ENSAYO SOBRE ARQUITECTURA MODERNA EN BOGOTÁ. REFERENCIAS EN LA OBRA DE GABRIEL SERRANO CAMARGO Dirección: Sergio Antonio Perea Restrepo Equipo de Investigación y Producción: Arquitectos, Esteban Solarte Pinto, María Ximena Manrique Niño, Sergio Antonio Perea Restrepo. Semillero de Investigación: Estudiantes de Arquitectura, Andrés Molano, Any Marcela Peña, Camilo Aragón, Carolina García, Jessica Pinzón, Julián Sosa, Natalia Correal. Agradecimientos a los arquitectos: Silvia Arango, Jorge Ramírez Nieto, Ricardo Daza, Jorge Bustamante, Germán Tellez. Filiación institucional / ocupación y ciudad: Docente/Investigador de la facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Piloto de Colombia, Bogotá/Colombia. Correo electrónico: [email protected] – [email protected] Resumen: El artículo retoma apartes de la investigación: ENSAYO SOBRE ARQUITECTURA MODERNA EN BOGOTÁ. REFERENCIAS EN LA OBRA DE GABRIEL SERRANO CAMARGO; en esta se propone una reflexión en torno al tema del patrimonio arquitectónico moderno y sus criterios de valoración. Como parte de la metodología de investigación se seleccionaron fuentes historiográficas, para complementar el ensayo con material de referencia que comparativamente permitiera el establecimiento de una correspondencia entre la arquitectura producida por Gabriel Serrano Camargo y los distintos casos históricos de arquitectura moderna que pudieron influenciarlo como diseñador. Los criterios bajo los cuales fueron escogidos los casos de las obras del arquitecto Gabriel Serrano Camargo, tienen que ver con su primera etapa como profesional, entre los años de 1939 y 1959. Las variables de entendimiento de la arquitectura moderna en Bogotá propuestas por la investigación, se basan en la definición que hace la arquitecta e historiadora Silvia Arango en su libro “Historia de la Arquitectura en Colombia”1, quien plantea que el reconocimiento de lo moderno en la arquitectura colombiana está determinado por tres formulaciones construidas en décadas anteriores (1920 y 1930) en Europa, y a estas variables se agrega una más que propone el entendimiento de lo tecnológico: Racionalidad Funcional, Abstracción Formal, Geometría Simple, y Eficiencia Constructiva. 1 Arango, Silvia. Historia de la Arquitectura en Colombia. Universidad Nacional; Centro Editorial. Bogotá, 1989. LA OBRA ARQUITECTÓNICA DE GABRIEL SERRANO CAMARGO DATOS BIBLIOGRÁFICOS: El Arquitecto Gabriel Serrano Camargo nació en Sogamoso, el 24 de marzo de 1909; sus padres fueron el coronel Ángel María Serrano y la señora Paulina Camargo de Serrano; en Bogotá obtuvo el grado de bachiller en filosofía y letras del Colegio de San Bartolomé en 1926; al concluir sus estudios de bachillerato buscó trabajo en la oficina de arquitectos de Alberto Manrique Martín como ayudante de diseño; ante la falta de centros universitarios en donde se cursaran estudios de arquitectura ingresa en el año de 1928 a la Escuela de Matemáticas e Ingeniería, plantel oficial que le confirió el título de Ingeniero Civil; su habilidad como dibujante y los conocimientos en construcción y diseño arquitectónico que adquirió en la oficina los arquitectos chilenos titulados en Alemania, Casanovas y Manheim, hicieron que Gabriel Serrano se inclinara empíricamente en el conocimiento de la arquitectura. Poco tiempo después de graduarse como Ingeniero en 1933, abrió un despacho junto a su colega José Gómez Pinzón y el arquitecto Camilo Cuellar Tamayo, firma creada bajo la razón social de Cuellar Serrano Gómez; desde esta oficina se proyectaron y realizaron numerosas obras valiosas para la arquitectura moderna en Colombia, representativas por su carácter innovador en la utilización de un lenguaje moderno internacional, de nuevas técnicas y sistemas constructivos estandarizados, y en las cuales se llevo a cabo la consolidación de una nueva escuela siguiendo los parámetros de la construcción arquitectónica moderna; en este proceso se lograron adiestrar operarios hormigoneros, mamposteros, pañetadores, carpinteros, pintores, plomeros, electricistas, etc.; todo este conocimiento dirigido a la formación de una nueva tradición se fundamento siempre en las búsquedas que el Arquitecto Gabriel Serrano Camargo llevó a cabo para lograr avances técnicos en la realización de edificios a gran escala; por ejemplo, cuando viaja a Brasil como Presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, trae la idea de sustituir las placas macizas de las estructuras de concreto convencionales, por unas aligeradas mediante el diseño y el cálculo de un procedimiento de aligeramiento de entrepisos con el empleo del ¨reticular celulado¨. Entre las obras realizadas por la firma Cuellar Serrano Gómez, dirigidas por el arquitecto Gabriel Serrano Camargo, se cuentan residencias privadas, urbanizaciones para el Banco central Hipotecario, proyectos como el de la ¨Ciudad Restrepo¨, primer ciudad dentro de la ciudad en Bogotá, obra proyectada en conjunto con los arquitectos chilenos Casanovas y Manheim; la obra que le dio el merito como experto en arquitectura hospitalaria fue la planificación y proyectación del Hospital San Carlos, por medio del cual logra recibir más adelante un premio de parte de la Sociedad Colombiana de Ingenieros. El Ingeniero Gabriel Serrano Camargo fue nombrado en 1936 profesor en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, fundada ese año; de los primeros viajes que hace el