DERECHOS RESERVADOS

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UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO.
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PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA A PARTIR DEL
PROCEDIMIENTO INTERDÍCTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO EN EL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO.
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Trabajo especial de grado para optar al título de Abogado,
Piters G. Marcos
C.I. V.- 7.773.064
Tutor Académico:
Dr. Luís Acosta
Maracaibo, Abril de 2011
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PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA A PARTIR DEL
PROCEDIMIENTO INTERDÍCTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO EN EL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO
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APROBACIÓN DEL FACILITADOR
En mi carácter de Tutor del Trabajo de Grado presentado por el ciudadano Marcos
A. Piters Guanipa, titular de la cédula de identidad Nº 7.773.064 para optar al título
de Abogado, el cual se intitula PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA A
PARTIR DEL PROCEDIMIENTO INTERDÍCTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO
EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO considero que dicho
trabajo reúne los requisitos y meritos suficientes para ser sometido a la evaluación
correspondiente.
En Maracaibo a los ____ días del mes Abril de 2.011
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Dr. Luís Acosta
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___________________________
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FACILITADOR DE TESIS
DER
3
DEDICATORIA
A Dios todo poderoso por su infinito amor, por abrirme los caminos para mis logros.
A mis padres por darme la vida y ser mis pilares fundamentales e inculcarme los
mejores valores y saber guiarme en el andar de la vida.
A mi tía Silene y a mi primo Cesar por brindarme su apoyo incondicional.
Estalin que está en el cielo, que dios lo tenga en la Gloria.
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A mi hermana Thais y mi hermano Leonardo, les dedico V
esta tesis con toda la fuerza de mi
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corazón, como ejemplo de que si podemos llegar
a
las
cosas
más grandes y más altas que
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la vida nos brinda.
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A mí querida y adorada señora Maryolga por brindarme su apoyo incondicional, por su amor,
cariño, paciencia y confianza.
A mis amados hijos sirva este trabajo como ejemplo de perseverancia y dedicación al
estudio.
Gracias a todos.
4
AGRADECIMIENTOS
A Dios Todopoderoso por su infinito amor, por abrirme los caminos para alcanzar este
anhelada meta.
A mi Profesor Tutor Dr. Luís Acosta, por su tiempo, sabiduría, apoyo, confianza y respaldo
oportuno.
A la Profesora Lic. Milagros Quijada por su ayuda, orientaciones, recomendaciones a fin de
lograr el éxito en este trabajo especial de grado.
S
Agradezco inmensamente al Dr. Néstor Amesty, por su aporte educativo y académico, en mi
formación como futuro abogado de la República Bolivariana de Venezuela, la cual me siento
orgulloso y me pliego a su modelo de enseñanza y a su apoyo humanitario ante las
vicisitudes que se me presentaron en esta casa de estudio.
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A todos y cada uno de los Profesores, especialistas, de la Universidad Rafael Urdaneta
quienes durante mi carrera me dieron apoyo, enseñanza y conocimientos.
A todas las personas que confiaron en mí y que sirvieron de ayuda en el logro de esta meta.
Gracias a todos.
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
FACULTAD DE CIENCIAS, POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO
TRABAJO ESPECIAL DE GRADO II
RESUMEN
PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA POR LA APLICACIÓN DEL
PROCEDIMIENTO INTERDICTAL RESTITUTORIO CONTEMPLADO EN EL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO
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Autor: Piters G. Marcos A.
Tutor académico: Luís Acosta.
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La investigación que se presenta
OaScontinuación tuvo como objetivos fundamentales
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analizar en detalle R
el E
marco conceptual y procedimental vigente en nuestro país en
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D denominados, en sentido estricto por la doctrina “Interdictos
relación a los
posesorios”, así como considerar la polémica surgida en la praxis forense nacional
en virtud de la diversidad de criterios emanados del Tribunal Supremo de Justicia en
torno al mencionado procedimiento: El estudio jurídico-teórico desarrollado nos
permitió, por una parte, determinar deficiencias en el marco sustantivo que rige a los
interdictos en el derecho positivo venezolano, imponiéndose una reforma, similar a la
italiana en vigencia, que revierta en normas más concisas e inequívocas al respecto;
y por la otra, sentar posición acuciosamente razonada en torno a la polémica judicial
señalada, con apoyo incluso, de la experiencia extranjera sobre el particular,
estimando indispensable seguir por el momento, el procedimiento innovador
expuesto por la Sala de Casacion Civil del Tribunal Supremo de Justicia, mientras se
diseña y adopta definitivamente un nuevo procedimiento que se adapte a las
exigencias del moderno marco constitucional venezolano, que estatuye la noción de
Tutela Judicial Efectiva como paradigma orientador de toda la actividad jurisdiccional
del Estado.
Descriptores: Interdictos, Defensa, Procedimiento, Jurisprudencia, Reforma.
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
FACULTAD DE CIENCIAS, POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO
TRABAJO ESPECIAL DE GRADO II
.
ABSTRACT
BEGINNING OF THE JUDICIAL EFFECTIVE GUARDIANSHIP FOR THE
APPLICATION OF THE PROCEDURE INTERDICTAL RESTITUTORIO
CONTEMPLATED IN THE CODE OF CIVIL VENEZUELAN PROCEDURE
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The following investigation that is present had as fundamental objetive to analyze the
procedural and conceptual marc that is being used in our country related, in a very
strict sense, to what is called “Interdictos Posesorios” and the controversy that has
been born in the national praxis, since the different points of view that our Supreme
Court of Justice had mentioned about this particular subject: analyzing the theory
aspects allowed us, in a way, to realize the problems that interdictos, in the
Venezuelan positive law have had in the substantive marc, however is require a
similar reform like the one is being used in Italy right now, it is absolutely necessary
to modify to a more consistent and less mistaken set of laws; in other way, set a
position concerning the judicial polemic supported by the foreign experience about
this particular theme, it is indispensable for the moment, to follow the new procedural
that the Civil Court Room of our Supreme Court of Justice has exposed, while it is
design and adopt a new procedural related to the venezuelan constitutional marc.
D
Key word: Interdictos, Defense, Procedural, Reform, Jurisprudence.
7
INDICE GENERAL.
Agradecimiento…………………………………………………………………………..ii
Dedicatoria……………………………………………….…..…………………………..iii
Resumen…………………………………………………………………………………..iv
Índice………………………………………………………….…..………………………..v
INTRODUCCIÓN……………………………………….……….………………….
10
CAPITULO I: EL PROBLEMA.
OS
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Objetivos de la Investigación……………………………………..…………………..
20
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Objetivos Generales…………………………………........................................
20
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Objetivos Específicos…………………………………..…………………..…….. 20
Planteamiento del Problema y Formulación del Problema………………………… 12
Justificación de la Investigación……………………………………..………............ 20
Delimitación de la Investigación……………..………………………………………. 24
CAPITULO II: MARCO TEÓRICO.
Antecedentes de la Investigación………………………………………………………25
Bases Teóricas de la Investigación………………..…………………………………..33
Matriz de Análisis…...……………………………………………………………………79
CAPITULO III: MARCO METODOLÓGICO.
Tipo de Investigación……………………………...………………………………...... 80
Diseño de la Investigación………………………….………………………………… 80
Técnicas de Recolección de datos………………………...………………………… 81
8
Técnicas de Análisis de Datos…………………………….…………………….…… 82
CAPITULO IV: RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN.
Describir el Principio de la Tutela Judicial Efectiva como manifestación de los
derechos constitucionales por la aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio
contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano
……………….83
Determinar el fundamento de la protección posesoria en el principio de la Tutela
Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal
contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano
Restitutorio
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Establecer el alcance del principio
OSde la tutela judicial efectiva por la aplicación del
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procedimiento Interdictal
ERE Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento
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Civil Venezolano…………………………………………………………….. 100
……………………………. 87
Verificar la trasgresión del principio de la Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del
procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento
Civil Venezolano……………………………………………………109
Conclusiones………………………………………………………………........125
Recomendaciones……………………………………………………………. 128
Referencias Bibliográficas………………..……………………………………. 129
9
INTRODUCCIÓN
Todo Estado debe garantizar a los ciudadanos el libre ejercicio de sus
derechos de manera permanente, progresiva, pacifica, continua y alejada de toda
perturbación, de esto depende el orden y la estabilidad social – jurídica de una
Nación, asimismo un Estado que dicte los medios necesarios e idóneos para
solventar las perturbaciones que los ciudadanos sufran en sus derechos bien sean
personales o reales. Ahora bien estos medios no son más que el ordenamiento
jurídico creado por las leyes, entendiendo así los ciudadanos que las controversias
deben dirimirse en los órganos de justicia y bajo ningún concepto la aplicación de la
justicia bien sea para obtener algún derecho o para restituir alguno que haya sido
despojado, puede recaer en las propias manos de las partes en conflicto.
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Así, bajo el esquema del texto constitucional de 1.999, específicamente
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conforme a lo previsto en el artículo 257, el proceso judicial tiene como finalidad la
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realización de la justicia, la cual, a tenor de lo preceptuado en el artículo 26
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autónomo, independiente,
DER responsable, equitativa, expedita, sin dilaciones indebidas
constitucional debe ser gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente,
y sin formalismo, elemento este último, que equivale a que la justicia debe
prevalecer frente a las formas tal como lo preceptúa el articulo 257 Ibidem.
En el presente trabajo documental investigativo, se desglosará el medio
utilizado en la jurisdicción civil para lograr la restitución de un bien mueble o
inmueble que haya sido despojado de su posesión a algún ciudadano, figura esta
denominada Interdicto Restitutorio, y que es definido de manera amplia por algunos
procesalitas como una institución del Derecho Civil que tiene como fin fundamental,
a través; del debido proceso restituir la posesión de un bien a quien lo detentaba,
fuese o no su dueño, de este amplio concepto se desarrollaran puntos como la
exclusividad de la jurisdicción civil, a la hora de interponer una querella interdictal
restitutoria; ya pues que del anterior concepto se desprende claramente que el
interdicto es una institución del Derecho Civil, esto sin menoscabo de que alguna ley
especial pueda tipificar un procedimiento particular que salga de la esfera
meramente civilista en que se creó el interdicto, y que se ha sustanciado a lo largo
de muchos años.
De la misma manera se realizara un esbozo de los supuestos para intentar
una acción interdictal restitutoria, según lo establecido en el artículo 783 del Código
10
Civil Venezolano, cuyo tenor es el siguiente “Quien haya despojado de la
posesión, cualquiera que ella sea, de una cosa mueble o inmueble, puede
dentro del año del despojo, pedir contra el autor de él, aunque fuera el
propietario que se le restituya en la posesión”, así como un detallado análisis del
proceso seguido para el desarrollo de la querella interdictal, entendiendo como
expresa el maestro COUTURE que el proceso tiene como fin la búsqueda de la
verdad, mediante la exposición de la tesis demanda y/o querella contentiva de la
pretensión; de la antítesis, la contestación contentiva de la excepción; y de la
síntesis (sentencia que resuelve el conflicto subjetivo sometido al conocimiento del
órgano jurisdiccional) vale decir, en el ejercicio de la acción mediante la demanda
contentiva de la pretensión, donde el actor o querellante puede exponer un hecho de
naturaleza constitutiva, extintiva, impeditiva o modificativa, en el ejercicio del
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donde el demandado o querellado puede exponer V
los hechos exceptivos, bien de
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ESo modificativa para enervar los efectos
naturaleza constitutiva, extintiva, impeditiva
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de los hechos narrados
por
el
pretensionante; y en el resultado del cuestionamiento
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DE judicial, traducido en sentencia donde el operador de justicia
judicial o problemática
derecho a la defensa mediante la presentación de la contestación de la demanda
debe atenerse a lo alegado y probado en autos (principio de congruencia)
resolviendo el conflicto y declarando la voluntad de la ley en el caso concreto, que
involucra su ejecución, bien de manera voluntaria o mediante la intervención forzosa
del imperio de la ley, por demás de manera pacífica.
11
CAPITULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento y Formulación del Problema
Según Ferrer (2000) un Interdicto es un procedimiento judicial de tramitación
sencilla, cuyo objetivo es atribuir la posesión de una cosa a una determinada persona
física o jurídica frente a otra, de manera provisional. El interdicto también se puede
plantear para el caso de que exista una reclamación por algún daño inminente, cuya
urgencia habrá de quedar justificada.
Asimismo, el interdicto se puede utilizar como protección ante cualquier
OS
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cabe emplearlo en el caso de ruidos, oloresS
que
impidan a una persona disfrutar de
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RqueE sea un proceso al que se recurre en
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la posesión de un bien. EstoO
hace
H
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ocasiones para E
R la paralización de obras cercanas o de otras actividades
D obligar
agresión o perturbación que una persona sufra sobre su pacífica posesión. Esto es,
molestas (salas de fiestas) para el propietario de un inmueble.
En un interdicto, priva la agilidad y la resolución rápida sobre la cuestión
jurídica de fondo. De esta manera, los fundamentos y alegatos de complejidad
normal habrán de reservarse para el procedimiento declarativo que se celebrare
después, y que esta vez, sí que tendrá un carácter definitivo y no provisional. Cabe
destacar que un interdicto no puede tener jamás valor de cosa juzgada, aunque
doctrinalmente se discute la existencia de un instituto de inferior grado que blinde el
mecanismo interdictal, de manera que no pueda plantearse una y otra vez el mismo
proceso. A este respecto, cabe recordar la distinción entre cosa juzgada formal y
cosa juzgada material.
La primera implica que lo decidido en un proceso no puede ser modificado
dentro del mismo proceso, pero sí en otro posterior; la segunda implica que lo
decidido no puede modificarse en el mismo proceso ni en uno distinto. Lo decidido
en un interdicto, entonces, no tiene valor de cosa juzgada material, pero sí formal, es
decir, al quedar firme la sentencia, ésta no puede ser modificada dentro del mismo
12
proceso. La posibilidad de plantear un nuevo interdicto debe ser revisada a la luz de
cada legislación en particular.
El abordaje de un tema como el de los interdictos posesorios, podría resultar
muy variado en cuanto
a sus interpretaciones y análisis. Sin embargo, con la
finalidad de concentrar la atención en una de las vertientes del mismo, se realiza
esta investigación con el propósito de tocar las consecuencias que la aplicación del
procedimiento contemplado en el ordenamiento adjetivo patrio podría tener respecto
de derechos subjetivos de rango constitucional.
En atención a este orden de ideas es conveniente indicar que los interdictos
son acciones de protección de la posesión que como tales persiguen una función
jurisdiccional. Estos tienen como objeto la posesión sobre determinadas cosas
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muebles e inmuebles, por lo que resulta de necesario entender a plenitud la noción
de posesión.
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Al respecto, según Hernández
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(2000) en el Derecho Romano no se
desarrollo, propiamente hablando, una teoría de la posesión. En cierta etapa
histórica estrictas necesidades de orden práctico llevaron a la formulación de una
serie de principios de carácter general sobre la institución posesoria. Estas razones
históricas han llevado a entender que el desarrollo de la noción, en este momento
considerado, corresponde a una concepción “romanista”.
En este mismo orden de ideas Saviginy
concibe la posesión como una
situación de naturaleza eminentemente fáctica, donde la misma se desarrolla a partir
de la realización continuada de una serie de hechos, no bastando para ello con el
acaecimiento de un hecho aislado. Por otra parte al referirse a los elementos de la
institución, se refiere a estos como corpus y animus domini.
Analizando el párrafo anterior, se puede decir que el primero permite la
posibilidad de aprehensión material de un bien y el segundo la intención de tener
una cosa como propia, es decir; no reconociendo en un tercero un derecho igual o
superior al que dicho poseedor detenta. En este punto resulta de suma importancia
exponer las razones por las que Savigny considera que es necesario proteger la
posesión.
13
Se observa, que se protege la posesión para mantener la paz social, lo cual
se logra evitando que los particulares tomen justicia por mano propia. Por lo que el
fundamento de la protección posesoria y por ende la justificación de la existencia de
los interdictos, descansa en la necesidad de dotar al poseedor de la herramienta
jurídica procesal a los fines de garantizar, que ante una determinada perturbación a
la posesión o despojo, pudiere el afectado obtener del órgano jurisdiccional la debida
tutela.
En contraposición, Ihering, (1980) plantea la institución de la posesión como
un derecho, en el sentido de entender que la misma deviene de una
conceptualización de “derecho” que resulta, a juicio propio de carácter muy general,
para este autor el derecho es todo interés jurídicamente relevante, por lo que en este
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autor, los elementos de la posesión definen parcialmente
V la terminología empleada
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por Savigny. Al respecto se refiere a corpus
y animus.
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R refiere, no ya a la posibilidad de aprehensión material de un
DEse
El primero
entendido ciertamente cualquier cosa es derecho. En otro orden de ideas para este
bien como lo afirmaba Savigny, sino como la posibilidad de darle al mismo la función
económico - social para la cual ha sido creado, es decir que Ihering pareciera que
va un paso más adelante al afirmar con que no basta con el cumplimiento de la
función del bien, sino que es necesario dársela, para de esta manera poder afirmar
la existencia del elemento corpus.
Por último, el autor in comento, plantea la necesidad de proteger la posesión
para que con ello, al mismo tiempo se proteja la propiedad, es decir, cuando se
observa el objetivo propuesto mediante cualquier actuación posesoria con carácter
propio, resulta muy claro que este se realiza con la intención de adquirir el derecho
de propiedad, por lo que al proteger la posesión de un propietario en definitiva se
protege su propio derecho.
De igual modo, al tutelar la posesión de una persona que, aun cuando no
tenga la titularidad del derecho de propiedad, ejercita la misma, dicha actuación va
encaminada a adquirir el derecho real de propiedad mediante la usucapión. De
manera tal que, bien que proteja la actual posesión de un propietario y la de un
14
poseedor, en esa misma medida realmente lo que protege es el propio derecho de
propiedad.
De lo anteriormente expuesto resulta meridianamente claro que, aun en la
doctrina más calificada, existen diferencias, en cuanto al fundamento de la
protección posesoria general, por lo que en atención a ello, es conveniente indicar
que la misma será abordada en la presente investigación.
En el actual orden constitucional venezolano se contienen normas que
garantizan la protección de especiales derechos de orden procesal, como lo son el
derecho al debido proceso y el derecho a la defensa. Estos derechos resultan
expresiones o manifestaciones de lo que el artículo 26 de la Constitución de la
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República Bolivariana de Venezuela define como la Tutela Judicial Efectiva, al
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respecto la referida norma expresa:
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“Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de
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justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos y difusos, a
la
tutela
efectiva
de
los
mismos,
y
obtener
con
prontitud
la
decisión
correspondientes, el Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial,
idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita,
sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles”.
De la norma transcrita, resulta muy claro que la administración de justicia en
Venezuela deberá estar orientada por los principios indicados en el artículo 26 antes
citado, y la actuación de los jueces debe estar apegada a los mismos. Cuando se
observa el procedimiento interdictal restitutorio, el legislador procesal de 1986, en el
artículo 701 de la ley adjetiva patria establece:
“Practicada la restitución o el secuestro, o las medidas que aseguren el amparo,
según el caso, el juez ordenará la citación del querellado, y practicada ésta, la causa
quedará abierta a pruebas por diez días. Concluido dicho lapso las partes
presentarán dentro de los tres días siguientes, lo alegatos que consideren
convenientes, y el juez, dentro de los ocho días siguientes dictará la sentencia
definitiva”.
15
Esta sentencia será apelable en un solo efecto, pero el Tribunal remitirá al
Superior el expediente completo de las actuaciones. El juez será responsable de los
daños y perjuicios que cause por su demora en dictar la sentencia prevista en dicho
artículo.
En fecha 22 de mayo de 2001, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo
de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, con ponencia del Magistrado
Carlos Oberto Vélez, modifica el procedimiento pautado en el citado artículo 701 del
Código de Procedimiento Civil, estableciéndose el término de dos días hábiles,
posteriores a la citación del querellado, para que éste pueda oponer sus alegatos
consecuentes. Los fundamentos para tal decisión los toma la Sala de los artículos
26, 49 y 257 de la Constitución Nacional, así como el artículo 20 del mismo Código
E
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de Procedimiento Civil. Al efecto la referida decisión señala:
“Cabe destacar, que en el precitado procedimiento no se prevé acto de
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contestación de la demanda, oportunidad procesal en la cual pudieran promoverse
D
cuestiones previas, para decidirlas en forma incidental”.
Ahora bien, la Sala estima, que antes de cualquier otra consideración debe
procederse a examinar el recurso de casación propuesto, a la luz de las
disposiciones establecidas en los artículos 7 y 334 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
Por otra parte, consagra así mismo, el texto constitucional en los artículos 26,
49 y 257, la garantía de los justiciables, del debido proceso y la protección del
sagrado derecho a la defensa.
Se evidencia de lo señalado, que en el procedimiento reseñado, los alegatos
de las partes tienen lugar después del período probatorio, hecho éste que impide a
los litigantes, de cierta manera, desvirtuar las pruebas de la contraparte o, de ser el
caso, subsanar defectos u omisiones que hubiese opuesto el querellado contra el
escrito de la querella intentada.
Ante la situación observada,
la Sala
hace las siguientes reflexiones: el
procedimiento interdictal anotado, aún cuando especial, impide a los justiciables el
16
establecimiento de un efectivo contradictorio, lo cual deviene claramente en un
menoscabo a los derechos fundamentales supra mencionados.
La especialidad procesal en cuestión, no puede constituir óbice para la
aplicación en la sustanciación de los interdictos, de aquellos trámites de carácter
procedimental que resguarden la potestad de las partes para esgrimir a su favor,
alegatos y probanzas que coadyuven a garantizar el respeto al debido proceso y al
derecho fundamental a la defensa consagrado, que se reitera, en los artículos de la
Constitución precedentemente señalados.
Razón por lo cual, en acatamiento a lo señalado en los artículos 7 de la
Constitución y 20 de la Ley Adjetiva Civil, que configura el llamado control difuso de
S
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A
procedimientos interdictales posesorios, el ítem procedimental.
V
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R
S
Oartículo 7 del Código de Procedimiento Civil, esta
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Conforme lo permite
el
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DER que es más idóneo lograr la protección del derecho a la
jurisdicción considera
la constitucionalidad de las leyes, lo jurídicamente procedente es aplicar en los
defensa en los juicios interdictales, mediante la prevención del contradictorio, en
este sentido, se percata la mencionada Sala que los procedimientos interdictales
posesorios están enmarcados dentro del principio de la especialidad, la celeridad y
la brevedad de las actuaciones, luego de un detenido análisis de la situación.
Con fundamento al precitado artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, a
los fines de contemplar la apertura efectiva del contradictorio, la Sala establece, que
una vez citado el querellado, éste quedará emplazado para el segundo día siguiente
a la citación, a fin de que exponga los alegatos que considere pertinentes en
defensa de sus derechos.
En este sentido, se permite, que ambas partes, en entera igualdad de
condiciones, formulen alegatos y promuevan pruebas oportunamente, (las cuales
deberán ser admitidas siguiendo para ello la previsión establecida en el artículo 398
del Código de Procedimiento Civil), pudiendo seguir el procedimiento pautado en el
artículo 701 del Código Adjetivo Civil. En lo relativo al período probatorio y al de la
decisión, garantizándose de esta manera el cumplimiento de los artículos 26, 49 y
257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
17
De lo expuesto, puede evidenciarse que el procedimiento interdictal resultó
modificado, no solo en lo que respecta a la etapa correspondiente a la contestación
de la demanda, sino a otros aspectos que resultan propios del un juicio tan especial,
lográndose de esta forma, según lo señalado por la Sala, el reestablecimiento de las
garantías
constitucionales
que
resultaban
violadas
por
la
aplicación
del
procedimiento contemplado en la norma adjetiva en cuestión, y muy especialmente
en lo referido al derecho a la defensa del querellado.
Este criterio fue ratificado por la Sala de Casación Civil mediante decisión de
fecha 3 de diciembre de 2001 y 31 de mayo de 2002, mediante ponencia del
Magistrado Antonio Ramírez Jiménez. Tal ratificación se expresó en los siguientes
términos:
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“Ahora bien, la Sala para evitar se le mal interprete,
V procede a concretar, que
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tales efectos deben entenderse ex R
tunc,
vale decir para todos los casos de la
S
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especie, aún los decididos
por los tribunales de instancia en fechas anteriores a la
C
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DEque impone el cambio”. Por cuanto la violación observada
de la sentencia
corresponde al orden público constitucional y es producida por la incompatibilidad
del procedimiento interdictal con las normas supremas, la cual se viene produciendo
desde antes de la aprobación de la Constitución vigente, ya que igualmente se han
venido vulnerando los derechos fundamentales, a la defensa y al debido proceso,
pues ellos aún cuando se encontraban garantizados igualmente, en la Constitución
derogada (Artículos 60, 68 y 69), lamentablemente, no se habían percatado de ello
los jurisdicentes.
Estas decisiones de la Sala Civil resultan contradichas posteriormente por la
Sala de Casación Social mediante en las sentencias de fecha 13 de noviembre de
2001 y cuatro de julio de 2004.
Expuesta la anterior situación, en la cual se evidencia una importante
contradicción de criterios, la misma resultaría abordada por la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia mediante decisión de fecha 19 de mayo de 2003, la
cual con ponencia del Magistrado Antonio García García ratificó que el
procedimiento establecido en el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil no
18
viola preceptos constitucionales referidos al derecho a la defensa ni al debido
proceso.
Posteriormente, esta misma Sala, en fecha 19 de diciembre de 2003, con
ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero, fija como criterio la
aplicación del procedimiento en la forma pautada o reformulada por la Sala de
Casación Civil según sea la especialidad, tomando como base la delimitación misma
de las competencias de cada una de las Salas.
Sin embargo a pesar de todos los esfuerzos que se han podido hacer para la
unificación de criterios y de la propia jurisprudencia resulta, aún dentro de la Sala
Constitucional, contradictorias algunas decisiones dictadas al respecto, por lo que
dicha controversia no ha sido resuelta.
S
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A
cabría
V plantearse
R
la siguiente
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ESde la Tutela Judicial Efectiva por la
interrogante: ¿Cómo se afecta el principio
R
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aplicación del procedimiento
Interdictal
Restitutorio contemplado en el Código de
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E Venezolano?
DCivil
Procedimiento
De
las
precedentes
consideraciones
19
Objetivos de la Investigación.
Objetivo General
Analizar el principio de la Tutela Judicial Efectiva a partir del procedimiento
Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil
Venezolano
Objetivos Específicos
1. Describir el Principio de la Tutela Judicial Efectiva como manifestación de los
OS
D
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VCivil Venezolano
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Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento
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2. Determinar el fundamento
de O
la protección posesoria en el principio de la Tutela
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C
E
Judicial Efectiva
DEporR la aplicación del procedimiento interdictal Restitutorio
derechos
constitucionales por la aplicación del procedimiento Interdictal
contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano.
3. Establecer el alcance del principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación
del procedimiento Interdictal
Restitutorio contemplado en el Código de
Procedimiento Civil Venezolano.
4. Verificar la trasgresión del principio de la Tutela Judicial Efectiva por la
aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el Código de
Procedimiento Civil Venezolano.
Justificación de la Investigación
La investigación se justificó, por la importancia del tema, en cuanto a la
necesidad de analizar
reformulación del
el principio de la tutela judicial efectiva a partir de la
procedimiento interdictal contemplado en el Código de
Procedimiento Civil Venezolano,
ya que en el proceso de administración de
justicia, su efectividad, eficacia, y su respuesta oportuna, son del interés general
20
de la ciudadanía. Justicia que conforme a lo previsto en la Carta Magna, debe ser
impartida de manera breve y expedita.
Al abordar el estudio de la posesión resulta evidente que habrán de aflorar
diversidad de criterios sobre el fundamento de la protección posesoria, opiniones
estas que estarán enmarcadas en una visión romanista de la misma.
Sin embargo, resulta necesario, determinar cual orientación es la más
idónea para tratar el problema planteado, sobre la base de las diversas doctrinas
judiciales emanadas de las distintas Salas del Tribunal Supremo de Justicia y la
propia naturaleza del procedimiento interdictal
Restitutorio. Por otra parte,
S
O
D
A
importante disparidad de criterios entre las diversas Salas
V que lo conforman, y que
R
E
se consideran competentes para conocer
sobre
ESla materia objeto de estudio.
R
S
O
H
C
Estas opiniones
EREquedaron expuestas anteriormente, sin embargo tal
D
disparidad no resulta beneficiosa para los justiciables, en virtud de que la referida
en las diversas decisiones del máximo Tribunal de la República se observa una
heterogeneidad que se manifiesta, incide en mayor o menor medida al
mantenimiento de la seguridad jurídica que se requiere en el ejercicio de toda
actuación judicial.
