LOS ANDES PERUANOS EN BICICLETA A principios de mayo del 2011 inicié una travesía en bicicleta y en solitario que me llevaría por unos de los parajes más extraordinarios de América del Sur: los Andes. De Ecuador a Chile, pasando por Perú y Bolivia, con un total de 100 días y 5.100 km, siguiendo varios tramos de la histórica ruta Cápac Ñan. Esta ruta es conocida también como el antiguo camino del Inca, la cual permitió a los pueblos latinoamericanos el intercambio de productos diversos, la transmisión de valores culturales y el desarrollo de prácticas comunes. Un viaje intenso al corazón de una tierra que tiene infinidad de cosas que ofrecer, aunque muchos de sus habitantes poco tienen. No importa cuán humilde fuese el entorno de las personas con quien compartí algún momento: invariablemente, la experiencia no tenía precio TEXTO Y FOTOS Gerard Castellà 72 septiembre 2012 reportaje | PERÚ EN BTT De camino a la frontera peruana (Zumba - La Balsa). Amazonía peruana. Secando el café de San Ignacio. Norte de Perú. Perú se encuentra en la zona tropical de Sudamérica, entre la línea ecuatorial y el Trópico de Capricornio. Tiene una superficie de 1.285.220 km², convirtiéndolo en el 20º país más grande del mundo, y el tercero del continente latinoamericano. Limita al norte con Ecuador y Colombia, al este con Brasil, al sur-este con Bolivia, al sur con Chile y al oeste con el Océano Pacífico. Goza de una enorme riqueza de paisajes gracias a sus variadas condiciones geográficas, las cuales le otorgan una rica diversidad de recursos naturales. La distribución de su territorio se reparte en región costera (10,6%), región andina (31,5%) y región amazónica (57,9%). Mi travesía por Perú en bici consistiría en recorrer el país de norte a sur a lo largo de su columna vertebral: los Andes. Entrando a Perú por la frontera de La Balsa, una zona inmersa en puro territorio amazónico, pondría rumbo a la Cordillera 74 septiembre 2012 Blanca, liderada por el majestuoso Huascarán (6.878 metros), la cima más alta del país. De allí entraría a la Sierra Central, una región de la cual se dice que se puede observar el Perú más próximo y cotidiano, donde realmente sobrevive el espíritu inca. Superando incontables puertos por encima de los 4.000 metros, llegaría a la ciudad colonial de Cuzco, punto de partida para las visitas a las famosas runas incas de Machu Picchu. A continuación ascendería al altiplano peruano hasta llegar al lago Titicaca (el lago navegable más alto del mundo a 3.812 metros de altitud), para finalmente abandonar Perú por la frontera de Yunguyo. Una vez en Perú, lo primero que comprendo es que éste es un país más pobre, y con una gente más curiosa que su vecino del norte (Ecuador). En el primer pueblo pasado la frontera, Namballe, me permiten poner la tienda de campaña en un rincón del cyber local. Sólo monto la primera capa, la tela mosquitera, ya septiembre 2012 75 reportaje | PERÚ EN BTT “Usted se queda acá ayudándonos con el café y nosotras le buscamos una buena moza”. San Ignacio, Norte de Perú. Cataratas de Gocta, Chachapoyas (Perú). que estoy en medio de la Amazonia y la presencia de mosquitos es notoria. Voy a dar una vuelta por el pueblo y ceno en el restaurante más lúgubre que pueda existir. La comida no es para menos. Si mi estómago aguanta esto, ¡será capaz de aguantar todo lo que venga de ahora en adelante! Por el módico precio de 75 céntimos de euro no puedo pedir mucho más… San Ignacio es una provincia rural del norte de Perú especializada en la producción de café y con una alta tasa de analfabetismo. La vegetación exuberante, rica y variada debido al clima tropical, crea un escenario pintoresco. Me detengo en una pequeña tienda a comprar galletas. Las dueñas, tres señoras de unos 50 años, me hacen una proposición difícil de rechazar: “Joven, usted se queda acá ayudándonos con el café durante una temporada y nosotras le buscamos una buena moza”. Les cuento que tengo un largo camino por recorrer y que, en todo caso, podemos discutirlo cuando regrese la próxima vez. El norte del Perú, desconocido y poco turístico a su vez, es una región afable, rural, con una gente muy amable y un paisaje extraordinario. Esta parte de la 76 septiembre 2012 Amazonia peruana se