INSTITUTO UNIVERSITARIO DE ESTUDIOS MARÍTIMOS UNIVERSIDADE DA CORUÑA Las diferencias recaudatorias del canon de saneamiento en la acuicultura continental española Equipo de investigación: Dr. Fernando González Laxe (Dir.) Dr. Javier Prado Domínguez (Dir.) Dr. Jesús Dopico Castro Dr. Federico Martín Palmero D. Manuel Escourido Calvo A Coruña, diciembre 2006 1. Introducción…………………………………………………………………..………………….. 4 2. Tributación y Eficiencia económica…………………………………………. 8 3. 2.1. Mercados competitivos……………………………….………………………………. 10 2.2. Repercusión tributaria…………………….………………………………………….. 11 2.3. El exceso de gravamen……………………………………….………………………. 16 Una aproximación la imposición medioambiental, con especial referencia a las aguas continentales…………………..….. 21 3.1. Fundamentos de la imposición medioambiental………………..…. 22 3.2. Principales disposiciones medioambientales de la Unión Europea en materia de aguas continentales…………………..……… 28 La fiscalidad ambiental sobre el agua en España………...........… 35 3.3.1. Introducción……………………………………………..………………… 35 3.3.2. El régimen económico-financiero del agua en España……. 37 3.3. a) El canon de utilización del agua de los bienes del dominio público hidráulico. b) El canon de control de vertidos. c) El canon de control de vertidos. d) Tarifa de utilización del agua. 3.3.3. Los tributos ambientales sobre el agua y sobre vertidos en las comunidades autónomas españolas…………..……….. 44 a) Los cánones de saneamiento y del agua. b) El canon de vertidos líquidos. 4. 3.3.4. Los tributos municipales sobre el agua y sobre vertidos en España……………………………………………………………….… 52 El Canon de Saneamiento como instrumento fiscal y ambiental………………………………………..………………………………………………….. 54 5. 6. Análisis de los modelos de canon de saneamiento autonómicos………………………………………………………………………..………… 68 5.1. El modelo de Canon de Saneamiento de Cataluña…...…. 69 5.2. El modelo de Canon de Saneamiento de Valencia…........ 74 5.3. El Canon de Saneamiento de Galicia…………….………………... 81 Cuotas tributarias y diferencias de recaudación por el Canon de Saneamiento en el sector acuícola continental……………………………………………………………………………………… 88 6.1. 6.2 6.3. La importancia de contar con un diseño de canon ajustado……………………………………..…………………………………………. 88 La legislación de los diferentes modelos de canon implementados en las comunidades autónomas……….… 90 Análisis comparado de las diferencias de tributación entre comunidades autónomas……………………………….………. 94 Procedimiento y obtención de las liquidaciones de los diferentes supuestos autonómicos…………………………. 94 6.3.1. 6.3.2. 7. Problemas de coordinación y propuestas de mejora en el diseño de la tributación por canon de la acuicultura continental española…………………………………….…………………………………………… 7.1. 120 135 La tributación ambiental sobre el agua en España: Un comentario crítico………………………………………..…………………….. 135 Los problemas de coordinación de la tributación ambiental sobre el agua en España.……………………..………… 139 7.3. Elementos para la reforma de la tributación ambiental sobre las instalaciones de acuicultura continental…...… 145 Referencias bibliográficas……………………………….……………………….. 147 7.2. 8. Análisis de los resultados obtenidos con las liquidaciones de los cánones autonómicos de saneamiento………………………………………………………………………………. 3 1. Introducción. El sector acuícola-piscícola continental tiene una presencia significativa en el sector primario de la economía española desde hace más 40 años, siendo, en particular, el subsector de la trucha el pionero en la actividad. En el año 20051, la producción de la acuicultura española ascendió a 272.595,83 toneladas con un valor en origen de 388,86 millones de euros. A tales cifras, la acuicultura continental2 aportó 26.223,97 toneladas (un 9,62%) por importe de 57,3 millones de euros (21,02%), lo que subraya la importancia del subsector en términos monetarios. Dentro del sector mencionado, la trucha arco iris es la especie cultivada predominante, puesto que representó, en 2005, el 99,4% de la producción – equivalente a unas 26.000 Tn/año con una capacidad instalada de unas 50.000 Tn/año- y el 99,6% del valor de la misma, mientras que el resto de las especies alcanza solamente una producción de 145,57 toneladas y un valor de 206,02 miles de euros. En los años setenta, los retos de conseguir niveles de producción que permitieran hacer frente a las necesidades crecientes del mercado interior, fueron los objetivos prioritarios. A partir de los ochenta, el sector trata de ser eficiente en una situación de plena apertura de la economía española al mercado exterior, en la que ha ido incrementando su presencia exportadora. Concretamente, casi una cuarta parte de la producción, porcentaje que va en aumento, tiene actualmente este destino. En esa apertura al exterior de la economía española, el sector pasa a competir (tanto en el interior como en el exterior) en concurrencia con los sectores acuícola-piscícolas del resto del mundo, destacando los de países que, como Dinamarca, Italia y Francia, tienen una gran tradición y desarrollo en el mismo. Esta circunstancia hace que el mercado (global) en el que se 1 Datos disponibles a Junio de 2006. Gestor de la fuente estadística: Subdirección General de Fondos Estructurales y Acuicultura. Dirección General de Estructuras y Mercados Pesqueros. Secretaría General de Pesca Marítima. 2 Incluye las especies de trucha arco iris, tenca, esturión y cangrejo real. 4 sumergen las empresas del sector se caracterice por las notas definitorias de la competitividad, donde los productores pasan a ser precio-aceptantes y la productividad es la clave del éxito. En relación con la demanda interna, el subsector productivo aprecia un empeoramiento de su posición en el mercado, en beneficio del subsector de la distribución, por las importaciones de países como los señalados anteriormente, lo cual es un indicador relevante de que se están deteriorando sus economías de escala. En esta misma línea, otra amenaza viene representada por unos costes crecientes -laborales y fiscales- que pudieran estar invitando a la deslocalización productiva en favor de países emergentes, por el ahorro de costes que suponen la aplicación de unos menores controles administrativos en dos ámbitos principales: la comercialización del producto y la intervención en los usos del agua. Respecto a la relación fiscalidad medioambiental y producción acuícola hay, posiblemente hoy en día en España, una variedad más cercana a la de un grupo de países que se encuentran en una fase preliminar de integración económica, que la que correspondería a un país integrado en un acuerdo de Unión y preocupado por coordinar y armonizar sus instrumentos de intervención pública. En este sentido, comenzaremos reconociendo que dos son las grandes alternativas que una Administración pública española puede presentar a los productores acuícolas residentes: - La primera, es la exención del pago de tributos condicionada a que las empresas cumplan las medidas planteadas para cumplir con unos estándares ambientales rigurosos3. con el objeto de conseguir que su indicador de huella ecológica sea cero o 3 En última instancia se trataría de conseguir que el indicador de huella ecológica sea cero o muy próximo a este valor. Por el momento y para el subsector objeto de estudio aún no es posible elaborar dicho indicador de una manera satisfactoria por no disponer de suficiente información estadística desagregada. El pionero en la aplicación de medidas que combinan la 5 muy próximo a este valor. El pionero en la aplicación de este instrumento es Dinamarca, donde con carácter general las piscifactorías están exentas del pago por canon al cumplir unos estándares ambientales muy rigurosos. Esto facilita una consideración social positiva que les aleja de la presión mediática como productores impopulares. En España, es aplicada por La Rioja que ha implantado, consensuadamente con los productores, medidas de minimización de vertidos, garantías de mantenimiento de caudal ecológico, gestión de lodos y cumplimiento de indicadores de certificación técnica. En consecuencia, las piscifactorías de esta comunidad autónoma están exentas del canon de saneamiento autonómico y abonan el canon de vertidos a la Confederación Hidrográfica del Ebro. - La segunda, es la tributación. Para aproximarnos a la implementación de este instrumento en la actualidad, seguiremos utilizando el caso de la CC. AA. de Galicia como un ejemplo que nos ayude a presentar los condicionantes de la tributación por canon en el desarrollo de este sector en España. En concreto, diríamos ahora que sus piscifactorías continentales pueden ser gravadas según dos modelos diferentes: el primero, corresponde a las explotaciones radicadas en cuenca hidrográfica compartida, lo que les supone estar gravadas por dos tributos con hechos imponibles diferentes, el canon de vertidos correspondiente a la confederación hidrográfica y el canon de saneamiento autonómico; el segundo, es el de las explotaciones radicadas en cuenca hidrográfica propia, lo que supone que estén gravadas por el canon de saneamiento autonómico. En relación con el canon de saneamiento autonómico, pretendemos demostrar, al igual que sucede en otros tributos autonómicos con similar propósito, que se comporta como un instrumento fiscal distorsionante no neutral cuando su diseño no minimiza los perjuicios exención con mecanismos de incentivo ambiental ha sido Dinamarca, donde con carácter general las piscifactorías están exentas del pago por canon al cumplir unos estándares ambientales muy rigurosos. 6 potenciales que su aplicación pudiera causar en los sujetos pasivos sobre los que recae. En este sentido, el reglamento del canon de saneamiento de Galicia y los de otras CC.AA. -como se verá más adelante- establece que se considerará su aplicación bien por el consumo de agua o bien por la “carga contaminante”. Al no producirse consumo, como tal, de agua en las piscifactorías, el criterio relevante pasa a ser la medición de los vertidos, lo que requiere que esta labor se haga de manera precisa y genere un resultado eficiente, minimizando el efecto de la distorsión sobre los precios relativos. En el caso de que no resultase aplicado así por el organismo gestor se producen unos notables efectos negativos sobre el sector, al penalizarse económicamente a las empresas sobre las que recae la ineficiencia e, incluso, llegando a amenazar la viabilidad de alguna de ellas. Estas son razones, más que suficientes, para investigar cuál es en nuestro país la situación de la tributación por canon aplicada a este tipo de empresas. En consecuencia, el presente estudio se inicia con el establecimiento de las consecuencias que la tributación tiene en los mercados competitivos (empresas precioaceptantes), haciendo un especial hincapié en los fenómenos de repercusión impositiva y exceso de gravamen. El siguiente paso consiste en realizar una aproximación a los fundamentos de la imposición medioambiental y la caracterización del canon de saneamiento como tributo medioambiental cuyo diseño es el de un impuesto pigouviano4. A partir de ahí, estaremos en condiciones de trasladar el modelo teórico y más general al caso específico de la tributación por canon, para realizar un análisis comparativo de los diferentes diseños del mismo existentes en España y los efectos que causan en las industrias de acuicultura continental autonómicas. Con las conclusiones obtenidas, se realizan propuestas de corrección y mejoras necesarias en el diseño de la tributación por canon, con el objeto de que puedan subsanarse los efectos negativos que ésta pueda tener sobre la industria acuícola-piscícola continental española. 4 Con el diseño de un impuesto pigouviano se pretende el establecimiento de un tributo que incorpore el coste de la contaminación al precio de los productos. 7 2. Tributación y Eficiencia económica. La introducción de la tributación en un sistema económico genera un coste a los contribuyentes que va más allá de la recaudación. En su obra “Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones” de 1776, Adam Smith decía que “un impuesto puede detraer de los bolsillos de los ciudadanos bastante más de lo que aporta al Tesoro público”. Esta cita, además de ser una llamada de alerta sobre la posibilidad de que aparezcan situaciones técnicas similares a la confiscatoriedad5, sirve perfectamente para ilustrar que, actualmente, la carga tributaria, aparte de la recaudación, está compuesta por: a) costes de administración: costes a los que debe enfrentarse el Sector Público para materializar la recaudación y asegurar el buen funcionamiento del sistema impositivo. b) costes de cumplimiento: costes, incluido el coste de oportunidad del tiempo, a los que se debe enfrentar el contribuyente para hacer frente a sus obligaciones fiscales. 5 El contexto se establece en términos similares a los indicados por Pérez de Ayala: La noción de capacidad económica dentro de la Teoría de los principios de justicia social, no integra o da contenido a un principio autónomo, sino que es el presupuesto lógico o conceptual para elaborar desde las diversas modalidades de la justicia los principios de la justicia fiscal propiamente dichos: el de progresividad, el de igualdad y el de no confiscatoriedad impositivas. Para el Tribunal Constitucional el principio de capacidad contributiva queda salvado siempre que exista una riqueza real o potencial. Como excepción a este planteamiento, cabría declarar los casos en que para un sujeto pasivo ese gravamen de una potencialidad – que hace referencia a una posibilidad, a una virtud para convertirse en renta o riqueza real, pero que, en el momento de devengo, no es real, efectiva, ni cierta-, resultase confiscatorio. En este sentido hay que citar la Sentencia TC 150/90 de 4 de octubre que entiende que la prohibición de la confiscatoriedad (del artículo 31.1 de la CE) supone incorporar otra exigencia lógica que obliga a no agotar la riqueza imponible —sustrato, base o exigencia de toda imposición— so pretexto del deber de contribuir, de ahí que el límite máximo de la imposición venga cifrado constitucionalmente en la prohibición de su alcance confiscatorio. El alcance confiscatorio del sistema tributario es un límite para que se dé la justicia del mismo. Aplicado a los tributos ambientales significa que éstos no pueden desarrollarse sin fin. Por muy de moda -que se hayan puesto, por mucho que la Unión Europea impulse el uso de impuestos ambientales, por mucho que la OCDE anime a la implementación de este tipo de mecanismos, no se puede hacer un uso indiscriminado de los mismos, so pena de saltarse los limites de la justicia establecidos por el propio ordenamiento español. Tributación ambiental sí, pero dentro de un orden. Si hay un incremento de la carga impositiva vía tributos medioambientales, habrá que arbitrar medidas correctoras de límite de la confiscatoriedad, porque aunque el fin recaudatorio no sea el primeramente buscado ni conseguido, lo cierto es que la carga fiscal puede llegar al límite en algunos sujetos pasivos. Habrá que arbitrar por tanto medidas correctoras de esta situación a través de exenciones, bonificaciones o cambios (totales o parciales) en los impuestos tradicionales. 8 c) costes de eficiencia: costes derivados de la alteración o distorsión que la tributación introduce en el comportamiento de los sujetos pasivos y de sus circunstancias económicas relativas. Por ello, aunque los costes de administración y cumplimiento puedan ser nulos, la carga tributaria puede ser mayor que la recaudación, lo que supone una pérdida de bienestar superior a la cuantía del ingreso fiscal. Obviando los costes de administración y cumplimiento, la disminución de bienestar generada por la tributación se produce por dos vías de distorsión. En primer lugar, los impuestos suponen una transferencia de renta del sector privado al público. Esta carga directa es inevitable y se denomina efecto renta. En segundo lugar, los impuestos también pueden distorsionar el proceso de toma de decisiones de los individuos, induciéndoles a abandonar por razones fiscales unas actividades por otras. Esta distorsión impositiva o efecto sustitución genera una pérdida de bienestar adicional al efecto renta. A este exceso de carga por encima de la recaudación se le denomina exceso de gravamen o coste de eficiencia y es una variable de una especial importancia para nuestro estudio. Evidentemente, todos los tributos que presentan una igual recaudación tienen un mismo efecto renta, pero no tienen por qué generar el mismo exceso de gravamen. Sobre la base de esta afirmación puede formularse el principio tributario de la eficiencia económica. Este principio nos dice que el sistema tributario eficiente es aquel que no genera una pérdida de bienestar superior a la recaudación; es decir, su exceso de gravamen debe ser nulo. Definiendo un equilibrio económico eficiente como aquél donde los individuos y las empresas realizan sus decisiones tomando como referencia unos precios que miden adecuadamente los costes relativos de los bienes objeto de intercambio, una 9 implicación inmediata es que toda cuña tributaria ocasiona divergencias entre los precios relativos por los que se guían los consumidores y productores, generando ineficiencias económicas. En presencia de distorsiones tributarias, los sujetos pasivos – individuos y empresas- tomarán sus decisiones no sólo sobre la base del coste relativo, sino también por razones fiscales. El resultado puede ser que sustituyan las actividades de consumo o de producción más gravadas por otras menos gravadas, aunque éstas sean menos valoradas por los destinatarios de dichas actividades. En este caso, la tributación genera un exceso de gravamen y, por lo tanto, la asignación de recursos obtenida en su presencia se ve alterada notablemente. 2.1. Mercados competitivos. El actual proceso de globalización, entendido como “el proceso por el que la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unifica mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global”, lleva a que los modos de producción y de movimientos de capital se configuren a escala planetaria, mientras los gobiernos van perdiendo atribuciones ante lo que se ha denominado la "sociedad en red". Este incremento de la interdependencia de los mercados a través de una rápida aceleración de los flujos del comercio y de la inversión, la creación y difusión de nuevas tecnologías, el intenso crecimiento de los mercados de capital y la integración de los mercados financieros, así como por la modificación de las conductas que guían las operaciones empresariales, ahora ubicadas en un ámbito planetario, supone un transformación de las estructuras de los mercados, en su concepción tradicional, sobre todo desde el punto de vista del número de participantes en él mismo. 10 En relación con el anterior, en nuestra investigación se realiza un examen pormenorizado que permite identificar las siguientes características para definir al sector acuícola-piscícola continental español: - el mercado, sometido a competencia global, se asimila a un mercado perfectamente competitivo. - las empresas son precio-aceptantes de un precio mundial del producto, que les viene dado de forma exógena (por tanto, no ser competitivos a ese precio implica perder margen de valor añadido, de generación de cash-flow y aumenta el riesgo de no sobrevivir empresarialmente, a medio plazo). - las empresas, sí pueden decidir sobre la cantidad que ofrecen a ese precio de mercado, ofertando aquella que maximice su beneficio: P = CMg l/p = CMe l/p min, punto donde se obtienen “beneficios normales”. - el aprovechamiento de las economías de escala (crecer y ser tecnológicamente más eficientes) es determinante a la hora de lograr minimizar los costes medios y competir de forma eficiente. - la competitividad en el sector viene, entonces, definida por la empresa y de la industria para minimizar los CMe capacidad de la l/p. 2.2. Repercusión tributaria. El establecimiento de un tributo supone siempre, para quien lo paga, una disminución de su renta y, por tanto, la pérdida de poder adquisitivo, lo que provoca variaciones en la conducta de individuos y empresas, que afectan a la distribución de la renta y a la asignación de los factores productivos. Concretamente, la introducción de un tributo como un canon, en general, puede tener dos efectos económicos importantes en un mercado: 11 a) una disminución de la cantidad producida. b) una variación en el precio y un reparto del impuesto entre los dos sujetos económicos que intervienen en el proceso, consumidor y productor. La variación que experimenta la cantidad demandada y la que experimenta el precio del bien, dependen de la elasticidad de las curvas de demanda y oferta del mismo, pudiendo decir que en el caso de la acuicultura continental española se verifica lo siguiente: - Como la curva de oferta es totalmente rígida (mercado global y precio-aceptante global), la variación de la cantidad es cero y todo el tributo lo paga el productor. El establecimiento del tributo crearía la distorsión no neutral siguiente: el productor o el distribuidor no gravado mantendría su nivel de ingreso bruto, que vendría dado por el rectángulo: P1 X q*, y también su margen de beneficio; mientras que el productor gravado podría mantener su nivel de ingreso bruto pero vería reducido su margen de beneficio en la cuantía que el tributo incrementase sus costes de explotación, viéndose afectada su capacidad para crecer empresarialmente. 12 Gráfico 1 En este caso, el establecimiento de un canon hace que se modifiquen al alza, no sólo los costes medios, sino también los costes marginales. Gráfico 2 Cuando no se minimiza la distorsión, como el tributo eleva los costes medios (CMe0 → CMe1) y los costes marginales (CMg0 → CMg1) de las empresas termina por provocar el movimiento de la oferta de la industria sujeta (O0 → O1). A corto plazo, la empresa se traslada de q0 13 a q1, teniendo una pérdida de P1P3AB, obligando a una reestructuración de la misma y abandonando algunas empresas la industria. Tanto para la empresa como para la industria, el resultado final en precios y cantidades dependerá de las elasticidades en el mercado de la oferta y la demanda, remitiéndonos a lo expuesto. Un resumen del análisis pormenorizado de microeconomía fiscal que se realiza en nuestra investigación pondría aquí de manifiesto las siguientes consecuencias del establecimiento de un canon sobre el sector acuícola-piscícola continental español: - El agua es un factor de producción cuya demanda es extremadamente rígida en el sector, lo cual hace que si el canon no introduce coeficientes de corrección para determinar una revelaría como cuota tributaria ajustada, esta carga se extremadamente distorsionante, pues el tributo es totalmente pagado por el productor. - Es esencial que el diseño del canon respete el principio tributario de proporcionalidad, que en este caso ha de producirse entre la carga contaminante (o un indicador alternativo del daño ambiental) y la cuota liquidada por el canon, para evitar la aparición de situaciones de confiscatoriedad técnica y de ineficiencia económica. Este efecto negativo aparece cuando el tributo deja de guardar relación con la estructura de precios relativos del mercado global y se constituye en un instrumento distorsionante no neutral en el proceso de formación de precios del mercado. - La oferta del sector es totalmente inelástica (empresas precio-aceptantes) por lo que la posibilidad de repercutir el canon en el precio del producto 14 final (traslación6 del tributo hacia el consumidor) es muy limitada o nula. Esto hace que, en el caso de que la fiscalidad sea distorsionante no neutral para este tipo de productores -como es el caso en relación con otros productores o distribuidores del mismo producto, que estaría recibiendo una especie de subvención encubierta por no tener que satisfacer el tributo en igualdad de condiciones-, pues comprueban que se está afectando a la generación del cash-flow, a la formación del margen bruto de explotación y, en definitiva, a la capacidad de crecimiento y modernización del propio sector. - La introducción de un canon de saneamiento no ajustado provoca un alza de los costes medios y de los costes marginales, reduciendo la cantidad producida por el sector (descenso de producción en la empresa individual y salida de empresas de la industria). - Las condiciones de competencia del mercado (global, precio-aceptante) hacen que no se produzca la elevación de precios correspondiente a la introducción de un tributo (ya que se trata de un impuesto localizado geográficamente en un mercado global), por lo que el ajuste necesario es mayor en la industria sometida al canon. La reducción de producción en la industria gravada, hace que aumente la llegada de producto exterior al mercado local: existe una subvención indirecta (en forma de aumento de costes relativos de la industria local) a la industria distribuidora (cuyo riesgo y costes son menores) y a la industria productora exterior (la cual recibe incentivos para desarrollar economías de escala). Finalmente, esta 6 A pesar de la lógica económica que se impone en dicho comportamiento, ésta no ha impedido que se propugne en todos los impuestos medioambientales una prohibición de traslación. En este sentido, el propio TSJ de Galicia, en sentencia de 22 de enero de 1999 (JT 1999\419) recaída en el recurso contra el Decreto 4/1996, de 12 de enero (LG 1996\19), ha señalado lo siguiente: que siendo el sujeto pasivo el foco contaminante y no los consumidores es por lo que dicho tributo ha de recaer sólo y exclusivamente sobre los recurrentes, sin que se pueda extrapolar sobre los consumidores de dichos servicios sobre todo en cuanto constituye una de las fases de producción, generación y distribución del producto industrial, en lo que supone una implícita prohibición de traslación, tan inútil en las circunstancias económicas actuales como carente de apoyo legal en el plano jurídico. 15 subvención indirecta también se produce en relación con otras producciones similares en el ámbito local con una tributación relativa significativamente menor, pudiendo influir determinantemente en el cambio de actividad por razones primordialmente fiscales. 2.3. El Exceso de Gravamen. El exceso de gravamen es otro efecto relevante que aparece con la introducción de un tributo y se produce en el momento que la suma conjunta pagada por productores y consumidores excede, en términos de bienestar, a la suma recaudada por la Administración tributaria. Por tanto, la pérdida de bienestar no coincide con el pago del tributo que realiza el agente económico a la Administración, ya que con el importe de la recaudación tributaria el sector público realiza una serie de gastos que revierten positivamente en la sociedad. En este caso, el pago del tributo implica una pérdida de bienestar, ya que el conjunto de distorsiones que pueda generar el tributo sobre las decisiones del sujeto pasivo, no se transforma en nada positivo que sea socialmente valorado. Cuando se introduce un tributo específico sobre el bien X se ha introducido una distorsión en las condiciones originales del mercado al haber hecho el producto X más caro que Z, véase gráfico 3, provocando un efecto sustitución a favor de Z que, junto con el efecto renta acaba determinado una nueva asignación (E2). La importancia del efecto sustitución será mayor (menor) cuanto menor (mayor) sea la pendiente de la curva de indiferencia del sujeto pasivo que ha de soportar el tributo. Este resultado es fundamental para evaluar la pérdida de bienestar que genera la introducción de un tributo distorsionante no neutral. 16 Gráfico 3 En el gráfico anterior, si partimos de una situación sin tributo (E0), la introducción de un canon sobre el bien X (que provoca que el agente económico elija la asignación E1) es equivalente a la introducción de un tributo de suma fija que le impulse a escoger la asignación E2. Sin embargo, en términos de bienestar esta reforma no es neutral. El impuesto proporcional le reporta al agente económico un nivel menor de utilidad que el que obtendría con un impuesto de suma fija. A la diferencia de utilidad que existe entre el tributo de suma fija y el que obtiene bajo la introducción de un impuesto distorsionante (es decir, un impuesto que, además, genere “efecto sustitución”) se le denomina “exceso de gravamen”. Gráficamente, la representación de un exceso de gravamen, similar al que produce un canon que no minimiza sus efectos económicos relativos, se puede ilustrar con el siguiente gráfico: 17 Gráfico 4 Si suponemos que el coste marginal de producir una unidad adicional de X es constante e igual a PX, lo cual da lugar a una curva de oferta totalmente plana. Tras la introducción del canon distorsionante, la oferta se desplaza hacia arriba en paralelo, pues pasa a ser PX (1+tX). La curva de demanda que se representa es la curva de demanda compensada, es decir, aquella demanda que determina los cambios de consumo del individuo exclusivamente en función de los precios (para ello se ha compensado al consumidor por la pérdida de renta derivada del impuesto). En el gráfico 4, el punto B se corresponde con la asignación E1 del gráfico 3, mientras que el punto A se corresponde con la asignación E2. No se utiliza la curva de demanda no compensada, ya que en el cálculo de la variación en el “excedente del agente económico” se estarían mezclando un efecto renta y un efecto sustitución, pero sólo éste último genera exceso de gravamen. Antes de la introducción del tributo, el excedente del consumidor era el área EDA, mientras que tras la introducción del tributo éste se reduce al área DFB. Por tanto, la reducción del excedente del consumidor es el área FBAE que se corresponde exactamente con la 18 recaudación fiscal tX[X(E2)] que se acabará transformando en gasto público (que se supone valorado positivamente). Esta área representa el efecto renta. El exceso de gravamen, que mide la pérdida de utilidad para el consumidor causada por la introducción del impuesto distorsionante se corresponde exclusivamente con el área BCA, siendo tanto mayor cuanto: - más grande sea la elasticidad precio, ε C , es decir, cuanto mayor sea la respuesta de la demanda (compensada) ante variaciones de los precios. - más grande sea el valor del consumo realizado en el producto sobre el cual recae el impuesto específico, PX XC, donde XC es la demanda compensada. - más grande sea el tipo de gravamen, tX, aplicado por el canon. La diferencia entre estos tres factores, se debe al hecho de que las variaciones porcentuales en el tipo de gravamen duplican el incremento en términos porcentuales del EG respecto a cualquiera de los otros dos factores. Por otro lado, si εC = 0, es decir, si los clientes o los demás competidores fuesen totalmente insensibles a las variaciones en el precio del producto gravado, el tributo sería eficiente, pues no distorsionaría. En un mercado de competencia global, productores y consumidores se guían por los precios relativos de bienes y factores, igualando las relaciones marginales de sustitución y/o transformación con los precios relativos que se observan en el mercado global. De esta forma, si productores y consumidores basan sus decisiones en los mismos precios, se estarán igualando las relaciones marginales de sustitución y transformación. Se conseguiría, por tanto, una asignación eficiente de los recursos, puesto que los precios serían las señales 19 correctas del coste relativo de producción al no verse alterada su proceso de formación por distorsiones no neutrales significativas. En el caso del sector acuícola continental, la introducción de un canon de saneamiento, no ajustado en relación con la externalidad causada, provocaría distorsiones en las decisiones de los productores, ya que el precio relativo del factor agua incluye un elemento de fiscalidad relativa diferencial, por lo que ya no refleja el coste relativo del mismo. Esto conduce a que los productores y otros operadores del mercado (sobre todo, distribuidores) adopten sus decisiones de producción y/o distribución no sólo por razones de costes relativos (criterio de eficiencia económica) sino, además, por razones meramente fiscales; los precios dejan de ser señales correctas. El resultado de la introducción del canon de saneamiento es que se sustituya la actividad de producción por la de distribución (indirectamente, se ve primada esta actividad que soporta menores niveles de riesgo: mínimas barreras de acceso y salida, en comparación con el sector productivo) o por otras actividades productivas similares menos reguladas o con una menor presión fiscal relativa y, al mismo tiempo, actúa como un factor que impulsa la deslocalización de la actividad productiva con mayor fiscalidad distorsionante no neutral. Por tanto, la asignación de recursos bajo este tipo de fiscalidad es ineficiente. El exceso de gravamen que, por las circunstancias del mercado, debe se interiorizado completamente por los productores, significa retraer recursos en un sector donde, actualmente, el éxito viene condicionado por la consecución de ventajosas economías de escala, sólo logradas a través de los progreso técnico conseguido mediante el aumento de 20 la relación capital/empleo y de la productividad media del trabajo y del total de factores de inversión. De este modo, la falta de ajuste de un canon de saneamiento a las circunstancias relativas de competitividad funciona como un desincentivo a la inversión, favoreciendo la deslocalización. 