arquitecto Serrano Camargo a Estados Unidos lo realiza hacia el año de 1939 para visitar la Feria Mundial de Nueva York de lo cual deja dos extensos diarios con apuntes, dibujos y notas referentes a los grandes avances en la arquitectura mundial y especialmente la norteamericana. A lo largo de los siguientes años el arquitecto Gabriel Serrano Camargo ocupa cargos de importancia en la Universidad Nacional, la Comisión de Artes Plásticas, la Junta Directiva del Museo de Arte Moderno, la Caja de Vivienda Popular, el Instituto de Fomento Municipal, el Instituto de Crédito Territorial, miembro distinguido del Instituto Americano de Arquitectos y de los colegios de arquitectos de Bolivia, Brasil, Chile, México, Paraguay, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela, y miembro de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos. Entre otras distinciones, en 1947 Gabriel Serrano Camargo recibe en Colombia el Premio Nacional de Ingeniería, y el de la III Bienal Nacional de Arquitectura, y más adelante es condecorado por el presidente de la República con la Cruz de Boyacá; hacia 1948 a raíz del ¨Bogotazo¨, entra a formar parte, por designación del gobierno, de la junta de ¨Planeamiento para la reconstrucción de Bogotᨠdesde la cual propuso la intervención y renovación urbana del centro de la ciudad; en 1949 logra graduarse como arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia siendo su presidente de tesis el notable arquitecto Bruno Violi; Gabriel Serrano Camargo logró vincular a nuestro país al movimiento arquitectónico internacional promoviendo eventos académicos y profesionales, asistiendo a congresos y escribiendo en revistas acerca de la nueva arquitectura que estaba produciéndose en Colombia; como ejemplo de esta tarea promueve la realización del XII Congreso Panamericano de Arquitectos en el año de 1968; todo esto le permitió convertirse en una figura representativa para la arquitectura nacional, y un valioso exponente del pensamiento y la cultura de nuestro país, en su época. El arquitecto Gabriel Serrano Camargo, intervino en el diseño y realización de más de mil obras, principalmente de tipo hospitalario; como comenta el texto del cual se construye esta breve reseña sobre su vida profesional, el arquitecto es un caso histórico singular, lección de rigor disciplinar y de entrega profesional a su trabajo. El arquitecto Gabriel Serrano Camargo se distinguió como arquitecto y como ser humano hasta el día de su muerte en Nueva York, el 9 de mayo de 1982. La obra de Gabriel Serrano Camargo, inscrita en la “generación de los nuevos”, que se desarrolla entre 1934 y 1970 corre paralela dentro de dos líneas cronológicas que observa la arquitecta Silvia Arango en su libro Historia de la arquitectura en Colombia: las obras pertenecientes al periodo de transición (1930 – 1945) algunas de orden ecléctico como el Jockey Club de Bogotá (1933-1934) y otras de estilo moderno, quizás “protorracionalista”, como la Cite Restrepo en Bogotá (1939) o el Hospital San Carlos (1940) y las obras del Movimiento Moderno (1945 – 1970) entre los que se cuentan diversos edificios institucionales, residenciales, comerciales y viviendas (Club Los Lagartos, Edificio Camacho, el aeropuerto El Dorado, el edificio de Ecopetrol, el Hotel Tequendama y el edificio Bachué). Dentro del periodo señalado anteriormente llama poderosamente la atención la publicación que hace la revista Proa en el año 1948 que titula “una casa moderna”, en ella se determinaron algunos de los rasgos característicos de la arquitectura nueva, la arquitectura moderna en Colombia. Las nuevas modalidades de edificios fue un reto que debieron asumir los proyectistas en las décadas posteriores a los años 30, de este fenómeno devino la aparición de los modelos de casas y edificios: barrios obreros, barrios para empleados, conjuntos residenciales, unidades habitacionales y edificios con usos múltiples (comercio, oficinas, vivienda). Las revistas de arquitectura internacional se convirtieron en los indiscutibles catálogos para los proyectistas, Serrano Camargo no escapó a este impasible influjo, de donde aprendió a conocer y observar los detalles constructivos con el fin de aplicarlos en cualquier obra que tuviera en sus manos. A esto se suma el contacto que él tuvo con la cultura americana en los viajes que realizó a los Estados Unidos a finales de la década de los 302. 2 Las anteriores notas fueron escritas a partir de lo escrito en: Serrano Camargo, Rafael. “Semblanza de Gabriel Serrano Camargo”. Cuadernos Proa Nº 2. Bogotá, 1983. p. 6-29; y, Tellez, Germán. “Cuellar Serrano Gomez. Arquitectura 1933 - 1983”. Fondo Ed. Escala. Bogotá, 1988. ¿POR QUÉ LAS OBRAS ARQUITECTÓNICAS DE LA MODERNIDAD? Quizás lo más próximo en tiempo y espacio que se tiene en la actualidad es la arquitectura moderna, pese a la devastación de los edificios característicos de este periodo. Por esa razón es necesario volver la mirada a los hechos arquitectónicos concebidos bajo los principios de la modernidad europea: simplicidad formal, eficacia constructiva y funcionalidad. Ahora bien, si se es consecuente con la reflexión del patrimonio hoy, es indispensable pensar que la arquitectura a valorar no debe ser una arquitectura monumental, claro está si se entiende por monumental aquello que tiene un valor histórico altísimo (palacios renacentistas, catedrales góticas, ciudades antiguas) o un