UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO. E ES R S O S DO A V R PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA A PARTIR DEL PROCEDIMIENTO INTERDÍCTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO. H C E ER D Trabajo especial de grado para optar al título de Abogado, Piters G. Marcos C.I. V.- 7.773.064 Tutor Académico: Dr. Luís Acosta Maracaibo, Abril de 2011 1 S DO A V R PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA A PARTIR DEL PROCEDIMIENTO INTERDÍCTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO E ES R S O H C E ER D 2 APROBACIÓN DEL FACILITADOR En mi carácter de Tutor del Trabajo de Grado presentado por el ciudadano Marcos A. Piters Guanipa, titular de la cédula de identidad Nº 7.773.064 para optar al título de Abogado, el cual se intitula PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA A PARTIR DEL PROCEDIMIENTO INTERDÍCTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO considero que dicho trabajo reúne los requisitos y meritos suficientes para ser sometido a la evaluación correspondiente. En Maracaibo a los ____ días del mes Abril de 2.011 S DO A V Dr. Luís Acosta ER S E SR ___________________________ O H C E FACILITADOR DE TESIS DER 3 DEDICATORIA A Dios todo poderoso por su infinito amor, por abrirme los caminos para mis logros. A mis padres por darme la vida y ser mis pilares fundamentales e inculcarme los mejores valores y saber guiarme en el andar de la vida. A mi tía Silene y a mi primo Cesar por brindarme su apoyo incondicional. Estalin que está en el cielo, que dios lo tenga en la Gloria. S O D A A mi hermana Thais y mi hermano Leonardo, les dedico V esta tesis con toda la fuerza de mi R E corazón, como ejemplo de que si podemos llegar a las cosas más grandes y más altas que S E R la vida nos brinda. OS H C E DER A mí querida y adorada señora Maryolga por brindarme su apoyo incondicional, por su amor, cariño, paciencia y confianza. A mis amados hijos sirva este trabajo como ejemplo de perseverancia y dedicación al estudio. Gracias a todos. 4 AGRADECIMIENTOS A Dios Todopoderoso por su infinito amor, por abrirme los caminos para alcanzar este anhelada meta. A mi Profesor Tutor Dr. Luís Acosta, por su tiempo, sabiduría, apoyo, confianza y respaldo oportuno. A la Profesora Lic. Milagros Quijada por su ayuda, orientaciones, recomendaciones a fin de lograr el éxito en este trabajo especial de grado. S Agradezco inmensamente al Dr. Néstor Amesty, por su aporte educativo y académico, en mi formación como futuro abogado de la República Bolivariana de Venezuela, la cual me siento orgulloso y me pliego a su modelo de enseñanza y a su apoyo humanitario ante las vicisitudes que se me presentaron en esta casa de estudio. E ES R S O H C E ER D DO A V R A todos y cada uno de los Profesores, especialistas, de la Universidad Rafael Urdaneta quienes durante mi carrera me dieron apoyo, enseñanza y conocimientos. A todas las personas que confiaron en mí y que sirvieron de ayuda en el logro de esta meta. Gracias a todos. 5 REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA FACULTAD DE CIENCIAS, POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO TRABAJO ESPECIAL DE GRADO II RESUMEN PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA POR LA APLICACIÓN DEL PROCEDIMIENTO INTERDICTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO S DO A V R Autor: Piters G. Marcos A. Tutor académico: Luís Acosta. SE E R La investigación que se presenta OaScontinuación tuvo como objetivos fundamentales H C analizar en detalle R el E marco conceptual y procedimental vigente en nuestro país en E D denominados, en sentido estricto por la doctrina “Interdictos relación a los posesorios”, así como considerar la polémica surgida en la praxis forense nacional en virtud de la diversidad de criterios emanados del Tribunal Supremo de Justicia en torno al mencionado procedimiento: El estudio jurídico-teórico desarrollado nos permitió, por una parte, determinar deficiencias en el marco sustantivo que rige a los interdictos en el derecho positivo venezolano, imponiéndose una reforma, similar a la italiana en vigencia, que revierta en normas más concisas e inequívocas al respecto; y por la otra, sentar posición acuciosamente razonada en torno a la polémica judicial señalada, con apoyo incluso, de la experiencia extranjera sobre el particular, estimando indispensable seguir por el momento, el procedimiento innovador expuesto por la Sala de Casacion Civil del Tribunal Supremo de Justicia, mientras se diseña y adopta definitivamente un nuevo procedimiento que se adapte a las exigencias del moderno marco constitucional venezolano, que estatuye la noción de Tutela Judicial Efectiva como paradigma orientador de toda la actividad jurisdiccional del Estado. Descriptores: Interdictos, Defensa, Procedimiento, Jurisprudencia, Reforma. 6 REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA FACULTAD DE CIENCIAS, POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO TRABAJO ESPECIAL DE GRADO II . ABSTRACT BEGINNING OF THE JUDICIAL EFFECTIVE GUARDIANSHIP FOR THE APPLICATION OF THE PROCEDURE INTERDICTAL RESTITUTORIO CONTEMPLATED IN THE CODE OF CIVIL VENEZUELAN PROCEDURE E ES R S O H C E ER S DO A V R The following investigation that is present had as fundamental objetive to analyze the procedural and conceptual marc that is being used in our country related, in a very strict sense, to what is called “Interdictos Posesorios” and the controversy that has been born in the national praxis, since the different points of view that our Supreme Court of Justice had mentioned about this particular subject: analyzing the theory aspects allowed us, in a way, to realize the problems that interdictos, in the Venezuelan positive law have had in the substantive marc, however is require a similar reform like the one is being used in Italy right now, it is absolutely necessary to modify to a more consistent and less mistaken set of laws; in other way, set a position concerning the judicial polemic supported by the foreign experience about this particular theme, it is indispensable for the moment, to follow the new procedural that the Civil Court Room of our Supreme Court of Justice has exposed, while it is design and adopt a new procedural related to the venezuelan constitutional marc. D Key word: Interdictos, Defense, Procedural, Reform, Jurisprudence. 7 INDICE GENERAL. Agradecimiento…………………………………………………………………………..ii Dedicatoria……………………………………………….…..…………………………..iii Resumen…………………………………………………………………………………..iv Índice………………………………………………………….…..………………………..v INTRODUCCIÓN……………………………………….……….…………………. 10 CAPITULO I: EL PROBLEMA. OS D A V Objetivos de la Investigación……………………………………..………………….. 20 R E S E SR O Objetivos Generales…………………………………........................................ 20 H C E ER D Objetivos Específicos…………………………………..…………………..…….. 20 Planteamiento del Problema y Formulación del Problema………………………… 12 Justificación de la Investigación……………………………………..………............ 20 Delimitación de la Investigación……………..………………………………………. 24 CAPITULO II: MARCO TEÓRICO. Antecedentes de la Investigación………………………………………………………25 Bases Teóricas de la Investigación………………..…………………………………..33 Matriz de Análisis…...……………………………………………………………………79 CAPITULO III: MARCO METODOLÓGICO. Tipo de Investigación……………………………...………………………………...... 80 Diseño de la Investigación………………………….………………………………… 80 Técnicas de Recolección de datos………………………...………………………… 81 8 Técnicas de Análisis de Datos…………………………….…………………….…… 82 CAPITULO IV: RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN. Describir el Principio de la Tutela Judicial Efectiva como manifestación de los derechos constitucionales por la aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano ……………….83 Determinar el fundamento de la protección posesoria en el principio de la Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano Restitutorio S DO A V R SE E R Establecer el alcance del principio OSde la tutela judicial efectiva por la aplicación del H C procedimiento Interdictal ERE Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento D Civil Venezolano…………………………………………………………….. 100 ……………………………. 87 Verificar la trasgresión del principio de la Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano……………………………………………………109 Conclusiones………………………………………………………………........125 Recomendaciones……………………………………………………………. 128 Referencias Bibliográficas………………..……………………………………. 129 9 INTRODUCCIÓN Todo Estado debe garantizar a los ciudadanos el libre ejercicio de sus derechos de manera permanente, progresiva, pacifica, continua y alejada de toda perturbación, de esto depende el orden y la estabilidad social – jurídica de una Nación, asimismo un Estado que dicte los medios necesarios e idóneos para solventar las perturbaciones que los ciudadanos sufran en sus derechos bien sean personales o reales. Ahora bien estos medios no son más que el ordenamiento jurídico creado por las leyes, entendiendo así los ciudadanos que las controversias deben dirimirse en los órganos de justicia y bajo ningún concepto la aplicación de la justicia bien sea para obtener algún derecho o para restituir alguno que haya sido despojado, puede recaer en las propias manos de las partes en conflicto. S Así, bajo el esquema del texto constitucional de 1.999, específicamente DO A V R conforme a lo previsto en el artículo 257, el proceso judicial tiene como finalidad la E ES R S O realización de la justicia, la cual, a tenor de lo preceptuado en el artículo 26 H C E autónomo, independiente, DER responsable, equitativa, expedita, sin dilaciones indebidas constitucional debe ser gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, y sin formalismo, elemento este último, que equivale a que la justicia debe prevalecer frente a las formas tal como lo preceptúa el articulo 257 Ibidem. En el presente trabajo documental investigativo, se desglosará el medio utilizado en la jurisdicción civil para lograr la restitución de un bien mueble o inmueble que haya sido despojado de su posesión a algún ciudadano, figura esta denominada Interdicto Restitutorio, y que es definido de manera amplia por algunos procesalitas como una institución del Derecho Civil que tiene como fin fundamental, a través; del debido proceso restituir la posesión de un bien a quien lo detentaba, fuese o no su dueño, de este amplio concepto se desarrollaran puntos como la exclusividad de la jurisdicción civil, a la hora de interponer una querella interdictal restitutoria; ya pues que del anterior concepto se desprende claramente que el interdicto es una institución del Derecho Civil, esto sin menoscabo de que alguna ley especial pueda tipificar un procedimiento particular que salga de la esfera meramente civilista en que se creó el interdicto, y que se ha sustanciado a lo largo de muchos años. De la misma manera se realizara un esbozo de los supuestos para intentar una acción interdictal restitutoria, según lo establecido en el artículo 783 del Código 10 Civil Venezolano, cuyo tenor es el siguiente “Quien haya despojado de la posesión, cualquiera que ella sea, de una cosa mueble o inmueble, puede dentro del año del despojo, pedir contra el autor de él, aunque fuera el propietario que se le restituya en la posesión”, así como un detallado análisis del proceso seguido para el desarrollo de la querella interdictal, entendiendo como expresa el maestro COUTURE que el proceso tiene como fin la búsqueda de la verdad, mediante la exposición de la tesis demanda y/o querella contentiva de la pretensión; de la antítesis, la contestación contentiva de la excepción; y de la síntesis (sentencia que resuelve el conflicto subjetivo sometido al conocimiento del órgano jurisdiccional) vale decir, en el ejercicio de la acción mediante la demanda contentiva de la pretensión, donde el actor o querellante puede exponer un hecho de naturaleza constitutiva, extintiva, impeditiva o modificativa, en el ejercicio del S O D A donde el demandado o querellado puede exponer V los hechos exceptivos, bien de R E ESo modificativa para enervar los efectos naturaleza constitutiva, extintiva, impeditiva R S O H de los hechos narrados por el pretensionante; y en el resultado del cuestionamiento C E R DE judicial, traducido en sentencia donde el operador de justicia judicial o problemática derecho a la defensa mediante la presentación de la contestación de la demanda debe atenerse a lo alegado y probado en autos (principio de congruencia) resolviendo el conflicto y declarando la voluntad de la ley en el caso concreto, que involucra su ejecución, bien de manera voluntaria o mediante la intervención forzosa del imperio de la ley, por demás de manera pacífica. 11 CAPITULO I EL PROBLEMA Planteamiento y Formulación del Problema Según Ferrer (2000) un Interdicto es un procedimiento judicial de tramitación sencilla, cuyo objetivo es atribuir la posesión de una cosa a una determinada persona física o jurídica frente a otra, de manera provisional. El interdicto también se puede plantear para el caso de que exista una reclamación por algún daño inminente, cuya urgencia habrá de quedar justificada. Asimismo, el interdicto se puede utilizar como protección ante cualquier OS D A V R cabe emplearlo en el caso de ruidos, oloresS que impidan a una persona disfrutar de E RqueE sea un proceso al que se recurre en S la posesión de un bien. EstoO hace H C E ocasiones para E R la paralización de obras cercanas o de otras actividades D obligar agresión o perturbación que una persona sufra sobre su pacífica posesión. Esto es, molestas (salas de fiestas) para el propietario de un inmueble. En un interdicto, priva la agilidad y la resolución rápida sobre la cuestión jurídica de fondo. De esta manera, los fundamentos y alegatos de complejidad normal habrán de reservarse para el procedimiento declarativo que se celebrare después, y que esta vez, sí que tendrá un carácter definitivo y no provisional. Cabe destacar que un interdicto no puede tener jamás valor de cosa juzgada, aunque doctrinalmente se discute la existencia de un instituto de inferior grado que blinde el mecanismo interdictal, de manera que no pueda plantearse una y otra vez el mismo proceso. A este respecto, cabe recordar la distinción entre cosa juzgada formal y cosa juzgada material. La primera implica que lo decidido en un proceso no puede ser modificado dentro del mismo proceso, pero sí en otro posterior; la segunda implica que lo decidido no puede modificarse en el mismo proceso ni en uno distinto. Lo decidido en un interdicto, entonces, no tiene valor de cosa juzgada material, pero sí formal, es decir, al quedar firme la sentencia, ésta no puede ser modificada dentro del mismo 12 proceso. La posibilidad de plantear un nuevo interdicto debe ser revisada a la luz de cada legislación en particular. El abordaje de un tema como el de los interdictos posesorios, podría resultar muy variado en cuanto a sus interpretaciones y análisis. Sin embargo, con la finalidad de concentrar la atención en una de las vertientes del mismo, se realiza esta investigación con el propósito de tocar las consecuencias que la aplicación del procedimiento contemplado en el ordenamiento adjetivo patrio podría tener respecto de derechos subjetivos de rango constitucional. En atención a este orden de ideas es conveniente indicar que los interdictos son acciones de protección de la posesión que como tales persiguen una función jurisdiccional. Estos tienen como objeto la posesión sobre determinadas cosas S DO A V R muebles e inmuebles, por lo que resulta de necesario entender a plenitud la noción de posesión. E ES R S O H C E ER Al respecto, según Hernández D (2000) en el Derecho Romano no se desarrollo, propiamente hablando, una teoría de la posesión. En cierta etapa histórica estrictas necesidades de orden práctico llevaron a la formulación de una serie de principios de carácter general sobre la institución posesoria. Estas razones históricas han llevado a entender que el desarrollo de la noción, en este momento considerado, corresponde a una concepción “romanista”. En este mismo orden de ideas Saviginy concibe la posesión como una situación de naturaleza eminentemente fáctica, donde la misma se desarrolla a partir de la realización continuada de una serie de hechos, no bastando para ello con el acaecimiento de un hecho aislado. Por otra parte al referirse a los elementos de la institución, se refiere a estos como corpus y animus domini. Analizando el párrafo anterior, se puede decir que el primero permite la posibilidad de aprehensión material de un bien y el segundo la intención de tener una cosa como propia, es decir; no reconociendo en un tercero un derecho igual o superior al que dicho poseedor detenta. En este punto resulta de suma importancia exponer las razones por las que Savigny considera que es necesario proteger la posesión. 13 Se observa, que se protege la posesión para mantener la paz social, lo cual se logra evitando que los particulares tomen justicia por mano propia. Por lo que el fundamento de la protección posesoria y por ende la justificación de la existencia de los interdictos, descansa en la necesidad de dotar al poseedor de la herramienta jurídica procesal a los fines de garantizar, que ante una determinada perturbación a la posesión o despojo, pudiere el afectado obtener del órgano jurisdiccional la debida tutela. En contraposición, Ihering, (1980) plantea la institución de la posesión como un derecho, en el sentido de entender que la misma deviene de una conceptualización de “derecho” que resulta, a juicio propio de carácter muy general, para este autor el derecho es todo interés jurídicamente relevante, por lo que en este S O D A autor, los elementos de la posesión definen parcialmente V la terminología empleada R E ES por Savigny. Al respecto se refiere a corpus y animus. R S O H C E R refiere, no ya a la posibilidad de aprehensión material de un DEse El primero entendido ciertamente cualquier cosa es derecho. En otro orden de ideas para este bien como lo afirmaba Savigny, sino como la posibilidad de darle al mismo la función económico - social para la cual ha sido creado, es decir que Ihering pareciera que va un paso más adelante al afirmar con que no basta con el cumplimiento de la función del bien, sino que es necesario dársela, para de esta manera poder afirmar la existencia del elemento corpus. Por último, el autor in comento, plantea la necesidad de proteger la posesión para que con ello, al mismo tiempo se proteja la propiedad, es decir, cuando se observa el objetivo propuesto mediante cualquier actuación posesoria con carácter propio, resulta muy claro que este se realiza con la intención de adquirir el derecho de propiedad, por lo que al proteger la posesión de un propietario en definitiva se protege su propio derecho. De igual modo, al tutelar la posesión de una persona que, aun cuando no tenga la titularidad del derecho de propiedad, ejercita la misma, dicha actuación va encaminada a adquirir el derecho real de propiedad mediante la usucapión. De manera tal que, bien que proteja la actual posesión de un propietario y la de un 14 poseedor, en esa misma medida realmente lo que protege es el propio derecho de propiedad. De lo anteriormente expuesto resulta meridianamente claro que, aun en la doctrina más calificada, existen diferencias, en cuanto al fundamento de la protección posesoria general, por lo que en atención a ello, es conveniente indicar que la misma será abordada en la presente investigación. En el actual orden constitucional venezolano se contienen normas que garantizan la protección de especiales derechos de orden procesal, como lo son el derecho al debido proceso y el derecho a la defensa. Estos derechos resultan expresiones o manifestaciones de lo que el artículo 26 de la Constitución de la S DO A V R República Bolivariana de Venezuela define como la Tutela Judicial Efectiva, al E respecto la referida norma expresa: ES R S O H C E ER “Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de D justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos y difusos, a la tutela efectiva de los mismos, y obtener con prontitud la decisión correspondientes, el Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles”. De la norma transcrita, resulta muy claro que la administración de justicia en Venezuela deberá estar orientada por los principios indicados en el artículo 26 antes citado, y la actuación de los jueces debe estar apegada a los mismos. Cuando se observa el procedimiento interdictal restitutorio, el legislador procesal de 1986, en el artículo 701 de la ley adjetiva patria establece: “Practicada la restitución o el secuestro, o las medidas que aseguren el amparo, según el caso, el juez ordenará la citación del querellado, y practicada ésta, la causa quedará abierta a pruebas por diez días. Concluido dicho lapso las partes presentarán dentro de los tres días siguientes, lo alegatos que consideren convenientes, y el juez, dentro de los ocho días siguientes dictará la sentencia definitiva”. 15 Esta sentencia será apelable en un solo efecto, pero el Tribunal remitirá al Superior el expediente completo de las actuaciones. El juez será responsable de los daños y perjuicios que cause por su demora en dictar la sentencia prevista en dicho artículo. En fecha 22 de mayo de 2001, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, con ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez, modifica el procedimiento pautado en el citado artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, estableciéndose el término de dos días hábiles, posteriores a la citación del querellado, para que éste pueda oponer sus alegatos consecuentes. Los fundamentos para tal decisión los toma la Sala de los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución Nacional, así como el artículo 20 del mismo Código E ES R S O S DO A V R de Procedimiento Civil. Al efecto la referida decisión señala: “Cabe destacar, que en el precitado procedimiento no se prevé acto de H C E ER contestación de la demanda, oportunidad procesal en la cual pudieran promoverse D cuestiones previas, para decidirlas en forma incidental”. Ahora bien, la Sala estima, que antes de cualquier otra consideración debe procederse a examinar el recurso de casación propuesto, a la luz de las disposiciones establecidas en los artículos 7 y 334 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Por otra parte, consagra así mismo, el texto constitucional en los artículos 26, 49 y 257, la garantía de los justiciables, del debido proceso y la protección del sagrado derecho a la defensa. Se evidencia de lo señalado, que en el procedimiento reseñado, los alegatos de las partes tienen lugar después del período probatorio, hecho éste que impide a los litigantes, de cierta manera, desvirtuar las pruebas de la contraparte o, de ser el caso, subsanar defectos u omisiones que hubiese opuesto el querellado contra el escrito de la querella intentada. Ante la situación observada, la Sala hace las siguientes reflexiones: el procedimiento interdictal anotado, aún cuando especial, impide a los justiciables el 16 establecimiento de un efectivo contradictorio, lo cual deviene claramente en un menoscabo a los derechos fundamentales supra mencionados. La especialidad procesal en cuestión, no puede constituir óbice para la aplicación en la sustanciación de los interdictos, de aquellos trámites de carácter procedimental que resguarden la potestad de las partes para esgrimir a su favor, alegatos y probanzas que coadyuven a garantizar el respeto al debido proceso y al derecho fundamental a la defensa consagrado, que se reitera, en los artículos de la Constitución precedentemente señalados. Razón por lo cual, en acatamiento a lo señalado en los artículos 7 de la Constitución y 20 de la Ley Adjetiva Civil, que configura el llamado control difuso de S O D A procedimientos interdictales posesorios, el ítem procedimental. V R E ES R S Oartículo 7 del Código de Procedimiento Civil, esta H Conforme lo permite el C E DER que es más idóneo lograr la protección del derecho a la jurisdicción considera la constitucionalidad de las leyes, lo jurídicamente procedente es aplicar en los defensa en los juicios interdictales, mediante la prevención del contradictorio, en este sentido, se percata la mencionada Sala que los procedimientos interdictales posesorios están enmarcados dentro del principio de la especialidad, la celeridad y la brevedad de las actuaciones, luego de un detenido análisis de la situación. Con fundamento al precitado artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, a los fines de contemplar la apertura efectiva del contradictorio, la Sala establece, que una vez citado el querellado, éste quedará emplazado para el segundo día siguiente a la citación, a fin de que exponga los alegatos que considere pertinentes en defensa de sus derechos. En este sentido, se permite, que ambas partes, en entera igualdad de condiciones, formulen alegatos y promuevan pruebas oportunamente, (las cuales deberán ser admitidas siguiendo para ello la previsión establecida en el artículo 398 del Código de Procedimiento Civil), pudiendo seguir el procedimiento pautado en el artículo 701 del Código Adjetivo Civil. En lo relativo al período probatorio y al de la decisión, garantizándose de esta manera el cumplimiento de los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 17 De lo expuesto, puede evidenciarse que el procedimiento interdictal resultó modificado, no solo en lo que respecta a la etapa correspondiente a la contestación de la demanda, sino a otros aspectos que resultan propios del un juicio tan especial, lográndose de esta forma, según lo señalado por la Sala, el reestablecimiento de las garantías constitucionales que resultaban violadas por la aplicación del procedimiento contemplado en la norma adjetiva en cuestión, y muy especialmente en lo referido al derecho a la defensa del querellado. Este criterio fue ratificado por la Sala de Casación Civil mediante decisión de fecha 3 de diciembre de 2001 y 31 de mayo de 2002, mediante ponencia del Magistrado Antonio Ramírez Jiménez. Tal ratificación se expresó en los siguientes términos: S O D A “Ahora bien, la Sala para evitar se le mal interprete, V procede a concretar, que R E ES tales efectos deben entenderse ex R tunc, vale decir para todos los casos de la S O H especie, aún los decididos por los tribunales de instancia en fechas anteriores a la C E R DEque impone el cambio”. Por cuanto la violación observada de la sentencia corresponde al orden público constitucional y es producida por la incompatibilidad del procedimiento interdictal con las normas supremas, la cual se viene produciendo desde antes de la aprobación de la Constitución vigente, ya que igualmente se han venido vulnerando los derechos fundamentales, a la defensa y al debido proceso, pues ellos aún cuando se encontraban garantizados igualmente, en la Constitución derogada (Artículos 60, 68 y 69), lamentablemente, no se habían percatado de ello los jurisdicentes. Estas decisiones de la Sala Civil resultan contradichas posteriormente por la Sala de Casación Social mediante en las sentencias de fecha 13 de noviembre de 2001 y cuatro de julio de 2004. Expuesta la anterior situación, en la cual se evidencia una importante contradicción de criterios, la misma resultaría abordada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia mediante decisión de fecha 19 de mayo de 2003, la cual con ponencia del Magistrado Antonio García García ratificó que el procedimiento establecido en el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil no 18 viola preceptos constitucionales referidos al derecho a la defensa ni al debido proceso. Posteriormente, esta misma Sala, en fecha 19 de diciembre de 2003, con ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero, fija como criterio la aplicación del procedimiento en la forma pautada o reformulada por la Sala de Casación Civil según sea la especialidad, tomando como base la delimitación misma de las competencias de cada una de las Salas. Sin embargo a pesar de todos los esfuerzos que se han podido hacer para la unificación de criterios y de la propia jurisprudencia resulta, aún dentro de la Sala Constitucional, contradictorias algunas decisiones dictadas al respecto, por lo que dicha controversia no ha sido resuelta. S O D A cabría V plantearse R la siguiente E ESde la Tutela Judicial Efectiva por la interrogante: ¿Cómo se afecta el principio R S O H aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de C E R E Venezolano? DCivil Procedimiento De las precedentes consideraciones 19 Objetivos de la Investigación. Objetivo General Analizar el principio de la Tutela Judicial Efectiva a partir del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano Objetivos Específicos 1. Describir el Principio de la Tutela Judicial Efectiva como manifestación de los OS D A VCivil Venezolano R Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento E ES R S 2. Determinar el fundamento de O la protección posesoria en el principio de la Tutela H C E Judicial Efectiva DEporR la aplicación del procedimiento interdictal Restitutorio derechos constitucionales por la aplicación del procedimiento Interdictal contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. 3. Establecer el alcance del principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. 