Revista de GEOGRAFIA Num. 7. Vol. VI. Agosto 1996 CONOCER PARA DOMINAR. INGENIEROS MILITARES EN EL SEPTENTRION NOVOHISPANO DURANTE EL SIGLO XVIII J. Omar Moneada Maya* Irma Escantilla Herrera ** RESUMEN Durante el último tercio del siglo XVIII fue manifiesta la necesidad de la Corona Española por conocer ios vastos territorios que poseía en la porción septentrional de Nueva España, en virtud de que otros imperios, tales como Rusia, Francia e Inglaterra, mostraban interés sobre ellos. De ahí que aprovechara la experiencia de los ingenieros militares en el reconocimiento de sus dominios. La participación del Real Cuerpo de Ingenieros abarcó expediciones de reconocimiento, descripciones, levantamientos cartográficos; igualmente, desarrollaron importantes obras públicas, etc. Todo ello permitió una estructuración del territorio acorde con las necesidades del régimen colonial. Actualmente dicha información es una importante fuente del conocimiento sobre la disponibilidad de los recursos, naturales y humanos de que disponían dichos territorios. Palabras clave: Ingenieros militares, expediciones, reconocimientos territoriales, Provincias Internas, California, Nuevo Santander. A lo largo de los tres siglos de dominación colonial, la expansión territorial de la Nueva España debe ser considerada como una empresa notable en la historia, pues para el siglo XVIII, el virreinato alcanzó su mayor extensión, llegando por la costa del Pacífico Norte al paralelo 42°. Sin embargo, hay que reconocer que el dominio sobre estos territorios, que * Investigador; ** Técnico Académico. Ambos en el Instituto de Geografía, UNAM. Ciudad Universitaria. México, D.F. superaban los cuatro millones de kilómetros cuadrados, fue más ficticio que real. Por tanto, puede establecerse que había una necesidad imperante por conocer la disponibilidad de recursos que ofrecía el septentrión novohispano para la Corona Española, principalmente en lo referente a la minería y que se empezó a concretar con la llegada del Visitador General don José de Gálvez. Dieron inicio así, expediciones y reconocimientos por estos vastos territorios, dando lugar a la fundación de numerosos pueblos, presidios y misiones, en su marcha hacia el norte. Un número importante de fundaciones sobrevivieron a los diversos acontecimientos históricos. Así se encuentran, por ejemplo, las modernas ciudades de San Francisco, Los Angeles, San Diego, Laredo, Santa Fe, El Paso, San Antonio y San Agustín, todas conservando sus originales denominaciones españolas. Asimismo, este tipo de fundaciones tuvieron funciones específicas; tal es el caso de los presidios de San Francisco, Monterrey y San Diego, que sirvieron como puestos militares de defensa contra la expansión rusa hacia el Pacífico, desde su fundación en el último tercio del siglo XVIII. CETENAL. Revista de geografía. 1996 INTRODUCCION Desde el momento mismo de la llegada de los españoles al Nuevo Mundo, se realizaron expediciones y reconocimientos territoriales con el fin de determinar la disponibilidad de recursos que se ofrecían al conquistador. En el caso del territorio que se conoció como Nueva España, las expediciones se generalizaron a la caída de México-Tenochtiüan, logrando en poco tiempo la sujeción de la casi totalidad de los grupos indígenas mesoamericanos. Con respecto a los territorios norteños, la búsqueda de lugares imaginarios y fabulosos, como la "Gran Quivira", "La Fuente de la Eterna Juventud" o la "Isla de las Amazonas", dio lugar a numerosas expediciones que provocaron la expansión y posterior colonización del septentrión americano, moviendo las antiguas fronteras indígenas. También puede afirmarse que la distribución de los recursos minerales en la Nueva España determinó la dirección del avance hispano y con ello la creación de centros de población, CETENAL. Revista de geografía. 1996 CONOCER PARA DOMINAR. INGENIEROS MILITARES EN EL SEPTENTRION NOVOHISPANO DURANTE EL SIGLO XVIII 87 loque requirió la movilización de nativos de áreas previamente colonizadas e inclusive, la introducción de los esclavos negros como mano de obra para trabajar en las minas. En estos asentamientos las actividades agrícola y ganadera también fueron necesarias para abastecer de alimentos a los nuevos pobladores, independientemente de que el ganado se convirtió en una de las principales fuentes de poder de aquel entonces. No olvidemos que los colonos españoles eran "hombres de a caballo". legios; la colonización se extendió grandemente de acuerdo con los intereses de la Corona, de los capitanes de conquista y sus hombres, imperando así