El Partido de los Trabajadores de Brasil | Contexto Latinoamericano

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Tipo de documento: Fragmento de libro
Autor: Roberto Regalado
Título del libro: Encuentros y desencuentros de la izquierda latinoamericana: una mirada desde el Foro de São Paulo
Editorial: Ocean Sur
Lugar de publicación: México D.F.
Año de publicación: 2008
Páginas: 27-34
Temas: Brasil, Foro de São Paulo, URSS - derrumbe
El Partido de los Trabajadores de Brasil
El Partido de los Trabajadores fue fundado el 10 de febrero de 1980, en medio de la agudización de la crisis política, económica y social que condujo al desmontaje de la dictadura militar imperante en Brasil desde 1964 hasta 1985. Su fundación fue
resultado de un proceso de construcción emprendido en 1979 por el Movimiento Pro-PT, en el cual convergieron tres vertientes del movimiento popular y la izquierda: el nuevo sindicalismo surgido de las oposiciones sindicales que disputaron el control
del aparato sindical burocrático de la dictadura; los movimientos sociales de diverso carácter que proliferaron en las décadas de 1960 y 1970 en el seno de los movimientos cristianos de base; y los denominados sobrevivientes, dirigentes y militantes de
la izquierda de los años sesenta, salidos de prisión o de regreso del exilio como resultado de la lucha por la amnistía y la defensa de los derechos humanos.
Brasil fue el país donde el imperialismo norteamericano y los sectores más reaccionarios de las fuerzas armadas latinoamericanas desarrollaron el prototipo de las dictaduras militares de «seguridad nacional». Entre los años 1968 y 1974, la represión
del régimen militar brasileño se agudizó mediante el aplastamiento de las luchas opositoras que aún subsistían desde el golpe de Estado de 1964, asaber, las manifestaciones de estudiantes universitarios y secundarios, y los intentos de varios partidos
y organizaciones de izquierda de emprender la revolución armada. En esos años se produjo la más descarnada aplicación de los métodos dictatoriales, entre ellos, la supresión de derechos políticos, la censura de prensa, la práctica sistemática del
asesinato y la tortura, la intervención de sindicatos, asociaciones profesionales y organizaciones estudiantiles, y otras medidas. Esa fue también la etapa del llamado milagro económico brasileño, que consistió en la introducción de industrias de alta
tecnología, sustentada en la penetración de monopolios extranjeros y la exportación agrícola.[1] Con índices de crecimiento económico que favorecieron el enriquecimiento de la burguesía, la elevación del nivel de vida de la clase media, el nacimiento
de un proletariado bien remunerado en las industrias de punta e, incluso, el aumento de los salarios en los sectores industriales atrasados, en sus años más sangrientos, la dictadura brasileña contó con una amplia base social. Con palabras de Perseu
Abramo:
…la primera mitad de los años setenta está marcada, del lado de la clase dominante, por el mito del Gran Brasil, del milagro y otros, y en el campo de dominados, por el miedo, el silencio, la apatía y la inviabilidad casi total de cualquier reacción
colectiva y organizada.[2]
El agotamiento del «milagro económico», que no logra sostenerse en medio de la agudización de la crisis capitalista mundial ocurrida a partir de los años setenta, resquebraja el apoyo a la dictadura. En la medida en que avanza la década, hay un
renacimiento, ampliación y fortalecimiento, por una parte, de las luchas de la clase media urbana y, por otra, de las luchas del movimiento sindical, que durante varios se desarrollaron en paralelo, sin conexión alguna entre ellas.