4. Verificar la trasgresión del principio de la Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. Justificación de la Investigación La investigación se justificó, por la importancia del tema, en cuanto a la necesidad de analizar reformulación del el principio de la tutela judicial efectiva a partir de la procedimiento interdictal contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano, ya que en el proceso de administración de justicia, su efectividad, eficacia, y su respuesta oportuna, son del interés general 20 de la ciudadanía. Justicia que conforme a lo previsto en la Carta Magna, debe ser impartida de manera breve y expedita. Al abordar el estudio de la posesión resulta evidente que habrán de aflorar diversidad de criterios sobre el fundamento de la protección posesoria, opiniones estas que estarán enmarcadas en una visión romanista de la misma. Sin embargo, resulta necesario, determinar cual orientación es la más idónea para tratar el problema planteado, sobre la base de las diversas doctrinas judiciales emanadas de las distintas Salas del Tribunal Supremo de Justicia y la propia naturaleza del procedimiento interdictal Restitutorio. Por otra parte, S O D A importante disparidad de criterios entre las diversas Salas V que lo conforman, y que R E se consideran competentes para conocer sobre ESla materia objeto de estudio. R S O H C Estas opiniones EREquedaron expuestas anteriormente, sin embargo tal D disparidad no resulta beneficiosa para los justiciables, en virtud de que la referida en las diversas decisiones del máximo Tribunal de la República se observa una heterogeneidad que se manifiesta, incide en mayor o menor medida al mantenimiento de la seguridad jurídica que se requiere en el ejercicio de toda actuación judicial. En esta situación, como aspecto resaltante cabe destacar que en los últimos tiempos, en Venezuela, la cuestión de la propiedad y la posesión han alcanzado niveles controversiales muy importantes, los cuales inciden, respecto de esta última, en la eventual conculcación de derechos, que en algunos casos son de rango constitucional. Por lo anteriormente expuesto, y en atención de una deseada seguridad jurídica, que tenga como base criterios jurisprudenciales uniformes ajustados a derecho, es necesario abordar el problema planteado dentro de una perspectiva que permita, garantizar, o por lo menos poder afirmar que las actuaciones de los órganos jurisdiccionales estén efectivamente ajustadas al estado de derecho vigente. 21 El estudio se justificó por la pertinencia del tema, el cual forma parte del que hacer judicial, por sus aportes teóricos, y sirve como referencia para investigaciones ulteriores, así mismo servirá de consulta sobre el tema. También desde el punto de vista jurídico, por referirse a una garantía procesal, que si bien es cierto la establece la norma constitucional como corolario, de un real y verdadero Estado de Derecho, en la práctica muchas veces se hace inaccesible e invisible. Así como los beneficios que podría aportar a los estudiosos del derecho. Su aporte teórico vino dado, por la interpretación doctrinaria, y jurisprudencial, y que conforma el contexto teórico de la investigación, lo que permitió nutrir los conocimientos que sobre el tema poseía el investigador, así S DO A V R como los de aquellos colegas que consulten dicho trabajo de investigación. E ES R S O En el contexto teórico, se abordaron las normas sustantiva y adjetiva que H C E ER regula los actos civiles en la legislación Venezolana, que tienen por norte regular, D una serie de valores, figuras y principios que son materializados cumpliendo un procedimiento civil establecido legalmente, que son utilizados por la o las partes que se ven afectadas o lesionadas, para el reconocimiento de un derecho garantizado por el Estado y establecido para el goce de los ciudadanos, por cuanto la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV,1999) en su artículo 2 señala que " Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia. Por otra parte, tal como se señala en los aportes teóricos, que el estudio beneficia al propio investigador, así como a otros estudiantes de Derecho , por cuanto la problemática investigada, forma parte de la realidad del libre ejercicio, el estudio proporciona contenidos relacionados con la jurisprudencia, que constituyen el salvoconducto frente a las situaciones que se sitúan en las denominadas zonas grises del derecho . La investigación, partió de la inquietud del investigador como estudiante del Derecho quien ha visto el retardo procesal en detrimento de la tutela judicial efectiva consagrada en la Carta Magna, por lo que consideró oportuno conocer los 22 fundamentos legales y teóricos de este principio y su aplicación en los procesos de materia civil. En tal sentido, la pertinencia de la temática y por ende la necesidad de investigaciones en el área. Por otra parte, se justificó la investigación, desde el punto de vista jurídico, por cuanto el principio de la tutela judicial efectiva se encuentra previsto en la carta fundamental en su artículo 26, y en el acontecer diario, su aplicabilidad y puesta en práctica en los juzgados de la República no siempre se hacen evidente. Los resultados de la investigación benefician en primer lugar, a todos los involucrados en la materia civil , especialmente a los estudiantes de Derecho, S O D A ante el incumplimiento e inobservancia de tan importante V principio constitucional, a R E través de la obtención de nuevos conocimientos ES e información, en cuanto a las R S O H medidas que pudieran ejercerse a fin de asegurar su cumplimiento. C E R DE abogados litigantes y a todas aquellas personas que pueden verse lesionadas Evidentemente, se trata de un tema vigente, por cuanto la Tutela Judicial Efectiva, es un elemento fundamental que debe observarse y garantizarse en cualquier proceso, y entre ellos, en los procesos de partición de herencia. Resulta pertinente además, por cuanto diariamente, se ventilan en los tribunales del país procesos de esta índole, los cuales son decididos extemporáneamente, cuando algunos de los bienes en litigio ya han sufrido deterioro total o parcial. Además, que implicó una oportunidad para exigir del Estado que, a través; de sus órganos jurisdiccionales asuma y requiera de la magistratura en su tarea el irrestricto respeto de los derechos de la persona, dentro de un clima de tolerancia y de consideración. Teniendo presente la observancia permanente y constante de la supremacía de la carta fundamental que orienta e inspira el ordenamiento jurídico vigente en aras de que se llegue al día en donde las causas judiciales cualquiera sea su naturaleza o especialidad, sean desarrolladas con todas las garantías de la administración de justicia y los principios que están implícitos conforme a la Constitución Nacional, en pro de la seguridad jurídica y se alcance 23 así la tan anhelada paz social en justicia, en tutela del fin supremo de la sociedad y del Estado. Delimitación de la Investigación Este trabajo de investigación se encuentra en el ámbito del Derecho Procesal Civil, así como también se halla estrechamente relacionado con el Derecho Constitucional. Los autores que serán utilizados en esta investigación son de diversos criterios, dentro de los cuales encontramos: Barragán. Carlos (1999), Borjas, Arminio (1973), Cabanellas, Guillermo (1996), Granadillo. Nancy (2010), Maldonado, Pedro (2003), entre otros. E ES R S O S DO A V R Los cuerpos normativos utilizados para el desarrollo de la investigación son: H C E ER La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Código Civil, Código de D Procedimiento y del mismo modo se recurrirá a los criterios establecidos en la jurisprudencia nacional dentro de las que destacan la Jurisprudencia de la Sala de Casación Civil, Sala Constitucional, Sala de Casación Social y la Civil. Por último, es importante agregar que el ámbito geográfico de realización de la investigación se circunscribe al Municipio Maracaibo del Estado Zulia, aunque los resultados obtenidos generaran aportes que podrán ser utilizados dentro del ordenamiento jurídico del Territorio Nacional. El periodo de tiempo, en el cual se llevo a cabo este trabajo, es en el mes de enero de 2011 y concluirá en el mes de diciembre del presente año. 24 CAPITULO II MARCO TEÓRICO Antecedentes de la Investigación Martínez (2009) presenta un trabajo de investigación “Análisis del artículo 26 constitucional de la Republica Bolivariana de Venezuela (CRBV) con la finalidad de establecer como el Tribunal Supremo de Justicia ubica la Tutela Judicial Efectiva como una garantía jurisdiccional Nacional”. El objetivo de este estudio fue explicar el alcance del Artículo 26 de la CRBV, estudiar la garantía jurisdiccional, y estudiar la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia. Sala S DO A V R Constitucional. Expediente 03-2290. Decisión Nº 97 de fecha 02 de marzo de 2005 E ES R S O del Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz. H C E ER Como resultado se observa que explicando el alcance del artículo 26 D constitucional, el Tribunal Supremo de Justicia ubica la Tutela Judicial Efectiva como una garantía jurisdiccional de contenido complejo que no obedece ciegamente a las pretensiones del acciónate y su derecho a una sentencia favorable sino a imperativos y principios legales y procesales que aseguran se dicte una resolución fundada en derecho. Asimismo, la sentencia respalda la visión doctrinaria amplia y moderna de la tutela judicial efectiva involucrando en su contenido desde el derecho de acceso al órgano jurisdiccional hasta el derecho a la ejecución de las decisiones jurisdiccionales. La decisión objeto de revisión se apartó de la interpretación que ha hecho esta Sala Constitucional sobre el derecho constitucional a la obtención de una tutela judicial efectiva, al acceso a la justicia y al principio pro actione, según los cuales todo ciudadano tiene derecho a acceder a la justicia, al juzgamiento con las garantías debidas, a la obtención de una sentencia cuya ejecución no sea ilusoria y a que los requisitos procesales se interpreten en el sentido más favorable a la admisión de las pretensiones procesales. En efecto, esta Sala 25 señalo que el principio pro actione forma parte del núcleo esencial de los derechos fundamentales a la tutela judicial eficaz y al debido proceso. Ciertamente, la Sala estimo que es contrario al artículo 26 de la Constitución que la Sala Político-Administrativa declare inadmisible una demanda y ordene el archivo del expediente cuando considere el tribunal que no es con competencia para su conocimiento, pues de ese modo, dicha decisión se estaría fundamentando en una interpretación literal que no toma en cuenta los criterios de esta Sala que antes fueron expuestos en relación con el favorecimiento al derecho de acceso a la justicia, al derecho a la acción y, en definitiva, con la absoluta garantía del derecho a la tutela judicial efectiva. S O D A Alfonso (2009) realizó una investigación tituladaV “Tutela Judicial Efectiva en R E S objetivo específico se planteó los procesos de partición de la herencia”. El primer E R S O de la Tutela Judicial Efectiva. Para lograrlo se H Describir el principio constitucional C E realizó una revisión documental de los autores del tema, y con base a una análisis DER reflexivo y un proceso de síntesis, quien escribe destaca aquellos aspectos que considera son la esencia de dicha garantía constitucional. Así quien escribe afirma que la tutela judicial efectiva, es el principio según el cual cualquier persona puede y debe ser protegida y amparada en el ejercicio pacífico de sus pretensiones ante la justicia para que estas sean satisfechas. Lo que no quiere decir aceptadas, sino resueltas razonadamente con arreglo a derecho y en un lapso razonable, a lo largo de un proceso en el cual todas las personas titulares de derechos e intereses afectados por dichas pretensiones puedan alegar y probar lo pertinente a la defensa de sus respectivas posiciones. Asimismo, dicha garantía implica para los administrados, la obligación de someter la tramitación de sus pretensiones a los órganos jurisdiccionales establecidos en las leyes adjetivas, así como también la de no obstruir, de manera alguna, la administración de justicia desarrollada por el Estado en cumplimiento de sus funciones, lo que conlleva la obligación de no realizar actos inútiles ni innecesarios a la defensa del derecho que se pretenda sea declarado. El proceso, 26 es una serie de actos que se desenvuelven progresivamente, con el objeto de resolver, mediante juicio de la autoridad el conflicto sometido a su decisión. Razón por la cual el Proceso Civil Venezolano está embanderado por el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, asegurándose que el ejercicio de ese derecho da pie al derecho de acción por el que todo sujeto puede recurrir al órgano jurisdiccional, es decir, hace ver que el derecho de acción se da gracias al ejercicio de un derecho previo, y por tanto superior. Desde esta perspectiva, quien escribe observa que el Derecho a la Tutela Judicial Efectiva, implica un derecho humano, un derecho fundamental y un derecho procesal, que implica a su vez varios contenidos. S O D A El Derecho a la Tutela Jurisdiccional entendidoV como derecho humano, es R E el derecho que tiene toda persona deR acceder ES al sistema judicial, para que los S H órganos llamados a resolver suO pretensión la estudien y emitan una resolución C E R motivada conforme DE a derecho, figura como tal en la Declaración Universal de Derechos Humanos (Art. 10), en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de 1966 (Art. 14), en el Convenio de Roma para la Protección de Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (Art. 6), así como en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Art. 8). Por su parte, el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), lo consagra un derecho fundamental al establecer que toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente, concatenado con el artículo 49 ejusdem sobre el debido proceso. De allí que resulta evidente que la Constitución, reconoce el carácter fundamental del derecho a la tutela jurisdiccional, como una norma operativa, de tal manera que es de aplicación directa; es decir, tiene fuerza derogatoria respecto de las normas que supongan una contravención a su vigencia. 27 Asimismo el Derecho a la Tutela Jurisdiccional Efectiva como Derecho Procesal, implica el derecho a la acción y a la contradicción. En tal sentido, si bien se trata de un derecho fundamental, empero su ejercicio no es en absoluto susceptible de ser ejercitado en todo caso y al margen del proceso legalmente establecido, sino dentro de éste y con cumplimiento de sus requisitos, interpretados de manera razonable y que no afecten su contenido. Por otra parte, el acceso a la tutela jurisdiccional comporta el acceso a órganos judiciales mediante el ejercicio del derecho a la acción y a la contradicción, que no se excluya el conocimiento de las pretensiones u oposiciones en razón de su fundamento y que no se obstaculice su acceso. S O D A Igualmente se debe resaltar, que este derecho V a la tutela jurisdiccional R E despliega sus efectos en tres momentos distintos: ES uno, acceso a la justicia; dos, R S O la defensa y obtener solución en un plazo H una vez en ella, que sea posible C E ER razonable; y D tres, una vez dictada la sentencia, la plena efectividad de sus pronunciamientos. El derecho, por tanto, despliega sus efectos en tres momentos distintos: (a) en el acceso a la justicia, (b) en el proceso ya iniciado (debido proceso), (c) una vez dictada la sentencia, para su plena efectividad. Finalmente, opina el autor que la tutela judicial efectiva constituye una garantía constitucional sine qua non para el logro de los fines del derecho justicia, equidad, bien común en pro de un fin ulterior como lo es la suprema felicidad social. González (2006) presento una investigación titulada “Reformulación del actual procedimiento interdictal Restitución a la Luz de la Jurisprudencia patria y el Derecho Comparado. Este estudio tuvo como objetivo fundamental analizar en detalle el marco conceptual y procedimental vigente en Venezuela, en lo relacionado a los “interdictos posesorios” así como considerar la polémica surgida en la praxis forense nacional, en virtud de la diversidad de criterios emanados del Tribunal Supremo de Justicia, en torno al mencionado procedimiento: 28 El estudio jurídico – teórico desarrollado permite determinar deficiencias en el marco sustantivo que rige a los interdictos en el Derecho positivo venezolano, imponiendo una Reforma, similar a la Italiana en vigencia que revierta en normas mas concisas en inequívocas al respecto, y por otra parte sentar posiciones acuciosamente razonadas en torno a la polémica judicial señalada, con apoyo incluso de la experiencia extranjera sobre el particular, estimando indispensables seguir por el momento, el procedimiento innovador expuesto, por la sala de casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, mientras se diseña y adopta definitivamente el nuevo procedimiento acorde a las exigencias del moderno marco constitucional venezolano, que estatuye la noción de Tutela Judicial OS D A V R Jiménez (2009) presento una investigación titulada “Los interdictos y las E ES como objetivo general analizar R S determinaciones judiciales”. El estudio se planteo O H C E los interdictos y E D lasRdeterminaciones judiciales. La problemática planteada está efectiva, como paradigma orientador de la actividad jurisdiccional del Estado. referida a las situaciones en que un tercero que no ha participado de la controversia judicial, se afecta por una determinación judicial, en la cual su voluntad ha sido siempre ajena y la afectación lesiona su posesión perturbándolo o despojándolo. En estos casos, la doctrina dominante sostiene que contra las determinaciones judiciales no cabe la tutela interdictal por existir medios distintos de defensa del tercero perturbado o despojado, contra aquella medida o determinación lesionadora, como es el caso de la acción de tercería, la oposición de terceros a medidas cautelares. El autor del estudio expresa que la Jurisprudencia no ha sido constante, al punto que se encuentran contradictorias en el Tribunal. José Román Duque Sánchez, ha dividido la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia en tres etapas en que la motivación y la decisión del problema planteado es distinto :a) La primera etapa, que está referida a la posición adversa de la Casación fundada en la jurisprudencia del 21 de octubre de 1929, en la cual se estableció que las condiciones de procedencia de la acción interdictal, como son la violencia y el clandestinaje, eran imposible de darse en un acto cumplido por una autoridad 29 judicial dentro de las normas legales. b) La segunda etapa, es sucedánea de la reforma de nuestro Código Civil en 1942, pues al eliminarse los requisitos de violencia y clandestinaje como únicos factores del despojo, se consideró necesario revisar la jurisprudencia instituida anteriormente, adaptarlo a la nueva realidad y decidir de consiguiente la factibilidad de la tutela interdictal contra las medidas judiciales y ejecución de sentencia. En tal sentido, el 20 de diciembre de 1946, consagró la nueva posición. Dicha jurisprudencia es del tenor siguiente: "Nada tiene que ver aquí la legalidad del acto considerado en sí mismo y respecto del Juez ; lo que importa en este caso son las repercusiones injustas que pueda tener el acto contra personas OS D A V R ejecuciones, y medidas o providencias judiciales, por legítimas que sean, pueden E S E SR perjudicar a terceros que no tuvieron ocasión de defenderse en el juicio; estos O H C E terceros tienen varias DER vías entre las cuales pueden optar para defenderse de extrañas al juicio y que no debieran sufrir sus consecuencias. Las sentencias y sus dichos perjuicios; una de ellas es la interdictal, como se reconoce en doctrina y jurisprudencia. La máxima res inter alios indicatae ali no periudicandt, se aplica no solo a las sentencias, sino con mayor razón a toda determinaciones o medida del Juez en el proceso, con lo cual queda dicho que no pueden aplicarse ni oponerse a terceros, porque sus efectos han de limitarse a las partes que intervinieron en el juicio y a sus causa habientes". Esta sentencia posteriormente fue ratificada por decisión en 1957 y ya en la nueva república el 6 de marzo de 1959, ante ponencia del Dr. José Román Duque Sánchez, el cual se acogió a la jurisprudencia de 1946, con la siguiente introducción : "La jurisprudencia de 1929, sentada cuando para la acción de despojo se requería violencia o clandestinidad, condiciones imposibles de darse en un acto cumplido por una autoridad judicial dentro de las normas legales, tiene hoy bajo el nuevo Código Civil, en nuevo alcance al eliminarse esas condiciones, pues aún tratándose de actos de autoridad cumplidos dentro del marco legal, como es la ejecución de una sentencia que conlleva al entrega material a un 30 tercero de un inmueble en poder del demandado a quien se le quita contra su voluntad, puede significar despojo para un tercero, a los solos efectos del interdicto posesorio por el ejercible. El Diccionario de la Lengua Española dice: "despojar, privar a uno de lo que goza y tiene, desposeerlo con violencia. Quitar jurídicamente la posesión de los bienes o habitación que uno tenía, para dársela a su legítimo dueño, procediendo sentencia para ello". "Más cónsona con la nueva disposición del artículo 783 del Código Civil, es, por tanto, la jurisprudencia de la extinguida Corte Federal y de Casación del 20 de diciembre de 1946". S O D A contra las determinaciones judiciales, en ponencia del VDr. Duque Sánchez: "En R E cuanto a las determinaciones y medidas judiciales ES y ejecuciones de sentencias si R S Oes o fue en el juicio en que se libraron no puede H bien no cabe de que contra quien C RE combatirlas con un interdicto, porque en lo petitorio va ínsito lo posesorio, en DE Añade de inmediato esta jurisprudencia partidaria de la tutela interdictal cambio respecto de los terceros perturbadores por esos actos legítima, la verdadera doctrina y la verdadera jurisprudencia es que dichos terceros tienen abierta la vía interdictal para defender su posesión contra tales actos y medidas, sean preventivas o de ejecución". La tercera etapa provocada por las innumerables críticas que recibió la jurisprudencia del 46, confirmada en el 59, vuelve a la doctrina del 29 y reactualiza la tesis e no ser procedente la vía interdictal contra las determinaciones judiciales. Esta nueva postura jurisprudencial arranca con la decisión de la Corte del 2 de junio de 1965, en ponencia del Dr. Carlos Acedo Toro, que recibe el apoyo del Dr. Duque Sánchez, ponente de la anterior jurisprudencia al considerar éste que estuvo "convencido por los nuevos argumentos contenidos en dichos fallo". Esta sentencia es del siguiente tenor: ".... El despojo es el fruto del acto arbitrario, y como tal ilícito, del mismo interesado que procede por su propia autoridad. Lo ordenado y ejecutado por la 31 autoridad judicial legítima no puede constituir despojo, porque el despojo es ilícito y lo que la autoridad judicial hace dentro de sus atribuciones es ilícito. Si en la práctica tales actos llegan a lesionar de algún modo en sus derechos a terceros, ellos pueden valerse de las vías legales que garantizan esos derechos, pero no de la vía interdictal posesoria, destinada exclusivamente a obtener la restitución en caso de despojo, pues repetimos, no se puede hablar de despojo cuando se trata de actuaciones legales de una autoridad judicial legítima en ejercicio de sus funciones. De otro modo se llegaría a consecuencias que la más elemental lógica S O D A ocurre preguntar: ¿Quién es el despojador? El particular V que solicitó la medida, o R E el juez que la decretó por ministerio de su S autoridad legal, y sin que nadie lo E R S O Hpueda dudarse de que, en tal caso, lo sería el Juez, obligara a ello No parece C que E R aunque solicitada por un particular, es obra y ya que dicha DEmedida, rechaza. En efecto, si el despojo al acto judicial de embargo de unos bienes, responsabilidad exclusiva del funcionario judicial. Y si tal es el caso, llevando las cosas hasta sus últimas consecuencias, habría que concluir que, de ser declarado con lugar el interdicto, se debería imponer necesariamente las costas al autor del despojo, o sea, al Juez que decretó el embargo, en cumplimiento de lo previsto en el artículo 604 del Código de Procedimiento Civil, que ordena condenar en costas, en la decisión respectiva del interdicto, a quien resultare despojador o perturbador. Estas costas por ministerio de la Ley son de impresión imperativa como tiene establecido esta Corte". La sentencia comentada expone el ejemplo de la determinación judicial por medio del cual se embargan bienes que son de terceros, y fundándose en el Art. 469 del Código de Procedimiento Civil señala, que para hacer oposición a una medida de embargo se requiere al prueba fehaciente del derecho a poseer o tener 32 la cosa por acto jurídico que la Ley no considera inexistencia, lo que en materia interdictal está descartado por requerirse a estos fines solo el hecho posesorio. Bases Teóricas. Tutela Judicial Efectiva La tutela judicial efectiva es uno de los derechos reconocidos con el rango de fundamental por el artículo 24.1 de la Constitución Española. Sistemáticamente, dicho artículo se encuentra ubicado en la Sección 1º ("De los Derechos S DO A V R Fundamentales y las libertades públicas"), del Capítulo II "(derechos y libertades)", del SE E R Perozo y Montaner (2007) para OS el estudio del derecho a la tutela judicial H C efectiva se debe previamente ERE aclarar lo que se entiende por tutela judicial efectiva, D ya que existen dos corrientes a saber: Una corriente ha señalado que la tutela Título I (De los españoles y los extranjeros). judicial efectiva se limita a lo establecido en el Art. 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), que establece: “Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, e incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente…” (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Art. 26). Por su parte, Pico (1997) argumenta que el derecho a la tutela judicial efectiva comprende -palabras del Tribunal Constitucional Español- un contenido complejo que incluye los siguientes aspectos: el derecho de acceso a los tribunales; el derecho a obtener una sentencia fundada en derecho congruente; el derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales; y el derecho al recurso legalmente previsto. En el mismo orden de ideas, Carroca (1998) expresa que la tutela judicial efectiva garantiza: la posibilidad de acceder a los órganos jurisdiccionales iniciando un proceso; la obtención de una sentencia motivada que declare el 33 derecho de cada una de las partes; la posibilidad de las partes de poder interponer los recursos que la ley provea; y la posibilidad de obtener el cumplimiento efectivo de la sentencia. También es partidario de esta corriente Rivera (2002), para quien la tutela judicial efectiva no solo supone el derecho de acceso a la justicia y a obtener con prontitud la decisión correspondiente, sino que comporta de igual forma la obligación que tiene la Administración de justicia, en respeto del derecho constitucional a la igualdad prevista en el artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), y a decidir una controversia de una manera imparcial y equitativa. S O D A El derecho a la tutela judicial efectiva apunta a Vgarantizar un mecanismo R E eficaz que permita a los particulares restablecer ES una situación jurídica vulnerada y R S H está integrado por el derecho deO acceso; el derecho a la gratuidad de la justicia; el C E R E derecho a una sin dilaciones indebidas, oportuna, fundamentada en Dsentencia derecho y congruente; a la tutela cautelar y a la garantía de la ejecución de la sentencia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Igualmente, Escovar (2001) se inclina por la corriente que se enmarca en el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), y al analizar la tutela judicial efectiva ha expresado que el concepto es de raigambre española y se encuentra estrechamente vinculado con la indefensión, involucrando a otros principios como son: el derecho al acceso a los tribunales; el derecho a la efectividad de las decisiones judiciales; y el derecho al ejercicio del recurso previsto en la ley. Al comentar el principio del debido proceso señala que es el concepto aglutinador de lo que se ha llamado el derecho constitucional procesal, que como principio constitucional alude a la suma de los derechos y garantías procesales consagradas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). 34 En todo caso, este criterio evidencia una clara distinción del derecho constitucional procesal del debido proceso, y el derecho a la tutela judicial efectiva, hasta el punto de considerar, que dentro del derecho al debido proceso, se encuentra el derecho a la tutela judicial efectiva. Puede observarse que, para los autores previamente citados el derecho a la tutela judicial efectiva se circunscribe únicamente a lo establecido en el artículo 26 de la, Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), sin involucrar la suma de las garantías procesales consagradas en el artículo 49 de la Carta Magna. S O D A suma de todos los derechos constitucionales procesales V plasmados en el artículo R E 49 de la Constitución de la República Bolivariana ES de Venezuela (1999), es decir, R S H que por tutela judicial efectiva seO entiende el derecho de acceso a los órganos de C E R administraciónD deEjusticia, el derecho a una justicia gratuita, accesible, imparcial, En contraparte, otra corriente considera que la tutela judicial efectiva es la idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa, expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos, sin reposiciones inútiles, derecho al debido proceso, derecho a la defensa, derecho a ser notificados de los cargos que se imputan, derecho a la presunción de inocencia, derecho de acceso a las pruebas, derecho a ser oído en toda clase de proceso, derecho a un tribunal competente, derecho a intérprete, derecho a ser juzgado por jueces naturales y derecho a no confesarse culpable, entre otros. Esta corriente encuentra sustento en la Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 27 de abril de 2001, Nº 576, expediente Nº 00-2794, que ha expresado: “La Constitución de la República en su artículo 26 consagra la garantía jurisdiccional, también llamada el derecho a la tutela judicial efectiva, que ha sido definido como aquel, atribuido a toda persona, de acceder a los órganos de administración de justicia para que sus pretensiones sean tramitadas mediante un proceso, que ofrezca una mínima garantía (…). 