ESTRATEGIAS DOCENTES QUE CONTRIBUYEN AL

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Pedagogía Universitaria
ESTRATEGIAS
DOCENTES
QUE
DESARROLLO
DE
VALORES
UNIVERSITARIOS
2000 Vol. 5 No. 3
CONTRIBUYEN
AL
EN
ESTUDIANTES
Dra. C. Victoria Ojalvo Mitrany
CEPES, UNIVERSIDAD DE LA HABANA
[email protected]
La temática de la formación de valores ha sido objeto de estudios científicos y de
aplicaciones prácticas de diverso grado de profundidad y alcance, constituyendo hoy en día
una prioridad en la educación cubana, en todos los niveles de enseñanza.
El interés por la formación axiológica de los niños y jóvenes cobra mayor interés ante la
presencia de la llamada “crisis de valores”, tanto a nivel mundial como nacional.
Recientemente se celebró una Audiencia Pública de la Asamblea Nacional del Poder
Popular que abordó este asunto en diversas instancias y sectores del país y que culminó con
un debate abierto donde participaron personalidades de la cultura y las ciencias sociales del
país.
En esta sesión se analizaron tanto las causas del estado actual del desarrollo de los valores
entre los jóvenes cubanos, como las propuestas de estrategias para enfrentar estas
realidades.
Después de identificar la escuela como una importante vía para la formación axiológica de
las nuevas generaciones, se señalan las principales deficiencias que ha afrontado el trabajo
educativo en las instituciones sociales, tales como:
• Falta de coordinación entre las diversas instancias socializadoras.
• Tecnocratización de la socialización, y
• Paternalismo.
Sobre estos aspectos se apunta: “La educación humanista encaminada a la formación de
valores fue, durante mucho tiempo, escasa y esquemática.... El carácter principalmente
técnico de la preparación y la débil interiorización de los valores redujo la creatividad y
flexibilidad para ajustarse a realidades cambiantes......” (M.I. Domínguez, 1996)
El paternalismo, con sus múltiples expresiones a nivel social e institucional ha tenido
repercusiones negativas en la formación moral de los estudiantes, tales como: ...”pautarle
demasiado las diferentes acciones, lo que redujo su autonomía e iniciativa... como
resultado se ha conformado un papel pasivo del joven en su socialización y una reducción
de la participación social que ha limitado el desarrollo de sentimientos de identificación y
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de compromiso con las tareas sociales y el despliegue de sus capacidades para la actividad
laboral y sociopolítica”. (idem)
Estas limitaciones y sus consecuencias han estado presentes también en la educación
superior, a partir de lo cual se ha desarrollado un intenso trabajo para lograr un mejor
aprovechamiento de la labor educativa en las aulas universitarias. Los planteamientos
esenciales para orientar esta labor se recogen en el documento: “Enfoque integral para
desarrollar la labor educativa y político-ideológica de los estudiantes”. (MES, 1997)
En el mismo se identifican tres dimensiones para llevar a cabo adecuadamente la labor
formativa: la curricular, la extensión universitaria y la sociopolítica. La esencia de la
propuesta es el desarrollo del Proyecto Educativo, a partir de la acción conjunta del
Colectivo de Año y con la imprescindible participación de los estudiantes.
Aunque la concepción que sustenta esta propuesta es adecuada en sentido general, en su
instrumentación práctica se manifiestan algunas deficiencias, tales como:
• Imprecisiones en la definición de lo que son los valores, confusión de los valores con
otras formaciones psicológicas, tales como habilidades, cualidades de personalidad,
destrezas, etc.
• Visión simplista de la formación axiológica, al incluir un listado muy extenso de valores
a formar en períodos cortos de tiempo y sin establecer vínculos y un orden jerárquico
entre ellos.
• Interpretación mecanicista, conductista de la formación de valores, a partir de un
programa de actividades organizadas por los docentes, con limitada participación de los
estudiantes en su concepción y organización.
• Ausencia de espacios de reflexión y debate, de análisis crítico y autocrítico, que tanta
importancia tiene en el desarrollo de los juicios de valor.
