Cuando el miedo y la preocupación no se alejan: Trastornos de

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MSc. Dyalá Castro Cabezas
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Cuando el miedo y la preocupación no se alejan: Trastornos de Ansiedad1
En nuestra vida experimentamos múltiples emociones, generalmente cada una de ellas
cumple una función fundamental en nuestra sobrevivencia. La tristeza nos permite
valorar pérdidas que estemos enfrentando en ese momento, el enojo nos prepara para
defendernos de situaciones en las cuales nos hemos sentido trasgredidos y
amenazados, así entre muchos otros ejemplos.
El miedo es una de las emociones más importantes que experimentamos, esto debido
a que nos permite valorar una situación como peligrosa, esto con el fin de activar
nuestro sistema de alerta y defensa para huir de dicha amenaza. Sin embargo, uno de
los componentes fundamentales del miedo radica en que ese peligro que percibimos
sea real y perceptible por alguno de nuestros sentidos.
Precisamente cuando el miedo y la preocupación no se alejan de nosotros a pesar que
ya no estamos expuestos a esa amenaza es cuando podemos valorar la existencia de
síntomas o incluso trastornos de ansiedad. Si pensamos en una fobia, la persona sin
enfrentar directamente ese animal, esa actividad o circunstancia tiene una reacción en
su cuerpo con solo pensar en eso tan temido.
La ansiedad la podemos observar en toda una serie de reacciones que parece ocurren
como una especie de efecto cadena, dentro de éstas se encuentra:
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FISIOLÓGICAS: palpitaciones, sudoración, temblor en las manos u otras partes
del cuerpo, sensación de ahogo, dolor de estómago, náuseas, cansancio, dolor
de cabeza
EMOCIONALES: miedo intenso, impotencia, pánico, irritabilidad
COGNITIVAS: preocupación constante, pensamientos relacionados con lo que
podría pasar: “y si…?”, pensamientos polarizados y generalmente negativos (o
catastróficos): “no voy a poder”, “esto es terrible”, esperar lo peor de las
situaciones
CONDUCTAS: deseo de evitar o huir de dicha situación, sensación de quedarse
paralizado, morderse las uñas, andar en alerta constante, inquietud, respuestas
Artículo Publicado En: Revista Contigo Salud
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exageradas ante las situaciones por la preocupación interna constante,
dificultad para concentrarse
INTERPERSONALES: aislarse, depender excesivamente de otros
La ansiedad dispara todo un sistema de alerta en nuestro cuerpo, el problema radica
en activarlo cuando no se requiere y en hacerlo frecuentemente, más de lo que las
situaciones realmente lo ameritan, aspecto que va generando un alto desgaste físico y
mental.
Se ha comprobado en múltiples investigaciones que estas condiciones pueden ser
prolongadas, crónicas y ejercer un efecto sumamente negativo dentro de la calidad de
vida de las personas, aspecto por el cual pueden limitar de gran manera el desarrollo
individual y ejercer un impacto negativo en las relaciones interpersonales.
En Costa Rica se calcula que la ansiedad es la quinta causa de incapacidades laborales
además que aproximadamente un 30% de la población que consulta servicios de salud
mental lo hace por esta causa (Organización Panamericana de la Salud, 2002).
Dentro de los trastornos de ansiedad más frecuentes se pueden encontrar:
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TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA: preocupación constante,
persistente y generalizada a gran cantidad de estímulos con por lo menos 6
meses de duración
AGORAFOBIA: miedo exacerbado de hallarse en situaciones o lugares públicos,
de los que le pueda ser difícil escapar u obtener ayuda en caso de perder el
control
CRISIS DE ANGUSTIA o los antes denominados Ataques de Pánico: episodios
intensos de ansiedad extrema donde la persona siente que va a perder el
control, que va a morir o se va a perder el sentido de la realidad acompañado
de una serie de síntomas físicos y cognitivos
FOBIA SOCIAL: temor y evitación de enfrentar situaciones sociales por miedo a
hacer el ridículo o por la evaluación negativa que las demás personas pueden
hacer de la persona
FOBIA ESPECÍFICA: temor irracional e intenso a un objeto o circunstancia ya sea
por tenerla frente suyo o con solo anticiparla (animales, viajar, etc.)
TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO: después de la exposición a una
situación vivida como amenazante para la vida y el bienestar emocional
presentar síntomas de reexperimentar (sentir que se está volviendo a vivir) el
evento, evitar situaciones que expongan a la persona a vivir nuevamente o
recordar lo sucedido, activación fisiológica (estar constantemente alerta por
ejemplo)
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TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO: presencia de pensamientos, impulsos e
imágenes recurrentes que generan la presencia de obsesiones (conductuales o
mentales) para intentar suprimir los primeros y la ansiedad que estos generan
Es importante evaluar nuestra respuesta ante las situaciones de estrés y nuestras
formas de afrontar las situaciones, especialmente aquellas que nos generan temor.
Debemos revisar nuestro diálogo interior constante y si éste se encuentra lleno de
mensajes de angustia, de impotencia, de predicción negativa de las circunstancias
futuras, etc.
El tratamiento idóneo para los Trastornos de Ansiedad implica el trabajo con un
profesional que facilite el dominio progresivo de la respuesta que ejerce el cuerpo ante
el miedo. Asimismo se requiere un cambio de los esquemas cognitivos que la persona
haya establecido en la vida cotidiana y generar un diálogo interno que favorezca el
enfrentamiento de las situaciones, de esta manera se contrarresta la evitación típica
de los cuadros ansiosos.
La labor implica además valorar cómo se enfrentaban las situaciones estresantes en la
familia de origen, si había otras personas ansiosas en este contexto y cómo se le hizo
sentir a la persona con respecto a sus capacidades para resolver problemas cotidianos.
Se ha encontrado una alta prevalencia del factor hereditario en la génesis y
mantenimiento de los trastornos de ansiedad.
La vivencia de una actitud flexible con capacidad de adaptar o enfrentarse a las
diferentes circunstancias es parte fundamental del tratamiento, aspecto que permitirá
que la persona logre reconocer sus capacidades, sentirse en dominio de diferentes
circunstancias y por ende, de tener mayor efectividad en la resolución de situaciones
cotidianas. De esta manera, el miedo y la preocupación se aleja, no permanece tal y
como sucede en los cuadros anteriormente descritos.
MSc. Dyalá Castro Cabezas.
Psicóloga Clínica.
Centro de Psicología y Desarrollo
Tel: 2281-1165, 2281-1257
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