Museo del Prado (Madrid)

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ALONSO SANCHEZ COELLO
Análisis:
• Descripción:
Se trata de un lienzo en óleo que representa un bellísimo retrato de una dama de la época.
2. Elementos formales:
Maneja una pincelada larga y acabada. De textura lisa y brillante.
La existencia de la línea es fundamental sobre todo para destacar algunos rasgos, además de ser minuciosa y
continua.
La representación del volumen se consigue mediante unos cambios suaves de luz y sombra.
La luz artificial es clara y serena.
En el color emplea una gama de negros, marrones y dorados, destacando sobre ellos detalles blancos. Son
colores matizados que reflejan la incidencia de la luz.
Hay un desinterés por la profundidad, solo reflejada por la aparición de una mesa a la derecha del personaje.
Es una composición sencilla y clara, lineal. Sin movimiento, pero que refleja muy bien los rasgos psicológicos
de la dama como la expresión de los ojos o la posición de las manos. La figura tiende al hieratismo.
3. Formas de expresión.
Es una pintura figurativa y realista. Con una perfecta concepción de la anatomía humana, sin ninguna
desproporción. Prácticamente no existen pliegues en los ropajes.
Comentario:
• Clasificación:
Es un retrato de la princesa Catalina Micaela, hija de Felipe II, cuyo autor Alonso Sanchez Coello fue pintor
de cámara en 1555.
• Contenido y función:
Es un retrato que destaca por la severidad de vestidura, enriquecido con perlas
y varios collares (características comunes en todos sus retratos femeninos.) Son figuras piramidales que dejan
pender distraídamente un guante, con cierto gesto altivo y triste. Sus retratos están pintados con meticulosa
técnica de estirpe flamenca.
3 La obra:
Además de este retrato destacan otros como el del Príncipe Don Carlos o el de la Infanta Isabel Clara Eugenia
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(ambos en el museo del Prado) Reflejan las extraordinarias dotes retratistas que poseía Sánchez Coello. En sus
cuadros se reflejan tanto la influencia de Tomás Moro como la de Tizziano.
• El autor:
Pintor nacido cerca de Valencia en 1531 y muere en 1588.
Consiguió una pensión del Rey Juan III de Portugal y estudio en Flandes con el retratista Tomás Moro, quien
influye en su formación artística. Desde 1555 trabajo en Castilla al servicio de Felipe II, quien lo nombra
pintor de cámara. Pinta numerosos retratos del monarca y de otros personajes de la corte española. También
pintó numerosas obras de carácter religioso y decoró, junto con otros pintores, los altares de la iglesia del
Escorial.
PANTOJA DE LA CRUZ
Análisis:
• Descripción:
Se trata de un óleo sobre lienzo que representa un retrato de una figura masculina, de tres cuartos. Vestida con
su armadura.
• Elementos formales:
Su pincelada es larga y acabada, influencia de Sánchez Coello. De textura rugosa y brillante.
La línea es débil y continua.
La cualidad del volumen se refleja con el juego de luz y sombras, de una manera bastante brusca.
Una luz artificial ilumina la figura desde la izquierda, clara y serena, aunque de mayor intensidad en esa parte,
dejando prácticamente en penumbras el brazo izquierdo. De esa manera, dejando el fondo sin luz, contribuye
a la creación de perspectiva.
Los colores utilizados, cálidos en primer plano (marrones y rojos) y fríos en el fondo (azules y verdes), están
matizados, ayudando a la creación de volumen.
La perspectiva es aérea, nos presenta un paisaje de montañas en ultimo plano que apenas se distingue.
Es una composición clara y sencilla, solo destaca la figura humana. Carece de movimiento y tiende al
hieratismo del personaje.
3. Formas de expresión:
Es un cuadro figurativo y realista, con tendencia al idealismo del protagonista.
No existe ningún tipo de pliegues en sus ropas, lo que produce una figura rígida.
Comentario:
1. Clasificación:
2
Forma parte de la producción artística de Pantoja de la Cruz, retrato de Felipe III, ya rey, cuando el autor era
pintor de cámara.
2. Contenido y función:
El retrato refleja a un hombre de gran poder, representado con el bastón de mando que tiene sujeto en su mano
derecha. Es un retrato en el interior de una sala, pero que a la vez se pueden distinguir de fondo colinas y
valles, lo que podría reflejar el cambio de política, más abierta al exterior que la de su padre.
3. La obra:
Es un retrato realizado durante su época de pintor de cámara. Además del retrato de Felipe III destacan otros
como al de la reina Doña Margarita (también en el museo) o el espléndido retrato de Felipe II del Escorial.
4. El autor:
Nacido en 1553 y muerto en 1608, Pantoja de la Cruz fue retratista de la corte en el curso de los últimos años
de Felipe II y durante la primera época del reinado de Felipe III. Se traslada la corte a Valladolid, dónde vivirá
hasta prácticamente su muerte.
Fue el continuador de Alonso Sánchez Coello, ambos inestimables historiadores gráficos de sus respectivas
épocas.
En el arte de Pantoja de la Cruz se observa ya cierta ruptura del manierismo y la aparición en el retrato de las
primeras incursiones estilísticas del barroco.
Es autor de varios cuadros con imágenes religiosas, todavía dentro de cánones manieristas, pero en cuyo
colorido pugna con hacerse presente la libertad de la fantasía. En este sentido resulta particularmente
interesante su obra San Nicolás de Talentino presente en el museo del Prado.
CARREÑO DE MIRANDA
Análisis:
• Descripción:
Oleo sobre lienzo que representa a un hombre de larga melena, todo vestido de negro, aparece la cabeza de un
caballo blanco y otro hombre sujetándolo, un tercer hombre, agachado.
2. Elementos formales:
Su pincelada es acabada, y en algunos casos suelta (caso del cielo o del caballo), con una textura rugosa y
brillante.
La línea pierde importancia y en algunos casos es muy difícil de apreciar (caso del vestido).
El volumen viene dado mediante la gradación de la luz y de los colores, con unos contrates suaves.
La luz de tipo natural, procede de la propia luz del sol en ese día, teniendo en cuenta que se trata de un
exterior.
3
Es clara y serena y procede de un foco concreto, el sol.
Su intensidad es más o menos homogénea en toda la superficie del lienzo.
El color, vivo y de gran importancia en el conjunto general del cuadro, es de gamas frías contratadas con
gamas cálidas (azules, blancos con marrones y ocres).
Son colores matizados que reflejan el volumen y la incidencia de la luz.