3. Una aproximación a la imposición medioambiental, con especial referencia a las aguas continentales. Actualmente, una de las principales características de las sociedades desarrolladas es el protagonismo de las cuestiones ambientales. El crecimiento de los residuos sólidos, los vertidos industriales y el efecto invernadero se posicionan como temas relevantes en las agendas políticas nacionales e internacionales. Esta prioridad ha puesto en primera línea de debate el uso de instrumentos económicos de regulación como parte de las políticas ambientales y, como una categoría destacada dentro de ellos, el diseño y aplicación de nuevas figuras impositivas con dicha finalidad. 3.1. Fundamentos de la imposición medioambiental. La incapacidad del mercado, por sí solo, para asignar bienes públicos, obliga al sector público a velar por una adecuada provisión de los bienes ambientales. Las alternativas son varias y las dificultades múltiples. Una de ellas es el llamado “procedimiento Lindhal”, que trata de basar la decisión pública en las preferencias de los agentes económicos. Existen cuatro formas clásicas de solucionar -internalizar- un problema de externalidades: a) la solución mediante impuestos (Pigou); b) la solución mediante el mercado (Coase); c) la regulación administrativa; y, d) la regulación cultural. 21 El Tributo ambiental.- El tributo ambiental puede ser definido como un pago obligatorio que deben realizar los agentes que emiten sustancias contaminantes, a partir o no de un determinado nivel mínimo, siendo calculado por la aplicación de un tipo impositivo, fijo o variable, a una base imponible relacionada con el nivel de descargas al medio natural. Los impuestos ambientales responden a un objetivo inicial regulatorio, puesto que su intención es la reducción de la degradación del medioambiente. Con este punto de partida, el éxito de la labor regulatoria sería alcanzar la inanición. Sin embargo, bajo el paraguas de la denominada “imposición ambiental” se han ido cobijando un buen número de figuras impositivas que no responden exactamente a dicha finalidad ambiental. Impuestos en los que en muchos casos el objetivo se traslada de la reducción de las emisiones al saneamiento del medio degradado o que pretenden obtener recursos para sustituir a otros impuestos en procesos de reforma fiscal, incorporando por tal motivo metas recaudatorias que incluso pueden llegar a ser predominantes. Piénsese, por ejemplo, en un tributo sobre los vertidos industriales. Un buen ajuste exigiría que la materia gravada fuesen los propios vertidos medidos y gravados mediante algún procedimiento significativo. El diseño estaría menos ajustado si la materia gravada fuese, por ejemplo, los vertidos líquidos, y en un nivel aun inferior de adecuación el agua consumida, en cuanto este dato puede representar la dimensión potencial de los vertidos líquidos. Esta sucesión de hipótesis, más o menos acertadas, separan objeto de materia, haciendo que, en este caso, el impuesto medioambiental acabe gravando un consumo que se indica como aproximación de una contaminación “potencial”. Este tipo de tránsitos obliga a la adopción de las necesarias 22 precauciones para no impregnar a la imposición medioambiental de los argumentos de simplicidad y eficacia recaudatorias que justifican las exacciones fiscales. La tributación medioambiental altera los precios relativos para reducir (incrementar) los efectos negativos (positivos) sobre el medioambiente, aunque hay que tener en cuenta que ello depende de las elasticidades precio de los bienes gravados y de la existencia o no de bienes sustitutivos, lo que hace muy importante que el tributo se acomode al principio tributario de proporcionalidad para no actuar perjudicialmente de una manera distorsionante no neutral. La tarifa de un impuesto ambiental puede diseñarse con unos tipos únicos (en caso de problemas ambientales uniformes, donde la localización no es relevante), tipos variables entre contaminadores según su localización (en caso de problemas ambientales no uniformes, donde los contaminadores generan diferentes efectos sobre el entorno según su localización; siguen un criterio de eficiencia económica) y tipos variables según el nivel de deterioro medioambiental (esta técnica presenta el problema de la inadecuada distribución de responsabilidades recontrol de contaminación entre los distintos agentes, tanto desde una perspectiva de primer óptimo como desde una perspectiva de sub-óptimo). En el caso concreto de tributos con tipos de gravamen variables entre contaminadores según su localización, estos han de presentar unos tipos de gravamen guiados, exclusivamente, por el criterio de eficiencia económica, dando lugar por una parte, a los Impuestos Pigouvianos7, que buscan una situación de optimalidad paretiana con un tipo impositivo igual a los costes marginales externos de la contaminación en el óptimo y, por otra parte, a los Impuestos 7 Un impuesto pigouviano pretende el establecimiento de un tributo que incorpore el coste de la contaminación al precio de los productos. Su finalidad, por tanto, desde una perspectiva económica es la de internalizar los costes del perjuicio o el deterioro ambiental o, incluso la prevención de que ello ocurra. En última instancia, el propósito de internalizar los costes propugna que éstos sean asumidos por el agente contaminador al hacerlo responsable e imponerle la cuantía de los mismos lo que debería provocarle un incremento de costes en el agente contaminador que venga coincidir con el aumento de los costes sociales que la propia contaminación provoca. 23 Coste-Eficientes, que pretenden conseguir un nivel de calidad medioambiental predeterminado, con la mínima pérdida de bienestar posible. Criterios para la selección de un impuesto ambiental.- El mejor impuesto medioambiental de todos los posibles, el impuesto pigouviano8, es prácticamente inaplicable correctamente en la realidad, por lo que la introducción de tributos medioambientales es una cuestión aplicada y debe recurrir a una elección entre alternativas imperfecta, usándose diferentes criterios de evaluación. a) Eficacia medioambiental.- La base imponible y el tipo impositivo del tributo ambiental determinarán su actuación en relación al objetivo ambiental, por lo que si existen bases poco relacionadas con el problema medioambiental y/o una estructura tarifaria e inadecuada el tributo será muy poco efectivo ambientalmente. Además, el tributo ambiental será más eficaz, desde este punto de vista, cuantos mayores incentivos ofrezca para la promoción y el desarrollo de tecnologías limpias. En este contexto de eficacia9 ambiental, un tributo eficaz está predestinado a generar baja capacidad 8 En su forma más pura, el impuesto pigouviano consiste en un impuesto por unidad producida, calculado de forma que su importe coincide con el valor de la externalidad evaluada en el punto óptimo. De esta forma se modifica el coste marginal privado del productor y coincide con el coste marginal social o total. 9 Una estrategia que propugna la superación de la ecoeficiencia y conseguir alcanzar la ecoefectividad, es la denominada cradle to cradle (De la cuna a la cuna) de Braungart y McDonough. El término ecoeficiencia implica hacer más con menos y fue promovido por el Business Council for Sustainable Development, que lo articuló en torno a las famosas tres “R” –reducir, reutilizar, reciclar– que tan populares se han hecho actualmente. Evidentemente, reducir el consumo de recursos, el uso de energía, las emisiones y los residuos resulta beneficioso para el medio ambiente –y para la moral de las personas, pero desde una perspectiva ecoefectiva ésto tan sólo estaría alargando la agonía del sistema, pues ésta última estima que al ritmo actual de deterioro puede ser que sólo el concurso de la ecoeficiencia no sea suficiente para evitar las desastrosas consecuencias para los ecosistemas que parecen divisarse en el horizonte global. Reutilizar residuos por parte de algunas industrias es encomiable pero no evita la propia toxicidad de los mismos durante su manipulación. En muchos casos, esta “reutilización” tan sólo estaría sirviendo para trasladar el problema de un sitio a otro, permitiendo la supervivencia de diseños destructivos y poco inteligentes. Evidentemente, por ejemplo, la ecoeficiencia permite, aplicada a una vivienda ahorrar energía, gracias al aislamiento en paredes y ventanas reduciendo así la carga sobre los sistemas de aire acondicionado del edificio para su refrigeración, y por ende disminuyendo la cantidad de energía utilizada proveniente de combustibles fósiles. Pero no parte de la idea clave que está en el diseño mismo de la propia vivienda. Por contra la ecoefectividad –por ejemplo, según la propuesta cradle to cradle-, significa trabajar sobre los objetos correctos desde un planteamiento inicial –intentando que los productos, los servicios y los sistemas sean correctos desde el principio en lugar de hacer que las cosas y las situaciones incorrectas sean menos malas. Una vez que se están haciendo las cosas correctamente, entonces sí tiene sentido hacerlas “bien” con la ayuda de la eficiencia, entre otras herramientas. Por estas razones, la propuesta asume que la recaudación de los tributos ambientales específicos pueda llegar a ser relativamente muy baja si el cumplimiento ambiental tendiese, generalizadamente, a ser el máximo posible según la tecnología ecoefectiva disponible. 24 recaudatoria si el éxito de la medida tributaria se identifica con la solución del problema medioambiental. b) Eficiencia económica.- Son preferibles los impuestos que sitúan a la economía en un óptimo Paretiano mediante la solución del problema medioambiental. El cumplimiento de esta premisa, en general, exige impuestos ambientales cuyo tipo impositivo, aplicado sobre una base de vínculo perfecto, sea igual al daño marginal creado por la contaminación en el óptimo (internalización óptima del efecto externo negativo). La ganancia de eficiencia económica se produce sólo si el impuesto cumple su función asignativa correctamente, lo que implica su efectividad desde el punto de vista ambiental, aunque la relevancia de este criterio es limitada por las dificultades prácticas para introducir impuestos ambientales óptimos. Desde el punto de vista práctico, un criterio de eficiencia económica relevante sería valorar más a aquellos impuestos que obtienen un nivel determinado exógenamente de calidad medioambiental de la forma más barata posible. c) Incidencia distributiva.- En este criterio evalúa los distintos impuestos ambientales según la distribución de la carga fiscal que generan sobre la economía. Conociendo que la incidencia distributiva legal de un impuesto (aquella establecida por la definición de los sujetos pasivos según la ley) es habitualmente distinta de su incidencia real, la diferencia entre ambos conceptos está determinada por los procesos de traslación de la carga fiscal. 25 El impuesto ambiental será equitativo si la distribución de la carga fiscal cumple los principios de equidad horizontal y equidad vertical, sin embargo, dada su naturaleza de impuestos indirectos, es de esperar que la distribución de la carga de los impuestos ambientales sea en la mayoría de los casos regresiva, soportando más el impuesto las rentas más bajas. Además, el impuesto ambiental debe ser compatible con el principio de “quien contamina, paga”, circunstancia que debe analizarse correctamente porque la determinación del pagador del impuesto vendrá dada por el concepto de incidencia real y consecuentemente por los procesos de traslación de la carga fiscal. d) Viabilidad Práctica.- El impuesto ambiental debe diseñarse aprovechando las técnicas y mecanismos fiscales existentes, prefiriéndose impuestos simples con estimación objetiva y uso de hechos imponibles comunes a figuras no ambientales, particularmente impuestos sobre productos. Bajo esta óptica son preferibles aquellos impuesto que generan mayores posibilidades recaudadoras, sin embargo en el caso de la imposición medioambiental, este subcriterio se opone en cierta medida al criterio de eficacia ambiental (y al de eficiencia económica, por la relación tan estrecha que éstos mostraban). Además, es probable que los impuestos ambientales tengan una mayor aceptación por parte de los agentes económicos cuando contribuyan a sanear el medio degradado y no generen un fuerte incremento de la presión fiscal, al mismo tiempo que su implantación sea viable administrativamente. Podemos decir, entonces, que los criterios de eficacia ambiental y eficiencia económica recomiendan el uso de tributos ambientales de estimación directa, con tipos únicos o variables 26 dependiendo de la naturaleza del problema ambiental (la excepción se daría cuando tipos variables pretenden acentuar la introducción y desarrollo de tecnologías limpias). En relación con los criterios anteriores, otra línea de desarrollo adecuada serían los instrumentos extrafiscales, con baja recaudación impositiva a medio plazo y no afectados. Por su parte, el criterio de viabilidad práctica recomienda el uso de tributos sencillos con estimación indirecta y preferentemente tipos de gravamen únicos. En particular, se aboga por tributos con una recaudación significativa que pueda utilizarse en procesos de reforma fiscal (sin afectación en este caso) o en el saneamiento de los medios naturales degradados (con afectación en este caso). Sin embargo, no hay posibilidad de extraer recomendaciones generales para la elección entre tributos ambientales según el criterio de incidencia distributiva. Toda valoración en este sentido ha de basarse en estudios aplicados para las figuras en cuestión, de manera que los efectos distributivos puedan ser correctamente observados. En lugar de un tributo por unidad de producción puede seguirse una vía más directa, un impuesto por unidad de vertido o de residuo provocado. Al igual que en el caso del impuesto por unidad de producción, el total pagado estaría en función de la cantidad y las características de la contaminación producida y del coste de tratamiento de los residuos. La elección de una u otra base dependerá de los costes políticos y de gestión de ambas versiones de un mismo sistema impositivo. 27 3.2. Principales disposiciones medioambientales de la Unión Europea en materia de aguas continentales. El agua es una de las áreas más ampliamente regulada por la legislación medioambiental de la Unión Europea. El Primer Programa de Acción (1973), dio origen a una primera fase legislativa que abarcó desde la Directiva de aguas superficiales (1975) hasta la Directiva de aguas potables (1980). Esta primera fase legislativa incluyó la normativa relativa a la calidad de las aguas para la vida piscícola (1978), la relativa a las aguas para la producción de moluscos (1979), la de aguas de baño (1976) y la de aguas subterráneas (1980). En cuanto a la regulación de los límites de emisiones se redactó la Directiva de sustancias peligrosas (1976) y se adoptaron sus Directivas Hijas en varias sustancias individuales. La segunda fase legislativa, nació de la revisión de la legislación existente, de la identificación de las mejoras necesarias y de los aspectos que habían quedado sin regulación. De esta segunda oleada normativa, destacan las Directivas de tratamiento de aguas residuales urbanas (1991) y la de nitratos (1991), las revisiones de las Directivas de aguas potables y de aguas de baño para su actualización y la Directiva de prevención y control integrado de la contaminación (1996) que cubre, también, aspectos relativos a la contaminación del agua. Durante este periodo, se llegó al convencimiento de la necesidad de un “acercamiento combinado” a la protección del agua: legislación sobre los valores límite de emisión y legislación sobre los objetivos de calidad de las aguas. En 1995, un proceso de revisión y reestructuración global en la política de aguas de la comunitaria, finalizó con la Directiva 200/60/CE, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas. 28 Entre la prolífica normativa comunitaria que es tenida en cuenta en nuestra investigación, destacaremos aquí la siguiente: - Directiva 78/659/CEE sobre calidad de las aguas piscícolas.- Esta Directiva [47] se aplica a las aguas dulces que deben ser protegidas o mejoradas para ser aptas para la vida piscícola. No es de aplicación a las aguas utilizadas para la cría intensiva de peces y a las contenidas en reductos naturales o artificiales. Las aguas piscícolas se dividen en salmonícolas y ciprinícolas, siendo: - Aguas salmonícolas: en las que viven o podrían vivir los peces que pertenecen a especies tales como el salmón (Salmo salar), la trucha (Salmo trutta), y el tímalo (Thymallus thymallus) y el corégono (Coregonus). - Aguas ciprinícolas: en las que viven o podrían vivir los peces que pertenecen a los ciprínidos (Cyprinidae), o a otras especies tales como el lucio (Esox lucius), la perca (Perca fluviatilis) y la anguila (Anguilla anguilla). Los Estados miembros no deben fijar valores menos estrictos que los que figuran en la columna I y se esforzarán por respetar los valores que figuran en su columna G. Se considerarán conformes si las muestras de dichas aguas, tomadas según la frecuencia mínima prevista, en un mismo lugar de muestreo y durante un período de doce meses, cumplen los valores fijados por los Estados miembros, así como las observaciones que figuran en las columnas G e I, en lo que se refiere al 95% de las muestras para los parámetros siguientes: pH, DBO5, amoníaco no ionizado, amonio total, nitritos, cloro residual total, zinc total y cobre soluble. Si la frecuencia de muestreo fuese inferior a una toma por mes, los valores y observaciones antes mencionados deberán respetarse para todas las muestras. El incumplimiento de los valores o de las observaciones que figuran en las columnas G e I del 29 Anexo I no debe ser tomado en consideración en el cálculo de los porcentajes, cuando ello fuera consecuencia de inundaciones o de otras catástrofes naturales. Resulta indudable que España se está enfrentando con singulares inconvenientes para alinear su ordenamiento ambiental al de la Unión Europea, como lo demuestra el hecho de que se hayan llegado a imputar a nuestro país numerosas infracciones, lo que puede ser un indicador expresivo de la dificultades de adaptación originadas por razones económicas y por cuestiones técnicas, entre las que se encuentran los problemas de coordinación entre la diferentes Administraciones públicas implicadas en su aplicación. En lo que se refiere a la producción acuícola, estos problemas podrían estar detrás de la aplicación de distintos supuestos de fiscalidad distorsionante no neutral, por razón exclusiva de la implementación de diferentes objetivos de política, diseños instrumentales y aplicación práctica, especificados por las distintas Administraciones con competencia en la materia señalada. La legislación europea en materia de aguas comprende en su ámbito las aguas continentales y las marítimas. En España, sin embargo, tradicionalmente se han establecido regímenes diferentes para ambas. Este hecho es una fuente de problemas para la adaptación al derecho de la Comunidad en el que el agua está regulada, además, desde una doble vertiente: los vertidos de sustancias nocivas al medio acuático y los objetivos de calidad para los distintos usos que de la misma se puedan hacer. Esto supone una doble adaptación para aguas marítimas y continentales. A esta adaptación legislativa hay que unir otro problema importante como es el derivado de la organización administrativa y el reparto de competencias entre el Estado, Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales. Todo ello ha dado lugar 30 a que la actual legislación española sobre aguas se caracterice por su extensión y dispersión. La actual normativa básica española está recogida en la Ley de Aguas de 1985 y en la Ley de Costas de 1988, que pueden considerarse el punto de partida de la adaptación a la legislación dictada por la Comunidad Europea, al mismo tiempo que actualiza y unifica la normativa anterior. El desarrollo de ambas Leyes básicas a través de sus Reglamentos, Reales Decretos, y Órdenes Ministeriales recoge la doble vertiente, antes indicada, por la que la Comunidad regula el agua. La diversidad entre las dos regulaciones, de aguas y de costas, se pone también de manifiesto en los contenidos ambientales de ambas, ya que revelan distinta sensibilidad hacia estos asuntos en sus regulaciones y atribuciones de competencias. La transposición de directivas europeas a la normativa española es la mayor parte de la normativa estatal, ya que el Estado Español tiene escasa “producción propia” desde que ingresó en la Comunidad Europea. De entre la normativa estatal, de aplicación, podemos destacar: - Ley 22/1988, de Costas y sus reglamentos.- La Ley de Costas actualiza y conjunta la normativa sobre vertidos a las aguas marítimas, fue desarrollada reglamentariamente por el Real Decreto 1471/1989 que más tarde fue modificado por el Real Decreto 1112/1992. El objetivo de la Ley es la determinación y conservación del domino público marítimo-terrestre garantizando su uso público, así como regular la utilización racional de sus bienes con respecto al paisaje, medio ambiente y patrimonio histórico, manteniendo un adecuado nivel de calidad de sus aguas y de la ribera del mar. La Ley 31 somete a autorización a todos los vertidos, sean contaminantes o no, y dispone que si son contaminantes será necesario que el peticionario justifique previamente la imposibilidad o dificultad de aplicar otra solución alternativa para la eliminación o tratamiento de dichos vertidos. No se pueden verter sustancias ni introducir formas de energía que puedan comportar un peligro o perjuicio superior al admisible para la salud pública y el medio natural. Exige que los vertidos se limiten en función e los objetivos de calidad fijados para el medio receptor y en la medida en que lo permita el estado de la técnica, las materias primas y la capacidad de absorción de la carga contaminante por el medio receptor, sin que se produzca una alteración significativa de dicho medio. La Administración competente puede efectuar cuantos análisis e inspecciones estime convenientes para comprobar las características del vertido y contrastar el cumplimiento de las condiciones impuestas en la autorización del vertido. - Vertido de sustancias peligrosas.- La Ley de Costas y su Reglamento tienen su prolongación natural en el Real Decreto 258/89 sobre vertidos de sustancias peligrosas desde tierra al mar ya que traspone al ordenamiento jurídico español la norma básica comunitaria sobre sustancias peligrosas, la Directiva 76/464, que somete a autorización previa los vertidos desde tierra al mar de sustancias comprendidas en las listas I y II de su anexo. El Real Decreto 258/1989 es de aplicación a todo vertido, efectuado desde tierra en las aguas interiores y en el mar territorial español, que pueda contener una o varias de las sustancias peligrosas indicadas en el anexo (listas I y II equivalentes a las de la Directiva 76/464; exceptuando los vertidos de lodos de dragados, descargas operativas efectuadas desde buques y el vertido de residuos desde buques y aeronaves al mar. Es igualmente de aplicación a los vertidos de sustancias peligrosas que se hagan a través de alcantarillado, siempre que éste descargue en el mar. Fija las mismas obligaciones que la Directiva en cuanto al limitar 32 los vertidos que contengan sustancias peligrosas, sin embargo establece que el órgano competente de la comunidad autónoma para conceder la autorización podrá, en caso necesario, establecer unas normas de emisión más exigentes. Corresponde a las Comunidades Autónomas garantizar la vigilancia del medio acuático afectado por los vertidos, estableciendo las redes de vigilancia correspondientes y realizar el inventario de vertidos que puedan contener sustancias peligrosas a las que se apliquen normas de emisión, así como establecer programas específicos para evitar o eliminar la contaminación procedente de fuentes importantes de sustancias de la lista I, inclusive aquellas múltiples y difusas que no están sometidas a normas de emisión y reducir la contaminación cuando pertenezcan a la lista II. - Vertidos de aguas residuales urbanas.- La transposición de la Directiva 91/271/CEE se hizo en España a través de dos normas de distinto rango, la primera, el Real Decreto-ley 11/1995, sobre normas aplicables al tratamiento de las aguas residuales urbanas, transpone lo referente a las obligaciones de tratamiento e las aguas residuales y los plazos para su cumplimiento. La necesidad de que tenga rango de Ley se debe a que esta norma modifica los criterios establecidos en el artículo 26 de la Ley 7/1985, de Bases del Régimen Local, al cambiar el criterio de número de habitantes por el número e habitantes-equivalentes y diferir a las Comunidades Autónomas la delimitación de las aglomeraciones urbanas, con las consecuencias que tiene en el cumplimiento de las obligaciones establecidas en este Real Decreto-Ley. La segunda norma es el Real Decreto 509/1996, que completa la incorporación de la Directiva 91/271/CEE, desarrollando lo dispuesto en el Real Decreto-ley 11/1995, fijando los requisitos técnicos que deberán cumplir los sistemas colectores y las instalaciones de tratamiento de las aguas residuales, los requisitos de los vertidos procedentes de instalaciones secundarias o de aquellos que vayan a realizarse en zonas sensibles. 33 También regula el tratamiento previo de los vertidos de las aguas residuales industriales cuando éstos se realicen a sistemas colectores o a instalaciones de depuración de aguas residuales urbanas. Asimismo, se determinan los criterios que deberán tomarse en consideración para la declaración de las “zonas sensibles” y “zonas menos sensibles”, que corresponderá efectuar a la Administración General del Estado (en el caso de aguas continentales de cuencas intercomunitarias) o a las Comunidades Autónomas (en el resto de los casos). Por último, se establece que las Administraciones públicas, en el ámbito de sus respectivas competencias, deberán efectuar el seguimiento y los controles precisos para garantizar el cumplimiento de las obligaciones. - Ley 16/2002, de prevención y control integrados de la contaminación.- La Ley 16/2002 [62] transpone la Directiva del mismo nombre 96/61/CE [36], su principal aportación es la distribución competencial y el procedimiento administrativo, que en ambos casos es muy complejo. Ello se debe a la necesidad de integrar todas las autorizaciones ambientales existentes en una sola. Corresponde a las Comunidades Autónomas otorgar la autorización ambiental integrada, que incluye emisiones a la atmósfera, vertidos a aguas continentales y desde tierra al mar, de producción y gestión de los residuos y otras exigencias de carácter ambiental contenidas en la legislación sectorial. Especialmente complicado es el procedimiento cuando existen vertidos a aguas continentales, ya que la antigua autorización otorgada por la Confederación Hidrográfica se sustituye por un informe vinculante de la misma que debe ser tenido en cuenta, siempre que se reciba antes de la autorización ambiental integrada. 34 3.3. La fiscalidad ambiental sobre el agua en España. 