En esta situación, como aspecto resaltante cabe destacar que en los últimos
tiempos, en Venezuela, la cuestión de la propiedad y la posesión han alcanzado
niveles controversiales muy importantes, los cuales inciden, respecto de esta
última, en la eventual conculcación de derechos, que en algunos casos son de
rango constitucional.
Por lo anteriormente expuesto, y en atención de una deseada seguridad
jurídica, que tenga como base criterios jurisprudenciales uniformes ajustados a
derecho, es necesario abordar el problema planteado dentro de una perspectiva
que permita, garantizar, o por lo menos poder afirmar que las actuaciones de los
órganos jurisdiccionales estén efectivamente ajustadas al estado de derecho
vigente.
21
El estudio se justificó por la pertinencia del tema, el cual forma parte del que
hacer judicial, por sus aportes teóricos, y sirve como referencia para
investigaciones ulteriores, así mismo servirá de consulta sobre el tema. También
desde el punto de vista jurídico, por referirse a una garantía procesal, que si bien
es cierto la establece la norma constitucional como corolario, de un real y
verdadero Estado de Derecho, en la práctica muchas veces se hace inaccesible e
invisible. Así como los beneficios que podría aportar a los estudiosos del derecho.
Su aporte teórico vino dado, por la interpretación doctrinaria, y
jurisprudencial, y que conforma el contexto teórico de la investigación, lo que
permitió nutrir los conocimientos que sobre el tema poseía el investigador, así
S
DO
A
V
R
como los de aquellos colegas que consulten dicho trabajo de investigación.
E
ES
R
S
O
En el contexto teórico, se abordaron las normas sustantiva y adjetiva que
H
C
E
ER
regula los actos civiles en la legislación Venezolana, que tienen por norte regular,
D
una serie de valores, figuras y principios que son materializados cumpliendo un
procedimiento civil establecido legalmente, que son utilizados por la o las partes
que se ven afectadas o lesionadas, para el reconocimiento de un derecho
garantizado por el Estado y establecido para el goce de los ciudadanos, por
cuanto la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV,1999) en
su artículo 2 señala que " Venezuela se constituye en un Estado democrático y
social de Derecho y de Justicia.
Por otra parte, tal como se señala en los aportes teóricos, que el estudio
beneficia al propio investigador, así como a otros estudiantes de Derecho , por
cuanto la problemática investigada, forma parte de la realidad del libre ejercicio, el
estudio
proporciona
contenidos
relacionados
con
la
jurisprudencia,
que
constituyen el salvoconducto frente a las situaciones que se sitúan en las
denominadas zonas grises del derecho .
La investigación, partió de la inquietud del investigador como estudiante del
Derecho quien ha visto el retardo procesal en detrimento de la tutela judicial
efectiva consagrada en la Carta Magna, por lo que consideró oportuno conocer los
22
fundamentos legales y teóricos de este principio y su aplicación en los procesos
de materia civil. En tal sentido, la pertinencia de la temática y por ende la
necesidad de investigaciones en el área.
Por otra parte, se justificó la investigación, desde el punto de vista jurídico,
por cuanto el principio de la tutela judicial efectiva se encuentra previsto en la carta
fundamental en su artículo 26, y en el acontecer diario, su aplicabilidad y puesta
en práctica en los juzgados de la República no siempre se hacen evidente.
Los resultados de la investigación benefician en primer lugar, a todos los
involucrados en la materia civil , especialmente a los estudiantes de Derecho,
S
O
D
A
ante el incumplimiento e inobservancia de tan importante
V principio constitucional, a
R
E
través de la obtención de nuevos conocimientos
ES e información, en cuanto a las
R
S
O
H
medidas que pudieran ejercerse
a fin de asegurar su cumplimiento.
C
E
R
DE
abogados litigantes y a todas aquellas personas que pueden verse lesionadas
Evidentemente, se trata de un tema vigente, por cuanto la Tutela Judicial
Efectiva, es un elemento fundamental que debe observarse y garantizarse en
cualquier proceso, y entre ellos, en los procesos de partición de herencia. Resulta
pertinente además, por cuanto diariamente, se ventilan en los tribunales del país
procesos de esta índole, los cuales son decididos extemporáneamente, cuando
algunos de los bienes en litigio ya han sufrido deterioro total o parcial.
Además, que implicó una oportunidad para exigir del Estado que, a través;
de sus órganos jurisdiccionales asuma y requiera de la magistratura en su tarea el
irrestricto respeto de los derechos de la persona, dentro de un clima de tolerancia
y de consideración. Teniendo presente la observancia permanente y constante de
la supremacía de la carta fundamental que orienta e inspira el ordenamiento
jurídico vigente en aras de que se llegue al día en donde las causas judiciales
cualquiera sea su naturaleza o especialidad, sean desarrolladas con todas las
garantías de la administración de justicia y los principios que están implícitos
conforme a la Constitución Nacional, en pro de la seguridad jurídica y se alcance
23
así la tan anhelada paz social en justicia, en tutela del fin supremo de la sociedad
y del Estado.
Delimitación de la Investigación
Este trabajo de investigación se encuentra en el ámbito del Derecho
Procesal Civil, así como también se halla estrechamente relacionado con el
Derecho Constitucional.
Los autores que serán utilizados en esta investigación son de diversos
criterios, dentro de los cuales encontramos: Barragán. Carlos (1999), Borjas,
Arminio (1973), Cabanellas, Guillermo (1996), Granadillo. Nancy (2010),
Maldonado, Pedro (2003), entre otros.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
Los cuerpos normativos utilizados para el desarrollo de la investigación son:
H
C
E
ER
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Código Civil, Código de
D
Procedimiento y del mismo modo se recurrirá a los criterios establecidos en la
jurisprudencia nacional dentro de las que destacan la Jurisprudencia de la Sala de
Casación Civil, Sala Constitucional, Sala de Casación Social y la Civil.
Por último, es importante agregar que el ámbito geográfico de realización
de la investigación se circunscribe al Municipio Maracaibo del Estado Zulia,
aunque los resultados obtenidos generaran aportes que podrán ser utilizados
dentro del ordenamiento jurídico del Territorio Nacional.
El periodo de tiempo, en el cual se llevo a cabo este trabajo, es en el mes
de enero de 2011 y concluirá en el mes de diciembre del presente año.
24
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
Antecedentes de la Investigación
Martínez (2009) presenta un trabajo de investigación “Análisis del artículo
26 constitucional de la Republica Bolivariana de Venezuela (CRBV) con la
finalidad de establecer como el Tribunal Supremo de Justicia ubica la Tutela
Judicial Efectiva como una garantía jurisdiccional Nacional”. El objetivo de este
estudio fue explicar el alcance del Artículo 26 de la CRBV, estudiar la garantía
jurisdiccional, y estudiar la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia. Sala
S
DO
A
V
R
Constitucional. Expediente 03-2290. Decisión Nº 97 de fecha 02 de marzo de 2005
E
ES
R
S
O
del Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz.
H
C
E
ER
Como resultado se observa que explicando el alcance del artículo 26
D
constitucional, el Tribunal Supremo de Justicia ubica la Tutela Judicial Efectiva
como una garantía jurisdiccional de contenido complejo que no obedece
ciegamente a las pretensiones del acciónate y su derecho a una sentencia
favorable sino a imperativos y principios legales y procesales que aseguran se
dicte una resolución fundada en derecho.
Asimismo, la sentencia respalda la visión doctrinaria amplia y moderna de la
tutela judicial efectiva involucrando en su contenido desde el derecho de acceso al
órgano jurisdiccional hasta el derecho a la ejecución de las decisiones
jurisdiccionales.
La decisión objeto de revisión se apartó de la interpretación que ha hecho
esta Sala Constitucional sobre el derecho constitucional a la obtención de una
tutela judicial efectiva, al acceso a la justicia y al principio pro actione, según los
cuales todo ciudadano tiene derecho a acceder a la justicia, al juzgamiento con las
garantías debidas, a la obtención de una sentencia cuya ejecución no sea ilusoria
y a que los requisitos procesales se interpreten en el sentido más favorable a la
admisión de las pretensiones procesales. En efecto, esta Sala
25
señalo que el
principio pro actione forma parte del núcleo esencial de los derechos
fundamentales a la tutela judicial eficaz y al debido proceso.
Ciertamente, la
Sala estimo que es contrario al artículo 26 de la
Constitución que la Sala Político-Administrativa declare inadmisible una demanda
y ordene el archivo del expediente cuando considere el tribunal que no es con
competencia para su conocimiento, pues de ese modo, dicha decisión se estaría
fundamentando en una interpretación literal que no toma en cuenta los criterios de
esta Sala que antes fueron expuestos en relación con el favorecimiento al derecho
de acceso a la justicia, al derecho a la acción y, en definitiva, con la absoluta
garantía del derecho a la tutela judicial efectiva.
S
O
D
A
Alfonso (2009) realizó una investigación tituladaV
“Tutela Judicial Efectiva en
R
E
S objetivo específico se planteó
los procesos de partición de la herencia”.
El primer
E
R
S
O de la Tutela Judicial Efectiva. Para lograrlo se
H
Describir el principio constitucional
C
E
realizó una revisión
documental de los autores del tema, y con base a una análisis
DER
reflexivo y un proceso de síntesis, quien escribe destaca aquellos aspectos que
considera son la esencia de dicha garantía constitucional.
Así quien escribe afirma que la tutela judicial efectiva, es el principio según
el cual cualquier persona puede y debe ser protegida y amparada en el ejercicio
pacífico de sus pretensiones ante la justicia para que estas sean satisfechas. Lo
que no quiere decir aceptadas, sino resueltas razonadamente con arreglo a
derecho y en un lapso razonable, a lo largo de un proceso en el cual todas las
personas titulares de derechos e intereses afectados por dichas pretensiones
puedan alegar y probar lo pertinente a la defensa de sus respectivas posiciones.
Asimismo, dicha garantía implica para los administrados, la obligación de
someter la tramitación de sus pretensiones a los órganos jurisdiccionales
establecidos en las leyes adjetivas, así como también la de no obstruir, de manera
alguna, la administración de justicia desarrollada por el Estado en cumplimiento de
sus funciones, lo que conlleva la obligación de no realizar actos inútiles ni
innecesarios a la defensa del derecho que se pretenda sea declarado. El proceso,
26
es una serie de actos que se desenvuelven progresivamente, con el objeto de
resolver, mediante juicio de la autoridad el conflicto sometido a su decisión.
Razón por la cual el Proceso Civil Venezolano está embanderado por el
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, asegurándose que el ejercicio de ese
derecho da pie al derecho de acción por el que todo sujeto puede recurrir al
órgano jurisdiccional, es decir, hace ver que el derecho de acción se da gracias al
ejercicio de un derecho previo, y por tanto superior. Desde esta perspectiva, quien
escribe observa que el Derecho a la Tutela Judicial Efectiva, implica un derecho
humano, un derecho fundamental y un derecho procesal, que implica a su vez
varios contenidos.
S
O
D
A
El Derecho a la Tutela Jurisdiccional entendidoV
como derecho humano, es
R
E
el derecho que tiene toda persona deR
acceder
ES al sistema judicial, para que los
S
H
órganos llamados a resolver
suO
pretensión la estudien y emitan una resolución
C
E
R
motivada conforme
DE a derecho, figura como tal en la Declaración Universal de
Derechos Humanos (Art. 10), en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de 1966
(Art. 14), en el Convenio de Roma para la Protección de Derechos Humanos y de
las Libertades Fundamentales (Art. 6), así como en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (Art. 8).
Por su parte, el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (CRBV, 1999), lo consagra un derecho fundamental al establecer que
toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia
para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la
tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente, concatenado con el artículo 49 ejusdem sobre el debido proceso.
De allí que resulta evidente que la Constitución, reconoce el carácter fundamental
del derecho a la tutela jurisdiccional, como una norma operativa, de tal manera
que es de aplicación directa; es decir, tiene fuerza derogatoria respecto de las
normas que supongan una contravención a su vigencia.
27
Asimismo el Derecho a la Tutela Jurisdiccional Efectiva como Derecho
Procesal, implica el derecho a la acción y a la contradicción. En tal sentido, si bien
se trata de un derecho fundamental, empero su ejercicio no es en absoluto
susceptible de ser ejercitado en todo caso y al margen del proceso legalmente
establecido, sino dentro de éste y con cumplimiento de sus requisitos,
interpretados de manera razonable y que no afecten su contenido.
Por otra parte, el acceso a la tutela jurisdiccional comporta el acceso a
órganos judiciales mediante el ejercicio del derecho a la acción y a la
contradicción, que no se excluya el conocimiento de las pretensiones u
oposiciones en razón de su fundamento y que no se obstaculice su acceso.
S
O
D
A
Igualmente se debe resaltar, que este derecho
V a la tutela jurisdiccional
R
E
despliega sus efectos en tres momentos
distintos:
ES uno, acceso a la justicia; dos,
R
S
O la defensa y obtener solución en un plazo
H
una vez en ella, que sea
posible
C
E
ER
razonable; y D
tres,
una vez dictada la sentencia, la plena efectividad de sus
pronunciamientos. El derecho, por tanto, despliega sus efectos en tres momentos
distintos: (a) en el acceso a la justicia, (b) en el proceso ya iniciado (debido
proceso), (c) una vez dictada la sentencia, para su plena efectividad.
Finalmente, opina el autor que la tutela judicial efectiva constituye una
garantía constitucional sine qua non para el logro de los fines del derecho justicia,
equidad, bien común en pro de un fin ulterior como lo es la suprema felicidad
social.
González (2006) presento una investigación titulada “Reformulación del
actual procedimiento interdictal Restitución a la Luz de la Jurisprudencia patria y el
Derecho Comparado. Este estudio tuvo como objetivo fundamental analizar en
detalle el marco conceptual y procedimental vigente en Venezuela, en lo
relacionado a los “interdictos posesorios” así como considerar la polémica surgida
en la praxis forense nacional, en virtud de la diversidad de criterios emanados del
Tribunal Supremo de Justicia, en torno al mencionado procedimiento:
28
El estudio jurídico – teórico desarrollado permite determinar deficiencias en
el marco sustantivo que rige a los interdictos en el Derecho positivo venezolano,
imponiendo una Reforma, similar a la Italiana en vigencia que revierta en normas
mas concisas en inequívocas al respecto,
y por otra parte sentar posiciones
acuciosamente razonadas en torno a la polémica judicial señalada, con apoyo
incluso de la experiencia extranjera sobre el particular, estimando indispensables
seguir por el momento, el procedimiento innovador expuesto, por la sala de
casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, mientras se diseña y adopta
definitivamente el nuevo procedimiento acorde a
las exigencias del moderno
marco constitucional venezolano, que estatuye la noción de Tutela Judicial
OS
D
A
V
R
Jiménez (2009) presento una investigación
titulada “Los interdictos y las
E
ES como objetivo general analizar
R
S
determinaciones judiciales”. El estudio
se
planteo
O
H
C
E
los interdictos y E
D lasRdeterminaciones judiciales. La problemática planteada está
efectiva, como paradigma orientador de la actividad jurisdiccional del Estado.
referida a las situaciones en que un tercero que no ha participado de la
controversia judicial, se afecta por una determinación judicial, en la cual su
voluntad ha sido siempre ajena y la afectación lesiona su posesión perturbándolo
o despojándolo. En estos casos, la doctrina dominante sostiene que contra las
determinaciones judiciales no cabe la tutela interdictal por existir medios distintos
de defensa del tercero perturbado o despojado, contra aquella medida o
determinación lesionadora, como es el caso de la acción de tercería, la oposición
de terceros a medidas cautelares.
El autor del estudio expresa que la Jurisprudencia no ha sido constante, al
punto que se encuentran contradictorias en el
Tribunal. José Román Duque
Sánchez, ha dividido la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia en tres
etapas en que la motivación y la decisión del problema planteado es distinto :a)
La primera etapa, que está referida a la posición adversa de la Casación fundada
en la jurisprudencia del 21 de octubre de 1929, en la cual se estableció que las
condiciones de procedencia de la acción interdictal, como son la violencia y el
clandestinaje, eran imposible de darse en un acto cumplido por una autoridad
29
judicial dentro de las normas legales. b) La segunda etapa, es sucedánea de la
reforma de nuestro Código Civil en 1942, pues al eliminarse los requisitos de
violencia y clandestinaje como únicos factores del despojo, se consideró necesario
revisar la jurisprudencia instituida anteriormente, adaptarlo a la nueva realidad y
decidir de consiguiente la factibilidad de la tutela interdictal contra las medidas
judiciales y ejecución de sentencia.
En tal sentido, el 20 de diciembre de 1946, consagró la nueva posición.
Dicha jurisprudencia es del tenor siguiente: "Nada tiene que ver aquí la legalidad
del acto considerado en sí mismo y respecto del Juez ; lo que importa en este
caso son las repercusiones injustas que pueda tener el acto contra personas
OS
D
A
V
R
ejecuciones, y medidas o providencias judiciales,
por
legítimas que sean, pueden
E
S
E
SR
perjudicar a terceros que no tuvieron
ocasión de defenderse en el juicio; estos
O
H
C
E
terceros tienen varias
DER vías entre las cuales pueden optar para defenderse de
extrañas al juicio y que no debieran sufrir sus consecuencias. Las sentencias y sus
dichos perjuicios; una de ellas es la interdictal, como se reconoce en doctrina y
jurisprudencia.
La máxima res inter alios indicatae ali no periudicandt, se aplica no solo a
las sentencias, sino con mayor razón a toda determinaciones o medida del Juez
en el proceso, con lo cual queda dicho que no pueden aplicarse ni oponerse a
terceros, porque sus efectos han de limitarse a las partes que intervinieron en el
juicio y a sus causa habientes".
Esta sentencia posteriormente fue ratificada por decisión en 1957 y ya en la
nueva república el 6 de marzo de 1959, ante ponencia del Dr. José Román Duque
Sánchez, el cual se acogió a la jurisprudencia de 1946, con la siguiente
introducción : "La jurisprudencia de 1929, sentada cuando para la acción de
despojo se requería violencia o clandestinidad, condiciones imposibles de darse
en un acto cumplido por una autoridad judicial dentro de las normas legales, tiene
hoy bajo el nuevo Código Civil, en nuevo alcance al eliminarse esas condiciones,
pues aún tratándose de actos de autoridad cumplidos dentro del marco legal,
como es la ejecución de una sentencia que conlleva al entrega material a un
30
tercero de un inmueble en poder del demandado a quien se le quita contra su
voluntad, puede significar despojo para un tercero, a los solos efectos del
interdicto posesorio por el ejercible. El Diccionario de la Lengua Española dice:
"despojar, privar a uno de lo que goza y tiene, desposeerlo con violencia. Quitar
jurídicamente la posesión de los bienes o habitación que uno tenía, para dársela a
su legítimo dueño, procediendo sentencia para ello".
"Más cónsona con la nueva disposición del artículo 783 del Código Civil, es,
por tanto, la jurisprudencia de la extinguida Corte Federal y de Casación del 20 de
diciembre de 1946".
S
O
D
A
contra las determinaciones judiciales, en ponencia del
VDr. Duque Sánchez: "En
R
E
cuanto a las determinaciones y medidas
judiciales
ES y ejecuciones de sentencias si
R
S
Oes o fue en el juicio en que se libraron no puede
H
bien no cabe de que contra
quien
C
RE
combatirlas con
un interdicto, porque en lo petitorio va ínsito lo posesorio, en
DE
Añade de inmediato esta jurisprudencia partidaria de la tutela interdictal
cambio respecto de los terceros perturbadores por esos actos legítima, la
verdadera doctrina y la verdadera jurisprudencia es que dichos terceros tienen
abierta la vía interdictal para defender su posesión contra tales actos y medidas,
sean preventivas o de ejecución".
La tercera etapa provocada por las innumerables críticas que recibió la
jurisprudencia del 46, confirmada en el 59, vuelve a la doctrina del 29 y reactualiza
la tesis e no ser procedente la vía interdictal contra las determinaciones judiciales.
Esta nueva postura jurisprudencial arranca con la decisión de la Corte del 2 de
junio de 1965, en ponencia del Dr. Carlos Acedo Toro, que recibe el apoyo del Dr.
Duque Sánchez, ponente de la anterior jurisprudencia al considerar éste que
estuvo "convencido por los nuevos argumentos contenidos en dichos fallo". Esta
sentencia es del siguiente tenor:
".... El despojo es el fruto del acto arbitrario, y como tal ilícito, del mismo
interesado que procede por su propia autoridad. Lo ordenado y ejecutado por la
31
autoridad judicial legítima no puede constituir despojo, porque el despojo es ilícito
y lo que la autoridad judicial hace dentro de sus atribuciones es ilícito.
Si en la práctica tales actos llegan a lesionar de algún modo en sus
derechos a terceros, ellos pueden valerse de las vías legales que garantizan esos
derechos, pero no de la vía interdictal posesoria, destinada exclusivamente a
obtener la restitución en caso de despojo, pues repetimos, no se puede hablar de
despojo cuando se trata de actuaciones legales de una autoridad judicial legítima
en ejercicio de sus funciones.
De otro modo se llegaría a consecuencias que la más elemental lógica
S
O
D
A
ocurre preguntar: ¿Quién es el despojador? El particular
V que solicitó la medida, o
R
E
el juez que la decretó por ministerio de
su S
autoridad legal, y sin que nadie lo
E
R
S
O
Hpueda dudarse de que, en tal caso, lo sería el Juez,
obligara a ello No parece C
que
E
R aunque solicitada por un particular, es obra y
ya que dicha
DEmedida,
rechaza. En efecto, si el despojo al acto judicial de embargo de unos bienes,
responsabilidad exclusiva del funcionario judicial.
Y si tal es el caso, llevando las cosas hasta sus últimas consecuencias,
habría que concluir que, de ser declarado con lugar el interdicto, se debería
imponer necesariamente las costas al autor del despojo, o sea, al Juez que
decretó el embargo, en cumplimiento de lo previsto en el artículo 604 del Código
de Procedimiento Civil, que ordena condenar en costas, en la decisión respectiva
del interdicto, a quien resultare despojador o perturbador. Estas costas por
ministerio de la Ley son de impresión imperativa como tiene establecido esta
Corte".
La sentencia comentada expone el ejemplo de la determinación judicial por
medio del cual se embargan bienes que son de terceros, y fundándose en el Art.
469 del Código de Procedimiento Civil señala, que para hacer oposición a una
medida de embargo se requiere al prueba fehaciente del derecho a poseer o tener
32
la cosa por acto jurídico que la Ley no considera inexistencia, lo que en materia
interdictal está descartado por requerirse a estos fines solo el hecho posesorio.
Bases Teóricas.
Tutela Judicial Efectiva
La tutela judicial efectiva es uno de los derechos reconocidos con el rango
de fundamental por el artículo 24.1 de la Constitución Española. Sistemáticamente,
dicho artículo se encuentra ubicado en la Sección 1º ("De los Derechos
S
DO
A
V
R
Fundamentales y las libertades públicas"), del Capítulo II "(derechos y libertades)", del
SE
E
R
Perozo y Montaner (2007) para
OS el estudio del derecho a la tutela judicial
H
C
efectiva se debe previamente
ERE aclarar lo que se entiende por tutela judicial efectiva,
D
ya que existen dos corrientes a saber: Una corriente ha señalado que la tutela
Título I (De los españoles y los extranjeros).
judicial efectiva se limita a lo establecido en el Art. 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), que establece: “Toda persona
tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer
valer sus derechos e intereses, e incluso los colectivos o difusos, a la tutela
efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente…”
(Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Art. 26).
Por su parte, Pico (1997) argumenta que el derecho a la tutela judicial
efectiva comprende -palabras del Tribunal Constitucional Español- un contenido
complejo que incluye los siguientes aspectos: el derecho de acceso a los
tribunales; el derecho a obtener una sentencia fundada en derecho congruente; el
derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales; y el derecho al recurso
legalmente previsto.
En el mismo orden de ideas, Carroca (1998) expresa que la tutela judicial
efectiva garantiza: la posibilidad de acceder a los órganos jurisdiccionales
iniciando un proceso; la obtención de una sentencia motivada que declare el
33
derecho de cada una de las partes; la posibilidad de las partes de poder interponer
los recursos que la ley provea; y la posibilidad de obtener el cumplimiento efectivo
de la sentencia.
También es partidario de esta corriente Rivera (2002), para quien la tutela
judicial efectiva no solo supone el derecho de acceso a la justicia y a obtener con
prontitud la decisión correspondiente, sino que comporta de igual forma la
obligación que tiene la Administración de justicia, en respeto del derecho
constitucional a la igualdad prevista en el artículo 21 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), y a decidir una controversia de una
manera imparcial y equitativa.
S
O
D
A
El derecho a la tutela judicial efectiva apunta a
Vgarantizar un mecanismo
R
E
eficaz que permita a los particulares restablecer
ES una situación jurídica vulnerada y
R
S
H
está integrado por el derecho
deO
acceso; el derecho a la gratuidad de la justicia; el
C
E
R
E
derecho a una
sin dilaciones indebidas, oportuna, fundamentada en
Dsentencia
derecho y congruente; a la tutela cautelar y a la garantía de la ejecución de la
sentencia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).
Igualmente, Escovar (2001) se inclina por la corriente que se enmarca en el
artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), y
al analizar la tutela judicial efectiva ha expresado que el concepto es de raigambre
española
y
se
encuentra
estrechamente
vinculado
con
la
indefensión,
involucrando a otros principios como son: el derecho al acceso a los tribunales; el
derecho a la efectividad de las decisiones judiciales; y el derecho al ejercicio del
recurso previsto en la ley.
Al comentar el principio del debido proceso señala que es el concepto
aglutinador de lo que se ha llamado el derecho constitucional procesal, que como
principio constitucional alude a la suma de los derechos y garantías procesales
consagradas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).
34
En todo caso, este criterio evidencia una clara distinción del derecho
constitucional procesal del debido proceso, y el derecho a la tutela judicial efectiva,
hasta el punto de considerar, que dentro del derecho al debido proceso, se
encuentra el derecho a la tutela judicial efectiva.
Puede observarse que, para los autores previamente citados el derecho a la
tutela judicial efectiva se circunscribe únicamente a lo establecido en el artículo 26
de la, Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(1999), sin
involucrar la suma de las garantías procesales consagradas en el artículo 49 de la
Carta Magna.
S
O
D
A
suma de todos los derechos constitucionales procesales
V plasmados en el artículo
R
E
49 de la Constitución de la República Bolivariana
ES de Venezuela (1999), es decir,
R
S
H
que por tutela judicial efectiva
seO
entiende el derecho de acceso a los órganos de
C
E
R
administraciónD
deEjusticia, el derecho a una justicia gratuita, accesible, imparcial,
En contraparte, otra corriente considera que la tutela judicial efectiva es la
idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa, expedita,
sin dilaciones indebidas, sin formalismos, sin reposiciones inútiles, derecho al
debido proceso, derecho a la defensa, derecho a ser notificados de los cargos que
se imputan, derecho a la presunción de inocencia, derecho de acceso a las
pruebas, derecho a ser oído en toda clase de proceso, derecho a un tribunal
competente, derecho a intérprete, derecho a ser juzgado por jueces naturales y
derecho a no confesarse culpable, entre otros.
Esta corriente encuentra sustento en la Sentencia de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 27 de abril de 2001, Nº 576,
expediente Nº 00-2794, que ha expresado:
“La Constitución de la República en su artículo 26 consagra la garantía
jurisdiccional, también llamada el derecho a la tutela judicial efectiva, que ha sido
definido como aquel, atribuido a toda persona, de acceder a los órganos de
administración de justicia para que sus pretensiones sean tramitadas mediante un
proceso, que ofrezca una mínima garantía (…).
35
Es, pues, la garantía jurisdiccional, el derecho de acceso a la justicia
mediante un proceso dirigido por un órgano (…) para conseguir una decisión
dictada conforme el derecho (…)”.
Puede apreciarse de la precedente sentencia que no basta con el hecho de
que el ciudadano acceda a los tribunales, sino que se requiere la sustanciación de
un juicio apegado al debido proceso, que se dicte una sentencia ajustada a
derecho, y finalmente, que sea efectiva; es decir, que la decisión se pueda
ejecutar.
Según Jiménez (2004) puede apreciarse que la Sala Constitucional del
S
O
D
A
bastante amplio que involucra no sólo el acceso a V
la justicia y a obtener una
R
E
S las garantías constitucionales
decisión razonada y justa, sino que también
Eincluye
R
S
Oel artículo 49 de la . Constitución de la República
H
procesales que se encuentran
en
C
ERE (1999).
Bolivariana deD
Venezuela
Tribunal Supremo de Justicia considera la tutela judicial efectiva como un derecho
En este sentido, Molina (2002) considera que la tutela judicial efectiva es
una garantía constitucional procesal que debe estar presente desde el momento
en que se accede al aparato jurisdiccional, hasta que se ejecuta de forma
definitiva la sentencia dictada en el caso concreto, es decir, que una vez
garantizado el acceso a la justicia, cada uno de los demás principios y garantías
constitucionales que informan al proceso, tales como el debido proceso, la
celeridad, la defensa y la gratuidad deben ser protegidos en el entendido de que el
menoscabo de alguna de esas garantías, estaría al mismo tiempo vulnerando el
principio a la tutela judicial efectiva.
