I INFORME TRIBUTARIO Tratamiento del Impuesto a la Renta asumido por un Tercero Henry Brun Herbozo y Sandra Rojas Novoa Miembro del Staff Interno de la Revista Actualidad Empresarial 1. Introducción Resulta una práctica usual en el mercado que las empresas al contratar con personas naturales, domiciliadas o no, asuman los gastos que corresponden al Impuesto a la Renta de dichas personas. Estos casos se presentan con relativa frecuencia en el ámbito empresarial, ya sea por rentas de primera, cuarta o quinta categoría y que en los dos últimos casos deben ser objeto de retención en la fuente, es decir, descontados del ingreso o remuneración que perciben estas personas, o en el caso del arrendamiento de bienes muebles e inmuebles en los cuales se pacta que el impuesto será pagado por el arrendador, siendo lo establecido por la norma tributaria que sea el propietario del bien quien asuma la declaración y pago por dicho concepto. En el presente informe, analizaremos las consecuencias derivadas de este fenómeno que se conoce como traslación del impuesto y los efectos que produce en el Impuesto a la Renta, tanto para el perceptor de la renta como para el sujeto que asume la carga del impuesto, así como la aplicación del Decreto Supremo Nº 1222000-EF en la medida que establece una precisión al artículo 47º de la Ley del Impuesto a la Renta, que regula el tratamiento del Impuesto a la Renta asumido por un tercero. SEGUNDA QUINCENA - NOVIEMBRE 2005 2. Planteamiento del Problema 1-4 Para apreciar el problema que se presenta en la práctica, citaremos un ejemplo en el que el usuario del servicio asume el impuesto que le corresponde a un perceptor de rentas de cuarta categoría: Una empresa contrató los servicios de un profesional independiente para el mes de enero 2005 con el cual pactó un monto de S/. 7,000 (Siete mil Nuevos Soles) por sus servicios, los cuales fueron prestados en ese mismo mes, girándose en su oportunidad el respectivo recibo por honorarios. En este caso, al ser el monto del recibo superior a S/.700 (Setecientos Nuevos Soles) correspondería aplicarle al independiente la retención del 10%, que equivaldría a S/.700 (Setecientos Nuevos Soles) por Impuesto a la Renta de cuarta categoría, pero el usuario del servicio decide asumir el pago del impuesto que le correspondería al perceptor de la renta y por ende cancela el importe total del recibo. En consecuencia, se ha dejado de retener y pagar al fisco el importe de S/.700 (Setecientos Nuevos Soles) y el independiente ha percibido por tal motivo un mayor ingreso que el que le correspondería de haberse aplicado la retención. Tenemos entonces que el problema que se presenta estará determinado por dos INSTITUTO PACÍFICO preguntas fundamentales, según se trate la empresa que asume el pago del impuesto o de la persona natural cuyo impuesto será asumido. Así, podemos plantear las siguientes interrogantes respecto del tratamiento que deberá dar la empresa ¿El impuesto asumido será gasto deducible para la empresa? y ¿El impuesto asumido por la empresa deberá considerarse como un mayor ingreso para su perceptor? Para absolver estas interrogantes, primero debemos comprender en qué consiste la traslación del Impuesto a la Renta y si es aceptable tributariamente que la obligación de pago del impuesto sea trasladada a un tercero como ocurrió en el caso planteado. 3. Fenómeno económico de la traslación del impuesto Una de las clasificaciones más comunes de los impuestos distingue entre impuestos directos e impuestos indirectos. Dicha clasificación se realiza partiendo de la observación del fenómeno económico que se presenta en la traslación de tributos, la cual consiste en la transferencia económica de la carga impositiva de un impuesto del contribuyente hacia un tercero. Según esta teoría se consideran impuestos directo a aquéllos que no son susceptibles de ser trasladados económicamente a un tercero, siendo el ejemplo por excelencia de impuesto directo el Impuesto a la Renta, en donde se exige que la persona que percibe el ingreso realice el pago como contribuyente. Por su parte, se considerarán impuestos indirectos a aquéllos que son trasladables económicamente a un tercero, éste el caso del Impuesto General a las Ventas. Sin perjuicio de la clasificación antes señalada, en la práctica pueden presentarse supuestos en los que un impuesto directo, se torne en indirecto, tal es el caso del Impuesto a la Renta que es asumido por un tercero y cuyo tratamiento es materia del presente informe. En efecto, en la práctica pueden presentarse situaciones en las cuales el contribuyente traslada el Impuesto a la Renta que le correspondería pagar a un tercero, es el caso planteado en el ejemplo anterior en el que la empresa, asume el pago del impuesto que en teoría deberá corresponder al perceptor de renta de cuarta categoría. Esta práctica tiene repercusiones en el Impuesto a la Renta tanto para el contribuyente del impuesto, como para aquél que asume el pago del mismo, según explicaremos a continuación. 