3.3.1. Introducción. El agua es uno de los recursos naturales más relevantes para la vida humana. Su utilización como input en procesos productivos y su consumo diario por parte de los ciudadanos en su actividad vital confieren al agua una importancia capital no solo para las actividades económicas sino también para el desarrollo de la vida en el planeta. Pero el agua es, en mayor o menor medida, dependiendo del espacio geográfico considerado, un recurso escaso y, por lo tanto, muy valioso. En consecuencia, los poderes públicos deben preocuparse por una adecuada gestión de este recurso común, racionalizando su consumo y manteniendo una calidad óptima del mismo. El mantenimiento de la calidad del agua está estrechamente vinculado, sobre todo en los últimos años, a una problemática medioambiental concreta: los vertidos contaminantes a las aguas realizados por individuos o empresas en el desarrollo de sus actividades vitales o económicas. Este problema medioambiental es fuente de preocupación para las políticas públicas al mismo nivel que otros problemas importantes en materia de medio ambiente como pueden ser la contaminación atmosférica o el tratamiento de residuos. El agua tiene, por tanto, una serie de características de bien público, o al menos de bien público impuro, y de bien ambiental, ya que de su calidad depende en gran medida un desarrollo óptimo de la vida humana. Además, los vertidos contaminantes a las aguas constituyen uno de los más claros ejemplos de externalidad ambiental negativa, siendo necesario, de acuerdo con los planteamientos teóricos de la Economía Pública, establecer algún mecanismo que permita corregir dicho efecto externo negativo. 35 Teniendo en cuenta los elementos que se acaban de citar, es lógica la preocupación que la política económica del medio ambiente tiene por los aspectos ambientales y de gestión pública relacionados con el agua. Por un lado, existen instrumentos económicos de política ambiental orientados a racionalizar su consumo por parte de ciudadanos y empresas y a internalizar las externalidades ambientales negativas generadas por los vertidos contaminantes a aguas de diversa procedencia. Por otro, en el ámbito de la gestión pública se han diseñado organismos, planes e instrumentos de intervención que permiten establecer mecanismos de equilibrio en la gestión del agua desde el punto de vista territorial y que permiten el desarrollo de infraestructuras vinculadas a la gestión del agua en sus diversos usos. Aunque España ha permanecido, en cierta medida, un poco al margen de los avances en materia de fiscalidad ambiental experimentados por los principales países europeos, en especial por los países nórdicos y centroeuropeos, lo cierto es que en nuestro país existen figuras tributarias que tratan de abordar el problema del agua desde las perspectivas antes indicadas. Algunas de estas figuras tributarias son de titularidad estatal (vinculadas a las confederaciones hidrográficas), pero las más relevantes, en particular los cánones de saneamiento y de aguas, corresponden a las haciendas autonómicas de una buena parte de las comunidades autónomas españolas. A continuación se analiza la aplicación de tributos con características ambientales sobre el agua en España, ya sea en su vertiente de incentivo fiscal a la racionalización de su consumo como en la vertiente pigouviana de las principales figuras tributarias que gravan los vertidos al agua en España o, en su defecto, que gravan su consumo como estimación indirecta de la contaminación generada. 36 3.3.2. El régimen económico-financiero del agua en España. El régimen económico-financiero del agua se define para el conjunto de España en la Ley de Aguas como régimen económico-financiero de la utilización del dominio público hidráulico. Este régimen se articula en torno a cuatro exacciones fiscales diferentes, cuya gestión y recaudación se ha encomendado a los organismos de cuenca. Dichas figuras tributarias son: a) el canon de utilización de los bienes del dominio público hidráulico, b) el canon de control de vertidos, c) el canon de regulación y d) la tarifa de utilización del agua. Estas cuatro figuras tributarias deben atender al cumplimiento de una serie de principios generales de actuación establecidos en la mencionada ley. Dichos principios están en consonancia con las ideas anteriormente señaladas del agua como bien público y de la necesidad de internalizar los efectos externos negativos derivados de los vertidos contaminantes a medios acuáticos. En concreto, la normativa pone de manifiesto la necesidad de recuperar los costes de los servicios relacionados con la gestión de las aguas, incluyendo los costes ambientales y del propio recurso. Dicho proceso debe realizarse incentivando el uso eficiente del agua (como bien público necesario y escaso) y aplicando el principio “quien contamina, paga” (para la corrección de costes externos ambientales). Otro aspecto destacable de los principios generales del régimen económico-financiero de la utilización de dominio público hidráulico es el reconocimiento en la propia Ley de Aguas de que “Para la aplicación del principio de recuperación de costes se tendrán en cuenta las consecuencias sociales, ambientales y económicas, así como las condiciones geográficas y climáticas de cada territorio, siempre y cuando ello no comprometa ni los fines ni el logro de los objetivos ambientales establecidos”. La interpretación de este precepto es cuando menos 37 compleja ya que, por un lado, plantea la necesidad de examinar detenidamente las consecuencias para los contribuyentes de las figuras tributarias orientadas a la recuperación de costes pero, por otro lado, sigue dando prioridad absoluta al logro de los objetivos ambientales establecidos en la ley. A continuación se mencionan los rasgos básicos de cada una de las figuras tributarias anteriormente señaladas y una serie de consideraciones acerca de sus implicaciones en términos de política económica ambiental. a) El canon de utilización de los bienes del dominio público hidráulico. De acuerdo con lo establecido en el régimen económico-financiero de la utilización del dominio público hidráulico de la Ley de Aguas, la ocupación, utilización y aprovechamiento de los cauces de corrientes naturales, continuas o discontinuas y de los lechos de los lagos y lagunas y embalses superficiales en cauces públicos que requieran concesión o autorización administrativa devengan a favor del organismo de cuenta (confederación hidrográfica) competente una tasa denominada canon de utilización de bienes del dominio público hidráulico (también conocida como canon de ocupación), destinada a la protección y mejora de dicho dominio. Son sujetos pasivos del tributo los concesionarios o personas que reciben la autorización, aunque de esta tasa están exentos los concesionarios de aguas. La base imponible de esta exacción está determinada por la confederación hidrográfica correspondiente de acuerdo con los siguientes criterios: a) en el caso de ocupación de terrenos del dominio público hidráulico, la base imponible es el valor del terreno ocupado tomando como referencia el valor de mercado de los terrenos contiguos, b) en el caso de utilización del dominio público hidráulico es el valor de dicha utilización o del beneficio 38 obtenido con la misma y c) en el caso de aprovechamiento de bienes del dominio público hidráulico, la base imponible es el valor de los materiales consumidos o la utilidad que reporte dicho aprovechamiento. El tipo de gravamen anual del tributo es del 5 por ciento en los supuestos a y b anteriores y del cien por cien en el caso del supuesto c anterior, porcentajes que se aplicarán sobre el valor de la base imponible resultante en cada caso. Sobre este canon, el Libro Blanco del Agua en España (1999) señala que “El muy escaso valor (…) de la base imponible (valor del bien), junto con la exclusión de los concesionarios, hace que este canon sea en la práctica inoperante para servir a su objetivo, que es el de la protección y mejora del dominio público afectado”. De esta forma parece reconocido que el canon de ocupación no cumple con su objeto ambiental básico, dado que la intensa ocupación y utilización de los espacios gravados no se corresponde en términos de recaudación como para considerar que se trata de un impuesto ambientalmente eficaz. b) El canon de control de vertidos. La Ley de Aguas establece que los vertidos al dominio público hidráulico están gravados con una tasa destinada al estudio, control, protección y mejora del medio receptor de cada cuenca hidrográfica. Esa tasa se denomina canon de control de vertidos, siendo el organismo encargado de recaudarla la confederación hidrográfica correspondiente. Los sujetos pasivos del tributo son aquellos que lleven a cabo el vertido gravado. De acuerdo con el REAL DECRETO 606/200310, de 23 de mayo, la autorización de vertido tendrá como objeto la consecución del buen estado ecológico de las aguas, de acuerdo con las normas de calidad, los objetivos ambientales y las características de emisión e inmisión establecidas en 10 REAL DECRETO 606/2003, de 23 de mayo (BOE, viernes 6 de junio de 2003), por el que se modifica el Real Decreto 849/1986, de 11 de abril, por el que se aprueba el Reglamento del Dominio Público Hidráulico, que desarrolla los Títulos preliminar, I, IV, V, VI y VIII de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas. 39 este reglamento y en el resto de la normativa en materia de aguas. Estas normas y objetivos podrán ser concretados para cada cuenca por el respectivo plan hidrológico, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 100.2 del texto refundido de la Ley de Aguas. El importe del canon de control de vertidos es el producto del volumen de vertido autorizado por el precio unitario de control de vertido. Dicho precio unitario se calcula multiplicando el precio básico por metro cúbico de agua por un coeficiente de mayoración (como máximo igual a 4) o minoración, que se establece reglamentariamente en función de elementos como la naturaleza, características y grado de contaminación del vertido y la calidad ambiental del medio físico en que se vierte. En el RDL 1/2001 por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Aguas el precio del metro cúbico se fijó en 0,01202 euros para el agua residual urbana y 0,03005 para el agua residual industrial, pudiendo revisarse estos precios periódicamente en las Leyes de Presupuestos Generales del Estado. La Ley de Aguas establece con respecto a este tributo que éste será independiente de los cánones o tasas que puedan establecer tanto comunidades autónomas como corporaciones locales para financiar sus obras de saneamiento y depuración. c) El canon de regulación. El régimen económico-financiero de la utilización de dominio público hidráulico en España indica que los beneficiarios de las obras de regulación de las aguas superficiales o subterráneas financiadas total o parcialmente con cargo al Estado deben satisfacer un tributo denominado canon de regulación destinado a compensar los costes de la inversión del Estado en dichas infraestructuras y a atender los gastos de explotación y conservación de tales obras. 40 La cuantía del canon de regulación se fija para cada ejercicio presupuestario sumando las siguientes cantidades: a) el total previsto de gastos de funcionamiento y conservación de las obras realizadas, b) los gastos de administración del organismo gestor imputables a dichas obras y c) el 4 por ciento del valor de las inversiones realizadas por el Estado, debidamente actualizado, teniendo en cuenta la amortización técnica de las obras e instalaciones (que en este caso es de 50 años) y la depreciación de la moneda (mediante una tasa de descuento). La distribución individual del importe global de cada obra entre todos los beneficiarios de las mismas se realiza con arreglo a criterios de racionalización del uso del agua, equidad en el reparto de las obligaciones y autofinanciación del servicio, de acuerdo con lo que se determine reglamentariamente. El organismo liquidador de este canon debe introducir un factor corrector del importe a satisfacer por el beneficiado según su consumo de agua fijado en los planes hidrológicos de cuenca o según la planificación sectorial correspondiente (en el caso de regadíos y otros usos agrarios). Este factor corrector se aplica sobre la liquidación y no puede ser superior a 2 ni inferior a 0,5, de acuerdo con las normas que se fijen reglamentariamente. d) Tarifa de utilización del agua. La tarifa de utilización de agua grava a los beneficiados por obras hidráulicas específicas que no sean de regulación realizadas financiadas total o parcialmente a cargo del Estado, incluidas las de corrección del deterioro del dominio público hidráulico derivado de su utilización, por el concepto de disponibilidad o uso del agua. Su recaudación está destinada a compensar al Estado por las aportaciones financieras que realiza por su inversión en este tipo de obras y por los gastos de explotación y conservación de tales obras, estableciéndose su cuantía anual en función de criterios similares a los del canon de regulación, con una modificación referida 41 al plazo de amortización técnica de las obras, que en este caso se establece en 25 años. Igualmente, los criterios de reparto de la cuota entre los beneficiarios son los mismos que los comentados para el canon de regulación. Las conclusiones que se pueden obtener, referidas a las características ambientales de las exacciones derivadas del régimen económico-financiero del agua en España son las que se mencionan a continuación: En primer lugar, este régimen no es de aplicación general a todos los usuarios del agua, sino que afecta solamente a aquellos que se benefician de determinadas obras públicas, a los que ocupan el dominio público hidráulico o a aquellos que realizan vertidos autorizados a las aguas. Se da la circunstancia, además, de que una parte de los que teóricamente serían sujetos pasivos de los que se obtendría un importante volumen de recaudación están exentos en algunos de estos tributos, como es el caso de los concesionarios de aprovechamientos en el canon de ocupación o los que utilizan infraestructuras propias en el canon de regulación y la tarifa de utilización de agua. Más grave es, por supuesto, el caso de aquellos que no pagan el canon de vertidos simplemente porque dichos vertidos carecen de autorización y, por lo tanto, no son gravados por dicho canon. En segundo lugar, los estudios técnicos realizados al respecto ponen de manifiesto ciertas dificultades en términos de recaudación de estos tributos. Dichas dificultades obedecen a varios problemas diferenciados: la complejidad de cálculo de las cuantías de las exacciones; la reducida eficacia recaudatoria, sobre todo cuando el sujeto pasivo es un ente público; la escasa cuantía de las cuotas tributarias, sobre todo en los casos del canon de ocupación y del canon de vertidos, teniendo en cuenta los ambiciosos objetivos de ambos tributos. 42 En tercer lugar, en términos ambientales la aplicación de este régimen económico-financiero del agua en España presenta más sombras que luces. Por un lado, la escasa recaudación (originada por diversos factores) hace muy difícil o, en algún caso, imposible, el cumplimiento de los objetivos ambientales de recuperación de costes externos, como ocurre por ejemplo con el caso del canon de vertido, haciendo así ineficaz la aplicación del principio “quien contamina, paga”. Por otro lado, en la aplicación de las tarifas de los tributos no se tiene en cuenta el valor económico del agua, recurriendo a otro tipo de argumentos para el establecimiento de las bases imponibles que, en definitiva, hacen que no se esté cumpliendo con el objetivo de incentivar el uso racional del agua como recurso escaso (vía demanda). Finalmente, este sistema, unido a la aplicación de cánones autonómicos de saneamiento y de aguas, ha originado problemas de tipo jurídico, al ser aplicables en algunas comunidades autónomas tributos con objetivos ambientales similares y procedimientos técnicos de cálculo y liquidación muy parecidos por parte de dos niveles administrativos distintos: el Estado y la comunidad autónoma. Esto ocurre especialmente en el caso del canon de vertidos y los cánones autonómicos de saneamiento o de aguas. En definitiva, el régimen económico-financiero del agua en España plantea una serie de figuras tributarias cuyos objetivos cumplen con los planteamientos teóricos deseables desde el punto de vista de la política ambiental, pero presentan problemas prácticos de aplicación tanto en el ámbito del objeto de gravamen como en el de la recaudación obtenida, haciendo que, en general, la aplicación de este régimen no esté logrando los objetivos ambientales propuestos en la propia Ley de Aguas. 43 3.3.3. Los tributos ambientales sobre el agua y sobre vertidos en las comunidades autónomas españolas. La escasa incidencia ambiental de los tributos derivados de la Ley de Aguas no debe sorprender en la medida en que es una característica casi generalizada de la fiscalidad ambiental estatal española (con la excepción, quizá, del impuesto sobre hidrocarburos). En este sentido, Gago y Labandeira (1997) señalan lo siguiente: “¿Cómo evaluar la actitud ambiental del sistema impositivo español a partir de estos datos?. El juicio no admite dudas: la fiscalidad estatal asume el objetivo ambiental solo de forma tangencial. Buena parte de las figuras que aplica están ancladas en el mundo de la parafiscalidad, lo que hace que no se integren en las políticas tributaria y de medio ambiente”, afirmación que en 2006 aún se puede mantener y que es aplicable también a los tributos estatales sobre aguas. Sin embargo, no se puede realizar la misma afirmación con respecto a la tributación ambiental autonómica. Es cierto que los tributos ambientales de las comunidades autónomas españolas presentan problemas importantes, sobre todo en cuanto a la vinculación entre carga contaminante y carga fiscal (tal y como se plantea, por ejemplo, en este trabajo sobre la incidencia del canon de saneamiento en las instalaciones de acuicultura continental en Galicia), pero lo cierto es que el argumento de protección ambiental y de control de la contaminación se ha centrado en España esencialmente en el ámbito de las haciendas autonómicas. La introducción de figuras tributarias de carácter ambiental por parte de las comunidades autónomas españolas está en línea con la tendencia internacional de introducir estos tributos en niveles subcentrales de gobierno, pero, en el caso concreto de España, obedece especialmente a las necesidades financieras de las comunidades autónomas y a las 44 importantes restricciones legales de las mismas a la hora de establecer hechos imponibles. En concreto, los tributos autonómicos propios están regulados en la LOFCA, que prohíbe expresamente la definición de hechos imponibles gravados por el Estado e imposibilita la actuación sobre materias reservadas a las corporaciones locales (salvo habilitación legal y compensación). En estas circunstancias, las comunidades autónomas, cuyo nacimiento en España es posterior al de otras administraciones públicas, han optado por establecer figuras tributarias de naturaleza esencialmente reguladora o extrafiscal, que en algún caso presentan conflictos interpretativos con tributos de otras administraciones. Entre los tributos autonómicos propios, la imposición ambiental ha jugado en los últimos años un papel fundamental en las comunidades autónomas españolas. Más en concreto, dentro de los tributos ambientales de las haciendas autonómicas en España, los cánones de saneamiento y de agua desempeñan un papel fundamental, tanto en términos cualitativos como de recaudación, por encima de otros tributos ecológicos que gravan emisiones a la atmósfera, instalaciones contaminantes, energía o generación de residuos sólidos y peligrosos. En el cuadro adjunto puede verse la tipología de tributos ambientales de las comunidades autónomas españolas en la actualidad. Un dato importante con respecto a los tributos ambientales autonómicos es que su recaudación es poco significativa en relación con los ingresos fiscales de cada comunidad autónoma, debido a la importancia de los tributos cedidos por el Estado, pero es muy relevante dentro de los tributos autonómicos propios, los únicos sobre los que las comunidades autónomas tienen autonomía normativa. Así, los cánones de saneamiento y del agua representan aproximadamente el 50 por ciento de los ingresos por tributos propios autonómicos en las comunidades autónomas españolas. A 45 continuación se analizan las características básicas de los tributos autonómicos sobre el agua existentes en España y se realiza una serie de consideraciones acerca de sus características ambientales. Tipología de tributos ambientales de las comunidades autónomas españolas y año de implantación Comunidad autónoma Andalucía Aragón Asturias Baleares Canarias Cantabria Castilla-León Castilla-La Mancha Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Galicia La Rioja Madrid Murcia Navarra Canon de saneamiento de agua Canon de vertidos líquidos 1994 1997 1994 1991 Impuesto sobre emisiones a la atmósfera Impuesto sobre instalaciones Impuesto sobre productos energéticos Canon de residuos 2003 2006 Impuesto sobre depósito de residuos peligrosos 2003 1991 (i) 1987(*) 1999 (i) 1986 2002 2002(*) 2000 2000 1981 1992 2003 1997 1993 1994 1984 2000 1989 2000 1997 1995 2006 2006 2003 2006 País Vasco Fuente: Labandeira, León y Vázquez (2005). Notas: (i) Tributo declarado inconstitucional. (*) Tributo aprobado pero no aplicado. a) Los cánones de saneamiento y del agua. Los cánones de saneamiento y del agua son las figuras tributarias con características ambientales más importantes de las haciendas autonómicas en España. En la actualidad tienen un canon de saneamiento o del agua las comunidades autónomas de Aragón (1997), Asturias (1994), Baleares (1991), Cantabria (2002), Castilla-La Mancha (2002), Cataluña (1981), Comunidad Valenciana (1992), Galicia (1993), La Rioja (1994), Madrid (1984), Murcia (2000) y Navarra (1989). En general, los objetivos de estos cánones autonómicos son los 46 siguientes: Por un lado, establecer un incentivo económico para la regulación del vertido de aguas residuales, por otro, financiar los gastos de inversión y explotación de infraestructuras para el tratamiento de aguas residuales. De hecho, su recaudación está afectada para esta última finalidad. Como se comentará posteriormente, la estimación indirecta del hecho imponible dificulta en cumplimiento del primero de los objetivos que se acaba de citar, haciendo que, en última instancia, el verdadero objetivo de los cánones autonómicos de saneamiento o del agua sea el segundo de los comentados, prácticamente de forma exclusiva. Aunque la denominación de estos tributos es la de canon, es preciso recordar que en la actualidad esa figura tributaria, referida a la contraprestación por utilización de dominio público, no se reconoce como tal en la Ley General Tributaria. Aunque no existe un criterio unívoco para clasificar adecuadamente a los cánones de saneamiento y de aguas, se pueden asimilar a un impuesto o a una tasa, dependiendo de las características de cada canon establecidas en las correspondientes normativas autonómicas. Aún así, por comodidad o costumbre, o como consecuencia de que en muchas ocasiones se denomina canon ambiental a los tributos ambientales teóricos, en lugar de hablar de tasa o impuesto de saneamiento se sigue utilizando el término canon. Las características ambientales básicas de estos tributos se pueden comentar haciendo referencia a los siguientes elementos, generalizando para el conjunto de cánones autonómicos sobre el agua existente en España: a) hecho imponible, b) base imponible, c) tarifa impositiva y d) gestión administrativa. 47 El hecho imponible que gravan los cánones autonómicos de saneamiento y del agua es la producción de vertidos de aguas residuales de forma directa o a través de las redes de alcantarillado. La medición de este hecho imponible supone un importante problema técnico y de gestión y es fuente de conflictos a la hora de la liquidación del tributo. De hecho, es habitual que las comunidades autónomas en lugar de gravar los vertidos realizados utilicen como estimación indirecta de los mismos el consumo de agua de cualquier procedencia. Como consecuencia de esto último se puede decir que los cánones de saneamiento asumen la existencia de una relación directa y prácticamente lineal entre consumo de agua y vertidos realizados. Dicha asunción genera muchos problemas debido a que en numerosas actividades económicas esa vinculación entre consumo de agua y contaminación no es, ni mucho menos, tan clara. Las administraciones autonómicas son conscientes de la existencia de este problema, recurriendo como alternativa que se puede calificar como imperfecta, a establecer supuestos de no sujeción, de exención o de aplicación de coeficientes correctores para el pago de la cuota del impuesto. Aunque esta alternativa es válida en algunos casos, no todos los sujetos pasivos ven reflejada en igual medida la vinculación entre carga contaminante y carga fiscal en los cánones de saneamiento. Esta problemática conduce al análisis de la determinación de la base imponible del tributo. La base imponible es, en general, el volumen de agua consumido por el sujeto pasivo, medido en metros cúbicos o, si no es posible determinarlo, el volumen de agua estimado mediante determinados índices. Pero además, la mayor parte de las comunidades autónomas determinan, para usos industriales del agua, la base imponible del impuesto mediante la medición directa o la estimación de los vertidos contaminantes, delimitando así la carga contaminante del sujeto pasivo. 48 Lógicamente, esta última forma de calcular la base imponible permite aproximar en mayor medida la carga tributaria a la carga contaminante y, además, mediante la aplicación del principio “quien contamina, paga” aproximar los costes de tratamiento y limpieza de los vertidos a la carga tributaria a la que debe hacer frente el sujeto pasivo emisor de contaminantes líquidos. El incentivo económico a la reducción de emisiones funciona también en mayor medida cuando se aplica este procedimiento de medición de la carga contaminante que cuando se realiza una estimación de la misma vía consumo de agua. En última instancia ese incentivo depende de la tarifa impositiva del canon. Ésta no está diseñada de la misma forma en todas las comunidades autónomas, aunque en general suele haber coincidencia en muchas comunidades en dos aspectos básicos: a) la diferenciación entre la tarifa aplicable a usos domésticos, más reducida, y la aplicable a usos industriales o de otro tipo, más elevada y b) la existencia de una parte fija y una parte variable en la tarifa en función del volumen consumido de agua. Al margen de estos factores más o menos comunes, la tarifa del canon varía en función de circunstancias como la carga contaminante o la población del municipio. Además, en algunos casos para el cálculo de la cuota tributaria se contempla la especificidad de determinadas actividades, estableciéndose coeficientes correctores para las mismas que originan importantes diferencias entre las cuotas tributarias el canon entre comunidades autónomas referidas al mismo tipo de actividades industriales. Para finalizar con las características del canon de saneamiento es necesario referirse a la gestión administrativa del mismo. Ésta se desarrolla normalmente por organismos autónomos encargados de la planificación hidrológica y del saneamiento de aguas residuales en las comunidades autónomas. Como consecuencia de ello, las empresas privadas y los entes públicos que suministran el agua ingresan la recaudación del canon de saneamiento en estas agencias de gestión del agua sustituyendo al contribuyente final. 49 Las principales conclusiones que se pueden obtener acerca de la eficacia ambiental de los cánones autonómicos de saneamiento y del agua se refieren a los objetivos planteados para los mismos: la regulación del vertido de aguas residuales y la financiación de obras de infraestructura hidráulica. Por un lado, la debilidad del vínculo entre consumo de agua y emisión de vertidos contaminantes dificulta considerablemente el logro del primero de los objetivos planteados. Además, al estar fijada la base imponible fundamentalmente sobre el consumo de agua, dada la inelasticidad de dicho consumo, parece difícil que el canon de saneamiento pueda incidir sobre el mismo de una forma significativa, salvo con la aplicación de unos tipos impositivos muy elevados. Además, esa debilidad del vínculo consumo de agua-carga contaminante hace que en ocasiones existan ineficiencias en la aplicación del canon gravando en exceso a industrias con consumos elevados de agua y vertidos relativamente reducidos (industrias usuarias de agua) y gravando por defecto a industrias con menor consumo de agua y mayor contaminación (industrias contaminantes). En última instancia, la aplicación del consumo de agua como sustituto de la carga contaminante efectiva responde a un intento de simplificar la gestión del tributo y de reducir sus costes administrativos. De esta forma se renuncia en parte a los objetivos ambientales, o al menos a su cumplimiento estricto, a cambio de elevar a objetivo prioritario del canon de saneamiento la recaudación de fondos para la financiación de obras de infraestructura hidráulica, que se ha convertido en el verdadero objetivo del tributo para la mayoría de las comunidades autónomas que lo aplican. 50 b) El canon de vertidos líquidos. Además del canon de saneamiento existen otras figuras tributarias autonómicas que gravan el agua o la producción de vertidos líquidos. Alguna de estas figuras ha sido sustituida por un canon general sobre el agua, como ha sucedido con el canon de infraestructura hidráulica de Cataluña. Sin embargo, existe otra figura tributaria vigente en la actualidad, el canon de vertidos líquidos11, que actúa en Andalucía como sustituto del canon de saneamiento, pero que se refiere exclusivamente a los vertidos al dominio público marítimo terrestre. La denominación concreta de dicho tributo propio de la Junta de Andalucía es la de canon de vertidos a las aguas litorales. Se trata de un impuesto cuyo hecho imponible es el vertido a las aguas litorales que se realice desde tierra a cualquier bien del dominio público marítimo terrestre. Su base imponible es la cuantía de la carga contaminante, medida de acuerdo con una serie de parámetros, y la tarifa tributaria es de 10 euros por unidad contaminante. La normativa del impuesto recoge el establecimiento de coeficientes correctores en función del tipo de vertido y de la zona de emisión, así como deducciones en la cuota por la inversión en descontaminación. Como se puede ver, las características de este impuesto son diferentes a las de los cánones de saneamiento en la medida en que se trata de gravar vertidos al dominio público marítimo terrestre, pero es interesante comentarlo en la medida en que introduce elementos tales como los coeficientes correctores o las deducciones por inversiones en equipos anticontaminantes y en la medida en que el objetivo del mismo lo configura efectivamente como un impuesto sobre vertidos líquidos contaminantes. 