudieren incrementar su valor o, en general, que mejoren sus condiciones, como resultado de la realización de obras o inversiones públicas o privadas, que haya autorizado o tenido conocimiento con motivo de su empleo, cargo o comisión. Esta restricción será aplicable hasta un año después de que el servidor público se haya retirado del empleo, cargo o comisión.” 41 D.A. 86/2009 También debe señalarse que con esta nueva regulación de las infracciones graves se aprecia un deslinde de los aspectos de gravedad de una conducta con el impacto económico que puedan en determinado momento acarrear, lo que ya se venía sosteniendo en la reforma a la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos de julio de mil novecientos noventa y dos. De todo lo anterior se concluye que el plazo de prescripción para el ejercicio de la facultad sancionadora frente a una responsabilidad no estimable en dinero, es el previsto en la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos.” De la transcripción anterior, se advierte que las consideraciones que llevaron a la Superioridad a determinar que la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos se debería interpretar, en el sentido de que prescribirían en tres años, las facultades de la autoridad sancionadora, tratándose de conductas no estimables en dinero, obedecieron a: 9 El legislador debería por mandato constitucional establecer una categorización de las conductas del infractor para que cuando alguna de ellas se considerara grave, se fijara un plazo de prescripción igual o mayor a tres años. La exigencia constitucional impuesta al legislador, producto de la reforma a los artículos 109, fracción III y 114, último párrafo, se traducía en la obligación para expedir una ley en la que, entre otras cosas, se señalaran los actos u omisiones 42 que pudieran administrativa; dar se lugar D.A. 86/2009 a establecieran la responsabilidad los plazos de prescripción de la facultad sancionadora; se indicaran cuáles actos u omisiones deberían considerarse graves. 9 El legislador se percató, para reformar el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, que las conductas no estimables en dinero, pero graves, prescribían fácilmente en un corto plazo de tres meses, pues estaban incluidas en la fracción I. Por ello, ante la situación de que conductas que generaban beneficios o daños económicos de poco monto, junto con las que no eran estimables en dinero pero eran graves, prescribían fácilmente por el transcurso del tiempo, el legislador prefirió ampliar el plazo de prescripción de las primeras de tres meses a un año y el de las segundas de tres meses a tres años; en este último caso teniendo presente la eventualidad de que pudieran surgir conductas graves. 9 Que al reformarse el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, según Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de veintiuno de julio de mil novecientos noventa y dos y, haberse derogado su fracción I, la referencia a la responsabilidad no estimable en dinero, no significaba que la facultad sancionadora hubiese 43 D.A. 86/2009 quedado sin plazo de prescripción para su ejercicio, ya que debido a la redacción de la fracción II, en especial a la frase "en los demás casos", debería concluirse que las conductas que no estuvieran contenidas en la fracción I, deberían considerarse, por un criterio de exclusión, incluidas en la fracción II. 9 Así, el plazo de prescripción de un año quedó restringido para aquellas conductas que arrojaran un beneficio o daño que no excediera de diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, pero en los casos restantes, esto es, cuando las conductas infractoras implicaran un beneficio o daño que superara las diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal o bien se generara una responsabilidad no estimable en dinero, el plazo de prescripción sería de tres años. 9 Precisó la Superioridad que de la redacción de las fracciones I y II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, no se advertía que se dejara un margen de discrecionalidad a los aplicadores del texto legal para decidir qué plazo de prescripción debía acompañarse a una conducta, según constataran que era o no grave. Por ello, la regulación de los plazos de prescripción en materia de responsabilidad administrativa debería considerarse estricta, en cuanto que si la conducta infractora generaba un impacto económico no menor a diez veces el salario mínimo mensual vigente, la posibilidad de 44 D.A. 86/2009 sancionarla prescribía en un año. En cambio, si la conducta producía un daño o beneficio mayor de esas diez veces el salario mínimo mensual o no era cuantificable en dinero, aun cuando ésta no fuera grave, la facultad para sancionarla prescribía en tres años. Consideraciones que dieron lugar a la jurisprudencia número 2ª. /J. 186/2004, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Segunda Sala, Tomo XX, Diciembre de 2004, página 554, que es del tenor siguiente: “RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. EL PLAZO DE PRESCRIPCIÓN DE LA FACULTAD SANCIONADORA CON RELACIÓN A LAS CONDUCTAS NO ESTIMABLES EN DINERO, ES EL INDICADO EN LA FRACCIÓN II DEL ARTÍCULO 78 DE LA LEY FEDERAL RELATIVA (REFORMAS PUBLICADAS EL 21 DE JULIO DE 1992 EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN).- El artículo 78, fracción I, de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1982, establecía que “las facultades del superior jerárquico y de la Secretaría para imponer las sanciones que esta ley prevé se sujetarán a lo siguiente: I.- Prescribirán en tres meses si el beneficio obtenido o el daño causado por el infractor no excede de diez veces el salario mínimo vigente en el Distrito Federal, o si la responsabilidad no fuese estimable en dinero…”. Ahora bien, al reformarse la mencionada ley mediante Decreto publicado en el citado órgano de difusión oficial el 21 de julio de 1992, el legislador derogó la referencia expresa que se hacía a la responsabilidad no estimable en dinero, y en la exposición de motivos de la iniciativa correspondiente precisó que ello obedecía a que hay conductas que sin tener repercusiones económicas pueden ser constitutivas de actos u omisiones graves. En consecuencia, la anterior derogación no significa que en los casos señalados la facultad sancionadora haya quedado sin plazo de prescripción para su ejercicio, sino que en la frase “en los demás casos” contenida en la fracción II del 45 D.A. 86/2009 precepto legal referido quedan incluidas aquellas conductas no previstas en la fracción I, como sucede con las no estimables en dinero, resultando que la facultad para sancionarlas prescribe en tres años de conformidad con aquella fracción, sobre todo que la redacción de las fracciones I y II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, no deja margen de discrecionalidad a las autoridades sancionadoras para decidir el plazo de prescripción correspondiente, pues su regulación debe considerarse estricta, por lo que si la conducta infractora genera un impacto económico menor a diez veces el salario mínimo mensual vigente, la posibilidad de sancionarla prescribe en un año, de acuerdo con la primera de las fracciones señaladas; en cambio, conforme a la segunda, si la conducta produce un daño o beneficio mayor a esas diez veces de salario o no es cuantificable en dinero la facultad para sancionarla prescribe en tres años.” Recapitulando las consideraciones que dan sustento a la ejecutoria pronunciada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se arriba a la conclusión que derivado de la interpretación histórica progresiva y literal del artículo 78 de de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, la Superioridad dilucidó cuál debería ser el plazo de prescripción de la facultad sancionadora cuando la misma se ejerce respecto de una conducta infractora no estimable en dinero; sin que fuera motivo de análisis, por no ser materia de la contradicción de tesis, el aspecto relativo a si esa disposición resultaba o no contraventora de la garantía de seguridad jurídica atendiendo a los límites que fija para la prescripción y si se ajusta a las previsiones del artículo 114 de la Constitución. Lo anterior se corrobora si se atiende a que la Superioridad puntualizó que la actual redacción de las fracciones I y II del artículo 78 de la Ley Federal de 46 D.A. 86/2009 Responsabilidades de los Servidores Públicos, no dejaba un margen de discrecionalidad a los aplicadores del texto legal para decidir qué plazo de prescripción debía acompañarse a una conducta, según constataran que era o no grave; concluyendo que la regulación de los plazos de prescripción en materia de responsabilidad administrativa debería considerarse estricta, en cuanto que si la conducta infractora generaba un impacto económico no menor a diez veces el salario mínimo mensual vigente, la posibilidad de sancionarla prescribía en un año; y si la conducta producía un daño o beneficio mayor de esas diez veces el salario mínimo mensual o no era cuantificable en dinero, aun cuando ésta no fuera grave, la facultad para sancionarla prescribía en tres años. Sin embargo, la ejecutoria a que dio origen al criterio jurisprudencial que se comenta, resulta orientador para analizar el planteamiento que nos ocupa. En efecto, importa destacar que en la ejecutoria citada y transcrita con anterioridad, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con