RELACIONES FAMILIARES EN ADOLESCENTES

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Psicología Conductual, Vol. 7, Nº 3, 1999, pp. 461-470
461
RELACIONES FAMILIARES EN ADOLESCENTES: RESULTADOS
EN ESTUDIANTES Y CONSUMIDORES DE DROGAS
Mª del Carmen Mariño1, Catalina González-Forteza
y Mª Elena Medina-Mora
Instituto Mexicano de Psiquiatría (México)
Introducción
El óptimo crecimiento y desarrollo biológico y social de los adolescentes se
logra más fácilmente cuando crecen en ambientes saludables y armoniosos,
donde se sienten comprendidos y queridos, y donde se les ayuda y apoya en
periodos de transición no siempre fácilmente superables. Es por ello que los hábitos y comportamientos que se adquieren a esa edad pueden tener una importancia clave en la vida futura de los adolescentes y permitirles (o impedirles) un
pleno aprovechamiento de sus capacidades (Organización Mundial de la Salud,
1995a). Aunque es cierto que los jóvenes están relativamente exentos de enfermedades, tienen otros problemas de salud que con frecuencia se derivan de su
comportamiento en medios considerados de peligro (OMS, 1995b). Dentro de
estos comportamientos de riesgo y factores que influyen sobre la salud de los
adolescentes se encuentran el pertenecer a familias disfuncionales, el mal rendimiento escolar y la baja autoestima, situaciones que muchas veces, los adolescentes tratan de enfrentar mediante el uso de alcohol/drogas. La adicción a las
mismas no hace más que agravar esos problemas, dando lugar a conductas antisociales o autodestructivas (OMS, 1995a). Son muchas las razones por las cuales
los jóvenes pueden empezar a experimentar con las drogas. Algunas de las principales son la disponibilidad de las mismas, la curiosidad y la presión de los compañeros. La adolescencia es un periodo de experimentación y hay jóvenes que
ensayan distintas drogas por la simple emoción de hacer algo prohibido o por
imitación. Pero para otros, el consumo de drogas puede representar una evasión
de la realidad. Es bien sabido que el consumo de drogas suele acompañar a la
desintegración social, la pobreza, la falta de un hogar y el desempleo. Los con-
1 Correspondencia: Mª del Carmen Mariño, Calz. México-Xochimilco 101, Col. San Lorenzo Huipulco, Delegación Tlalpan, 14370 México, D.F. (México). E-Mail: [email protected]
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MARIÑO, GONZÁLEZ
Y
MEDINA
sumidores habituales de drogas suelen estar peleados con la familia, no van a la
escuela y viven fuera de su casa; con frecuencia tienen problemas familiares y un
círculo de amigos entre los cuales se encuentra generalizado el consumo de drogas (OMS, 1995b).
Las investigaciones realizadas en México entre adolescentes indican la relación entre consumo de drogas y problemas familiares. Dentro de los indicadores
de riesgo con mayor poder predictivo para el uso de drogas se encuentra el pertenecer a familias caóticas (Castro, 1990; Castro y Chávez, 1986). Dentro de los
factores de riesgo identificados entre estudiantes, el tener poco contacto con la
familia o percibir lejano el ambiente familiar, así como provenir de familias caóticas o desarticuladas, entre otros factores, aumentan la probabilidad de consumo
de drogas (Medina-Mora et al., 1992). En estudios con niños callejeros se ha
encontrado que, por lo general, éstos provienen de familias desintegradas; en 17
de 24 casos había ausencia de uno de los padres y en 8 de ellos el padre biológico había sido sustituido por un padrastro (Leal, Mejía, Gómez y Salinas del
Valle, 1977). En otro estudio, el 81% de los niños indicó que no tiene o no
conoce a su madre y el 69% carece o desconoce a su padre; además, el 42%
manifiesta hacer sufrido maltrato, indiferencia y/o abandono por parte de sus
familiares (Departamento del Distrito Federal, 1992). De 1992 a 1995, las causas
de adoptar la calle como lugar de vida aumentaron sensiblemente debido a los
problemas familiares, por lo que en un contexto de pobreza, la familia actúa
como elemento expulsor y la calle como elemento retentivo (UNICEF y DDF,
1995). En la calle, los niños establecen relaciones sociales entre sí y con otras
personas, se da la amistad, protección y confianza, la autoorganización, el afecto
y la solidaridad que no encuentran con su familia (Gutiérrez, Vega, López, 1992).