35 Es, pues, la garantía jurisdiccional, el derecho de acceso a la justicia mediante un proceso dirigido por un órgano (…) para conseguir una decisión dictada conforme el derecho (…)”. Puede apreciarse de la precedente sentencia que no basta con el hecho de que el ciudadano acceda a los tribunales, sino que se requiere la sustanciación de un juicio apegado al debido proceso, que se dicte una sentencia ajustada a derecho, y finalmente, que sea efectiva; es decir, que la decisión se pueda ejecutar. Según Jiménez (2004) puede apreciarse que la Sala Constitucional del S O D A bastante amplio que involucra no sólo el acceso a V la justicia y a obtener una R E S las garantías constitucionales decisión razonada y justa, sino que también Eincluye R S Oel artículo 49 de la . Constitución de la República H procesales que se encuentran en C ERE (1999). Bolivariana deD Venezuela Tribunal Supremo de Justicia considera la tutela judicial efectiva como un derecho En este sentido, Molina (2002) considera que la tutela judicial efectiva es una garantía constitucional procesal que debe estar presente desde el momento en que se accede al aparato jurisdiccional, hasta que se ejecuta de forma definitiva la sentencia dictada en el caso concreto, es decir, que una vez garantizado el acceso a la justicia, cada uno de los demás principios y garantías constitucionales que informan al proceso, tales como el debido proceso, la celeridad, la defensa y la gratuidad deben ser protegidos en el entendido de que el menoscabo de alguna de esas garantías, estaría al mismo tiempo vulnerando el principio a la tutela judicial efectiva. Dentro de esta corriente también se enmarca Díaz (2004) para quien la tutela judicial efectiva se materializa a través del proceso constituido por: el libre acceso de los ciudadanos de los órganos jurisdiccionales, la plena protección cautelar, la sustanciación de un proceso debido conforme a las garantías procesales fundamentales, la correcta aplicación del derecho al caso concreto y una efectiva ejecución de lo sentenciado. 36 Tomando en cuenta los conceptos emitidos por tan reconocidos juristas se identifican dos corrientes claramente diferenciadas, la primera que limita el alcance de la tutela judicial efectiva a lo establecido en el art. 26 de la CRBV que engloba los siguientes derechos: el derecho de acceso a los órganos de administración de justicia., el derecho a obtener una sentencia motivada, justa, correcta y congruente, el derecho a recurrir de la sentencia y el derecho a ejecutar las decisiones judiciales. Esta corriente no involucra los derechos o garantías constitucionales procesales establecidas en el artículo 49 de la , las cuales se re Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), confieren al debido proceso legal. E ES R S O S DO A V R Por otra parte, se tiene una segunda corriente que plantea que la tutela H C E ER judicial efectiva está conformada por los artículos 26 y 49 de la Constitución de la D República Bolivariana de Venezuela (1999) lo cual convierte a la tutela judicial efectiva en un amplio derecho protector del ciudadano. Garantías que Integran el Derecho a la Tutela Judicial Efectiva La definición de la tutela judicial efectiva dentro de la cual se enmarca esta investigación presenta un conjunto de derechos que desde un enfoque sistémico conforman esta institución jurídica de carácter universal. Tales derechos son los siguientes: derecho de acceso a los órganos jurisdiccionales, derecho al debido proceso; decisión ajustada a derecho; derecho a recurrir de la decisión y derecho a ejecutar la decisión. Derecho de Acceso a los Órganos Jurisdiccionales El acceso a los órganos de la Administración de Justicia, manifestación de la tutela judicial efectiva, se materializa y ejerce a través del derecho autónomo y abstracto de la acción, a través de la cual, se pone en funcionamiento o se activa el aparato jurisdiccional, en busca de un pronunciamiento, sea éste favorable o no 37 al accionante, por lo que al ejercitarse la acción y obtenerse un pronunciamiento jurisdiccional, el cual pudiere acoger o no la pretensión del accionante, el derecho o garantía constitucional de la acción queda satisfecho, pues ésta no mira al pronunciamiento favorable del sujeto que haya ejercido la acción. El pronunciamiento judicial es el elemento que satisface a la acción, pronunciamiento que puede ser acogiendo la tesis del acciónate, desestimándola, incluso negando la admisión de la pretensión del acciónate, situación esta última que también satisface el derecho de acción, pues hubo un pronunciamiento judicial producto del ejercicio del derecho de acción. S O D A manifestación de la tutela judicial efectiva, se obtiene del V Estado -encarnado en el R E órgano de administración de justicia- proceso, ESpor conducto del cual se llega a la R S Ojudicial. H jurisdicción, es decir, a la decisión C ERE D Sobre esta manifestación de la garantía de la tutela judicial efectiva, Cuando se ejercita el derecho constitucional de la acción como Carroca (1998), manifiesta que el ordenamiento jurídico debe asegurar a todo sujeto que estime que un interés no le es reconocido o respetado, pueda acudir a los órganos jurisdiccionales, disponiendo de los cauces procesales adecuados para ellos, con la finalidad de perseguir a través de la acción jurídica un pronunciamiento jurisdiccional que declare un derecho en el caso concreto, es decir, pueda procurar obtener una tutela judicial efectiva. El derecho de acceso a los órganos de administración de justicia es un derecho ejercitable por los medios legales -derechos de configuración legal- por lo que si al ejercitarse la acción, la pretensión contenida en la demanda o solicitud no llena con los requisitos o presupuestos procesales establecidos en las leyes, debe declararse inadmisible la demanda o solicitud, declaratoria ésta que satisface enteramente el derecho de acción como emanación del acceso a los órganos de administración de justicia, comprendido en la garantía de la tutela judicial efectiva, dicho de otra manera la declaratoria de inadmisión de una demanda o solicitud que no cumpla con los requisitos predeterminados en la ley, sin la previa 38 tramitación de un proceso como lo sostiene Carroca (1998), no lesiona la garantía constitucional a la tutela judicial efectiva. De esta manera, en materia civil, si la demanda es contraria al orden público, las buenas costumbres o a alguna disposición expresa de la ley, la misma deberá declararse inadmisible, caso en el cual, se dio cabal cumplimiento al derecho constitucional de accionar a la garantía de acceso a los órganos de administración de justicia y en consecuencia a la tutela judicial efectiva. A este respecto, Junoy (1997), expresa que el derecho al acceso a la justicia como manifestación de la tutela judicial efectiva es un derecho de S O D A cauces y procedimientos legalmente establecidos, por V lo que los requisitos y R E S puramente ritual del operador presupuestos procesales no respondenR al E capricho S Ode ordenar el proceso a través de ciertas H legislativo, sino a la necesidad C EREestablecidas en garantías de derechos e intereses formalidades D objetivas prestación de configuración legal; el cual no puede ejercitarse al margen de los legítimos de las partes. En tal virtud, el camino al aparato judicial debe mantenerse siempre libre de cualquier tipo de obstáculos, ya sean económicos, sociales o políticos. Tradicionalmente los obstáculos económicos han sido los más nefastos en esta materia, siendo el contraprincipio “solve et repete” su más fiero exponente. Esta regla puede resumirse bajo la frase “pagar para poder reclamar”, pues sujeta la impugnación de tributos liquidados o sanciones pecuniarias determinadas, al previo pago de los mismos. En el Estado venezolano, dicho principio se considera abolido según sentencia de la Corte Suprema de Justicia en Sala Político Administrativa de fecha 14-10-1990, caso SCHOLL VENEZOLANA, C.A. Tal criterio ha sido ratificado, al menos en sede cautelar, por la Sala Constitucional en reciente fallo de fecha 18 de mayo de 2004, caso Agencias Generales Conaven CA, a través del cual suspendió preventivamente los efectos de la norma que consagra el “solve et repete” en la Ley Orgánica de Aduanas 39 (LOA), por considerar que existen indicios graves de violación a la tutela judicial efectiva de los contribuyentes: “De allí que como se desprende de la disposición antes transcrita, se requiere de la parte afectada el pago de la obligación o de que se caucione “suficientemente”, de lo cual la Sala presume una restricción al derecho a la tutela judicial efectiva que comporta el acceso a la justicia, en los términos consagrados en el artículo 26 (…), la Sala (…) suspende la aplicación del artículo 133 de la Ley Orgánica de Aduanas, hasta tanto se decida el recurso interpuesto; suspensión que tiene efecto erga omnes en virtud del carácter normativo del acto contra el cual opera la cautela. Así se decide”. S O D A Si bien esta regla para Uribe (2002), se consideraba V execrada de nuestro R E S de la doctrina lo considera ordenamiento jurídico tributario, algún Esector R S O de la suspensión automática de los actos H reinstituido, en virtud de la eliminación C E ER tributarios porD obra de su impugnación, efectuada por el artículo 263 del Código Orgánico Tributario de 2001. En síntesis, el derecho de acceso a la justicia confiere a todos los ciudadanos, la posibilidad de presentar sus conflictos a los tribunales competentes, y desde ese momento se comienza a ejercer el derecho a la tutela judicial efectiva. Derecho al Debido Proceso Para Díaz (2004) el derecho al debido proceso supone la sustanciación del juicio con arreglo a las garantías fundamentales de índole procesal, las cuales fundamentalmente protegen el derecho a la defensa, así como la certeza y seguridad jurídicas. Asimismo, Jiménez (2004) plantean que el Estado debe garantizar el conjunto mínimo de garantías procesales sin lo cual el proceso judicial no será justo, razonable y confiable, garantías éstas que permiten la efectividad de la justicia, que aseguran el derecho material de los ciudadanos frente a los órganos 40 de Administración de Justicia y que le establece limitaciones al poder ejercido por el Estado por medio de los tribunales para afectar a los ciudadanos. En este orden de ideas, Escovar (2001) argumenta que el debido proceso es el concepto aglutinador de lo que ha llamado derecho constitucional, que como principio constitucional alude a la suma de los derechos y garantías procesales consagrados en la Constitución que le permite al justiciable obtener una justicia pronta y efectiva. Resulta pertinente acotar que tal como lo exponen los autores citados el derecho al debido proceso engloba una serie de garantías, que se encuentran S O D A Venezuela (1999), demos sintetizar tal como sigue:Vel derecho a la defensa SE2º);Rel derecho a ser oído por el (ordinal 1º) ; la presunción de inocenciaR (ordinal E S H tribunal competente (ordinal 3º);O el derecho al juez natural (ordinal 4º); derecho a C ERE(ordinal 5º); el principio de validez de la confesión sólo si no confesarseD culpable consagradas en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de se ha hecho sin coacción (ordinal 6º); el principio de nulla crimen nulla poena sine lege (ordinal 7º); el derecho a obtener reparación del Estado por los errores judiciales (ordinal 8º). En resumen puede definirse el derecho al debido proceso como un derecho individual de carácter fundamental integrado por un conjunto de garantías constitucionales procesales mínimas que permiten un proceso justo, razonable y confiable. Decisión Ajustada a Derecho Para Bello (2004) el operador de justicia, al momento de emitir su decisión, fallo o pronunciamiento, debe analizar los elementos de hechos controvertidos en el proceso, esto es determinar cuáles fueron los hechos alegados por el actor en su escrito liberal que fueron rebatidos por el demandado al momento de presentar su contestación de la demanda, para posteriormente fijarlos a través de la valoración de los medios probatorios aportados por las partes o que oficiosamente haya ordenado, construyendo de esta manera la premisa menor del silogismo 41 judicial; una vez fijados los hechos previo el análisis de los medios probatorios, el operador de justicia debe construir la premisa mayor del silogismo judicial, escogiendo las normas jurídicas que aplicará al caso concreto y donde subsumirá los hechos fijados -premisa menor- normas éstas que no necesariamente tienen que ser las señaladas por las partes. A partir de esto, el juzgador en función del principio iura novit curia, aplica el derecho con independencia de las apreciaciones e invocaciones de las partes; fijada la premisa menor y construida la premisa mayor, subsumido los hechos fijados del caso concreto en la norma jurídica escogida por el juzgador para resolver el caso concreto, debe producirse la consecuencia contenida en la norma, S DO A V R la cual será en definitiva la que contenga la solución del caso concreto y que se E ES R S O traducirá o convertirá en el dispositivo del fallo. H C E ER Es así como, se cae en el campo de la motivación de la sentencia, donde el D juzgador en la misma debe dar las explicaciones que justifiquen el dispositivo del fallo como se ha venido señalando, es el producto de la construcción de la premisa menor y mayor del silogismo judicial y de la actividad de subsumir los hechos concretos en el supuesto abstracto de la norma, actividades intelectuales éstas que deben constar en el cuerpo de la decisión. La sentencia debe estar motivada y esta motivación se hace a través de las argumentaciones de hecho y de derecho que expliquen las razones que tuvo el juzgador para acoger o no la pretensión, en otras palabras, el dispositivo del fallo debe ser el producto de una motivación donde se explique las razones de la actividad intelectual del juzgador para la construcción de las premisas y la determinación de la consecuencia jurídica. Escovar (2001), explica que una decisión cumple con el fundamental requisito de la motivación, cuando expresa sus razones a través de contenidos argumentativos finamente explicados, lo que significa, que el juzgador la ha elaborado con objetividad y en condiciones de imparcialidad, es decir, que como 42 razonado, la motivación permite conocer el criterio que ha asumido el juez antes de haber tomado la decisión. Al respecto agrega que la manera de saber si un fallo está motivado, es cuando el material jurídico suministrado en la sentencia, permite conocer cuál ha sido la aplicación del derecho al caso concreto, a partir del enunciado contenido en la premisa mayor del silogismo, es decir, habrá motivación en la medida que sea posible conocer el criterio utilizado por el juzgador para abordar el fondo del asunto jurídico debatido. De esta manera, se podría señalar que la motivación de la sentencia son las explicaciones que justifiquen el dispositivo del fallo. S O D A que debe cumplir la sentencia y que consiste en la identidad V o correspondencia R E formal que debe existir entre la decisión EySlas contrarias pretensiones de las R S Odiferencia entre lo decidido y lo controvertido, se H partes, por lo que cuandoC existe E produce el vicio DEdeRincongruencia que vicia de nulidad del fallo. El juez debe Con relación a la congruencia de la sentencia, éste es uno de los requisitos resolver sólo lo pedido y todo lo pedido. Es así como el operador de justicia debe enmarcar su decisión, sobre los hechos que han sido alegados en la demanda y contradichos en la contestación correspondiente, es decir, que debe pronunciarse, sólo sobre aquellos hechos que han sido debatidos o controvertidos por las partes en el proceso, y sobre los cuales ha recaído la actividad probatoria de éstos, pues si se pronuncia sobre algún hecho no expuesto por las partes en la fase alegatoria de proceso, se configura el vicio de incongruencia positiva; en tanto que si deja de pronunciarse sobre algún hecho controvertido en la litis, se produce el vicio de incongruencia negativa. Derecho a Recurrir de la Decisión Como se ha venido señalando, ese conjunto de actos procesales realizados ante el órgano jurisdiccional, culmina con la decisión que dictará el operador. En esta decisión como es lógico, habrá un ganador y un perdedor, y precisamente aquel sujeto que resulte perjudicado con el fallo dictado, no con los motivos de 43 hecho y de derecho que sostienen el dispositivo del mismo, sino con el propio dispositivo, constitucionalmente tiene el derecho de impugnar la decisión por la vía de los recursos legales que regula la Ley. Es así como salvo los casos excepcionales señalados en la Ley y que se verán más adelante, todo sujeto perjudicado con la decisión judicial tiene el derecho a recurrir de la misma, activándose de esta manera el derecho o garantía constitucional del doble grado de jurisdicción a que se refiere el artículo 49.1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que constituye igualmente una manifestación de la garantía a la tutela judicial efectiva a que se refiere el artículo 26 ejusdem de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. S DO A V R SE E R Derecho OaSEjecutar la Decisión H C ERE D El último de los elementos que constituyen una emanación de la garantía a la tutela judicial efectiva, es precisamente, el derecho a la efectividad de la decisión judicial, a ejecutar la orden judicial contenida en el fallo emitido, lo cual se traduce, como expresa Carroca, (citado por Bello y Jiménez, 2004: 136), que el operador de justicia que por omisión, pasividad o defecto de entendimiento, se aparta, sin causa justificada de lo previsto en el fallo que debe ejecutarse, o se abstiene de adoptar las medidas necesarias para su ejecución, cuando le sean legalmente exigibles, desconoce la garantía a la tutela judicial efectiva a través del régimen de ejecución y efectividad en el cumplimiento de la decisión judicial. La cosa juzgada es definida por Couture (citado por Bello y Jiménez, 2004:), como la autoridad y eficacia de una sentencia judicial cuando no existen contra ella medios de impugnación que permitan modificarla, definición esta de la cual se infiere, que la cosa juzgada primeramente es una autoridad, que consiste en la calidad, atributo propio del fallo que emana del órgano jurisdiccional, cuando ha adquirido el carácter de definitiva; e igualmente es una medida de eficacia, que se traduce en inimpugnabilidad de la decisión judicial, la cual se produce cuando la ley impide todo ataque ulterior tendiente a obtener la revisión de la misma 44 materia -nom bis in idem- mediante la invocación de la propia cosa juzgada; en inmutabilidad o inmodificabilidad, conforme a la cual, en ningún caso, de oficio o a instancia de parte, otra autoridad puede alterar los términos de la sentencia pasada en autoridad en cosa juzgada; y coercibilidad, que permite la eventual ejecución forzada o forzosa de la sentencia. La cosa juzgada para Henríquez (citado por Bello y Jiménez, 2004), es la autoridad y eficacia que adquiere una sentencia por haber precluído, sea por consumación o falta de actividad oportuna, los recursos que contra ella concede la Ley, cuya eficacia se traduce en tres aspectos: inimpugnabilidad, conforme a la cual la sentencia no puede ser revisada por ningún otro juez, cuando se hayan OS D A V R idem-; inmutabilidad, según la cual la sentencia no es atacable indirectamente, por E EelSmismo tema; y coercibilidad; que R S no ser posible un nuevo proceso sobre O H C consiste en la eventualidad ERE ejecución forzada en los casos de sentencia de D condena. agotado todos los recursos que da la Ley, inclusive el de invalidación -nom bis in De esta manera la cosa juzgada es la calidad o atributo que dimana de la decisión judicial -autoridad- cuando contra ella no existen medios de ataque que permitan modificarla, que le imprime eficacia, la cual se traduce en inimpugnabilidad de la decisión judicial, inmutabilidad y coercibilidad; en otras palabras, la cosa juzgada consiste en la autoridad y eficacia que alcanza una resolución judicial, cuando contra la misma no pueden ejercerse recursos ordinarios o extraordinarios que permitan su modificación. En síntesis el derecho a la tutela judicial efectiva exige el cabal cumplimiento del mandato contenido en la sentencia, por lo que la ejecución de la sentencia es uno de los atributos esenciales del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva. 45 Convenios y Tratados Internacionales que Contemplan el Derecho a la Tutela Judicial Efectiva Desde la perspectiva del derecho internacional el derecho a la tutela judicial efectiva se encuentra consagrado en diversos tratados aprobados y ratificados por Venezuela. Entre estos tratados encontramos los siguientes: a) Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Esta declaración aprobada por la Novena Conferencia Internacional Americana, en Bogotá, Colombia en 1948, expresa en su artículo XVIII: S DO A V R “Toda persona puede concurrir a los tribunales para hacer valer sus E derechos. Asimismo, debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por la ES R S O cual la justicia la ampare contra actos de la autoridad que viole, en perjuicio suyo, H C E ER alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente”. D En este artículo se observa claramente el derecho de acceso a los órganos de administración de justicia que tiene cualquier persona, el cual se encuentra consagrado en el Art. 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ( 1999) b) Declaración Universal de Derechos Humanos. Esta declaración adoptada por la resolución 217A (III) de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 10 de Diciembre de 1948, establece un sistema de derecho y garantías judiciales entre las que cabe citar: El Artículo 8: donde se aprecia que toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes que la ampare contra actos que viole sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución o por la ley. Así como: el Artículo 10: Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, o para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal. 46 De los artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos anteriormente citados, se observa la consagración del derecho a recurrir de una decisión y el derecho a ser oída públicamente y con justicia en condiciones de plena igualdad. Tales derechos se encuentran reflejados en el derecho positivo venezolano en el Art. 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), Convención Americana de Derechos Humanos. El Capítulo II sobre Derechos Civiles y Políticos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, suscrita en San José de Costa Rica el 22 S O D A trascendencia en materia de tutela jurisdiccional, entre V las que cabe destacar: R E ES a ser oída, con las debidas R Artículo 8: “Toda persona tiene derecho S O H C garantías y dentro R E deEun plazo razonable por un juez o tribunal competente, D independiente e imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la de Noviembre de 1969, se integra con una serie de disposiciones de relevante substanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”. En el artículo trascrito se hace referencia a las garantías judiciales de las cuales goza toda persona ante cualquier acusación formulada contra ella; es decir, el derecho al debido proceso. Artículo 25: “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente convención aún cuando tal violación sea cometido por personas que actúen en ejercicio de funciones oficiales”. Se aprecia en el artículo anterior la referencia a la protección judicial por medio del derecho que tiene toda persona contra actos que violen sus garantías a ejercer un recurso sencillo, rápido y efectivo ante los tribunales competentes, 47 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos suscrito en Nueva York el 19 de Diciembre de 1966, establece en su parte II que los Estados se comprometen a garantizar: Artículo 2: “Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente pacto hayan sido violados, podrá interponer un recurso efectivo, aún cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales”. En la norma transcrita se reitera el derecho que tiene toda persona a OS D A V violación sea cometida por funcionarios públicos E en R ejercicio de sus funciones. ES R S O H C E DER recurrir de la sentencia cuando se violan sus derechos sin menoscabo de que tal Procedimiento Interdictal Contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano Fundamentación jurídica: Origen y Evolución La legislación sustantiva y adjetiva en materia civil, regulan los actos y las acciones jurídicas relativas a la posesión, como un medio de adquirir una cosa, así como la posesión derivada de un título traslativo o simplemente declarativo de dominio. De igual forma regulan las acciones tendientes a la conservación, retención, restablecimiento y restitución de la posesión, acciones que encontramos normadas. Los interdictos posesorios, al igual que muchas instituciones en plena vigencia en diversos ordenamientos jurídicos en el mundo, tienen según reconocidos juristas, su génesis en el derecho Romano. 48 En el Derecho Romana la palabra Interdicto (del lat. inter, entre y dictus, dicho) se refería a la orden dada por un magistrado en un conflicto entre particulares, por la que disponía la actuación o no actuación de una de las partes, se refiere a un Juicio sumario, a disposición del poseedor o tenedor de una cosa, para retenerla o recobrarla. En este sentido, e iniciando un recorrido histórico, cabe destacar que en Roma, la protección posesoria se materializaba a través del ejercicio de los interdictos, entendidos estos como órdenes emanadas del pretor, a solicitud de las partes, mediante las cuales se procuraba dar fin a la controversia, disponiendo la exhibición de la cosa, la restitución de la misma o a la abstención de realizar determinados actos. E ES R S O S DO A V R Bonfante citado por Carmona (1994) afirme lo siguiente: H C E ER D En tiempos del Derecho Romano Clásico las disyuntivas para la tutela de la posesión se denominaba interdicto ya que la defensa posesoria solicitada se ordenaba en forma extraordinaria por medio del procedimiento de interdicción. De igual manera el Derecho Justiniano señala que las acciones se denominan Interdictos, a pesar de haber quedado atrás las características procesales propias, del procedimiento formulario. En Roma, se presentaban dos tipos: Interdicta retinandae possessions e Interdicta recuperandae possessions. Por medio del primero el presunto poseedor ante la afirmación de estar poseyendo y ser perturbado por terceros que le impedían el normal ejercicio de su posesión, solicitaba ser mantenido en dicha posesión. Obedeciendo de la naturaleza, del bien protegido, por el Interdicto, se expresaban en forma distinta, vale decir, cuando el amparo solicitado se refería a un bien inmueble, se le dominaba “iuti possidetis” con un lapso fatal de un año para intentarlo a partir del momento de la expoliación. 49 En el Derecho Justiniano este Interdicto fue asimilado al “uti possidetis” y se aludía al momento actual que era precisamente el de la interposición del litigio, puesto que para entonces había diferencias entre los interdictos y otras acciones. En consecuencia, señala Bonfante citado por Carmona (2000) es importante decir que los Interdictos “retinandae possessionis” debían hacerse valer dentro de un año a partir de la fecha en que se había sufrido el daño, siendo útiles también para establecer a quien correspondía la favorable posesión del poseedor y de demandado en un juicio petitorio. Por su parte, los Interdictos recuperandae possessionis se S O D A despojado. Estos interdictos se dirigían contra quienVhubiere ejecutado, en su ER ordenado el mismo. S propio nombre o a nombre de otro, el despojo o hubiese E SR O H Cque los interdictos posesorios son los que constituyen E Osorio 2001 agrega R DE concebían para reintegrar a alguien en una posesión de la cual había sido un procedimiento en materia civil encaminada, a obtener del juez una resolución rápida que se dicta sin perjuicio de mejor derecho, a efectos de evitar un peligro o de reconocer un Derecho posesorio. Santiago (2010) afirma que los Interdictos son procesos sumarios posesorios, por lo que se definen como: Proceso en que no disputamos sobre la propiedad, dominio o cuasidominio de alguna cosa o derecho, sino sobre la retención o recobro de la posesión o cuasiposesión de una cosa, el Dominio queda excluido, no se toma en cuenta en los juicios posesorios, pues la controversia debe desarrollarse exclusivamente sobre el hecho puro y simple de la posesión. Son juicios sumarios, también se puede decir que son provisionales, ya que su tramitación es más sencilla y breve que la del Juicio Ordinario y se dicen provisionales porque en las tenencias que en ellos recaen, aunque tienen el carácter de definitivos, dentro del Interdicto no producen excepción de Cosa Juzgada, ya que deja el camino abierto para acudir al juicio ordinario, en el cual puede ponerse en tela de juicio el dominio o propiedad de la cosa, sin que en ello 50 pueda oponerse la sentencia emitida en el interdicto. El fin de esto es atender a cosas urgente, evitando que las partes se hagan justicia por sí mismas. La Corte Suprema de Justicia, en reiterada jurisprudencia ha expresado: “Son Juicios sumarios instituidos por la ley para defender la posesión como simple estado de hecho, sin que quepa investigar si a este protección corresponde o no, una situación de derecho”. Los interdictos recuperandae possessionis, como género, comprendieron a un conjunto de interdictos, a saber: OS D A Vdentro de un año a partir R despojado de un fundo violentamente. Debía intentarse E ES en el momento en que la R del despojo y siempre que estuviere poseyendo S O H C E violencia tuvo lugar,R DE nec vi, nec clam, nec precario frente al adversario. Interdictum unde vi: por su intermedio se protege al poseedor que ha sido Interdictum de vi armata: como se desprende de su nombre, se concedía cuando el despojo de la posesión había ocurrido a través de las armas. Para intentarlo podía excederse del límite de un año y prosperaba aunque el desposeído estuviese incurso en una posesión viciosa frente al causante del despojo. Interdictum clandestinandae possessionis: a través de él se protegía al poseedor despojado clandestinamente de un inmueble. Si bien fue concebido para proteger contra la usurpación clandestina, este interdicto es de todos modos inútil, tal y como lo señala Bonfante toda vez que establecido el principio de que la posesión de un fundo no se pierde si el poseedor no es sabedor de ello, y éste se considera expoliado en el momento en que se le prohíbe volver a él, lo procedente era recurrir al interdictum unde vi. (Bofante, 1959: 370). 