carácter representativo y significativo de orden universal, sino una arquitectura modesta, cotidiana, urbana, sin ningún tipo de pretensión, como lo fue la arquitectura moderna especialmente en los países latinoamericanos. Posiblemente en Europa y Norte América la modernidad se haya convertido en el marco para alardear estética, formal y tecnológicamente, máxime cuando estas dos partes del mundo se disputaban el poder político, económico y cultural en el siglo XX. Aquí en Colombia el espíritu moderno buscaba ante todo una actualización de la imagen de la ciudad frente a las ciudades historicistas y tradicionales, la intención no fue competir con otros países, sino consigo misma y así superarse. ¿POR QUÉ EL CASO DE LA OBRA DE GABRIEL SERRANO CAMARGO? Llama la atención que la obra de Gabriel Serrano Camargo al interior de la firma Casanovas Menheimm desde 1939 y de la sociedad Cuellar Serrano Gómez (José Gómez Pinzón, Camilo Cuellar y Posteriormente Gabriel Largacha) desde los años 50 tuviera ya aspectos distintivos de la modernidad. La simplificación formal, el carácter funcionalista y la calidad técnica de los proyectos los hacen merecedores de llamarse modernos o al menos eso es lo que se distingue como moderno en el ámbito internacional. La contienda del patrimonio en el presente es frente al valor de antigüedad de los objetos (incluye los edificios) y sobre todo cuando estos no tienen una extensa vida, por eso que mejor que la arquitectura moderna como pretexto para empezar una discusión en torno a los posibles nuevos valores, puntos de vista y maneras de estudiar, valorar e intervenir los bienes inmuebles en el siglo XXI. La obra de Serrano Camargo se constituye entonces en uno de los objetivos en esta discusión. Pero no sólo todo lo anterior es justificación suficiente, es importante anotar que el ingeniero y posterior arquitecto (1949) Serrano Camargo de origen colombiano fuera el pionero de la idea moderna en el ámbito arquitectónico, ingenieril y urbanístico. Él llevo de la mano el proceso teórico y arquitectónico y como lo señala Silvia Arango, fue quién lo comunico de la manera más clara y ética. La revista de Ingeniería y arquitectura se convirtió en el medio gráfico para llevar a cabo estas críticas, reflexiones y exposiciones, donde se expresaba la preocupación por determinar si verdaderamente había un “estilo moderno” en Colombia. Buena parte de la arquitectura no sólo moderna, también republicana y colonial en Colombia y específicamente en Bogotá se ha visto amenazada, es por esto que la conservación de la memoria urbana adquiere importancia en la actualidad, y propiciar un reconocimiento del patrimonio para su valoración histórica y cultural. CRITICA DE LA ARQUITECTURA MODERNA EN BOGOTÁ Una reflexión alrededor del concepto de patrimonio deberá preguntarse acerca de tres componentes básicos sobre los cuales se fundamenta la construcción de la realidad: el significado, el sentido y la experiencia. Los hechos históricos como la arquitectura definen la existencia latente de los testimonios, sucesos y acontecimientos, preexistencias de la memoria, huellas culturales de la sociedad que evidencian su evolución como civilización. La construcción de una mirada crítica desde la contemporaneidad, hacia la arquitectura moderna en Bogotá, manifiesta la necesidad de una revisión de referentes y variables de valoración de inmuebles característicos por su lenguaje estructuralista y espacialidad abierta. Será necesario el reconocimiento de la obra moderna, como un acontecimiento existencial de recorrido, para comprender el uso del hábitat y el cobijo como dispositivo de interacción social, relaciones de espacio, tiempo y materia en donde el sujeto se convierte en objeto de las situaciones contenidas en este tipo de arquitectura; el espacio moderno posibilita el descubrimiento de ¨sentidos relativos¨ que definen su concepto, primero aquellos que provienen de la razón, que determinan la organización funcionalista y sistémica de las áreas; segundo los sentidos del espíritu, que hacen orgánicos e integrales los componentes estructurales; tercero todo aquello que viene del ser, imperfecto, pasajero y romántico; de esta manera el sujeto se convierte en el elemento esencial del proceso arquitectónico, por toda la compleja estructura que lo constituye: percepción, emoción y experiencia. El valor de la memoria, la historia y la contingencia es otro de los asuntos que se busca abordar desde la contemporaneidad frente al pasado. Como lo reconoce Marina Waisman, la memoria social y la memoria cultural 3 persisten 3 Waisman, Marina. “La arquitectura descentrada”. Ediciones Escala. Bogotá, 1998. en el tiempo aun cuando los lugares hayan desaparecido, además ellas convierten en realidad aquello que se encontraba en el imaginario. Frente al tema de la arquitectura moderna, en la academia se han originado las siguientes interrogantes: ¿Cuál fue la identidad de la modernidad en Bogotá? ¿Cómo se dio la búsqueda de sentido de la arquitectura moderna en Colombia por parte de los arquitectos?. Ante estas cuestiones es necesario que en el ejercicio de la conservación y valoración del patrimonio moderno inmueble aplique una mirada crítica para abordar la historia, la estética y la actividad valorativa subyacentes a este tema; de y es a partir de los siguientes enfoques de estudio que se podrá desarrollar un planteamiento crítico sobre la