Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 22 de julio de 2013.- 2336/13

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“2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia”
RESOLUCION Nº 1575/13
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 22 de julio de 2013.-
VISTO:
La actuación nº 2336/13, iniciada por la señora ,,,, quien tras
haber obtenido el beneficio de su jubilación, reclama poder continuar como
beneficiaria de la misma Obra Social que tenía en actividad, Obra Social de la
Unión del Personal Civil de la Nación, Accord Salud-Plan Verde.
Y CONSIDERANDO QUE:
1.- Objeto de la denuncia. Diligencias practicadas
Manifestó la reclamante que, mientras se
encontraba bajo relación de dependencia laboral, se asoció al Plan Verde de
Accord Salud, bajo el nº 00246424 00 2, conjuntamente con su marido,
abonando las diferencias correspondientes, por plan superador.
Asimismo, agregó que en el mes de diciembre de
2012, con motivo de haber accedido a su jubilación, manifestó su voluntad de
continuar como afiliada a la Obra Social de la Unión del Personal Civil de la
Nación (UPCN), habiéndosele informado, según afirmó la señora Maznicoff,
que para ello debía presentarse a partir del mes de marzo de 2013, en la
UPCN a fin de efectuar los trámites correspondientes, previo chequeo de
salud.
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Finalmente, señaló que tras haber cumplimentado
con todos los trámites requeridos por la prestadora, se le presupuestó una
cuota de afiliación de pesos quinientos veintiséis ($526.-), con más la suma
de pesos un mil ciento cincuenta y seis ($1.156.-), en razón de una
enfermedad preexistente, lesión parotíedea, según certificado de médico
especialista.
Con fecha 26 de abril de 2013, esta Defensoría del
Pueblo, cursó oficio solicitando información a la prestadora médica
denunciada, con traslado de la queja presentada (fs. 5).
El día 6 de mayo de 2013, se recibió en este
Organismo, respuesta de la UPCN, obrante a fs. 6, por la cual su Presidente,
licenciado Sergio D. Cassinotti, informó que: “... la Sra. Maznicoff estuvo
afiliada al Agente de Seguro de Salud que presido en calidad de afiliado
obligatorio por opción, bajo el Plan de Cobertura Accord Verde conforme
surge de la ficha afiliatoria que se adjunta a la presente. Atento a que la Sra.
Maznicoff accedió a un beneficio previsional, dejaron de ingresar aportes y
contribuciones, de modo tal se procedió de manera automática a la baja
afiliatoria de la beneficiaria con fecha 01/04/2013 de acuerdo a lo establecido
por el art. 10 inciso a) de la ley nº 23660. A todo evento y siendo que se trata
de una condición afiliatoria distinta, se hace saber que la reclamante puede
solicitar el ingreso al plan de adherente de cobertura médico-asistencial que
brinda Obra Social Unión Personal de la Unión del Personal Civil de la Nación
bajo el Plan Privado Accord para lo cual deberá completar la declaración
jurada de antecedentes familiares y de salud, la cual será evaluada por la
auditoria médica, y en caso de corresponder se determinará el valor
diferencial en atención a lo dispuesto por el artículo 10 de la ley nº 26.682 y
su decreto reglamentario 1993/2011...” (el resaltado nos pertenece).
Atento la índole del conflicto planteado y a los fines
de darle curso y efectividad al presente reclamo, resulta conducente solicitar
la inmediata intervención de la Superintendencia de Servicios de Salud de la
Nación, atento su carácter de Autoridad de Aplicación de las Leyes 23.660 y
26.682. Sin perjuicio de lo cual, teniendo en cuenta que en el presente caso
se halla involucrado el derecho humano a la salud integral y que a este
Organo Constitucional, le incumbe la misión de defender, proteger y promover
los derechos humanos y demás derechos fundamentales reconocidos en la
Constitución Nacional, la Constitución de la Ciudad y las leyes (entre ellos, el
derecho a la salud), corresponde formular algunas consideraciones respecto
de la cuestión aquí ventilada.
