evaluación del nivel de actividad física mediante la aplicación del

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Revista electrónica de Ciencias Aplicadas al Deporte, Vol. 1, N° 3, Diciembre de 2008.
EVALUACIÓN DEL NIVEL DE ACTIVIDAD FÍSICA MEDIANTE LA APLICACIÓN
DEL CUESTIONARIO INTERNACIONAL DE ACTIVIDAD FÍSICA IPAQ EN UNA
MUESTRA DE POBLACIÓN ADULTA (35-69 AÑOS) DE LA CIUDAD DE BUENOS
AIRES. Natalia Echegaray, Nelio Bazán.
RESUMEN
El objetivo del presente estudio fue conocer el nivel de actividad física de la población
adulta de 35 a 69 años de una muestra de la ciudad de Buenos Aires, y su relación con otras
variables, para lo que se aplicó el cuestionario IPAQ versión corta y uno secundario
indagando variables demográficas y patologías. Participó personal voluntario capacitado
del Instituto Superior de Deportes quienes encuestaron a personas de su entorno. El trabajo
se realizó durante la última semana de septiembre y la primera de octubre del 2006,
participando personal voluntario entrenado del Instituto Superior de Deportes.
La población final estudiada fue de 173 personas, de ellas el 52,02% correspondieron al
sexo femenino y el 47,98% al masculino, siendo la edad promedio de 47,83 años.
Los resultados muestran que el 30,64% realiza una actividad que le reporte beneficios a la
salud. Con respecto a la relación con la edad, se observó una tendencia a disminuir los
niveles de actividad a medida que aumenta el rango etáreo.
Por otro lado, las personas inactivas y mínimamente activas indicaron tener más patologías
(diabetes, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, hipertensión y sobrepeso) que el otro
grupo.
Si se consideran los puntos de corte usados en el IPAS-TANGO, realizado en la ciudad de
Buenos Aires del año 2003, tenemos que el 30,06% de la población es inactiva.
1
Revista electrónica de Ciencias Aplicadas al Deporte, Vol. 1, N° 3, Diciembre de 2008.
EVALUACIÓN DEL NIVEL DE ACTIVIDAD FÍSICA MEDIANTE LA APLICACIÓN
DEL CUESTIONARIO INTERNACIONAL DE ACTIVIDAD FÍSICA IPAQ EN UNA
MUESTRA DE POBLACIÓN ADULTA (35-69 AÑOS) de la ciudad de Buenos Aires.
Natalia Echegaray, Nelio Bazán. Instituto Superior de Deportes, Buenos Aires, 2006.
[email protected]
INTRODUCCIÓN
Los factores considerados determinantes de la salud están relacionados con los estilos de
vida, poseen múltiples dimensiones y están vinculados a varios problemas importantes para
la salud1.
La práctica habitual de actividad física es caracterizada como un componente vital para
establecer una situación ideal de salud. En adultos hay claras evidencias que muestran que
bajos niveles de actividad física están directamente relacionados con altos índices de
enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión, obesidad, osteoporosis y algunos tipos
de cáncer2
La salud posee componentes biológicos, pero es más que eso, es una construcción a lo largo
de toda la vida. Los factores condicionantes son el medio ambiente (polución), los factores
sociales (saneamiento, vivienda y transporte), el estilo de vida (alimentación, actividad
física, stress) y los factores biológicos. En cambio la enfermedad es el indicador de
desadaptación entre hombre, estilo de vida y medio ambiente. Caracterizado por la
morbilidad y la mortalidad.3
El sedentarismo influye en la morbilidad directamente o por su impacto en otros factores de
riesgo importantes, en particular la hipertensión, la hipercolesterolemia y la obesidad, las
personas físicamente activas tienden a ser más saludables que aquellas sedentarias. La
prevalencia global estimada de inactividad física entre adultos es del 17%, siendo mayor
entre las mujeres que en los hombres4. Dicha actividad decrece con la edad, decayendo a
partir de la adolescencia.
