INDICE CAPITULO VII: MODELOS E INDICADORES.......................................................................................... 279 Modelistica Macroeconómica en la República Dominicana (I de III)..................................................... 281 Modelistica Macroeconómica en la República Dominicana (II de III).................................................... 289 Modelistica Macroeconómica en la República Dominicana (III de III)................................................... 299 Encuesta de Opinión Empresarial: Herramienta Útil de Medición de Tendencia en República Dominicana............................................... 311 Indicadores de Productividad Laboral................................................................................................... 317 Sistema de Indicadores Líderes Regionales. Importancia de su Implementación en Centro América y República Dominicana.......................................................................................... 321 modelos e indicadores Modelística Macroeconómica en la República Dominicana (I de III) Por Julio G. Andújar Scheker E n los últimos años se ha desarrollado en el país una incipiente literatura orientada a explicar el comportamiento de la economía a través de modelos econométricos. Esta literatura ha contribuido a un mejor entendimiento de la economía a la vez que ha aportado medios más idóneos para la realización de pronósticos de mediano y largo plazo que los utilizados tradicionalmente en la República Dominicana (RD). No obstante estas contribuciones, falta establecer una conexión entre las investigaciones que forman parte de este cuerpo literario y los modelos macroeconómicos construidos por economistas de las generaciones precedentes. Esta serie de artículos, que forma parte de un proyecto de investigación orientado a recopilar, analizar y entender la modelística macroeconómica en la RD en los últimos 40 años, constituye un esfuerzo para establecer esa conexión. Intriligator (1983) define un modelo como la representación simplificada de un fenómeno o proceso con la intención de explicarlo, predecirlo o controlarlo. Los primeros modelos desarrollados en RD contienen poca o ninguna econometría y pueden asociarse a lo que se conoce en la literatura como Modelos Macroeconómicos de Consistencia. La falta de recursos tecnológicos, de capital humano y de capacidad técnica son algunos de los factores que limitan el uso de la econometría de los primeros modelos. A medida que estos factores comienzan a experimentar mejoría, se comienzan a construir Modelos Macroeconométricos como alternativa y en algunos casos, como complemento, de los modelos de consistencia. I. Hacia una Clasificación por Etapas El estudio de la modelística macroeconómica en la RD requiere de una clasificación por etapas que permita el análisis y la comprensión de los distintos modelos en el contexto histórico en Ver Nueva Literatura Económica Dominicana, varios tomos, Banco Central de la República Dominicana. Los Modelos Macroeconómicos de Consistencia asumen diferentes formas. En RD se han construido modelos Keynesianos y Kaleckianos, de Programación Financiera, de Brechas, de Acervo-Flujo y de Insumo-Producto, entre otros. 281 que fueron construidos. Esa clasificación solo es posible mediante un estudio minucioso de los cambios estructurales más importantes acaecidos en la economía durante el periodo de análisis. La estructura de la economía depende, en gran medida, de la estrategia de desarrollo que se adopte en un momento determinado. Entre 1960 y 1990—con sus altas y bajas—RD mantuvo en funcionamiento una estrategia de desarrollo basada en la sustitución de importaciones (ISI). Cardoso y Helwege (1997) identifican algunas características comunes a los regímenes ISI en América Latina. La sobrevaluación del tipo de cambio real con el objetivo de subsidiar las importaciones de insumos de las industrias ISI es una de ellas. Asimismo, las economías ISI en la región presentan altos niveles de protección y un exagerado crecimiento en sectores intensivos en capital (industrias) a expensas de sectores intensivos en mano de obra (agricultura). El control de precios en ciertos mercados y el subsidio de las tarifas de los servicios públicos básicos es otra característica de este tipo de economía. Durante años, RD mantuvo un tipo de cambio fijo y permitió altos niveles de volatilidad en la inflación lo que es consistente con la sobrevaluación real que caracteriza las economías ISI (ver gráficas 1 y 2). Gráfica 1 Banco Central de la República Dominicana 282 Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica Grado de Apertura Económica* de la República Dominicana 100% 95% 90% 85% 80% 75% 70% 65% 60% 55% 50% 45% 40% Tipo de Interés Activo Bancos Comerciales Serie mensual Ene-1980 a Nov-2004 En porcentaje 45 35 30 25 20 Ene-0 4 Ene-02 Ene-00 Ene-98 Ene-96 E ne-92 Ene-90 Ene-88 Ene-86 Ene-84 Ene-8 2 Ene-94 Liberación del mercado en Ene-1991 Ene-80 10 *Coefic. Apert. = (X+M) / PIB En cuanto a la producción doméstica, el cambio estructural de mayor importancia es la reducción de la participación de sectores intensivos en mano de obra (agricultura), inicialmente como un proceso de transferencia a sectores intensivos 40 15 1980-2003 110% 105% 2002 Otros cambios estructurales ocurridos en los sectores financiero y externo refuerzan esta noción de profunda transformación económica. Mientras en el sector financiero se liberalizaron las tasas de interés, en el sector externo se redujeron aranceles y se eliminaron barreras comerciales lo que redujo notablemente la protección efectiva de la economía dominicana. Gráfica 3 2000 Luego de la firma del Acuerdo Stand-By de 1984 con el FMI se abandona el régimen cambiario fijo y se adopta un sistema de flotación manejada, lo que incrementa la volatilidad en el mercado cambiario. En contraste con este aumento en la volatilidad cambiaria, la inflación se hace más estable a partir de la apertura económica de 1990. Estos cambios indican que la estructura económica que se modeló desde la adopción de las políticas ISI hasta su abandono es muy diferente a aquella que se ha modelado a partir de la liberalización de 1990. La apertura de la economía al sector externo se muestra en la gráfica 4, medida a través de la relación exportaciones e importaciones sobre el PIB. Al igual que en los casos anteriores, se observan grandes diferencias entre los años que corresponden a la estrategia ISI y los años posteriores a las reformas de los noventa. Resulta obvio que a partir de la liberalización comercial— impulsada por la reforma arancelaria de 1990— la economía dominicana presenta mayores grados de apertura, lo que obliga al modelador a incorporar el impacto de los choques externos en el comportamiento de los agentes locales. Gráfica 4 1998 Ene-04 Ene-03 Ene-02 Ene-01 Ene-00 Ene-99 Ene-98 Ene-97 Ene-96 Ene-95 Ene-94 Ene-93 Ene-92 Ene-91 Ene-90 Ene-89 Ene-88 Ene-87 Ene-86 Ene-85 Ene-84 0% Ene-83 10% 1996 20% 1994 30% 1992 40% 1990 50% 1988 60% 1986 70% 1984 80% 1982 Serie Mensual Ene-1983 a Oct-2004 En porcentaje 90% El impacto de la liberalización financiera en el comportamiento de la tasa de interés activa promedio de los bancos comerciales se observa en la gráfica 3. En la década de los ochenta, las decisiones de tasas de interés eran una prerrogativa administrativa del Banco Central, por lo que los cambios en esta importante variable se daban de forma discreta. Con la liberalización la tasa de interés activa pasa a ser determinada en el mercado, presentando fluctuaciones continuas y un comportamiento cíclico lo que dificulta la modelación. 1980 Gráfica 2 Tasa de Inflación Anualizada Las variables financieras tienden a ser más volátiles que las variables reales. Por ello, es común que en muchos casos se consideren ruido blanco y/o se modelen de forma no lineal. Oeconomia 283 Breves ensayos sobre Economía y Finanzas en capital (manufactura). En una segunda etapa, tanto el sector primario como el sector secundario de la economía ceden espacio a servicios como Comunicaciones y Hoteles, Bares y Restaurantes, los cuales incrementan su participación en el PIB a partir de los años ochentas. Tabla 1 económicos afectando la capacidad predictiva de los modelos. La pobreza de los datos estadísticos y la falta de herramientas tecnológicas adecuadas (computadoras, programas econométricos etc.) dificultaron el trabajo del modelador. Los modelos más importantes construidos en esta primera fase fueron Cabral (1959, 1962), Ravelo (1966) y Canto (1977). En abril de 1959, Manuel José Cabral (MJC) escribió su tesis de honor en la Universidad de Harvard en la cual presentó un programa de desarrollo para la economía dominicana basado en una descripción del comportamiento de dicha economía a través de un modelo macroeconómico. Este trabajo es ampliado en 1962 mediante la introducción de un modelo econométrico, lo que constituye un hito en la modelización de la economía dominicana. Tomando en cuenta los cambios estructurales que ha experimentado la economía resulta conveniente clasificar la modelización macroeconómica en la RD en cuatro etapas. La primera etapa abarca el período 1960-1977 y en ella se modela una economía que produce y exporta bienes primarios y que presenta las características esenciales de un esquema ISI. La segunda etapa comprende los años entre 1978 y 1986, época en que se comienza una transición hacia una economía de servicios y en la que el esquema ISI muestra los primeros signos de agotamiento. La tercera etapa de modelización incluye los años 1987-1995 en que se completa la transición de una economía ISI altamente intervenida a una mas orientada hacia el mercado. La cuarta y última etapa se enfoca en los modelos construidos a partir de 1996 que cubren una economía reformada en pleno funcionamiento. II. Modelos Macroeconómicos en RD: 19601977 La primera etapa de modelización estuvo condicionada por varios factores. La inestabilidad política hizo más pronunciados los ciclos Este transferencia es consistente con lo observado en Cardoso y Helwege (1997) para América Latina. MJC parte de un análisis de la economía y la política dominicana en el período 1950-1962 como paso previo a la construcción del modelo. Las características más relevantes de esta economía son un incremento sostenido del gasto gubernamental, una balanza comercial mayormente positiva y un crecimiento anualizado superior al 6.0%. Asimismo, MJC resalta que el 70% de la población dominicana en este periodo vivía en áreas rurales y el 60% de la propiedad en el sector industrial era pública. Más aún, 93% de las exportaciones dominicanas estaban concentradas en 5 productos agrícolas y 1 producto minero. Para modelar una economía con estas características, MJC parte de una identidad simple de contabilidad nacional donde el PIB Un dato que revela el ambiente de precariedad en que se realizaron los primeros modelos era la ausencia total de economistas con entrenamiento para hacer modelos. A principios de los años sesenta la carrera de economía apenas comenzaba a impartirse en RD (Despradel, 2005). Un trabajo citado por varios autores y que parece tener relevancia es el de Michael J. Applegate, consultor multilateral y profesor de la Universidad del Estado de Oklahoma, que construyó un modelo para la economía dominicana en 1976. Este modelo, sin embargo, no está disponible y los esfuerzos realizados por el autor de este artículo para conseguirlos resultaron infructuosos. Veáse Cabral (1962), pág. 13. Ibid, pág. 5. Banco Central de la República Dominicana 284 es igual a la suma del consumo privado, el consumo del gobierno, la inversión bruta fija y las exportaciones de bienes y servicios, menos la suma de las importaciones de bienes de consumo y de bienes de capital. Siguiendo la tradición keynesiana, el autor va introduciendo funciones lineales para el consumo privado, el consumo de gobierno, las exportaciones y los dos tipos de bienes importados. El modelo estima inicialmente los coeficientes de estas cinco ecuaciones de comportamiento para el período 1953-64, haciendo énfasis en el análisis de correlación para medir su significancia. Entre sus resultados MJC muestra que el principio de aceleración de Harrod no se cumple y por tanto las necesidades de inversión de la economía, a pesar del crecimiento esperado, aumentan. Otro resultado interesante es que el modelo predice un decrecimiento de la propensión marginal al consumir sin que esto implique un aumento del ahorro.10 El modelo de MJC es un modelo estático que contiene 21 ecuaciones y 21 variables lo que garantiza que hay una solución (Cabral 1962, página 38). Para probar su validez, MJC realiza pruebas dentro de la muestra lo que provee buenos resultados, sobre todo para el consumo y la inversión. Posteriormente, el modelo se utiliza para comparar seis alternativas de políticas y ofrecer recomendaciones al gobierno. Aunque constituye un esfuerzo valioso, el modelo tiene limitaciones inherentes a la época en que fue construido. La pobreza de los datos es obvia y el mantenimiento de coeficientes constantes en el modelo indica que todavía no se había conocido la famosa crítica de Lucas.11 Otro supuesto débil del Para entender a plenitud el trabajo de MJC el lector debe situarse en la época. Dado el grado de desarrollo de las técnicas econométricas y el hecho de que las series utilizadas eran muy cortas como para validar pruebas de hipótesis de los coeficientes, el autor se concentra en el coeficiente de correlación para medir significancia. 10 Este resultado se da por la partida de los Trujillo y las salidas de capitales promovidas por allegados al régimen para evitar la expropiación en un gobierno democrático. 11 La crítica de Lucas resalta la perdida de valor predictivo de modelos cuyos parámetros no cambian a pesar de que en la economía ocurren cambios Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica modelo es la adopción de un coeficiente capital/ trabajo constante, tal y como se tiende a hacer en los modelos de consistencia de brechas. Un modelador prolífico durante esta primera etapa fue Sebastián Ravelo (SR), economista de origen Cubano que vino al país en los años sesenta como consultor de la llamada Tripartita.12 Su trabajo más importante en el periodo, Ravelo (1966), contiene un modelo macroeconómico con el objetivo de elaborar un Plan de Desarrollo para el quinquenio 1967-1971. En Ravelo (1966) se elabora un modelo de consistencia que guarda cierta relación con los modelos de determinación de ingreso de tipo keynesiano.13 Su punto de partida es el enfoque keynesiano del gasto para la determinación del PIB. Al igual que Cabral (1962), SR define relaciones funcionales para el consumo privado, la inversión privada y las importaciones, componentes esenciales de la ecuación de equilibrio inicial.14 Manipulando y sustituyendo estas ecuaciones en el equilibrio inicial, SR obtiene la ecuación (2) que es la esencia de su modelo. Según esta ecuación, el ingreso (Y) depende del financiamiento externo (Se) menos la proporción de ese financiamiento que se consume localmente (Semi); de las exportaciones menos el requisito estructurales. 12 La tripartita es un convenio de tres organismos internacionales (BID, OEA y CEPAL) orientado a profesionalizar el análisis económico en la región en la década del sesenta. Años después, SR realizó carrera académica en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra en Santiago. 