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“2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia”
2.- El nudo del conflicto
En concreto, la cuestión controvertida en el caso,
puede resumirse en determinar si a la señora Maznicoff, ahora jubilada, le
asiste el derecho a la continuidad prestacional en la misma Obra Social que
tenía estando en actividad, tal como lo solicitó oportunamente; o si, por el
contrario, el acceso al beneficio jubilatorio supone la baja automática del
servicio prestacional, tal como lo informó la UPCN, quedándole, en todo caso,
la posibilidad de suscribirse a un plan como adherente, bajo otra condición
afiliatoria distinta, al que se le puede aplicar un valor adicional a la cuota, por
razones de preexistencia, con fundamento en lo normado en el art. 10 de la
Ley 26.682.
Al respecto, cabe recordar que esta Defensoría del
Pueblo, ya se pronunció en otras ocasiones, en concordancia con la
jurisprudencia y la doctrina especializada, señalando que la regla general
para estos casos es que el trabajador que obtiene el beneficio de la
jubilación tiene derecho a permanecer en la misma Obra Social de la que
gozaba estando en actividad, salvo que opte por incorporarse al Instituto
Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI), o a
cualquier otra Obra Social, que admita jubilados, debidamente inscripta en el
Registro de Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud para la
Atención Médica de Jubilados y Pensionados. No obstante, en los hechos, se
suele dar una situación muy distinta, puesto que en general las Obras
Sociales, mediante una antojadiza interpretación de la normativa vigente,
proceden a desafectar, desafiliar o dar de baja al trabajador jubilado, sin
atender a su expresa voluntad, aún cuando éste haya sido beneficiario de la
Entidad mientras estaba en actividad.
3.- Sistema normativo
El derecho integral a la salud, entendido como el
estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones y enfermedades1, ha sido generosamente reconocido
en todos los instrumentos internacionales de derechos humanos, que gozan
de jerarquía constitucional por imperio de lo normado en el art. 75 inc. 22 de
la Constitución Nacional.
En tal sentido, es doctrina judicial de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), que el derecho a la salud “... está
1
Organización Panamericana de la Salud: Constitución de la Organización Mundial de la Salud. En Documentos Básicos,
Documento oficial nº 240, Washington, 1991, p. 23.
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íntimamente relacionado con el derecho a la vida, siendo éste el primer
derecho de la persona humana que resulta reconocido y garantizado por la
Constitución Nacional. El hombre es el eje y centro de todo el sistema jurídico
y en tanto fin en sí mismo -más allá de su naturaleza trascendente- su
persona es inviolable y constituye un valor fundamental, con respecto al cual
los restantes valores tienen siempre carácter instrumental (v. doctrina de
Fallos: 323:3229) (del dictamen de la señora Procuradora Fiscal
subrogante)...” y que “... El derecho a la vida, más que un derecho no
enumerado en los términos del artículo 33 de la Ley Fundamental, es una
prerrogativa implícita, ya que el ejercicio de los derechos reconocidos
expresamente requiere necesariamente de él y, a su vez, el derecho a la
salud está íntimamente relacionado con el primero y con el principio de
autonomía personal, desde que un individuo gravemente enfermo no está en
condiciones de optar libremente por su propio plan de vida (v. doctrina de
Fallos: 323:1339) (del dictamen de la señora Procuradora Fiscal
subrogante)...”, señalando además que el derecho a la salud, desde el punto
de vista normativo, está reconocido en los tratados internacionales con rango
constitucional (art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional) entre ellos, el art.
12 inc. 2. c) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; el art. 4º incs. 1) y 2) de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica); el inc. 1) del art. 6º del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, extensivo no sólo a la salud
individual sino también a la salud colectiva (Del dictamen de la Procuración
General, al que remitió la Corte Suprema en su sentencia del día 18 de
diciembre de 2003, dictada en los autos: A. 891, L. XXXVIII, caratulados
"Asociación de Esclerosis Múltiple de Salta c/ Ministerio de Salud - Estado
Nacional s/ acción de amparo - medida cautelar").