arquitectura moderna: • Concepto de lo moderno • Visión del momento • Relaciones contextuales: sociedad, cultura, ciencia, política, economía • Situación de la arquitectura • Del contexto a la arquitectura moderna en Colombia • Relación con la ética • Relación con la técnica • Relación con la estética • Valoración patrimonial de la arquitectura moderna en Colombia CONCEPTO DE LO MODERNO: El término Moderno es una palabra bastante compleja, puesto que se ha utilizado para calificar diferentes momentos de la historia en los que se presentaron hechos históricos y fenómenos que produjeron cambios drásticos en la manera de pensar, habitar y construir, así como para referirse a objetos o cosas nuevas dentro de un marco contextual, incluso para señalar la fenomenología del mundo contemporáneo, también se ha asociado a la categorización de un estilo o una moda. Se podría decir que algo es moderno porque además de ser nuevo, como se afirmo al principio, es algo que no estamos acostumbrados a ver y se presenta de manera novedosa en un contexto. Los historiadores generales, del arte y de la arquitectura consideran que en una larga línea de tiempo se han presentado periodos “modernos”; por ejemplo Grecia y Roma son modernos, así como el renacimiento, el barroco, el pensamiento del siglo XVIII y por supuesto la primera mitad del siglo XX, su carácter moderno radica en que son momentos de cambio y evolución a nivel político, social, económico y cultural, y constituyen un radical giro del pensamiento operante. En ese sentido el ser moderno implica dos condiciones un cambio de actitud frente a las instituciones instauradas y una mirada a las condiciones propias del contexto. Las sociedades modernas tuvieron que encarar a los organismos establecidos con nuevos argumentos y convencer a la sociedad entera de las nuevas necesidades y el requerimiento de nuevas respuestas. Lo moderno se debe reconocer como un fenómeno con muchos contenidos propios, es decir que no se trata de una idea globalizadora, que como fenómeno particulariza sobre cada una de las experiencias del hombre en contextos diversos. Hay que tener en cuenta también que entender que es moderno involucra la mirada a los contextos próximos. En el caso de Latinoamérica este aspecto es fundamental puesto que siempre se ha afirmado que lo moderno acá está sujeto a lo moderno europeo. Sin embargo, esta idea no parece cumplirse y por el contrario la construcción del ser moderno en esta parte del mundo tiene sus propias pautas. Acercándose más al concepto de modernidad el arquitecto Jorge Ramírez señala que se debe reflexionar en torno a una modernidad que quizás es profunda o es de piel. Esta modernidad peculiar como lo observa Octavio Paz debe partir de la nueva consciencia histórica expresa en esa superación de la contradicción tradición y vanguardia, viejo y nuevo. Considerar que la cultura arquitectónica latinoamericana es compleja y tiene unos elementos: lo barroco y lo experimental. VISION DEL MOMENTO: Se trata de examinar el pensamiento fundamental de un momento histórico, encargado de orientar y regular las distintas actividades del hombre en la formación de si mismo y de su contexto. La planeación, proyección y construcción de la ciudad y de la arquitectura a lo largo de la historia jamás se desvincularon del pensamiento humanístico, por esta razón y más aún cuando se trata de una mirada crítica y la formulación de unos criterios para la valoración de hechos (también objetos) se hace necesario tener en cuenta este aspecto. En Colombia la preocupación por el funcionalismo y el mecanicismo estuvo sujeta a la idea de progreso de la Nación, básicamente esto fue lo que motivo el despertar de un nuevo espíritu. La ciudad y la arquitectura modernas específicamente en Bogotá estuvieron direccionadas por esta ideología, un pensamiento liberal que se opuso al conservadurismo en aras de ir más allá de la tradición histórica para poner a la ciudad al nivel de otras metrópolis. Bajo esta idea de progreso muchos arquitectos e ingenieros dirigieron su mirada a los modelos extranjeros (todavía por determinar si fueron los occidentales o los americanos) y hábilmente los tradujeron y adaptaron a las exigencias de este medio. Gabriel Serrano Camargo y otro grupo de importantes arquitectos participaron de este evento de la modernidad en la década de los 40. La idea organicista que se gesto en Europa como contra respuesta al ortodoxo racionalismo corbuseriano, en nuestro contexto se dio casi al filo de los años 60, con la corriente integrada por Rogelio Salmona, Fernando Martínez y Daniel Bermúdez principalmente, quienes consideraron la arquitectura desde la visión local y la toponimia. RELACIONES CONTEXTUALES: De la mano con el pensamiento humanístico están las distintas instituciones que lo canalizan en actividades de diversa naturaleza: políticas, sociales, económicas, culturales, científicas, entre otras; sin un territorio o un sitio de acción es imposible que el hombre lleve a cabo acciones. La misma planeación de la ciudad y la construcción de hechos arquitectónicos están sujetos a un sitio y sus dinámicas, en ese sentido vale la pena revisar los distintos hechos que se tejen alrededor de estos para no desvirtuar el valor de contexto de los mismos. La arquitectura moderna en Bogotá estuvo sujeta a distintos sucesos de todo tipo, los acontecimientos políticos marcaron de forma