Su interés por el volumen se refleja en las alusiones paisajistas del fondo y el cielo lleno de nubes. Es una
perspectiva aérea marcada por sus tonalidades azuladas y difusas del fondo. Destaca también, el escorzo que
produce el hombre agachado y la espada del hombre de negro.
Es una composición más compleja que los simples retratos de la época de Felipe II, con la aparición de más
personajes.
Frente al hieratismo de la figura principal, se refleja el movimiento del caballo (que levanta una pata y nueve
la cabeza) y de los otros dos hombres, también en movimiento.
3. Formas de expresión:
Es una pintura figurativa, naturalista y realista.
Los ropajes y los pliegues demuestran el movimiento de las figuras. Son pliegues largos y entre lazados que
tienen que ver con la anchura de la ropa de la época.
Comentario:
1. Clasificación de la obra:
Se trata de un retrato barroco del Duque de Pastrana, uno de los mejores pintados de Juan Carreño de
Miranda, que refleja el ambiente de la corte de Carlos II
• Contenido y función:
Se trata de un retrato del Duque de Pastrana en el que aparece mucha simbología utilizada por el autor para
reflejar el espíritu español de la época. Además del tono crepuscular grisalla de la obra que refleja la
atmósfera enfermiza dl reinado de Carlos III.
3. La obra:
Además de éste magnifico retrato destaca otros como el del enfermizo Carlos II, de clara influencia
velazqueña, de sabia composición, (que recuerda al de las Meninas), con un colorido que armoniza
entrañablemente con la figura del monarca.
Hay algo en su pintura que lo convierte en melancólico. Su pintura parece denunciar el paso de una dinastía a
otra, de los Austrias a los Borbones.
4. El autor:
Juan Carreño de Miranda (1614 − 1685) era noble de linaje, aunque no estaba tan orgulloso de su estirpe
como de su arte. Pintó a menudo, con gran nobleza, muchos retratos de personajes ilustres, y su obra principal
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es el fresco de la iglesia de San Antonio de los Portugueses (Madrid). Otras pinturas murales suyas han
desaparecido. Pero Carreño es apreciado, hoy sobre todo, como pintor de retratos. Sus modelos más
frecuentes son el raquítico y psicópata Carlos II y su madre, ya viuda, siempre vestida de monja, Mariana de
Austria. Ambos tienen generalmente como fondo el tétrico Salón de los Espejos del Alcázar de Madrid. Fuera
de este triste ambiente, los retratos de Carreño cobran vida y alegría como el del Duque de Pastrana.
VELÁZQUEZ:
Análisis:
• Descripción:
Se trata de un óleo en lienzo de unas dimensiones de 2,09 x 1,73 m. Que representa a un niño a caballo. Por
las colinas del Pardo.
• Elementos formales:
Su pincelada es larga y acabada, dando lugar a una textura rugosa y brillante.
La línea es continua y débil, y cumple una función ornamental
La representación de volumen se consigue mediante las gradaciones de color, de una manera suave.
La luz es de tipo natural, clara y serena, debido a que es un exterior, procede de la propia luz del sol.
No hay mucho contraste entre luz y sombras, está homogéneamente repartida por toda la superficie del
cuadro.
En el color destacan dos gamas. La cálida para los primeros planos (el caballo, el niño y el suelo) son tonos
marrones y ocres, también aparece el negro y los dorados; para reflejar la profundidad utiliza azules y verdes,
con blancos. El color contribuye a la creación de perspectiva. Son colores matizados, con una función
protagonista en la obra.
La perspectiva que utiliza es aérea, por eso el uso de colores azulados al fondo. Los recursos tectónicos
utilizados son los escenarios paisajísticos (montañas, arboledas y colinas), varios planos y sobre todo destaca
el escorzo del caballo que se intenta salir del cuadro.
Es una composición más o menos sencilla. El pequeño y el caballo forman un triángulo en el centro del óleo.
El caballo está levantado sobre dos patas y recrea un movimiento violento, también el niño tiene un brazo
levantado, y con el otro sujeta las riendas.
• Formas de expresión.
Es una pintura figurativa y naturalista. Aunque idealiza un poco al caballo y su fuerza.
Lo que no concuerda muy bien es que el niño tan pequeño esté en cima de un caballo rebelde y airado, y la
expresión del niño sea suave y serena, pueda dominar al caballo con una sola mano.
Comentario:
• Clasificación.
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Se trata de unos de los cuadros de jinetes de Velázquez, correspondiente a sus múltiples retratos del Príncipe
Baltasar Carlos, fechado en 1634, en la segunda época madríleña del autor.
• Contenido y función:
Velázquez suele representar a los personajes bélicos (príncipes, reyes y ministros) en corveta, es decir, con las
manos alzadas. Representa al caballo con un enorme cuerpo, patas finas y la cabeza loca, que reúne la solidez
de los percherones y la movilidad de las jacas andaluzas.
La profundidad espacial está lograda como nunca, destaca su fondo suelto y amplio, en él pueden reconocerse
los paisajes del Manzanares y la sierra de la Maliciosa.
• La obra.
Es todo un ejemplo de la capacidad de observación de Velázquez: rezuma detallismo por todas partes, basta
observar la figura del príncipe, el sombrero, el cuello grande de encaje al aire y sobre todo esa bota rellena
para asegurarse en el estribo.
Se trata de un cuadro lleno de gracia y está ejecutado con una técnica perfecta.
Además destacan otros retratos ecuestres como el de El Duque de Olivares, ambos son los dos mejores
retrat0s del pintor. Sin olvidar el gran cuadro de Las Meninas.
• El autor.
Diego de Silva Velázquez (1599 − 1660) antes de entrar en el servicio del rey Felipe IV, se especializó en
escenas de genero. Felipe IV tomó especial interés por él y en camino su carrera a la producción de retratos
reales.
Animado por Rubbens, en 1629 visita Italia para estudiar el arte de la antigüedad, y efectuó un segundo viaje
entre 1649 y 1651. Recibió la influencia de Tiziano y se convertirá en maestro del manejo de la luz y la
sombra. Ejercerá gran influencia en el arte del siglo XIX.
CLAUDIO CUELLO
Análisis:
1. Descripción:
Se trata de un retrato de una persona, dentro de un marco, posiblemente un espejo.
2. Elementos fundamentales:
La pincelada es larga y suelta, por lo el cuadro queda algo difuminado. Es un óleo de textura rugosa y
brillante.
La representación del volumen se consigue mediante la gradación de la luz y el color, creando un fondo
prácticamente negro.