El desmontaje de la dictadura comienza en 1974. Dos acontecimientos de ese año apuntan en esa dirección: uno fue la votación que recibió en las elecciones legislativas estaduales y federales la única fuerza de oposición permitida, el Movimiento
Democrático Brasileño (MDB), indicativa del creciente rechazo al régimen; el otro fue que asumió la Presidenciade la Repúblicael general Ernesto Geisel, quien intentó contrarrestar la crisis del «milagro» mediante el II Plan Nacional de Desarrollo,
complementado por el esquema político de «apertura lenta, gradual y segura» que promovía el general Golbery do Couto e Silva. Con respecto a la actitud asumida por el imperialismo norteamericano hacia la «apertura», Wladimir Pomar explica:
Los Estados Unidos ya se habían convencido de que se agotaban las posibilidades del Régimen Militar de continuar dirigiendo el país, y se mantenían neutrales o estimulaban ellos mismos a los movimientos democratizadores. Con la liquidación
de los principales líderes revolucionarios durante el período dictatorial, los sectores más lúcidos del conservadurismo nacional e imperialista, ya no temían que el fin del Régimen pudiese conducir a Brasil hacia caminos ajenos a sus intereses.[3]
La apertura de Golbery do Couto e Silva incluía la instauración del multipartidismo, con el objetivo de impedir que, en virtud del sistema bipartidista imperante, el MDB aglutinara a todos los sectores opositores y lograra formar una mayoría capaz de
acceder al gobierno. Ese fue el propósito de la reforma ala Leyde Partidos, realizada en octubre de 1979, que abrió los espacios políticos aprovechados para crear el PT. Esa reforma política y electoral establecía requisitos favorables para el registro
legal de los partidos que ya tenían representación parlamentaria –para estimular su fragmentación– y discriminatorios contra aquellos que surgieran en representación de los sectores populares –para mantenerlos fuera del juego. A pesar de que, para
alcanzar la legalización, era necesario triunfar en una carrera de obstáculos, entre ellos la recolección de firmas y la creación de órganos partidistas en los niveles local, estadual y nacional, la idea de crear un Partido de los Trabajadores se impuso
como resultado de la acumulación de experiencias demostrativas de que, ni siquiera los sectores progresistas del MDB, eran capaces de representar los intereses populares.
Un tronco común del que proceden parte importante de las fuerzas sociales que convergen en el Movimiento Pro-PT, y en el que también se insertan los militantes de la izquierda que lograron evadir la prisión y el exilio, son los movimientos cristianos
de base. Entre ellos, vale la pena mencionar a las Comunidades Eclesiales de Base por la metamorfosis que experimentaron durante ese período. Las CEB’s fueron creadas en 1960 por los obispos católicos conservadores como medio de
organización de los laicos para realizar el trabajo pastoral, principalmente en los barrios pobres. Su objetivo era suplir la escasez de sacerdotes e impedir la entrada en sus diócesis de Acción Católica, entidad progresista que empleaba el método de
alfabetización de Paulo Freire, cuya premisa de Ver, Juzgar y Hacer era considerada un desafío por la alta jerarquía eclesiástica. Por su origen conservador, a raíz de la instauración de la dictadura y, en particular, a partir del incremento de la represión
ocurrido a fines de los años sesenta, las CEB’s se convirtieron en el único espacio permitido de organización y reunión, debido a que no inspiraban sospechas al régimen. Gracias a su vinculación con los sectores populares, y a que sus líderes y
activistas adoptaron los conceptos de Educación Popular formulados por Freire –fuente de inspiración de la Teología de la Liberación, que enseña a los pobres a organizarse para encontrar la causa de sus problemas y luchar por su solución–, en las
CEB’s germinaron las semillas de una red tan vasta y diversa de movimientos sociales.[4]
El papel protagónico en la creación del PT lo desempeñaron los dirigentes del nuevo sindicalismo surgido en las industrias de punta que proliferaron en la etapa del «milagro económico», cuya figura emblemática era Lula, tornero mecánico de una de
las empresas del cordón industrial de São Paulo conocido como ABC paulista. El Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo encarnó las reivindicaciones de los obreros de los monopolios transnacionales que exigían la continuidad de
los salarios, las prestaciones y las condiciones laborales, a los que se acostumbraron en los años del «milagro», deteriorados como consecuencia de la agudización de la crisis capitalista.