No habrá que soslayar que la Constitución de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, establece en su art. 10 que: “Rigen
todos los derechos, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional, las leyes de la Nación y los tratados internacionales
ratificados y que se ratifiquen. Estos y la presente Constitución se
interpretan de buena fe. Los derechos y garantías no pueden ser
negados ni limitados por la omisión o insuficiencia de su
reglamentación y ésta no puede cercenarlos”. Luego, agrega en su art. 41
que: “La Ciudad garantiza a las personas mayores la igualdad de
oportunidades y trato y el pleno goce de sus derechos. Vela por su protección
y por su integración económica y sociocultural, y promueve la potencialidad
de sus habilidades y experiencias. Para ello desarrolla políticas sociales que
atienden sus necesidades específicas y elevan su calidad de vida; las ampara
frente a situaciones de desprotección y brinda adecuado apoyo al grupo
familiar para su cuidado, protección, seguridad y subsistencia; promueve
alternativas a la institucionalización”, y luego en el art. 44 agrega que: “...
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“2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia”
reafirma los principios y derechos de la seguridad social de la Constitución
Nacional y puede crear organismos de seguridad social para los empleados
públicos. La ley no contempla regímenes de privilegio...”.
Ahora bien, mediante la Ley 19.032 se fundó el
Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados en
cuyo art. 16 indica que: “A partir de la vigencia de esta ley, los jubilados y
pensionados obligatoriamente comprendidos en cualquiera de las obras
sociales mencionadas en el artículo 1 de la ley 18.610, modificado por ley
18.980, aportarán únicamente al Instituto creado por la presente,
manteniendo sin embargo su afiliación a aquéllas, con todos los
derechos y obligaciones que los respectivos estatutos orgánicos y
reglamentaciones determinen. En tal supuesto, se aplicarán los montos o
porcentajes de aportes que rijan en esas obras sociales, si fueran mayores
que los establecidos en el artículo 8. En los casos precedentemente aludidos,
el Instituto deberá convenir con las respectivas obras sociales los reintegros
que correspondan por los servicios que presten a los jubilados y pensionados.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los párrafos anteriores, los jubilados y
pensionados podrán optar por incorporarse directamente al presente régimen,
en cuyo caso cesarán las obligaciones recíprocas de aquéllos y de las obras
sociales a las que se encontraban afiliados”.
Posteriormente se dictó la Ley 23.660, que en su
versión original estableció: “Quedan obligatoriamente incluidos en calidad
de beneficiarios de las obras sociales: a) Los trabajadores que presten
servicios en relación de dependencia, sea en el ámbito privado o en el sector
público del Poder Ejecutivo o en sus organismos autárquicos y
descentralizados; en empresas y sociedades del Estado, en la Municipalidad
de la Ciudad de Buenos Aires y en el Territorio Nacional de la Tierra del
Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; (Inciso sustituido por Art. 2º de la
Ley Nº 23.890 B.O. 30/10/1990). b) Los jubilados y pensionados nacionales y
los de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires; c) Los beneficiarios de
prestaciones no contributivas nacionales” (art. 8º).
Con la sanción de la Ley 23.661, se creó el
“Sistema Nacional del Seguro de Salud, “... con los alcances de un seguro
social, a efectos de procurar el pleno goce del derecho a la salud para todos
los habitantes del país sin discriminación social, económica, cultural o
geográfica. El seguro se organizará dentro del marco de una concepción
integradora del sector salud donde la autoridad pública afirme su papel de
conducción general del sistema y las sociedades intermedias consoliden su
participación en la gestión directa de las acciones, en consonancia con los
dictados de una democracia social moderna” (art. 1º); a continuación indica
la misma que: “El seguro tendrá como objetivo fundamental proveer el
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otorgamiento de prestaciones de salud igualitarias, integrales y
humanizadas, tendientes a la promoción, protección, recuperación y
rehabilitación de la salud, que respondan al mejor nivel de calidad disponible
y garanticen a los beneficiarios la obtención del mismo tipo y nivel de
prestaciones eliminando toda forma de discriminación en base a un criterio de
justicia distributiva. Se consideran agentes del seguro a las obras sociales
nacionales, cualquiera sea su naturaleza o denominación, las obras sociales
de otras jurisdicciones y demás entidades que adhieran al sistema que se
constituye, las que deberán adecuar sus prestaciones de salud a las normas
que se dicten y se regirán por lo establecido en la presente ley, su
reglamentación y la ley de Obras Sociales, en lo pertinente” (art. 2º).