11 La comunidad de Madrid dispone del Canon de Vertidos Líquidos Industriales, que no es objeto de estudio en la presente investigación por no contar el territorio con la localización de piscifactorías. 51 3.3.4. Los tributos municipales sobre el agua y sobre vertidos en España. Además del Estado y de las comunidades autónomas, los municipios también disponen de autonomía normativa para poder establecer tributos con características ambientales. En este sentido son varias las figuras tributarias que pueden plantear los ayuntamientos, destacando especialmente las tasas y existiendo la posibilidad de implantar contribuciones especiales y recargos sobre los impuestos autonómicos, cuya utilización en los municipios españoles es muy poco relevante. A continuación se comentan las características generales de las tasas sobre el agua y sobre vertidos líquidos que han puesto en funcionamiento los ayuntamientos españoles, aunque es preciso señalar que también existen otras tasas con características ambientales que gravan hechos imponibles diferentes. La Ley de Bases de Régimen Local reconoce la necesidad de implantar tasas de alcantarillado y de recogida de basuras por parte de los ayuntamientos, en la medida en que ambos servicios públicos son de prestación obligatoria por parte de los municipios. De esta forma, estas tasas se configuran como tributos ambientales cuya finalidad es la recaudación de fondos para la financiación de esos servicios públicos municipales. En este trabajo interesa especialmente el primer caso, el de las tasas de alcantarillado, cuyo perfil ambiental está bastante definido y cuya recaudación puede estar afectada para la financiación de las actividades de evacuación de aguas pluviales, negras y residuales, así como para su tratamiento y depuración. Además de la tasa de alcantarillado, los ayuntamientos pueden establecer contribuciones especiales que en el ámbito de la fiscalidad sobre el agua pueden ser factibles para la financiación de obras de carácter hidráulico, aunque pudiesen existir ciertos problemas de 52 compatibilidad con otros tributos similares. De hecho, aunque las obras de suministro de agua, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales son competencia local (pudiendo financiarse con contribuciones especiales), la existencia de obras de infraestructura de este tipo financiadas por las comunidades autónomas sobre las que recaen cánones de saneamiento hace que la contribución especial no pueda ser utilizada por muchos municipios. Finalmente, los ayuntamientos también pueden establecer recargos sobre la imposición autonómica. En este caso se trataría de recargos sobre los tributos autonómicos sobre el agua y los vertidos líquidos, posibilidad no demasiado explorada por el momento en España pero que podría serlo en el futuro, dado el actual marco normativo en materia de haciendas locales. 4. El Canon de Saneamiento como instrumento fiscal y ambiental. El canon de saneamiento es una figura tributaria cuyas características básicas o elementos configuradores no son los mismos en las diferentes Comunidades Autónomas que lo aplican, lo cual provoca numerosas divergencias sobre su cualificación. Por ejemplo, en referencia al canon catalán Pajuelo (1983) lo califica como contribución especial sui generis, Cors (1993) como una figura intermedia entre tasa y contribución especial y Jiménez Compaired (1994) como tasa. Desde una perspectiva general, sin embargo, el acuerdo es bastante amplio en asimilarlo al concepto de impuesto extrafiscal, una figura impositiva regulatoria o de ordenación que combina objetivos recaudatorios con otros extrafiscales, ambientales y redistributivos. Estos cánones se configuran para intentar recuperar los costes públicos asociados a las políticas de saneamiento de las aguas residuales generadas por la actuación de los particulares. De ahí que se definan como ingresos afectados a las obras públicas que esta 53 política exige, siendo su objetivo preferente de naturaleza financiera. Por otro lado, incorporan, también, la intención reguladora de reducción de los vertidos de aguas residuales, implícita en el incremento del precio del agua consumida. Sin embargo, la importancia de este efecto puede suponerse limitada, teniendo en cuenta la rigidez de la demanda del agua para consumo y la suavidad de los tipos impositivos fijados –siempre que no pierdan de vista el principio de proporcionalidad-, pero ello no anula su finalidad extrafiscal. De esta manera, los cánones de saneamiento gravan el consumo de agua, dato utilizado como indicador de los vertidos potenciales de aguas residuales. Los sujetos pasivos son los consumidores de agua, actuando como sustitutos los suministradores oficiales, públicos o privados. La base imponible es el volumen de agua consumida, sobre la que se aplica un tipo fijo expresado en euros por metro cúbico mediante estructuras tarifarias diversas. Las más sencillas aplican un único tipo, con un recargo para usos industriales. Una solución parecida consiste en aplicar dos tipos, uno reducido para usos domésticos y uno incrementado para usos industriales. El resto de variaciones observadas tienen que ver con la existencia de dos tipos de cuotas, una fija o “de enganche” y otra variable o “de consumo”’, definidas con la finalidad de tomar en consideración la incidencia de la población estacional y de marcar diferencias en su tratamiento con la población residente, y de dos tipos impositivos diferentes, según se trate de usos domésticos e industriales. Nos encontraríamos, de esta forma, con una tabla de doble entrada y cuatro tipos de gravamen: dos expresados en cantidades monetarias fijas y dos en forma de euros por metro cúbico. Adicionalmente, la tarifa puede ser completada en aspectos más concretos, proponiendo tipos distintos para el uso doméstico en función del tamaño de los municipios (índices de 54 concentración demográfica que pueden diversificarse también según se trate de población residente o estacional), tipos distintos para el uso industrial según clases de actividad, extendiendo estas graduaciones tanto a cuotas fijas como variables. La cuota resultante, con forma de un impuesto indirecto tradicional sobre el consumo, figura como un cargo diferenciado en cada recibo del consumo de agua. A partir de este esquema básico, diversas características técnicas completan y gradúan la aplicación de estos impuestos en cada territorio. Algunas comunidades extienden el hecho imponible del canon al consumo de aguas de “toda procedencia”, lo que supone gravar las captaciones de aguas subterráneas y los consumos potenciales en manantiales propios. En otros casos, esta mayor ambición está contrapesada por exenciones generosas, cubriendo no sólo el uso público y el riego agrícola sino también el uso doméstico en determinadas circunstancias. Análisis del Canon de Saneamiento.- Cuando la Unión Europea recomienda a sus estados miembros la implantación de la fiscalidad como un instrumento económico apropiado para la protección del medioambiente, lo hace porque le reconoce las características siguientes: a) Internaliza las externalidades.- Al gravar un bien o una conducta que tiene efectos perjudiciales para el medioambiente, incorpora en el precio de los productos o servicios un recargo o coste. Este, en mayor o menor medida, debería equivaler al coste que la sociedad soporta para la restitución de las condiciones originarias o por la pérdida de valor correspondiente, si se da el caso. b) Dotan a la administración de una financiación extra.- Los organismos beneficiarios del impuesto, ven incrementados sus ingresos por la recaudación del tributo, que puede destinarse a finalidades vinculadas con la protección y la restauración del medioambiente. 55 c) Hace efectivo el principio de “quien contamina, paga y quien usa, paga”, siempre que cumpla con el principio tributario de proporcionalidad .- Este principio permite modificar las conductas de los usuarios, consumidores y contribuyentes, y conducirlas hacia la utilización racional de los recursos y a la eco-eficiencia. Los puntos anteriores recogen argumentos positivos, pero no puede olvidarse la importancia de sus efectos negativos. Al introducir una nueva figura tributaria, se aprecia un incremento en el precio final del bien o servicio considerado, que afecta necesariamente a la competitividad. Este efecto puede ser contrarrestado por diversas medidas que, a nivel teórico parecen sencillas, pero que en la práctica, son de una extraordinaria complejidad. La recomendación general ha sido la formación, sobre todo del sujeto pasivo, y la introducción gradual de los nuevos con un efecto no traumático sobre los costes. El objetivo último de toda política ambiental es la de conciliar desarrollo económico y conservación del medio. Es lo que desde hace años se denomina desarrollo sostenible. Los instrumentos adoptados dentro de las distintas políticas ambientales se basan en combinaciones variables de: - Prevención de acciones lesivas para el medio natural mediante la intervención o autorización administrativa. - Represión de dichas acciones mediante sanciones administrativas o penales - Promoción de acciones y procesos respetuosos con el medioambiente. - Reparación de daños producidos en el medio natural mediante políticas públicas o por acciones civiles. Otra forma de enfocar la tributación ambiental es mediante la implementación de ecotasas. Se trata de tributos que pretenden la corrección de determinados hechos o conductas que 56 tienen un efecto ambiental negativo. Son tributos cuyo hecho imponible está constituido por acciones lesivas para el medioambiente y por tanto no deseadas. Los objetivos de toda ecotasa son básicamente dos: 1. Disuadir de la producción de hechos perjudiciales para el medio natural mediante su gravamen. Se trata de incentivar al sujeto pasivo a adoptar medidas correctoras que al minimizar el hecho nocivo reduzcan o eliminen al mismo tiempo la carga tributaria. 2. Obtener ingresos destinados a financiar políticas de reparación ambiental. A la luz de las diferentes ecotasas existentes (impuestos sobre contaminación atmosférica, sobre carburantes, etc.) analizaremos a uno de los principales objetos de esta investigación: el canon de saneamiento. El canon del agua es, tal como describen las diferentes normativas autonómicas al respecto, la de un impuesto ecológico. Con esta definición, queda incluido en la categoría tributaria de impuesto, diferenciándolo de las tasas y contribuciones especiales que implican por parte del Estado la obligación de prestación de un servicio directo al sujeto pasivo. Se basa, además, en los principios básicos de capacidad económica, generalidad y equidad. Además, como características que refuerzan su carácter ecológico, podemos indicar que, en general, el canon de saneamiento queda afectado a la prevención en origen de la contaminación y a la recuperación y mantenimiento de los caudales ecológicos, a la consecución de objetivos de planificación hidrológica (sobre todo a la dotación de inversiones y gastos de explotación de las infraestructuras que se prevean) y a financiar otros gastos que se generan en el cumplimiento de las funciones que se atribuyen a la agencia o entidad que 57 lo gestiona. En principio, cuando una Administración pública introduce el canon de saneamiento lo suele hacer para alcanzar los siguientes objetivos: - incentivar un consumo racional y eficiente del agua, penalizando el consumo y fomentando el ahorro. - favorecer la innovación tecnológica en procesos industriales y actividades económicas. - dotar al organismo gestor de la política hidráulica de suficiente financiación para acometer sus actividades. - permitir a la entidad o agencia que lo gestiona obtener los fondos para ello, independientemente de las fluctuaciones presupuestarias. Naturaleza tributaria del canon de saneamiento.- Como se había indicado, estamos ante una figura calificada como impuesto ecológico. El canon de saneamiento es un tributo, en tanto que provoca el nacimiento de una obligación ex lege y no sancionadora, de pagar una suma de dinero destinada, sobre todo, al auxilio de la construcción y explotación de obras de saneamiento. El objeto de este tributo consiste en el consumo de agua susceptible de contaminar, lo cual conduce a sostener que se trata de un impuesto. Existen otras opiniones que lo califican como tasa o contribución especial, algo que sería aceptable en caso de que el objeto material del tributo fuese el beneficio que obtienen los sujetos pasivos afectados por las obras resaneamiento. Ámbito de aplicación.- El canon de saneamiento es un impuesto de aplicación en el territorio de aquellas Comunidades Autónomas que lo hayan implantado, aunque las diferentes administraciones hayan establecido una serie de coeficientes y mecanismos para contrarrestar la doble imposición en zonas o casos donde sonde aplicación la normativa estatal y autonómica, así como diferentes regímenes financieros. 58 Hecho imponible.- A la hora de definir el hecho imponible del canon de saneamiento, poslegisladores se han centrado en el consumo del agua, que en este tributo sólo se tiene en cuenta por la contaminación que puede producir, lo cual concuerda con la finalidad pretendida a través de esta figura financiera: crear un recurso específico para la financiación de los costes de infraestructura y de explotación de las obras, instalaciones y otros gastos para la prestación del servicio de saneamiento de acuerdo con el Plan de Saneamiento Autonómico correspondiente. Mientras que los fines del tributo sólo pueden ser aclarados teniendo en cuenta la totalidad de las normas que regulan un determinado tributo y, pueden, por tanto, no estar incorporados a la norma que define su hecho imponible, lo realmente gravado por el tributo sí ha de estar incorporado a la normativa del tributo y, precisamente, es obvio, a la norma que define el hecho imponible. Es precisamente en el hecho imponible en donde radica la diferencia pragmática entre las categorías tributarias, o sea, que tasas, contribuciones e impuestos son distintos porque son distintos sus hechos imponibles. Así, aún cuando de la regulación global del canon de saneamiento se deduce que tiene por objeto el beneficio especial derivado de las obras de saneamiento, la norma que regula su presupuesto de hecho tan sólo alude al “consumo potencial o real de agua de cualquier procedencia por razón de la contaminación que puede producir”, de donde se interpreta que lo realmente gravado no es el beneficio especial derivado de las obras de saneamiento, sino el consumo de agua susceptible de contaminar. De tal modo que este consumo se erige en el objeto-material del incremento de tarifa y del canon de 59 saneamiento, mientras que el beneficio especial aludido resta como objeto-fin de esta figura financiera. Constituye el hecho imponible del canon cualquier consumo real o potencial de agua de cualquier procedencia, por razón de la contaminación que pueda producir, ya sea en virtud de entidad suministradora (en cuyo caso el tributo se denomina incremento de tarifa), ya sea en virtud de aprovechamientos o de instalaciones de abastecimiento efectuado directamente por los usuarios (en cuyo caso el tributo se denomina canon de saneamiento). El hecho imponible del tributo es semejante al canon de infraestructura hidráulica, aunque no idéntico. Se asemejan en que ambos inciden en el consumo de agua real o potencial, bastando, pues, la posibilidad de su consumo a través de una entidad suministradora o de instalaciones de suministro propias o concesionales del usuario. La diferencia estriba en que la definición del hecho imponible del incremento de tarifa y del canon de saneamiento se completa con un elemento no integrante del hecho imponible del canon de infraestructura hidráulica: la contaminación, en el sentido de que sólo estarán sujetos al incremento de tarifa y al canon de saneamiento los consumos de agua en cuanto sean susceptibles de contaminar. Por consiguiente, la cuestión estriba en determinar cuándo un consumo de agua es susceptible de contaminar, puesto que cabe interpretar que el hecho imponible no se perfecciona si se acredita que el consumo real o potencial no es susceptible de contaminar. Aunque se pueda presumir que cualquier consumo de agua es susceptible de contaminar, siempre cabrá prueba en contrario. Si entendemos por contaminación “la acción y el efecto de introducir materias o formas de energía, o inducir condiciones en el agua que, de modo directo o indirecto, impliquen una alteración perjudicial de su calidad en relación con los usos posteriores o con su función ecológica”, no cabe descartar la posibilidad teórica de 60 consumos o utilizaciones reales o potenciales del agua que no provoquen la contaminación según esta definición. De hecho, la STSJ de Cataluña de 21 de abril de 1994 (en Tribunal-Aranzadi, núm. 4/1995, págs. 946 y 947) enjuició un caso donde quedó técnicamente acreditado que el consumo de agua verificado por el sujeto pasivo no ocasionaba ninguna alteración perjudicial en la calidad del agua en relación con los usos posteriores o con su función ecológica. A la vista de este dato el Tribunal puso en duda que se hubiera realizado el hecho imponible, diciendo que, “aunque admitiésemos que se hubiera producido el hecho imponible del canon de saneamiento (…), es claro que la magnitud que representa la base imponible (las unidades de contaminación) sería cero”. En este caso, la medición de la base imponible era directa a través de las unidades de contaminación, y, por ende, si no existe contaminación tampoco existirá base imponible. No obstante, ya se determine la base imponible a través de las unidades de contaminación o ya se determine a través del volumen de agua consumida, no procedería el pago del tributo, pues, ante la ausencia de contaminación no se realiza el hecho imponible. Se trata, en suma, de que el canon de saneamiento es un impuesto que recae sobre el consumo real o potencial del agua, pero no sobre cualquier consumo, sino única y exclusivamente sobre el consumo susceptible de contaminar. Sujeto Pasivo.- El objeto-fin, se deduce de la normativa global del tributo, mientras que el objeto-material tan sólo puede deducirse de la regulación legal del hecho imponible. El presupuesto de hecho o hecho imponible de este tributo consiste en el consumo de agua, y en coherencia, se entiende realizada y nacida la obligación tributaria cuando se produce el mencionado consumo. La lógica jurídica impone que de acuerdo con lo señalado más arriba, 61 se considere sujeto pasivo a título de contribuyente el consumidor por ser el que realiza el hecho imponible. El hecho imponible consiste, escuetamente, en “cualquier consumo potencial o real de agua de cualquier procedencia por razón de la contaminación que puede producir”. Ciertamente puede interpretarse que el sujeto pasivo contribuyente, el consumidor de agua susceptible de contaminar, será el beneficiado de forma especial por la actuación administrativa de saneamiento, esto es, será el que obtendrá un beneficio especial frente al general que obtiene el resto de la comunidad. Pero fijémonos que ello tan sólo será así en la generalidad de los casos, pero no necesariamente en todos, pues aun cuando el Plan y programas de saneamiento a los que se afecta el tributo no previeran ningún tipo de actuación especial que afectase a un consumidor en particular, igualmente nacería la obligación tributaria. Se demuestra que el beneficio especial que pueda obtener el sujeto pasivo a través de la actuación administrativa no resulta determinante de la sujeción al tributo. Devengo.- Que la sujeción al tributo comentado únicamente depende del consumo de agua susceptible de contaminar explica también que el devengo no se conecte con la realización de las obras o con el establecimiento del servicio previsto en el plan o proyecto de saneamiento, como sería de esperar si se hubiera configurado el tributo como una contribución especial. Antes al contrario, el devengo se conecta con el consumo del agua susceptible de contaminar. Los legisladores señalan que el hecho imponible se entiende realizado y, por ende, nacida la obligación tributaria, no cuando se obtiene un supuesto beneficio especial, sino cada vez que se consume o cada vez que finalice el trimestre en que se ha consumido. En el caso del canon de saneamiento, es muy habitual configurar este tributo como de devengo periódico: el último día de cada trimestre natural, por ejemplo, nace la obligación tributaria, no naciendo la obligación de pago hasta que se notifique la pertinente liquidación. 62 Base imponible.- En general, consiste en el volumen de agua consumido en el período del devengo o, si no se conoce, por el volumen de agua estimado, expresado en metros cúbicos. El procedimiento normal es la estimación directa, mediante contadores u otros procedimientos de medida, pero en los casos de captaciones subterráneas y de suministros mediante contrato de aforo que no puedan ser medidos directamente, así como en el caso de recogida de aguas pluviales, se arbitran sistemas de medición objetiva singular del volumen de agua consumido. En cualquier caso, se establece un mínimo de facturación. La Administración, de oficio o a instancia del sujeto pasivo, puede optar por integrar la base imponible mediante la medición de la carga contaminante. Acudir a la estimación directa de la carga contaminante, en cuyo caso, obviamente, la base consiste en la contaminación producida efectivamente, expresada en unidades de contaminación. El sistema de medición de la carga contaminante necesariamente habrá de ser directo. Se deduce que cuando el legislador regula la determinación directa de la carga contaminante como una forma de integrar la base imponible, está pensando en los usos industriales del agua. La ventaja que presenta el sistema de medición directa de la carga contaminante es que sirve mucho mejor a la variabilidad perfecta del tributo, es decir, a que la cuota tributaria sea fruto de una verdadera modulación de la intensidad como se realiza el hecho imponible, el cual, recordemos, es el consumo de agua “por razón de la contaminación que pueda producir”. Bajo este prisma, parece evidente que no todos los consumos son cualitativamente equiparables, pues habrá consumos que, por más bajos en cantidad que sean, conllevarán un elevado grado de carga contaminante, y, por el contrario, habrá otros tipos de consumos que, por más elevados que en cantidad sean, conllevarán un ínfimo o incluso nulo grado de carga contaminante. De ahí que frente a la 63 integración de la base atendiendo al volumen de agua consumida o atendiendo a la estimación objetiva de las unidades de contaminación, resulte mucho más adecuado a la estructura interna del tributo integrar la base imponible atendiendo a la estimación directa de las unidades de contaminación en base a determinados parámetros12. Cuando se trata de usos realizados por industrias, la regla general debería ser la medición directa de la carga contaminante, y la excepción la medición del volumen de agua consumida. En principio, podría pensarse que si en una caso concreto el parámetro de contaminación aplicable es cero, también será cero la cuota tributaria. Pero cabe plantearse la cuestión de si en estos supuestos donde se acredita la ausencia de contaminación, llega a realizarse el hecho imponible. Si el sujeto pasivo demuestra que el parámetro de contaminación aplicable no ha provocado ningún efecto contaminante tampoco nace la obligación tributaria, puesto que aún teniendo lugar el hecho imponible, la magnitud que representa la base sería cero. En el caso específico del usuario industrial, reconociendo la doble posibilidad de calcular la base imponible mediante el volumen de agua consumido o mediante la determinación directa de la carga contaminante, en todo caso, habría que tener en cuenta: a) la incorporación ostensible del agua a los productos fabricados, con el fin de practicar la reducción correspondiente; b) la deducción, cuando proceda, por propia depuración; y, c) la aplicación de ciertos coeficientes, por ejemplo, “corrector de volumen”, de “punta”, de “regulación” y de “vertido”. Todo ello explícitamente 12 Por ejemplo, en el caso de Cataluña, los parámetros son los siguientes: materias en suspensión (MES), materias oxidables (MO), materias inhibidoras (MI), sales solubles (SOL), incremento de temperatura (IT), nitrógeno (N) y fósforo total (P). 64 inspirado bajo el principio de que “quien más contamina debe satisfacer más incremento o canon”. Tipo de gravamen.- El tipo de gravamen del canon de saneamiento es específico y consiste en euros por metro cúbico o en euros por unidad de contaminación, según la base imponible a la que debe aplicarse, es decir, según la base imponible se integre en función del volumen de agua consumido o en función de la carga contaminante. Al mismo tiempo, el tipo de gravamen puede ser modificado por la incorporación de coeficientes adicionales, como pueden ser los coeficientes adicionales de ámbito local. Gestión.- Suele encargarse a una entidad u organismo autónomo que, con carácter administrativo, es parte integrante de la administración institucional de la Comunidad Autónoma correspondiente siendo persona jurídica de derecho público con patrimonio propia y plena capacidad de obrar para el cumplimiento de los fines que se le tengan encomendados. Imperfecciones en el diseño de los diferentes cánones de saneamiento.- Los cánones de saneamiento obligan al pago a quien se supone que más vertidos realiza, y en este sentido señalan un objetivo regulatorio y adicional de naturaleza ambiental. Pero esta caracterización se concreta de una manera imperfecta por varias razones. En primer lugar, porque el vínculo que establecen entre los hechos contaminante y fiscal se concreta a través de un indicador imperfecto como es el agua consumida, suponiendo que todo lo que se vierte sale por la red y que todo lo que sale en algún momento ha entrado para el consumo de manera controlada. Así, se gravan dos hechos imponibles diferentes, consumo de agua y contaminación, no necesariamente relacionados entres sí, presumiendo, 65 en todo caso, que se contamina por el mero hecho de consumir agua “limpia”. Esta forma de configurar el hecho imponible está lejos de la realidad, ya que contaminar no tiene relación directa ni automática con el consumo de agua. En segundo lugar, porque en la práctica estas figuras descartan el criterio de carga contaminante como elemento definidor de la cuota. Las excepciones al respecto no son significativas. A causa de las importantes dificultades técnicas que este tipo de mediciones plantea, las comunidades autónomas que han tratado de incorporar este criterio han optado finalmente por remitir a desarrollos reglamentarios que en ningún caso se han concretado. Esta paralización es extensible incluso a aquellas comunidades autónomas que han previsto métodos indirectos de estimación de los vertidos, basados en cálculos globales o aproximativos según tipo de industrias y características físicas. La liquidación en la modalidad de carga contaminante, tal y como está definida actualmente, resulta compleja, lenta y costosa, frente a la liquidación por consumo de agua, lo que da como resultado un mayor número de liquidaciones en esta modalidad que, sin embargo, hace que el canon de saneamiento no cumpla adecuadamente con su finalidad como ecotasa (contribuir a la reducción de la contaminación de las aguas continentales). En tercer lugar, porque los cánones de saneamiento son definidos sin incentivos directos a la reducción de los vertidos de aguas residuales, es decir no buscan potenciar los mecanismos que reduzcan a cero la huella ecológica de una determinada actividad. En parte esto es así por la previsible rigidez de este tipo de emisiones; pero en parte también porque tal reducción limitaría los resultados recaudatorios del tributo, lo que resulta incompatible con sus objetivos financieros. 66 Por último, estas figuras son tributos afectados en general a la financiación de todo el ciclo hidráulico, por lo que su existencia se argumenta más allá de esa imperfecta relación consumo de agua-vertido de agua que podría simbolizar el principio de “quien contamina paga”, incluyendo todo tipo de actuaciones de política hidráulica, como la construcción de colectores y la aplicación de técnicas de reutilización de las aguas residuales, lo que transparenta todavía más su escaso perfil ambiental y su carácter marcadamente financiero. 5. Análisis de los modelos de canon de saneamiento autonómicos. El Canon de Saneamiento existe en varias comunidades autónomas con el fin de gravar lo vertidos contaminantes y destinar la recaudación a la financiación de obras de saneamiento y depuración que las administraciones públicas efectúan para adecuar los vertidos a la actual legislación. Este canon tiene como sujeto pasivo a las personas e industria que utilicen las redes de saneamiento y abastecimiento, por lo que la forma de calcular la cuota debe ser sencilla, recurriendo, a la mayoría de las comunidades autónomas a utilizar como medida el consumo de agua, sobre todo para los vertidos de uso doméstico. La principal diferencia entre los cánones de saneamiento existentes en las comunidades autónomas que lo han implantado, es la forma de evaluar la cuota tributaria en el caso de vertidos industriales. En España, se han seguido dos modelos a la hora de establecer el canon de saneamiento: el modelo del Canon de Saneamiento de Cataluña (seguido, también, por Cantabria y 67 Galicia) y el modelo del Canon de Saneamiento de Valencia (seguido, también, por Murcia, Asturias y Castilla–La Mancha). 