la finalidad de resolver la contradicción de tesis referida, cuyo tema consistió en dilucidar cuál debería ser el plazo de prescripción aplicable a la facultad sancionadora en relación con conductas no estimables en dinero, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, estableció: 47 D.A. 86/2009 “El legislador está vinculado, por disposición expresa constitucional, a analizar la naturaleza del actuar del servidor público y las consecuencias que dicho actuar provoque, a efecto de establecer la regulación precisa de la prescripción de las facultades sancionadoras. En consecuencia, la prescripción está en relación directa con la conducta del servidor público de tal forma que su conducta infractora condiciona el plazo de prescripción a aplicar a la facultad sancionadora.” Al analizar el texto del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, vigente hasta el veintiuno de julio de mil novecientos noventa y dos, determinó: “No obstante lo anterior, y en atención al mandato constitucional de establecer un criterio para decidir cuando una conducta es grave, debe considerarse que implícitamente el legislador dio cumplimiento a este mandato al regular la prescripción de la facultad sancionadora, considerándose el principio de que a mayor plazo de prescripción mayor es la gravedad de la conducta infractora. De esta manera, si en la fracción I del artículo 78 se señala un plazo de un año, debe considerarse que el mismo se aplica a conductas no graves. En cambio, en el caso de los tres años de prescripción a que hace referencia la fracción II, en ella están inmersas las conductas graves. En resumidas cuentas, el legislador previó un sistema en el que el criterio de gravedad de la responsabilidad no estimable en dinero está determinado a través del mínimo beneficio o daño económico de la conducta infractora. Finalmente y como corolario de lo anterior, el legislador cumplió con su obligación constitucional de señalar un plazo de prescripción para los actos y omisiones graves al prever en la fracción II que “en los demás casos”, en donde quedan las conductas que reflejen un beneficio o daño económico mayor a diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, el plazo de prescripción es de tres años.” Cabe precisar que de la transcripción anterior, se obtiene que la Superioridad determinó que acorde al 48 D.A. 86/2009 contenido del artículo 78 de la ley en cita, vigente hasta el veintiuno de julio de mil novecientos noventa y dos, el legislador dio cumplimiento al mandato constitucional al establecer un criterio para decidir cuando una conducta es grave, haciendo alusión a lo dispuesto en la fracción I del artículo 78, con la referencia de que en ésta se señalaba un plazo de un “año”, cuando de su texto se advierte que corresponde a “tres meses”. Y finalmente, con relación al artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, materia de interpretación de la contradicción, precisó: “Por otra parte, no pasa inadvertido a esta Segunda Sala, que el legislador probablemente se percató de que conductas no estimables en dinero, pero graves, prescribían fácilmente en un corto plazo de tres meses, pues estaban incluidas en la fracción I. Por ello, ante la situación de que conductas que generen beneficios o daños económicos de poco monto, junto con las que no eran estimables en dinero pero eran graves, prescribían fácilmente por el transcurso del tiempo, el legislador prefirió ampliar el plazo de prescripción de las primeras de tres meses a un año y el de las segundas de tres meses a tres años; en este último caso teniendo presente la eventualidad de que pudieran surgir de conductas graves, incluso ante la circunstancia de que seguía siendo igualmente posible que algunas conductas no estimables en dinero constituyeran conductas no graves. Lo anterior es así, porque de la redacción de las fracciones I y II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos no se advierte que se deje un margen de discrecionalidad a los aplicadores de este texto legal para decidir qué plazo de prescripción debía acompañarse a una conducta, según constataran que era o no grave. Por ello, la regulación de los plazos de prescripción en materia de responsabilidad administrativa debe considerarse estricta, en cuanto que si la conducta infractora genera un impacto económico no menor a diez veces el salario mínimo mensual 49 D.A. 86/2009 vigente la posibilidad de sancionarla prescribe en un año. En cambio, si la conducta produce un daño o beneficio mayor de esas diez veces el salario mínimo mensual o no es cuantificable en dinero, la facultad para sancionarla prescribe en tres años.” Así, retomando el planteamiento esgrimido por el