Asimismo establece en el art. 3º que: “... Se orientarán también a asegurar
adecuado control y fiscalización por parte de la comunidad y afianzar los
lazos y mecanismos de solidaridad nacional que dan fundamento al desarrollo
de un seguro de salud”. Por último, en el capítulo dedicado a los beneficiarios,
art. 5º, indica que: “Quedan incluidos en el seguro: a) Todos los beneficiarios
comprendidos en la Ley de Obras Sociales. b) Los trabajadores autónomos
comprendidos en el régimen nacional de jubilaciones y pensiones, con las
condiciones, modalidades y aportes que fija la reglamentación y el respectivo
régimen legal complementario en lo referente a la inclusión de productores
agropecuarios...” (lo resaltado es propio).
Por medio del Decreto nº 292/95, de creación del
Registro de Agentes del Sistema Nacional del Seguro de Salud para la
Atención Médica de Jubilados y Pensionados, se estableció que “Ningún
beneficiario del Sistema Nacional del Seguro de Salud podrá estar afiliado a
más de un Agente, ya sea como beneficiario titular o como miembro del grupo
familiar primario. En todos los casos éste deberá unificar su afiliación. El ente
recaudador dictará las normas necesarias para hacer efectivo el cumplimiento
de esta obligación” (art. 8º). Luego en el art. 10, se indica que: “... En el
Registro de referencia se inscribirán los Agentes del SISTEMA NACIONAL
DEL SEGURO DE SALUD que estén dispuestos a recibir como parte
integrante de su población atendida a los jubilados y pensionados, debiendo
especificar si recibirán sólo a los jubilados y pensionados de origen o a los
provenientes de cualquier Agente del SISTEMA NACIONAL DEL SEGURO
DE SALUD...”.
4.- Jurisprudencia aplicable y doctrina
En el fallo “T.C.R. c/ Unión Personal Accord Salud
s/ amparo”, la Cámara Nacional Civil y Comercial Federal reafirma que: “...la
Corte Suprema de Justicia de la Nación ha considerado que el derecho a la
vida es el primer derecho de la persona humana que resulta reconocido y
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“2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia”
garantizado por la Constitución Nacional...” (conf. Fallos: 302:1284,
324:3569). También ha sostenido que: “... el hombre es eje y centro de todo el
sistema jurídico y en tanto fin en sí mismo -más allá de su naturaleza
trascendente- su persona es inviolable y constituye valor fundamental con
respecto al cual los restantes valores tienen siempre carácter instrumental...”
(conf. Fallos: 316:479).
Asimismo, y a partir de lo dispuesto en los tratados
internacionales que tienen jerarquía constitucional (art. 75 inc. 22 de la Ley
Suprema), el más Alto Tribunal del país ha reafirmado que el derecho a la
preservación de la salud está comprendido dentro del derecho a la vida, y a
su vez ha destacado la obligación impostergable que tiene la autoridad
pública de garantizar ese derecho con acciones positivas, sin perjuicio de las
obligaciones que deban asumir en su cumplimiento las jurisdicciones locales,
las obras sociales o las entidades de la llamada medicina prepaga (conf.
Fallos 321:1684, 323:1339, 324:3569).