La luz es artificial y procede de un foco fuera del cuadro. Es una luz suave de una intensidad media, pero que
deja la mitad del cuadro en la sombra de manera violenta. Colabora a la creación de volumen.
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La gama de color que lleva el cuadro es fría(negros y blancos) destacando el pañuelo rojo que lleva al cuello.
Son unos colores simbólicos, que representan la enfermedad y la debilidad del personaje.
La profundidad se consigue mediante la degradación de color y de la luz, dejando en una tenebrosa oscuridad
el fondo, totalmente liso.
Es una composición clara y sencilla, lineal, debido a que solo aparece un personaje en el centro. Hay una
pequeña alusión al movimiento debido a que el protagonista no esta de frente, sino que la cabeza y el cuerpo
no están orientados hacia el mismo sitio. Por el contrario los ojos si miran hacia su reflejo en el espejo,
3. Formas de expresión:
Es una pintura figurativa, naturalista y realista.
Destaca los rasgos más característicos del protagonista, como su nariz o su mirada cansada.
Los pliegues del pañuelo que cae del cuello están muy bien logrados, sin resultar geométricos o angulosos.
Comentario:
1. Clasificación de la obra:
Es un lienzo de Claudio Coello que representa Carlos II, forma parte de la pintura barroca del siglo de oro.
2. Contenido y función:
Es un retrato de una persona muy enferma y lo refleja creando una atmósfera difuminada, donde se puede
respirar esa enfermedad.
3. La obra:
Carlos II, El Hechizado, representa la enfermedad del monarca y la inestabilidad de su reinado, que
significaría el final del imperio a la larga.
Además destacan también sus obras de temas religiosos, como La Apoteosis de San Agustín.
4. El autor:
Claudio Coello (1642− 1693) nace y muere en Madrid. Fue discípulo de Francisco Rizi y vivió en Roma
cuatro años. Empezó pintando cuadros de motivos religiosos para las iglesias madrileñas. En 1683 es
nombrado pintor del rey y tres años más tarde decoro el palacio, pero sus obras fueron destruidas por un
incendio.
Demuestra ser el mejor pintor del final del siglo XVII.
LUCAS JORDAN
Análisis:
1. Descripción:
Se trata de un retrato de un personaje a caballo. Con alusiones al paisaje y a otras personas en el suelo, tras
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una batalla. Óleo sobre lienzo.
2. Elementos formales:
Su pincelada es larga y acabada y su textura rugosa y brillante.
La línea es discontinua y de poca intensidad, con una función meramente ornamental, para destacar más los
contornos.
La consecución del volumen se consigue mediante las gradaciones de color, de una manera suave.
La luz es de tipo natural, clara y homogénea que se esparce de igual modo por toda la imagen. Al tratarse de
un exterior el foco de donde procede es el sol.
Los colores son fríos en su mayoría, verdes, azules y blancos. Pero destaca la figura del caballo (marrón).
También destacan muchos detalles rojos (pañuelo, riendas...)
Es una composición algo más compleja, su estructura es geométrica, formando un triángulo entre todos los
personajes. Destaca en el centro la figura más importante, sobresaliendo del resto.
El movimiento viene dado por la posición del caballo, levantado sobre dos patas, o unos personajes del fondo
en medio de una batalla.
3. Formas de expresión:
Es una pintura figurativa, naturalista y realista.
Destaca el estudio anatómico del caballo, en el que contrata su gran cuerpo y sus patas cortas.
Recuerda mucho a los retratos ecuestres de Velázquez, pero sin la maestría de éste para crear la atmósfera y la
profundidad.
Comentario:
1. Clasificación:
Un retrato de Carlos II del más claro estilo Barroco pintado por Lucas de Jordán.
2. Contenido y función:
La iconografía es muy parecida a la de Velázquez, las manos levantadas, la actitud del caballo, pero aquí
destaca también la escena de lucha del fondo. El rey aparece a caballo en mitad de una batalla y lo refleja
victorioso.
3. El autor:
Pintor italiano que nace y muere en Nápoles (1632 − 1705) Fue discípulo de Ribera y se le llamo Luca fa
presto a causa de la rapidez con que ejecutaba sus obras. Trabajo en el Escorial, en el Palacio del Buen Retiro
y en varios templos de Madrid, donde dejo gran numero de obras, lo que prueba su enorme producción de este
pintor superficial y fecundo, que, en España, contribuyo a la desnacionalización de la pintura y en Italia a la
decadencia del arte.
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REINADO DE CARLOS I
Aspectos políticos:
Rey de España y de Nápoles hijo de Felipe I el Hermoso y de Juana de Castilla. Nació en Gante y murió en
Yuste (1500−1558), fue educado en los Países Bajos tuvo por ayo a Guillermo de Croy, señor de Chevres, y
por preceptor a Adriano de Utrecht.
Como nieto, por línea materna de los Reyes Católicos y por incapacidad de su madre, heredó el trono de
España a la muerte de su abuelo don Fernando(1516), y poco después, al fallecer el abuelo paterno,
Maximiliano I de Alemania, fue elegido emperador (1519).
Heredero, por tanto, de la casa de Aragón, Austria, Borgoña y Castilla, se convirtió en el más poderoso
soberano de Europa, lo que despertó la desconfianza y la enemistad de los restantes Estados europeos, y
particularmente de Francia, durante los reinados de Francisco I y de Enrique II.
El reinado del emperador fue una continua lucha. La primera guerra llamada de las Comunidades, surgió en
Castilla como protesta por la imposición de gobernantes extranjeros; vencidos los comuneros en Villalar en el
año 1521, Carlos impuso su poder absoluto.
Al mismo tiempo que tenía la guerra de las Comunidades, se produjo en Valencia y Mallorca la sublevación
de las Germanías o hermandades de menestrales, contras la nobleza y sus privilegios, favorecida por el hecho
de estar autorizados sus individuos a usar armas, en prevención de ataques de los piratas berberiscos. El
movimiento fue vencido (1521−1523).
La lucha entre las casas de Austria y de Francia comprendió seis guerras. En la primera, Francia fue vencida,
y su rey, Francisco I, hecho prisionero en Pavía (1525) y traído a Madrid, hubo de aceptar las condiciones que
se le impusieron.
En la segunda, Francia buscó aliados poderosos, como el papa ClementeVII y Solimán el Magnifico, el
emperador de Turquía. Las tropas de Carlos se apoderaron al asalto de Roma, la saquearon e hicieron
prisionero al papa (1527), y los turcos sitiaron a Viena (1529).
Terminada pasó Carlos a Italia y fue coronado emperador por el propio Clemente VII, quien le dio la
investidura de los reyes lombardos, y de los emperadores de Occidente.
