Balanza comercial. Apertura y desindustrialización. El gobierno macrista impulsó durante el primer semestre del año una profunda transformación de la balanza comercial argentina. Exportaciones con menor valor agregado e importaciones con mayor valor agregado son síntomas de un claro sesgo de la nueva política económica que tiende a privilegiar el libre mercado sobre la industria nacional y los trabajadores que mediante esta se sustentan. A partir de la modificación del método de tramitación de las licencias de importación se está favoreciendo una apertura indiscriminada de la economía que, ya en un contexto complicado de aumento de costos internos (producto de los tarifazos) y la disminución de las ventas (producto de la caída del salario real), constituye parte de un combo letal para la producción de origen nacional (especialmente para las Pyme). La devaluación no solo no incentivó las exportaciones de la manera que desde el Gobierno se esperaba que sucediese sino que además se produjo un importante traslado a los precios internos que llevó a la inflación hacia niveles que no se 1 experimentaban desde la hiperinflación de finales de los ochenta . En lo que va del semestre cayeron las exportaciones de manufacturas industriales y aumentaron las importaciones de bienes de consumo. En términos prácticos esto implica que cada vez le vendemos menos productos intensivos en mano de obra al resto del mundo y le compramos productos terminados que compiten con la industria nacional y no tienen ningún tipo de agregación de valor dentro de las fronteras de nuestro país. Por otro lado bien vale aclarar que la apertura a la importación no solo afectó a algunos productos sensibles en cuanto a la mano de obra generada sino que también afectó a diversas producciones de origen agropecuario para las cuales nuestro país cuenta con amplio poder de abastecimiento del mercado local. Este hecho constituye una paradoja, en un país que produce alimentos para 400 millones de personas, crecen las importaciones de alimentos. La primera pregunta que resulta que surge al respecto de la devaluación del tipo de cambio es si efectivamente era necesaria. En particular, si 7 de cada 10 dólares que entran al país por vía comercial tienen origen agropecuario tiene cierto sentido estudiar 1 http://www.infobae.com/economia/2016/06/13/la-inflacion-congreso-subio-en-mayo-a -niveles-de-los-tiempos-de-la-hiperinflacioon/ si este sector se encontraba en un contexto de falta de estímulos en el periodo que antecedió a la devaluación. Nada por el estilo, según el organismo oficial de estadísticas y censos el rubro de la Agricultura, Ganadería, Caza, y Silvicultura fue el que más creció durante el 2015 (+6,7%), triplicando al crecimiento promedio del resto de los rubros (2,2%). Si bien este crecimiento no se puede generalizar a toda la producción agropecuaria, considerando el agregado, fue el sector más dinámico durante el 2015. Pero el nuevo gobierno no se conformó con mejorar los ingresos en pesos de algunos sectores exportadores concentrados que ya venían creciendo a gran velocidad sino que además eliminó las retenciones a las exportaciones del trigo y el maíz, y redujo las de la soja. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) estima que por medio de la devaluación de diciembre pasado y la posterior quita de retenciones se transfirieron recursos por unos 110 mil millones de dólares a los sectores exportadores primarios. Exportaciones Las exportaciones cayeron un 2,6% en el primer semestre del año, interanual. Desagregando este decrecimiento por rubros se observa que aquellas exportaciones de origen agropecuario (ya sean de bienes primarios o manufacturados) experimentaron incrementos, mientras que las exportaciones de manufacturas de origen industrial descendieron considerablemente. Fuente: elaboración propia en base a Indec. Las exportaciones de productos primarios (PP) aumentaron un 9,6%, mientras que las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (MOA) crecieron un 3,7%. Por su parte las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) cayeron un 15,9% y las de combustibles y energía (CyE) un 30,8%. Las cifras mencionadas expresan un cambio en la composición de las exportaciones argentinas. La nueva matriz exportadora incorpora una mayor cantidad de productos de escaso o nulo valor agregado (MOA y PP) en