• Poco énfasis en el análisis de las deficiencias del proceso docente y en la necesidad de
su transformación, lo que limita las posibilidades de contribuir eficazmente a la
formación de los estudiantes.
Estas limitaciones reflejan la subsistencia de la pedagogía tradicional en la educación
superior, así como la necesidad de capacitar a los docentes para el abordaje, sobre bases
científicas, del trabajo educativo, como aspecto esencial de su práctica profesional.
El Centro de Estudios para el Perfeccionamiento de la Educación Superior, CEPES, ha
venido desarrollando diversos estudios con vistas a contribuir a una mejor comprensión de
la temática por parte de los profesores, así como a su formación en aspectos
psicopedagógicos imprescindibles para abordar tan compleja labor. En estos momentos se
está llevando a cabo la investigación: “Concepción de la enseñanza-aprendizaje y
organización docente para la formación de valores en estudiantes universitarios”, cuyo
objetivo central es la elaboración de programas de capacitación docente para la formación
de valores en los jóvenes, a partir de la introducción en su práctica de estrategias tales
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como la orientación profesional, el aprendizaje grupal y el empleo de métodos
participativos, así como el desarrollo de la competencia comunicativa de los docentes.
La concepción del proceso docente-educativo que sirve de base a esta propuesta integra los
principales postulados del enfoque histórico cultural, con las nociones de la ética,
especialmente de la llamada Etica Comunicativa, y los aportes de pedagogos
latinoamericanos como Paulo Freire y Enrique Pichón Riviere. Sobre este aspecto nos
detendremos a continuación: Los conceptos de Etica y Educación se implican mutuamente.
La educación es en sí misma un proyecto ético y la ética no sería posible sin el proceso
educativo.
El análisis de algunas definiciones de Etica nos permitirán conocer sus vínculos con la
educación:
F. OCampo Flores (1996) define la Etica como: “una toma de posición frente al mundo”...
es la fuente que lleva a preguntarnos por la validez de lo que hacemos ordinariamente”.
S.V. Alvarado (1996) la concibe como: “Aquella en, desde y para un presente, se pregunta
- también reflexivamente, las condiciones, las posibilidades y los sentidos de vida que le
posibilitarán al ser humano alcanzar niveles cada vez más elevados de autonomía moral”...
También la educación es un área de la vida social en la cual se generan y circulan sentidos
y es por esa vía que se contribuye a la formación de los sujetos sociales.
Las relaciones entre ética y educación se expresan en dos sentidos:
a) Lo ético contenido en las teorías y concepciones pedagógicas, en sus principios,
métodos y estrategias.
b) Lo ético en las acciones de los educadores.
Una posición ética de la pedagogía debe brindar a cada educando la posibilidad de
desarrollar su autonomía y responsabilidad ante su propia formación, asumiendo un papel
de sujeto de su aprendizaje, estimular el pensamiento reflexivo y crítico ante su realidad y
el compromiso con el mejoramiento personal y social.
Implica, además, prever las formas, estrategias, contenidos y condiciones de formación de
los educadores, que después influirán en la formación de los alumnos.
Resulta evidente la necesidad de lograr profundas transformaciones en la educación
tradicional, la creación de nuevas estrategias, currícula y contenidos que posibiliten
desarrollar la labor formativa y no sólo informativa en la educación superior. Estos
cambios en la educación, se nutren, entre otras fuentes teóricas, de la llamada “Etica
Comunicativa”, propuesta por J. Habermas, representante de la Teoría Social Crítica, la
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cual está sirviendo de base para la elaboración de currícula en la educación moral en varios
países de América Latina. (Puig y Martínez, 1989)
Un análisis de las propuestas esenciales de la Etica Comunicativa nos permite identificar
tres principios comunes a la concepción de educación que sustentamos, ellos son:
• El diálogo como vía de formación, tanto en la ética como en la educación.
• El alumno como sujeto de su propia formación académica y moral.
• Unidad de los procesos cognitivos y afectivos del sujeto, para el desarrollo de su
personalidad.