51 Interdictum de precario: se concedía para recuperar u bien mueble o inmueble que había sido entregado a título de precario, cuando requerido el precarista para que lo devolviese, éste no lo hacía. Contempló también el Derecho Romano los interdictos de novio peris nunciato y de damni infecti, antecedentes de nuestros interdictos de obra nueva y obra vieja respectivamente. Continuando con el recorrido planteado, y avanzando en el tiempo en el antiguo derecho francés, el procedimiento de los interdictos desapareció luego de las Invasiones Bárbaras. Sin embargo, los tribunales, al confrontar las mismas S DO A V R necesidades derivadas de la posesión, se vieron constreñidos a acudir a SE E R En franca congruencia con OSlo expuesto, las jurisdicciones eclesiásticas H C E las primeras en experimentar la carencia de un (Derecho Canónico), ERfueron D procedimiento más rápido, destinado a hacer que cesara la violencia que procedimientos parecidos. vulneraba a la posesión, producto de ello, procedieron a crear el interdicto de recobrar (en francés, la réintégrande, mencionado a finales del siglo IX en las Falsas Decretales), cuya filiación con respecto al interdicto unde vi (convertido en la acio momentariae possessionis en los textos del Bajo Imperio) es cierta. Esta acción se concedía como en el derecho romano, en c aso de despojo por la violencia; tenía un carácter penal muy destacado. Más adelante, en el siglo XIII aparece otra acción posesoria: el interdicto de retener (en francés, la complainte). Se concede la misma tutela en el caso de despojo que en el de simple perturbación, pero se exige a los efectos señalados, una posesión anual. Esta acción fue duplicada por un interdicto de obra nueva (en francés, dénonciation de nouvel oeuvre), destinado a proteger la posesión contra las perturbaciones futuras que pudieran causar las obras empezadas en el fundo vecino. En este tiempo, el interdicto de retener y el de obra nueva se reservaban para la protección de la posesión inmobiliaria; por aplicación del adagio “Res 52 mobilis, res vilis”, parecía innecesario extender a los muebles las acciones posesorias. Posteriormente se produce una fusión entre las diferentes acciones posesorias, por lo cual los interdictos de obra nueva y el de retener tendieron a confundirse. Por su parte, el interdicto de recobrar conservó mucho tiempo, en la mayoría de las Costumbres, su propia individualidad: esta acción era la única que se concedía fuere cual fuere la duración de la posesión, la única que favorecía al simple tenedor y al poseedor cuya posesión estuviera viciada; aparecía así más bien, como una sanción penal de la violencia que como una verdadera acción posesoria. S O D A A fines del llamado antiguo derecho francés, seV manifiesta no obstante una R E tendencia a no considerar ya el interdicto de recobrar sino como una variedad del ES R S O Hno exigir una posesión anual. de retener, con la diferencia de C E ER D Seguidamente a principio del siglo XIX, los tribunales franceses, inspirándose en la tradición, habían instituido un sistema de protección posesoria que se extendía a los detentadores, al menos cuando habían sido despojados por la violencia; se comprende entonces, señalan los hermanos Mazeaud, la tesis de Ihering, que proponía conferirle a los detentadores las acciones posesorias, y en este orden de ideas, la jurisprudencia francesa reconoce la existencia de tres acciones posesorias: el interdicto de retener, el de recobrar y el interdicto o denuncia de obra nueva. (Mazeaud, 1.960: 171) Se considera oportuno y necesario la opinión mayoritaria según la cual, los interdictos que hoy día consagran las diversas legislaciones, tienen su origen, su raíz en el derecho romano, que aportó, como sabemos, los cimientos de múltiples figuras jurídicas, y que en el caso particular de los interdictos, el antecedente romano se fue perfilando incluso en el ámbito del derecho canónico, tal como fue señalado (exceptio spoli), resultando a nuestro modo de ver inadecuado, ubicar el origen de las acciones interdictales, como algunos señalan, entre ellos el maestro Luís Loreto, en una laboriosa elaboración verificada en la Edad Media. 53 Ahora bien, en nuestros primeros años de vida Republicana y hasta mucho después de la emancipación de España, rigieron en el ámbito civil, las conocidas Siete Partidas de Don Alonso El Sabio, en donde resalta, entre otros aspectos, el amparo acordado al poseedor con ánimo de dueño, aunque dicha posesión no estuviese fundada en derecho alguno. Igualmente, la regulación relativa al interdicto de obra nueva era fielmente la establecida en su oportunidad por los romanos. Posteriormente se consagra en Venezuela, ya de manera autónoma, originaria, la tutela interdictal en el mismo Código de 1.836, o Código Arandino, modelando esta institución de forma simple, en procura de garantizar el S DO A V R mantenimiento en la posesión del poseedor perturbado o restituirle el objeto del E ES R S O cual fue despojado. H C E ER La posesión requerida es una especie de posesión legítima, entendiendo D ésta más como derecho que como poder de hecho. Seguidamente, el Código Civil de 1.862, en el artículo 1°, del Libro II, Título IV de la Ley I, establecía en relación a la protección posesoria, los siguientes parámetros: Articulo 1°. “Las acciones posesorias tienen por objeto conservar o recuperar la posesión de bienes raíces o de derechos reales constituidos sobre ellos. Los bienes llamado inmuebles por su destino, no pueden por sí mismos dar lugar a las acciones posesorias, pero si quedan comprendidos en la acción intentada para la posesión del inmueble elativo, como parte integrante de él”. En este marco normativo, los requisitos de las acciones posesorias expuestas radicaban, por una parte en el derecho de posesión, y por la otra, en el hecho de la perturbación o agresión a ese derecho. El acciónate, para acceder a la salvaguarda solicitada, debía necesariamente ser un poseedor pacífico, sin evidenciar vicio alguno en su posesión, que además debía ser continua y no interrumpida por el lapso de un año (ultranualidad, artículo s 4 y 5). Ese requerimiento temporal aplicaba, a partir de un año a contar de la molestia para intentar la correspondiente acción de amparo e 54 igual tiempo, desde el despojo sufrido por el poseedor, para poder proponer el interdicto restitutorio. Posteriormente, el Código Civil de 1.873 reforma substancialmente el marco legal de protección posesoria, acogiendo en buena medida el modelo italiano contemplado en el respectivo Código Civil de 1.865. Al respecto vemos como en los casos de los Interdictos de Amparo y el Restitutorio se tutelaba la posesión de bienes muebles e inmuebles fundamentada en un justo título, debiendo intentarse uno u otro respectivamente, contra el perturbador o despojador dentro del año contado a partir del acto nocivo o del OS D A V R La sistematización expuesta se mantuvo prácticamente intacta en los E ESde 1.896 (artículos 675 y 678) y de R Códigos Civiles de .1880 (artículos 658 y 659), S O H C E Seguidamente al entrar en vigencia el Código Civil de 1.904 (artículos 681R E y 682). D 1.916, aparece en escena una innovación esencial, al requerirse posesión legítima despojo (artículos 652 y 653 ejusdem). para tener acceso a la tutela ofrecida vía interdicto de amparo, protegiéndose a través de él, la posesión que recaía sobre los inmuebles, derechos reales y universalidades de muebles (artículo 770 del citado instrumento), contándose con un año para interponer dicha querella. Como se evidencia de lo arriba señalado, coincide esta parte del artículo 770 del referido Código con la parte de nuestro actual artículo 782, diferenciándose no obstante ambas normas, en su segunda parte, toda vez que anteriormente sólo le estaba permitido a un poseedor precario específico, el arrendatario, interponer la querella en nombre e interés de quién posee, opción que en la actualidad puede ser ejercida por cualquier tipo de poseedor precario. En relación al interdicto restitutorio, en el Código Civil de 1.916 se encuentra que su ámbito de protección acogía a cualquier poseedor siempre y cuando hubiese sido despojado de su posesión, mobiliaria o inmobiliaria, a través de la violencia o clandestinidad. 55 Esta regulación particular se mantuvo en el Código Civil de 1.922, hasta que en el Código Civil vigente, el legislador patrio eliminó del cuerpo de la norma a la violencia o clandestinidad como causa específicas del despojo. No obstante parece haber todavía en nuestro derecho positivo, un vestigio de la norma primigenia, por cuanto el artículo 709 del Código de Procesamiento Civil autoriza la restitución o el ampara por medio de los interdictos, aún cuando “se haya hecho uso de fuerza contra el poseedor”, incluso después de haber expirado el plazo para su interposición. Conceptualización y Alcance Tradicionalmente Atribuidos por la Doctrina a los Interdictos Posesorios. S O D A Concepto etimológico de Interdictos Posesorio.VSi bien es cierto que en ERel origen etimológico de los S doctrina no hay un acuerdo generalizado sobre E R S O H Interdictos, juristas especialistas C en el tema posesorio, tales como Ramiro Antonio E R E estiman que el vocablo deriva de las palabras “INTER”, Parra, Leonardo DCertad, que significa “mientras tanto” y “DICERE”, que significa “decir” o “decidir”. El anterior señalamiento se hace tomando en cuenta una decisión provisoria denominada “sentencia inter dicta”, que se refería a una sentencia dictada provisionalmente. Por otra parte, Justiniano encuentra su etimología en la locución ‘Quia Interduos dicitur”, que expresa “porque esta dicho entre dos”. En igual sentido se manifiesta el Borjas, al señalar que la denominación de interdictos deriva de los interdictal del Derecho Romano, esto es, de los edictos privados que el Pretor pronunciaba ente dos particulares, duos edictum; y como tenían por objeto prohibir a una de dichas personas la ejecución de ciertos de ciertos actos contra la otra. (Rengel-Romberg, 2.004: 369). Concepto de Interdictos Posesorios según la Doctrina Extranjera. En desarrollo pleno del contenido de las figuras jurídicas que nos ocupan, y una vez establecido su origen etimológico, encontramos una fecunda labor en la doctrina, tanto extranjera como nacional. 56 En este sentido, reconocidos civilistas clásicos, han aportado valiosos, constituyendo los siguientes, una limitada muestra : Para el maestro Coulture el “Interdicto posesorio es una denominación genérica arcaica (Inter duos dictum vel ediictum) utilizada para referirse a las diferentes acciones posesorias de retener y recuperar la posesión o de defenderse de una obra nueva o ruinosa (RangelRomberg, 2.004: 368). Garsonnet, citado por Borjas, considera a los interdictos como “una eficaz garantía que se debe a la posesión, por ser el hecho de la tenencia de la cosa una presunción del derecho de propiedad. (Borjas, 1.924: 246). S O D A “acciones que tienen únicamente por finalidad la protección V de la posesión; no R E protegen el derecho en sí mismo; permiten EelSposeedor que obtenga, a través del R S O sin que el juez tenga que averiguar si el H juez, la supresión de la perturbación, C RE demandante D es E propietario (o titular del derecho real que ejerza). (Mazeaud, Mazeaud por su parte, reconocen a los interdictos posesorios como 1.960: 172) Colin y Capitant conciben a los interdictos como las acciones “que protegen el simple hecho de la posesión de un inmueble, sin que se discuta acerca de la existencia misma del derecho real”. (Colin y Capitant, 1.952: 830) A juicio de Trabucchi los interdictos como instrumentos de tutela posesoria se consagran como “especiales remedios judiciales, a través de acciones de procedimiento muy rápido- que se conceden – al poseedor que hubiere sido o perturbado en su posesión”. (Trabucchi, 1.967: 459). Procedimiento Interdictal Con fundamentos en los argumentos indicados, el procedimiento interdictal es reestructurado de la siguiente forma: 57 “…una vez citado el querellado, éste quedará emplazado para El segundo día siguiente a la citación, a fin de que exponga los alegatos que considere pertinentes en defensa de sus Derechos permitiéndose así, que ambas partes, en entera Igualdad de condiciones, formulen alegatos y promuevan pruebas oportunamente, (las cuales deberán ser admitidas. Siguiendo para ello la previsión establecida en el artículo 398 del Código de Procedimiento Civil), pudiendo seguir el Procedimiento pautado en el artículo 701 del Código Adjetivo Civil, en lo relativo a período probatorio y decisión, garantizándose de esta manera el cumplimiento de los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela…” OS D A V ó teniéndole por citado, R querellado y conste en autos las resultas de laE misma, ES R S queda emplazado para que al segundo (2do) día hábil siguiente, dé contestación a O H C E ésta la ocasión para que el querellado haga uso de la querella interdictal. ERSiendo D todas las defensas, alegatos y consideraciones que juzgue oportunas a los efectos De tal manera, que conforme al criterio jurisprudencial, citado como sea el de desvirtuar las pretensiones del querellante, y podrá el querellado de forma congruente promover y evacuar las pruebas conducentes para desvirtuar la querella. En la sentencia en comento, además indica que la parte podrá realizar sus alegatos para dar contestación a la querella interdictal, incluyendo en estos la oposición de cuestiones preliminatorias, las cuales deberán ser resueltas, de conformidad con las previsiones de los artículos 884 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, otorgando así la viabilidad a la parte querellante de contradecirlas o subsanarlas, sin menoscabar el principio de brevedad que abraza a los procedimientos interdíctales posesorios. Sin embargo en sentencia Nº. 046 del 18 de febrero de 2004, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia a los fines de aclarar y precisar los efectos procesales que se producen con la doctrina casacioncita de la sentencia del 22 de mayo de 2001, expone: 58 “(..) Como quiera que el procedimiento interdictal cuyo contradictorio se ha establecido por medio de la doctrina. En referencia, evidentemente le confiere al querellado la posibilidad de presentar sus alegatos y defensas, lo cual no estaba contemplado en el mismo, hecho éste que determinaba la inexistencia o imposibilidad de declararlo confeso, la Sala por vía de excepción, y a fin de mantener el equilibrio procesal, establece que dicho contradictorio solo versará sobre la posesión perturbada, y su eventual confesión ficta como una figura jurídica prevista en nuestro ordenamiento jurídico, cuyos efectos mal pueden obviarse, sólo podrá determinarse en aquellos casos que hayan sido intentados con posterioridad a esta decisión, no así para los casos cuya tramitación sea S O D A aplicación a la fase contradictoria a que se contrae V la doctrina que se precisa, R E ESlos casos antes de esta decisión entendiéndose contradicha la demanda para R S O de oficio. de este modo , de conformidad cuya reposición esta Sala,C haH ordenado E DERde estos procedimientos, y sin que ello pueda constituir con la especialidad anterior a la misma, procedimientos en los cuales en todo caso deberá dársele contrariedad alguna con los puntos de vista analizados y considerados en decisiones anteriores, sino por el contrario una más clara apreciación del tema, la Sala estima que de los argumentos de la contestación no pueden tenerse como cuestiones previas aquellos alegatos que tengan tales particularidades pues dentro del proceso originario no están previstas dichas cuestiones previas y así queda determinado, de esta manera cualquier punto contenido en ese estilo deberá ser resuelto preliminarmente en la decisión definitiva (…)”. Es por lo que, debe entenderse que dicho contradictorio solo versará sobre la posesión perturbada y, en caso que el querellado no dé contestación ni probare nada que le favorezca se le tendrá por confeso. También de lo expuesto se concluye que de proponerse cuestiones previas serán dilucidadas como punto previo en la sentencia definitiva. Por último, en cuanto a la confesión ficta, debemos distinguir que en los casos de interdictos en los que la parte querellada se constituya bajo la figura de litisconsorcio, para que opere la misma deberá no haber dado ninguno de ellos 59 contestación ni probado algo que le favorezca, por cuanto la contestación de uno solo de los litisconsortes aprovecha a los contumaces, en virtud de la imposibilidad de concebir la cualidad fraccionada en cada integrante sobre la comunidad en la posesión, sino unitariamente en todos. Para finalizar, siguiendo la estructura del procedimiento que se viene comentando dada por las sentencias de la Sala de Casación Civil, el querellado al segundo día hábil siguiente a que quede citado o se le considere citado, podrá dar contestación e invocar las siguientes defensas: 1.- Que él es el verdadero poseedor. OS D A Vhan sido ejecutados con R despojo de la posesión no son tales, o que E éstos ES consentimiento del querellante. OS R H C E R 3.- Que la vía interdictal por cuan entre él y el querellante DesEimprocedente 2.- Que la ejecución de los actos indicados como perturbatorios o de una relación contractual. 4.- Oponer la falta de cualidad e interés del querellante para intentar la acción posesoria, o su falta de cualidad para sostener el juicio. 5.- Deberá oponer cualquier cuestión previa de las contenidas en el artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, porque de no hacerlo en esta oportunidad ya no podrá hacerlo, y éstas ya se indicó serán resueltas en punto previo de la sentencia definitiva. 6.- Cualquier otra excepción que contradiga la pretensión del querellante. Consideraciones sobre el Voto Salvado de la Sentencia 046 del 18 de Febrero de 2004 En la Sentencia del 18 de Febrero de 2004, el Magistrado Franklin Arrieche salva su voto sobre la doctrina casacioncita que venimos comentando, y aduce 60 que el criterio de la Sala pone en situación ventajosa al querellante, colocando el problema social en la misma situación que se quiso remediar en el mismo respecto a la previsión del Código de 1.916, puesto que al establecer un acto para la contestación y preveer la posibilidad de una confesión ficta, podría dar lugar a un gran número de interdictos propuestos con el ánimo de resultar beneficiados por ésta, lo que sería capaz de afectar y perturbar la paz social. Alega que la necesidad de establecer un contradictorio, en los términos establecidos en el criterio jurisprudencial crea en el querellado la carga de contestar la demanda, so pena de quedar confeso, y el deber de probar todas las afirmaciones de hecho que formule en su defensa, siendo que a su consideración OS D A V d alegación para luego R posibilidad del contradictorio, sólo posterga la oportunidad E ES de precluído el lapso probatorio,O loS cualR no perjudica al demandado, quien podrá H demostrados en el proceso, y considera que no C E alegar los hechosEque resultaron D R el procedimiento del artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, no elimina la puede operar la confesión ficta, puesto que él puede alegar o no, y de hacerlo tiene el beneficio de poder formular sus defensas con base en las pruebas que han sido incorporadas en autos, esto lejos de causarle indefensión, le permite al querellado elaborar una mejor defensa de sus derechos e intereses. Si que todo lo anterior en modo alguno coloque en desventaja al actora, pues debe tenerse en cuenta que ésta obtuvo un decreto provisorio en el que se le amparó en la posesión o perturbación, sin que el demandado interviniera en el proceso, y en esta otra etapa, es cuando éste puede probar en contra o en defensa de sus intereses, y alegar que actuó con justo título o simplemente que no ha perturbado o despojado posesión alguna, buscando con ello equilibrar a las partes. Así mismo, advierte que la Sala de Casación no comparte la posición asumida por la Sala de Casación Civil, refiriéndose que en sentencia de fecha 29 de noviembre d 2001, que el procedimiento interdictal de amparo previsto en el 61 vigente Código de Procedimiento Civil si permite, mediante un procedimiento breve y especial, que las partes ejerzan su derecho a la defensa, sin que exista lesión del derecho de defensa del demandado por exponer éste sus alegaciones, excepciones o defensas, no en la fase inicial del proceso, sino luego de concluido el lapso probatorio, los cuales deben ser decididos por el juez en su sentencia. Igualmente indica que en criterio de la Sala Constitucional, el juez que opte por aplicar el procedimiento previsto en el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, en desacato de la doctrina de la Sala de Casación Civil, “… ni siquiera materializa una violación legal y, por lo tanto, tampoco una de rango constitucional…”, sentencia en la cual la Sala Constitucional indica que a través OS D A Ven el caso concreto por lo R determinada norma jurídica únicamente produce E efectos ES inmediatas más allá del caso R S cual esa consideración no ocasiona consecuencias O H C concreto en la que ERseEaplica el control difuso, ya que el juez no se estaría D pronunciando sobre la validez de la norma en cuestión con carácter erga omnes. del control difuso de la constitucionalidad el criterio que lleva al juez a considerar (Sentencia de fecha 04 de noviembre de 2003, caso: acción de amparo ejercida por PIZZA 400 C.A.). Ahora, la misma Sala Constitucional advierte que lo recomendable y correcto sería que los tribunales de instancia obedezcan los criterios de la Sala de Casación Civil en aras de la integridad de la ley y a la uniformidad de la jurisprudencia. Lapso Probatorio Tal y como se ha venido desarrollando a lo largo del presente trabajo de investigación, el procedimiento interdictal en materia de amparo o restitución de la posesión, es común para ambos interdictos, y siendo que el referido procedimiento, se trata de un procedimiento que se encuentra enmarcado dentro de los principios de la especialidad, la celeridad y brevedad de las actuaciones, en virtud de constituir un medio de protección que brinda el legislador al poseedor de 62 un bien o de un derecho, es el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, que nos regula el procedimiento a seguir para este tipo de solicitudes especiales. Ahora bien, señala el mencionado artículo, por tratarse de un procedimiento especialísimo y breve, en razón al derecho que se protege, que el lapso probatorio será de diez (10) días contados a partir de la citación del querellado, diez (10) días a través de los cuales las partes legitimadas como tal en el proceso, deberán aportar las pruebas para que las mismas sean evacuadas o desarrolladas dentro del mismo lapso, y así lo establece Noguera, al señalar: “En este lapso de diez días, las partes deberán probar sus respectivos S O D A configuran su posesión legítima, la ultra-anualidad de V la misma y la perturbación. R E De que ha sido objeto, tratándose de interdicto ESde amparo y la simple posesión y R S O restitutorio; al querellado la prueba de los H el despojo, en el caso del interdicto C E hechos que alegue DERcontra aquella posesión y a favor de su propia protección”. alegatos posesorios. Al querellante corresponderá la prueba de los hechos que (2.008: 354). En cuanto a la apertura del lapso probatorio, es importante realizar algunas consideraciones. Dicho lapso se abrirá de pleno derecho sin necesidad de que así sea ordenado de forma expresa por el juez que conoce de la causa, una vez que el querellado se haya citado o se le tenga como citado, con el fin de que las partes promuevan y desarrollen los medios probatorios pertinentes en defensa de sus derechos, en entera. Igualdad de condiciones, las cuales deberán ser admitida por el juez, el mismo día a su presentación, siguiendo en cuanto las reglas de la legalidad y pertinencia de las mismas, la previsión establecida en el artículo 398 del Código de Procedimiento Civil. Otra consideración que es importante realizar, es en cuanto al momento que demarca la apertura de dicho lapso probatorio. De conformidad con lo establecido en el artículo 701, dicho lapso se abrirá una vez conste la citación del querellado o se le tenga como citado, que a su vez, deberá materializarse una vez 63 practicado el decreto de restitución o de amparo, o de secuestro de la cosa. Sin embargo la Sala de Casación Civil, se ha pronunciado al respecto en veredicto No. 132 de fecha 22 de mayo de 2001 y ratificada en sentencia de la misma Sala de fecha 18 de febrero de 2004, nos establece, que podrá el querellado darse por citado de forma tacita, sin necesitad de mandamiento expreso, para que la parte proceda al segundo día hábil a que conste la citación formular la contestación de la querella interdictal, para que de esta forma se apertura de pleno derecho el lapso de los diez (10), para la promoción y desarrollo de las pruebas aportadas al proceso. Tal observación se realiza, con la finalidad de establecer una comparación, en cuanto al acto procesal o actividad jurídica que demarca la S O D A procedimientos interdíctales específicamente en materia Vde interdicto posesorios. R E ESde los interdictos prohibitivos, en R S Cosa muy distinta sucede en el caso O H C donde no existe E lapso probatorio (interdicto de obra nueva- obra vieja), ya que la RE D finalidad que contrae este tipo de procedimiento, comporta obtener una decisión apertura ope legis del lapso probatorio, al que se hace referencia en los cautelar del tribunal, que impida la consumación del daño temido o establezca las garantías de resarcimiento de tales danos, estableciendo el Código de Procedimiento Civil en su artículo 716 al respecto, el procedimiento a seguir para este tipo de demanda interdictal. En atención a lo anterior, tenemos entonces que el procedimiento que contemplo el Código de Procedimiento Civil, es un procedimiento sumario que se desarrolla sin la citación del querellado, donde el juez, una vez verificado que efectivamente se cumplen con los extremos de Ley, a los fines de que la protección posesoria sea protegida, solo se limitara a decretar las precauciones oportunas de carácter preventivo, a fin de evitar un daño.. En razón a ello, no existe citación, no existe lapso probatorio en dichos procedimientos interdictales, solo permite a la parte poder acudir por vía ordinaria, dentro del año siguiente a la medida protectora decretada por el juez. 64 Ratificación de las Pruebas Preconstituidas Según el autor Rodrigo Rivera Morales, estima que lo normal es que las pruebas se recepciones y practiquen dentro del procedimiento en la etapa prevista al respecto, lo cual es lo que se conoce como el principio de la regularidad probatoria. Sin embargo, esto tiene su excepción y es lo que conocemos como las pruebas anticipadas, las cuales son permitidas dentro de nuestro ordenamiento, en lo que se refiere a pedirlas y practicarlas, por lo que a tenor establece el autor “La prueba anticipada es aquella que se practica momento anterior al del juicio (ordinario-escrito), o de la audiencia de juicio ante el temor de que la fuente propia del mismo se pierda, haciendo imposible su aportación al proceso” (2010:319). E ES R S O S DO A V R Siendo entonces, que una de las finalidades de la prueba anticipada es el H C E ER hecho de poder impedir que la prueba misma se pierda o desvirtúe. Con relación a D las querellas en materia de amparo o de despojo, concluimos que primeramente este medio de prueba compone uno de los medios de pruebas que podría utilizar el querellante para lograr formar en el juez conocedor de la querella interdictal, cierta convicción necesaria, para admitir la acción posesoria, debiendo los mismos ser debidamente ratificados por la parte querellante en la oportunidad correspondiente, a los fines que los mismos puedan surtir en el Juez plena prueba, so pena, de que de no hacerlo los mismos solo serán ante juzgador simples presunciones. Con relación a la valoración que se le otorga a las inspecciones judiciales extralitem, en materia de posesión, siendo que esta prueba no prevé necesariamente la citación de la otra parte, por considerar que esta constituye una excepción a las normas que regulan el perjuicio por retardo, establecido en el artículo 815 del Código de Procedimiento Civil, por la naturaleza misma de las inspecciones judiciales, para que la parte contraria a su vez pueda ejercer el debido control de la prueba, sino que por el contrario es gobernada totalmente por el peticionante, tal y como lo establece el autor Ricardo Henríquez la Roche en su obra “Instituciones del Derecho Procesal”, el valor probatorio que tendrán las 65 elaboradas de forma extralitem (fuera de juicio inclusive por retardo perjudicial), será el de un simple indicio, es decir, no tendrán la misma eficacia probatoria, a pesar de que su sistema de valoración será el de la sana critica. Facultades Probatorias del Juez En el ordenamiento jurídico, efectivamente se encuentran establecidas las facultades probatorias del juez, la cual está dirigida o se