4. Tratamiento otorgado por la Ley del Impuesto a la Renta En cuanto al tratamiento que le otorga la Ley del Impuesto a la Renta distinguiremos entre el tratamiento que deberá recibir la empresa que asume el pago del Impuesto a la Renta, del tratamiento que deberá recibir el perceptor de la renta cuyo impuesto fue asumido por un tercero. 4.1 Tratándose de la empresa que asume el pago del impuesto El artículo 47º(1) de la Ley del Impuesto a la Renta establece como regla general que no será aceptada como deducción para la determinación de la renta neta de tercera categoría el Impuesto a la Renta que haya asumido el contribuyente y que corresponda a un tercero. Esta disposición determina que la empresa que asuma el pago del Impuesto a la Renta de un tercero no podrá deducir como gasto el impuesto que grave las rentas de primera, segunda, tercera, cuarta o quinta categoría, ni el impuesto asumido que corresponda a sujetos no domiciliados. Esto quiere decir que, si el contribuyente en calidad de empleador, agente retenedor o arrendatario asume la carga tributaria que corresponde por el pago del Impuesto a la Renta y que de acuerdo a la legislación deba ser soportada por el prestador del servicio, trabajador dependiente o arrendador, dichos desembolsos no serán reconocibles como gasto deducible y, en consecuencia, deberán ser adicionados al momento de determinar el Impuesto a la Renta de Tercera Categoría. No obstante, lo anterior, el artículo 47º antes citado reconoce una excepción a la regla general, al permitir al contribuyente deducir el Impuesto a la Renta que hubiere asumido y que corresponda a un tercero, siempre que dicho tributo grave los intereses por operaciones de crédito a favor de beneficiarios del exterior, siendo aceptable dicha deducción siempre que el contribuyente sea el obligado directo al pago de dichos intereses en su calidad de agente de retención. 4.2 Tratándose del perceptor de la renta cuyo impuesto fue asumido por un tercero Conforme al último párrafo del artículo 47º de la Ley de Renta, «el impuesto asumido no podrá ser considerado como una mayor renta por parte del perceptor de la misma», es decir, el impuesto que haya asumido un tercero no deberá considerarse parte de la base imponible sobre la cual se aplique el Impuesto a la Renta(2). Este artículo conforme se encuentra redactado resulta aplicable para perceptores de rentas de primera, segunda, cuarta o quinta categoría, e incluso para sujetos no domiciliados. En consecuencia, podemos concluir que el tratamiento que le otorga la Ley de Renta al perceptor del ingreso resulta coheren(1) "Artículo 47°.- El contribuyente no podrá deducir de la renta bruta el Impuesto a la Renta que haya asumido y que corresponda a un tercero. Por excepción, el contribuyente podrá deducir el Impuesto a la Renta que hubiere asumido y que corresponda a un tercero, cuando dicho tributo grave los intereses por operaciones de crédito a favor de beneficiarios del exterior. Esta deducción sólo será aceptable si el contribuyente es el obligado directo al pago de dichos intereses. El impuesto asumido no podrá ser considerado como una mayor renta del perceptor de la renta." (2) Este tratamiento es recogido en la RTF Nº 0157-4-2003 (15/ 01/2003) la misma que señala que no constituye renta de primera categoría para el arrendador el pago a cuenta asumido por el arrendatario, de conformidad con lo señalado en el artículo 47º de la Ley del Impuesto a la Renta, indicando que dichos pagos a cuenta deben ser considerados como créditos contra el impuesto en la medida en que fueron efectivamente realizados. AREA TRIBUTARIA Precisión al artículo 47º del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta realizada por el Decreto Supremo N° 112-2000-EF Mediante Decreto Supremo N° 112-2000EF(3) publicado