En la cuarta guerra, los franceses obtuvieron una victoria en Cerisoles, y el emperador llegó a menos de 50
km. de París (1544).
En la quinta guerra, Enrique II contó con la alianza de los príncipes protestantes alemanes, y Carlos V hubo de
levantar el sitio de Metz (1553).
La lucha contra mahometanos tuvo dos escenarios: uno en el centro de Europa hacia donde pretendían
extenderse los turcos con sus conquistas, y otro en el Mediterráneo. Aquí, el pirata Haradín, llamado
Barbaroja, protegido por Solimán el Magnífico, se apoderó de Túnez , cuyo rey era vasallo de España, y
desde allí amenazaba a Orán y los dominios españoles del Mediterráneo.
Carlos organizó y dirigió una expedición poderosa y se apoderó de Túnez (1535). En 1541 organizó otra
expedición contra Argel, pero una tempestad destrozó su escuadra y le obligó a retirarse.
La lucha contra el protestantismo nació de las predicaciones del monje agustino alemán Martín Lutero contra
la Iglesia de Roma. El emperador se puso frente a los partidarios de Lutero, llamados protestantes, luteranos o
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reformados, a quienes venció en la batalla de Mühlberg (1547)
Mas no obstante su empeño, como las fuerzas entre católicos y protestantes estaban muy equilibradas en
Alemania hubo de reconocer a los dos bandos igual libertad religiosa (1552).
España contribuyó a luchar contra el protestantismo, no sólo por la fuerza de las armas sino espiritualmente
también, con la creación de la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola (1540), y con la
intervención de los teólogos españoles en el Concilio de Trento (1545−1563), de donde salió reforzada la
Iglesia católica.
Por último, continuó la expansión por Ultramar con las siguientes empresas:
• Descubrimiento del océano Pacífico, por Núñez de Balboa.
• Solis llagó al Río de la Plata.
• Magallanes descubrió el estrecho que leva su nombre, y llegó a las Indias orientales, y su lugar
teniente y sucesor, Elcano, dio por primera vez la vuelta al mundo.
• Hernán Cortés conquistó Méjico
• Pizarro comenzó la conquista de Perú
Fatigado de tan azarosa vida, renunció a la corona de España en su hijo Felipe II (1557), y el imperio de
Alemania a favor de su hermano Fernando (1558), y se retiró al monasterio de Yuste, donde murió.
Carlos V fue una de las más grandes figuras de la Historia; ambicioso, aspiró a establecer la monarquía
universal; pero, al mismo tiempo, claro en sus juicios y prudente en sus resoluciones, supo esperar y elegir los
momentos que juzgó adecuados para proceder. Su hondo sentido católico que le llevó a luchar conrtra los
protestantes no le impidió vencer al Papa, obedeciendo al imperativo de su política, mas lo verdaderamente
asombroso de su vida fue su actividad incansable, hija de una energía fruto de una voluntad de hierro.
REINADO DE FELIPE II
Breve introducción cronológica:
• Comienza el reinado de Felipe II en España. Al abdicar Carlos V, deja Inglaterra (donde actuaba como
soberano consorte) y se traslada a la península.
Tregua de Vaucelles.
Los españoles de Nápoles reemprenden la guerra contra el Papado, sostenido por Francia.
• Las tropas de España e Inglaterra, aliadas, atacan a Francia (Batalla de San Quintín).
Banca rota de la monarquía. Crisis financiera de Amberes.
• Mueren Carlos V y María Tudor. Felipe deja de ser monarca consorte de Inglaterra.
• Tratado de Cateau−Cambresis.
La Inquisición lanza la última y definitiva ofensiva contra los escasos focos de heterodoxos españoles y contra
los centros erasmistas. Se perfila cada vez más el aislamiento cultural y espiritual de España.
Liquidación de los protestantes de Valladolid y Sevilla
• Cédula que organiza el sistema de flotas del Nuevo Mundo.
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Santa Teresa escribe su autobiografía espiritual.
1563− Agitación antiespañola en los Países Bajos.
Primera piedra de El Escorial.
• Compromiso de los protestantes de los Países Bajos.
Matanza de colonos franceses en Florida, efectuada por los españoles.
• Aumento de los impuestos en Castilla.
• Expedición del Duque de Alba a los Países Bajos. (1567−1572). Represión del duque de Alba.
Felipe II ordena una campaña evangelizadora entre los moriscos alpujarreños.
• El duque de Alba establece en Amberes el Tribunal de los Tumultos.
El emperador Maximiliano protesta ante Felipe II por los excesos del duque de Alba.
Batalla de San Juan de Ulloa contra Hawkins.
• Prohibición de la industria textil en las colonias españolas.
• Alianza entre España, Venecia y el Papado, después de la pérdida de Chipre por los venecianos.
• Batalla de Lepanto.
Derrota fina de los moriscos sublevados; en represalia, los componentes de los focos sublevados son
dispersados por toda España.
• Drake en Panamá. Se apodera del convoy de Indias.
Rebelión de los gueux.
• El duque de Alba es finalmente sustituido en los Piases Bajos.
Juan de Austria se apodera de Túnez y Bizerta.
Se confirma definitivamente el monopolio sevillano del comercio en América.
• Derrota de los españoles en Leyden.
Los turcos recuperan Bizerta y Túnez y expulsan a los españoles de La Goleta.
Nueva bancarrota de Felipe II.
1576− Juan de Austria, gobernador de los Países Bajos. Revuelta de las guarniciones españolas
(Furia de Amberes). (8−XI) Pacificación de Gante.
1577− Unión de Bruselas.
Juan de Austria es declarado enemigo de la patria por los estados generales de los Países Bajos.
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1578− Matías de Habsburgo (futuro emperador de Alemania), nombrado gobernador por los estados
Sublevados de Bruselas, es derrotado por Alejandro Farnesio en Gembloux.
1579− Los católicos belgas, con España: unión de Arras.
Definición política del futuro estado holandés: Unión de Utrech, que constituye las
Provincias Unidas.
Intento de desembarco español en Irlanda.
1580− Proscripción de Guillermo de Orange.
Felipe II se hace reconocer como rey de Portugal, por las Cortes de Thomar.
Unidad monárquica ibérica.
1581− Los Estados Generales de La Haya deponen a Felipe II.
Alejandro Farnesio recupera Tournai.
1582− Francisco de Anjou en Amberes y Gante.
Felipe II comienza a subvencionar la Liga Católica francesa.
1583− Los holandeses se apoderan de las bocas del Escalda.