el espíritu de aventura y riesgo en buena parte de la sociedad hispana del siglo XVI. A su vez los caminos se extendieron y el comercio regular y estacional atrajo elementos de la vida urbana; las operaciones militares haciaelnortepermitieronmayor seguridad en los caminos. Los asentamientos transformaron la imagen de las regiones del norte de la Nueva España como, por ejemplo, amplias zonas entre Zacatecas y San Luis Potosí y más tarde, en Chihuahua (Navarro, L„ 1979, p. 203), las más árduas expediciones, establecieron centros para la conversión de los indígenas; fundaron su disciplina cristiana, moderada por el rigor y el peligro de la vida en la frontera norte. Estas misiones no cumplieron unafunción exlusivamente religiosa dado que, en la mayoría de los casos, tanto los asuntos sociales como económicos estuvieron bajo el control de los sacerdotes misioneros y de acuerdo con las condiciones en que se encontraran, en determinadas circunstancias jugaron un papel de defensa. Otro elemento que también contribuyó al avance hacia los despoblados territorios septentrionales, desde mediados del siglo XVI, fue la fuerte competencia por la tierra entre pueblos y hacendados en la porción central del virreinato; de ahí que hubo un considerable movimiento de pobladores, con todas sus pertenencias y animales domésticos, hacia las inexploradas regiones de las naciones indias (véase Horcasitas, 1978). El septentrión novohispano podría considerarse entonces como una región de oportunidades; las expediciones hacia nuevas tierras fueron atrayentes para los españoles, quienes aprovecharon la primera distribución de propiedades y privi- Junto con mineros, rancheros, agricultores, comerciantes y soldados, los misioneros ocuparon su lugar en la región septentrional; las misiones tuvieron un papel activo en la ocupación de las regiones marginales del imperio. Realizaron Foto 1 EL SEPTENTRION NOVOHISPANO El vasto territorio ocupado por la Nueva España abarcó desde el paralelo 16° hasta el 42° de latitud norte; esto es, de la porción centro sur del actual estado de Chiapas, como límite austral, hasta el estado de California en su límite extremo norte. El paisaje físico geográfico en la porción septentrional podría decirse que corresponde a las actuales geoformas que cubren el norte de México y sur-suroeste de los Estados 88 J. OMAR MONCADA MAYA / IRMA ESCAMUJA HERRERA Foto 2 formó el valle de California (Commons y Vázquez, 1990, p. 8). Ambos sistemas montañosos, junto con las Montañas Rocosas de Estados Unidos, conforman las Rocosas Meridionales; todo este sistema se integra por zonas de depresiones intermontanas por las que corre en parte el Río Colorado (Vivó, J., cit. en Commons y Vázquez, op. cit., p. 9). Las condiciones del relieve corresponden principalmente con una serie de llanuras que presentan un clima seco en virtud de que los sistemas orosráficos funcionan como pantallas. Foto 3 ^Kctla i * %o u c Ja/.' Cortado it tía. linta J .2. CETENAL. Revista de geografía. 1996 Unidos, en lo que se denomina la Altiplanicie Mexicana, flanqueada por las Sierras Madre Oriental y Occidental en México, y por las mesetas septentrionales que bordean el Gran Cañón, así como la región del Pacífico Norte, localizada entre el Océano Pacífico y las Sierras Cascada y Nevada, donde se Este paisaje fisiográfico típico del septentrión novohispano es claramente identificado en el viaje de reconocimiento de Nicolás Lafora, quien en su relación diaria describía el característico paisaje norteño: "cañada formada por varias sierras de bastante aspereza" y continuaba más adelante con la idea siguiente: "llano circular cerrado por varias sierras altas, peladas, escarpadas". En su recorrido de Durango a Chihuahua y haciendo referencia al sitio donde se encontraba la misión y pueblo de indios El Nombre de Dios (en el actual municipio de Chihuahua), Lafora lo describe así: "situada en una cañada muy amena y bien cultivada, donde se cogen de todas semillas y varias frutas; ésta laforman una lomería por el lado izquierdo, y por el derecho, una cordillera de cerros muy elevados y a trechos escarpados, donde hay varias minas de oro, que no se trabajan, por poco abundantes de estematerial" (Lafora, 1939, pp. 60 y ss.). CONOCER PARA DOMINAR. INGENIEROS MILITARES EN EL SEPTENTRION NOVOHISPANO DURANTE EL SIGLO XVIII 89 Foto 4 tanto al oriente como al poniente, impidiendo que las masas de aire marítimo lleguen a la porción central, de ahí que la vegetación predominante sea de material xerófilo: "tierra llana con muchos mezquites, huizaches y pastos" como lo describía Lafora (Ibid.); en las altas montañas el tipo de vegetación predominante es de bosque de coniferas con nieves perpetuas en las cúspides (López de Llergo, 1976, p. 74). CETENAL. Revista de geografía. 