Dentro de esta corriente también se enmarca Díaz (2004) para quien la
tutela judicial efectiva se materializa a través del proceso constituido por: el libre
acceso de los ciudadanos de los órganos jurisdiccionales, la plena protección
cautelar, la sustanciación de un proceso debido conforme a las garantías
procesales fundamentales, la correcta aplicación del derecho al caso concreto y
una efectiva ejecución de lo sentenciado.
36
Tomando en cuenta los conceptos emitidos por tan reconocidos juristas se
identifican dos corrientes claramente diferenciadas, la primera que limita el
alcance de la tutela judicial efectiva a lo establecido en el art. 26 de la CRBV que
engloba los siguientes derechos: el derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia., el derecho a obtener una sentencia motivada, justa,
correcta y congruente, el derecho a recurrir de la sentencia y el derecho a ejecutar
las decisiones judiciales. Esta corriente no involucra los derechos o garantías
constitucionales procesales establecidas en el artículo 49 de la , las cuales se re
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), confieren al debido
proceso legal.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
Por otra parte, se tiene una segunda corriente que plantea que la tutela
H
C
E
ER
judicial efectiva está conformada por los artículos 26 y 49 de la Constitución de la
D
República Bolivariana de Venezuela (1999) lo cual convierte a la tutela judicial
efectiva en un amplio derecho protector del ciudadano.
Garantías que Integran el Derecho a la Tutela Judicial Efectiva
La definición de la tutela judicial efectiva dentro de la cual se enmarca esta
investigación presenta un conjunto de derechos que desde un enfoque sistémico
conforman esta institución jurídica de carácter universal. Tales derechos son los
siguientes: derecho de acceso a los órganos jurisdiccionales, derecho al debido
proceso; decisión ajustada a derecho; derecho a recurrir de la decisión y derecho
a ejecutar la decisión.
Derecho de Acceso a los Órganos Jurisdiccionales
El acceso a los órganos de la Administración de Justicia, manifestación de
la tutela judicial efectiva, se materializa y ejerce a través del derecho autónomo y
abstracto de la acción, a través de la cual, se pone en funcionamiento o se activa
el aparato jurisdiccional, en busca de un pronunciamiento, sea éste favorable o no
37
al accionante, por lo que al ejercitarse la acción y obtenerse un pronunciamiento
jurisdiccional, el cual pudiere acoger o no la pretensión del accionante, el derecho
o garantía constitucional de la acción queda satisfecho, pues ésta no mira al
pronunciamiento favorable del sujeto que haya ejercido la acción.
El pronunciamiento judicial es el elemento que satisface a la acción,
pronunciamiento que puede ser acogiendo la tesis del acciónate, desestimándola,
incluso negando la admisión de la pretensión del acciónate, situación esta última
que también satisface el derecho de acción, pues hubo un pronunciamiento
judicial producto del ejercicio del derecho de acción.
S
O
D
A
manifestación de la tutela judicial efectiva, se obtiene del
V Estado -encarnado en el
R
E
órgano de administración de justicia- proceso,
ESpor conducto del cual se llega a la
R
S
Ojudicial.
H
jurisdicción, es decir, a la decisión
C
ERE
D
Sobre esta manifestación de la garantía de la tutela judicial efectiva,
Cuando se ejercita el derecho constitucional de la acción como
Carroca (1998), manifiesta que el ordenamiento jurídico debe asegurar a todo
sujeto que estime que un interés no le es reconocido o respetado, pueda acudir a
los órganos jurisdiccionales, disponiendo de los cauces procesales adecuados
para ellos, con la finalidad de perseguir a través de la acción jurídica un
pronunciamiento jurisdiccional que declare un derecho en el caso concreto, es
decir, pueda procurar obtener una tutela judicial efectiva.
El derecho de acceso a los órganos de administración de justicia es un
derecho ejercitable por los medios legales -derechos de configuración legal- por lo
que si al ejercitarse la acción, la pretensión contenida en la demanda o solicitud no
llena con los requisitos o presupuestos procesales establecidos en las leyes, debe
declararse inadmisible la demanda o solicitud, declaratoria ésta que satisface
enteramente el derecho de acción como emanación del acceso a los órganos de
administración de justicia, comprendido en la garantía de la tutela judicial efectiva,
dicho de otra manera la declaratoria de inadmisión de una demanda o solicitud
que no cumpla con los requisitos predeterminados en la ley, sin la previa
38
tramitación de un proceso como lo sostiene Carroca (1998), no lesiona la garantía
constitucional a la tutela judicial efectiva.
De esta manera, en materia civil, si la demanda es contraria al orden
público, las buenas costumbres o a alguna disposición expresa de la ley, la misma
deberá declararse inadmisible, caso en el cual, se dio cabal cumplimiento al
derecho constitucional de accionar a la garantía de acceso a los órganos de
administración de justicia y en consecuencia a la tutela judicial efectiva.
A este respecto,
Junoy (1997), expresa que el derecho al acceso a la
justicia como manifestación de la tutela judicial efectiva es un derecho de
S
O
D
A
cauces y procedimientos legalmente establecidos, por
V lo que los requisitos y
R
E
S puramente ritual del operador
presupuestos procesales no respondenR
al E
capricho
S
Ode ordenar el proceso a través de ciertas
H
legislativo, sino a la necesidad
C
EREestablecidas en garantías de derechos e intereses
formalidades D
objetivas
prestación de configuración legal; el cual no puede ejercitarse al margen de los
legítimos de las partes.
En tal virtud, el camino al aparato judicial debe mantenerse siempre libre de
cualquier tipo de obstáculos, ya sean económicos, sociales o políticos.
Tradicionalmente los obstáculos económicos han sido los más nefastos en esta
materia, siendo el contraprincipio “solve et repete” su más fiero exponente. Esta
regla puede resumirse bajo la frase “pagar para poder reclamar”, pues sujeta la
impugnación de tributos liquidados o sanciones pecuniarias determinadas, al
previo pago de los mismos.
En el Estado venezolano, dicho principio se considera abolido según
sentencia de la Corte Suprema de Justicia en Sala Político Administrativa de fecha
14-10-1990, caso SCHOLL VENEZOLANA, C.A.
Tal criterio ha sido ratificado, al menos en sede cautelar, por la Sala
Constitucional en reciente fallo de fecha 18 de mayo de 2004, caso Agencias
Generales Conaven CA, a través del cual suspendió preventivamente los efectos
de la norma que consagra el “solve et repete” en la Ley Orgánica de Aduanas
39
(LOA), por considerar que existen indicios graves de violación a la tutela judicial
efectiva de los contribuyentes:
“De allí que como se desprende de la disposición antes transcrita, se
requiere de la parte afectada el pago de la obligación o de que se caucione
“suficientemente”, de lo cual la Sala presume una restricción al derecho a la tutela
judicial efectiva que comporta el acceso a la justicia, en los términos consagrados
en el artículo 26 (…), la Sala (…) suspende la aplicación del artículo 133 de la Ley
Orgánica de Aduanas, hasta tanto se decida el recurso interpuesto; suspensión
que tiene efecto erga omnes en virtud del carácter normativo del acto contra el
cual opera la cautela. Así se decide”.
S
O
D
A
Si bien esta regla para Uribe (2002), se consideraba
V execrada de nuestro
R
E
S de la doctrina lo considera
ordenamiento jurídico tributario, algún
Esector
R
S
O de la suspensión automática de los actos
H
reinstituido, en virtud de la
eliminación
C
E
ER
tributarios porD
obra
de su impugnación, efectuada por el artículo 263 del Código
Orgánico Tributario de 2001.
En síntesis, el derecho de acceso a la justicia confiere a todos los
ciudadanos, la posibilidad de presentar sus conflictos a los tribunales
competentes, y desde ese momento se comienza a ejercer el derecho a la tutela
judicial efectiva.
Derecho al Debido Proceso
Para Díaz (2004) el derecho al debido proceso supone la sustanciación del
juicio con arreglo a las garantías fundamentales de índole procesal, las cuales
fundamentalmente protegen el derecho a la defensa, así como la certeza y
seguridad jurídicas.
Asimismo,
Jiménez (2004) plantean que el Estado debe garantizar el
conjunto mínimo de garantías procesales sin lo cual el proceso judicial no será
justo, razonable y confiable, garantías éstas que permiten la efectividad de la
justicia, que aseguran el derecho material de los ciudadanos frente a los órganos
40
de Administración de Justicia y que le establece limitaciones al poder ejercido por
el Estado por medio de los tribunales para afectar a los ciudadanos.
En este orden de ideas, Escovar (2001) argumenta que el debido proceso
es el concepto aglutinador de lo que ha llamado derecho constitucional, que como
principio constitucional alude a la suma de los derechos y garantías procesales
consagrados en la Constitución que le permite al justiciable obtener una justicia
pronta y efectiva.
Resulta pertinente acotar que tal como lo exponen los autores citados el
derecho al debido proceso engloba una serie de garantías, que se encuentran
S
O
D
A
Venezuela (1999), demos sintetizar tal como sigue:Vel derecho a la defensa
SE2º);Rel derecho a ser oído por el
(ordinal 1º) ; la presunción de inocenciaR
(ordinal
E
S
H
tribunal competente (ordinal
3º);O
el derecho al juez natural (ordinal 4º); derecho a
C
ERE(ordinal 5º); el principio de validez de la confesión sólo si
no confesarseD
culpable
consagradas en el artículo 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de
se ha hecho sin coacción (ordinal 6º); el principio de nulla crimen nulla poena sine
lege (ordinal 7º); el derecho a obtener reparación del Estado por los errores
judiciales (ordinal 8º).
En resumen puede definirse el derecho al debido proceso como un derecho
individual de carácter fundamental integrado por un conjunto de garantías
constitucionales procesales mínimas que permiten un proceso justo, razonable y
confiable.
Decisión Ajustada a Derecho
Para Bello (2004) el operador de justicia, al momento de emitir su decisión,
fallo o pronunciamiento, debe analizar los elementos de hechos controvertidos en
el proceso, esto es determinar cuáles fueron los hechos alegados por el actor en
su escrito liberal que fueron rebatidos por el demandado al momento de presentar
su contestación de la demanda, para posteriormente fijarlos a través de la
valoración de los medios probatorios aportados por las partes o que oficiosamente
haya ordenado, construyendo de esta manera la premisa menor del silogismo
41
judicial; una vez fijados los hechos previo el análisis de los medios probatorios, el
operador de justicia debe construir la premisa mayor del silogismo judicial,
escogiendo las normas jurídicas que aplicará al caso concreto y donde subsumirá
los hechos fijados -premisa menor- normas éstas que no necesariamente tienen
que ser las señaladas por las partes.
A partir de esto, el juzgador en función del principio iura novit curia, aplica el
derecho con independencia de las apreciaciones e invocaciones de las partes;
fijada la premisa menor y construida la premisa mayor, subsumido los hechos
fijados del caso concreto en la norma jurídica escogida por el juzgador para
resolver el caso concreto, debe producirse la consecuencia contenida en la norma,
S
DO
A
V
R
la cual será en definitiva la que contenga la solución del caso concreto y que se
E
ES
R
S
O
traducirá o convertirá en el dispositivo del fallo.
H
C
E
ER
Es así como, se cae en el campo de la motivación de la sentencia, donde el
D
juzgador en la misma debe dar las explicaciones que justifiquen el dispositivo del
fallo como se ha venido señalando, es el producto de la construcción de la
premisa menor y mayor del silogismo judicial y de la actividad de subsumir los
hechos concretos en el supuesto abstracto de la norma, actividades intelectuales
éstas que deben constar en el cuerpo de la decisión.
La sentencia debe estar motivada y esta motivación se hace a través de las
argumentaciones de hecho y de derecho que expliquen las razones que tuvo el
juzgador para acoger o no la pretensión, en otras palabras, el dispositivo del fallo
debe ser el producto de una motivación donde se explique las razones de la
actividad intelectual del juzgador para la construcción de las premisas y la
determinación de la consecuencia jurídica.
Escovar (2001), explica que una decisión cumple con el fundamental
requisito de la motivación, cuando expresa sus razones a través de contenidos
argumentativos finamente explicados, lo que significa, que el juzgador la ha
elaborado con objetividad y en condiciones de imparcialidad, es decir, que como
42
razonado, la motivación permite conocer el criterio que ha asumido el juez antes
de haber tomado la decisión.
Al respecto agrega que la manera de saber si un fallo está motivado, es
cuando el material jurídico suministrado en la sentencia, permite conocer cuál ha
sido la aplicación del derecho al caso concreto, a partir del enunciado contenido
en la premisa mayor del silogismo, es decir, habrá motivación en la medida que
sea posible conocer el criterio utilizado por el juzgador para abordar el fondo del
asunto jurídico debatido. De esta manera, se podría señalar que la motivación de
la sentencia son las explicaciones que justifiquen el dispositivo del fallo.
S
O
D
A
que debe cumplir la sentencia y que consiste en la identidad
V o correspondencia
R
E
formal que debe existir entre la decisión
EySlas contrarias pretensiones de las
R
S
Odiferencia entre lo decidido y lo controvertido, se
H
partes, por lo que cuandoC
existe
E
produce el vicio
DEdeRincongruencia que vicia de nulidad del fallo. El juez debe
Con relación a la congruencia de la sentencia, éste es uno de los requisitos
resolver sólo lo pedido y todo lo pedido.
Es así como el operador de justicia debe enmarcar su decisión, sobre los
hechos que han sido alegados en la demanda y contradichos en la contestación
correspondiente, es decir, que debe pronunciarse, sólo sobre aquellos hechos que
han sido debatidos o controvertidos por las partes en el proceso, y sobre los
cuales ha recaído la actividad probatoria de éstos, pues si se pronuncia sobre
algún hecho no expuesto por las partes en la fase alegatoria de proceso, se
configura el vicio de incongruencia positiva; en tanto que si deja de pronunciarse
sobre algún hecho controvertido en la litis, se produce el vicio de incongruencia
negativa.
Derecho a Recurrir de la Decisión
Como se ha venido señalando, ese conjunto de actos procesales realizados
ante el órgano jurisdiccional, culmina con la decisión que dictará el operador. En
esta decisión como es lógico, habrá un ganador y un perdedor, y precisamente
aquel sujeto que resulte perjudicado con el fallo dictado, no con los motivos de
43
hecho y de derecho que sostienen el dispositivo del mismo, sino con el propio
dispositivo, constitucionalmente tiene el derecho de impugnar la decisión por la vía
de los recursos legales que regula la Ley.
Es así como salvo los casos excepcionales señalados en la Ley y que se
verán más adelante, todo sujeto perjudicado con la decisión judicial tiene el
derecho a recurrir de la misma, activándose de esta manera el derecho o garantía
constitucional del doble grado de jurisdicción a que se refiere el artículo 49.1 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que constituye igualmente
una manifestación de la garantía a la tutela judicial efectiva a que se refiere el
artículo 26 ejusdem de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
S
DO
A
V
R
SE
E
R
Derecho
OaSEjecutar la Decisión
H
C
ERE
D
El último de los elementos que constituyen una emanación de la garantía a
la tutela judicial efectiva, es precisamente, el derecho a la efectividad de la
decisión judicial, a ejecutar la orden judicial contenida en el fallo emitido, lo cual se
traduce, como expresa Carroca, (citado por Bello y Jiménez, 2004: 136), que el
operador de justicia que por omisión, pasividad o defecto de entendimiento, se
aparta, sin causa justificada de lo previsto en el fallo que debe ejecutarse, o se
abstiene de adoptar las medidas necesarias para su ejecución, cuando le sean
legalmente exigibles, desconoce la garantía a la tutela judicial efectiva a través del
régimen de ejecución y efectividad en el cumplimiento de la decisión judicial.
La cosa juzgada es definida por Couture (citado por Bello y Jiménez,
2004:), como la autoridad y eficacia de una sentencia judicial cuando no existen
contra ella medios de impugnación que permitan modificarla, definición esta de la
cual se infiere, que la cosa juzgada primeramente es una autoridad, que consiste
en la calidad, atributo propio del fallo que emana del órgano jurisdiccional, cuando
ha adquirido el carácter de definitiva; e igualmente es una medida de eficacia, que
se traduce en inimpugnabilidad de la decisión judicial, la cual se produce cuando
la ley impide todo ataque ulterior tendiente a obtener la revisión de la misma
44
materia -nom bis in idem- mediante la invocación de la propia cosa juzgada; en
inmutabilidad o inmodificabilidad, conforme a la cual, en ningún caso, de oficio o a
instancia de parte, otra autoridad puede alterar los términos de la sentencia
pasada en autoridad en cosa juzgada; y coercibilidad, que permite la eventual
ejecución forzada o forzosa de la sentencia.
La cosa juzgada para Henríquez (citado por Bello y Jiménez, 2004), es la
autoridad y eficacia que adquiere una sentencia por haber precluído, sea por
consumación o falta de actividad oportuna, los recursos que contra ella concede la
Ley, cuya eficacia se traduce en tres aspectos: inimpugnabilidad, conforme a la
cual la sentencia no puede ser revisada por ningún otro juez, cuando se hayan
OS
D
A
V
R
idem-; inmutabilidad, según la cual la sentencia no
es
atacable indirectamente, por
E
EelSmismo tema; y coercibilidad; que
R
S
no ser posible un nuevo proceso
sobre
O
H
C
consiste en la eventualidad
ERE ejecución forzada en los casos de sentencia de
D
condena.
agotado todos los recursos que da la Ley, inclusive el de invalidación -nom bis in
De esta manera la cosa juzgada es la calidad o atributo que dimana de la
decisión judicial -autoridad- cuando contra ella no existen medios de ataque que
permitan
modificarla,
que
le
imprime
eficacia,
la
cual
se
traduce
en
inimpugnabilidad de la decisión judicial, inmutabilidad y coercibilidad; en otras
palabras, la cosa juzgada consiste en la autoridad y eficacia que alcanza una
resolución judicial, cuando contra la misma no pueden ejercerse recursos
ordinarios o extraordinarios que permitan su modificación.
En síntesis el derecho a la tutela judicial efectiva exige el cabal
cumplimiento del mandato contenido en la sentencia, por lo que la ejecución de la
sentencia es uno de los atributos esenciales del derecho fundamental a la tutela
judicial efectiva.
45
Convenios y Tratados Internacionales que Contemplan el Derecho a la Tutela
Judicial Efectiva
Desde la perspectiva del derecho internacional el derecho a la tutela judicial
efectiva se encuentra consagrado en diversos tratados aprobados y ratificados por
Venezuela. Entre estos tratados encontramos los siguientes:
a) Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Esta declaración aprobada por la Novena Conferencia Internacional
Americana, en Bogotá, Colombia en 1948, expresa en su artículo XVIII:
S
DO
A
V
R
“Toda persona puede concurrir a los tribunales para hacer valer sus
E
derechos. Asimismo, debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por la
ES
R
S
O
cual la justicia la ampare contra actos de la autoridad que viole, en perjuicio suyo,
H
C
E
ER
alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente”.
D
En este artículo se observa claramente el derecho de acceso a los órganos
de administración de justicia que tiene cualquier persona, el cual se encuentra
consagrado en el Art. 26 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela ( 1999)
b) Declaración Universal de Derechos Humanos.
Esta declaración adoptada por la resolución 217A (III) de la Asamblea
General de las Naciones Unidas del 10 de Diciembre de 1948, establece un
sistema de derecho y garantías judiciales entre las que cabe citar:
El Artículo 8: donde se aprecia que toda persona tiene derecho a un recurso
efectivo ante los tribunales nacionales competentes que la ampare contra actos
que viole sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución o por la ley.
Así como: el Artículo 10: Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena
igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e
imparcial, o para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el
examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
46
De los artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos
anteriormente citados, se observa la consagración del derecho a recurrir de una
decisión y el derecho a ser oída públicamente y con justicia en condiciones de
plena igualdad. Tales derechos se encuentran reflejados en el derecho positivo
venezolano en el Art. 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999),
Convención Americana de Derechos Humanos.
El Capítulo II sobre Derechos Civiles y Políticos de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, suscrita en San José de Costa Rica el 22
S
O
D
A
trascendencia en materia de tutela jurisdiccional, entre V
las que cabe destacar:
R
E
ES a ser oída, con las debidas
R
Artículo 8: “Toda persona
tiene
derecho
S
O
H
C
garantías y dentro R
E deEun plazo razonable por un juez o tribunal competente,
D
independiente e imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la
de Noviembre de 1969, se integra con una serie de disposiciones de relevante
substanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter”.
En el artículo trascrito se hace referencia a las garantías judiciales de las
cuales goza toda persona ante cualquier acusación formulada contra ella; es decir,
el derecho al debido proceso.
Artículo 25: “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución, la ley o la presente convención aún cuando tal violación sea
cometido por personas que actúen en ejercicio de funciones oficiales”.
Se aprecia en el artículo anterior la referencia a la protección judicial por
medio del derecho que tiene toda persona contra actos que violen sus garantías a
ejercer un recurso sencillo, rápido y efectivo ante los tribunales competentes,
47
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos suscrito en Nueva
York el 19 de Diciembre de 1966, establece en su parte II que los Estados se
comprometen a garantizar:
Artículo 2: “Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el
presente pacto hayan sido violados, podrá interponer un recurso efectivo, aún
cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en ejercicio
de sus funciones oficiales”.
En la norma transcrita se reitera el derecho que tiene toda persona a
OS
D
A
V
violación sea cometida por funcionarios públicos E
en R
ejercicio de sus funciones.
ES
R
S
O
H
C
E
DER
recurrir de la sentencia cuando se violan sus derechos sin menoscabo de que tal
Procedimiento Interdictal Contemplado en el Código de Procedimiento Civil
Venezolano
Fundamentación jurídica: Origen y Evolución
La legislación sustantiva y adjetiva en materia civil, regulan los actos y las
acciones jurídicas relativas a la posesión, como un medio de adquirir una cosa, así
como la posesión derivada de un título traslativo o simplemente declarativo de
dominio.
De igual forma regulan las acciones tendientes a la conservación, retención,
restablecimiento y restitución de la posesión, acciones que encontramos
normadas.
Los interdictos posesorios, al igual que muchas instituciones en plena
vigencia en diversos ordenamientos jurídicos en el mundo, tienen según
reconocidos juristas, su génesis en el derecho Romano.
48
En el Derecho Romana la palabra Interdicto (del lat. inter, entre y dictus,
dicho) se refería a la orden dada por un magistrado en un conflicto entre
particulares, por la que disponía la actuación o no actuación de una de las partes,
se refiere a un Juicio sumario, a disposición del poseedor o tenedor de una cosa,
para retenerla o recobrarla.
En este sentido, e iniciando un recorrido histórico, cabe destacar que en
Roma, la protección posesoria se materializaba a través del ejercicio de los
interdictos, entendidos estos como órdenes emanadas del pretor, a solicitud de
las partes, mediante las cuales se procuraba dar fin a la controversia, disponiendo
la exhibición de la cosa, la restitución de la misma o a la abstención de realizar
determinados actos.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
Bonfante citado por Carmona (1994) afirme lo siguiente:
H
C
E
ER
D
En tiempos del Derecho Romano Clásico las disyuntivas para la tutela de la
posesión se denominaba interdicto ya que la defensa posesoria solicitada se
ordenaba en forma extraordinaria por medio del procedimiento de interdicción. De
igual manera el Derecho Justiniano señala que las acciones se denominan
Interdictos, a pesar de haber quedado atrás las características procesales propias,
del procedimiento formulario.
En Roma, se presentaban dos tipos: Interdicta retinandae possessions e
Interdicta recuperandae possessions. Por medio del primero el presunto poseedor
ante la afirmación de estar poseyendo y ser perturbado por terceros que le
impedían el normal ejercicio de su posesión, solicitaba ser mantenido en dicha
posesión. Obedeciendo de la naturaleza, del bien protegido, por el Interdicto, se
expresaban en forma distinta, vale decir, cuando el amparo solicitado se refería a
un bien inmueble, se le dominaba “iuti possidetis” con un lapso fatal de un año
para intentarlo a partir del momento de la expoliación.
49
En el Derecho Justiniano este Interdicto fue asimilado al “uti possidetis” y se
aludía al momento actual que era precisamente el de la interposición del litigio,
puesto que para entonces había diferencias entre los interdictos y otras acciones.
En consecuencia, señala Bonfante citado por Carmona (2000) es importante
decir que los Interdictos “retinandae possessionis” debían hacerse valer dentro de
un año a partir de la fecha en que se había sufrido el daño, siendo útiles también
para establecer a quien correspondía la favorable posesión del poseedor y de
demandado en un juicio petitorio.
Por su parte, los Interdictos recuperandae possessionis se
S
O
D
A
despojado. Estos interdictos se dirigían contra quienVhubiere ejecutado, en su
ER ordenado el mismo.
S
propio nombre o a nombre de otro, el despojo
o
hubiese
E
SR
O
H
Cque los interdictos posesorios son los que constituyen
E
Osorio 2001 agrega
R
DE
concebían para reintegrar a alguien en una posesión de la cual había sido
un procedimiento en materia civil encaminada, a obtener del juez una resolución
rápida que se dicta sin perjuicio de mejor derecho, a efectos de evitar un peligro o
de reconocer un Derecho posesorio.
Santiago (2010) afirma que los Interdictos son procesos sumarios
posesorios, por lo que se definen como: Proceso en que no disputamos sobre la
propiedad, dominio o cuasidominio de alguna cosa o derecho, sino sobre la
retención o recobro de la posesión o cuasiposesión de una cosa, el Dominio
queda excluido, no se toma en cuenta en los juicios posesorios, pues la
controversia debe desarrollarse exclusivamente sobre el hecho puro y simple de la
posesión.
Son juicios sumarios, también se puede decir que son provisionales, ya que
su tramitación es más sencilla y breve que la del Juicio Ordinario y se dicen
provisionales porque en las tenencias que en ellos recaen, aunque tienen el
carácter de definitivos, dentro del Interdicto no producen excepción de Cosa
Juzgada, ya que deja el camino abierto para acudir al juicio ordinario, en el cual
puede ponerse en tela de juicio el dominio o propiedad de la cosa, sin que en ello
50
pueda oponerse la sentencia emitida en el interdicto. El fin de esto es atender a
cosas urgente, evitando que las partes se hagan justicia por sí mismas.
La Corte Suprema de Justicia, en reiterada jurisprudencia ha expresado:
“Son Juicios sumarios instituidos por la ley para defender la posesión como simple
estado de hecho, sin que quepa investigar si a este protección corresponde o no,
una situación de derecho”.
Los interdictos recuperandae possessionis, como género, comprendieron a
un conjunto de interdictos, a saber:
OS
D
A
Vdentro de un año a partir
R
despojado de un fundo violentamente. Debía intentarse
E
ES en el momento en que la
R
del despojo y siempre que estuviere
poseyendo
S
O
H
C
E
violencia tuvo lugar,R
DE nec vi, nec clam, nec precario frente al adversario.
Interdictum unde vi: por su intermedio se protege al poseedor que ha sido
Interdictum de vi armata: como se desprende de su nombre, se concedía
cuando el despojo de la posesión había ocurrido a través de las armas. Para
intentarlo podía excederse del límite de un año y prosperaba
aunque el
desposeído estuviese incurso en una posesión viciosa frente al causante del
despojo.
Interdictum clandestinandae possessionis: a través de él se protegía al
poseedor despojado clandestinamente de un inmueble. Si bien fue concebido para
proteger contra la usurpación clandestina, este interdicto es de todos modos inútil,
tal y como lo señala Bonfante toda vez que establecido el principio de que la
posesión de un fundo no se pierde si el poseedor no es sabedor de ello, y éste se
considera expoliado en el momento en que se le prohíbe volver a él, lo procedente
era recurrir al interdictum unde vi. (Bofante, 1959: 370).
51
Interdictum de precario: se concedía para recuperar u bien mueble o
inmueble que había sido entregado a título de precario, cuando requerido el
precarista para que lo devolviese, éste no lo hacía.
Contempló también el Derecho Romano los interdictos de novio peris
nunciato y de damni infecti, antecedentes de nuestros interdictos de obra nueva y
obra vieja respectivamente.