Revuelta de Amberes contra los franceses.
Concilio de Lima.
1584− Muerte de Francisco de Anjou y Guillermo el Taciturno.
Alejandro Farnesio toma Gante.
Conclusión de las obras arquitectónicas del Escorial.
1585− Alejandro Farnesio recupera Amberes.
1587− Drake saquea Cádiz y ataca las costas españolas.
1588− Desastre de la Armada Invencible.
1590− Intervención de Felipe II en la guerra religiosa y de sucesión francesa: Alejandro Farnesio
Obliga a Enrique IV de Borbón a levantar el sitio de París. Los ingleses intentan desembarcar en
Lisboa.
1591− Los españoles derrotan, en las Azores, a la flota inglesa.
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(1591−1592) Sublevación de Aragón contra Felipe II. Asunto de Antonio Pérez.
Ejecución de Lanuza, justicia mayor de Aragón.
1592− Restricciones al sistema foral de Aragón: Cortes de Tarazona.
1595− Expedición de Walter Raleigh a Venezuela.
1596− El archiduque Alberto, gobernador de los Países Bajos.
Una flota inglesa toma Cádiz y la saquea.
1597− Toma de Amiens por los españoles. Enrique IV la recupera.
1598− Muerte de Felipe II.
Aspectos políticos:
Rey de España y Portugal, nació en Valladolid y murió en el monasterio de San Lorenzo del Escorial
1527−1598). Educado por su madre, por el que luego fue arzobispo de Toledo, don Juan Martínez Silíceo y
por don Juan de Zúñiga, recibió una formación sólida, a que se prestó eficazmente su sentido del deber y su
natural reflexivo. Su padre dirigió personalmente su preparación política y diplomática, le asoció a las tareas
de gobierno, dejándole como regente en sus prolongadas ausencias y llegó a tener en él absoluta confianza.
Por razones políticas, el emperador casó muy pronto a su heredero, primero con su prima María de Portugal
(1543), de cuyo matrimonio nació el desdichado príncipe don Carlos, y luego, viudo, con la reina de Inglaterra
María Tudor.
Aún contrajo Felipe, ya rey, dos nuevos matrimonios: con Isabel de Valois, hija del rey de Francia, Enrique II,
con quien fue feliz y de quien tuvo a sus hijas predilectas, las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina
Micaela, y por último, con Ana de Austria, hija del emperador Maximiliano II, de quien nació su sucesor
Felipe III. Su padre renunció en él, en 1555, la soberanía de los Paises Bajos y, al año siguiente, la corona de
España con todas sus posesiones y colonias, con lo que, a pesar de no ser soberano de Alemania, resultó el rey
más poderoso de su tiempo. Heredó también de su padre la guerra con Francia y las luchas contra los turcos y
protestantes.
La guerra entre las casas de Austria y de Francia, donde a la sazón reinaba Enrique II, fue continuación de las
que sostuvieron Carlos I y Francisco I. Enrique ayudado por el papa Paulo V y por el sultán de Turquía, tomó
la ofensiva; el duque de Alba invadió los Estados Pontificios y Manuel Filiberto, duque de Saboya, al frente
del ejercito de Flandes derrotó a los franceses en San Quintín (1557), el día de San Lorenzo; en memoria de
tan señalado triunfo mandó construir Felipe II el monasterio de San Lorenzo del Escorial. Puso fin a la guerra
el Tratado de Cateau−Cambresis (1559), por el que se concertó el matrimonio de Isabel de Valois con el
príncipe don Carlos; pero, aplazado aquél por la poca edad de los prometidos, y viudo el rey por segunda vez,
contrajo nuevas nupcias con la futura esposa de su hijo, a quien se llamó Isabel de la Paz. La lucha contra los
mahometanos no fue de tipo ideológico, sino que debatió el problema del dominio del Mediterráneo; frente a
los turcos, que amenazaban la soberanía de los estados cristianos, se formó la Liga Santa, proyectada por el
papa Pío V, en la que entraron, además Felipe II y la República de Venecia. Se armó una poderosa escuadra
que, al mando de don Juan de Austria, hermano bastardo del rey, derrotó a la mandada por Ali Bajá, a la
entrada del golfo de Lepanto (1571), victoria de que los aliados no supieron sacar partido. La lucha contra los
protestantes llevó al monarca español a inmiscuirse en las guerras de religión de Francia, al apoyar los
católicos. Muerto Enrique III de Francia, heredó los derechos al trono Enrique de Bearne o de Navarra, jefe de
los protestantes, contra el que luchó Felipe II, deseoso de lograr la corona francesa para su hija Isabel, o para
el duque de Guisa, jefe del partido católico, con el que aquélla contraería matrimonio. El ejército de Flandes,
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al mando de Farnesio, invadió Francia y obtuvo señaladas victorias, pero la conversión de Enrique de Bearne
al catolicismo le abrió las puertas de París, y el mismo Felipe II, por la paz de Vervins, hubo de reconocer
como rey de Francia a su rival, Enrique IV, fundador de la dinastía borbónica (1598). Sostuvo una larga
guerra en Flandes, donde, alegando que se imponían gobernantes extranjeros, se produjo una situación de
violencia.
El rey nombró gobernadora a su hermana Margarita de Parma, pero no obstante este principio de autonomía se
produjeron sublevaciones (1567). El duque de Alba, don Fernando Alvarez de Toledo, reprimió duramente la
rebelión y la propaganda protestante, y creó, de acuerdo con las instrucciones recibidas, el Tribunal de la
Sangre, que, entre otros hechos, condenó a muerte a los condes de Egmont y de Horn; derrotó a Luis de
Nassau, hermano del príncipe de Orange, pero su falta de tacto y la ayuda de Inglaterra y Francia a los
rebeldes le hicieron fracasar. Felipe II cambió entonces de política con el nuevo gobernador, don Luis de
Zúñiga y Requesens, pero la guerra siguió, tanto durante su gobierno como en los de don Juan de Austria y
Alejandro Farnesio, quienes obtuvieron señaladísimos triunfos militares, pero ninguna ventaja efectiva.