5.1. El modelo de Canon de Saneamiento de Cataluña. Establecido, por primera vez en 1981, fue el primer tributo creado para gravar los vertidos. Durante todas las modificaciones se ha mantenido un objetivo principal: mejorar la gestión y facilitar el cálculo y control del canon. El destino del canon es la financiación de los costes de infraestructura y de explotación de las obras e instalaciones y otros gastos para la prestación del servicio de saneamiento y abastecimiento. El hecho que se grava es el consumo, real o potencial, de agua de cualquier procedencia por razón de la contaminación que puede producir. No se aplica a las aguas que usan los agricultores para riego, si no hay contaminación por abonos, pesticidas o materia orgánica. El canon se cobra a los usuarios a través de empresas de abastecimiento que tienen la obligación de incluirlo en el precio del agua y liquidarlo a la Agencia Catalana de Agua. En el caso de usos domésticos, el canon se determina a partir de un precio (en euros/m3) que se multiplica por los metros cúbicos de agua consumida. El resultado se multiplica por un coeficiente que tiene en cuenta la concentración demográfica del municipio, de forma que a menor población, menor precio por m3, existiendo unos mínimos de facturación. Con carácter general, el precio se establece en 0,3118 €/m3, afectándoles un coeficiente por tramo de consumo: - consumo mensual ≤ 12 m3 → coeficiente = 1. - consumo mensual > 12 m3 → coeficiente = 2. 68 Si el número de personas por vivienda es superior a 4, el primer tramo de consumo debe incrementarse en 3 m3 por mes y por persona adicional que conviva en la misma. Además, hay que multiplicar el resultado por un coeficiente de concentración demográfica, que tiene en cuenta tanto la población permanente como la estacional (estimada a partir del número de segundas viviendas, habitaciones de hoteles, plazas de camping, etc.). Dicho coeficiente de concentración demográfica es: - hasta 2.000 hab. → 0,662 - entre 2.001 y 10.000 hab. → 0,819 - entre 10.001 y 50.000 ha. → 0,978 - más de 50.000 hab. → 1 En el caso de usos industriales y asimilables, el canon es la suma de un gravamen general, 0,0987 €/m3, más otro específico. Este último es de 0,3869 €/m3 en general, pero se puede calcular de manera individualizada, de oficio o a solicitud del usuario. El cálculo de la tarifa individualizada basada en la carga contaminante se realiza mediante la ecuación: donde: C: es la concentración de cada uno de los parámetros de contaminación establecidos. Los que se consideran en la determinación de la carga contaminante son materias en suspensión (MES), materias oxidables (MO), materias inhibidoras (MI), sales solubles (SOL),nitrógeno (N) 69 y fósforo total (P). Pu: es el precio unitario para cada uno de los parámetros de contaminación establecidos: - MES: 0,2989 €/Kg. - MO: 0,5890 €/Kg. - MI: 5,9800 €/Kg. - SOL: 4,7841 €/Sm3/cm. - N: 0,3828 €/Kg. - P: 0,7656 €/Kg. Cp: es el coeficiente punta de cada parámetro y expresa la relación que hay entre el valor de concentración de la contaminación media y la máxima, entendiendo por valores de concentración de contaminación máxima la media de los que superan los valores medios. Este coeficiente se aplica a cada uno de los parámetros, según el cociente entre los valores máximos y medios, de acuerdo con la tabla: V. máximos / V. medios Coeficiente punta parcial De 1 a 1,11 1 De 1,12 a 1,25 1,1 De 1,26 a 1,50 1,2 De 1,51 a 1,75 1,5 De 1,76 a 2,00 1,7 De 2,01 a 3,00 2,0 De 3,01 a 4,00 2,5 De 4,01 a 5,00 3,0 Más de 5,00 Vmáx/Vmedios (máx. 10) 70 El coeficiente punta penaliza a aquellos vertidos que tengan fuertes variaciones temporales en sus cargas contaminantes. El motivo es que éstas obligan a sobredimensionar las instalaciones de saneamiento y depuración, cuya financiación es el objetivo principal de este canon. Ks: es el coeficiente de salinidad; su valor es 0,2 y multiplica al parámetro de las sales solubles en los vertidos realizados en aguas superficiales continentales con caudales superiores a 100 m3/seg. en épocas de estiaje. De esta manera se disminuye el peso de la salinidad en el caso en el que se vierta a cauces donde el efecto que producen es muy bajo. Kd: es el coeficiente de dilución, aplicable a los vertidos al mar efectuados mediante instalaciones de saneamiento privadas; su valor para los distintos parámetros de contaminación es: - SOL: 0; - N: 0; - P: 0; - MI: 1; Para el resto de parámetros, el coeficiente de dilución depende de los valores de dilución inicial del emisario submarino desde el que se produce el vertido y se obtiene de la tabla: Valor de dilución inicial Coeficiente por dilución (Kd) Más de 11.000 0,60 De 7.000 a 10.999 0,65 De 4.000 a 6.999 0,70 De 2.000 a 3.999 0,75 De 1.000 a 1.999 0,80 De 100 a 999 0,85 Menos de 100 1,00 71 Este coeficiente hace que los vertidos industriales al mar no paguen por su contenido en nitrógeno, fósforo ni sales solubles. Ka: es el coeficiente de vertido al sistema; se aplica a los vertidos a redes de alcantarillado y colectores generales conectados a sistemas públicos de saneamiento, de manera que cuando el gravamen específico determinado en función de la carga contaminante vertida sea inferior al previsto para los usos domésticos del municipio, se multiplica por 1,5. El tipo resultante no puede, en ningún caso, superar el establecido para los usos domésticos. Cf: es el coeficiente de fertirrigación; el consumo con destino final ala reutilización propia, con finalidades agrícolas, de aguas residuales con altos contenidos en materia orgánica y nutrientes goza de un coeficiente reductor (Cf) de tipo específico, individualizado en función de la carga contaminante de 0,75. Kr: es el coeficiente corrector de volumen que expresa la relación entre el volumen de agua vertido y el de agua de suministro; para poder aplicar este coeficiente es preciso que el establecimiento disponga de contadores de agua utilizada y de canales de medida de caudal en los vertidos. Según el Art. 71.9 del Decreto Legislativo 3/2003, de 4 de noviembre, por el que se aprueba un texto refundido de la legislación en materia de aguas, en su redacción dada por el Art. 1 de la Ley 12/2004, de 27 de diciembre, de medidas financieras, los usos industriales de agua para la acuicultura, el tipo se afecta de un Coeficiente de Uso de 0,0005. 72 En el caso de usos agrícolas, ganaderos y acuícolas, se sigue el criterio general aplicado a los usos industriales pero con la particularidad de que el gravamen general es cero para todos ellos y, por tanto, sólo pagan el gravamen específico que depende de la carga contaminante. Este mismo criterio se sigue para la reutilización directa de aguas residuales. Por otro lado, los vertidos agrícolas que no contengan contaminación por abonos, materia orgánica o pesticidas están totalmente exentos del canon. 5.2. El modelo de Canon de Saneamiento de Valencia. Creado por la Ley 2/1992 de Saneamiento de las Aguas Residuales de la Comunidad de Valencia, desarrollado por el Decreto 266/1994 y cuyas últimas modificaciones han sido introducidas por la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de 001 y el Decreto 193/2001, las tarifas del modelo de canon de saneamiento implementado en valencia se componen de una cuota de servicio (cantidad fija anual) y una cuota de consumo en función de la calidad de agua consumida. En 2004 se establecían: USOS Domésticos Industriales Habitantes del municipio Cuota consumo (€/m3) Cuota servicio €/año Menos de 500 0 0 De 500 a 3.000 0,113 11,48 De 3.001 a 10.000 0,147 15,61 De 10.001 a 100.000 0,182 19,31 Más de 100.000 0,216 21,70 -- 0,261 53,46 a 1.870,17* * valores extremos correspondientes al calibre del contador < 13 mm y > 80 mm La tarifa de uso industrial sólo se aplica cuando el consumo es superior a 3.000 m3 por año. Además, se establece una bonificación del 50% sobre las cuotas del canon de saneamiento 73 por usos domésticos en aquellos municipios que no cuenten con sistemas de depuración en servicio, en ejecución o con proyecto técnico aprobado por la Generalitat Valenciana. Para los usos industriales se aplica un coeficiente corrector que tiene en cuenta la incorporación o pérdida de agua en el proceso industrial y la carga contaminante que se incorpore o elimine del vertido. El coeficiente corrector (C) se compone de 4 índices: el corrector de volumen (ICV), el punta (IP), el de carga contaminante (ICC) y el de contaminación específica (ICE) y se calcula con la ecuación: C = ICV x IP x (ICC + ICE) EL ICV tiene en cuenta los volúmenes anuales de agua obtenidas como suma de las extraídas de las materias primas, pérdidas en la evaporación y por incorporación en los productos. Se calcula mediante la ecuación: ICV = ( A + B0 – B1 –B2 ) / A donde: A = volumen anual total de agua consumida. B0 = volumen anual total de agua extraída de materias primas. B1 = volumen anual total d agua incorporada a productos. B2 = volumen anual total de agua perdida por evaporación. El IP expresa la relación existente entre la carga contaminante vertida con valores superiores a los medios del vertido y dichos valores medios. Para el cálculo del IP se define un parámetro parcial de punta (Ri) característico de cada parámetro de contaminación, que se calcula como sigue: 74 Ri = [(Ci,punta – Vi,med) x Vi,punta] / Ci,med x V donde: Ri: parámetro punta parcial del parámetro i en el vertido. Ci,med: concentración media anual del parámetro i en el vertido. Ci,punta: concentración instantánea máxima del parámetro i en el vertido. V: volumen anual total de vertido. Vi,punta: volumen anual de vertido con concentración para el parámetro i superior a la media. Para cada vertido se determinará un parámetro punta global del vertido, R, que tomará el máximo valor de los parámetros Ri correspondientes a dicho vertido. El índice punta, IP, vendrá determinado en función del parámetro punta global R como: IP = 1, para R ≤ 0,25 IP = 0,83 + 0,67xR, para R > 0,25 Cuando no sea posible determinar un valor para el índice punta, se tomará por defecto 1,25. Para el cálculo del ICC se define, en primer lugar, el vertido urbano que sirve de referencia, como aquel que, teniendo su origen en los aparatos sanitarios e instalaciones domésticas, tiene las características que aparecen en la siguiente tabla: Parámetro Valores de referencia SS 300 mg/l DBO 300 mg/l DQO 500 mg/l NKT 50 mg/l PT 20 mg/l COND 2.000 л S/cm TOX 3 U. T. 75 El ICC se calcula por comparación con el vertido urbano tipo con arreglo a la siguiente fórmula: ICC = p1(∆SS/300) + p2(∆DBO/300) + p3(∆DQO/500) + p4(∆NTK/50) + p5(∆PT/20) + p6(∆COND/2000) + p7(∆TOX/3) donde: pi: son los pesos de cada uno de los contaminantes que se obtienen según la tabla escrita anteriormente. ∆SS: incremento de sólidos en suspensión a 103-103 ºC, en mg/l. ∆DBO: incremento de la demanda bioquímica de oxígeno a 5 días, en mg/l. ∆DQO: incremento de la demanda química de oxígeno, en mg/l. ∆NKT: incremento de nitrógeno Kjeldahl total en mg/l. ∆PT: incremento de fósforo total, en mg/l. ∆COND: incremento de conductividad eléctrica a 25ºC en µS/cm. ∆TOX: incremento de toxicidad, expresada en unidades de toxicidad. La toxicidad se determina mediante el bioensayo de inhibición de la luminiscencia en la Photobacterium phosphoreum, o por inhibición de la movilidad de la Daphnia magna. Se define una unidad de toxicidad (U.T.) como la inversa de la dilución del agua residual (expresada como partes por uno) que provoca una inhibición del 50% (CE50). Cuando la toxicidad sea menor a 3 U.T. se tomará para este parámetro el valor cero. 76 Los incrementos se calculan como diferencias entre los valores medios de salida en el vertido y en las aguas de abastecimiento: ∆Ci = ∆Ci,med - ∆Ci,abas siendo: ∆Ci = incremento de valor del parámetro i. ∆Ci,med = valor medio del parámetro i en el vertido. ∆Ci, abas = valor del parámetro i en las aguas de abastecimiento. Los pesos de cada uno de los contaminantes (pi) se obtienen en función del punto final de vertido según la tabla: Peso Vertido a colectores o al dominio público hidráulico Vertido al mar p1 0,14 0,16 p2 0,14 0,16 p3 0,18 0,20 p4 0,07 0,08 p5 0,11 0,12 p6 0,11 0,00 p7 0,25 0,28 Los coeficientes de cada columna suman 1, siendo la principal diferencia entre ambas que en los vertidos al mar el peso correspondiente a la conductividad (p6) es 9, repartiéndose su peso entre los demás parámetros. 77 En el caso de que las aguas residuales de una industria sean vertidas al mar mediante emisarios submarinos, cuya titularidad corresponda a la propia industria, los pesos p1 (SS), p2 (DBO5), p4 (NTK), p5 (PT) pueden ser corregidos multiplicándolos por un factor (Fd), que es función del coeficiente de dilución inicial (D1) conseguido por los difusores del emisario según los valores de la tabla: Valor de coeficiente de dilución inicial (D1) Factor Fd D1 ≥ 11.000 0,55 11.000 > D1 ≥ 7.000 0,60 7.000 > D1 ≥ 4.000 0,65 4.000 > D1 ≥ 2.000 0,70 2.000 > D1 ≥ 1.000 0,75 1.000 > D1 ≥ 100 0,80 100 > D1 1,00 El coeficiente ICE, recientemente introducido sirve para tener en cuenta contaminantes característicos que no han sido considerados en el ICC, como el pH y algunos metales, mediante la ecuación: ICE = (0,25 x Dph) + Σ (0,25 x Ci / LCi ) donde: Dph se calcula de la siguiente manera: Dph = pH 9, cuando pH > 7 Dph = 5,5 pH, cuando pH < 7 78 No obstante Dph = 0, cuando Dph < 0 y donde: Ci es el valor del parámetro i en el vertido LCi el valor de referencia del parámetro i con Ci/LCi = 0, cuando Ci < LCi siendo LCi los valores que se obtienen en la tabla siguiente: Parámetro característico Valores de referencia pH 5,5 – 9 (u. pH) Cinc total 5 mg/l Cobre total 1 mg/l Níquel total 5 mg/l Cadmio total 0,5 mg/l Plomo total 1 mg/l Cromo total I 2,5 mg/l Mercurio total 0,1 mg/l Por tanto, el parámetro ICE es nulo cuando los Parámetros están por debajo de los valores de referencia, o está dentro del rango establecido para el pH. 5.3. El canon de saneamiento de Galicia. El canon de saneamiento de Galicia fue establecido a raíz de la adopción por parte de la Xunta de Galicia del modelo de administración hidráulica del Estado, que se reserva la gestión de las cuencas intercomunitarias, siendo de competencia autonómica las cuencas que discurren íntegramente por el territorio de la comunidad. Así hoy Galicia posee una cuenca hidrográfica propia denominada Galicia Costa que comprende íntegramente a la provincia de A Coruña, la mayor parte de la Pontevedra y el norte de Lugo. 79 Este modelo de administración hidráulica se estableció en la Ley 8/1993 que a su vez creo el Canon de Saneamiento (desarrollado reglamentariamente por el Decreto 8/1999) como tributo de carácter finalista afecto a la financiación del organismo de cuenca autonómico Augas de Galicia, así como a la Empresa de Obras y Servicios Hidráulicos creada igualmente por dicha norma. Los objetivos del canon de saneamiento como ecotasa, son la reducción (vía incentivo fiscal) de la contaminación y el consumo de agua, y la generación de ingresos para financiar los planes y obras de saneamiento y depuración en la comunidad autónoma. El canon de saneamiento grava la producción de vertidos contaminantes y productos residuales a las aguas continentales y marítimas, realizados directa o indirectamente. En todo caso, la regulación actual entiende realzado el hecho imponible por el mero consumo o utilización potencial o real del agua de cualquier procedencia. Si tenemos en cuenta que no dará lugar a la aplicación del canon cuando se trate de usos de suministro en alta a servicios públicos de distribución de agua potable, la alimentación de fuentes públicas o monumentales, bocas de riego y extinción de incendios a cargo de entidades públicas, la utilización de agua para riego agrícola, los sujetos pasivos son los usuarios domésticos e industriales. Se consideran usuarios industriales a todos aquellos que tengan un consumo superior a 3000 m3 o inferior si producen vertidos contaminantes de carácter especial en su naturaleza y/o cantidad. A estos efectos se entenderá producida tal contaminación cuando la misma sea superior ala equivalente a una población de 200 habitantes. Se fija como cantidad de contaminación diaria equivalente a un habitante: 90 gramos de materia en suspensión y 52 gramos de materias oxidables. Están exentos del canon de saneamiento los núcleos de población que no dispongan de red de saneamiento y en todo caso los núcleos con población de derecho no superior a 2.000 habitantes. 80 El canon se devenga en el momento de producirse el vertido o bien en el momento en que se produzca el uso o consumo de agua procedente de entidades suministradoras o de captaciones propias. La base imponible del canon consiste, en general, en el volumen de agua consumida o utilizada en el período considerado. En los casos en que la Administración, de oficio o a instancia del sujeto pasivo, opte por la determinación por medida directa o por estimación objetiva singular de la carga contaminante, la base consistirá en la contaminación efectivamente producida o estimada expresada en unidades de contaminación (art. 39 de la Ley 8/1993, de 23 de junio, según redacción dada por la Ley 6/1994, de 29 de diciembre). La estimación singular de la base imponible puede establecerse reglamentariamente en los casos de captaciones superficiales o subterráneas de agua no medida por contador y cuando la base imponible consista en la carga contaminante del vertido y la misma no fuese objeto de medida directa particularizada. Los parámetros y las unidades de contaminación que se consideran en la determinación de la carga contaminante en el período considerado son (según redacción del Art. 33 de la Ley 8/1993, de 23 de junio, según redacción dada por Lay 8/2003, de29 de diciembre) los siguientes: a) Materias en suspensión (MES); Kg. b) Sales solubles (SOL); S/cm m3. c) Materias oxidables (MO); Kg. d) metales (MT); Kg equimetal. e) Materias inhibidoras (MI); equitox. 81 El tipo de gravamen se expresa en euros/m3 o en euros/unidad de contaminación, en función de la base imponible a que tenga que aplicarse (art. 52 de la Ley 7/2005, de 29 de diciembre, de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Galicia para 2006): Usos industriales: Tipo general por volumen: 0,330 €/m3. Materias en suspensión (MES): 0,193 €/Kg. Sales solubles (SOL): 3,106 €/S/cm. m3. Materias oxidables (MO): 0,387 €/Kg. Metales (ME): 8,726 €/KG equimetal. Materias inhibidoras: 0,040 euros/equitox. Usos domésticos: Tipo general por volumen: 0,197 €/m3. Al mismo tiempo, existen coeficientes de concentración demográfica que atienden a la población total y al grado de dispersión de cada municipio, en relación con el tipo de gravamen que afecta a los usos domésticos. Se establecen, también, coeficientes que corrigen el tipo de gravamen en caso de vertidos realizados al mar mediante instalaciones de saneamiento privadas: Sales solubles: 0; Materias inhibidoras: 1; Resto de parámetros: Coeficientes de dilución. 82 Los baremos de aplicación del coeficiente de dilución son los siguientes: Valor de dilución Coeficiente por dilución (Kd) > 11.000 0,30 7.000 – 10.999 0,45 4.000 – 6.999 0,60 2.000 – 3.999 0,70 1.000 – 1.999 0,75 100 - 999 0,80 0 - 99 1,00 De este modo, la cuota tributaria es el resultado de multiplicar: a. el volumen de agua consumida en el período considerado, expresado en m3, por el tipo de gravamen correspondiente; o bien b. aquellas unidades de contaminación producidas en el período considerado, correspondientes a cada unos de los parámetros definidos, por el tipo de gravamen correspondiente a cada una de las mismas, modulado, en caso de vertido al mar, por el coeficiente que corresponda. Desde el punto de vista financiero y finalista, según el Consello de Contas (Informe de fiscalización de la administración hidrológica de Galicia del año 2000) el canon de saneamiento ha recaudado desde su aplicación en 1995 la cantidad de 5.375 millones de ptas. (32,30 millones de euros), destacando que, al mismo tiempo que la recaudación ha sido territorialmente muy desigual., el canon de saneamiento solo contribuye en un 10% del importe total del gasto en obras de saneamiento y depuración. En otras comunidades autónomas este porcentaje alcanza el 40%. 83 Es necesario destacar que el Estado español y Galicia, en particular, ha estado incumpliendo (de modo especial en poblaciones con carga contaminante superior a 15.000 habitantes equivalentes) la Directiva europea 91/271/ del Consejo, de 21 de mayo de 1991 sobre saneamiento. Esta Directiva, de obligado cumplimiento, establece unos plazos para realizar obras de saneamiento y depuración. Aunque legalmente la realización de estas obras correspondería a las administraciones locales, lo cierto es que bien por falta de presupuesto, o bien por asignaciones presupuestarias deficientes, los ayuntamientos no invierten mucho en este tipo de obras. Por esta razón, es la Xunta de Galicia quien financia estas obras a través de Augas de Galicia. Esta circunstancia esta en la raíz de que se hayan incrementado notablemente las tarifas del canon de saneamiento para los ejercicios de 2004 y sucesivos. Como instrumento ambiental, la eficiencia del canon de saneamiento ha sido bastante limitada. Es decir no se puede realmente afirmar que la implantación del canon de saneamiento haya contribuido a reducir la contaminación de las aguas continentales. La escasa eficiencia ambiental del canon de saneamiento se debe a que grava dos hechos imponibles distintos, consumo de agua y contaminación, y no necesariamente relacionados entre sí, presumiendo que en todo caso se contamina por consumir agua limpia. Esta forma de configurar el hecho imponible esta lejos de la realidad ya que contaminar no tiene relación ni directa ni automática, con el consumo de agua. Por otra parte la liquidación en la modalidad de carga contaminante es más compleja, lenta y costosa, frente a la liquidación por consumo de agua, lo que da como resultado un mayor número de liquidaciones en esta última modalidad. Esta opinión se ve reforzada por el hecho de que la recaudación por consumo de agua representa el 75% del total, correspondiendo el resto 84 (25%) a carga contaminante. En resumen, podemos afirmar que el canon de saneamiento no cumple adecuadamente su doble finalidad como ecotasa. El hecho de que el canon de saneamiento grave tanto la contaminación como el consumo de agua, hace que su aplicación pueda ser especialmente controvertida en el caso de ciertas industrias en las que ambos hechos imponibles se producen con especial intensidad y continuidad en el tiempo, como es el caso de la acuicultura en general y de la continental en particular. En el caso de las piscifactorías continentales gallegas, éstas usan el agua, pero la restituyen sin grandes mermas de su calidad al río, convirtiéndose en usuarias de agua y no consumidoras, como bien indica el libro blanco de la acuicultura en España (MAPA). Dado que el Reglamento del canon de saneamiento establece que se considerará su aplicación tanto por el consumo de agua como por vertido de “carga contaminante” y no se produce un consumo como tal de agua en las piscifactorías, deben evaluarse los posibles vertidos, y es aquí donde los incumplimientos del propio Reglamento por el organismo gestor de la cuenca provocan graves efectos negativos sobre el sector, perjudicando económicamente a las industrias del mismo, hasta el punto de amenazar la viabilidad de alguna empresa, tal y como predice para el medio plazo nuestro análisis de microeconomía fiscal. En los aprovechamientos que utilizan más de 3.000 m3/año, o sea cualquier piscifactoría, el Reglamento exige aplicar una metodología inicial para el cálculo de la posible “carga contaminante” con una secuencia temporal y multiplicidad de muestras adaptadas al funcionamiento de cada explotación. Esta obligación reglamentaria aún no ha sido completada Aguas de Galicia, limitándose este organismo a mediciones aisladas, que están lejos de cumplir con los protocolos técnicos establecidos en el propio Reglamento o con cualquier otro método reconocido de medición de la “carga contaminante”, lo que puede producir la aparición de los sesgos debidos a las extrapolaciones efectuadas con datos aislados. 85 Al igual que sucede en otras Comunidades Autónomas como Cataluña o La Rioja, las piscifactorías continentales gallegas alteran relativamente poco el agua de los ríos, de modo que los niveles de posibles cargas contaminantes son inferiores a los umbrales técnicos de detección de los laboratorios de referencia y de hecho inferiores a cualquier consideración de “carga contaminante” conforme al Reglamento. Finalmente, se estudian más adelante las figuradas establecidas por otras comunidades autónomas que han establecido un canon de saneamiento para las aguas residuales urbanas. Cabe decir que todas ellas han seguido, con leves variaciones, los dos modelos que se han señalado anteriormente para evaluar la carga contaminante de los vertidos que no son de origen doméstico. Así Murcia, Asturias, y Castilla La Mancha siguen el modelo valenciano, mientras que Cantabria o Navarra secundan el modelo catalán. 6. Cuotas tributarias y diferencias de recaudación por el Canon de Saneamiento en el sector acuícola continental. 6.1. La importancia de contar con un diseño de canon ajustado. Como hemos visto en anteriormente, el sector productor acuícola continental de una comunidad autónoma (CA) está caracterizado por su participación en un mercado competitivo a nivel mundial, por lo que las empresas que lo conforman son precio-aceptantes de un “precio mundial del producto”, que les viene dado de forma exógena. El equilibrio a largo plazo se produce cuando: IMe = Img = P = CMe = CMg. Con ello, las empresas productoras de la CA, pueden decidir sobre la cantidad que ofrecen a ese precio de mercado cuando ésta maximiza su beneficio, P = CMg l/p = CMe l/p min. Entonces, la consecución y aprovechamiento 86 de economías de escala es determinante, puesto que la competitividad del sector viene definida por la capacidad de las empresas para minimizar los costes medios a largo plazo. Si ci es el coste de factor i por unidad de producción, en el sector tenemos: CT = CF + CV → CT = CF + ∑ ci Q, CT = CF + cagua Q + ∑ ci Q, CMe = CT/Q → CMe = CF/Q + ∑ ci , CMg = dCT/dQ → i=1 …. n CMg = ∑ ci , i=1 …. n → i=1 …. n i=2 …. n CMe = CF/Q + cagua + ∑ ci , → CMg = cagua + ∑ ci , i=2 …. n i=2 …. n La introducción del canon de saneamiento, tributo de tipo pigouviano, con tipo de gravamen proporcional t, 0 < t ≤ 1, por unidad de consumo de agua (lo que implica estar gravando el factor de producción de utilización más intensiva en este sector, que, además y por razones obvias, es insustituible) supone un notable incremento de costes relativos, al carecer de coeficientes reductores –como sucede en el canon del agua de Cataluña- para que no se pierda el principio de proporcionalidad entre hecho imponible y carga tributaria y contrarresten la doble imposición en las zonas o casos en que son de aplicación simultáneamente la normativa estatal y autonómica, así como distintos regímenes económico financieros, evitando que resulten perjudicados los productores del sector en el área geográfica donde se introduzca dicha figura tributaria: CT = CF + cagua (1+t) Q + ∑ ci Q, i=2 …. n CMe = CF/Q + cagua (1+t) + ∑ ci , i=2 …. n CMg = cagua (1+t) + ∑ ci , i=2 …. n 87 Mientras se produce este incremento de costes relativos para el sector productivo, el precio sigue siendo establecido en el mercado global y el sector acuícola residente en la CA (por ejemplo, en Galicia) no tiene más solución que aceptarlo, ya que le viene fijado exógenamente. El incremento de costes para el sector productivo, respecto al resto, implica que las empresas del sector ven reducido sus beneficios (beneficio normal de competencia perfecta), Beneficio = IT – CT. Así, sólo acabarán permaneciendo en el sector las empresas que logren cumplir los requisitos de eficiencia global, por lo que el ajuste hacia el equilibrio, en la nueva situación, se produce vía reducción de la cantidad producida por la empresa y la industria (incluso, con posible abandono de empresas del sector). A partir de las expresiones anteriores y del análisis realizado, se deduce que las diferencias de recaudación del canon de saneamiento de Galicia con respecto al de otra Comunidad Autónoma, se puede expresar como: EG Galicia, CCAA i EG = [cagua (1+tGalicia) - cagua (1+tCCAAi)] x Q Galicia, CCAA i = [tGalicia - tCCAAi] x Q Gráfico 5 88 Gráfico 6 Para determinar las diferentes cuotas por canon autonómico, a continuación, se inicia un ejercicio que conlleva varios pasos, como se indica seguidamente. 6.2. La legislación de los diferentes modelos de canon implementados en las comunidades autónomas. En este epígrafe se realiza, de manera sintética, el estudio de las diferentes modelos de tributación por canon de saneamiento que se han implementado en las comunidades autónomas españolas, presentando la información en los cuadros siguientes: 89 CC. AA. Andalucía Aragón Asturias Baleares Canarias Cantabria Castilla - León Castilla – La Mancha Cataluña Extremadura Legislación Ley 7/1994 de 18 de mayo de la CCAA de Andalucía. RDL 1/2001. Ley 18/2003 que regula el Impuesto sobre el vertido a las aguas litorales. DECRETO 503/2004, de 13 de octubre, por el que se regulan determinados aspectos para la aplicación de los Impuestos sobre emisión de gases a la atmósfera y sobre vertidos a las aguas litorales. Ley 1/1997 de 7 de noviembre de la CCAA de Aragón. Ley 6/2001, de 17 de mayo, de Ordenación y Participación en la Gestión del Agua de Aragón. Decreto 266/2001, de 6 de noviembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Reglamento Regulador del Canon de Saneamiento de la CCAA de Aragón. Ley 12/2005, de 30 de diciembre, de Presupuestos de la CCAA de Aragón para el año 2006. Ley 13/2005, de 30 de diciembre, de medidas fiscales y administrativas en materia de tributos cedidos y tributos propios de la CCAA de Aragón. Ley 1/1994, de 21 de febrero, sobre Abastecimiento y Saneamiento de Aguas en el Principado de Asturias. Decreto19/1998, de 23 de abril, por el que se aprueba el Reglamento para el desarrollo de la Ley 1/1994. Ley 5/2002, de 3 de junio, sobre vertidos de aguas residuales industriales a los sistemas públicos de saneamiento. Ley 9/1991, de 27 de noviembre, reguladora del canon de saneamiento de aguas. Ley 12/1990, de 26 de julio, de Aguas. Canon de Vertidos. Ley de Cantabria 2/2002, de 29 de abril, de Saneamiento y Depuración de las Aguas Residuales de la Comunidad Autónoma de Cantabria, modificada por las Leyes de Cantabria 7/2004, 6/2005 y 5/2006. Decreto 11/2006, de 26 de enero, por el que se aprueba el Reglamento del Régimen Económico-Financiero del Canon de Saneamiento de Cantabria. No se ha implementado ni Canon de Saneamiento ni Canon de Depuración. Únicamente se liquida el Canon de Vertidos de la cuenca hidrográfica. Ley 12/2002, de 27 de junio, Reguladora del Ciclo Integral del Agua de Castilla - La Mancha. Establece Canon de Depuración, del que son sujetos pasivos las entidades locales beneficiarias de la prestación del servicio. Ley 19/1991 de 7 de noviembre (Modificada por Ley 7/1994) de la CCAA de Cataluña. Ley 6/1999, de Ordenación, Gestión y Tributación del Agua (modificada por la Ley 21/2001, de 28 de diciembre y por la Ley 31/2002, de 30 de diciembre). Decreto Legislativo 3/2003, de 4 de noviembre, por el que se aprueba un texto refundido de la legislación en materia de aguas. Ley 20/2005, de 29 de diciembre, de presupuestos de la Generalitat de Catalunya para 2006 . No se ha implementado ni Canon de Saneamiento ni Canon de Depuración. Únicamente se liquida el Canon de Vertidos de la cuenca hidrográfica. Fuente: Elaboración propia a partir de las diferentes legislaciones autonómicas. 