13 En los años ochenta SR construyó al menos dos modelos más de la economía dominicana, estos de origen kaleckiano. No debe sorprender la transición del SR de modelos keynesianos a kaleckianos si se tienen en cuenta las similitudes de ambos enfoques durante los años de la Gran Depresión. En este sentido, veáse el prólogo escrito por Joan Robinson en 1974 a Kalecki (1980). 14 Las formas funcionales de SR son diferentes a las de MJC, aunque el proceso de modelación es parecido, pues ambos trabajos parten de una ecuación keynesiana de equilibrio. Más allá de estas similitudes las grandes diferencias entre ambos trabajos radican en el uso de econometría por parte de MJC y la construcción de un modelo teórico de consistencia sin econometría por parte de SR. Oeconomia 285 Breves ensayos sobre Economía y Finanzas mínimo de importación para exportar X(1-mx); y de el cambio en las importaciones para inversión deducido un nivel mínimo de consumo (c-ami).15 Todo este resultado está deflactado por la propensión marginal para financiar importaciones con ahorro interno, representada por la expresión del denominador.16 Con el objetivo de hacer ejercicios de estática comparativa en su modelo, SR realiza la diferenciación total de la ecuación (2), obteniendo la siguiente expresión: En resumen, el crecimiento económico es posible sólo a través de un mayor financiamiento externo neto o de un incremento en las exportaciones netas de insumos importados. La magnitud de este crecimiento dependería del multiplicador que es el inverso de las propensiones marginales a importar y a consumir. El resto del trabajo de SR consiste en variaciones sobre esta fórmula sencilla. Por ejemplo, en un momento se introduce la inversión y el consumo público lo que lleva a la obtención de nuevos multiplicadores. La idea central del modelo es hacer énfasis en la importancia del financiamiento externo para el proceso de desarrollo. En este punto, Ravelo (1966) coincide con los modelos de programación financiera o los modelos de brecha que tratan de identificar faltantes que necesitan ser cubiertos mediante financiamiento.17 Una de las críticas más recurrentes al modelo de brechas financieras es que plantea la existencia de una relación constante entre el crecimiento y la inversión a la vez que afirma que la inversión necesaria para alcanzar una tasa de expansión El nivel de consumo mínimo está representado por c, mientras mi=δMi/ δI, donde Mi son las importaciones de bienes y servicios de inversión e I representa la inversión total. 16 Ver Ravelo (1966), pp. 2. 17 El origen de los modelos de brechas financieras hay que buscarlo en los artículos seminales de Harrod (1939) y Domar (1946) y en el trabajo posterior de Chennery y Strout (1966). 15 determinada puede ser financiada con ayuda externa en una proporción uno a uno (Easterly 1999, pp.3). El modelo de SR puede ser criticado sobre esta base ya que en el mismo, el crecimiento del PIB depende del financiamiento externo para cubrir el exceso de demanda interna creado por el propio proceso de desarrollo.18 En adición, la relación crecimiento-financiamiento externo en Ravelo (1966) depende de las propensiones marginales a importar y a consumir, las cuales se asumen constantes. Este supuesto que proviene del modelo keynesiano tiene sus limitaciones en un enfoque de largo plazo. Canto (1977), el otro modelo de importancia construido en esta primera etapa, consiste en un modelo monetario de balanza de pagos (MMBP).19 Este tipo de construcción teórica se asocia a la economía clásica y resurge a finales de los años sesenta con los trabajos de Mundell (1968), Laffer (1969) y Johnson (1972). El principio detrás de este tipo de modelos es simple: Cualquier política orientada a cambiar el componente doméstico de la base monetaria bajo un régimen de tipo de cambio fijo, será inefectiva porque se generará un cambio de igual o parecida magnitud en el componente externo de dicha base.20 El mecanismo de transmisión de los MMBP se presenta en un esquema sencillo más abajo. Inicialmente, el banco central incrementa la oferta monetaria, lo que genera un exceso de liquidez y una reducción en la tasa de interés. La reducción en la tasa de interés lleva a una salida de capitales que presiona la tasa de cambio hacia arriba y causa una pérdida de reservas. Esta pérdida es equivalente a una reducción de la emisión, lo que hace inefectiva la política monetaria expansiva. Ibid, pp.6. Victor Canto es probablemente el economista dominicano de más alto perfil. Durante casi 10 años fue profesor de la Universidad del Sur de California (USC) y por otros tantos, presidente de A.B. Laffer, Canto y Asociados, firma fundada por Arthur Laffer, reputado economista de la Universidad de Chicago y quién fuera profesor y asesor de tesis de Canto. 20 Ver Canto (1976), pp. 1. 18 19 Banco Central de la República Dominicana 286 En caso de que estas causalidades se cumplan puede comprobarse empíricamente que en una economía con tipo de cambio fijo la política monetaria es endógena. Por consiguiente, una forma de probar el modelo monetario de Balanza de Pagos es estimando una función de demanda de dinero que dependa de unas pocas variables. Los residuales de esta regresión serían el flujo excesivo en el mercado monetario, lo que explicaría la variación en la balanza de pagos. Precisamente, este es el enfoque que adopta Canto en su modelo. Al concentrarse en la estimación de una demanda de dinero, Canto (1977) es más un modelo de mercado de activos que un modelo macroeconómico. No obstante esta limitación, como se explica a continuación, partiendo del mercado de dinero se puede hacer un análisis bastante completo del comportamiento de la economía. El modelo de Canto fue construido para responder a una situación particular ocurrida a principios de los años setenta. Con el objetivo de mejorar el deterioro de la balanza comercial dominicana y la pérdida de reservas que estaba experimentando, el Banco Central aprobó regulaciones orientadas a controlar la adquisición de moneda extranjera. Canto utiliza su modelo para estudiar mediante un análisis econométrico, el impacto de estas regulaciones en la balanza de pagos, en la balanza comercial, en la cuenta de capital, en el mercado cambiario y en la inflación. Las primeras dos ecuaciones del modelo de Canto intentan medir el impacto de la política monetaria en la Balanza de Pagos. Los resultados obtenidos se resumen en las ecuaciones (4) y (5) que estiman una regresión lineal simple donde las reservas internacionales (IR) (solas o como proporción del PIB) son determinadas por el exceso de flujos monetarios (EM) que se obtiene de los residuales de la ecuación de demanda de dinero. Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica En ambos resultados los coeficientes son significativos y se comprueba la hipótesis de que la política monetaria dominicana, bajo tipo de cambio fijo, es endógena. Para estimar el impacto de las nuevas regulaciones en la balanza comercial, Canto adopta el enfoque de absorción de Alexander (1952), en la versión más moderna de Laffer (1974) y estima dos regresiones lineales donde la balanza comercial depende de EM o de g, que se define como el diferencial de crecimiento entre la economía dominicana y la de su principal socio comercial, Estados Unidos. Contrario a lo ocurrido en las ecuaciones (4) y (5), los resultados no son significativos, aunque se llega a la conclusión de que el aumento de la demanda generada por una política monetaria expansiva deteriora la balanza comercial y, por tanto, las nuevas regulaciones agravarán aún más el problema de las cuentas externas. En lo adelante, Canto (1977) estima ecuaciones lineales simples para medir el impacto de EM sobre la cuenta de capital, el tipo de cambio y la inflación. El resultado más interesante para el momento que se realizaron las mediciones se observa en el impacto sobre la inflación. Canto concluye que la inflación dominicana, bajo el esquema de las nuevas regulaciones, será importada en su totalidad y no de origen monetario. Los datos estadísticos utilizados en las estimaciones de este modelo abarcan el periodo 1961-1974 y al igual que en otros trabajos de la época se cuestiona la validez de las series. Una de las críticas que se les hace a los datos es que los mismos están deflactados al año 1962, el cual fue muy inestable para la economía dominicana. Referencias Alexander, Sydney (1952), “Effects of a Devaluation on a Trade Balance”, IMF Staff Papers, 2, 263-78, Washington D.C. Oeconomia Breves ensayos sobre Economía y Finanzas Cabral, Manuel José (1959), An Economic Development Program for the Dominican Republic based on a Description of the Dominican Economy, Honors Thesis, Harvard University, Cambridge, Mass. (1962), Design and Application of a Macroeconomic Planning Model for the Dominican Republic with Related Planning Steps, Institute of Social Studies, The Hague, The Netherlands. Canto, Victor (1977), “An Application of a Simple Short Run Macroeconomic Model to Interpret Economic Activity in the Dominican Republic for the Period 1961-1975”, Mimeo, Central Bank of the Dominican Republic. 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Entorno Interno y Externo (1978-86) Hacia finales de los años setenta dos eventos afectaron sensiblemente la economía dominicana. Por un lado, el traspaso del poder político como consecuencia de los resultados de las elecciones presidenciales de 1978, marcó el inicio de una etapa de mayor estabilidad social y política. Por otro lado, el choque petrolero de 1979 contribuyó al incremento de los petrodólares, creando la base para el aumento del financiamiento de la banca privada a los países de América Latina y eventualmente, para la crisis de la deuda de los años ochenta. En una coyuntura dominada a lo interno por los cambios políticos y sociales y a lo externo por el fuerte choque petrolero y la gestación de la crisis de la deuda, el nuevo gobierno adoptó una política de expansión del gasto corriente con el objetivo de incrementar la demanda de bienes y servicios y generar incentivos para un aumento en la producción. Esta política de corte keynesiano se conoció como el modelo de demanda in-ducida.1 El entorno externo desfavorable, conjuntamente con la expansión fiscal producto de la política de demanda inducida, aumentó las presiones inflacionarias al final de la década. 289 Gráfica I Gastos Corrientes RD Millones de RD$ Además de las influencias del entorno interno y externo antes descrito, se observó durante la segunda etapa un uso intenso de la planificación de mediano y largo plazo en la modelación. Esta influencia representó un signo de los tiempos, ya que aún se mantenía vigente el paradigma del Estado Benefactor y se guardaba un espacio importante para el gobierno en la economía. Gráfica II Tasa de Inflación Anualizada 1970-1981 Esta segunda entrega de la investigación discute siete trabajos elaborados durante el periodo que nos ocupa: Ravelo (1980); Brito et al (1981); McCarthy (1984); Ravelo y Gómez (1984); Ruffat et al (1984); García Huidobro et al (1985); y CearaHatton (1985). Estos trabajos tienen en común la matematización de relaciones ma-croeconómicas que parten de una construcción teórica de origen keynesiano. En esta segunda etapa se observa un uso más frecuente de técnicas econométricas aunque todavía predominan los modelos contables o de consistencia. Las instituciones multilaterales continúan jugando un rol de primera línea en la Banco Central de la República Dominicana 290 Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica construcción de modelos. No obstante esto, se advierte un incremento en el capital humano de los economistas dominicanos, quienes dan pasos de avance en cuanto al uso de mejores técnicas de estimación. En los párrafos siguientes se entra en el detalle de cada uno de los modelos poniendo especial atención en aspectos claves como: la ecuación original de la que parte cada modelo; la ruta crítica que sigue cada autor para construir otras relaciones funcionales; las principales influencias la forma de construcción del modelo; la forma de estimación; los principales resultados; y los aportes más originales del modelo. IV. Modelos Macroeconómicos en RD (1978-86) IV.1 Sebastián Ravelo y el Plan Trienal El primer modelo, Ravelo (1980), es un modelo post-keynesiano que estudia la fase analítica de un plan de inversiones, hecho público por la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN). El principal aporte del autor es la crítica que hace del Plan Trienal de Inversiones, basado en los resultados de su modelo de consistencia macroeconómica. Con esta forma de encarar el análisis crítico del plan, Sebastián Ravelo (SR) se aleja de la tradición arraigada en los eco-nomistas dominicanos de criticar los planes gubernamentales basados en la ponderación de relaciones muy simples.2 El Plan Trienal de Inversiones estima la tasa de crecimiento de la economía con un modelo kaleckiano de medición del gasto del capital. SR, por su parte, contrasta los resultados del plan con un esquema teórico basado en Nasilorowski (1974). Ravelo (1980) parte de una identidad que iguala el crecimiento del producto interno bruto (r) a la suma de las tasas de crecimiento de la productividad laboral (a) y el empleo (b). (1.1) Utilizando datos de ONAPLAN, el modelador calcula un crecimiento de la productividad laboral de 2.4% en 1981-83. Luego estima el crecimiento potencial per cápita asumiendo una tasa de crecimiento de la población de 7.8% durante esos tres años. En un tercer y último paso compara los resultados de su modelo con los de ONAPLAN y realiza algunas precisiones sobre el crecimiento no proveniente de la inversión y la obsolescencia del factor capital, variables relevantes en los modelos kaleckianos. SR llega a la conclusión de que para los años que abarca el plan, el crecimiento debe basarse en un aumento en la productividad y no en un crecimiento vegetativo de las contrataciones. La implicancia primera de esta conclusión es que se hace necesaria la formación, especialización y capacitación del recurso humano. El resto del documento vuelve sobre el plan de forma tal que es irrelevante para los fines de este análisis. IV.2 Econometría y Planificación en el ILPES La marcada tendencia a la planificación se observa también en el segundo modelo, construido por Brito, Veloz y Thelusma (BVT) en 1981 en el Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social (ILPES). BVT elabora un plan para el período 1980-1985, partiendo de los resultados obtenidos con un modelo de 23 ecuaciones y 23 incógnitas, el cual es estimado por los autores con técnicas econométricas. El modelo de BVT parte del enfoque keynesiano que estima la producción por el lado del gasto. A diferencia de otros modelos que tienen este mismo punto de partida, los autores separan variación de existencias, S(t), e inversión bruta Ib(t), tal y como se observa en la ecuación 2.1. Los restantes componentes de dicha ecuación son: Vb(t) o el producto interno bruto; Cp(t) y Cg(t), el consumo privado y del gobierno; y X(t) y M(t), las exportaciones e importaciones de bienes y servicios. Vb(t)=Cp(t)+Cg(t)+Ib(t)+S(t)+X(t)-M(t) (2.1) A partir de esta ecuación inicial se construyen las relaciones funcionales comunes en la tradición Oeconomia 291 Breves ensayos sobre Economía y Finanzas keynesiana para variables como el consumo privado, el ingreso disponible o el ingreso neto. Una vez se tienen estas relaciones funcionales, se utiliza la igualdad entre ahorro bruto e