Convencido, al fin, el monarca de las enormes dificultades para sostener una guerra a tan larga distancia,
cedió Flandes a su hija Isabel Clara Eugenia, casada con el archiduque Alberto de Austria, bajo el
protectorado de España, que se reservaba sus derechos si del matrimonio no hubiera descendencia (1597). En
1580 conquistó a Portugal, invocando, no solamente su mejor derecho hereditario frente a otros pretendientes,
como nieto del rey don Manuel el Afortunado, sino imponiéndose por la fuerza; un ejército mandado por el
duque de Alba invadió el vecino reino, y don Alvaro de Bazán, marques de Santa Cruz, venció en las islas
Azores a la escuadra francesa, venida en ayuda de los portugueses. Se realizo así la unidad ibérica, España vio
acrecentados sus dominios con todas las posesiones de Portugal, y Felipe II pudo decir que el Sol no se ponía
en sus estados. La lucha con Inglaterra fue soslayada al principio por el monarca español, no obstante el
restablecimiento del protestantismo en Inglaterra, que tuvo lugar a la muerte de su esposa María y con el
advenimiento de Isabel I, hija de Enrique VIII. Pero la ayuda prestada por Inglaterra a los rebeldes flamencos
y holandeses y a los refugiados de Portugal y los ataques del corsario Drake a los barcos y colonias españolas,
movieron a Felipe II a intentar la invasión de Inglaterra con una poderosa escuadra, llamada La Invencible,
que fue deshecha por las tempestades y atacada por los ingleses (1588).
Por otra parte, se continuo la consolidación del imperio español en América, se conquistaron las Filipinas por
Miguel López de Legazpi (1564) y se dictaron sabias leyes de Indias. En el orden interno, Felipe II trasladó la
corte de Toledo a Madrid (1556), y amplió su Alcázar; a causa de haber prohibido el uso del árabe de las
costumbres mahometanas, se produjo en 1567 una rebelión de los moriscos granadinos, que hallaron un
paladín en don Fernando de Córdoba y de Valor, quien tomó el nombre de Aben−Humeya, pues se
consideraba descendiente de ese linaje; la sublevación, sostenida por los turcos desde Argel, fue combatida
por don Juan de Austria y don Luis de Requesens, y acabó después de la muerte de Aben−humeya por sus
propios partidarios, y la de su sucesor Aben−Aboo, asesinado por dos traidores. Los moriscos granadinos
fueron deportados a diversas regiones, y el reino de Granada, repoblado lentamente con españoles (1571).
El heredero de la corona parece que no disfrutaba de entero juicio; disgustado por la designación del duque de
Alba como gobernador de Flandes, proyectó escaparse aquel país, mas descubierta la trama, el rey hizo
detener a don Carlos y le dio por prisión algunas habitaciones de palacio (1568), donde murió seis meses
después. Aunque el rey no fue responsable del hecho, las circunstancias íntimas de este conflicto han
permanecido ignoradas. Acusado Antonio Pérez, secretario del rey, del asesinato de Escobedo, que lo era de
don Juan de Austria (1578), fue detenido, pero al cabo de once años logró escaparse de la cárcel y refugiarse
en Aragón, donde, como aragonés, se acogió al privilegio de manifestación y fue entregado, en consecuencia,
al Tribunal de Justicia Mayor; entonces la Inquisición le acusó de hereje, por lo que hubo de hacerse cargo del
detenido, pero el pueblo se amotinó y le puso en libertad, permitiéndole este hecho huir a Francia. El rey,
entonces, celoso de su poder absoluto, mandó matar a la justicia don Juan de Lanuza (1591) y restringió los
fueros aragoneses y discutidas de la historia moderna; minucioso y de una extraordinaria capacidad de trabajo,
llevó personalmente los hilos del gobierno, tanto en el orden nacional como en el internacional; profundo
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conocedor del corazón humano, supo elegir sus colaboradores con gran acierto, y se les exigió rectitud y
eficacia, comenzó por darles ejemplo; su calma proverbial parece que no era sino resultado de su voluntad de
hierro; la parsimonia con que estudiaba y resolvía asuntos y situaciones, por lo que mereció el dictado de
prudente, acusan, no obstante, falta de decisión y en ocasiones, perjudicaron su propia causa. No aspiró a
ampliar sus estados, pero ligó su destino a la defensa del catolicismo contra los protestantes y arrastró a
España a luchas en que sus enemigos, Francia e Inglaterra principalmente no vieron sino propósito de
expansión.
Utilizó a la inquisición como instrumento de gobierno para evitar la extensión de la herejía en sus estados, y lo
logro plenamente en España. Felipe II representa el apogeo del poder absoluto del rey y el punto culminante
del gran Imperio español, que ya en los últimos años de su reinado inicia su decadencia, y es, con sus defectos
y equivocaciones, una de las grandes figuras nacionales.
REINADO DE FELIPE III
Breve cronología:
1598− Comienza el reinado de Felipe III
1598−1602− Desembarcos españoles en España
1599− Primera acuñación del cobre
1600− Las tropas hispanas son vencidas en Newport por los holandeses y los ingleses aliados
1601 − Los holandeses destruyen una flota española en Gibraltar
1604− Los españoles toman Ostende
Tratado de Londres: paz con Jacobo I
1607− los jesuitas obtienen el gobierno de Paraguay
1609− Tregua de Doce Años entre las Provincias Unidas y España
Reconocimiento de hecho de la independencia de dichos estados de los Países Bajos
Los moriscos son expulsados de España
1610− Alianza con la Santa Liga
1611− Alianza entre Viena y Madrid
1612− Paz entre Francia y España
Esponsales de Luis XIII con Ana de Austria
1616− Acuerdo de Gratz entre las diversas ramas de los Habsburgos, preparando la base táctica de los
futuros acontecimientos de la Guerra de los Treinta Años
1617− Tratado de Pavía con Saboya
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1619− Intervención hispana en la batalla de la Montaña Blanca, con lo que se inicia oficialmente la
intervención española en el conflicto de los Treinta Años
1621− Muere Felipe III
Aspectos políticos
Rey de España y Portugal, hijo del anterior y de su cuarta esposa, Ana de Austria, nacida y muerta en Madrid
(1578−1621). Subió al trono en 1598 y casó con Margarita de Austria, hija del archiduque Carlos, en 1599.
Como su padre había previsto, se dejo gobernar; sus validos fueron don Francisco de Sandovaly Rojas, duque
de Lerma, hombre de regulares dotes, pero ambicioso en extremo, influido, a su vez, por don Rodrigo
Calderón, marqués de Siete Iglesias, y el hijo del primero, don Cristobal, duque de Uceda, totalmente inepto.
Con un rey bueno y piadoso, pero poco menos que ajeno a los asuntos del gobierno y unos validos incapaces,
los destinos de España se encaminaron rápidamente a su ruina; la descomposición, no obstante, no se acusó
tanto en el orden exterior, donde, en general, siguió sosteniéndose el prestigio nacional, como en el interior.