Continuando con el recorrido planteado, y avanzando en el tiempo en el
antiguo derecho francés, el procedimiento de los interdictos desapareció luego de
las Invasiones Bárbaras. Sin embargo, los tribunales, al confrontar las mismas
S
DO
A
V
R
necesidades derivadas de la posesión, se vieron constreñidos a acudir a
SE
E
R
En franca congruencia con
OSlo expuesto, las jurisdicciones eclesiásticas
H
C
E las primeras en experimentar la carencia de un
(Derecho Canónico),
ERfueron
D
procedimiento más rápido, destinado a hacer que cesara la violencia que
procedimientos parecidos.
vulneraba a la posesión, producto de ello, procedieron a crear el interdicto de
recobrar (en francés, la réintégrande, mencionado a finales del siglo IX en las
Falsas Decretales), cuya filiación con respecto al interdicto unde vi (convertido en
la acio momentariae possessionis en los textos del Bajo Imperio) es cierta. Esta
acción se concedía como en el derecho romano, en c aso de despojo por la
violencia; tenía un carácter penal muy destacado.
Más adelante, en el siglo XIII aparece otra acción posesoria: el interdicto de
retener (en francés, la complainte). Se concede la misma tutela en el caso de
despojo que en el de simple perturbación, pero se exige a los efectos señalados,
una posesión anual. Esta acción fue duplicada por un interdicto de obra nueva (en
francés, dénonciation de nouvel oeuvre), destinado a proteger la posesión contra
las perturbaciones futuras que pudieran causar las obras empezadas en el fundo
vecino.
En este tiempo, el interdicto de retener y el de obra nueva se reservaban
para la protección de la posesión inmobiliaria; por aplicación del adagio “Res
52
mobilis, res vilis”, parecía innecesario extender a los muebles las acciones
posesorias. Posteriormente se produce una fusión entre las diferentes acciones
posesorias, por lo cual los interdictos de obra nueva y el de retener tendieron a
confundirse.
Por su parte, el interdicto de recobrar conservó mucho tiempo, en la
mayoría de las Costumbres, su propia individualidad: esta acción era la única que
se concedía fuere cual fuere la duración de la posesión, la única que favorecía al
simple tenedor y al poseedor cuya posesión estuviera viciada; aparecía así más
bien, como una sanción penal de la violencia que como una verdadera acción
posesoria.
S
O
D
A
A fines del llamado antiguo derecho francés, seV
manifiesta no obstante una
R
E
tendencia a no considerar ya el interdicto
de
recobrar sino como una variedad del
ES
R
S
O
Hno exigir una posesión anual.
de retener, con la diferencia
de
C
E
ER
D
Seguidamente a principio del siglo XIX, los tribunales franceses,
inspirándose en la tradición, habían instituido un sistema de protección posesoria
que se extendía a los detentadores, al menos cuando habían sido despojados por
la violencia; se comprende entonces, señalan los hermanos Mazeaud, la tesis de
Ihering, que proponía conferirle a los detentadores las acciones posesorias, y en
este orden de ideas, la jurisprudencia francesa reconoce la existencia de tres
acciones posesorias: el interdicto de retener, el de recobrar y el interdicto o
denuncia de obra nueva. (Mazeaud, 1.960: 171)
Se considera oportuno y necesario la opinión mayoritaria según la cual, los
interdictos que hoy día consagran las diversas legislaciones, tienen su origen, su
raíz en el derecho romano, que aportó, como sabemos, los cimientos de múltiples
figuras jurídicas, y que en el caso particular de los interdictos, el antecedente
romano se fue perfilando incluso en el ámbito del derecho canónico, tal como fue
señalado (exceptio spoli), resultando a nuestro modo de ver inadecuado, ubicar el
origen de las acciones interdictales, como algunos señalan, entre ellos el maestro
Luís Loreto, en una laboriosa elaboración verificada en la Edad Media.
53
Ahora bien, en nuestros primeros años de vida Republicana y hasta mucho
después de la emancipación de España, rigieron en el ámbito civil, las conocidas
Siete Partidas de Don Alonso El Sabio, en donde resalta, entre otros aspectos, el
amparo acordado al poseedor con ánimo de dueño, aunque dicha posesión no
estuviese fundada en derecho alguno. Igualmente, la regulación relativa al
interdicto de obra nueva era fielmente la establecida en su oportunidad por los
romanos.
Posteriormente se consagra en Venezuela, ya de manera autónoma,
originaria, la tutela interdictal en el mismo Código de 1.836, o Código Arandino,
modelando esta institución de forma simple, en procura de garantizar el
S
DO
A
V
R
mantenimiento en la posesión del poseedor perturbado o restituirle el objeto del
E
ES
R
S
O
cual fue despojado.
H
C
E
ER
La posesión requerida es una especie de posesión legítima, entendiendo
D
ésta más como derecho que como poder de hecho. Seguidamente, el Código Civil
de 1.862, en el artículo 1°, del Libro II, Título IV de la Ley I, establecía en relación
a la protección posesoria, los siguientes parámetros:
Articulo 1°. “Las acciones posesorias tienen por objeto conservar o
recuperar la posesión de bienes raíces o de derechos reales constituidos sobre
ellos. Los bienes llamado inmuebles por su destino, no pueden por sí mismos dar
lugar a las
acciones posesorias, pero si quedan
comprendidos en la acción
intentada para la posesión del inmueble elativo, como parte integrante de él”.
En este marco normativo, los requisitos de las acciones posesorias
expuestas radicaban, por una parte en el derecho de posesión, y por la otra, en el
hecho de la perturbación o agresión a ese derecho.
El
acciónate,
para
acceder
a
la
salvaguarda
solicitada,
debía
necesariamente ser un poseedor pacífico, sin evidenciar vicio alguno en su
posesión, que además debía ser continua y no interrumpida por el lapso de un año
(ultranualidad, artículo s 4 y 5). Ese requerimiento temporal aplicaba, a partir de un
año a contar de la molestia para intentar la correspondiente acción de amparo e
54
igual tiempo, desde el despojo sufrido por el poseedor, para poder proponer el
interdicto restitutorio.
Posteriormente, el Código Civil de 1.873 reforma substancialmente el marco
legal de protección posesoria, acogiendo en buena medida el modelo italiano
contemplado en el respectivo Código Civil de 1.865.
Al respecto vemos como en los casos de los Interdictos de Amparo y el
Restitutorio se tutelaba la posesión de bienes muebles e inmuebles fundamentada
en un justo título, debiendo intentarse uno u otro respectivamente, contra el
perturbador o despojador dentro del año contado a partir del acto nocivo o del
OS
D
A
V
R
La sistematización expuesta se mantuvo
prácticamente intacta en los
E
ESde 1.896 (artículos 675 y 678) y de
R
Códigos Civiles de .1880 (artículos
658
y
659),
S
O
H
C
E Seguidamente al entrar en vigencia el Código Civil de
1.904 (artículos 681R
E y 682).
D
1.916, aparece en escena una innovación esencial, al requerirse posesión legítima
despojo (artículos 652 y 653 ejusdem).
para tener acceso a la tutela ofrecida vía interdicto de amparo, protegiéndose a
través de él, la posesión que recaía sobre los inmuebles, derechos reales y
universalidades de muebles (artículo 770 del citado instrumento), contándose con
un año para interponer dicha querella.
Como se evidencia de lo arriba señalado, coincide esta parte del artículo
770 del referido Código con la parte de nuestro actual artículo 782,
diferenciándose no obstante ambas normas, en su segunda parte, toda vez que
anteriormente sólo le estaba permitido a un poseedor precario específico, el
arrendatario, interponer la querella en nombre e interés de quién posee, opción
que en la actualidad puede ser ejercida por cualquier tipo de poseedor precario.
En relación al interdicto restitutorio, en el Código Civil de 1.916 se
encuentra que su ámbito de protección acogía a cualquier poseedor siempre y
cuando hubiese sido despojado de su posesión, mobiliaria o inmobiliaria, a través
de la violencia o clandestinidad.
55
Esta regulación particular se mantuvo en el Código Civil de 1.922, hasta
que en el Código Civil vigente, el legislador patrio eliminó del cuerpo de la norma a
la violencia o clandestinidad como causa específicas del despojo. No obstante
parece haber todavía en nuestro derecho positivo, un vestigio de la norma
primigenia, por cuanto el artículo 709 del Código de Procesamiento Civil autoriza
la restitución o el ampara por medio de los interdictos, aún cuando “se haya hecho
uso de fuerza contra el poseedor”, incluso después de haber expirado el plazo
para su interposición.
Conceptualización y Alcance Tradicionalmente Atribuidos por la Doctrina a
los Interdictos Posesorios.
S
O
D
A
Concepto etimológico de Interdictos Posesorio.VSi bien es cierto que en
ERel origen etimológico de los
S
doctrina no hay un acuerdo generalizado
sobre
E
R
S
O
H
Interdictos, juristas especialistas
C en el tema posesorio, tales como Ramiro Antonio
E
R
E estiman que el vocablo deriva de las palabras “INTER”,
Parra, Leonardo
DCertad,
que significa “mientras tanto” y “DICERE”, que significa “decir” o “decidir”.
El
anterior señalamiento se hace tomando en cuenta una decisión provisoria
denominada “sentencia inter dicta”, que se refería a una sentencia dictada
provisionalmente. Por otra parte, Justiniano encuentra su etimología en la locución
‘Quia Interduos dicitur”, que expresa “porque esta dicho entre dos”.
En igual sentido se manifiesta el Borjas, al señalar que la denominación de
interdictos deriva de los interdictal del Derecho Romano, esto es, de los edictos
privados que el Pretor pronunciaba ente dos particulares, duos edictum; y como
tenían por objeto prohibir a una de dichas personas la ejecución de ciertos de
ciertos actos contra la otra. (Rengel-Romberg, 2.004: 369).
Concepto de Interdictos Posesorios según la Doctrina Extranjera.
En desarrollo pleno del contenido de las figuras jurídicas que nos ocupan, y
una vez establecido su origen etimológico, encontramos una fecunda labor en la
doctrina, tanto extranjera como nacional.
56
En este sentido, reconocidos civilistas clásicos, han aportado valiosos,
constituyendo los siguientes, una limitada muestra : Para el maestro Coulture el
“Interdicto posesorio es una denominación genérica arcaica (Inter duos dictum vel
ediictum) utilizada para referirse a las diferentes acciones posesorias de retener y
recuperar la posesión o de defenderse de una obra nueva o ruinosa (RangelRomberg, 2.004: 368).
Garsonnet, citado por Borjas, considera a los interdictos como “una eficaz
garantía que se debe a la posesión, por ser el hecho de la tenencia de la cosa una
presunción del derecho de propiedad. (Borjas, 1.924: 246).
S
O
D
A
“acciones que tienen únicamente por finalidad la protección
V de la posesión; no
R
E
protegen el derecho en sí mismo; permiten
EelSposeedor que obtenga, a través del
R
S
O sin que el juez tenga que averiguar si el
H
juez, la supresión de la perturbación,
C
RE
demandante D
es E
propietario (o titular del derecho real que ejerza). (Mazeaud,
Mazeaud por su parte, reconocen a los interdictos posesorios como
1.960: 172)
Colin y Capitant conciben a los interdictos como las acciones “que protegen
el simple hecho de la posesión de un inmueble, sin que se discuta acerca de la
existencia misma del derecho real”. (Colin y Capitant, 1.952: 830)
A juicio de Trabucchi los interdictos como instrumentos de tutela posesoria
se consagran como “especiales remedios judiciales, a través de acciones de
procedimiento muy rápido- que se conceden – al poseedor que hubiere sido o
perturbado en su posesión”. (Trabucchi, 1.967: 459).
Procedimiento Interdictal
Con fundamentos en los argumentos indicados, el procedimiento interdictal
es reestructurado de la siguiente forma:
57
“…una vez citado el querellado, éste quedará emplazado para El segundo
día siguiente a la citación, a fin de que exponga los alegatos que considere
pertinentes en defensa de sus Derechos permitiéndose así, que ambas partes, en
entera Igualdad de condiciones, formulen alegatos y promuevan pruebas
oportunamente, (las cuales deberán ser admitidas. Siguiendo para ello la previsión
establecida en el artículo
398 del Código de Procedimiento Civil), pudiendo
seguir el Procedimiento pautado en el artículo 701 del Código Adjetivo Civil, en lo
relativo a período probatorio y decisión, garantizándose de esta manera el
cumplimiento de los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela…”
OS
D
A
V ó teniéndole por citado,
R
querellado y conste en autos las resultas de laE
misma,
ES
R
S
queda emplazado para que al segundo
(2do)
día hábil siguiente, dé contestación a
O
H
C
E ésta la ocasión para que el querellado haga uso de
la querella interdictal.
ERSiendo
D
todas las defensas, alegatos y consideraciones que juzgue oportunas a los efectos
De tal manera, que conforme al criterio jurisprudencial, citado como sea el
de desvirtuar las pretensiones del querellante, y podrá el querellado de forma
congruente promover y evacuar las pruebas conducentes para desvirtuar la
querella.
En la sentencia en comento, además indica que la parte podrá realizar sus
alegatos para dar contestación a la querella interdictal, incluyendo en estos la
oposición de cuestiones preliminatorias, las cuales deberán ser resueltas, de
conformidad con las previsiones de los artículos 884 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, otorgando así la viabilidad a la parte querellante de
contradecirlas o subsanarlas, sin menoscabar el principio de brevedad que abraza
a los procedimientos interdíctales posesorios.
Sin embargo en sentencia Nº. 046 del 18 de febrero de 2004, la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia a los fines de aclarar y precisar
los efectos procesales que se producen con la doctrina casacioncita de la
sentencia del 22 de mayo de 2001, expone:
58
“(..) Como quiera que el procedimiento interdictal cuyo contradictorio se ha
establecido por medio de la doctrina. En referencia, evidentemente le confiere al
querellado la posibilidad de presentar sus alegatos y defensas, lo cual no estaba
contemplado en el mismo, hecho éste que determinaba la inexistencia o
imposibilidad de declararlo confeso, la Sala por vía de excepción, y a fin de
mantener el equilibrio procesal, establece que dicho contradictorio solo versará
sobre la posesión perturbada, y su eventual confesión ficta como una figura
jurídica prevista en nuestro ordenamiento jurídico, cuyos efectos mal pueden
obviarse, sólo podrá determinarse en aquellos casos que hayan sido intentados
con posterioridad a esta decisión, no así para los casos cuya tramitación sea
S
O
D
A
aplicación a la fase contradictoria a que se contrae V
la doctrina que se precisa,
R
E
ESlos casos antes de esta decisión
entendiéndose contradicha la demanda
para
R
S
O de oficio. de este modo , de conformidad
cuya reposición esta Sala,C
haH
ordenado
E
DERde estos procedimientos, y sin que ello pueda constituir
con la especialidad
anterior a la misma, procedimientos en los cuales en todo caso deberá dársele
contrariedad alguna con los puntos de vista analizados y considerados en
decisiones anteriores, sino por el contrario una más clara apreciación del tema, la
Sala estima que de los argumentos de la contestación no pueden tenerse como
cuestiones previas aquellos alegatos que tengan tales particularidades pues
dentro del proceso originario no están previstas dichas cuestiones previas y así
queda determinado, de esta manera cualquier punto contenido en ese estilo
deberá ser resuelto preliminarmente en la decisión definitiva (…)”.
Es por lo que, debe entenderse que dicho contradictorio solo versará sobre
la posesión perturbada y, en caso que el querellado no dé contestación ni probare
nada que le favorezca se le tendrá por confeso. También de lo expuesto se
concluye que de proponerse cuestiones previas serán dilucidadas como punto
previo en la sentencia definitiva.
Por último, en cuanto a la confesión ficta, debemos distinguir que en los
casos de interdictos en los que la parte querellada se constituya bajo la figura de
litisconsorcio, para que opere la misma deberá no haber dado ninguno de ellos
59
contestación ni probado algo que le favorezca, por cuanto la contestación de uno
solo de los litisconsortes aprovecha a los contumaces, en virtud de la imposibilidad
de concebir la cualidad fraccionada en cada integrante sobre la comunidad en la
posesión, sino unitariamente en todos.
Para finalizar, siguiendo la estructura del procedimiento que se viene
comentando dada por las sentencias de la Sala de Casación Civil, el querellado al
segundo día hábil siguiente a que quede citado o se le considere citado, podrá dar
contestación e invocar las siguientes defensas:
1.- Que él es el verdadero poseedor.
OS
D
A
Vhan sido ejecutados con
R
despojo de la posesión no son tales, o que E
éstos
ES
consentimiento del querellante. OS R
H
C
E
R
3.- Que
la vía interdictal por cuan entre él y el querellante
DesEimprocedente
2.-
Que la ejecución de los actos indicados como perturbatorios o de
una relación contractual.
4.- Oponer la falta de cualidad e interés del querellante para intentar la
acción posesoria, o su falta de cualidad para sostener el juicio.
5.- Deberá oponer cualquier cuestión previa de las contenidas en el artículo
346 del Código de Procedimiento Civil, porque de no hacerlo en esta oportunidad
ya no podrá hacerlo, y éstas ya se indicó serán resueltas en punto previo de la
sentencia definitiva.
6.- Cualquier otra excepción que contradiga la pretensión del querellante.
Consideraciones sobre el Voto Salvado de la Sentencia 046 del 18 de
Febrero de 2004
En la Sentencia del 18 de Febrero de 2004, el Magistrado Franklin Arrieche
salva su voto sobre la doctrina casacioncita que venimos comentando, y aduce
60
que el criterio de la Sala pone en situación ventajosa al querellante, colocando el
problema social en la misma situación que se quiso remediar en el mismo
respecto a la previsión del Código de 1.916, puesto que al establecer un acto para
la contestación y preveer la posibilidad de una confesión ficta, podría dar lugar a
un gran número de interdictos propuestos con el ánimo de resultar beneficiados
por ésta, lo que sería capaz de afectar y perturbar la paz social.
Alega que la necesidad de establecer un contradictorio, en los términos
establecidos en el criterio jurisprudencial crea en el querellado la carga de
contestar la demanda, so pena de quedar confeso, y el deber de probar todas las
afirmaciones de hecho que formule en su defensa, siendo que a su consideración
OS
D
A
V d alegación para luego
R
posibilidad del contradictorio, sólo posterga la oportunidad
E
ES
de precluído el lapso probatorio,O
loS
cualR
no perjudica al demandado, quien podrá
H demostrados en el proceso, y considera que no
C
E
alegar los hechosEque
resultaron
D R
el procedimiento del artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, no elimina la
puede operar la confesión ficta, puesto que él puede alegar o no, y de hacerlo
tiene el beneficio de poder formular sus defensas con base en las pruebas que
han sido incorporadas en autos, esto lejos de causarle indefensión, le permite al
querellado elaborar una mejor defensa de sus derechos e intereses.
Si que todo lo anterior en modo alguno coloque en desventaja al actora,
pues debe tenerse en cuenta que ésta obtuvo un decreto provisorio en el que se le
amparó en la posesión o perturbación, sin que el demandado interviniera en el
proceso, y en esta otra etapa, es cuando éste puede probar en contra o en
defensa de sus intereses, y alegar que actuó con justo título o simplemente que no
ha perturbado o despojado posesión alguna, buscando con ello equilibrar a las
partes.
Así mismo, advierte que la Sala de Casación no comparte la posición
asumida por la Sala de Casación Civil, refiriéndose que en sentencia de fecha 29
de noviembre d 2001, que el procedimiento interdictal de amparo previsto en el
61
vigente
Código de Procedimiento Civil si permite, mediante un procedimiento
breve y especial, que las partes ejerzan su derecho a la defensa, sin que exista
lesión del derecho de defensa del demandado por exponer éste sus alegaciones,
excepciones o defensas, no en la fase inicial del proceso, sino luego de concluido
el lapso probatorio, los cuales deben ser decididos por el juez en su sentencia.
Igualmente indica que en criterio de la Sala Constitucional, el juez que opte
por aplicar el procedimiento previsto en el artículo 701 del Código de
Procedimiento Civil, en desacato de la doctrina de la Sala de Casación Civil, “… ni
siquiera materializa una violación legal y, por lo tanto, tampoco una de rango
constitucional…”, sentencia en la cual la Sala Constitucional indica que a través
OS
D
A
Ven el caso concreto por lo
R
determinada norma jurídica únicamente produce E
efectos
ES inmediatas más allá del caso
R
S
cual esa consideración no ocasiona
consecuencias
O
H
C
concreto en la que
ERseEaplica el control difuso, ya que el juez no se estaría
D
pronunciando sobre la validez de la norma en cuestión con carácter erga omnes.
del control difuso de la constitucionalidad el criterio que lleva al juez a considerar
(Sentencia de fecha 04 de noviembre de 2003, caso: acción de amparo ejercida
por PIZZA 400 C.A.).
Ahora, la misma Sala Constitucional advierte que lo recomendable y
correcto sería que los tribunales de instancia obedezcan los criterios de la Sala de
Casación Civil en aras de la integridad de la ley y a la uniformidad de la
jurisprudencia.
Lapso Probatorio
Tal y como se ha venido desarrollando a lo largo del presente trabajo de
investigación, el procedimiento interdictal en materia de amparo o restitución de la
posesión, es común para ambos interdictos, y siendo que el referido
procedimiento, se trata de un procedimiento que se encuentra enmarcado dentro
de los principios de la especialidad, la celeridad y brevedad de las actuaciones, en
virtud de constituir un medio de protección que brinda el legislador al poseedor de
62
un bien o de un derecho, es el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, que
nos regula el procedimiento a seguir para este tipo de solicitudes especiales.
Ahora bien, señala el mencionado artículo, por tratarse de un procedimiento
especialísimo y breve, en razón al derecho que se protege, que el lapso probatorio
será de diez (10) días contados a partir de la citación del querellado, diez (10) días
a través de los cuales las partes legitimadas como tal en el proceso, deberán
aportar las pruebas para que las mismas sean evacuadas o desarrolladas dentro
del mismo lapso, y así lo establece Noguera, al señalar:
“En este lapso de diez días, las partes deberán probar sus respectivos
S
O
D
A
configuran su posesión legítima, la ultra-anualidad de V
la misma y la perturbación.
R
E
De que ha sido objeto, tratándose de interdicto
ESde amparo y la simple posesión y
R
S
O restitutorio; al querellado la prueba de los
H
el despojo, en el caso del
interdicto
C
E
hechos que alegue
DERcontra aquella posesión y a favor de su propia protección”.
alegatos posesorios. Al querellante corresponderá la prueba de los hechos que
(2.008: 354).
En cuanto a la apertura del lapso probatorio, es importante realizar algunas
consideraciones. Dicho lapso se abrirá de pleno derecho sin necesidad de que así
sea ordenado de forma expresa por el juez que conoce de la causa, una vez que
el querellado se haya citado o se le tenga como citado, con el fin de que las partes
promuevan y desarrollen los medios probatorios pertinentes en defensa de sus
derechos, en entera.
Igualdad de condiciones, las cuales deberán ser admitida por el juez, el
mismo día a su presentación, siguiendo en cuanto las reglas de la legalidad y
pertinencia de las mismas, la previsión establecida en el artículo 398 del Código
de Procedimiento Civil.
Otra consideración que es importante realizar, es en cuanto al momento
que demarca la apertura de dicho lapso probatorio. De conformidad con lo
establecido en el artículo 701, dicho lapso se abrirá una vez conste la citación del
querellado o se le tenga como citado, que a su vez, deberá materializarse una vez
63
practicado el decreto de restitución o de amparo, o de secuestro de la cosa. Sin
embargo la Sala de Casación Civil, se ha pronunciado al respecto en veredicto No.
132 de fecha 22 de mayo de 2001 y ratificada en sentencia de la misma Sala de
fecha 18 de febrero de 2004, nos establece, que podrá el querellado darse por
citado de forma tacita, sin necesitad de mandamiento expreso, para que la parte
proceda al segundo día hábil a que conste la citación formular la contestación de
la querella interdictal, para que de esta forma se apertura de pleno derecho el
lapso de los diez (10), para la promoción y desarrollo de las pruebas aportadas al
proceso.
Tal observación se realiza, con la finalidad de establecer una
comparación, en cuanto al acto procesal o actividad jurídica que demarca la
S
O
D
A
procedimientos interdíctales específicamente en materia
Vde interdicto posesorios.
R
E
ESde los interdictos prohibitivos, en
R
S
Cosa muy distinta sucede
en
el
caso
O
H
C
donde no existe E
lapso
probatorio (interdicto de obra nueva- obra vieja), ya que la
RE
D
finalidad que contrae este tipo de procedimiento, comporta obtener una decisión
apertura ope legis del lapso probatorio, al que se hace referencia en los
cautelar del tribunal, que impida la consumación del daño temido o establezca las
garantías de resarcimiento de tales danos, estableciendo el Código de
Procedimiento Civil en su artículo 716 al respecto, el procedimiento a seguir para
este tipo de demanda interdictal.
En atención a lo anterior, tenemos entonces que el procedimiento que
contemplo el Código de Procedimiento Civil, es un procedimiento sumario que se
desarrolla sin la citación del querellado, donde el juez, una vez verificado que
efectivamente se cumplen con los extremos de Ley, a los fines de que la
protección posesoria sea protegida, solo se limitara a decretar las precauciones
oportunas de carácter preventivo, a fin de evitar un daño.. En razón a ello, no
existe citación, no existe lapso probatorio en dichos procedimientos interdictales,
solo permite a la parte poder acudir por vía ordinaria, dentro del año siguiente a la
medida protectora decretada por el juez.
64
Ratificación de las Pruebas Preconstituidas
Según el autor Rodrigo Rivera Morales, estima que lo normal es que las
pruebas se recepciones y practiquen dentro del procedimiento
en la etapa
prevista al respecto, lo cual es lo que se conoce como el principio de la regularidad
probatoria. Sin embargo, esto tiene su excepción y es lo que conocemos como
las pruebas anticipadas, las cuales son permitidas dentro de nuestro
ordenamiento, en lo que se refiere a pedirlas y practicarlas, por lo que a tenor
establece el autor “La prueba anticipada es aquella que se practica momento
anterior al del juicio (ordinario-escrito), o de la audiencia de juicio ante el temor de
que la fuente propia del mismo se pierda, haciendo imposible su aportación al
proceso” (2010:319).
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
Siendo entonces, que una de las finalidades de la prueba anticipada es el
H
C
E
ER
hecho de poder impedir que la prueba misma se pierda o desvirtúe. Con relación a
D
las querellas en materia de amparo o de despojo, concluimos que primeramente
este medio de prueba compone uno de los medios de pruebas que podría utilizar
el querellante para lograr formar en el juez conocedor de la querella interdictal,
cierta convicción
necesaria, para admitir la acción posesoria, debiendo los
mismos ser debidamente ratificados por la parte querellante en la oportunidad
correspondiente, a los fines que los mismos puedan surtir en el Juez plena prueba,
so pena, de que de no hacerlo los mismos solo serán ante juzgador simples
presunciones.
Con relación a la valoración que se le otorga a las inspecciones judiciales
extralitem, en materia de posesión, siendo que esta prueba no prevé
necesariamente la citación de la otra parte, por considerar que esta constituye una
excepción a las normas que regulan el perjuicio por retardo, establecido en el
artículo 815 del Código de Procedimiento Civil, por la naturaleza misma de las
inspecciones judiciales, para que la parte contraria a su vez pueda ejercer el
debido control de la prueba, sino que por el contrario es gobernada totalmente por
el peticionante, tal y como lo establece el autor Ricardo Henríquez la Roche en su
obra “Instituciones del Derecho Procesal”, el valor probatorio que tendrán las
65
elaboradas de forma extralitem (fuera de juicio inclusive por retardo perjudicial),
será el de un simple indicio, es decir, no tendrán la misma eficacia probatoria, a
pesar de que su sistema de valoración será el de la sana critica.
Facultades Probatorias del Juez
En el ordenamiento jurídico, efectivamente se encuentran establecidas las
facultades probatorias del juez, la cual está dirigida o se enfoca en la facultad que
tiene el juez de buscar la verdad, tal y como lo establece el autor Rodrigo Rivera
Morales, al señalar lo siguiente:
“La tarea de dictar sentencia asignada al juez hace conveniente, en
OS
D
A
V
R
ciertas actividades probatorias dirigidas a obtener
una mayor certeza sobre la
E
ES
R
existencia o inexistencia de los hechos”.
(2010:253).
S
O
H
C
RE
Menciona
el autor que esta actividad no puede tenerse o entenderse como
DE
determinados casos y bajo determinados presupuestos, que se le permita realizar
un deber judicial, donde es el juez quien tiene la carga de probar las alegaciones
hechas por las partes, donde estas permanecerían inertes o inactivas, sino más
bien como una actividad potestativa del juez, que en búsqueda de la verdad de los
hechos, realiza o desarrolla la práctica de ciertos medios probatorios a los fines
de esclarecer hechos que pudiesen mantenerse oscuro en el proceso, y que
pudiesen mantener en incertidumbre al juez.
En el ordenamiento civil, se
mantienen las facultades probatorias del juez, las cuales las vemos materializadas
a través de los artículos 401 y 514 del Código de Procedimiento Civil, es lo que
conocemos el diligenciamiento de oficio y los autos para mejor proveer, los cuales
demarcan ciertas deferencias en cuanto al desarrollo de los mismos, pero que sin
embargo siempre estarán destinadas a una finalidad específica, aclarar hechos,
despejar dudas o ilustrar el conocimiento del juez.