Ahora bien, en cuanto a la interpretación que debe
dársele a la normativa antes citada, la jurisprudencia ha sido por demás
elocuente. En autos caratulados “Domínguez, Elena E. c. I.O.S. s/amparo” , el
Juez hizo lugar a la acción promovida por la señora Elena E. Domínguez,
condenando a la Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación a
restablecer en forma inmediata las prestaciones asistenciales pertinentes y
abonar las costas del proceso. La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil
y Comercial Federal, Sala II, 2000/02/08 en Fallo 100.586 sostuvo: “...es
dable señalar que esta sala ha decidido que una persona que se jubila no
pasa automáticamente a pertenecer al P.A.M.I., sino que subsiste en la esfera
de la autonomía de la voluntad del ex trabajador el derecho a permanecer en
la obra social que podía acudir hasta entonces. Esta conclusión se ve
corroborada por el artículo 20 de la ley 23.660 y su reglamentación, en cuanto
dispone que los aportes a cargo de los beneficiarios comprendidos en el
inciso b) del artículo 8º (jubilados y pensionados) serán deducidos de sus
haberes por los organismos que tengan a su cargo la liquidación de dichas
prestaciones, debiendo ser transferidos a la respectiva obra social dentro de
los quince (15) días posteriores a cada mes vencido (conf. causa 39.356/95,
'Quirque Dapena Encarnación Mercedes y otros c. I.O.S. s/ amparo' del
13/2/96, y numerosos precedentes posteriores) ... Por las razones expuestas,
se resuelve confirmar la sentencia apelada con costas...”.
Posteriormente, en el año 2001, la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en el fallo “Albónico, Guillermo Rodolfo y otro c/
Instituto Obra Social” resolvió que: “... la creación del Instituto Nacional de
Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados no importó un pase
automático de los pasivos a ese organismo, pues el art. 16 de la referida ley
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19.032 conservó la afiliación obligatoria a la obra social correspondiente al
servicio prestado en actividad y los derechos y deberes derivados de esa
relación, a menos que aquellos optaran por recibir la atención del instituto,
supuesto en que quedarían canceladas las obligaciones recíprocas de las
obras sociales a las que pertenecían … Que las leyes nacionales 23.660 y
23.661 -de obras sociales y del seguro de salud- mantuvieron ese principio.
Los jubilados y pensionados permanecieron como beneficiarios de las obras
sociales integrantes del sistema de salud regulado por dichas leyes, en el que
está comprendida la demandada. Con tal finalidad, se dispuso que los
aportes destinados a financiarlo debían ser deducidos de los haberes
previsionales para ser transferidos, en la forma y plazo que estableciera la
reglamentación, a la orden del respectivo prestador asistencial (conf. arts. 1º,
8º inc. b, y 20º; 1º, 2º, 5º y 15º, leyes 23.660 y 23.661 citadas,
respectivamente). 11) Que en tanto la decisión de cambiar la cobertura a
favor del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados tenía carácter facultativo y requería una manifestación
inequívoca de los afiliados que alcanzaran la jubilación para que cesaran los
compromisos contraídos por la obra social originaria, cabe concluir que el art.
16 de la ley 19.032 no autoriza a presumir renuncia tácita del jubilado al
servicio de salud que lo amparaba y que la ausencia de constancias acerca
de esa opción obsta a tener por válida la transferencia producida sin una
expresa voluntad en tal sentido...”. Luego agrega que: “...el principio
consagrado en el art. 16 de la ley 19.032 aparece corroborado, además, con
el dictado de sucesivas normas legales y reglamentarias destinadas a ampliar
y garantizar paulatinamente la libertad de elección de los prestadores
médicos por parte de los beneficiarios, lo que enfatiza la necesidad de evitar
soluciones que puedan desvirtuar el ejercicio de ese derecho al entrar en
pasividad. En tal sentido, cabe mencionar la posibilidad que se ha reconocido
a los jubilados y pensionados de optar por la atención sanitaria de entidades
que se inscriban en un registro especial previsto para esa finalidad, sin que
ello altere la facultad de conservar las prestaciones que ya estaban a cargo
de otros agentes del seguro de salud con relación a ese sector (conf. art. 25,
ley 23.661; decretos 9/93, 292 y 492/95 -en especial, arts. 14 y 13,
respectivamente y 446/2000; resolución ANSSAL nº 3203/95, entre otras)”.