1996 El norte de la Nueva España fue importante por diversos aspectos, entre ellos, el desarrollo de la actividad agrícola y ganadera, aportada por los españoles desde sus orígenes y que ha influido en la actual actividad ganadera del territorio mexicano y estadounidense. Sin embargo el avance de las tribus hostiles de apaches y comanches, quienes supieron apreciar el valor de los caballos para transporte, carga y alimento, pero sobre todo para la guerra, ocasionó el despoblamiento de regiones como Chihuahua y Sonora. Las técnicas de irrigación realizadas por los misioneros españoles constituyeron otra de las aportaciones a los habitantes de las tierras áridas del noroeste de la Nueva España; sin olvidar, por supuesto, que siglos antes en Mesoamérica ya se habían desarrollado importantes sistemas de irrigación por los indígenas. El septentrión novohispano también se caracterizó por los estilos arquitectónicos que se manifestaron tanto por la in- fluencia propiamente indígena como española, al agregar a las construcciones de adobe rasgos distintivos como los arcos, el estuco, los techos de teja, los patios, etc. Las constantes invasiones de los apaches condicionaron a los españoles a desarrollar instituciones para hacerles frente, como es el caso de las "compañías volantes", fuerzas de caballería altamente móviles (Zavala, s„ 1979, p. 188); pero, sobre todo, la creación, en el siglo XVin, de la Comandancia General de las Provincias Internas, con el fin de proteger la frontera contra los apaches y, sobre todo, estructurar espacialmente este gran territorio (Véase Navarro, 1964). EL REAL CUERPO DE INGENIEROS MILITARES Aun cuando los ingenieros militares tienen presencia en el Virreinato de la Nueva España desde el siglo XVI, es a partir del siglo XVIII cuando su actividad se vuelve significativa para el ordenamiento del territorio. Como militares que eran, su principal actividad fue la defensa del territorio, labor que cumplieron ampliamente al desarrollar un sistema defensivo costero, que incluía las fortalezas de San Juan de Ulúa-' Veracruz, Campeche, Sisal, la cindadela de Mérida y el fuerte de San Felipe de Bacalar, en la vertiente del Golfo de México y Mar Caribe. Por el lado del Pacífico, la única fortaleza que se constituyó fue la de Acapulco. Además, como refuerzo a Veracruz, se construyó el fuerte de San Carlos, en Perote. J. OMAR MONCADA MAYA/IRMA ESCAMILLA HERRERA Como complemento a este sistema defensivo básico, los ingenieros participaron en la localización y construcción de baterías y presidios. Foto 5 Junto a estas actividades de estricto ámbito militar, los ingenieros desarrollaron una importante actividad en apoyo de las autoridades virreinales, por lo que sus obras y escritos fueron una importante fuente de información para una mejor estructuración del espacio. Tal es el caso, que Báquer (1972) considera que descubrieron más posiblidades para su voca- ción científico-político-militar en los territorios de ultramar que en la propia metrópoli. Desde la vertiente no militar, se puede señalar que los ingenieros desarrollaron una intervención espacial a través de las obras públicas realizadas en el virreinato durante el siglo en cuestión. Así, abarcaron muy diversas facetas: participaron activamente en la construcción, mejoras y reparos del camino México a Veracruz, tanto en su ruta por Córdoba y Orizaba como por la de Xalapa. Igualmente participaron en los caminos México-Toluca, Mérida-Sisal, San Blas-Tépic, por sólo mencionar algunos ejemplos (Moneada, 1992). En otros ámbitos, llevaron a efecto una importante labor, en las obras del desagüe del Valle de México, sin duda el mayor reto científico-tecnológico que enfrentaron las autoridades virreinales. Pero también intervinieron en el abastecimiento de aguapara las ciudades de Guadalajara y Veracruz (Moneada, 1990). En el campo de la arquitectura, se debe mencionar que, si bien su obra no es numerosa, sí es significativa, sobre todo porque influyeron de manera decisiva en el desarrollo del estilo neoclásico, que no sólo modificó la imagen de la ciudad con nuevas construcciones, sino que a través de obras urbanísticas más complej as, como iaremodelación de la Plaza Mayor, también participaron en la evolución de la estructura urbana de la ciudad de México. Foto 6 Juatc y iAütya JcbíaciOH clt ií'i/í tfbLij . 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