En materia posesoria, esta facultad probatoria del juez, efectivamente
puede evidenciarse o materializarse, ya que no hay limitación alguna en cuanto al
ejercicio de la misma, teniéndose en
cuenta que en estricto cumplimiento de lo
establecido en el procedimiento indicado en el artículo 701 del Código de
66
Procedimiento Civil, el diligenciamiento de oficio, será en la oportunidad que indica
el legislador, para que las partes consignen los alegatos que consideren
convenientes, valga decir, dentro del lapso de los tres días posterior al lapso de
promoción y evacuación de pruebas,
que será la misma oportunidad si
adoptamos rotundamente el criterio mantenido en las sentencias de la Sala de
Casación Civil, desarrolladas o mencionadas a lo largo del presente estudio.
En cuanto a la oportunidad probatoria del juez, relacionada con los autos
para mejor proveer, esta podrá materializarse dentro de los ocho días que el
mismo tiene para poder emitir opinión, los cuales a nivel del criterio acogido y
mantenido por la Sala del Tribunal Supremo de Justicia, serán los mismos ocho
S
DO
A
V
R
días, a los cuales hace referencia al procedimiento establecido en el artículo 701
E
ES
R
S
O
del Código de Procedimiento Civil.
H
C
E
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D
Improrrogabilidad de los Lapsos Probatorios.
A la letra de lo establecido en el artículo 202 del Código de Procedimiento
Civil, que a tenor establece “Los términos o lapsos procesales no podrán
prorrogarse ni abrirse de nuevo después de o imputable a algunas cuando una
causa no imputable a la parte que lo solicite lo haga necesario”.
En razón a lo anterior, siendo que los lapsos procesales son de orden
público y de estricta aplicación, por lo que no podrán ser en consecuencia
relajados por las partes, es decir, no pueden prorrogarse ni reabrirse un lapso que
ya haya sido consumado en el proceso, y es ese el propósito del legislador, al
eliminar la posibilidad de prorrogar o reapertura los lapsos procesales,
permitiéndolo solo en aquellos casos que expresamente lo autorice la ley o cuanto
por una causa extraña no imputable a alguna de las partes que pueda servirse de
tal situación.
A tenor de lo dispuesto en nuestro ordenamiento civil, en materia de lapsos
procesales, cada procedimiento debe tipificarse mediante un orden consecutivo de
los actos procesales, según el cual, se apertura cada etapa o fase que componen
el proceso, de forma cronológica, y precluida la misma no será posible su
67
reapertura, de conformidad con lo establecido en el principio de preclusión de los
lapsos, a los fines de dar cumplimiento a todos los actos procesales preparatorios,
necesarios para emitir sentencia definitiva por parte del juzgador, que en la etapa
procesal correspondiente, debe emitirse sin ningún tipo de dilataciones, y lograr de
esa forma el otorgamiento de la tutela judicial efectiva, que en materia de
posesión, no es otra cosa, que el otorgamiento de la tutela de la protección
posesoria.
Con respecto a la protección posesoria, por tratarse de un procedimiento
especial y breve, y en donde lo que se busca es la protección en la esfera
personal y patrimonial, con mucha más razón deben darse todas y cada una de
OS
D
A
V
R
prorrogarse o reabrirse los lapsos establecidos en
dicho procedimiento interdictal,
E
S
Ejuez,
R
S
salvo las excepciones de ley, debiendo
el
desarrollar el proceso en estricto
O
H
C
cumplimiento de E
todas
REy cada una de las fases procesales, para poder así emitir
D
sentencia definitiva, dentro de los ocho días siguientes sin dilación alguna, luego
las etapas que efectivamente deben desarrollarse, sin permitir que puedan
de concluido el lapso procesal que le antecede a este, conforme a lo previsto en el
artículo 701 del Código de Procedimiento Civil.
Esta salvedad de indicar que efectivamente no debe prorrogarse el lapso
probatorio, no arropa el hecho, que pueda postergarse dicho lapso no para seguir
permitiendo actividad probatoria de las partes en el procedimiento interdictal, sino
para poder lograr el desarrollo o evacuación de la totalidad de los medios
probatorios aportados por las partes en tiempo oportuno, que por naturaleza
misma de la prueba, como en el caso de la prueba de informe y la prueba de
experticia, no pueda evacuarse dentro del mencionado lapso, no entendiendo con
esto, que se pueda estar violando la normativa que indica que los lapsos
procesales son improrrogables, como lo establece el Art. 202 del Código de
Procedimiento Civil estas pruebas conocidas como pruebas privilegiadas.
68
Apelaciones en Materia de Admisibilidad de Pruebas.
En este aspecto se considera que regirá lo previsto para la apelación del
pronunciamiento que admita o niegue los medios probatorios en el procedimiento
ordinario, la cual será oída en el solo efecto devolutivo, acotando que
encontrándonos en un juicio breve, de ser el caso, el pronunciamiento de la
sentencia definitiva quedara diferido hasta que el juez superior dilucide la
procedencia o negativa.
De la Apelación. Alegatos. Aplicación Analógica de las
Reglas sobre
Informes
OS
D
A
V
701 del Código de Procedimiento Civil, concluidoE
elR
lapso probatorio de diez días,
S
E
R
dentro de los tres días siguientes
las
partes
presentaran los alegatos que
S
O
H
C
consideren convenientes.
ERE Como ya se dijo, para algunos autores, esta oportunidad
D
era el momento para que el querellado pudiera oponer los alegatos de hecho y de
Siguiendo la metodología empleada, conforme a lo dispuesto en el artículo
derecho contra la querella. Ahora bien, conforme a lo dispuesto en la sentencia del
22 de mayo de 2001, esta oportunidad debe entenderse o constituye los informes
del procedimiento ordinario. Dentro de estos tres días las partes podrán formular
sus respectivas conclusiones sobre el debate procesal, o la situación procesal en
que han quedado las alegaciones y probanzas con la finalidad de ilustrar el criterio
del juez.
Sentencia. Tiempo de la Sentencia.
En el procedimiento interdictal, específicamente en materia de interdictos de
amparo e interdictos restitutorios, la sentencia soporta un elemento esencial y de
suma importancia en este tipo de procedimiento, la cual deberá ser emitida por el
Juez de la causa, dentro de los ocho días siguientes, al vencimiento del lapso que
tienen las partes para consignar los respectivos alegatos, conforme a lo
establecido en el ya tantas veces citado artículo 701 del Código de Procedimiento
Civil, sin dilación alguna, en razón a la responsabilidad personal y patrimonial del
juez por daños y perjuicios que pudiera ocasionar la misma.
69
Sánchez, establece que los jueces pudiesen colocarse en una conducta
violatoria de garantías Constitucionales, cuando sin justificación alguna, dilatan o
demoran en solucionar las peticiones que realizan las partes. En materia interdictal
la emisión de la sentencia en tiempo oportuno, esto es, dentro de los ocho días
siguientes al vencimiento de los lapsos de informes, como se indica anteriormente
soporta una particularidad especial por el tipo de protección que se solicita que se
tutele, y a tenor nos señala:
“Esta
responsabilidad
constitucional
del
juez
resulta
desarrollada
nuevamente en materia interdictal en el artículo 711 del Código de Procedimiento
Civil, al determinar para el juez la obligación de responder personal y
S
DO
A
V
R
patrimonialmente por todos los perjuicios que cause a quien resulte afectado por la
E
ES
R
S
O
privación de su n(2008: 356).
H
C
E
ER
En atención a lo anterior, efectivamente es indiscutible, que el juez que
D
conoce del procedimiento interdictal, en razón al derecho que se pretende que se
tutele, no podrá o deberá, dilatar la decisión que contrae este tipo de
procedimientos especiales, debiendo emitirla como se ha explicado y tal como
reza el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, dentro e los ocho días
siguientes, concluido el lapso para la presentación de los informes.
Otra particularidad importante de la sentencia en materia de interdictos
posesorios, es lo que se refiere a sus efectos, por cuanto serán de cosa juzgada
formal, en tanto en cuanto la parte perdidosa en el procedimiento, no acuda por la
vía ordinaria, a solicitar sea escuchado en cuanto a cualquier otra reclamación en
materia posesoria.
En relación a los requisitos que deben contener la sentencia, además de
cumplir con los requisitos establecidos en el artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, deberá contener expresamente en los casos de interdictos por
despojo, pronunciamiento expreso de la extinción de la garantía que se constituyo
al inicio del procedimiento interdictal de ser el caso.
70
Extinción de las Garantías y Fijación de Daños y Perjuicios.
Dentro del procedimiento interdictal, se establece la fijación de una garantía
que una vez establecida la procedencia del interdicto por encontrarse
demostrados el hecho posesorio y la ocurrencia del despojo, el juez procede a
exigir y fijar al querellante la garantía que deberá constituir, para responder al
querellado por los daños y perjuicios que se le puedan causar con motivo de la
solicitud, en caso, claro está de ser decretada sin lugar.
Esta constituye la
decisión inicial de la fase sumaria del procedimiento, que constituye el trámite
previo al decreto de la restitución o al decreto de secuestro en caso de constituirse
la respectiva garantía esta se mantendrá en vigencia mientras se dicte la
sentencia definitiva.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
Ahora bien, en cuanto a la extinción de la misma, debemos referirnos al
H
C
E
ER
contenido de la sentencia, que además de cumplimiento de los requisitos de toda
D
sentencia previstos en el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil se dicte
en los juicios interdictales de despojo deberá contener pronunciamiento expreso
sobre la extinción de la garantía que hubiere presentado el querellante para que
se decretara la restitución provisional de la posesión, esto en caso de ser
declarada con lugar y en caso de que la querella fuere declarada sin lugar, la
sentencia debe formular la condena expresa por los daños y perjuicios que se
hubieren causado al querellado por la ejecución del decreto provisional, remitiendo
su determinación y liquidación a una experticia complementaria del fallo.
En consecuencia, una vez fijados los daños y perjuicios por la experticia
complementaria del fallo, se procederá a la ejecución de la garantía como si se
tratara de sentencia pasada por autoridad de cosa juzgada. Todo ello conforme al
artículo 702 del Código de Procedimiento Civil
La Apelación. Remisión del Expediente al Superior.
En cuanto a los recursos, contra las sentencias dictadas en los
procedimientos interdictales de despojo y ampara, se podrán interponer el recurso
ordinario de apelación y el extraordinario de casación, además del recurso de
71
invalidación que procede contra toda sentencia ejecutora o cualquier acto que
tenga fuerza de tal conforme al artículo 327 del Código de Procedimiento Civil.
Sin embargo, en cuanto a la apelación que es el tema que nos ocupa, será
oída en un solo efecto pero con la particularidad que en virtud de ser interpuesta
oportunamente, el expediente completo pasara en todo caso al Tribunal Superior a
quien corresponda el conocimiento de la misma, con lo cual surge una diferencia
con el procedimiento ordinario y los demás procedimientos especiales, ya que en
estos cuando la apelación es oída en el solo efecto devolutivo y no en el
suspensivo, el expediente continua en el Tribunal a quo y a los efectos de la
apelación solo se remiten al Superior las copias que indiquen las partes y el
tribunal.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
La Intervención de Terceros.
H
C
E
ER
D
De conformidad con el artículo 703 del Código de Procedimiento Civil
pondrá cualquier persona, haciéndose responsable de las resultas del juicio, y
dando caución o garantía de las previstas en el artículo 590, presentarse por el
poseedor o por aquel a quien se atribuya la perturbación o el despojo, aun sin
poder, e intervenir en la articulación de que trata el Articulo 701 ejusdem.
En otras palabras, en cuanto a la intervención de terceros, podemos
concluir que son terceros legitimados cualquier persona que se presente siempre
que de caución o garantía conforme al artículo 590 del Código de Procedimiento
Civil y cuya representación sea atribuida a la del querellante (poseedor) o a la del
querellado (perturbador o despojador), intervención esta que quedara limitada a la
articulación probatoria del artículo 701.
Es importante destacar que conforme a las disposiciones sustantivas que
consagran el derecho a accionar por la vía interdictal contra los actos de
perturbación o de despojo de la posesión, los legitimados activos para ejercer la
acción correspondiente serán: 1.- El poseedor legitimo que encontrándose por
mas de un año en la posesión legitima de un inmueble, de un derecho real o de
una universalidad de muebles sea perturbado en tal posesión (Art. 782 Código
72
Civil ), 2.- Cualquiera que haya sido despojado de la posesión, cualquiera que
ella sea, de una cosa mueble o inmueble (Art. 783 Código .Civil) y legitimados
pasivos en los interdictos sean:
1.- La persona a quien se atribuya la realización de los actos constitutivos de la
perturbación contra el poseedor legítimo (Artículo 782 Código Civil).
2.-
La
persona a quien se atribuya la realización de los actos constitutivos del despojo
contra el poseedor (Art. 783). Si tomamos en cuenta lo establecido en el Artículo
703 del Código de Procedimiento Civil luye que existe una excepción a las reglas
generales de representación judicial consagradas en el Capítulo II del Título III del
Libro Primero del propio Código de Procedimiento Civil, no obstante la necesidad
OS
D
A
V legal para intervenir en
R
asistencia profesional. Se trata entonces de una
facultad
E
ESde prestar caución o garantía.
R
S
juicio donde no se es parte y bajo
la
condición
O
H
C
E
ERJuzgada
La
en Materia de Interdictos Posesorios
DCosa
de quien concurra al juicio interdictal en tal condición requiere en todo caso la
Uno de los aspectos a resaltar en relación con la sentencia interdictal
posesoria, está referido a sus efectos como cosa juzgada.
En tal sentido, la
sentencia produce solo el efecto de cosa juzgada formal, por cuanto las
cuestiones que por ella se deciden pueden ser objeto de revisión en otro proceso
posterior a través de las demás acciones posesorias tal como lo consagra
expresamente el artículo 706 del Código de Procedimiento Civil, no obstante que
el despojador no podrá reclamar el perjuicio que haya sufrido por la restitución
decretada por el juez, a menos que la reclamación se proponga contra el juez
cuando hubiere dejado de observar alguna formalidad legal para decretar la
privación de la posesión, sea en forma provisional o definitiva conforme al Artículo
711 del Código de Procedimiento Civil y el Articulo 784 del Código Civil, contiene
similar disposición, conforme al cual no queda excluido el ejercicio de las demás
acciones posesorias por parte de cualquier poseedor legitimo en caso de que la
restitución posesoria sea consecuencia de la sentencia que se dicte en el
interdicto de despojo.
73
La Acción Ordinaria de Posesión
Si la acción posesoria interdictal caduca para el poseedor por el transcurso
del año para su ejercicio sin haberla ejercido, ello no impide al poseedor pedir la
restitución o el amparo en juicio ordinario, en el cual además del debate sobre el
hecho posesorio podrán discutirse y decidirse las excepciones de merito o de
fondo sobre cualquier otro. Derecho preferente al del simple poseedor, y tales
cuestiones, que son extrañas al juicio posesorio y no pueden ser materia de su
decisión, serian pertinente y de resolución necesaria en el juicio ordinario de
posesión.
S
O
D
A
fundamentos alegados por el querellante para la restitución
V o el amparo, esto es
R
E
que será en dicho juicio donde podrá atacarse
ESla falsedad de dicho fundamento,
R
S
O de la falsedad de un titulo en el cual el
H
como deberá procederseC
tratándose
E
querellante fundamente
DER su querella posesoria. Es por ello que no resultara
En juicio ordinario, podrá ventilarse igualmente la validez jurídica de los
procedente en los juicios interdictales la tacha o el desconocimiento de
instrumentos, sean públicos o privados, resultara extraño al procedimiento toda
cuestión de carácter petitorio; como seria la declaratoria de falsedad de tales
instrumentos. Y si en el procedimiento ordinario se llegare a probar la falsedad, no
solo de los instrumentos, sino en general del fundamento alegado por el
querellante que a través del procedimiento interdictal logro con tales fundamentos
falsos, la protección posesoria, además de acordarse a favor del demandante la
restitución o el amparo que por aquel procedimiento le fueron despojados a favor
del querellante, se condenar al demandado –querellante anterior- a satisfacer
todos los perjuicios que por tal causa hubiere sufrido el demandante, incluidas las
costas pagadas en el interdicto.
Concepto de Interdicto Posesorio según la Doctrina Nacional.
Tal y como lo expresa el titulo de este apartado, reproducimos a
continuación el producto de una recopilación minuciosa de ideas, obra de nuestros
pensadores patrios en relación al punto en desarrollo, no sin antes recordar que
74
acogiendo principios básicos de una sana técnica legislativa, nuestro Código Civil
vigente, si igual que muchos Códigos Civiles evita establecer un concepto
genérico, univoco de los interdictos, limitándose a contemplarlos en forma
particular, en relación a un conjunto de condiciones especificas, que en cada
interdicto considerado, deben verificarse acumulativamente para que el poseedor
afectado puede beneficiarse de la protección concebida a través de ellos.
El ilustre venezolano Don Andrés Bello, considera que “las acciones
posesorias son aquellas en que se trata de la posesión momentánea, esto es, de
averiguar quién es el que tiene o debe tener actualmente la posesión sin perjuicio
de la verdadera propiedad o dominio”. (Jiménez 1.975: 21).
S
O
D
A
Si bien el antecedente expuesto, como toda
V luz inicial en un tema
R
E
controvertido resulta valioso, emprendeR
Jiménez
ES Salas un esfuerzo por adecuarlo
S
O
H
más al alcance propioCde
lo que constituye actualmente un interdicto,
E
R
E “… la fórmula legal expedita por medio del cual se protege el
concibiéndoloD
como
derecho de la posesión, sin prejuzgar sobre sus fundamentos y frente a la
perturbación y el despojo de terceros”. (Jiménez 1.975: 21).
En el concepto antes reproducido se observa que presenta un error
conceptual al hablar del “derecho de la posesión”, por cuanto no se debe olvidar
que la posesión puede bien ser ciertamente una manifestación, una prerrogativa a
ejecutar por el titular de un derecho de propiedad, en donde dicha prerrogativa
quedaría incluida dado en carácter pleno, mas no absoluto de derecho real de
propiedad, pero que en esencia la posesión es una situación de hecho que no
encuentra sustento en título alguno, que en todo caso y como en forma constante
y pacifica ha señalado nuestra jurisprudencia, tan solo serviría para colorear dicha
posesión.
Por su parte, el maestro Borjas, en sus comentarios el
Código de
Procedimiento Civil de 1.916 señala “los interdictos son los juicios sumarios en
que se ventilan o deducen las acciones posesorias con que la ley garantiza al
75
poseedor contra toda agresión, molestia o amenaza de daño inminente (RengelRomberg, 2.004: 369).
Para Granadillos los interdictos representan “la facultad que tiene el
poseedor de dirigirse ante la justicia para que esta ordene el respeto a la cosa
poseída o que sea reintegrada al poseedor en caso de despojo”. (Granadillos,
1.952: 393).
Según Dominici, los percibe como “acciones extraordinarias en que se
deciden breve y sumariamente sobre la posesión de las cosas muebles o
inmuebles”. (Dominici, 1.962: 832).
OS
D
A
V
R
Civil Venezolano”, los interdictos constituyen “una
acción para reclamar en juicio
E
ESactual, o la cuasi-posesión de un
R
breve y sumario la posesión de
una
cosa
S
O
H
C
E
derecho real o para R
DE impedir un daño que amenaza”.
Para Feo, (1992 en su obra “Estudios sobre el Código de Procedimiento
Para Sánchez, las acciones interdíctales son definidas por el autor como “El
medio procesal a través del cual se garantiza la defensa de la posesión legítima
que se ejerce sobre las cosas, mediante un procedimiento breve, frente al
despojo, la perturbación o la amenaza de una obra nueva o vetusta” (2008: 331).
De igual manera dichas acciones interdíctales son concebidas como
acciones posesorias y no petitorias, en razón de no discutirse con ellas la
propiedad, constituyendo el procedimiento mediante el cual se ejerce ese derecho
de accionar, un procedimiento ágil y especial, infiriéndose de las normas que
prescriben las pautas de su regulación, la brevedad de los lapsos para la
resolución de los mismos, a los fines de que un poseedor de un bien o de un
derecho, solicite del Estado se le proteja su derecho posesorio ante un despojo,
una perturbación o el daño posible, que se desprenda de una obra nueva o vieja
que le perjudique, y a tal fin, se tomen las medidas precautelativas necesarias
hasta la conclusión del procedimiento.
76
Ahora bien, el objeto de estudio del presente trabajo como se indicó
anteriormente es el procedimiento interdictal pero específicamente el desarrollado
para los interdictos posesorios, el cual persigue la protección en materia de
amparo o de despojo, razón por la cual pasamos a desarrollar todos y cada uno de
los puntos relacionados con el procedimiento interdictal en ambas materias, por
ser común para ambos, y la diferencia que pudiese existir entre estos, con los
interdictos prohibitivos.
Criterio de la Jurisprudencia Venezolana
Por su parte la Jurisprudencia patria a lo largo del tiempo ha delineado el
S
O
D
A
el criterio establecido al respecto con muy escasa excepción.
V
R
E
ES
Por esta razón se puede O
citar
laR
Sentencia de Casación Civil, acogida en
S
H de Justicia en fecha 5-5-65-donde se señala que
C
E
Sala Plena de la Corte
Suprema
DER
contenido y alcance de los interdictos manteniendo de manera reiterada y pacifica
“los interdictos posesorios son procedimientos especiales y sumarios instituidos
por la Ley como medio rápido para proteger el ejercicio de los Derechos
posesorios contra agresión o amenaza o agresión, que perturbe e impida dicho
ejercicio.”
”Los interdictos posesorios, como es de un amplio conocimiento por el foro,
se encuentran regulados por la normativa preceptuada tanto en el Código Civil
como en la ley Adjetiva Civil, y constituyen el derecho, frente a quien pretenda
despojarlo o perturbarlo, según el caso, su derecho a poseer. El último cuerpo
legal nombrado, pauta el procedimiento especial a seguir cuando se incoa una
querella interdictal, que se caracteriza por la brevedad de sus lapsos” Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas a los treinta y un (31)
días del mes de mayo de 2002. Los interdictos son medidas de policía judicial, es
decir, no verdadera acciones donde se diluce exhaustivamente un derecho a la
posesión dominial o por cualquier otro título oponibles incluso al Dominus. Corte
Suprema de Justicia 2-6-65
77
Naturaleza Jurídica de los Interdictos Posesorios
La Doctrina estima que los interdictos como expresión más genuina de las
acciones posesorias tienen naturaleza real, basándose en la también clasificación
doctrinaria
de
las
acciones
reales
en
acciones
petitorias
y
acciones
conservatorias, también denominada de protección provisoria por
Castan
Tobañes de las cuales forman parte evidentemente los interdictos como medios de
defensa específicos diseñados para mantener, recuperar o en general
salvaguardar la posesión.
Por su parte, el reconocido
Sánchez claramente establece, de manera
S
O
D
A
que “las acciones interdíctales en general son acciones
Vposesorias, no petitorias,
R
E
S sino la posesión. (Sánchez
ya que en las mismas no se discute R
la E
propiedad
S
Osegún Brice que dichas acciones solo puedan
H
2004) y ellos es lo que justifica
C
ERqueEefectivamente posee la cosa al momento no produce la
intentarse porD
aquel
simple y directa y en franca concordancia con el enfoque que se está estudiando,
perturbación, despojo a amenaza si es el caso. (Brice 1.969)
Por su parte, Parra (1975) con su estilo características señala:
“Todos los interdictos se conocen con el nombre de acciones posesorias,
pero solo al de amparo corresponde ese nombre en propiedad, porque es el único
en que se discute la posesión o la cuasi posesión y es concedido al poseedor
legitimo exclusivamente, pues aunque el arrendatario puede promoverlo, lo hace a
nombre e interés de poseedor”.
“No es pues exacto decir que en los interdictos lo único que se discute es la
posesión; ni es propio el nombre que se
les da de acciones posesorias. Su
verdadero nombre debe ser el de acciones interdíctales”. (Parra 1975)
Se puede inferir que la mencionada clasificación de los interdictos como
acciones posesorias de evidente naturaleza real, es lo que permite
78
MATRIZ DE ANALISIS.
Objetivo General: Analizar el principio de la tutela judicial efectiva a partir de la aplicación del
procedimiento interdictal restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil venezolano.
Categoría
Objetivos
Específicos
Describir el Principio de
la Tutela Judicial
Efectiva como
manifestación de los
derechos
constitucionales por la
aplicación del
procedimiento Interdictal
Restitutorio contemplado
en el Código de
Procedimiento Civil
Venezolano
Sub Categoría
TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA
DERECHO DE ACCESO
A LOS ÓRGANOS
JURISDICCIONALES
E
ES
R
S
O
DERECHO A LA
TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA
Establecer el alcance del
principio de la tutela
judicial efectiva por la
aplicación del
procedimiento interdictal
contemplado en el
Código de Procedimiento
Civil venezolano.
ALCANCE DEL
PRINCIPIO DE LA
TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA
DOCTRINA A LOS
INTERDICTOS
POSESORIOS
. Verificar la trasgresión
del principio de la tutela
judicial efectiva por la
aplicación del
procedimiento interdictal
contemplado en el
Código de Procedimiento
Civil venezolano
PROCEDIMIENTOS
INTERDICTALES EN EL
ORDENAMIENTO
JURIDICO
VENEZOLANO
ORDENAMIENTO
JURIDICO
VENEZOLANO
H
C
E
ER
PROCEDIMIENTO
INTERDÍCTAL
CONTEMPLADO EN EL
CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTO CIVIL
VENEZOLANO
Piters 2011.
79
Constitución de
la República
Bolivariana de
Venezuela de
1.999.
Código Civil,
Año; 1.982
Código de
Procedimiento
Civil, Año:1.990
S
DO
A
V
R
FUNDAMENTO DE LA
PROTECCIÓN
POSESORIA EN EL
PRINCIPIO DE LA
TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA
-
Determinar el
fundamento de la
protección posesoria en
el principio de la Tutela
Judicial Efectiva por la
aplicación del
procedimiento interdictal
contemplado en el
Código de Procedimiento
Civil venezolano.
D
Unidad de Análisis
CAPITULO III
MARCO METODOLÓGICO
Tipo de Investigación
El tipo de investigación de la presente investigación es según el nivel de
profundidad
descriptiva y para lo cual
se revisó en primer lugar a Arias (2006,
pág. 24) quien indica sobre este aspecto que este consiste en la caracterización
de un hecho, fenómeno, individuo o grupo. Además sostiene que los resultados de
este tipo de investigación se ubican en un nivel intermedio en cuanto a la
profundidad de los conocimientos y miden de forma independiente las variables y
se analizan de forma autónoma e independiente
S
DO
A
V
R
SdeEla investigación se clasifico la
E
R
OS
Considerando la naturaleza jurídica
H
C
E
ER
investigación como jurídico- descriptiva, según la consulta realizada a lo escrito
D
por Sánchez (2007, pág. 55) autora esta que sostiene que este tipo de trabajo
tiene como objetivo lograr la descripción del tema que se estudia , interpretando
(lo que es), utilizando el método de análisis y de esta forma el problema jurídico se
descompondrá en diversos aspectos, permitiendo ofrecer una imagen del
funcionamiento de una norma o institución jurídica tal como es.
Es por ello que en la presente investigación se describirá por medio de un
análisis el principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento
interdictal y restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil
Venezolano
Diseño de la Investigación
El diseño de la investigación corresponde a la estrategia general que define
el investigador para responder al problema planteado y este caso se siguió el
esquema presentado por Arias (2007, pág. 26) dentro del cual se encuentra el
diseño documental. Por lo tanto la investigación documental es un proceso basado
en la búsqueda, recuperación, análisis, critica e interpretación de datos
80
secundarios, estos a su vez se encuentran registrados en fuentes documentales y
su uso aporta nuevos conocimientos.
Para la aplicación de esta estrategia de investigación de acuerdo al
esquema del autor antes mencionado, se definieron los elementos necesarios y
son esto:
Datos: es la unidad de información que se obtiene durante la ejecución de
la investigación y siguiendo la procedencia de los datos requeridos para este caso
en particular de trabajo se clasifican
como datos secundarios, ya que fueron
extraídos de la obra de otros autores.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
Fuente: Es todo lo que suministra datos o información y en esta
H
C
E
ER
investigación se localizaron los datos
D
estrictamente.
por medio de fuentes documentales
Documentos o fuentes documentales: se refiere al soporte material y para
los fines de la presente investigación este soporte fue material (papel) y formato
digital. Como estrategia para efectuar un análisis pertinente el principio de la
tutela judicial efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal y restitutorio
contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano se aplicó la revisión
de documentos sobre el tema estudiado y utilizando información provenientes de
fuentes secundaria. Para ello los datos fueron secundarios, la fuente estaban
escritas en documentos los cuales fueron leyes, códigos, doctrinas, sentencias
Técnica de Recolección de Datos
Con la finalidad de examinar los documentos para recolectar los datos
necesarios para alcanzar a la vez los objetivos previstos en la investigación, se
aplicaron las siguientes técnicas siguiendo lo citado por Sánchez (2007).