En cuanto a los miembros de bandas juveniles, se ha encontrado que el 60%
proviene de familias desintegradas, que además presentan un gran número de
problemas tales como deserción escolar, vagancia, desempleo y subempleo,
aunados a la farmacodependencia y alcoholismo (Stern et al., 1990). Estos adolescentes perciben a la madre como una figura abnegada y sumisa. Las figuras
paternas son percibidas como poco comprensivas, sintiéndose una ausencia
afectiva por parte del padre (Ortiz, Osornio y Zavala, 1995). En este breve panorama de la relación existente entre los problemas familiares y el uso de drogas se
puede ver también la intercorrelación de estos dos aspectos de la vida de los
adolescentes con el desarrollo de otro tipo de problemas como deserción escolar, iniciación temprana en la vida laboral y actos antisociales (Medina-Mora
et al., 1995), así como de comportamientos francamente delictivos y destructivos, y problemas de tipo emocional como soledad, desesperanza, irritabilidad,
depresión y ansiedad (Lara y Figueroa, 1990).
De aquí que el objetivo de este estudio sea conocer el número de adolescentes
con problemas en el área de sus relaciones familiares en dos grupos con diferentes
características en términos de su relación con el uso de drogas, como son estudiantes y adolescentes en tratamiento por el uso de drogas. Además, se analiza la
correlación que existe entre el área de relaciones familiares y otras áreas de la vida
de los adolescentes en cada grupo.
Relaciones familiares en adolescentes: resultados en estudiantes
463
Método
Sujetos
El estudio se realizó con 312 estudiantes de enseñanza media y media superior.
Cinco de las escuelas seleccionadas están ubicadas en la zona sur del Distrito Federal y una en el centro. El diseño de la muestra fue estratificado, bietápico y por conglomerados. La variable de estratificación fue el nivel socioeconómico, constituido
por los niveles bajo, medio y alto, dependiendo del ingreso mensual familiar,
medido en número de salarios mínimos de la población que habita en las zonas en
que se encuentran las escuelas seleccionadas. Estos niveles fueron definidos
tomando como base el Mapa Mercadológico del Área Metropolitana de la Ciudad
de México: nivel bajo de 1 a 5 salarios mínimos, nivel medio de 5 a 10 salarios mínimos, nivel alto de 10 a 20 salarios mínimos (BIMSA, 1988). La primera unidad de
muestreo fue la escuela y la segunda los salones de clases.
Los responsables de obtener información de la muestra de estudiantes fueron
dos investigadores del Instituto Mexicano de Psiquiatría involucrados en el proyecto
y con experiencia en aplicación de cuestionarios en el contexto escolar. El procedimiento fue el siguiente: se acudió directamente al director de la escuela o persona
encargada para pedir autorización para aplicar los cuestionarios, el director o alguna
persona asignada por éste indicó los grupos que habían sido elegidos por ellos o
estuvieran disponibles para contestar el cuestionario. Estando frente a los grupos se
hizo la presentación de los entrevistadores, se les dio información acerca del objetivo de la investigación y del contenido del cuestionario a los estudiantes, y se procedió a responder al mismo. El tiempo aproximado de la aplicación por grupo fue
de 45 minutos.
La otra muestra está integrada por 310 adolescentes consumidores de drogas
captados en centros de tratamiento y/o dependencias jurídicas. La muestra se obtuvo
en 22 diferentes instituciones con el fin de garantizar un amplio rango de consumidores. Como en la muestra anterior, el nivel socioeconómico se obtuvo según el área
en la que se localiza el centro de tratamiento en el Mapa Mercadológico del Área
Metropolitana de la Ciudad de México (BIMSA, 1988). La muestra no fue probabilística, en el sentido de que se entrevistaba a todos los adolescentes presentes en la institución. Para recabar la información de los adolescentes consumidores de drogas en
centros de tratamiento se revisó un directorio de servicios que proporcionan atención
a adolescentes con problemas de uso de drogas, casas de protección social e instituciones de procuración de justicia, y se pidió autorización al director o persona encargada del centro para la aplicación del cuestionario. El responsable de la recogida de
esta información fue un investigador capacitado y con experiencia en la aplicación
de cuestionarios a consumidores de drogas. La aplicación fue tanto en grupo como
individual, dependiendo de la organización particular del centro de tratamiento. La
duración de la aplicación fue aproximadamente de una hora.