La actividad regular disminuye los riesgos de ataque cardíaco y cáncer de colon, pudiendo
ser por el efecto de las prostaglandinas, que reducen el tiempo de tránsito intestinal y
aumentan los niveles de antioxidantes. Estos beneficios son mediados por numerosos
mecanismos. En general se mejora el metabolismo de la glucosa, reduce la grasa corporal y
los niveles de presión sanguínea, siendo los principales medios a través de los cuales se
reduce el riesgo de ACV y diabetes.
También se asocia con bajos niveles de cáncer de pecho, relacionado al resultado del
metabolismo hormonal. La participación en la actividad física puede mejorar la salud
músculo-esquelética, controlar el peso corporal y reduce los síntomas de depresión. Los
posibles efectos benéficos sobre el músculo esquelético, así como sobre la osteoporosis, la
obesidad, la depresión, ansiedad y estrés, fueron reportados por numerosos estudios, como
1
Linares P., Hábitos alimentarios y actividad física en el tiempo libre de las mujeres adultas
catalanas.
2
US Department of Health and Human Services. Physical Activity and Health: A Report of the
Surgeon General. Atlanta, GA: US Department of Health and Human Services. Centers for Disease
Control and Prevention, National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion,
1996
3
Bazán N, Datos sin publicar.
4
WHO, Physical activity, 2006
2
Revista electrónica de Ciencias Aplicadas al Deporte, Vol. 1, N° 3, Diciembre de 2008.
por ejemplo un estudio realizado en alumnos de la universidad Harvard donde se observó
que la actividad física total, así como las actividades vigorosas mostraron una gran
reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares5. Todo esto redunda en beneficios
económicos, especialmente en términos de reducción de costos en la salud, aumento de la
productividad, etc. Datos de países desarrollados indican que los costos directos de la
inactividad son enormes. El costo asociado a esta inactividad sumada la obesidad suma
aproximadamente 9,4% del gasto nacional que EE. UU. , invirtió en salud en el año 1995, y
se estima que los individuos activos ahorraron un promedio de 500 dólares anuales en los
costos de salud de acuerdo con los datos obtenidos en 1998.
Varios factores sicológicos, sociales, ambientales y del comportamiento pueden determinar
hasta qué punto un individuo realiza actividades6.
El Dr. John Kearney, Director Científico del Instituto Europeo de Estudios Alimentarios, ha
declarado que desde el punto de vista de la salud pública, el aumento progresivo de la
actividad física de la población (sobre todos de quienes llevan habitualmente una vida
sedentaria) resultaría muy beneficioso para contener la epidemia de obesidad que se
expande con rapidez7.
El Centro Nacional de Prevención de Enfermedades Crónicas y Prevención de la Salud
reportó que más de la mitad de los adultos no practica actividad que le proporcione un
beneficio a la salud, mientras que el 25% de los adultos no practica ninguna actividad en su
tiempo libre. Mientras que a nivel mundial la OMS estima que acerca del 60% de los
adultos no son lo suficientemente activos como para que esto produzca beneficios en la
salud. Se evidenció que la inactividad parece ser mayor en áreas pobres8.
Un estudio realizado en adolescentes sugirió que la infrecuente participación en deportes
extra-escolares a los 14 años, sumado a un bajo grado de actividad física escolar, se asoció
a inactividad física a los 31 años, independientemente de las condiciones de la adultez9. Por
otro lado se ha visto que los planes curriculares de los diferentes niveles de Educación
Formal no incluyen actividad física suficiente para favorecer el establecimiento de hábitos
no sedentarios en la población escolar10. La realización de ejercicio físico evoluciona con
la edad y se observa un pico de actividad física en la franja de edad comprendida entre los
10 y los 13 años que progresivamente va descendiendo11.