Felipe se creyó obligado a sostener a su hermana Isabel Clara Eugenia y a su esposo el archiduque Alberto en
los dominios que su padre les cediera, continuándose así la guerra de Flandes, en la que las tropas españolas,
al mando de Ambrosio Spínola, se cubrieron de gloria al apoderarse de Ostende; pero, una vez más, las
dificultades de tan lejana contienda obligaron a ponerle fin, mediante la Tregua de doce años, concertada en
La Haya, en 1609, por la que se reconoció, de hecho, la independencia de las Provincias Unidas de Holanda.
Continuo la guerra con Inglaterra, heredada de Felipe II, y caracterizada por ataque a las respectivas costas y a
las colonias de España, hasta la paz de 1605.
Las relaciones con Francia fueron más cordiales y se afirmaron con los matrimonios de Luis XIII con Ana de
Austria, hija de Felipe III, y del príncipe de Austria, Luego Felipe IV, con Isabel de Borbón, hermana de
aquél. España ejerció, sobre todo durante la regencia de María de Médicis, cierta influencia sobre Francia. Las
ambiciones del duque de Saboya, Carlos Manuel, promovieron varias guerras en Italia, de las que siempre
salieron victoriosas las tropas españolas, que se apoderaron de La Valtellina (1620)y amenazaron a la
República de Venecia, que le había ayudado. Se distinguieron en estas luchas el marques de Villafranca,
gobernador de Milanesado; el de Bedmar, embajador en Venecia, y el duque de Osuna, don Pedro Tellez
Giron, virrey de Napoles, a quien se acusó de querer hacerse independiente, por lo que cayo en desgracia.
También intervino España por aquel entonces en la guerra de los Treinta Años, en ayuda del partido católico,
por lo que salió de los Paises Bajos el marques de Spínola con un ejercito para ayudar al emperador Fernando;
este ejercito se apoderó del Palatinado.
Como en los reinados anteriores, los piratas berberiscos seguían asolando las costas del Mediterráneo en
empresas de bandidaje y se acusaba a los moriscos españoles de complicidad con ellos y con los turcos,
unidos todos por la afinidad de religión; a estas imputaciones se vino a unir el hecho cierto de la resistencia
ofrecida por estos descendientes de los invasores musulmanes, para convertirse al catolicismo. El resultado
fue el acuerdo de expulsión de los moriscos, llevado a cabo entre los años 1609 y 1614, medida muy popular,
que, si produjo algún beneficio en cuanto a la unidad nacional y religiosa se refiere, infligió a la agricultura y
a la industria nacionales un terrible daño, al privarles de cerca de medio millón de laboriosos trabajadores.
Paralelamente se emprendieron campañas por mar, y, logradas numerosas victorias, se consiguió la
tranquilidad del litoral levantino y meridional.
De otras medidas adoptadas en el interior, deben citarse el traslado de la corte de Madrid a Valladolid (1600)
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y nuevamente a Madrid (1606), que valieron al rey cuantiosos donativos de ambas ciudades; se hizo general el
cohecho, tan perseguido por Felipe II, y la inmoralidad administrativa y el desgobierno minaron la base de la
grandeza nacional.
A este reinado, en que comienza a tomar vuelos la decadencia española, corresponde, por curioso contraste, el
apogeo llamado Siglo de Oro de su literatura y de su arte.
REINADO DE FELIPE IV
Breve cronología:
1621− Comienza el reinado de Felipe IV
El Conde−Duque de Olivares, valido de la monarquía
Se remprende la guerra contra Holanda
1622− Artículos de Milán
Spínola toma Bergen−op−Zoom
Sha−Abbas toma Ormuz a los portugueses
1623− Fundación de la compañía flamenca del Almirantazgo
Francia abandona la Valtelina
Llegada de Velázquez a la corte: Retrato de Olivares
1624− Nueva expedición francesa contra la Valtelina
Los holandeses ocupan Santos y Bahía en el Brasil
1625− Spínola toma Breda
Gurra anglo−española
1627− Tratado fronco−español
1628− Desastre naval de Matanzas (Cuba)
1630− Paz anglo−española
Descenso del comercio americano
1631− Revuelta de Vizcaya: junta de Guernica
1632− Los holandeses en Curaçao
1633− Leyes ambiguas respecto al Mesta en franca decadencia
1635− Guerra con Francia
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Los franceses ocupan la isla de Guadalupe
1637− La Vida es sueño de Calderón de la Barca
Descontento en Portugal
1639− Los holandeses destrozan la flota española de Indias
Derrota naval de las Dunas
1640− Sublevación de Cataluña
Sublevación de Portugal
Los franceses toman Arras
1641− Complot del duque de Medinasidonia
Juan IV rey de Portugal
Los portugueses invaden Galicia
Tregua entre los Países Bajos (Holanda) y Portugal
1642− Los franceses ocupan el Rosellón
1643− Olivares cae en desgracia
Los holandeses se apoderan de Valdivia
1644− Reunión de las conferencias de Munster y Osnabruck
Los holandeses son expulsados de Valdivia.
Se inicia el cultivo de la caña de azúcar en las Antillas
1647− Derrota de Lens
Sublevación de Sicilia
1648− Paz de Westfalia, España reconoce oficialmente la independencia de Holanda
Es reprimida la sublevación de Nápoles
1652− Juan José de Austria reconquista Barcelona y acaba con la sublevación catalana
1655− Los ingleses en Jamaica
1656− Se inician las negociaciones de paz fronco−españolas
1658− Derrota de las Dunas
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Los ingleses toman Deunkerque
1659− Los portugueses derrotan a las tropas hispanas en Elvas
Paz de los Pirineos
1661− Aparece la Gaceta de Madrid
1665− Muere Felipe IV
Aspectos políticos:
Rey de España y Portugal hijo de Felipe III y Margarita de Austria, nació en Valladolid y murió en Madrid
(1605−1655). Reinó durante cuarenta y cuatro años y fue, aunque discreto y de ingenio, más amigo de
deportes, fiestas y diversiones, que de los asuntos del gobierno. Sintió una particular afición por las comedias,
en las que intervino algunas veces como actor y en otras como autor.
De su indolencia se aprovechó su valido, Don Gaspar de Guzmán, conde−duque de Olivares, que tuvo poder
omnímodo en sus manos desde 1621 a 1643; el conde−duque estimuló las distracciones del rey y alejó de su
lado a quienes pudieran minar su influencia, como el famoso cardena−infante don Fernando, hermano del rey,
gran político y militar.