81
La Técnica del Subrayado: que consiste en destacar las ideas más fundamentales
de un texto, así como también las palabras claves significativas, las ideas
principales y las definiciones de los autores
La Técnica del Resumen: después de la valoración del material jurídico de
la investigación, se procede a registrar los datos que fueron utilizados resaltando
las ideas principales, las definiciones de los diferentes autores, se localiza más
fácilmente las palabras o argumento.
Técnica de Análisis de Datos
La técnica de análisis de datos utilizada en la presente investigación fue la
OS
D
A
V
R
alcanzar la interpretación del objeto o escritura que
es interpretado, sorteando los
E
S
Elenguaje
R
obstáculos que surgen de la complejidad
del
o de la distancia que separa
S
O
H
C
E
al intérprete del objeto
DERinvestigado. Telmo (2002)
hermenéutica jurídica la cual tiene como propósito básico proveer los medios para
www.fhumyar.unr.edu.ar/.../3/.../hermeneutica.htm
La hermenéutica se empleó con la finalidad de interpretar como la mayor
precisión análisis el principio de la tutela judicial efectiva por la aplicación del
procedimiento interdictal y restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento
Civil Venezolano.
82
CAPITULO IV
Análisis de Resultados
ANALISIS SOBRE EL PRINCIPIO DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA A
PARTIR
DEL
PROCEDIMIENTO
INTERDÍCTAL
RESTITUTORIO
CONTEMPLADO EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO.
Por medio de este estudio se analizo
el principio de la Tutela Judicial
Efectiva a partir del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el
Código de Procedimiento Civil Venezolano, de donde se logro:
S
O
D
A
1.- Describir, el Principio de la Tutela Judicial Efectiva
V como manifestación
R
E
ES
de los derechos constitucionales R
por
la aplicación del procedimiento
S
O
Interdictal Restitutorio en
elH
Código de Procedimiento Civil Venezolano.
C
E
R
DE
El esquema del texto constitucional de 1.999, específicamente conforme a
lo previsto en el artículo 257, el proceso judicial tiene como finalidad la realización
de la justicia, la cual, a tenor de lo preceptuado por el principio de la tutela judicial
efectiva, que se encuentra previsto en el Artículo 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela de 1999 que establece: “Toda persona tiene
el derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer
sus derechos e intereses, e incluso los colectivos o difusos, a la tutela judicial
efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente…”
Lo que significa que la tutela judicial efectiva es aquel derecho por el cual,
toda persona como integrante de una sociedad, puede acceder a los órganos
jurisdiccionales para el ejercicio o defensa de sus derechos e intereses, con
sujeción a que sea atiendo, a través: de un proceso que le ofrezca garantías
mínimas.
83
El derecho a la tutela judicial efectiva como principio apunta a garantizar un
mecanismo eficaz que permite a los particulares restablecer una situación jurídica
vulnerada y está integrado por el derecho de acceso; el derecho a la gratitud de la
justicia; el derecho a una sentencia sin dilaciones indebidas, oportuna,
fundamentada en derecho; a la tutela cautelar y a la garantía de la ejecución de la
sentencia.
Ahora bien, la tutela judicial efectiva como manifestación constitucional de
un conjunto de instituciones de origen eminentemente procesal, tiene como
propósito cautelar el libre e irrestricto acceso de todos los ciudadanos a la
S
O
D
A
reviste los elementos necesarios para hacer posible
V la eficacia del derecho
R
E
ES
contenido en las normas jurídicas existente.
R
S
O
H
C
EREefectiva para su efectiva realización comporta un conjunto
Djudicial
La tutela
prestación jurisdiccional a cargo del Estado, a través; de un debido proceso que
de derechos que conforman esta institución jurídica, dentro de los cuales
destacan:
Derecho de Acceso a los Órganos Jurisdiccionales.
El acceso a los órganos de Administración de Justicia como manifestación
de la tutela judicial efectiva, se materializa y ejerce a través; del derecho autónomo
y abstracto de la acción; mediante el cual, se pone en funcionamiento o se activa
el aparato jurisdiccional, en busca de un pronunciamiento, sea éste favorable o no
al accionante, por lo que al ejercitarse la acción y obtenerse un pronunciamiento
jurisdiccional, el cual pudiere acoger o no la pretensión del accionante, el derecho
o garantía constitucional de la acción queda satisfecho, pues está no mira al
pronunciamiento favorable del sujeto que haya ejercido la acción.
Sobre la tutela jurisdiccional efectiva como principio Carroca (1998),
manifiesta que: “el ordenamiento jurídico debe asegurar a todo sujeto que estime
84
que un interés no le es reconocido o respetado, pueda acudir a los órganos
jurisdiccionales, disponiendo de los cauces procesales adecuados para ellos, con
la finalidad de perseguir por medio de la acción jurídica un pronunciamiento
jurisdiccional que declare un derecho en el caso concreto, es decir; pueda
procurar obtener una tutela judicial efectiva”.
Derecho a una Justicia sin Dilaciones
Estamos ante una dilación indebida cuando existe una actuación judicial
que por su tardanza origina un daño a un particular. La tutela judicial efectiva
S
O
D
A
determinar la razonabilidad de un plazo se debenVconsiderar los siguientes
ERse trate; término inicial del
S
E
factores: realidad de la materia litigiosa
de
que
R
S
O
H
procedimiento; lo que estipula
C la ley procesal sobre la materia; la complejidad del
E
R
DE de los litigantes y las autoridades; y las consecuencias del
asunto; la conducta
supone la emisión de una decisión definitiva en un plazo razonable. Para
proceso para los litigantes.
Derecho al Debido Proceso.
Para Díaz (2004) el derecho al debido proceso supone: “la sustanciación
del juicio con arreglo a las garantías fundamentales de índole procesal, las cuales
fundamentalmente protegen el derecho a la defensa, así como la certeza y
seguridad jurídicas”.
El derecho al debido proceso constituye un derecho individual de carácter
fundamental integrado por un conjunto de garantías constitucionales procesales
mínimas que permiten un proceso justo, razonable y confiable.
Decisión ajustada a Derecho.
Según Bello (2004) “el operador de justicia, al momento de emitir su
decisión, fallo o pronunciamiento, debe analizar los elementos de hechos
controvertidos en el proceso, esto es determinar cuáles fueron los hechos
alegados por el actor en su escrito liberal que fueron rebatidos por el demandado
85
al momento de presentar su contestación de la demanda, para posteriormente
fijarlos a través de la valoración de los medios probatorios aportados por las partes
o que oficiosamente haya ordenado, construyendo de esta manera la premisa
menor del silogismo judicial”; una vez fijados los hechos previo el análisis de los
medios probatorios, el operador de justicia debe construir la premisa mayor del
silogismo judicial, escogiendo las normas jurídicas que aplicará al caso concreto y
donde subsumirá los hechos fijados, normas éstas que no necesariamente tienen
que ser las señaladas por las partes.
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
Derecho a recurrir de la Decisión.
El conjunto de actos procesales realizados ante el órgano jurisdiccional,
H
C
E
ER
culmina con la decisión que dictará el operador. En esta decisión como es lógico,
D
habrá un ganador y un perdedor, y precisamente aquel sujeto que resulte
perjudicado con el fallo dictado, no con los motivos de hecho y de derecho que
sostienen
el
dispositivo
del
mismo,
sino
con
el
propio
dispositivo,
constitucionalmente tiene el derecho de impugnar la decisión por la vía de los
recursos legales que regula la Ley.
Es así como salvo los casos excepcionales señalados en la Ley, todo sujeto
perjudicado con la decisión judicial tiene el derecho a recurrir de la misma,
activándose de esta manera el derecho o garantía constitucional del doble grado
de jurisdicción a que se refiere el artículo 49 numeral 1° de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela de 1999, que constituye igualmente una
manifestación de la garantía a la tutela judicial efectiva a que se refiere el artículo
26 ejusdem de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999.
Derecho a Ejecutar la Decisión.
El último de los elementos que constituyen una emanación de la garantía a
la tutela judicial efectiva, es precisamente, el derecho a la efectividad de la
86
decisión judicial, a ejecutar la orden judicial contenida en el fallo emitido, lo cual se
traduce, como expresa Carroca, (2004), que “el operador de justicia que por
omisión, pasividad o defecto de entendimiento, se aparta, sin causa justificada de
lo previsto en el fallo que debe ejecutarse, o se abstiene de adoptar las medidas
necesarias para su ejecución, cuando le sean legalmente exigibles, desconoce la
garantía a la tutela judicial efectiva a través del régimen de ejecución y efectividad
en el cumplimiento de la decisión judicial”.
Ahora bien se describe el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, y
se aprecia que esta estatuido para la sustanciación de los procedimientos, asi
S
O
D
A
Procedimiento Civil, permite que la causa quede abierta
V a pruebas por diez (10)
R
E
S
Epresentarán,
días y una vez transcurridos, las partes
dentro de los tres días
R
S
O
H
siguientes, los alegatos que
consideren
pertinentes a sus derechos e intereses y
C
E
R
el juez dentro D
de E
los ocho (08) días siguientes dictará la sentencia definitiva.
como para los interdictos. El Mandato del artículo 701 del Código de
La Tutela Judicial efectiva como paradigma moderno de la justicia, implica
entre otras cosas, el desarrollo de un proceso en donde se respeten y garanticen
en todo momento, los derechos y elementales e inderogables garantías que
contempla
la
Constitución
para
las
partes
involucradas
en
el
mismo,
evidentemente, el relativo al derecho a la defensa.
2.-Determinar el fundamento de la protección posesoria en el principio de la
Tutela Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal
Restitutorio contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano.
En el ordenamiento jurídico venezolano la protección Posesoria se regula
expresamente de manera adjetiva desde el Código de Procedimiento Judicial de
1.836 o Código Arandino, cuyo marco normativo se orientaba a garantizar la
protección dirigida a asegurar el mantenimiento del poseedor en el desarrollo de
su posesión, o la restitución del bien en caso de despojo.
87
En los Códigos adjetivos subsecuentes, y en particular los correspondientes
a los años 1.873, 1.880. 1.896 y 1.904, se mantiene básicamente el marco legal
referido, con la modificación existente en el Código de 1.873, de reconocer esta
protección en el caso de la posesión fundada en justo titulo.
Seguidamente, en el Código de 1.916 se tutela a la posesión legítima tal
como la conocemos actualmente, extendiéndose la esfera de la defensa posesoria
a bienes no protegidos por los códigos predecesores.
S
O
D
A
hoy en vigencia, es pertinente señalar que es el último
V de nuestros códigos
R
E
ES (24) horas para que el querellado
adjetivos donde se contemplaron las veinticuatro
R
S
pudiese hacer oposiciónCaHlaOquerella que se hace valer en su contra;
E
ER
Den
desapareciendo
la actualidad esta norma, de vieja data por cierto, por cuanto
Con respecto al texto legal supra mencionado, que por cierto dio paso al
se encontraba consagrada en nuestros anteriores códigos adjetivos en términos
similares a excepción del correspondiente al año 1.863.
La norma en cuestión contenida en el derogado Código de 1.916 y su
antecedente más remoto, incluido recordemos, en el Código Arandino, con
sustanciales diferencias por cierto, son del siguiente tenor:
Artículo 597 Código de Procedimiento Civil Derogado de 1916: “Solo se
suspenderán los efectos del decreto a que se refiere el artículo precedente,
cuando aquél contra quién se dirige el interdicto se opusiere dentro de veinticuatro
horas de ejecutado dicho decreto, acreditando con titulo justo
autentico, que
procede con derecho”.
Ley II Artículo 3° Código Arandino: “Solo en el caso de que pruebe el
poseedor dentro de veinticuatro horas con titulo justo y auténtico que apareje
ejecución, que es legítima su posesión, se suspenderá la posesión decretada por
el juez a favor heredero, mientras se decide en juicio ordinario quien tenga mejor
88
derecho.
En este caso se entenderá citado el poseedor para contestar en el
término ordinario sobre la solicitud del heredero, ante el juez de la causa.
Así,
pues,
la
eliminación
de
esta
oportunidad
para
formular
la
correspondiente oposición derivó en la implantación de un procedimiento
interdictal en apariencia más expedito, pero que desde su entrada en vigencia ha
dado lugar a numerosos cuestionamientos, experimentando inclusive cambios
relevantes introducidos vía jurisprudencia.
Precisamente, de la labor de los
tribunales, emergen concepciones
S
O
D
A
evidenciando tales criterios, la inquietud que desde tiempos
V pretéritos existe en
R
E
ES
relación a la posesión y sus medios de defensa.
R
S
O
H
C
ERE
En esteD
sentido,
y a la par de los numerosos fallos comentados en el cuerpo
remotas, de las cuales, la legislación vigente ha adoptado algunas peculiaridades,
de esta investigación, a continuación reproducimos extractos de sentencia de vieja
data, proferidas por los tribunales de la República, entre ellos de la antigua Corte
de Casación, la extinta Corte Suprema de Justicia, y algunas propias de los
tribunales de instancia, máximas estas de un valor inagotable por las bases
jurídicas que sientan. Las Decisiones en cuestión son las siguientes:
Jurisprudencia de los Tribunales de la República 30 de septiembre de 1957
estableció:
“…la institución de los interdictos descansa en una necesidad de tutelar la
posesión. Al decir del profesor Brugi, esta tutela constituye, en los casos que
señala la Ley, un medio de inmediata y rápida protección a un estado de hecho,
sin examen de títulos…”
Corte de Casación (Sala Civil, Mercantil y del Trabajo), 07 de noviembre de
1.956 previó:
89
“…En efecto, los juicios interdictales posesorios no pueden versar sobre la
propiedad, sino sobre la posesión: los títulos de propiedad, sino sobre la posesión
; los títulos de propiedad no sirven sino para colorear la posesión, no para
probarla, la prueba de la posesión no puede resultar sino de los hechos materiales
ejecutados en el fundo por quien se dice poseedor, o por otro en nombre del que
posee; a pesar de su título, el propietario puede no haber entrado nunca en
posesión o haberla perdido posteriormente…”
Jurisprudencia de los tribunales de la República del 17 de julio de 1957,
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
consagró:
“… En los interdictos no puede hablarse de cosa juzgada, ya que la posesión
H
C
E
ER
puede perderse de un día a otro y cambiar de dueño y de carácter todos los
días…”
D
Sala de Casación Civil, acogida en Sala Plena de la Corte Suprema de
Justicia en fecha 05 de mayo de 1965:
“…Los interdictos posesorios son procedimientos especiales y sumarios instituidos
por la ley como medios rápidos para proteger el ejercicio de los derechos
posesorios contra agresión o amenaza de agresión, que perturbe o impida dicho
ejercicio”.
Sentencia de la Casación venezolana del 29 de mayo de 1.914 expreso:
“…no deja de revestir el carácter de despojo el hecho de privar a otro de su
posesión, aunque ese hecho haya sido ejecutado por una autoridad judicial,
cuando la persona a quien se priva de la posesión no ha sido citada, oída y
vencida en el juicio”.
90
Procedimientos Civiles Especiales y el Procedimiento Civil Ordinario.
Como se sabe en el ámbito del proceso civil existe un procedimiento
“marco”, general o Procedimiento Ordinario, a través; del cual se le da curso a la
mayoría de las pretensiones postuladas en las distintas y abundantes demandas
que se tramitan ante los órganos jurisdiccionales y que en la mayoría de los casos,
abarca la totalidad de un año o más para el dictamen de una sentencia.
Dicho procedimiento está integrado, por las fases de introducción, de
instrucción, y de decisión de la causa, con la correspondiente ejecución de lo
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
resuelto en el fallo pasado en autoridad de cosa juzgada.
Al contrario, en la materia de posesión, donde se ejerce de hecho el
H
C
E
ER
contenido de un derecho real especifico, no puede esperarse tanto tiempo por una
D
definitiva, que permita la continuación, recuperación o salvaguarda en general de
dicha posesión, requiriéndose por lo tanto de un procedimiento especial, que bien
el legislador tradicionalmente ha venido consagrando en los textos civiles
adjetivos.
Los procedimientos especiales, tienen como rasgo definitorio común, la
abreviación de sus formas y la celeridad consiguiente en alcanzar efectivamente
sus fines predeterminados.
Es éste el contexto, bajo el cual se inscriben, los procedimientos especiales
contemplados para la materialización, vía jurisdicción, de la protección posesoria,
especifica concedida, a través; de los interdictos, toda vez que seria, virtualmente
imposible concretar en la realidad la protección ofrecida, si la travesía consagrada
para ella presentare numerosas “alcabalas”, cuyo transito redundaría en un
lamentable discurrir del tiempo, incompatible con la esencia misma del hecho
posesorio.
91
En tal virtud, y a diferencia del procedimiento ordinario previsto en los
Artículos 336 y siguientes del Código de Procedimiento Civil vigente, los
procedimientos relativos a los interdictos se encuentran consagrados en el Libro
Tercero, Titulo III, referido a los Juicios sobre la Propiedad y la Posesión, en cuyo
Capitulo II, se trata particularmente, de los interdictos, abarcando las normas
comprendidas entre los Artículos 697 al 719 del Código de Procedimiento Civil.
Naturaleza Jurídica de los Procedimientos Interdictales.
Luego de lo expuesto en el apartado anterior, corresponde abordar ahora,
S
O
D
A
procedimientos interdictales más allá de su indubitable V
carácter especial.
R
E
ES
R
S
O hace tiempo se viene discutiendo el punto en
H
En este orden de ideas,
desde
C
ERE
nuestro país, D
teniendo
como antecedente remoto, pero aun vigente, lo expresado
en detalle, y de forma particular, lo
relativo a la naturaleza jurídica de los
por la extinta Corte Suprema de Justicia actuando en Sala Plena, en sentencia de
fecha 18 de enero de 1.966, con ponencia del magistrado Dr. Duque Sánchez
donde el máximo tribunal ratifico que el procedimiento interdictal era de carácter
sumario y constante de dos fases: una “fase sumaria, breve y urgente” y una fase
“plenaria”.
A partir de esta singular descripción del procedimiento interdictal, Simón
Jiménez Salas, en su obra “Los Interdictos en la Legislación Venezolana”.
Considera que a pesar, de la nomenclatura utilizada para referirse a las llamadas
fases del proceso interdictal, dicho procedimiento, en líneas generales, y por tanto
sin discriminar en las actuaciones a desarrollar en cada fase, “es sumario por
caracterizarse por las dos principales condiciones de existencia de los
procedimientos sumarios: brevedad y compendiosidad de las formas” (Jiménez
Salas, 1.975).
92
Por su parte Kummerow agrega un elemento más al panorama plasmado,
al señalar acertadamente que:
“la tutela que ofrecen las acciones posesorias es, básicamente,
interina. Por una parte, lo decidido en la etapa no contenciosa del
juicio interdictal puede ser alterado en la fase “plenaria” posterior.
Por otro lado, lo decidido en el juicio posesorio puede ser
modificado por una decisión recaída en un proceso petitorio”.
(Kummerow, 2.002: 199).
S
O
D
A
cuanto al carácter “interino” de la protección que brindan
Vlos interdictos, constituye
R
E
ES
una vía de acceso inmediato al núcleo
del
asunto en estudio, que no es otro,
R
S
O
H a la naturaleza jurídica de los procedimientos
recordemos, que el referente
C
E
R
interdictales. DE
La alusión que hace el Dr. Gert Kummerow en el párrafo precedente, en
Sobre el particular, y en pleno desarrollo de la noción de protección interina,
el Dr. Tulio Álvarez, en su obra “Procesos Civiles Especiales Contenciosos”,
caracteriza a la acción interdictal como “una acción posesoria que se configura
como una medida cautelar que está dirigida a evitar los conflictos y mantener la
paz social” (negrillas propias) (Álvarez, 2.000).
Para Simón Jiménez Salas, y en franca oposición a la sistematización
doctrinaria ensayada por el maestro Calamandrei, quien considera a los interdictos
posesorios como integrantes del grupo de las denominadas “Providencias de
urgencia satisfactiva interina”, las cuales y por intermedio de resoluciones dictadas
en el curso de un proceso de cognición, se encuentran dirigidas no tanto a
garantizar el éxito de este juicio, sino a asegurar una inmediata realización de la
situación hecha valer, pero en todo caso con carácter provisional, dichos
interdictos constituyen real y efectivamente una acción cautelar, pero principal,
nominada y típica. (Jiménez Salas, 1.986).
93
Esta caracterización nos parece bien encaminada pero, presenta una
deficiencia que luego es reconocida incluso por el Dr. Ricardo Henríquez La
Roche, toda vez que a su juicio, los interdictos posesorios carecen de naturaleza
cautelar, y en tal virtud afirma el citado autor:
“El interdicto posesorio es un proceso sumario no cautelar que juzga sólo un
aspecto del conflicto de intereses: la protección posesoria, relegando a un
eventual proceso exhaustivo subsiguiente (procedimiento ordinario) la controversia
plena y su decisión”. (Henríquez La Roche, 2004)
S
O
D
A
En el mismo orden de ideas y en desenvolvimiento
integro de esta
V
R
E
ESes evidente que “las acciones
concepción que adherimos sin reservas,
R
S
Ocautelar, particularmente esto se manifiesta en
H
interdictales no poseen naturaleza
C
E
DER
relación a la instrumentalidad
y provisoriedad tan típica del ámbito cautelar, toda
vez que las acciones interdictales no aseguran el resultado futuro de un proceso,
sino que adelantan total o parcialmente la satisfacción de la pretensión en la
instrucción de la causa. Buscando evitar un daño de difícil reparación y además,
solo pueden ser solicitadas por el actor…”. (Henríquez La Roche, 2004)
En relación a lo anterior, efectivamente se debe reconocer que existen, en
los diversos ordenamientos nacionales, procedimientos que “…sin estar
relacionados a las medidas cautelares típicas nominadas, tales como el embargo
preventivo, el secuestro y la prohibición de enajenar y gravar, por ejemplo, se han
considerado, en dichas latitudes, cautelares, así, tanto en Italia como en España
se ha catalogado de esta forma a la quiebra y al proceso especial de alimentos
provisionales, entre otros”. (Henríquez La Roche, 2004)
No obstante, se evidencia fácilmente de los ejemplos arriba reproducidos
como cada uno de esos procedimientos para nada constituyen instrumentos de
otro proceso posterior al que sirven, estos son principales. Lo que sucede es que
94
muchos de tales procedimientos al ser sumarios, admiten un proceso plenario
posterior que involucraría eventualmente a las mismas partes, pero ello no implica
instrumentalidad alguna.
En congruencia con lo expuesto, el Dr. Juan Montero Aroca, luego de
analizar concienzudamente el punto establece categóricamente que:
“…La provisionalidad de las medidas cautelares debe distinguirse de
la que resulta de los procesos sumarios. La cuestión litigiosa se
resuelve en los procesos sumarios en sentido estricto de modo
S
O
D
A
misma cuestión pero también aquí la resolución
V que resuelve un
R
E
S definitiva, pues el proceso
Een
proceso sumario aspira a convertirse
R
S
O
H
plenario posterior Ces
posible pero no necesario e incluso
E
R
DE puede afirmarse que la resolución del proceso
cuantitativamente
provisional, en cuanto cabe un proceso plenario posterior sobre la
sumario es la definitiva, pues en la práctica son muy escasos los
supuestos en los que realmente se inicia con posterioridad un
proceso plenario. La provisionalidad de la medida cautelar hace que
ni aspire ni se convierta nunca en definitiva, pues siempre
desaparecerá en el momento en que deje de ser necesaria la
medida”. (Montero Aroca, 1.990).
De tal manera que si bien existen puntos de coincidencia entre el proceso
cautelar y el posesorio, puesto que ambos no son definitivos en el sentido de
poder acudirse después de un proceso principal, petitorio, es pertinente reafirmar
su esencial diferencia con la opinión del maestro Carnelutti para quien la
divergencia fundamental “entre el proceso posesorio y proceso cautelar esta, en
cambio, en que el primero no tiene, como lo tiene el segundo, carácter mediato, en
el sentido de que no tiende a asegurar el buen fin del proceso definitivo, en este
95
sentido, el proceso posesorio admite, pero no implica el proceso definitivo, por ello
la decisión en sede posesoria no tiene carácter provisional”. (Carnelutti, 1.959).
Para culminar este punto hay que acotar que en la actualidad han venido
cobrando espacio innovadoras corrientes procesales, y en el horizonte
latinoamericano la labor más fructífera corresponde, como usualmente sucede, a
los juristas argentinos, quienes específicamente establecen una escisión en
relación a la tutela judicial.
En este sentido, y es muy pertinente el señalamiento en ocasión al estudio
S
O
D
A
también la denominada tutela judicial diferenciada, nueva
V categoría que a decir de
R
E
ES comprende variados institutos
Carlos Carbone en su obra “SentenciaR
Anticipada”
S
O
procesorales, entre ellos,CelHprocedimiento
por intimación, el habeas corpus,
E
R
habeas data, D
losE
interdictos posesorios, los procesos para la protección de los
que realizamos en estas líneas a la par de la tutela judicial ordinaria, existe
intereses
difusos,
los
despachos
interinos
de
fondo
y
las
medidas
autosatisfactivas, entre otros. (Carlos Carbone, 2.000).
Todos los procedimientos descritos tienen en común el cumplir a la medida
la primordial función del proceso, como lo es la satisfacción del objeto, pero – y he
aquí lo particular- lo hacen en un momento no previsto en el acostumbrado devenir
procesal, vale decir, durante la misma fase de introducción de la causa o antes del
pronunciamiento del fallo definitivo.
Vale la pena no perder de vista la influencia que estas corrientes del
pensamiento vienen surtiendo en los diversos ordenamientos jurídicos, en especial
los suramericanos, toda vez que se pretende lograr una justicia efectiva, cuyas
normas procesales, más que aparecer recogidas en un código de procedimiento,
sean la manifestación fiel de los derechos y garantías consagrados en las Cartas
Magnas que rigen a dichos países.
96
El fundamento de la protección posesoria en el principio de la Tutela
Judicial Efectiva por la aplicación del procedimiento interdictal Restitutorio
contemplado en el Código de Procedimiento Civil Venezolano. Desde la entrada
en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la
consecuente conformación e instalación del actual Tribunal Supremo de Justicia,
la labor jurisprudencial adelantada ha sido abundante, tratando de atemperar cada
una de las salas, el ordenamiento jurídico existente a los preceptos y garantías
constitucionales contemplados, en forma por demás amplia, en nuestra Carta
Magna.
S
DO
A
V
R
Ahora, bien, y como es usual que ocurra en la praxis jurídica, diversos
SE
E
R
concretos, situación esta que a nivel
OSde un máximo tribunal no siempre redunda en
H
C
RE toda vez que la referida heterogeneidad que se
beneficio de losE
D justiciables,
criterios han aflorado en el seno del joven Tribunal Supremo en relación a temas
manifiesta, mucho más allá de los pertinentes votos salvados, incide en mayor o
menor medida en la solidez de la indispensable seguridad jurídica que se requiere
en toda nación.
En este sentido y en franca relación con el tema estudiado y en particular
con el relativo al procedimiento interdictal concerniente a los denominados –en
sentido estricto- por la doctrina “interdictos posesorios”, podemos evidenciar una
controversia de fondo en relación al orden lógico de las actuaciones procesales a
ejecutar por las partes en el desenvolvimiento del mismo.
Desde la entrada en vigor del actual Código de Procedimiento Civil, donde
se eliminaron, las veinticuatro horas dispuestas para que el querellado pudiese
hacer oposición a la ejecución decreto interdictal, surgieron discusiones e
interpretaciones en relación a la oportunidad, que efectivamente tendría el referido
querellado, para exponer todos aquellos alegatos que se constituirían en el objeto
a probar en la articulación correspondiente, originándose al respecto si se quiere,
97
tendencias, tanto doctrinarias como jurisprudenciales, que a los efectos prácticos
podemos concentrarlos en dos grupos.
“El interdicto posesorio –al igual que la acción de amparo constitucional es
un proceso sumario no cautelar que juzga solo un aspecto del conflicto de
intereses: la protección posesoria, relegando a un eventual proceso exhaustivo
subsiguiente (procedimiento ordinario) la controversia plena y su decisión”.
(Henríquez La Roche, 2.004: 232).