detrimento de aquellos productos de origen industrial (que son los más intensivos en mano de obra). Fuente: elaboración propia en base a Indec. En lo que va del semestre, y comparando los datos con el mismo semestre del año pasado, las exportaciones de origen industrial perdieron cuatro puntos de participación en el total exportado. Las exportaciones de productos MOA subieron dos puntos y las exportaciones de productos primarios aumentaron su participación en el total en alrededor de cuatro puntos porcentuales. Importaciones Con respecto a las importaciones es necesario realizar una distinción entre variaciones de precios y cantidades. Si bien cayeron las importaciones consideradas en millones de dólares descendieron un 5,8% en el primer semestre del año (interanual) todos los rubros crecieron en cantidades. Esto quiere decir que se importaron muchos más productos que el año pasado, pero como los precios de esos productos bajaron, el aumento no se tradujo en un mayor valor de importaciones (en dólares). Al igual que en el caso de las exportaciones, las importaciones también percibieron un cambio en su composición. En particular fueron dos los rubros que crecieron con mayor intensidad: las importaciones de vehículos automotores de pasajeros (+ 36,7% en valor, + 45,7% en cantidad) y las importaciones de bienes de consumo (+ 10,2% en valor, + 22,2% en cantidad). Fuente: elaboración propia en base a Indec. Los rubros con menor dinamismo fueron las importaciones de bienes de capital (+7,0% en cantidades), las importaciones de piezas y accesorios para bienes de capital (+4,9%) y las importaciones de bienes intermedios (2,2%). Es decir que se produjo un fuerte incremento en la importación de bienes terminados (bienes de consumo) y un crecimiento mucho más moderado de las importaciones de bienes destinados a poner en marcha el entramado industrial (maquinas, accesorios, e insumos a consumirse en los procesos de producción). A pesar de que todos los rubros ascendieron en cantidades resalta la suba del 22% de las cantidades importadas de bienes de consumo. Son bienes, terminados, listos para el consumo, que no tienen ningún tipo de agregación local de valor, y vienen a competir con la producción doméstica con todo lo que esto implica en términos de actividad económica y empleo. Complejo es el panorama de la Pyme argentina que debe enfrentar, además de la competencia extranjera, un significativo aumento de los costos productivos (como 2 consecuencia de los tarifazos) y mermas generalizadas en las ventas minoristas . En el “supermercado del mundo”, crecen las importaciones de alimentos Una paradoja del nuevo escenario de apertura indiscriminada a la importación se relaciona con una creciente entrada de alimentos. Pollos, chacinados, carnes porcinas comenzaron traspasar las fronteras argentinas poniendo en peligro la supervivencia de diferentes producciones de origen agropecuario. Fuente: elaboración propia en base a Senasa. Mientras en el primer semestre del año pasado se importaron 3.821 toneladas de porcinos y derivados en el primer semestre del corriente año se importaron 6.000 toneladas (es decir, un incremento del 57%). Dentro de este rubro resalta las mayores entradas de carnes frescas desde Brasil y Dinamarca. Por su parte es notoria la aceleración en la importación de pollos y derivados. De 3.868 toneladas importadas el año pasado se pasaron a importar 8.764 toneladas en el presente año (+127%). Mayores entradas de harinas de pollos desde Brasil y Estados Unidos y de carnes frescas desde Brasil explican gran parte de la suba. 2 Según datos de CAME las ventas minoristas cayeron en todos los meses del 2016. Asimismo se comenzaron a importar zanahorias desde Brasil, Chile y Bélgica. Y por fuera del rubro alimentos aumentaron un 282% las importaciones de fibras de algodón desde Brasil. En medio de la mayor escalada inflacionaria del último cuarto de siglo las importaciones se han convertido en una de las pocas políticas de contención de precios que desplegó el nuevo gobierno. Las cifras del Indec y del Senasa indican que no existen sectores protegidos en esta política. Ya sean productos de origen productos primarios o productos con algún proceso de elaboración, todos los sectores estarán sujetos a las reglas del libre mercado sin importar lo que suceda en materia de desempleo y actividad económica.