enfoca en la facultad que tiene el juez de buscar la verdad, tal y como lo establece el autor Rodrigo Rivera Morales, al señalar lo siguiente: “La tarea de dictar sentencia asignada al juez hace conveniente, en OS D A V R ciertas actividades probatorias dirigidas a obtener una mayor certeza sobre la E ES R existencia o inexistencia de los hechos”. (2010:253). S O H C RE Menciona el autor que esta actividad no puede tenerse o entenderse como DE determinados casos y bajo determinados presupuestos, que se le permita realizar un deber judicial, donde es el juez quien tiene la carga de probar las alegaciones hechas por las partes, donde estas permanecerían inertes o inactivas, sino más bien como una actividad potestativa del juez, que en búsqueda de la verdad de los hechos, realiza o desarrolla la práctica de ciertos medios probatorios a los fines de esclarecer hechos que pudiesen mantenerse oscuro en el proceso, y que pudiesen mantener en incertidumbre al juez. En el ordenamiento civil, se mantienen las facultades probatorias del juez, las cuales las vemos materializadas a través de los artículos 401 y 514 del Código de Procedimiento Civil, es lo que conocemos el diligenciamiento de oficio y los autos para mejor proveer, los cuales demarcan ciertas deferencias en cuanto al desarrollo de los mismos, pero que sin embargo siempre estarán destinadas a una finalidad específica, aclarar hechos, despejar dudas o ilustrar el conocimiento del juez. En materia posesoria, esta facultad probatoria del juez, efectivamente puede evidenciarse o materializarse, ya que no hay limitación alguna en cuanto al ejercicio de la misma, teniéndose en cuenta que en estricto cumplimiento de lo establecido en el procedimiento indicado en el artículo 701 del Código de 66 Procedimiento Civil, el diligenciamiento de oficio, será en la oportunidad que indica el legislador, para que las partes consignen los alegatos que consideren convenientes, valga decir, dentro del lapso de los tres días posterior al lapso de promoción y evacuación de pruebas, que será la misma oportunidad si adoptamos rotundamente el criterio mantenido en las sentencias de la Sala de Casación Civil, desarrolladas o mencionadas a lo largo del presente estudio. En cuanto a la oportunidad probatoria del juez, relacionada con los autos para mejor proveer, esta podrá materializarse dentro de los ocho días que el mismo tiene para poder emitir opinión, los cuales a nivel del criterio acogido y mantenido por la Sala del Tribunal Supremo de Justicia, serán los mismos ocho S DO A V R días, a los cuales hace referencia al procedimiento establecido en el artículo 701 E ES R S O del Código de Procedimiento Civil. H C E ER D Improrrogabilidad de los Lapsos Probatorios. A la letra de lo establecido en el artículo 202 del Código de Procedimiento Civil, que a tenor establece “Los términos o lapsos procesales no podrán prorrogarse ni abrirse de nuevo después de o imputable a algunas cuando una causa no imputable a la parte que lo solicite lo haga necesario”. En razón a lo anterior, siendo que los lapsos procesales son de orden público y de estricta aplicación, por lo que no podrán ser en consecuencia relajados por las partes, es decir, no pueden prorrogarse ni reabrirse un lapso que ya haya sido consumado en el proceso, y es ese el propósito del legislador, al eliminar la posibilidad de prorrogar o reapertura los lapsos procesales, permitiéndolo solo en aquellos casos que expresamente lo autorice la ley o cuanto por una causa extraña no imputable a alguna de las partes que pueda servirse de tal situación. A tenor de lo dispuesto en nuestro ordenamiento civil, en materia de lapsos procesales, cada procedimiento debe tipificarse mediante un orden consecutivo de los actos procesales, según el cual, se apertura cada etapa o fase que componen el proceso, de forma cronológica, y precluida la misma no será posible su 67 reapertura, de conformidad con lo establecido en el principio de preclusión de los lapsos, a los fines de dar cumplimiento a todos los actos procesales preparatorios, necesarios para emitir sentencia definitiva por parte del juzgador, que en la etapa procesal correspondiente, debe emitirse sin ningún tipo de dilataciones, y lograr de esa forma el otorgamiento de la tutela judicial efectiva, que en materia de posesión, no es otra cosa, que el otorgamiento de la tutela de la protección posesoria. Con respecto a la protección posesoria, por tratarse de un procedimiento especial y breve, y en donde lo que se busca es la protección en la esfera personal y patrimonial, con mucha más razón deben darse todas y cada una de OS D A V R prorrogarse o reabrirse los lapsos establecidos en dicho procedimiento interdictal, E S Ejuez, R S salvo las excepciones de ley, debiendo el desarrollar el proceso en estricto O H C cumplimiento de E todas REy cada una de las fases procesales, para poder así emitir D sentencia definitiva, dentro de los ocho días siguientes sin dilación alguna, luego las etapas que efectivamente deben desarrollarse, sin permitir que puedan de concluido el lapso procesal que le antecede a este, conforme a lo previsto en el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil. Esta salvedad de indicar que efectivamente no debe prorrogarse el lapso probatorio, no arropa el hecho, que pueda postergarse dicho lapso no para seguir permitiendo actividad probatoria de las partes en el procedimiento interdictal, sino para poder lograr el desarrollo o evacuación de la totalidad de los medios probatorios aportados por las partes en tiempo oportuno, que por naturaleza misma de la prueba, como en el caso de la prueba de informe y la prueba de experticia, no pueda evacuarse dentro del mencionado lapso, no entendiendo con esto, que se pueda estar violando la normativa que indica que los lapsos procesales son improrrogables, como lo establece el Art. 202 del Código de Procedimiento Civil estas pruebas conocidas como pruebas privilegiadas. 68 Apelaciones en Materia de Admisibilidad de Pruebas. En este aspecto se considera que regirá lo previsto para la apelación del pronunciamiento que admita o niegue los medios probatorios en el procedimiento ordinario, la cual será oída en el solo efecto devolutivo, acotando que encontrándonos en un juicio breve, de ser el caso, el pronunciamiento de la sentencia definitiva quedara diferido hasta que el juez superior dilucide la procedencia o negativa. De la Apelación. Alegatos. Aplicación Analógica de las Reglas sobre Informes OS D A V 701 del Código de Procedimiento Civil, concluidoE elR lapso probatorio de diez días, S E R dentro de los tres días siguientes las partes presentaran los alegatos que S O H C consideren convenientes. ERE Como ya se dijo, para algunos autores, esta oportunidad D era el momento para que el querellado pudiera oponer los alegatos de hecho y de Siguiendo la metodología empleada, conforme a lo dispuesto en el artículo derecho contra la querella. Ahora bien, conforme a lo dispuesto en la sentencia del 22 de mayo de 2001, esta oportunidad debe entenderse o constituye los informes del procedimiento ordinario. Dentro de estos tres días las partes podrán formular sus respectivas conclusiones sobre el debate procesal, o la situación procesal en que han quedado las alegaciones y probanzas con la finalidad de ilustrar el criterio del juez. Sentencia. Tiempo de la Sentencia. En el procedimiento interdictal, específicamente en materia de interdictos de amparo e interdictos restitutorios, la sentencia soporta un elemento esencial y de suma importancia en este tipo de procedimiento, la cual deberá ser emitida por el Juez de la causa, dentro de los ocho días siguientes, al vencimiento del lapso que tienen las partes para consignar los respectivos alegatos, conforme a lo establecido en el ya tantas veces citado artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, sin dilación alguna, en razón a la responsabilidad personal y patrimonial del juez por daños y perjuicios que pudiera ocasionar la misma. 69 Sánchez, establece que los jueces pudiesen colocarse en una conducta violatoria de garantías Constitucionales, cuando sin justificación alguna, dilatan o demoran en solucionar las peticiones que realizan las partes. En materia interdictal la emisión de la sentencia en tiempo oportuno, esto es, dentro de los ocho días siguientes al vencimiento de los lapsos de informes, como se indica anteriormente soporta una particularidad especial por el tipo de protección que se solicita que se tutele, y a tenor nos señala: “Esta responsabilidad constitucional del juez resulta desarrollada nuevamente en materia interdictal en el artículo 711 del Código de Procedimiento Civil, al determinar para el juez la obligación de responder personal y S DO A V R patrimonialmente por todos los perjuicios que cause a quien resulte afectado por la E ES R S O privación de su n(2008: 356). H C E ER En atención a lo anterior, efectivamente es indiscutible, que el juez que D conoce del procedimiento interdictal, en razón al derecho que se pretende que se tutele, no podrá o deberá, dilatar la decisión que contrae este tipo de procedimientos especiales, debiendo emitirla como se ha explicado y tal como reza el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, dentro e los ocho días siguientes, concluido el lapso para la presentación de los informes. Otra particularidad importante de la sentencia en materia de interdictos posesorios, es lo que se refiere a sus efectos, por cuanto serán de cosa juzgada formal, en tanto en cuanto la parte perdidosa en el procedimiento, no acuda por la vía ordinaria, a solicitar sea escuchado en cuanto a cualquier otra reclamación en materia posesoria. En relación a los requisitos que deben contener la sentencia, además de cumplir con los requisitos establecidos en el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, deberá contener expresamente en los casos de interdictos por despojo, pronunciamiento expreso de la extinción de la garantía que se constituyo al inicio del procedimiento interdictal de ser el caso. 70 Extinción de las Garantías y Fijación de Daños y Perjuicios. Dentro del procedimiento interdictal, se establece la fijación de una garantía que una vez establecida la procedencia del interdicto por encontrarse demostrados el hecho posesorio y la ocurrencia del despojo, el juez procede a exigir y fijar al querellante la garantía que deberá constituir, para responder al querellado por los daños y perjuicios que se le puedan causar con motivo de la solicitud, en caso, claro está de ser decretada sin lugar. Esta constituye la decisión inicial de la fase sumaria del procedimiento, que constituye el trámite previo al decreto de la restitución o al decreto de secuestro en caso de constituirse la respectiva garantía esta se mantendrá en vigencia mientras se dicte la sentencia definitiva. E ES R S O S DO A V R Ahora bien, en cuanto a la extinción de la misma, debemos referirnos al H C E ER contenido de la sentencia, que además de cumplimiento de los requisitos de toda D sentencia previstos en el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil se dicte en los juicios interdictales de despojo deberá contener pronunciamiento expreso sobre la extinción de la garantía que hubiere presentado el querellante para que se decretara la restitución provisional de la posesión, esto en caso de ser declarada con lugar y en caso de que la querella fuere declarada sin lugar, la sentencia debe formular la condena expresa por los daños y perjuicios que se hubieren causado al querellado por la ejecución del decreto provisional, remitiendo su determinación y liquidación a una experticia complementaria del fallo. En consecuencia, una vez fijados los daños y perjuicios por la experticia complementaria del fallo, se procederá a la ejecución de la garantía como si se tratara de sentencia pasada por autoridad de cosa juzgada. Todo ello conforme al artículo 702 del Código de Procedimiento Civil La Apelación. Remisión del Expediente al Superior. En cuanto a los recursos, contra las sentencias dictadas en los procedimientos interdictales de despojo y ampara, se podrán interponer el recurso ordinario de apelación y el extraordinario de casación, además del recurso de 71 invalidación que procede contra toda sentencia ejecutora o cualquier acto que tenga fuerza de tal conforme al artículo 327 del Código de Procedimiento Civil. Sin embargo, en cuanto a la apelación que es el tema que nos ocupa, será oída en un solo efecto pero con la particularidad que en virtud de ser interpuesta oportunamente, el expediente completo pasara en todo caso al Tribunal Superior a quien corresponda el conocimiento de la misma, con lo cual surge una diferencia con el procedimiento ordinario y los demás procedimientos especiales, ya que en estos cuando la apelación es oída en el solo efecto devolutivo y no en el suspensivo, el expediente continua en el Tribunal a quo y a los efectos de la apelación solo se remiten al Superior las copias que indiquen las partes y el tribunal. E ES R S O S DO A V R La Intervención de Terceros. H C E ER D De conformidad con el artículo 703 del Código de Procedimiento Civil pondrá cualquier persona, haciéndose responsable de las resultas del juicio, y dando caución o garantía de las previstas en el artículo 590, presentarse por el poseedor o por aquel a quien se atribuya la perturbación o el despojo, aun sin poder, e intervenir en la articulación de que trata el Articulo 701 ejusdem. En otras palabras, en cuanto a la intervención de terceros, podemos concluir que son terceros legitimados cualquier persona que se presente siempre que de caución o garantía conforme al artículo 590 del Código de Procedimiento Civil y cuya representación sea atribuida a la del querellante (poseedor) o a la del querellado (perturbador o despojador), intervención esta que quedara limitada a la articulación probatoria del artículo 701. Es importante destacar que conforme a las disposiciones sustantivas que consagran el derecho a accionar por la vía interdictal contra los actos de perturbación o de despojo de la posesión, los legitimados activos para ejercer la acción correspondiente serán: 1.- El poseedor legitimo que encontrándose por mas de un año en la posesión legitima de un inmueble, de un derecho real o de una universalidad de muebles sea perturbado en tal posesión (Art. 782 Código 72 Civil ), 2.- Cualquiera que haya sido despojado de la posesión, cualquiera que ella sea, de una cosa mueble o inmueble (Art. 783 Código .Civil) y legitimados pasivos en los interdictos sean: 1.- La persona a quien se atribuya la realización de los actos constitutivos de la perturbación contra el poseedor legítimo (Artículo 782 Código Civil). 2.- La persona a quien se atribuya la realización de los actos constitutivos del despojo contra el poseedor (Art. 783). Si tomamos en cuenta lo establecido en el Artículo 703 del Código de Procedimiento Civil luye que existe una excepción a las reglas generales de representación judicial consagradas en el Capítulo II del Título III del Libro Primero del propio Código de Procedimiento Civil, no obstante la necesidad OS D A V legal para intervenir en R asistencia profesional. Se trata entonces de una facultad E ESde prestar caución o garantía. R S juicio donde no se es parte y bajo la condición O H C E ERJuzgada La en Materia de Interdictos Posesorios DCosa de quien concurra al juicio interdictal en tal condición requiere en todo caso la Uno de los aspectos a resaltar en relación con la sentencia interdictal posesoria, está referido a sus efectos como cosa juzgada. En tal sentido, la sentencia produce solo el efecto de cosa juzgada formal, por cuanto las cuestiones que por ella se deciden pueden ser objeto de revisión en otro proceso posterior a través de las demás acciones posesorias tal como lo consagra expresamente el artículo 706 del Código de Procedimiento Civil, no obstante que el despojador no podrá reclamar el perjuicio que haya sufrido por la restitución decretada por el juez, a menos que la reclamación se proponga contra el juez cuando hubiere dejado de observar alguna formalidad legal para decretar la privación de la posesión, sea en forma provisional o definitiva conforme al Artículo 711 del Código de Procedimiento Civil y el Articulo 784 del Código Civil, contiene similar disposición, conforme al cual no queda excluido el ejercicio de las demás acciones posesorias por parte de cualquier poseedor legitimo en caso de que la restitución posesoria sea consecuencia de la sentencia que se dicte en el interdicto de despojo. 73 La Acción Ordinaria de Posesión Si la acción posesoria interdictal caduca para el poseedor por el transcurso del año para su ejercicio sin haberla ejercido, ello no impide al poseedor pedir la restitución o el amparo en juicio ordinario, en el cual además del debate sobre el hecho posesorio podrán discutirse y decidirse las excepciones de merito o de fondo sobre cualquier otro. Derecho preferente al del simple poseedor, y tales cuestiones, que son extrañas al juicio posesorio y no pueden ser materia de su decisión, serian pertinente y de resolución necesaria en el juicio ordinario de posesión. S O D A fundamentos alegados por el querellante para la restitución V o el amparo, esto es R E que será en dicho juicio donde podrá atacarse ESla falsedad de dicho fundamento, R S O de la falsedad de un titulo en el cual el H como deberá procederseC tratándose E querellante fundamente DER su querella posesoria. Es por ello que no resultara En juicio ordinario, podrá ventilarse igualmente la validez jurídica de los procedente en los juicios interdictales la tacha o el desconocimiento de instrumentos, sean públicos o privados, resultara extraño al procedimiento toda cuestión de carácter petitorio; como seria la declaratoria de falsedad de tales instrumentos. Y si en el procedimiento ordinario se llegare a probar la falsedad, no solo de los instrumentos, sino en general del fundamento alegado por el querellante que a través del procedimiento interdictal logro con tales fundamentos falsos, la protección posesoria, además de acordarse a favor del demandante la restitución o el amparo que por aquel procedimiento le fueron despojados a favor del querellante, se condenar al demandado –querellante anterior- a satisfacer todos los perjuicios que por tal causa hubiere sufrido el demandante, incluidas las costas pagadas en el interdicto. Concepto de Interdicto Posesorio según la Doctrina Nacional. Tal y como lo expresa el titulo de este apartado, reproducimos a continuación el producto de una recopilación minuciosa de ideas, obra de nuestros pensadores patrios en relación al punto en desarrollo, no sin antes recordar que 74 acogiendo principios básicos de una sana técnica legislativa, nuestro Código Civil vigente, si igual que muchos Códigos Civiles evita establecer un concepto genérico, univoco de los interdictos, limitándose a contemplarlos en forma particular, en relación a un conjunto de condiciones especificas, que en cada interdicto considerado, deben verificarse acumulativamente para que el poseedor afectado puede beneficiarse de la protección concebida a través de ellos. El ilustre venezolano Don Andrés Bello, considera que “las acciones posesorias son aquellas en que se trata de la posesión momentánea, esto es, de averiguar quién es el que tiene o debe tener actualmente la posesión sin perjuicio de la verdadera propiedad o dominio”. (Jiménez 1.975: 21). S O D A Si bien el antecedente expuesto, como toda V luz inicial en un tema R E controvertido resulta valioso, emprendeR Jiménez ES Salas un esfuerzo por adecuarlo S O H más al alcance propioCde lo que constituye actualmente un interdicto, E R E “… la fórmula legal expedita por medio del cual se protege el concibiéndoloD como derecho de la posesión, sin prejuzgar sobre sus fundamentos y frente a la perturbación y el despojo de terceros”. (Jiménez 1.975: 21). En el concepto antes reproducido se observa que presenta un error conceptual al hablar del “derecho de la posesión”, por cuanto no se debe olvidar que la posesión puede bien ser ciertamente una manifestación, una prerrogativa a ejecutar por el titular de un derecho de propiedad, en donde dicha prerrogativa quedaría incluida dado en carácter pleno, mas no absoluto de derecho real de propiedad, pero que en esencia la posesión es una situación de hecho que no encuentra sustento en título alguno, que en todo caso y como en forma constante y pacifica ha señalado nuestra jurisprudencia, tan solo serviría para colorear dicha posesión. Por su parte, el maestro Borjas, en sus comentarios el Código de Procedimiento Civil de 1.916 señala “los interdictos son los juicios sumarios en que se ventilan o deducen las acciones posesorias con que la ley garantiza al 75 poseedor contra toda agresión, molestia o amenaza de daño inminente (RengelRomberg, 2.004: 369). Para Granadillos los interdictos representan “la facultad que tiene el poseedor de dirigirse ante la justicia para que esta ordene el respeto a la cosa poseída o que sea reintegrada al poseedor en caso de despojo”. (Granadillos, 1.952: 393). Según Dominici, los percibe como “acciones extraordinarias en que se deciden breve y sumariamente sobre la posesión de las cosas muebles o inmuebles”. (Dominici, 1.962: 832). OS D A V R Civil Venezolano”, los interdictos constituyen “una acción para reclamar en juicio E ESactual, o la cuasi-posesión de un R breve y sumario la posesión de una cosa S O H C E derecho real o para R DE impedir un daño que amenaza”. Para Feo, (1992 en su obra “Estudios sobre el Código de Procedimiento Para Sánchez, las acciones interdíctales son definidas por el autor como “El medio procesal a través del cual se garantiza la defensa de la posesión legítima que se ejerce sobre las cosas, mediante un procedimiento breve, frente al despojo, la perturbación o la amenaza de una obra nueva o vetusta” (2008: 331). De igual manera dichas acciones interdíctales son concebidas como acciones posesorias y no petitorias, en razón de no discutirse con ellas la propiedad, constituyendo el procedimiento mediante el cual se ejerce ese derecho de accionar, un procedimiento ágil y especial, infiriéndose de las normas que prescriben las pautas de su regulación, la brevedad de los lapsos para la resolución de los mismos, a los fines de que un poseedor de un bien o de un derecho, solicite del Estado se le proteja su derecho posesorio ante un despojo, una perturbación o el daño posible, que se desprenda de una obra nueva o vieja que le perjudique, y a tal fin, se tomen las medidas precautelativas necesarias hasta la conclusión del procedimiento. 76 Ahora bien, el objeto de estudio del presente trabajo como se indicó anteriormente es el procedimiento interdictal pero específicamente el desarrollado para los interdictos posesorios, el cual persigue la protección en materia de amparo o de despojo, razón por la cual pasamos a desarrollar todos y cada uno de los puntos relacionados con el procedimiento interdictal en ambas materias, por ser común para ambos, y la diferencia que pudiese existir entre estos, con los interdictos prohibitivos. Criterio de la Jurisprudencia Venezolana Por su parte la Jurisprudencia patria a lo largo del tiempo ha delineado el S O D A el criterio establecido al respecto con muy escasa excepción. V R E ES Por esta razón se puede O citar laR Sentencia de Casación Civil, acogida en S H de Justicia en fecha 5-5-65-donde se señala que C E Sala Plena de la Corte Suprema DER contenido y alcance de los interdictos manteniendo de manera reiterada y pacifica “los interdictos posesorios son procedimientos especiales y sumarios instituidos por la Ley como medio rápido para proteger el ejercicio de los Derechos posesorios contra agresión o amenaza o agresión, que perturbe e impida dicho ejercicio.” ”Los interdictos posesorios, como es de un amplio conocimiento por el foro, se encuentran regulados por la normativa preceptuada tanto en el Código Civil como en la ley Adjetiva Civil, y constituyen el derecho, frente a quien pretenda despojarlo o perturbarlo, según el caso, su derecho a poseer. El último cuerpo legal nombrado, pauta el procedimiento especial a seguir cuando se incoa una querella interdictal, que se caracteriza por la brevedad de sus lapsos” Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas a los treinta y un (31) días del mes de mayo de 2002. Los interdictos son medidas de policía judicial, es decir, no verdadera acciones donde se diluce exhaustivamente un derecho a la posesión dominial o por cualquier otro título oponibles incluso al Dominus. Corte Suprema de Justicia 2-6-65 77 Naturaleza Jurídica de los Interdictos Posesorios La Doctrina estima que los interdictos como expresión más genuina de las acciones posesorias tienen naturaleza real, basándose en la también clasificación doctrinaria de las acciones reales en acciones petitorias y acciones conservatorias, también denominada de protección provisoria por Castan Tobañes de las cuales forman parte evidentemente los interdictos como medios de defensa específicos diseñados para mantener, recuperar o en general salvaguardar la posesión. Por su parte, el reconocido Sánchez claramente establece, de manera S O D A que “las acciones interdíctales en general son acciones Vposesorias, no petitorias, R E S sino la posesión. (Sánchez ya que en las mismas no se discute R la E propiedad S Osegún Brice que dichas acciones solo puedan H 2004) y ellos es lo que justifica C ERqueEefectivamente posee la cosa al momento no produce la intentarse porD aquel simple y directa y en franca concordancia con el enfoque que se está estudiando, perturbación, despojo a amenaza si es el caso. (Brice 1.969) Por su parte, Parra (1975) con su estilo características señala: “Todos los interdictos se conocen con el nombre de acciones posesorias, pero solo al de amparo corresponde ese nombre en propiedad, porque es el único en que se discute la posesión o la cuasi posesión y es concedido al poseedor legitimo exclusivamente, pues aunque el arrendatario puede promoverlo, lo hace a nombre e interés de poseedor”. “No es pues exacto decir que en los interdictos lo único que se discute es la posesión; ni es propio el nombre que se les da de acciones posesorias. Su verdadero nombre debe ser el de acciones interdíctales”. (Parra 1975) Se puede inferir que la mencionada clasificación de los interdictos como acciones posesorias de evidente naturaleza real, es lo que permite 78 MATRIZ DE ANALISIS. Objetivo General: Analizar el principio de la tutela judicial efectiva a partir de la aplicación del procedimiento interdictal restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil venezolano. Categoría Objetivos Específicos Describir el Principio de la Tutela Judicial Efectiva como manifestación de los derechos constitucionales por la aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano Sub Categoría TUTELA JUDICIAL EFECTIVA DERECHO DE ACCESO A LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES E ES R S O DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA Establecer el alcance del principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal contemplado en el Código de Procedimiento Civil venezolano. ALCANCE DEL PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA DOCTRINA A LOS INTERDICTOS POSESORIOS . Verificar la trasgresión del principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal contemplado en el Código de Procedimiento Civil venezolano PROCEDIMIENTOS INTERDICTALES EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO VENEZOLANO ORDENAMIENTO JURIDICO VENEZOLANO H C E ER PROCEDIMIENTO INTERDÍCTAL CONTEMPLADO EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO Piters 2011. 79 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1.999. Código Civil, Año; 1.982 Código de Procedimiento Civil, Año:1.990 S DO A V R FUNDAMENTO DE LA PROTECCIÓN POSESORIA EN EL PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA - Determinar el fundamento de la protección posesoria en el principio de la Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal contemplado en el Código de Procedimiento Civil venezolano. D Unidad de Análisis CAPITULO III MARCO METODOLÓGICO Tipo de Investigación El tipo de investigación de la presente investigación es según el nivel de profundidad descriptiva y para lo cual se revisó en primer lugar a Arias (2006, pág. 24) quien indica sobre este aspecto que este consiste en la caracterización de un hecho, fenómeno, individuo o grupo. Además sostiene que los resultados de este tipo de investigación se ubican en un nivel intermedio en cuanto a la profundidad de los conocimientos y miden de forma independiente las variables y se analizan de forma autónoma e independiente S DO A V R SdeEla investigación se clasifico la E R OS Considerando la naturaleza jurídica H C E ER investigación como jurídico- descriptiva, según la consulta realizada a lo escrito D por Sánchez (2007, pág. 55) autora esta que sostiene que este tipo de trabajo tiene como objetivo lograr la descripción del tema que se estudia , interpretando (lo que es), utilizando el método de análisis y de esta forma el problema jurídico se descompondrá en diversos aspectos, permitiendo ofrecer una imagen del funcionamiento de una norma o institución jurídica tal como es. Es por ello que en la presente investigación se describirá por medio de un análisis el principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal y restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano Diseño de la Investigación El diseño de la investigación corresponde a la estrategia general que define el investigador para responder al problema planteado y este caso se siguió el esquema presentado por Arias (2007, pág. 26) dentro del cual se encuentra el diseño documental. Por lo tanto la investigación documental es un proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis, critica e interpretación de datos 80 secundarios, estos a su vez se encuentran registrados en fuentes documentales y su uso aporta nuevos conocimientos. Para la aplicación de esta estrategia de investigación de acuerdo al esquema del autor antes mencionado, se definieron los elementos necesarios y son esto: Datos: es la unidad de información que se obtiene durante la ejecución de la investigación y siguiendo la procedencia de los datos requeridos para este caso en particular de trabajo se clasifican como datos secundarios, ya que fueron extraídos de la obra de otros autores. E ES R S O S DO A V R Fuente: Es todo lo que suministra datos o información y en esta H C E ER investigación se localizaron los datos D estrictamente. por medio de fuentes documentales Documentos o fuentes documentales: se refiere al soporte material y para los fines de la presente investigación este soporte fue material (papel) y formato digital. Como estrategia para efectuar un análisis pertinente el principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal y restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano se aplicó la revisión de documentos sobre el tema estudiado y utilizando información provenientes de fuentes secundaria. Para ello los datos fueron secundarios, la fuente estaban escritas en documentos los cuales fueron leyes, códigos, doctrinas, sentencias Técnica de Recolección de Datos Con la finalidad de examinar los documentos para recolectar los datos necesarios para alcanzar a la vez los objetivos previstos en la investigación, se aplicaron las siguientes técnicas siguiendo lo citado por Sánchez (2007). 