inversión bruta más variación de existencias, para derivar la ecuación 2.2. Esta ecuación presenta la inversión bruta como función del multiplicador de las importaciones de capital (mk) y de la absorción de la economía (H). El proceso de estimación del modelo es como sigue. Cg, Ix y X, variables exógenas del modelo, se proyectan con su tendencia histórica3. Los parámetros de nueve ecuaciones, en su mayoría propensiones marginales y elasticidades, se determinan con regresiones simples utilizando el método de Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO). Los resultados de estas estimaciones se analizan en base al coeficiente de determinación (R2) y a indicadores que verifiquen la existencia de problemas en la estimación, como es el caso del indicador de Durbin-Watson para autocorrelación.4 Con las variables exógenas y los parámetros estimados se determinan las variables endógenas del modelo. En resumen, el modelo es ambicioso y desde el punto de vista de la aplicación de técnicas econométricas es el trabajo más intenso desde Cabral (1962). Este es quizás su mayor aporte. En cuanto a los resultados que se derivan de la estimación del modelo macroeconómico para el período 1980-1985, llama la atención el requerimiento de una mayor intervención estatal en los asuntos económicos y la propuesta de generar un sistema de incentivos que promueva el desarrollo fuera de la ciudad capital. IV.3 McCarthy y la Matriz de Contabilidad Social Otra institución multilateral, el Banco Mundial, fue responsable de la elaboración del tercer modelo construido durante la segunda etapa. McCarthy (1984) construyó un modelo cuyo objetivo era evaluar alternativas de políticas para el primer lustro de los años ochenta. En ese contexto, el modelo toma como base un análisis exhaustivo de la situación macroeconómica en 1979-82, el cual muestra que los elementos de mayor influencia en la economía durante esos años fueron el incremento sostenido de los precios del petróleo y la desaceleración mundial. El impacto total del choque externo generado por estos factores ascendió a 8.8% del PIB. La gráfica más abajo confirma esta percepción ya que se observa un deterioro en los términos de intercambio de 3.7% y en el valor de las exportaciones de 3.1%, con respecto al PIB. Impacto del Choque Externo en RD 1979-1981 (% del PIB) McCarthy (1984) tiene como objetivo estimar tres escenarios para discutir alternativas de políticas. El primer paso es la construcción de una base unificada de datos representada por una matriz de contabilidad social (SAM). En base a esta matriz, que constituye una especie de fotografía de la economía en 1980, se modelan posibles escenarios para la economía dominicana en el período 1981-1983. Una matriz de contabilidad social, como la desarrollada en el modelo de McCarthy, es un instrumento que divide arbitrariamente las variables en exógenas y endógenas con el objetivo de estimar multiplicadores que relacionen a dichas variables. Estas matrices se han utilizado en el estudio de temas como el desarrollo de estrategias de crecimiento, la redistribución del ingreso, la política fiscal y el flujo circular de la economía (Roland-Holst, 1995). Banco Central de la República Dominicana 292 La matriz base en McCarthy (1984) tiene una estructura de cuatro sectores (agricultura, manufactura, construcción y servicios), dos instituciones (pública y privada), tres cuentas de capital (privada, gubernamental y de depre-ciación) y dos cuentas financieras (doméstica y externa). De esta matriz, se parte para hallar las identidades básicas de la economía. Una vez se construyen estas identidades se desarrolla el modelo con un esquema muy simple. En un primer paso, se determinan como variables exógenas la inversión, las exportaciones y el consumo. Una vez se tienen estos valores se obtiene una demanda final, que bajo ciertas restricciones tecnológicas arroja un producto final. En un segundo paso, se forman los precios como función de las variables exógenas precios de exportaciones, de importaciones y de los factores de producción. Una vez estimados los precios y el producto final, se obtiene un valor agregado y eventualmente, un ingreso para la economía. A partir de este momento el modelo interactúa hasta que el ahorro es exactamente igual a la inversión. Finalmente, se calculan (la cuenta corriente, el modulo de deuda y las necesidades de financiamiento). El escenario base que resultó de correr el modelo predijo para los años 1984 y 1985, crecimientos respectivos de 0.3% y 1.5%. Asimismo, para el final de la década estimó un crecimiento de 3.4%. El escenario optimista, por otro lado, arrojó crecimientos de 2%, 3.5% y 6% en esos mismos años. Un último escenario (pesimista) dio como resultado crecimientos de -1.6%, 0.0% y 1.7% en los tres años analizados. El escenario pesimista fue el que mejor predijo lo que iba a ocurrir al cierre de década, mientras el escenario optimista predijo con errores tolerables los crecimientos de 1983 y 1984. IV. Ravelo, Gómez y el Debate sobre la Estructura Económica A mediados de los años ochenta hubo un debate intenso sobre cual era la verdadera estructura de la Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica economía dominicana. La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) participó en ese debate, financiando una investigación destinada a realizar “un diagnóstico cabal de la economía dominicana” (Ravelo y Gómez, 1984, pp.35). Esta investigación contiene el cuarto modelo analizado en este trabajo. El estudio de los profesores Sebastián Ravelo (SR) y Neisy Gómez (NG) busca desarrollar un mecanismo para obtener la estructura productiva global y sectorial de la economía a través de un análisis en tres etapas: antecedentes históricos; diagnóstico; y diseño de políticas alternativas. Para los fines de este artículo, la tercera parte, que contiene el desarrollo del modelo, es la más relevante. Para comprender el modelo, sin embargo, hace falta comentar algunas de las conclusiones a las que SR y NG llegaron en su análisis de la primera parte, los antecedentes históricos. La conclusión de mayor importancia en ese análisis es el poco valor práctico que los autores encuentran en las estadísticas para fines del modelo. Esta debilidad estadística se justifica en aspectos como: a) la ausencia de un cálculo directo del valor agregado de los sectores;5 b) el desfase existente en las tablas de insumo-producto que sirven de base para el cálculo de los coeficientes técnicos utilizados en la estructura del valor agregado; c) la inversión por sectores, cálculo prácticamente inexistente; d) la forma como se estiman las variaciones de existencias;6 y e) la estimación del consumo privado como una cuenta residual. La debilidad de las estadísticas llevó a los autores a diseñar un modelo diferente al que originalmente habían concebido. En ese sentido, se busca una estructura que utilice principalmente los datos más confiables, de acuerdo al análisis histórico. El modelo desarrollado es de corte Post-keynesiano y utiliza técnicas marginales desarrolladas por SR partiendo de un estudio que modela la economía cubana de los años cincuenta.7 Cuatro ecuaciones representan la base del modelo: Oeconomia 293 Breves ensayos sobre Economía y Finanzas La primera ecuación define el ingreso como función del nivel de empleo en la economía. La segunda ecuación (4.2) conecta ingreso y capital. La tercera ecuación (4.3) define una relación capital-trabajo y la cuarta (4.4) vincula el ingreso a la inversión. Partiendo de estas ecuaciones se construyen relaciones funcionales para el crecimiento del producto y el crecimiento de la productividad del trabajo. La fuente de los datos de empleo es la información censal de 1960, 1970 y 1981. Como se puede inferir, el foco de atención del análisis de SR y NG es el empleo. Entre los resultados claves del modelo se puede mencionar el hecho de que la relación capital-trabajo se mantiene inalterada en las décadas del sesenta y del setenta. Asimismo, se observa un mayor aceleramiento del PIB en los años sesenta con respecto a los setenta como resultado de factores tecnológicos y no del crecimiento vegetativo del empleo. IV. BID: Un Modelo Estructural más allá de los Datos El quinto modelo construido durante la segunda etapa es Ruffat et al (1984), una construcción teórica patrocinada por la División de Estudio de Países del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ruffat et al (1984) es un modelo ma-croeconométrico estructural keynesiano en línea con el trabajo desarrollado por el Premio Nóbel de Economía de 1980, Lawrence Klein. Klein (1946) y Klein y Goldberger (1955) construyeron los primeros modelos macroeconométricos estructurales de la economía estadounidense. Como todo modelo estructural, los construidos por estos autores buscaban realizar proyecciones macroeconómicas, analizar e interpretar la información estadística a la luz de la teoría económica. Desde su aparición, los trabajos de Klein ganaron aceptación y se generalizaron como el mecanismo ideal para realizar proyecciones en los años cincuenta y sesenta, tanto en el gobierno como en las academias.8 En los setenta y ochenta, sin embargo, este tipo de modelo se vio sujeto a fuertes críticas, sobre todo luego de la publi-cación de los trabajos seminales de Lucas y Sims.9 A partir de entonces, los modelos estructurales fueron sustituidos o complementados por modelos más simples de series de tiempo que tienen poca o ninguna teoría en su construcción. Ruffat et al (1984) es un modelo con todas las virtudes y defectos que tenían los modelos a la Klein de entonces. Es decir, es un modelo plausible de las críticas de Lucas (estabilidad de los parámetros) y Sims (dificultad de proyectar variables exógenas). Más aún, el modelo resulta en exceso ambicioso para la disponibilidad de series económica en la República Dominicana de los años ochenta. El modelo de Ruffat et al mantiene una estructura coherente, formada por identidades y ecuaciones de comportamiento divididas en ocho grandes bloques: 1) gobierno; 2)PIB por las fuentes; c) PIB por el uso; 4) monetario; 5) precios y deflactores; 6) balanza de pagos y deuda externa; 7) precios internacionales; 8) ingreso nacional y empleo. La estructura de esos bloques no es muy diferente a la de otros modelos expuestos en este trabajo, como es el caso de McCarthy (1984). Por esta razón, preferimos no entrar en detalles sobre la elaboración de este esquema. En la siguiente entrega, sin embargo, abordaremos dos modelos de tipo estructural que presentan resultados interesantes para la economía dominicana. IV. PREALC y el Modelo Macro del Empleo El sexto modelo construido en este periodo fue elaborado a través del Programa Regional para el Empleo en América Latina y el Caribe (PREALC) de la Organización Internacional del Trabajo. García Huidobro et al (1985) contiene un modelo de corto plazo, orientado a estimar el impacto de ajustes estructurales en la economía dominicana sobre el empleo, el desempleo y el sub-empleo urbano. En este sentido, el modelo de PREALC, aunque exhibe Banco Central de la República Dominicana 294 algunas estimaciones econo-métricas, retiene las características básicas de un modelo de consistencia, más interesado en simular impacto de políticas que en proyectar variables de mediano y largo plazo. García Huidobro et al (1985) es un modelo de ecuaciones simultáneas que incluye seis grandes bloques sectoriales: externo; monetario; fiscal; formación de precios; gasto agregado real; y empleo. No obstante la simultaneidad del modelo, cada ecuación se estimó independientemente con el método de MCO, asumiendo estabilidad paramétrica. La estabilidad paramétrica del sistema de ecuaciones de los modelos estructurales de proyección es precisamente el origen de la famosa Crítica de Lucas. De acuerdo a Lucas (1976) el análisis basado en reglas de decisión defectuosas producirá proyecciones condicionales defectuosas. Para enfrentar la limitación impuesta en el modelo por el supuesto de estabilidad paramétrica, los autores realizan varias corridas del modelo, lo que permite obtener información sobre la real sensibilidad de las variables a los choques externos. Con estos ejercicios se otorga validez al modelo como instrumento para el diseño de las programaciones fiscal, monetaria y externa. El bloque externo en García Huidobro et al (1985), proyecta la capacidad de importar en el país (MRE) como función de las estimaciones de ingresos de exportación (XBS0ABPX0), endeudamiento externo (ENDEX0), uso de reservas (DREG0) e ingresos netos de factores del exterior (YEX0). Estas variables se corrigen por el tipo de cambio y se deflactan a precios de 1970, tal y como se presentan en la siguiente ecuación: En el bloque externo se incluyen además, una ecuación que restringe las importaciones corrientes al monto establecido en la ecuación 6.1 de capacidad para importar. Asimismo, se calcula una ecuación de comportamiento de las importaciones de bienes Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica y servicios para determinar econométricamente la elasticidad de las importaciones con respecto al producto. El bloque monetario contiene cuatro ecuaciones que reproducen un programa monetario consolidado a través de las fuentes y usos del sistema bancario. Su punto de partida es una ecuación que estima el incremento posible del crédito al sector privado, dadas las proyecciones de uso de reservas, oferta y demanda de dinero y otras operaciones activas y pasivas del sistema bancario. Se toma en cuenta además, la tasa de interés regulada por la autoridad monetaria. El bloque fiscal, por otra parte, toma como punto de partida el balance de financiamiento interno del gasto corriente consistente con las variables relevantes del programa monetario y presenta ecuaciones de comportamiento para la inversión pública, la programación fiscal del gobierno central y el consumo del gobierno general. En el cuarto bloque, la formación de precios es autónoma y se establece bajo el supuesto de economía pequeña y abierta con tipo de cambio fijo. Es decir, los precios externos son el determinante principal en la formación de precios. El quinto bloque que representa al sector real, al igual que en otros modelos aquí descritos, comienza en el enfoque keynesiano del gasto y se diluye en formas funcionales keynesianas para el consumo, el ingreso y otras variables.10 El último bloque del modelo, el bloque del empleo, parte de una ecuación de oferta de trabajo para el año corriente y pasa por las relaciones funcionales que determinan el empleo urbano total, el empleo urbano privado y el empleo urbano del gobierno. Dos aspectos dificultan el trabajo del modelador: la complejidad para la realización de pronósticos de las variables exógenas y las dificultades de acceso a información reservada para la realización de política de corto plazo.11 A este último punto se refieren los autores cuando argumentan que el difícil acceso a la información fue Oeconomia 295 Breves ensayos sobre Economía y Finanzas la razón principal que los llevó a resultados fallidos de algunos ejercicios de proyección basados en el modelo. Según García Huidobro et al, “este tipo de ejercicios (proyección con modelos) solo puede efectuarse al interior de los centros de decisión económica que manejan dicha información”.12 IV. Ceara Hatton: Modelando con Distribución del Ingreso El séptimo y último modelo, Ceara Hatton (1985), tiene su origen en el debate existente a mediados de los años