Otra investigación realizada en mujeres obesas adultas observó una asociación positiva
entre la actividad física diaria total y la disminución de la presión arterial diastólica y la
frecuencia cardiaca en reposo tras el descenso de peso, lo cual podría explicarse mediante
los efectos beneficiosos del ejercicio regular y el mejoramiento del estado físico. El
ejercicio aeróbico ha demostrado ser útil para reducir los niveles de tensión arterial tanto en
sujetos sanos como hipertensos y se ha descrito una relación inversamente proporcional
5
Howard D. Sesso, ScD; Ralph S. Paffenbarger, Jr, Physical Activity and Coronary Heart Disease
in Men The Harvard Alumni Health Study, EE. UU. ,2000
6
Sharpe P, Investigación participativa para promover la actividad física en South Carolina, CDC
7
IEEA, Encuesta comunitaria sobre las tendencias de los consumidores respecto a la actividad
física, el peso y la salud publicada por la Comisión Europea (1999).
8
Christos Pitsavos, Epidemiology of leisure-time physical activity in socio-demographic, lifestyle
and psychological characteristics of men and women in Greece: the ATTICA Study, 2005
9
Tuija Tammelin M, Physical activity and social status in adolescence as predictors of physical
inactivity in adulthood, 2003
10
Guías alimentarias para la Población Argentina. 2000
11
Linares P., Hábitos alimentarios y actividad física en el tiempo libre de las mujeres adultas
catalanas.
3
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entre el grado de entrenamiento y la presión arterial. Los beneficios obtenidos por el
ejercicio aeróbico sobre los niveles tensiónales desaparece junto con el abandono de su
práctica y la pérdida del efecto del entrenamiento. La bradicardia inducida por el ejercicio
programado tanto en condiciones basales como submáximas, constituye uno de los efectos
más característicos y estaría relacionado con factores cardiacos y extra cardiacos. Los
estudios realizados con animales de experimentación y en seres humanos han demostrado
que el efecto sobre la frecuencia cardiaca persiste pese al bloqueo autonómico e
involucraría adaptaciones intrínsecas del músculo cardiaco. La menor frecuencia cardiaca,
junto con una disminución de la poscarga por acción vasodilatadora, constituyen
mecanismos que mejoran la eficiencia cardiovascular.12
Un estudio llevado a cabo en 1989 por el Departamento de Salud de Estados Unidos
determinó que para contribuir al mantenimiento o a la mejoría del estado de salud de los
individuos era necesario que éstos realizasen actividad física de manera regular,
mantuviesen un peso dentro de los parámetros considerados normales; realizasen una dieta
adecuada a ellos y hubiese ausencia de tabaco y abstinencia o moderación en el consumo de
alcohol.
Un factor específico que se asocia con la participación en deportes y ejercicios es la edad.
Los estudios en el Brasil, Chile y Perú demuestran que la participación se reduce a medida
que avanza la edad, lo cual coincide con los resultados de muchos estudios en otras partes
del mundo13
La adultez joven característicamente cubre el período que va desde los 20 a los 35 años,
cuando tanto las funciones biológicas como el rendimiento físico alcanzan su pico. Durante
la mediana edad (35-45 años), la actividad física comúnmente declina, con una
acumulación de grasa corporal de 5-10 kg. Durante la mediana edad tardía (45-65 años),
esta actividad tiende a seguir disminuyendo. 14
ACTIVIDAD FÍSICA
Es importante identificar el grado de actividad física que realizan los individuos y estudiar
si tiene relación con su estado general de salud. Cada vez es mayor el número de estudios
que han observado una relación entre la inactividad física y una mayor morbi-mortalidad.
Caspersen ha definido la actividad física operativamente como cualquier movimiento
corporal producido por la musculatura esquelética que resulta en gasto energético15. Los
componentes del gasto energético total comprenden la tasa metabólica basal, que puede
comprender entre el 50 y el 70 % de la energía consumida; el efecto térmico de los
alimentos (entre el 7 y 10 %) y la actividad física. Este último componente es el más
variable y comprende las actividades del vivir cotidiano (bañarse, alimentarse y vestirse,
por ejemplo), el descanso, el trabajo y el deporte. Obviamente el gasto por actividad física
será mayor en los individuos activos. El ejercicio regular es la única manera voluntaria de
12
López-Fontana , Martínez-González , Sanchez-Villegas, Martínez , Influencia de la pérdida de
peso y la actividad física sobre factores de riesgo cardiovascular de mujeres obesas, España,
2006
13
Gris J., Salud y calidad de vida
14
Shephard R., Envejecimiento y Ejercicio.