81 La Técnica del Subrayado: que consiste en destacar las ideas más fundamentales de un texto, así como también las palabras claves significativas, las ideas principales y las definiciones de los autores La Técnica del Resumen: después de la valoración del material jurídico de la investigación, se procede a registrar los datos que fueron utilizados resaltando las ideas principales, las definiciones de los diferentes autores, se localiza más fácilmente las palabras o argumento. Técnica de Análisis de Datos La técnica de análisis de datos utilizada en la presente investigación fue la OS D A V R alcanzar la interpretación del objeto o escritura que es interpretado, sorteando los E S Elenguaje R obstáculos que surgen de la complejidad del o de la distancia que separa S O H C E al intérprete del objeto DERinvestigado. Telmo (2002) hermenéutica jurídica la cual tiene como propósito básico proveer los medios para www.fhumyar.unr.edu.ar/.../3/.../hermeneutica.htm La hermenéutica se empleó con la finalidad de interpretar como la mayor precisión análisis el principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal y restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. 82 CAPITULO IV Análisis de Resultados ANALISIS SOBRE EL PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA A PARTIR DEL PROCEDIMIENTO INTERDÍCTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO. Por medio de este estudio se analizo el principio de la Tutela Judicial Efectiva a partir del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano, de donde se logro: S O D A 1.- Describir, el Principio de la Tutela Judicial Efectiva V como manifestación R E ES de los derechos constitucionales R por la aplicación del procedimiento S O Interdictal Restitutorio en elH Código de Procedimiento Civil Venezolano. C E R DE El esquema del texto constitucional de 1.999, específicamente conforme a lo previsto en el artículo 257, el proceso judicial tiene como finalidad la realización de la justicia, la cual, a tenor de lo preceptuado por el principio de la tutela judicial efectiva, que se encuentra previsto en el Artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 que establece: “Toda persona tiene el derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, e incluso los colectivos o difusos, a la tutela judicial efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente…” Lo que significa que la tutela judicial efectiva es aquel derecho por el cual, toda persona como integrante de una sociedad, puede acceder a los órganos jurisdiccionales para el ejercicio o defensa de sus derechos e intereses, con sujeción a que sea atiendo, a través: de un proceso que le ofrezca garantías mínimas. 83 El derecho a la tutela judicial efectiva como principio apunta a garantizar un mecanismo eficaz que permite a los particulares restablecer una situación jurídica vulnerada y está integrado por el derecho de acceso; el derecho a la gratitud de la justicia; el derecho a una sentencia sin dilaciones indebidas, oportuna, fundamentada en derecho; a la tutela cautelar y a la garantía de la ejecución de la sentencia. Ahora bien, la tutela judicial efectiva como manifestación constitucional de un conjunto de instituciones de origen eminentemente procesal, tiene como propósito cautelar el libre e irrestricto acceso de todos los ciudadanos a la S O D A reviste los elementos necesarios para hacer posible V la eficacia del derecho R E ES contenido en las normas jurídicas existente. R S O H C EREefectiva para su efectiva realización comporta un conjunto Djudicial La tutela prestación jurisdiccional a cargo del Estado, a través; de un debido proceso que de derechos que conforman esta institución jurídica, dentro de los cuales destacan: Derecho de Acceso a los Órganos Jurisdiccionales. El acceso a los órganos de Administración de Justicia como manifestación de la tutela judicial efectiva, se materializa y ejerce a través; del derecho autónomo y abstracto de la acción; mediante el cual, se pone en funcionamiento o se activa el aparato jurisdiccional, en busca de un pronunciamiento, sea éste favorable o no al accionante, por lo que al ejercitarse la acción y obtenerse un pronunciamiento jurisdiccional, el cual pudiere acoger o no la pretensión del accionante, el derecho o garantía constitucional de la acción queda satisfecho, pues está no mira al pronunciamiento favorable del sujeto que haya ejercido la acción. Sobre la tutela jurisdiccional efectiva como principio Carroca (1998), manifiesta que: “el ordenamiento jurídico debe asegurar a todo sujeto que estime 84 que un interés no le es reconocido o respetado, pueda acudir a los órganos jurisdiccionales, disponiendo de los cauces procesales adecuados para ellos, con la finalidad de perseguir por medio de la acción jurídica un pronunciamiento jurisdiccional que declare un derecho en el caso concreto, es decir; pueda procurar obtener una tutela judicial efectiva”. Derecho a una Justicia sin Dilaciones Estamos ante una dilación indebida cuando existe una actuación judicial que por su tardanza origina un daño a un particular. La tutela judicial efectiva S O D A determinar la razonabilidad de un plazo se debenVconsiderar los siguientes ERse trate; término inicial del S E factores: realidad de la materia litigiosa de que R S O H procedimiento; lo que estipula C la ley procesal sobre la materia; la complejidad del E R DE de los litigantes y las autoridades; y las consecuencias del asunto; la conducta supone la emisión de una decisión definitiva en un plazo razonable. Para proceso para los litigantes. Derecho al Debido Proceso. Para Díaz (2004) el derecho al debido proceso supone: “la sustanciación del juicio con arreglo a las garantías fundamentales de índole procesal, las cuales fundamentalmente protegen el derecho a la defensa, así como la certeza y seguridad jurídicas”. El derecho al debido proceso constituye un derecho individual de carácter fundamental integrado por un conjunto de garantías constitucionales procesales mínimas que permiten un proceso justo, razonable y confiable. Decisión ajustada a Derecho. Según Bello (2004) “el operador de justicia, al momento de emitir su decisión, fallo o pronunciamiento, debe analizar los elementos de hechos controvertidos en el proceso, esto es determinar cuáles fueron los hechos alegados por el actor en su escrito liberal que fueron rebatidos por el demandado 85 al momento de presentar su contestación de la demanda, para posteriormente fijarlos a través de la valoración de los medios probatorios aportados por las partes o que oficiosamente haya ordenado, construyendo de esta manera la premisa menor del silogismo judicial”; una vez fijados los hechos previo el análisis de los medios probatorios, el operador de justicia debe construir la premisa mayor del silogismo judicial, escogiendo las normas jurídicas que aplicará al caso concreto y donde subsumirá los hechos fijados, normas éstas que no necesariamente tienen que ser las señaladas por las partes. E ES R S O S DO A V R Derecho a recurrir de la Decisión. El conjunto de actos procesales realizados ante el órgano jurisdiccional, H C E ER culmina con la decisión que dictará el operador. En esta decisión como es lógico, D habrá un ganador y un perdedor, y precisamente aquel sujeto que resulte perjudicado con el fallo dictado, no con los motivos de hecho y de derecho que sostienen el dispositivo del mismo, sino con el propio dispositivo, constitucionalmente tiene el derecho de impugnar la decisión por la vía de los recursos legales que regula la Ley. Es así como salvo los casos excepcionales señalados en la Ley, todo sujeto perjudicado con la decisión judicial tiene el derecho a recurrir de la misma, activándose de esta manera el derecho o garantía constitucional del doble grado de jurisdicción a que se refiere el artículo 49 numeral 1° de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, que constituye igualmente una manifestación de la garantía a la tutela judicial efectiva a que se refiere el artículo 26 ejusdem de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999. Derecho a Ejecutar la Decisión. El último de los elementos que constituyen una emanación de la garantía a la tutela judicial efectiva, es precisamente, el derecho a la efectividad de la 86 decisión judicial, a ejecutar la orden judicial contenida en el fallo emitido, lo cual se traduce, como expresa Carroca, (2004), que “el operador de justicia que por omisión, pasividad o defecto de entendimiento, se aparta, sin causa justificada de lo previsto en el fallo que debe ejecutarse, o se abstiene de adoptar las medidas necesarias para su ejecución, cuando le sean legalmente exigibles, desconoce la garantía a la tutela judicial efectiva a través del régimen de ejecución y efectividad en el cumplimiento de la decisión judicial”. Ahora bien se describe el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, y se aprecia que esta estatuido para la sustanciación de los procedimientos, asi S O D A Procedimiento Civil, permite que la causa quede abierta V a pruebas por diez (10) R E S Epresentarán, días y una vez transcurridos, las partes dentro de los tres días R S O H siguientes, los alegatos que consideren pertinentes a sus derechos e intereses y C E R el juez dentro D de E los ocho (08) días siguientes dictará la sentencia definitiva. como para los interdictos. El Mandato del artículo 701 del Código de La Tutela Judicial efectiva como paradigma moderno de la justicia, implica entre otras cosas, el desarrollo de un proceso en donde se respeten y garanticen en todo momento, los derechos y elementales e inderogables garantías que contempla la Constitución para las partes involucradas en el mismo, evidentemente, el relativo al derecho a la defensa. 2.-Determinar el fundamento de la protección posesoria en el principio de la Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. En el ordenamiento jurídico venezolano la protección Posesoria se regula expresamente de manera adjetiva desde el Código de Procedimiento Judicial de 1.836 o Código Arandino, cuyo marco normativo se orientaba a garantizar la protección dirigida a asegurar el mantenimiento del poseedor en el desarrollo de su posesión, o la restitución del bien en caso de despojo. 87 En los Códigos adjetivos subsecuentes, y en particular los correspondientes a los años 1.873, 1.880. 1.896 y 1.904, se mantiene básicamente el marco legal referido, con la modificación existente en el Código de 1.873, de reconocer esta protección en el caso de la posesión fundada en justo titulo. Seguidamente, en el Código de 1.916 se tutela a la posesión legítima tal como la conocemos actualmente, extendiéndose la esfera de la defensa posesoria a bienes no protegidos por los códigos predecesores. S O D A hoy en vigencia, es pertinente señalar que es el último V de nuestros códigos R E ES (24) horas para que el querellado adjetivos donde se contemplaron las veinticuatro R S pudiese hacer oposiciónCaHlaOquerella que se hace valer en su contra; E ER Den desapareciendo la actualidad esta norma, de vieja data por cierto, por cuanto Con respecto al texto legal supra mencionado, que por cierto dio paso al se encontraba consagrada en nuestros anteriores códigos adjetivos en términos similares a excepción del correspondiente al año 1.863. La norma en cuestión contenida en el derogado Código de 1.916 y su antecedente más remoto, incluido recordemos, en el Código Arandino, con sustanciales diferencias por cierto, son del siguiente tenor: Artículo 597 Código de Procedimiento Civil Derogado de 1916: “Solo se suspenderán los efectos del decreto a que se refiere el artículo precedente, cuando aquél contra quién se dirige el interdicto se opusiere dentro de veinticuatro horas de ejecutado dicho decreto, acreditando con titulo justo autentico, que procede con derecho”. Ley II Artículo 3° Código Arandino: “Solo en el caso de que pruebe el poseedor dentro de veinticuatro horas con titulo justo y auténtico que apareje ejecución, que es legítima su posesión, se suspenderá la posesión decretada por el juez a favor heredero, mientras se decide en juicio ordinario quien tenga mejor 88 derecho. En este caso se entenderá citado el poseedor para contestar en el término ordinario sobre la solicitud del heredero, ante el juez de la causa. Así, pues, la eliminación de esta oportunidad para formular la correspondiente oposición derivó en la implantación de un procedimiento interdictal en apariencia más expedito, pero que desde su entrada en vigencia ha dado lugar a numerosos cuestionamientos, experimentando inclusive cambios relevantes introducidos vía jurisprudencia. Precisamente, de la labor de los tribunales, emergen concepciones S O D A evidenciando tales criterios, la inquietud que desde tiempos V pretéritos existe en R E ES relación a la posesión y sus medios de defensa. R S O H C ERE En esteD sentido, y a la par de los numerosos fallos comentados en el cuerpo remotas, de las cuales, la legislación vigente ha adoptado algunas peculiaridades, de esta investigación, a continuación reproducimos extractos de sentencia de vieja data, proferidas por los tribunales de la República, entre ellos de la antigua Corte de Casación, la extinta Corte Suprema de Justicia, y algunas propias de los tribunales de instancia, máximas estas de un valor inagotable por las bases jurídicas que sientan. Las Decisiones en cuestión son las siguientes: Jurisprudencia de los Tribunales de la República 30 de septiembre de 1957 estableció: “…la institución de los interdictos descansa en una necesidad de tutelar la posesión. Al decir del profesor Brugi, esta tutela constituye, en los casos que señala la Ley, un medio de inmediata y rápida protección a un estado de hecho, sin examen de títulos…” Corte de Casación (Sala Civil, Mercantil y del Trabajo), 07 de noviembre de 1.956 previó: 89 “…En efecto, los juicios interdictales posesorios no pueden versar sobre la propiedad, sino sobre la posesión: los títulos de propiedad, sino sobre la posesión ; los títulos de propiedad no sirven sino para colorear la posesión, no para probarla, la prueba de la posesión no puede resultar sino de los hechos materiales ejecutados en el fundo por quien se dice poseedor, o por otro en nombre del que posee; a pesar de su título, el propietario puede no haber entrado nunca en posesión o haberla perdido posteriormente…” Jurisprudencia de los tribunales de la República del 17 de julio de 1957, E ES R S O S DO A V R consagró: “… En los interdictos no puede hablarse de cosa juzgada, ya que la posesión H C E ER puede perderse de un día a otro y cambiar de dueño y de carácter todos los días…” D Sala de Casación Civil, acogida en Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia en fecha 05 de mayo de 1965: “…Los interdictos posesorios son procedimientos especiales y sumarios instituidos por la ley como medios rápidos para proteger el ejercicio de los derechos posesorios contra agresión o amenaza de agresión, que perturbe o impida dicho ejercicio”. Sentencia de la Casación venezolana del 29 de mayo de 1.914 expreso: “…no deja de revestir el carácter de despojo el hecho de privar a otro de su posesión, aunque ese hecho haya sido ejecutado por una autoridad judicial, cuando la persona a quien se priva de la posesión no ha sido citada, oída y vencida en el juicio”. 90 Procedimientos Civiles Especiales y el Procedimiento Civil Ordinario. Como se sabe en el ámbito del proceso civil existe un procedimiento “marco”, general o Procedimiento Ordinario, a través; del cual se le da curso a la mayoría de las pretensiones postuladas en las distintas y abundantes demandas que se tramitan ante los órganos jurisdiccionales y que en la mayoría de los casos, abarca la totalidad de un año o más para el dictamen de una sentencia. Dicho procedimiento está integrado, por las fases de introducción, de instrucción, y de decisión de la causa, con la correspondiente ejecución de lo E ES R S O S DO A V R resuelto en el fallo pasado en autoridad de cosa juzgada. Al contrario, en la materia de posesión, donde se ejerce de hecho el H C E ER contenido de un derecho real especifico, no puede esperarse tanto tiempo por una D definitiva, que permita la continuación, recuperación o salvaguarda en general de dicha posesión, requiriéndose por lo tanto de un procedimiento especial, que bien el legislador tradicionalmente ha venido consagrando en los textos civiles adjetivos. Los procedimientos especiales, tienen como rasgo definitorio común, la abreviación de sus formas y la celeridad consiguiente en alcanzar efectivamente sus fines predeterminados. Es éste el contexto, bajo el cual se inscriben, los procedimientos especiales contemplados para la materialización, vía jurisdicción, de la protección posesoria, especifica concedida, a través; de los interdictos, toda vez que seria, virtualmente imposible concretar en la realidad la protección ofrecida, si la travesía consagrada para ella presentare numerosas “alcabalas”, cuyo transito redundaría en un lamentable discurrir del tiempo, incompatible con la esencia misma del hecho posesorio. 91 En tal virtud, y a diferencia del procedimiento ordinario previsto en los Artículos 336 y siguientes del Código de Procedimiento Civil vigente, los procedimientos relativos a los interdictos se encuentran consagrados en el Libro Tercero, Titulo III, referido a los Juicios sobre la Propiedad y la Posesión, en cuyo Capitulo II, se trata particularmente, de los interdictos, abarcando las normas comprendidas entre los Artículos 697 al 719 del Código de Procedimiento Civil. Naturaleza Jurídica de los Procedimientos Interdictales. Luego de lo expuesto en el apartado anterior, corresponde abordar ahora, S O D A procedimientos interdictales más allá de su indubitable V carácter especial. R E ES R S O hace tiempo se viene discutiendo el punto en H En este orden de ideas, desde C ERE nuestro país, D teniendo como antecedente remoto, pero aun vigente, lo expresado en detalle, y de forma particular, lo relativo a la naturaleza jurídica de los por la extinta Corte Suprema de Justicia actuando en Sala Plena, en sentencia de fecha 18 de enero de 1.966, con ponencia del magistrado Dr. Duque Sánchez donde el máximo tribunal ratifico que el procedimiento interdictal era de carácter sumario y constante de dos fases: una “fase sumaria, breve y urgente” y una fase “plenaria”. A partir de esta singular descripción del procedimiento interdictal, Simón Jiménez Salas, en su obra “Los Interdictos en la Legislación Venezolana”. Considera que a pesar, de la nomenclatura utilizada para referirse a las llamadas fases del proceso interdictal, dicho procedimiento, en líneas generales, y por tanto sin discriminar en las actuaciones a desarrollar en cada fase, “es sumario por caracterizarse por las dos principales condiciones de existencia de los procedimientos sumarios: brevedad y compendiosidad de las formas” (Jiménez Salas, 1.975). 92 Por su parte Kummerow agrega un elemento más al panorama plasmado, al señalar acertadamente que: “la tutela que ofrecen las acciones posesorias es, básicamente, interina. Por una parte, lo decidido en la etapa no contenciosa del juicio interdictal puede ser alterado en la fase “plenaria” posterior. Por otro lado, lo decidido en el juicio posesorio puede ser modificado por una decisión recaída en un proceso petitorio”. (Kummerow, 2.002: 199). S O D A cuanto al carácter “interino” de la protección que brindan Vlos interdictos, constituye R E ES una vía de acceso inmediato al núcleo del asunto en estudio, que no es otro, R S O H a la naturaleza jurídica de los procedimientos recordemos, que el referente C E R interdictales. DE La alusión que hace el Dr. Gert Kummerow en el párrafo precedente, en Sobre el particular, y en pleno desarrollo de la noción de protección interina, el Dr. Tulio Álvarez, en su obra “Procesos Civiles Especiales Contenciosos”, caracteriza a la acción interdictal como “una acción posesoria que se configura como una medida cautelar que está dirigida a evitar los conflictos y mantener la paz social” (negrillas propias) (Álvarez, 2.000). Para Simón Jiménez Salas, y en franca oposición a la sistematización doctrinaria ensayada por el maestro Calamandrei, quien considera a los interdictos posesorios como integrantes del grupo de las denominadas “Providencias de urgencia satisfactiva interina”, las cuales y por intermedio de resoluciones dictadas en el curso de un proceso de cognición, se encuentran dirigidas no tanto a garantizar el éxito de este juicio, sino a asegurar una inmediata realización de la situación hecha valer, pero en todo caso con carácter provisional, dichos interdictos constituyen real y efectivamente una acción cautelar, pero principal, nominada y típica. (Jiménez Salas, 1.986). 93 Esta caracterización nos parece bien encaminada pero, presenta una deficiencia que luego es reconocida incluso por el Dr. Ricardo Henríquez La Roche, toda vez que a su juicio, los interdictos posesorios carecen de naturaleza cautelar, y en tal virtud afirma el citado autor: “El interdicto posesorio es un proceso sumario no cautelar que juzga sólo un aspecto del conflicto de intereses: la protección posesoria, relegando a un eventual proceso exhaustivo subsiguiente (procedimiento ordinario) la controversia plena y su decisión”. (Henríquez La Roche, 2004) S O D A En el mismo orden de ideas y en desenvolvimiento integro de esta V R E ESes evidente que “las acciones concepción que adherimos sin reservas, R S Ocautelar, particularmente esto se manifiesta en H interdictales no poseen naturaleza C E DER relación a la instrumentalidad y provisoriedad tan típica del ámbito cautelar, toda vez que las acciones interdictales no aseguran el resultado futuro de un proceso, sino que adelantan total o parcialmente la satisfacción de la pretensión en la instrucción de la causa. Buscando evitar un daño de difícil reparación y además, solo pueden ser solicitadas por el actor…”. (Henríquez La Roche, 2004) En relación a lo anterior, efectivamente se debe reconocer que existen, en los diversos ordenamientos nacionales, procedimientos que “…sin estar relacionados a las medidas cautelares típicas nominadas, tales como el embargo preventivo, el secuestro y la prohibición de enajenar y gravar, por ejemplo, se han considerado, en dichas latitudes, cautelares, así, tanto en Italia como en España se ha catalogado de esta forma a la quiebra y al proceso especial de alimentos provisionales, entre otros”. (Henríquez La Roche, 2004) No obstante, se evidencia fácilmente de los ejemplos arriba reproducidos como cada uno de esos procedimientos para nada constituyen instrumentos de otro proceso posterior al que sirven, estos son principales. Lo que sucede es que 94 muchos de tales procedimientos al ser sumarios, admiten un proceso plenario posterior que involucraría eventualmente a las mismas partes, pero ello no implica instrumentalidad alguna. En congruencia con lo expuesto, el Dr. Juan Montero Aroca, luego de analizar concienzudamente el punto establece categóricamente que: “…La provisionalidad de las medidas cautelares debe distinguirse de la que resulta de los procesos sumarios. La cuestión litigiosa se resuelve en los procesos sumarios en sentido estricto de modo S O D A misma cuestión pero también aquí la resolución V que resuelve un R E S definitiva, pues el proceso Een proceso sumario aspira a convertirse R S O H plenario posterior Ces posible pero no necesario e incluso E R DE puede afirmarse que la resolución del proceso cuantitativamente provisional, en cuanto cabe un proceso plenario posterior sobre la sumario es la definitiva, pues en la práctica son muy escasos los supuestos en los que realmente se inicia con posterioridad un proceso plenario. La provisionalidad de la medida cautelar hace que ni aspire ni se convierta nunca en definitiva, pues siempre desaparecerá en el momento en que deje de ser necesaria la medida”. (Montero Aroca, 1.990). De tal manera que si bien existen puntos de coincidencia entre el proceso cautelar y el posesorio, puesto que ambos no son definitivos en el sentido de poder acudirse después de un proceso principal, petitorio, es pertinente reafirmar su esencial diferencia con la opinión del maestro Carnelutti para quien la divergencia fundamental “entre el proceso posesorio y proceso cautelar esta, en cambio, en que el primero no tiene, como lo tiene el segundo, carácter mediato, en el sentido de que no tiende a asegurar el buen fin del proceso definitivo, en este 95 sentido, el proceso posesorio admite, pero no implica el proceso definitivo, por ello la decisión en sede posesoria no tiene carácter provisional”. (Carnelutti, 1.959). Para culminar este punto hay que acotar que en la actualidad han venido cobrando espacio innovadoras corrientes procesales, y en el horizonte latinoamericano la labor más fructífera corresponde, como usualmente sucede, a los juristas argentinos, quienes específicamente establecen una escisión en relación a la tutela judicial. En este sentido, y es muy pertinente el señalamiento en ocasión al estudio S O D A también la denominada tutela judicial diferenciada, nueva V categoría que a decir de R E ES comprende variados institutos Carlos Carbone en su obra “SentenciaR Anticipada” S O procesorales, entre ellos,CelHprocedimiento por intimación, el habeas corpus, E R habeas data, D losE interdictos posesorios, los procesos para la protección de los que realizamos en estas líneas a la par de la tutela judicial ordinaria, existe intereses difusos, los despachos interinos de fondo y las medidas autosatisfactivas, entre otros. (Carlos Carbone, 2.000). Todos los procedimientos descritos tienen en común el cumplir a la medida la primordial función del proceso, como lo es la satisfacción del objeto, pero – y he aquí lo particular- lo hacen en un momento no previsto en el acostumbrado devenir procesal, vale decir, durante la misma fase de introducción de la causa o antes del pronunciamiento del fallo definitivo. Vale la pena no perder de vista la influencia que estas corrientes del pensamiento vienen surtiendo en los diversos ordenamientos jurídicos, en especial los suramericanos, toda vez que se pretende lograr una justicia efectiva, cuyas normas procesales, más que aparecer recogidas en un código de procedimiento, sean la manifestación fiel de los derechos y garantías consagrados en las Cartas Magnas que rigen a dichos países. 