El origen interpsicológico de los procesos psíquicos, aporte esencial de L.S. Vigotsky
resulta ser el sustento psicológico de la concepción dialógica de la ética y de la educación.
A Paulo Freire debemos la elaboración de la noción de pedagogía dialógica como categoría
esencial de su propuesta.
Una nueva coincidencia entre el enfoque histórico cultural de L.S. Vigotsky y los
planteamientos de la Etica Comunicativa es el relativo al papel activo del alumno en su
propia formación, su carácter de sujeto, muchas veces declarado pero pocas veces aplicado
consecuentemente.
Ser sujeto implica ser formador de sí mismo y de los demás y es uno de los principios
esenciales de la educación moral, ya que estimula el autoperfeccionamiento y la educación
se convierte en autoeducación, en autodeterminación de la personalidad, a partir de
necesidades y objetivos conscientes.
La unidad de los procesos cognitivos y afectivos es otro punto de encuentro entre las ideas
de Vigotsky y los fundamentos de la Etica Comunicativa y resulta un principio esencial en
una concepción de educación para la formación de valores.
Otros principios esenciales en el enfoque histórico cultural que tomamos como base en la
concepción pedagógica que sustentamos, son los de la unidad entre enseñanza y desarrollo,
la concepción de enseñanza desarrolladora y unidad de las categorías actividad y
comunicación en la comprensión del desarrollo humano.
Los principios anteriormente identificados se expresan en las diferentes estrategias
seleccionadas en la investigación que llevamos a cabo: la orientación profesional, el
aprendizaje grupal y el empleo de métodos participativos, así como la competencia
comunicativa del docente en su desempeño.
Retomando ahora la segunda vertiente de la ética en su relación con la educación, nos
referiremos brevemente a lo ético en las acciones de los docentes.
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Todo docente es, por definición, un educador, un agente moral que tiene el compromiso
social de contribuir a la formación integral de sus alumnos. En nuestra sociedad ese
compromiso se hace explícito y supone en el profesor una toma de conciencia del mismo
que lo impulse a su autoperfeccionamiento y a ejercer de la forma más adecuada su
ascendencia sobre los estudiantes. En este sentido debe evitarse, por todos los medios que
la autoridad del maestro se imponga sobre el educando, anulando sus posibilidades de
autodeterminación. Resulta contrario a la ética el tratar de imponer o “inculcar valores”, la
manipulación o el adoctrinamiento en este campo.
El docente está en el deber de influir en la formación de sus alumnos, pero no
imponiéndose, sino creando las condiciones, logrando el clima adecuado y orientando las
tareas encaminadas a estimular en sus discípulos la construcción de sus propios valores.
Para que los profesores puedan contribuir al desarrollo de los valores en sus alumnos
resulta imprescindible que se impliquen personalmente en esta tarea, vale decir, que
pongan en juego su propia jerarquía de valores, su propia formación ética. En el proceso
interactivo con sus alumnos, poniendo en práctica una concepción de educación dialógica,
participativa, con el establecimiento de relaciones horizontales, de respeto mutuo y el
desarrollo de su competencia comunicativa que le permita el logro de la identificación y la
empatía con ellos, se posibilitará, no sólo la contribución a la formación axiológica de los
estudiantes, sino también de los propios docentes.
Estas ideas fundamentan las propuestas de capacitación que se están sometiendo a
experimentación en nuestro trabajo, las cuales sin dudas se enriquecerán mediante el debate
y la crítica de los planteamientos presentados a esta audiencia.
A continuación caracterizaremos brevemente cada una de las estrategias incluidas en los
programas de capacitación propuestos.
Estrategias docentes que propician el desarrollo de valores en estudiantes universitarios
Aprendizaje Grupal
El Aprendizaje Grupal es una nueva concepción de aprendizaje que utiliza como vía
fundamental al grupo pare la construcción y reconstrucción de conocimientos
individuales y colectivos, así como para la transformación de la personalidad de cada uno
de sus miembros y del grupo en su conjunto.