15
Bazán N, et al., Ob.cit.
4
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aumentar el gasto energético, el cual produce la remoción de las reservas energéticas
corporales, lo que se traduce en pérdida de tejido adiposo16.
MEDICIÓN DE LA ACTIVIDAD FÍSICA
La medición de la actividad física es un proceso complicado. Diversos sistemas se
implementaron para la medición del gasto energético como por ejemplo agua doblemente
marcada, acelerómetros y sensores de movimiento. Todos registran objetivamente ciertas
características de las actividades durante un período determinado, pero por diversas razones
son inadecuados para estudios epidemiológicos.
La técnica del agua doblemente marcada es la más precisa y objetiva para evaluar la
energía total consumida. Sin embargo esta técnica es muy costosa para ser considerada en
estudios poblacionales.
Otra forma que surgió como herramienta para esta medición fueron los cuestionarios. Se
usan en estudios epidemiológicos siendo instrumentos de medición subjetiva. Varios
modelos de cuestionarios sirven para registrar la actividad y son capaces de recolectar y
guardar datos de varios días, semanas e incluso meses17. Una de las principales
consideraciones a tener en cuenta a la hora de seleccionar un instrumento de evaluación es
la capacidad para distinguir patrones de actividad.
Sus ventajas son ser poco invasivos, bastante prácticos, de aceptable precisión (fiable y
valido). Las mediciones objetivas de gasto energético (la cámara respiratoria, la técnica de
agua doblemente marcada) son importantes para la validación y verificación
fehacientemente de que los resultados sean representativos de la población en estudio18 .
Los cuestionarios de actividad física varían según la forma en que se los implementa,
pueden ser auto administrados o con un encuestador que dirige el interrogatorio. Pueden
preguntar sobre actividades diarias o sobre las realizadas en el día, semana o mes pasado.
Aquellos que tienen un enfoque a largo plazo, que preguntan sobre conductas en el ultimo
mes o trimestre por ejemplo, pueden reflejar mejor los patrones de actividad (ocio,
ocupacional, domésticos). Los cuestionarios a corto plazo, por ejemplo, preguntando sobre
la ultima semana de actividad, pueden ser mejor validados que los de a largo plazo, y
aunque quizás no reflejen tan precisamente el comportamiento usual de la población, son
más prácticos a la hora de ser implementados. La obtención de los mejores resultados sobre
niveles de actividad física es con los cuestionarios que incluyen ambas modalidades, pero
tienen el problema de no ser prácticos ya que cansan y aburren al encuestado.
Los cuestionarios pueden medir el tipo de actividad (relacionada con el ocio o el trabajo),
frecuencia (promedio de sesiones por unidad de tiempo), duración (minutos por sesión) e
intensidad (costo metabólico) de la actividad. Pueden calcular el total de tiempo gastado
resultante de multiplicar la frecuencia por la duración, si a su vez, es multiplicada por la
intensidad se puede calcular la energía gastada. Este costo metabólico es expresado en
Mets, que representa la tasa metabólica basal de un individuo. El gasto en reposo determina
un consumo de 3.5 ml de oxigeno por Kg de peso corporal por minuto y es
16
Guías alimentarias para la población Argentina. 2000
Melanson EL, Physical activity assessment: a review of methods
18
Paffenbarger, Physical activity and risk of developing colorectal cancer among college alumni,
1991
17
5
Revista electrónica de Ciencias Aplicadas al Deporte, Vol. 1, N° 3, Diciembre de 2008.
aproximadamente 1 kcal / kg / h. Si tenemos en cuenta el peso corporal se obtiene como
resultado el gasto de energía expresado en calorías por semana .