90 CC. AA. Galicia La Rioja Madrid Murcia Navarra País Vasco Valencia Legislación Ley 8/1993, de 23 de junio, de administración hidráulica de Galicia. Reglamento de desarrollo legislativo del capitulo IV de la Ley 8/1993, reguladora de la administración hidráulica, relativo al canon de saneamiento. Decreto 8/1999, de 21 enero, por el que se aprueba el reglamento de desarrollo legislativo del capítulo IV de la Ley 8/1993, reguladora de la administración hidráulica, relativo al canon de saneamiento. Cuadro de Tarifas / 2006 publicadas en B.O.P. 7.12.2005 Nº 234. Ley 7/1994 de 19 de julio de la CCAA a Rioja. Ley 5/2000, de 25 de octubre, de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de La Rioja. Ley 10/1993, de 26 de octubre, sobre vertidos líquidos industriales al sistema integral de saneamiento. Ley 17/1994 de 20 de diciembre. Tarifa de Saneamiento. Ley 1/1995 de 18 de mayo de la CCAA de Murcia. Ley 3/2000, de 12 de julio, de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Región de Murcia e Implantación del Canon de Saneamiento. Ley de la Comunidad Autónoma de Murcia 3/2002, de 20 de mayo, de la Tarifa del Canon de Saneamiento. Ley 9/2005 de Presupuesto de la CCAA de Murcia, en materia de tributos para 2006. Ley 10/1988, de 29 de diciembre, de saneamiento de las aguas residuales de Navarra. DECRETO FORAL 191/2000, de 22 de mayo, por el que se modifica parcialmente el Reglamento de Desarrollo de la Ley Foral 10/1988, de 29 de diciembre, de saneamiento de las aguas residuales de Navarra. No se ha implementado ni Canon de Saneamiento ni Canon de Depuración. Únicamente se liquida el Canon de Vertidos de la cuenca hidrográfica. Ley 2/1992, de 26 de marzo, de saneamiento de las aguas residuales de la Comunidad Valenciana. Decreto 266/1994, de 30 de diciembre, del Gobierno valenciano, por el que se aprueba el Reglamento sobre el Régimen Económico-Financiero y Tributario del Canon de saneamiento. Fuente: Elaboración propia a partir de las diferentes legislaciones autonómicas. 91 CC. AA. Coeficiente Corrector específico para la acuicultura continental Andalucía 0,006 - 0,018 Aragón -- Asturias -- Cantabria -- Castilla – León 0,006 – 0,018 Castilla – La Mancha 0,006 – 0,018 Cataluña 0,0005 Extremadura 0,006 – 0,018 Galicia Comentario Canon de Vertidos en Aguas Litorales. Coeficientes de 0,006 y 0,018 para piscifactorías, en vez de 0.5 y 2,5 para el resto de usos industriales (0,006 en caso de vertidos inferiores a los fijados como objetivo de calidad del medio receptor, 0,018 en caso contrario). Piscifactorías exentas de canon al estar asimiladas a explotaciones ganaderas. No existe disposición normativa específica. Actualmente, las piscifactorías liquidan el canon por uso industrial al tipo general, en función del volumen de agua consumida. No existen liquidaciones en modalidad de carga contaminante. No existe disposición normativa específica. Para las piscifactorías, se establece un coeficiente de 0,006. En el caso de que los parámetros característicos de contaminación del vertido fueran superiores a los objetivos de calidad del cauce receptor, este importe se multiplicaría por 3. Para las piscifactorías, se establece un coeficiente de 0,006. En el caso de que los parámetros característicos de contaminación del vertido fueran superiores a los objetivos de calidad del cauce receptor, este importe se multiplicaría por 3. Según el Art. 71.9 del Decreto Legislativo 3/2003, de 4 de noviembre, por el que se aprueba un texto refundido de la legislación en materia de aguas, en su redacción dada por el Art. 1 de la Ley 12/2004, de 27 de diciembre, de medidas financieras, los usos industriales de agua para la acuicultura, el tipo se afecta de un coeficiente de uso de 0,0005. Para las piscifactorías, se establece un coeficiente de 0,006. En el caso de que los parámetros característicos de contaminación del vertido fueran superiores a los objetivos de calidad del cauce receptor, este importe se multiplicaría por 3. No existe disposición normativa específica. Liquidación en modalidad de carga contaminante. Fuente: Elaboración propia a partir de las diferentes legislaciones autonómicas. 92 CC. AA. La Rioja Coeficiente Corrector específico para la acuicultura continental Comentario 0,00 – 0,0015 Art. 35.c de la Ley 5/2000, de 25 de octubre, de saneamiento y depuración de aguas residuales de La Rioja, en su redacción dada por la Ley 10/2002, de 17 de diciembre, de medidas fiscales y administrativas para el año 2003: "Están exentos de este canon los consumos y vertidos siguientes: c. La utilización de agua en actividades ganaderas y de acuicultura, cuando dispongan de instalaciones adecuadas y no se generen vertidos a la red de alcantarillado, todo ello en los términos que reglamentariamente se determinen. " El Art. 40 de la Ley 5/2000, de 25 de octubre, de saneamiento y depuración de aguas residuales de La Rioja, en su redacción dada por el Art. 24 de la Ley 24 de la Ley 9/2004, de 22 de diciembre, de medidas fiscales y administrativas para el año 2005, especifica K4 = 0,0015 para piscifactorías a las que no les sea aplicable la exención prevista en el artículo 35.c y el canon se liquide sobre el caudal concesional. Cc = ICV x IP x (ICC + ICE). De Murcia Navarra País Vasco aplicación no automática, sino mediante resolución de expediente administrativo. Emplea un Índice Corrector por Carga Contaminante (IC). En 2006, IC = 0,55xMO/316 + 0,34xMES/286 + 0,11xNKT/47. El índice resultante 0,0015 (provisional) multiplicará el volumen vertido en el cálculo del canon de saneamiento. En el caso de vertidos a colectores públicos dicho índice tendrá un valor mínimo de 0,5. Para las piscifactorías, se establece un coeficiente de 0,006. En el caso de que los parámetros 0,006 – 0,018 característicos de contaminación del vertido fueran superiores a los objetivos de calidad del cauce receptor, este importe se multiplicaría por 3. Cc = ICV x IP x (ICC + ICE). De Valencia Con carácter general el coeficiente corrector tiene un valor comprendido entre 0,1 y 8. Sin embargo, por razones de política económica se pueden utilizar valores inferiores a 0,1. aplicación no automática, sino mediante resolución de expediente administrativo. Con carácter general el Coef. Corrector tiene un valor comprendido entre 0,1 y 10. Sin embargo, por razones de política económica se puede llegar a un valor de 0,0014. Fuente: Elaboración propia a partir de las diferentes legislaciones autonómicas. 93 6.3. Análisis comparado de las diferencias de tributación entre comunidades autónomas. 6.3.1. Procedimiento y obtención de las liquidaciones de los diferentes supuestos autonómicos. Para realizar un análisis comparativo de las diferencias de tributación por canon de saneamiento, partimos de las mediciones realizadas en 3 piscifactorías continentales con las que se intenta aproximar las condiciones del territorio de referencia, en relación con de utilización de agua y de emisión de carga contaminante. En sintonía con este propósito elaboramos las siguientes hipótesis: • Los datos de carga contaminante facilitados, corresponden con los incrementos de la carga contaminante de entrada y salida del agua en la piscifactoría. • Las concentraciones máximas y medias de los parámetros del vertido son iguales. • El volumen vertido es igual al consumido. Mediciones de utilización de agua en piscifactorías continentales de referencia Volumen m3 Instalación PEQUEÑA 3.153.600 Tipo Carga Contaminante Carga Carga en m3 MES DBO SS 1,00 1,50 8,80 0,0010000 0,0015000 0,0000088 MES 3,5 0,0035000 Instalación GRANDE 43.629.080 DBO SS 8 14 0,0080000 0,0000140 MES 1,7 0,0017000 Instalación MEDIANA 17.567.952 DBO SS 3,47 5,21 0,0034700 0,0000052 Siendo MES: Materia en suspensión, DQO: Demanda Química de Oxígeno, y SS: Sales Solubles. Los restantes parámetros, necesarios para el cálculo del canon de saneamiento (Materias Inhibidoras (mi), Nitrógeno total (NTK), Fósforo total (P), etc. se consideran con valor nulo. 94 Si tenemos en cuenta los esquemas de liquidación (en modalidad de carga contaminante) que presentan las diferentes comunidades autónomas, podemos llegar a determinar las liquidaciones que en cada autonomía deberían realizar las tres piscifactorías representativas del territorio de referencia. Partimos del esquema de liquidación general por carga contaminante y lo particularizamos con las medidas que cada comunidad autónoma ha introducido para modificar la cuota de las piscifactorías (allí donde esté implementado el tributo específico). ANDALUCÍA Canon de Vertidos a Aguas Litorales Canon = Carga Contaminante x Tarifa x Coef. Multiplicador Carga contaminante = Q x Σci, unidades contaminantes. Q = Volumen de agua en m3. Tarifa 2006: 10 €/unidad contaminante. Coef. Multiplicador: Depende del tipo de vertido, de la zona de emisión y del tipo de conducción del vertido. En piscifactorías se miden COT (Carbono Orgánico Total), MES (Sólidos o Materia en Suspensión), Nitrógeno, Fósforo. Liquidación Canon = [Q x (MES/300 x COT/150 x P/15 x NTK/55)] x 10 x 0,375 Canon de Vertidos en Aguas Litorales. Coeficientes de 0,006 y 0,018 para piscifactorías, en vez de 0.5 y 2,5 para el resto de usos industriales (0,006 en caso de vertidos inferiores a los fijados como objetivo de calidad del medio receptor, 0,018 en caso contrario). Sin embargo, dicho canon no es de aplicación general, pues, por ejemplo, en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la actividad de las piscifactorías se considera uso industrial no consuntivo del agua. Este uso está sujeto al Canon de Regulación previsto en el Texto Refundido de la Ley de Aguas y en el Reglamento de Dominio Público Hidráulico (canon de regulación directo o indirecto, dependiendo de la ubicación de la piscifactoría). No obstante, en casos concretos situados en ríos no regulados directamente por la Confederación, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha considerado que no resulta de aplicación el citado canon de regulación. En esos casos particulares se exige el canon de control de vertidos, previsto en las mismas normas citadas. Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 95 ASTURIAS Canon de Saneamiento CANON = Q x [ a + ( PssMES ) + ( PdqoDQO ) + (PntkNTK ) ] MES = Mat. en Suspensión en Kg. DQO = Demanda Química de oxígeno del vertido (mg/l). NTK = Nitrógeno total Kjeldahl en Kg/m3. Q= Volumen de agua en m3. a = coeficiente en € por m3, que se utiliza únicamente en aquellos casos en los que el vertido se realiza a un sistema de saneamiento. Tarifas 2006 (€) MES = 0,3044 DQO = 0,2706 NTK = 0,8456 a= 0,0744 Liquidación CANON = Q x [ 0,3044xMES + 0,2706xDQO + 0,8456xNTK ] "a" no se aplica en caso de vertido individual al medio. Las piscifactorías son tratadas como instalaciones industriales, liquidando canon por tarifa general, puesto que no se utiliza la liquidación por carga contaminante en esta CCAA. Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. CANTABRIA Canon de Saneamiento CANON = Fijo + Q x [Σ (PixCi x Ksi x Kdi)] x Kr MES = Mat. en Suspensión en Kg. DQO = Demanda Química de oxígeno del vertido (mg/l). Q= Volumen de agua en m3. SS = Sales Solubles (SS) en S/cm.m3. MI = Materias inhibidoras equitox. N = Nitrógeno en Kg. P = Fósforo en Kg. IT = Incremento de temperatura en ºC. Ks = Coef. Salinidad de cada variable. Kd = Coef. Dilución de cada variable. Kr = Coef. Corrector de volumen; volumen agua vertido / volumen de agua de suministro. Fijo= 4,40 €/abonado/año para usuarios industriales Tarifas 2006 (€) MES = 0,2315 DQO = 0,2681 SS = 3,6682 N = 0,2925 MI = 4,5945 P = 0,5849 IT = 0,000048 Liquidación CANON = 4,40 + Q x [Σ (PixCi)] x Kr Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 96 CASTILLA - LEÓN Esta comunidad autónoma aún no ha implementado el canon de saneamiento que se encuentra en una fase de discusión en el parlamento autonómico. En consecuencia, el tributo ambiental de las piscifactorías es el que liquidan con la Confederación Hidrográfica del Duero por razón de ser explotaciones sometidas al canon de control de vertidos establecido en el artículo 289 y siguientes y anexo IV del Reglamento del Dominio Público Hidráulico. De acuerdo con el REAL DECRETO 606/2003*, de 23 de mayo, la autorización de vertido tendrá como objeto la consecución del buen estado ecológico de las aguas, de acuerdo con las normas de calidad, los objetivos ambientales y las características de emisión e inmisión establecidas en este reglamento y en el resto de la normativa en materia de aguas. Estas normas y objetivos podrán ser concretados para cada cuenca por el respectivo plan hidrológico, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 100.2 del texto refundido de la Ley de Aguas. Piscifactorías: En el apartado B), de dicho anexo, se establece un coeficiente de 0,006, aplicable sobre el precio básico por m3, que está fijado en 0,03005 euros. Resultando en consecuencia un canon de control de vertidos de 0.0001803 euros por metro cúbico autorizado y vertido. Solamente en el caso de que los parámetros característicos de contaminación del vertido fueran superiores a los objetivos de calidad del cauce receptor, (supuesto que en esta cuenca no se da en ninguna de las piscifactorías autorizadas), este importe se multiplicaría por 3. Además sobre ríos regulados, las piscifactorías deben abonar un canon de regulación, (artículo 296 de dicho reglamento), que se establece para los concesionarios, con objeto de compensar la aportación del estado y participar en los gastos de explotación de las obras de regulación del río sobre el que se realiza la toma. Liquidación CANON de VERTIDOS = 0,0305 x Q x (0,006 ó 0,018) Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. (*) REAL DECRETO 606/2003, de 23 de mayo (BOE, viernes 6 de junio de 2003), por el que se modifica el Real Decreto 849/1986, de 11 de abril, por el que se aprueba el Reglamento del Dominio Público Hidráulico, que desarrolla los Títulos preliminar, I, IV, V, VI y VIII de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas. GALICIA Canon de Saneamiento CANON = Q x (PmesMES + PssSS + PmoMO + PmetMET + PmiMI) MES = Mat. en Suspensión en Kg. MO = Materia Oxidable en Kg. Q= Volumen de agua en m3. SS = Sales Solubles (SS) en S/cm.m3. MET = Metales en Kg/equimetal. MI = Materias inhibidoras equitox. En Galicia, para el caso de piscifactorías se miden y gravan las variables MES, MO y SS. Tarifas 2006 (€) MES = 0,1930 MO = 0,3870 SS = 3,1060 MET = 8,726 MI = 0,040 Liquidación CANON = Q x (0,193MES + 3,106SS + 0,387MO) Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 97 MURCIA Canon de Saneamiento CANON = (Qs + Qc x Q)xCc Cc = ICV x IP x (ICC + ICE) Qs = Cuota de Servicio. Q= Volumen de agua en m3. Qc = Cuota Consumo. Cc= Coef. Corrector. . ICV representa la fracción del consumo global de agua que origina aguas residuales. IP expresa la relación existente entre la carga contaminante vertida con valores superiores a los valores medios del vertido y dichos valores medios ICC expresa el grado de contaminación utilizando como referencia un vertido urbano. ICE refleja la contaminación del vertido por la presencia de metales pesados . Tarifas 2006 (€) Qc = 0,22 Qs Consumo Agua m3/año Cuota de servicio (euros/año) 1501-2500 66,00 2501-4000 102,00 4001-6700 168,00 6701-10000 258,00 10001-18500 444,00 18501-37000 828,00 37001-65000 1608,00 65001-100000 2.550,00 100001-200000 4.242,00 200001-400000 6.756,00 >400001 10.398,00 Del mismo modo que el CS Valencia, a los efectos establecidos en el artículo 26.2 de la Ley 3/2000, de 12 de julio, los componentes de la tarifa podrán ser incrementados o disminuidos en función del coeficiente corrector que se establezca reglamentariamente por aplicación de los resultados de la declaración de carga contaminante prevista en el artículo 26.3 de la misma Ley. Dichos coeficientes no podrán ser inferiores a 0.1 ni superiores a 8, salvo casos excepcionales en los que en virtud de un expediente aprobado al efecto por el Consejo de Gobierno se establezca un coeficiente corrector superior o inferior. Liquidación CANON = (10398 + 0,22 x Q) x 0,001 (se asimila al caso de Valencia) Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. ARAGÓN Canon de Saneamiento Piscifactorías exentas de canon al estar asimiladas a explotaciones ganaderas. Únicamente liquidan el Canon de Vertidos de la cuenca hidrográfica, siendo la fórmula y el desarrollo similares a lo referido en el caso de Castilla-León. Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica. 98 CATALUÑA Canon de Saneamiento CANON = Q x [ Σ ( Pi x Ci x Cpi x Ksi x Kdi ) x Ka x F ] x Kr x Coef. USO MES = Mat. en Suspensión en Kg. MO = Materia Oxidable en Kg. Q= Volumen de agua en m3. SS = Sales Solubles (SS) en S/cm.m3. MI = Materias inhibidoras equitox. N = Nitrógeno en Kg. P = Fósforo en Kg. Ks = Coef. Salinidad de cada variable. Kd = Coef. Dilución de cada variable. Kr = Coef. Corrector de volumen; volumen agua vertido / volumen de agua de suministro. Ka = Coef. Vertido a sistema. Cp = Coef. Punta de cada variable. Tarifas 2006 (€) MES = 0,3350 MO = 0,6611 SS = 5,2892 N = 0,5019 MI = 7,8408 P = 1,0039 Según el Art. 71.9 del Decreto Legislativo 3/2003, de 4 de noviembre, por el que se aprueba un texto refundido de la legislación en materia de aguas, en su redacción dada por el Art. 1 de la Ley 12/2004, de 27 de diciembre, de medidas financieras, los usos industriales de agua para la acuicultura, el tipo se afecta de un coeficiente de uso de 0,0005. En este diseño instrumental, el tipo impositivo es el elemento diferenciador de los distintos usos del agua, no sólo en su cuantía, sino también en su concepción y en el método de determinación, diferenciándose el tipo de gravamen para los usos domésticos del agua, previamente definidos en la ley, y el tipo de gravamen para usos industriales y asimilados, agricultores y ganaderos, planteándose además dos sistemas alternativos de aplicación, de tal forma que casi podríamos hablar de dos tributos distintos. Usos industriales.- La amplitud de tipos en las actividades económicas dificulta la determinación de la dotación óptima de agua y la contaminación media cuando se pretende evitar la comisión de grandes errores. Por ello, se considera que el tipo aplicable a usos industriales y asimilables se obtiene a partir de la suma del tipo de gravamen general (recoge el coste derivado del uso del agua) y del tipo de gravamen específico (recoge el coste derivado de la contaminación vertida). Sobre el tipo de gravamen general se aplican una serie de coeficientes reductores en función de la actividad o del volumen consumido. El tipo de gravamen específico considera la contaminación que incorpora una actividad industrial y asimilable al agua que vierte, pudiendo ser determinado de forma global o de forma individualizada. Con todo ello, se configura un diseño que prima el bajo consumo de agua y la reducción de la contaminación. Liquidación CANON = Q x [ ( Pi x Ci x Cpi x Ksi x Kdi ) x Ka x F ] x Kr x 0,0005 Ámbito de aplicación.- El Canon de Saneamiento de Cataluña es de aplicación en el territorio autonómico de Cataluña, pero se establecen una serie de coeficientes y mecanismos para contrarrestar la doble imposición en las zonas o casos en que son de aplicación simultáneamente la normativa estatal y autonómica, así como distintos regímenes económico-financieros. Un caso concreto de coeficiente territorial es el que se asigna a la zona perteneciente a la cuenca hidrográfica del Ebro de forma transitoria, hasta que el gobierno no apruebe el programa de obras hidráulicas que incorpore la relación de actuaciones en dicha cuenca. Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 99 LA RIOJA Canon de Saneamiento CANON = 0,32 x Q x (K1 x SS/SSo + K2 x DQO/DQOo + K3 x C/Co) x K4 Q= volumen consumido en el período de facturación (m3) . SS = sólidos en suspensión en el vertido (mg/l). SSo= sólidos en suspensión estándar de un agua residual doméstica (mg/l). Inicialmente se empleará el valor de 220 mg/l. DQO = demanda química del oxígeno del vertido (mg/l). DQOo= demanda química de oxígeno estándar del agua residual doméstica (mg/l). Inicialmente se empleará el valor de 500 mg/l. C = conductividad del agua residual vertida (µS/cm). Co= conductividad estándar de un agua residual doméstica local (µS/cm). Inicialmente se empleará el valor de conductividad de agua potable suministrada, incrementada en 400 µS/cm. K1, K2 y K3 = tres valores que se establecen teniendo en cuenta la incidencia en los costes de depuración de la eliminación de sustancias sólidas, materias oxidables y resto de componentes, respectivamente. Tarifas 2006 (€) K1 = 0,2760 K2 = 0,4580 K3 = 0,2660 Art. 35.c de la Ley 5/2000, de 25 de octubre, de saneamiento y depuración de aguas residuales de La Rioja, en su redacción dada por la Ley 10/2002, de 17 de diciembre, de medidas fiscales y administrativas para el año 2003: "Están exentos de este canon los consumos y vertidos siguientes: c. La utilización de agua en actividades ganaderas y de acuicultura, cuando dispongan de instalaciones adecuadas y no se generen vertidos a la red de alcantarillado, todo ello en los términos que reglamentariamente se determinen". En consecuencia, las instalaciones que cumplen con el protocolo medioambiental son consideradas exentas. En caso contrario, el Art. 40 de la Ley 5/2000, de 25 de octubre, de saneamiento y depuración de aguas residuales de La Rioja, en su redacción dada por el Art. 24 de la Ley 24 de la Ley 9/2004, de 22 de diciembre, de medidas fiscales y administrativas para el año 2005, especifica K4 = 0,0015 para piscifactorías a las que no les sea aplicable la exención prevista en el artículo 35.c y el canon se liquide sobre el caudal concesional. Liquidación CANON = 0,32 x Q x (K1 x SS/SSo + K2 x DQO/DQOo + K3 x C/Co) x (0,000 ó 0,015) Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 100 VALENCIA Canon de Saneamiento CANON = (Qs + Qc x Q) x Cc Cc = ICV x IP x (ICC + ICE) Qs = Cuota de Servicio. Q= Volumen de agua en m3. Qc = Cuota Consumo. Cc= Coef. Corrector. . ICV representa la fracción del consumo global de agua que origina aguas residuales. IP expresa la relación existente entre la carga contaminante vertida con valores superiores a los valores medios del vertido y dichos valores medios ICC expresa el grado de contaminación utilizando como referencia un vertido urbano. ICE refleja la contaminación del vertido por la presencia de metales pesados Tarifas 2006 (€) Qc = 0,287 Qs Calibre del contador Cuota de servicio (euros/año) Hasta 13 mm 58,81 Hasta 15 mm 88,15 Hasta 20 mm 146,85 Hasta 25 mm 205,66 Hasta 30 mm 293,9 Hasta 40 mm 587,8 Hasta 50 mm 881,69 Hasta 65 mm 1.175,49 Hasta 80 mm 1.469,49 Mayor de 80 mm 2.057,19 Los límites del coeficiente corrector están fijados entre el 0,1 y 10 en los siguientes supuestos: • Cuando se trate de establecimientos que viertan la totalidad de sus aguas residuales a dominio público hidráulico o dominio público marítimo-terrestre. • Cuando se trate de establecimientos que viertan a dominio público hidráulico o dominio público marítimo-terrestre más de 300.000 m3/año, siempre que dicho volumen constituya, al menos un 80 por 100 del vertido total. Excepcionalmente, para las actividades englobadas en los epígrafes B, C, D o E del Clasificación Nacional de Actividades Económicas podrán establecerse coeficientes por debajo de los citados límites inferiores, en virtud de acuerdo del Consell. En tales casos, el coeficiente corrector nunca podrá ser inferior a 0,0014. Para el caso de piscifactorías, el tipo probable de aplicación es el de 0,001. Liquidación CANON = (2759,19 + 0,287Q) * 0,001 Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 101 Liquidación del Canon de Saneamiento de Galicia para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA Instalación GRANDE Carga / m3 0,0010000 Tarifas 2006 0,193000 Tipos 0,0001930000 Tipo Resultante CUOTA Anual 2006 1,50 8,80 0,0015000 0,0000088 0,387000 3,106000 0,0005805000 0,0000273328 0,0008008328 2.525,51 € Carga Contaminante MES 3,50 Carga / m3 0,0035000 Tarifas 2006 0,193000 Tipos 0,0006755000 Tipo Resultante 0,0080000 0,0000140 0,387000 3,106000 0,0030960000 0,0000434840 0,0038149840 Carga / m3 0,0017000 Tarifas 2006 0,193000 Tipos 0,0003281000 Tipo Resultante 0,0034700 0,0000052 0,387000 3,106000 0,0013428900 0,0000161823 0,0016871723 MO/DBO/DQO SS MO/DBO/DQO SS 8,00 14,00 Carga Contaminante MES 1,70 Instalación MEDIANA MO/DBO/DQO SS 3,47 5,21 Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. CUOTA Anual 2006 166.444,24 € CUOTA Anual 2006 29.640,16 € Liquidación del Canon de Saneamiento* de La Rioja para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño CASO: Instalaciones no exentas Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA Instalación GRANDE Instalación MEDIANA Carga / m3 0,0010000 Carga/m3/med. 0,0045455 Tarifas 2006 0,276000 Tipo K4 piscifactorías 1,50 0,0015000 0,0030000 0,458000 0,0008411345 0,0015 Carga Contaminante MES 3,50 Carga / m3 0,0035000 Carga/m3/med. 0,0159091 Tarifas 2006 0,276000 Tipo K4 piscifactorías 8,00 0,0080000 0,0160000 0,458000 0,0037500509 0,0015 Carga Contaminante MES 1,70 Carga / m3 0,0017000 Carga/m3/med. 0,0077273 Tarifas 2006 0,276000 Tipo K4 piscifactorías 0,0034700 0,0069400 0,458000 0,0016995991 0,0015 MO/DBO/DQO SS MO/DBO/DQO SS MO/DBO/DQO SS 3,47 CUOTA Anual 2006 3,98 € CUOTA Anual 2006 245,42 € CUOTA Anual 2006 44,79 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. * La CC. AA. de La Rioja ha implementado un conjunto de mecanismos que incentivan el cumplimiento de objetivos de calidad en los vertidos contaminantes, lo que ha llevado a considerar exentas de la tributación por este canon a las piscifactorías. 103 Liquidación del Canon de Saneamiento de Cataluña para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño CASO A: Tarifa Industrial General. Q Tarifa Especifica Tarifa General €/m3 Tarifa General €/m3 €/m3 50000 m3 450000 m3 0,000136 x 1 0,000136 x 0,7 Instalación PEQUEÑA 3.153.600 0,001202 Instalación GRANDE 43.629.080 0,001202 0,000136 x 1 0,000136 x 0,7 Instalación MEDIANA 17.567.952 0,001202 0,000136 x 1 0,000136 x 0,7 Tarifa General €/m3 >500000 m3 0,000136 x 0,5 Tarifa Tarifa General CUOTA Anual 2006 Especifica 3.790,63 € 230,08 € 0,000136 x 0,5 52.442,15 € 2.982,42 € 0,000136 x 0,5 21.116,68 € 1.210,26 € 4.020,71 € 55.424,57 € 22.326,94 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. Liquidación del Canon de Saneamiento de Cataluña para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño CASO B: Tarifa Industrial Específica Q Tarifa Especifica Tarifa General Tarifa Especifica €/m3 Tarifa General Instalación PEQUEÑA 3.153.600 0,000021 0,000026 x 0,4 66,23 € 32,80 € Instalación GRANDE 43.629.080 0,000021 0,000026 x 0,4 916,21 € 453,74 € 17.567.952 0,000021 0,000026 x 0,4 368,93 € 182,71 € Instalación MEDIANA CUOTA Anual 2006 99,02 € 1.369,95 € 551,63 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 104 Liquidación del Canon de Saneamiento de Cataluña para tres piscifactorías de aguas continentales según tamaño - CARGA CONTAMINANTE CASO C: Carga contaminante basada sólamente en MES, MO/DBO/DQO y SS. Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA Instalación GRANDE Carga / m3 0,0010000 Tarifas 2006 0,335000 Tipos 0,0003350000 Tipo Resultante Coef. USO Pisc. 1,50 8.80 0,0015000 0,00000880 0,661100 5,289200 0,0009916500 0,0000465450 0,0013731950 0,0005 Carga Contaminante MES 3,50 Carga / m3 0,0035000 Tarifas 2006 0,335000 Tipos 0,0011725000 Tipo Resultante Coef. USO Pisc. 0,0080000 0,0000140 0,661100 5,289200 0,0052888000 0,0000740488 0,0065353488 0,0005 Carga / m3 0,0017000 Tarifas 2006 0,335000 Tipos 0,0005695000 Tipo Resultante Coef. USO Pisc. 0,0034700 0,0000052 0,661100 5,289200 0,0022940170 0,0000275567 0,0028910737 0,0005 MO/DBO/DQO SS MO/DBO/DQO SS 8,00 14,00 Carga Contaminante MES 1,70 Instalación MEDIANA MO/DBO/DQO SS 3,47 5,21 CUOTA Anual 2,17 € CUOTA Anual 142,57 € CUOTA Anual 25,40 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 105 Liquidación del Canon de Saneamiento de Asturias para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA Instalación GRANDE Carga / m3 0,0010000 Tarifas 2006 0,304400 Tipos 0,0003044000 Tipo Resultante 1,50 8,80 0,0015000 0,0000088 0,270600 0,0004059000 0,0000000000 0,0007103000 Carga Contaminante MES 3,50 Carga / m3 0,0035000 Tarifas 2006 0,304400 Tipos 0,0010654000 Tipo Resultante 0,0080000 0,0000140 0,270600 0,0021648000 0,0000000000 0,0032302000 Carga / m3 0,0017000 Tarifas 2006 0,304400 Tipos 0,0005174800 Tipo Resultante 0,0034700 0,0000052 0,270600 0,0009389820 0,0000000000 0,0014564620 MO/DBO/DQO SS MO/DBO/DQO SS 8,00 14,00 Carga Contaminante MES 1,70 Instalación MEDIANA MO/DBO/DQO SS 3,47 5,21 CUOTA Anual 2006 2.240,00 € CUOTA Anual 2006 140.930,65 € CUOTA Anual 2006 25.587,05 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 106 Liquidación del Canon de Saneamiento de Cantabria para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA Instalación GRANDE Carga / m3 0,0010000 Tarifas 2006 0,231500 Tipos 0,0002315000 Tipo Resultante 1,50 8,80 0,0015000 0,0000088 0,268100 3,668200 0,0004021500 0,0000322802 0,0006659302 Carga Contaminante MES 3,50 Carga / m3 0,0035000 Tarifas 2006 0,231500 Tipos 0,0008102500 Tipo Resultante 0,0080000 0,0000140 0,268100 3,668200 0,0021448000 0,0000513548 0,0030064048 Carga / m3 0,0017000 Tarifas 2006 0,231500 Tipos 0,0003935500 Tipo Resultante 0,0034700 0,0000052 0,268100 3,668200 0,0009303070 0,0000191113 0,0013429683 MO/DBO/DQO SS MO/DBO/DQO SS 8,00 14,00 Carga Contaminante MES 1,70 Instalación MEDIANA MO/DBO/DQO SS 3,47 5,21 CUOTA Anual 2006 2.104,48 € CUOTA Anual 2006 131.171,08 € CUOTA Anual 2006 23.597,60 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. Incremento de carga contaminante.