definitiva esta nueva proposición y fue el punto de partida para las demás acciones. Socialmente el fenómeno del desplazamiento campo-ciudad y la creciente población de clase media que demandaron una nueva planeación de la ciudad y una arquitectura que respondiera a las expectativas del momento fueron algunos de los hechos que determinaron la proyección de la ciudad y la arquitectura modernas. En el desarrollo de Bogotá y en el de todas las ciudades latinoamericanas es inminente el crecimiento poblacional, la expansión territorial, la fuerte actividad económica y comercial, la tecnología, los nuevos modos de producción y la industrialización, a éstos se suman los graves problemas de higiene y salubridad, la densificación de los sectores, la destrucción de los centros históricos y las invasiones territoriales. Esta situación surgiere la necesidad de una organización de la ciudad, en este sentido el surgimiento de la tarea de planificar toma fuerza con la figura del urbanista, así como de los planos reguladores que se convierten en el asunto de mayor atención que ocupa a los gobiernos nacional e internacional. SITUACION DE LA ARQUITECTURA: El contexto en gran medida determina como se debe pensar y construir la ciudad y la arquitectura es por eso que una mirada crítica exige ver que pasa en esos procesos de proyección. ¿Qué enfrenta la arquitectura?, ¿quién utiliza la arquitectura?, ¿con que fines se proyecta la ciudad y la arquitectura? ¿Cómo se orientan los conceptos al interior de los proyectos?, estas son algunas de las preguntas que se resuelven en este punto para sustentar el valor de los hechos urbanos y arquitectónicos en el contexto contemporáneo donde se ha perdido este sentido. La arquitectura moderna se convirtió en el instrumento de materialización de la nueva sociedad por excelencia, represento el espíritu del tiempo y del lugar como lo señala Marina Waisman. Por su parte la ciudad se convirtió en el escenario de la vida social y política de la Nación. La búsqueda de una identidad moderna alejada de las formas tradicionales e historicistas, conllevó a la exploración de nuevos lenguajes que dieran respuesta al ¨espíritu del tiempo¨, además de reinterpretar y adaptar a unas condiciones particulares modelos extranjeros, motivo de discusión en el desarrollo de este documento. DEL CONTEXTO A LA ARQUITECTURA MODERNA EN COLOMBIA: El periodo de entreguerras significó para Europa la pérdida de unos valores históricos, en algunos casos milenarios, y al mismo tiempo la búsqueda de otros valores que condujeran a la reconstrucción de naciones destruidas por la guerra. La revancha alemana, el espíritu progresista francés, el orden revolucionario italiano y ruso fueron los proyectos políticos y sociales más importantes de este periodo, todos apuntaban a la consolidación de una sociedad humana y moderna. La ciudad y la arquitectura de estos proyectos europeos estuvieron en manos de urbanistas y arquitectos con gran sentido social, preocupados por los nuevos modos de producción y las nacientes consideraciones estéticas depositadas en sus obras. Las figuras de Le Corbusier, Walter Gropius, Ludwing Mies van der Rohe, Peter Oud, Vladimir Tatlin y Constantin Melkinov representaron no solo el ideal moderno también lo volvieron realidad con sus planes de ciudad y el trazado de barrios para obreros en las nuevas áreas de expansión de las ciudades. En América Latina la guerra de los países occidentales tuvo muy poca incidencia, contrario a lo que produjo en Europa donde freno los desarrollos y principios modernos poniéndolos en entredicho hasta el punto de generar una actitud opuesta. Esto motivo en América su desarrollo sin apadrinamientos por el que se ha llegado a una primera hipótesis con respecto a definición de la modernidad en este contexto que fue un proceso de carácter local y por tanto hubo una actitud propia nunca sujeta a las relaciones externas. Entre las décadas de los ochenta y noventa el discurso se centro en el reconocimiento de la identidad basada en el discurso del chileno Cristian Fernández Cox (1935) quien expuso el término “modernidad apropiada” refiriéndose a como el fenómeno de la modernidad en América Latina se desarrollo intrínsecamente bajo unos lineamientos que surgieron frente a las necesidades propias de instaurar un nuevo orden. La arquitecta Silvia Arango se refiere a la modernidad latinoamericana como una “modernidad huérfana” en el sentido que no tiene padres como referentes ni es fruto de una herencia reconocible, que es una construcción propia de la sociedad latinoamericana y que tiene unas peculiaridades que la hacen autentica, por ejemplo, los distintos planes urbanos para la Bogotá del la primera mitad del siglo XX que estuvieron sujetos a las tendencias e ideologías políticas del momento, como el pensamiento liberal de los años 30 y 40 que definió una ciudad renovada y progresista. Dentro de este estudio otro aspecto importante es la relación interamericana que se dio en la primera mitad del siglo XX que alimenta este proceso de modernidad propia y auténtica. El caso de Brasil en Pampula de Oscar Niemeyer fue tomado como uno de los referentes significativos, dicho carácter es totalmente moderno y latinoamericano. Desde la década de los treinta se presentó en toda América Latina un afán por inventar una arquitectura propia llámese moderna o de otra forma, esto determinaría a posteriori un