Una investigación realizada en España pretendió comparar dos métodos de estimación de
actividad física en una población de mujeres con obesidad, y se vio que el cuestionario
(se utilizó una adaptación de las cohortes de Harward School of Public Health) reveló una
asociación positiva altamente significativa (p < 0,01) con el acelerómetro triaxial19.
IPAQ
Hay muchas maneras de analizar la actividad física, entre 1997 y 1998 un Grupo de
Consenso Internacional se planteó la necesidad de proporcionar un instrumento
óptimamente desarrollado que pudiese ser utilizado a escala internacional y que facilitase
una herramienta que permitiese obtener estimaciones comparables de la actividad física.
El IPAQ es un consenso no formal de un método correcto de para definir y describir los
niveles de actividad física basados en encuestas autoadministradas. El desarrollo de un
sistema de medición internacional de la actividad física comenzó en Ginebra en 1998, y
continuó con ensayos extensivos de confiabilidad y validación llevados a cabo en 12 países
(14 lugares), en 6 continentes, que en Latinoamérica incluyó a Brasil y Guatemala, además
de Australia, Canadá, Finlandia, Italia, Japón, Portugal, África del Sur, Suecia, Inglaterra y
Estados Unidos, durante el 2000 por un grupo de investigadores de la Organización
Mundial de la Salud para intentar tener una herramienta de trabajo que pudiera ser usada
por todo el mundo. Los resultados finales sugieren que estas mediciones tienen atributos
aceptables de medición para aplicar en muchos escenarios y en diferentes idiomas, y son
adecuados para los estudios de prevalencia basados en poblaciones nacionales sobre la
participación en la actividad física20.
El cuestionario interroga acerca de:
• La cantidad de sesiones semanales y la duración de éstas (Se incluye actividad
laboral, transporte y tiempo de ocio) con actividades vigorosas, moderadas y
caminatas
• Tiempo sentado
• En algunas versiones, se agrega un apartado demográfico (edad, sexo, años de
estudios, horas de trabajo).
La forma corta de IPAQ es un instrumento designado primariamente para medir la
actividad física entre adultos. Fue desarrollado y testeado para ser usado en adultos (rango
de edad de 15-69 años) y hasta que no se hagan más investigaciones no se recomienda su
uso en personas menores o mayores a este rango etáreo. Este cuestionario interroga acerca
de tres tipos de actividad física mencionada anteriormente. Los tipos específicos de
actividad evaluados son caminata, actividades de moderada intensidad y actividades de
vigorosa intensidad.
19
CM López-Fontana, MA Martíne-González, A. Sanchez-Villegas y JA Martínez, Comparación de
la estimación de la actividad física en una población de mujeres obesas por acelerometría y con
cuestionario
20
Cuestionario internacional de actividad física IPAQ: Formato corto autoadministrado de los
últimos 7 días.
6
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El IPAQ tiene propiedades de medición aceptables. Considerando las diversas muestras
que se usaron en el estudio de validación es apto para monitorear niveles de actividad física
entre la población de 15 a 69 años en diversos escenarios. La forma corta de dicho
cuestionario es recomendada para el monitoreo nacional21.
PROGRAMA IPAS-TANGO
Como antecedente de esta investigación que actualmente realizamos, tenemos el IPAS
TANGO. El IPAS – International Physical Activity Surveillance, es un programa en el cual
se aplicó el cuestionario IPAQ. Fue idea del Laboratorio de Actividad Física y Salud que
Argentina formara parte de este programa de vigilancia epidemiológico. Así en el año 2002
se iniciaron las conversaciones entre la Asociación Metropolitana de Medicina del Deporte
y el Instituto Superior de Deportes. Se decidió entonces aplicar el cuestionario corto
autoadministrado y se debió traducir la versión inglesa oficial a un español – argentino,
para luego realizar la retro – traducción al inglés, para que fuera finalmente aceptada.