Las características de la muestra de estudiantes fueron igualadas a las de los consumidores de drogas, en términos de distribución por sexo y edad, con el fin de hacer
ambas muestras comparables. De los consumidores de drogas, el 80% era hombres
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MARIÑO, GONZÁLEZ
Y
MEDINA
y el 20% mujeres, en tanto que, entre los estudiantes el 75% era hombres y el 25%
mujeres, sin que existan diferencias estadísticamente significativas en la distribución
por sexo en las dos muestras (X2=2,254, gl=1, p=0,133). El rango de edad de los
jóvenes en el estudio fue de 13 a 19 años con una edad promedio que fluctuó entre
16 y 16,6 años para cada grupo, sin que existan diferencias en la edad de los hombres en tratamiento en comparación con los estudiantes (t=0,08, gl=482, p=0,939),
ni en la edad de las mujeres de cada muestra (t=-0,42, gl=136, p=0,674).
Instrumentos
La escala de relaciones familiares analizada en este estudio es una de las 7 diferentes áreas que mide el Cuestionario de Tamizaje de Problemas en Adolescentes
(POSIT) (uso/abuso de sustancias, salud mental, relaciones familiares, relaciones con
amigos, nivel educativo, interés laboral, conducta agresiva/delincuencia) (Mariño,
González-Forteza, Andrade y Medina-Mora, 1998). El POSIT es un instrumento
desarrollado a partir de un marco teórico médico clínico (National Institute on Drug
Abuse, 1991), cuya aplicabilidad en México ha sido evaluada a través de pruebas de
fiabilidad y validez obteniendo resultados satisfactorios (Mariño, 1997). El POSIT es
un instrumento de selección diseñado para identificar adolescentes con problemas
en diferentes áreas de su vida, por lo que no es factible obtener un diagnóstico definitivo únicamente a través de sus resultados. El instrumento señala las áreas en las
cuales posiblemente exista un riesgo. La escala de relaciones familiares mide la organización, patrones de comunicación y comprensión dentro del sistema familiar.
Consta de 10 ítems con opciones de respuestas dicotómicas: si-no (alfa= 0,75)
(Mariño et al., 1998). En general, los ítems contribuyen con un punto al total de la
calificación del área, considerándose la presencia del síntoma cuando la respuesta
es sí en los ítems 1, 2 y 7, y cuando la respuesta es no en el resto de los ítems. El
punto de corte, a partir del cual se considera caso clínico es de 3 síntomas presentes, es decir 3 ítems. De los 10 ítems del área hay 3 denominados red flags (ítems
3, 7 y 8), es decir, ítems que con su sola presencia indican un caso en el área.
Resultados
El número de casos detectado de adolescentes con problemas en el área de relaciones familiares es muy elevado; concretamente, más de la mitad de los adolescentes estudiantes y el 85% de adolescentes en tratamiento por el consumo de
drogas, con diferencias estadísticamente significativas en el total de las muestras, y
para hombres y mujeres2 (tabla 1). El promedio de síntomas presentes en cada
grupo muestra también diferencias significativas a favor de los consumidores de
drogas, en donde existen 2,4 síntomas en promedio entre los estudiantes y 4,6 sín2 Para la realización de los análisis estadísticos de los datos provenientes de la Escala de relaciones
familiares, fue necesario recodificar las respuestas de los ítems 3, 4, 5, 6, 8, 9 y 10 con el fin de que todos
tuvieran la misma tendencia y la respuesta afirmativa significara la presencia del síntoma.
465
Relaciones familiares en adolescentes: resultados en estudiantes
tomas en promedio entre los consumidores de drogas, esto es, casi la mitad de los
10 ítems del área se encuentran presentes en esta muestra. Se detectan más mujeres que hombres que indican tener problemas en el área de relaciones familiares y
también el promedio de síntomas presentes entre las mujeres es mayor, independientemente de que sean estudiantes o consumidores de drogas (tabla 2).