A diferencia de otros sectores obreros de izquierda, que rechazaban cualquier vínculo con la burocracia sindical controlada por la dictadura, las oposiciones sindicales optaron por aprovechar los espacios existentes dentro de ese aparato para librar sus
luchas, entre ellas el Movimiento porla Reposición Salarial, gestado en 1977 tras el descubrimiento de que el gobierno falseaba las cifras económicas utilizadas como base para calcular los aumentos de sueldo. Esa estrategia no solo prosperó sino
incluso derivó hacia la lucha política porque se desarrolla en medio de la «apertura». Hitos en este proceso son las grandes huelgas industriales de los años 1978 y 1979, que proyectan a Lula y otros dirigentes del nuevo sindicalismo como figuras
conocidas y respetadas a escala nacional. Las huelgas estimularon la convergencia entre las luchas obreras y las luchas de la clase media que, hasta ese momento, se habían mantenido paralelas e inconexas. Esa convergencia empieza mediante la
participación de los movimientos sociales de la clase media en acciones de ayuda material a los Fondos de Huelgas.
La secuencia de eventos fue vertiginosa. En el mes de enero de 1978 Lula toma posesión de la presidencia del Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo. En mayo, estalla la primera de las huelgas metalúrgicas. En julio, se efectúa el 4º Congreso
de la Confederación Nacionalde Trabajadores de la Industria(CNTI), al que asisten los dirigentes de las oposiciones sindicales para continuar su lucha dentro contra la burocracia amarilla. La frustración provocada por el control oficialista en el Congreso
y la falta de resultados de las gestiones hechas con los parlamentarios federales del ala progresista del MDB, llevó a que se comenzara a hablar de la necesidad de crear nuevo partido político que representara a los obreros. En diciembre, Lula hace
por primera vez la propuesta de crear el Partido de los Trabajadores en una reunión efectuada en el Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo.[5] En enero de 1979, se realiza en Lins el 9º Congreso de la Federación Paulista de Metalúrgicos
(Congreso de Lins), que aprueba la Tesis de Santo André■Lins, la cual llama a la construcción de un Partido de los Trabajadores.[6]
Durante 1979 se realiza el trabajo de promoción de adhesiones al proyecto por parte de los sindicatos de todo el país. El prestigio nacional alcanzado por Lula y demás fundadores del Movimiento Pro-PT,[7] actuó como un imán que atrajo hacia esa
iniciativa a los sectores de clase media cuya combatividad iba en incremento, a los movimientos sociales surgidos dentro de las CEB’s y a los sobrevivientes. El movimiento Pro-PT enfrentó la resistencia de dos vertientes del movimiento obrero y
demás sectores populares: una era procedentes de los partidos y movimientos políticos de izquierda que veían en esa iniciativa la entrada de un nuevo competidor en el terreno que querían reservarse para ellos; la otra era de quienes argumentaban
que era peligroso dividir a la oposición que se hallaba aglutinada dentro del MDB, que seguía siendo la única permitida por el régimen militar.