Esta investigación, realizada en el año 2003, arrojó los siguientes datos: La población final
estudiada fue de 1309 personas de 15 a 69 años, de ellas 707 (54 %) correspondieron al
sexo masculino y 602 (46 %) al femenino, siendo la edad promedio de 38,2 años. Solo el
0,9 % de los encuestados refirió no estar sentado durante los días hábiles, siendo el
promedio de tiempo sentado de 5,27 horas semanales, sin diferencias con aquellos que son
inactivos. El nivel de inactividad física en la población de la ciudad de Buenos Aires,
estimada por este cuestionario es del 24,1 %, que contrasta con valores obtenidos en otros
países utilizando metodología similar. Si se consideran las recomendaciones de OPS
(PAHO) y el CDC (180 minutos semanales), la prevalencia de inactividad física es del 27,2
% (356 adultos, con 49,5 % de hombres y 50,5 % de mujeres22.
Con el presente estudio esperamos aportar más información sobre los hábitos de actividad
física, grado de sedentarismo y presencia de patologías de las personas adultas de la ciudad
de Buenos Aires con el fin de que las autoridades puedan desarrollar programas adecuados
y adaptados a la problemática del colectivo en cuestión.
21
22
Craig C.L, International physical activity questionnaire: 12-country reliability and validity
Bazán N., et al.., IPAS TANGO- International Physical Activity Surveillance / Buenos Aires 2003
7
Revista electrónica de Ciencias Aplicadas al Deporte, Vol. 1, N° 3, Diciembre de 2008.
DISEÑO METODOLÓGICO
Se realizó un estudio descriptivo y transversal, durante los meses de septiembre y octubre
del 2006. En el mismo se aplicó el formato auto administrado corto del cuestionario IPAQ
(International Physical Activity Questionnaire) junto a un cuestionario secundario
indagando variables demográficas y patologías. El trabajo se realizó durante la última
semana de septiembre y la primera de octubre, participando personal voluntario capacitado
del Instituto Superior de Deportes quienes encuestaron a personas de su entorno con un
rango de edad comprendido entre los 35-69 años. En base al Score categórico del Protocolo
IPAQ 2005, se clasificó a las personas en tres niveles de actividad: Inactivos, Mínimamente
activos y actividad física que favorece a la salud. También se consideraron físicamente
inactivas todas aquellas personas que realizaban menos de 150 minutos de actividad física
semanal. Igualando o superando ese nivel se consideraron físicamente activos, lo que
permitió comparar los resultados con el IPAS-TANGO, realizado en el año 2003.
Objetivo general:
• Conocer el nivel de actividad física de la población adulta de 35 a 69 años de una
muestra de la ciudad de Buenos Aires
Objetivos específicos
• Determinar que porcentaje de la población realiza actividad física que redunda en
beneficios para la salud
• Establecer cuales son los niveles de actividad física
• Analizar el comportamiento de las variables demográficas como sexo y edad
• Relacionar la actividad física con las patologías existentes
Hipótesis
• La prevalencia de actividad física en población de 35 a 69 años a estudiar es baja
para alcanzar los niveles recomendados como saludables.
Población y muestra
• Estuvo conformada por personas del entorno familiar de los estudiantes del Instituto
Superior del Deporte con un rango de edad comprendido entre los 35-69 años.
Criterios de Inclusión:
• Rango etáreo 35-69 años
• Consentimiento para participar en la investigación
Criterios de exclusión:
• Planillas no completas en la forma correcta
• Planillas no realizadas en el tiempo indicado (primavera)
Variables IPAQ
• Días de actividad física: Vigorosa, moderada y caminata
• Horas de actividad física: Vigorosa, moderada y caminata
• Minutos de actividad física: Vigorosa, moderada y caminata.
8
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• Total de minutos de actividad
• METs: Actividad vigorosa, moderada y caminata.
• METs Totales
Niveles de actividad física
Estos niveles están basados en el Protocolo IPAQ de scoring.