quejoso, consistente en que el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos no se ajusta a los previsiones del artículo 114 constitucional, al precisar que tratándose de conductas respecto de las que no existe daño o lucro alguno ocasionado y que no se considere como grave, se aplicará el término genérico de tres años, resulta violatorio de garantías, en virtud de que el Legislador está obligado a fijar plazos para la prescripción acordes con la conducta y el resultado ocasionado, y en atención al principio de que a mayor plazo de prescripción mayor la gravedad de la conducta, es fundado el concepto de violación que se analiza. En efecto, en el artículo 114 de la Ley Fundamental, se dispuso como restricción para el legislador ordinario, el que al señalarse los casos de la prescripción de la responsabilidad administrativa se tomarán en cuenta la naturaleza y consecuencias de los actos y omisiones a que hace referencia el artículo 109, fracción III, constitucional, y se fijó como plazo a observar ineludiblemente, como mínimo, el de tres años cuando se tratara de actos u omisiones que fuesen graves. Según lo estableció la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el legislador está vinculado por 50 D.A. 86/2009 disposición expresa constitucional a analizar la naturaleza de la conducta irregular del servidor público y las consecuencias que dicho actuar provoque, a efecto de establecer la regulación precisa de la prescripción de las facultades sancionadoras, concluyendo la Superioridad que la prescripción está en relación directa con la conducta del servidor público, de tal forma que su conducta infractora condiciona el plazo de prescripción para aplicar la facultad sancionadora. También destacó la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al analizar los antecedentes legislativos del precepto que se reclama en el presente asunto, que en atención al mandato constitucional de establecer un criterio para decidir cuándo una conducta es grave, debe considerarse el principio de que a mayor plazo de prescripción, mayor es la gravedad de la conducta infractora. Ahora, de la exposición de motivos se advierte que la reforma al artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, acaecida en el año de mil novecientos noventa y dos, tuvo por objeto, entre otras cuestiones, que las infracciones que no fueran estimables en dinero, deberían quedar excluidas de la fracción I, en virtud de que podrían llegar a ser constitutivas de un acto o de una omisión que atentara contra los principios que debe guardar todo servidor público, de manera más grave que las infracciones de contenido económico. 51 D.A. 86/2009 En esa línea, es fácil comprender que la aludida reforma tuvo por objeto, precisamente, determinar que para las infracciones que no causaren daño o beneficio patrimonial, no les resultaba aplicable el plazo de un año, partiendo de la premisa de que ese tipo de conductas podrían llegar a ser constitutivas de un acto o de una omisión grave; sin que pueda excluirse de esa hipótesis las conductas y omisiones no cuantificables en dinero pero no graves. Lo expuesto, pues debe tenerse presente que la fracción I del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos es limitativa, por lo que el plazo de prescripción de un año que prevé únicamente opera cuando el beneficio o daño causado no exceda en su monto de diez veces el salario mínimo mensual en el Distrito Federal, puesto que en la frase “en los demás casos” contenida en la fracción II de ese precepto, se incluye a todos aquéllos que no se adecuen a la hipótesis de la fracción I; es decir, que dicha fracción II es enunciativa, lo que conduce a señalar que son sujetas de dicho plazo todas las conductas que no se ubiquen en la hipótesis limitativa de la fracción I - conductas u omisiones no graves, así como los graves -. Regulación que no resulta acorde a lo dispuesto en el artículo 114 Constitucional, al disponerse que para los actos u omisiones graves que afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban observar lo servidores públicos, en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones, el plazo para que prescriban las 52 D.A. 86/2009 facultades sancionadoras de la autoridad, será igual o mayor a tres años y, en los otros casos, es decir, para las conductas y omisiones no graves, la ley determinará el plazo de prescripción tomando en cuenta la naturaleza y consecuencias de los mismos (de los actos u omisiones); previsión constitucional que acorde al contenido del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, no se reflejó en su texto. En efecto, debe entenderse que el legislador ordinario al establecer en la fracción I la prescripción en el