ochenta sobre las bondades y defectos de las estrategias de desarrollo hacia adentro (sustitución de importaciones) o hacia fuera (promoción de exportaciones). Miguel Ceara Hatton (MCH) construye un modelo macroeconómico de consistencia para de-mostrar que estas estrategias más que ex-cluyentes, son complementarias.13 Este modelo forma parte de una trilogía de trabajos que construyen marcos analíticos para estudiar el problema macroeconómico dominicano (MCH, 1982 y 1983). El modelo que aparece en Ceara Hatton (1985) establece formas específicas para el consumo doméstico y el consumo externo, las cuales determinan el producto, el ahorro, las ganancias y otras variables económicas. Se asume la existencia de una economía agro-exportadora en un proceso ISI que abarca dos etapas. En la primera etapa, se sustituyen bienes finales de tecnología simple y en la segunda etapa, se reduce el coeficiente de importación de la economía. MCH supone además, que después de más de 20 años de estrategia ISI, RD se encuentra en la segunda etapa del proceso. El modelo parte de las identidades 7.1 y 7.2, las cuales estiman el producto por un lado, a través de las contribuciones de los trabajadores (CW) y los capitalistas (CK), la inversión (I), las exportaciones (X) y las importaciones (M) y por otro lado, a través del salario (w), los precios (p). De estas dos ecuaciones el modelo evoluciona asumiendo que M es igual a CK más I, por lo que el producto doméstico es la sumatoria de CW y X. Otro supuesto es que los trabajadores consumen todos sus ingresos y que los salarios son una proporción b del ingreso mensual. Con estos supuestos, el nivel de actividad económica termina dependiendo de las exportaciones y de la distribución del ingreso entre capitalistas y trabajadores. La inclusión de la distribución del ingreso como parte del modelo es, en nuestra opinión, la contribución más importante del trabajo de MCH. El modelo concluye identificando cuatro etapas que debe agotar una economía que opera bajo una estrategia ISI. En la primera etapa, la elasticidad ingreso de las importaciones es mayor a 1 y la estrategia genera un deterioro en las cuentas externas y en la distribución del ingreso. Este deterioro va cediendo gradualmente en la segunda y tercera etapa. En la cuarta y última etapa, la elasticidad se vuelve menor que 1 y ocurre una redistribución del ingreso que favorece a los trabajadores. MCH considera que en esta cuarta etapa es cuando se debe intensificar la promoción de exportaciones. De aquí que ambas estrategias sean complementarias. Referencias Andujar Scheker, Julio G. (1994), Análisis Crítico de la Reforma Tributaria de 1992, Tesis de Maestría, Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras, P.R. Boamah, Daniel O (1980), “Reseña Crítica de Algunos Modelos Macroeconométricos del Caribe”, Ponencia Reunión de Técnicos de Bancos Centrales del Continente Americano, Bogotá, Colombia. 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Modelística Macroeconómica en la República Dominicana III de III Por Julio Andújar Scheker D urante el periodo 1987-1996, el cual comprende la tercera etapa de nuestra antojadiza clasificación histórica de la modelización macroeconómica dominicana, se observó una baja actividad en términos de construcción de modelos. El primer trabajo de importancia sobre el tema, Pellerano (1990), contiene los detalles de un proyecto comprehensivo de modelización que nunca fue concluido. A pesar de que este trabajo quedo incompleto y nunca fue retomado por los autores, la forma en que se diseñó y organizó el desarrollo de un sistema que interpretara correctamente la estructura de la economía dominicana y que sirviera para simular políticas o proyectar algunas variables de importancia, nos llevó a incluirlo entre los modelos que forman parte de esta revisión. Ceara (1992), el segundo modelo analizado en esta etapa, completa una trilogía que tiene como punto común el uso de técnicas Post-keynesianas en la construcción teórica. Martí y González (1995), Martí y Gutiérrez (1996) y Martí (1997) comprenden pequeñas variaciones sobre el mismo tema, la aplicación del modelo de brechas al análisis del comportamiento macroeconómico dominicano. Otro modelo que forma parte de esta revisión, Reyes y Tejeda (1995), desarrolla una matriz insumoproducto para estudiar el impacto de la apertura en la economía dominicana. Por último se analiza Prazmowski (1996), un modelo econométrico estructural que incorpora técnicas modernas como la cointegración y el mecanismo de corrección de errores a la modelización macroeconómica. V. Modelos Macroeconómicos en RD (1987-96) V.1 Pellerano et al: Un Proyecto Inconcluso A fines de los años ochentas, un grupo de economistas dominicanos encabezados por Fernando Pellerano (FP) recibió respaldo financiero del Gobierno de Canadá para un proyecto de elaboración de un modelo macroeconómico aplicado a la República Dominicana. Pellerano (1990) relata esta experiencia 299 explicando los obstáculos que se enfrentaron en la construcción y funcionamiento del modelo. En resumen, las labores se concentraron en tres grandes áreas: a) la recolección y procesamiento de las series históricas de la República Dominicana para la construcción de un banco de datos; b) la elaboración de un sistema de identidades contables que formarían parte del modelo; y c) la especificación del modelo conjuntamente con la estimación de los parámetros correspondientes. Las dos primeras áreas de trabajo fueron completadas, pero problemas con los datos y la perdida del financiamiento evitaron que se realizaran las estimaciones econométricas de los parámetros. Al igual que en Ravelo y Gómez (1984), el tiempo dedicado por los modeladores a la reconstrucción estadística y al diseño de una estructura contable evitó que el modelo fuera desarrollado como fue inicialmente concebido. Cabe resaltar que la estructura contable en el modelo descrito en Pellerano (1990) era aún más importante ya que el objetivo de los modeladores era montar sobre dicha estructura un marco flujo-acervo de contabilidad macroeconómica. Pellerano (1990) se construye fuera de la tradición clásica y aún de la misma síntesis keynesiana siguiendo la tradición de autores que ven el contexto institucional de estos modelos como esencialmente débil. El modelo es un ejercicio dinámico que toma como punto de partida ciertos niveles de acervo para variables claves en un periodo t0. En el periodo siguiente, una serie de flujos exógenos generan constante variaciones en ese acervo. Al cierre del siguiente año contable la economía alcanza nuevos niveles de acervo los cuales son consistentes con los resultados obtenidos en los diferentes sectores que incluye el modelo. El marco de consistencia flujo-acervo es una respuesta al análisis de contabilidad nacional tradicional que sigue los lineamientos de modelos tipo IS-LM. Este marco construye matrices basado en el principio de consistencia entre los acervos de las hojas de balance (activos y pasivos) y los flujos (ingresos y gastos) de diferentes sectores de la economía (Patterson y Stephenson, 1988). Taylor (2004) cita como trabajos alternativos a esta tradición a Stone (1966), Tobin (1980, 1982), Godley y Cribbs (1983) y Godley (1996, 1999). Banco Central de la República Dominicana 300 Durante el primer año de trabajo, el equipo de modeladores realiza ajustes de importancia a las cifras estadísticas de consumo, de inversión y del sector externo, entre otras. Una vez finalizados estos ajustes, se definen las identidades macroeconómicas y las ecuaciones de comportamiento que serán parte del modelo flujo-acervo. El modelo teórico incluye 90 variables, 75 de las cuales son endógenas. De este último grupo, 27% de las variables se determinan a través de ecuaciones de comportamiento. Las ecuaciones de comportamiento del modelo descrito en Pellerano (1990) se basan en Godley (1989). Su diseño se realiza con la intención de alcanzar una solución y realizar simulaciones con el paquete econométrico Modler. Las ecuaciones de comportamiento abarcan al PIB nominal y real, los precios y las cantidades, la inversión privada y gubernamental, las cuentas del gobierno, las cuentas del sector externo, los inventarios y las ganancias de capital, el desempleo y el salario y el comportamiento externo agregado. Las identidades siguen la tradición Post-keynesiana. La estimación de los parámetros de este modelo es una tarea pendiente que quizás nunca será retomada por los modeladores. La experiencia de trabajo, sin embargo, sirvió como base para el desarrollo de nuevos modelos en la tradición Post keynesiana de flujos y acervos, lo que constituye una alternativa válida a los modelos estructurales keynesianos que siguen el análisis convencional de determinación del ingreso basado en la contabilidad nacional. V.2 Ceara-Hatton: Modelando la Distribución del Ingreso, Parte II Partiendo del supuesto de que el financiamiento interno de la inversión y el desarrollo es ilimitado, Miguel Ceara Hatton (MCH) construye un modelo donde se asume que la única brecha importante en la economía es la brecha externa. El factor clave que permite un financiamiento interno ilimitado de la inversión y el desarrollo es la distribución Modler es un paquete econométrico elaborado por en la tradición de Wharton para la Compañía Alphametrics. Pellerano (1990) es quizás el único proyecto de modelo en RD donde se ha sido utilizado. Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica del ingreso. Este tema, recurrente en los trabajos de MCH, es tratado en el modelo actual a la luz de los trabajos de Kaldor (1973), Kalecki (1980) y Taylor (1989). De forma elegante, el autor construye un modelo de dos brechas tipo programación y lo vincula a la tradición Post-keynesiana incorporando la distribución del ingreso. MCH construye su modelo en un momento de transición en la economía dominicana. Luego de finalizada la tumultuosa década de los ochenta, se adoptó un programa de políticas en consonancia con el llamado Consenso de Washington. En este ambiente de políticas pro-mercado, Ceara (1992) llama la atención sobre problemas estructurales claves como la deuda externa y el desempleo. En el año 1990, la deuda pública externa superaba el 80% del Producto Interno Bruto (PIB). El desempleo, por otro lado, excedía 20% y presentaba una tendencia ascendente que se había mantenido por más de una década (gráficas 1 y 2). Gráfica I Deuda Pública Externa como Porcentaje del PIB 1990-2005 81% 62% 50% 47% 37% 33% 36% 29% 24% 22% 21% 19% 34% 19% 21% 21% 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 30.0 25.0 20.0 15.0 10.0 5.0 1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 Oeconomia Breves ensayos sobre Economía y Finanzas 301 Con el objetivo de estudiar la vinculación entre deuda externa y empleo, MCH elabora un modelo de consistencia macroeconómica con cinco grandes bloques: Empleo, ahorro externo, financiamiento de la inversión, distribución del ingreso y financiamiento interno. El modelo se basa en Frenkel y Rozenwurcel (1990) con mínimas adaptaciones al caso dominicano, sobre todo en lo referente a la introducción del empleo en la construcción teórica. ingresos bajos para fomentar el ahorro de la clase de ingresos altos. Por esta razón, el ahorro interno lleva a un deterioro en la distribución del ingreso. El primer bloque se centra en la determinación del crecimiento como función del empleo. Se parte de la programación de una meta de desempleo que tiene implícito un crecimiento de la Población Económicamente Activa (PEA). Esta meta, conjuntamente con un supuesto de tasa de productividad, permite obtener el empleo y posteriormente el crecimiento. Una vez se tiene la tasa de crecimiento necesaria para alcanzar la meta de desempleo se calcula la inversión necesaria para ese crecimiento y se pasa al tema de cómo será financiada. El problema del desempleo es el primero en ser abordado en las simulaciones del modelo. MCH se pregunta que tendría que ocurrir en la República Dominicana para reducir el desempleo de 20% en 1990 a 15% en el año 2000. Igualmente se hace otras preguntas como que debería ocurrir para mantener esa tasa en 20% o reducirla a 10 por ciento. El ahorro externo es clave para determinar el ahorro interno que finalmente financiará la inversión. Para calcular el ahorro externo se proyectan las trayectorias que seguirían las importaciones y las exportaciones durante el período de interés. Mientras la primera depende de la elasticidad ingreso de las importaciones, la segunda se estima como una función del crecimiento del PIB. Una vez se tiene el ahorro externo, se calcula el ahorro interno necesario para financiar la inversión por diferencia. Esta estimación se realiza en el tercer bloque del modelo. El ahorro interno, por su parte, es un componente clave del bloque de distribución del ingreso. Al igual que en Frenkel y Rozenwurcel (1990), el ahorro interno depende de la propensión marginal al consumir (PMC), la cual se reduce en la clase de Frenkel y Rozenwurcel (1990) analiza la crisis de la deuda y su impacto en cinco grandes economías latinoamericanas. El consenso entonces era que la solución de la crisis pasaba por la implementación de una estrategia de promoción de exportaciones. Estos autores demuestran que esa estrategia solamente sería viable con un gran ahorro interno lo que a su vez afectaría la distribución de ingreso en esas economías. El quinto y último bloque de ecuaciones corresponde al financiamiento externo y se enfoca en el servicio de la deuda como proporción del acervo total de deuda y del crecimiento económico. Este servicio de deuda es un determinante clave de la brecha comercial externa. Según los resultados de las simulaciones, reducir la tasa de 20% en 1990 a 15% en 2000 implica, bajo ciertos supuestos, la creación de 944,000 empleos. Asumiendo una tasa de productividad laboral de 1% promedio anual, una relación capital-producto de 0.14 y un coeficiente inversión-producto de 20%, la economía dominicana tendría que crecer 4.4% en promedio durante esa década y el coeficiente de inversión tendría que ascender a 31.5% para alcanzar este objetivo. El crecimiento promedio de la década fue de 5% y el coeficiente de inversión alcanzó 33.6%. Esta combinación de resultados redujo la tasa de desempleo a 14.0%. En términos generales, el ejercicio de modelación de MCH mostró un alto poder predictivo y un correcto razonamiento por parte del modelador a la hora de adoptar los supuestos correspondientes a las variables exógenas. La simulación, sin embargo, no termina en este punto. El modelador la extiende al impacto de este esquema macroeconómico en la distribución del ingreso. Recuérdese que del establecimiento de una meta de crecimiento se pasa al cálculo del coeficiente de inversión necesario para alcanzar ese crecimiento. Una vez se tiene ese coeficiente Banco Central de la República Dominicana 302 de inversión, se pasa al tema del financiamiento y consecuentemente del ahorro externo e interno. Alcanzar la meta de desempleo de 15% requiere un crecimiento promedio de las importaciones en torno a 5.2% y una reducción del déficit de -3.5% del PIB a -2.3% del PIB durante la década. Esto llevaría a un ahorro interno equivalente a 29.2% del PIB. Una de las formas como esto se lograría, según el autor, es con una reducción del salario real de alrededor de 18 por ciento. Las tasas de ahorro interno nunca alcanzaron esos niveles. El financiamiento del crecimiento fue posible por la recuperación del crédito externo, el cual estuvo disponible en los años 1990. Más aún, el coeficiente deuda/PIB, contrario a lo que pensaba el modelador, se redujo de manera sensible a través de procesos de renegociación de deuda. V.3 Martí, González y Gutiérrez: Aplicaciones en torno al Modelo de Brechas Adolfo Martí Gutiérrez (AMG) ha trabajado en tres ocasiones en la realización de simulaciones con un modelo de programación que sigue los lineamientos de las construcciones basadas en brechas económicas. El primer trabajo, Martí y González (1995), contiene un modelo de tres brechas que se enfoca en la realización de simulaciones para maximizar la inversión y acelerar el crecimiento en el período 1986-1995. El segundo modelo, Martí y Gutiérrez (1996), actualiza el primer trabajo extendiendo el periodo de las simulaciones hasta 1998. Una tercera versión que tiene como objetivo analizar las estrategias de políticas económicas implementadas en República Dominicana en el período 1947-1995, apareció en AMG (1997). A los fines de esta revisión se sigue el desarrollo presentado en Martí y Gutiérrez (1996) ya que este trabajo incorpora estimaciones econométricas a las relaciones de consistencia macroeconómica del modelo de brechas. Para entender la lógica de las ecuaciones desarrolladas en este modelo es preciso hacer algunas precisiones sobre los modelos de brechas cuyo origen se remonta a los trabajos seminales de Harrod (1939) y Domar (1946). Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica El modelo Harrod-Domar, como se ha conocido en la literatura, se diseñó teniendo como referencia a las economías industrializadas. Por esta razón, los primeros modelos se concentraron en economías cerradas y asumieron como las brechas relevantes, la del ahorro y la de la demanda laboral (Bender y Lowenstein, 2005). En los años sesenta autores como Chennery y Bruno (1962), Mckinnon (1964) y Chennery y Strout (1966) elaboraron modelos de dos brechas para economías abiertas tomando como referencia a las economías en desarrollo. El exceso de mano de obra en estas economías restó importancia a la brecha de demanda laboral por lo que el modelo para economías abiertas se concentró en las brechas de ahorro y de divisas (sector externo). Con algunas variantes, este modelo sigue presente hoy en la realización de la Programación Monetaria y Financiera de algunos países, tanto en bancos centrales como en organismos multilaterales. No obstante su vigencia en algunos bancos centrales y en organismos internacionales, el modelo de dos brechas ha enfrentado duras críticas a nivel académico. Esas críticas se han concentrado en tres supuestos básicos del modelo: a) existe una relación 1 a 1 entre los flujos externos de capitales y la inversión; b) la relación capital-producto es constante; y c) los factores de producción no son sustituibles. Empíricamente se ha comprobado que estos supuestos no son sostenibles en el mediano y largo plazo. El modelo de tres brechas de Martí y Gutiérrez es una extensión natural de los modelos de dos brechas para economías abiertas. Para estimar estas brechas, se parte del equilibrio macroeconómico keynesiano por el lado del gasto. Manipulando esta ecuación e incorporando otras variables como el ingreso disponible y los impuestos al modelo, se obtienen tres brechas económicas: la del ahorro privado (AP), la del ahorro fiscal (AC) y la del ahorro del sector externo (AE). Oeconomia Breves ensayos sobre Economía y Finanzas AP = Y-T-Cp (1) AC = Y-GCORR (2) AE = X-M (3) donde: Y = Ingreso Nacional; T = Impuestos; Gcorr = Gastos Corrientes; Cp = Consumo Privado X = Exportaciones; M= Importaciones El objetivo de los modeladores es establecer una tasa de inversión o un mecanismo de ahorro e inversión que permita financiar la meta de crecimiento de la Programación Financiera y Monetaria. Para el período 1995-1998 esa meta fue establecida en un crecimiento promedio en torno a 5.0 por ciento. El cálculo de la tasa de inversión necesaria para sostener ese crecimiento requiere de estimaciones econométricas de ecuaciones de consumo y de importación y consecuentemente, de las propensiones marginales de estas variables. Además de la meta de crecimiento y de las propensiones marginales al consumo y a la importación, se estiman algunas variables fiscales. Las dos primeras ecuaciones se estiman con mínimos cuadrados ordinarios (MCO) incorporando medias móviles que mejoran el ajuste. Las variables fiscales, por otro lado, se computan con un modelo ARIMA (1, 2, 0) lo que constituye una innovación en los modelos de Programación. El resultado de las estimaciones muestra tasas de inversión sostenibles con un crecimiento meta de 5%. A posteriori, sin embargo, se puede observar que el crecimiento promedio de la economía en el período 1995-1998 fue de 6.9%, tasa que excede la meta del Programa. Este crecimiento por encima de la meta fue posible por un mayor flujo de capitales externos, lo que permitió que la inversión superara en promedio el 20% de la producción nacional durante esos años. 303 V.4 Reyes, Tejeda y el Modelo Insumo-Producto A mediados de la década del noventa, el Banco Central de la República Dominicana desarrolló matrices de oferta-utilización y de consumo intermedio de la economía, como parte del proyecto de implementación del nuevo manual de cuentas nacionales, SCN/93. Aprovechando la existencia de esta información, Reyes y Tejeda (1995) construyeron un modelo económico basado en la técnica de insumo-producto de Leontief con la finalidad de evaluar los impactos económicos y sociales de diferentes escenarios en la economía dominicana (Tejeda 1996). El trabajo de Reyes y Tejeda (RyT) constituye el primer esfuerzo de modelaje utilizando matrices de contabilidad social desde McCarthy (1984). Aunque en ambos trabajos se modela tomando como base una SAM, el enfoque de RyT difiere notablemente del adoptado por McCarthy, quién desarrolla su modelo dividiendo la economía dominicana en 4 grandes sectores y toma como base una matriz de contabilidad social de 1980. RyT, por otro lado, dividen la economía en 6 sectores y 28 actividades y trabajan sobre una matriz que es una fotografía de la economía dominicana de 1991. El modelo utilizado como referencia por estos autores es el Sistema de Insumo-Producto de Leontief en su versión construida por el Instituto de Aplicaciones Económicas de la Universidad de Nueva York. Para entender a cabalidad el modelo desarrollado en Reyes y Tejeda (1995) se precisa comprender la coyuntura económica en que fue elaborado. A finales de 1996 se discutía en el Congreso Dominicano una reforma arancelaria comprehensiva que contemplaba una reducción gradual de tarifas en los próximos años. Con el objetivo de compensar esta desgravación arancelaria, se propuso una nueva reforma tributaria que serviría para ajustar las modificaciones impositivas de 1992. Banco Central de la República Dominicana 304 La discusión de estas políticas se realizó luego de que el país ingresara oficialmente al Acuerdo Generalizado de Preferencias y Tarifas (GATT) y de que se aprobara en la Cumbre de las Américas de 1994, celebrada en Miami, el inicio de las negociaciones para establecer en 2005 el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA). En este contexto macroeconómico, los modeladores se concentran en analizar el impacto de la potencial apertura en el valor agregado y en el empleo de la economía dominicana para el año del inicio del ALCA. El modelo desarrollado en Reyes y Tejeda (1996) es estático y al igual que los modelos de insumoproducto con estas características asume tres supuestos claves: a) existe una relación constante entre producción e insumos; b) cada sector produce un solo bien homogéneo; y c) la producción de la industria está sujeta a rendimientos constantes a escala. Existe una vasta literatura que resalta las principales debilidades de estos modelos. En el caso de la versión estática la literatura hace énfasis, precisamente, en los supuestos. Klein (1953) en su interpretación del sistema de Leontief cuestiona si los coeficientes de este sistema son o no realmente parámetros estructurales de la economía. Más aún, afirma que en el caso de que estos coeficientes constituyan parámetros estructurales es dudoso que puedan interpretarse como parámetros tecnológicos. El sistema de Leontief también ha sido criticado sobre la base irrealista del supuesto de que las industrias producen un bien único y homogéneo. Reyes y Tejeda (1995) parte de un nivel de gasto agregado dado, con el cual se procura calcular las necesidades de insumo de la economía y los resultados en términos de valor agregado y empleo. El modelo se concentra primeramente en un bloque de ecuaciones de producción y en un bloque de ecuaciones de empleo. En el caso del bloque de producción existe un sistema de ecuaciones que combina el consumo intermedio con la demanda Ver Klein (1953), pág. 131. Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica final para dar como resultado el total de la producción. Este sistema está representado por la ecuación 5.1: donde: n = número total de actividades; Xi = Producción del sector i; Xij = Producción del sector i con insumos del sector j; Yi = Demanda final Integrando a la ecuación 5.1, el término de los coeficientes técnicos (aij =Xij/Xj), se obtiene la ecuación 5.2. Llevando esta formula a notación matricial y despejando, se obtiene la ecuación 5.3, la cual se utiliza para calcular la demanda final. El nivel de producción que satisface la demanda final vendría dado por el cálculo de la inversa de la matriz (IA). El segundo bloque de ecuaciones, el sistema correspondiente al empleo, estaría determinado por una relación existente entre el empleo por sector (Li) y la producción sectorial (Xi). Esta relación vendría dada por los coeficientes li= Li/ Xi. La suma del empleo en todos los sectores daría como resultado el empleo total de la economía. Las estimaciones para el año 2005 arrojan tasas de crecimiento anual de 2.4% en caso de no apertura y de 5.0% en caso de apertura económica. La gráfica 3 sugiere que en la práctica la apertura se pospuso hasta el año 2001, por lo que el escenario sin apertura podría ser más realista. Independientemente del caso tratado, apertura o no, las proyecciones estuvieron distanciadas de lo ocurrido, más que nada por la adopción de algunos supuestos macroeconómicos para el periodo 1995-2005 que en gran medida no se cumplieron. Oeconomia 305 Breves ensayos sobre Economía y Finanzas Gráfica III Arancel Efectivo Promedio con EE.UU. 1995-2003 16.8 15.9 16.3 16.6 16.6 18.6 ` 7.7 4.5 0.5 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 Fuente: Informe de Desarrollo Humano, PNUD, 2005 Desde ese punto de vista sería inapropiado tratar de juzgar el modelo por su “capacidad predictiva”, dejando de lado sus aportes de mayor relevancia, como fue el significado de esta investigación para la discusión sobre la apertura económica en República Dominicana, ya que al momento de su aparición existía una percepción generalizada de oposición al desgravamiento arancelario. En términos generales, el trabajo de Reyes y Tejeda muestra que las bondades de la apertura económica superan lo que serían sus aspectos negativos. Un ejemplo de alguno de los supuestos que no se cumplieron fue, en el caso sin apertura, la premisa de que la estructura tributaria, durante esos años, se mantendría intacta. En la práctica en ese periodo se aprobaron tres reformas tributarias y se eliminó el diferencial del petróleo lo que implicó un cambio impositivo significativo. Otro supuesto que no se cumplió fue el que afirmaba que la participación del salario como proporción del valor agregado sería igual o mayor a la mantenida en 1991. La crisis financiera de 2003 deprimió los salarios reales a niveles muy por debajo de lo asumido. El no cumplimiento de los supuestos sobre reforma tributaria y salario real sin duda mermó el poder predictivo del modelo de insumo-producto para los años en que se hicieron simulaciones. V.5 Prazmowski (1996): Transición a los Modelos Modernos Prazmowski (1996) desarrolla un modelo estructural con datos anuales que en nuestra opinión constituye hasta ese momento la pieza más completa de modelaje macroeconométrico elaborada en la República Dominicana. Los modelos macroeconométricos estructurales analizan e interpretan la información estadística a la luz de la teoría económica mediante la construcción de un sistema de ecuaciones simultáneas (Diebold, 1990). En ese contexto, proveen al hacedor de política de una base sólida para la toma de decisiones. Los modelos estructurales alcanzan su clímax durante los años de oro de la revolución keynesiana con los trabajos seminales de Koopmans (1950) y Klein (1955). En los años setenta y ochenta, sin embargo, pierden credibilidad ante el empuje de los modelos de serie de tiempo y de construcciones modelísticas con poca o ninguna relación con la teoría económica. A finales de los ochenta comienzos de los noventa, se incorporan a los modelos estructurales algunas de las características de los modelos no estructurales y aparecen nuevos modelos dinámicos y estocásticos con fundamentos en teoría. Es en esta línea de trabajo que se inscribe el modelo de Peter Prazmowski (PP). El modelo de PP contiene 29 variables endógenas y 43 variables exógenas, más de la mitad de estas últimas rezagadas. Cabe señalar que un tercio de las 29 variables endógenas se determinan con ecuaciones de comportamiento de ajuste parcial. Entre estas variables podemos mencionar el consumo y la inversión privada, los cambios en inventarios, las importaciones de bienes y servicios, la inflación y la demanda de dinero. Todas estas ecuaciones de comportamiento tienen amplias raíces en la teoría económica. En el caso del consumo privado, por ejemplo, hay un determinante asociado a la teoría keynesiana que es el ingreso disponible del período corriente y otro componente asociado a la teoría de Hall que es el consumo del periodo anterior. Asimismo, en esta y otras ecuaciones se incorporan variables dicotómicas que recogen cambios estructurales. Banco Central de la República Dominicana 306 La ecuación clave del modelo que vincula los sectores real, monetario, fiscal y externo se basa en Adams y Ratcliffe (1994) y presenta a la inflación como función inversa de la brecha del producto y de la tasa de crecimiento del encaje legal y como función directa de la inflación mundial y del crecimiento de la masa monetaria. El período muestral para el cual se realizan simulaciones comprende los años entre 1974 y 1995. Inicialmente, el autor realiza proyecciones dentro de la muestra obteniendo valores del modelo para los años 1994 y 1995. Como ejercicio adicional se realizan simulaciones de políticas alternativas y de la ocurrencia de choques externos. Un aspecto interesante del modelo es la forma como PP incorpora a la construcción estructural aspectos novedosos de la econometría moderna. El modelo incluye una estructura de corrección de error (ECM) con un vector de cointegración de largo plazo siguiendo la metodología de Johansen (1988). Esta estructura le permite interpretar en una misma ecuación la estructura de largo plazo de la economía y la dinámica de corto plazo. No obstante esta facilidad, el modelador se concentra en la estructura de largo plazo, la cual es consistente con el uso de series anuales. El método utilizado para la estimación de las ecuaciones de comportamiento fue mínimos cuadrados ordinarios en dos