Diputados dio media sanción a proyecto para que todo

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27 de Agosto de 2015
Diputados dio media sanción a
proyecto para que todo empleado
suspendido pueda considerarse
despedido
Si también la aprueba el Senado, cambiaría el sistema de sanciones disciplinarias. Asesores
de empresas alertan sobre el impacto en la litigiosidad
El freno en la actividad económica, la caída en los niveles de facturación, la suba de costos
laborales y la pérdida de competitividad son algunas de las complicaciones con las que se
enfrentan los empresarios argentinos.
A ella se suma un polémico avance, que ya encendió la luz de alarma en las compañías, dado que
apunta a que todo empleado sancionado se considere en situación de despido.
La Cámara de Diputados le dio media sanción a un proyecto de ley para incorporar a la Ley de
Contrato de Trabajo (LCT) el artículo 220 bis, que le permitirá al dependiente considerarse
cesanteado si no está de acuerdo con la suspensión.
Esta iniciativa ya había obtenido media sanción de la Cámara baja en 2012, pero perdió estado
parlamentario por falta de tratamiento del Senado.
Ahora, parece que cuenta con posibilidades reales de avanzar. Con esta propuesta se agregaría
una nueva situación de despido indirecto a las contempladas por el artículo 222 de la LCT.
Dicha norma contempla el derecho del trabajador a resolver el contrato de trabajo cuando se
exceden los plazos de:
a) Treinta días para las suspensiones disciplinarias.
b) Treinta días para las suspensiones por falta o disminución de trabajo.
c) Setenta y cinco días para las suspensiones por fuerza mayor.
d) Noventa días, acumulando suspensiones disciplinarias, por fuerza mayor y por falta o
disminución de trabajo, dentro de los límites señalados para cada una de ellas.
Proyecto controvertido
La iniciativa impulsada por el titular de la comisión de Legislación del Trabajo, Héctor Recalde,
pretende introducir el artículo 220 bis en la LCT, con la siguiente redacción:
"Artículo 220 bis: Suspensiones injuriosas. Las suspensiones dispuestas por el empleador,
menores de treinta (30) días, que por las circunstancias del caso o la índole o naturaleza de la
relación resultasen agraviantes o injuriosas para el trabajador y no fuesen aceptadas por éste, le
darán derecho a considerarse en situación de despido".
De acuerdo con impulsor del proyecto, se busca que "el trabajador se considere despedido frente a
usos abusivos por parte de su empleador, sin verse imposibilitado a ello porque la medida no
excede el plazo de 30 días".
Esto se debe a que, según el punto de vista del ex asesor legal de la CGT, "aún sin superar dicho
lapso la injuria que se genera de la conducta empresaria se encuentra presente y debe generar los
mismos efectos que en el resto de los supuestos similares", es decir, la posibilidad del
dependiente de concluir unilateralmente la relación laboral.
Sergio Alejandro, director del Suplemento de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de
elDial.com, explicó que la iniciativa tiende a restablecer el artículo 242 de la Ley 20.744 (de
Contrato de Trabajo) en su redacción originaria.
Para Juan Carlos Cerutti, socio del estudio Cerutti - Darago - Lupi & Asociados, "esta
modificación traerá una mayor litigiosidad, que resultará innecesaria, ya que en el caso de
que una suspensión pueda ser considerada agraviante por el dependiente, siempre le va a dar la
posibilidad de considerarse despedido".
"Claro está que debe tratarse de una situación que amerite la ruptura del vínculo laboral", remarcó
el experto, quien agregó que "éste ya se encuentra amparado por los principios de buena fe, trato
igualitario y respeto, que están contenidos en la normativa laboral, así como la ley
antidiscriminación".
En colisión con otras normas
Según Pablo Mastromarino, socio del estudio Tanoira & Cassagne, la reforma puede terminar
amedrentando a los empleadores en el ejercicio de sus facultades disciplinarias que le acuerda la
Ley de Contrato de Trabajo, aún cuando no medien injurias o agravios al trabajador.
Además, sostuvo que este agregado parecería entrar en colisión con la LCT, que establece un
plazo de 30 días corridos desde notificada la sanción para que el dependiente cuestione su
procedencia. Vencido dicho término, la sanción se tiene por consentida.
También podría colisionar con el artículo 242 del mismo texto normativo, ya que de allí se
desprende que no cualquier agravio o injuria es, de por sí, causa suficiente para que el
dependiente se considere en situación despido, sino sólo aquellas que por su gravedad no
consientan la continuidad del vínculo.
"De esta forma, la reforma inhibirá a los empleadores a aplicar sanciones por el temor
de que, a pesar de ser legítimas o estar fundadas, el empleado alegue que la misma lo agravia o lo
injuria (extremos de por sí bastante laxos en cuanto a su interpretación), y de esta forma denuncie
el contrato de trabajo y reclame el pago de las indemnizaciones por despido", explicó
Mastromarino.
En tanto, para Juan Manuel Lorenzo, abogado del estudio Saravi, Etala & Salvat, "la propuesta
legislativa no sólo resulta contradictoria con la dinámica y el esquema legislativo vigente, sino
que se impone cuando menos como contraria a los principios propios del derecho del
trabajo".
"Una vez más, la calidad normativa de la propuesta se evidencia como deficiente ya que introduce
expresiones imprecisas que, inexorablemente, conducirán a un incremento de la litigiosidad",
remarcó.
Y explicó que se cuestionará, en la mayoría de los casos, si las suspensiones resultaron o
no agraviantes o injuriosas; más aún si el texto del proyecto estipula que tal calificación le
corresponde al empleado.
"Resulta casi incomprensible que una sanción impuesta por el empleador en uso de sus facultades
disciplinarias (derivadas de la potestad de dirección) pueda ser calificada por el empleado como
agraviante o injuriosa y más aún que dicha calificación permita dar por concluida la relación
laboral", indicó.
Otros proyectos sobre suspensiones
La aplicación de la suspensión conlleva la falta de percepción de haberes por el lapso que ésta
dure, siempre y cuando reúna los requisitos que la normativa determina y, aún así, cuando no
resulte "controvertida" para el dependiente.
Por ello, resulta clave que la compañía recopile la mayor cantidad de pruebas para demostrar que
actuó conforme a derecho.
El Congreso viene analizando varias propuestas sobre el tema de las suspensiones,
entre ellas se destacan:
• Para ser considerada válida, una iniciativa legislativa propone que toda suspensión del
trabajador, además de requerir justa causa y plazo fijo, deba notificarse -por escrito- con un día
hábil antes de comenzar su ejecución, y ser cumplida en día laborable -salvo que la
sanción obedeciera a "fuerza mayor"-.
• El empleado perciba su remuneración por todo el tiempo que estuviere suspendido,
hubiese o no impugnado la medida.
• Una vez transcurridos 12 meses de la aplicación de una sanción disciplinaria, no se la pueda
tener en cuenta a ningún efecto. Es decir, se "borrarán" de los legajos de los empleados
todas aquellas penas en las que haya pasado más de un año desde su aplicación, aunque se
trata de las suspensiones (el castigo más grave previo a un despido).
Los asesores de empresas están muy atentos al avance de todos estos proyectos ya que entienden
que estas modificaciones que se buscan introducir al actual marco normativo no contribuyen a la
generación de mayor empleo ni a fomentar inversiones y que sólo ayudarán a incrementar la
litigiosidad.
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