En febrero de 1979, el núcleo fundador del PT decide elaborar una Carta de Principios, cuyo proyecto se discute con líderes sindicales de todo el país. Los metalúrgicos de ABC van a la huelga el 14 de marzo de 1979. El lanzamiento de la Cartade
Principios ocurre el 1º de mayo de 1979 en actos en varias regiones de Brasil.[8] El lanzamiento del PT se produce en el restaurante San Judas Tadeo, en São Bernardo, el 13 de octubre de 1979,[9] mientras que su fundación legal se realiza en el
Colegio Sion el 10 de febrero de 1980.[10] El 1º de junio de 1980 se realiza una reunión nacional en el Instituto Sedes Sapientae, de São Paulo que aprueba el Programa, el Plan de Acción y el Estatuto del partido, refrenda el Manifiesto de Lanzamiento
y elige a la Comisión Directora Nacional Provisional.[11]
Entre 1980 y 1985, todavía dentro de la dictadura militar, el PT libra sus batallas políticas fundamentales contrala Leyde Seguridad Nacional; por la autonomía sindical y el derecho de huelga; por el salario, la seguridad y la salud de los trabajadores; por
la democracia, la libertad y el fin de la censura; por el desarrollo con distribución de la renta, y por la solidaridad internacional. Al mismo tiempo, concentra su atención en el crecimiento y educación política de su membresía, en la construcción de
órganos de dirección en las bases, municipios y estados de todo el país, y en sus primeras campañas electorales para los cargos de vereadores (concejales), prefectos (alcaldes), y diputados estaduales y nacionales
En medio de la agudización de la crisis del régimen militar, los sectores dictatoriales de la burguesía aspiran a mantener el control del gobierno después de concluir la apertura controlada, los sectores antidictatoriales de la burguesía aspiran a participar
en el ejercicio del gobierno, y las fuerzas populares, entre las que resalta el PT, luchan por el fin de la dictadura y el establecimiento de un sistema democrático burgués en el cual ellos puedan competir. Si bien estos dos últimos factores, la burguesía
antidictatorial y las fuerzas populares, son los principales protagonistas del movimiento de masas cuya consigna es ¡Directas Ya! –a favor de la elección del Presidente de la República mediante la votación directa de la ciudadanía– las dos vertientes de
la clase dominante, la burguesía dictatorial y la burguesía antidictatorial, negocian una apertura controlada para excluir o limitar la participación popular. Esa apertura concluye en 1985 con la elección de Tancredo Neves a la presidencia (fallecido días
antes de tomar posesión) y de José Sarney a la vicepresidencia (quien asume el gobierno), desenlace al que contribuye el reflujo de las protestas populares. A pesar de ese reflujo de las grandes manifestaciones iniciadas en 1978, con la fundación en
1984 del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) yla Central Unitaria de Trabajadores (CUT), se registra un fortalecimiento organizativo de dos de los movimientos sociales que desempeñan papeles fundamentales en el nacimiento y
consolidación del PT.
Entre 1985 y 1989, el PT lucha contra la política económica del presidente Sarney, incluido su apoyo a las huelgas de 1985; centra su actividad en la campaña para la Asamblea Constituyentede 1986, que instaura la elección presidencial directa; gana
terreno en las elecciones legislativas de 1986, en las que Lula es elegido el diputado que más votos recibió en la historia de Brasil (más de 600 mil); amplía ese terreno en las elecciones municipales de 1988, en las que logra el control del gobierno de
numerosas ciudades, entre las que resaltan São Paulo y Porto Alegre; y libra la primera campaña presidencial de Lula en lo comicios de 1989, en los que el líder del PT fue derrotado por Fernando Collor. A mediados de ese cuatrienio, en el V
Encuentro Nacional del PT, celebrado en Brasilia del 4 al 7 de diciembre de 1987, entre otros documentos, ese partido aprueba la Resolución sobre Tendencias, que rige la actividad de todas las corrientes político■ideológicas que conviven y luchan en
su interior, las cuales disfrutan de la mayor libertad para exponer y difundir sus posiciones pero están obligadas a acatar las decisiones de la mayoría y mantener la unidad de acción.[12]
Meses después de las elecciones brasileñas de 1989, del 31 de mayo al 3 de junio de 1990, se efectuó el VII Encuentro Nacional del PT. Así caracteriza Wladimir Pomar el clima nacional e internacional en que se desarrolló ese evento:
El Séptimo Encuentro Nacional se realiza después de la victoria y la toma de posesión presidencial de Fernando Collor, en 1990, en un cuadro de retraimiento aún mayor de los movimientos sociales y políticos, de estupefacción ante las medidas
neoliberales implementadas por el gobierno y de completa capitulación del Congreso Nacional a los dictámenes del Palacio del Planalto, a pesar de la resistencia de la minoría popular y democrática.