caracteriza por numerosos campos de arroz que rodean el espectacular río Marañón y los pequeños poblados indígenas que hacen sonar la chicha, una cumbia electrónica. Hoy decido alargar la jornada hasta Jaén. Me advierten que es una zona donde recientemente ha habido asaltos, así que voy con los cinco sentidos bien despiertos. Llevo 120 kilómetros y tengo la cabeza hirviendo después de 7 horas de pedaleo con una máxima de 41ºC. Poco antes de entrar en Jaén encuentro un control con tres tipos armados y enfundados en una armilla con la inscripción Seguridad Nacional. Me obligan a detenerme y a ponerme en un lado de la carretera: quieren hacerme unas preguntas. Me inquieto al ver que no llevan ninguna placa identificativa, ni ningún uniforme de policial oficial, de manera que en un momento de distracción… ¡gas y para abajo! Más tarde me contarán que se trata de una brigada de voluntarios que velan por la seguridad de la zona. En Jaén me hospedo en la Casa de Ciclistas de Miguel Obando quien, de forma altruista, me pone la bici a punto después de la caña de las últimas semanas. septiembre 2012 77 reportaje | PERÚ EN BTT Río Marañón. San Ignacio, Norte de Perú. Runas de Kuélap (civilización de los Chachapoyas). El río Marañón se une ahora con el Utcubamba –uno de los afluentes más importantes del río Amazonas– y llego a Chachapoyas. Descanso un par de días y, aparte de recuperarme del sofocante calor, aprovecho para visitar las cataratas de Gocta (la tercera más alta del mundo con un salto de agua de 771 metros) y las ruinas de Kuélap. Cuando me dispongo a partir, mi estómago no está listo. Deberá haber sido un golpe de calor o quizás la ingesta de agua o comida en mal estado. Miguel Obando, en Jaén, centrando una rueda en mal estado. 78 septiembre 2012 La Cordillera Blanca Poco a poco voy entrando a la Cordillera Blanca. El Abra Cerro Negro (3.680 metros) me da la bienvenida a la cordillera andina otra vez. ¡Qué vistas desde aquí arriba! Ahora toca la mejor parte del día: un descenso de ¡60 kilómetros y 2.780 metros de desnivel negativo! La pista es terrorífica, con una amplitud de 2 metros y un acantilado a la derecha de varios centenares de metros. Una imponente ondulación de mil montañas se abre ante mis ojos. A medida que desciendo la temperatura aumenta, llegando a los 46ºC. Decido quedarme en Balsas, un pueblo de mala muerte en medio de la nada. Pago 1,5 euros por una habitación con moscas, pulgas y todo tipo de insectos. La mañana siguiente madrugo para evitar el calor asfixiante y como desayuno tengo un puerto de 45 kilómetros con 2.100 metros de desnivel positivo. Termino con facilidad los 4 litros de agua que cargaba pero en una curva… ¡mi salvación! En medio de este entorno desértico me cruzo con un camión cisterna que me permite llenar las botellas de agua –paradójicamente no potable–, pero precisamente por eso llevo gotas potabilizadoras. Llego a Cajamarca cruzando pueblos rurales con campesinos preguntándome de dónde vengo, dónde voy, cómo me llamo. Los sombreros de paja toquilla de copa alta son típicos de esta región, al igual que el exquisito yogur de Chugur. El físico responde y diariamente cubro una media de 100 kilómetros con bastante desnivel. Sin embargo, empiezo a notar molestias en los tendones de Aquiles. Con más pena que gloria alcanzo Huamachuco, donde los borrachos del pueblo me reciben al ritmo de ¡gringo, gringo! Descanso un par de días e intento redimir el dolor con hielo e ibuprofenos. No hay mejoría. En vista de los próximos 250 kilómetros de pura montaña hasta Huaráz, decido tomar un autobús para ganar tiempo y tomarme una pausa. En Huaráz, ciudad turística y punto de reunión de alpinistas, contacto con un amigo local a través de Couchsurfing y me quedo tres días en su casa. Me limito a descansar y a recuperar fuerzas en el mercado local. Aquí la población indígena es mayoritaria y es fácil escuchar su lengua: el quechua. Provisto de agua y comida, abandono la ciudad y me dispongo a cruzar el Parque Nacional del Huascarán en dos o tres días. Accedo al parque por un camino malísimo de trocha (piedra y roca suelta) que me hace bailar sobre la bici y, frenet a mi, sólo veo montañas gigantes. La más espectacular es el Huascarán (6.878 metros), la