En la causa 474/2002 “Chávez, Aidée y Otro c/
Obra Social Unión Personal, de la Unión de Personal Civil de la Nación s/
incidente de Apelación Medida Cautelar”, la Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Civil y Comercial Federal confirmó la medida cautelar dictada por el a
quo, a cuyo respecto sentenció:
“... I) El Señor Juez a quo, al interpretar que se encontraban
configurados los recaudos inherentes a las medidas cautelares, ordenó a la
accionada que continúe brindando atención médica y social a las
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“2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia”
peticionarias, incluyendo la rehabilitación de sus carnets. La queja de la
destinataria de dicha medida puede ser expresada, sintéticamente, en estos
términos: como las accionantes se han desvinculado laboralmente -en virtud
de haberse acogido a la jubilación- por aplicación del art. 10, inc. c), de la ley
23.660, su obligación como obra social sólo subsiste por un plazo de tres
meses a partir de entonces.
II) Como introducción al tema sometido a conocimiento del Tribunal,
cabe recordar que la naturaleza de las medidas precautorias no exige a los
magistrados el examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido,
sino sólo su verosimilitud, y que el juicio de verdad en esta materia se
encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra cosa
que atender a aquello que no exceda del marco de lo hipotético, dentro del
cual, asimismo, agota su virtualidad (Fallos: 306:2060; esta Sala, causas
39.380/95 del 19-3-96, 21.106/96 del 17-7-97, 1251/97 del 18-12-97, 436/99
del 8-6-99, 7208/98 del 11-3-99, 7936/99 del 14-3-2000 y 2849/2000 del 30-52000). En este orden de ideas, la verosimilitud del derecho se refiere a la
posibilidad de que el derecho exista y no a una incontestable realidad, la cual
sólo se logrará al agotarse el trámite (cfr. Fenochietto-Arazi, Código Procesal
comentado tomo 1, pág. 742). Y en cuanto al peligro en la demora, teniendo
en cuenta que este requisito se refiere a la necesidad de disipar un temor de
daño inminente -acreditado prima facie o presunto- (cfr., Fassi-Yañez, Código
Procesal comentado, tomo 1, pág. 48 y sus citas de la nota nº 13; Podetti;
J.R., Tratado de las medidas cautelares, pág. 77, nº 19; esta Sala, causa
6655/98 del 7-5-99, 436/99 del 8-6-99, 2974/99 del 6-7-99, 1056/99 del 16-1299 y 7841/99 del 7-2-2000; CNCiv., Sala D, del 26-2-85, LL 1985-C, 398), la
decisión adoptada por la Obra Social, en el sentido de que no continuaría
prestando su cobertura más allá del límite temporal ya mencionado, conduce
a tener por acreditado tal recaudo.
III) En relación al argumento desarrollado por la recurrente -vinculado
con el art. 10, inc. c), de la ley de obras sociales- corresponde recordar, en
este marco cautelar, que el art. 8, inc. b), de dicha ley, establece que quedan
obligatoriamente incluidos, en calidad de beneficiarios de las obras sociales,
los jubilados y pensionados nacionales, en tanto que el art. 20 prevé que sus
aportes serán deducidos de los haberes jubilatorios por los organismos que
tengan a su cargo la liquidación de dichas prestaciones, debiendo transferirse
a la orden de la respectiva obra social. El art. 10 dispone el carácter de
beneficiario, otorgado en el inc. a) del art. 8, y los incs. a) y b) del art. 9 de la
misma ley, subsistirá mientras se mantenga el contrato de trabajo o la relación
de empleo público y el trabajador o empleado reciba remuneración del
empleador, salvo en el caso de extinción del contrato de trabajo, en cuyo caso
los trabajadores que se hubiesen desempeñado en forma continuada durante
más de tres meses, mantendrán su calidad de beneficiarios durante un
período de tres meses, contados desde su distracto, sin obligación de
efectuar aportes (inc. a). En ese contexto normativo, se debe interpretar que
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el distracto que contempla la norma no es el que tiene lugar con motivo de la
jubilación del trabajador, sino el que se verifica por otras circunstancias, como
son las previstas en los distintos incisos del artículo, pues de otro modo
quedaría sin contenido el art. 8 de la ley 23.660, en cuanto establece en su
inc. b), con carácter general, que quedan obligatoriamente incluidos en
calidad de beneficiarios los jubilados (cfr. esta Sala, causas 5931/98 del 1811-99, 3889/98 del 23-5-2000, 4905/98 del 10-4-2001 y 7179/2000 del 19-42001; Sala II, causa 2132/97 del 28-12-99).