con fecha 14.10.00, se realizó una "precisión" al artículo 47º de la Ley del Impuesto a la Renta en lo referente a lo que debía considerarse renta gravable o ingreso para efecto de determinar el impuesto por rentas de cuarta y quinta categoría. Este Decreto Supremo precisó que el monto que el empleador o usuario del servicio, según sea el caso, asumiera por los impuestos y contribuciones que corresponden, en calidad de contribuyentes, a los sujetos perceptores de rentas de cuarta y/o quinta categoría debían ser añadidos a la remuneración o retribución correspondiente. Como puede apreciarse, el Decreto Supremo ha establecido una regulación que aparentemente va más allá de lo señalado en la propia Ley del Impuesto a la Renta al considerar que si los tributos a los que se encuentran afectos los trabajadores por la prestación de sus servicios en forma dependiente o independiente son asumidos por el empleador o usuario del servicio -el cual no tiene la calidad de contribuyente respecto de estos tributos- el monto de los mismos formará parte de la remuneración o retribución por dichos servicios. En base al citado Decreto Supremo, la SUNAT a través del Informe Nº 016-2002SUNAT adoptó una posición en el sentido que si un sujeto distinto al contribuyente perceptor de rentas de cuarta o quinta categoría asume el pago del mismo, esto traerá como consecuencia el otorgamiento de un mayor ingreso al referido contribuyente y por consiguiente, tratándose de tributos como son los de cuarta y quinta categoría, al calcularse la base imponible de la remuneración o retribución por la prestación de servicios, deben considerarse los montos de los tributos asumidos por el empleador o usuario de los servicios. A continuación, analizaremos los efectos del Decreto Supremo en mención y determinaremos si efectivamente dicha norma contraviene el Principio de de Reserva de Ley contenido en la Constitución, para finalmente dar nuestra posición sobre el tema. (3) El Decreto Supremo N° 112-2000-EF al precisar la aplicación del artículo 47º de la Ley del Impuesto a la Renta dispone expresamente lo siguiente: "Precísase que se considera renta gravable o ingreso para efecto de lo dispuesto en los Artículos 33º y 34º del Texto Único Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por Decreto Supremo Nº 054-99-EF y otras normas tributarias, el monto que el empleador o usuario del servicio, según sea el caso, asuma por los impuestos y contribuciones que corresponden, en calidad de contribuyentes, a los sujetos perceptores de rentas de cuarta y/o quinta categoría. Dicho monto, para efectos tributarios, deberá añadirse a la remuneración o retribución correspondiente". Vulneración del Principio de Reserva de Ley en la regulación del Decreto Supremo N° 112-2000-EF Este Principio Constitucional Tributario se encuentra contenido en el artículo 74° de la Constitución, dentro del cual se describe a la Potestad Tributaria como aquella facultad del Estado para crear, modificar o derogar tributos, así como, para otorgar beneficios tributarios. Dicha potestad puede manifestarse a través de los distintos niveles de Gobierno u órganos del Estado Gobierno Central, Regional y Local-; sin embargo, no puede ejercerse en forma irrestricta o ilimitada, sino que debe realizarse acorde a los principios y límites que la propia Constitución y las leyes de la materia establecen. Estos límites son los llamados «Principios Constitucionales Tributarios» y que se traducen en el Principio de Reserva de Ley, Igualdad, Respeto de los Derechos Fundamentales de las Personas y el Principio de No Confiscatoriedad. El Principio de Reserva de Ley postula que la creación, modificación, derogación o exoneración -entre otros- de tributos queda reservada únicamente a una ley emanada del Poder Legislativo o a un decreto legislativo mediante la delegación de facultades del Poder Legislativo al Ejecutivo; debiendo en los citados instrumentos legales describirse los elementos esenciales de los tributos como son: La alícuota, la descripción del hecho gravado (aspecto material), el sujeto acreedor y deudor del tributo (aspecto personal), el momento del nacimiento de la obligación tributaria (aspecto temporal), y el lugar de su acaecimiento (aspecto espacial). En base a estas definiciones preliminares, seguidamente analizaremos si el Decreto Supremo N° 112-2000-EF vulnera el Principio de Reserva de la