Es un proceso de interacción e influencia mutua entre los participantes, en el cual
intervienen en interjuego dinámico los miembros del grupo, el profesor en función de
coordinador, las actividades conjuntas, tareas, métodos y técnicas grupales y los
contenidos a asimilar.
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El Aprendizaje Grupal implica trabajar con el grupo de estudiantes para lograr su
desarrollo y no sólo trabajar en grupo. Esta es una importante distinción para comprender
la real naturaleza de este tipo de aprendizaje. EI trabajo del profesor con el grupo implica
una transformación notable en la concepción y estructuración de la enseñanza.
En numerosas investigaciones se ha comprobado que el trabajo en grupo, debidamente
orientado, proporciona condiciones favorables no sólo para la asimilación de
conocimientos, sino también para el desarrollo de valiosas características de personalidad
en sus miembros estimulando la autoeducación, una posición activa ante su propio
desarrollo.
Los efectos reportados se refieren tanto a los producidos por la actividad que el grupo
realiza como por las interacciones e influencias mutuas derivadas de la propia situación
grupal.
Pueden distinguirse tres vertientes de influencia del Aprendizaje Grupal sobre sus
miembros: la social, la intelectual y la moral.
En el aspecto social, los logros se refieren al desarrollo de la capacidad de convivir y
organizarse colectivamente, aprender a trabajar en grupos, el desarrollo de actitudes
colectivistas, de respeto y ayuda mutua.
En la esfera intelectual se manifiestan resultados positivos en la comprensión de
problemas complejos, la toma de decisiones adecuadas la ideación de hipótesis, la
verificación de alternativas, cambios en la situación de aprendizaje, activación,
autodeterminación de los alumnos, adquisición de nuevos conocimientos y su aplicación
práctica, desarrollo de habilidades grupales y profesionales, desarrollo del pensamiento
lógico y del pensamiento creador, motivación por el aprendizaje.
Las formas grupales de trabajo presentan además otras ventajas en relación con el trabajo
individual, estas son:
• Desarrollo de un proceso colectivo de discusión y reflexión.
• Permiten colectivizar el conocimiento individual potenciándolo en el conocimiento
colectivo.
• Resulta más atractivo e interesante por el contacto con otras personas.
• La participación activa hace que el aprendizaje sea más efectivo.
En el área moral encontramos efectos referidos a la autodisciplina y la responsabilidad
personal, la autoconciencia, el crecimiento personal actitudes equitativas y la formación de
convicciones orientadas al cumplimiento del deber social.
Empleo de Métodos Participativos
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Las características más generales de los métodos participativos son las siguientes:
• Permiten el establecimiento de un estrecho vínculo entre los conocimientos teóricos y su
aplicación práctica. La asimilación de conocimientos no se concibe como el único
objetivo de la enseñanza, sino también como un recurso para la solución de problemas,
tareas o situaciones profesionales o vinculadas con la profesión en condiciones reales o
modeladas.
• Al emplear los métodos participativos, es frecuente que se parta de las propias
experiencias de los participantes, para abordar la teoría e ir de ésta a la práctica,
logrando así conocimientos significativos.
• Los mismos no pretenden la aceptación acrítica de la palabra del maestro, sino que
estimulan la búsqueda de la verdad a través del trabajo conjunto de indagación y
reflexión, aproximando la enseñanza a la investigación científica a la actividad
productiva y social, brindando una mayor solidez a los conocimientos adquiridos.
• La índole de las tareas a acometer, así como las condiciones en las que éstas se
desarrollan, estimulan una mayor actividad cognoscitiva en los estudiantes, así como el
desarrollo del espíritu investigativo, la independencia cognoscitiva, la creatividad y la
capacidad de autoaprendizaje.
• La oportunidades que brindan estos métodos para la verbalización, contribuyen al
análisis mas detallado de los problemas y su instrumentación, promoviendo la capacidad
reflexiva de los participantes.
• En la interacción que se propicia, se socializa el conocimiento individual,
enriqueciéndolo y potenciándolo en el conocimiento colectivo, que aparece como
producto de la actividad grupal.