1. Inactivo
a. Ninguna actividad es reportada
b. Es reportada alguna actividad física pero no es suficiente pero no es
suficiente para corresponder a la categoría 2 o 3
2. Mínimamente activo: Alguno de los siguientes criterios:
a. 3 o más días de actividad vigorosa o al menos 20 minutos de actividad por
día.
b. 5 o más días de actividad de moderada intensidad y/o caminata de al menos
30 minutos por día
c. 5 o más días de cualquier combinación de caminata o actividad vigorosa
moderada que alcancen al menos 600 Mets-min/semana
3. Activo - actividad física que favorece la salud: Cumple uno de los siguientes
criterios:
a. Actividades de vigorosa intensidad en al menos 3 días con una acumulación
mínima de 1500 Mets/min/semana
b. 7 o mas días de combinación de caminata, actividad moderada,
c. o actividades de intensidad vigorosa, acumulando como mínimo 3000
Mets/min/semana
Variables encuesta secundaria
• Edad: Medida en años cumplidos. Entre 35-69 años
• Sexo: Femenino / Masculino
• Patologías:
Diabetes
Hipertensión arterial
Hipercolesterolemia
Hipertrigliceridemia
Sobrepeso
SI
SI
SI
SI
SI
NO
NO
NO
NO
NO
NO SABE
NO SABE
NO SABE
NO SABE
NO SABE
Tratamiento estadístico
Para la tabulación y análisis de los datos, se utilizó el paquete estadístico del programa
Microsoft Office Excel 2003 para Windows XP Profesional y el programa EPINFO
Versión 6.
9
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RESULTADOS
La población final estudiada fue de 173 personas de 35 a 69 años, de ellas 90 (52,02 %)
correspondieron al sexo femenino y 83 (47,97 %) al masculino, siendo la edad promedio de
47,82 años. Del total de la población analizada se desprenden los siguientes datos:
N
53
58
62
Actividad física que favorece a la salud
Mìnimamente activo
Inactivo
%
30,64%
33,53%
35,84%
Niveles de actividad física
% de la población
36%
35%
34%
33%
32%
31%
30%
29%
28%
Act. que
favorece la
salud
Mínimamente
activo
Inactivo
Al dividir los resultados en 2 grupos; Actividad que favorece a la salud e inactivos o
mínimamente activos, se ve:
Nivel de actividad física
30,64%
69,36%
Act. que favorece la salud
Inactivos-Mínimamente activos
Según el sexo de los encuestados se pudo establecer la siguiente clasificación:
FEM
MASC
Act. que
favorece la salud
23,33%
35,56%
De aquellas personas activas:
10
InactivoMínimamente
activo
76,67%
64,44%
Revista electrónica de Ciencias Aplicadas al Deporte, Vol. 1, N° 3, Diciembre de 2008.
Actividad física que favorece a la
salud
39,62%
60,38%
FEM
MASC
Al comparar ambos grupos mediante la prueba de Chi cuadrado, no se hallaron diferencias
estadísticamente significativas (p<0,030). Se dividió a la población en rangos etáreos y se
los relacionó con el nivel de actividad física:
Actividad que favorece
salud
Mínimamente
activos e inactivos
35-44 años
37,68%
62,32%
45-54 años
26,79%
73,21%
55 a 69 años
25,00%
75,00%
Rango de edad
No se hallaron diferencias estadísticamente significativas (p<0.25) que demuestren que al
aumentar la edad disminuye el nivel de actividad, aunque si se puede ver una tendencia a
que aumente el nivel de inactividad y mínimamente activos.