plazo de un año, sólo tomó en cuenta el daño patrimonial inferior, sin vincularlo con la gravedad o levedad de la conducta, razón por la cual, al disponerse en la frase “en los demás casos” contenida en la fracción II de ese precepto, se incluye a todos aquéllos que no se adecuen a la hipótesis de la fracción I, es decir, que dicha fracción II es enunciativa, lo que conduce a señalar que son sujetas de dicho plazo todas las conductas que no se ubiquen en la hipótesis limitativa de la fracción I. Así, al incluirse en la fracción II del artículo 78, del ordenamiento en cita, todas las conductas u omisiones no graves, así como las graves, no se toma en cuenta la naturaleza de la actuación del servidor público y consecuencias que ese actuar provoque, ni se considera el principio de que a mayor plazo de prescripción mayor es la gravedad de la conducta, toda vez que el legislador no lo consideró así sino únicamente atendió, en función de lo dispuesto en la fracción I, a que la falta no correspondiera a 53 D.A. 86/2009 un monto menor de diez veces el salario mínimo general vigente (daño patrimonial). En esta medida, si el artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, que ahora se impugna de inconstitucional, contempla como parámetro para determinar la prescripción de los procedimientos, la cuantificación del daño causado o del beneficio obtenido, sin tomar en cuenta para el término de la prescripción, la naturaleza y consecuencia de los actos u omisiones realizados por el servidor público, esto es, la gravedad de la conducta realizada por el infractor por el incumplimiento de las disposiciones que en ejercicio de sus funciones debió observar el servidor público; debe concluirse que ésta última disposición resulta contraventora de lo dispuesto por el artículo 114 de la Constitución Federal. Como se vio, el artículo 114 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, alude a la naturaleza y consecuencia de los actos u omisiones a que hace referencia la fracción III del artículo 109 constitucional, como parámetros para determinar la prescripción de las facultades para sancionar las conductas posiblemente constitutivas de responsabilidad; debiendo existir correspondencia entre la gravedad de la conducta en que incurra el servidor público (atendiendo a su naturaleza y consecuencia) y el procedimiento para imponer las sanciones respectivas. De ahí que en la fracción II del artículo 78 del ordenamiento en cita, en cuanto señala “en los demás casos” no toma en cuenta la naturaleza y consecuencia de los actos u omisiones como parámetro para la determinación del plazo de 54 D.A. 86/2009 la prescripción, toda vez que evidentemente abarca conductas graves y no graves. Consecuentemente, la violación constitucional se patentiza en virtud de que no se atendió al principio de que a mayor plazo de prescripción mayor es la gravedad de la conducta, puesto que tratándose de un servidor público cuya conducta no fue estimable en dinero, es decir, no obtuvo beneficio o lucro alguno, ni causó un daño grave, se le aplican las mismas reglas que a aquéllos cuya conducta se consideró grave, derivado de que el ordenamiento reclamado no aluda a la gravedad como parámetro para la determinación del plazo de la prescripción. Aunado a lo anterior, como se refirió con anterioridad, en el caso sujeto a estudio, el vicio de inconstitucionalidad de la norma cuestionada, se concretó en perjuicio del hoy quejoso toda vez que en la resolución impugnada en el juicio de nulidad, se le impuso la sanción administrativa consistente en suspensión por el término de quince días del empleo, cargo o comisión en el servicio público, con motivo de la conducta irregular en que en incurrió y respecto de la cual no se determinó que haya obtenido un beneficio o lucro indebido, ni que la autoridad hubiese calificado de grave; por tanto, esa conducta, acorde a la jurisprudencia número 186/2004 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se ubica en el plazo de prescripción de tres años previsto en la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. 