IV) Resulta igualmente inadmisible el planteo formulado en el sentido
de que el decisorio apelado implicó un prejuzgamiento, pues se resolvió sobre
el fondo del asunto. En este caso concreto, la medida decretada por el Señor
Juez se presenta como la única susceptible de cumplir con la cautela del
derecho invocado (cfr. art. 230, inc. 3º, del Código Procesal) y de evitar que la
conducta observada por la demanda influya en la sentencia o convierta su
ejecución en ineficaz o imposible (cfr. art. 230, inc. 2º)...
V) Tampoco resultan atendibles las razones concernientes a los
decretos 292 y 492 -ambos del año 1995-, pues el derecho de las
accionantes radicaría en el vínculo de origen que las une con la Obra Social,
y no en la opción que prevén dichas normas. Por lo demás, tales decretos,
aparte de alentar la posibilidad de que los beneficiarios del Sistema Nacional
de Seguro de Salud elijan al Agente de Salud que les brindará la prestación,
no impiden que quienes ya gozan de una cobertura continúen en ella (cfr.
esta Sala, causa 2151/99 del 17-2-2000 y sus citas).
VI) Finalmente, se debe destacar que la solución así alcanzada es la
que mejor se corresponde con la naturaleza del derecho cuya protección
cautelar se pretende -que comprende la salud e integridad física de las
personas (cfr. Corte Suprema, Fallos: 302: 1284)-, reconocido por los pactos
internacionales (art. 25, inc. 1, de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y art. 12, inc. 2, ap. d, del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales), de jerarquía constitucional (cfr. art. 75,
inc. 22, de la Constitución Nacional; esta Sala, causas 22.354/95 del 2-6-95,
53.078/95 del 18-4-96, 1251/97 del 18-12-97, 436/99 del 8-6-99, 53/2001 del
15-2-2001 y 7179/2000, cit.; en igual sentido CSMendoza, Sala I, del 1-3-93,
voto de la Dra. Kemelmajer de Carlucci, E.D. 153, 163; CFed. La Plata, Sala
3, del 8-5-2000, E.D. edición del 5-9-2000)...”.
A tono con la jurisprudencia dominante, la doctrina
destaca que:
“... es indudable que derecho judicial en esta materia, ha establecido
como doctrina que el trabajador que se jubila, por sí, puede decidir mantener
su afiliación a la obra social que le proveía la prestación médico asistencial,
en virtud del ámbito de comprensión personal y territorial del convenio
colectivo que regía la actividad en que desarrolló su tarea o de la resolución
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“2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia”
del órgano administrativo que dispuso el encuadramiento de la categoría
profesional en un determinado agente del seguro de salud. Al facilitarse a
través de varias disposiciones administrativas reglamentarias -entre otros, los
decretos 292/95, 492/95, 504/98 (Adla, LV-D, 4578; LVIII-B, 1757)-, la
posibilidad de libre elección del agente del seguro (dentro de las
prescripciones legales y de las decisiones adoptadas por éstos al respecto),
se ha ampliado el ejercicio que confiere el régimen obligatorio del referido
seguro de salud. Ello en cuanto se refiere a la elección del prestador con lo
que se ha pasado de un régimen que no daba esa posibilidad -en cuanto
determinaba quien era éste-, a uno que establece un razonable marco de
opción, aunque sería conveniente que se amplíe más allá de las obras
sociales sindicales, del beneficiario. Resulta evidente que el jubilado o
pensionado puede mantener su afiliación en la obra social que le
correspondía durante su período de actividad, o aquella otra de su
preferencia, inscripta en el respectivo registro abierto al efecto. Por lo
tanto, ante la decisión de la obra social de desafiliarlo puede ejercer la
respectiva acción judicial a fin de mantener su anterior status...” (“El
derecho del jubilado o pensionado a mantener su afiliación a su anterior obra
social”, La Ley - t. 2000 - D - 162).