cambio de la mirada de lo europeo a lo americano, como en el caso de Montevideo y Brasil, Colombia también lo hizo, Otto Marmoré por ejemplo, (1933 – 1945) es un arquitecto que radicado en Colombia no adopta, ni copia estilos como el llamado „estilo internacional‟ hace una reflexión juiciosa frente a los elementos, materiales e ideas que identifican a este país. La arquitectura de transición como antecedente a la arquitectura moderna, argumentada en el libro “Historia de la arquitectura en Colombia” en este contexto sugiere preguntarnos ¿Qué paso con la arquitectura de transición? La arquitecta Silvia Arango autora del texto mencionado, asegura hoy, que no hubo tal transición como lo había expuesto, lo que realmente se presentó fue un proceso de progresión, donde de manera paulatina fueron abordándose ideas y desarrollándose proyectos que se acercaron cada vez más a la materialidad de la categoría moderna, aunque las primeras arquitecturas en la década de los 30 que estaban llenas de referentes estilísticos del pasado en esencia despertaron y compartieron el sentir moderno de la ciudad. La construcción de la modernidad es la aventura más grande de los latinoamericanos que implico reto, construcción, ansia de progreso y superación de lo anterior. Se puede considerar como un fenómeno que contribuyo a la consolidación de una autentica modernidad en América Latina, la irradiación de acciones artísticas, arquitectónicas y urbanísticas de una nación determinada al resto del continente, ejemplos de ello la influencia del muralismo brasilero en Colombia con el mural de Portinari (artista brasilero) en la Casa de Gabriel Serrano Camargo, los planteamientos urbanos para el diseño de la ciudad moderna de Brasilia y su incidencia en la organización de las ciudades tradicionales latinas. Dentro de estas irradiaciones intralatinas se puede contemplar la visita Gabriel Serrano a Brasil, este hecho que trajo en el desarrollo de su obra varias nociones recogidas de la obra de Oscar Niemeyer y Lucio Costa que caracterizan un moderno canónico. La implementación y adopción de nuevas técnicas en el ámbito latinoamericano como el concreto que para la arquitectura moderna europea representó el nuevo espíritu de la época, por ejemplo Juvenal Moya y el ingeniero calculista Guillermo González Zuleta en Bogotá consideraron el concreto como elemento estructural y formal con diversas posibilidades de aplicación. De igual forma las experiencias técnicas con el reticular celulado en la firma Cuellar Serrano Gómez. Las ¨casas manifiesto¨ se constituyen en otro de los hechos que pueden definir ese carácter local de la modernidad en Colombia puesto que se consideran unos aspectos de tipo espacial, formal y tectónico que reflejan el espíritu nuevo; se pueden mencionar las casas de Guillermo Bermúdez, Leopoldo Rother, Jorge Gaitán Cortes, Gabriel Serrano Camargo, entre otros. Una de las características de la arquitectura moderna a nivel mundial fue la aplicación del vidrio en las fachadas libres de edificios institucionales, de oficinas, habitacionales y fabriles proyectados por Walter Gropius y Ludwing Mies van der Rohe. En Latinoamérica y Colombia la transición a la arquitectura de vidrio fue paulatina y mucho más continua desde finales de 1920 hasta 1970, a diferencia de Europa donde se dieron cortes abruptos entre unas propuestas y otras. Vale la pena aclarar que de todas maneras los latinoamericanos miramos hacia afuera por la necesidad de encontrar y reconocer unas técnicas innovadoras desarrolladas en otros contextos y que se pueden adoptar en su principio básico, se ve entonces a Le Corbusier y el desarrollo de una arquitectura en concreto y los desarrollos de acero y vidrio de Mies van der Rohe en Norteamerica; sin embargo en Colombia el desarrollo de estos sistemas se da posteriormente pese a que en este contexto la experimentación con el concreto sea temprana en la década de los 30 y la experiencia con el vidrio y el acero solo se dé hasta después de los años 70. Desde los años 30 se empezó a hablar de ¨lo moderno¨ vinculado con lo nacional; en América Latina se conformaron comunidades ligadas a un proyecto político también moderno caracterizado por su espíritu progresista y liberal. Esta modernidad nacional se convirtió en un laberinto con diferentes salidas; según el arquitecto Jorge Ramírez, una de ellas fue el vínculo entre ideología y sistemas tecnológicos, lo progresista y liberal se identificaba con los materiales industriales como el hierro, el acero y el vidrio, materiales que a su vez representaban el cambio de la vieja tradición por una nueva cultura industrial. El discurso político y la planeación de la ciudad estuvieron vinculados por que ambos tuvieron que ver con la construcción de la nueva sociedad, detrás de ello se presentó siempre una intención política de transformar la ciudad. En la ciudad y su traza urbana también la modernidad es un proceso que se da de manera progresiva y paulatina, en él se contempla la huella de la ciudad fundacional (tradicional), el carácter concreto de una ciudad de la colonización y la república que se consolida y luego aparece la nueva ciudad donde la significación de los hechos individuales y de los conjuntos sugiere otras miradas y otro tipo de valoraciones. Un ejemplo revelador de todo este fenómeno es la traza novedosa para la celebración del cuarto centenario de la ciudad de Bogotá, allí