55 D.A. 86/2009 En ese orden de ideas, es substancialmente fundado el concepto de violación que ahora se propone. No pasa inadvertido para este órgano colegiado el contenido de algunas ejecutorias pronunciadas por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que fue materia de litis la constitucionalidad del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos; sin embargo, de su análisis se advierte que no fue objeto de examen el vicio de inconstitucionalidad que en el presente asunto se planteó. Y concretamente, en el amparo en revisión 860/2005, el cual fue resuelto en sesión de veinticuatro de junio de dos mil cinco por unanimidad de votos, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que tal precepto no violaba en perjuicio de la parte quejosa recurrente, la garantía de seguridad jurídica entendida en función de que el gobernado conociera con claridad los conceptos establecidos en la ley a efecto de no dejar al arbitrio de la autoridad su aplicación, pues de su sola lectura se desprendía cuáles eran los plazos, parámetros y casos en que prescribiría las facultades sancionadoras de la autoridad, precisando, que no era procedente analizar, por no haber sido motivo de agravio si eran o no excesivos los plazos señalados en la ley, o si deberían existir más hipótesis y estar más fraccionados los plazos de la prescripción. En las referidas condiciones, al resultar fundado el concepto de violación en análisis, se debe conceder el 56 D.A. 86/2009 amparo y protección de la Justicia Federal, para el efecto de que se deje insubsistente la sentencia reclamada y en su lugar, se emita otra acorde a lo aquí resuelto. A fin de establecer los lineamientos que la Sala debe atender con motivo del amparo concedido al quejoso se toma en cuenta que el pronunciamiento que debe prevalecer en el amparo directo cuando se plantea la inconstitucionalidad de una norma legal, en términos generales, será que se deje insubsistente la sentencia que se funda en ella y se emita otra, en la cual no se aplique el precepto declarado inconstitucional. Sin embargo, debe tenerse presente que ante el planteamiento de la configuración de la prescripción de las facultades sancionadoras de la autoridad, la Sala responsable no podría dejar de ocuparse de tal excepción, pues se materializaría un perjuicio para el promovente, incompatible con el propósito y naturaleza del juicio de garantías, pues la determinación de la prescripción como un derecho sustantivo, en este caso, del servidor público, quedaría indefinido, lo que le generaría un estado de inseguridad jurídica pues le impediría saber si operó o no en su beneficio la prescripción. En ese sentido, ante la declaratoria de inconstitucionalidad del artículo 78, fracción II, de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, el efecto restitutorio será para que la Sala responsable emita una nueva resolución en la que en el estudio de prescripción de las facultades sancionadoras de la autoridad, no aplique 57 D.A. 86/2009 en perjuicio del quejoso lo dispuesto en la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos; esto es, que en el análisis de la excepción de prescripción de las facultades de la autoridad para sancionarlo que fue planteada por el hoy quejoso en el juicio de nulidad, no aplique en su perjuicio el plazo de tres años a que alude la citada fracción. Y en cambio, su análisis debe hacerlo conforme al plazo previsto en la fracción I del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, que corresponde a un plazo menor al establecido en la norma declarada inconstitucional. Lo anterior, aún cuando la conducta ilícita atribuida al actor no haya causado un perjuicio económico menor a diez veces el salario mínimo mensual vigente en el Distrito Federal, pues la Sala a fin de resolver la pretensión del actor deberá analizar, si en el caso, las facultades de la autoridad para sancionarlo ya prescribieron conforme al plazo previsto en la fracción I del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. En tales condiciones, se estima que lo procedente es conceder el amparo y protección de la Justicia de la Unión a la parte quejosa, para el efecto de que la Sala responsable deje insubsistente la sentencia reclamada y emita una nueva en la que analice la figura de la prescripción, aplicando la hipótesis prevista en la fracción I del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. 58 D.A. 86/2009 Sin que resulte necesario el estudio de los restantes conceptos de violación, pues en nada variarían el sentido del fallo que se pronuncia, de acuerdo con la jurisprudencia publicada en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, 1917-2000, tomo VI, página ochenta y cinco, que dice: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN, ESTUDIO INNECESARIO DE LOS. Si al examinar los conceptos de violación invocados en la demanda de amparo resulta fundado uno de éstos y el mismo es suficiente para otorgar al peticionario de garantías la protección y el amparo de la Justicia Federal, resulta innecesario el estudio de los demás motivos de queja.”. Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos 76 al 80, 184 y demás relativos de la Ley de Amparo, se resuelve: ÚNICO.