Al analizar cada uno de los 10 ítems del área de relaciones familiares (tablas 3
y 4) los porcentajes del síntoma presente entre los consumidores de drogas son,
por lo general, significativamente más elevados que en los estudiantes. Si se observan estos mismos porcentajes dentro de cada muestra se encuentra que la falta de
atención por parte de los padres y las discusiones frecuentes con los miembros de
la familia son síntomas que se presentan de manera importante entre los consumidores de drogas, y se hacen evidentes en los ítems «La mayoría de las veces
saben tus padres o tutores dónde estás y lo que estás haciendo» y «¿Discutes frecuentemente con tus padres o tutores, levantando la voz y gritando?». Estos dos
ítems presentan la mayor diferencia entre los consumidores de drogas y los estudiantes, tanto en hombres como en mujeres. Cabe señalar que estos dos ítems son
considerados como red flags cuya sola presencia indica riesgo en esta área, esto
es, son ítems que diferencian de forma importante a los adolescentes en riesgo de
los que no lo están.
Tabla 1
Escala de relaciones familiares: número y porcentaje de casos según sexo
HOMBRES
MUJERES
TOTAL
N
%
N
%
N
%
Estudiantes
113
49,3
42
56,0
155
51,0
Consumidores de drogas
202
83,5
54
90,0
256
84,8
X2=61,859, gl=1,
p=0,000
X2=18,757, gl=1,
p=0,000
X2=79,219, gl=1,
p=0,000
Tabla 2
Promedio de síntomas presentes de la Escala de relaciones familiares en cada
grupo según sexo
HOMBRES
MUJERES
TOTAL
X
DT
X
DT
X
DT
Estudiantes
2,35
2,01
2,61
2,25
2,41
2,10
Consumidores de drogas
4,38
2,57
5,55
2,58
4,62
2,61
t=9,22, gl=423,57,
p=0,000
t=6,93, gl=127,
p=0,000
t=11,15, gl=537,41,
p=0,000
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MARIÑO, GONZÁLEZ
Y
MEDINA
Tabla 3
Porcentaje del síntoma presente en hombres estudiantes y consumidores de drogas
SÍNTOMA
Estudiantes Usuar.drogas
X2
gl
p
¿Discuten demasiado tus padres o tutores?
19,0
42,0
29,760
1
0,00000
¿Se niegan tus padres o tutores a hablarte
cuando se enfadan contigo?
15,3
30,5
15,578
1
0,00008
La mayoría de las veces ¿saben tus padres o
tutores dónde estás y lo que estás haciendo?
22,7
62,2
75,972
1
0,00000
¿Participas en muchas actividades en compañía
de tus padres o tutores?
50,2
69,1
17,781
1
0,00002
¿Te prestan atención tus padres o tutores
cuando les hablas?
6,0
20,3
21,347
1
0,00000
¿Saben tus padres o tutores cómo realmente
piensas o te sientes?
47,2
65,7
16,627
1
0,00005
¿Discutes frecuentemente con tus padres o
tutores, levantando la voz y gritando?
22,1
50,8
41,881
1
0,00000
¿Les gusta a tus padres o tutores hablar
y estar contigo?
12,5
21,7
7,091
1
0,00774
¿Tienen tus padres o tutores una idea
relativamente buena de lo que te interesa?
25,1
45,9
22,180
1
0,00000
¿Están tus padres o tutores de acuerdo en
cuanto a la forma en que te deben manejar a ti?
27,0
39,9
8,841
1
0,00294
Por otra parte, los dos ítems que presentan los porcentajes más elevados entre
los estudiantes hombres y mujeres son «¿Saben tus padres o tutores cómo realmente piensas o te sientes?» y «¿Participas en muchas actividades en compañía de
tus padres o tutores?». La separación de los padres y el retraimiento suelen ser indicadores del periodo adolescente, de aquí que su sola presencia no indique un problema, y sea necesario cumplir con el punto de corte que requiere la presencia de
3 o más ítems para indicar un caso clínico en esta área.