• Contribuyen a romper con modelos paternalistas de educación, a desmitificar la figura
del docente; permiten que los estudiantes desempeñen el rol de sujetos de su propia
formación estimulando la asunción de posturas críticas, personales y comprometidas
ante el conocimiento.
• Promueven el desarrollo de actitudes favorables hacia el conocimiento y la profesión:
tienen un importante papel motivador en el aprendizaje.
• Ayudan a la constitución del grupo, al establecimiento de relaciones interpersonales y a
un mayor conocimiento mutuo. Estimulan la cooperación entre los participantes y el
desarrollo de habilidades de trabajo en grupo, tales como la receptividad a los criterios
de otros y la defensa de los propios, el desempeño de diversos roles como los de jefe,
subordinado, u otro.
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Orientación Profesional: La orientación profesional se concibe como una formación
motivacional compleja de la personalidad que se desarrolla en el proceso de su educación
para la selección, formación y actuación profesional responsable.
La actuación profesional responsable se expresa en el compromiso del sujeto con la calidad
de su ejecución en el ejercicio de la profesión, sustentada tanto en sus intereses y
habilidades profesionales como en el desarrollo del valor responsabilidad o sentido del
deber, que lo motiva a actuar consecuentemente como una necesidad interna cuya
satisfacción despierta vivencias positivas.
Se pretende que los docentes universitarios se capaciten para elaborar y aplicar estrategias
diferenciadas para la formación y desarrollo de intereses profesionales y de la actuación
profesional responsable en el estudiante, a través de las actividades académicas,
investigativas y laborales, que tienen lugar durante el proceso de formación profesional,
tanto a nivel de asignaturas como de disciplina y año académico.
Desarrollo de la competencia comunicativa del profesor:
El examen de las concepciones más modernas de la enseñanza muestran como el proceso
docente se desarrolla a partir de la interacción entre el profesor y alumnos en el grupo de
estudiantes. Se ha esclarecido que los procesos de enseñanza y aprendizaje no se reducen a
situaciones diádicas docente-discente, (aunque estas están presentes y son muy
importantes), sino que es necesario tener en cuenta además, la red de relaciones con los
iguales, ya que son estos vínculos los que forman el contexto en que tiene lugar el
aprendizaje. Es así que surgen nuevas variantes de aprendizaje como son el llamado
aprendizaje .grupal, cooperativo, inter-aprendizaje como actividad conjunta del profesor y
los alumnos, etc.
J.C. Filloux ha investigado la naturaleza comunicativa del grupo escolar, concluyendo que:
“No hay duda de que una clase es por excelencia un lugar de comunicación. El campo
pedagógico se define por la relación del maestro y del alumno con un saber, que de
diversas formas posibles es comunicado; o se comunica. La clase. que específica este
campo en su dimensión de grupo, tiene pues, como función esencial, ser el sustrato de una
correlación del saber, bajo la forma de transmisión, de aportación de información, de
investigación activa, es decir, de proceso de comunicación".
De lo anterior se deduce que estimular la interacción entre los miembros del grupo escolar
arrojará positivas influencias sobre el aprendizaje: cuanto mayor sea la comunicación en
grupo, más se reforzará su vida interna, sus posibilidades de acción y de reflexión y de
lograr los fines que se propongan. Una clase tendrá más vitalidad mientras mayor sea la
interacción entre sus miembros.
R. Santoyo (1985) también aborda el tema, coincidiendo con los criterios antes vistos: “La
educación ha sido y sigue siendo, fundamentalmente un proceso de interacción. Desde el
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jardín de infantes hasta los niveles de postgrado se reconoce la importancia de las
interacciones en el proceso de socialización del individuo, y de los conocimientos que
conforman la cultura nacional y universal”.
En el aula, las relaciones interpersonales permean el proceso docente y le imprimen
características específicas. La personalidad del maestro y las relaciones que mantiene con
sus alumnos mediatizan la organización del proceso docente, la utilización de métodos y
formas de enseñanza, el control de la disciplina, las formas de evaluación del aprendizaje,
etc.