- La Justicia de la Unión AMPARA Y PROTEGE a **********************************, contra la resolución de fecha diecinueve de agosto de dos mil ocho, emitida por la Décima Sala Regional Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, en el expediente número J.N. 5834/06-17-10-4. Notifíquese personalmente, y con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos a la Sala de su origen, y en su oportunidad, archívese el expediente. Así, lo resolvió el Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, por mayoría de votos de los Magistrados: Norma Lucía Piña Hernández (Presidenta y Ponente) y Salvador Mondragón Reyes, con 59 D.A. 86/2009 voto en contra de la Magistrada Rosa Elena González Tirado. Firma la Magistrada Presidenta y Ponente, con la Secretaria de Acuerdos que autoriza y da fe. MCME/jagc MAGISTRADA PRESIDENTA Y PONENTE: LIC. NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ. SECRETARIA DE ACUERDOS: LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ GATICA. SE HACE CONSTAR QUE ESTA HOJA PERTENECE AL D.A.- 86/2009, PROMOVIDO POR: **********************************, RESUELTO EN SESIÓN DE DIECISIETE DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL NUEVE.- CONSTE. 60 D.A. 86/2009 61 D.A. 86/2009 EN VEINTIUNO DE AGOSTO DE DOS MIL NUEVE, SE LISTÓ EL PRESENTE ASUNTO D.A. 86/2009, PARA SER VISTO EN SESIÓN QUE SE CELEBRARÁ EL VEINTISIETE DE AGOSTO DE DOS MIL NUEVE, O SIGUIENTES. --CONSTE. EN VEINTISIETE DE AGOSTO DE DOS MIL NUEVE, SE RETIRÓ EL PRESENTE ASUNTO D.A.- 86/2009.CONSTE. SECRETARIA DE ACUERDOS LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ GATICA EN OCHO DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL NUEVE, SE LISTÓ NUEVAMENTE EL PRESENTE ASUNTO D.A.86/2009, PARA SER VISTO EN SESIÓN QUE SE CELEBRARÁ EL DIECISIETE DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL NUEVE, O SIGUIENTES.- CONSTE EN SESIÓN DE DIECISIETE DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL NUEVE, SE RESOLVIÓ EL PRESENTE ASUNTO D.A. 86/2009, EN EL SENTIDO DE: ÚNICO. AMPARA Y PROTEGE.- CONSTE SECRETARIA DE ACUERDOS LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ GATICA 62 D.A. 86/2009 63 LA LICENCIADA MARÍA CRISTINA D.A. 86/2009 MARTÍN ESCOBAR, SECRETARIA DEL DECIMOCUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. CERTIFICA QUE LA PRESENTE COPIA FOTOSTÁTICA CONSTANTE DE VEINTITRÉS PÁGINAS ÚTILES, INCLUYENDO LA PRESENTE, SON COMPULSADAS CON SUS ORIGINALES QUE SE TUVIERON A LA VISTA Y QUE OBRAN EN EL EXPEDIENTE 5834/06-17-10-4, DEL ÍNDICE DE LA DÉCIMA SALA REGIONAL METROPOLITANA DEL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA, Y QUE CONSISTEN EN LA SENTENCIA RECLAMADA, LO ANTERIOR EN CUMPLIMIENTO AL CONSIDERANDO CUARTO DE LA RESOLUCIÓN DE DIECISIETE DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL NUEVE, DICTADA EN EL AMPARO DIRECTO D.A.- 86/2009, PARA LOS EFECTOS LEGALES A QUE HAYA LUGAR. MÉXICO DISTRITO FEDERAL A, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009. DOY FE. LA SECRETARIA DEL DECIMOCUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. LIC. MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR. 64 D.A. 86/2009 MAGISTRADA NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ. MAGISTRADO: SALVADOR MONDRAGÓN REYES. MAGISTRADA ROSA ELENA GONZÁLEZ TIRADO. D.A. 86/2009. QUEJOSO: ******************************* MAGISTRADA PONENTE: LIC. NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ. SECRETARIA PROYECTISTA: LIC. MARÍA CRISTINA MARTÍN ESCOBAR. Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. En el proyecto que se somete a su consideración, se impugnó la nulidad de una resolución sancionatoria en la que se impuso al actor una sanción de suspensión por el término de quince días. La Sala del conocimiento desestimó el planteamiento de prescripción al considerar que la conducta infractora se ubicaba en el supuesto previsto en la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos En la demanda de garantías se planteó la inconstitucionalidad de la fracción II del artículo 78 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, en virtud de que no establecía los elementos que graduaran la gravedad de la conducta a sancionar para efectos del cómputo de la prescripción. 65 D.A. 86/2009 En el presente proyecto se propone declarar substancialmente fundado el concepto de violación en virtud de que el artículo 78, fracción II, de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos de la Federación, no contempla la gravedad como elemento normativo y criterio para computar el término de tres años de prescripción, tal como lo previene el artículo 114 de la Constitución Federal. ACTO RECLAMADO Y AUTORIDAD RESPONSABLE:…………………….1-2 SENTENCIA IMPUGNADA:… ………………….…4 CONCEPTO DE VIOLACIÓN………………………4 ESTUDIO:………………….…………………………4-27 PUNTOS RESOLUTIVOS:…………………..……..27