Al hacer una comparación hombres-mujeres estudiantes y hombres-mujeres
consumidores de drogas, el porcentaje del síntoma presente entre las mujeres, por
lo general es más alto que entre los hombres lo que probablemente se deba a que
las mujeres son más sensibles al conflicto en las relaciones familiares que los hombres, o a que perciben el problema más cercano a ellas. Sin embargo, algunos ítems
relacionados con el control de las actividades de los adolescentes sí son más bajos
entre las mujeres. Esto se puede ver claramente en el ítem «La mayoría de las veces
¿saben tus padres o tutores dónde estás y lo que estás haciendo?», tanto en las
estudiantes como en las usuarias de drogas, y especialmente entre las estudiantes
en «¿Participas en muchas actividades en compañía de tus padres o tutores?». Esto
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Relaciones familiares en adolescentes: resultados en estudiantes
Tabla 4
Porcentaje del síntoma presente en mujeres estudiantes y usuarias de drogas
SÍNTOMA
Estudiantes Usuar.drogas
X2
gl
P
¿Discuten demasiado tus padres o tutores?
24,3
55,7
13,932
1
0,00019
¿Se niegan tus padres o tutores a hablarte
cuando se enfadan contigo?
33,8
55,7
6,686
1
0,00972
La mayoría de las veces ¿saben tus padres o
tutores dónde estás y lo que estás haciendo?
17,1
55,7
22,409
1
0,00000
¿Participas en muchas actividades en compañía
de tus padres o tutores?
40,8
73,8
14,902
1
0,00011
¿Te prestan atención tus padres o tutores cuando
les hablas?
11,8
27,9
5,652
1
0,01743
¿Saben tus padres o tutores cómo realmente
piensas o te sientes?
59,7
83,6
9,283
1
0,00231
¿Discutes frecuentemente con tus padres o
tutores, levantando la voz y gritando?
26,0
70,0
26,383
1
0,00000
¿Les gusta a tus padres o tutores hablar y estar
contigo?
19,5
28,8
1,617
1
0,20349
¿Tienen tus padres o tutores una idea
relativamente buena de lo que te interesa?
23,4
45,9
7,771
1
0,00531
¿Están tus padres o tutores de acuerdo en
cuanto a la forma en que te deben manejar a ti?
19,7
51,7
15,272
1
0,00009
es, se está reflejando la normatividad social en donde los padres tienden a proteger
más a las mujeres debido al rol que culturalmente se les ha impuesto, en dónde
éstas deben permanecer cercanas al hogar, ya que, según los padres, están expuestas a más peligros que los hombres.
En cuanto a la correlación que guarda el área de relaciones familiares con el
resto de las áreas del POSIT (tabla 5), se encontró que la correlación con el área
salud mental es consistentemente elevada y significativa en todos los grupos estudiados. Entre los hombres consumidores de drogas también se ven afectadas de
manera importante las áreas de nivel educativo y conducta agresiva. Entre las
mujeres consumidoras, el área de relaciones familiares se relaciona estrechamente
y de manera significativa con la agresividad y la conducta delictiva de ella y de su
grupo de amigos. Los problemas familiares y el uso de sustancias tienen una
mayor relación entre los hombres, ya sean consumidores de drogas o estudiantes;
mientras que las mujeres que presentan relaciones familiares problemáticas, sorprendentemente, éstas se relacionan de manera directa con conductas agresivas
de tipo antisocial y delictivo, como ya se había mencionado, incluso en las estudiantes.
