IP/03/1529 Bruselas, 11 de noviembre de 2003 La Comisión investiga unas medidas aplicables a los clubes profesionales de deportes en Italia ('Salva calcio') La Comisión Europea ha decidido pedir a Italia información sobre dos aspectos de una reciente normativa nacional referente a los informes financieros que deben presentar en Italia los clubes deportivos profesionales – incluidos los clubes de fútbol de la Serie A. En primer lugar, la Comisión está preocupada porque la legislación pueda infringir las normas de la Unión Europea sobre contabilidad. En segundo lugar, puede suponer la concesión de ayuda estatal. Ambas investigaciones son el primer paso de los correspondientes procedimientos formales y no prejuzgan una posible decisión final sobre la infracción del derecho de la UE por las citadas medidas. Si es cierto que en efecto determinados clubes deportivos disfrutan de unas ventajas financieras que otros no tienen en Europa, esto falsea la competencia tanto desde el punto de vista empresarial - ámbito cubierto por el mercado interior de la UE y por la ley de competencia - como, por extensión, en el campo de juego. Las autoridades italianas tienen dos meses para responder a la petición de la Comisión: si no se recibe una respuesta satisfactoria en ese plazo, la Comisión puede continuar su procedimiento de infracción y en último término remitir el asunto al Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas A finales del pasado año Italia adoptó unas medidas sobre normas fiscales y contables para clubes deportivos profesionales, (Decreto ley 282 de 24 de diciembre de 2002, convertido en Ley nº 27 de 21 de febrero de 2003). Merced a esta ley, algunos clubes, especialmente los grandes clubes de fútbol que son los que más gastan en salarios de jugadores, pueden presentar una contabilidad que infravalora sus costes verdaderos en un determinado año, oculta sus pérdidas reales y presenta una imagen falsa a los inversores, con el consiguiente riesgo para sus fondos. Otro efecto secundario – aunque este aspecto no está directamente cubierto por el Derecho de la UE - es que los clubes afectados pueden, al menos a corto plazo, pagar precios y salarios inflados a los jugadores, incluso cuando su verdadera situación financiera no les debería permitir hacerlo, lo cual les beneficia en el terreno de juego. En términos técnicos, la medida permite que los clubes deportivos anoten en un balance especial como activos las pérdidas de capital resultantes de la reducción del valor de los derechos a explotar los rendimientos de los jugadores profesionales, según se determinen con arreglo a una evaluación de un tasador jurado. Esta partida se contabilizará como activo en el balance y se amortizará anualmente. 1 La ley especifica que las empresas que opten por las normas especiales introducidas por la ley, deben proceder, a efectos contables y fiscales, a amortizar la partida anotada en el balance en diez anualidades de igual importe, incluso aunque los derechos en virtud de los contratos con los jugadores interesados duren, por ejemplo, sólo dos o tres años. La Comisión Europea está preocupada porque la medida pueda infringir tanto las normas contables de la UE como las relativas a ayudas estatales. La Cuarta (78/660/CEE) y Séptima (83/349/CEE) Directivas del Consejo (las Directivas contables) relativas a las cuentas anuales y consolidadas disponen que cuando los contratos de los deportistas se consideren inmovilizados inmateriales deberán amortizarse durante su vida económica útil, que generalmente sería hasta el final de dichos contratos. El contrato no puede amortizarse durante un tiempo superior al de la duración del propio contrato. Además, las Directivas contables establecen que el valor atribuido a las inmovilizaciones financieras debe ajustarse a la baja a su valor real en la fecha de balance si se espera que la reducción de su valor sea permanente. Las Directivas también establecen el principio fundamental de que los estados financieros reflejen de forma verdadera y razonable los activos y pasivos de las empresas, su situación financiera y sus ganancias o pérdidas. Por lo tanto la Comisión tiene motivos para creer que la legislación italiana infringe las Directivas contables al permitir que los contratos de los atletas se consideren inmovilizados inmateriales, durante un tiempo superior al de su vida económica útil. Además, la legislación italiana parece permitir que los clubes deportivos no hagan correcciones de valor por lo que se refiere a sus derechos contractuales sobre los atletas profesionales, incluso aunque esos atletas hayan dejado de rendir al nivel esperado, por ejemplo debido a una lesión. Los estados financieros elaborados de esta guisa no pueden reflejar una imagen fiel y se apartan del principio de prudencia establecido en la cuarta Directiva. En lo que respecta a la posible infracción del artículo 87 del Tratado CE, relativo a las ayudas estatales, la ventaja concedida podría considerarse un acuerdo de amortización extraordinaria, según se define en la Comunicación de la Comisión sobre la fiscalidad directa de las empresas. El acuerdo puede dar lugar a que, cuando determinados clubes deportivos se vean afectados, el Estado italiano renuncie a ciertas recaudaciones tributarias que se perciben de otras empresas que se hallan en situaciones financieras subyacentes similares. De esta manera, existe un falseamiento de la competencia y se produce un efecto sobre el comercio entre los Estados miembros. Es obvio que una parte de las actividades de los clubes deportivos tiene lugar en mercados internacionales, por ejemplo la adquisición de jugadores y la venta de derechos de retransmisión de competencias europeas tales como la Liga de campeones. Si la medida constituye efectivamente ayuda estatal en el sentido del apartado 1 del artículo 87 del Tratado CE, es dudoso que esa ayuda sea compatible con el Tratado. Para información de última hora sobre los procedimientos de infracción referentes a todos los Estados miembros, consúltese el siguiente sitio web: http://europa.eu.int/comm/secretariat_general/sgb/droit_com/index_en.htm 2