etapas, el cual hace uso de la información que proveen los errores de las ecuaciones originales. La razón por la cual se habla de un método en dos etapas es debido a que la solución del modelo requiere dos estimaciones de mínimos cuadrados ordinarios. La primera estimación regresa todas las variables endógenas del modelo contra todas las variables exógenas y la segunda estimación computa las ecuaciones estructurales reemplazando las variables endógenas con los valores pronosticados en la primera ecuación (Schmidt, 2005). Luego de estimadas las ecuaciones de comportamiento y obtenidos los parámetros estructurales correspondientes, se soluciona el Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica modelo completo por el método iterativo de GaussSeidel. Pauletto (1997) describe los diferentes métodos que se utilizan para solucionar modelos macroeconométricos de mediana o larga escala. Sobre el método de Gauss-Seidel, Pauletto afirma que la solución se realiza con iteraciones de primer orden y que el modelo no siempre converge. De hecho la convergencia del modelo depende, entre otras cosas, del orden establecido para las ecuaciones. Por último la solución del modelo y las simulaciones realizadas se evalúan con dos estadísticos, el error absoluto porcentual promedio y el coeficiente de Theil que consiste en una estandarización del primer estadístico. El modelo de PP permite hacer proyecciones de variables e identificar la reacción de las principales variables macroeconómicas a políticas alternativas. En ese sentido, los multiplicadores dinámicos del modelo brindan una idea generalizada de combinaciones de políticas óptimas que maximizan la evolución temporal de la economía. En la práctica, el modelo de PP fue utilizado para proyectar variables macroeconómicas fundamentales (PIB, devaluación e inflación) y para realizar simulaciones de políticas y de choques externos, solamente al momento de su construcción. En los años siguientes a su elaboración quedó en desuso ya que nunca se realizó, a lo interno del Banco Central, la transferencia de conocimientos necesaria para manejar las distintas aplicaciones del modelo. El trabajo de PP marca una importante transición en la historia de la modelación macroeconómica en la República Dominicana. Es un punto de referencia obligatorio para los que en la actualidad se dedican a construir modelos macroeconómicos sobre la economía dominicana. A partir de este momento, se desarrollan otros modelos estructurales (Díaz Domingo, 1999 y Prazmowski, 2003) y se comienza a utilizar con intensidad técnicas de la metodología de la econometría moderna a la construcción de modelos. Entre esas técnicas podemos mencionar el método de cointegración de Johansen, los modelos de series de tiempo, los vectores autorregresivos Oeconomia Breves ensayos sobre Economía y Finanzas en sus diferentes modalidades, algunos modelos no lineales de la familia ARCH y el método de Hendry o método de lo general a lo particular. Referencias Adams, F .G. y Ronald Ratcliffe (1966), “A Small Econometric Model of the U.S. Economy for Classroom Use”, Social Science Computer Review, Vol. 12, No. 1, 83-99, USA. Bender, Dieter y Wilhem Lowenstein (2005), “Two-gap Models: Post-Keynesian Death and Neoclassical Rebirth”, Institute of Development Research and Development Policy, WP 180, Ruhr University Bochum, Germany. Cripps, Francis y Wynne Godley (1976), “A Formal Analysis of the Cambridge Economic Policy Group Model”, Economica, Vol. 43, No. 172, pp.335-348, Cambridge, UK. 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Las primeras encuestas de este tipo se realizaron en Alemania en el año 1949 y luego se extendieron al resto de Europa y Estados Unidos. En Latinoamérica son altamente utilizadas: en Colombia se utilizan desde el año 1979, en Perú desde el 1986, en Chile desde el 1989, entre otros países. Desde 1995, el Banco Central de la República Dominicana lleva a cabo trimestralmente la Encuesta Nacional de Opinión Empresarial al Sector Manufacturero, con una muestra de aproximadamente 280 empresas. Los resultados se publican trimestralmente y están disponibles en el portal electrónico de esta organización. 311 una disminución en su producto, entonces el saldo de opinión resultante será de 10%, lo cual revela un comportamiento positivo en la producción del sector manufacturero respecto al trimestre anterior. Sin embargo, la herramienta utilizada en este análisis será el diferencial de saldos de opinión (o tendencia) el cual se calcula como el resultado de las respuestas de la encuesta en un periodo determinado, con respecto al dato expresado en la encuesta del periodo anterior. Con el objetivo de evaluar cuán bien estos indicadores reflejan la tendencia oficial de las variables producción, precios, ventas y personal ocupado se construyó una variable dicotómica que toma el valor de uno cuando la tendencia del saldo de opinión de la encuesta coincide con la tendencia de las variables reportadas por el Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas y cero (0) en caso contrario. La suma de los aciertos dividida entre el total de observaciones da como resultado la proporción en que la encuesta y los datos de Cuentas Nacionales varían en el mismo sentido. La encuesta consiste en preguntas a empresarios del sector manufacturero de todo el país en lo referente a la información del trimestre sobre producción, ventas, precios, situación económica, exportaciones y ocupación, así como a las expectativas que poseen para los próximos períodos. Se elaboran entonces indicadores de saldos de opinión, los cuales son calculados como la diferencia de los porcentajes de las empresas que reportaron aumentos y de las que reportaron disminuciones para una determinada variable. Por ejemplo, si para un trimestre dado un 40% de los empresarios respondió favorablemente a la pregunta de si su producción aumentó o disminuyó en el periodo anterior, un 30% indicó que permaneció igual, mientras que un 30% indicó Es de esperar que los resultados de la Encuesta de Opinión Empresarial no sean cien por ciento comparables con los obtenidos por el Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas debido a la diferencia existente en la composición de las muestras para las diferentes ramas de actividad, Banco Central de la República Dominicana 312 ya que para el primer trimestre de 2006, de una muestra de 280 empresas, 31 de ellas estaban en la muestra de Cuentas Nacionales y 249 no lo estaban. Otro factor que influye en la diferencia es que los resultados de la encuesta se obtienen en base al cálculo del producto principal de las empresas, mientras que para las estadísticas cuantitativas no necesariamente se adopta ese criterio. Datos Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica Comparación de Indicadores de Producción, Precios y Personal Ocupado Se analizarán los resultados para el período completo (1997 - 2006) y para tres sub- períodos: 1997 - 1999, 2000 - 2004 y 2005 - 2006. La presentación de los datos para tres etapas distintas, permite apreciar el aumento que va experimentando el nivel de aciertos de la encuesta a medida que se implementan mejoras en la realización de la misma. Los resultados de la comparación por períodos se muestran en el cuadro 1. La muestra utilizada en este análisis está compuesta por datos trimestrales desde el primer trimestre de 1997 hasta el primer trimestre de 2006. No se incluyen los dos primeros años de la encuesta puesto que se consideran como período de adaptación y prueba. Las variables utilizadas en este análisis serán: producción, precios y personal ocupado. En los casos del producto y los precios se compara la tendencia de la variación porcentual respecto a igual trimestre del año anterior, así como al trimestre anterior. En lo referente al personal ocupado, por razones de disponibilidad, se comparan los datos de manera semestral, a partir del año 2000 y sólo su variación respecto al periodo anterior, tal y como pregunta la encuesta. Las informaciones estadísticas respecto a los datos cuantitativos de producción y precios del sector manufacturero local fueron suministradas por la División de Economía Agrícola e Industrial del Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas, mientras que los datos acerca del personal ocupado fueron recogidos de la Encuesta de Fuerza Laboral 2000–2005 de la División de Encuesta del Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas. Por su parte, los datos cualitativos fueron obtenidos de la Encuesta de Opinión Empresarial previamente mencionada. Por porcentaje de aciertos se entiende las veces en que la tendencia expresada por la encuesta y la resultante de las cuentas nacionales coinciden. El porcentaje de desaciertos alude al caso contrario. Variación de la Producción Respecto al Mismo Trimestre del Año Anterior En el caso concreto del crecimiento trimestral de la producción de las empresas en el sector manufacturero local con relación al mismo trimestre del año anterior se observa una coincidencia en 83% de los casos con la tendencia obtenida de los resultados de la encuesta de opinión empresarial (Cuadro 1). Como indicador adelantado reflejaría que si el diferencial del saldo de opinión de la producción es mayor que el anterior se esperaría un crecimiento mayor que el reportado en el periodo anterior con una probabilidad de 83%. Se utilizan datos sin ajuste de fin de período, para hacer las comparaciones de producción. Al establecer un análisis por períodos se observa que el porcentaje de aciertos va incrementando a Oeconomia Breves ensayos sobre Economía y Finanzas medida que evoluciona la encuesta. Se observa que en el período 1997-1999 esta proporción era de 59%, pero que a partir del año 2000 aumenta a 95%, llegando a un 100% en los últimos trimestres, lo ratifica la tendencia positiva del crecimiento económico que se ha evidenciado en los últimos años. 313 En el cuadro 2, el análisis por período revela que en el primer periodo de análisis el 83% de los datos tienen la misma tendencia, lográndose un porcentaje de aciertos acumulados de 90% en el periodo 20002004 y 80% en 2005 a 2006. Los resultados por Rama de Actividad evidencian que el mayor porcentaje de aciertos se obtiene en las ramas de Fabricación de Otros Productos Minerales no Metálicos (93%), Elaboración de Otros Productos Alimenticios (90%) y Otras Industrias Manufactureras (89%). Por otro lado, las ramas de menor coincidencia con la tendencia de los datos oficiales fueron Fabricación de Cauchos y Plásticos (65%), Fabricación de Artículos de Cuero y Calzado (73%), Fabricación de Sustancias y Productos Químicos (73%). El nivel de coincidencia dentro de cada rama está relacionado con la cantidad existente de empresas comunes con el Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas. Variación de la Producción Respecto al Trimestre Anterior El 20% de desaciertos del último período se debe a que en el trimestre J-S 2005 la encuesta arrojó un saldo de opinión mayor al de A-J 2005, y por el contrario, el crecimiento reportado por el departamento de Cuenta Nacionales fue menor en J-S 2005 al crecimiento del sector manufacturero en A- J 2005. La comparación de la tendencia de la producción con relación al trimestre inmediatamente anterior muestra que en un 86% de los datos analizados el sentido de la tendencia es el mismo. Es decir, que si el saldo de opinión de este período es mayor que el del anterior se esperaría un crecimiento mayor que el reportado en el periodo anterior con una probabilidad de 86%. En lo relativo a la variación con respecto al trimestre anterior, las empresas de los ramos de Elaboración de Alimentos, Bebidas y Tabaco (89%), Elaboración de Productos de Molinería (87%), Fabricación de Productos de Caucho y Plásticos (85%) y Otras Banco Central de la República Dominicana 314 Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica Industrias Manufactureras (85%) fueron las que mostraron un mayor nivel de concordancia con los datos oficiales y, en cambio, Fabricación de Metales Comunes (63%) y Fabricación de Artículos de Cuero y Calzados (63%) exhibieron los menores porcentajes. Variación de los Precios Respecto al Mismo Trimestre del Año Anterior En la pregunta de la Encuesta de Opinión Empresarial en cuanto al comportamiento de los precios respecto a igual trimestre del año anterior, se constata una coincidencia de un 81% de la tendencia expresada por las respuestas con la registrada en las cuentas nacionales del Banco Central. Se observa que este porcentaje ha aumentado al punto de que en el último período analizado la tendencia de la inflación trimestral anualizada es coincidente en un 100% con la tendencia obtenida de los saldos de opinión de la encuesta (cuadro 3). Las ramas en las cuales se observó una mayor cantidad de coincidencias fueron Elaboración de Bebidas y Productos del Tabaco (91%), Elaboración de productos de Molinería (91%) y Elaboración de Productos de Caucho y Plástico (88%), y las que menos aciertos tuvieron en este aspecto fueron las de Fabricación de Cuero y Calzado (70%), Otras Industrias Manufactureras (68%) y Fabricación de Productos Textiles y Prendas de Vestir (58%). Variación del Personal Ocupado Respecto al Semestre del Año Anterior Al comparar la tendencia de saldos de la encuesta de opinión empresarial en lo referente a personal ocupado con la de la tasa de crecimiento dada por la Encuesta de Fuerza Laboral del Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas, con datos de periodicidad semestral, desde el primer semestre de 2001 hasta el segundo semestre de 2005, se obtiene una proporción de coincidencia en la tendencia de los datos de 70%. Al considerarse el período 2003-2005 este porcentaje aumenta a 83% (cuadro 4). Oeconomia 315 Breves ensayos sobre Economía y Finanzas Comparación con el PIB Conclusiones El crecimiento de la industria manufacturera ejerce un impacto determinante sobre la economía en su conjunto. Entre las causas de esta influencia estarían la alta ponderación del sector manufacturero local en el PIB (20.8% promedio 1997-2006), la alta correlación entre el sector manufacturero y los demás sectores en la economía como se nota en el cuadro 5, la coincidencia entre los ciclos de este sector y el PIB, entre otras. El estudio realizado refleja la importancia de la Encuesta de Opinión Empresarial como indicador adelantado cualitativo de tendencia de la producción, los precios y el personal ocupado en República Dominicana en el sector manufacturero local, evidenciando, en todos los casos, porcentajes de aciertos por encima del 80%. Se constituye así en un respaldo a las estadísticas ofrecidas por el Banco Central y, por lo tanto, constituye una poderosa herramienta de política para las autoridades. Realizando un análisis de correlación entre el PIB y la producción manufacturera, se evidencia una alta correspondencia entre dichas variables con un coeficiente de 0.87 para el periodo 19972006 siendo el sector manufacturero local el mejor correlacionado con el PIB luego del sector minería. Debido a estos resultados exploramos si la tendencia de los saldos de opinión de la encuesta es un indicador adelantado del crecimiento del producto interno bruto calculado por el Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas obteniendo un alto porcentaje de aciertos (86%). Para dar continuidad a este análisis, se pretende analizar en otros estudios otras variables derivadas de la encuesta, como son las expectativas de los agentes representativos del sector manufacturero, y así poder evaluar de manera más rigurosa la capacidad de predicción de los indicadores obtenidos a través de este instrumento. Adicionalmente, sería de gran relevancia ampliar la encuesta a otros sectores, lo que mejoraría su capacidad de predicción y mejoraría su nivel de utilidad para las autoridades. Referencias Aguilera, Máximo; 1991: “Las Encuestas de Coyuntura y su Aplicación en Chile” Instituto Nacional de Estadísticas, Volumen 1 Año2. Burgos Y. y Jiménez, M.; 1997. “La experiencia dominicana en la encuesta de Opinión empresarial”. Reporte Informativo, Año 2, No. 15, Banco Central de la República Dominicana. Encuesta Nacional de Opinión Empresarial al Sector Manufacturero; versiones 19962005, División de Análisis de Coyuntura, Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica, Banco Central de la República Dominicana. Banco Central de la República Dominicana 316 Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica Encuesta Nacional de Fuerza Laboral, versiones desde 2000 a 2005, Banco Central de la República Dominicana. OECD/CEPAL; 2003. “Taller sobre Encuestas de Opinión Empresarial”, Santiago de Chile. Memo interno. Instituto Nacional de Estadística e Informática, 1994: “Encuesta de Opinión Gerencial del Sector Industrial”volumen 2 Lima, Perú. OECD, 2003. “Bussiness Tendency Surveys: a handbook”. Santiago de Chile. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI-México); 2003. Presentación en el Taller sobre Encuestas de Opinión Empresarial OECD/CEPAL. Paracare, Elsy y Víctor Fermín, 2002: “Un Indicador Mensual de Actividad Económica” Colección Banca Central y Sociedad, Banco Central de Venezuela. Indicadores de Productividad Laboral Por Odalis Marte E l incremento en la productividad corresponde a una fuente no inflacionaria de crecimiento económico, la cual es comúnmente definida como el ratio entre una medida de volumen de producto y un volumen de uso de factor de producción. La literatura económica revela distintos usos de las medidas de productividad (OECD, 2001), así dentro de los objetivos de medir la productividad cabe mencionar la detección de cambios tecnológicos (Griliches, 1987), cambios en eficiencia diferenciados de los cambios tecnológicos (Diewert y Lawrence, 1999), y ahorros reales de costo (Harberger, 1998.) Adicionalmente, las medidas de productividad sirven para establecer un punto de referencia o benchmark para ciertos procesos productivos (Baily, 1993) así como su uso se extiende al análisis de estándares de vida (Baumol et al, 1992). En el caso del factor trabajo, la productividad laboral es usualmente calculada en términos de producto por persona empleada o de producto por hora trabajada, el producto por persona empleada es el más utilizado debido a que los países cuentan con más información estadística para su cálculo. No obstante, la medida de productividad laboral por medio de la producción por horas trabajadas se considera más apropiada porque el desarrollo de la producción por persona empleada está influenciado por la cantidad de horas trabajadas. Esto puede ser definido formalmente por la expresión: 317 En el caso dominicano, raras veces el análisis de la productividad de los factores es considerada en el observatorio económico nacional. No obstante, dentro de los trabajos que han abordado comprehensivamente este tema, cabe citar los escritos de Guzmán y Lizardo (2002) quienes, a partir de un modelo de cointegración que mide el comportamiento del producto y los factores de producción por medio del grado de apertura más una variable que representa la magnitud y profundidad de los cambios institucionales, encuentran que la productividad, si bien ha determinado modestamente el crecimiento económico durante el período 19502000, ha sido la acumulación de capital físico lo que ha impulsado predominantemente la expansión de la actividad económica en el período de referencia. Por otro lado, otros estudios han considerado el tema de la productividad de los factores dentro del análisis de determinantes del crecimiento en la República Dominicana, pero estos no necesariamente presentan medidas específicas de productividad sino variables aproximadas explicativas de algunas funciones de crecimiento2. El presente artículo tiene como objetivo incitar a cierta discusión sobre el tema de la productividad, específicamente la productividad del factor trabajo a partir de los datos de la Encuesta de Fuerza de Trabajo que el Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas del Banco Central de la República Dominicana levanta desde abril de 1991. En donde Pgt es la productividad medida en términos de producción bruta en el período t; Qindex es un índice de cantidad bruta producida en dicho período, y Liinput es un índice de cantidad de insumo de factor trabajo. Esta definición podría considerar un factor de ajuste por la calidad de la mano de obra. En este orden, cabe citar las publicaciones del Banco Mundial (2006) “Domincan Republic: The Foundations of Growth and Competitiveness” (Chapter 4), y “Dominican Republic: Review of Trade and Labor Competitiveness”. Measuring Productivity: OECD Manual Measurement of Aggregate and Industry-Level Productivity Growth. Paris, 2001. Banco Central de la República Dominicana 318 Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica El gráfico 1 muestra el nivel de productividad laboral en la República Dominicana, tanto por personal ocupado como por horas trabajadas, durante el período 1991-2006. Las ratios fueron calculadas por la razón entre el PIB real y el número de horas trabajadas, y PIB real entre el número de personas ocupadas. Estos indicadores sugieren que la productividad de la mano de obra ha ido aumentando a un ritmo promedio de entre 3.1% y 6.0%, según se utilice para su cálculo el enfoque de horas trabajadas o de personas ocupadas. Puede observarse cierto decrecimiento durante los segmentos de la serie correspondientes a 1991-1992, probablemente debido a la crisis de 1990 y los posteriores ajustes de estabilización; en 1997-1998, posiblemente debido a las devastaciones producidas por el huracán Georges, y durante el período 2002-2004 atribuible a los choques externos de la desaceleración de la economía estadounidense y del incremento en los precios internacionales del petróleo, y al choque interno de la crisis financiera, la cual implicó un costo de rescate del sistema financiero equivalente a alrededor de 20% del PIB en 2003. El coeficiente de correlación, medido por medio de la división de la covarianza de las variables por el producto de sus desviaciones típicas, para el período 1991-2006 es de 0.98, lo cual refleja una estrecha relación estadística entre ambas variables por lo que resulta casi indistinto utilizar el indicador de productividad tanto por personas ocupadas como por horas trabajadas, de acuerdo a nuestro cálculo para República Dominicana. Adicionalmente, cabe observar que al comparar las tasas de crecimiento del PIB real y de la productividad por horas trabajadas (gráfico 2), se obtiene un coeficiente de correlación serial de 0.86 para el período 1992-2006, lo cual aumenta en 0.03 puntos para el segmento 1997-2006. Dado que la remuneración del factor laboral depende en gran medida de su productividad, descontadas las distorsiones en el mercado de trabajo, entonces se puede asumir la tasa de crecimiento del PIB per capita como una aproximación a un indicador de productividad. Más aún, se puede evaluar la existencia de una relación estadística de interdependencia entre esas variables. El gráfico 3 muestra las tasas de crecimiento de la productividad laboral, medida por medio del PIB real por personas ocupadas y del PIB per capita, medido por el producto por habitante. El coeficiente de correlación para el período 1992-2005 es de 0.4. Sin embargo, este coeficiente alcanza un valor de 0.6 en el segmento de la serie correspondiente a los años 1997-2005, lo cual sugiere que el nivel de renta promedio de la población está vinculado a la productividad de la mano de obra reforzando la noción de que las políticas orientadas a elevar el nivel de productividad han de incidir en el mejoramiento del ingreso por habitante. Cuadro 1 En resumen, este ejercicio simple nos sugiere que, congruente con el aumento de la producción real dominicana, la productividad laboral medida como el producto por personas empleadas ha idoincrementándose durante el período 1992Fuente: Banco Central de la República Dominicana Oeconomia Breves ensayos sobre Economía y Finanzas 2006, a una tasa media de entre 3.1% y 6.0%. Este comportamiento ha sido consistente con el incremento en el PIB per capita, durante el período 1997-2005, con un coeficiente de correlación serial entre la productividad laboral y el PIB per capita de 0.6. Referencias Baily, Martin (1993), Competition, Regulation, and Efficiency in Service Industries, Brookings Papers on Economic Activity, pp. 71-159. Banco Central de la República Dominicana. Mercado de Trabajo 2005. Página Web www.bancentral.gov.do. Santo Domingo. Baumol, William J., Sue Anne Batey Blackman, y Edward N. Wolff (1992), Productivity and American Leadership: The Long View, MIT Press. Diewert, Erwin W. y Denis Lawrence (1999), Measuring New Zealand’s Productivity, Treasury Working Paper 99/5, http:// www.treasury.govt.nz/workingpapers/995.htm. European Central Bank (2005) Main Sources for Quarterly Labour Productivity Data for the Euro Area. Frankfurt. Griliches, Zvi (1987), Productivity: Measurement Problems, en J. Eatwell, M. Milgate y P. Newman (eds.), The New Palgrave: A Dictionary of Economics. International Labor Organization (ILO, 2004.) Establishing Labour Productivity Indicators for the Caribbean. Port of Spain. 319 ILO. Labour productivity and unit labour costs. http://www.ilo.org/public/english/employment/strat/kilm/kilm18.htm. Organisation for Economic Co-Operation and Development. Measuring Productivity: OECD Manual Measurement of Aggregate and Industry-Level Productivity Growth. Paris, 2001. World Bank (2006.) Domincan Republic: The Foundations of Growth and Competitiveness (Chapter 4.) Washington, DC. World Bank (2005.) Dominican Republic: Review of Trade and Labor Competitiveness. Report No. 30542-DO, Latin America and the Caribbean Region. Washington, DC. Sistema de indicadores lideres regionales. importancia de su implementacón en centro américa y rep. dominicana* Por Yadeline del Rosario Burgos Cedeño Introducción El seguimiento continuo de la economía, conjuntamente con la anticipación de los ciclos económicos, sigue teniendo mucha relevancia en los países desarrollados. En la práctica, lo recomendable es que este monitoreo se apoye en un conjunto de indicadores económicos que reúnan la mayor cantidad de información posible, de manera que provean señales anticipadas sobre la trayectoria de los ciclos económicos. Un sistema de indicadores compuestos adelantados, podría convertirse de manera muy eficaz en una herramienta de análisis adicional, para dar seguimiento continuo y sistematizado a la coyuntura económica de la región. En términos generales, este sistema de indicadores se utiliza para predecir el comportamiento cíclico de variables que reflejan el nivel de actividad económica o bienestar de la población, como son el PIB y la inflación. En los países y regiones más avanzadas esta herramienta se ha convertido en una importante referencia para los agentes privados y públicos que dan seguimiento a la coyuntura económica. Este artículo describe (sin profundizar en metodologías) la experiencia internacional en lo relativo a la construcción de indicadores líderes con características regionales y se destacan las ventajas que facilitarían el desarrollo de un sistema similar para la región de Centroamérica y República Dominicana, como bloque regional. El informe hace énfasis sobre aquellos indicadores diseñados para el pronóstico del comportamiento cíclico de la actividad económica agregada. Se detalla además sobre el avance que han tenido los países de la referida región, en el desarrollo de estos indicadores. 1. Algunos aspectos conceptuales El objetivo de los indicadores adelantados o líderes, es básicamente predecir los cambios en el ciclo de la actividad económica agregada, así como detectar de manera anticipada los puntos de inflexión. * Síntesis de informe elaborado para el Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) 321 Desde hace varios años este tema ha sido ampliamente desarrollado en la literatura académica internacional. En 1930 el National Bureau of Economic Research (NBER) realizó un estudio comparativo orientado hacia la elaboración de una cronología de los puntos más altos y más bajos de la actividad económica de Alemania, Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Este estudio sirvió para alertar sobre la existencia de elementos comunes entre las fluctuaciones de diversas series y las observadas en la del Producto Interno Bruto. Wesley Mitchell y Arthur Burns construyeron en 1937, una relación de indicadores coincidentes, rezagados y líderes de la actividad económica de los Estados Unidos, constituyéndose esto en el punto de partida para la elaboración de este tipo de indicadores. Los sistemas de indicadores líderes se construyen alrededor de una serie de referencia, en la que su cronología cíclica es adelantada o coincidente con la variable de interés que se desea predecir. Los ciclos de referencia corresponden a las recurrentes fluctuaciones de expansión y contracción, que caracterizan a ciertas variables proxies de los agregados económicos, cuyos movimientos cíclicos interesa observar y anticipar. En la mayoría de los sistemas desarrollados la cronología de referencia es univariada, pero también existen sistemas de indicadores cíclicos con cronologías de referencias multivariada (p.e. en los Estados Unidos) que toman la forma de un indicador compuesto como serie de referencia. Uno de los principales supuestos en que se apoya la teoría de indicadores líderes, es que las fluctuaciones de la actividad económica son recurrentes en el largo plazo por lo que si existe la posibilidad de identificar series macroeconómicas que muestran un adelanto con respecto a la evolución actual del producto, entones será también posible utilizar estas mismas series para identificar tempranamente fluctuaciones futuras de la actividad económica. Sin embargo, las fluctuaciones en la actividad económica no son necesariamente constantes y los factores explicativos de los ciclos no precisamente se mantienen a lo largo del tiempo. De ahí surge la necesidad de utilizar indicadores compuestos Banco Central de la República Dominicana 322 Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica (agregación de indicadores adelantados) para anticipar más acertadamente el ciclo. negocio, hacia Alemania, Inglaterra, Japón, Korea, Francia, México, Australia y España. Estos indicadores resultan muy útiles para seguir el comportamiento de cada ciclo en particular debido a que tienen la ventaja de que capturan bastante información que permiten explicar los ciclos desde diferentes causas. En los Estados Unidos existe además, el sistema de indicadores cíclicos del Center for International Business Cycle Reasearch (CIBCR) que monitorea los ciclos de crecimiento de 11 países industrializados y utiliza como ciclo de referencia un indicador compuesto por las siguientes variables: PIB o PNB, producción industrial, ingreso personal, tasa de desempleo invertida, empleo no agrícola y ventas de la industria manufacturera y el comercio. 