- En Cantabria se tributa por la carga contaminante añadida por la instalación a la corriente de agua, por lo que las variables deberían ser ∆MES, ∆MO/DQO/DBO y ∆SS. 107 Liquidación del Canon de Saneamiento* de Valencia para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA MO/DBO/DQO SS 1,50 Carga Contaminante MES 3,50 Instalación GRANDE MO/DBO/DQO SS 8,00 Carga Contaminante MES 1,70 Instalación MEDIANA MO/DBO/DQO SS 3,47 Tarifas 2006 Tipo Fijo: Tipo Variable: Tipo Fijo: Tipo Variable: Tipo Fijo: Tipo Variable: Tipo 2.759,19 0,2870000000 Tipo 2.759,19 0,2870000000 Tipo 2.759,19 0,2870000000 CC piscifactorías 0,001 CC piscifactorías 0,001 CC piscifactorías 0,001 CUOTA Anual 2006 907,84 € CUOTA Anual 2006 12.524,31 € CUOTA Anual 2006 5.044,76 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. * Ejercicio teórico, puesto que, en la actualidad, Valencia no cuenta con piscifactorías de agua dulce continental. 108 Liquidación del Canon de Saneamiento de Murcia para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA MO/DBO/DQO SS 1,50 Carga Contaminante MES 3,50 Instalación GRANDE MO/DBO/DQO SS 8,00 Carga Contaminante MES 1,70 Instalación MEDIANA MO/DBO/DQO SS 3,47 Tarifas 2006 Tipo Fijo: Tipo 10.398,00 Tipo Variable: 0,22000 Tipo Fijo: Tipo Variable: Tipo Fijo: Tipo Variable: Tipo 10.398,00 0,22000 Tipo 10.398,00 0,22000 CC piscifactorías 0,001 CC piscifactorías 0,001 CC piscifactorías 0,001 CUOTA Anual 2006 704,19 € CUOTA Anual 2006 9.608,80 € CUOTA Anual 2006 3.875,35 € CC se asimila al caso valenciano. Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 109 Liquidación del Canon de Saneamiento de NAVARRA para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño CASO A: Carga contaminante basada sólamente en MES, MO/DBO/DQO y SS. Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA Instalación GRANDE Carga / m3 0,0010000 Carga/m3/med. 0,0034965 Tarifa Ind. 2006 Indice Corrector Coef. piscifactorías 1,50 8,80 0,0015000 0,0088000 0,0047468 0,390000 0,0035370010 0,0015 Carga Contaminante MES 3,50 Carga / m3 0,0035000 Carga/m3/med. 0,0122378 Tarifa Ind. 2006 Tipo Coef. piscifactorías 0,0080000 0,0140000 0,0253165 0,390000 0,0153383642 0,0015 Carga / m3 0,0017000 Carga/m3/med. 0,0059441 Tarifa Ind. 2006 Tipo Coef. piscifactorías 0,0034700 0,0052100 0,0109810 0,390000 0,0070027751 0,0015 MO/DBO/DQO SS MO/DBO/DQO SS 8,00 14,00 Carga Contaminante MES 1,70 Instalación MEDIANA MO/DBO/DQO SS 3,47 5,21 CUOTA Anual 2006 6,53 € CUOTA Anual 2006 391,48 € CUOTA Anual 2006 71,97 € Coef. Piscif. Provisional Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 110 Liquidación del Canon de Saneamiento de NAVARRA para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño CASO B: Índice Corrector = o,5 Carga Contaminante MES 1,00 Instalación PEQUEÑA Instalación GRANDE Carga / m3 0,0010000 Carga/m3/med. 0,0034965 Tarifa Ind. 2006 Indice Corrector Coef. piscifactorías 1,50 8,80 0,0015000 0,0088000 0,0047468 0,390000 0,5000000 0,0015 Carga Contaminante MES 3,50 Carga / m3 0,0035000 Carga/m3/med. 0,0122378 Tarifa Ind. 2006 Tipo Coef. piscifactorías 0,0080000 0,0140000 0,0253165 0,390000 0,5000000 0,0015 Carga / m3 0,0017000 Carga/m3/med. 0,0059441 Tarifa Ind. 2006 Tipo Coef. piscifactorías 0,0034700 0,0052100 0,0109810 0,390000 0,5000000 0,0015 MO/DBO/DQO SS MO/DBO/DQO SS 8,00 14,00 Carga Contaminante MES 1,70 Instalación MEDIANA MO/DBO/DQO SS 3,47 5,21 CUOTA Anual 2006 922,43 € CUOTA Anual 2006 12.761,51 € CUOTA Anual 2006 5.138,63 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. 111 Liquidación del Canon de Control de Vertidos en Castilla - León para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño Confederación Hidrográfica del Duero Coef. Piscifactorias Q Tipo Tarifa General Solamente en el caso de que los parámetros característicos de contaminación del vertido fueran Pisicifactorías superiores a los objetivos de calidad del cauce CUOTA Anual 2006 Instalación PEQUEÑA 3.153.600 0,03005 0,0060 0,0001803 Instalación GRANDE 43.629.080 0,03005 0,0060 0,0001803 ninguna de las piscifactorías autorizadas), este 568,59 € 7.866,32 € Instalación MEDIANA 17.567.952 0,03005 0,0060 0,0001803 importe se multiplicaría por 3. 3.167,50 € receptor, (supuesto que en esta cuenca no se da en Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. Castilla – León no ha introducido un canon autonómico similar a la figura del canon de saneamiento con el objeto de gravar la utilización y/o la contaminación de las aguas continentales. En un caso similar se encuentran las CC.AA. de Castilla La Mancha, Extremadura, Canarias y País Vasco. 112 Liquidación del Canon de Vertidos a las aguas litorales en Andalucía para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño Caso A: Instalaciones con vertidos por debajo de los objetivos de calidad. MES/Valor Q MES (mg/l) Unidades de Carga MES (mg./m3) Ref. MES Tarifa €/Carga Coef. piscifactorías CUOTA Anual 2006 Contaminante Instalación PEQUEÑA 3.153.600 1,00 0,003333333 0,0000033333 10,512 10,00 0,006 Instalación GRANDE 43.629.080 3,50 0,011666667 0,0000116667 509,006 10,00 0,006 Instalación MEDIANA 17.567.952 1,70 0,005666667 0,0000056667 99,552 10,00 0,006 0,63 € 30,54 € 5,97 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. Liquidación del Canon de Vertidos a las aguas litorales en Andalucía para tres piscifactorías de aguas continentales según diferente tamaño Caso B: Instalaciones con vertidos por encima de los objetivos de calidad. MES/Valor Q MES (mg/l) Unidades de Carga MES (mg./m3) Ref. MES Tarifa €/Carga Coef. piscifactorías CUOTA Anual 2006 Contaminante Instalación PEQUEÑA 3.153.600 1,00 0,003333333 0,0000033333 10,512 10,00 0,018 Instalación GRANDE 43.629.080 3,50 0,011666667 0,0000116667 509,006 10,00 0,018 Instalación MEDIANA 17.567.952 1,70 0,005666667 0,0000056667 99,552 10,00 0,018 1,89 € 91,62 € 17,92 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. En la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la actividad de las piscifactorías se considera uso industrial no consuntivo del agua. Este uso está sujeto al Canon de Regulación previsto en el Texto Refundido de la Ley de Aguas y en el Reglamento de Dominio Público Hidráulico (canon de regulación directo o indirecto, dependiendo de la ubicación de la piscifactoría). No obstante, en casos concretos situados en ríos no regulados directamente por la Confederación, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha considerado que no resulta de aplicación el citado canon de regulación. En esos casos particulares se exige el canon de control de vertidos, previsto en las mismas normas citadas. 113 A continuación y con el objeto de determinar las diferencias de tributación se realiza una comparativa de las diferentes liquidaciones, tomando como referencia el Canon de Saneamiento de Galicia, Comunidad Autónoma líder en la producción acuícola-piscícola de España, que presenta la cuota anual más elevada. Tributación por canon autonómico de la utilización de agua en piscifactorías continentales . Cuota anual Galicia Cuota anual Cuota anual Cuota anual Cuota anual La Rioja Cataluña (a) Cataluña (b) Cataluña (b) Cuota anual Asturias Cuota anual Cantabria 2.525,51 € 3,98 € 4.020,71 € 99,02 € 2,17 € 2.240,00 € 2.104,48 € Instalación GRANDE 166.444,24 € 245,42 € 55.424,57 € 1.369,95 € 142,57 € 140.930,65 € 131.171,08 € Instalación MEDIANA 29.640,16 € 44,79 € 22.326,94 € 551,63 € 25,40 € 25.587,05 € 23.597,60 € Instalación PEQUEÑA 114 Tributación por canon autonómico de la utilización de agua en piscifactorías continentales (continuación) . Cuota anual Cuota anual Cuota anual Cuota anual Cuota anual Cuota anual Cuota anual Navarra (a) Navarra (b) Andalucía (a) Andalucía (b) diferentes supuestos Valencia Murcia (*) Instalación PEQUEÑA 907,84 € 704,19 € -- 6,53 € 922,43 € 0,63 € 1,89 € Instalación GRANDE 12.524,31 € 9.608,80 € -- 391,48 € 12.761,51 € 30,54 € 91,62 € Instalación MEDIANA 5.044,76 € 3.875,35 € -- 71,97 € 5.138,63 € 5,97 € 17,92 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. (*) Esta columna registra la ausencia de cuota anual por Canon de Saneamiento (CS) en los casos de CC. AA. que no tienen implementado un CS autonómico similar, como son los de Castilla – León, Castilla – La Mancha, Extremadura, Canarias y País Vasco, y de instalaciones que se han considerado exentas, al cumplir los estándares ambientales de la CC. AA. que sí tienen implementado un CS, como son los casos de La Rioja y Aragón. En las CC.AA. en las que no se aplica un CS autonómico, se liquida el Canon de Control de Vertidos (de acuerdo con el Real Decreto 606/2003, de 23 de mayo, la autorización de vertido tendrá como objeto la consecución del buen estado ecológico de las aguas, de acuerdo con las normas de calidad, los objetivos ambientales y las características de emisión e inmisión establecidas en este reglamento y en el resto de la normativa en materia de aguas. Estas normas y objetivos podrán ser concretados para cada cuenca por el respectivo plan hidrológico, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 100.2 del texto refundido de la Ley de Aguas). Según el procedimiento de liquidación del canon, las cuotas anuales para 2006 serían en las condiciones teóricas seleccionadas, aproximadamente y sin ajustes específicos de cuenca, los siguientes: 568,59 € para la instalación pequeña, 3.167,50 € para la instalación mediana y 7.866,32 € para la instalación grande. 115 Diferencias de tributación con respecto a la cuota anual más elevada correspondiente a la CC. AA. de Galicia de: . Galicia La Rioja Instalación PEQUEÑA - € Instalación GRANDE - € Instalación MEDIANA - € Valencia Cataluña (a) Cataluña (b) Cataluña (c) Asturias Cantabria 1.495,21 € 2.426,48 € 2.523,34 € 285,50 € 421,03 € 166.198,83 € 111.019,67 € 165.074,29 € 166.301,68 € 25.513,59 € 35.273,17 € 29.595,37 € 7.313,22 € 29.088,53 € 29.614,77 € 4.053,11 € 6.042,56 € 2.521,53 € - Murcia Castilla-León (*) Navarra (a) Navarra (b) Andalucia (a) Andalucía (b) 1.617,66 € 1.821,32 € 2.525,51 € 2.518,98 € 1.603,08 € 2.524,88 € 2.523,62 € Instalación GRANDE 153.919,94 € 156.835,45 € 166.444,24 € 166.052,76 € 153.682,74 € 166.413,70 € 166.352,62 € Instalación MEDIANA 24.595,40 € 25.764,81 € 26.640,16 € 29.568,19 € 24.501,54 € 29.634,19 € 29.622,24 € Instalación PEQUEÑA Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. (*) Las diferencias con respecto a Castilla – León se establecen en relación con el Canon de Control de Vertidos, siendo similares a las que se producían en los casos de Castila – La Mancha, Extremadura y País Vasco. 116 Repercusión de la tributación diferencial por tonelada de producto: . Ton. 2006 Galicia La Rioja Instalación PEQUEÑA 103,00 - € Instalación GRANDE 3.200,00 - € Instalación MEDIANA 475,92 - € Ton. 2006 Valencia Cataluña (a) 24,4808 € - Cataluña (b) Cataluña (c) Asturias Cantabria 14,5166 € 23,5581 € 24,4985 € 2,7719 € 4,0877 € 51,9371 € 34,6936 € 51,5857 € 51,9693 € 7,9730 € 11,0229 € 62,1856 € 15,3665 € 61,1206 € 62,2264 € 8,5164 € 12,6966 € Murcia Castilla-León (*) Navarra (a) Navarra (b) Andalucia (a) Andalucía (b) Instalación PEQUEÑA 103,00 15,7055 € 17,6827 € 24,5195 € 24,4561 € 15,5639 € 24,5134 € 24,5011 € Instalación GRANDE 3.200,00 48,1000 € 49,0111 € 52,0138 € 51,8915 € 48,0259 € 52,0043 € 51,9852 € Instalación MEDIANA 475,92 51,6797 € 54,1369 € 55,9761 € 62,1285 € 51,4825 € 62,2672 € 62,2421 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. (*) Las diferencias con respecto a Castilla – León se establecen en relación con el Canon de Control de Vertidos, siendo similares a las que se producían en los casos de Castila – La Mancha, Extremadura y País Vasco. 117 Repercusión de la tributación diferencial por cada 1.000 m3 de agua utilizados: . miles m3 en 2006 Galicia La Rioja Cataluña (a) Cataluña (b) Cataluña (c) Asturias Cantabria Instalación PEQUEÑA 3.153,60 - € 0,79957 € - 0,47413 € 0,76943 € 0,80015 € 0,09053 € 0,13351 € Instalación GRANDE 43.629,08 - € 3,80936 € 2,54463 € 3,78358 € 3,81172 € 0,58478 € 0,80848 € Instalación MEDIANA 17.567,95 - € 1,68462 € 0,41628 € 1,65577 € 1,68573 € 0,23071 € 0,34395 € miles m3 en 2006 Valencia Murcia Castilla-León (*) Navarra (a) Navarra (b) Andalucia (a) Andalucía (b) Instalación PEQUEÑA 3.153,60 0,51296 € 0,57754 € 0,80083 € 0,79876 € 0,50833 € 0,80063 € 0,80023 € Instalación GRANDE 43.629,08 3,52792 € 3,59475 € 3,81498 € 3,80601 € 3,52248 € 3,81428 € 3,81288 € Instalación MEDIANA 17.567,95 1,40002 € 1,46658 € 1,51641 € 1,68308 € 1,39467 € 1,68683 € 1,68615 € Fuente: Elaboración propia a partir de legislación autonómica e información suministrada por oficina liquidadora. (*) Las diferencias con respecto a Castilla – León se establecen en relación con el Canon de Control de Vertidos, siendo similares a las que se producían en los casos de Castila – La Mancha, Extremadura y País Vasco. 118 6.3.2. Análisis de los resultados obtenidos con las liquidaciones de los cánones autonómicos de saneamiento. Los diferentes supuestos de liquidación realizados en esta parte del trabajo ponen de manifiesto que la carga fiscal sobre las instalaciones de acuicultura continental derivada de la aplicación de los cánones ambientales autonómicos sobre vertidos varía notablemente entre comunidades autónomas. Esa divergencia entre cargas fiscales sobre el mismo tipo de actividad, igualdad de tamaño del vertido y similitud de carga contaminante obedece fundamentalmente a tres circunstancias: a) Las figuras tributarias que se deben aplicar varían entre comunidades autónomas. Mientras que en unas comunidades sólo se debe aplicar el canon de control de vertidos estatal (correspondiente a las confederaciones hidrográficas), en otras es preciso añadir un canon de saneamiento autonómico o una figura tributaria similar (canon de aguas o canon de vertidos líquidos). b) La forma de cálculo de la base imponible y los tipos impositivos de los diferentes cánones autonómicos difieren entre unas comunidades autónomas y otras. c) En algunas comunidades autónomas existen coeficientes correctores y otros procedimientos de minoración de la carga tributaria de las instalaciones de acuicultura, mientras que en otras no es posible realizar dicha corrección. Dadas estas circunstancias, no debe extrañar que la realización de un ejercicio empírico destinado a calcular la carga fiscal por cánones ambientales como el que aquí se realiza dé como resultado unas diferencias muy importantes entre las cuotas tributarias de unas comunidades y otras. En dicho ejercicio se analiza el impacto sobre las instalaciones de acuicultura continental de los cánones de saneamiento o de aguas en aquellas comunidades que cuentan con esa figura tributaria y del canon de vertidos (de las confederaciones hidrográficas) en el caso de las comunidades autónomas que no cuentan con ningún canon ambiental autonómico sobre vertidos. El ejercicio empírico se refiere a aquellas comunidades autónomas que cuentan con instalaciones de acuicultura continental, aunque en algún caso se realiza un ejercicio teórico de aplicación del canon de saneamiento a este tipo de instalaciones pese a que la comunidad correspondiente no cuenta con ellas (este es el caso de Valencia). A la hora de valorar los resultados se establece una comparación sobre la base de diferentes parámetros entre la comunidad líder en producción en España, que es Galicia, y el resto de comunidades autónomas que cuentan con producción en el sector de la acuicultura continental. Los resultados que se comentan a continuación se basan en las liquidaciones teóricas según la modalidad de carga contaminante de tres instalaciones tipo: pequeña, grande y mediana, clasificadas de acuerdo con sus emisiones netas de materia en suspensión (MES), demanda química de oxígeno (DQO) y sales solubles (SS). En algunos casos se requiere alguna corrección a este ejercicio tipo, de acuerdo con lo que se comenta seguidamente para cada caso particular. En todos los casos, los ejercicios teóricos de liquidación se han realizado a partir de la legislación vigente y de información suministrada directamente por las propias oficinas liquidadoras. Galicia El canon de saneamiento de Galicia no cuenta con normativa específica sobre piscifactorías ni con coeficientes correctores para las instalaciones de acuicultura. La liquidación del canon de saneamiento gallego para esas tres piscifactorías tipo de aguas continentales según su tamaño ofrece los resultados siguientes: 120 Instalación pequeña: 2.525,51 euros Instalación grande: 166.444,24 euros Instalación mediana: 29.640,16 euros Este canon de saneamiento de Galicia se aplica sobre las instalaciones de la comunidad autónoma líder en producción de España. En 2005 la producción de las instalaciones gallegas de acuicultura continental fue de 7.794 toneladas, con un valor total de 15.588.000 euros. Esto supone el 29,89% de la producción en toneladas de España y el 27,30% de la producción en euros. La Rioja El análisis de la liquidación del canon de saneamiento de La Rioja requiere un comentario previo, ya que esta comunidad ha implementado un conjunto de mecanismos que incentivan al cumplimiento de objetivos de calidad en los vertidos contaminantes, lo que ha llevado a considerar exentas de la tributación por canon de saneamiento a las piscifactorías que cumplen con determinados protocolos medioambientales. Aún así, se puede realizar el ejercicio teórico correspondiente a las tres instalaciones tipo aplicando los cálculos al caso de instalaciones no exentas. Los resultados, en ese caso y excluyendo el parámetro SS, son los siguientes: Instalación pequeña: 3,98 euros Instalación grande: 245,42 euros Instalación mediana: 44,79 euros En 2005 la producción de las instalaciones de acuicultura continental en La Rioja ha sido poco significativa en relación con las producciones de las comunidades líderes. En términos 121 físicos esa producción ha sido de 388 toneladas (el 1,49% de España) y en valor ha supuesto 776.000 euros (el 1,36% del total de España). Como se puede observar, la carga fiscal por canon de saneamiento es muy favorable en esta comunidad autónoma, tanto como consecuencia de la exención de las piscifactorías por cumplir determinados criterios de calidad ambiental como por la propia aplicación del canon a instalaciones no exentas. Cataluña El canon del agua de Cataluña prevé una aplicación de tipos impositivos diferentes en función del uso del agua. Para usos industriales se puede aplicar la tarifa industrial general, que recoge el coste derivado del uso del agua y la tarifa industrial específica, referida al coste derivado de los vertidos contaminantes. Además, existen coeficientes correctores en función de la actividad desarrollada y del volumen de agua consumido y mecanismos para contrarrestar la doble imposición en aquellos casos en los que son de aplicación simultánea diferentes regimenes económico-financieros del agua. En función de lo que se acaba de señalar, la liquidación del canon del agua de Cataluña se realiza partiendo de tres supuestos diferentes: aplicación de la tarifa industrial general (caso A), de la tarifa industrial específica (caso B) y la modalidad de carga contaminante sólo con los contaminantes recogidos en las definiciones de las instalaciones tipo (caso C). En el caso A, en el que se aplica la tarifa industrial general, las cuotas tributarias del canon del agua serían las siguientes: Instalación pequeña: 4.020,71 euros Instalación grande: 55.424,57 euros 122 Instalación mediana: 22.326,94 euros En el caso B, en el que se aplica la tarifa industrial específica, las cuotas tributarias del canon del agua serían las siguientes: Instalación pequeña: 99,02 euros Instalación grande: 1.369,95 euros Instalación mediana: 551,63 euros Finalmente, en el caso C, en el que se aplica la modalidad de carga contaminante basada solamente en los contaminantes MES, MO/DBO/DQO y SS, las cuotas tributarias del canon catalán del agua serían las siguientes: Instalación pequeña: 2,17 euros Instalación grande: 142,57 euros Instalación mediana: 25,40 euros Como se puede observar, el tratamiento fiscal de las instalaciones de acuicultura en el canon del agua de Cataluña difiere considerablemente en función de la tarifa que se aplique. En este sentido, la modalidad de carga contaminante basada en los tres contaminantes de referencia de este trabajo es la que presenta una menor carga fiscal, mientras que la aplicación de la tarifa industrial general es la que supone una mayor carga tributaria por vertidos contaminantes, que en todo caso dista considerablemente de las cargas que imponen otros tributos autonómicos, especialmente el de Galicia. 123 La producción de las instalaciones de acuicultura continental no es demasiado relevante en Cataluña, radicada toda en la provincia de LLeida, con un total de 1.811 toneladas (el 6,94% de España) y un valor 5.446.000 euros (el 9,54% de España) en 2005. Asturias En el caso del canon de saneamiento de Asturias las piscifactorías son tratadas como instalaciones industriales, liquidándose dicho canon por medio de una tarifa general en función del volumen de agua consumida, ya que no se utiliza la liquidación por carga contaminante en esta comunidad autónoma. El ejercicio de liquidación de este canon para las tres piscifactorías tipo de aguas continentales presenta las siguientes cuotas tributarias: Instalación pequeña: 2.240,00 euros Instalación grande: 140.930,65 euros Instalación mediana: 25.587,05 euros De esta liquidación se deduce que la carga fiscal del canon de saneamiento de Asturias es, en general, la segunda más importante de España, solo inferior a la de Galicia. En 2005 la producción de acuicultura continental en Asturias fue de 1.573 toneladas (el 6,03% de España) con un valor de 3.146.000 euros (el 5,51% de España), por lo que no se puede considerar que sea una comunidad con una producción importante en la acuicultura continental española. Cantabria El canon de saneamiento de Cantabria no recoge ningún tipo de normativa específica de aplicación para las piscifactorías. El principal rasgo diferencial de este tributo con respecto a otras figuras tributarias ambientales similares es el hecho de que en Cantabria se tributa por 124 la carga contaminante añadida por la instalación a la corriente de agua. Los resultados del ejercicio de liquidación para las tres instalaciones de referencia son los siguientes: Instalación pequeña: 2.104,48 euros Instalación grande: 131.171,08 euros Instalación mediana: 23.597,60 euros Los resultados de estas liquidaciones ponen de manifiesto que el canon de saneamiento de Cantabria presenta unas características en cuanto a su carga tributaria similares a las del canon asturiano e inferiores a las del canon gallego. Aún así, es preciso señalar que Cantabria no cuenta con una participación significativa en la producción de acuicultura continental en España. En el año 2005 su producción en toneladas fue de 410 (el 1,57% de España) y el valor de dicha producción fue de 816.000 euros (el 1,43% del total español). Valencia El canon de saneamiento de Valencia recoge la posibilidad de establecer coeficientes correctores en función de determinadas características de los vertidos y del medio receptor y en virtud de acuerdos administrativos establecidos para actividades económicas concretas. Las piscifactorías están sujetas a este régimen de coeficientes correctores, aunque para la realización de la estimación de la cuota tributaria por canon de saneamiento en la comunidad de Valencia correspondiente a las tres instalaciones tipo que se están analizando en este trabajo es preciso realizar un ejercicio puramente teórico, en la medida en que en la actualidad en esta comunidad no está operativa ninguna piscifactoría de agua dulce continental. Teniendo en cuenta esta circunstancia, la aplicación del canon de saneamiento autonómico de Valencia a esas tres instalaciones tipo daría los siguientes resultados de carga fiscal (excluyendo el contaminante SS): 125 Instalación pequeña: 907,84 euros Instalación grande: 12.524,31 euros Instalación mediana: 5.044,76 euros Como se puede observar de la liquidación teórica realizada, el régimen fiscal del canon de saneamiento valenciano es relativamente favorable para las instalaciones de acuicultura, en la medida en que se podrían beneficiar de la aplicación de coeficientes correctores para este tipo de actividad. Murcia El canon de saneamiento que se aplica en Murcia tiene unas características similares a las del canon de saneamiento valenciano que se acaba de estudiar. En este sentido es de aplicación al caso de la comunidad murciana todo lo señalado para el caso de Valencia. La liquidación para las tres piscifactorías tipo de aguas continentales sería la siguiente (excluyendo, al igual que en el caso anterior, el contaminante SS): Instalación pequeña: 704,19 euros Instalación grande: 9.608,80 euros Instalación mediana: 3.875,35 euros Tal y como se puede comprobar en estas cifras, la carga fiscal resultante de la aplicación del canon murciano es aún un poco menor que la resultante de aplicar el canon de Valencia, por lo que se puede considerar que las instalaciones de acuicultura continental tendrían un tratamiento favorable en términos fiscales, al menos en comparación con los cánones de saneamiento de Galicia, Asturias y Cantabria. 126 Navarra El canon de saneamiento de Navarra cuenta con un índice corrector por carga contaminante que permite a las piscifactorías beneficiarse de un coeficiente favorable en el momento de la liquidación del canon. En el caso concreto de esta comunidad autónoma la liquidación del canon de saneamiento se realiza en este trabajo de acuerdo con dos supuestos diferentes. En primer lugar el caso de liquidación en la modalidad de carga contaminante basada solamente en los contaminantes que aquí se toman como referencia (caso A). En segundo lugar, el caso de liquidación basado en la tarifa industrial aplicando un índice corrector (caso B). El resultado del ejercicio para el caso A es el siguiente: Instalación pequeña: 6,53 euros Instalación grande: 391,48 euros Instalación mediana: 71,97 euros Para el caso B, los resultados que se obtienen son los siguientes: Instalación pequeña: 922,43 euros Instalación grande: 12.761,51 euros Instalación mediana: 5.138,63 euros Como se puede apreciar en las cifras que se acaban de presentar, aún en el caso más desfavorable de aplicación del canon (caso B), la carga tributaria del mismo en Navarra es similar a la del canon de Valencia y muy inferior a las de Cantabria, Asturias y, sobre todo, 127 Galicia. La producción del sector en Navarra es muy poco significativa, con 140 toneladas en 2005 y un valor de 378.000 euros. Andalucía En Andalucía la figura tributaria autonómica que grava los vertidos contaminantes es el canon de vertidos a aguas litorales. Dicho canon plantea una serie de objetivos de calidad del medio receptor, aunque los coeficientes correctores para las piscifactorías son muy favorables tanto si se cumplen esos objetivos de calidad como si no es así. Utilizando las mismas referencias de instalaciones y contaminantes tipo que en los casos de los cánones de saneamiento de otras comunidades autónomas, se pueden realizar dos ejercicios diferentes. Por un lado, el caso de las instalaciones con vertidos por debajo de los objetivos de calidad establecidos (caso A). Por otro, el caso de las instalaciones con vertidos por encima de los objetivos de calidad (caso B). Los resultados de la liquidación para el caso A serían los siguientes: Instalación pequeña: 0,63 euros Instalación grande: 30,54 euros Instalación mediana: 5,97 euros Para el caso B, los resultados de la liquidación serían los siguientes: Instalación pequeña: 1,89 euros Instalación grande: 91,62 euros Instalación mediana: 17,92 euros 128 El tratamiento fiscal de las instalaciones de acuicultura continental en el canon andaluz es favorable, tal y como se puede ver en las liquidaciones efectuadas para los casos A y B. En 2005 Andalucía fue la cuarta comunidad española en producción, con 2.225 toneladas (el 8,53% de España) y un valor monetario de 5.118.000 euros (que supone el 8,96% del total español). Aún así, es preciso señalar que en el caso concreto de Andalucía la liquidación del canon de vertidos de la confederación hidrográfica del Guadalquivir (figura tributaria estatal) supone un importante aumento de coste sobre la estimación señalada13. Castilla-León y restantes comunidades sin cánones autonómicos La comunidad de Castilla-León no ha introducido una figura tributaria autonómica similar al canon de saneamiento con el objeto de gravar la utilización y/o la contaminación de las aguas continentales. Eso ocurre también en las comunidades de Castilla-La Mancha, Extremadura, Canarias y el País Vasco. En consecuencia, en este trabajo, para el caso concreto de Castilla-León, muy relevante, dado que se trata de la segunda comunidad con mayor producción de acuicultura continental de España, se elabora un ejercicio de liquidación basado en el canon de control de vertidos de la confederación hidrográfica del Duero14. Al igual que en los casos anteriores, se elaboran las estimaciones para tres piscifactorías tipo según tamaño. Esta estimación también se puede aplicar al caso de la comunidad de CastillaLa Mancha, que es la tercera comunidad autónoma en producción de España. Los resultados de esas estimaciones son los siguientes: Instalación pequeña: 586,59 euros Instalación grande: 7.866,32 euros Instalación mediana: 3.167,50 euros 13 Por ejemplo en el caso de la piscifactoría mediana, de acuerdo con el Real Decreto 606/2003 de 23 de mayo, si ésta tuviese una tarifa unitaria con minoración de la general, que es de 0,03005 euros/m3 de 0,00385997 euros/m3, la cuota anual del canon de control de vertidos ascendería a 67811,77 euros, a los que habría que añadir un 4% por tasas Decreto 138/60, que supondrían 2712,47 euros. 