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MARIÑO, GONZÁLEZ
Y
MEDINA
Tabla 5
Correlación del área de relaciones familiares con las demás áreas del POSIT y su
nivel de significación estadística
Estudiantes
Áreas del POSIT
Consumidores de drogas
Hombre
n=157
Mujer
n=55
Total
n=212
Hombre
n=139
Mujer
n=41
Total
N=180
Uso/abuso de sustancias
0,3275
0,000
0,1531
0,132
0,2758
0,000
0,5593
0,000
0,5150
0,000
0,5414
0,000
Salud mental
0,4553
0,000
0,5310
0,000
0,4807
0,000
0,6321
0,000
0,5194
0,000
0,6356
0,000
Relaciones con amigos
0,3363
0,000
0,4344
0,000
0,3405
0,000
0,4512
0,000
0,5615
0,000
0,4802
0,000
Nivel educativo
0,4199
0,000
0,6497
0,000
0,4846
0,000
0,6454
0,000
0,4940
0,001
0,6309
0,000
Interés laboral
0,2006
0,006
0,3851
0,002
0,2279
0,000
0,2385
0,002
0,1574
0,163
0,1469
0,025
Conducta agresiva/delincuencia
0,3546
0,000
0,5054
0,000
0,3748
0,000
0,5866
0,000
0,6644
0,000
0,5909
0,000
Discusión y conclusiones
En general, los porcentajes de estudiantes en riesgo de presentar problemas
en el área de relaciones familiares son elevados, aún considerando que el POSIT
es un instrumento de tamizaje. A partir de estos resultados, podemos hacernos
una idea lo suficientemente clara del papel tan importante que está desempeñando la familia entre los adolescentes, que en muchos casos están encontrando
en el uso de drogas una evasión de las riñas familiares y la falta de atención hacia
ellos por parte de sus padres, como es el caso de los adolescentes en tratamiento
por el uso de drogas. Los adolescentes que asisten a la escuela son considerados
una población hasta cierto punto protegida de las problemáticas sociales graves
que enfrentan, por ejemplo los adolescentes en pobreza extrema, sin hogar, y en
general cualquiera que se encuentre en una situación marginal. Sin embargo,
llama la atención el número tan elevado de adolescentes que posiblemente tengan un conflicto familiar, por lo que no debe dejarse de lado y atender a estos
jóvenes con el fin de evitar que se llegue a consecuencias tan graves como las
encontradas entre los adolescentes consumidores de drogas, en los cuales los problemas se intercorrelacionan de tal manera que es más difícil atenderlos y procurar una recuperación y una inserción en un estilo de vida saludable. Es importante
detectar oportunamente a los adolescentes estudiantes que tienen problemas
familiares con el fin de evitar otro tipo de conflictos en su vida que se puede relacionar de manera directa con el uso de drogas. Y entre los consumidores de dro-
Relaciones familiares en adolescentes: resultados en estudiantes
469
gas detectar no solamente los problemas familiares, sino también otras áreas de
conflicto que deben tratarse de manera independiente e individualizada, pero de
forma integral.
Otro aspecto importante es la diferencia en los resultados entre hombres y
mujeres, que hace evidente la necesidad de crear formas de atención más específicas para cada género, dependiendo de los escapes o formas de enfrentamiento
que utiliza cada uno, e incluso de la manera tan diferente en la que se viven el
conflicto; la agresividad relacionada con los problemas familiares en la mujer es
expresada a través de conductas antisociales y/o delictivas, mientras que el hombre vuelca la agresividad hacia sí mismo en conductas autodestructivas como es
el uso de drogas. En apoyo a estos resultados, la Organización Mundial de la
Salud (1995a) advierte que un control familiar pobre, incluyendo inconsistencia
por parte de los padres, estructura familiar indefinida, el uso del castigo físico
severo, la falta de estímulo para hacer bien las cosas, conflictos familiares y una
comunicación pobre han sido asociados con un incremento en el riesgo de problemas de uso de alcohol y drogas por parte del adolescente. En las familias caóticas, los padres no pueden supervisar el comportamiento de sus hijos ni pueden
transmitir expectativas, límites y valores adecuados. Cuando el sistema familiar no
puede desarrollar efectivamente estas tareas, el potencial de los adolescentes
para asumir los roles adultos socialmente normativos se ve disminuido, reflejándose en conductas de riesgo y/o antisociales, como es el caso específico de las
mujeres en este estudio, entre las cuales se encontró una relación directa entre los
problemas familiares y el área de conductas agresivas y delincuencia, tanto en las
estudiantes como en las que estaban en tratamiento por el uso de drogas. Por
otra parte, sabemos que el uso y abuso de sustancias es un fenómeno multicausal, por lo que no solamente se presenta en adolescentes con problemas familiares, sino que también se encuentra entre adolescentes que provienen de familias
aparentemente normales y bien ajustadas. En este caso, la familia es un elemento
terapéutico importante como aliado en el tratamiento del abuso de sustancias por
parte del adolescente.
De cualquier manera, ya sea como un factor de riesgo o como un recurso de tratamiento, la familia ejerce una influencia primaria en el abuso de drogas del adolescente. La familia es, por lo tanto, un componente importante del proceso de
rehabilitación —ya sea como un agente que ayuda en el cambio de conducta y/o
como un sistema con necesidades de cambio— (OMS, 1995a).
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