También se encuestó acerca de las patologías presentes, y se extrajeron los siguientes datos:
N
%
SI
9
5,20%
N
%
32
18,50
N
%
17
9,83
N
%
31
17,92
N
%
58
33,53
DBT
NO
157
90,76%
COLESTEROL
128
73,99
TAG
117
67,63
HTA
130
75,14
SOBREPESO
105
60,69
NO SABE
7
4,04%
13
7,51
39
22,54
12
6,94
10
5,78
Al relacionarse con el nivel de actividad física se vio la siguiente tendencia:
11
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Actividad que favorece a
la salud (%)
Inactivos-Mínimamente
activos (%)
DBT
22,22%
77,78%
COLESTEROL
TAG
18,75%
17,65%
81,25%
82,35%
HTA
SOBREPESO
16,13%
20,69%
83,87%
79,31%
Con respecto a la clasificación que se propuso basada en los minutos por semana de
actividad que realizan las personas se obtuvo que:
N
%
ACTIVO (>150 min/sem)
121
69,94%
INACTIVO
52
30,06%
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los resultados muestran que el nivel de actividad física que favorece a la salud en la
población evaluada perteneciente a la de la ciudad de Buenos Aires, estimada por este
cuestionario, es del 30,64 %, las demás personas evaluadas no alcanzan niveles de actividad
que les reporte un beneficio a la salud.
Con respecto a la relación con la edad, se observó una tendencia a disminuir los niveles de
actividad a medida que aumenta el rango etáreo, teniendo un comportamiento
indirectamente proporcional, si bien no se hallaron diferencias significativas al relacionar
los grupos. Si lo comparamos con el estudio realizado por el Dr. Bazán, donde se analizó a
la población de la ciudad de Buenos Aires desde los 15 años a los 69 años, hallando una
prevalencia del 45,5% de activos con un nivel de actividad física que tenga impacto a nivel
de salud23, con respecto a este estudio vemos que hay una disminución de los niveles de
actividad.
En relación al sexo, del total de encuestados que realizaron actividades favorables para la
salud, se vio una mayor proporción de varones, sin mostrar diferencias estadísticamente
significativas a favor de alguno.
Las personas inactivas y mínimamente activas indicaron tener más patologías (diabetes,
hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, hipertensión y sobrepeso) que el otro grupo.
Al analizar los datos con respecto a la clasificación que fue propuesta por el IPAS-TANGO
2003, basada en los minutos por semana de actividad que realizan las personas, se hallaron
diferencias, mostrando que las personas estudiadas en la presente investigación tiene
mayores índices de inactividad física (30,06%), que aquellas evaluadas en el programa
anteriormente mencionado (24,1%), mostrando que estos niveles de actividad se relacionan
23
Bazán N., Datos sin publicar.
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con edad, tendiendo a disminuir a la medida que esta variable avanza.
Los cuestionarios representan el instrumento más accesible para la evaluación usual de la
actividad física, sobretodo en los estudios epidemiológicos debido a la facilidad de aplicar a
grandes grupos, bajos costos y permitir colectar información con relación al tipo de
contexto en el cual es llevado acabo, lo que no suele ocurrir con otros elementos de
evaluación.
Si bien se pueden advertir limitaciones, como la naturaleza transversal de las mediciones, y
al estar la información aportada por los participantes se incrementan las posibilidades de
sesgo de memoria, lo cual puede limitarse en el formato corto de IPAQ, al preguntar por
tiempos más breves.
También se hallan restricciones al preguntar sobre las patologías presentes en la población,
ya que es el encuestado quien refiere su presencia, ausencia o desconocimiento, pudiendo
llevar a errores por falta de conocimiento,
El uso de un indicador estándar, como el IPAQ, permite hacer comparaciones dentro de un
país, entre países y a nivele regional y mundial. Lo que permite contar con datos
comparables, y proponer acciones , tales como la adopción de políticas, las campañas
publicitarias, la promoción de la caminata y la bicicleta como medio de transportes, y otras
acciones intersectoriales orientadas a fomentar estilos de vida activos, ya que son bien
conocidas las ventajas de realizar de manera sistemática ejercicio físico sobre la mejoría
del sistema respiratorio, circulatorio, nervioso, óseo, endocrino, etc., sin olvidarse de los
muchos condicionantes positivos que tiene sobre el estado mental de las personas.
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