El niño, objeto primordial de responsabilidad Dr. Enrique Domville* La primera responsabilidad del ser humano es hacia aquellos a los cuales tiene que preparar para la herencia del futuro. El concepto de esta responsabilidad implica el deber y el deber de ser de algo, esta posibilidad de éxito está relacionada con la capacidad del padre y de el reconocer los estadios de crecimiento por los cuales pasa el hijo; este deber y el deber ser en algunas ocasiones lo ven como cosa natural y siguen los ejemplos recibidos. Sin embargo si consideramos que los ejemplos recibidos son del pasado y el padre ha caminado a un futuro y que su responsabilidad es enseñar este presente, que será el pasado y otorgarle la posibilidad de mejorar el futuro; las madres desde un principio cuidan amorosamente al recién nacido quién carece de pensamientos y sólo responde a los estímulos relacionados a la supervivencia: comer, dormir y demostrar su disgusto cuando está mojado; en ese momento se aprecia el amor materno aparece el sacrificio, eso es el deber ser de una madre en este estadio. Si consideramos que el niño va a crecer, debemos de tomar en consideración a clásicos como Paiget, el cual nos menciona etapas en el crecimiento del niño, quien de tres a ocho años identifica reglas morales con leyes físicas, por lo que las normas morales son predicados físicos de las cosas, que no tienen relación directa con la intención o los valores humanos, el realismo del niño pequeño sostiene éste, le hace modificar los morales como con lo real y las normas morales como las físicas son absolutas, sagradas e impecables, comienza un lento proceso de evolución y se van interiorizando de tal modo que los sujetos acaban distanciándose de las demandas externas en favor de los principios internos “la autonomía”, cuando esto sucede podríamos considerar que se identifica con el principio de justicia y en similares circunstancias el trato es igual para todos (8 y 11 años) se completa un criterio de equidad que modula al anterior de igualdad, esto alrededor de los 11 o 12 años. Kohlberg tiene estudios que podríamos identificar en fases, en las cuales el niño va adquiriendo sentido y responsabilidad con decisiones propias (autonomía) y desarrollo hacia la estabilización que podríamos considerar como el crecimiento racional y no necesariamente se llega a la maduración mental. Sabemos que hay menores maduros y la tendencia actual en el mundo, en las áreas de psiquiatría y psicología, es considerar al menor de 16 años como menor maduro, capaz de tomar decisiones siempre que éstas no estén enviciadas (drogadicción). El reconocimiento y conocimiento de estas fases, en el desarrollo natural del infante, es la gran responsabilidad de los padres, guiarlos hacia la adquisición de la responsabilidad que ellos en el presente tendrán, como maduros en el futuro y donde el ciclo, una vez iniciado, será repetitivo; el desarrollo moral alcanza cierta madurez, parece ser que entre los 16 y 18 años, esto se reflejó en las leyes liberales del siglo XIX y situaron la mayoría de edad alrededor de 21 años y la de emancipación a los 18, hoy vemos en psicología evolutiva de la moralidad que se demuestra en la mayor parte de los adolescentes, alcanzan su madurez moral antes de esa edad, entre los 13 y los 15 años, cuatro o cinco años anteriores a los que se creía. En el mundo actual esta madurez está relacionada con la información externa: internet, televisión, revistas y cine, en la cual se rompen paradigmas promoviendo el libre ejercicio de la autonomía, teniendo como consecuencia embarazos en adolescentes, así como enfermedades de trasmisión sexual, alcoholismo. Por una autonomía en madurez como resultado los padres, en muchas ocasiones, ignorantes de la evolución racional de los hijos y haciendo uso de facultades relacionadas con la fisiología, cuando se ejerce un derecho, el ser racional siempre debe considerar el resultado del ejercicio de éste tanto para él, como para terceros a quienes se puedan involucrar. Las leyes en España han evolucionado y ahora permiten algún grado de autonomía para la elección de tratamientos médicos. Sin embargo cuando se trata de terceras personas esta autonomía deberá ser restringida y padres o tutores deberán tener la información de la elección del menor. Continuaremos la próxima semana con el tema. *Comisionado Estatal de Bioética de Oaxaca. Emilio Carranza 1221 Col. Reforma, Tel. (951) 50 26588, Email: [email protected]