Ley al haber introducido una «precisión» sobre el artículo 47º de la Ley de Renta en referencia a lo que debe considerarse como ingreso o renta gravable para efectos de determinar las rentas de cuarta y quinta categoría. El citado Decreto Supremo señala que forma parte del ingreso para el perceptor de las rentas de cuarta o quinta categoría el monto que el empleador o usuario del servicio asuma por los impuestos o contribuciones que corresponden en calidad de contribuyentes a los perceptores de dichas rentas, pese a que el artículo 47° de la Ley del Impuesto a la Renta establece que: "El impuesto asumido no podrá ser considerado como una mayor renta del perceptor de la renta", sin distinguir el tipo de renta al que corresponda el tributo. Al comparar ambos textos podemos advertir que el Decreto Supremo representa un claro exceso en las facultades reglamentarias otorgadas al Poder Ejecutivo, por cuanto se ha pretendido incluir al impuesto asumido por tercero como supuesto susceptible de formar parte de la renta gravada de los perceptores de rentas de cuarta y quinta categoría y, en consecuencia, afectarlo al pago del Impuesto a la Renta, lo que en la Ley del Impuesto a la Renta -norma que evidentemente os- tenta un rango superior a un decreto supremo- ya se había establecido taxativamente como una exclusión a lo que debía considerarse como ingreso para los perceptores de dichas rentas. Por todo lo expuesto, consideramos que el Decreto Supremo en mención vulnera el Principio de Reserva de Ley y, por lo tanto, la precisión contenida en éste resulta inaplicable a efectos de establecer que el Impuesto a la Renta asumido por un tercero no constituye renta gravada para los perceptores de rentas de cuarta y quinta categoría. Finalmente, debemos señalar que la SUNAT, mediante el Informe 016-2002-SUNATK00000, en coincidencia con lo dispuesto en el Decreto Supremo, ha señalado que tratándose de tributos que deban calcularse sobre la base de la remuneración o retribución por la prestación de servicios, se considerará como parte de la base imponible los montos de los tributos asumidos por el empleador o usuario de los servicios. Esta posición, desde nuestro punto de vista, resulta del todo cuestionable teniendo en consideración que el informe se sustenta en lo establecido por el Decreto Supremo Decreto N° 112-2000-EF, norma que como señalamos anteriormente no respeta el Principio de Reserva de Ley contenido en la Constitución al contradecir expresamente lo previsto en el artículo 47º de la Ley del Impuesto a la Renta. Al aceptar la posición de la SUNAT podría llegarse al extremo de gravar dos veces una misma manifestación de riqueza, al gravar el impuesto asumido por un tercero vía adición en la Declaración Jurada del Impuesto a la Renta y por segunda vez en cabeza del perceptor del ingreso al considerarlo base de cálculo para la determinación del impuesto. 5. Conclusiones - El Impuesto a la Renta asumido por un tercero no será considerado como gasto deducible para efectos de la determinación de la renta neta de tercera categoría de quien lo asume, debiendo adicionarse dicho gasto al momento de determinar el Impuesto a la Renta Anual. - No se considerará ingreso para el perceptor de la renta cuyo impuesto fue asumido por un tercero, sea cual fuere el tipo de renta en aplicación de lo dispuesto por el último párrafo del artículo 47º de la Ley del Impuesto a la Renta al señalar expresamente que "el impuesto asumido no podrá ser considerado como una mayor renta del perceptor de la renta". - Lo establecido por el Decreto Supremo Nº 122-2000-EF que "precisa" la aplicación del artículo 47º de la Ley del Impuesto a la Renta contradice lo dispuesto por dicho artículo al establecer que en los casos de rentas de cuarta y quinta categoría el impuesto asumido será considerado como una mayor renta del perceptor de la renta, al vulnerar el Principio de Reserva de Ley; motivo por el cual dicha norma deviene en inaplicable. A CTUALIDAD EMPRESARIAL | N° 9 9 SEGUNDA QUINCENA - NOVIEMBRE 2005 te en relación al tratamiento que otorga la ley para el caso del tercero que asume el impuesto al no permitírsele a este último la deducción del mismo como gasto deducible, es decir, en ningún caso se permite el traslado del Impuesto a la Renta. En ese sentido, no se considerará como ingreso para el perceptor de la renta el monto del impuesto que asumió el tercero. I 1-5