En el campo internacional se consolida la ofensiva ideológica y política del capitalismo, con la caída del socialismo en el este europeo, que abre el camino a la desaparición dela URSSy una expansión sin precedentes de las grandes
corporaciones transnacionales.
El Séptimo Encuentro, ante el impacto de los acontecimientos internacionales, evalúa como positiva la caída del socialismo del este europeo y se vuelve por entero al análisis de coyuntura.[13]
Este fue el contexto en el que Lula convocó al Encuentro del Partidos y Organizaciones de Izquierda de América Latina y el Caribe, nombre original de lo que es hoy el Foro de São Paulo.
Notas
[1] «Es un período de crecimiento extraordinario, que abarca desde el 68 al 76; ocho, nueve años, en que la economía brasileña se multiplica por más de dos y la de São Paulo probablemente por tres. Fue un período comparativamente corto. Creció
la industria tecnológicamente más sofisticada, pero crecieron en extremo también los servicios: educación, salud, transporte, comunicaciones, etc. Y hay un enriquecimiento evidente y bastante concentrado. El régimen militar mantiene la posición de no
intervenir en la distribución de la renta que los mecanismos del mercado espontáneamente concentran.» Paul Singer: entrevistado por Marta Harnecker en O sonho era possível, MEPLA,La Habana, 1994, p. 17.
[2]
Perseu Abramo: entrevistado por Marta Harnecker, ibídem, p. 30.
[3]
Partido dos Trabalhadores: Resoluçoes de Encontros e Congresos: 1979■1998 (Introducción de Wladimir Pomar), Editora Fundação Perseu Abramo, São Paulo, 1999, pp. 18■19.
[4] «Brasil es, con toda seguridad, la segunda nación del mundo en movimientos sociales, solo superada por los Estados Unidos. La diferencia es que, en este país, esos movimientos no lograron afirmarse como alternativa política. Cuando más,
constituyeron poderosos lobbies junto a los partidos Demócrata y Republicano. En Brasil, el movimiento social invadió el terreno de la institucionalidad burguesa, en medio de la redemocratización ocurrida con la caída de la dictadura militar
(1964■1985), y creó su propia alternativa política…» Frei Beto: «Do sonho à realidade», Prólogo a Marta Harnecker, ob. cit, s/p.
[5] «Reunimos doce presidentes de sindicatos y a dos compañeros que no eran presidentes. Había catorce sindicalistas presentes aquella noche, en la oficina de Lula, en el Sindicato de los Metalúrgicos de San Bernardo. Lula propuso: “¿qué tal si
fundamos un partido solo de trabajadores, sin patronos?” […]. Y solamente cuatro compañeros respondieron que aceptaban el PT […]. El PT comenzó tan democráticamente que en la primera reunión la propuesta de Lula fue derrotada.» Paulo
Skromov: entrevistado por Marta Harnecker, ob. cit, pp. 61■62.
[6] «Documentos pre■PT. 24 de enero de 1979. Los sindicalistas, reunidos en el IX Congreso de los Trabajadores Metalúrgicos, Mecánicos y de Material Eléctrico del Estado de São Paulo, en la ciudad de Lins, aprueban la tesis, originalmente
propuesta por los metalúrgicos de Santo André, “llamando a todos los trabajadores brasileños a unificarse en la construcción de su partido, el Partido de los Trabajadores”. Este documento es conocido como la “Tesis de Santo André■Lins”.» Partido
dos Trabalhadores: Resoluçoes de Encontros e Congresos: 1979■1998, ob. cit., p. 40. Véase «A tese de “Santo André■Lins”», Ibídem, pp. 47■48.
[7]
Los «siete marginales», forma en que la prensa burguesa denominaba a los fundadores del PT, eran: Lula, Jacó Bittar, Olívio Dutra, Paulo Skromov, Hemos Amorina, José Cicote y Wagner Benevides.
