La gigantesca explosión volcánica que oscureció al Sol y creó un cambio climático global repentino: una catástrofe, hasta ahora, sin culpable... Víctor Fuentes C. En el año 535 d.C. ocurrió uno de los eventos volcánicos más grandes y violentos del Holoceno, en el primer milenio de la era cristiana. En estudios dendrológicos (anillos en los árboles) se detecta gran descenso en las temperaturas en el 541, y en toda esa década en Europa, probablemente asegurando el comienzo de una Pequeña Edad del Hielo , la que a su vez ponía fin al Calentamiento Romano, que siempre acompañó al Imperio. Juan de Efeso, obispo sirio, menciona un período de 18 meses con un Sol muy débil. Indica que el Sol se veía oscuro como nunca antes, cada día alumbraba sólo por cuatro horas y con una débil luz; todos pensaban que el Sol nunca recuperaría su luz completa otra vez. Casiodoro, en el 535-536, describe la luz del sol, como de tono azulado. De modo que el intervalo del 535-555 comenzó con un significativo oscurecimiento y una repentina e importante disminución de la temperatura mundial, que duró hasta el año 900, alcanzando un mínimo con el congelamiento del Mar Negro entre el 800 y el 801, y del Nilo el año 829. Este período es llamado El Mínimo Vándalo y puede considerarse como la Pequeña Edad del Hielo del primer milenio. Inundaciones y sequías, pérdidas totales de cosechas, plagas y hambrunas, migraciones, guerras y cambios políticos masivos siguieron al enfriamiento global del clima y al caos consiguiente. No debe extrañar que en Europa se llame La Edad Oscura para describir la situación física y social, a la época que se desarrolló comenzando el año 535. La Edad Oscura es la parte temprana de la Edad Media que va desde la caída de Roma en el siglo 5 al restablecimiento de una estabilidad política, alrededor del año 1000. Ese período fue testigo del destino final de las superciudades del Mundo Antiguo; el fin de la antigua Persia; la transmutación del Imperio Romano en Imperio Bizantino; el fin de la civilización del Sur de Arabia; el fin de la Cristiandad Ariana, la mayor rival al Catolicismo; el colapso de las antiguas culturas de las Américas: del fin del Estado Metrópolis de Teotihuacan; del fin del poder de la Gran ciudad Maya de Tikal; del fin de la enigmática Cultura Nazca de Sud- América. Pero también fue testigo del nacimiento de la concepción islámica ; de países como Francia, España, Inglaterra, Irlanda, Japón, Corea, Indonesia, Camboya; de la potenciación de los turcos, la unificación de China y de los imperios de Sud-América. En Sud-América, el análisis de restos humanos y sus utensilios, además de los materiales provenientes de deslizamientos y dunas posteriores producidas por eventos ocurridos durante la cultura Moche en el Perú, indican continuos períodos lluviosos entre el 550 y 600 d.C. seguidos de una poderosa sequía y transporte de dunas sobre los mismos territorios durante 30 años. Entre el 650 y el 700, mantuvieron guerras internas constantes, lo que condujo a la construcción de nuevas ciudades amuralladas en lugares más protegidos. Después del 700 la cultura Moche desapareció como tal. Tragedias y gestaciones, resultantes de una catástrofe ambiental mundial, afectando a culturas con grandes desigualdades sociales. ¡Sin embargo, no se conoce culpable de este magno evento! BUSCANDO AL CULPABLE. Todos estos eventos se deben al hecho de que la Humanidad fue golpeada súbitamente por uno de los más grandes desastres naturales que puedan ocurrir. Este desastre suprimió la mayor parte de la luz y el calor solar por 18 meses, causando un dramático enfriamiento global cuando el mundo occidental se encontraba participando todavía de la prosperidad de la Paz Romana, gozando de un clima y de un medio ambiente propicio y amigable; parecido al Calentamiento Global Actual. Varias investigaciones actuales y también cilindros de hielo indican al 535 como un año con una atmósfera con alto contenido de azufre. Se han encontrado trazas de iones sulfato, proveniente del ácido sulfúrico producido por una erupción volcánica, en cilindros de hielo extraídos de Groenlandia y la Antártica. Esto confirma la posibilidad que el polvo interceptor de la luz del sol fue consecuencia de un efecto volcánico y pone en duda otra teoría que asocia este fenómeno al impacto de un asteroide o cometa. Debido a que el depósito de nieve ácida entre el 535 y el 540 fue el doble en la Antártica que en Groenlandia, se le tiene como evidencia de que la erupción que oscureció al Sol tuvo lugar en la zona intertropical del hemisferio sur y no en la del norte. Esto es altamente discutible puesto que es el Ecuador Meteorológico o Zona de Convergencia Intertropical la que divide la Circulación Atmosférica en dos Hemisferios y cuya zona límite cambia entre la latitud 0° y poco más de 15°N, según la época del año. Sólo las erupciones volcánicas ocurrentes en el Ecuador Meteorológico pueden dispersar ceniza sobre ambos hemisferios cuando estas son de gran magnitud y alcanzan la estratósfera, la que comienza alrededor de los 15-16 Km en el Ecuador Meteorológico. Por ello, para algunos especialistas, el gran volcán de Indonesia Krakatoa o el Pago de Nueva Guinea, resultan probables culpables de la erupción del 535 dado que tienen historia de súper-actividad volcánica, es decir, son volcanes que pueden producir erupciones con VEI (Volcano Explosivity Index) de entre 6 y 8, siendo 8 el máximo posible. Sin embargo, la búsqueda del probable causante aún continúa con revisiones de fechamientos (ver en cienciorama La erupción del Ilopango) y aplicando técnicas nuevas más precisas en la investigación. Nota basada en el artículo La gigantesca explosión volcánica que oscureció al Sol, produciendo un cambio climatológico global repentino, por Víctor Fuentes C., publicado en la Revista Ciencia Ahora Nº 19, año 10, marzo-abril 2007. Universidad de Concepción, Chile.