Olivares hizo concebir, al principio, grandes esperanzas con la exigencia de responsabilidades a los ministros
y colaboradores de Felipe III, duque de Lerma, Uceda y osuna y a don Rodrigo Calderón, que fue ejecutado, y
adoptó medidas de orden interno que fueron bien recibidas. Aunque capaz, incansable, íntegro y bien
intencionado, carecía de visión política y la faltó el sentido de la medida entre las posibilidades de España y
las empresas que lanzó. De este modo, fue el principal culpable, después del rey, de la decadencia española.
La guerra de Flandes se reprodujo al morir sin hijos el archiduque Alberto, por lo que según, por lo que, según
la cesión hecha por Felipe II a su hija Isabel Clara Eugenia, esposa de aquél, el dominio revertía a España.
El marqués Ambrosio Spínola se apoderó de la plaza de Breda, conceptuada como inexpugnable (1624),
hecho inmortalizado en un cuadro de Velázquez. Muerta también Isabel Clara Eugenia, fue gobernador el
cardenal−infante, que restableció el prestigio de España. En Italia se sostuvieron varias guerras en las que se
gastaron fuerzas y prestigio en balde.
Las relaciones con Inglaterra se llevaron por mal camino. El príncipe de Gales, luego Carlos I, que se trasladó
a Madrid para tratar de su boda con la infanta María, volvió desairado y fue, cuando reino, enemigo
irreconciliable de España. Los barcos ingleses atacaron las costas españolas y el comercio con América, y se
apoderaron de Jamaica.
En la guerra de los Treinta Años tomó parte también España, en auxilio de la rama imperial de Austria; el
cardenal−infente triunfó en Nördlingen (1634), de Gustavo Adolfo de Suecia, pero entonces intervino Francia,
aliado de los holandeses y de los protestantes alemanes, y España se vio atracada en Flandes, en Italia y en sus
propias fronteras, y, aunque se lograron algunas victorias, hubo de llegarse a la paz de Westfalia (1648), por la
que triunfaron los protestantes en Alemania, pasó a Francia la hegemonía de Europa, se reconoció la
independencia de las Provincias Unidas y quedaron los dominios conquistados en Asia.
El curso del desastroso desaste guerra y las sublevaciones de Cataluña y Portugal originaron la caída de
Olivares (1643). Le sucedió como valido don Luis de Haro, marqués del Carpio, gobernante discreto pero
falto de las altas dotes que la delicada situación de España requería; además se aconsejaba el rey, más
cuidadoso en los últimos años de sus obligaciones, de la inteligente y discreta Sor María de Jesús de Agreda,
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con quien sostuvo una interesante correspondencia.
La falta de tacto de Olivares y la tendencia separatista de Cataluña produjeron una sublevación (1640),
ayudada por Francia con sus tropas, perro la violenta conducta de éstas y la caída del valido cambiaron el
ánimo de los catalanes. No obstante siguió la guerra contra los franceses hasta la paz de los Pirineos.
La sublevación de Portugal, ocurrida seis mese después de la de Cataluña (1640), tuvo por causa próxima los
propósitos unificadores de Olivares. Auxiliados por Francia, Inglaterra y Holanda, y la falta de España de
todos los medios, acabó con el reconocimiento de la independencia, reinando ya Carlos II (1668). España
conservó solamente Ceuta, de los dominios portugueses. Después de la paz de Westfalia, siguió la guerra con
Francia, por las exigencias de ésta. Franceses e ingleses unidos ganaron la batalla de Dunas (1658), y al año
siguiente se firmó la paz de los Pirineos, por la que pasaron a Francia Artois, Luxemburgo, Rosellón, Cerdeña
y varias plazas de Flandes, y se concretó el matrimonio de Luis XIV con María Teresa de Austria, hija de
Felipe IV. Hubo también otras sublevaciones de menor importancia en España, en Sicilia y Nápoles, que
fueron dominadas.
Corresponde todavía al reinado de Felipe IV parte del Siglo de Oro de la literatura española, la época de Lope
de Vega, que con las altas manifestaciones de las artes plásticas (Fernández, Montañés, Cano, el Greco,
Velázquez, etc.), Compensan, en el orden anterior del desprestigio creciente en lo exterior.
REINADO DE CARLOS II
Aspectos políticos:
El hechizado. Rey de España y de Nápoles, hijo de Felipe IV y de Mariana de Austria, nació y murió en
Madrid (1661−1700). Ciñó la corona a los cinco años, actuando de regente su madre.
Su naturaleza enfermiza retaba bríos a su energía, aunque no a su bondad.
Durante su reinado, el país, en el interior fue víctima de las divisiones y bandos produciéndose los destierros
del padre Nithard, el de la misma reina Mariana, de don Juan José de Austria y encumbrados personajes, y en
el exterior sostenía guerras infortunadas con Portugal y Francia, apoderándose ésta de importantes plazas de
Cataluña y apropiándose del Franco Condado.
En tal estado de postración se hallaba España que careciendo Carlos de hijos, aun en vida del rey aparecieron
seis pretendientes para sucederle. Intervinieron activamente en estas intrigas Leopoldo I de Alemania y Luis
XIV de Francia, con la firme pretensión de vincular la corona española en sus respectivas familias, y uno y
otro hallaron valiosas ayudas en los propios consejeros del rey.
Antes de morir, aceptando el dictamen de una junta de teólogos, testó en primer término a favor de Felipe de
Anjou, nieto de Luis XIV, que reinó con el nombre de Felipe V, finalizando así, con su muerte, la poderosa
casa de Austria en España, y legando a su patria una guerra llamada de Sucesión, que duró catorce años.
BIBLIOGRAFÍA
DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO ESPASA
HISTORIA DE ESPAÑA SALVAT
GEOGRAFÍA E HISTORA DE ESPAÑA 3º DE BUP ANAYA
HISTORIA DEL ARTE SALVAT
20
DICCIONERIO ENCICLOPÉDICO LAFER
ÍNDICE
HISTÓRICO
ENTRADA Y PLANO PAG 2
GRÁFICO PAG 3
REINADO DE CARLOS I PAG 4
REINADO DE FELIPE II PAG 6
REINADO DE FELIPE III PAG 10
REINADO DE FELIPE IV PAG 12
REINEDO DE CARLOS II PAG 15
ARTÍSTICO
ALONSO SANCHEZ COELLO PAG 16
PANTOJA DE LA CRUZ PAG 18
CARREÑO DE MIRANDA PAG 20
CLAUDIO COELLO PAG 22
VELÁZQUEZ PAG 24
LUCAS JORDÁN PAG 26
BIBLIOGRAFÍA PAG 28
21
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