más alta de Perú. Estoy en medio de la puna –el ecosistema andino que reina por encima de los 3.800 metros– y planto la tienda. Esta noche gozo de una de las acampadas más especiales de mi vida. Ahora bien, ¡a 4.200 metros hace un frío que pela (-15ºC)! A media noche me despierto al sentir unos sonidos extraños; parece que alguien septiembre 2012 79 reportaje | PERÚ EN BTT está hurgando en las alforjas, guardadas dentro de la tienda. En un acto de valentía no puedo evitar soltar un “¿quién anda ahí?” al más puro estilo Chuck Norris. Resumiendo: no ha sido más que un perro o un lobo que fisgoneaba la bolsa con los restos de la cena. Lucho contra un viento en contra que me va desgastando y una temperatura gélida, pero al cabo de dos días consigo llegar a la cumbre del Abra Yanashalla (4.750 metros). ¡Será el récord de altura en el viaje encima de la bicicleta! A esta altitud cada pedaleada se nota y el corazón se dispara con cada cambio de ritmo. A mi izquierda tengo la Cordillera Blanca y ahora, a la derecha, la Cordillera Huayhuash, con el Yerupajá (6.634 metros) ejerciendo de líder. Pongo rumbo hacia la Sierra Central, una región de la que dicen se puede observar el Perú más cercano y cotidiano, donde realmente sobrevive el espíritu inca. Y así lo corroboro. Sin lugar a dudas, la Sierra Central ha sido de los lugares más auténticos que he visto en todo el viaje, entendiendo por ello la singularidad de su gente, su humildad y las inagotables sonrisas que me han ofrecido. Recuperando energías el día de descanso en Huánuco, no pierdo la oportunidad de visitar las ruinas de Kotosh, con el famoso Templo de las Manos Cruzadas. Sigo avanzando y subiendo, ahora el Cerro de Pasco (4.330 metros). Si algo recuerdo del departamento de Pasco son dos cosas: el frío y la pachamanca. Antes de la tarde tenía que llenar las botellas de agua porque las tuberías se helaban cuando caía el sol, llegando a -10ºC. La pachamanca es un plato típico de la Sierra Central que consiste en la cocción de carne de res, venado, chancho (cerdo), pollo, cuy (cobaya), papas, etc. con el calor de piedras calientes: ¡delicioso! Cruzo la Reserva Nacional de Junín batiendo récord de kilometraje: ¡175! Se nota el dopaje a base de glóbulos rojos acumulados por la altitud de la ruta. Duran- te mi estancia en Huancayo, un amigo de Couchsurfing me invita a conocer la cultura nocturna del país: unos cuantos pisco sour y naranjitas demuestran que no estoy en tan buena forma como creía. Me adentro en la Sierra Central siguiendo el río Mantaro entre impresionantes valles al estilo Far West. El polvo y la trocha me hacen sudar. Agotado física y mentalmente agradezco llegar a Ayacucho. El departamento de Ayacucho fue una de las zonas prohibidas por el Sendero Luminoso –grupo comunista de Perú durante los años 80- debido a sus actos de violencia contra campesinos, dirigentes sindicales y población civil en general. Muchas personas me han adver- tido del peligro de cruzar esta región pero, en realidad, ha sido donde he encontrado la mayor hospitalidad y simpatía. Queda poco para llegar a Cuzco. Hoy hago noche en el Centro de Salud de Chontaca, un pequeño asentamiento rural de 100 personas. Me invita a pasar la noche allí Joel, un joven nutricionista peruano que lucha contra la desnutrición infantil, muy extensa en esta región. Hablamos sobre la problemática actual de Perú y me lleva a visitar unas familias que viven aisladas en las montañas de enfrente. El tiempo se detiene. Compartimos un plato de su cena, que nos ofrecen al vernos llegar. Allí viven tres generaciones de una misma familia El norte de Perú es una región afable, con gente muy amable y un paisaje extraordinario Insignificancia humana frente a la inmensidad andina. 