96 El fundamento de la protección posesoria en el principio de la Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. Desde la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la consecuente conformación e instalación del actual Tribunal Supremo de Justicia, la labor jurisprudencial adelantada ha sido abundante, tratando de atemperar cada una de las salas, el ordenamiento jurídico existente a los preceptos y garantías constitucionales contemplados, en forma por demás amplia, en nuestra Carta Magna. S DO A V R Ahora, bien, y como es usual que ocurra en la praxis jurídica, diversos SE E R concretos, situación esta que a nivel OSde un máximo tribunal no siempre redunda en H C RE toda vez que la referida heterogeneidad que se beneficio de losE D justiciables, criterios han aflorado en el seno del joven Tribunal Supremo en relación a temas manifiesta, mucho más allá de los pertinentes votos salvados, incide en mayor o menor medida en la solidez de la indispensable seguridad jurídica que se requiere en toda nación. En este sentido y en franca relación con el tema estudiado y en particular con el relativo al procedimiento interdictal concerniente a los denominados –en sentido estricto- por la doctrina “interdictos posesorios”, podemos evidenciar una controversia de fondo en relación al orden lógico de las actuaciones procesales a ejecutar por las partes en el desenvolvimiento del mismo. Desde la entrada en vigor del actual Código de Procedimiento Civil, donde se eliminaron, las veinticuatro horas dispuestas para que el querellado pudiese hacer oposición a la ejecución decreto interdictal, surgieron discusiones e interpretaciones en relación a la oportunidad, que efectivamente tendría el referido querellado, para exponer todos aquellos alegatos que se constituirían en el objeto a probar en la articulación correspondiente, originándose al respecto si se quiere, 97 tendencias, tanto doctrinarias como jurisprudenciales, que a los efectos prácticos podemos concentrarlos en dos grupos. “El interdicto posesorio –al igual que la acción de amparo constitucional es un proceso sumario no cautelar que juzga solo un aspecto del conflicto de intereses: la protección posesoria, relegando a un eventual proceso exhaustivo subsiguiente (procedimiento ordinario) la controversia plena y su decisión”. (Henríquez La Roche, 2.004: 232). Principales Tendencias Doctrinarias Acogidas por la Casación Venezolana S O D A La primera de las corrientes de pensamiento a considerar, compartida entre V R E S que el querellado en el mismo Eestima otros por el Dr. Abdón Sánchez Noguera, R S O H acto de ejecución del decreto provisional de restitución, o en la ejecución de la C E R DE si se encontrase presente en dicho acto, o una vez citado, medida de secuestro, podía formular sus alegatos, defensas y excepciones antes de promover y evacuar pruebas, precisamente para cubrir la secuencia lógica de todo proceso, en cuanto a probar lo alegado, y evitar de esta forma el desequilibrio no solo procesal, sino constitucional, que significa, ver limitada su actividad contradictoria al mero ataque y objeción rígida, limitada, a los fundamentos de la pretensión del querellante. (Sánchez Noguera, 2.004: 352). Vale decir, que a los efectos de esta concepción, el querellante contaría con dos oportunidades para hacer valer sus derechos e intereses, siendo la primera de ellas, la relativa a la interposición de la querella, por demás razonada, y la segunda, en la secuela de la articulación probatoria de diez días consagrada en el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, esto sin contar la posibilidad de presentar alegatos dentro de los tres días siguientes a dicha articulación, todo ello en contraste, con la oportunidad de probar de la cual dispone el querellado en el contexto de la aludida articulación y la relativa a las alegaciones finales que, 98 ciertamente, y tal como se acoto en líneas anteriores, corresponden al acto de informes contemplado en el marco del procedimiento ordinario. Por su parte, y esbozando una opinión muy particular, pero aun enmarcada en el ámbito de esta primera tendencia, el Dr. Román Duque Corredor señala “el legislador pretende garantizar una mayor oportunidad defensiva a esta parte (entiéndase querellado), al no fijarle, por otro lado, una oportunidad cerrada o preclusiva para que acuda a presentar sus alegatos contra el querellante” En este sentido y para sustentar aun más su criterio al respecto agrega el S O D A “…si el querellado puede presentar alegatos durante V todo, el proceso, inclusive R E ESoportunidades a la contestación de hasta en la fase de alegato asimilándose esas R S O un acto único de oposición, puesto que no H la querella, ya no se justifica mantener C ERE de oponerse a la querella interdictal sino lo hace le precluye laDoportunidad citado autor: después de abrirse la articulación probatoria después de su citación…” (Duque Corredor, 2.001: 126). Evidentemente, de verificarse en la práctica la alternativa planteada por el reconocido autor, las posibilidades de que el querellado experimentase consecuencias negativas tales como las establecidas en el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil, serian mínimas. De antemano, y antes de pasar a desarrollar la segunda de las corrientes o tendencias mencionadas, debemos dejar claramente establecido que no compartimos esta particular ramificación de la primera corriente analizada, toda vez que para nosotros, y más allá de la especialidad que puede informar, un procedimiento, existen esenciales principios y garantías no solo procesales sino constitucionales incluso, que deben respetarse en toda secuela procesal, siendo uno de ellos precisamente, el de preclusión procesal, entendiéndolo no únicamente como sinónimo de extinción de una oportunidad de actuar las partes, 99 sino precisamente como una garantía para estas, pues tal principio impide volver sobre lo actuado, y además. Permite – como afirma el autor citado- una defensa continuada, significa tutelar, a través de ella, un ataque igualmente continuado contra la pretensión del adversario, en este caso, el querellante, produciéndose también de esta manera, y dándole la vuelta a la moneda, un desequilibrio procesal que se traduce en indefensión para el sujeto activo de la querella respectiva. Una segunda tendencia, por demás exegetita, continua firme como es lógico suponer, en cuanto al acatamiento que debe guardarse, en relación al S O D A oportunidad específica para realizar las alegaciones V respectivas, entre ellas R E EStenga hacer valer el querellado, evidentemente, las excepciones que R a bien S pensando probablemente,CyH enOello se especula que tal oportunidad no es E DEla R incompatible con naturaleza especial del procedimiento, ya que incluso, lo aquí lapso de tres días siguientes al vencimiento de la articulación probatoria como decidido puede luego ventilarse definitivamente en un procedimiento ordinario, donde se deduzca la correspondiente acción petitoria, entiéndase , reivindicatoria. 3.- Establecer el alcance del principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. Procedimientos Interdictales en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. La exposición de motivos del Código de Procedimiento Civil vigente, cumple a cabalidad con su finalidad introductoria, al presentar clara e inequívocamente el objetivo planteado al concebir la reforma del fundamental texto procesal en lo relativo al procedimiento interdictal. En este orden de ideas, expreso el legislador que, a través; del conjunto de modificaciones que se adoptan “la tutela posesoria se otorgara en condiciones 100 tales, que quedaran resguardados los intereses de ambas partes y asegurada la paz social, dentro de un procedimiento eficaz, pero leal y seguro, y por demás libre de los abusos que hoy se cometen”. Anteriormente con la sola producción de un mero justificativo de testigos, así estos luego no ratificaran su posición en juicio o fueren desechados por el juez en la sentencia definitiva, el querellante podía continuar usufructuando la cosa litigiosa, mediante la interposición oportuna de los recursos legales para alargar el juicio de conocimiento. S O D A de Código de Procedimiento Civil de 1.987, convalida V las modificaciones de orden R E ES toda vez que bajo el régimen técnico adoptadas en el procedimiento actual, R S O numerosos fueron los abusos y problemas de H contemplado en el códigoC anterior, EREcon relación a estos medios de defensa posesorios. interpretación D suscitados Ciertamente, la práctica forense desarrollada desde la entrada en vigencia Prueba tajante de ello lo constituye indudablemente, la jurisprudencia emanada de Sala de Casación Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia relativa a dificultades emanadas del trámite de los interdictos. Por todo lo expuesto y como adecuadamente acota el citado especialista Dr. Román Duque Corredor, parece al menos en el marco teórico, que el legislador exige requisitos más estrictos para que pueda tener lugar el dictado del decreto provisional interdictal, asi como también establece en el nuevo articulado, de forma expresa, indubitable, la obligación de citar al querellado buscando con ello “garantizar una mayor oportunidad defensa a esta parte, al no fijarle, por otro lado, una oportunidad cerrada o preclusiva para que acuda a presentar sus alegatos contra el querellante”. (Duque Corredor, 2.001). 101 En relación a las acciones interdictales el Código de Procedimiento Civil vigente contempla tres procedimientos diferentes regulados en el capítulo II del Título III del Libro Cuarto del mencionado instrumento legal. En la sección 2° se desarrolla lo relativo a los denominados –en sentido estricto- Interdictos Posesorios, ellos son, como sabemos, el Interdicto restitutorio (artículo 699) y el Interdicto de Amparo. (Artículo 700) Ambos interdictos en su fase inicial, se caracterizan por la sumariedad, con evidentes detalles particulares a cada caso, para luego en la denominada fase S O D A materia de despojo, siguen un procedimiento común una V vez verificada la citación R E ES del querellado. R S O H C ERlaEsección 3° contempla el respectivo procedimiento a seguir Por otraD parte, plenaria, que comienza una vez practicado el decreto restitutorio o el secuestro, en en materia de Interdictos Prohibitivos, bien sea el de Obra Nueva (artículos 713 y siguientes), y el Interdicto de Obra Vieja (artículos 717 y siguientes), interdictos estos cuyo marco normativo sustantivo fue abordado de manera sucinta en líneas anteriores y que mantienen cada uno de ellos, sus rasgos propios en toda la secuela del procedimiento, y que pretendemos abordar específicamente en futuras investigaciones. Antes de continuar con el análisis correspondiente al procedimiento de los interdictos posesorios, debemos señalar que en las disposiciones generales que al respecto contempla nuestro Código Civil adjetivo en vigencia en su Sección Primera, reproduce un panorama muy similar al establecido en el Código de Procedimiento de 1.916, manteniendo prácticamente igual las dos disposiciones que contenía en este aspecto su predecesor. 102 Así tenemos que la primera de las aludidas disposiciones se refiere a la jurisdicción que debe conocer de los interdictos y la segunda al Juez con competencia en materia interdictal. Articulo 697 (Artículo 594 Código de Procedimiento Civil): “El conocimiento de los Interdictos corresponde exclusivamente a la jurisdicción Civil ordinaria, salvo lo dispuesto en leyes especiales”. Tomando en cuenta la salvedad establecida por el legislador patrio en la parte final de la primera disposición en comento, tenemos que de conformidad con el Artículo 212 de la novedosa y por demás polémica Ley de Tierras y Desarrollo S O D A de diversos asuntos, entre ellos los referentes a V las “Acciones declarativas, R E ES agraria”. petitorias, reivindicatorias y posesorias en materia R S O H C E DER Interdictal Posesorio (Interdicto Restitutorio). El Procedimiento Agrario, corresponde a los juzgados de primera instancia agraria el conocimiento procedimiento a seguir en los juicios interdictales posesorios, tiene como norma rectora al Artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, el cual a la letra reza: Artículo 701: “Practicada la restitución o el secuestro o, las medidas que aseguren el amparo, según el caso, el juez ordenara la citación del querellado, y practicada esta, la causa quedara abierta a prueba por diez días. Concluido dicho lapso las partes presentaran dentro de los tres días siguientes, los alegatos que consideren convenientes, y el juez, dentro de los ocho días siguientes dictara la sentencia definitiva. Esta sentencia será apelable en un solo efecto, pero el tribunal remitirá al superior el expediente completo de las actuaciones. El juez será responsable de los daños que cause por su demora en dictar la sentencia prevista en este artículo”. Del contenido de dicho artículo se desprende, en primer lugar, que consagra expresamente la norma citada, que el juez ordenara la citación del 103 querellado, en el proceso interdictal respectivo, luego de haber tenido lugar “la restitución o el secuestro o, las medidas que aseguren el amparo”. Si es el caso. Por tanto, es solo luego de ejecutado el decreto provisorio de que trata el ya estudiado Art. 700 del Código de Procedimiento Civil, cuando el querellado puede ser parte en el proceso, mediante su citación practicada de conformidad con lo previsto en el Capítulo IV del Título IV del Libro Primero del Código de Procedimiento Civil, expidiéndose al efecto la compulsa de la querella. Esta particularidad en la norma descrita a que tradicionalmente la extinta S O D A momento de ejecutarse el decreto provisional, equivalía Va su citación. Así consta R E ESsegún la cual: en sentencia de fecha 22 de febrero de R 1.962, S O H C EREde restitución, el periodo sumario reviste el carácter de “En losD interdictos Corte Suprema de Justicia consideraba que la presencia del querellado en el una actuación de jurisdicción voluntaria, porque en él no figura como parte sino el querellante, y es solo en el momento de ejecutarse el decreto provisional, que equivale a la citación del demandado, cuando surge la relación procesal. Aun cuando la persona contra quien se dirija la querella, al tener noticias de haberse introducido esta, haga alegatos o presente pruebas, no podrá ser considerada parte, mientras no se ejecute el expresado decreto provisional”. Cabe destacar que la exigencia contenida expresamente en la norma, en cuanto a la verificación de la citación que ponga a derecho al querellado, constituye un notable avance del Código de Procedimiento Civil vigente en relación con su antecesor de 1.916, que no preveía citación alguna, y que regulaba de manera desordena y por demás deficiente, una oposición que lógicamente podía formularse una vez ejecutado el decreto provisional. Tal fue la problemática surgida al respecto bajo la vigencia del código adjetivo predecesor, que ello constituyo la génesis para que la extinta Corte 104 Suprema de Justicia en Plenaria del Máximo Tribunal y apoyada en la célebre sentencia el 18 de enero de 1.966 del magistrado José Román Duque Sánchez, al decidir un recurso de inconstitucionalidad en contra del artículo 596 del Código de Procedimiento Civil derogado, según el cual sin citación del querellado, y constando la perturbación o del despojo, se permitía a los jueces decretar la restitución, con la mayor celeridad en el procedimiento, contra el sujeto activo de la perturbación o del despojo, aclaro, que para garantizar el derecho a la defensa a que se contraía el Artículo 68 de la Constitución de 1.961, los Tribunales estaban obligados a ordenar la citación del querellado si este no se encontraba presente en el momento de ejecutar el decreto interdictal, o no acudía a formular E ES R S O S DO A V R su oposición a dicho decreto. En este orden de ideas, luego la Corte Suprema dejo manifiestamente H C E ER establecido que si el querellado estuvo presente en el momento de practicarse el D decreto provisional de restitución, o de ejecutar el secuestro, o inclusive, si realizaba alguna actuación o diligencia en el proceso que constase en autos, operaba la citación tacita, también llamada “automática”. Siguiendo con la secuela del procedimiento, y en lo referente a la oportunidad precisa para que el querellado pueda hacer valer las defensas que estime pertinentes destinadas a enervar los efectos de este decreto provisorio, el Código de Procedimiento Civil imperante no prevé, como si lo hacia el derogado, una oportunidad especifica, al inicio, para hacer oposición al decreto interdictal provisional. Conforme a lo dispuesto en el Artículo 597 del Código de Procedimiento Civil de 1.916, una vez ejecutado el decreto provisional (o practicada la respectiva citación, si el querellado no hubiese presenciado la ejecución del referido decreto) comenzaban a transcurrir 24 horas una vez ejecutado en donde se podía suspender los efectos del decreto si el ejecutado acreditaba un titulo justo y autentico. 105 La eliminación de estas veinticuatro (24) horas para tratar de suspender los efectos del mencionado decreto se considero como un avance desde el punto de vista técnico-legal, que redundaba en una mayor celeridad del proceso, evitando los indeseables efectos de las frecuentes maniobras judiciales que buscaban a toda costa suspender la ejecución del referido decreto, quedando garantizado no obstante, a juicio de los proyectistas, el derecho a la defensa del querellado. De hecho, lo expuesto en la norma rectora del presente procedimiento, el acto de alegatos donde el querellado expondrá al juez todas las excepciones o S O D A cuestiones previas y/o en su defecto, al acto de contestación V de la demanda en el R E EdeSfinalizada la articulación probatoria procedimiento ordinario), tiene lugar luego R S O para probar lo conveniente a sus intereses. H de ocho (8) días que tienen las partes C E DER defensas que a bien deba plantear (lo cual equivaldría al acto de oposición de Es menester señalar, que la oportunidad de “contestar la querella” constituye precisamente uno de los puntos álgidos del presente trabajo, y en tal virtud, ella será abordada en detalle en la siguiente sección del mismo, no sin antes establecer unas consideraciones que servirán, de una vez, como abrebocas en este sentido. Al igual que a varios estudiosos del derecho procesal, entre ellos el Dr. Abdón Sánchez Noguera, llama la atención la aparente contradicción que existe, al menos en principio, entre el aludido respecto al derecho a la defensa del querellado, reafirmado tanto por parte de los proyectistas del Código de Procedimiento Civil vigente, como por la jurisprudencia emanada de la extinta Corte Suprema de Justicia, la ausencia de un lapso expresamente establecido para formular su oposición ab inicio, como señalamos, a la ejecución del decreto provisional interdictal , toda vez que la misma Corte Suprema en su sentencia de fecha 12 de diciembre de 1.989 establece: “La Corte Suprema de Justicia en Corte Plena y Sala de Casación Civil, ha señalado en reiteradas sentencias, que la 106 oposición en el procedimiento especial contencioso referido a los interdictos posesorios, equivalía a la contestación a la demanda en el juicio ordinario, era en esa oportunidad procesal de la oposición, cuando el Querellado debía exponer todos los medios defensivos para enervar la pretensión del querellante”. Resulta incongruente -prima facie- afirmar que sin contar con una oportunidad expresa para que tenga lugar la contestación respectiva, queda igualmente garantizado el derecho a la defensa del querellado en virtud de la articulación probatoria posterior, y la oportunidad de establecer alegatos – entiéndase acto que en el contexto del procedimiento ordinario correspondería a S O D A oponer las excepciones o defensas, que precisamenteV luego constituirían el objeto R E S Einterdictal. de la prueba en el marco del procedimiento R S O H C RE Quizás D la E percepción de la efectividad de tal garantía es producto del los informes- y que para nada pueden sustituir la ventana procesal pertinente para acostumbrado parecer de la doctrina patria e incluso jurisprudencia, por demás cambiante, según la cual, en el procedimiento interdictal relativo a la restitución de la posesión, al quedar la causa abierta a pruebas “seria esa articulación probatoria la oportunidad procesal en la cual el querellado expresaría y demostraría lo que estimare pertinente en su defensa”, tal y como lo establece la sentencia de fecha 19 de mayo del 2.003 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del magistrado Antonio García García. No se explica cómo puede afirmarse que en una misma oportunidad puede procederse a alegar y probar lo conducente que favorezca, la defensa del querellado, por cuanto, y a pesar de la especialidad del procedimiento interdictal, no pueden violentarse principios fundamentales de todo proceso, como el de preclusión procesal, de tal manera, que no se puede alegar y probar en el mismo acto, primero, y sobre todo por tratarse de un procedimiento escrito, se alega y luego en otra oportunidad se prueba. 107 Continuando con el curso del procedimiento establecido en el Artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, tenemos que una vez producida la citación, quedara abierta una articulación probatoria, como se menciono, en donde las partes desplegaran la actividad que estimen conveniente y al finalizar esta, dispondrán los intervinientes de un lapso de tres días para exponer los alegatos pertinentes, alegatos estos, que tal y como advirtiéramos, corresponden más, siguiendo un orden lógico en ello, al acto de informes que a una postulación de excepciones especificas. Seguidamente, el juez de la causa dispone de ocho (8) días para dictar la S O D A de lo contrario será responsable de los daños y perjuicios V que su demora pueda R E ES ocasionar. R S O H C EResEimportante destacar que en caso de tratarse el referido En esteD punto, correspondiente sentencia definitiva, debiendo hacerlo de manera expedita, pues procedimiento al trámite de un interdicto restitutorio, el juez en esta sentencia definitiva deberá hacer mención expresa en relación al destino de la garantía constituida en virtud de lo dispuesto en el Artículo 699 ejusdem, declarando la extinción de la misma si la querella fuese declarada con lugar o, la ejecución de dicha garantía para satisfacer los daños y perjuicios causados y fijados mediante experticia complementaria del fallo, si la misma hubiese resultado en definitiva improcedente. Conforme a este artículo, las sentencias que se dicten en el proceso interdictal restitutorio son apelables en un solo efecto, es decir, en efecto devolutivo por ante el juez superior. De lo arriba expuesto, fue ratificado en sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 9 de noviembre de 2.001, con ponencia del magistrado Pedro Rafael Rondón Hazz, conforme a la cual: “De la norma transcrita ut supra, asi como de los demás 108 Artículos previstos en el prenombrado texto adjetivo se deduce que la intención del legislador, en esta materia, fue la de que el proceso interdictal se caracterizara por ser expedito, sin dilaciones. En efecto, se cambio la concepción en cuanto a los efectos del recurso de apelación, cuando se consigno una excepción al principio general previsto en los artículos 288 y 290 del Código de Procedimiento Civil –de toda sentencia definitiva se concede apelación y la misma se oye en ambos efectos-, ya que la norma dispuso que, de la sentencia definitiva que se dicta en la primera instancia del juicio interdictal, se oye apelación en un solo efecto. Como consecuencia de tal previsión legislativa, la ejecución de la sentencia S O D A con la interposición del recurso de apelación, por lo que, V en el caso bajo estudio, R E EenSprimera instancia debió, desde un el juez que decidió la querella interdictal R S Oinmediata de la sentencia conforme a las normas H principio, proceder a la ejecución C EREde sentencias previstas en el Código de Procedimiento relativas a la D ejecución definitiva que se dicte en la primera instancia del juicio interdictal no se suspende Civil, a petición de parte interesada…” 4. Verificar la transgresión del principio de la Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento Interdictal y Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. Por su parte, la Sala de Casación Social máximo tribunal, en sentencia de fecha posterior a la que modifico sustancialmente el procedimiento en estudio, se aparta de las referidas modificaciones hechas por su parte en materia civil, ratificando el acatamiento al procedimiento establecido en el articulo 701 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, reproduciendo el acostumbrado señalamiento hecho, a través; del tiempo, por la extinta Corte Suprema de Justicia y un amplio sector de la doctrina, en cuanto a la oportunidad defensiva del querellado. 109 Lo señalado en el párrafo precedente se concreta en el cuerpo de la sentencia –contradictoria a nuestro juicio- fecha 13 de noviembre de 2.001, con ponencia del magistrado Juan Rafael de Pérez Perdomo, de la siguiente forma: “… Argumenta en su apoyo el formalizante, el criterio sostenido en sentencia de la Sala de este Supremo Tribunal, de fecha 22 de mayo de 2001, en la cual se decreto la nulidad de todo lo actuado en determinado procedimiento interdictal, y la siguiente reposición al estado citado, considerando que conforme al artículo 701 de Código de Procesamiento Civil, la oportunidad para oponer cuestiones previas, alegatos y defensas, viene a ser posterior al vencimiento del periodo de pruebas, S O D A proceso incompatible con las disposiciones constitucionales V que los garantizan”. R E ES La Sala, para decidir, observa: R S O H C E “…No comparte DER esta Sala el criterio a que alude el formalizante, por cuanto lo cual se traduce en un menoscabo de los derechos a la defensa y al debido aprecia que implica trastocar la especialidad del procedimiento interdictal, expresamente declarada por la voluntad legal, y por cuanto considera que no resulta indispensable ocurrir a los mecanismos allí referidos para garantizar el derecho a la defensa y al debido proceso”. Bajo el régimen del Código Procesal derogado, se contemplaba para el querellado la oportunidad de hacer oposición al decreto interdictal provisional, dentro de las 24 horas de ejecutado, aunque solo a los fines de intentar la suspensión inmediata de sus efectos acreditando con titulo justo y autentico que procedió con derecho en su actuación calificada de perturbación o despojo. No obstante, por vía jurisprudencial pacifica y reiterada, se le reconoció el derecho de oponer en esa misma oportunidad y también durante todo el lapso probatorio, cualesquiera otras defensas, incluso las denominadas excepciones dilatorias o de inadmisibilidad, pero todas a ser decididas en la sentencia definitiva, pues antes, como ahora, la ley perseguía evitar en estos asuntos la sustanciación y decisión de incidencias previas. 110 En el sistema del Código vigente, se recalco la voluntad legal en ese sentido, hasta el punto de eliminar aquella oposición y con ella la posibilidad de una suspensión inmediata del decreto, lo cual no impide a la parte querellada, a partir de su citación hasta la conclusión del lapso para la presentación de alegatos, exponer todas las defensas que considere oportunas, respecto de las cuales podrá promover las pruebas que estime pertinentes y sobre las que deberá emitir la sentencia definitiva, decisión expresa, positiva y precisa. Bajo ese esquema y con vista de las amplias facultades y relevante función que en el riguroso examen previo de las circunstancias que justifiquen el derecho interdictal, que atribuyen al juez los Artículo 669, 700 y 701 del Código de OS D A V R de los interdictos Procedimiento Civil, aprecia la Sala que se conjugan adecuadamente los derechos impuesta E S E SnoRincurrió el Sentenciador en la infracción expresamente por la ley; por tanto, O H EC decretar la reposición cuya omisión se le imputa alegada, pues noE era procedente R D de las partes con la especialidad procesal como tal, resultando igualmente improcedente, en consecuencia la presente denuncia. Así se decide”. Ratificando aun más su posición, la Sala de Casación Social posteriormente, en sentencia de fecha 4 de julio de 2.002, con ponencia del entonces con el juez hoy magistrado Francisco Carrasqueño López, establece: “… En los procedimientos interdictales restitutorios, la parte accionada solo es citada con posterioridad a la práctica de la restitución provisional o del secuestro, es decir, una vez que fue desposeído del bien objeto del litigio. Es por esa razón que el querellante debe demostrar en juicio contradictorio todos los extremos que hacen procedente la restitución y por ello el legislador no fijo oportunidad para que el querellado conteste la acción o formule excepciones, sin que esto pueda considerarse una violación del derecho a la defensa ni al debido proceso. En efecto, si por haber sido puesto provisionalmente en la posesión del bien mueble o inmueble objeto de litigio, es el querellante quien debe probar que era poseedor del bien objeto del litigio, que ocurrió un despojo del mismo, que la 111 acción restitutoria dentro del año siguiente a la fecha en que se produjo este, que el querellado es el autor del mismo, quien no está obligado a formular ninguna excepción que deba probar posteriormente. Ello explica que en el procedimiento interdictal no está previsto un acto de contestación de la demanda sino que, por disposición del Artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, inmediatamente después de la citación se inicia un lapso de diez (10) días de despacho para promover y evacuar las pruebas que las partes consideren pertinentes. Las partes pueden presentar sus alegatos dentro de un plazo de tres (3) días siguientes a la culminación del lapso probatorio. Se destaca que la oportunidad de presentación de los “alegatos” es posterior OS D A V R una exposición de la pretensión del querellante E o de las excepciones o defensas ESla controversia y por ello resulta R S del querellado, son sus conclusiones sobre O H C acertada la indicación de la juez de la recurrida cuando precisa que los hechos ERE D que incorpora la parte querellada al juicio no son auténticamente excepciones y a la culminación del lapso de pruebas por lo que debe considerarse que antes que por ello no revisten la carga probatoria original… Como se evidencia, ambas Salas del Tribunal Supremo mantienen criterios diferentes, poniendo de manifiesto lo señalado en puntos previos, incluso, en lo relacionado a la tendencia adoptada en correspondencia a la salvaguarda del derecho a la defensa del querellado. Esta situación indeseable, por tratarse no de meras diferencias de forma, sino de fondo, parece atentar incluso contra la especialidad de las competencias atribuidas a cada Sala y la actuación unificadora, vital, que debe desempeñar un órgano colegiado en aras de la indispensable seguridad jurídica. 