Principales Tendencias Doctrinarias Acogidas por la Casación Venezolana
S
O
D
A
La primera de las corrientes de pensamiento a considerar,
compartida entre
V
R
E
S que el querellado en el mismo
Eestima
otros por el Dr. Abdón Sánchez Noguera,
R
S
O
H
acto de ejecución del decreto
provisional
de restitución, o en la ejecución de la
C
E
R
DE si se encontrase presente en dicho acto, o una vez citado,
medida de secuestro,
podía formular sus alegatos, defensas y excepciones antes de promover y evacuar
pruebas, precisamente para cubrir la secuencia lógica de todo proceso, en cuanto
a probar lo alegado, y evitar de esta forma el desequilibrio no solo procesal, sino
constitucional, que significa, ver limitada su actividad contradictoria al mero ataque
y objeción rígida, limitada, a los fundamentos de la pretensión del querellante.
(Sánchez Noguera, 2.004: 352).
Vale decir, que a los efectos de esta concepción, el querellante contaría con
dos oportunidades para hacer valer sus derechos e intereses, siendo la primera de
ellas, la relativa a la interposición de la querella, por demás razonada, y la
segunda, en la secuela de la articulación probatoria de diez días consagrada en el
artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, esto sin contar la posibilidad de
presentar alegatos dentro de los tres días siguientes a dicha articulación, todo ello
en contraste, con la oportunidad de probar de la cual dispone el querellado en el
contexto de la aludida articulación y la relativa a las alegaciones finales que,
98
ciertamente, y tal como se acoto en líneas anteriores, corresponden al acto de
informes contemplado en el marco del procedimiento ordinario.
Por su parte, y esbozando una opinión muy particular, pero aun enmarcada
en el ámbito de esta primera tendencia, el Dr. Román Duque Corredor señala “el
legislador pretende garantizar una mayor oportunidad defensiva a esta parte
(entiéndase querellado), al no fijarle, por otro lado, una oportunidad cerrada o
preclusiva para que acuda a presentar sus alegatos contra el querellante”
En este sentido y para sustentar aun más su criterio al respecto agrega el
S
O
D
A
“…si el querellado puede presentar alegatos durante V
todo, el proceso, inclusive
R
E
ESoportunidades a la contestación de
hasta en la fase de alegato asimilándose
esas
R
S
O un acto único de oposición, puesto que no
H
la querella, ya no se justifica
mantener
C
ERE de oponerse a la querella interdictal sino lo hace
le precluye laDoportunidad
citado autor:
después de abrirse la articulación probatoria después de su citación…” (Duque
Corredor, 2.001: 126).
Evidentemente, de verificarse en la práctica la alternativa planteada por el
reconocido autor, las posibilidades de que el querellado experimentase
consecuencias negativas tales como las establecidas en el artículo 362 del Código
de Procedimiento Civil, serian mínimas.
De antemano, y antes de pasar a desarrollar la segunda de las corrientes o
tendencias mencionadas, debemos dejar claramente establecido que no
compartimos esta particular ramificación de la primera corriente analizada, toda
vez que para nosotros, y más allá de la especialidad que puede informar, un
procedimiento, existen esenciales principios y garantías no solo procesales sino
constitucionales incluso, que deben respetarse en toda secuela procesal, siendo
uno de ellos precisamente, el de preclusión procesal, entendiéndolo no
únicamente como sinónimo de extinción de una oportunidad de actuar las partes,
99
sino precisamente como una garantía para estas, pues tal principio impide volver
sobre lo actuado, y además. Permite – como afirma el autor citado- una defensa
continuada, significa tutelar, a través de ella, un ataque igualmente continuado
contra la pretensión del adversario, en este caso, el querellante, produciéndose
también de esta manera, y dándole la vuelta a la moneda, un desequilibrio
procesal que se traduce en indefensión para el sujeto activo de la querella
respectiva.
Una segunda tendencia, por demás exegetita, continua firme como es
lógico suponer, en cuanto al acatamiento que debe guardarse, en relación al
S
O
D
A
oportunidad específica para realizar las alegaciones
V respectivas, entre ellas
R
E
EStenga hacer valer el querellado,
evidentemente, las excepciones que R
a bien
S
pensando probablemente,CyH
enOello se especula que tal oportunidad no es
E
DEla R
incompatible con
naturaleza especial del procedimiento, ya que incluso, lo aquí
lapso de tres días siguientes al vencimiento de la articulación probatoria como
decidido puede luego ventilarse definitivamente en un procedimiento ordinario,
donde se deduzca la correspondiente acción petitoria, entiéndase , reivindicatoria.
3.- Establecer el alcance del principio de la tutela judicial efectiva por la
aplicación del procedimiento Interdictal Restitutorio contemplado en el
Código de Procedimiento Civil Venezolano.
Procedimientos Interdictales en el Código de Procedimiento Civil
Venezolano.
La exposición de motivos del Código de Procedimiento Civil
vigente,
cumple a cabalidad con su finalidad introductoria, al presentar clara e
inequívocamente el objetivo planteado al concebir la reforma del fundamental
texto procesal en lo relativo al procedimiento interdictal.
En este orden de ideas, expreso el legislador que, a través; del conjunto de
modificaciones que se adoptan “la tutela posesoria se otorgara en condiciones
100
tales, que quedaran resguardados los intereses de ambas partes y asegurada la
paz social, dentro de un procedimiento eficaz, pero leal y seguro, y por demás libre
de los abusos que hoy se cometen”.
Anteriormente con la sola producción de un mero justificativo de testigos,
así estos luego no ratificaran su posición en juicio o fueren desechados por el juez
en la sentencia definitiva, el querellante podía continuar usufructuando la cosa
litigiosa, mediante la interposición oportuna de los recursos legales para alargar el
juicio de conocimiento.
S
O
D
A
de Código de Procedimiento Civil de 1.987, convalida V
las modificaciones de orden
R
E
ES toda vez que bajo el régimen
técnico adoptadas en el procedimiento
actual,
R
S
O numerosos fueron los abusos y problemas de
H
contemplado en el códigoC
anterior,
EREcon relación a estos medios de defensa posesorios.
interpretación D
suscitados
Ciertamente, la práctica forense desarrollada desde la entrada en vigencia
Prueba tajante de ello lo constituye indudablemente, la jurisprudencia
emanada de Sala de Casación Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia
relativa a dificultades emanadas del trámite de los interdictos.
Por todo lo expuesto y como adecuadamente acota el citado especialista
Dr. Román Duque Corredor, parece al menos en el marco teórico, que el
legislador exige requisitos más estrictos para que pueda tener lugar el dictado del
decreto provisional interdictal, asi como también establece en el nuevo articulado,
de forma expresa, indubitable, la obligación de citar al querellado buscando con
ello “garantizar una mayor oportunidad defensa a esta parte, al no fijarle, por otro
lado, una oportunidad cerrada o preclusiva para que acuda a presentar sus
alegatos contra el querellante”. (Duque Corredor, 2.001).
101
En relación a las acciones interdictales el Código de Procedimiento Civil
vigente contempla tres procedimientos diferentes regulados en el capítulo II del
Título III del Libro Cuarto del mencionado instrumento legal.
En la sección 2° se desarrolla lo relativo a los denominados –en sentido
estricto- Interdictos Posesorios, ellos son, como sabemos, el Interdicto restitutorio
(artículo 699) y el Interdicto de Amparo. (Artículo 700)
Ambos interdictos en su fase inicial, se caracterizan por la sumariedad, con
evidentes detalles particulares a cada caso, para luego en la denominada fase
S
O
D
A
materia de despojo, siguen un procedimiento común una
V vez verificada la citación
R
E
ES
del querellado.
R
S
O
H
C
ERlaEsección 3° contempla el respectivo procedimiento a seguir
Por otraD
parte,
plenaria, que comienza una vez practicado el decreto restitutorio o el secuestro, en
en materia de Interdictos Prohibitivos, bien sea el de Obra Nueva (artículos 713 y
siguientes), y el Interdicto de Obra Vieja (artículos 717 y siguientes), interdictos
estos cuyo marco normativo sustantivo fue abordado de manera sucinta en líneas
anteriores y que mantienen cada uno de ellos, sus rasgos propios en toda la
secuela del procedimiento, y que pretendemos abordar específicamente en futuras
investigaciones.
Antes de continuar con el análisis correspondiente al procedimiento de los
interdictos posesorios, debemos señalar que en las disposiciones generales que al
respecto contempla nuestro Código Civil adjetivo en vigencia en su Sección
Primera, reproduce un panorama muy similar al establecido en el Código de
Procedimiento de 1.916, manteniendo prácticamente igual las dos disposiciones
que contenía en este aspecto su predecesor.
102
Así tenemos que la primera de las aludidas disposiciones se refiere a la
jurisdicción que debe conocer de los interdictos y la segunda al Juez con
competencia en materia interdictal.
Articulo 697 (Artículo 594 Código de Procedimiento Civil): “El conocimiento de los
Interdictos corresponde exclusivamente a la jurisdicción Civil ordinaria, salvo lo
dispuesto en leyes especiales”.
Tomando en cuenta la salvedad establecida por el legislador patrio en la
parte final de la primera disposición en comento, tenemos que de conformidad con
el Artículo 212 de la novedosa y por demás polémica Ley de Tierras y Desarrollo
S
O
D
A
de diversos asuntos, entre ellos los referentes a V
las “Acciones declarativas,
R
E
ES agraria”.
petitorias, reivindicatorias y posesorias en
materia
R
S
O
H
C
E
DER Interdictal Posesorio (Interdicto Restitutorio). El
Procedimiento
Agrario, corresponde a los juzgados de primera instancia agraria el conocimiento
procedimiento a seguir en los juicios interdictales posesorios, tiene como norma
rectora al Artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, el cual a la letra reza:
Artículo 701: “Practicada la restitución o el secuestro o, las medidas que
aseguren el amparo, según el caso, el juez ordenara la citación del querellado, y
practicada esta, la causa quedara abierta a prueba por diez días. Concluido dicho
lapso las partes presentaran dentro de los tres días siguientes, los alegatos que
consideren convenientes, y el juez, dentro de los ocho días siguientes dictara la
sentencia definitiva.
Esta sentencia será apelable en un solo efecto, pero el
tribunal remitirá al superior el expediente completo de las actuaciones. El juez será
responsable de los daños que cause por su demora en dictar la sentencia prevista
en este artículo”.
Del contenido de dicho artículo se desprende, en primer lugar, que
consagra expresamente la norma citada, que el juez ordenara la citación del
103
querellado, en el proceso interdictal respectivo, luego de haber tenido lugar “la
restitución o el secuestro o, las medidas que aseguren el amparo”. Si es el caso.
Por tanto, es solo luego de ejecutado el decreto provisorio de que trata el ya
estudiado Art. 700 del Código de Procedimiento Civil, cuando el querellado puede
ser parte en el proceso, mediante su citación practicada de conformidad con lo
previsto en el Capítulo IV del Título IV del Libro Primero del Código de
Procedimiento Civil, expidiéndose al efecto la compulsa de la querella.
Esta particularidad en la norma descrita a que tradicionalmente la extinta
S
O
D
A
momento de ejecutarse el decreto provisional, equivalía
Va su citación. Así consta
R
E
ESsegún la cual:
en sentencia de fecha 22 de febrero de R
1.962,
S
O
H
C
EREde restitución, el periodo sumario reviste el carácter de
“En losD
interdictos
Corte Suprema de Justicia consideraba que la presencia del querellado en el
una actuación de jurisdicción voluntaria, porque en él no figura como parte sino el
querellante, y es solo en el momento de ejecutarse el decreto provisional, que
equivale a la citación del demandado, cuando surge la relación procesal. Aun
cuando la persona contra quien se dirija la querella, al tener noticias de haberse
introducido esta, haga alegatos o presente pruebas, no podrá ser considerada
parte, mientras no se ejecute el expresado decreto provisional”.
Cabe destacar que la exigencia contenida expresamente en la norma, en
cuanto a la verificación de la citación que ponga a derecho al querellado,
constituye un notable avance del Código de Procedimiento Civil vigente en
relación con su antecesor de 1.916, que no preveía
citación alguna, y que
regulaba de manera desordena y por demás deficiente, una oposición que
lógicamente podía formularse una vez ejecutado el decreto provisional.
Tal fue la problemática surgida al respecto bajo la vigencia del código
adjetivo predecesor, que ello constituyo la génesis para que la extinta Corte
104
Suprema de Justicia en Plenaria del Máximo Tribunal y apoyada en la célebre
sentencia el 18 de enero de 1.966 del magistrado José Román Duque Sánchez, al
decidir un recurso de inconstitucionalidad en contra del artículo 596 del Código de
Procedimiento Civil derogado, según el cual sin citación del querellado, y
constando la perturbación o del despojo, se permitía a los jueces decretar la
restitución, con la mayor celeridad en el procedimiento, contra el sujeto activo de
la perturbación o del despojo, aclaro, que para garantizar el derecho a la defensa
a que se contraía el Artículo 68 de la Constitución de 1.961, los Tribunales
estaban obligados a ordenar la citación del querellado si este no se encontraba
presente en el momento de ejecutar el decreto interdictal, o no acudía a formular
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
su oposición a dicho decreto.
En este orden de ideas, luego la Corte Suprema dejo manifiestamente
H
C
E
ER
establecido que si el querellado estuvo presente en el momento de practicarse el
D
decreto provisional de restitución, o de ejecutar el secuestro, o inclusive, si
realizaba alguna actuación o diligencia en el proceso que constase en autos,
operaba la citación tacita, también llamada “automática”.
Siguiendo con la secuela del procedimiento, y en lo referente a la
oportunidad precisa para que el querellado pueda hacer valer las defensas que
estime pertinentes destinadas a enervar los efectos de este decreto provisorio, el
Código de Procedimiento Civil imperante no prevé, como si lo hacia el derogado,
una oportunidad especifica, al inicio, para hacer oposición al decreto interdictal
provisional.
Conforme a lo dispuesto en el Artículo 597 del Código de Procedimiento
Civil de 1.916, una vez ejecutado el decreto provisional (o practicada la respectiva
citación, si el querellado no hubiese presenciado la ejecución del referido decreto)
comenzaban a transcurrir 24 horas una vez ejecutado en donde se podía
suspender los efectos del decreto si el ejecutado acreditaba un titulo justo y
autentico.
105
La eliminación de estas veinticuatro (24) horas para tratar de suspender los
efectos del mencionado decreto se considero como un avance desde el punto de
vista técnico-legal, que redundaba en una mayor celeridad del proceso, evitando
los indeseables efectos de las frecuentes maniobras judiciales que buscaban a
toda costa suspender la ejecución del referido decreto, quedando garantizado no
obstante, a juicio de los proyectistas, el derecho a la defensa del querellado.
De hecho, lo expuesto en la norma rectora del presente procedimiento, el
acto de alegatos donde el querellado expondrá al juez todas las excepciones o
S
O
D
A
cuestiones previas y/o en su defecto, al acto de contestación
V de la demanda en el
R
E
EdeSfinalizada la articulación probatoria
procedimiento ordinario), tiene lugar luego
R
S
O para probar lo conveniente a sus intereses.
H
de ocho (8) días que tienen
las
partes
C
E
DER
defensas que a bien deba plantear (lo cual equivaldría al acto de oposición de
Es menester señalar, que la oportunidad de “contestar la querella”
constituye precisamente uno de los puntos álgidos del presente trabajo, y en tal
virtud, ella será abordada en detalle en la siguiente sección del mismo, no sin
antes establecer unas consideraciones que servirán, de una vez, como abrebocas
en este sentido.
Al igual que a varios estudiosos del derecho procesal, entre ellos el Dr.
Abdón Sánchez Noguera, llama la atención la aparente contradicción que existe,
al menos en principio, entre el aludido respecto al derecho a la defensa del
querellado, reafirmado tanto por parte de los proyectistas del Código de
Procedimiento Civil vigente, como por la jurisprudencia emanada de la extinta
Corte Suprema de Justicia, la ausencia de un lapso expresamente establecido
para formular su oposición ab inicio, como señalamos, a la ejecución del decreto
provisional interdictal , toda vez que la misma Corte Suprema en su sentencia de
fecha 12 de diciembre de 1.989 establece: “La Corte Suprema de Justicia en Corte
Plena y Sala de Casación Civil, ha señalado en reiteradas sentencias, que la
106
oposición en el procedimiento especial contencioso referido
a los interdictos
posesorios, equivalía a la contestación a la demanda en el juicio ordinario, era en
esa oportunidad procesal de la oposición, cuando el Querellado debía exponer
todos los medios defensivos para enervar la pretensión del querellante”.
Resulta incongruente
-prima facie- afirmar que sin contar con una
oportunidad expresa para que tenga lugar la contestación respectiva, queda
igualmente garantizado el derecho a la defensa del querellado en virtud de la
articulación probatoria posterior, y la oportunidad de establecer alegatos –
entiéndase acto que en el contexto del procedimiento ordinario correspondería a
S
O
D
A
oponer las excepciones o defensas, que precisamenteV
luego constituirían el objeto
R
E
S
Einterdictal.
de la prueba en el marco del procedimiento
R
S
O
H
C
RE
Quizás D
la E
percepción de la efectividad de tal garantía es producto del
los informes- y que para nada pueden sustituir la ventana procesal pertinente para
acostumbrado parecer de la doctrina patria e incluso jurisprudencia, por demás
cambiante, según la cual, en el procedimiento interdictal relativo a la restitución de
la posesión, al quedar la causa abierta a pruebas “seria esa articulación probatoria
la oportunidad procesal en la cual el querellado expresaría y demostraría lo que
estimare pertinente en su defensa”, tal y como lo establece la sentencia de fecha
19 de mayo del 2.003 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
con ponencia del magistrado Antonio García García.
No se explica cómo puede afirmarse que en una misma oportunidad puede
procederse a alegar y probar lo conducente que favorezca, la defensa del
querellado, por cuanto, y a pesar de la especialidad del procedimiento interdictal,
no pueden violentarse principios fundamentales de todo proceso, como el de
preclusión procesal, de tal manera, que no se puede alegar y probar en el mismo
acto, primero, y sobre todo por tratarse de un procedimiento escrito, se alega y
luego en otra oportunidad se prueba.
107
Continuando con el curso del procedimiento establecido en el Artículo 701
del Código de Procedimiento Civil, tenemos que una vez producida la citación,
quedara abierta una articulación probatoria, como se menciono, en donde las
partes desplegaran la actividad que estimen conveniente y al finalizar esta,
dispondrán los intervinientes de un lapso de tres días para exponer los alegatos
pertinentes, alegatos estos, que tal y como advirtiéramos, corresponden más,
siguiendo un orden lógico en ello, al acto de informes que a una postulación de
excepciones especificas.
Seguidamente, el juez de la causa dispone de ocho (8) días para dictar la
S
O
D
A
de lo contrario será responsable de los daños y perjuicios
V que su demora pueda
R
E
ES
ocasionar.
R
S
O
H
C
EResEimportante destacar que en caso de tratarse el referido
En esteD
punto,
correspondiente sentencia definitiva, debiendo hacerlo de manera expedita, pues
procedimiento al trámite de un interdicto restitutorio, el juez en esta sentencia
definitiva deberá hacer mención expresa en relación al destino de la garantía
constituida en virtud de lo dispuesto en el Artículo 699 ejusdem, declarando la
extinción de la misma si la querella fuese declarada con lugar o, la ejecución de
dicha garantía para satisfacer los daños y perjuicios causados y fijados mediante
experticia complementaria del fallo, si la misma hubiese resultado en definitiva
improcedente.
Conforme a este artículo, las sentencias que se dicten en el proceso
interdictal restitutorio son apelables en un solo efecto, es decir, en efecto
devolutivo por ante el juez superior.
De lo arriba expuesto, fue ratificado en sentencia de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 9 de noviembre de 2.001,
con
ponencia del magistrado Pedro Rafael Rondón Hazz, conforme a la cual: “De la
norma transcrita ut supra, asi como de los demás
108
Artículos previstos en el
prenombrado texto adjetivo se deduce que la intención del legislador, en esta
materia, fue la de que el proceso interdictal se caracterizara por ser expedito, sin
dilaciones. En efecto, se cambio la concepción en cuanto a los efectos del recurso
de apelación, cuando se consigno una excepción al principio general previsto en
los artículos 288 y 290 del Código de Procedimiento Civil –de toda sentencia
definitiva se concede apelación y la misma se oye en ambos efectos-, ya que la
norma dispuso que, de la sentencia definitiva que se dicta en la primera instancia
del juicio interdictal, se oye apelación en un solo efecto.
Como consecuencia de tal previsión legislativa, la ejecución de la sentencia
S
O
D
A
con la interposición del recurso de apelación, por lo que,
V en el caso bajo estudio,
R
E
EenSprimera instancia debió, desde un
el juez que decidió la querella interdictal
R
S
Oinmediata de la sentencia conforme a las normas
H
principio, proceder a la ejecución
C
EREde sentencias previstas en el Código de Procedimiento
relativas a la D
ejecución
definitiva que se dicte en la primera instancia del juicio interdictal no se suspende
Civil, a petición de parte interesada…”
4. Verificar la transgresión del principio de la Tutela Judicial Efectiva por la
aplicación del procedimiento Interdictal y Restitutorio contemplado en el
Código de Procedimiento Civil Venezolano.
Por su parte, la Sala de Casación Social máximo tribunal, en sentencia de
fecha posterior a la que modifico sustancialmente el procedimiento en estudio, se
aparta de las referidas modificaciones hechas por su parte en materia civil,
ratificando el acatamiento al procedimiento establecido en el articulo 701 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil, reproduciendo el acostumbrado
señalamiento hecho, a través; del tiempo, por la extinta Corte Suprema de Justicia
y un amplio sector de la doctrina, en cuanto a la oportunidad defensiva del
querellado.
109
Lo señalado en el párrafo precedente se concreta en el cuerpo de la
sentencia –contradictoria a nuestro juicio- fecha 13 de noviembre de 2.001, con
ponencia del magistrado Juan Rafael de Pérez Perdomo, de la siguiente forma:
“… Argumenta en su apoyo el formalizante, el criterio sostenido en sentencia de la
Sala de este Supremo Tribunal, de fecha 22 de mayo de 2001, en la cual se
decreto la nulidad de todo lo actuado en determinado procedimiento interdictal, y
la siguiente reposición al estado citado, considerando que conforme al artículo 701
de Código de Procesamiento Civil, la oportunidad para oponer cuestiones previas,
alegatos y defensas, viene a ser posterior al vencimiento del periodo de pruebas,
S
O
D
A
proceso incompatible con las disposiciones constitucionales
V que los garantizan”.
R
E
ES
La Sala, para decidir, observa:
R
S
O
H
C
E
“…No comparte
DER esta Sala el criterio a que alude el formalizante, por cuanto
lo cual se traduce en un menoscabo de los derechos a la defensa y al debido
aprecia que implica trastocar la especialidad del procedimiento interdictal,
expresamente declarada por la voluntad legal, y por cuanto considera que no
resulta indispensable ocurrir a los mecanismos allí referidos para garantizar el
derecho a la defensa y al debido proceso”.
Bajo el régimen del Código Procesal derogado, se contemplaba para el
querellado la oportunidad de hacer oposición al decreto interdictal provisional,
dentro de las 24 horas de ejecutado, aunque solo a los fines de intentar la
suspensión inmediata de sus efectos acreditando con titulo justo y autentico que
procedió con derecho en su actuación calificada de perturbación o despojo.
No obstante, por vía jurisprudencial pacifica y reiterada, se le reconoció el
derecho de oponer en esa misma oportunidad y también durante todo el lapso
probatorio, cualesquiera otras defensas, incluso las denominadas excepciones
dilatorias o de inadmisibilidad, pero todas a ser decididas en la sentencia
definitiva, pues antes, como ahora, la ley perseguía evitar en estos asuntos la
sustanciación y decisión de incidencias previas.
110
En el sistema del Código vigente, se recalco la voluntad legal en ese
sentido, hasta el punto de eliminar aquella oposición y con ella la posibilidad de
una suspensión inmediata del decreto, lo cual no impide a la parte querellada, a
partir de su citación
hasta la conclusión del lapso para la presentación de
alegatos, exponer todas las defensas que considere oportunas, respecto de las
cuales podrá promover las pruebas que estime pertinentes y sobre las que deberá
emitir la sentencia definitiva, decisión expresa, positiva y precisa.
Bajo ese esquema y con vista de las amplias facultades y relevante función
que en el riguroso examen previo de las circunstancias que justifiquen el derecho
interdictal, que atribuyen al juez los Artículo 669, 700 y 701 del Código de
OS
D
A
V
R
de los interdictos
Procedimiento Civil, aprecia la Sala que se conjugan adecuadamente los derechos
impuesta
E
S
E
SnoRincurrió el Sentenciador en la infracción
expresamente por la ley; por tanto,
O
H
EC decretar la reposición cuya omisión se le imputa
alegada, pues noE
era
procedente
R
D
de las partes con la especialidad procesal
como tal, resultando igualmente improcedente, en consecuencia la presente
denuncia. Así se decide”.
Ratificando
aun
más
su
posición,
la
Sala
de
Casación
Social
posteriormente, en sentencia de fecha 4 de julio de 2.002, con ponencia del
entonces con el juez hoy magistrado Francisco Carrasqueño López, establece:
“… En los procedimientos interdictales restitutorios, la parte accionada solo
es citada con posterioridad a la práctica de la restitución provisional o del
secuestro, es decir, una vez que fue desposeído del bien objeto del litigio. Es por
esa razón que el querellante debe demostrar en juicio contradictorio todos los
extremos que hacen procedente la restitución y por ello el
legislador no fijo
oportunidad para que el querellado conteste la acción o formule excepciones, sin
que esto pueda considerarse una violación del derecho a la defensa ni al debido
proceso.
En efecto, si por haber sido puesto provisionalmente en la posesión del bien
mueble o inmueble objeto de litigio, es el querellante quien debe probar que era
poseedor del bien objeto del litigio, que ocurrió un despojo del mismo, que la
111
acción restitutoria dentro del año siguiente a la fecha en que se produjo este, que
el querellado es el autor del mismo, quien no está obligado a formular ninguna
excepción que deba probar posteriormente. Ello explica que en el procedimiento
interdictal no está previsto un acto de contestación de la demanda sino que, por
disposición del Artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, inmediatamente
después de la citación se inicia un lapso de diez (10) días de despacho para
promover y evacuar las pruebas que las partes consideren pertinentes. Las partes
pueden presentar sus alegatos dentro de un plazo de tres (3) días siguientes a la
culminación del lapso probatorio.
Se destaca que la oportunidad de presentación de los “alegatos” es posterior
OS
D
A
V
R
una exposición de la pretensión del querellante E
o de
las excepciones o defensas
ESla controversia y por ello resulta
R
S
del querellado, son sus conclusiones
sobre
O
H
C
acertada la indicación
de la juez de la recurrida cuando precisa que los hechos
ERE
D
que incorpora la parte querellada al juicio no son auténticamente excepciones y
a la culminación del lapso de pruebas por lo que debe considerarse que antes que
por ello no revisten la carga probatoria original…
Como se evidencia, ambas Salas del Tribunal Supremo mantienen criterios
diferentes, poniendo de manifiesto lo señalado en puntos previos, incluso, en lo
relacionado a la tendencia adoptada en correspondencia a la salvaguarda del
derecho a la defensa del querellado.
Esta situación indeseable, por tratarse no de meras diferencias de forma,
sino de fondo, parece atentar incluso contra la especialidad de las competencias
atribuidas a cada Sala y la actuación unificadora, vital, que debe desempeñar un
órgano colegiado en aras de la indispensable seguridad jurídica.
112
Sala Constitucional
Visto el panorama anterior, de donde emana una importante contradicción,
resulta evidente que la situación planteada seria abordada por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, siendo esta, en virtud de sus
amplias facultades, la garante en última instancia de la legalidad y respeto a lo
dispuesto en la Carta Magna.
Como se observa
y muy a pesar de todas las razones de derecho
expuestas por la Sala de Casación Civil como fundamento de su innovadora
S
O
D
A
Justicia no acogió decisivamente las modificaciones V
formuladas, y en sentencia
R
E
E
del 19 de mayo de 2.003, con ponencia
delS
magistrado Antonio García García,
R
S
O
H consagrado en el artículo 701 del Código de
ratifico que el procedimiento
C
E
ER
ProcedimientoD
Civil
no viola preceptos constitucionales referidos al derecho a la
decisión del 22 de mayo de 2.001, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
defensa ni al debido proceso.
“… Del análisis de esta disposición
Civil) se desprende que,
(Art. 701 Código de Procedimiento
en el procedimiento interdictal, tanto la medida de
restitución como la de secuestro pueden ser dictadas antes de la citación del
querellado y luego de dictada esta previsto lo necesario para garantizarla; de esta
manera, asegura el legislador adjetivo el ejercicio del derecho a la defensa pues
prevé la apertura de una articulación probatoria, en la que, precisamente, quien se
sienta afectado por el decreto puede exponer y probar sus argumentos contra la
medida y, en general, contra la querella instaurada.