2. EXPERIENCIAS INTERNACIONALES: 2.1 Indicadores Líderes Compuestos en los Estados Unidos The Composite Index of Leading Indicators, es un reporte publicado mensualmente por The Conference Board de los Estados Unidos, donde se publican los resultados de un índice compuesto que pronostica la dirección de las fluctuaciones cíclicas de la economía norteamericana en el corto plazo. Este índice compuesto está conformado por 10 indicadores individuales cuyas fluctuaciones y cambios de tendencia se adelantan a los de la economía global. Este es muy utilizado y solicitado por los economistas y analistas que dan seguimiento continuo a la coyuntura económica y los resultados que revela sobre las condiciones del ciclo de negocio y de la economía en general, conduce a los hacedores de política, inversionistas y el empresariado, a tener expectativas más definidas sobre la situación económica global, lo cual favorece sus decisiones de planificación. The Conference Board asumió la responsabilidad de calcular y publicar este índice a finales de 1995 (anteriormente era calculado y publicado por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos). Esta corporación calcula y publica además, un índice coincidente, el cual replica los movimientos de la economía global y un índice rezagado que ayuda a confirmar los ciclos de la economía norteamericana En Junio del 2000 esta institución expandió el cálculo y publicación de estos índices dentro de su programa de estudio de los ciclos de 2.2 Sistema de Indicadores Líderes Compuestos de la OCDE El Sistema de Indicadores Líderes Compuestos (SILC) de la OCDE es compilado y calculado individualmente en 23 países miembros, más 6 países no miembros (estos últimos empezó a calcularlos a partir de 2006). Además, esta entidad calcula indicadores regionales en 7 zonas geográficas distintas. El Directorio de Estadísticas de la institución, los ha publicado desde 1981 usando una versión modificada del método de indicadores cíclicos desarrollado por el NBER de Estados Unidos. Los datos del SILC se publican mensualmente en el Main Economic Indicators de la OCDE. El objetivo principal del SILC de la OCDE es anticipar los movimientos del ciclo de actividad económica de los países y de las regiones miembros y de manera más específica identificar tempranamente los puntos de quiebre. Los SILC se diseñan para proporcionar información cualitativa de los movimientos económicos de corto plazo, es decir, que lo interesante es observar la dirección de la tendencia más que los niveles. La OCDE usa el enfoque del ciclo de crecimiento o de desviaciones de tendencia, que permite aislar los movimientos cíclicos de mediano plazo de los movimientos en la tendencia de largo plazo. La metodología utilizada incluye los siguientes procedimientos: (1) determinación de la cronología del ciclo de 1 Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE). Oeconomia Breves ensayos sobre Economía y Finanzas referencia; (2) selección de los indicadores líderes apropiados y (3) construcción de los indicadores líderes compuestos nacionales y regionales. La selección de indicadores líderes que conforman el indicador compuesto en cada país es distinta. Esto se atribuye a las particularidades que caracterizan los ciclos en cada país y por tanto, unas variables son específicamente más explicativas de los ciclos en un país que en otro. Entre los indicadores líderes más usados en el SILC de la OCDE se destacan en términos generales: indicadores cualitativos de encuestas de confianza empresarial, indicadores cuantitativos de variables monetarias y financieras, índices de comercio exterior e indicadores cuantitativos de inventarios y órdenes de pedidos. Los países seleccionan las variables integrantes de los indicadores compuestos, de acuerdo a los siguientes criterios estándares: a) Si el indicador mide la actividad económica en un estado temprano del proceso de producción, b) Si el indicador es causa típica de fluctuaciones en la actividad económica, c) Si el indicador expresa las expectativas de los agentes económicos y d) Si el mismo se ajusta rápidamente a los cambios en la actividad económica. La OCDE se propone que los indicadores seleccionados en cada país tengan un comportamiento cíclico que anticipe el ciclo de actividad y procura además, que no tengan ciclos extras o faltantes respecto del ciclo de referencia. Adicionalmente, la longitud del adelanto respecto de los puntos de quiebre debe ser homogénea a lo largo de todo el período de análisis y la correlación con el ciclo de la serie de referencia debe ser alta para todo el período de análisis. 2.3 Sistema de Indicadores Líderes Compuestos en América Latina Varios países de América Latina se han preocupado por desarrollar indicadores adelantados o líderes, con la finalidad de dar seguimiento al ciclo de la 323 actividad económica y anticipar sus movimientos en el corto plazo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha sido la única institución en dar los primeros pasos para desarrollar un sistema regional de indicadores líderes compuestos para Latinoamérica. La idea de desarrollar un proyecto de esta magnitud, resulta de una iniciativa impulsada por Naciones Unidas, con apoyo de la OCDE y la Comisión Europea (CE). La primera etapa del proyecto consistió en revisar el trabajo realizado por los países en lo concerniente a indicadores líderes. Se procedió además a estudiar las distintas metodologías existentes a nivel internacional para definir la más apropiada para la región latinoamericana. En ese orden, se optó por la metodología de la OCDE debido a que la misma permite combinar la información disponible en las encuestas de confianza empresarial llevada a cabo por los países, con información de tipo cuantitativo, además permite la inclusión de variables financieras lo cual mejora el desempeño de los indicadores líderes. Otra razón tomada en cuenta para optar por esta metodología, es que la misma permite integrar las diferencias estructurales existentes en los países de la región, y en ese aspecto, acepta indicadores líderes compuestos distintos de cada país, los que se agregan luego en un indicador líder regional. En una investigación llevada a acabo por PedersenGallardo 2007 en el marco del proyecto REDIMA (fase II), se describe detalladamente cómo se determinaron las series de referencia de los países y de la región, cómo se seleccionaron los indicadores líderes individuales y cómo se construyeron los indicadores líderes compuestos, tanto para los países como para la región. Ver: Gallardo y Pedersen. “Un sistema de indicadores líderes compuestos para la región de América Latina”. División de Estadísticas y Proyecciones Económicas. CEPAL, Santiago de Chile, mayo 2007. Consultores de la División de Estadística y Proyecciones Económicas de la CEPAL. Banco Central de la República Dominicana 324 Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica De manera muy incipiente, esa investigación muestra el cálculo de indicadores líderes compuestos para once países y tres grupos regionales. Según los resultados de la investigación, todos los indicadores elaborados tienen buena capacidad de anticipar los movimientos de los ciclos de referencia, no obstante aquellos que concentraron los países cuya estructura económica es muy similar entre si, lograron representar mejor el ciclo de la región. 3. Indicadores líderes en la región Centroamérica y República Dominicana de La experiencia de esta región en el diseño y construcción de sistemas de indicadores líderes no es muy abundante, aunque en algunos de los países, la inquietud por desarrollar un sistema de esta naturaleza viene desde hace más de dos décadas. Las razones que podrían explicar el poco desarrollo de estos indicadores en estos países en el pasado, podrían atribuirse por un lado, al carácter anual que existía en muchas de las series relativas a los sectores productivos, lo cual era un impedimento para detectar las variaciones de la economía en el corto plazo, y por otro, a la discontinuidad que prevalecía en la publicación de las mismas. En años más recientes, muchos de los países han tratado de desarrollar indicadores adelantados compuestos ya sea para el pronóstico del ciclo inflacionario o para el de la actividad económica. A continuación se citan los siguientes casos: A finales de 1999 el Banco Central de Costa Rica desarrolló un “índice Sintético Adelantado de la Inflación Costarricense” como alternativa adicional para complementar los demás instrumentos de pronóstico de que disponían. Se realizaron dos tipos de estudios: En el primero, la variable de referencia fue el IPC y en el segundo, se tomó el índice del núcleo inflacionario. Ver: Blanco O, Carlos / Azofeifa G, Ana. “Indicadores adelantados cómo técnica de pronóstico”. Aplicación de la técnica en Costa Rica. Rev. Cien. Econ. Vol IV, No. 1 71/81, 1984. Banco Central de Costa Rica. “Pronóstico de los Ciclos Económicos” Agosto, 1986. En el año 2000, el Departamento de Investigaciones Económicas del Banco Central de Guatemala, realizó una investigación en la que se elaboró un índice adelantado del ciclo de la inflación en el corto plazo, tomándose como referencia, la variación porcentual de la tendencia-ciclo del IPC. En ambos países este proyecto ha tenido un avance limitado debido, a que estos indicadores han demostrado ser mucho más eficientes pronosticando el ciclo de la actividad económica que el de la inflación. En vista de esto, sería interesante que en estos países se retomara el proyecto, utilizando esta vez como referencia el ciclo del IMAE en lugar de la inflación. Esto tiene su importancia, debido a que en todos los países de esta región, son precisamente los Bancos Centrales las instituciones responsables de calcular, evaluar y proyectar el desempeño de la actividad económica agregada conjuntamente con su objetivo principal. Por su parte, la División de Análisis de Coyuntura del Banco Central de República Dominicana, ha estado trabajando en los últimos años, en el desarrollo de un sistema de indicadores adelantados del PIB, para cuyos fines se recibió entrenamiento de un experto estadístico de la OCDE en 2006, específicamente en lo relacionado al análisis cíclico de las series y la conformación de los indicadores compuestos adelantados. Actualmente, los indicadores elaborados están en etapa muy preliminar, por lo que su difusión sólo se limita a nivel interno, hasta tanto se fortalezca la confianza de su predicción. En Honduras, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha estado trabajando en la elaboración de un sistema de indicadores adelantados del IMAE. Dentro de las ventajas que existen hoy día y que de hecho facilitarían la implementación de un sistema de indicadores adelantados para la región de Centroamérica y República Dominicana, se pueden citar: Ver: “Indice Sintético Adelantado para predecir la inflación de Guatemala”. Calderón Cifuentes, Gustavo Adolfo. Banguat. Julio, 2000 Oeconomia 325 Breves ensayos sobre Economía y Finanzas • En primer lugar, tanto los países como la región disponen en la actualidad de un indicador mensual de actividad económica (IMAE e IMAER, respectivamente) mismos que se utilizarían como variable de referencia a la que se intentaría pronosticar su ciclo en el corto plazo • Existe mayor empeño en los países por desarrollar estadísticas económicas y financieras más oportunas y al mismo tiempo hay una mayor preocupación por la calidad de las mismas. Respecto a esto último, existen en la actualidad proyectos de organismos internacionales encaminados a lograr ese objetivo, como es el caso del Marco para la Evaluación de la Calidad de los Datos (MECAD) que sirve de apoyo al FMI en su proyecto de armonización de las estadísticas macroeconómicas. El mismo, es internacionalmente aceptado para la promoción de la calidad de las estadísticas. • Adicionalmente, en los países de la región se realizan actualmente encuestas de expectativas económicas y encuestas de opinión a empresas y consumidores, las cuales arrojan información importante sobre el clima de negocio y la situación general de la economía desde el punto de vista del empresariado y del consumidor. Estas encuestas permiten el cálculo de “índices de confianza”, que al ser incluidos dentro de los indicadores compuestos, aumentan, según el criterio de los iexpertos, su poder de predicción. •Por último, en la región se está desarrollando actualmente un proceso de armonización de estadísticas macroeconómicas y financieras, lo que facilitaría aún más los trabajos de agregación de los indicadores líderes de los países, dentro de un Sistema Regional de Indicadores Líderes Compuestos. En Rep. Dominicana está en proceso de construcción por parte del Banco Central. Comentarios finales: Debido a la importancia que conlleva el hacer análisis y pronósticos sobre las condiciones regionales en un entorno cada vez más globalizado, es necesario seguir impulsando de manera sistemática en los países de la región la construcción de indicadores adelantados, que faciliten la creación de un sistema de indicadores líderes que reúna las condiciones de eficiencia y oportunidad requeridas para proveer las señales anticipadas de los puntos de quiebre de los ciclos de la actividad económica regional. En virtud de lo anterior, es necesario seguir ampliando la cobertura de aspectos importantes de la actividad económica agregada, de forma que se pueda entender con más detalles el desarrollo de los ciclos económicos de Centroamérica y República Dominicana como bloque regional. Un sistema de indicadores como el propuesto, podría ser muy útil para los generadores de política económica así como para los agentes económicos interesados en tomar decisiones con fines de inversión. Es necesario que se siga afianzando en los países, el uso de encuestas tanto a las empresas como a los consumidores, debido a que las mismas han resultado ser muy útiles en los indicadores líderes Al mismo tiempo, deben ampliarse las estadísticas relativas al mercado laboral y procurar información más oportuna en este aspecto. Realizando los esfuerzos pertinentes, este proyecto podría convertirse en algo viable y de mucha utilidad analítica para la región. Bibliografía: Brunet, Olivier. “Calculation of Composite Leading Indicators: a Comparison of two different Methods.” octubre del 2000. OECD ((1999). “Composite Leading Indicators: a tool for short-term analysis.” Banco Central de la República Dominicana 326 OECD (2005). “Cyclical Analysis and Composite Indicators System.” User Guide, Version 3 . Gallardo, M.A. y M. Pedersen (2007), “Un sistema de indicadores líderes compuestos para la región de América Latina.”, Serie Estudios Estadísticos y Prospectivos Nos. 49 y 51, CEPAL, Santiago, Chile. Bravo, F. y H. Franken (2001), “Un indicador líder del IMACEC”, Documento de Trabajo No. 99, Banco Central de Chile. Melo L.F., F.H. Nieto, C.E. Posada, Y.R. Betancur y J.D. Barón (2001), “Un índice coincidente para la Actividad Económica Colombiana”, Borradores de Economía No. 195, Banco de la Republica Colombia. Departamento de Programación Monetaria e Investigación Económica Ochoa, E. M. y J. E. Lladó (2003), “Modelos de indicadores líderes de actividad económica para el Perú”, Estudios Económicos No. 10, Banco Central de Reserva del Perú. Reyes B. y H. Meléndez (2003), “Indicadores adelantados de inflación y actividad económica”. Serie Documentos de Trabajo No. 47, Banco Central de Venezuela.