5.- Corolario
En suma, conforme lo reseñado anteriormente
resulta indiscutible que, en el caso sub examine, la señora ,,, tiene derecho,
tal como lo solicitó oportunamente, a continuar en la Obra Social que tenía en
actividad (en el caso, Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación,
Accord Salud-Plan Verde) y que, por ende, deviene improcedente la baja
automática dispuesta, unilateralmente, por la Entidad, al mismo tiempo que no
resulta aplicable a este caso lo dispuesto en el art. 10 de la Ley 26.682,
puesto que no se trata de un nuevo vínculo de adhesión a un plan de
adherentes sino, claramente, de mantener la continuidad del mismo plan que
la reclamante tenía durante su actividad laboral.
Motivo por el cual, más allá de formular las
recomendaciones pertinentes, corresponde solicitar la inmediata intervención
del Defensor del Beneficiario, dependiente de la Superintendencia de
Servicios de Salud, a los efectos que arbitre las medidas que estén a su
alcance para restituir a la aquí reclamante y a su esposo, la cobertura
asistencial y, de ese modo, brindar adecuada tutela al derecho humano a la
salud que aquí se ha visto vulnerado.
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POR TODO ELLO:
LA DEFENSORIA DEL PUEBLO
DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES
RESUELVE:
1) Recomendar al Presidente de la Obra Social de la Unión del Personal Civil
de la Nación, proceda a la inmediata reincorporación de la señora Silvia
Liliana Maznicoff, D.N.I. nº 10.461.808; afiliada nº 00246424 00 2, al mismo
plan de cobertura de salud, Plan Verde de Accord Salud, que tenía en
actividad antes de acceder al beneficio jubilatorio.
2) Poner en conocimiento de la presente Resolución, con copia íntegra y fiel
de la actuación, a la señora Defensora del Beneficiario de la
Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación, doctora Malena Totino,
a fin de tomar la intervención que estime corresponder en el caso, procurando
hacer efectivo el derecho que le asiste a la aquí reclamante a la continuidad
prestacional.
3) Fijar en 10 días el plazo previsto en el art. 36 de la Ley 3 de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.2
4) Notificar, registrar, reservar en el Area para su seguimiento, y
oportunamente, archivar.
Código 402
ND
DC
co/D/LDS
2
Ley 3, art. 36: Con motivo de sus investigaciones, el Defensor o Defensora del Pueblo puede formular advertencias,
recomendaciones, recordatorios de los deberes de los funcionarios, y propuestas para la adopción de nuevas medidas. Las
recomendaciones no son vinculantes, pero si dentro del plazo fijado la autoridad administrativa afectada no produce una medida
adecuada, o no informa de las razones que estime para no adoptarla, el Defensor o Defensora del Pueblo puede poner en
conocimiento del ministro o secretario del área, o de la máxima autoridad de la entidad involucrada, los antecedentes del asunto y las
recomendaciones propuestas.
Si tampoco así obtiene una justificación adecuada, debe incluir tal asunto en su informe anual o especial a la Legislatura, con mención
de los nombres de las autoridades o funcionarios que hayan adoptado tal actitud.
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“2013. Año del 30º Aniversario de la Vuelta a la Democracia”
RESOLUCION Nº 1575/13
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