Así lo ha precisado esta Sala al señalar, en sentencia del 2 de marzo de
2.000, que: “Por el carácter provisional de las medidas dictadas para asegurar el
amparo posesorio decretado, estas son susceptibles de modificación en un lapso
perentorio, por cuanto una vez que el querellado comparece al juicio, según, el
procedimiento consagrado en el artículo 701 del Código de Procedimiento
Civil, este puede oponer todas las excepciones o defensas que consideren
113
convenientes en beneficio de sus intereses.
En
este proceso, una vez
citado el querellado, se entiende abierto un lapso probatorio de diez (10)
audiencias para promover y evacuar pruebas, luego las partes dentro de los
tres (3) días siguientes presentaran los alegatos que consideren pertinente,
vencido este lapso el juez deberá decidir dentro de un lapso de ocho (8) días”.
(Negrillas de este fallo)…
Se reitera que, en primer término el no haber sido citados los accionantes
antes de la práctica de la medida, no constituye violación al debido proceso pues
la norma procesal aplicable dispone que la citación será ordenada una vez
practicada aquella. En segundo término no se ha producido lesión alguna del
OS
D
A
V
R
Código de Procedimiento Civil cuando señala E
que
al practicarse la citación, la
ES
R
S
causa quedara abierta a pruebas
y
seria
pues esa articulación probatoria la
O
H
C
oportunidad procesal
ERenE la cual el querellado expresaría y demostraría lo que
D
estimara pertinente en su defensa…
derecho a la defensa, ya que el ejercicio del mismo está garantizado por el propio
Posteriormente la Sala Constitucional en sentencia del 19 de diciembre de
2.003, con ponencia del magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero, y luego de
ratificar la aplicación del procedimiento tradicionalmente delineado por la
jurisprudencia y la doctrina, reitera el contenido del fallo de fecha 26 de julio de
2.002 que explica, a continuación, porque lo dispuesto en el artículo 701 del
Código de Procedimiento Civil se “desaplico” tan solo en el caso en cuestión.
“… En dicho procedimiento interdictal restitutorio, la causa queda abierta a
pruebas por diez (10) días, a cuya finalización las partes presentaran dentro de los
tres (3) días siguientes, los alegatos que consideren pertinentes a sus intereses y
derechos, debiéndose producir la sentencia respectiva dentro de los ocho (8) días
siguientes. Pudiéndose observar, que no se prevén en el referido procedimiento,
acto de contestación a la demanda, ni oportunidad procesal en el cual pudieran
promoverse cuestiones previas, para decidirlas en forma incidental, siendo esta la
ocasión para que el querellado haga uno de todas las defensas, alegatos y
114
consideraciones que juzgue oportunas a los efectos de desvirtuar las pretensiones
del querellante, incluyendo en estas omisiones o deficiencias de las cuales
adolezca el escrito de la querella; por lo que dichas alegaciones tendrán que ser
esgrimidas en el lapso probatorio o posterior a él si se trata de normativas de
derecho, y deberán ser resueltas como punto preliminar en la sentencia.
Al respecto, esta Sala Constitucional en decisión del 26 de julio de 2.002
(Caso: Importadora y Exportadora Chipendele C.A), con ponencia del magistrado
Pedro Rondón Haaz, señalo que en el referido fallo del 21 de mayo de 2.001, la
Sala de Casacion Civil de este Tribunal Supremo de Justicia, en ejercicio de la
facultad del control difuso de la constitucionalidad, que establecen los Artículos
OS
D
A
Vque resultaba contraria a
R
caso en concreto el Artículo 701 eiusdem, al considerar
E
ESal respecto esta Sala, que dicha
R
S
los preceptos de la Constitución,
indicando
O
H
C
E
consideración no
ocasionaba
consecuencias inmediatas, más allá de las
DER
334 de la Constitución y 20 del Código de Procedimiento Civil, desaplico en ese
contenidas en el caso en que el control difuso se produjo, habida consideración
de que el juez no se estaría pronunciando sobre la validez de la norma en cuestión
con carácter erga omnes.
Así, esta Sala señalo expresamente que quedaba a criterio de los demás
jueces de instancia la aplicación o no de ese procedimiento, para el supuesto que
estimaran, al igual que la Sala Civil que su aplicación contrastaba con la
Constitución, ya que la Sala de Casacion Civil en el fallo del 21 de mayo de 2.001,
solo exhorto a los juzgados de instancia a seguir el criterio adoptado, sin afirmar
que el mismo fuese vinculante, aunque lo recomendable seria que los tribunales
de instancia acogieran los criterios de la Sala de Casación Civil, a fin de lograr una
uniformidad en la jurisprudencia.
De esta forma, las alegaciones que tuviere que hacer el querellado, no
podrán realizarse al momento que se admite la querella interdictal restitutoria, por
cuanto en dicha oportunidad, no pueden argüirse ni las defensas antes indicadas,
115
ni las que sostuvo el accionante en el presente caso, referidas a que esa no era la
vía procesal aplicable, ya que, como se expuso ut supra contra el auto de
admisión de la demanda no procede por el querellado o los terceros recurso
legalmente previsto. Por lo cual, las defensas de que quiere valerse el presunto
perturbador, debieran alegarse en otra oportunidad, antes o después del término
probatorio y serán decididas por el juzgador en el fallo que sobre el fondo profiera,
una vez constatadas las mismas siendo lo natural que si se van a probar hechos,
estos sean afirmados antes que fenezca el lapso probatorio…”
El fallo que antecede es obviamente menos radical que el emitido por la
Sala de Casación Social, en el sentido de dejar abierta la posibilidad,
OS
D
A
VCivil, en respecto de su
R
pautada o reformulada por la Sala de Casación
E
S
E
R
S
especialidad, opinión que compartida,
por
cuanto
ello encuentra justificación en la
O
H
C
delimitación misma
de E
competencia de cada Sala y sin olvidar, que los interdictos
ER
D
tienen como característica esencial su naturaleza civil, tanto es así, que de las
recomendable en palabras del ponente, de aplicar el procedimiento en la forma
mismas normas generales relativas a la competencia para el respectivo
conocimiento de las acciones interdictales, esta le es acordada a los tribunales
civiles ordinarios.
Lamentablemente,
en
fallos
posteriores
emanados
de
esta
Sala
Constitucional, con ponentes diferentes por cierto, se radicalizan las opiniones y
se desecha de antemano las precisiones introducidas por la Sala Civil, ratificando
el criterio existente desde antes del advenimiento de la sentencia polémica y que
señalaba simplemente la garantía al derecho a la defensa del querellado, por
cuanto al abrirse el lapso probatorio este podría exponer todo cuanto en su interés
considerare necesario hacer, de una manera por demás imprecisa.
De hecho, la sentencia arriba estudiada, de fecha 19 de diciembre de 2.003,
señala a pesar de apartarse de las modificaciones introducidas por la Sala civil, y
de manera contradictoria con la postura adoptada en definitiva, que “Siendo lo
natural que si se van a probar hechos, estos sean afirmados antes que fenezca el
lapso probatorio”.
116
Caben entonces las interrogantes siguientes, si lo natural en todo proceso
es afirmar y después probar en oportunidades definidas por la ley, porque razón
se consciente en mantener un criterio que apunta a una indeseable acumulación
de actuaciones procesales, de modo por demás desordenado y de qué manera
se evitarían eventuales sorpresas en el curso del procedimiento, si las partes no
conocen específicamente el objeto de las pruebas. Analógicamente, alegar
después de probar es equivalente a “digerir alimentos antes de consumirlos”.
Una vez analizada en detalle la problemática expuesta, en relación a la
inexistente consagración en el Código de Procedimiento Civil vigente, de un lapso
S
O
D
A
correspondiente a los llamados por la doctrina, en sentido
V estricto, “interdictos
R
E
S
Erespecto,
posesorios”, es obligatorio fijar posición
al
máxime si la controversia
R
S
O
H se dijo, cambios trascendentales en el marco de
involucra eventualmente, C
como
E
R toda vez que se plantea la modificación de manera
DEespecial,
un procedimiento
preciso para que tenga lugar la contestación a la querella, en el ámbito procesal
expresa del procedimiento (no solo en relación a la oportunidad para que
accionado haga formal oposición a los fundamentos de la querella que enfrenta),
sino también incluso en relación a posibles incidencias en este proceso especial.
En este orden de ideas lo primero que se quiere puntualizar, es que mas
allá de la discusión ventilada entre las Salas del supremo tribunal y sectores
representativos de la doctrina patria, no se debe
perder de vista la
“provisionalidad” de la solución propuesta, toda vez que el marco de todo
procedimiento judicial requiere que se conozcan sin lugar a dudas, ni colisión de
interpretaciones, cuales son los momentos en donde deben verificarse las
actuaciones de las partes, sobre todo las trascendentales, como la contestación
respectiva, toda vez que no se trata de una simple actuación, que en caso de
anomalía pueda luego, durante el desarrollo del juicio enmendarse.
Vale la pena recordar, que la misma Teoría General del Proceso, es la
relativa al efecto que tiene la contestación de la demanda (entendida esta en su
117
acepción amplia, como oposición esgrimida por el accionado para enervar la
pretensión postulada por el autor, para producir la trabazón de la litis, dejándola
demarcada de antemano.
De tal manera que cualquier persona que se vea envuelta en un proceso,
cualquiera sea su naturaleza, y en particular uno interdictal, lógicamente necesita
saber a ciencia cierta, en que oportunidad se va a verificar el acto de oposición del
querellado a los efectos de fijar los límites del debate probatorio, bien porque sea
precisamente esa persona la llamada a oponerse o por ser el acciónate, a quien
interesa sobremanera, a nuestro lógico entender, saber cuáles son los puntos a
S
O
D
A
estrategias dirigidas simplemente a tratar de desvirtuar
Vla actividad probatoria del
R
E
ES que puede presentarse entre lo
querellado, en virtud de la posible incongruencia
R
S
O
H
que aquel hubiese alegado
y luego pretendido probar en la articulación
C
E
R
DE
correspondiente.
probar por su contraparte, a los efectos de preparar incluso la contraprueba o las
Así pues como un paliativo temporal, se considera pertinente adoptar de
forma generalizada, homogénea, el procedimiento interdictal, tal y como fue
replanteado por la Sala de Casación Civil, en su sentencia del 22 de mayo de
2.001, ello en virtud de una serie de consideraciones que a continuación se
presentan, y cuyo conocimiento necesario es la noción de “Tutela Judicial
Efectiva” que rige los parámetros funcionales de la justicia en la Constitución
Política.
A grandes rasgos, la Tutela Judicial efectiva como paradigma moderno de
la justicia, implica entre otras cosas, el desarrollo de un proceso en donde se
respeten y garanticen en todo momento, los derechos y elementales e
inderogables garantías que contempla la Constitución para las partes involucradas
en el mismo, evidentemente, el relativo al derecho a la defensa.
118
Con relación a este punto cabe entonces preguntarse puede hablarse de
tutela judicial efectiva en el marco de un procedimiento en donde se limitan las
oportunidades defensivas de uno de los involucrados.
La
respuesta
a
la
anterior interrogante evidentemente tiene que ser la negativa, y es ello lo que
impone entonces, la necesidad de adecuar un procedimiento, por demás anterior
en el tiempo en relación al novedoso orden constitucional en vigencia, y más allá
de su longevidad, siempre fue impreciso en cuanto a la oportunidad defensiva del
querellado, siendo prueba de ello, la abundante labor jurisprudencial desarrollada
en torno a esta.
S
O
D
A
de la Sala de Casación Social, que en un proceso como
Vel interdictal no se prevea
R
E
S por cuanto es el querellante
E
una oportunidad específica para contestar
la querella,
R
S
O
H
quien prácticamente y en C
virtud
de la provisionalidad de las mediadas adoptadas
E
R
DenEdicho procedimiento, debe desplegar una actividad probatoria
en un principio
No es posible justificar, como lo hace la Sala Accidental agraria, integrante
infalible, porque de lo contrario el vencedor en el procedimiento en cuestión sería
el querellado.
Aceptar, necesariamente a pensar que el acto de la contestación de la
demanda en el ámbito del procedimiento ordinario es igualmente innecesario,
porque tratándose tanto este, como todos los procedimientos especiales, de una
manifestación de un sistema procesal predominantemente dispositivo, al fallar el
actor en su empresa probatoria, el beneficiado, así de simple, sería el accionado.
Pero, y más allá de lo elemental del aserto precedente, debe recordarse
que se está hablando ciertamente de un procedimiento especial, pero contencioso,
es decir, se trata de una “batalla procesal” en la cual cada parte busca esgrimir
sus mejores armas para alcanzar su objetivo, que no es otro que el de prevalecer
al final de la contienda.
119
En este sentido, resulta ilógico pensar que la suerte de una parte en el
proceso dependa exclusivamente de la actividad desplegada por el contrario, sin
que le sea dado al interesado, hacer valer incluso nuevos hechos, y no solo
postular excepciones rígidas, dirigidas a destruir los fundamentos de una
pretensión.
En líneas generales cualquier demandado puede, al elegir la postura a
adoptar en la oportunidad de dar contestación a la demanda, incorporar al
proceso, hechos constitutivos, impeditivo y/o extintivos, que le proporcionen una
mayor oportunidad defensiva en el proceso, y lo hacen menos dependiente de la
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
ineficacia de su contraparte.
Por otra parte, el no establecer formalidades para que tenga lugar la
H
C
E
ER
contestación de la querella, parece vulnerar el mecanismo básico de todo
D
procedimiento contencioso, como lo es el de la bilateralidad de la audiencia, que
incluso en materia de medidas cautelares no se elimina, sino que se pospone a la
oportunidad consagrada en el Artículo 602 del Código de Procedimiento Civil,
norma esta que inclusive, organiza el desarrollo de la incidencia que surge con
ocasión de dichas medidas, de manera tal que antes de la articulación probatoria
correspondiente, en donde los interesados pueden promover y evacuar las
pruebas que convengan a sus derechos, puede el ejecutado hacer oposición a la
medida, dentro de un lapso de tres días a contar de su citación en el proceso o de
la ejecución de la misma, si ya estuviere citado previamente.
Entonces, y recalcando lo anterior, si el mismo procedimiento pautado para
las medidas cautelares, tan particulares desde el punto de vista procesal, y que
rompen en un principio el esquema tipo postulado con el procedimiento ordinario,
al dictarse y ejecutarse inaudita parte, prevé formalmente, positivamente sin lugar
a dudas una oportunidad para oponerse a dichas medidas, porque entonces el
procedimiento interdictal puede considerarse adecuado sin preverla.
120
Esta ultima consideración toma aun más fuerza si recordamos, que muchos
doctrinarios, citados en este trabajo en el punto concerniente a la conceptuación
de los interdictos posesorios, han considerado a los interdictos como medidas
cautelares, haciéndose eco de la caracterización propuesta hace mucho tiempo
por el maestro Calamandrei.
Dicho lo anterior entonces ratificamos nuestra adhesión al procedimiento
interdictal enmendado gracias a la labor de la Sala de Casación Civil, que a pesar
de introducir una vía accidental, si la comparamos con una reforma legislativa de
forma, que efectivamente muchas veces se ve precedida por señalamientos
S
O
D
A
dijera, la fuente de inseguridad jurídica que constituíaV
la indeterminación de una
R
E
S
oportunidad lógica, desde el ámbito deRlaEpreclusión
procesal, de alegar, en el
S
O
H de rigor, y no como meras conclusiones
sentido propio de las excepciones
C
E
ER en el procedimiento ordinario, la grave omisión cometida
semejantes a D
informes
reiterados de nuestro máximo tribunal, subsana, al menos provisionalmente como
por el legislador procesal de 1.986.
Obsérvese igualmente, que las consideraciones precedentes y en la
reafirmación de nuestra postura, hemos hablado de solución “provisional”, pero
esa “provisionalidad” no debe ser entendida como el simple preludio a una reforma
legislativa que adopte indefectiblemente el criterio esbozado por la Sala de
Casación Civil. Ese no es el sentido de este planteamiento.
Por el contrario, el señalamiento persigue reafirmar el apoyo a una solución
urgente y adecuada al nuevo marco constitucional, pues es justamente desde ese
marco constitucional de donde se desprende el conjunto de principios que a
nuestro modo de ver imponen la adopción de un procedimiento interdictal
radicalmente distinto a futuro, al menos en cuanto a la forma procesal
predominante.
Los artículos 257 y 26 de la Constitución de la Republica
Bolivariana de Venezuela establecen requerimientos muy puntuales, a saber:
121
Artículo 256. Con la finalidad de garantizar la imparcialidad y la
independencia en el ejercicio de sus funciones, los magistrados o magistradas,
jueces o juezas, fiscales o fiscalas del Ministerio Público y defensores públicos o
defensoras públicas, desde la fecha de su nombramiento y hasta su egreso del
cargo respectivo, no podrán, salvo el ejercicio del voto, llevar a cabo activismo
político partidista, gremial, sindical o de índole semejante, ni realizar actividades
privadas lucrativas incompatibles con su función, ni por sí ni por interpuesta
persona, ni ejercer ninguna otra función pública a excepción de actividades
educativas.
OS
D
A
Artículo 26. Toda persona tiene derecho
de V
acceso a los órganos de
R
E
S
REsus derechos e intereses, incluso los
administración de justicia para hacer
valer
S
O
CHefectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
E
colectivos o difusos,R
a la
tutela
DE
Los jueces y juezas no podrán asociarse entre sí.
decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea,
transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.
En virtud de ello, el proceso civil, tanto en lo referente al procedimiento
ordinario como a los procedimientos especiales, denominados por la escritura
como forma de expresión procesal, tiene que dar paso a nuevos desarrollos
legislativos donde la oralidad ocupe la escena y traiga una serie de ventajas a la
materia civil, ya experimentadas en materia penal, de niños y adolescentes y más
recientemente en el procedimiento laboral.
En este sentido, es por todos conocidos que un procedimiento oral
garantiza entre otras cosas, una mayor celeridad, por la abreviación de las formas
y resolución pronta de las posibles incidencias, la inmediación tan fundamental y
122
muchas veces extraña en cualquiera de sus manifestaciones del proceso civil en
vigencia, y una publicidad mayor que a su vez encierra un mayor poder de control
por parte de los mismos justiciables.
No se puede hablar de un cambio muy a futuro y complicado, toda vez que,
por una parte, se ha demostrado en nuestro país, que por muy arraigados que
estén determinados paradigmas, estos finalmente ceden ante las exigencias
contemporáneas. Por la otra, ya existen en otras legislaciones procesales en
materia civil, modelos orales para llevar a efecto el trámite y decisión de los
conflictos suscitados con ocasión de la posesión, en particular los relativos a los
E
ES
R
S
O
S
DO
A
V
R
interdictos posesorios.
En este orden de ideas, en reciente reforma de su Código Civil Adjetivo, la
H
C
E
ER
madre patria estreno un procedimiento interdictal predominantemente oral, que
D
bien puede servir de punto de partida o modelo a considerar para la confección de
uno propio, ya que a nuestro parecer constituye una iniciativa interesante
encaminada hacia la necesaria homogenización de los llamados procedimientos
especiales, para permitir así la simplificación y mayor efectividad de la actividad
procesal.
Se puede recordar que efectivamente, la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil
Española refunde todos los procesos declarativos en dos: el ordinario (artículos
399 al 436), caracterizado por su concentración, inmediación y oralidad, y el verbal
(artículos 437 al 447), juicio oral en sumo grado que relega la escritura a lo
imprescindible.
Ahora bien, y retomando en específico el aspecto que nos concierne,
tenemos que claramente establece el citado instrumento legal, en su artículo
250.1.4., el procedimiento a seguir en materia interdictal, en los siguientes
términos: Artículo 250.1.4. Ley de Enjuiciamiento Civil Española.: “se seguirán los
tramites del juicio verbal, con independencia de la cuantía cuando la demanda
123
pretenda la tutela sumaria de la tenencia o de la posesión de una cosa o derecho
por quien haya sido despojado de ella o perturbado en su disfrute”.
Así mismo, resalta el articulo en comento, a la par de lo preceptuado en el
articulo 447.2 ejusdem que: “No producirán efectos de cosa jugada las sentencias
que pongan fin a los juicios verbales sobre tutela sumaria de posesión”, quedando
a salvo la posibilidad de ocurrir posteriormente a un proceso ordinario donde se
discuta sobre la propiedad o posesión definitiva.
La innovación española nos parece además de “valiente”, por el cambio
S
O
D
A
de la tutela judicial, toda vez que permite, en situaciones
V tan delicadas como las
R
E
ESmucha más expedita que impida la
relativas a la posesión, otorgar una respuesta
R
S
O irrevocable del estatus posesorio.
H
eventual desnaturalizaciónC
y perdida
E
DER
radical de paradigmas que encierra, muy congruente con la actual a nivel mundial
Se debe pues, emprender el camino de la adecuación definitiva de nuestro
ordenamiento jurídico, a las exigencias actuales de justicia reconocidas como
vemos, no solo a nivel nacional, sino también internacional, y apreciar y extraer,
en la medida de lo posible, de los marcos referenciales que en otras latitudes se
han desarrollado al respecto, los lineamientos que puedan extrapolarse y
matizarse para reformular nuestros procedimientos.
124
Conclusiones
Desde su origen, y posterior evolución, los interdictos posesorios como
medios de defensa específicos de la posesión han demostrado, más allá de los
cambios y críticas formuladas, ser efectivos, en las diferentes latitudes para
proteger la posesión, y muestra de ello es su mantenimiento incluso como
procedimiento especial en los diversos ordenamientos jurídicos.
Efectivamente, el estudio detallado del marco general de regulación de los
interdictos, así como las luces arrojadas por la jurisprudencia patria y el derecho
comparado, el cual hoy día es de más fácil acceso gracias a la red, ha evidenciado
S
O
D
A
oriundos de otras latitudes, frecuentemente traducidosV
y adoptados, al menos en
R
E
su esencia en el país. Lamentablemente,
cuando
ES las referidas anomalías han sido
R
S
O correspondientes, esa subsanación no se ha
H
subsanadas en los ordenamientos
C
RE como sucesor directo de aquel.
hecho extensiva
DalEnuestro,
una serie de imprecisiones legales, cuyo nacimiento se remonta a instrumentos
En este orden de ideas y tal como se señala en el apartado respectivo, del
Código Civil sustantivo en lo concerniente a la posesión, evidencia deficiencias
específicas de técnica legislativa, enmarcadas en el señalamiento arriba expuesto.
Particularmente, el Artículo 772 del citado instrumento legal, que consagra
los requisitos para que la posesión se considere “legitima”, al hablar de “no
equivoca”, y siguiendo en puridad el análisis, efectuado en Italia tiempo atrás,
evidencia una redacción innecesariamente superflua, toda vez que es imposible
que exista una posesión legitima fundamentada en la tolerancia ajena.
Es pertinente señalar que las expectativas planteadas al inicio de la
investigación desplegada, fueron cubiertas e incluso desbordadas, por cuanto se
pudo
aportar criterios particulares en relación a aspectos controvertidos
conectados a nuestro objeto de estudio, tal como la naturaleza jurídica de las
acciones interdictales, con especial consideración al acostumbrado carácter
cautelar que la doctrina tradicional suele atribuirle, y que las corrientes modernas
del pensamiento jurídico, ubican como soluciones urgentes pero no cautelares en
125
el sentido técnico de la palabra, por cuanto no cumplen , con algunos de los
caracteres requeridos para quedar insertos en ese campo, como lo son la
provisionalidad e incluso, la instrumentalidad, ya que los interdictos, no constituyen
un instrumento indispensable para garantizar la satisfacción de derechos a
ventilarse en otro proceso autónomo.
En el ámbito procesal, el diseño que hoy mantiene el procedimiento
especial pautado para el tramite y decisión de las acciones interdíctales
posesorias, lamentablemente, y se hace eco de esa opinión, no logro la eficiencia
patrocinada por sus autores, siendo muestra latente de ello, todas las dificultades
de interpretación que redundaron en cuantiosa jurisprudencia, e intensa labor
OS
D
A
V
R
llegando al clímax esta situación, a partir del inicio
de labores del actual Tribunal
E
ES
R
S
Supremo de Justicia.
O
H
C
EREen su oportunidad, la especialidad de un procedimiento,
Como se
Dexplico
doctrinaria en relación a la oportunidad del querellado para contestar a la querella,
entendido esta como un conjunto de rasgos que lo diferencian del marco general
de referencia, constituido por el procedimiento ordinario, no justifica, y ahora
menos que nunca, al amparo de principios y garantías constitucionales bien
delineados, específicamente y en relación al punto correspondiente a la Tutela
Judicial Efectiva, que se genere incertidumbre e incluso se llegue a señalar y trate
de justificar la inexistencia de la oportunidad formal y única, de la cual debe
disponer el querellado para formular sus excepciones y fijar consecuencialmente
los límites del contradictorio.
De hecho, y llegando al extremo, escudados en la ausencia del carácter de
cosa juzgada material, atribuirle a la sentencia definitivamente firme dictada al final
del procedimiento interdictal, no se justifica por la posibilidad de debatir en un
juicio ordinario posterior, el relajar un principio cardinal de todo ordenamiento
jurídico como lo es el derecho a la defensa.
126
En cuanto a lo especial, ordinario o complejo de un procedimiento judicial
no constituye óbice alguno para limitar la posibilidad de intervenir, en dicho
proceso, tempestivamente y manifestar aquello que se considere conveniente.
Otra situación, lamentable es la constituida por la forma de ventilar las
diferencias de criterios a nivel del supremo tribunal, toda vez que lo sano, es
luchar por el respeto de las especialidades, de cada una de las Salas en sus
particulares competencias, por cuanto ello genera seguridad jurídica que siempre
revierte en paz social.
Cabe resaltar por cierto, en relación a la polémica generada en el Tribunal
S
O
D
A
experiencia profesional, nos resulta incierto, difícil V
de entender la afirmación:
R
E
S si todos somos iguales ante la
desaplicar las normas al caso concreto,R
porE
cuanto,
S
O normas casuísticamente sin producir un
H
ley, como se puede “desaplicar”
C
E
desbalance procesal
DERa favor de una parte, plenamente identificada en autos.
Supremo en torno al procedimiento interdictal posesorio, que en base a nuestra
Se estima acertado acoger de forma generalizada, las modificaciones
introducidas por el fallo de fecha mayo 2.001 emanado de la Sala de Casación
Civil, que resulta verdaderamente efectivo al momento de restablecer el orden
jurídico infringido, por cuanto era necesario, un pronunciamiento categórico que
precisara el momento de formular alegatos por parte del querellado, pero no
alegatos equivalentes al acto de informes en el ámbito del procedimiento ordinario,
sino como los correspondientes a la actividad desplegada por todo accionado en
aras de enervar la pretensión postulada por su contraparte.
Atendiendo a la puridad de las formas y oportunidades propias de los actos
procesales, así como el principio de preclusión procesal, establecer alegatos
después de pruebas, si precisamente se prueba lo que se alega y ello influye en el
posterior análisis del juez en relación a la pertinencia de la prueba ofrecida y
efectivamente aportada al proceso.
127
Recomendaciones
Para lograr tal adecuación y efectividad se recomienda tener muy presente
la experiencia y resultados alcanzados en otros países, como España, cuyo novel
procedimiento interdictal, es compatible con los parámetros jurídicos estructurales
instaurados en la Constitución, de la República Bolivariana de Venezuela, sin que
esto implique, una invitación a copiar modelos, sino más bien, fijar directrices y
adaptarlas a la realidad venezolana.
Existe la imperativa necesidad de emprender un profundo y acucioso
proceso de reforma legislativa, en donde se desarrollen y adopten, por una parte,
S
O
D
A
sustantivas como adjetivas que regulan lo relativo a laV
posesión, y en particular, a
R
E
los interdictos posesorios, modificándose
radicalmente
la estructura general de los
ES
R
S
O
procedimientos respectivos,
aH
tenor, por supuesto, de los mandatos contenidos en
C
E
R
la Constitución
DdeEla República Bolivariana de Venezuela, dándole cabida de una
los cambios que se requieren en cuanto a la claridad de las disposiciones tanto
vez por todas, en rol protagónico, a la oralidad en el proceso civil, y así adecuarlo
a la rapidez que requiere, no solo todo proceso inherente a la posesión, sino a
cualquier debate judicial, en virtud del alcance de la comentada Tutela Judicial
Efectiva.
128
Referencias Bibliográficas
1.-
Libros de Texto:
Aguilar G. José (1.989) Cosas, Bienes y Derechos Reales. Derecho Civil II.
Caracas, Venezuela. Editorial Ex Libris.
Álvarez, Tulio. (2.000) Procesos Civiles Especiales Contenciosos Derecho
Procesal Civil II. Caracas, Venezuela. Editorial Anexo.
S
E
DO
A
V
R
Arias (2006). Metodología de la Investigación. Caracas, Venezuela
ES
R
S
O
H
C
E
ER
Borjas, Armiño.
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DComentarios
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