80 septiembre 2012 Cruzando el PN Huascarán a través de caminos de trocha (piedra y arena). Cordillera Blanca, Perú. bajo el mismo techo, compartiendo suelo con perros, cerdos, gallinas y vacas. No hablan castellano –sólo quechua- pero intentamos intercambiar palabras, aunque sea con el idioma internacional de las sonrisas. Son estos momentos los que justifican todo el esfuerzo y sufrimiento del viaje. Momentos que te dejan sin palabras y te obligan a redimensionar la escala de valores imperante en Occidente. Nuevamente, con el culo en el sillín, prosigo con esta montaña rusa y culmino el Abra Ninuela (4.010 metros) y el Abra Soracocha (4.240 metros). Avanzo hasta Andahuaylas y, con un amigo de Couchsurfing, asisto a la celebración del Inti reportaje | PERÚ EN BTT No soy el único que pedalea por esta tierra. Me han advertido del peligro de cruzar esta región pero ha sido donde he encontrado mayor hospitalidad y simpatía Raymi de los Chanka, todo un evento para los peruanos. Por fin llego a Cuzco. Descansaré unos días, creo que me lo merezco. Me alojo en el Hostal Estrellita, punto de reunión de ciclistas que cruzan Sudamérica en bicicleta. Hago de turista y contrato un tour organizado para ir al Machu Picchu. ¡Qué bonito es ese lugar! Lástima de la masificación de turistas en que se ha convertido. En Cuzco aprovecho también para cambiar la cadena de la bici (ya lleva casi 3.000 kilómetros), comprar zapatas de freno y centrar las ruedas. Con Sam, un inglés de 25 años que lleva un par de años dando la vuelta al mundo en bicicleta, ponemos rumbo hacia Bolivia, pasando por el altiplano peruano. El Abra La Raya (4.338 metros) nos indica que no bajaremos de los 4.000 metros en semanas. Es agradable compartir las jornadas con alguien. Las temperaturas bajan drásticamente (-18ºC), con intensas nevadas, y aguantamos las noches heladas en nuestras respectivas tiendas. Ahora más que nunca, como dice un amigo: “¡Nunca miedo, siempre acojonado!”. Abandonamos Perú –vía Yunguyo- degustando una trucha exquisita, bien fresca y recién pescada del lago Titicaca. Tanto Sam como yo esperamos con ilusión la entrada a Bolivia. Es un país con una población indígena del 75% –quechua y aymara- y considerado el más pobre de Sudamérica. En algunas zonas del país será muy duro avanzar debido a la altitud media de la ruta (4.000 metros), la pobre señalización y al difícil abastecimiento de agua y comida, pero estoy preparado... Últimos kilómetros en Perú antes de entrar a Bolívia. 82 septiembre 2012 septiembre 2012 83 GUÍA PRÁCTICA Cuándo ir Si se quiere visitar los Andes es preferible hacerlo durante la época seca (de abril a octubre); conviene llevar ropa de abrigo (muchas zonas alcanzan los -20ºC por la noche). Es preferible ir a la costa durante la época veraniega (de diciembre a marzo), que es seca y cálida. Los mejores meses para ir a la Amazonia son de abril a octubre, cuando los días son más asoleados. Cómo llegar Para llegar al punto inicial de la travesía de Perú a través de los Andes hay dos opciones. La primera: volar a Guayaquil (oeste de Ecuador) y tomar un autobús hasta Zumba, localidad cercana a la frontera de La Balsa. Y la segunda: volar a Lima (Perú) y tomar un autobús hasta la frontera norte de Namballe. Personalmente creo que la primera opción es más sencilla, rápida y cómoda. Cómo salir Para regresar al punto de partida hay dos opciones: - La primera: viajar en autobús por la ruta realizada hasta Guayaquil (Ecuador) o hasta Lima (Perú). - Y la segunda: entrar a Bolivia e ir a La Paz en autobús. Equipamiento Es importante llevar una bici robusta, con o sin suspensión delantera. Aunque la tienda de campaña y la cocina de gas no son estrictamente necesarias, llevarlas ofrece más autonomía al viajero. Un filtro de agua y/o pastillas potabilizadoras son aconsejables también. Alojamientos Hay alojamientos decentes al final de cada etapa, aunque a veces esto signifique muchas horas de pedaleo. En los pequeños pueblos suele haber, como mínimo, un hospedaje básico. El precio por persona oscila entre 6 y 20 soles (1,50 - 5 euros). Agua y comida Es fácil encontrar agua y comida a lo largo de la ruta. Incluso en los pueblos más diminutos el pollo con arroz es omnipresente. Visado No es necesario tramitar el visado para ir a Perú desde el país de salida. En el aeropuerto o en la frontera terrestre de llegada se tramita sin problema alguno. Vacunas Aunque no hay ninguna vacuna obligatoria, se recomienda vacunarse de fiebre amarilla y la rabia según la zona que se visite. Recambios Es recomendable llevar recambios básicos de casa, aunque pueden conseguirse también en las ciudades más grandes. Mapas Peru Travel Map 1:1,500,000 (International Travel Maps & Books ITMB).