112 Sala Constitucional Visto el panorama anterior, de donde emana una importante contradicción, resulta evidente que la situación planteada seria abordada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, siendo esta, en virtud de sus amplias facultades, la garante en última instancia de la legalidad y respeto a lo dispuesto en la Carta Magna. Como se observa y muy a pesar de todas las razones de derecho expuestas por la Sala de Casación Civil como fundamento de su innovadora S O D A Justicia no acogió decisivamente las modificaciones V formuladas, y en sentencia R E E del 19 de mayo de 2.003, con ponencia delS magistrado Antonio García García, R S O H consagrado en el artículo 701 del Código de ratifico que el procedimiento C E ER ProcedimientoD Civil no viola preceptos constitucionales referidos al derecho a la decisión del 22 de mayo de 2.001, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de defensa ni al debido proceso. “… Del análisis de esta disposición Civil) se desprende que, (Art. 701 Código de Procedimiento en el procedimiento interdictal, tanto la medida de restitución como la de secuestro pueden ser dictadas antes de la citación del querellado y luego de dictada esta previsto lo necesario para garantizarla; de esta manera, asegura el legislador adjetivo el ejercicio del derecho a la defensa pues prevé la apertura de una articulación probatoria, en la que, precisamente, quien se sienta afectado por el decreto puede exponer y probar sus argumentos contra la medida y, en general, contra la querella instaurada. Así lo ha precisado esta Sala al señalar, en sentencia del 2 de marzo de 2.000, que: “Por el carácter provisional de las medidas dictadas para asegurar el amparo posesorio decretado, estas son susceptibles de modificación en un lapso perentorio, por cuanto una vez que el querellado comparece al juicio, según, el procedimiento consagrado en el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, este puede oponer todas las excepciones o defensas que consideren 113 convenientes en beneficio de sus intereses. En este proceso, una vez citado el querellado, se entiende abierto un lapso probatorio de diez (10) audiencias para promover y evacuar pruebas, luego las partes dentro de los tres (3) días siguientes presentaran los alegatos que consideren pertinente, vencido este lapso el juez deberá decidir dentro de un lapso de ocho (8) días”. (Negrillas de este fallo)… Se reitera que, en primer término el no haber sido citados los accionantes antes de la práctica de la medida, no constituye violación al debido proceso pues la norma procesal aplicable dispone que la citación será ordenada una vez practicada aquella. En segundo término no se ha producido lesión alguna del OS D A V R Código de Procedimiento Civil cuando señala E que al practicarse la citación, la ES R S causa quedara abierta a pruebas y seria pues esa articulación probatoria la O H C oportunidad procesal ERenE la cual el querellado expresaría y demostraría lo que D estimara pertinente en su defensa… derecho a la defensa, ya que el ejercicio del mismo está garantizado por el propio Posteriormente la Sala Constitucional en sentencia del 19 de diciembre de 2.003, con ponencia del magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero, y luego de ratificar la aplicación del procedimiento tradicionalmente delineado por la jurisprudencia y la doctrina, reitera el contenido del fallo de fecha 26 de julio de 2.002 que explica, a continuación, porque lo dispuesto en el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil se “desaplico” tan solo en el caso en cuestión. “… En dicho procedimiento interdictal restitutorio, la causa queda abierta a pruebas por diez (10) días, a cuya finalización las partes presentaran dentro de los tres (3) días siguientes, los alegatos que consideren pertinentes a sus intereses y derechos, debiéndose producir la sentencia respectiva dentro de los ocho (8) días siguientes. Pudiéndose observar, que no se prevén en el referido procedimiento, acto de contestación a la demanda, ni oportunidad procesal en el cual pudieran promoverse cuestiones previas, para decidirlas en forma incidental, siendo esta la ocasión para que el querellado haga uno de todas las defensas, alegatos y 114 consideraciones que juzgue oportunas a los efectos de desvirtuar las pretensiones del querellante, incluyendo en estas omisiones o deficiencias de las cuales adolezca el escrito de la querella; por lo que dichas alegaciones tendrán que ser esgrimidas en el lapso probatorio o posterior a él si se trata de normativas de derecho, y deberán ser resueltas como punto preliminar en la sentencia. Al respecto, esta Sala Constitucional en decisión del 26 de julio de 2.002 (Caso: Importadora y Exportadora Chipendele C.A), con ponencia del magistrado Pedro Rondón Haaz, señalo que en el referido fallo del 21 de mayo de 2.001, la Sala de Casacion Civil de este Tribunal Supremo de Justicia, en ejercicio de la facultad del control difuso de la constitucionalidad, que establecen los Artículos OS D A Vque resultaba contraria a R caso en concreto el Artículo 701 eiusdem, al considerar E ESal respecto esta Sala, que dicha R S los preceptos de la Constitución, indicando O H C E consideración no ocasionaba consecuencias inmediatas, más allá de las DER 334 de la Constitución y 20 del Código de Procedimiento Civil, desaplico en ese contenidas en el caso en que el control difuso se produjo, habida consideración de que el juez no se estaría pronunciando sobre la validez de la norma en cuestión con carácter erga omnes. Así, esta Sala señalo expresamente que quedaba a criterio de los demás jueces de instancia la aplicación o no de ese procedimiento, para el supuesto que estimaran, al igual que la Sala Civil que su aplicación contrastaba con la Constitución, ya que la Sala de Casacion Civil en el fallo del 21 de mayo de 2.001, solo exhorto a los juzgados de instancia a seguir el criterio adoptado, sin afirmar que el mismo fuese vinculante, aunque lo recomendable seria que los tribunales de instancia acogieran los criterios de la Sala de Casación Civil, a fin de lograr una uniformidad en la jurisprudencia. De esta forma, las alegaciones que tuviere que hacer el querellado, no podrán realizarse al momento que se admite la querella interdictal restitutoria, por cuanto en dicha oportunidad, no pueden argüirse ni las defensas antes indicadas, 115 ni las que sostuvo el accionante en el presente caso, referidas a que esa no era la vía procesal aplicable, ya que, como se expuso ut supra contra el auto de admisión de la demanda no procede por el querellado o los terceros recurso legalmente previsto. Por lo cual, las defensas de que quiere valerse el presunto perturbador, debieran alegarse en otra oportunidad, antes o después del término probatorio y serán decididas por el juzgador en el fallo que sobre el fondo profiera, una vez constatadas las mismas siendo lo natural que si se van a probar hechos, estos sean afirmados antes que fenezca el lapso probatorio…” El fallo que antecede es obviamente menos radical que el emitido por la Sala de Casación Social, en el sentido de dejar abierta la posibilidad, OS D A VCivil, en respecto de su R pautada o reformulada por la Sala de Casación E S E R S especialidad, opinión que compartida, por cuanto ello encuentra justificación en la O H C delimitación misma de E competencia de cada Sala y sin olvidar, que los interdictos ER D tienen como característica esencial su naturaleza civil, tanto es así, que de las recomendable en palabras del ponente, de aplicar el procedimiento en la forma mismas normas generales relativas a la competencia para el respectivo conocimiento de las acciones interdictales, esta le es acordada a los tribunales civiles ordinarios. Lamentablemente, en fallos posteriores emanados de esta Sala Constitucional, con ponentes diferentes por cierto, se radicalizan las opiniones y se desecha de antemano las precisiones introducidas por la Sala Civil, ratificando el criterio existente desde antes del advenimiento de la sentencia polémica y que señalaba simplemente la garantía al derecho a la defensa del querellado, por cuanto al abrirse el lapso probatorio este podría exponer todo cuanto en su interés considerare necesario hacer, de una manera por demás imprecisa. De hecho, la sentencia arriba estudiada, de fecha 19 de diciembre de 2.003, señala a pesar de apartarse de las modificaciones introducidas por la Sala civil, y de manera contradictoria con la postura adoptada en definitiva, que “Siendo lo natural que si se van a probar hechos, estos sean afirmados antes que fenezca el lapso probatorio”. 116 Caben entonces las interrogantes siguientes, si lo natural en todo proceso es afirmar y después probar en oportunidades definidas por la ley, porque razón se consciente en mantener un criterio que apunta a una indeseable acumulación de actuaciones procesales, de modo por demás desordenado y de qué manera se evitarían eventuales sorpresas en el curso del procedimiento, si las partes no conocen específicamente el objeto de las pruebas. Analógicamente, alegar después de probar es equivalente a “digerir alimentos antes de consumirlos”. Una vez analizada en detalle la problemática expuesta, en relación a la inexistente consagración en el Código de Procedimiento Civil vigente, de un lapso S O D A correspondiente a los llamados por la doctrina, en sentido V estricto, “interdictos R E S Erespecto, posesorios”, es obligatorio fijar posición al máxime si la controversia R S O H se dijo, cambios trascendentales en el marco de involucra eventualmente, C como E R toda vez que se plantea la modificación de manera DEespecial, un procedimiento preciso para que tenga lugar la contestación a la querella, en el ámbito procesal expresa del procedimiento (no solo en relación a la oportunidad para que accionado haga formal oposición a los fundamentos de la querella que enfrenta), sino también incluso en relación a posibles incidencias en este proceso especial. En este orden de ideas lo primero que se quiere puntualizar, es que mas allá de la discusión ventilada entre las Salas del supremo tribunal y sectores representativos de la doctrina patria, no se debe perder de vista la “provisionalidad” de la solución propuesta, toda vez que el marco de todo procedimiento judicial requiere que se conozcan sin lugar a dudas, ni colisión de interpretaciones, cuales son los momentos en donde deben verificarse las actuaciones de las partes, sobre todo las trascendentales, como la contestación respectiva, toda vez que no se trata de una simple actuación, que en caso de anomalía pueda luego, durante el desarrollo del juicio enmendarse. Vale la pena recordar, que la misma Teoría General del Proceso, es la relativa al efecto que tiene la contestación de la demanda (entendida esta en su 117 acepción amplia, como oposición esgrimida por el accionado para enervar la pretensión postulada por el autor, para producir la trabazón de la litis, dejándola demarcada de antemano. De tal manera que cualquier persona que se vea envuelta en un proceso, cualquiera sea su naturaleza, y en particular uno interdictal, lógicamente necesita saber a ciencia cierta, en que oportunidad se va a verificar el acto de oposición del querellado a los efectos de fijar los límites del debate probatorio, bien porque sea precisamente esa persona la llamada a oponerse o por ser el acciónate, a quien interesa sobremanera, a nuestro lógico entender, saber cuáles son los puntos a S O D A estrategias dirigidas simplemente a tratar de desvirtuar Vla actividad probatoria del R E ES que puede presentarse entre lo querellado, en virtud de la posible incongruencia R S O H que aquel hubiese alegado y luego pretendido probar en la articulación C E R DE correspondiente. probar por su contraparte, a los efectos de preparar incluso la contraprueba o las Así pues como un paliativo temporal, se considera pertinente adoptar de forma generalizada, homogénea, el procedimiento interdictal, tal y como fue replanteado por la Sala de Casación Civil, en su sentencia del 22 de mayo de 2.001, ello en virtud de una serie de consideraciones que a continuación se presentan, y cuyo conocimiento necesario es la noción de “Tutela Judicial Efectiva” que rige los parámetros funcionales de la justicia en la Constitución Política. A grandes rasgos, la Tutela Judicial efectiva como paradigma moderno de la justicia, implica entre otras cosas, el desarrollo de un proceso en donde se respeten y garanticen en todo momento, los derechos y elementales e inderogables garantías que contempla la Constitución para las partes involucradas en el mismo, evidentemente, el relativo al derecho a la defensa. 118 Con relación a este punto cabe entonces preguntarse puede hablarse de tutela judicial efectiva en el marco de un procedimiento en donde se limitan las oportunidades defensivas de uno de los involucrados. La respuesta a la anterior interrogante evidentemente tiene que ser la negativa, y es ello lo que impone entonces, la necesidad de adecuar un procedimiento, por demás anterior en el tiempo en relación al novedoso orden constitucional en vigencia, y más allá de su longevidad, siempre fue impreciso en cuanto a la oportunidad defensiva del querellado, siendo prueba de ello, la abundante labor jurisprudencial desarrollada en torno a esta. S O D A de la Sala de Casación Social, que en un proceso como Vel interdictal no se prevea R E S por cuanto es el querellante E una oportunidad específica para contestar la querella, R S O H quien prácticamente y en C virtud de la provisionalidad de las mediadas adoptadas E R DenEdicho procedimiento, debe desplegar una actividad probatoria en un principio No es posible justificar, como lo hace la Sala Accidental agraria, integrante infalible, porque de lo contrario el vencedor en el procedimiento en cuestión sería el querellado. Aceptar, necesariamente a pensar que el acto de la contestación de la demanda en el ámbito del procedimiento ordinario es igualmente innecesario, porque tratándose tanto este, como todos los procedimientos especiales, de una manifestación de un sistema procesal predominantemente dispositivo, al fallar el actor en su empresa probatoria, el beneficiado, así de simple, sería el accionado. Pero, y más allá de lo elemental del aserto precedente, debe recordarse que se está hablando ciertamente de un procedimiento especial, pero contencioso, es decir, se trata de una “batalla procesal” en la cual cada parte busca esgrimir sus mejores armas para alcanzar su objetivo, que no es otro que el de prevalecer al final de la contienda. 119 En este sentido, resulta ilógico pensar que la suerte de una parte en el proceso dependa exclusivamente de la actividad desplegada por el contrario, sin que le sea dado al interesado, hacer valer incluso nuevos hechos, y no solo postular excepciones rígidas, dirigidas a destruir los fundamentos de una pretensión. En líneas generales cualquier demandado puede, al elegir la postura a adoptar en la oportunidad de dar contestación a la demanda, incorporar al proceso, hechos constitutivos, impeditivo y/o extintivos, que le proporcionen una mayor oportunidad defensiva en el proceso, y lo hacen menos dependiente de la E ES R S O S DO A V R ineficacia de su contraparte. Por otra parte, el no establecer formalidades para que tenga lugar la H C E ER contestación de la querella, parece vulnerar el mecanismo básico de todo D procedimiento contencioso, como lo es el de la bilateralidad de la audiencia, que incluso en materia de medidas cautelares no se elimina, sino que se pospone a la oportunidad consagrada en el Artículo 602 del Código de Procedimiento Civil, norma esta que inclusive, organiza el desarrollo de la incidencia que surge con ocasión de dichas medidas, de manera tal que antes de la articulación probatoria correspondiente, en donde los interesados pueden promover y evacuar las pruebas que convengan a sus derechos, puede el ejecutado hacer oposición a la medida, dentro de un lapso de tres días a contar de su citación en el proceso o de la ejecución de la misma, si ya estuviere citado previamente. Entonces, y recalcando lo anterior, si el mismo procedimiento pautado para las medidas cautelares, tan particulares desde el punto de vista procesal, y que rompen en un principio el esquema tipo postulado con el procedimiento ordinario, al dictarse y ejecutarse inaudita parte, prevé formalmente, positivamente sin lugar a dudas una oportunidad para oponerse a dichas medidas, porque entonces el procedimiento interdictal puede considerarse adecuado sin preverla. 120 Esta ultima consideración toma aun más fuerza si recordamos, que muchos doctrinarios, citados en este trabajo en el punto concerniente a la conceptuación de los interdictos posesorios, han considerado a los interdictos como medidas cautelares, haciéndose eco de la caracterización propuesta hace mucho tiempo por el maestro Calamandrei. Dicho lo anterior entonces ratificamos nuestra adhesión al procedimiento interdictal enmendado gracias a la labor de la Sala de Casación Civil, que a pesar de introducir una vía accidental, si la comparamos con una reforma legislativa de forma, que efectivamente muchas veces se ve precedida por señalamientos S O D A dijera, la fuente de inseguridad jurídica que constituíaV la indeterminación de una R E S oportunidad lógica, desde el ámbito deRlaEpreclusión procesal, de alegar, en el S O H de rigor, y no como meras conclusiones sentido propio de las excepciones C E ER en el procedimiento ordinario, la grave omisión cometida semejantes a D informes reiterados de nuestro máximo tribunal, subsana, al menos provisionalmente como por el legislador procesal de 1.986. Obsérvese igualmente, que las consideraciones precedentes y en la reafirmación de nuestra postura, hemos hablado de solución “provisional”, pero esa “provisionalidad” no debe ser entendida como el simple preludio a una reforma legislativa que adopte indefectiblemente el criterio esbozado por la Sala de Casación Civil. Ese no es el sentido de este planteamiento. Por el contrario, el señalamiento persigue reafirmar el apoyo a una solución urgente y adecuada al nuevo marco constitucional, pues es justamente desde ese marco constitucional de donde se desprende el conjunto de principios que a nuestro modo de ver imponen la adopción de un procedimiento interdictal radicalmente distinto a futuro, al menos en cuanto a la forma procesal predominante. Los artículos 257 y 26 de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela establecen requerimientos muy puntuales, a saber: 121 Artículo 256. Con la finalidad de garantizar la imparcialidad y la independencia en el ejercicio de sus funciones, los magistrados o magistradas, jueces o juezas, fiscales o fiscalas del Ministerio Público y defensores públicos o defensoras públicas, desde la fecha de su nombramiento y hasta su egreso del cargo respectivo, no podrán, salvo el ejercicio del voto, llevar a cabo activismo político partidista, gremial, sindical o de índole semejante, ni realizar actividades privadas lucrativas incompatibles con su función, ni por sí ni por interpuesta persona, ni ejercer ninguna otra función pública a excepción de actividades educativas. OS D A Artículo 26. Toda persona tiene derecho de V acceso a los órganos de R E S REsus derechos e intereses, incluso los administración de justicia para hacer valer S O CHefectiva de los mismos y a obtener con prontitud la E colectivos o difusos,R a la tutela DE Los jueces y juezas no podrán asociarse entre sí. decisión correspondiente. El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles. En virtud de ello, el proceso civil, tanto en lo referente al procedimiento ordinario como a los procedimientos especiales, denominados por la escritura como forma de expresión procesal, tiene que dar paso a nuevos desarrollos legislativos donde la oralidad ocupe la escena y traiga una serie de ventajas a la materia civil, ya experimentadas en materia penal, de niños y adolescentes y más recientemente en el procedimiento laboral. En este sentido, es por todos conocidos que un procedimiento oral garantiza entre otras cosas, una mayor celeridad, por la abreviación de las formas y resolución pronta de las posibles incidencias, la inmediación tan fundamental y 122 muchas veces extraña en cualquiera de sus manifestaciones del proceso civil en vigencia, y una publicidad mayor que a su vez encierra un mayor poder de control por parte de los mismos justiciables. No se puede hablar de un cambio muy a futuro y complicado, toda vez que, por una parte, se ha demostrado en nuestro país, que por muy arraigados que estén determinados paradigmas, estos finalmente ceden ante las exigencias contemporáneas. Por la otra, ya existen en otras legislaciones procesales en materia civil, modelos orales para llevar a efecto el trámite y decisión de los conflictos suscitados con ocasión de la posesión, en particular los relativos a los E ES R S O S DO A V R interdictos posesorios. En este orden de ideas, en reciente reforma de su Código Civil Adjetivo, la H C E ER madre patria estreno un procedimiento interdictal predominantemente oral, que D bien puede servir de punto de partida o modelo a considerar para la confección de uno propio, ya que a nuestro parecer constituye una iniciativa interesante encaminada hacia la necesaria homogenización de los llamados procedimientos especiales, para permitir así la simplificación y mayor efectividad de la actividad procesal. Se puede recordar que efectivamente, la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil Española refunde todos los procesos declarativos en dos: el ordinario (artículos 399 al 436), caracterizado por su concentración, inmediación y oralidad, y el verbal (artículos 437 al 447), juicio oral en sumo grado que relega la escritura a lo imprescindible. Ahora bien, y retomando en específico el aspecto que nos concierne, tenemos que claramente establece el citado instrumento legal, en su artículo 250.1.4., el procedimiento a seguir en materia interdictal, en los siguientes términos: Artículo 250.1.4. Ley de Enjuiciamiento Civil Española.: “se seguirán los tramites del juicio verbal, con independencia de la cuantía cuando la demanda 123 pretenda la tutela sumaria de la tenencia o de la posesión de una cosa o derecho por quien haya sido despojado de ella o perturbado en su disfrute”. Así mismo, resalta el articulo en comento, a la par de lo preceptuado en el articulo 447.2 ejusdem que: “No producirán efectos de cosa jugada las sentencias que pongan fin a los juicios verbales sobre tutela sumaria de posesión”, quedando a salvo la posibilidad de ocurrir posteriormente a un proceso ordinario donde se discuta sobre la propiedad o posesión definitiva. La innovación española nos parece además de “valiente”, por el cambio S O D A de la tutela judicial, toda vez que permite, en situaciones V tan delicadas como las R E ESmucha más expedita que impida la relativas a la posesión, otorgar una respuesta R S O irrevocable del estatus posesorio. H eventual desnaturalizaciónC y perdida E DER radical de paradigmas que encierra, muy congruente con la actual a nivel mundial Se debe pues, emprender el camino de la adecuación definitiva de nuestro ordenamiento jurídico, a las exigencias actuales de justicia reconocidas como vemos, no solo a nivel nacional, sino también internacional, y apreciar y extraer, en la medida de lo posible, de los marcos referenciales que en otras latitudes se han desarrollado al respecto, los lineamientos que puedan extrapolarse y matizarse para reformular nuestros procedimientos. 124 Conclusiones Desde su origen, y posterior evolución, los interdictos posesorios como medios de defensa específicos de la posesión han demostrado, más allá de los cambios y críticas formuladas, ser efectivos, en las diferentes latitudes para proteger la posesión, y muestra de ello es su mantenimiento incluso como procedimiento especial en los diversos ordenamientos jurídicos. Efectivamente, el estudio detallado del marco general de regulación de los interdictos, así como las luces arrojadas por la jurisprudencia patria y el derecho comparado, el cual hoy día es de más fácil acceso gracias a la red, ha evidenciado S O D A oriundos de otras latitudes, frecuentemente traducidosV y adoptados, al menos en R E su esencia en el país. Lamentablemente, cuando ES las referidas anomalías han sido R S O correspondientes, esa subsanación no se ha H subsanadas en los ordenamientos C RE como sucesor directo de aquel. hecho extensiva DalEnuestro, una serie de imprecisiones legales, cuyo nacimiento se remonta a instrumentos En este orden de ideas y tal como se señala en el apartado respectivo, del Código Civil sustantivo en lo concerniente a la posesión, evidencia deficiencias específicas de técnica legislativa, enmarcadas en el señalamiento arriba expuesto. Particularmente, el Artículo 772 del citado instrumento legal, que consagra los requisitos para que la posesión se considere “legitima”, al hablar de “no equivoca”, y siguiendo en puridad el análisis, efectuado en Italia tiempo atrás, evidencia una redacción innecesariamente superflua, toda vez que es imposible que exista una posesión legitima fundamentada en la tolerancia ajena. Es pertinente señalar que las expectativas planteadas al inicio de la investigación desplegada, fueron cubiertas e incluso desbordadas, por cuanto se pudo aportar criterios particulares en relación a aspectos controvertidos conectados a nuestro objeto de estudio, tal como la naturaleza jurídica de las acciones interdictales, con especial consideración al acostumbrado carácter cautelar que la doctrina tradicional suele atribuirle, y que las corrientes modernas del pensamiento jurídico, ubican como soluciones urgentes pero no cautelares en 125 el sentido técnico de la palabra, por cuanto no cumplen , con algunos de los caracteres requeridos para quedar insertos en ese campo, como lo son la provisionalidad e incluso, la instrumentalidad, ya que los interdictos, no constituyen un instrumento indispensable para garantizar la satisfacción de derechos a ventilarse en otro proceso autónomo. En el ámbito procesal, el diseño que hoy mantiene el procedimiento especial pautado para el tramite y decisión de las acciones interdíctales posesorias, lamentablemente, y se hace eco de esa opinión, no logro la eficiencia patrocinada por sus autores, siendo muestra latente de ello, todas las dificultades de interpretación que redundaron en cuantiosa jurisprudencia, e intensa labor OS D A V R llegando al clímax esta situación, a partir del inicio de labores del actual Tribunal E ES R S Supremo de Justicia. O H C EREen su oportunidad, la especialidad de un procedimiento, Como se Dexplico doctrinaria en relación a la oportunidad del querellado para contestar a la querella, entendido esta como un conjunto de rasgos que lo diferencian del marco general de referencia, constituido por el procedimiento ordinario, no justifica, y ahora menos que nunca, al amparo de principios y garantías constitucionales bien delineados, específicamente y en relación al punto correspondiente a la Tutela Judicial Efectiva, que se genere incertidumbre e incluso se llegue a señalar y trate de justificar la inexistencia de la oportunidad formal y única, de la cual debe disponer el querellado para formular sus excepciones y fijar consecuencialmente los límites del contradictorio. De hecho, y llegando al extremo, escudados en la ausencia del carácter de cosa juzgada material, atribuirle a la sentencia definitivamente firme dictada al final del procedimiento interdictal, no se justifica por la posibilidad de debatir en un juicio ordinario posterior, el relajar un principio cardinal de todo ordenamiento jurídico como lo es el derecho a la defensa. 126 En cuanto a lo especial, ordinario o complejo de un procedimiento judicial no constituye óbice alguno para limitar la posibilidad de intervenir, en dicho proceso, tempestivamente y manifestar aquello que se considere conveniente. Otra situación, lamentable es la constituida por la forma de ventilar las diferencias de criterios a nivel del supremo tribunal, toda vez que lo sano, es luchar por el respeto de las especialidades, de cada una de las Salas en sus particulares competencias, por cuanto ello genera seguridad jurídica que siempre revierte en paz social. Cabe resaltar por cierto, en relación a la polémica generada en el Tribunal S O D A experiencia profesional, nos resulta incierto, difícil V de entender la afirmación: R E S si todos somos iguales ante la desaplicar las normas al caso concreto,R porE cuanto, S O normas casuísticamente sin producir un H ley, como se puede “desaplicar” C E desbalance procesal DERa favor de una parte, plenamente identificada en autos. Supremo en torno al procedimiento interdictal posesorio, que en base a nuestra Se estima acertado acoger de forma generalizada, las modificaciones introducidas por el fallo de fecha mayo 2.001 emanado de la Sala de Casación Civil, que resulta verdaderamente efectivo al momento de restablecer el orden jurídico infringido, por cuanto era necesario, un pronunciamiento categórico que precisara el momento de formular alegatos por parte del querellado, pero no alegatos equivalentes al acto de informes en el ámbito del procedimiento ordinario, sino como los correspondientes a la actividad desplegada por todo accionado en aras de enervar la pretensión postulada por su contraparte. Atendiendo a la puridad de las formas y oportunidades propias de los actos procesales, así como el principio de preclusión procesal, establecer alegatos después de pruebas, si precisamente se prueba lo que se alega y ello influye en el posterior análisis del juez en relación a la pertinencia de la prueba ofrecida y efectivamente aportada al proceso. 127 Recomendaciones Para lograr tal adecuación y efectividad se recomienda tener muy presente la experiencia y resultados alcanzados en otros países, como España, cuyo novel procedimiento interdictal, es compatible con los parámetros jurídicos estructurales instaurados en la Constitución, de la República Bolivariana de Venezuela, sin que esto implique, una invitación a copiar modelos, sino más bien, fijar directrices y adaptarlas a la realidad venezolana. Existe la imperativa necesidad de emprender un profundo y acucioso proceso de reforma legislativa, en donde se desarrollen y adopten, por una parte, S O D A sustantivas como adjetivas que regulan lo relativo a laV posesión, y en particular, a R E los interdictos posesorios, modificándose radicalmente la estructura general de los ES R S O procedimientos respectivos, aH tenor, por supuesto, de los mandatos contenidos en C E R la Constitución DdeEla República Bolivariana de Venezuela, dándole cabida de una los cambios que se requieren en cuanto a la claridad de las disposiciones tanto vez por todas, en rol protagónico, a la oralidad en el proceso civil, y así adecuarlo a la rapidez que requiere, no solo todo proceso inherente a la posesión, sino a cualquier debate judicial, en virtud del alcance de la comentada Tutela Judicial Efectiva. 128 Referencias Bibliográficas 1.- Libros de Texto: Aguilar G. José (1.989) Cosas, Bienes y Derechos Reales. Derecho Civil II. Caracas, Venezuela. 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