[8] «1ro de mayo de 1979. Lanzamiento público de la “Carta de Principios” del PT, la cual concluye que “los males profundos que se abaten sobre la sociedad brasileña no podrán ser superados sino mediante una participación decisiva de los
trabajadores en la vida de la nación. El instrumento capaz de garantizar esa participación es el Partido de los Trabajadores.» Partido dos Trabalhadores: Resoluçoes de Encontros e Congresos: 1979■1998, ob. cit., p. 40. Véase «Carta de Principios»,
Ibídem, pp. 49■54.
[9] «13 de octubre de 1979 – São Bernardo do Campo/SP. En reunión en el salón de fiestas del restaurante São Judas Tadeo, con la presencia de 130 personas, representantes de por lo menos seis estados del país, se produce el lanzamiento
oficial del Partido de los Trabajadores. Los representantes aprobaron una “Declaración política”, que expresa las conclusiones de la reunión: una “Plataforma política’” que indica las reivindicaciones que el Movimiento por el PT debe enarbolar
inmediatamente; y las “Normas transitorias de funcionamiento”, que esbozan sugerencias básicas para la organización del PT en todos los niveles, junto con una “Nota contra la reforma partidaria”, que expresa la posición del Movimiento con respecto a
la reforma partidaria del régimen. Y también fue electa la Comisión Nacional Provisional, compuesta de 17 personas, que dirige en Movimiento hasta junio de 1980.» Partido dos Trabalhadores: Resoluçoes de Encontros e Congresos: 1979■1999, ob.
cit., p. 40. Véase también «Declaración Política», Ibídem, pp. 55■57; «Plataforma Política», Ibídem., pp. 58■60; «Nota contrala Reforma Partidaria», Ibídem, p. 60; «Normas Transitorias», Ibídem.
[10] «10 de febrero de 1980 – Colégio Sion. Acto de lanzamiento del Partido de los Trabajadores, con la presencia de 1 200 personas, que aprueban, por aclamación, el “Manifiesto de lanzamiento” del PT.» Partido dos Trabalhadores: Resoluçoes de
Encontros e Congresos: 1979■1998, ob. cit., p. 40.
[11] «1ro de junio de 1980 – Instituto Sedes Sapientae – São Paulo/SP. Reunión nacional de fundación del PT que aprueba el “Programa” y el “Plan de Acción” y el “Estatuto” del partido, además de refrendar el “Manifiesto de lanzamiento”. Elige a la
Comisión Directora Nacional Provisional, conforme a la legislación electoral vigente, que tiene como principal función conducir el proceso de legalización del partido.» Partido dos Trabalhadores: Resoluçoes de Encontros e Congresos: 1979■1998, ob.
cit., p. 40. Véase «Programa». Ibídem, pp. 68■71; «Plan de Acción», Ibídem, pp. 72■73; «Estatuto», Ibídem, pp. 74■94.
[12] Esta resolución establece que «el PT admite en su interior la disputa amplia entre diferentes opiniones. Estima que solo la más amplia libertad de pensamiento y el incentivo al debate político podrán convertirlo en una genuina fuente de
conocimiento y fortalecerlo como instrumento de acción para los trabajadores. Sin embargo, de la misma forma que defiende y garantiza la pluralidad de pensamiento sobre las más variadas cuestiones, exige la más fuerte unidad de acción, pues ella
es la base de ese elemento donde radica la eficacia del partido como instrumento de participación en la lucha de clases en dirección al socialismo […]. Por lo antes expuesto, el PT ve como natural la formación, en su interior, de agrupamientos para
defender sus posiciones políticas, cuyas reuniones, debates y trabajos tengan carácter transparente hacia el partido, y cuyas actividades estén orientadas exclusivamente para la vida interna del PT y que busquen el fortalecimiento de la vida partidista
en su conjunto. El PT considera fundamental canalizar las posiciones políticas de los agrupamientos internos del partido.» «Resolución sobre Tendencias», Ibídem, pp. 356■357.
[13]
Partido dos Trabalhadores: Resoluçoes de Encontros e Congresos: 1979■1998 (Introducción de Wladimir Pomar), ob. cit., pp. 22■23.
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