Se destaca el valor educativo del vínculo interpersonal, al enfatizar que .....”los hombres se
educan en el diálogo, compartiendo y discutiendo sobre el saber, socializando sus
conocimientos y aprendiendo por medio de la crítica. La interacción humana y la
comunicación son experiencias de primer orden que toda educación debe procurar”.
(Santoyo, 1985)
Uno de los autores que más ha contribuido a la actual comprensión de la educación como
proceso comunicativo es Paulo Freire, quien, tanto en su obra escrita como en su amplia
práctica docente internacional ha demostrado la validez del diálogo como fundamento de
nuevo tipo de educación.
Aunque los principios fundamentales que sustentan esta nueva forma de concebir la
educación no parten de una enseñanza académica formalizada, los mismos pueden ser
aplicados con éxito a la educación escolarizada, como propugnan sus seguidores.
Tal como se vio antes, Freire sustenta su concepción y práctica educativa sobre la base del
establecimiento de relaciones comunicativas entre los participantes del proceso docente.
La dialogicidad de la educación que propone no se refiere sólo a los métodos de enseñanzaaprendizaje, sino que se inicia cuando el profesor empieza a pensar en aquellos contenidos
sobre los cuales va a dialogar con los alumnos. Resulta imprescindible partir de las
experiencias, vivencias e intereses de los educandos, de su saber propio. Es así que afirma:
“Para el educador-educando dialógico, problematizador el contenido programático de la
educación no es una donación o una imposición... sino una devolución organizada,
sistemática y acrecentada al pueblo de aquellos elementos que éste le entregó en forma
inestructurada”. (P. Freire, 1985)
Crítica consecuentemente la educación tradicional, “bancaria”, en la cual el profesor,
máximo poseedor del saber, “hace depósitos” de conocimientos en las mentes de sus
alumnos, quienes los reciben pasiva y acríticamente. En su lugar concibe una educación
problematizadora, crítica, transformadora de la realidad, a partir de la praxis, de la
reflexión y la acción del hombre sobre el mundo, para lograr un ciudadano realmente
crítico y transformador. La necesidad de esta nueva concepción de la educación se
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evidencia al evaluar las características esenciales de la enseñanza imperante: ¿Cómo
aprender a discutir y a debatir con una educación que impone?” (P. Freire, 1971)
De modo que la educación como proceso comunicativo, como diálogo entre maestro y
alumno supone no solo cambios en la concepción y organización del proceso docente, sino
también en los papeles que tradicionalmente se les ha asignado a educadores y a
educandos, sin que desaparezca la autoridad moral y científico-técnica del docente, lo que
se opone a la noción del profesor exclusivamente como “facilitador” del aprendizaje.
Que exista compañerismo, simpatía en las relaciones entre docente y discentes no significa
que ambos sean iguales, ni que desaparezca la importante misión que la sociedad le asigna
al primero en su relación con los segundos: “...no hay razón para que un profesor tenga
vergüenza de ser profesor, de ser educador, e inventar otros nombres, como en los Estados
Unidos, y decir: “Soy facilitador”. Yo soy un profesor y no tengo que esconder eso”. (P.
Freire, 1985)
Hasta aquí la breve presentación de las estrategias docentes que integran la investigación
que llevamos a cabo. Estas estrategias se abordan con distinto grado de profundidad en las
diferentes formas de capacitación docente: diplomado, cursos, talleres, conferencias y
seminarios, que están siendo sometidas a un proceso de investigación-acción.
BIBLIOGRAFIA
1. Colectivo de Autores. “La formación de valores en nuevas generaciones. Una campaña
de espiritualidad y de conciencia”. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1996.
2. Ojalvo, V. y Otros. La Comunicación Educativa. Material Inédito, 1996.
3. Ojalvo, V. y Otros. Concepción de la Enseñanza-Aprendizaje y Organización Docente
para la Formación de Valores en Estudiantes Universitarios. Diseño de Investigación,
1997.
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