se presentó la identidad entre proyecto político, ideología y proyecto urbano; hoy por hoy este acontecimiento y sus acciones en la ciudad despiertan en los estudiosos de la historia diferentes enfoques orientados a mirar la huella, la memoria, el trazado urbano, las obras, entre otras posibles visiones. En la búsqueda de la identidad moderna específicamente en Bogotá es notoria la introducción de nuevos proyectos de modernización en la ciudad, proponiendo su descentralización urbana: las nuevas centralidades estarán definidas por el Centro Urbano Antonio Nariño, el Centro Internacional, El Centro Administrativo Nacional; el Aeropuerto El Dorado y la Avenida El Dorado, la Avenida de las Américas, el barrio Quiroga, los planes de vivienda como el de Ciudad Kennedy. En el ámbito Latinoamericano varias ciudades llevaron a cabo procesos de desarrollo modernos paralelos al de Bogotá como el caso de México y Montevideo, mientras que Buenos Aires se adelanta y Caracas despierta más tarde. Sin embargo es importante reconocer que en todos ellos se mantuvo un mismo objetivo concretar el espíritu moderno sus planes, políticas y proyectos. Pese a todo esto, Brasilia es una excepción, el proyecto de capital para Brasil después del gobierno de Getulio Vargas es el resultado de un proceso de innovación estética y espacial de parte de Lucio Costa y Oscar Niemeyer. En el Congreso Panamericano está latente un interés académico por discutir entorno a las propuestas y proyectos dentro y para la ciudad moderna, la construcción de la ciudad se ve como un fenómeno directamente relacionado con la voluntad profesional. En este escenario hay un hecho manifiesto: todos los países comparten una misma conciencia, ser moderno y la academia también quiere ceder a estos procesos. El Congreso Panamericano sirve para apuntar intenciones académicas en pro de este proceso continental. Finalmente se podría considerar esta modernidad como una modernidad extendida es decir que su desarrollo se convirtió en un largo proceso que no arrancó de ceros sino que contemplo desde la transformación de la ciudad tradicional, hasta las acciones tardías en la ciudad y la arquitectura que sucumbieron el discurso. RELACION CON LA ÉTICA: La respuesta a la economía y a lo social fue un factor determinante en la labor proyectual de los arquitectos como figuras centrales en el Estado. En Bogotá el primer grupo de arquitectos y diseñadores pertenecientes al Movimiento Moderno, entre los que se cuenta a Gabriel Serrano Camargo, simplificaron sus proyectos para sostener unas condiciones bastante exigentes, en cuanto al máximo aprovechamiento del espacio, técnicas aplicadas, materiales industriales y procesos de producción, en cierta medida el arquitecto definía el modo de vida y las condiciones del habitante. En el caso de la arquitectura no monumental, como vivienda unifamiliar o agrupaciones de vivienda para empleados y obreros, el papel del arquitecto trascendió más allá del simple diseñador, se convirtió en el personaje que mediaba entre la necesidad y las políticas gubernamentales, fue una especie de trabajador social preocupado por conseguir el bienestar de la mayoría observando los parámetros establecidos por las autoridades. RELACION CON LA TÉCNICA: El tema de la técnica (hoy día remitido al de tecnología) es crucial máxime cuando se trata de reconocer desde un punto de vista crítico los valores de la arquitectura en cualquier momento histórico. La técnica acompaña al hombre en sus procesos y de alguna forma es a través de ella que pueden materializar sus ideas y dar respuesta a unas necesidades emanadas del contexto. Según el arquitecto Germán Téllez, la arquitectura moderna en general fue objeto de la técnica, los materiales industrializados y la producción industrial, de ahí que la simplificación de las formas y la racionalidad en el lenguaje tipológico obedezcan a esta condición de practicidad a la que estaban sujetos los proyectos en ese medio. RELACION CON LA ESTETICA: El término estética es bastante complejo puesto que está relacionado intrínsecamente con el pensamiento y establece lazos directos con el contexto, equivocadamente se piensa que al hablar de estética a propósito de un objeto lo que se hace es asignarle un valor (bello o no) por su apariencia externa, sin saber que esto trasciende a su forma externa. La posición frente a este campo de la estética es necesario hacerla desde el pensamiento contemporáneo y buscar al interior de los objetos arquitectónicos condiciones específicas, como su concepto, su valor, su espacialidad y su tipología. Reconocemos que la arquitectura moderna en Colombia y Bogotá sobrevive abriéndose paso entre la nueva arquitectura, son fragmentos dispersos en la trama urbana y objeto de intervenciones que intentan darle otros usos. Desde esta perspectiva, nos encontramos con algunos fenómenos como la fragmentación, la contextualización, el reciclaje y el bricoleur que afectan directamente los edificios en la ciudad. La actividad valorativa de los hechos urbanos y arquitectónicos está ahora sujeta innegablemente a estas nuevas situaciones que imponen unas condiciones específicas y exigen una nueva orientación de la mirada hacia lo patrimonial. VALORACION PATRIMONIAL DE LA ARQUITECTURA MODERNA EN COLOMBIA: Cuando se habla de patrimonio es necesario reconocer que a través del tiempo se han consolidado unas experiencias que