DEFINICIONES DE SEQUÍA

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DEFINICIONES DE SEQUÍA
En función del tipo de consecuencias, existen distintas definiciones de sequía:
La sequía meteorológica, basada en el déficit de precipitación, ha sido definida de
diversos modos (Jornadas sobre Las Sequías en España. 19 a 21 de Noviembre 1990.
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales):
-El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española (R.A.E.
1984) define la sequía como “tiempo seco de larga duración”.
-El Vocabulario meteorológico internacional (OMM, 1966) dice que la sequía es
la “ausencia prolongada o déficit notable de precipitación”.
-El Diccionario científico y tecnológico (Chambers.1979) define la sequía como
“falta de lluvia” y distingue entre la sequía parcial y la absoluta
adoptando las definiciones antes mencionadas de la British Rainfall
Organization.
-El Diccionario de Meteorología (J. Catalá.1986) se refiere a sequía como a la
“ausencia prolongada o notable déficit de precipitación, con la
consiguiente sequedad; existen diversos grados de sequía que, en orden de
importancia decreciente, suelen ser: absoluta, parcial e intervalo o
período de sequía”.
-La Organización Meteorológica Mundial (WCP,1986) a petición del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo, proporcionó el siguiente
criterio: se dice que hay sequía en una región si la precipitación anual es
inferior al 60% de la normal durante más de dos años consecutivos en más
de 50% de la superficie de la región.
-El Glosario Internacional de Hidrología de la UNESCO/OMS define la sequía
como ausencia prolongada, marcada deficiencia o pobre distribución de la
precipitación
Un glosario extenso de términos e indicadores puede consultarse en los Apéndices de
la Guía “Como elaborar una estrategia para mitigar los efectos de las sequías” de la
Comisión Internacional de Riegos y Drenajes (ICID 309/1998).
La sequía agronómica puede definirse como déficit de humedad en el suelo para
satisfacer las necesidades de crecimiento de un cultivo determinado en cualquiera de
sus fases de crecimiento. Dado que la cantidad de agua es diferente para cada
cultivo, e incluso puede variar a lo largo del crecimiento de una misma planta, no es
posible establecer umbrales de sequía agrícola válidos ni tan siquiera para un área
geográfica. En zonas de cultivos de secano va ligada a la sequía meteorológica con un
pequeño desfase temporal dependiente de la capacidad de retención de humedad del
suelo edáfico. En zonas irrigadas la sequía agrícola está más vinculada a la sequía
hidrológica.
A los efectos de esta Guía, interesa más el término concerniente a la sequía
hidrológica. Puede definirse como aquélla relacionada con períodos de caudales
circulantes por los cursos de agua o de volúmenes embalsados por debajo de lo
normal. El Glosario Internacional de Hidrología de la UNESCO/OMS (2a edición
revisada, 1992) la define como período de clima anormalmente seco, lo
suficientemente prolongado, para ocasionar una disminución apreciable en el caudal
de los ríos, nivel de los lagos y/o un agotamiento de la humedad del suelo y un
descenso en los niveles de aguas subterráneas por debajo de sus valores normales.
Frecuentemente se utiliza el concepto de caudal bajo para definir la sequía referido
a un número consecutivo de meses durante los que éste está incluido dentro del 50%
más bajo de los registros mensuales (Manual de Hidrología, David R. Midment, 1992).
Una definición mas precisa sería la disminución en las disponibilidades de aguas
superficiales y subterráneas en un sistema de gestión durante un plazo temporal
dado respecto a los valores medios, que puede impedir cubrir las demandas de agua
al cien por cien. A diferencia de la sequía agrícola, que tiene lugar poco tiempo
después de la meteorológica, la sequía hidrológica puede demorarse durante meses o
algún año desde el inicio de la escasez pluviométrica o si las lluvias retornan en poco
tiempo, no llegar a manifestarse.
Por lo tanto, la secuencia temporal es: sequía meteorológica, a continuación sequía
agrícola y, en último lugar, sequía hidrológica. La capacidad de gestionar los recursos
hídricos hace que las consecuencias de la sequía hidrológica no dependan
exclusivamente de los caudales fluyentes en ríos y manantiales, sino también del
volumen de agua almacenado en los embalses y acuíferos, es decir, de la manera en
que se gestionen estas reservas. De ahí su definición vinculada al sistema de gestión.
Por último, cabría distinguir una sequía socioeconómica, entendida como afección
de la escasez de agua a las personas y a la actividad económica como consecuencia
de la sequía. La ausencia de afección o su minimización constituye el éxito de
gestión. Para hablar de sequía socioeconómica no es necesario que se produzca una
restricción del suministro de agua, sino que basta con que algún sector económico se
vea afectado por la escasez hídrica con consecuencias económicas desfavorables. La
creciente presión de la actividad humana sobre el recurso agua hace que cada vez
sea mayor la incidencia de la sequía socioeconómica, con pérdidas económicas
crecientes.
Desfase temporal en la propagación de las anomalías pluviométricas
en las distintas fases del ciclo hidrológico
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