14 Según lo dispuesto en el Artículo 291.2 y el Anexo IV del Real Decreto 606/2003 de 23 de mayo. 129 En el caso de que los parámetros característicos de contaminación del vertido fuesen superiores a los objetivos de calidad del cauce receptor, el coeficiente que se ha aplicado para el cálculo de los importes anteriores debería multiplicarse por 3. Este supuesto no se da en ninguna de las piscifactorías autorizadas de la cuenca hidrográfica del Duero, que es la que se ha utilizado como referencia para este ejercicio de liquidación del canon de control de vertidos. Las instalaciones de acuicultura continental de las comunidades de Castilla-León y Castilla-La Mancha cuentan con un tratamiento de fiscalidad ambiental favorable en la medida en que solo tienen que satisfacer este canon de vertidos, sin que existan por el momento cánones autonómicos de saneamiento en ambas comunidades. Tal y como ya se ha señalado, se da la circunstancia de que estas dos comunidades son la segunda y la tercera con mayor producción de España, solo superadas por Galicia. En 2005 la producción del sector en Castilla-León fue de 6.328 toneladas (el 24,26% de la producción española) con un valor de 12.150.000 euros (el 21,28% de España). La producción de Castilla-La Mancha en el mismo año fue de 3.085 toneladas (el 11,83% de España), con un valor de 8.339.000 euros (el 14,61% del total español). Aragón En la comunidad de Aragón las piscifactorías están exentas en el canon de saneamiento, al estar asimiladas a las explotaciones ganaderas. En esta comunidad únicamente debe liquidarse el canon de control de vertidos de la confederación hidrográfica, con unas características similares a las comentadas para Castilla-León y otras comunidades autónomas que no cuentan con cánones autonómicos de saneamiento. En 2005 la comunidad de Aragón fue la quinta de España en producción de acuicultura continental, con 1.823 toneladas (el 6,99% de España) y un valor monetario de 4.136.000 euros (el 7,24% de España). Los 130 comentarios sobre el tratamiento fiscal ambiental de las piscifactorías en Aragón serían similares a los realizados para las comunidades antes señaladas, que no cuentan con cánones autonómicos de saneamiento. Valoración comparada La valoración de los diseños tributarios analizados en términos económico-ambientales arroja unas señales que no son todas positivas y, en todos los casos, cabe hablar de un nivel de eficacia bastante limitado. Los aspectos más positivos cabe atribuirlos a su afectación a la realización de obra hidráulica y de saneamiento de aguas residuales, lo que debe generar resultados ambientales positivos, aunque no más que otro tributo que cuente con un diseño aplicado a los mismos programas de gasto. Esa falta de un resultado diferencial específico hace que la valoración de su idoneidad haya que emitirla con reservas o incluso con dudas razonables. Principalmente, esas precauciones se deben a que los tributos analizados establecen una equivalencia forzada entre consumo y contaminación de agua, olvidando que el aspecto más relevante en la correcta definición de un impuesto ambiental es la existencia de un buen vínculo con el problema ambiental que se pretende corregir. Conseguir que esta relación sea lo más estrecha posible depende, básicamente, del método empleado para estimar el realismo de los efectos ambientales negativos. Cuando la medición directa no es posible, forzosamente, se recurre a procedimientos indirectos que buscan aproximar la base imponible real mediante indicadores físicos o económicos representativos del deterioro ambiental producido, lo cual implica que el éxito en la selección de los indicadores representativos es un determinante principal de la eficiencia ambiental del tributo implementado. 131 La mayor parte de los diseños analizados adoptan como indicador físico de la capacidad contaminadora de los agentes el consumo de agua limpia, lo que implica definir una vinculación no del todo satisfactoria. Tal y como se han planteado en los supuestos realizados en esta investigación, puede haber piscifactorías que sean intensivas en utilización de agua y que tengan un reducido nivel de vertidos y viceversa. De acuerdo con lo anterior, la racionalidad ambiental de muchos de los diseños estudiados es limitada, pues su diseño administrativo no potencia los aspectos de eficacia ambiental a los que se ha aludido anteriormente porque su aplicación según la carga contaminante vertida -que proporcionaría la efectividad ambiental más elevada- tiene un carácter opcional, salvo petición expresa de los sujetos afectados, mientras que la Administración difícilmente recurrirá a la implementación generalizada de un procedimiento complejo bien cuando sus mecanismos de verificación y control previos non están suficientemente garantizados o bien cuando disponga de una alternativa más sencilla y, al mismo tiempo, menos conflictiva. Otras conclusiones que se pueden extraer del análisis de las diferentes liquidaciones efectuadas para cada una de las comunidades autónomas son las siguientes: a) El canon de saneamiento que supone una mayor carga fiscal para las instalaciones de acuicultura continental es el de la comunidad autónoma de Galicia. Se da la circunstancia de que esta comunidad es precisamente la líder en producción de España. Tanto en el caso del supuesto de instalación grande como de instalación mediana, el canon gallego es el que implica una mayor carga tributaria de todos los cánones autonómicos. En el caso de las instalaciones pequeñas sólo el canon catalán, cuando se aplica la tarifa industrial general, supera la carga fiscal del canon de saneamiento de Galicia. La aplicación en Cataluña de la tarifa industrial específica y 132 de la modalidad de carga contaminante suponen una carga tributaria mucho menor que la de Galicia también en las instalaciones pequeñas, por la aplicación de coeficientes correctores. Así mismo, hay implementada una medida de coordinación que se aplica a las piscifactorías radicadas en la zona perteneciente a la cuenca hidrográfica del Ebro y que consiste en el empleo de un coeficiente territorial concreto de forma transitoria, hasta que el gobierno no apruebe el programa de obras hidráulicas que incorpore la relación de actuaciones en dicha cuenca. b) Las comunidades autónomas que siguen a Galicia en producción acuícola continental, Castilla-León y Castilla-La Mancha, no tienen figuras tributarias autonómicas del mismo tipo que el canon de saneamiento gallego, sino que simplemente deben pagar como tributo ambiental el canon de control de vertidos de las confederaciones hidrográficas. c) Además del caso de Galicia, de todos los cánones autonómicos de saneamiento sólo los aplicados en Asturias y Cantabria presentan una carga fiscal significativa sobre las piscifactorías de agua continental. Al igual que Galicia, tanto Asturias como Cantabria no cuentan con normativas específicas sobre piscifactorías en sus cánones de saneamiento ni con coeficientes correctores para estas instalaciones, aspecto que determina la existencia de cuotas tributarias elevadas en los cánones de saneamiento. d) Las comunidades autónomas con normativa específica sobre piscifactorías a la hora de aplicar los cánones ambientales y con coeficientes correctores para las instalaciones de acuicultura continental son las que presentan unas cargas tributarias menores sobre las piscifactorías. Ese es el caso, cumpliendo determinados supuestos, de Cataluña, La Rioja, Navarra e incluso Valencia si contase con instalaciones de agua dulce. En consecuencia, el análisis detallado de la proporcionalidad entre carga fiscal y carga contaminante ha conducido a determinadas comunidades a reducir 133 significativamente las cuotas tributarias por canon de saneamiento en las instalaciones de acuicultura continental, mientras que aquellas comunidades que no han introducido estos coeficientes correctores aplican unas tarifas tributarias muy elevadas en relación con la carga contaminante generada por estas instalaciones. 7. Problemas de coordinación y propuestas de mejora en el diseño de la tributación por canon de la acuicultura continental española. 7.1. La tributación ambiental sobre el agua en España: Un comentario crítico. El análisis realizado en los apartados anteriores de este trabajo pone de manifiesto la existencia de diversas figuras tributarias, en los tres niveles de la administración pública española, que gravan el agua o los vertidos líquidos y cuyo alcance es o poco significativo o presenta claras ineficiencias en aras de su simplificación administrativa. Estas ineficiencias se detectan sobre todo en los diferentes procedimientos aplicados para gravar los vertidos contaminantes de las piscifactorías recurriendo a su estimación indirecta vía consumo de agua. En el cuadro adjunto se resume el conjunto de figuras tributarias que gravan el agua, implementadas actualmente en España, diferenciando entre los tributos de competencia de las Administraciones central, autonómica y local. 134 Esquema general de los tributos ambientales sobre el agua existentes en España Nivel competencial Administración Central del Estado (Confederaciones Hidrográficas) Comunidades autónomas Municipios Denominación del tributo Canon de utilización de los bienes de dominio público hidráulico Canon de control de vertidos Canon de regulación Tarifa de utilización de aguas Canon de saneamiento Canon de aguas Canon de vertidos líquidos Tasa de alcantarillado Contribuciones especiales sobre obras de infraestructura hidráulica Recargos sobre los tributos autonómicos de saneamiento, aguas y vertidos líquidos Fuente: Elaboración propia. Los tributos de competencia estatal, cuyas características básicas están especificadas en la Ley de Aguas, afectan a un conjunto de agentes económicos que son usuarios de determinados servicios e infraestructuras hidráulicas de las confederaciones hidrográficas. Las exenciones previstas en la ley y determinadas características técnicas de estos tributos (y de la propia demanda de agua) hacen que su objetivo haya quedado reducido de forma casi exclusiva a la financiación de la construcción y explotación de las infraestructuras hidráulicas de las confederaciones hidrográficas, dejando de lado sus posibilidades como incentivos económicos para la regulación de la demanda de agua o incluso para la ocupación de dominio público hidráulico. Aunque estos tributos mantienen alguno de sus elementos pigouvianos, lo cierto es que la fiscalidad estatal no cuenta hoy en día con tributos ambientales sobre el agua con características estrictamente ambientales más allá de lo que afecta a la financiación de los organismos de cuenca. Aún así, es preciso mencionar que el papel de estos organismos de cuenta podría ser potenciado con la finalidad de encontrar un ente coordinador de las diferentes figuras tributarias sobre el agua implementadas en nuestro país. 135 Las haciendas autonómicas sí cuentan en España con tributos ambientales con una aplicación más amplia y con características más próximas al concepto teórico de impuesto pigouviano, en particular los cánones de saneamiento y del agua. Sin embargo, la aplicación práctica de estos cánones ha provocado que la necesaria vinculación entre carga contaminante y carga fiscal (que verificaría el principio “quien contamina, paga”) haya quedado diluida con mecanismos de estimación indirecta de la contaminación generada y de identificación entre consumo de agua y vertidos contaminantes de los sujetos pasivos. Aunque existen situaciones en las que efectivamente se miden directamente los vertidos contaminantes y en algunos casos sí hay una vinculación directa entre consumo de agua y carga contaminante, en la mayoría de los casos esos mecanismos de simplificación administrativa provocan ineficiencias en el cumplimiento de los principios ambientales que deben regir estos cánones y, por lo tanto, en el cumplimiento de sus objetivos de carácter ambiental. En concreto, en el caso de las instalaciones de acuicultura continental está demostrado técnicamente que el aumento en la contaminación que generan es mínimo en relación a la carga contaminante estimada por medio de su consumo de agua, dado que son instalaciones que usan grandes cantidades de agua pero que no añaden a los diferentes caudales niveles de contaminantes apreciables, por lo menos eso es lo que se desprende en relación con la carga tributaria de algunos cánones autonómicos de saneamiento. Finalmente, los municipios españoles tienen algunas posibilidades normativas para la aplicación de tributos ambientales sobre el agua, de las que sólo la tasa de alcantarillado es una figura claramente extendida y utilizada, aunque dedicada exclusivamente a la financiación de servicios municipales de evacuación y depuración de aguas. Tampoco se puede ver en esta 136 figura tributaria un objetivo ambiental que vaya más allá de esta afectación de ingresos para la financiación de servicios públicos de saneamiento. En definitiva, de las figuras tributarias que se pueden catalogar como tributos ambientales entre los implementados sobre el agua en España sólo los cánones autonómicos de saneamiento y del agua se aproximan en cierta medida al concepto teórico de impuesto pigouviano. Aún así su aplicación práctica presenta numerosas disfunciones, por lo que no se puede decir que dicha aplicación sea óptima desde el punto de vista de los objetivos ambientales que debe tener un impuesto pigouviano. En muchos casos, el hecho de que los tributos analizados no cumplan con objetivos ambientales de regulación del consumo de agua (por medio de incentivos económicos) se debe a la existencia de una tarifa impositiva reducida que se aplica sobre una demanda inelástica (la demanda de agua). Lógicamente, la propuesta que se puede hacer para que un tributo sobre el agua tenga incentivos claramente reguladores no puede ser la subida de las tarifas impositivas por sí solas, sin acompañarlas de otras medidas fiscales complementarias. Los tipos impositivos de los impuestos directos en España permitirían plantear la modificación de las tarifas de los tributos sobre el agua y, en general, de los tributos ambientales, dentro de una propuesta de reforma fiscal verde en la que el aumento de la recaudación de los impuestos ambientales se compense con una disminución de los tipos impositivos que gravan el trabajo y el ahorro. 137 7.2. Los problemas de coordinación de la tributación ambiental sobre el agua en España. Tal y como se ha señalado con anterioridad, tanto la administración central como la autonómica y la local tienen competencias en materia de aguas, dado que este elemento es un recurso absolutamente indispensable para la vida económica y social. Diferentes normas de mayor o menor rango, incluida la Constitución española, delimitan las competencias propias del Estado, las comunidades autónomas y los municipios en materia de aguas. Cada una de estas administraciones asume diferentes actividades y servicios públicos relacionados con la infraestructura y explotación del ciclo integral del agua. En consecuencia, cada uno de estos niveles de gobierno establece gravámenes sobre el agua, sobre actuaciones administrativas, servicios públicos u ocupación de dominio público (generalmente denominados cánones, pero que en realidad son impuestos, tasas o contribuciones especiales). Acerca de este aspecto se puede citar a Martín Queralt (2005), que señala que “En ocasiones, la concurrencia de multiplicidad de Entes Públicos en la gestión de los servicios del agua ocasiona situaciones caóticas. Los agentes privados hay veces que no saben qué mandatos atender. En ese sentido, el TSJ de la Comunidad Valenciana, en su Sentencia de 7-VI-2001, apeló a la cordura y al entendimiento entre la Entidad Metropolitana y uno de sus Ayuntamientos, falló a favor de la empresa concesionaria de aguas, y señaló que, de haber atendido ésta el mandato de una de las Administraciones concurrentes, se hubiera producido un doble ingreso por los mismos conceptos”. Este ejemplo concreto nos sirve para entender la variada tipología de los problemas de coordinación que puede generar esta diversidad de competencias en materia de aguas de todos los niveles de la administración pública en España. 138 La necesidad de coordinación de los instrumentos tributarios que gravan el agua en España debe entenderse en dos sentidos diferenciados. Por un lado, es necesaria la coordinación de los instrumentos fiscales entre los tres niveles de gobierno para evitar que el mismo hecho imponible (o hechos imponibles similares) se grave más de una vez o genere supuestos claros de distorsión económica. En teoría, la normativa vigente debería cuidar este aspecto y evitar dobles imposiciones ya que, por ejemplo, las comunidades autónomas no pueden gravar hechos imponibles gravados por el Estado, pero aún así subsisten problemas vinculados a esta cuestión. Por ejemplo, una instalación cuya actividad se produzca en una zona gestionada por un organismo de cuenca tendrá que liquidar varios gravámenes sobre el agua, mientras que si la misma instalación se encuentra en una zona dependiente exclusivamente de una comunidad autónoma posiblemente solo tenga que atender al pago del canon de saneamiento. En este sentido, es preciso analizar de una forma detallada la justificación de esa situación asimilable a una especie de doble imposición y si realmente el sujeto pasivo se beneficia por partida doble de determinadas infraestructuras hidráulicas o servicios públicos. Es más, una cuestión importante a analizar es la que se refiere al hecho de que en última instancia el objetivo de un buen tributo ambiental debe ser reducir los niveles de contaminación. Por lo tanto, las empresas gravadas con estos tributos deberían disponer de la posibilidad de realizar tareas de descontaminación como sustitutivas del pago de elevadas cuotas tributarias. Por otra parte, es importante la coordinación o incluso la armonización fiscal de los tributos ambientales sobre el agua entre los mismos niveles administrativos en el conjunto de España. Esto afecta en especial a las comunidades autónomas y a los cánones de saneamiento y de aguas establecidos por las mismas. Hoy en día cuentan con un canon de saneamiento o de aguas un total de 12 comunidades autónomas y con un canon de vertidos 139 líquidos efectivamente aplicado otras 2 comunidades. Esto significa que no todas las comunidades autónomas españolas cuentan con este instrumento tributario propio. Pero además, las formas de cálculo de bases imponibles, las tarifas impositivas y los coeficientes correctores aplicados a determinadas actividades difieren significativamente entre comunidades autónomas. Lo anterior implica que, como hemos demostrado en la presente investigación, el mismo tipo de instalación, con idénticos volúmenes de utilización de agua y similar carga contaminante pueda tener una cuota fiscal significativamente diferente en función de la comunidad autónoma en la que esté instalada. Por una parte, en unas comunidades tendrá que hacer frente al canon y en otras no, y por otra la carga fiscal que tendrá que satisfacer difiere de una forma significativa en función de la comunidad autónoma en la que se encuentre la instalación. No se trata de invocar aquí una vulneración del principio de uniformidad, entendido como la manifestación de igualdad en el marco de las diferencias de trato territorial que son consecuencia del ejercicio por las distintas Comunidades Autónomas de su capacidad normativa. En este sentido, puede citarse que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional viene aceptando la posibilidad de una diversa posición jurídica de los ciudadanos en las distintas partes del territorio nacional (así lo tiene proclamado el Tribunal Constitucional, por ejemplo en su sentencia 186/1993, de 7 de junio [RTC 1993\186]), manifestando que el principio de igualdad no impone que todas las Comunidades Autónomas tengan que ejercer sus competencias «de una manera o con un contenido y unos resultados idénticos o semejantes» -sentencia 37/1987, de 26 de marzo [RTC 1987\37], RTC 1987\37-. Consecuentemente, es claro que del ejercicio de sus competencias autonómicas, también en el plano normativo-tributario, derivan desigualdades en la posición jurídica de los residentes 140 en cada una de las distintas Comunidades, pero ello resulta posible porque la igualdad no se está equiparando con “uniformidad”, sino, a lo sumo, con la “igualdad de las posiciones jurídicas fundamentales” -sentencia 150/1990, de 4 de octubre (RTC 1990\150), RTC 1990\150-. En este sentido, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia de 3 de julio de 2001 (JT 2001\1969) señala que “... los principios de igualdad y uniformidad en el ámbito tributario no pueden ser entendidos en términos absolutos, habida cuenta que la autonomía financiera de las Comunidades Autónomas introduce, obviamente, dosis de desigualdad, y la uniformidad no es tampoco una exigencia constitucional, de donde resulta que este principio no impone que todas las Comunidades Autónomas tengan que ejercer sus competencias de una manera o con un contenido y resultados idénticos o semejantes”. Llegados a este punto y en relación con lo anterior, nos preocupa que puedan estarse desconociendo las diferencias entre dosis y tratamientos, en virtud de la defensa y salvaguardia de competencias específicas, que a todas luces terminan por justificarse con el único criterio posible: el político, como si fuese un resultado previsible aplicando las prescripciones de la Public Choice y el teorema de la imposibilidad de Arrow. Con esto queremos recordar, ni más ni menos, que el hecho de que un problema tenga una solución jurídica -mediante la aplicación de normas-, política –con la obtención del triunfo en una votación-, o incluso mixta, esto no significa haber emprendido una vía de solución eficiente desde una perspectiva económica en un mundo globalizado, pues el paso del tiempo y las respuestas que emprendan los agentes económicos serán la clave para interpretar la idoneidad o no de la decisión adoptada en su momento. En ese sentido, el posible beneficio político de una decisión que ampare o se escude en elementos normativos que desconozcan los principios económicos de la imposición en el 141 contexto actual, puede resultar escaso en relación con su potencialidad para generar perniciosas consecuencias económicas15 por su falta de neutralidad no distorsionante. En un mundo ecónomico altamente integrado -donde las empresas cuentan con extraordinarias facilidades para la relocalización de sus centros productivos y en el que una gran parte de los productos de consumo son casi precio aceptantes a nivel internacional-, los cánones de saneamiento o del agua se pueden convertir en un elemento distorsionador de la competitividad de una determinada actividad productiva simplemente por el hecho de ser gravada de diferente forma en diferentes lugares de un mismo país, aunque la instalación, la utilización del agua y la carga contaminante sean prácticamente idénticas. En este trabajo se ha demostrado mediante la aplicación del análisis microeconómico que este puede ser el caso de las instalaciones de acuicultura continental de aquellas comunidades autónomas cuyas tarifas del canon de saneamiento son relativamente más elevadas. Por mucho que las Comunidades Autónomas –o las Administraciones locales- tengan posibilidades de establecer tributos propios, para que éstos sean ambientalmente eficaces y, al mismo tiempo, cumplan los principios de justicia del Ordenamiento Jurídico Financiero, no sirve que cada una de ellas haga la guerra por su cuenta –es decir, desconociendo las más elementales propiedades de la coordinación de los instrumentos de política económica en un mundo globalizado. Los impuestos ambientales deben encuadrarse dentro de una perspectiva general del sistema fiscal que tenga en cuenta no sólo criterios jurídicos, sino también económicos, ya que de otra manera puede configurarse un tributo que sea 15 La racionalidad y el pragmatismo deberían imponerse en ese punto, pues es importante recordar aquí, por supuesto sin olvidarnos de su escala y contexto relativos, que los Estados miembros de la UEM terminaron por renunciar a su propia soberanía monetaria en beneficio del Banco Central Europeo con el objeto de obtener una dimensión internacional eficiente y beneficiarse con la creación de una moneda de propiedades monetarias similares a las del dólar norteamericano en el contexto internacional y evitar tensiones en los procesos internos de negociación entre los distintos agentes económico y sociales. 142 confiscatorio para algunos sujetos pasivos o que se prohíba normativamente la repercusión del impuesto, siendo muy fácil que en la practica, tal prohibición no se cumpla. Sólo si ambas materias se tienen en cuenta podremos decir que el sistema fiscal reconoce la realidad y pretende interactuar positivamente con dicha realidad y esto es algo que desde conceptos únicamente jurídicos o políticos no se consigue. Es decir, el uso de instrumentos fiscales como ayuda a la mejora del medio ambiente, debe entenderse dentro de una política global en favor del medio ambiente que puede plasmarse en la reforma de algunas figuras tributarias del actual sistema fiscal. De otro modo no se conseguirá la necesaria neutralidad de la presión fiscal. Esto es especialmente importante en un Estado Autonómico como el nuestro, donde caben diferencias impositivas en virtud del territorio, pero también éstas pueden ser discriminadoras o tener efectos económicos negativos, en la medida en que se disuada a las empresas a ubicarse en un determinado territorio o se perjudique la competitividad de ciertos productos. Ahora bien, el trabajo de coordinación o armonización fiscal de los tributos autonómicos sobre el agua debería realizarse de acuerdo con una serie de principios muy relevantes en cualquier política económica ambiental en la actualidad. En primer lugar, la correspondencia entre la carga fiscal y la carga contaminante y en segundo lugar la modificación y armonización de los tipos impositivos de los tributos ambientales en un contexto de eficiencia tributaria16. 16 Para algunos autores, que se basan en el planteamiento del doble dividendo, la reforma fiscal verde permitiría realizar intervenciones en cuestiones medioambientales, sin que éstas sin que supongan un aumento de la presión fiscal global para los contribuyentes de un país, pues sustituirían la recaudación de otras figuras tributarias, principalmente las que recaen sobre el trabajo personal. 143 7.3. Elementos para la reforma de la tributación ambiental sobre las instalaciones de acuicultura continental. Los cánones autonómicos de saneamiento acaban afectando a todas aquellos agentes consumidores de agua, de acuerdo con los criterios fijados en la normativa del tributo. En determinadas actividades, la carga tributaria derivada de la aplicación de dicho canon puede exceder las posibilidades efectivas de pago por parte de las empresas que desarrollan dichas actividades, al no existir una correspondencia técnicamente aceptable entre la carga contaminante generada y la carga impositiva. Esto procede del hecho de que se estima de forma indirecta la carga contaminante vía consumo de agua o, en su defecto, de estimaciones de los niveles de vertidos que en ocasiones no obedecen al vertido real o al aumento de contaminación del agua generado por la instalación. Está claro que lo anterior se cumple en el caso de las instalaciones de acuicultura continental, en aquellas comunidades autónomas en las que los cánones de saneamiento no cuentan con mecanismos o coeficientes correctores que tengan en cuenta ese factor. Las instalaciones de acuicultura continental utilizan el consumo de agua como input fundamental, pero en realidad son más usuarias que consumidoras de agua. En esta situación, la aplicación de cánones ambientales que no recojan adecuadamente la singularidad del sector y que no determinen una relación justa entre carga contaminante y carga fiscal puede estar poniendo en peligro la supervivencia de la industria, que en muchos casos tiene un importante peso económico para determinados entornos locales. De hecho, se ha dado el caso, tal y como ponen de manifiesto los datos económico-contables de alguna de estas instalaciones, de que para afrontar el pago del tributo se necesiten ajustes de empleo en las instalaciones dada la desproporción existente entre la carga tributaria exigida 144 por la administración correspondiente y los niveles de facturación y beneficios de estas empresas. Bien es cierto que en muchas comunidades autónomas los cánones de saneamiento disponen ya de mecanismos que permiten salvaguardar este tipo de desproporciones entre carga contaminante y cuota tributaria, tanto en lo que se refiere a las tarifas impositivas como a la forma de cálculo de la carga impositiva, mediante la aplicación de coeficientes correctores en función del tipo de actividad. Este procedimiento podría generalizarse para todas aquellas comunidades cuyos cánones de saneamiento no tienen, por el momento, en cuenta esta circunstancia. En relación con el objetivo de ajustar la relación entre carga contaminante y carga fiscal de los cánones ambientales, es decir, afinando el principio contaminador-pagador para el caso de las instalaciones de acuicultura continental, sería importante que estas instalaciones pudiesen contar con deducciones derivadas de la instalación de equipos anticontaminantes o de la realización de procesos de descontaminación y que se cuidase la coordinación entre los diferentes instrumentos tributarios para que se pudiese corregir la incidencia de varias figuras tributarias de distintos niveles administrativos que multiplica la carga fiscal de algunas empresas por el simple hecho de encontrarse situadas en determinadas comunidades autónomas. La última reflexión está reservada a un hecho que cabe ver con cierta preocupación. En este sentido, respecto a la relación fiscalidad medioambiental y producción acuícola hay, posiblemente hoy en día en España, una variedad más cercana a la de un grupo de países que se encuentran en una fase preliminar de integración económica, que la que correspondería a un país integrado en un acuerdo de unión económica y monetaria y 145 preocupado por coordinar y armonizar sus instrumentos de intervención pública en una dirección económica eficiente. Creemos que la situación actual sólo puede ser transitoria y fruto de la complejidad existente en su implementación, pues urge corregirla a la menor oportunidad posible. 146 8. Referencias bibliográficas Braungart, M. y McDonough, W. (2005) Cradle to Cradle (De la cuna a la cuna), McGraw-Hill, Madrid. Gago, A. y Labandeira, X. (1997) La imposición ambiental: Fundamentos, tipología comparada y experiencias en la OCDE y España, mimeo, Vigo. Gago, A.; Labandeira, X.; Picos, F. y Rodríguez, M. (2005) La imposición ambiental autonómica, mimeo, Vigo. Labandeira, X.; León, C.J. y Vázquez, M.X. (2007) Economía ambiental, Pearson Educación Prentice Hall, Madrid. Martín Queralt, J. (2005) Los fines extrafiscales de los gravámenes sobre el agua conforme a las políticas hidrológicas europea y española y su adecuación a ellos del canon de regulación y de la tarifa de utilización de agua regulados en el texto refundido de la Ley de Aguas, mimeo, Valencia. Pérez de Ayala, J. L. (1979) Las cargas públicas: principios para su distribución, Hacienda Pública Española, núm. 39. Sociedad Española de Presas y Embalses (1999) Libro blanco del agua en España, Sociedad Española de Presas y Embalses, Madrid.