constituyen la memoria colectiva de una nación y que por tanto son susceptibles de ser valoradas. El proceso de valoración de la arquitectura moderna debe contemplar una serie de aspectos como el contexto, la memoria social, la memoria cultural, los imaginarios colectivos, los hechos históricos, entre otros, a fin de dilucidar unos criterios apropiados para este caso en particular, contrarios a los métodos tradicionales que solo hacen énfasis en la tipología, el estilo y la época. Lo patrimonial no obedece a la retórica, ni a unos principios formales que se concentran en el discurso formalista trasciende este hecho para llegar a la verdadera construcción cultural colectiva. El punto de partida para la valoración del patrimonio arquitectónico es sobrepasar el orden estilístico y estético: volúmenes puros, pilotes, terrazas, plantas libres, y hacerle un seguimiento a otras determinantes de tipo cultural y social, por tanto, el patrimonio debe estar relacionado con el hecho de construir nación, es decir, debe estar vinculado con el territorio. El patrimonio moderno de Bogotá no solo se debe considerar desde los rasgos formales, los modelos y los estilos y mucho menos identificarlos con lo europeo, mas allá está de unas intensiones puramente formales está relacionado con la sociedad y sus necesidades, una sociedad que desde la década de los 30 demandaba una nueva ciudad y una arquitectura renovada, bajo un Estado que había despertado a la liberación del ser y la industrialización capital. Al dirigirnos a la búsqueda de aspectos para valorar de la arquitectura moderna, el material como recurso significativo para la materialización de las ideas y conceptos adquiere una importante posición; indudablemente el concreto está asociado a la experiencia moderna en Colombia y es quizás este el que sirva como una de las pautas para definir los criterios de valoración. A partir de esta pauta se podrían determinar todas las exploraciones plásticas del concreto en voladizos, balcones redondos en volado, losas aligeradas, paraguas sostenidos en una sola columna, superficies paraboloides en cubiertas, entre otras. En este orden de ideas hay que establecer que la técnica no es un hecho en abstracto es una técnica con sentido social y que en esa medida es que se convierte en un punto determinante en la valoración de la arquitectura moderna. Por otra parte dentro de esa actividad valorativa se deben mirar las vigencias y anhelos colectivos de una ciudad o país. En el caso de Colombia por ejemplo, los años 50 son importantes porque es en esta década en la que aparecen los electrodomésticos, la televisión, se presenta un cambio en el rol y papel de la mujer en la sociedad; ese panorama esperanzador y optimista del futuro se va a expresar de alguna manera en la arquitectura, así el Aeropuerto El Dorado así como el Centro Internacional se convierte en el sueño de ciudad moderna de este periodo. En este proceso se debe mostrar los sitios, edificios, objetos como la representación de la construcción colectiva de la sociedad, están expresados ahí sus anhelos, sus proyecciones, su sentir humano y social. La continuidad urbana, el sueño de la torre de oficinas, las terrazas, los diversos usos en un mismo edificio, la idea de lo cosmopolita en la ciudad, están definidas por la dimensión cultural y social colectiva la cual está relacionada con la arquitectura y la valoración del patrimonio. Otra consideración que se debe tener en cuenta en la valoración de la arquitectura moderna en Bogotá es que la arquitectura y la ciudad se deben comprender como hechos culturales de tal forma que puedan defenderse como patrimonio de la nación y la sociedad. No es descabellado volver a pensar en la propuesta de revivir los términos ¨espíritu del lugar¨ y ¨espíritu de la época¨ en un sitio especifico antes propuestos por el historiador Enrique Browne y que en el discurrir de los años noventa se criticó tan despiadadamente. Al volver a este concepto de espíritu (lugar y época) se hace necesario utilizar criterios que vienen de la historia, la historiografía y la crítica. El lugar está asociado con la experiencia y estos a su vez con el recuerdo, en ellos se concreta la ilusión consciente o inconsciente de lo que somos lo y de lo que hemos sido. En última instancia es realmente importante despertar la consciencia ciudadana sobre el patrimonio moderno, porque en él como en el patrimonio de otras épocas queda la huella, gravita como una connotación de la ciudad. Referencias bibliográficas: Arango, Silvia. Historia de la Arquitectura en Colombia. Universidad Nacional; Centro Editorial. Bogotá, 1989. Serrano Camargo, Rafael. “Semblanza de Gabriel Serrano Camargo”. Cuadernos Proa Nº 2. Bogotá, 1983. p. 6-29; y, Tellez, Germán. “Cuellar Serrano Gomez. Arquitectura 1933 - 1983”. Fondo Ed. Escala. Bogotá, 1988. Waisman, Marina. “La arquitectura descentrada”. Ediciones Escala. Bogotá, 1998. Imágenes Adjuntas en Correo: 1. Gabriel Serrano en su taller+plano de diseño de su primera vivienda 2. Mosaico de Profesores de Arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia 3. Serrano en el Primer Congreso Nacional de Ingeniería 4. Serrano observando la construcción del Hospital San Carlos 5. Ficha Tipológica: Hospital San Carlos 6. Taller y Oficina de Arquitectura de la Firma Cuellar, Serrano, Gómez 7. Gabriel Serrano en su lectura de una revista norteamericana de arquitectura